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Introducción
Los habitantes del pre cerámico están relacionados a una vida nómada y su economía se basa
en la caza y la recolección, estos grupos no poseían un equipo técnico especializado sino
solamente la tosca industria lítica, se limitaban a dar unos cuantos golpes a la piedra para
obtener bordes cortantes y ángulos puntiagudos. Asimismo, conocían el fuego y
complementaban su bagaje cultural con artículos de cestería, pieles, artefactos de madera y
hueso. Estos pueblos de cazadores fueron poco a poco diseminándose en América, dejando en
muchos sitios parte de esos aspectos culturales de los que trataremos de investigar en este
trabajo.
Para suplir las insuficiencias de nuestra propia naturaleza ya que somos animales desnudos, sin
una piel abundante que nos proteja del frío, la humedad, el calor, la lluvia, etc. tuvimos la
necesidad de cubrirnos, en un principio por pieles de animales que eran parte de nuestra caza
habitual, para luego utilizar productos que se extraen tanto de animales y plantas y estos a su
vez pasan por un proceso para fabricar hilos, estos que se tejen, tricotan o enlazan para formar
una tela o paño que puede utilizarse para hacer ropa y otros objetos y así suplir nuestras
necesidades de protección.
El tejido que ha sido una parte fundamental de la vida humana quizás para expresar que
nosotros estamos por encima de la naturaleza, que somos algo diferente, seres que viven por y
para los símbolos; el tejido se convierte en un símbolo de poder social, gracias al cual se puede
marcar claramente las diferencias sociales que separan al pueblo de las elites, exhibiendo unos
lujosos e innecesarios atavíos.
“La palabra 'tejido' proviene del latín texere que significa 'tejer', 'trenzar' o 'construir'. La
mayoría de los textiles se fabrican a partir de hilos o cuerdas, dependiendo de su grosor,
confeccionados por torsión o trenzado de las fibras.
La producción textil se inicia desde el manejo, cuidado, cultivo y/o recolección de la especie
proveedora de fibra e implica un proceso complejo y dinámico. En este trabajo intentaremos
recopilar los distintos hallazgos Arqueológicos que nos muestren las evidencias del trabajo de
textiles en el periodo pre cerámico del Perú.
En este trabajo nos dedicaremos a estudiar la industria textil en dos sitios Arqueológicos
importantes que resumen en gran medida eL uso del textil en el periodo del pre-cerámico.
Los textiles son materiales muy difíciles de conservar en el contexto arqueológico debido a su
composición orgánica.
Algunos de los agentes que favorecen el deterioro de estos materiales son los cambios de
temperatura y humedad, pH extremo, rayos ultravioleta, atmosferas contaminantes y
microorganismos, por consecuencia han sido pocos los ejemplares encontrados en el Perú.
Liliana Ulloa 1981 “El algodón ha sido la fibra más antigua utilizada en textilería peruana” el
algodón se utiliza en producción de hilos, asociado a los utensilios de pesca, tales como lienzas,
uniones de arpones y cordelería en general, siendo esta fibra la más adecuada para esta
actividad, puesto que en contacto con el agua se merceriza haciéndose más resistente, lo que
no sucede con la fibra animal.
El uso de fibras de algodón se da en: implementos de pesca, lienzas, partes de arpones unidas
por embarrilamientos de algodón, cuchillos con punta lítica unida al mango por medio de hilos
de esta fibra y quizás para coser pieles en la confección de taparrabos, abrigos y en la unión de
fibras vegetales. Por lo tanto, el algodón tiene un uso muy limitado por lo menos en estos
primeros periodos del pre- cerámico
La costa norte de Perú alberga las pruebas más antiguas de cultivo del algodón. Splitstoser
explica en National Geographic que “el algodón nativo de la región, Gossypium barbadense, es
también conocido como Algodón Pima, y su cepa se convirtió en la espina dorsal de los
modernos híbridos industriales del algodón actual.
