Escolar Documentos
Profissional Documentos
Cultura Documentos
Cuando Dios hizo la palabra, la hizo para decretar, porque nos da ejemplo en Génesis 1 y
2, Dios habló sus decretos y empezó una transformación en todo el mundo; así que los
decretos son también una profecía, y viene de un vocablo griego que quiere decir: antes
de hablar, es decir que ocurren sucesos respecto de los cuales ya se había hablado antes,
se lanzó el decreto, ejemplo: “sea la luz” y fue la luz. Así que cuando decreto algo en el
mundo espiritual estoy esperando que esto se haga una realidad en mi vida, y ¿quiénes
pueden decretar? Todos aquellos que están revestidos de autoridad en el mundo
espiritual. Debemos entonces aprender que:
La misma Palabra dice en Deuteronomio 23:2, habla de aquellos que fueron concebidos
por fuera del matrimonio, y el enemigo trata de evitarles que accedan a la salvación y uno
ve tantas personas luchando por ello, pero no pueden porque hay un acta de decretos que
dice: “tú aquí no puedes entrar”, un decreto por eso tiene mucho poder, y cada elemento
de pecado, tiene una consecuencia que ya está escrita y todo está en la Biblia, por eso es
importante que la conozcamos. Nosotros mismos levantamos actas de decreto de
enfermedad, ejemplo: “Aquí voy con mi dolor”, y se apropian del dolor y así el diablo le
saca el decreto: “Te has atado con los dichos de tu boca”; por tal razón el mismo diablo
tratará de que ese decreto obre en nosotros por nuestra forma de hablar.
Obviamente también hay decretos de bendición, Deuteronomio 28: 1-14, decretos por
consecuencias de la obediencia, ejemplo Vr. 12; igualmente Isaías 53:5, así que, es
importante revisar cuales son los decretos que están sobre nosotros; encontramos que
podemos ser altamente prosperados y que somos igualmente totalmente sanados porque
Cristo ya llevó nuestras enfermedades. Un decreto va a defender tu derecho o te va a
poner bajo una ley; de ahí la importancia de conocer todos esos decretos, a los cuales
tenemos derecho y hablar conforme a lo que está escrito y declararlo, creerlo y caminar
conforme a esa Palabra. Cuando pensamos en los Decretos, nos referimos a los Diez
Mandamientos, y uno puede pensar que sí ha fallado por lo menos a uno de ellos, por tal
razón permitimos que se levante en nuestra contra Decretos de maldición, que son, los
que no nos dejan avanzar.
En ocasiones debe suceder así, por lo cual no es ninguna garantía creer que por ser un
hijo(a) de Dios, ya estamos exentos de todo, y por ello nos descuidamos. El levantar o
derogar decretos, necesita que estemos ejerciendo autoridad, de lo contrario no se debe
hacer (Hechos 19:13-17), los hijos de Esceva, trataron de imitar los milagros que Dios por
mano de Pablo hacia, y en su falta de sabiduría se determinaron a hacerlo, empezaron a
reprender demonios y sucedió que los avergonzó, porque no tenían ningún nivel de
autoridad. Es la razón por la cual primero se debe buscar aquellos que ya tienen un nivel
de autoridad, para que le ayuden a aprender y recibir de ellos sus enseñanzas; por eso
debemos ser formados a través de un Encuentro, Escuelas de Liderazgo, Congresos, etc., y
aprender a servir, porque es la única forma como podemos adquirir esa autoridad para
quebrantar los decretos que Satanás pretende esgrimir en nuestra contra.
La sabiduría tiene que ver con estar sujetos a la voluntad de Dios, puedo decretar todo lo
que la Palabra me permita hacer, pero el cumplimiento del decreto y el tiempo del
cumplimiento sólo depende de Dios porque él es Soberano, y todo será como Él diga,
ejemplo, cuando decretamos vida sobre una persona que está enferma, y este muere,
porque es la soberana voluntad de Dios que dice si ha de vivir o ha de morir, pero no
tenemos el derecho de cuestionar a Dios, porque Él es el Supremo Rey y estamos sujetos a
su voluntad y la última palabra la da el Señor.
CONCLUSIÓN. No podemos saber por qué Dios hace o no tal o cual cosa, lo nuestro es
decretar y los resultados le pertenecen a Él. En ocasiones distorsionamos la fe porque en
el momento que más contentos estamos, de repente enfrentamos alguna situación difícil,
y creemos que por ser cristianos no tenemos porque pasar por robos, atracos, etc.,
cuando al Señor Jesús le sucedieron tantas cosas. Hagamos lo que nos compete y
respetemos la voluntad de Dios, eso es tener sabiduría en la autoridad de Dios. No
permitamos que por circunstancias negativas nos alejemos de Dios, nos dio una autoridad
delegada es decir el Señor se reserva la última palabra, lo nuestro es establecer Decretos
de bendición porque la Palabra nos lo permite para su Gloria y su Honra.