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Justiniano I
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«Justiniano» redirige aquí. Para el emperador homónimo, véase Justiniano II.

Justiniano I

Emperador del Imperio bizantino

Mosaico de Justiniano en la Iglesia de San Vital en Rávena

Reinado 1 de agosto de 527 - 14 de noviembre de 565

Coronación 1 de agosto de 527

Nombre real Flavius Petrus Sabbatius Iustinianus

Nacimiento 11 de mayo de 483


Tauresium
Fallecimiento 14 de noviembre de 565
Constantinopla

Predecesor Justino I

Sucesor Justino II

Cónyuge/s Teodora

Dinastía Justiniana

Justiniano

Emperador del Imperio bizantino

Venerado en Iglesia ortodoxa

Festividad 14 de noviembre

Justiniano I el Grande (En latín: Flavius Petrus Sabbatius Iustinianus; en griego:


Ιουστινιανός ) (Tauresium, 11 de mayo de 483 - Constantinopla, 14 de noviembre de 565)
fue emperador de los romanos desde el 1 de agosto de 527 hasta su muerte.

Por su reforma y compilación de leyes y por la gran expansión militar que tuvo lugar en
Occidente bajo su reinado, sobre todo gracias a las campañas de Belisario. Todo ello
formaba parte de un magno proyecto de restauración del Imperio romano (Renovatio
imperii romanorum), por el que es recordado como "El último emperador romano". La
Iglesia ortodoxa lo venera como santo el día 14 de noviembre.

Biografía
Justiniano nació en una pequeña aldea llamada Tauresio (Taor) en Iliria (cerca de la actual
Justiniana Prima, Leskovac, Serbia), en los Balcanes, probablemente el 11 de mayo de 482.
Su madre Vigilantia era hermana del famoso general Justino que ascendió desde el ejército
a la dignidad imperial. Su tío le adoptó y se aseguró de que recibiese una buena educación:
Justiniano siguió así el currículo educativo habitual, centrándose en la jurisprudencia y la
filosofía. Avanzó en su carrera militar con gran rapidez, y se abría ante él un gran futuro
cuando, en 518, Justino se convirtió en Emperador. Justiniano fue nombrado cónsul en 521,
y posteriormente general del Ejército de Oriente. Mucho antes de que Justino le hiciese co-
Emperador el 26 de septiembre de 526[cita requerida], ya participaba en las actividades de
gobierno. Los emperadores bizantinos intentaron, en general, recuperar el antiguo Imperio
romano de Occidente, pero en el siglo VI uno de ellos consiguió los mayores logros; ese
fue Justiniano.

4 meses después, Justiniano pasó a ser el único soberano tras la muerte de Justino. Su
reinado tendría un gran impacto en la historia mundial, dando lugar a una nueva era en la
historia del Imperio bizantino y de la Iglesia ortodoxa. Fue un hombre con una capacidad
de trabajo fuera de lo común, que tenía un carácter afable, moderado y alegre, pero que
también podía ser despótico, artero y falto de escrúpulos cuando le convenía. Era un
hombre que no salía de su despacho prácticamente, manejando desde allí el Imperio, y por
sobre todos los aspectos personales sobresalía su falta de carisma, aspecto casi
imprescindible en un soberano absolutista, más aún no despertaba simpatía alguna entre sus
súbditos. Fue el último Emperador que intentó recuperar los territorios que poseyó el
Imperio romano en tiempos de Teodosio I, y con este fin, puso en marcha grandes
campañas militares. También desarrolló una colosal actividad constructiva emulando la de
los grandes emperadores romanos del pasado. Partiendo de la premisa de que la existencia
de una comunidad política se fundaba en las armas y las leyes, prestó especial atención a la
legislación y pasó a la posteridad por ser el inspirador del Corpus Iuris Civilis. La intención
de este código era recopilar una serie de leyes de la jurisdicción romana y armonizarla todo
lo posible con la cristiana a fin de crear un Imperio homogéneo. Su pensamiento circundó,
durante toda su actividad como emperador, en la idea del poder imperial sustentado por la
gracia divina, es decir que el emperador era el representante de Dios sobre la Tierra.

En 523 se casó con Teodora, una ex-actriz; hasta entonces, las actrices resultaban
socialmente próximas a las prostitutas, y en el pasado, a Justiniano le habría resultado
imposible casarse con ella, pero Justino había aprobado una ley que permitía los
matrimonios entre distintas clases sociales, lo que llevaría, ya en el reinado de Justiniano, a
una cierta atenuación de las diferencias sociales en la corte bizantina. Teodora llegaría a ser
una persona muy influyente en la política del Imperio, y algunos emperadores posteriores
seguirían el precedente de Justiniano casándose fuera de la clase aristocrática. Procopio de
Cesarea es nuestra fuente principal para la historia del reinado de Justiniano, aunque
también contribuye con muchos detalles de interés la crónica de Juan de Éfeso, que se
conserva como fundamento de muchas otras crónicas posteriores. Ambos historiadores
hicieron comentarios a veces muy negativos sobre Justiniano y Teodora; Procopio, además
de su historia, escribió otra Historia Secreta que recoge varios escándalos de la corte. Las
Historias de Agatías reseñan los sucesos acaecidos desde el año 552 hasta 558 o 559.

La segunda mitad de su reinado se vio ensombrecida por la epidemia de peste que se hizo
virulenta a partir del año 542. Teodora murió en 548 y Justiniano la sobrevivió casi 20
años, para morir el 14 de noviembre de 565.
Actividad militar y campañas de Belisario

Mapa del Imperio bizantino en 550 d.C. En verde las conquistas durante el reinado de
Justiniano I.

Política exterior basada en el Recuperatio Imperio

La ideología de la Recuperatio Imperii es una formulación que responde a los sentimientos


extendidos entre amplias capas de la población de la Pars Occidens (sobre todo entre el
elemento senatorial urbano y sectores vinculados con la administración) y en parte del
gobierno del Imperio de Oriente, que intelectualmente juega con la continuidad imperial en
Occidente; de hecho, el sentimiento de romanitas se encuentra —en el siglo VI—
ampliamente extendido por todo el Imperio y es correspondido por la ideología oficial del
gobierno imperial —según la cual éste no se hundió en Occidente sino que los bárbaros
gobiernan allí en nombre del emperador de Oriente— y por parte de la intelligentia de
Constantinopla (por ejemplo, es el caso del escritor Juan Lido, contemporáneo de
Justiniano). Estos sentimientos son aprovechados por la administración justiniana para
realizar, precisamente, una política en consonancia con ellos (fuese sincera o interesada).
Justiniano era el rey de todo, por así llamarlo; era el mayor responsable tanto militar como
religioso.

Campañas contra el Reino vándalo (533 – 534)

En mayo de 530, el monarca probizantino Hilderico fue depuesto por su primo Gelimer
aduciendo a que su falta de personalidad habían llevado a los vándalos a ser derrotados por
las tribus moras. Las protestas de Justiniano de que Hilderico pudiera regresar a
Constantinopla no fueron escuchadas, por lo que preparó con cuidado una campaña que
debía combinar eficacia militar y sobriedad de costes. Juan de Capadocia, responsable de
las finanzas del Imperio y opuesto a la guerra, accedió al final a llevar los gastos de la
campaña de una forma rígida. Belisario, el general más brillante de Oriente fue el
encargado de llevar las armas.

La decisión de atacar el reino vándalo coincidió con la aparición en éste de una serie de
debilidades. La simbiosis entre invasores e invadidos no llegó nunca a consolidarse, lo cual
generó hostilidades con los últimos. El miedo a revueltas internas había conducido a la
desfortificación de los núcleos urbanos por miedo a que acogieran revueltas. A su vez un
general godo que regía Cerdeña en nombre del monarca de Cartago pretendió con ayuda
militar oriental gobernar de forma independiente, pero fue detenido por Gelimer antes de
que dicha ayuda llegara.

La flota oriental abandonó los puertos de Constantinopla a mediados de junio de 533 y vía
Sicilia alcanzó las costas africanas al cabo de tres meses. Belisario encontró escasa
resistencia, y tras un victorioso encuentro con los vándalos en la batalla de Ad Decimum,
ocuparía Cartago dos días después. Gelimer, temeroso de que entronizaran al depuesto rey,
ejecutó a Hilderico antes de la caída de Cartago y huyó a los rebordes montañosos. Tres
meses después fue nuevamente derrotado en la batalla de Tricamerón y se refugió en las
montañas de Tunicia, intentando escapar a España. Finalmente optó por entregarse a finales
de marzo de 534. Belisario lo condujo hasta Constantinopla, donde el general fue recibido
con grandes honores, reservados al emperador. La provincia fue anexionada al Imperio, a
pesar que las tribus periféricas supusieron un peligro durante más de una década.

Campañas contra el Reino ostrogodo (540 – 554)

A la muerte de Teodorico el Grande el control de la política ostrogoda cayó en manos de su


hija Amalasunta, la cual ejerció el poder en nombre del rey niño Atalarico, hasta que este
falleció en 534. La regencia se caracterizó por un viraje político hacia Oriente, generando
una fuerte oposición interna. La pronta desaparición de su hijo forzó a la regente a la
búsqueda de un monarca formal tras el que seguir moviendo los hilos del gobierno. El
elegido fue Teodato, con el que contrajo matrimonio a fines de 534, este pronto se alejó del
palacio de Ravena y ordenó la eliminación de su mujer en abril de 535 posiblemente a
instigación de Teodora que buscaba un casus belli para la intervención de Justiniano.

