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Sueño y estrés: relación con la obesidad y el


síndrome metabólico

Article in Revista Espanola de Obesidad · February 2007

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1 7,921

3 authors, including:

Sara Olavarrieta-Bernardino Julio Fernandez-Mendoza


Universidad Autónoma de Madrid Penn State Hershey Medical Center and Pen…
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REVISIONES

Sueño y estrés: relación con la obesidad y el síndrome


metabólico
Antonio Vela Bueno1, Sara Olavarrieta Bernardino1, Julio Fernández Mendoza1,2
1
Laboratorio de Sueño Humano y Cronobiología Aplicada. Departamento de Psiquiatría. Facultad de Medicina,
Universidad Autónoma de Madrid.
2
Departamento de Psicobiología. Facultad de Psicología, Universidad Complutense de Madrid.
Correspondencia: Antonio Vela Bueno. Laboratorio de Sueño Humano y Cronobiología Aplicada. Departamento de
Psiquiatría, Facultad de Medicina. Universidad Autónoma de Madrid. C/ Arzobispo Morcillo, 4, 28029-Madrid.
Tfno.: 914 97 54 92, fax: 914 97 53 53
E-mail: antonio.vela@uam.es

Resumen

La prevalencia de la obesidad ha aumentado de una forma paralela a la de la privación parcial


crónica de sueño en las sociedades modernas. Además de dicho paralelismo, parece haber me-
canismos que relacionan ambos fenómenos de una manera causal. Múltiples estudios epide-
miológicos complementados por varios estudios experimentales en sujetos normales dan ba-
se a dicha relación causal. La privación parcial crónica de sueño puede considerarse una si-
tuación de carga alostática que podría contribuir, por los cambios vegetativos y endocrinos que
implica, al desarrollo del síndrome metabólico, un cuadro clínico en cuya aparición parece te-
ner un papel importante el estrés crónico. Por otra parte, el síndrome de apnea obstructiva del
sueño se considera una manifestación de aquél. En este artículo se revisa la literatura más re-
levante acerca de la relación entre el sueño, el estrés y la obesidad y el síndrome metabólico.

Summary

A parallel increase of obesity and chronic partial sleep loss prevalence has been observed in
modern societies. In addition to this parallelism, both phenomena seem to have some causal
link. Several epidemiological surveys, together with some experimental studies in normal sub-
jects, support the notion of this causal relationship. Chronic partial sleep loss can be equated
with an allostatic load situation contributing, through its autonomic and endocrine correla-
tes, to the development of the metabolic syndrome, a condition that is related to chronic stress.
In addition, the obstructive sleep apnoea syndrome is considered a manifestation of the me-
tabolic syndrome. The most pertinent literature relating sleep, stress, obesity and the metabo-
lic syndrome is reviewed in this article.

Introducción bimortalidad. El sobrepeso y la obesidad son la con-


secuencia, en última instancia, de un desequilibrio
Las elevadas cifras de prevalencia de la obesidad energético que depende de la ingesta y del gasto ca-
en los países desarrollados, incluida España, cons- lóricos. En consecuencia, la adecuación de una y
tituyen un problema de salud pública de primera otro constituyen los fundamentos básicos tanto del
magnitud por su previsible impacto sobre la mor- tratamiento del enfermo individual como de las

77
78 Vela Bueno y cols.
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campañas sanitarias dirigidas a la población gene- res a los propios del síndrome metabólico. Por otra,
ral. se ha sugerido que el síndrome de apnea del sueño
El aumento de la prevalencia de la obesidad ha es una manifestación del síndrome metabólico.
ido en paralelo al incremento de la prevalencia de En las siguientes secciones de este artículo revisare-
la privación parcial de sueño en la población gene- mos brevemente todos estos aspectos. En la última se
ral. Por ello, en los últimos años se ha prestado aten- recomendarán algunas medidas destinadas a mejorar
ción a la posible relación entre ambos fenómenos. el sueño, que deberían tenerse en cuenta tanto para
Así, numerosos estudios epidemiológicos han pues- tratar como para prevenir el sobrepeso y la obesidad.
to de manifiesto que un sueño insuficiente se aso-
cia con el riesgo de tener sobrepeso u obesidad. Sueño insuficiente y peso corporal
El sueño tiene un papel fundamental en la regu-
lación del equilibrio energético. Así lo demuestra Más de veinte estudios epidemiológicos, publica-
la relación existente entre diversas hormonas im- dos todos, excepto dos, desde el año 2000, han de-
plicadas en la regulación metabólica y el ritmo sue- mostrado que existe una relación inversa entre du-
ño-vigilia. Estudios experimentales en humanos sa- ración habitual de sueño y peso corporal. La mayo-
nos han demostrado que la privación parcial de sue- ría de dichos estudios fueron hechos de forma trans-
ño tiene efectos endocrinos y metabólicos que po- versal, aunque algunos utilizaron un diseño longitu-
drían explicar la relación existente entre sueño y dinal, como son varios estudios de cohortes. El ta-
peso corporal, puesta de manifiesto en los estudios maño de las muestras de los distintos estudios varió
epidemiológicos que hemos mencionado antes. desde 150 a más de un millón de personas y los gru-
La obesidad constituye un factor de riesgo para pos de edad estudiados incluyeron tanto niños y ado-
padecer el síndrome de apnea del sueño, como se lescentes como adultos. En la mayoría de los estu-
sabe desde que se describió este último. Más re- dios estuvieron representados ambos sexos. La me-
cientemente se han descrito, basándose en estudios todología usada se basó en datos subjetivos, con la
objetivos, alteraciones del sueño en personas con excepción de algún estudio aislado, que además usó
obesidad y sin síndrome de apnea del sueño que procedimientos objetivos, ya sea registros poligráfi-
pueden ayudar a identificar subtipos de obesidad. cos o actigrafía. La casi totalidad de los estudios se
Las relaciones entre el sueño y el desarrollo del realizó en países occidentales (de Europa y Nortea-
síndrome metabólico se han demostrado tanto en mérica) y sólo unos pocos se hicieron en países de
sujetos sanos como enfermos. Por una parte, la pri- Asia con un estilo de vida similar en gran parte al de
vación parcial de sueño da lugar a cambios simila- aquellos (Japón y Taiwán).

