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Luis Alburquerque-García Luis Alburquerque-García Luis Alburquerque-García es investigador científi-

co del CSIC, director del Instituto de Lengua, Literatura y


José-Luis García Barrientos
Roberto Álvarez Escudero
José-Luis García Barrientos Antropología y director del Centro de Ciencias Humanas
y Sociales. Trabaja en el área de teoría de la literatura y

(eds.) Roberto Álvarez Escudero está especializado en retórica y poética, sobre todo de los
Siglos de Oro, y en literatura de viajes. Es secretario de
(eds.) Anejos de la Revista de Literatura y de las revistas Anales
Cervantinos y Revista de Literatura. Ha impartido cursos
y dictado conferencias en distintas universidades nacio-
nales e internacionales. Ha dirigido el proyecto nacional
Este libro recoge una amplia selección de los trabajos que se expusieron en

Escritura y teoría en la actualidad


«Introducción a la poética del relato de viajes en la litera-
las distintas sesiones del II Congreso Internacional de la Asociación Española de tura española de los siglos xix y xx». Es autor de nume-
Teoría de la Literatura, organizadas en torno a tres grandes secciones que con- rosos trabajos, entre los que destacan Mil libros de Teoría
forman el volumen: «Metamorfosis genéricas y nuevos contextos de cultura: de la literatura (1991), El arte de hablar en público. Seis

Escritura y teoría en la actualidad


retóricas famosas (1995) y La retórica de la Universidad de
nuevas formas dramáticas, líricas, narrativas y mixtas»; «Escritura y transme-
Alcalá (2002). Ha editado El Quijote y el pensamiento
dialidad: cine, cómic, novela gráfica, series televisivas, etc.» y «Literaturas de teórico-literario (2008) y ha coordinado los monográficos
consumo en la sociedad global: nueva novela policiaca, sentimental, gótica, épi- Relatos y literatura de viajes en el ámbito hispánico: poéti-
ca, erótica, de ciencia-ficción…».

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ca e historia (2011) y Viajes, ciudades y espacio (2013).
La novedad de los temas tratados no erosiona la identidad literaria de la
disciplina de teoría de la literatura, lo que es perfectamente compatible con el José-Luis García Barrientos es doctor en Filología
por la Universidad Complutense de Madrid, profesor de
reconocimiento de una apertura de la poética, no solo a la retórica, por cuanto la investigación del CSIC en Teoría de la Literatura y Lite-
literatura es una práctica verbal entre otras, sino también, en cuanto es una prác- ratura Comparada, director de Revista de Literatura,
tica artística entre otras, a la estética y más precisamente a la que se ocupa de las miembro fundador del Instituto del Teatro de Madrid,
artes de la ficción. Basta pensar en las obvias aportaciones de la narratología al profesor del Máster en Teatro y Artes Escénicas de la
estudio del relato fílmico. Universidad Complutense de Madrid y del Máster en
Creación Teatral de la Universidad Carlos III de Madrid,
El desbordamiento de la poética por esta orilla puede fertilizar unos estudios
profesor invitado de la Universidad de las Artes (Cuba)
culturales más disciplinares y más seriamente fundamentados. En cualquier e investigador principal del proyecto del Plan Nacional
caso, recordemos que la poética primigenia, o sea, la de Aristóteles, rebasaba ya de I+D «Análisis de la dramaturgia actual en español»
en mucho el ámbito estrictamente literario de la creación verbal. (2009-2017). Ha impartido cursos y seminarios y dicta-
do conferencias en numerosas universidades españolas
y extranjeras. Es autor de más de trescientas publicacio-
nes, entre las que destacan libros, traducidos al árabe y el
francés, como Drama y tiempo: Dramatología I (1991);
Cómo se analiza una obra de teatro: ensayo de método
(2003); Teatro y ficción: ensayos de teoría (2004) o La ra-
zón pertinaz: teoría y teatro actual en español (2015).

Roberto Álvarez Escudero es licenciado en Filolo-


gía Hispánica por la Universidad Complutense, donde
se especializó en estudios dramáticos con el Máster en
Teatro y Artes Escénicas. Posteriormente cursó el Más-
ter en Alta Especialización en Filología Hispánica en el
CSIC. Actualmente lleva a cabo sus estudios de doctora-
do como investigador FPU en el Instituto de Lengua,
Literatura y Antropología del CSIC, donde desarrolla su
tesis sobre el teatro de improvisación en nuestro país.

CSIC CONSEJO SUPERIOR DE INVESTIGACIONES CIENTÍFICAS Imagen de cubierta: fotomontaje (Editorial CSIC).
ESCRITURA Y TEORÍA
EN LA ACTUALIDAD
Actas del II Congreso Internacional de ASETEL
Madrid, 29-30 de enero de 2015
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Luis Alburquerque-García
José-Luis García Barrientos
Roberto Álvarez Escudero
(eds.)

CONSEJO SUPERIOR DE INVESTIGACIONES CIENTíficas


Madrid, 2017
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piedad Intelectual. Ni la totalidad ni parte de este libro, incluido el
diseño de la cubierta, puede reproducirse, almacenarse o transmitir-
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© Luis Alburquerque-García, José-Luis García Barrientos


y Roberto Álvarez Escudero (eds.), y de cada texto, su autor
© De las ilustraciones, las fuentes indicadas a pie de figura

ISBN: 978-84-00-10247-0
e-ISBN: 978-84-00-10248-7
NIPO: 059-17-148-6
e-NIPO: 059-17-149-1
Depósito Legal: M-25.566-2017

Maquetación, impresión y encuadernación: DiScript Preimpresión, S. L.


