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Solo en el 2013, de 1’713,272 empresas peruanas, el 99.4% son MYPES (INEI, 2013) y de estas, el
85% cierra al segundo año de ser creada (Salazar, 2013). Una de las razones de ello puede ser la falta
de capacidad para alinear las áreas funcionales con los fines de la empresa para así ganar
competitividad. Una forma de hacerlo es aplicando el Balanced Scorecard.
El Balanced Scorecard (BSC), conocido también como Cuadro de Mando Integral, es una
herramienta de gestión que permite alinear los indicadores de las áreas funcionales de una
organización con su visión, misión y estrategia (Kaplan y Norton, 2009). Concebida a partir de
experiencias empresariales de grandes corporaciones, fue parte de una investigación realizada por
Robert Kaplan y David P. Norton y publicada en el Harvard Business Review de 1992. El BSC surge
como una alternativa ante las limitaciones de la gestión tradicional, basada frecuentemente en
información financiera, y plantea un enfoque de largo plazo que genera un mayor valor para la
empresa. Si bien el Balanced Scorecard fue planteado a partir de casos corporativos, esta
herramienta puede ser adaptada para organizaciones de menor tamaño como MYPES, como se
verá en un ejemplo más adelante.
El BSC permite expresar la estrategia del negocio en objetivos e indicadores enlazados a través de
relaciones de causa-efecto en cuatro perspectivas básicas (tabla n°01):
BSC sugerido para San Martín considerando los objetivos por perspectiva (tabla n°02)
Elaboración propia.
En la siguiente tabla se sugieren los indicadores para cada una de las perspectivas y objetivos:
BSC sugerido para San Martín considerando los objetivos por perspectiva (tabla n°03)
Elaboración propia.
Nótese que para poder evaluar el cumplimiento de los objetivos se requiere una medición de los
indicadores. Con estos indicadores podremos comparar el resultado anterior con el actual y
plantear un resultado mejor a futuro. Por ejemplo, tomemos el objetivo “Mantener un showroom
atractivo”. Este objetivo puede ser medido por el grado de afluencia que tenga el showroom en un
periodo de tiempo específico.
CONCLUSIONES
Como podemos ver, el BSC sirve para integrar las acciones dentro de una empresa, y es que es
fundamental tener una directriz que integre cada función y cada colaborador con lo que la
empresa quiere lograr como parte de su estrategia. Es imposible que un auto marche bien si una
llanta gira a la derecha y la otra a la izquierda o si una corre más rápido que la otra. Lo mismo sucede
con las empresas. Si los pasos han sido los adecuados, el BSC permitirá a la empresa el aumento de
ingresos y de clientes, la optimización de costes y mejorar la productividad, el uso de activos y
nuevas inversiones.
Muchas veces el aplicar cambios drásticos a una empresa puede exigir inversiones o cambios dentro
de la gestión que pueden golpear el resultado financiero en el corto plazo. Por ello, es importante
mantener la meta clara y lograr conciliar los cambios en las operaciones con las expectativas de
ganancia o rentabilidad. Recordemos que el BSC es una herramienta que permite plantear
estrategias de largo plazo y no resultados instantáneos.
BIBLIOGRAFÍA
Kaplan, R., & Norton, D. (2009). The Balanced Scorecard. España: Harvard Business Press.