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JERARQUIA DE LEYES

LA LEGISLACIÓN EDUCATIVA:

Es importante que los y las docentes comprendamos la importancia de conocer el


ordenamiento jurídico que fundamenta el ejercicio de la docencia en los distintos
niveles educativos del país. A continuación se enumeran algunas leyes en esa
materia por orden de jerarquía:

1. Constitución Política de Guatemala.

2. Ley de Educación Nacional y su Reglamento.

3. Ley de Dignificación y Catalogación del Magisterio Nacional.

4. Ley de clases civiles y pasivas del Estado.

5. Ley de Servicio Civil y su Reglamento.

6. Ley de Desarrollo Social

7. Ley de Consejos de Desarrollo.

8. Ley General de Descentralización.

9. Ley de Salarios de la Administración Pública.

10. Aguinaldo para empleados públicos.

11. Ley de sindicalización y regulación de la huelga de los trabajadores del estado.


(ONSEC).

12. Reglamento para el disfrute y cobro de vacaciones del magisterio nacional.


(ONSEC).

Las leyes anteriores, forman parte de la amplia gama de legislación que rige al
Magisterio Nacional, debe hacerse énfasis en la jerarquía y supremacía de la
Constitución Política pues de ella emanan las demás leyes de carácter ordinario.
Ejemplo: Ley de Educación Nacional.

Las Leyes ordinarias son emitidas por el Organismo Legislativo, algunas leyes
tienen su reglamento, el reglamento es emitido por el Organismo Ejecutivo con su
facultad reglamentaria, con el respaldo de los Ministros de Estado, a lo que se le
llama refrendo ministerial, es decir que los Ministros autorizan la validez del
reglamento.

En conclusión, nadie debe alegar ignorancia de la ley, es nuestro deber como


docentes conocer, interpretar, analizar y aplicar la legislación en el ejercicio de
nuestra profesión.

CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE LA REPUBLICA SECCIÓN IV

La sección cuarta de la Constitución Política de la República de Guatemala contiene once artículos


dedicados a la educación. El artículo 71 establece: “Se garantiza la libertad de enseñanza de criterio
docente. Es obligación del Estado proporcionar y facilitar educación a sus habitantes sin discriminación
alguna”. También establece que el fin primordial de la educación es el “desarrollo integral de la persona,
el conocimiento de la realidad y cultura nacional y universal” (artículo 72). El artículo 73 se refiere a la
libertad de educación y asistencia estatal, estableciendo que “la familia es fuente de la educación y los
padres tienen derecho a escoger la que ha de impartirse a sus hijos menores” y establece que “el Estado
podrá subvencionar a los centros educativos privados gratuitos”. El artículo 74 establece que la
educación impartida por el Estado es gratuita y que el mismo proveerá y promoverá becas y créditos
educativos. La Constitución declara que el Estado organizará y promoverá con todos los recursos
necesarios la alfabetización (artículo 75) y establece que la administración del sistema educativo deberá
ser descentralizado y regionalizado y que en zonas de población indígena la enseñanza deberá impartirse
preferentemente en forma bilingüe (artículo 76). También estipula que las empresas están obligadas a
establecer y mantener escuelas, guarderías y centros culturales para sus trabajadores y población escolar
(artículo 77) y que el Estado promoverá la superación económica, social y cultural del magisterio
(artículo 78). Adicionalmente, la Constitución Política establece que es de interés nacional el estudio y
aprendizaje de la explotación, comercialización e industrialización agropecuaria (artículo 79) y que la
ciencia y tecnología son bases fundamentales del desarrollo nacional (artículo 80). Finalmente, la
constitución establece que los títulos y diplomas que el Estado emita tienen validez legal (artículo 81).

El párrafo anterior resume el contenido de los 11 artículos de nuestra Carta Magna en lo que refiere a
educación. Al analizar cada uno de estos cortos artículos podemos ver que cada uno de ellos representa
una gran directriz de cómo debiera ser y funcionar la educación en Guatemala. Nuestra constitución fue
decretada por la Asamblea Nacional Constituyente el 31 de mayo de 1985. Treinta y dos años han
transcurrido y nuestros indicadores educativos apenas se han movido. En contraste, Singapur que tenía
un nivel educativo similar a Guatemala, logró en un período de unos 40 años darle cara vuelta a su
educación para llegar a ser reconocido como uno de los mejores sistemas educativos en el mundo. De
igual forma, a Finlandia le tomó unos 50 años llegar a ser también un país reconocido mundialmente por
su sistema educativo de calidad.