Ese mismo año Justiniano daría dos golpes de mano que le permitieron tomar Sicilia al
mando de Belisario y Dalmacia por Ilírico Mundo. Teodato recurrió a una embajada papal,
pero se envió una embajada Imperial paralela al propio monarca ostrogodo para establecer
un acuerdo secreto de cesión de Italia al imperio. Los diversos contratiempos que
atravesaba el Imperio en ese momento, como la revuelta de África y la recuperación de
territorios por germanos en Dalmacia indujeron a Teodato a romper el compromiso y a
hacer frente a los ejércitos de Justiniano.

Justiniano reorganizó la jerarquía militar para poder poner al frente de las campañas
italianas a Belisario ya que Mundo había fallecido en la ofensiva de Dalmacia. En su lugar
se puso a Constantiniano, que recuperó la ofensiva en Dalmacia, reocupando Salona y
expulsando a los ostrogodos de la región. Belisario ocupó Nápoles y finalmente Roma a
comienzos de diciembre. Teodato, antes de la caída de Roma, fue depuesto por Vitiges,
comandante de su guardia personal que demostró tener gran capacidad para las artes
guerreras y puso sitio a Roma.

El precio de la conquista del reino ostrogodo quizá podría considerarse excesivo. Se


provocaron continuas campañas de desgaste, siendo víctima principal la población itálica
que sufrió la destrucción de su tejido social, productivo, político y fue azotada por la peste.
Los veinte años de lucha aceleraron dramáticamente la transición al mundo medieval.
Roma perdió su entidad urbana y dejó de ser la ciudad por antonomasia del mundo
Mediterráneo.

La Pragmática Sanción de 554, mediante la cual Italia era reintegrada al Imperio romano,
ratificaba la situación de facto al otorgar a los obispos el control de diversos aspectos de la
vida civil (como la actividad de los jueces civiles) y la administración de las ciudades,
poniéndolos a cargo del aprovisionamiento, la anona y los trabajos públicos, al tiempo que
quedaban exentos de la autoridad de los funcionarios imperiales.1

Campañas contra el Reino visigodo (552)

Artículo principal: Provincia de Spania

A finales de 552 Justiniano podía considerar la campaña itálica como finalizada,


accediendo ese mismo año a la petición de ayuda formulada en el 551 por el rebelde
visigodo Atanagildo a cambio de una franja costera desde Valencia a Cádiz. La
colaboración oriental fue decisiva para decantar la guerra civil en el reino peninsular
hispano a favor de aquel candidato frente a Agila. Pero la compensación territorial nunca
fue plataforma para la conquista de la antigua Hispania, de hecho, las zonas concedidas en
552 comenzaron a menguar en las décadas siguientes, especialmente durante el reino de
Leovigildo, hasta su evaporación en el 624, en que los bizantinos fueron definitivamente
expulsados por el rey Suintila.

Frente a los eslavos

Los eslavos ocupaban una zona geográfica intermedia entre los conjuntos germánicos y
esteparios. Esto, sumado a una variedad de pueblos, hacía que las incursiones fueran
habituales en los Balcanes. A pesar de las contundentes victorias anteriores de Germano y
Mundo sobre eslavos y búlgaros, estos últimos penetraron profundamente en el espacio
griego a comienzos de 540 hasta llegar al istmo de Corintio, en la típica incursión de botín
y cautivos que no produjo daños de cuantía ni la pérdida de puntos de importancia. Los
eslavos por su parte llegaron hasta Dirraquio. Las expediciones de los cotrigures fueron
más contundentes, llegando a cruzar el Danubio helado y llegando sin oposición hasta
Mesia y Escitia, desde donde llegaron a Tracia y dividieron sus fuerzas en dos pelotones de
saqueo. El mismo Zabergan se presentó en Constantinopla con 7000 jinetes, Belisario tuvo
que salir de su retiro para liderar una contraofensiva que conjuró la amenaza.

Compilación Justinianea
"la majestad imperial conviene que no sólo esté honrada con las armas sino también fortalecida por
las leyes, para que en uno y otro tiempo, así el de guerras como el de paz, puedan ser bien
gobernados, y el principio romano subsista vencedor no solamente en los combates con los
enemigos (...) Y así después de cincuenta libros del Digesto o de las Pandectas en que se recopiló
todo ese derecho antiguo y los cuales hicimos valiéndonos del mismo Triboniano (...), mandamos
que las mismas Instituciones se dividiesen en estos cuatro libros, para que constituyan los primeros
elementos de toda la ciencia del derecho..." Instituta de Justiniano; Proemio; "Imperatoriam
Majestatem".2

La monumental compilación del derecho romano realizada al inicio del reinado del
Emperador (años 528 a 534) en lengua predominantemente latina concluye la evolución
jurídica del derecho de Roma.

Sobre ella se efectuarán los renacidos estudios romanísticos, a partir del siglo XI, y se
fundará la recepción del derecho romano en los países greco-latinos y en Alemania.

Las Institutas de Justiniano serán la conclusión de reiterados intentos previos en reunir el


derecho vigente en un cuerpo legal, recogiendo tanto las Leges como los Iura. Colaborarán
en tal emprendimiento las escuelas de Berito y Constantinopla, a través de juristas
integrantes de ellas.3 }}

El Código

Por la constitución Haec Quae Necessario, del 13 de febrero del 528, el Emperador
Justiniano nombra una comisión a la que le encarga realizar un código, utilizando los
anteriores ( Gregoriano, Hermogeniano y Teodosiano) así como también las constituciones
posteriores.

Tenían la facultad de modificar las constituciones reuniendo varias en una, o dividiéndolas


conforme las materias, según hubieran sido derogadas, o no respondieran a las necesidades.

La tarea fue breve y se publicó el Código el 9 de abril del año 529 (constitución Summa
Reipublicae) y entrando en vigencia siete días después. No obstante, cuatro años más tarde
fue modificado, por haber quedado anticuada la primera recopilación de las leyes.

El código del 529 es conocido como Codex Verus. El nuevo código (Codex Novis o Codex
Iustinianus Repetitae Praelectionis) está dividido en 12 libros, los que a su vez, se
subdividen en títulos. Algunas contituciones están redactadas en griego, siendo la más
antigua la del Emperador Adriano.

El primer libro trata de derecho eclesiástico y público en general; del segundo al octavo de
derecho privado; el noveno de derecho penal y el procedimiento correspondiente; los
últimos de derecho administrativo.

Al sancionarse el código del año 529, se dispuso la prohibición de recurrir a códigos y


novelas anteriores. Así en la constitución Codice Confirmando, Justiniano dispone:

"Prohibimos a los que pleitean y a los abogados bajo pena de hacerse culpables de falsedad, el que
citen otras constituciones que las insertas en nuestro código, y que las citen de otra manera que en la
que en él se encuentran; la invocación de esas constituciones, añadiendo a ellas las obras de los
antiguos intérpretes del derecho, debe bastar para resolver todos los pleitos, aunque carezcan de
fecha, o no hayan sido en otro tiempo más que rescriptos particulares."4
Digesto o Pandectas

De las diferentes partes que componen el Corpus Iuris Civilis, el Digesto resultaría ser la
única sin precedentes, como lo señalaría el propio Justiniano.

Una vez publicado el primer código, a través de una serie de constituciones, el Emperador
ordenó el Digesto. El 15 de diciembre del 530, por la constitución Deo Auctore se autoriza
al cuestor Triboniano para que organice un comisión para encarar dicha tarea. La obra
monumental fue concluída el 30 de diciembre del 533.

Para ello debían redactar un cuerpo legal que contuviera la obra de los jurisprudentes (Iura).
Surgiría así el Digesto, palabra latina que significa que de lo que se haya ubicado
metódicamente, o Pandectas, de etimología griega, significa lo que comprende todo.

"Más al proceder al examen de todo el material nos comunicó la mencionada excelencia


(Triboniano) que los antiguos habían escrito casi 2.000 libros, que abarcaban más de 3 millones de
líneas que era necesario leer y atentamente indagar por entero, para elegir lo mejor de todos ellos
(...)" Justiniano

La obra se integra con 50 libros; cada libro está dividido en títulos (salvo los número 30, 31
y 32), subdivididos en fragmentos y a su vez en parágrafos.

Dos tercios de los fragmentos contenidos en el Digesto pertenecen a los juristas de la ley de
citas (Gayo, Ulpiano, Paulo, Papiniano y Modestino). De éstos, la mayor parte pertenece a
Paulo. De otros siete juristas emanan una cuarta parte de los Iura (Cervidio Seavola,
Juliano, Marciano, Pomponio, Jaboleno, Africano y Marcelo). El resto de la obra se reparte
en opiniones de otros 27 juristas (como Celso, Florentino, Labeón, Neracio, Próculo,
Sabino, entre otros).5

Las Institutas

Es un tratado elemental de derecho destinado a la enseñanza dirigida a la juventud ávida de


estudiar leyes. Esta obra debía allanar las dificultades que por el volumen y la complejidad
del Digesto impedían el estudio de las instituciones jurídicas, directamente de las
Pandectas. Reemplazando obras utilizadas por entonces, especialmente las Institutas de
Gayo.

