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CHISTES

Un amigo le dice a otro…

- Oye, ¡mi gato ha matado a tu perro!

- Pero ¿Cómo va a matar tu gato a mi perro? Si mi perro es un Doberman que mide dos metros!!

- Ah, ya, ya lo sé. Pero es que mi gato es el del coche de mi padre.

Una madre mosquito le dice a sus hijos mosquititos:

“Hijos, tened mucho cuidado con los humanos y no os acerquéis a


ellos ya que siempre quieren matarnos”

Pero uno de los mosquitos le dijo:

“No, mami, eso no es cierto. El otro día un humano se pasó la tarde


aplaudiéndome.”

Llega el profesor a clase y se pone a repartir las notas.


- Luisito, toma, has sacado un diez…Pedrito, tú has sacado un ocho,
muy bien también… Juanito, un seis pero apruebas, bien… Pedrito,
tú has sacado un cero.
- Pero profesor, ¿y yo por qué he sacado un cero?
- Pues porque te has copiado del examen de Juanito.
- ¿¿!!YO??!! ¿Y usted cómo sabe eso?
- Pues porque has contestado las cuatro primeras preguntas igual que él. Y en la quinta pregunta, Juanito pone “No me la sé" y tú
has escrito: "Yo tampoco me la sé".

El dinero de Pepito
El profesor le pregunta a Pepito en clase de matemáticas.
- Pepito, si en un bolsillo del pantalón tienes 10 euros y en el otro tienes dos billetes de 100 euros, ¿qué tienes en total?
- Los pantalones de otro, profesor.

El padre de Pepito le pregunta al llegar del cole…


- Pepito, ¿cómo te salieron los exámenes de hoy?
- Pues no lo sé, papi, pero los profesores son muy religiosos.
- ¿Religiosos? ¿Y eso?
- Pues es que mientras leían mi examen no paraban de decir “Ay, Señor”, Ave María purísima”, “La virgen santa”.

La muerte de Cristóbal Colón


- Veamos, Pepito, ¿qué puedes decirme de la muerte de Cristóbal Colón?
- Que lo siento muchísimo, señorita.

Jaimito le pregunta a su madre:


“¿Mamá, qué es lo que tienes en la barriga?”
Y su madre le contesta:
“Pues tengo un bebé que me ha regalado tu padre.”

El niño la mira con cara de susto y sale corriendo hasta dónde está su padre y le dice:
“¡¡Papá, Papá!! ¡¡No le regales más bebés a mamá porque se los come!!”

Jaimito llega de jugar al fútbol y está súper contento. Y le dice a su padre:


“¡¡Papá, papá, jugué el mejor partido de mi vida!! ¡¡Metí tres goles!!”

“Ala, que bien Jaimtio. ¿¿Y cómo quedasteis??”


“Pues perdimos 2 a 1.”

La madre de Jaimito está hablando con una amiga y le dice:


“Pues a mi hijo Jaimito le gusta mucho bailar y cantar y de mayor quiere dedicarse a una de esas dos cosas, pero no sabe qué
elegir” A lo que la amiga le contesta:

- Pues yo creo que debería elegir el baile.


- ¿Por qué? ¿Le viste bailar?
- No, ¡¡pero le he oído cantar!!!

Va Jaimito a su madre y le pregunta:


- Mami, mami, ¿¿los caramelos de chocolate caminan por la pared??
- Pues no, Jaimito. Los caramelos no caminan.
- Ah… pues entonces me he comido una cucaracha.

Un niño entra a una óptica y le dice al vendedor:


- Quiero comprar unas gafas, por favor.

El vendedor le pregunta:
- ¿Para el sol?

Y el niño responde:
- No. ¡Para mí!

¿¿Qué le regala Batman a su mamá??

Una BAT-idora

Dos niños hablando y uno le pregunta al otro:

- Oye, ¿tú sabes cómo se llaman los habitantes de Belén?


- Esto... ¿Belencianos? ¡¡No, no!! ¡¡BELENCEÑOS!!

- No, hombre, no. Se llaman “Figuritas”.