Impreso en España. Printed in Spain

En esta edición se ha utilizado papel ecológico sometido a un proceso de blanqueado


ECF, cuya fibra procede de bosques gestionados de forma sostenible.
ÍNDICE

PRESENTACIÓN . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . XI
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PREFACIO DE LOS EDITORES . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . XV

CONFERENCIAS PLENARIAS

La literatura en expansión. Metáforas y aplicaciones tecnológicas en la narrativa


Juan Francisco Ferré . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3
Nominalismo y teoría de la literatura
Miguel Ángel Garrido Gallardo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 19

PONENCIAS PLENARIAS

METAMORFOSIS GENÉRICAS Y NUEVOS CONTEXTOS DE CULTURA:


NUEVAS FORMAS DRAMÁTICAS, LÍRICAS, NARRATIVAS Y MIXTAS
Si el poema gira a ensayo. Experiencia, diánoia y regímenes de enunciación
Arturo Casas. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 39
Géneros móviles y nomadismo literario en la era de la posficción
María Ángeles Grande Rosales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 53
La poesía puesta al día. Hibridación de ciencia y (post)poesía
José Enrique Martínez . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 67

LITERATURAS DE CONSUMO EN LA SOCIEDAD GLOBAL:


NUEVA NOVELA POLICIACA, SENTIMENTAL, GÓTICA, ÉPICA,
ERÓTICA, DE CIENCIA-FICCIÓN, ETC.
¿Cabe algún tipo de literatura política entre las literaturas de consumo?
Alfredo Saldaña Sagredo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 81

VII
VIII ÍNDICE

La narrativa criminal hispánica ante las nuevas tecnologías de la información


y la comunicación. Novela e hipernovela: El infierno de Amaury y Golpe
de gracia, de Jaime Alejandro Rodríguez
José R. Valles Calatrava . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 91

ESCRITURA Y TRANSMEDIALIDAD: CINE, CÓMIC, NOVELA GRÁFICA,


SERIES TELEVISIVAS, ETC.
Transmedialidad y comparatismo: una propuesta metodológica para el estudio
de las relaciones entre literatura y cine
Annalisa Mirizio . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 109
Vidas filmadas. La narración problematizada en el cine biográfico y autobiográfico
José Antonio Pérez Bowie . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 119
La novela gráfica: la consolidación del lenguaje propio y la incorporación
de lenguajes ajenos
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José Manuel Trabado Cabado . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 137

COMUNICACIONES

Enlazados, de Carlos García Miranda: entre la distopía y la utopía


Eman Ahmed Khalifa . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 169
La poesía de Frank O’Hara como subtexto narrativo en la escritura televisiva
de Mad Men
David Amezcua Gómez . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 183
Mogador: el nuevo realismo mágico de Alberto Ruy Sánchez
Gihane Amin . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 189
El espacio narrativo como construcción de la identidad femenina en Carmen
Martín Gaite
Rosa M.ª Calero Jurado . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 203
De la red a la imprenta. Desmitologización y nuevas mitologizaciones en
Wikipedia (y otros mostruos), de Javier de Navascués
Ana Calvo Revilla. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 215
La dádiva de la palabra y el juego de la enunciación en el Lazarillo y en La virgen
de los sicarios
José Antonio Calzón García . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 229
«A man provides for his family»: cuestionamiento sobre la figura del héroe en
Breaking Bad
Jorge Juan Carrillo Santos / Alberto Escalante Varona / Jaime Romero Leo . . . . . 241
Aunque tú no lo sepas: poesía y canción, valor artístico y estético
Fátima Coca Ramírez . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 255
ÍNDICE IX

La autenticidad y la última literatura de viajes


Víctor Escudero . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 269
La marmota transmediática: el motivo del bucle temporal visto a través del
psicoanálisis y la filosofía kierkegaardiana
Jorge Fernández Gonzalo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 277
Trans: un concepto nuevo para una cultura en movimiento
Teresa García-Abad García . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 287
Lo neuronal maravilloso: estrategias narrativas del cuento fantástico en los relatos
del neurólogo Oliver Sacks
David García Cames . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 297
¿Haruki Murakami desde o contra el bestsellerismo? Interpretación de un proceso
literario en marcha en la sociedad de consumo
Benito Elías García Valero . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 307
Estética serial en la narrativa de Jorge Carrión
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Sonia Gómez . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 319


Entre la novela y la crónica periodística. El movimiento parabólico de Vasili
Grossman
Juan Francisco Gordo López . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 329
Más allá de lo posdramático: hacia nuevas formas de encarnación del mito
en cuatro reescrituras de Marianella Morena
Christophe Herzog . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 341
Poéticas de lo tecnológico. Dispositivos de subjetivación, procedimientos
de escritura e imaginarios culturales
Max Hidalgo Nácher . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 355
Contra el arte y otras imposturas: la diseminación de los discursos
y la hermenéutica india en la escritura de Chantal Maillard
Ana Hidalgo Rodríguez . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 367
Relaciones entre novela y ensayo: hacia una poética de la reflexión en el ciclo
de Oxford de Javier Marías
Carmen María López López . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 375
La metamorfosis del articulismo
Carlos Mármol . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 387
Narrar la pérdida, una formulación transversal
Noemí Montetes-Mairal y Laburta . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 401
Nuevas formas métricas en la poesía española reciente
Joaquín Moreno Pedrosa . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 415
La insatisfacción como rasgo distintivo del relato breve erótico español actual
de calidad
Miguel Ángel Muro . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 427
X ÍNDICE

Un caso de adicción literaria: las series de novelas policiacas


(Camilleri, Márkaris y Qiu Xiaolong)
Cristina Naupert . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 441
El álbum ilustrado: ¿un nuevo género en la literatura de adultos?
Montse Pena Presas / Almudena Cantero Sandoval . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 453
La paradoja de la comunicación global: el caso de la cultura hipster
Laura Pereira Domínguez . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 465
Narrativización del drama contemporáneo: una mirada hacia la dramaturgia
mexicana actual
Elvira Popova . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 477
El reverso de la tradición en Rockaby, de Samuel Beckett
Teresa Rosell Nicolás . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 487
Reptar, volar, sumergirse, sentir: el devenir animal en la obra de Chantal Maillard
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y Jesús Aguado
Joaquín Ruano . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 495
El sujeto colonial: el problema de la identidad y la representación fílmica
Mirjana Sekulic . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 503
Influencias y procesos teatrales en Sacrificio, de Andrei Tarkovski
José Seoane Riveira . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 515
La autoficción española como símbolo de la hipermodernidad: teatro y cine
documental
Mario de la Torre Espinosa . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 529
Literatura jíbara y expansiva: nuevas formas de expresión en la sociedad 2.0
Virgilio Tortosa . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 539
De los escritores Mahjari a Milton Hatoum: un análisis de la realildad árabe
en Brasil
Elena Veiga Rilo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 553
Tiempo circular y sus implicaciones filosóficas en la narrativa de ciencia-ficción:
Matadero cinco y Watchmen
José Manuel Ventura Rojas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 563
Kassel no invita a la lógica y «Café Perec», de Enrique Vila-Matas: una voz
transgenérica
Isabel Verdú Arnal . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 577
Escritura y teoría en la actualidad
Actas del II Congreso Internacional de ASETEL
Madrid, 29-30 de enero de 2015