Antes de concluirse el Digesto, la comisión dio termino a la tarea que fue publicada el 21
de noviembre de 533, mediante la constitución Imperatoriam Maiestatem. Por la
constitución Tanta, junto al Digesto, se estableció la vigencia de las Institutas a partir del 30
de diciembre de 533.

Para las Institutas se basaron en obras elementales de la jurídica clásica y postclásica como
las Institutas de Gayo, las de Marciano, Ulpiano y Florentino.

Su contenido era obligatorio para los ciudadanos romanos y resulta ser fuente real de
derecho.
Están divididas en 4 libros, abordando los temas esenciales del arte jurídico: las personas,
las cosas y las acciones.6

Las Novelas

En la Edad Media se comenzó a incluir, como integrando el Corpus Iuris Civilis un cuerpo
legislativo comprensivo de una serie de constituciones dictadas con posterioridad a los
códigos (Vetus y Novis) las Quinquaginta Decisiones, el Digesto y las Institutas.

Comprende la obra legislativa de Justiniano a partir de 534 hasta su muerte en el año 565,
la mayoría en griego y algunas en latín. Abarcaban diferentes materias, siendo escasas las
referidas a derecho privado. Y fueron publicadas con carácter privado por algunos autores
con el nombre de Novelas o Novellae Leges (nuevas leyes).

Cabe destacar que en vida del Emperador, no hubo recopilación oficial limitándose al
Cuestor de palacio a registrarlas para ser publicadas periódicamente.

 Alrededor del año 535 aparece una colección conocida como Epitome Juliani, por
ser atribuida a Juliano, profesor de derecho de Constantinopla. En esta colección se
hallan 124 constituciones en latín, reduciéndose a 122 por repetición de dos de ellas.
Incluye las constituciones dictadas entre los años 535 y 555.

 En el año 556 se conoce una segunda colección, con autor desconocido, de 134
constituciones en latín, conocida como las Auténticas.

 La Colección Griega, concentra en su idioma original Novelas tanto griegas como


latinas. Habría sido realizada en el 578 y la integran 158 novelas de Justiniano y
otros emperadores posteriores como Justino II y Tiberio II. Cuando en ésta
colección aparecen un grupo de 13 Novelas de Justiniano incorporadas como
apéndice son conocidas como Edicta Justiniani.

 Otra obra fue conocida por la llegada de juristas bizantinos y manuscritos griegos,
una vez caído el Imperio Oriental. Con 168 constituciones tenía su origen en
Constantinopla.

 Juan de Antioquía (El Escolástico, patriarca de Constantinopla) realizó una


colección de cánones extraídos de las Sagradas Escrituras, la Patrística, los
Concilios y Sínodos. Luego de la muerte de Justiniano y antes del 578 correlacionó
su obra con las disposiciones de las Novelas de Justiniano.7

Persecución y abolición de las religiones no cristianas


La política religiosa de Justiniano reflejó la convicción imperial en que la unidad del
Imperio presuponía necesariamente la unidad de fe; y ello significaba indudablemente que
esta fe sólo podía ser la ortodoxa. Aquéllos que profesasen una fe distinta, sufrirían
directamente el proceso iniciado en la legislación imperial, que con Constancio II
continuaba ahora con ferocidad. El Codex recogía dos leyes8 que decretaban la destrucción
total de la cultura helenista, incluso en la vida civil, y sus disposiciones serían puestas en
práctica con virulencia. Las fuentes contemporáneas (Juan Malalas, Teófanes y Juan de
Éfeso) refieren graves persecuciones contra los no cristianos, incluso de personas en las
altas esferas.

Quizá el hecho más lamentable tuvo lugar en 529 cuando la Academia platónica de Atenas,
fundada por Platón, y que funcionaba desde 362 a. C. pasó a estar bajo control estatal por
orden de Justiniano, consiguiendo así la extinción real de esta escuela de pensamiento
helenista. El paganismo sería activamente reprimido: sólo en Asia Menor, Juan de Éfeso
afirma haber convertido a 70.000 paganos.9 También otros pueblos aceptaron el
cristianismo: los hérulos,10 los hunos que habitaban junto al Don,11 los abasgios12 en el
Cáucaso.

El culto de Amón en Áugila en el desierto libio, fue prohibido,13 de igual modo que los
restos del culto a Isis en la isla de File, junto a la primera catarata del Nilo.14 El presbítero
Julián15 y el obispo Longino dirigieron una misión a la tierra de los nabateos,16 y Justiniano
trató de reforzar el cristianismo en Yemen, enviando allí a un eclesiástico egipcio.17

También los judíos sufrieron estas medidas, pues, no sólo vieron restringidos sus derechos
civiles por parte de las autoridades,18 que asimismo amenazaron su privilegios religiosos,19
sino que, por su parte, el emperador interfirió en los asuntos internos de la sinagoga20 y
prohibió el uso de la lengua hebrea para el culto divino. A aquéllos que se opusiesen a estas
medidas se les amenazaba con castigos corporales, el exilio y la pérdida de sus propiedades.
Los judíos de Borium, cerca de la Gran Sirte, que habían opuesto resistencia a Belisario
durante su campaña contra los vándalos, tuvieron que convertirse al cristianismo y su
sinagoga fue transformada en una iglesia.21

El emperador se encontró con una mayor resistencia entre los samaritanos, que resultaron
más refractarios a la imposición del cristianismo y se rebelaron repetidas veces. Justiniano
les hizo frente con rigurosos edictos, pero no pudo evitar que a finales de su reinado se
produjesen hostilidades contra los cristianos en Samaría. La política de Justiniano también
suponía la persecución de los maniqueos, con el consiguiente exilio y amenaza de pena de
muerte.22 En Constantinopla, en una ocasión, cierto número de maniqueos fueron ejecutado
en presencia del propio emperador: algunos quemados y otros ahogados.23

Política eclesiástica
De igual modo que en su administración secular, el despotismo estaba presente en la
política eclesiástica imperial. Justiniano trató de regular todo, tanto en la religión como en
la ley.

A comienzos de su reinado, consideró oportuno promulgar por ley su creencia en la


Trinidad y en la Encarnación, y amenazar a todos los herejes con sanciones;24 mientras que
declaraba a continuación que a través de la ley pretendía privar a quienes fuesen contrarios
a la ortodoxia de ejercer como tales.25 Hizo del credo niceno-constantinopolitano el
símbolo único de la Iglesia,26 y confirió fuerza legal a las disposiciones canónicas de los
cuatro concilios ecuménicos.27 Los obispos que asistieron al Segundo Concilio de
Constantinopla en 536 reconocieron que en la Iglesia no se podía hacer nada en contra de la
voluntad y de las órdenes imperiales;28 aunque también es cierto que el emperador no dejó
pasar ninguna oportunidad para reafirmar los privilegios de la Iglesia y el clero, así como
proteger y extender el monacato.

De hecho, si no fuese por lo evidente del carácter despótico de sus medidas, casi cabría la
tentación de apodarlo "padre de la Iglesia", pues, tanto el Codex como las Novellae
contienen numerosas normas sobre donaciones, fundaciones y la administración de la
propiedad eclesiástica; la elección y derechos de los obispos, sacerdotes y abades; la vida
monástica; las obligaciones de residencia del clero; el modo de llevar a cabo las
ceremonias; la jurisdicción episcopal, etc. Justiniano también reconstruyó la iglesia de
Santa Sofía, cuya construcción original había sido destruida durante la revuelta de Niká. La
nueva Santa Sofía, con sus numerosas capillas y altares, su gran cúpula dorada y sus
extraordinarios mosaicos, se convirtió en el centro y monumento más visible de la
ortodoxia oriental en Constantinopla.

Justiniano fue conocido por su avaricia, pero también por sus grandes méritos y logros
militares, gracias a él, el Imperio bizantino pudo sobrevivir y perdurar a su existencia; si
bien, sin las glorias militares de su reinado; hasta 1453, cuando Constantinopla cayó bajo el
asedio de los jenízaros del Imperio otomano.

Predecesor: Emperador del Imperio bizantino Sucesor:


Justino I 527 - 565 Justino II

Emperador bizantino
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Emperador bizantino es un término por el que se designa a los gobernantes de la mitad


oriental del Imperio romano, desde su división hasta la caída de Constantinopla, la capital,
en manos de los turcos en el año 1453. En 284, Diocleciano dividió el Imperio romano en
dos partes: oriental y occidental, con propósitos administrativos. No obstante, es difícil
determinar cuándo exactamente termina el Imperio romano y comienza el Imperio
bizantino, siendo mayoritaria la tesis que marca como primer emperador de Bizancio a
Constantino I, por ser quien trasladó la capital imperial a Constantinopla. No obstante, hay
otros reinados a los que se señalan como momento inicial del Imperio bizantino:
1. Valente, al considerar que la Batalla de Adrianópolis (378) es uno de los puntos
históricos distintivos frecuentemente utilizados para señalar el comienzo de la Edad
Media.
2. Arcadio, por ser el primer emperador del Imperio formalmente dividido de manera
definitiva.
3. Zenón, porque Rómulo Augústulo, último emperador de Occidente, fue depuesto
durante su reinado.
4. Heraclio, que reemplazó el tradicional título romano de «Augusto» por el de
«Basileus» y dejó de usar el latín, imponiendo el griego como lengua oficial.
5. Los especialistas en numismática, finalmente, señalan los cambios producidos por
Anastasio I en 498, al imponer el sistema griego de numeración. Por cierto, los
bizantinos continuaron llamando «Romano» a su imperio durante más de un
milenio.