No pretendo comparar nuestro sistema educativo con el de otros países, sino resaltar que en otras partes
del mundo han logrado mejoras radicales en sus sistemas educativos en un tiempo no mucho mayor al de
la vida de nuestra Constitución Política. Los que nuestra Carta Magna establece para la educación hace
bastante sentido y debería haber propiciado un sistema educativo mejor al que tenemos
actualmente. ¿Qué ha fallado?
Vale la pena analizar la legislación que afecta directa e indirectamente a nuestro sistema educativo y
evaluar si la misma está en línea con los preceptos constitucionales. Hay siete leyes (entre la
Constitución Política de la República, Decretos legislativos, Acuerdos gubernativos y Acuerdos
ministeriales) que proveen un marco de disposiciones generales respecto a la educación. Además, hay 18
decretos legislativos, 35 acuerdos gubernativos, 82 acuerdos ministeriales, 5 circulares, 4 instructivos, 2
oficios y 14 resoluciones que afectan la educación, sin considerar otras leyes paralelas como el Código
Laboral, el Código Tributario, el Código de Comercio y el Código Civil.

Considero que con la cantidad de leyes, acuerdos, oficios y resoluciones que regulan la educación, es
difícil hacer cumplir el primer artículo constitucional referente a la educación – el artículo 71 – el cual
establece la obligación del Estado de facilitar la educación a sus habitantes. Este conjunto de
regulaciones tiene contradicciones entre sí, inclusive algunas pudieran contradecir a la misma
Constitución Política. Muchas leyes interfieren con el desarrollo saludable de la educación, no se
enfocan en facilitar una educación de calidad sino en normar el actuar educativo. Algunas leyes regulan
aspectos que deberían ser manejados discrecionalmente por cada centro educativo, tales como
puntualidad, ausencias y pertenencias, y responsabiliza a los establecimientos educativos de aspectos
que corresponden a los padres de familia. Dentro del contexto actual, algunos artículos pueden hasta ser
considerados una burla, tal como el artículo 19 del Acuerdo Ministerial 01-2011 de la Normativa de
convivencia pacífica y disciplina, reformado en el 2013. Este artículo – referente a la infraestructura
eficiente y segura – establece que la dirección de cada centro educativo debe promover las mejoras en
las instalaciones que vulneren la seguridad de la comunidad educativa y deben tomar medidas de
seguridad contra la delincuencia. No hace falta visitar muchos centros educativos manejados por el
Estado para darse cuenta de la caótica situación en que está su infraestructura. He visto muchísimas
escuelas con hoyos en los techos, con sanitarios rotos, poca iluminación, ventanas rotas, con mobiliario
deficiente y mucho más. Casi tres cuartas partes de los 40,000 establecimientos educativos de Primaria y
Nivel Medio son manejados por el Estado (a nivel primaria, 90% de los casi 25,000 centros educativos
de ese nivel son públicos). Por aparte, un acuerdo regula las excursiones escolares, otro como
conmemorar las Fiestas Patrias y otro regula la creación de gobiernos escolares en las escuelas públicas,
otro regula las jornadas de trabajo, y así, muchas regulaciones adicionales que, lejos de facilitar la
educación, la limitan.

También pareciera que no se cumple el artículo 76 de la Constitución Política de la República, el cual


establece que la administración del sistema educativo debe ser descentralizado y regionalizado. El
Ministerio de Educación – el empleador más grande del país – cuenta con 24 direcciones, de las cuales
12 son Direcciones Generales y las otras 12 son Direcciones de apoyo administrativo y operativo.
Además, cuenta con 25 Direcciones departamentales las cuales regionalizan, pero no descentralizan la
administración. Todas las directrices siguen siendo generales y el marco de acción de las Direcciones
departamentales es limitado. No hay descentralización a nivel Municipal. Según el Diccionario de la
Real Academia Española, “descentralizar” significa “Transferir a diversas corporaciones u oficios parte
de la autoridad que antes ejercía el Gobierno supremo del Estado”.