POÉTICAS DE LO TECNOLÓGICO. DISPOSITIVOS


DE SUBJETIVACIÓN, PROCEDIMIENTOS DE ESCRITURA
E IMAGINARIOS CULTURALES
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Max Hidalgo Nácher


Universitat de Barcelona

Resumen: El artículo reflexiona sobre la imbricación de las nuevas tecnologías y las prácticas
de escritura contemporáneas partiendo de la diferencia entre procedimientos de escritura
e imaginarios culturales. A través del estudio de tres textos —el Quijote de Cervantes, «En
línea» de J. J. Saer y Krapp’s Last Tape de S. Beckett—, problematiza algunos modos a tra-
vés de los cuales la existencia de esos nuevos dispositivos se ha comunicado a la escritura
literaria, así como algunos planteamientos teóricos que —valorizando positivamente los
nuevos dispositivos— consideran que la escritura del siglo xxi tendría que verse transfor-
mada de raíz por ellos.
Palabras clave: Dispositivos. Poética. Nuevas tecnologías. Samuel Beckett. Juan José Saer.

Abstract: The article proposes to think about how new technologies and contemporary writ-
ing practices are imbricated, setting as the initial point for this study the difference be-
tween writing procedures and cultural imaginaries. By studying three texts —Cervantes’
Quijote, «En línea» by J. J. Saer and S. Beckett’s Krapp’s last tape—, it problematizes some
of the ways through which the existence of these new devices has been introduced into
literary writing, as well as some theoretical approaches which, by making a positive val-
orization of these devices, consider that they should modify 21st century literature from
its root.
Keywords: Dispositives. Poetics. New Technologies. Samuel Beckett. Juan José Saer.

355
356 Max HIDALGO NÁCHER

En este escrito me gustaría plantear algunos puntos de partida para reflexionar


sobre la imbricación de las nuevas tecnologías y ciertas prácticas de escritura con-
temporáneas a partir de una perspectiva estrictamente textual. Para ello, presenta-
ré estas tecnologías menos como soportes de lo literario —lo que implica suspen-
der por un momento la pregunta, sin duda fundamental, por las prácticas de
lectura— que como dispositivos de subjetivación. La noción de dispositivo, prove-
niente de la obra de Michel Foucault, fue desarrollada por Gilles Deleuze y ha en-
contrado en la de Giorgio Agamben una concreción específica que nos permite
interpelar algunos de los efectos de la sujeción tecnológica. Ligada en Foucault a
una revisión radical de la teoría tradicional del poder, los dispositivos implican
para el filósofo francés la puesta en marcha de estrategias sin estratega. Agamben,
que prolonga la reflexión foucaultiana, utilizará el concepto para referirse a «qua-
lunque cosa abbia in qualche modo la capacità di catturare, orientare, determinare,
intercettare, modellare, controllare e assicurare i gesti, le condotte, le opinioni e i
discorsi degli esseri viventi» (21). De ese modo —como Agamben señala—, el pro-
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pio lenguaje sería, quizás, «il più antico dei dispositivi» (22). La más antigua, tam-
bién, de las tecnologías.
Desde este punto de vista, las nuevas tecnologías son potentes dispositivos de
subjetivación. Lejos de ser meros instrumentos, los teléfonos móviles y los disposi-
tivos digitales transforman nuestra relación con el tiempo, con el espacio, con los
otros y con nosotros mismos. El concepto pretende, pues, ser un instrumento de
análisis para medir el modo en que las tecnologías moldean los modos de vida y las
subjetividades, al margen de lo literario. Ahora bien, en tanto que Deleuze los pre-
sentaba como «máquinas de hacer ver y de hacer hablar» (9), cada cual con su pro-
pio «régimen de luminosidad, modo según el cual esta cae, se difumina y se expan-
de, distribuyendo lo visible y lo invisible, haciendo nacer o desaparecer el objeto que
no existe sin ella» (317), se hace posible hablar, en un sentido restringido, de dispo-
sitivos literarios. Desde este segundo punto de vista, un dispositivo literario sería un
mecanismo de generación de un texto literario tematizado en el seno de la propia
ficción.1 Un ejemplo paradigmático de esta tematización de los procedimientos lo
encontraríamos en la obra de Samuel Beckett, quien ha hecho esto particularmente
en una parte de su teatro en la que la voz y los focos adquieren un carácter perfor-
mativo. De ese modo, podría estudiarse cómo los dispositivos —siendo, desde este
punto de vista, los límites de la ficción—, caen sobre los seres ficticios, engendrán-
dolos como tales.