Tabla 1. Estudios epidemiológicos más relevantes que relacionan la duración de sueño y el peso corporal en adultos

Primer autor Sujetos Diseño, país Método y medidas Principales hallazgos


(año de publicación) Nº Edad
Vioque (2000)1 1.772 ≥ 15 Estudio transversal IMC y número de Dormir más de 9 h/día estaba
en la Comunidad horas de sueño asociado con una menor
Valenciana, España. autoinformadas. prevalencia de obesidad cuando
se comparaba con dormir 6h/día;
OR= 0,43 (IC: 0,27-0,67).
Shigeta (2001)2 453 53 Encuesta transversal IMC, cuestionario El sueño insuficiente estaba
(edad media) en población clínica, de patrón de sueño. asociado con la obesidad,
Japón. definida como IMC> 25;
OR= 2,0 (IC: 1,3-3,82).
Kripke (2002)3 1,1 32-102 Estudio transversal IMC, número de horas Relación curvilínea en forma
millones de la American Cancer de sueño autoinformadas. de U entre el IMC y las horas
Society, Estados Unidos. de sueño en las mujeres
(mínimo en 7-8 h) pero no en los
hombres (tendencia monotónica;
estable para un sueño mayor

å
de 7 h).
Sueño y estrés: relación con la obesidad y el síndrome metabólico 79
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æ
Primer autor Sujetos Diseño, país Método y medidas Principales hallazgos
(año de publicación) Nº Edad
Taheri (2004)4 721 35-60 Wisconsin Sleep Cohort IMC, polisomnografía, Relación curvilínea en forma de U
en la LB Study, estudio longitudinal cuestionarios de sueño, entre la duración de sueño
(media 52,7) sobre sueño en población diarios de sueño, ghrelina, y el IMC (mínimo en 7-8 h);
general, Estados Unidos. insulina, leptina. el sueño de duración corta está
asociado con un aumento en la
ghrelina y un descenso en la
leptina; relación no significativa
con la insulina y la resistencia
a la insulina.
Cournot (2004)5 3.127 32, 42, 52, 62 Estudio VISAT IMC, número de horas El IMC era mayor en 347 mujeres
(Vieillissement, santé de sueño autoinformadas que dormían < de 6 h al ser
et travail), Francia. (entrevistas médicas y comparadas con las 1.121 mujeres
cuestionarios). ≥
que dormían 6 h (24,4 vs. 23,4
p> 0,0001). No hallaron diferencias
en el IMC en los 1.658 hombres

(< vs. 6 h).
Patel (2004)6
82.969 30-55 Nurses Health Study, IMC, número de horas de Relación curvilínea en forma
mujeres en la LB estudio de salud en sueño autoinformadas. de U (IMC mínimo en 7-8 horas
enfermeras, estudio de sueño).
prospectivo y observacional,
Estados Unidos.
Hasler (2004)7 496 27 en la Estudio de cohorte de IMC, número de horas de Asociación entre la duración
LB; 29, 34, Zurich, estudio de cohorte sueño autoinformadas. acortada de sueño y obesidad
40 en el prospectivo de 13 años a los 27 años (OR= 7,4; IC: 1,3-43,1);
SEG y edad única, Suiza. tendencia (p= 0,08) en la asociación
entre el cambio en el peso y el
cambio en el sueño.
Vorona (2005)8 924 18-91 Estudio prospectivo IMC, cuestionarios El TTS estimado disminuye con el
realizado en 4 centros de sueño. aumento del IMC (F3,36 p= 0,04).
de atención primaria
en Estados Unidos.
Gangwisch (2005)9 9.588 32-86 National Health and IMC, horas de sueño Los sujetos entre 32 y 49 años que
Nutrition Examination autoinformadas. referían dormir < de 7 h tenían un
Survey (NHANES), estudio IMC mayor y mayor probabilidad
longitudinal, Estados Unidos. de ser obesos que los sujetos que

dormían de 7 h.
Kohatsu (2006) 10
990 35-60 Keokun County Rural IMC, horas de sueño Correlación negativa entre la
Health Cohort Study autoinformadas. duración de sueño entre semana
(1999-2004), estudio (β= –0,42; IC: –0,77-–0,07) y un IMC
transversal, Estados Unidos. elevado, tras controlar las variables
sexo, edad, nivel educativo,
demandas físicas laborales,
ingresos familiares, síntomas
depresivos, estado civil, consumo
de alcohol y ronquido.

Modificado de Cizza y cols., 2005.11


IMC: índice de masa corporal; TTS: tiempo total de sueño; LB: línea base; SEG: seguimiento; OR: odds ratio; IC: intervalo de confianza al 95%.

En general, los estudios muestran una relación tablecer una relación de causalidad. Los datos de
dosis-respuesta entre duración acortada de sueño los pocos estudios longitudinales (con una signifi-
y excesivo peso corporal. Esta relación es más mar- cación estadística en el límite) parecen apoyar di-
cada en los niños, en los que es de tipo lineal. Da- cha relación. No obstante, la relación causal más
do que la mayoría de los estudios fueron transver- sólida la sugieren los estudios experimentales que
sales y el tamaño del efecto pequeño, es difícil es- se describen en la sección siguiente. La Tabla 1 re-
80 Vela Bueno y cols.
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Tabla 2. Estudios epidemiológicos más relevantes que relacionan la duración de sueño y el peso corporal en niños y adolescentes

Primer autor Sujetos Diseño, país Método y medidas Principales hallazgos


(año de publicación) Nº Edad
Locard (1992)12 1.031 5 Estudio caso (327 obesos) Altura y peso, hábitos La duración acortada de sueño
versus control (704), de sueño aportados estaba asociada con la presencia
Francia. por los padres. de obesidad (OR: 4,9).
Kagaminori (1999)13 9.668 3 Estudio de cohorte IMC, hábitos de sueño Dormir menos de 10 horas era
transversal caso aportados por los significativamente más frecuente
versus control, padres. en los niños obesos (29,3%) que
Toyoma, Japón. en los niños no obesos (13,7%).