Dos locos están montando el árbol de navidad, y uno le dice al otro: “Avísame cuando se encienden las luces”.

Y el otro loco le contesta: “Ahora sí, ahora no, ahora sí, ahora no, ahora…”

Llega un inspector al manicomio para hacer una revisión y hay un loco en la habitación imitando a una moto. “BRRRRROMM”.El
inspector le dice al director del manicomio:

- Por favor, dígale que se calle.

- ¿Por qué? ¿Le molesta el ruido que hace?

- No. ¡¡Me molesta el humo!!

Esto son unos locos que están en un manicomio rodeado de cien vallas. Un día dos locos deciden escaparse. Empiezan a saltar
vallas:1... 2... 3... 15... 47...

Cuando van por la 99 ya están muy cansados. Entonces un loco le dice al otro:
- No puedo más. Vamos para el manicomio y mañana lo volvemos a intentar, ¿te parece?

¿Sabes que le dice un jaguar a otro? “Jaguar yu”

Dos presos en la cárcel y uno le dice al otro:

- Oye, ¿y tú porqué estás aquí?

- Pues por lo mismo que tú. ¡¡¡Porque no me dejan salir!!!

Esto era un chiste tan pero tan malo, que le pegaba a los chistes más pequeños.

Estaban dos tomates en una refrigeradora uno de ellos dice:

- ¡Ay! ¡¡Tengo mucho frío!!

Y el otro dice:

¡¡Leches!! ¡¡Un tomate que habla!!

Había una vez un hombre tan pequeño que se subió encima de una canica y dijo: ¡El mundo es mío!
QUÉ GUAPO
- Papá, ¿qué se siente tener un hijo tan guapo?.
- No sé hijo, pregúntale a tu abuelo...

TRABAJO
Dos amigos:
- Oye, pues mi hijo en su nuevo trabajo se siente
como pez en el agua.
- ¿Qué hace?

- Nada...
NARIZ GRANDE
- Cariño ¿tengo la nariz grande?
- No, tienes una nariz común.
- ¿Ah, sí?
- Sí, ¡común tucán!
55
Mi madre me abraza.

Un desconocido insiste para que suba al carro.

Me guiña el ojo un desconocido.

Intentan tocarme sin mi consentimiento.

Mi padre me besa en la mejía todos los días.

Me visto y desvisto en un lugar privado.

Me gusta abrazar a mis amigos y amigas.


Un niño o niña mayor me ofrece dinero si voy con él al baño.

Mi vecino me obliga a que me siente en sus piernas.

Evito que toquen mis genitales.

RIESGO

MEDIDA DE

PROTECCIÓN
NOMBRE
CLASE
HABITAT
PESO
LONGUITUD
CARACTE-
-RÍSTICA

PROMEDIO DE
VIDA

UTILIDAD
La zorra y la pantera

Mantenían una conversación muy animada la zorra y la pantera acerca de la


belleza.

-¡No me negaras que soy hermosa!- decía la pantera.-

Mi piel negra y aterciopelada es incomparable.

Pero la zorra tomo la palabra y dijo:

-¡Mucho más hermosa soy yo, aunque no por mi apariencia ni por mi cuerpo,
sino más bien
por mi inteligencia y por mi espíritu!

MORALEJA

Las cualidades mentales y espirituales


Son más importantes que las físicas.

La golondrina y la siembra

Cierta vez, un hombre estaba Sembrando caña en su campo, cuando paso


por el cielo una golondrina.

Al ver lo que el hombre estaba haciendo, el ave voló para advertir al resto de
las aves;

-Si la caña que está sembrando, crece -les dijo-, podrán fabricar jaulas en las
que atraparnos.

Debemos darnos prisa y arrancar todas las semillas antes de que germinen.

-¡Que ideas más tonta! ¡Como si la caña creciese de un día para otro!
-dijeron las demás aves.

Pasado un tiempo, la caña creció y, aunque los pájaros intentaron arrancarlo


con sus garras y sus picos, fue imposible: Las plantas se habían hecho
fuertes y duras, y ya había nada que hacer.
La golondrina, viendo que pronto su vida iba a estar en peligro, le pidió
protección al agricultor.