  Agamben, para conferir operatividad al concepto, insiste en su texto sobre la posibilidad de


1

aislar los dispositivos; en cambio, Foucault los presentaba como el resultado de redes múltiples y
heterogéneas: «Ce que j’essaie de repérer sous ce nom, c’est, premièrement, un ensemble résolu-
ment hétérogène, comportant des discours, des institutions, des aménagements architecturaux,
des décisions réglementaires, des lois, des mesures administratives, des énoncés scientifiques, des
propositions philosophiques, morales, philanthropiques, bref: du dit, aussi bien que du non-dit,
voilà les éléments du dispositif. Le dispositif lui-même, c’est le réseau qu’on peut établir entre ces
éléments» (1977b: 299).
POÉTICAS DE LO TECNOLÓGICO. DISPOSITIVOS DE SUBJETIVACIÓN... 357

Me preguntaré, pues, cómo un texto literario piensa una tecnología y la incor-


pora en sí mismo, así como qué hace con ella, limitándome a estudiar los procedi-
mientos de escritura que estructuran la ficción y, dentro de ella, cómo se tematizan
en su seno los dispositivos —pensados, por lo tanto, en el seno de un entramado
textual—. Se tratará, pues, de estudiar algunos tratamientos de la tecnología en el
marco general de ciertas poéticas. Para ello, es necesario adoptar un punto de vista
oblicuo respecto a las relaciones entre la tecnología y la literatura; que, respetando
las especificidades de ambos ámbitos, muestre que no puede haber, en ningún caso,
una relación unívoca o unilineal en unas relaciones que son, por definición, múlti-
ples y complejas. De hecho, ninguno de los más importantes historiadores del libro
que han reflexionado por extenso y con el bagaje que da la perspectiva histórica
sobre la relación entre tecnologías y literatura —autores como Walter J. Ong, Roger
Chartier o Robert Darnton— piensan la escritura como determinada unilateral-
mente por lo tecnológico.
En lo que sigue, y tras unas breves reflexiones teóricas, me remontaré a algunas
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producciones para mostrar algunos modos de incorporación de lo tecnológico y de


los nuevos contextos de cultura asociados en la literatura. La pregunta crítica que
me planteo, y que puede funcionar como un primer marco de referencia, es la si-
guiente: esos cambios tecnológicos, ¿han entrado en la literatura como procedimien-
tos de escritura o como imaginarios culturales?

1.  Imaginarios culturales

Esa diferencia entre los imaginarios y los procedimientos señala, sin salirnos del
ámbito de la textualidad, dos tendencias radicalmente enfrentadas de estudiar e
incorporar en la literatura estos fenómenos, ya pongan el énfasis en aquello de lo que
hablan los textos o en cómo están construidos. La primera vía exploraría las recu-
rrencias temáticas de las nuevas tecnologías en la literatura. Este tipo de estudios
—a pesar de la multiplicidad de referencias teóricas, en las que abundan las remisio-
nes a autores como Deleuze o Derrida— seguiría reproduciendo algunos de los
procedimientos críticos de la Stoffgeschichte decimonónica y acarrearía algunas de
sus mismas limitaciones, las cuales muchas veces podrían resumirse en una resis-
tencia a pensar la imbricación recíproca de las categorías de forma y contenido.
En el magma disperso de estos estudios es posible aislar una retórica poblada de
augurios y promesas que afirma que ingresar en el mundo digital implica romper con
todo e instan a escritores y críticos a partir de cero; un discurso que, en su afán de
novedad, en muchas ocasiones plantea como logros recientes adquisiciones mucho
anteriores en el tiempo, con la distorsión consiguiente. César Rendueles ha señalado
recientemente algunos extravíos de la «utopía digital» y del «fetichismo de las redes de
comunicación» (34), al que también llama «ciberfetichismo» y «fetichismo tecnológi-
co» (45). Cuando la tecnología se convierte en un fetiche, no importan ya la singula-
ridad de aquello que vehicula pues, como dice Agustín Fernández Mallo,
358 Max HIDALGO NÁCHER

El hecho literario ha dejado de existir como fascinación; esa fascinación la pro-


ducen ahora esos objetos no estrictamente literarios: computadoras, DVD, teléfonos
móviles, pantallas, en las que la literatura, el texto, se ve relegado a mero vehículo o
pretexto que nos conduce a esas nuevas maravillas; es más maravilloso el iPhone que
el contenido que alberga ese iPhone. Ahora, lo importante está en el continente, no
en el contenido2 (2009: 75).

Ahora bien, esta reducción de la tecnología a fetiche y, paralelamente, de las


obras a mero contenido indiferenciado para renovar el contacto con el fetiche hace
olvidar muchas veces las especificidades formales de los diversos contenidos del con-
tinente, llegando a confundirse en ocasiones la forma con el soporte.
Algunos de los procedimientos críticos propios de este discurso, que puede en-
contrarse en autores como Fernández Mallo y Vicente Luis Mora, son los siguientes:
tendencia al estudio antológico de los temas con independencia de su uso y de su
función (perdiéndose, de ese modo, la especificidad de lo literario); uso de la cita y
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el nombre propio como argumento de autoridad,3 el cual sirve menos para iniciar
una discusión que para cerrarla, y que a veces delata un conocimiento muy superfi-
cial de las obras citadas4 (lo que implica en muchos casos utilizar la literatura como
mero ejemplo de una teoría preexistente); promoción de categorías críticas masivas
que distinguen entre lo nuevo y lo antiguo para atribuir a lo nuevo rasgos que, en
realidad, son ya tradicionales;5 y, finalmente y en relación a este punto, tendencia a

