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ISAAC NEWTON

La revolución científica iniciada en el Renacimiento por Copérnico y continuada en


el siglo XVII por Galileo y Kepler tuvo su culminación en la obra del científico
británico Isaac Newton (1642-1727), a quien no cabe juzgar sino como uno de los
más grandes genios de la historia de la ciencia. Sin olvidar sus importantes
aportaciones a las matemáticas, la astronomía y la óptica, lo más brillante de su
contribución pertenece al campo de la física, hasta el punto de que física
clásica y física newtoniana son hoy expresiones sinónimas.
Conocedor de los estudios sobre el movimiento de Galileo y de las leyes
de Keplersobre las órbitas de los planetas, Newton estableció las leyes
fundamentales de la dinámica (ley de inercia, proporcionalidad de fuerza y
aceleración y principio de acción y reacción) y dedujo de ellas la ley de gravitación
universal. Los hallazgos de Newton deslumbraron a la comunidad científica: la
clarificación y formulación matemática de la relación entre fuerza y movimiento
permitía explicar y predecir tanto la trayectoria de un flecha como la órbita de Marte,
unificando la mecánica terrestre y la celeste.
Con su magistral sistematización de las leyes del movimiento, Newton liquidó el
aristotelismo, imperante durante casi dos mil años, y creó un nuevo paradigma (la
física clásica) que se mantendría vigente hasta principios del siglo XX, cuando otro
genio de su misma magnitud, Albert Einstein, formuló la teoría de la relatividad.
Isaac Newton nació en las primeras horas del 25 de diciembre de 1642 (4 de enero
de 1643, según el calendario gregoriano), en la pequeña aldea de Woolsthorpe, en
el condado de Lincolnshire. Su padre, un pequeño terrateniente, acababa de fallecer
a comienzos de octubre, tras haber contraído matrimonio en abril del mismo año
con Hannah Ayscough, procedente de una familia en otro tiempo acomodada.
Cuando el pequeño Isaac acababa de cumplir tres años, su madre contrajo de
nuevo matrimonio con el reverendo Barnabas Smith, rector de North Witham, lo que
tuvo como consecuencia un hecho que influiría decisivamente en el desarrollo del
carácter de Newton: Hannah se trasladó a la casa de su nuevo marido y su hijo
quedó en Woolsthorpe, al cuidado de su abuela materna.
Del odio que ello le hizo concebir a Newton contra su madre y el reverendo Smith
da buena cuenta el hecho de que, en una lista de «pecados» de los que se
autoinculpó a los diecinueve años, el número trece fuera el haber deseado
incendiarles la casa con ellos dentro. Cuando Newton contaba doce años, su madre,
otra vez viuda, regresó a Woolsthorpe, trayendo consigo la sustanciosa herencia
que le había legado el segundo marido (y de la que Newton se beneficiaría a la
muerte de ella en 1679), además de tres hermanastros para Isaac, dos niñas y un
niño.
Pitágoras
(Isla de Samos, actual Grecia, h. 572 a.C. - Metaponto, hoy desaparecida, actual
Italia, h. 497 a.C.) Filósofo y matemático griego. Aunque su nombre se halla
vinculado al teorema de Pitágoras y la escuela por él fundada dio un importante
impulso al desarrollo de las matemáticas en la antigua Grecia, la relevancia de
Pitágoras alcanza también el ámbito de la historia de las ideas: su pensamiento,
teñido todavía del misticismo y del esoterismo de las antiguas religiones mistéricas
y orientales, inauguró una serie de temas y motivos que, a través de Platón, dejarían
una profunda impronta en la tradición occidental.
Pitágoras

Se tienen pocas noticias de la biografía de Pitágoras que puedan considerarse


fidedignas, ya que su condición de fundador de una secta religiosa propició la
temprana aparición de una tradición legendaria en torno a su persona. Parece
seguro que fue hijo del mercader Mnesarco y que la primera parte de su vida
transcurrió en la isla de Samos, que probablemente abandonó unos años antes de
la ejecución del tirano Polícrates, en el 522 a.C. Es posible que viajara entonces a
Mileto, para visitar luego Fenicia y Egipto; en este último país, cuna del conocimiento
esotérico, Pitágoras podría haber estudiado los misterios, así como geometría y
astronomía.