Desde entonces pudo vivir segura, mientras que las demás aves
fueron cazadas y encerradas por otros hombres en las jaulas que fabricaron
gracias a la caña.

MORALEJA:
Es más fácil eliminar el peligro en los comienzos
que cuando ya está instalado.

La zorra y las uvas

Es muy común que a más del mediodía


En ayunas la zorra iba cazando.

Halla una parra, quedase mirando


De la alta vid el fruto que pendía.

Causa bale mil ansias y congojas


No alcanzar las uvas con la guerra,
Al mostrar a sus dientes la alta parra
Negros racimos entre verdes hojas.

Miro, salto y anduvo en probaduras,


Pero vio el imposible ya de fijo.

Entonces fue cuando la zorra dijo:

-¡No las quiero comer! ¡No están maduras!

MORALEJA
No te engañes a ti mismo si las cosas
no te salen como quieres
cántaro

camisa

bocina

belleza

tijera

madura
voy por el mar con el sol y un pez

omer niño loro rosa caja toro piña silla jugar carlos

arrito perico encino amigo cachete batear practicar oruga lectura entonces

bisílabas alfabeto carnívoro interpretar cocodrilo ferrocarril velocidad saborear serpiente carretera

pentasílabas equilibrado rinoceronte hipopótamo ruidosamente característica respondieron inteligentes pequeñísimos sinceramente
miel

color barro

sabor vela

trece cero

quince brazo sobre cinco

CUENTOS
LA PRINCESA IRENE

La princesa no quiere un príncipe azul,

ni ir por el castillo con trajes de tul.

Quiere ser distinta, estudiar,

no esperar a que alguien la venga a salvar.

Ella escribe versos junto a la ventana que rompe su padre al llegar la mañana.

La princesa llora lágrimas de letras;

que escapan al aire, igual que cometas.

Las buenas princesas no hacen tonterías. Le dice su padre, mil veces al día.

Mañana sin faltar, voy a viajar.

Cuando esté de vuelta te vas a casar.

Una buena esposa espero que seas

Y que te olvides pronto de tus locas ideas.


Pasaron semanas y el rey regresó

Y subió a la torre, apenas llegó.

Este príncipe rico, serio y valeroso

dentro de tres días será tu esposo.

La pobre princesa a hablar no se anima,

A su mente llegan una y otra rima.

Entonces de las nubes llovieron mil letras,

que bajaron locas, dando volteretas.

La joven volaba entre poesía,

mientras las palabras le hacían cosquillas.

Al llegar al suelo, tan bien escoltada

Los niños acuden a ver qué pasaba.

El rey, asustado bajo del castillo

Y al ver a su hija, dijo arrepentido:

si tantas palabras logran alegrarte

no seré yo quien vuelva a castigarte.

Cumplirás tu sueño: serás escritora.

Yo estaré a tu lado a partir de ahora


El padre y la hija se han comunicado:

Vuelven al castillo y el cuento ha acabado.

Autora: Beatriz Berrocal.


¿A quién le pertenece?

Había una vez un durazno grande, muy grande. Tenía un color

rojizo y un aroma delicioso. Se veía tan apetitoso que a todos se

les hacía la boca agua. ¿A quién le pertenecería?

La esbelta jirafa, el pesado rinoceronte, el cocodrilo bocón, el

conejo saltarín, el mono juguetón y hasta la pequeñísima oruga,

¡todos deseaban comerlo!

- Un durazno de semejante tamaño debería comerlo el más

alto de nosotros-dijo la jirafa y estiró su largo cuello.

-de acuerdo!

(respondieron los demás)

–Midamos quien es el más alto!

- No vale subirse encima de alguien- (le dijeron al mono.)

- La cola no cuenta le dijeron al cocodrilo.

- Tampoco vale parar las orejas (le dijeron al conejo.)

