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LA BUROCRACIA EN COLOMBIA: UN ENFOQUE CRÍTICO

Por: Dairo Trocha1 y Jose Causíl2

Hablar de burocracia implica tener un conocimiento previo de esta misma. Algunos


autores la definen como una serie de niveles organizacionales por la que deben
atravesar las decisiones, para lograr ser aprobadas. Esta estructura está pensada
básicamente para el funcionamiento eficiente del aparato estatal o cualquier
empresa privada que cuente con un gran número de empleados y un volumen alto
de actividad. Para darle un contexto a nuestro ensayo, hemos decidido analizar
cómo se está constituida la burocracia en nuestro país. En Colombia, existen
opiniones divididas sobre el tema de la burocracia, puesto que algunos consideran
que es un impedimento para el emprendimiento, o es una carga con altos costos
para algunas entidades estatales.

Uno de los economistas que más defendió la teoría de burocracia fue el alemán Max
Weber, que pensaba que más que un impedimento, esta debería ser una ayuda
para que cualquier entidad se organizara de forma racional y a su vez consiguiera
funcionar de manera precisa, clara, veloz y eficiente.

Hemos decidido plantear nuestro análisis bajo la perspectiva de costos y beneficios,


o de desventajas y ventajas. Para ser más claros, creemos que la burocracia es una
herramienta que en su razón de ser lo que busca es facilitar la estructura de las
entidades, para que funcionen de manera óptima. Pero si se permite que esta
herramienta sea sobreexplotada o mal utilizada, conseguiremos resultados
indeseados que conducen a la ineficiencia, que es la que se ha impregnado en las
instituciones públicas de Colombia.

Para nadie es un secreto que la alta existencia de trámites burocráticos en nuestras


instituciones públicas genera malestar en la sociedad, altos costos y “nichos” de
corrupción. ¿Por qué corrupción? Porque es fácil infiltrar en los procesos
administrativos cargos, tramites, entidades totalmente innecesarias/os para poder
autorizar y ejecutar decisiones.

Los órganos de control del país (Contraloría y Procuraduría) poseen un alto nivel de
tramitología, que indican que la burocracia –en este caso– resta de eficiencia a la
consecución de los objetivos. La ANIF ha venido sugiriendo que a estas entidades
se les debe reducir en sus funciones o incluso clausurar (a la procuraduría) para
darle un papel protagónico al DNP; con esto se buscaría reducir también el tamaño
de la burocracia.

Es importante también destacar que solamente el 4% de la población que se


encuentra trabajando es la que corresponde al sector público, aproximadamente 1

1 Estudiante de Economía, Universidad de Cartagena - dtrochag@unicartagena.edu.co


2 Estudiante de Economía, Universidad de Cartagena - jcausilm1@unicartagena.edu.co
millón de empleados. Cifra baja si se compara con Chile, 16%, o similar si se
compara con países como México y Perú que está alrededor también del 4%. Este
dato es relevante porque el tamaño del sector público en Colombia es relativamente
pequeño, por eso el frente burocrático no es tan preponderante, pero si se pueden
conseguir resultados en entidades como los órganos de control. Y esto, no significa
que con esta proporción –del sector público sobre el tamaño del mercado laboral–
la burocracia sea pequeña, de hecho, el problema es que con esta proporción las
escalas de burocratización hacen que el estado sea totalmente ineficiente en
muchas de sus labores.

La corrupción es uno de los principales problemas, y hace que sea latente la


burocracia como problema. La invitación es que se acabe la alta tramitología, una
forma de acabar con esta es incursionando en el uso de las nuevas tecnologías, la
cual nos permitiría hacer una significativa reducción en los costos y facilitar este tipo
de procesos evitándonos tanto papeleo. Esto además haría que los niveles de
corrupción se vean también disminuidos vía burocracia y “mermelada”.

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