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3. PERSPECTIVAS FILOSÓFICAS DE LA REALIDAD.

La filosofía es un saber que surge por la necesidad del ser humano de entender y
ordenar todo lo que hay, tanto lo que percibimos como lo que no. Pero para hablar de la
realidad también necesitamos poner nombres. A lo largo de la historia, la filosofía ha
utilizado diversas categorías o formas de decir en qué consiste la realidad. Las
“categorías” son los conceptos más generales con los que conocemos la realidad, la
ordenamos y la expresamos. Algunas de ellas son las que aparecen a continuación.

3.1. LA REALIDAD SUSTANCIAL.

Muchos filósofos se han preguntando en qué consiste que algo sea lo que es. Por
ejemplo, ¿qué es lo que hace que una mesa sea una mesa con independencia de que sea
verde, cuadrada o suave para el tacto? Para responder a esta pregunta no nos podemos
quedar en la mera apariencia. Esto llevo a los primeros filósofos (presocráticos) a
decir que la verdadera realidad es aquello que permanece bajo los cambios y lo
identificaron con la naturaleza (phýsis). La naturaleza es el fondo común de donde nace
todo cuanto hay y que permanece cuando todo cambia.

La búsqueda de la realidad condujo a Parménides a entender que lo que


permanece en el universo es el ser. Desde su perspectiva, las cosas, independientemente
de que sean de una u otra cosa, coinciden en el ser. Hasta el punto de que los seres
humanos somos incapaces de pensar el no-ser, porque cualquier cosa que pensemos
tendrá algo de ser. Otros ejemplos nos los encontramos en metafísica de Platón y en la
metafísica de Aristóteles.

La metafísica aristotélica tiene una aplicación directa en debates actuales de


carácter ético. Cuando reflexionamos sobre los conceptos de sustancia, potencia y acto y
lo aplicamos a problemáticas morales actuales, surgen preguntas como ¿es moralmente
lícita la manipulación de embriones para obtener células troncales? En primer lugar,
necesitamos aclarar qué es un embrión: ¿se puede decir que el embrión ya es una nueva
realidad humana? Algunos grupos de investigación afirman que el embrión es un
conjunto de células que no tienen un rango diferente al de otras células humanas desde
el punto de vista de su valor. Otros opinan que el embrión debe considerarse persona
desde el momento en que el óvulo ha sido fecundado, porque en potencia es un ser
humano. Otros consideran que, desde el punto de vista biológico, el embrión no está
individualizado mientras no finaliza la anidación, a los 14 días. Otros dirán que la
realidad que mejor cumple las características de potencia actual con relación a la
realidad humana es el embrión de 6 a 8 semanas, porque en ese estado ya tiene todo
diferenciado, sus órganos internos, sus características externas, la diferenciación sexual,
y lo que resta es que se vaya desarrollando.

En definitiva, para saber qué constituye una nueva realidad viva y cuándo
acontece y así poder definir el estatuto de embrión necesitaremos la ayuda de la
ontología y la biología. A continuación, tendremos que contar con la ética para que nos
oriente a la hora de decidir qué decisiones tomar.
3.2. LA REALIDAD RELACIONAL.

Hay perspectivas filosóficas que consideran que no es la sustancia lo que


constituye la realidad. Opinan que la realidad es constitutivamente estructura, por la
cual cada cosa es en función de las demás. Ninguna cosa empieza a ser ella lo que es y
luego se pone en relación con otras, sino que ocurre justamente al revés.

- El pensar la realidad como estructura y no como sustancia fue favorecido


por la revolución científica en el Renacimiento. Galileo Galilei dijo
que las matemáticas nos permitirían entender el mundo mucho mejor. En
una fórmula matemática no encontramos la sustancia de las cosas, sino
una expresión rigurosa de la estructura de las cosas del universo.
- Esto condujo a Descartes a presuponer que el mundo tiene una estructura
racional, que está ordenado según criterios de la razón, los cuales tienen
un carácter físico-matemático. Por eso, entendió que el universo era
comparable a una inmensa máquina, extremadamente compleja, pero
dotada de gran precisión.
- De la misma manera, Hegel profundizó en la concepción de realidad
relacional al pensar la realidad como un todo coherente relacionado, en el
que cada elemento está referido y conectado con el resto del sistema. No
podemos comprender la realidad de forma aislada. La sustancia sería un
elemento más que está en relación con los otros elementos del sistema.

Esta perspectiva nos hace caer en la cuenta de que para conocer una cosa no
basta con conocer su definición, sino que se necesita ver con qué otros elementos está
relacionada y en función de qué elementos queda constituida. También con esta
perspectiva podemos comprender mejor qué quiere decir que vivimos en un mundo
globalizado, en una realidad global. Nuestro mundo actual se ha hecho progresivamente
más complejo, de manera que podemos señalar cada vez más relaciones, más causas y
más consecuencias para nuestros actos en la medida en que todo está más relacionado.

3.3. LA REALIDAD COMO PROCESO.

Finalmente, la realidad, como muestran las ciencias naturales y las sociales, crea
campos, acciones e interacciones. Por eso, la filosofía ha intentado comprender y
expresar esas nuevas experiencias que hoy podemos captar gracias a los progresos
tecnocientíficos con otro tipo de conceptos. El de proceso es un ejemplo de ellos. La
realidad se entiende en sus procesos o en su estructura dinámica, como sostiene
Whitehead o Zubiri. Para Zubiri, por ejemplo, la realidad es dinámica y eso significa
que “da de sí”, es decir, que se despliega, se desarrolla, puede cambiar, crear nuevas
cosas, etc. La estructura de la realidad, al ser dinámica, se despliega en el reino de las
posibilidades y este dinamismo permite que evolucionemos en la historia y en la
sociedad. Por eso, para estos autores la realidad se desarrolla históricamente, en la vida.
La realidad se entiende así como vida histórica o como historia vivida.

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