- ¿Vieron yo soy la más alta? (se jacto la jirafa) ¡yo soy la más

alta, así que el durazno me pertenece!


(Entonces bajó su largo cuello y, justo cuando estaba a punto

de comer el durazno…)

- ¡Un momento!(-exclamó el rinoceronte mientras golpeaba

ruidosamente el suelo con sus patas-) Un durazno de

semejante tamaño deberá comerlo el más pesado de

nosotros.

- ¿Cómo medimos el peso?(- Preguntaron todos.)

- ¡Fácil!(-respondió orgulloso el rinoceronte-) construyamos un

sube y baja. Cada uno se sienta en un extremo y en el otro

colocamos piedras, hasta que quede equilibrado.

- ¡Como una balanza! Buena idea(-opinaron todos.

El mono pesó cuatro piedras.

La jirafa veinte piedras

El conejo solo tres piedras.

La oruga no pesó ni una piedra.

El rinoceronte pesó ¡treinta piedras!)

- ¿Vieron?(-presumió el rinoceronte-) ¡Yo soy más pesado! Así

que el durazno me pertenece.


Entonces se abalanzó sobre el durazno y justo cuando estaba

por morderlo…

_ ¡Alto! (-interrumpió el cocodrilo-) Un durazno de semejante

tamaño deberá comerlo quien tenga la boca más grande.

Todos abrieron la boca tanto como pudieron.

_¡Mi boca en la más grande!(-afirmó el mono.)

¡Tonterías!(-grito el rinoceronte-)¡La mía es más grande!

Pero ninguna era comparable con la del cocodrilo.

_ ¿Vieron? (Aseguró el cocodrilo.-)_Mi boca es la más grande. Así

que el durazno me pertenece.

Entonces abrió su inmensa boca y justo cuando estaba por

morderlo…

_¡De ninguna manera!-( alegó el conejo saltarín y alzo las orejas-)

¡El durazno deberá comerlo quien tiene las orejas más largas!

-Ni la oruga ni yo tenemos orejas, como ustedes saben-(señaló el

cocodrilo.)
-No importa(-insistió el conejo mientras intentaba colgarse del

cuello de la jirafa-) ¡Tengo las orejas más largas! Así que el

durazno me pertenece.

-¡Esto es un disparate!(-se quejó el mono-) Lo lógico es que el

durazno le pertenezca a quien tiene la cola más larga. Tengo una

cola larga, larga, así que…

-Un minuto por favor- ( interrumpió el cocodrilo) -Yo ni

siquiera sé dónde comienza mi cola…

_¡Esto es terriblemente injusto! (-chillo la oruga)-¿Por qué

tenemos que ordenarnos siempre de mayor a menor? ¿Y si lo

hacemos al revés?

- Si nos ordenamos según la altura, del más bajo al más alto,

¡Soy la primera!

- Si nos ordenamos según el peso, del más liviano al más

pesado, ¡Soy la primera!

- Si nos ordenamos según la anchura, del más delgado al más

grueso, ¡Soy la primera!


- Si nos ordenamos según la longitud, de la más corta a la más

larga ¡Soy la primera!

- Si nos ordenamos en forma creciente-concluyó la oruga- ¡Soy

siempre la primera! Así que no hay ninguna duda ¡el durazno

me pertenece a mi!

- ¿Ah, si? (-dijeron a coro-) ¿Y cómo podrá una oruga tan

pequeña comerse un durazno tan grande?

- ¡Así!-dijo la oruga. (Se introdujo en el durazno y empezó a

comérselo.)
LA FAMILIA DE TREMELIQUES

Tremeliques comía tranquilamente su segunda zanahoria cuando


alguien tocó su hombro. _ tremeliques siéntate por favor-dijo Trotón.-
tenemos que contarte alfo muy importante.

Tus padres te trajeron cuando eras pequeñito,-explicó Mil Hojas-Tenían


dieciséis hijitos que alimentar. Buscaron quienes te amaran y te
cuidaran. Y eso hemos hecho Trotón y yo desde ese día. Tremeliques
movió su nariz y sus ojos se pusieron brillantes, como cuando uno
quiere llorar.