El periodo del pre cerámico tardio está relacionado con la domesticación de plantas y animales,
y el comienzo del estilo de vida aldeano, estos principios de domesticación podrían estar
relacionado con el uso del algodón y el hilado de este, el junco, etc, pero debemos saber que la
mayoría de las herramientas utilizadas para el hilado y el tejido están elaboradas con materias
primas perecederas, por lo cual, es un problema central para la arqueología, salvo en algunos
sitios donde se han conservado mucho de estos elementos. Y estos sitios son:
HUACA PRIETA
Dentro de los hallazgos se encontraron restos de pallares, frijoles, calabazas, zapallos, así como
abundantes recursos marinos.
También se hallaron artefactos líticos e instrumentos de pesca, como anzuelos de hueso, sedales
de algodón, y redes de regular tamaño con pesas de piedra y flotadores de mate. Asimismo, se
encontraron 33 esqueletos en posición flexionada cubiertos con esterillas.
Pero los hallazgos más resonantes lo constituyeron los más de tres mil fragmentos de tejidos,
en su mayoría de fibra de algodón. Son de manufactura rudimentaria, hechos solo con la
habilidad de las manos, pues aún no se conocía el telar.
En los textiles encontrados en Huaca Prieta (2500 a.C.) es donde vemos las primeras imágenes
que más adelante reconoceremos en la expresión de otras culturas. Allí podemos ver la figura
de un cóndor con una serpiente en su estómago
Fig 2 La fotografía retocada de la tela crea el cóndor tal como fue originalmente.
Aunque las cestas y esteras están entrelazadas y tejidas, Junius Bird pensó que deberían
discutirse separado de los textiles.
Haciendo distinción de los textiles de Huaca Prieta, las esteras y la cestería, es que mientras los
textiles tienen hilos hilados, las esteras y las cestas casi siempre están hechas de juncos. Sin
embargo, en algunos casos excepcionales, las tramas de algodón se encuentran en ambas
esteras y cestas.
Aproximadamente 272 fragmentos de cestas del pre cerámico fueron recuperadas en la Huaca
Prieta,
Fig 6. Agujas de hueso y espino esta última aun con el hilo entrelazado
Durante el largo período de pre-cerámico tardío, el algodón fue la fibra primaria y como
secundaria a esta, tenemos una fibra vegetal una especie de origen cactácea llamada Furcraea
Para distintos objetos, se usaron juncos de varias especies, el más común de este área es,
(Scirpus sp.; Cyperus sp.) o Junco de Agua, hoy aun es un material recolectado por los fabricantes
de sombreros y cestas.
(Scirpus totora) o solo Totora, último se usó para esteras y probablemente para algunos cordeles
de factura mucho más gruesa y el (Elcocharis sp.) una planta acuática de iguales características
que las anteriores, aunque Junius Bird en principio creyó que estas plantas se recolectaban y
los tallos fueron triturados o reducidos a fibra antes de ser sometidas a torsión, Fue un error,
por la evidencia hallada descubrió que el pasar del tiempo le dio esa apariencia fibrosa.
Las técnicas más frecuentes halladas en la confección de textiles son el entrelazado y el tapiz.
Estudio más recientes de este sitio nos muestra los investigadores Jeffrey C. Splitstoser, Tom D.
Dillehay, Jan Wouters y Ana Claro en su artículo publicado en Science Advances mencionan:
“Los tejidos de algodón de hace 6.000 años hallados en el asentamiento precerámico de Huaca
Prieta, en la costa norte de Perú, conservan rastros de un pigmento azul que ha sido analizado
e identificado positivamente como tinte indigoide (indigotina), lo que les convierte en la prueba
más antigua conocida de todo el mundo de la utilización del índigo, obtenido muy
probablemente de especies del género Indigofera nativas de Sudamérica. El descubrimiento
sería anterior en 1.500 años al uso de índigo más antiguo conocido del Nuevo Mundo, datado
en la dinastía V del antiguo Egipto [hace unos 4.400 años]”. Los investigadores analizaron ocho
retazos de tejido de algodón y mediante la utilización de cromatografía líquida de alto
rendimiento el equipo ha identificado la presencia de tinte índigo de origen vegetal en cinco de
las ocho muestras examinadas: dos de tejido tafetán y tres de tejido trenzado. Se cree que estos
fragmentos, rasgados o recortados, formaron parte en el pasado de bolsas o bolsos de algún
tipo.