Von Kries (2002)14 6.862 5-6 Estudio transversal, IMC y cantidad de grasa, Disminución dosis-dependiente
Alemania. horas de sueño durante en la prevalencia de obesidad
la semana. con el mayor número de horas
de sueño. OR ajustado: 0,52
(IC: 0,34-0,78) para dormir entre

10,5-11,0 h versus dormir 10,5 h;
OR ajustado: 0,46 (IC: 0,28-0,75)

para dormir 11,5 h versus 10,5 h. ≤
Sekine (2002) 15
8.274 6-7 Estudio de cohorte IMC, hábitos de sueño Al ser comparados con los niños
de Toyama, estudio ≥
aportados por los padres. que dormían 10 h, el OR ajustado
de cohorte realizado para la obesidad infantil fue de
en Japón. 1,49 (IC: 1,08-2,14) para aquellos
con 9-10 h de sueño, de 1,89
(IC: 1,34-2,73) para aquellos con
8-9 h, y 2,87 (IC: 1,61-5,05) para
aquellos con < de 8 h.
Gupta (2002)16 383 11-16 Estudio Heartfelt, IMC y porcentaje de grasa Un sueño de pocas horas estaba
muestreo transversal, corporal, TST y tiempo asociado a obesidad y a un mayor
Estados Unidos. de sueño alterado definido porcentaje de grasa corporal.
mediante actigrafía. El OR ajustado para obesidad
disminuía en un 20% por cada
hora de aumento del sueño.
Agras (2004)17 150 91/2 Estudio prospectivo IMC, horas de sueño- Correlación negativa entre las
de niños desde el actividad definidos horas de sueño y el sobrepeso
nacimiento hasta los mediante actigrafía. (–0,21); los niños con sobrepeso
9 años y medio de edad, dormían de media 30 minutos
Estados Unidos. menos que los niños con
normopeso. Las horas de sueño
estaban negativamente
correlacionadas con los niveles
elevados de actividad.
Gibson (2004)18 1.294 7-18 National Diet and IMC, horas de sueño Los niños obesos pasaban menos
Nutrition Survey of Young autoinformadas. tiempo en la cama (10-20 minutos
People, estudio transversal, el primer quintil ajustado el IMC
Reino Unido. con la edad versus quinto quintil),
pero esta relación fue
estadísticamente significativa
únicamente en los varones.
Reilly (2005)19 8.234 7 Estudio longitudinal IMC, obesidad a la edad Se identificaron de forma
Avon, estudio prospectivo, de 7 años, hábitos de independiente 8 de entre 25
Reino Unido. sueño aportados por los factores de riesgo asociados con
padres. presentar obesidad a los 7 años,
entre ellos la duración acortada
de sueño (< 10,5 h) a los 3 años

å
de edad (OR: 1,45; IC 1,10-1,89).
Sueño y estrés: relación con la obesidad y el síndrome metabólico 81
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æ
Primer autor Sujetos Diseño, país Método y medidas Principales hallazgos
(año de publicación) Nº Edad
Padez (2005)20 4.511 7-9 Estudio transversal, IMC, hábitos de sueño IMC versus 8 horas de sueño.
Portugal. aportados por los padres. Sobrepeso: OR: 0,46 (IC: 0,40-0,51)
para 9-10 horas de sueño; OR: 0,44

(IC: 0,38-0,49) para 11 horas.
Obesidad: OR: 0,44 (IC: 0,40-0,47)
para 9-10 horas; OR: 0,39

(IC: 0,35-0,42) para 11 horas.
Knutson (2005) 21
4.486 15-18 Estudio transversal IMC, número de horas de Los hallazgos fueron significativos
del National Longitudinal sueño autoinformadas. únicamente para los varones.
Study of Adolescents Regresión lineal: la duración de
Health, Estados Unidos. sueño predecía significativamente
la puntuación z del IMC (β= –0,08;
IC: –0,12-0,03). Regresión logística:
la duración de sueño predecía el
riesgo de sobrepeso (OR: 0,90;
IC: 0,82-1,00).
Chaput (2006)22 422 5-10 Estudio transversal IMC, hábitos de sueño OR multivariado para obesidad
del Proyecto “Quebec aportados por los versus 12-13 horas de sueño fue
en Forme”, Canadá. padres. de: 1,42 (IC: 1,09-1,98) para
10,5-11,5 horas de sueño y de
3,45 (IC: 2,61-4,67) para 8-10 horas.
La circunferencia de la cintura
correlacionaba de forma negativa
con la duración de sueño
(r= –0,24), pero sólo de forma
significativa para los varones.
Chen (2006)23 656 13-18 Estudio transversal IMC, horas de sueño El sueño adecuado (definido como
caso versus control, mediante agenda y 6-8 horas de sueño por noche más
Taiwán. cuestionario. de 4 días en una semana) estaba
asociado con la ausencia de
obesidad (OR: 1,74; IC: 1,3-2,4).
Modificado de Cizza y cols., 200511 y de Taheri, 2006.24
IMC: índice de masa corporal; TTS: tiempo total de sueño; LB: línea base; SEG: seguimiento; OR: odds ratio; IC: intervalo de confianza.

sume los estudios epidemiológicos realizados en como objeto los cambios endocrinometabólicos de
poblaciones adultas.1-11 La Tabla 2 incluye los refe- la privación parcial de sueño, sobre todo la cróni-
rentes a niños y adolescentes.11-24 ca, un supuesto que se encuentra más en la vida
real. En los apartados que siguen se considerarán
Efectos endocrinos y metabólicos los efectos de dicho tipo de privación sobre las hor-
de la privación de sueño monas implicadas en la regulación del apetito y so-
bre el metabolismo de los hidratos de carbono, y
La privación de sueño, ya sea total, parcial o se- en última instancia, sobre el peso.
lectiva, ha sido objeto de múltiples estudios, pri-
mordialmente en lo que se refiere a sus conse- Regulación neuroendocrina del apetito
cuencias cognitivas, emocionales y comportamen-
tales.25 En cambio, son más limitadas las investi- Los estudios existentes en este campo se han lle-
gaciones referidas a sus efectos vegetativos y en- vado a cabo con muestras pequeñas de sujetos sa-
docrinometabólicos. nos26 o como parte de un estudio epidemiológico.4
Hay estudios experimentales concernientes a los En el primero de los estudios,26 los sujetos, que eran
efectos hormonales y metabólicos de la privación 12 varones sanos con un peso normal, durmieron,
total de sueño, ya sea en el animal de laboratorio o siguiendo un orden aleatorio, dos noches en que la
en el ser humano. Sin embargo, tienen más impli- permanencia en cama se restringió a 4 horas (res-
caciones clínicas y sanitarias aquellos que tienen tricción) y otras dos en que permanecieron en la ca-
82 Vela Bueno y cols.
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ma 10 horas (extensión) con una separación entre Metabolismo de la glucosa