No entiendo, -dijo bajito- Si no son Papá conejo y Mamá Coneja,


entonces, ¿Quiénes son?

-yo soy un caballo -- dijo Trotón—

-yo soy una vaca-dijo Mil Hojas-.

-pero, los conejos viven en una madriguera-dijo, con los ojos llorosos-
nosotros tres vivimos en una.

-Es un túnel abandonado-Dijo Mil Hojas.-no queríamos que pensaras


que era una madriguera.

_Pero los conejos comen zanahorias y nosotros comemos muchas


zanahorias_ dijo Tremeliques.

_Es muy oscuro dentro del túnel _explicó trotón. _ Comemos zanahorias
para ver mejor.

Yo todavía no entiendo – dijo tremeliques.

_ven con nosotros -- dijeron Trotón y Mil Hojas y caminaron hasta la


margen del río.
--Ahora ve el reflejo de nosotros tres en el agua. ¿Qué ves?—preguntó
Mil hojas—

-- veo dos pares de grandes ojos que brillan cuando me miran. Veo dos
sonrisas que me hacen feliz. –dijo tremeliques mirando el reflejo y
agregó—Veo a los dos mejores conejos del mundo.

--Mira otra vez—dijo Mil Hojas—Tú tienes las orejas grandes. Nosotros
tenemos orejas cortas.

--tú tienes cola corta y esponjosa. Nuestras colas son cortas y largas y
colgantes. Tu pelo es suave y blanco y el nuestro es áspero y café—dijo
Trotón.

--Nunca me había dado cuenta—murmuró Tremeliques, su naricita


tembló y huyó del lugar llorando fuerte. Se fue lejos del río, lejos de Mil
Hojas, lejos de Trotón. Tan lejos, como sus patitas lo pudieron llevar.

Mil Hojas y Trotón lo buscaron. Lo llamaron desde los montes más altos
y en los agujeros más profundos. Preguntaron a cada animal del bosque,
a cada insecto, a cada planta: --¿Han visto a Tremeliques? ¿Saben
dónde está?—Nadie sabía. Tremeliques había desaparecido.

Ya estaba oscuro. Mil Hojas y Trotón se tropezaban con los árboles.


Tristemente decidieron volver a casa. Cuando estaban muy
cerca…escucharon muuuu, o un hiiiiiii. Pararon sus orejas. Un sonido
débil y tembloroso venía del túnel, parecía un mugido, un relincho…

Cuando Mil Hojas y Trotón llegaron al túnel encontraron una criatura


muy extraña sentada a la entrada. Su pelo, manchado con barro. Sus
largas orejas, enrolladas y sujeras por ganchos de ropa, se había atado
una rama a su colita. Sus ojos trristes brillaban y su naricita temblaba.

--¡Tremeliques!---gritaron felices Mil Hojas y Trotón—¿Dónde estuviste?

--Muuuu—murmuró Tremeliques.—Hiiiii—murmuró nuevamente


Tremeliques.

Mil Hojas le lamió el barro. Trotón le quitó con cuidado los ganchos de
las orejas y la rama de la colita.

--Nosotros somos tus padres—dijo Mil Hijas. —Aunque no seamos


conejos, te amamos y te cuidamos.
Serás siempre nuestro hijo, Tremeliques—dijo Trotón, sonriente.

--Esto basta para mí. –Tremeliques dio un pequeño salto de alegría y


movió su nariz. Tremeliques entró al túnel dando sltos y de repente, se
volvió y gritó lo más alto que pudo: --¿Qué hay para comer mamá y
papá? ¡Mamá y Papá!—Y le gustó el eco de su voz en el túnel.

Mil Hojas y Trotón reían alegremente y respondieron:

--¡Zanahorias, hijo!, ¡Zanahorias, hijo!, ¡Zanahorias, hijo!

Y en aquel instante, más que nunca, se sintieron como una verdadera


familia.

JIRA-FARAJI, LA JIRAFA DEL CUELLO CORTO

Ésta es Jira-Faraji. Jira-farojón es su padre. Jira-faraján es su madre.