Los agrupamientos dinásticos que aparecen en este artículo siguen la opinión más
generalizada entre los historiadores, pero otras fuentes pueden indicar agrupamientos
ligeramente distintos. De hecho, algunos de éstos son convencionales, y no una «dinastía»
en el sentido estricto del término, como personas unidas por lazos de sangre.
Contenido
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 1 Emperadores Romanos
 2 Dinastía constantiniana (324–363)
 3 No dinástico o «Dinastía joviana» (363–364)
 4 Dinastía valentiniana-teodosiana
o 4.1 Dinastía valentiniana (364–379)
o 4.2 Dinastía teodosiana (379–457)
 5 Dinastía de León o Dinastía tracia (457–518)
 6 Dinastía justiniana (518–602)
o 6.1 No dinástico o «Dinastía de Focas»
 7 Dinastía heracliana (610–711)
o 7.1 No dinásticos o «primer período turbulento» (695–717)
o 7.2 Restauración
o 7.3 No dinásticos
 8 Dinastía isáurica (717–802)
o 8.1 No dinásticos o «segundo período turbulento» (802–820)
 9 Dinastía amoriana o frigia (820–867)
 10 Dinastía macedonia (867–1057)
o 10.1 No dinástico
 11 Dinastía Ducas-Comneno
o 11.1 Dinastía de los Comnenos (1057–1059)
o 11.2 Dinastía de los Ducas (1059–1078)
o 11.3 No dinástico
o 11.4 Dinastía de los Comnenos (1081–1185)
 12 Dinastía de los Ángeles (1185–1204)
 13 Toma de Constantinopla por los Cruzados
 14 Dinastía de los Láscaris (1204–1261, Imperio de Nicea)
 15 Dinastía de los Paleólogos (1261–1453) y de los Cantacucenos (1341–1357)
 16 Titulares
 17 Véase también
 18 Referencia
 19 Enlaces externos

Emperadores Romanos
Artículo principal: Anexo:Lista de emperadores romanos

Dinastía constantiniana (324–363)


 Constantino I el Grande (272–337, emperador de 306 a 337)
 Constancio II (317–361, emperador de 337 a 361) — hijo de Constantino I
 Juliano el Apóstata (331–363, emperador de 361 a 363) — yerno de Constantino I,
cuñado y primo de Constancio II, nieto de Constancio I.

No dinástico o «Dinastía joviana» (363–364)


 Joviano (332–364, emperador de 363 a 364) — soldado de Juliano.

Constantino I

Constancio II

Juliano

Joviano

Dinastía valentiniana-teodosiana
[editar] Dinastía valentiniana (364–379)
 Valente (328–378, emperador de 364 a 378) — hermano del Emperador de
Occidente Valentiniano I.

Dinastía teodosiana (379–457)

 Teodosio I el Grande (346–395, emperador de 379 a 395) — casado con una


sobrina de Valente
 Arcadio (377–408, emperador de 395 a 408) — hijo de Teodosio I
 Teodosio II (401–450, emperador de 408 a 450) — hijo de Arcadio
 Marciano (392–457, emperador de 450 a 457) — yerno de Arcadio, cuñado de
Teodosio II.

Valente

Teodosio I

Arcadio

Teodosio II


Marciano

Dinastía de León o Dinastía tracia (457–518)


 León I el Grande (401–474, emperador de 457 a 474)
 León II (467–474, emperador en 474) — nieto de León I
 Zenón I Tarasio (425–491, emperador de 474 a 491) — yerno de León I, primer
esposo de Ariadne, padre de León II
 Basilisco (emperador de 475 a 476) — Emperador rival, cuñado de León I
 Anastasio I Isáurico (430–518, emperador de 491 a 518) — yerno de León I,
segundo esposo de Ariadne.

Dinastía justiniana (518–602)


 Justino I el Grande (450–527, emperador de 518 a 527)
 Justiniano I el Grande (482–565, emperador de 527 a 565) — sobrino de Justino I.
Construyó Santa Sofía. Expansión en Italia y España
 Justino II (520–578, emperador de 565 a 578) — sobrino de Justiniano I
 Tiberio II Constantino (540–582, emperador de 578 a 582) — suegro de un sobrino
nieto de Justino I, adoptado por Justino II en 574. Pérdida de Italia
 Mauricio Tiberio (539–602, emperador de 582 a 602) — yerno de Tiberio II.

No dinástico o «Dinastía de Focas»

 Focas el Tirano (¿?–610, emperador de 602 a 610) — derrocó a Mauricio. Invasión


bárbara.

Dinastía heracliana (610–711)


 Heraclio (575–641, emperador de 610 a 641) — rechaza la invasión persa
 Constantino III Heraclio (612–641, emperador en 641) — hijo de Heraclio
 Heracleonas Constantino (626–641, emperador en 641) — hijo de Heraclio,
hermanastro de Constantino III
 Constante II Heraclio Pogonato («el Barbado») (630–668, emperador de 641 a 668)
— hijo de Constantino III
 Constantino IV (649–685, emperador de 668 a 685) — hijo de Constante II
 Justiniano II Rhinotmetus («Nariz Cortada») (668–711, emperador de 685 a 695) —
hijo de Constantino IV.

No dinásticos o «primer período turbulento» (695–717)

 Leoncio II (emperador de 695 a 698) — general de Justiniano II


 Tiberio III Apsimar (emperador de 698 a 705) — soldado, derrocó a Leoncio II.

Restauración
 Justiniano II Rhinotmetus — reinstaurado, rige nuevamente de 705 a 711.

No dinásticos

 Filípico Bardanes (emperador de 711 a 713) — soldado, usurpador


 Anastasio II (¿?–721, emperador de 713 a 715) — no dinástico, secretario de
Filípico electo por el Senado
 Teodosio III (emperador de 715 a 717) — recolector de impuestos, proclamado
emperador por las tropas rebeldes.

Dinastía isáurica (717–802)


 León III el Isáurico (675–741, emperador de 717 a 741) — disputa entre
iconoclastas e iconódulos
 Constantino V Copronymus («el del nombre de excremento») (718–745, emperador
en 741) — hijo de León III
 Artabasdo (emperador rival, de 741 a 743) — yerno de León III, cuñado de
Constantino V
 Constantino V Copronymus — reinstaurado, de 743 a 775
 León IV el Jázaro (750–780, emperador de 775 a 780) — hijo de Constantino V
 Constantino VI el Cegado (771–797, emperador de 780 a 797) — hijo de León IV
 Irene la Ateniense (755–803, emperatriz de 797 a 802) — esposa de León IV, madre
de Constantino VI.

No dinásticos o «segundo período turbulento» (802–820)

 Nicéforo I el Logoteta General (emperador de 802 a 811) — logoteta bajo Irene


 Estauracio (emperador en 811) — hijo de Nicéforo I
 Miguel I Rangabé (emperador de 811 a 813) — yerno de Nicéforo I, cuñado de
Estauracio
 León V el Armenio (775–820, emperador de 813 a 820) — general de Miguel I.

Dinastía amoriana o frigia (820–867)


 Miguel II el Tartamudo o el Amoriano (770–829, emperador de 820 a 829) — yerno
de Constantino VI
 Teófilo (813–842, emperador de 829 a 842) — hijo de Miguel II
 Teodora, esposa de Teófilo — viuda de Teófilo y regente de Miguel III
 Miguel III el Beodo (840–867, emperador de 842 a 867 — hijo de Teófilo.

Dinastía macedonia (867–1057)


 Basilio I el Macedonio (811–886, emperador de 867 a 886) — se casó con la viuda
de Miguel III
 León VI el Sabio (866–912, emperador de 886 a 912) — se lo supone hijo de
Basilio I, aunque probablemente fuera hijo de Miguel III
 Alejandro III (870–913, emperador de 912 a 913 — hijo de Basilio I
 Constantino VII Porfirogeneta («el nacido púrpura») (905–959, emperador de 913 a
959) — hijo de León VI
 Romano I Lecapeno (co-emperador) (870–948, co-emperador de 920 a 944) —
suegro de Constantino VII
 Romano II Porfirogeneta (939–963, emperador de 959 a 963) — hijo de
Constantino VII
 Nicéforo II Focas (912–969, emperador de 963 a 969) — se casó con la viuda de
Romano II; padrastro de Basilio II y Constantino VIII
 Juan I Tzimisces (925–976, emperador de 969 a 976) — cuñado de Romano II.
Rechaza invasión búlgara
 Basilio II Bulgaróctono («el matador de búlgaros») (958–1025, emperador de 976 a
1025) — hijo de Romano II
 Constantino VIII Porfirogeneta (960–1028, emperador de 1025 a 1028) — hijo de
Romano II, hermano de Basilio II
 Romano III Argiro (968–1034, emperador de 1028 a 1034 — yerno de Constantino
VIII, primer esposo de Zoe
 Miguel IV el Paflagonio (1010–1041, emperador de 1034 a 1041 — casado con la
viuda de Romano III, segundo esposo de Zoe
 Miguel V el Calafate (1015–1042, emperador de 1041 a 1042 — sobrino de Miguel
IV
 Zoe Porfirogeneta, (978–1050, regenta de 1028 a 1050) — hija de Constantino VIII
 Constantino IX Monómaco (1000–1055, emperador de 1042 a 1055 — casado con
la viuda de Miguel IV (tercer esposo de Zoe)
 Teodora Porfirogeneta (980–1056, emperatriz de 1055 a 1056) — hija de
Constantino VIII, hermana de Zoe.