“Los tejidos se encontraban muy, muy sucios en un principio” afirma el arqueólogo Jeffrey
Splitstoser en declaraciones recogidas por National Geographic, añadiendo a continuación que:
“Se puede ver azul en algunas de las muestras, pero en ellas predomina el gris”.
Fig 7 tejido de algodón donde se evidencia el color índigo
CARAL
Se encuentra en el valle de Supe, a 182 kilómetros al norte de Lima (Perú), a 23 km del litoral y
a 350 msnm.1 Se le atribuye una antigüedad de 5000 años y es considerada la ciudad más
antigua de América.
El primero que llamó la atención sobre Caral fue el estadounidense Paul Kosok, quien visitó el
lugar junto con el arqueólogo estadounidense Richard Schaedel en 1949. En su informe,
publicado en el libro Life, Land and Water in Ancient Peru, en 1965, mencionó que Chupicigarro
(como se le conocía a Caral entonces) debía ser muy antiguo, pero no pudo mostrar cuánto.
En 1975 el arquitecto peruano Carlos Williams hizo un registro de la mayoría de los sitios
arqueológicos en el valle de Supe, entre los cuales registró a Chupicigarro, a partir del cual hizo
algunas observaciones sobre el desarrollo de la arquitectura en los Andes, que presentó en el
artículo A Scheme for the Early Monumental Architecture of the Central Coast of Perú, publicado
en 1985 en el libro Early Ceremonial Architecture in the Andes.
El arqueólogo francés Frederic Engel visitó el lugar en 1979, levantando un plano y excavando
en el mismo. En su libro De las Begonias al Maíz, publicado en 1987, Engel afirmó que
Chupacigarro (como aún se conocía a Caral) pudo haber sido construido antes de la aparición de
la cerámica en los Andes (1800 aC), pero sus afirmaciones no fueron aceptadas por los
arqueólogos andinos.
En 1994 Ruth Shady recorrió nuevamente el valle de Supe e identificó 18 sitios con las mismas
características arquitectónicas, entre los cuales se encontraban los 4 conocidos como
Chupicigarro Grande, Chupicigarro Centro, Chupicigarro Oeste y Chupicigarro.
Para diferenciarlos Shady los denominó, Caral, Chupicigarro, Miraya y Lurihuasi. Caral, Miraya y
Lurihuasi son los nombres quechua de los poblados más cercanos a los sitios. Chupicigarro es el
nombre español de un ave del lugar.
Shady excavó en Caral a partir de 1996 y presentó sus datos por primera vez en 1997, en el libro
La Ciudad Sagrada de Caral-Supe en los albores de la civilización en el Perú. En ese libro sustentó
abiertamente la antigüedad precerámica de Caral, afirmación que consolidó de manera
irrefutable en los años siguientes, a través de excavaciones intensivas en el lugar.
Los pobladores del litoral pescaron y recolectaron diversas especies marinas, principalmente
anchoveta, choros y machas; los agricultores del valle produjeron mates y especies alimenticias
como achira, frijol, camote, zapallo, calabaza, papa, maní, palta, ají, pacae, guayaba, algodón
Sin duda una de las actividades más importantes que caracterizó a la sociedad de Caral fue la
producción y el almacenamiento de algodón en gran escala. Esto se evidencia en el hallazgo de
abundantes semillas y motas de algodón (Gossypium barbadense) en sus diversos
asentamientos. Destacan los grandes atados compactos de algodón de colores, pardo, marrón,
crema y beige, procedentes de Miraya y la Ciudad Sagrada de Caral.