Según el artículo 1 del Acuerdo Gubernativo 165-96 (Creación de las Direcciones departamentales de
educación), éstas están a cargo de un Director que depende directamente del Despacho Ministerial. El
Acuerdo Ministerial 1291-2008 de agosto 2008 tiene como objetivo “consolidar los esfuerzos de la
política transversal de descentralización impulsado por el Ministerio de Educación”. El artículo 18 del
Acuerdo Gubernativo 225-2008 (Reglamento orgánico interno del Ministerio de Educación) emitido un
mes después, en septiembre del 2008, establece que la Dirección General de Coordinación de
Direcciones Departamentales de Educación – DIGECOR – es la dependencia del Ministerio de
Educación responsable de coordinar las actividades que deben ejecutarse en las Direcciones
Departamentales. El artículo 19 del mismo acuerdo gubernativo establece que las Direcciones
Departamentales de Educación – DIDEDUC – son las dependencias del Ministerio de Educación que
tienen la responsabilidad de proponer e implementar en los departamentos de la República las políticas,
planes, programas y proyectos del Ministerio de Educación. Entonces, ¿en donde está la
descentralización de la que habla el artículo 76 de la Constitución Política y el Acuerdo Ministerial
1291-2008?

Lejos de hacer un análisis legal profundo de las leyes educativas – eso corresponde a los letrados en
derecho – busco la reflexión respecto a aquellos aspectos que inciden en mejorar la calidad educativa.
Considero que para poder mejorar se necesita una revisión completa de las leyes que afectan el sistema
educativo, de manera que faciliten – y no obstaculicen – la educación de los habitantes del país. Una
reforma educativa debe necesariamente contener una reforma legal integral que busque de una manera
frugal y sencilla, tal como decía Thomas Jefferson, que se hagan cumplir los preceptos constitucionales.

SECCION CUARTA DE LA CONSTITUCION POLITICA DE LA REPUBLICA

EDUCACION

ARTICULO 71.- Derecho a la educación. El Estado tiene la obligación de proporcionar una


educación gratuita a todos sus habitantes sin discriminación a las diferentes etnias y culturas que
existen en el país Guatemala.

ARTICULO 72.- Fines de la educación. Uno de los fines de la educación es brindar y crear nuevos
conocimientos y experiencias con el fin de lograr un desarrollo integral a la población en general.

ARTICULO 73.- Libertad de educación y asistencia económica estatal. Los padres de familia tienen
la obligación de brindar una mejor educación a sus hijos desde el nacimiento, como también
tienen el derecho de escoger el Centro Educativo para sus hijos menores.

Los centros educativos privados funcionan bajo la fiscalización del Estado.

Todos los centros educativos tienen la opción de elegir el desarrollo de las enseñanzas religiosas a
sus educandos, sin discriminación a otras religiones.

ARTICULO 74.- Educación obligatoria. El Estado tiene la responsabilidad de promover becas a los
educando y una educación gratuita. La población tiene el derecho y la obligación de recibir la
educación inicial, preprimaria, primaria y básica.

El Estado debe apoyar a los centros educativos: científica, tecnológica y humanística en ampliar y
orientar los objetivos establecidos.

ARTICULO 75.- Alfabetización. El Estado debe apoyar y proporcionar los recursos necesario que
requiere la alfabetización en el país de Guatemala. Con el fin de disminuir el porcentaje de
analfabetismo.

ARTICULO 76.- Sistema educativo y enseñanza bilingüe. En las áreas rurales y urbanas es
fundamental y primordial la educación bilingüe.
ARTICULO 77.- Obligaciones de los propietarios de empresas. Los empresarios, industriales,
agrícolas, pecuarias y comerciales tienen la obligación de crear escuelas, guarderías y centros
culturales para sus trabajadores y población escolar.

ARTICULO 78.- Magisterio. El Estado tiene la obligación de respetar todos los derechos de sus
trabajadores dándole una superación económica social y cultural.

ARTICULO 79.- Enseñanza agropecuaria. En todos los establecimientos que existen en el país
Guatemala deben implementar y organizar hacia un desarrollo de planes de estudio agropecuario
y forestal a nivel de enseñanza media. El estado debe proporcionar el cinco por ciento del
presupuesto del Ministerio de Agricultura a la enseñanza agropecuaria.

ARTICULO 80.- Promoción de la ciencia y la tecnología. El Estado reconoce y promueve la ciencia


y la tecnología como bases fundamentales del desarrollo nacional.

ARTICULO 81.- Títulos y diplomas. Solo el Estado extiende títulos y diplomas con plena validez
legar deben ser respetados en las diferentes profesiones.

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