2
  Por lo demás, parecería que «este hecho innegable, esta inversión especular», sería «conse-
cuencia de la economía de mercado» (76). El autor añade a continuación: «Todo ese nuevo cos-
mos ha de asumirse de entrada, dado que fuera de él nada existe, ni parece que, de momento, vaya
a existir» (76).
3
  «Doy por hecho que el lector ha leído a Deleuze, Didi-Huberman, Flusser, Maldonado,
Barthes, Molinuevo, Rodríguez de la Flor, Brea y demás teóricos de la imagen» (109), escribe Vi-
cente Luis Mora.
4
  Fernández Mallo presenta, frente a una «poesía ortodoxa como red cerrada (en ocasiones
aislada)» (2009: 145) que permite transitar «del exterior al interior, pero no a la inversa» (147) una
poesía postpoética en la que «el flujo de información exterior-interior retroalimenta al flujo inte-
rior-exterior, quedando así en suspenso la propia definición de lo que está dentro y lo que está
fuera» (151). Lo sorprendente es que esa definición pueda conectarse, a través de una cita de
Deleuze, con el espacio literario de Maurice Blanchot (152), el cual solo puede ser relacionado con
esa caracterización de la poesía a fuerza de desconocerlo. Puede leerse, en relación a esta cuestión,
L’espace littéraire de Blanchot; y, en él, el capítulo titulado «Le regard d’Orphée» —que es, según el
propio autor, el punto hacia el que se dirige el libro (11)—, en el que el autor desarrolla una teoría
de la escritura ligada a la muerte y a la transgresión, y donde afirma: «Écrire commence avec le
regard d’Orphée» (232).
5
  Vicente Luis Mora expone en las páginas 93-96 de El lectoespectador cómo la literatura pan-
geica se propone «la eliminación del engorroso narrador omnisciente, ese residuo anacrónico de la
omnivisión medieval cristiana» (93). Ahora bien, eso ya había sido propuesto —sin duda, a través
de presupuestos diferentes—  por, entre otros, Jean-Paul Sartre en 1939 en su crítica demoledora a
La fin de la nuit en «M. François Mauriac et la liberté» (1939). Por otra parte, ya en una novela
como Comment c’est (1961) de Beckett la despersonalización de la voz —que se limita a citar un
discurso que la atraviesa—  es total. Reconociendo la complejidad de estas transformaciones y
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la construcción de taxonomías imaginarias (ligadas más que a análisis reales a víncu-


los identitarios) que tienden a convertirse en una axiología. Así, la «tendencia al flujo
horizontal y a la falta de jerarquía» (Mora: 28) —suspendiendo por un momento la
sospecha de que esos rasgos no sean un mito más—6 tienden a esgrimirse como vir-
tudes de internet y de una posible literatura digital (en contraposición a una supuesta
jerarquía autoritaria tradicional) —y ese imaginario parece reclamar una transforma-
ción urgente de la teoría y de la literatura—.
Estos textos tienden a insertar en sus discursos unos imaginarios culturales que
otorgan un papel preponderante a las nuevas tecnologías. Así, en Afterpop de Agus-
tín Fernández Porta las referencias a la temática digital van acompañadas de una
cierta exaltación de lo nuevo y de una valorización positiva de la hibridación de la
alta y la baja cultura. Algunos de estos autores consideran, de hecho, que la literatu-
ra tendría que verse transformada de raíz en este nuevo panorama digital para el
que se acuñan los más variados términos como postpoesía o literatura pangeica, los
cuales persiguen provocar aquello de lo que hablan: una ruptura que, muchas veces,
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no es más que imaginaria.


Esta poética tiende a desproblematizar, dejando impensadas desde el punto de
vista teórico, las relaciones entre pensamiento y literatura. Se encuentra una mues-
tra de ello en las reflexiones de Vicente Luis Mora en su libro El lectoespectador a
propósito de esa literatura pangeica. Mora, que acuña el término, lo utiliza para re-
ferirse a una literatura que «no solo se escribe, sino que se diseña, tomando el autor
cuantos elementos visuales, audibles o audiovisuales cree necesarios para completar
su narración». Ejemplo de ella sería Nocilla Lab (2009) de Fernández Mallo, que
incluye un cómic y «se completa con un vídeo descargable libremente desde la bitá-
cora del autor; un vídeo cuyo contenido es, según declaraciones del autor, tan im-
portante como el texto publicado de forma convencional» (Mora: 74)7 (y que acerca
el consumo literario a una especie de gymkhana). Estas obras —y otras que cita—
ilustrarían la tesis general según la cual «cuando las cosmovisiones, las conforma-
ciones de lo perceptible y los modos culturales de aproximación a la realidad de una

problematizando precisamente la tendencia a alinear en una única serie las rupturas, Virgilio Tor-
tosa señala que una parte importante de las vanguardias artísticas y filosóficas del siglo xx adelan-
taron los procedimientos hipertextuales antes de la existencia de internet: «Pensamiento y creación
artística, a lo largo del siglo xx, caminan de la mano, y ambas apuntan durante ese transcurso en
esa dirección progresivamente, como vamos a poder apreciar a continuación. Tanto el pensamien-
to como la creación artística comienzan desbordando un concepción encorsetadora lineal (adscri-
ta tradicionalmente a la cultura impresa) de la escritura para esbozar intenciones que hoy llamaría-
mos (como alguien ha advertido) protohipertextuales» (72).
6
  El propio Vicente Luis Mora añade unas páginas después de haber hecho esas afirmaciones:
«En Google sí hay una jerarquización» (43); y que «de hecho, si uno paga a Google puede colocar-
se entre los primeros puestos, lo cual da mucho que pensar sobre la construcción del saber en
nuestros días» (42).
7
  El propio Fernández Mallo presenta en El Hacedor (de Borges), «Remake», enlaces a vídeos
del Youtube que, «clickados» a día de hoy (principios de año del 2015), dan —quizás a causa de
que el libro fue retirado de las librerías y estos formaban parte del libro—  un enlace roto.
360 Max HIDALGO NÁCHER

era comienzan a cambiar, de forma casi inmediata los artistas comienzan a hacerse
eco del cambio e incorporarlo a sus creaciones» (Mora: 55). Ahora bien, este plan-
teamiento deja impensado el modo en el que las nuevas tecnologías y los nuevos
contextos culturales afectan a esas obras a nivel formal. Más bien, parece que la
novedad de dicha poética radica en la promoción de un imaginario —así como de
una cierta relación con los soportes— ligado a ciertas prácticas culturales que no
llega a problematizar los procedimientos de escritura.