Un día, Jira-Faraji se miró al espejo y vio que su cuello no había crecido. -¡Ay, ay,
ay!-gritó- me dirán Jira-Faraji, la jirafa del cuello corto.

Llorando, preguntó a sus padres: -¡Papá! ¡Mamá! ¿Qué puedo hacer para tener
el cuello como todas las jirafas?

Jira-Forojón y Jira-Faraján le dijeron:

Siete sandías

durante siete días

comer deberías.

Comió siete sandías y su cuello creció rápidamente. Estaba tan contenta que
siguió comiendo sandias.

Su cuello creció más. Creció tanto, que llegó a la altura de las copas de los
árboles.

-¿Cómo están, señores pájaros? ¡Qué distintos se ven desde aquí!

Se encontró con unos pájaros y los saludó;

-¿Cómo están señores pájaros?


-¡Hola!-respondieron, muy sorprendidos al ver la cabeza de un jirafa por las
alturas.

¡Uy, uy!- gritó-. ¡Me estoy quemando!-se quejó Jira-faraji. El sol estaba cerca de
su cabeza.

-¡Sol, me estás quemando!- se quejó Jira-faraji.

Lo siento –contestó el Sol- ¿Qué estás haciendo aquí?

-Comí muchas sandías.

No entiendo-le dijo el Sol.

Jira-faraji se puso a llora. Mirando hacia abajo, llamó a sus padres:


-¡Papá! ¡Mamá! ¿Qué puedo hacer? Mi cuello no deja de crecer.

Jira-forojón y Jira-faraján respondieron:

Si en la noche la luna brilla,


besa una flor de campanilla,

Toma un trago de manzanilla,

Adornada con una frutilla.

Jira-faraji besó la campanilla, tomó un trago de manzanilla, comió frutilla y su


cuello disminuyó al instante. Pero… Jira-faraji se entusiasmó. Besó muchas
campanillas, siguió tomando manzanilla y comiendo frutillas.

No se dio cuenta de lo corto que estaba su cuello, hasta que, de repente… vió a
su lado una hilera de hormigas.

Una de ellas preguntó.

-¿Quién eres tú?

-la jirafa Jira-faraji-contestó

-¡Una jirafa! Las jirafas son altas y tú eres baja. ¿Qué haces aquí?

-besé muchas campanillas, tomé mucha manzanilla y comí muchas frutillas.

-no te entiendo-dijo la hormiga-. Además, estoy ocupada. ¡Por favor, quítate de


mi camino!

Muy triste, mirando hacia arriba. Jira-faraji preguntó:

-¡Papá! ¡Mamá! Mi cuello está demasiado corto. ¿Qué puedo hacer?


Jira-farojón y Jira-faraján le recitaron:

Alcachofín, Alcachofán,
para ser igual que antes
espera que llegue el martes

Como era domingo… jira-faraji esperó hasta el lunes. Jira-faraji esperó hasta el
martes. Se miró al espejo y…

-¡Uuuuuufffff, qué bueno! –exclamó-. Soy de nuevo jira-faraji, la jirafa de cuello


corto.

El loro Tico Tango

El loro Tico Tango llevaba en el pico El higo al otro lado,


un mango redondo, dulce y morado.

que era menos amarillo Entonces, vio a la serpiente Teresa


con una roja cereza. Y Tico Tango
que el limón del armadillo.
pensó:
Y Tico Tango pensó: -¡Lo quiero!- y se
-¡Me gusta!- y se la llevó.
lo quitó.
El loro Tico Tango
El loro Tico Tanfo
llevaba en el pico un mango,
llevaba en el pico un mango,
y sobre un ala, amarillo
y sobre un ala, amarillo
el limón del armadillo.
el limón del armadillo.
El higo al otro lado,
Entonces, vió al mono Amado que
redondo, dulce y morado
comía un higo morado.
y en la espalda, con destreza, la roja
Y Tico Tango pensó: -¡Sabroso!-y se lo y rica cereza.
robó.
Entonces, vio a la rana Pepita,
El loro Tico Tango con uvas verdes, fresquitas.
llevaba en el pico un mango, y Rico Tango pensó:
y sobre un ala, amarillo, -¡Qué verdes!- y las agarró.
el limón del armadillo.
El loro Tico Tango ¡Se le cayó la cereza!
llevaba en el pico un mango, ! Y se le cayó el limón!
y sobre un ala, amarillo, !Al pobre Tico Tango
el limón del armadillo. no le quedó ni el mango!

