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IMPUNTUALIDAD

¿Quién no tiene un amigo impuntual? Que cuando quedamos con aquella


persona, no llega a la hora prevista y cuando llamamos para saber por dónde
está siempre dice: “ya estoy llegando” o “estoy cerca”. Cuando perfectamente
sabemos que es mentira y la única verdad es que recién están saliendo de sus
casas. Ser impuntual refleja una desorganización en nuestra vida, falta de
profesionalismo y falta de respeto hacia las demás personas quitándoles su
tiempo.

La impuntualidad deduce con facilidad la escasa o nula organización de


tiempo, de planeación de las actividades humanas o falta de uso de agenda y
reloj, causando perjuicios de diferente orden a los demás. La impuntualidad
ocasiona costos y graves prejuicios;

Económico.- porque en esas horas de esperas son improductivas y pérdidas


de tiempo, que generan costos y gastos de uso de bienes y servicios vanos.

Psicológicos, porque las horas de espera causan estrés a las personas


puntuales, quiénes ya no saben a qué hora empezará cada cita.

Sociales, porque daña la imagen de la sociedad y repercute en el prestigio e


imagen de una Nación.

Culturales, porque disminuye la cultura nacional ante la opinión internacional.

Como nos sucede en Bolivia en el que es triste ver como en los actos cívicos,
académicos, culturales, sociales, privados y públicos de toda naturaleza, la
hora de citación, de invitación, de convocatoria y de llamado, no es respetada
ni por los propios anfitriones en algunos casos, mucho menos por los invitados,
dando la triste imagen de falta de respeto y consideración a sí mismos,
vanagloriándose por el contrario al decir "Hora Boliviana que es una manera de
decir empezará tarde"

La solución de corregir nuestro mal habito de la impuntualidad es:

Detectar en qué perdemos tiempo y limitarlo

Organizar nuestras cosas

Contar con un margen de error por si algún problema

Levantarse cuando suene la alarma

Calcular el tiempo que le lleva cada tarea de forma objetiva

Planifique la agenda con racionalidad

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