No dinástico

Dinastía Ducas-Comneno
Dinastía de los Comnenos (1057–1059)

 Isaac I Comneno (1007–1060, emperador de 1057 a 1059) — derrocó a Miguel VI.

Dinastía de los Ducas (1059–1078)

 Constantino X Ducas (1006–1067, emperador de 1059 a 1067) — sucedió a Isaac I


a la renuncia de éste
 Romano IV Diógenes (1032–1072, co-emperador de Miguel VII entre 1067 y 1071)
— casado con la viuda de Constantino X, Eudoxia Macrembolitissa. Es derrotado
por los selyúcidas
 Miguel VII Ducas Parapinakios (1050–1090, emperador de 1067 a 1078) — hijo de
Constantino X.
No dinástico

 Nicéforo III Botaniates (1001–1081, emperador de 1078 a 1081) — casado con la


viuda de Miguel VII.

Dinastía de los Comnenos (1081–1185)

 Alejo I Comneno (1057–1118, emperador de 1081 a 1118) — sobrino de Isaac I;


casado con una sobrina nieta de Constantino X. 1a. Cruzada
 Juan II Comneno (1087–1143, emperador de 1118 a 1143) — hijo de Alejo I
 Manuel I Comneno (1118–1180, emperador de 1143 a 1180) — hijo de Juan II
 Alejo II Comneno (1169–1183, emperador de 1180 a 1183) — hijo de Manuel I
 Andrónico I Comneno (1118–1185, emperador de 1183 a 1185) — nieto de Alejo I,
sobrino de Juan II, primo hermano de Alejo II, casado con la viuda de Alejo II.

Dinastía de los Ángeles (1185–1204)


 Isaac II Ángelo (1156–1204, emperador de 1185 a 1195) — tataranieto de Alejo I
 Alejo III Ángelo (1153–1211, emperador de 1195 a 1203) — hermano de Isaac II
 Isaac II Ángelo (co-emperador de 1203 a 1204) — reinstaurado en 1203 como co-
emperador de Alejo IV
 Alejo IV Ángelo (1182–1204, emperador de 1203 a 1204) — hijo de Isaac II
 Nicolás Kanabos (emperador en 1204 por 11 días)
 Alejo V Ducas Murzuflo («el de las cejas pobladas») (1140–1204, emperador en
1204) — yerno de Alejo III.Toma de Constantinopla por los
Cruzados
En 1204, los cruzados toman y saquean Constantinopla, ejecutan a Alejo V (a instancias de
su suegro, Alejo III) y fundan el Imperio Latino, imponiendo a Balduino IX, conde de
Flandes, como emperador. Al imponerse, reclamarán los territorios del Imperio bizantino,
aunque sólo ejercerán control efectivo sobre algunas áreas de Grecia, la ciudad y territorios
adyacentes. Mientras tanto, los aristócratas bizantinos fundaron nuevos estados,
controlando gran parte del territorio: el Imperio de Nicea, el Imperio de Trebisonda y el
Despotado de Épiro serían los más influyentes. La sucesión imperial legitimada por el
Patriarca de Constantinopla (y, en la práctica, por superioridad militar), quedará en manos
de los emperadores de Nicea, que recuperarán la capital bizantina luego de 57 años de
ocupación latina.

Dinastía de los Láscaris (1204–1261, Imperio de Nicea)


 Constantino Láscaris (emperador en 1204 en Nicea) — aparentemente coronado en
Santa Sofía en el momento de la toma de Constantinopla por los cruzados, hermano
de Teodoro I
 Teodoro I Láscaris (1174–1222, emperador de 1204 a 1222 en Nicea) — yerno de
Alejo III
 Juan III Ducas Vatatzés (1192–1254, emperador de 1222 a 1254 en Nicea) — yerno
de Teodoro I
 Teodoro II Láscaris (1221–1258, emperador de 1254 a 1258 en Nicea) — hijo de
Juan III
 Juan IV Ducas Láscaris (1250–1305, emperador de 1258 a 1261 en Nicea) — hijo
de Teodoro II.

Dinastía de los Paleólogos (1261–1453) y de los


Cantacucenos (1341–1357)
 Miguel VIII Paleólogo (1224–1282, emperador de 1259 a 1282 en Nicea y desde
1261 en Constantinopla) — bisnieto de Alejo III
 Andrónico II Paleólogo (1258–1332, emperador de 1282 a 1328; co-emperador:
Miguel (IX) Paleólogo en 1294–1320) — hijo de Miguel VIII
 Andrónico III Paleólogo (1296–1341, emperador de 1328 a 1341) — nieto de
Andrónico II
 Juan V Paleólogo (1332–1391, emperador, 1ª parte del reinado de 1341 a 1347) —
hijo de Andrónico III, depuesto por Juan VI
 Juan VI Cantacuzeno (1295–1383, co-emperador desde 1341, reinado de 1347 a
1354) — suegro de Juan V
 Juan V Paleólogo (restaurado emperador, 2ª parte del reinado de 1354 a 1376) —
depuesto por Andrónico IV
 Andrónico IV Paleólogo (1348–1385, emperador de 1376 a 1379) — hijo de Juan V
 Juan V Paleólogo (restaurado emperador, 3ª parte del reinado de 1379 a 1390)
 Juan VII Paleólogo (1370–1408, emperador en 1390) — hijo de Andrónico IV
 Juan V Paleólogo (restaurado emperador, 4ª parte del reinado de 1390 a 1391)
 Manuel II Paleólogo (1350–1425, emperador de 1391 a 1425) — hijo de Juan V
 Juan VIII Paleólogo (1392–1448, emperador de 1425 a 1448) — hijo de Manuel II
 Constantino XI Paleólogo (1405–1453, emperador de 1448 a 1453) — último
emperador bizantino.Titulares

 Demetrio Paleólogo (1453–1460)


 Tomás Paleólogo (1460–1465)
 Andrés Paleólogo (1465–1502). En 1502, pasa sus derechos a los Reyes Católicos.
Jurisprudencia
Se entiende por jurisprudencia a la interpretación jurídica que realizan órganos
jurisdiccionales competentes con la finalidad de aclarar posibles lagunas en relación a las
leyes y es posible crearla a través de las reiteradas interpretaciones que hacen los tribunales
en sus resoluciones de las normas jurídicas. Puede constituir una de las Fuentes del
Derecho, según el país. También puede decirse que es el conjunto de fallos firmes y
uniformes dictados por los órganos jurisdiccionales del Estado. Esto significa que para
conocer el contenido completo de las normas vigentes, hay que considerar cómo han sido
aplicadas en el pasado. En otras palabras, la jurisprudencia es el conjunto de sentencias que
han resuelto casos iguales o similares de la misma manera o en el mismo sentido.

El estudio de las variaciones de la jurisprudencia a lo largo del tiempo es la mejor manera


de conocer las evoluciones en la aplicación de las leyes, quizá con mayor exactitud que el
mero repaso de las distintas reformas del Derecho positivo que en algunos casos no llegan a
aplicarse realmente a pesar de su promulgación oficial.

En el Derecho anglosajón es una fuente de importante magnitud, debido a que los jueces
deben fundamentar sus decisiones o sentencias judiciales mediante un estudio minucioso de
los precedentes, hechos o pruebas que incriminen al detenido sin violar o vulnerar sus
principales derechos.

En el Derecho continental, la jurisprudencia es también una fuente formal, aunque varia


sustancialmente su valor y fuerza vinculante de acuerdo a las legislaciones locales de cada
país. Es así que en algunos casos, los fallos de cierto tipo de tribunales superiores son de
aplicación obligatoria para supuestos equivalentes en tribunales inferiores; en otros, las
decisiones de instancias jurisdiccionales similares no son por lo regular vinculantes para
jueces inferiores, excepto que se den ciertas circunstancias específicas a la hora de unificar
criterios interpretativos uniformes sobre cuestiones determinadas en materia de derecho
(como en el caso de las sentencias plenarias en el derecho argentino). Finalmente, y como
alternativa más extendida en los Estados que ostentan estos sistemas jurídicos, puede que
los fallos de nivel superior, en ningún supuesto resulten obligatorios para el resto de los
tribunales, aunque sí suelen ostentar importante fuerza dogmática a la hora de predecir
futuras decisiones y establecer los fundamentos de una petición determinada frente a los
tribunales inferiores.