El higo al otro lado,


redondo, dulce y morado
Sus amigos muy hambrientos
y en la espalda, con destreza,
se pusieron muy contentos.
la roja y rica cereza.
Juntaron las frutas robadas
En una garra, agarradas,
para hacer una ensalada.
las uvas verdes, robadas.
Las lavaron, las pelaron
Entonces, vio a la jaguar Soraya
y, en trocitos, las cortaron.
con una anaranjada papaya.

El loro Tico Tango


llevaba en el pico un mango, El loro Tico Tango
y sobre un ala amarillo, tristísimo, sin su mango,
el limón del armadillo. recordó sus modales
y habló con los animales.
El higo al otro lado,
redondo, dulce y morado -¡Por favor!- exclamó-
en la espalda, con destreza la roja y Perdonen lo que pasó.
rica cereza.
Haciendo muy poco esfuerzo,
En una garra, agarradas, les pidió de su almuerzo.
las uvas verdes, robadas,
y en la otra, sujetada, Entonces todos dialogaron y a un
la papaya anaranjada. acuerdo llegaron:

Entonces, vio a la iguana Salomé -Si nos bailas un tango


con un tamarindo café, te devolveremos el mango.

Y Tico Tango pensó: Y Tico Tango pensó,


-un tamarindo tan chico, pues me ganaré el perdón
aún me cabe en el pico. y de paso, mi almuerzo.

Y sin pensarlo, abrió su pico tragón. Y Tico Tango pensó:

¡Se le cayó la papaya! -¡Que hambre tengo!- y bailó.

¡Se le cayeron las uvas!


RAMÓN PREOCUPÓN

Ramón era preocupón. Le preocupaban muchas cosas. Se preocupaba por los


sombreros y se preocupaba por los zapatos.

Ramón se preocupaba hasta por las nubes, por la lluvia y porlos pájaros
enormes.

Su papá trataba de ayudarlo…

EL PAÍS DE LOS COLORES

Un día en el país de los colores, los niños estaban tristes y la razón era porque
los colores estaban enemistados por su diferente color.

Mientras los niños lloraban de la decepción, los colores reunidos discutirán


sobre sus diferencias y el primero en hablar fue:

El morado; y decía: Yo soy el color más hermoso que existe.


Soy muy elegante y sobrio, cualquier cosa que sea de mi color es maravillosa.
Por ejemplo, vean las orquídeas son muy bellas.

Al oír tal cosa, el rojo se levanta y dice: No se dan cuenta que el color más bello,
el más brillante, el más fuerte, soy yo, además represento el fuego que da calor
al frío.

El anaranjado dijo; Definitivamente yo soy el mejor de todos los colores. Por


algo muchas frutas y verduras como la naranja, mandarina y zanahoria tiene mi
color.

El amarillo dijo: Yo soy el color más claro y rico que existe. Sin mí no habría ni luz
, ni color y todas las cosas de gran valor como las joyas, son de mi color.

El color verde muy sonriente, dijo: ¡Aquí so soy el color más bonito!
Estoy en la hierba, en las hojas de los árboles, en la naturaleza, mi color es como
la esperanza.

Se levantó el color azul y dijo: De tantos colores, so soy el más bello que hay,
¡Mira el cielo, que hermoso y mira el mar; que profundo y grande es!…

El sol opinó y dijo: Los colores, cada uno por separado son bonitos e
importantes.

Al final los colores reflexionaron y decidieron juntar sus virtudes y formar un


hermoso arcoíris, y los niños jamás estuvieron tristes.

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