Con la introducción del algodón se optimizó la industria textil de los inicios de la civilización. La
incorporación de este producto agrícola añadió nuevas posibilidades y variantes al proceso del
tejido: con la docilidad del algodón y del hilado se obtuvieron fibras más finas, y, al mismo
tiempo, de acuerdo al grado de torsión y retorsión, mayor resistencia.
Sin embargo, no se dejó de lado el uso de otras fibras vegetales (totora, junco, cabuya,
enredadera, corteza de madera, etc.) que antecedieron al uso de algodón en la producción textil.
Más bien, con la mezcla de los materiales se añadieron nuevas posibilidades al tejido, como en
el caso del quipu, recuperado en el Edificio Piramidal La Galería de la Ciudad Sagrada de Caral.
Elaboraron textiles de distintos colores naturales, con variadas técnicas (torzal, anillado, llano)
La cestería fue una de las actividades artesanales de importancia en la sociedad Caral. Consistió
en la manufactura de cestas, sogas, esteras y, principalmente, bolsas o shicras con fibras
vegetales como totora (Schoenoplectus sp. y Typha sp.), junco (Cyperus laevigatus), caña brava
(Gynerium sagittatum), carricillo (Phragmites australis), cabuya (Furcraea sp.) y cortadera
(Cortaderia sp.). Este último material fue obtenido en las regiones altoandinas (2500-3000 m s.
n. m.)
Fig 11 hallazgo de shicras en Caral
De estos dos sitios arqueológicos del pre cerámico podemos destacar la importancia del algodón
en el arte textil y la importancia que tendrá en los siguientes periodos en adelante, para un
mejor estudio ampliaremos nuestra investigación con los procesos de manufactura de los
textiles del pre cerámico.
La Galgada
El asentamiento, a 1100 m.s.n.m., ocupado por una población sedentaria desde cerca de 2540
a.C. y hasta el Formativo Temprano presenta como en ningún otro sitio una cantidad muy
significativa de plantas alimenticias. Hay abundante algodón (Gossypium ), cuyas semillas
habrían sido consumidas, cucúrbila (Cucurbita maxima y C. moschata), pallar (l'haseolus
lunatus),achira (Canna), frijol (Phaseolus vulgaris y Erythrina),ají (Capsicum sp.), ciruela del fraile
(H une hosia ), lúcuma (Pou te ria sp.) y mate (Lagefl(Jria sic eraria). Dadas las condiciones secas
del lugar, muchas de estas plantas sólo podrían haber sido cultivadas mediante riego o traídas
de otras partes. En este segundo caso están algunas semillas de palmeras (Acrocomia o
Guilielma) y tallos de Ephedra, plantas de climas más húmedos (Smilh en Grieder et al. 1988:
125- 151 ).
Los numerosos vegetales cultivados, las construcciones, los elaborados textiles con
representaciones iconográficas y los ítems de adorno u ofrenda, algunos procedentes de otros
lugares, ponen en evidencia las actividades variadas de sus pobladores para proveerse de
alimentos, efectuar sus ceremonias y ritos y obtener objetos especiales.
Fibra es cada uno de los filamentos que, dispuestos en haces, entran en la composición de los
hilos y tejidos, ya sean minerales, artificiales, vegetales o animales.
Fibra textil es la unidad de materia de todo textil. Las características de una fibra textil se
concretan en su: flexibilidad, finura y gran longitud referida a su tamaño.
EMPLEO DE COLORES
El algodón es una fibra que no se tiñe fácilmente con colorantes orgánicos, a diferencia del pelo
de camélido que toma más fácilmente los colores de muchas fuentes vegetales y animales.