2.  La poética y el problema de la escritura

Ahora bien, la literatura no solo refleja el presente, sino que puede reinventarlo
a través de la escritura. El segundo enfoque que quería presentar muestra, precisa-
mente, cómo los artefactos literarios pueden, en su propia especificidad, incorporar
en su seno de un cierto modo la tecnología. Para ello, analizaré la función que cum-
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plen ciertas tecnologías en una obra hasta el punto de propiciar la promoción de


alguna de ellas a procedimiento de escritura. Si me centro en este aspecto se debe a
que esta es una manera entre otras de privilegiar la dimensión formal de la escritu-
ra. La literatura —o, como diría Jacques Rancière, las obras del arte de escribir—
presenta un carácter no homologable de modo inmediato al discurso no literario.8
Si las prácticas artísticas son maneras de hacer (2000: 14), el valor primariamente
político de la literatura radica, no en lo que dice (ni, por lo tanto, en su imaginario),
sino en que propone un «reparto de lo sensible».9 Esta especificidad puede ser abor-
dada de modo pertinente, aunque no por ello agotada, a través del estudio de los
procedimientos constructivos, que son los que articulan ese espacio de decibles,
visibles e inteligibles que es el universo literario —universo que no puede ser estu-
diado sin ligar los elementos en función de una cierta poética.
Me gustaría señalar, pues, cómo las tecnologías entran en la obra de algunos
autores al servicio de una poética determinada; es decir, de un cierto reparto de lo
sensible. Ya el Quijote (de cuya segunda parte se cumplen cuatrocientos años en este
año 2015), un libro situado entre el mundo de la oralidad y el de la reproducción
impresa de la escritura, incorporaba esa nueva tecnología de escritura como proce-
dimiento constructivo de su universo literario, poniéndola en juego en una multi-
plicidad de niveles con la gracia y el ingenio consabidos. Ahí se tematizaba esa con-
ciencia de la materialidad de la escritura y su constitución no solo en tema sino
también en motor de la obra. La letra impresa abría aquí, en el seno de la Contrarre-

8
  Rancière define la literatura como «el modo histórico de visibilidad de las obras del arte de
escribir, que produce esa distinción y produce por consiguiente los discursos que teorizan la dis-
tinción, pero también los que la desacralizan para remitirla ya sea a la arbitrariedad de los juicios,
ya sea a criterios positivos de clasificación» (2009: 13).
9
  «J’appelle partage du sensible ce système d’évidences sensibles qui donne à voir en même
temps l’existece d’un commun et les découpages qui y définissent les places et les parts respec-
tives» (Rancière, 2000: 12).
POÉTICAS DE LO TECNOLÓGICO. DISPOSITIVOS DE SUBJETIVACIÓN... 361

forma, el juego de las burlas y las veras; y, a través de esa lectura imaginaria, posibi-
litaba nuevos modos de subjetivación.10
El personaje de don Quijote de la Mancha es un producto, no sin más de la lec-
tura, sino de un cierto tipo de lectura que hace del mundo el espacio de una aventu-
ra. La doblez del sentido, la tensión entre el disparate y la interpretación, es la que
mantiene viva la narración —por eso, cuando el protagonista recupere el juicio, y
vuelva a ser Alonso Quijano, solo le quedará morir—. La narración, por su parte, es
también un producto de ese mundo impreso: la segunda parte es una emanación de
la primera. Como ya señalara Américo Castro,

Se ha hablado mucho de las fuentes literarias del Quijote, y muy poco de la pre-
sencia y función de los libros dentro del proceso creador de la obra. Leer o haber
leído, escribir o estar escribiendo son tareas de muchos de los personajes que pue-
blan las páginas del Quijote, tareas sin las cuales no existirían algunos de ellos. La
palabra escrita sugiere y sostiene el proceso de la vida, o sirve de expresión a la vida;
no desempeña misión decorativa o ilustradora, sino que aparece articulada con el
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existir mismo de las personas. Diríamos en vista de ello que el Quijote es un libro
forjado y deducido de la activa materia de otros libros. La primera parte emana ra-
dicalmente de los libros leídos por don Quijote; la segunda es, a su vez, emanación
de la primera, pues no se limita a seguir narrando nuevos sucesos, sino que incorpo-
ra en la vida del personaje su conciencia de estar ya preexistiendo en otro libro (55).

Ahora bien, y esto es lo especialmente relevante, esta cultura impresa no hacía


desaparecer ni a la cultura oral ni a la manuscrita. Más bien, esos dos mundos se
imbricaban y superponían en uno solo. Muestra de ello es el capítulo ix, en el que
se desplegaba minuciosamente la conciencia de la materialidad de lo escrito y en el
que el narrador se descubría, después de haber dejado interrumpido el combate con
el vizcaíno porque «el autor desta historia […] no halló más escrito destas hazañas
de Don Quijote de las que deja referida» (275), como un «segundo autor» (275) que
descubrió en unos cartapacios del Alcaná de Toledo «el fin desta agradable historia»
(278), y que leemos nosotros «por el trabajo y diligencia» (277) que puso en ello no
solo a través de la compra de «todos los papeles y cartapacios por medio real» (279),
sino también buscando a un «morisco aljamiado que los leyese» (278) y, posterior-
mente, los tradujese al castellano «sin quitarles ni añadirles nada, ofreciéndole la
paga que él quisiese» (y del que dice que, «por facilitar más el negocio y por no dejar
de la mano tan buen hallazgo, le truje a mi casa, donde en poco más de mes y medio

10
  Compárese con el siguiente soneto de Quevedo, escrito unos pocos años antes de 1640,
que pone la imprenta al servicio de un saber infinito y de una piadosa erudición: «Retirado en la
paz de estos desiertos, / con pocos pero doctos libros juntos, / vivo en conversación con los difun-
tos, / y escucho con mis ojos a los muertos. // Si no siempre entendidos, siempre abiertos, / o en-
miendan o fecundan mis asuntos; / y en músicos callados contrapuntos / al sueño de la vida ha-
blan despiertos. // Las Grandes Almas que la Muerte ausenta, / De injurias de los años vengadora,
/ Libra, oh gran Don Josef, docta la Imprenta. // En fuga irrevocable huye la hora; / Pero aquella
el mejor Cálculo cuenta, / Que en la lección y estudios nos mejora» (n.º 52, 178-179).
362 Max HIDALGO NÁCHER