ambas condiciones de un mínimo de seis semanas,
período en el que el peso de los sujetos no cambió. Los efectos de la privación parcial de sueño so-
Además de registros poligráficos, todas las noches bre el metabolismo de la glucosa han sido objeto
se obtuvieron muestras de sangre cada 20 minutos de varios estudios del mismo grupo de investiga-
(de 8.00 de la mañana a 9.00 de la noche) después dores. En el primero de ellos27 los sujetos del estu-
de la segunda noche de restricción y extensión, que dio (11 varones, jóvenes sanos con peso normal) se
permitieron obtener los perfiles diurnos de secre- sometieron a 6 noches de restricción del tiempo en
ción de leptina y ghrelina; por otra parte, los suje- cama (4 horas), seguidas de 7 noches de extensión
tos respondieron a escalas analógicas visuales ca- del tiempo en cama (12 horas); todas precedidas de
da hora, durante 12 horas, en las que cuantificaban 3 noches basales en las que el tiempo en cama fue
su hambre y apetito por diferentes alimentos (con de 8 horas. El sueño total que obtuvieron (deter-
una ingesta calórica constante para evitar fluctua- minado con registros poligráficos durante las dos
ciones de hambre y saciedad). El tiempo promedio últimas noches en cada condición) fue: 7 horas y
que durmieron en las noches de restricción fue de 14 minutos en las noches basales, 3 horas y 49 mi-
3 horas y 53 minutos, mientras que las noches de nutos en las noches de restricción (o de privación
extensión durmieron 9 horas y 8 minutos de pro- de sueño) y 9 horas y 3 minutos las de extensión (o
medio. Después de las noches de restricción de sue- recuperación), lo que supone en el caso de esta úl-
ño los sujetos tenían valores promedios de leptina tima que se habían recuperado bien. El metabolis-
que fueron más bajos (18%) y de ghrelina que fue- mo de la glucosa se exploró con una prueba de to-
ron más altos (28%) que después de las noches de lerancia a la glucosa, administrada por vía intrave-
extensión del sueño. El cociente de concentración nosa por la mañana en cada una de las condiciones
ghrelina/leptina aumentó un 71% en la restricción descritas, seguida por un período de 24 horas, al fi-
comparada con la extensión del sueño. Asimismo, nal de cada uno de aquellos en que se obtuvieron
las puntuaciones de hambre aumentaron un 24% muestras repetidas de sangre. Estas pruebas se hi-
con la restricción de sueño, mientras que el apeti- cieron mientras se administró a todos los partici-
to por la combinación de los distintos tipos de ali- pantes la misma dieta con comidas ricas en hidra-
mentos aumentó en un 23%, especialmente por los tos de carbono (62%) cada 5 horas. Las respuestas
ricos en calorías con alto contenido en hidratos de de la glucosa y de la insulina estaban dentro de lo
carbono.26 normal al final del período de recuperación, mien-
En otro estudio, éste epidemiológico, se confir- tras que después del período de privación las res-
mó la asociación entre acortamiento del tiempo de puestas demostraron un claro deterioro de la tole-
sueño y disminución de los valores de leptina y au- rancia a la glucosa y una disminución de la res-
mento de los de ghrelina.4 Los sujetos fueron 1.024 puesta aguda de la insulina. Los efectos de la pri-
del estudio de la Cohorte de Sueño de Wisconsin, vación de sueño en este estudio fueron similares a
a los que, además de que aportaran información los que produce el envejecimiento normal.27
subjetiva sobre su sueño, se les hizo un registro de En otro estudio del mismo grupo cuya metodo-
sueño poligráfico, después del cual se les extrajo logía se describió en el apartado anterior,26 se con-
sangre en ayunas para determinar los niveles de lep- firmaron los efectos negativos que tiene la priva-
tina y ghrelina, entre otras hormonas y principios ción de sueño sobre el metabolismo de la glucosa.
inmediatos. La comparación de un sueño de 5 ho- Así, en las primeras horas del día, después de 2 no-
ras con uno de 8 horas (determinados con registros ches de privación de sueño, los valores de glucosa
poligráficos) mostró para el primero una disminu- eran más altos y los de insulina más bajos que des-
ción del 15,5% de la leptinemia y un aumento del pués de 2 noches de extensión del tiempo de sue-
14,9% de los valores de ghrelina. Es decir, dos es- ño.28 Además, el apetito por alimentos ricos en ca-
tudios con métodos dispares confirmaron que un lorías con alto contenido en hidratos de carbono
sueño de duración acortada se acompaña de un au- aumentó más de un 30%, cuando se compararon
mento de apetito debido a una disminución de la las noches en que los sujetos estaban privados de
leptina y un aumento de la ghrelina. sueño con aquellas en que durmieron mucho.
Sueño y estrés: relación con la obesidad y el síndrome metabólico 83
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Algunos datos sugieren que la privación parcial bres y mujeres. En cambio, la privación parcial de
crónica de sueño, moderada y voluntaria, puede sueño tuvo efectos diferentes según el sexo sobre
dar como resultado una disminución de la sensi- la secreción de TNF-α. Así, los hombres mostraron
bilidad a la insulina.29 Así, la respuesta a la admi- un aumento significativo en la secreción total du-
nistración de glucosa por vía intravenosa, en suje- rante 24 horas, mientras las mujeres (que además
tos jóvenes normales de ambos sexos que dormían tenían valores basales menores que los de los hom-
menos de 6 horas y media durante al menos 6 me- bres) no mostraron ningún cambio en la secreción
ses, era similar a la de los que dormían entre 7 y me- de TNF-α durante las 24 horas. Estos hallazgos,
dia y 8 y media, pero a base de una secreción de in- junto con los referentes al cortisol, sugieren que las
sulina mucho mayor. En cambio, un estudio cita- mujeres resisten mejor, hasta cierto punto, la pri-
do en el apartado anterior4 no encontró una corre- vación parcial de sueño.
lación entre duración de sueño y varios indicado-
res del metabolismo de la glucosa (insulina, adi- Cortisol
ponectina y glucosa).
Dos estudios han aportado resultados contradic-
Citocinas proinflamatorias torios acerca del efecto de la privación parcial de
sueño sobre la secreción de cortisol. Nos hemos re-
La inflamación sistémica parece ser un paso pre- ferido a ambos en apartados previos.27,32
vio al desarrollo de la resistencia a la insulina y de En el primero de ellos27 se determinaron las con-
enfermedades cardiovasculares. Las citocinas in- centraciones plasmáticas de cortisol (con muestras
terleucina-6 (IL-6) y factor alfa de necrosis tumoral obtenidas durante 24 horas, cada 10-30 minutos) y
(TNF-α) son marcadores de dicho tipo de infla- concentraciones salivares de cortisol libre (entre
mación30-31 y sus niveles están aumentados en la obe- las 15 horas y la hora de acostarse, cada 30 minu-
sidad. Por ello, el estudio de los efectos de la pri- tos). Los principales efectos de la privación parcial
vación parcial de sueño puede ser una contribución fueron: un aumento de la concentración plasmáti-
importante para relacionar el sueño insuficiente y ca (comparada con la recuperación de sueño) por