Por lo tanto, es comprensible que la experimentación temprana con el color comience con el
uso de pigmentos de la tierra
Los pigmentos rojos parecen estar entre los primeros colorantes de las fibras de algodón y
también fueron colorantes primarios asociados con los espacios rituales. Sabemos de las minas
de óxido de hierro en Chile en uso desde alrededor de 7000-4000 a. C. durante el período arcaico
(9000-6000 a.C) y piedras de moler de pigmento rojo se descubrieron en El Paraíso en el valle
de Chillón, Perú, activo en 2000 a.C.
Según Engel, quien excavó el sitio "Dentro de la estructura había una gran piedra globular
cubierta de pigmento rojo y envuelta en tela de algodón. Al lado de la piedra envuelta había una
ofrenda de comida en un cuenco de calabaza”
Fig 13 piedra Con pigmento rojo, encontrado envuelto en paños de algodón. El Paraiso (ocupado hacia el
2000 aC).
Los pigmentos minerales, como los óxidos y ocres de hierro, así como el plomo rojo y el cinabrio,
fueron una fuente importante de color para los primeros tejidos de algodón, aunque se han
probado e identificado pocos ejemplos existentes.
Los colores particulares de la fibra el algodón como el Blanco, Crema o uyco, Pardo, Marrón
oscuro, Marrón rojizo, Lila o fifo aumentan la gama de colores
Un pigmento azul que ha sido analizado e identificado positivamente como tinte indigoide
obtenido muy probablemente de especies del género Indigofera nativas de Sudamérica
La coloración del algodón con pigmentos minerales permitió a los primeros tejedores construir
sus diseños dentro de la estructura de la tela.
ELABORACIÓN DE HILOS
Con la materia prima preparada o seleccionada se procede a elaborarlos hilos, hilar es la acción
por medio de la cual se agrupan, estiran y tuercen las fibras.
La torsión hacia la derecha es llamada torsión Z o una torsión hacia la izquierda, es llamada
torsión S
El hilo puede tener varios grados de torsión, desde "suelto" hasta muy tenso o torcido lo que
produce el hilo "crepé"
Según los estudios de Junios Bird en los textiles encontrados la gran mayoría posee un torcelado
en Z
El proceso de hila inicialmente no requirió de implementos, las fibras se torcían con los dedos,
las palmas de las manos, con una mano sobre el muslo o sobre la mejilla y estudios etnográficos
informan que en la actualidad existen grupos que conservan estas técnicas, y podría haber sido
la técnica usada en el pre cerámico del Perú.
Entre los implementos para hilar, el huso de mano (pushka) es empleado por las comunidades
que conservan técnicas tradicionales de tejido. El huso consiste en una vara, generalmente de
madera, que suele acompañarse con un implemento que actúa como contrapeso, el tortero
(muyuna). Su función es controlar la velocidad de giro al facilitar la rotación del huso, e influye
en diferentes propiedades de los hilados (López Campeny 2011-2012)
Es muy probable que este material se encuentre en el pre-cerámico del Perú, lamentablemente
no existe una evidencia clara en las excavaciones.
SOBRE EL TEJIDO
Se utiliza un solo elemento a partir de un eje horizontal fijo, con las siguientes variantes: anillado.
Esta es la técnica con la que se hacen las redes (de pesca)
Se dispone una estructura de hebras fijas horizontales en las cuales se enlaza el elemento
adicional con las variantes del caso anterior: enlazados y anillados, tanto flotantes ó fijos
(anudados) en la estructura de elementos.
Esta técnica es muy común en la cestería. La cestería se confecciona a partir de una estructura
fija donde se completa las paredes con la técnica de tejido simple o de enlazado, ó se usa sólo
la sarga (enlazando "canasta"), asimismo, se pueden cubrir estructuras sólidas con el enrollado
de los elementos.
Desde la histórica excavación de Bird de Huaca Prieta en la década de 1940 (Bird 1948, 1963),
se han localizado muchos otros sitios pre-cerámicos dentro de las arenas del desierto costero.