En todo caso, tampoco el estudio de las sentencias nos da la medida exacta de la realidad
del Derecho porque ocurre que en ocasiones y por diversas razones las sentencias dejan de
cumplirse o aplicarse.

Esto es así especialmente cuando el poder judicial entra en colisión con otros poderes del
Estado moderno como el ejecutivo y el legislativo, y aunque compromete el principio de
separación de poderes es un fenómeno que no puede desconocerse completamente al
elaborar una teoría del Derecho, a riesgo de que aparezca como totalmente separada de la
realidad jurídica y social.
La jurisprudencia se inspira en el propósito de obtener una interpretación uniforme del
derecho en los casos que la realidad presenta a los jueces.

Contenido
 1 Regulación por países
o 1.1 Chile
o 1.2 España
o 1.3 Guatemala
o 1.4 México
o 1.5 Paraguay
 2 Véase también
 3 Referencias
 4 Bibliografía
 5 Enlaces externos

Regulación por países


Chile

En el caso chileno, las sentencias judiciales no tienen eficacia general, de modo que es
perfectamente posible que los tribunales inferiores puedan resolver en contradicción con
fallos anteriores de tribunales superiores. Esta materia está expresamente dilucidada en la
ley; en efecto, el Código Civil señala al respecto en el Art. 3º inc. 2º que "Las sentencias
judiciales no tienen fuerza obligatoria sino respecto de las causas en que actualmente se
pronunciaren". Sin embargo, la parte agraviada puede presentar un recurso de nulidad (en
materia penal) o de casación (en materia civil) ante la Corte Suprema de Justicia, para que
esta resuelva si el tribunal ha fallado fundada en un error de derecho.

España

En España, se considera a la jurisprudencia fuente del derecho indirecta fuente de Derecho,


ya que el art. 1.1 del Código Civil no la establece como tal; en el ordenamiento jurídico
español sólo son fuentes del Derecho «la ley, la costumbre y los principios generales del
Derecho» (art. 1.1 Cc).

Sin embargo, el art. 1.6 del Código Civil dispone que la jurisprudencia «complementará el
ordenamiento jurídico con la doctrina que, de modo reiterado, establezca el Tribunal
Supremo al interpretar y aplicar la ley, la costumbre y los principios generales del
derecho», por lo que, aunque no sea fuente propiamente dicha, su facultad para modular la
Ley y establecer cuáles han de ser los principios generales del Derecho (que es propiamente
un concepto jurídico indeterminado) le otorga una relevancia sin par.
La jurisprudencia se constituye a partir de dos Sentencias que interpreten una norma en
igual sentido, emanadas del Tribunal Supremo (órgano jurisdiccional superior en todos los
órdenes, salvo lo dispuesto en materia de garantías constitucionales) y, cuando se trata de
ciertas materias de competencia limitada a la Comunidad Autónoma (por ejemplo, Derecho
foral o especial), de los Tribunales Superiores de Justicia de la Comunidad Autónoma
correspondiente.

Las que no reúnan estas características, únicamente gozan de la consideración de


"precedentes",1 sirviendo únicamente como apoyo a una determinada tesis sostenida en
juicio, al carecer de auténtico contenido normativo. Del mismo modo, una Sentencia
emanada por un Tribunal Superior de Justicia carece de relevancia normativa para otros
Tribunales Superiores de otras Comunidades Autónomas, que pueden emitir fallos no
concordantes con dichas interpretaciones, e incluso contradictorios. En esos casos, puede
interponerse el Recurso de Casación para la unificación de doctrina ante el Tribunal
Supremo, que casará ambas sentencias determinando cuál de las interpretaciones
contradictorias goza del beneplácito del Alto Tribunal.

En el caso de que un Juez o Tribunal se apartase de la doctrina establecida por el Tribunal


Supremo, no se invalida automáticamente la sentencia, sino que sirve como motivo de
casación. No obstante, el Tribunal Supremo puede apartarse en cualquier momento de su
jurisprudencia consolidada, por lo que esta producción normativa es esencialmente
mutable, adecuándose a los tiempos con cada fallo.

Es necesario hacer referencia al Tribunal Constitucional, ya que pese a no ser un órgano


judicial sino constitucional (como su propio nombre indica) también emite sentencias, con
la denominación técnica de "jurisprudencia". Dichas sentencias, por el especial grado de su
órgano emisor, tienen efectos normativos, al ser el TC el supremo intérprete de la
Constitución. En efecto, el artículo 5.1 de la Ley Orgánica del Poder Judicial claramente
determina que las sentencias del TC son vinculantes, y los jueces y tribunales deben
interpretar todas las normas conforme con la interpretación que de las mismas normas
resulte de las resoluciones dictadas por el TC en todo tipo de procesos.2

Guatemala

En la legislación guatemalteca, la jurisprudencia es una fuente formal de escasa


importancia. Sirve para complementar la ley. En el Código Procesal Civil y Mercantil, para
que se siente jurisprudencia, el Tribunal de Casación (Corte Suprema de Justicia, Corte de
Constitucionalidad), debe emitir 5 fallos para la CSJ y 3 para la CC . Estos fallos deben de
ser uniformes, no interrumpidos por otro en contrario, dictados por el voto favorable de
cuatro magistrados por lo menos, utilizándose la expresión "doctrina legal" (Ver. Arts. 621
y 627 del Código Procesal Civil y Mercantil). En material procesal penal se utilizan las
expresiones jurisprudencia y doctrina legal, debiéndose llenar los mismos requisitos
legales, con la diferencia que el voto de los magistrados debe ser unánime. Finalmente, en
materia de amparo puede también sentarse jurisprudencia, especialmente en la
interpretación de las normas de la Constitución y de otras leyes constitucionales en las
sentencias de la corte de Constitucionalidad, que debe respetarse por los tribunales al haber
tres fallos contestes de la misma Corte; sin embargo, la de Constitucionalidad podrá
separarse de su propia jurisprudencia, razonando la innovación, la cual no es obligatoria
para los otros tribunales, salvo que lleguen a emitirse tres fallos sucesivos contestes en el
mismo sentido (ver Art. 43 de la Ley de Amparo, Exhibición Personal y de
Constitucionalidad. Dto. Leg. 1-86).

México

Artículo principal: Jurisprudencia (México)

En el caso específico de México, la jurisprudencia se genera por tres medios: a) A través de


cinco resoluciones que, en un mismo sentido, emanen de algunas instancias del Poder
Judicial de la Federación (Pleno o Salas de la Suprema Corte de Justicia de la Nación
[SCJN] y los Tribunales Colegiados de Circuito) sin que se le interponga una sola en caso
contrario. A estas resoluciones individualmente se les llama tesis aisladas; b) También
puede formarse jurisprudencia a través de contradicción de tesis, que consiste en que el
Pleno o las Salas de la SCJN resuelvan el criterio que debe sostenerse sobre una cuestión en
particular donde existen posiciones contrarias o diversas sostenidas, respectivamente, por
las Salas de la SCJN o bien por los Tribunales Colegiados de Circuito; c) Por último, y en
virtud de un mandato de la Constitución, constituirán jurisprudencia las resoluciones que
emita la SCJN al resolver casos de controversia constitucional o de acciones de
inconstitucionalidad.

Las resoluciones constituirán jurisprudencias, siempre que los resuelto en ellas se sustente
en cinco sentencias no interrumpidas por otra en contrario, y que hayan sido aprobadas por
lo menos por ocho ministros, si se trata de jurisprudencia del Pleno, o por cuatro ministros
en los casos de jurisprudencia de las dos Salas.

Las leyes orgánicas de del Tribunal Fiscal de la Federación y del Tribunal de lo


Contencioso-Administrativo del Distrito Federal regulan también la formación y efectos de
su propia jurisprudencia establecida.

Paraguay

En procesos ejemplares y en fallos unánimes de la Corte Suprema de Justicia han dado


solución a problemas cotidianos en el ámbito civil, para luego así sentar jurisprudencia
capaz de paliar falencias en dicho aspecto y posterior esclarecimiento de las demandas
hechas por los ciudadanos.
Justiniano II
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Justiniano II

Emperador del Imperio bizantino

Justiniano II en un sólido bizantino de su segundo reinado. Muestra en una cara al

emperador y en la otra a Jesucristo. Sostiene un globo patriarcal con PAX, paz.

Reinado 685 – 695


705 - 4 de noviembre de 711

Nacimiento 669

Fallecimiento 4 de noviembre de 711

Predecesor Constantino IV

Sucesor Filípico

Consorte 1) Eudocia
2) Teodora de Jazaría

Descendencia Anastasia y Tiberio


Dinastía Heracliana

Padre Constantino IV

Madre Anastasia

Justiniano II (Griego: Ιουστινιανός Β´) (Constantinopla, 669 - Damatris, 4 de noviembre


de 711), emperador de los romanos durante dos periodos separados, de 685 a 695 y de 705
a 711, con un periodo intermedio en el que poder recayó en manos de dos generales
usurpadores: Leoncio y Tiberio III.