el desarrollo de resistencia a la insulina y de obesi- la tarde y un aumento de la concentración de cor-
dad. tisol libre salivar por la tarde (comparada con el pe-
Una investigación reciente estudió el efecto de ríodo de línea de base). Además, se describieron al-
una privación parcial de sueño moderada sobre am- gunos cambios en el ritmo circadiano del cortisol
bas citocinas proinflamatorias entre otras varia- plasmático tales como un acortamiento del perío-
bles.32 Los 25 sujetos estudiados eran jóvenes sanos do quiescente y una disminución más lenta por la
(13 mujeres y 12 hombres), que durmieron 12 no- tarde de los valores de cortisol libre en saliva.
ches seguidas en el laboratorio de sueño con regis- En cambio, en el otro estudio32 la disminución del
tros poligráficos que duraron 8 horas las primeras tiempo de sueño (privación) no afectó al cortisol de
cuatro noches y 6 horas las 8 últimas. Al final de 24 horas ni en hombres ni en mujeres. Sin embar-
los dos períodos (4 primeras noches y 8 últimas, res- go, sí se observaron cambios en el ritmo con dife-
pectivamente) se les extrajo sangre cada 30 minu- rencias entre sexos en algunos parámetros. Así, el
tos durante 24 horas para determinar el ritmo cir- máximo de secreción matutino era menor durante
cadiano de secreción de IL-6, TNF-α y cortisol (que la privación que en el período basal, siendo mayor
se comentará más adelante) y se determinaron de la diferencia en los hombres. La secreción durante
forma objetiva el estado de alerta comportamental las horas de la mañana siguiente al despertar ade-
y el grado de somnolencia diurna (también de for- lantado (privación) era menor que en el período ba-
ma subjetiva). La privación parcial de sueño, ade- sal, siendo la diferencia mayor en hombres. Por otra
más de asociarse con un aumento de la somnolen- parte, unos y otros mostraron un adelanto de 2 ho-
cia y una disminución de la alerta comportamen- ras del máximo matutino en el período de priva-
tal (ambos significativos), lo hizo con un aumento ción. No obstante, en este estudio no se observaron
significativo de la secreción de IL-6 en las 24 horas cambios en el valor mínimo (nadir) ni en los valo-
sin que hubiera diferencias entre los valores de hom- res vespertinos o previos al sueño. Las mujeres (no
84 Vela Bueno y cols.
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los hombres) mostraron una disminución signifi- nea del sueño, cursa frecuentemente con un sueño
cativa de la secreción de cortisol en las primeras ho- nocturno alterado.38,39 Así, enfermos de ambos se-
ras del sueño los días de privación comparados con xos con obesidad, cuando se comparan con sujetos
los basales. Finalmente, los sujetos de ambos se- de control, muestran un aumento del número de
xos mostraron, con la privación de sueño, un au- despertares y de la vigilia intermitente durante el
mento significativo de dicha secreción en la última sueño, un aumento del sueño superficial (fase 1) y
parte del sueño. Los autores de esta investigación disminución del sueño REM.
explican las discrepancias de sus resultados con los La excesiva somnolencia diurna en sujetos obe-
de la primera descrita en este apartado,27 basándo- sos sin alteraciones respiratorias durante el sueño
se en diferencias metodológicas. no es el resultado de la fragmentación del sueño
nocturno o de la privación crónica del mismo. Así
Sueño y obesidad lo demuestran algunos estudios que han tratado de
establecer una relación entre los hallazgos de los
Es un hecho bien conocido, tanto desde el pun- registros poligráficos nocturnos y diurnos. Por ejem-
to de vista clínico como del epidemiológico, que la plo, en un estudio que hemos mencionado antes,
obesidad es un factor de riesgo para el síndrome de los sujetos que dormían más de noche (aumento
apnea del sueño. Además, las personas con obesi- del porcentaje de sueño) tenían más somnolencia
dad que no presentan dicho síndrome pueden pre- diurna; en cambio, con los que dormían menos de
sentar sueño nocturno alterado y excesiva somno- noche sucedía lo contrario.37 Otro estudio que usó
lencia diurna. métodos similares y que incluyó sujetos con sín-
Estudios epidemiológicos y clínicos han demos- drome de apnea del sueño mostró resultados aná-
trado que la obesidad por sí misma supone un fac- logos,40 mientras que en otro no se encontró corre-
tor contribuyente principal a la presencia de exce- lación entre las medidas objetivas (poligráficas) de
siva somnolencia diurna. Así, un estudio epide- perturbación del sueño nocturno y la somnolencia
miológico reciente ha demostrado que la obesidad diurna valorada subjetivamente.39
constituye un factor de riesgo para la excesiva som- De los datos que acabamos de resumir puede infe-
nolencia diurna, independientemente de la edad y rirse que hay dos tipos de personas con obesidad de
de las alteraciones respiratorias durante el sueño.33 acuerdo al tiempo de sueño en las 24 horas: los que
Por otra parte, los estudios con muestras clínicas tienen un sueño nocturno acortado y fatiga durante
de enfermos con obesidad han demostrado tam- el día y los que tienen un sueño nocturno prolonga-
bién la contribución independiente de ésta para pre- do y somnolencia durante el día. Ambos tipos pare-
sentar excesiva somnolencia. Los enfermos con el cen diferenciarse desde el punto de vista de su perfil
síndrome de Prader-Willi, además de presentar obe- psicológico. Así, usando un instrumento psicomé-
sidad como una de las manifestaciones principales trico como el Inventario Multifásico de Personalidad
del cuadro clínico, con frecuencia presentan exce- de Minesota (MMPI), los que tienen un sueño acor-
siva somnolencia diurna34 y alteraciones respirato- tado, comparados con el otro grupo, tienen puntua-
rias durante el sueño,35 habiéndose demostrado que ciones más altas en tres escalas clínicas como son la
la somnolencia es independiente de éstas.36 de Hipocondriasis, Depresión e Histeria, lo que in-
Estudios poligráficos de sueño nocturno y diur- dica que tienen más distrés psicológico.41
no, comparando sujetos con obesidad sin síndro- Los mecanismos neuroendocrinos, que se ha su-
me de apnea del sueño con sujetos de control, han gerido que subyacen a la somnolencia o la fatiga
confirmado la contribución independiente de la que presentan los enfermos con obesidad, incluyen
obesidad a la presencia de excesiva somnolencia a las citocinas proinflamatorias (IL-6 y TNF-α) y al
diurna.37 Así, en los registros diurnos los enfermos eje hipotálamo-hipofisario-suprarrenal. Las con-
con obesidad tardan menos en dormirse, se des- centraciones de IL-6 y TNF-α se correlacionan con
piertan menos después de dormirse y el porcenta- el grado de obesidad.30,42 En cuanto a la actividad
je de tiempo que pasan dormidos es mayor. del eje hipotálamo-hipofisario-suprarrenal, cuan-
Se ha demostrado que la obesidad, sobre todo si do se descarta la presencia de la depresión (un cua-
es mórbida, aun en ausencia de un síndrome de ap- dro clínico que suele asociarse con hipercortisole-
Sueño y estrés: relación con la obesidad y el síndrome metabólico 85
Rev Esp Obes 2007; 5 (2): 77-90