Se registra un patrón similar de tecnología textil. Uno que demuestra una dependencia de las
técnicas de telar apagado: simple bucle. Anudamiento y bucle anudado
Dado que esta etapa crucial coincide con la introducción del telar, los estudios sobre la industria
del telar naciente en el Perú se han visto severamente obstaculizados.
Conklin (1971, 1975a, 1979), por otro lado, ha enfatizado las posibilidades decorativas dentro
del amplio clase de tejido liso: brocado, discontinuo, tapiz y envoltura de urdimbre.
Desde el primer estudio crítico de O'Neale sobre tejidos primitivos de Ancon y Supe en 1954, los
esfuerzos combinados de estos muchos individuos han agregado información invaluable al
creciente cuerpo de datos sobre los procesos de telar temprano en Perú.
Mediante la integración de estos datos, ahora es posible establecer una secuencia tentativa para
la aparición inicial de las principales categorías de productos de telar durante el período de
desarrollo. El hecho de que esta secuencia sea lógicamente consistente con una reconstrucción
hipotética del crecimiento del tejido de telar desde las formas más simples hasta las más
complejas parece apoyar su veracidad.
La evidencia más temprana para la fabricación de textiles en Perú emerge casi dos milenios antes
del cultivo del algodón, y más de tres milenios antes de la introducción del telar y la cerámica.
De aproximadamente 5000 a 3000 B, c, las construcciones en bucle y trenzadas se fabrican
exclusivamente a partir de fibra que se encuentra en cactus, hierbas, juncias, algodoncillos y
juncos naturales (Donnan 1964: Engel 1960, Lanning 1967)
Looping construye una red de intercalaciones sin nudos o anudadas de un solo hilo. El trenzado,
por otro lado, requiere el cruce perpendicular de dos conjuntos separados de elementos y, por
lo tanto, a menudo se considera el antepasado del tejido real.
En el cerro Paloma, un sitio pre-ceramico, zona de vegetación de las estribaciones andinas, hasta
9,000 individuos pueden haber sido enterrados (Engel 1976: 90 92) Un informe preliminar de las
dos primeras fases de la excavación Afirma que, por lo general, el difunto estaba envuelto en
una o tres esteras torcidas, hechas principalmente de fibra de junco (Vallejos 1981 II, 16-35).
Las urdimbres, en los ejemplos de Paloma, primero se machacaron para ablandar las fibras y
liberarlas de la pulpa, y luego se retorcieron o se hilaron raramente antes del entrelazado. El
hilado manual se reservó para los ñames de trama, que a menudo eran S y Z (valleos 1981 16-
351. Presumiblemente, las tramas requerían la resistencia a la tracción adicional que los giros y
las vueltas proporcionaban su movimiento de torsión alrededor de la urdimbre.
Las telas más suaves y flexibles se lograban principalmente mediante bucles en lugar de torcerse
y con fibras de cactus hiladas en lugar de junco Vallejos 1981: 9-10, 16-35).
Incluso dentro de un repertorio técnico tan limitado, se encontró una decoración estructural
ocasional en las esteras de runco trenzadas de Paloma. En un caso, se introdujeron algunas
deformaciones hiladas a intervalos dentro del campo de las urdimbres sin propulsión.
Algodón, primero cultivado a lo largo de la costa tal vez ya en 3500 aC. (Engel 1976: 94),
proporcionó a los primeros agricultores una fuente potencialmente abundante de flexibilidad.
Una fibra fácilmente hilada Mientras que la introducción del algodón no alteró la tecnología del
telar desmontable de manera apreciable, aparentemente la nueva fibra estimuló un aumento
en la producción textil. Por su flexibilidad, amplió la gama de productos que podían fabricarse,
especialmente en prendas de vestir (Moseley 1975.64-67).