También conocido como Rhinotmetos (Ρινότμητος: "nariz cortada"), Justiniano era hijo del
anterior emperador Constantino IV, que había mandado mutilar a sus hermanos Heraclio y
Tiberio, como forma de asegurar la ascensión al trono de Justiniano a su muerte. En 685,
con 16 años de edad Justiniano sucedió a su padre sin aparente oposición. A pesar de sus
relevantes talentos y cualidades para el ejercicio del poder, poseía un sentido despótico y
cruel de la autoridad imperial. Tras reinar durante diez años, fue depuesto, mutilado y
exiliado, retornando al poder diez años después, para ser finalmente asesinado.

Contenido
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 1 Vida
o 1.1 Primer reinado (685-695)
 1.1.1 Política de deportaciones
 1.1.2 Organización territorial
 1.1.3 Política religiosa
 1.1.4 Fin del primer reinado
o 1.2 Destierro (695-705)
o 1.3 Segundo reinado (705-11)
 2 Bibliografía
 3 Enlaces externos

Vida
Primer reinado (685-695)

Su primer reinado (685-695) comenzó con buenas perspectivas. Debido a las victorias de su
padre Constantino IV, las fronteras orientales del Imperio eran estables y el Califa pagaba
un tributo al emperador. Justiniano II logró que los omeyas aumentaron el valor del tributo
que le pagaban, así como recuperar parte del control de Chipre. Por otro lado acordó con el
Califato el reparto de los ingresos procedentes de las provincias de Armenia e Iberia.

La paz en Oriente brindó a Justiniano la posibilidad de dirigir su atención hacia los


Balcanes. Ya en 687/88 transfirió tropas de caballería desde Asia Menor a Tracia para
someter a búlgaros y eslavinios que se habían asentado en tierras del Imperio. A la cabeza
de este ejército, emprendió una gran campaña contra los eslavos en los años 688 y 689.
Después de un choque con los búlgaros avanzó en dirección a Tesalónica. La marcha de
esta campaña indica la situación reinante entonces en los Balcanes: para llegar de
Constantinopla a Tesalónica, el Emperador tuvo que abrirse camino a través de un territorio
ocupado por los eslavos, con fuertes contingentes militares. Se consideró un gran éxito
bélico la brecha que consiguió abrir hasta Tesalónica. Celebró su victoria con una entrada
solemne en esta ciudad, la segunda del Imperio, y realizó donaciones a la Iglesia de San
Demetrio, patrono de Tesalónica.

Política de deportaciones

Los prisioneros eslavos que se obtuvieron en dichas campañas fueron reasentados en en el


thema de Opsikion (Anatolia) donde contribuyeron a repoblar las zonas que habían
quedado devastadas en las guerras contra los árabes. Esta política tuvo excelentes
resultados al contribuir a la reactivación económica y demográfica de buena parte del
Imperio. Además, las tribus eslavas asentadas ahora en Opsikion formaban una leva militar
de 30.000 hombres.

El asentamiento de eslavos en Asia Menor fue la más importante, pero no la única medida
de política colonizadora en aquella época. También se trasladó a los mardaítas, un rapaz
pueblo de cristianos desplazados por los invasores musulmanes que habitaba en los
confines orientales del Imperio y que, habiendo prestado antaño un buen servicio a los
bizantinos en su lucha contra los árabes, había ido pasando, poco a poco, al servicio de
aquéllos, a que entrasen en territorio imperial para asentarse como marineros en el
Peloponeso, en la isla de Cefalonia, en la ciudad portuaria de Nicópolis, en el Epiro y
también en la región de Attalia; en Panfilia, en la costa sur de Asia Menor. Finalmente,
Justiniano II trasplantó a los habitantes de Chipre a la región de Cícico, que había sufrido
mucho durante el asedio de Constantinopla y que carecía sobre todo de marinos
experimentados.

El traslado de los chipriotas afectó sensiblemente los intereses del Califato, y puesto que
Justiniano II, consciente de su superioridad, rechazó con menosprecio las objeciones del
califa Abd al-Malik, se reanudó la guerra. Entre 692 y 693 el emperador lanzó una fallida
campaña contra los árabes, en que las nuevas tropas eslavas se pasaron al enemigo. Ello
tuvo como consecuencia la grave derrota de los bizantinos cerca de Sebastópolis, en
Armenia, perdiendo los bizantinos lo que les restaba de este territorio. Siguiendo el ejemplo
bizantino, los árabes asentaron a estos tránsfugas en Siria y les utilizaron como soldados en
las futuras luchas contra el Imperio.
[editar] Organización territorial

A lo largo del reinado de Justiniano II se extendió la reordenación de la administración


territorial imperial en themas, evolucionando cada vez más en Asia Menor y extendiéndose
a ciertas regiones de la Península Balcánica. Un documento de Justiniano II, fechado el 17
de febrero de 687, menciona, aparte de los dos exarcas de Italia y África, los cinco themas
cuyos estrategas toman parte en las sesiones del consejo imperial: el thema europeo de
Tracia y los themas asiáticos de Opsikión, de los Anatólicos, de los Armeniacos así como el
thema marítimo de los Caravisianos. Mientras que los themas de Asia Menor remontan a la
época de Heraclio, el thema de Tracia fue fundado bajo Constantino IV, en defensa contra
los búlgaros. Bajo Justiniano II surgió el thema de la Hélade, en la Grecia central.

La renovación interior que vive el Imperio Bizantino desde el siglo VII consiste ante todo
en el auge de una clase campesina fuerte y en la formación del nuevo ejército stratiota, es
decir, el fortalecimiento del minifundio, ya que los stratiotas establecidos eran también
propietarios de su pequeño terreno. Por regla general, el hijo mayor era el que sucedía al
stratiota en el ejercicio del servicio militar y que al mismo tiempo heredaba los bienes
militares ligados a la obligación de prestar servicio. Los demás descendientes constituían
un excedente de campesinos libres, a los cuales ofrecía un natural campo de acción la
abundancia de tierras baldías, pudiendo el campesino igualmente acceder a la categoría de
stratiota. El campesinado libre y los stratiotas se convierten en el puntal de la política de
defensa del Imperio Bizantino.

[editar] Política religiosa

Justiniano II fue un príncipe muy creyente. En las inscripciones numismáticas se atribuía el


nombre de servus Cristi y fue el primero de los emperadores bizantinos en grabar la efigie
de Cristo en el reverso de las monedas. también se distinguió por perseguir a los
maniqueos.

Durante su reinado se celebró un concilio (691/2), en el que se completaron las decisiones


dogmáticas de los dos concilios ecuménicos anteriores, el quinto del año 553 y el sexto del
año 680/1 con una amplia serie de cánones, siendo por ello conocido con el nombre de
Quinisextum, que también es llamado Concilio Trulano por el lugar donde se celebraban las
sesiones: la sala cupulada o sala trullos del palacio imperial de Constantinopla.

Los 102 cánones del concilio regulan diversas cuestiones relativas a la organización
eclesiástica y al rito, dando especial importancia a la elevación y consolidación de la moral
entre el pueblo y entre el clero. Al censurar varios usos y costumbres, inmorales o de origen
pagano, nos ofrecen interesantes nociones sobre la vida popular de la época. Así por
ejemplo informa de que se celebraban aún fiestas paganas antiguas, entre ellas la fiesta de
Brumalia, en la cual hombres y mujeres disfrazados y enmascarados circulaban por las
calles; que durante la vendimia se cantaban canciones en honor de Dionisos, o que cuando
había luna nueva, se levantaban hogueras delante de las casas y los jóvenes saltaban por
encima. Tanto éstas como muchas otras costumbres procedentes de épocas ,paganas se
proscriben ahora; a los estudiantes de la Escuela Superior de Constantinopla se les prohíbe,
entre otras cosas, organizar representaciones teatrales.

Sin embargo, el mayor significado histórico del Concilio Quinisexto corresponde a aquellas
decisiones que ponen de manifiesto las divergencias de las dos iglesias, la oriental y la
occidental, apenas se había llegado a un acuerdo dogmático una década antes, en el Sexto
Concilio ecuménico. Así por ejemplo, se admite el matrimonio de los sacerdotes y se
rechaza expresamente el ayuno sabático romano.

Entre las disposiciones de dicho concilio se encontraron la de proclamar la igualdad entre


los patriarcados de Roma y Constantinopla, así como la consagración de prácticas
características de la iglesia oriental. No resulta, pues, sorprendente que el Papado rechazara
las decisiones del Quinisexto; actualmente la Iglesia Católica sigue sin considerarlo como
concilio ecuménico, aunque la Iglesia Ortodoxa sí.

El Emperador envió un mandatario a Roma encargado de detener al Papa Sergio y traerle a


Constantinopla para presentarle ante el tribunal imperial. Sin embargo, la autoridad
imperial en Italia había decaído, y la posición del Papa se había consolidado. La milicia de
Roma, y especialmente la de Rávena, se opuso con tal énfasis a las pretensiones del
enviado imperial que éste tuvo que apelar a la generosidad del Papa para poder salvar la
vida. Este desafío al poder imperial quedó impune, ya que poco después Justiniano II era
destronado.