mia43), los valores plasmáticos de cortisol de los su- dores poligráficos de gravedad del síndrome de ap-
jetos con obesidad son más bajos que los de los su- nea del sueño son el índice de apnea/hipopnea y las
jetos de control.41 medidas de saturación arterial. La prevalencia de
Teniendo en cuenta los datos anteriores referidos aquél, cuando se usan criterios clínicos y poligráfi-
a los distintos ámbitos, se ha sugerido41 la existencia cos, es del 4% en hombres adultos y del 2% en muje-
de dos subtipos de obesidad: una que se asocia con res adultas,47,48 y cuando se usa sólo el índice de ap-
depresión, sueño nocturno alterado, fatiga diurna, nea/hipopnea de 5 es unas 4-5 veces más en ambos
hipercitocinemia y aumento de la actividad del eje sexos. Como en el caso del síndrome metabólico, au-
hipotálamo-hipofisario-suprarrenal; otra con humor menta con el índice de masa corporal y la influencia
normal, mejor sueño nocturno, somnolencia diur- de la edad es similar a la del síndrome metabólico.
na, hipercitocinemia y disminución de la actividad
del eje hipotálamo-hipofisario-suprarrenal. Resistencia a la insulina y síndrome de apnea
del sueño
Síndrome metabólico y síndrome de apnea
del sueño Varios estudios recientes, que mejoraron los
métodos de investigaciones previas (éstas con
Las investigaciones de la última década sobre sín- resultados inconsistentes), han demostrado que
drome metabólico y síndrome de apnea del sueño hay una asociación independiente entre
sugieren que están estrechamente relacionados; al- resistencia a la insulina y síndrome de apnea del
gunos investigadores han propuesto incluso que el sueño. En el primero de ellos, que comparó obesos
síndrome de apnea del sueño es una manifestación con y sin síndrome de apnea del sueño, los
del síndrome metabólico.44 La coexistencia de am- primeros mostraron niveles de glucemia en ayunas
bos síndromes implica una potenciación de los ries- y de insulina plasmática significativamente mas
gos que comparten, como es el de enfermedades altos que los otros.49 Dos estudios más recientes
cardiovasculares. En los párrafos que siguen revi- han demostrado que la asociación entre el
saremos brevemente los aspectos más destacados síndrome de apnea del sueño y la resistencia a la
de dicha asociación. insulina está presente en ausencia de obesidad50 y
en las formas leves de síndrome de apnea del
Definiciones básicas de ambos síndromes sueño,51 respectivamente.