El uso de fibras de algodón, un elemento básico más corto que el punco grass o la fibra de cactus,
dio lugar a métodos de hilatura más eficientes, como evidenciado por la aparición de espirales
(Engel 1963: 23, 82. Figuras 16-18, 194, Moseley 1915: 28).
Luego de montarse los hilados en el telar, los artesanos utilizan diferentes artefactos accesorios
para la confección de las prendas. La variabilidad del conjunto instrumental en uso dependerá
de la estructura textil con que se confeccione la tela (faz de urdimbre o de trama) y de su
complejidad técnica.
En términos amplios, este instrumental se emplea tanto para separar las capas de urdimbres de
colores (lizos), escoger o contar los elementos de urdimbre durante las distintas etapas de
conformación de los diseños y, además, para apretar-ajustar los hilos de cada nueva pasada de
trama que se incorpora a la pieza. Como referentes de esta etapa incluyo un conjunto de
artefactos elaborados en hueso, que presentan sus bordes aguzados, en bisel, dentados y romos
aplanados que corresponderían a elementos accesorios del trabajo en el telar
Fig. 16. Artefactos utilizados en la factura de prendas
Las redes con nudo o anudadas también explotaron el color por su potencial decorativo (Bird
1985 Engel 1963, Grieder y Bueno Mendoza 1981),
El impulso estético se satisfizo aún más mediante la inclusión de cambios con la adición de
plumas, conchas y un pigmento rojo seco, posiblemente hematita, (Bird 1960, 1985, Engel 1966)
Por lo tanto, incluso antes de la introducción del telar. La tela se convirtió en un campo para la
elaboración artística. Si bien la introducción del algodón amplió los usos y el uso de los productos
textiles manufacturados, no cambió sustancialmente la tecnología heredada de la era anterior.
Las posibilidades decorativas de hilos teñidos y estructuras elaboradas se exploraron dentro de
las categorías establecidas de bucles, redes anudadas y torcelado.
Las excepciones son los hallazgos infrecuentes pero significativos de telas lisas de los niveles pre-
cerámicos de algodón. La irregularidad del tejido y otros rasgos de diagnóstico indican, sin
embargo, que estas piezas anómalas se tejieron seleccionando las urdimbres manualmente, en
lugar de con un telar (Bird y Mahler 1951-1952: 76-78. Bird et al. 1985: 198-199. Engel 1963 26.
43-46, Moseley y Willey 1973: 462)
El más convincente de estos diseños de tejidos primarios proviene de Huaca Prieta: la telaraña
con cara de urdimbre revela "una figura de pájaro, invertida e invertida en una repetición
El área de diseño (La figura está creada por un simple tejido flotante alterno (Bird y Mahler 195I-
1952: 76. 78: Bird et al 1985: 194. Figura 139: Rowe 1977: 54). Que el hilo se desvía
intencionalmente de la secuencia regular de pies sobre y bajo del fondo de tejido plano. Al saltar
un entrelazado, se forma un bote de tres tramos en la urdimbre de una cara de la tela y en la
mojada en la opuesta cara "(Rowe 1977: 53.)
Fig 18. (1) Tejido original, (2) trazado de tela en laboratorio (3) fotografía editada para observar el
diseño.
BIBLIOGRAFÍA:
1963 "Preceramic art from Huaca Prieta, Chicama Valley, Peru". Ñawpa Pacha 1: 29-33.
Berkeley: University of California.
DOYON-Bernard
RAMOS, Luis
1973 “LOS TEJIDOS PREINCAICOS DEL MUSEO DE AMÉRICA”. Tesis Doctoral presentada
en el Departamento de Historia de América II (Antropología de América), UNIVERSIDAD
COMPLUTENSE DE MADRID”
http://www.tiwanakuarcheo.net/13_handicrafts/textiles.html
http://www.tiwanakuarcheo.net/13_handicrafts/tecnicas.html
http://digitalcommons.unl.edu/pct7/