Fin del primer reinado

La política de la dinastía heráclida hizo de la pequeña propiedad de los stratiotas y de los


campesinos libres el principal pilar del Imperio, no fue del agrado de la aristocracia
bizantina. Bajo Justiniano II, la política gubernamental tomó un cariz antiaristocrático muy
acusado, y la naturaleza brusca y provocativa del joven Emperador que no retrocedía ante
el empleo de la fuerza, llevó la oposición a una situación extrema. Justiniano II no
retrocedía ante la violencia, sino que respondía con más violencia aún, y llegó a amenazar a
la aristocracia con ser totalmente aniquilada si no se avenían a la política imperial.

Justiniano II cavó su tumba política al llevar a cabo una dura política fiscal para costear las
suntuosas construcciones con las que quería emular a su tocayo el gran Justiniano. Ello le
convirtió en una figura tremendamente impopular. Su tesorero Esteban, un eunuco persa, y
el logoteta público, el monje Teodoto, recurrieron a la tortura y a la prisión con el fin de
procurarse el dinero necesario para las obras. Tanto capataces como trabajadores eran
azotados y lapidados si no estaban a la altura de las exigencias del Emperador. El resultado
fue el engrandecimiento, entre otras muchas construcciones, del palacio imperial: hizo
levantar dos salas inmensas y suntuosas que comunicaban la sala del trono, el llamado
Chrysotriclinium, con el palacio de Dafne, un de las cuales recibió el nombre de Lausiacos
y la otra el de Triclinio de Justiniano.

Finalmente, en 695 el hastiado pueblo constantinopolitano se amotinó. A la revuelta,


dirigida por los Azules, pronto se unieron los militares, y el estratega del thema de la
Hélade, Leoncio, fue proclamado emperador, en tanto que Esteban y Teodoto fueron
arrastrados por las calles de Constantinopla y linchados.

En un golpe de mano, Justiniano fue capturado, y Leoncio procedió con él de un modo que
por entonces se consideraba misericordioso: le amputaron la nariz (de donde proviene su
apodo) y le desterraron al Quersoneso (Crimea), en la creencia de que nadie con tan
grotesca apariencia podría volver a gobernar.

Destierro (695-705)

Ni el exilio en el lejano Querson ni la cruel mutilación habían podido aplacar el espíritu


inquieto de Justiniano. Disconforme con su destino, pensaba en su retorno y en la
venganza. La deposición de Leoncio en 698 le animó particularmente: su actitud se hizo
cada vez más sospechosa, de manera que las autoridades locales de Querson decidieron
enviarle a Constantinopla para enfrentarse a la justicia del nuevo emperador, Tiberio III.
Advertido a tiempo, Justiniano huyó y se refugió en primer lugar en la corte de los jázaros,
Fanagorias, en la entrada del mar de Azov; en 703 se casó con la hermana de Busir Glavan,
jagan (soberano) de los jázaros, que tomó el nombre de Teodora.

En Constantinopla, el comportamiento de Justiniano despertaba cada vez mayor inquietud;


una delegación del emperador Tiberio se presentó en la corte jázara para exigir la
extradición de Justiniano. Con el fin de no turbar las buenas relaciones con el Imperio,
Busir decidió corresponder a la demanda del gobierno bizantino y trató de asesinar a su
cuñado, tarea que encomendó a dos de sus oficiales, Papatzys y Balgitzin. Justiniano,
alertado por su mujer del complot, estranguló con sus propias manos a los dos jázaros y
huyó en un bote pesquero. Navegó hasta Querson, donde reunió a sus partidarios, y después
de muchas aventuras, llegaron a la costa occidental del Mar Negro. Allí entró en contacto
con el kan de los búlgaros, Tervel, y se aseguró su apoyo a cambio de promesas de dinero y
de la entrega de una corona de César.

En otoño de 705 apareció ante Constantinopla acompañado de Tervel, a la cabeza de un


considerable ejército búlgaro-eslavo. Sin embargo, este ejército no pudo nada contra las
murallas de Constantinopla. Tres días pasaron sin resultado, y las pretensiones de
Justiniano al trono fueron contestadas con burlas y sarcasmos. Entonces, Justiniano se
introdujo de noche en Constantinopla, con algunos atrevidos compañeros, a través del tubo
de un acueducto. La ciudad, sorprendida, fue presa de pánico, Tiberio huyó dejando el
campo libre a su audaz rival. Justiniano, que al parecer no sólo tenía enemigos en
Constantinopla, sino también adeptos, pudo ocupar el palacio imperial y subió al trono de
sus padres por segunda vez, después de diez años de exilio.

Segundo reinado (705-11)

Durante seis años (705-11) gobernó nuevamente en la ciudad a orillas del Bósforo el
emperador de la nariz cortada, ahora con una prótesis nasal de oro. Justiniano compartió el
trono con su esposa Teodora que fue traída desde el reino jázaro a Constantinopla después
del golpe de Estado, trayendo consigo un hijo que había nacido mientras tanto. Este recibió
el nombre de Tiberio y fue elevado a coemperador. El kan de los búlgaros, Tervel, recibió
su título de César, y antes de retornar a su país colmado de magníficos regalos, recibió el
homenaje del pueblo constantinopolitano, sentado en un trono al lado del Emperador.

Este segundo reinado se caracterizó por el establecimiento de un régimen de terror.


Justiniano, medio enloquecido por la mutilación, las humillaciones y los diez años de
destierro, llevó a cabo una brutal venganza. Comenzó mandando ejecutar a sus sucesores en
el trono, los generales usurpadores Leoncio II y Tiberio III, cuyos cuellos fueron pisoteados
hasta la muerte en el Hipódromo ante el enfervorizado populacho. Sus cabezas fueron
clavadas en picas, y las siguientes en caer fueron las de varios altos oficiales, que acabaron
colgados de las murallas de Constantinopla. Como castigo por haber coronado a Leoncio, el
patriarca de Constantinopla, Kallinikos I, fue depuesto y le sacaron los ojos.

Pero éstas fueron sólo las primeras víctimas del terror sistemático instaurado para terminar
los enemigos del Emperador. Todos sus opositores, así como aquellos sopechosos de serlo,
fueron perseguidos y exterminados. Poseído por una furia vengativa insaciable, olvidó en
su ceguera sus deberes más urgentes para con el Estado, desatendió la guerra con los
enemigos del Imperio y consumió todas sus fuerzas en la pugna agotadora con sus
enemigos internos, reales o imaginarios.

Los árabes se beneficiaron de esta situación. En el año 709 asediaron Tiana, una de las
fortalezas más importantes de la región fronteriza con Capadocia. El ejército bizantino que
les hizo frente era insuficiente y estaba mal dirigido, ya que los hombres mejor capacitados
habían sido víctimas del terror. Fue derrotado, a consecuencia de lo cual Tiana, agotada por
el asedio prolongado y privada de toda esperanza, se rindió al enemigo. Los árabes no
parecen haber encontrado la menor oposición durante sus incursiones a Cilicia en 710 y
711, y pudieron ocupar varias fortalezas. Un pequeño destacamento árabe se atrevió a
avanzar hasta Crisópolis, a la vista de Constantinopla.

Mientras tanto el Emperador, no satisfecho de las ejecuciones masivas en la capital, mandó


emprender una expedición de castigo contra Rávena, en venganza por la actitud hostil que
los ravenenses habían adoptado contra él a lo largo de su primer gobierno. La ciudad tuvo
que soportar un salvaje saqueo, sus ciudadanos más distinguidos fueron encadenados y
llevados a Constantinopla para ser ejecutados allí, mientras que a su obispo le fueron
sacados los ojos. Sin embargo, el contencioso con Roma en lo referente a las decisiones del
Quinisexto fue resuelto de manera pacífica: a finales del año 710, el Papa Constantino I,
invitado por el Emperador, se trasladó a Constantinopla donde fue recibido con los
máximos honores.

El reinado tiránico de Justiniano provocó otro levantamiento contra él. Aun viendo cómo en
Rávena estallaba una nueva rebelión a finales de 710 y principios de 711 pese a la
expedición de castigo de 709, Justiniano envió una expedición similar contra Querson, el
lugar de su exilio. Allí el ajuste de cuentas debía ser todavía más cruel que en Rávena, pero
finalmente le costó la cabeza a Justiniano. El ejército y la flota imperiales mandado a
exterminar a la población se rebeló bajo el liderazgo de un oficial armenio llamado
Bardanes, que fue proclamado emperador. Justiniano se encontraba en aquel momento de
camino a Armenia y fue incapaz de regresar a tiempo para defender la ciudad. Fue
arrestado y ejecutado en las afueras de la ciudad de Damatrys, en Bitinia, en diciembre de
711. Su cabeza fue enviada como trofeo a Bardanes, y enviada a Rávena para su pública
exhibición, ante la alegría de los supervivientes del cruel saqueo.

Al oír la noticia de la muerte de Justiniano; la madre de Justiniano tomó a su hijo de seis


años, el co-emperador Tiberio y lo llevó a la Iglesia de Santa María en Blaquernas, tratando
de evitar que fuera asesinado. Sin embargo los hombres de Bardanes arrancaron al niño del
altar, lo sacaron de la iglesia y una vez fuera lo asesinaron, poniendo así fin a la dinastía de
los Heráclidas.

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