El síndrome metabólico tiene como manifestacio- Grasa visceral y síndrome de apnea del sueño
nes fundamentales la resistencia a la insulina y la obe-
sidad visceral, a las que se añaden la hipertensión ar- La acumulación de grasa visceral se ha conside-
terial y la dislipidemia (triglicéridos y VLDL au- rado un factor de riesgo para padecer síndrome de
mentados y HDL disminuidas).45 Un estudio recien- apnea del sueño,52 habiéndose demostrado además
te que usó los criterios clínicos del ATP III46 demos- una correlación entre grasa intraabdominal y el ín-
tró que más del 22% de los estadounidenses adultos dice de apnea/hipopnea.53 Comparando entre sí a
presenta síndrome metabólico, sin diferencias entre obesos con y sin síndrome de apnea del sueño49 se
sexos, con aumento con la edad y con una clara re- ha demostrado, mediante TAC, que la grasa visce-
lación con el índice de masa corporal. ral, pero no la subcutánea, se correlaciona de ma-
El síndrome de apnea del sueño (nos referimos en nera significativa con el índice de apnea/hipopnea
general al que cursa con apneas obstructivas como y el valor mínimo de saturación arterial de oxígeno.
tipo predominante) se define básicamente por un ín-
dice de apnea/hipopnea (número de apneas e hi- Citocinas y síndrome de apnea del sueño
popneas por hora de sueño) de cinco o más; a ello se
añaden síntomas nocturnos (los principales son las Dos estudios han demostrado que las concentra-
pausas respiratorias y los ruidos asociados a ellas y la ciones plasmáticas de IL-6 y TNF-α están aumenta-
perturbación del sueño) y diurnos (el principal, la ex- das en el síndrome de apnea del sueño. El primero
cesiva somnolencia diurna). Los principales indica- de ellos42 demostró que en los sujetos con síndrome
86 Vela Bueno y cols.
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de apnea del sueño, aquellas eran significativamen- modernas desde la segunda mitad del siglo pasado.
te más altas que en los sujetos normales. En el se- Por ejemplo, se considera que en los últimos 40
gundo, en el que se controló la posible influencia de años la duración del sueño ha disminuido entre 1,5
la obesidad, los obesos con síndrome de apnea del y 2 horas por día en la población general de Esta-
sueño tenían concentraciones significativamente más dos Unidos.59-62 En este mismo país la proporción
altas que aquellos sin síndrome de apnea del sueño de adultos que duermen 6 horas o menos ha au-
y que los sujetos con peso normal49. mentado desde un 20% en 1985 hasta un 25% en
2004.63 Por otra parte, en lo que se refiere a los jó-
Síndrome de ovario poliquístico y síndrome de venes estadounidenses, los que decían dormir me-
apnea del sueño nos de 7 horas han pasado de un 15,6% en 1960 a
un 37,1% en 2001-2002.59,61,62 En conjunto, se consi-
Los estudios de sueño en mujeres diagnosticadas dera que muchos estadounidenses duermen entre
de síndrome de ovario poliquístico, un cuadro que 5 y 6 horas por noche.64
cursa con resistencia a la insulina y obesidad visce- Las tendencias en lo concerniente al índice de
ral, han demostrado que aquellas presentan más sín- masa corporal, la obesidad y el síndrome metabó-
drome de apnea del sueño. Así, en el primero de di- lico parecen seguir una evolución similar a la de la
chos estudios, las mujeres con síndrome de ovario privación parcial crónica de sueño.46,63,65 Los estu-
poliquístico tenían 30 veces más probabilidad de pre- dios epidemiológicos a que nos hemos referido an-
sentar síndrome de apnea del sueño que las mujeres tes sugieren que, además del paralelismo entre las
estudiadas como controles. 4 La resistencia a la insu- tendencias seculares de ambos fenómenos, existe
lina fue un factor predictivo de la presencia de sín- una asociación entre privación parcial crónica de
drome de apnea del sueño más importante que la sueño y aumento de peso. A su vez, los estudios ex-
edad, el índice de masa corporal o la testosterona. perimentales también descritos en este artículo de-
Otros estudios han confirmado estos hallazgos.55,56 muestran que la privación parcial de sueño, inclu-
so si es durante unos días y en personas jóvenes sa-
Tratamientos nas, da lugar a cambios endocrinos y metabólicos
similares a los que se asocian con la resistencia a la
Los estudios acerca de los efectos de la presión po- insulina. Un estudio reciente66 ha confirmado la re-
sitiva continua por vía nasal (CPAP), que es el trata- lación existente entre un sueño inadecuado, en du-
miento más usado para el síndrome de apnea del sue- ración o en calidad, y la alteración de la regulación
ño, sobre la resistencia a la insulina, grasa visceral e de la glucosa en personas con diabetes de tipo 2.
IL-6, no han demostrado cambios claros.44 Por otra Es decir, que ya sea en personas sanas o en per-
parte, otros estudios de tratamientos apoyan el papel sonas con diabetes, el acortamiento del tiempo de
del síndrome metabólico en la patogenia del síndro- sueño se asocia con un deterioro del control de la
me de apnea del sueño. Así, la administración de etar- glucemia, probablemente por un aumento de la re-
necept (antagonista del TNF-α) disminuyó signifi- sistencia a la insulina. Por ello, es importante acla-
cativamente la excesiva somnolencia diurna y el ín- rar si los mecanismos implicados son similares a
dice de apnea/hipopnea en sujetos obesos con sín- los del síndrome metabólico.
drome de apnea del sueño.57 En otro estudio, la prác- Se ha propuesto que la fisiopatología del sín-
tica de ejercicio físico, que tiene efectos positivos so- drome metabólico tiene su origen en alteraciones
bre la sensibilidad a la insulina y la grasa visceral, dis- del eje hipotálamo-hipofisario-suprarrenal y en
minuía de forma significativa e independiente el ín- una activación aumentada del sistema nervioso
dice de apnea/hipopnea.58 vegetativo simpático central.45 Recientemente se
ha demostrado la importancia del estrés crónico
Privación parcial crónica de sueño, estrés, en el desarrollo del síndrome metabólico.67 Por
síndrome metabólico y obesidad otra parte, hay datos que demuestran que los dis-
tintos componentes del sistema de respuesta al es-
La privación parcial crónica de sueño ha experi- trés están activados en el síndrome metabólico. 45
mentado un aumento creciente en las sociedades Así, en un estudio, parte de la cohorte de White-
Sueño y estrés: relación con la obesidad y el síndrome metabólico 87
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hall II,68 los sujetos con síndrome metabólico (com- situación de privación parcial crónica de sueño? De
parados con sus controles), tenían valores más al- hecho, el llamado síndrome de sueño insuficiente70
tos de los metabolitos de cortisol y de noradrena- incluye síntomas sugerentes de estrés.
lina en orina en 24 horas, mientras que su varia- Estudios experimentales recientes han demos-
bilidad de la frecuencia cardíaca era menor (lo que trado que, aunque individuos sanos privados cró-
indica un predominio simpático) y sus valores de nicamente de sueño se adapten subjetivamente a
IL-6 más altos. la sensación de somnolencia, acumulan déficit neu-
Los estudios experimentales antes mencionados rocognitivos muy marcados en dicha situación.71
de privación parcial de sueño, a corto plazo, sugie- Además, otro estudio parece indicar que la priva-
ren que una privación parcial crónica de sueño po- ción parcial crónica de sueño voluntaria en sujetos
dría contribuir al desarrollo del síndrome metabó- jóvenes normales disminuye la sensibilidad a la in-
lico en individuos predispuestos. Así, se ha obser- sulina.29
vado aumento del cortisol vespertino y aumento de Todo ello sugiere que la privación parcial cróni-
la actividad simpática, además de disminución de ca de sueño representa una situación de carga alos-
la tolerancia a la glucosa.27 Este mismo grupo de in- tática72 potencialmente favorecedora del desarrollo
vestigadores demostró que la activación simpática del síndrome metabólico en individuos predis-
durante la privación parcial de sueño estaba aso- puestos, con el riesgo cardiovascular que éste com-
ciada con una disminución de los niveles de lepti- porta.73 Por estas y otras razones se ha sugerido cau-
na69. A su vez, otro grupo, que no confirmó los ha- tela32 ante aquellas hipótesis que proponen que par-
llazgos en la secreción de cortisol, demostró un au- te del sueño es facultativa o prescindible.74
mento de Il-6 y TNF-α.32 Por tanto, parece que una
privación parcial de sueño, aunque de sólo varios Recomendaciones
días de duración, basta para activar el sistema de
respuesta al estrés. No obstante, el único estudio La excesiva somnolencia diurna (o sueño insu-
que incluyó medidas subjetivas de estrés percibido ficiente) podría contribuir al desarrollo de la obe-
no demostró ningún cambio de éstas con la priva- sidad y del síndrome metabólico, alterando el equi-
ción parcial de sueño.69 Una pregunta abierta es: librio energético. Esta alteración podría producir-
¿cuál sería la percepción subjetiva de estrés en una se de forma directa y de forma indirecta. De forma