Algunas fuentes dicen que Pitágoras marchó después a Babilonia con Cambises II,
para aprender allí los conocimientos aritméticos y musicales de los sacerdotes. Se
habla también de viajes a Delos, Creta y Grecia antes de establecer, por fin, su
famosa escuela en la ciudad de Crotona, una de las colonias que los griegos habían
fundado dos siglos antes en la Magna Grecia (el actual sur de Italia), donde gozó
de considerable popularidad y poder. La comunidad liderada por Pitágoras acabó,
plausiblemente, por convertirse en una fuerza política aristocratizante que despertó
la hostilidad del partido demócrata, de lo que derivó una revuelta que obligó a
Pitágoras a pasar los últimos años de su vida en la también colonia griega de
Metaponto, al norte de Crotona.

La comunidad pitagórica estuvo siempre rodeada de misterio; parece que los


discípulos debían esperar varios años antes de ser presentados al maestro y
guardar siempre estricto secreto acerca de las enseñanzas recibidas. Las mujeres
podían formar parte de la hermandad; la más famosa de sus adheridas fue Teano,
esposa quizá del propio Pitágoras y madre de una hija y de dos hijos del filósofo.
René Descartes
(La Haye, Francia, 1596 - Estocolmo, Suecia, 1650) Filósofo y matemático francés.
Después del esplendor de la antigua filosofía griega y del apogeo y crisis de la
escolástica en la Europa medieval, los nuevos aires del Renacimiento y la revolución
científica que lo acompañó darían lugar, en el siglo XVII, al nacimiento de la filosofía
moderna.
René Descartes

El primero de los ismos filosóficos de la modernidad fue el racionalismo; Descartes,


su iniciador, se propuso hacer tabla rasa de la tradición y construir un nuevo edificio
sobre la base de la razón y con la eficaz metodología de las matemáticas. Su «duda
metódica» no cuestionó a Dios, sino todo lo contrario; sin embargo, al igual que
Galileo, hubo de sufrir la persecución a causa de sus ideas.
Biografía

René Descartes se educó en el colegio jesuita de La Flèche (1604-1612), por


entonces uno de los más prestigiosos de Europa, donde gozó de un cierto trato de
favor en atención a su delicada salud. Los estudios que en tal centro llevó a cabo
tuvieron una importancia decisiva en su formación intelectual; conocida la turbulenta
juventud de Descartes, sin duda en La Flèche debió cimentarse la base de su
cultura. Las huellas de tal educación se manifiestan objetiva y acusadamente en
toda la ideología filosófica del sabio.

El programa de estudios propio de aquel colegio (según diversos testimonios, entre


los que figura el del mismo Descartes) era muy variado: giraba esencialmente en
torno a la tradicional enseñanza de las artes liberales, a la cual se añadían nociones
de teología y ejercicios prácticos útiles para la vida de los futuros gentilhombres.
Aun cuando el programa propiamente dicho debía de resultar más bien ligero y
orientado en sentido esencialmente práctico (no se pretendía formar sabios, sino
hombres preparados para las elevadas misiones políticas a que su rango les
permitía aspirar), los alumnos más activos o curiosos podían completarlos por su
cuenta mediante lecturas personales.

Años después, Descartes criticaría amargamente la educación recibida. Es


perfectamente posible, sin embargo, que su descontento al respecto proceda no
tanto de consideraciones filosóficas como de la natural reacción de un adolescente
que durante tantos años estuvo sometido a una disciplina, y de la sensación de
inutilidad de todo lo aprendido en relación con sus

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