la tradujo toda, del mesmo modo que aquí se refiere» (279). La introducción de todas
estas mediaciones —que implican también el estatus social de los agentes implica-
dos—11 muestra, entre otras cosas, cómo se superponen los diferentes tipos de pro-
ducción, circulación, supervisión, lectura y escucha de lo escrito; y que la aparición
de «una nueva tecnología de la palabra», como ya señalara Walter J. Ong, «refuerza a
la vieja al mismo tiempo que la transforma» (150). Al jugar con los soportes, las bi-
bliotecas, las prácticas de lectura y los tipos de lectores encarnados en los personajes,
Cervantes construía un artefacto literario sumamente complejo e innovador.
En el Quijote la relación con los libros está puesta al servicio de una poética de las
burlas y las veras. Más cerca de nuestros días, pero siguiendo una misma vía de análi-
sis, me gustaría señalar a continuación un par de casos más relativos a la incorpora-
ción de tecnologías de escritura en obras literarias: el primero se refiere al teléfono de
«En línea» (Lugar, 2000), de Juan José Saer; el segundo, al magnetófono en Krapp’s
Last Tape (1958), de Samuel Beckett. En ambos casos se observa, como en el Quijote,
una relación compleja en la que la tecnología es puesta al servicio de una escritura li-
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teraria: en Saer, contribuye a hacer visible la textura de lo imaginario; en Beckett, hace


posible dramatizar la imposibilidad de Krapp de coincidir consigo mismo.

3.  El teléfono y la textura de lo imaginario

En «En línea», de Saer, encontramos una tecnología convertida en dispositivo de


escritura. En este cuento, una llamada telefónica acciona la narración. Tomatis lla-
ma a Pichón un domingo de noviembre hacia las tres de la tarde. Es una llamada
intercontinental, que comunica presumiblemente la primavera de Buenos Aires
postulada por Tomatis (allá son las 11 de la mañana) con el otoño de París desde el
que escucha Pichón; una llamada, aunque no previsible, esperada: «Tomatis había
establecido la costumbre de llamarlo desde allá ciertos domingos, una vez por mes
o cada cinco o seis semanas» (30).
El teléfono funciona aquí como canal de comunicación e incomunicación: une
y separa dos lugares y, al hacerlo, abre una escisión entre dos ámbitos: el de las sen-
saciones y el de la imaginación. El dispositivo telefónico que comunica ambos he-
misferios instituye una disociación de los sentidos y, a través de ella, abre una dis-
tancia en el seno de lo real. «Cuando empezó a sonar» el teléfono, Pichón «se estaba
preparando un café en la cocina» (30). Pero esa llamada, que es una llamada de
«costumbre» (30), acciona un resorte que abrirá una serie de distancias respecto a
lo real para, en un segundo momento, en un gesto de repliegue, instalar esa ficción
como su verdadero núcleo —un núcleo extraño e inquietante—.
La relación entre los interlocutores es la de una íntima distancia. Tomatis «pre-
tendía estar en la terraza, a la sombra de un toldo, donde corría un aire fresco según
él, fresco amable de una mañana de primavera que calificó varias veces de delicio-

11
  Puede leerse un estudio de esta escena en Catelli y Gargatagli (1998: 239-240).
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sa». La inmediatez sensorial queda así obturada por la pantalla de un discurso en-
viado a miles de kilómetros de distancia. Tomatis pretendía; las cosas son según él; y
no hay, de hecho, ninguna mañana deliciosa de primavera, sino la vibración eléctri-
ca del adjetivo deliciosa, transmitida desde el otro lado del aparato, en los oídos de
Pichón. Su actitud —cuya función es escuchar— es escéptica y complacida al mismo
tiempo. Más allá de la verdad de los enunciados de Tomatis, estos le satisfacen por
mediación de la propia imaginación. De hecho, esa voz se apoderará de él, de modo
que «la mirada que errabundea más allá de los vidrios de la ventana» se posará so-
bre los objetos ya «sin ver». El discurso de Tomatis genera en Pichón «un hábito de
incredulidad». Ahora bien,

Por más que dude, la fuerza de las palabras, aun llegando desde tan lejos, obtiene
el efecto buscado, ya que, mezclándose al escepticismo, la imaginación de Pichón
elabora una imagen placentera, proyectándose en ella como lo haría con cualquier
otra ficción y, al tiempo que se siente en el sillón del escritorio, ve la mañana lumi-
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nosa de primavera, el toldo de lona verde que imprime sobre las baldosas rojas de la
terraza una sombra benévola y a Tomatis (31).

Esa imagen placentera, más fuerte que el espacio sensible que lo rodea, se le
impondrá. «Si sus sentidos se ocupan en captar los estímulos que los excitan en el
aura rugosa y bien real del presente, su imaginación se pasea por la terraza roja y
soleada, por la mañana, según Tomatis, deliciosa de noviembre» (32).
Se trata de un artefacto reflexivo: la ficción tematiza el propio artefacto literario
que es Lugar y que —dentro de Lugar, en este mismo cuento— se ha dedicado a
construir, dándonos a oír, a nosotros y a Pichón al mismo tiempo, unas

[…] palabras que, a pesar de la distancia desde la que le llegan y del timbre vaga-
mente artificial con que resuenan, como si hubiesen sido descompuestas en sus ele-
mentos más simples y vueltas a recomponer sin haber logrado restituirles el sonido
humano, haciéndoles perder la inmediatez familiar al transportarlas de un hemisfe-
rio al otro a través del espacio lleno de turbulencias magnéticas, interesándose por
ellas en su mera calidad de materia sonora, subyugan a la vez su curiosidad y su in-
teligencia (33).12

12
  El cuento se prolonga con una carta enviada a Pichón por Soldi y, a través de ella, con la
lectura de un manuscrito en el que un soldado joven y otro viejo conversan a las puertas de Troya.
Aquí vuelve a aparecer la imbricación de las diversas tecnologías, ya señalada a propósito de el
Quijote: «Unos meses después de esa conversación telefónica, Soldi, como otras veces, hará una
copia del dactilograma y lo mandará por correo, lo que le permitirá a Pichón examinarlo con
detenimiento, y casi en cada una de sus páginas y de sus frases, que desde luego difieren muchísi-
mo de las que escuchó por teléfono en un domingo de noviembre, porque lo oral y lo escrito son
dos medios diferentes, como el aire y el agua, y lo que respira en uno a veces se asfixia en el otro,
la voz de Tomatis resonará en su memoria trayendo consigo la imagen del propio Tomatis» (39).
Pichón «no puede dejar de oír esa voz doble cuando, un par de meses más tarde, en plena noche
y en pleno invierno, lee los últimos párrafos del texto que el correo le ha traído esa mañana» (40).
364 Max HIDALGO NÁCHER

Lugar persigue esa experiencia de la disociación a través de los más variados


recursos: una conversación telefónica; una foto reciente, todavía húmeda, extraída
de un sueño; la llegada de la noche, inesperada, en la pampa; una conversación en-
tre barrenderos; un sueño traicionero y terrible; o el visionado de una video-cassette
porno de saldo. Dispositivos heterogéneos puestos, todos ellos, al servicio de una
misma poética.