Cansancio
S
O
Niveles bajos O
de leptina
• DISMINUCIÓN B
PRIVACIÓN DE LA ACTIVIDAD
B
PARCIAL FÍSICA E
CRÓNICA
Niveles altos R
• AUMENTO DEL
de ghrelina S
DE SUEÑO HAMBRE E
• INGESTA RICA I
Niveles altos EN CALORÍAS P
de cortisol ¿?
D
E
A
Oportunidad S
de comer
D
O
Figura 1. Posibles mecanismos que median entre la privación parcial crónica de sueño y el desarrollo de sobrepeso/obesidad. Modificado de
Taheri.24
88 Vela Bueno y cols.
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directa, mediante los cambios hormonales, antes Tabla 3. Medidas de higiene de sueño
mencionados, que redundarían en un aumento de Mantener un horario regular
la ingesta calórica (y en un metabolismo alterado Obtener una cantidad óptima de sueño
de los hidratos de carbono), y de forma indirecta, Cuidar el ambiente en que se duerme
mediante una disminución del gasto por una re- Regular las actividades
ducción de la cantidad de actividad física, debida Hacer ejercicio físico
a la fatiga y a la somnolencia diurna excesiva, que Evitar comidas copiosas antes de dormir
Evitar exceso de líquidos por la noche
son los dos síntomas principales de la privación de
Evitar sustancias estimulantes por la tarde/noche
sueño. Por otra parte, es sabido que el ejercicio fí- Evitar el uso de alcohol de noche
sico tiene un efecto beneficioso sobre el sueño. To- Evitar la nicotina
do ello supone una sinergia negativa entre sueño
insuficiente y actividad física escasa. La Fig. 1 re-
sume los posibles factores contribuyentes a la obe- El ambiente del dormitorio debe favorecer el sue-
sidad relacionados con la privación parcial cróni- ño al máximo posible. La temperatura, la hume-
ca de sueño. dad, la luz y el ruido deben mantenerse en niveles
Hasta ahora, las intervenciones clínicas (para tra- compatibles con el sueño. El dormitorio hay que
tar) y sanitarias (para prevenir) la obesidad se han cen- usarlo sólo para dormir, evitando cualquier otra ac-
trado en la dieta y la actividad física, mientras que el tividad como leer, ver la televisión y oír la radio, en-
sueño se ha ignorado. No obstante, el estilo de vida tre otras.
de muchas personas, elegido o forzoso, implica en la Antes de dormir conviene establecer una ruti-
práctica darle al sueño menos importancia de la de- na. Para ello son recomendables actividades tran-
bida. Hasta ahora los datos de que se dispone en cuan- quilizadoras o relajantes durante al menos 15 a
to a las relaciones entre sueño y obesidad son obser- 30 minutos, evitando aquellas que puedan tener
vacionales. Recientemente se ha iniciado algún estu- un efecto estimulante, desde el ejercicio físico a
dio intervencional que está aún en desarrollo.75 Las la actividad intelectual intensa. Esto es particu-
medidas orientadas a mejorar el sueño se conocen ge- larmente recomendable para adolescentes y jó-
néricamente como higiene del sueño. La mayoría de venes, que tienden a tener actividades que impli-
ellas son de sentido común, no obstante, su aplica- can el uso de videojuegos, ordenador y a estudiar
ción, con frecuencia, se ve dificultada por los hábitos por la noche. Hay que recordar a adolescentes y
sociales, por los horarios de las actividades (ya sean jóvenes que trasnochar los fines de semana tiene
laborales o de ocio), por las actitudes individuales, al- un efecto perturbador sobre el sueño durante unos
gunas de ellas ligadas a la edad (adolescencia), y de días.
manera decisiva por ciertas creencias acerca del sue- El ejercicio físico, adecuado a la forma física de
ño como pérdida de tiempo, o como, al menos en par- cada uno, practicado regularmente contribuye a
te, algo opcional.74 A continuación se resumen las prin- mejorar el sueño. Sin embargo, conviene no hacerlo
cipales recomendaciones de higiene del sueño. Éstas a una hora próxima a la de acostarse, dejando trans-
se refieren fundamentalmente a: horarios y duración currir al menos 4 ó 5 horas.
del sueño, ambiente en que se duerme, actividades, Es recomendable evitar comidas copiosas y lí-
nutrición y uso de drogas (Tabla 3). quidos en exceso antes de irse a dormir. Si se tiene
Conviene establecer un horario de sueño regular hambre antes de la hora de acostarse conviene to-
y flexible, yendo a la cama sólo cuando se tenga mar un tentempié con hidratos de carbono. En ca-
sueño y levantarse a la misma hora todas las ma- so de despertarse de noche conviene evitar comer
ñanas, incluyendo los fines de semana. Hay que ob- para no establecer el hábito cada noche.
tener una cantidad óptima de sueño; aunque las ne- La cafeína y otras sustancias estimulantes (ya sea
cesidades individuales varían, se sugieren las si- contenidas en bebidas, alimentos o medicamentos)
guientes horas por noche según la edad: de 18 me- no deben tomarse en las 6 ó 7 horas que preceden
ses a 3 años, 12-14 horas; de 3 a 5 años, 11-13 horas; a la de irse a dormir. El alcohol (desaconsejable del
de 5-12 años, 10-11 horas; adolescentes, alrededor todo para los adolescentes) debe evitarse en las 2 ó
de 9 horas; adultos, alrededor de 8 horas. 3 horas antes de acostarse. Es particularmente ne-
Sueño y estrés: relación con la obesidad y el síndrome metabólico 89
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cesario recordar, sobre todo a los más jóvenes, el 18. Gibson S, Lambert J, Neate D. Associations between weight status,
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