4.  El magnetófono y la experiencia de una desubjetivación

El uso que hace Beckett de las tecnologías como dispositivos también merece ser
comentado. Podrían estudiarse muchas de sus obras: desde Quoi où hasta Film. Me
detendré, sin embargo, en Krapp’s Last Tape, una pieza que quizás se entiende mejor
haciendo un breve recorrido por la trayectoria teatral del autor irlandés. En 1947
Beckett escribió su primera obra de teatro en francés, llamada Eleutheria: nunca qui-
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so publicarla. Según juicio del autor, estaba mal hecha. La obra giraba en torno a las
relaciones del joven Victor Krap con su familia y, más en general, con el mundo. En
ella, Víctor expresaba su rechazo al mundo en nombre de la libertad. Ahora bien, ese
rechazo seguía siendo expresado como de costumbre (Hidalgo Nácher, 2014), usando
de modo convencional el más antiguo dispositivo de la historia: el lenguaje.
Once años después, en 1958, escribió otra obra. El protagonista era el mismo
Krap de Eleutheria pero con una p redoblada. Ese redoblamiento se producía en la
obra con la introducción de un magnetófono a través del que Krapp escucha mensajes
que grabara en el pasado. Ese juego, que es el núcleo de la obra, le permite a Beckett
salvar un problema que, a su propio juicio, quedaba irresuelto en Eleutheria: la ade-
cuación de la forma y el contenido («form is content, content is form» [1984: 27]); o,
dicho en otros términos, la transformación del régimen de visibilidad y decibilidad
de sus obras. En 1947 el personaje de Krap era un depresivo más, fácilmente captura-
ble por el mundo que le rodeaba.13 Pero Beckett no quería decirlo, sino traspasar ese
afecto a la escritura. Y lo conseguirá introduciendo una tecnología de escritura del
sonido que se constituye ella misma en procedimiento de escritura de la obra teatral.
Por todo ello, el magnetófono se convierte aquí en un artefacto clave que funciona,
de hecho, como un dispositivo de desubjetivación. A través de él, Krapp se enfrenta
«to that stupid bastard I took myself for thirty years ago» (2009: 10)
La inserción del magnetófono en la escena, así como la función que en ella cum-
ple, es la solución que encuentra Beckett a un problema de escritura, y esta solo se
concretará tras un largo trabajo de escritura (Hidalgo Nácher, 2008). La distancia que
separa a Eleutheria de Krapp’s Last Tape se encuentra ahí. Hasta el punto de que podría
afirmarse no tanto que el magnetófono es, tecnológicamente, causa de nada como

13
  «Vitrier: Comprenez-moi bien. Je ne demande qu’une chose, que vous preniex figure. La
moindre lueur de sens; de quoi faire dire aux gens: «Ah, c’est ça, maintenant je commence à com-
prendre», et je disparais» (Beckett, 1995: 125).
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que, más bien al contrario, este aporta un medio privilegiado para materializar una
experiencia de desubjetivación que solo cobra forma en el seno de una poética. Así, es
la escritura de Beckett la que da cuerpo a la inquietante extrañeza de la escritura de la
voz y, a partir de ello, de la voz misma. Pues aquí, para Beckett, como para Agamben,
el lenguaje sería el primer dispositivo: el más sutil y resistente de todos, el cual queda
en mayor o menor medida negligido por muchas de las propuestas que, sabiéndolo o
sin saberlo, reducen el uso literario de la tecnología a un imaginario cultural.

5.  Poéticas de la tecnología

En los tres casos señalados (el Quijote, «En línea» y Krapp’s Last Tape) se obser-
va cómo la inclusión de la tecnología en la ficción está puesta al servicio de una
poética y afecta a los procedimientos constructivos que estructuran la ficción. El
juego de las burlas y las veras en Cervantes, la pregnancia de lo imaginario como
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núcleo velado de lo real en Saer, la discoincidencia del sujeto y su lenguaje en Beckett.


Y en los tres casos esos dispositivos se insertan sin estridencias, sin redoblarse en el
ámbito de la representación en una mitología de lo tecnológico que, de hecho, las
tres obras problematizan.
Una indagación sobre los usos literarios de las nuevas tecnologías que partiera
de esta interrogación tendría que dirigirse, pues, a algunas producciones actuales
para valorar el modo de inclusión de esos dispositivos de subjetivación y para plan-
tear cuál es su función específica (simplemente temática o, en un nivel específica-
mente literario, formal) en el seno de una poética determinada o en qué sentido
algunos de ellos podrían renovar las prácticas de escritura. El catálogo de los usos
iría desde la simple nominación fetichista hasta su promoción a nuevos dispositivos
de escritura, como los señalados en el Quijote, «En línea» y Krapp’s Last Tape, pasan-
do por el tratamiento temático o por la saturación del espacio en obras como Film
Socialisme de Godard, donde la multiplicación de los dispositivos de pequeño for-
mato de producción de imágenes despliega —en la gran pantalla del cine— su nue-
va omnipresencia. Pienso, por lo demás, que estos casos muestran que algunas de
las implicaciones de las nuevas tecnologías en lo literario —pero también de lo lite-
rario en las nuevas tecnologías— han sido, están siendo y serán, quizás, más silen-
ciosas y plurales de lo que a veces pensamos.

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