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EL SOPORTE NEUROPSICOLÓGICA DE LAS RELIGIONES,

O SOBRE EL POR QUÉ DIOS NO MUERE.

Por Eugene G. d’Aquili & Andrew B. Newberg

Resumen. Para el final del siglo XVIII, en general, la elite intelectual creía en la pronta
desaparición de la religión por la llegada de la Alta Critica y el método científico. Sin
embargo, doscientos años después, el concepto de Dios y las religiones no han
desaparecido, de hecho, desde entonces parece que han venido ganando fuerza. Con el
presente documento buscamos reflexionar acerca de las bases neuropsicológicas de la
religión y el concepto de religión; e intentaremos comprender la razón del porqué la
religión no desaparece tan fácilmente. Generalmente, la religión aparece para cumplir con
dos funciones principales—ser un sistema de auto-mantenimiento y un sistema de auto-
trascendencia. Ambas funciones se soportan directamente en la supervivencia y
adaptabilidad humanas, los mecanismos neuropsicológicos que subyacen en las religiones
parecen haber arraigado profundamente en el acervo génico humano y, al final, en la
experiencia humana. El presente documento buscas revisar esas dos funciones de las
religiones desde una perspectiva neuropsicológica para intentar explicar por qué la religión,
hasta el sol de hoy, continúa prosperando. Finalmente, consideraremos las conclusiones
pensando siempre en la realidad y epistemología que un análisis neuropsicológico de la
experiencia religiosa puede sugerir.
1. LA RELIGÓN COMO UN PROBLEMA

En el siglo XVIII, la religión era a veces descrita como una cette espèce
d’ingnorance profonde. Se creía que para el final del siglo XVIII la religión, como
una forma de profunda ignorancia, desaparecería gracias a la educación general y su
Dios, tanto como sus dioses, desaparecerían junto a toda su ornamentaría
supersticiosa. En tal escenario, el desarrollo del alta crítica (negativa) respecto a las
escrituras Judeo-Cristianas, y el triunfo del método científico en general, pusieron
los dos clavos finales al ataúd de la religión. Sólo restaba el entierro, el cual se tenía
agendado para un futuro próximo. Han pasado más de doscientos años desde aquel
“agendamiento” y tal evento aún no ha ocurrido. De hecho, el ataúd ha sido abierto
y sus ocupantes al parecer han escapado. La educación universal se implantó hace
más de cien años en occidente, y la religión ni Dios parecen querer desaparecer.
¿Qué pudo haber ido mal?

Aunque las principales religiones de occidente han sufrido reveces, de alguna


manera han reaparecido por todos lados bajo nuevas guisas. Cultos inusuales, de
todo tipo, han aparecido de manera inesperada por todo el mundo, como una clase
de misticismo New Age y al parecer han logrado capturar los corazones y mentes de
muchas personas bien educadas. Además, las viejas religiones principales están
resurgiendo en muchos lugares. La resistencia a morirse de la religión, a pesar de
que los intelectuales del XVIII y XIX hayan razonado sobre su grado de
superstición, se ha convertido en algo vergonzoso. Obviamente, el fenómeno
religioso, por no hablar de las religiones en sí, deben estar echas de algún material
muy tenaz. El presente documento intentará analizar el por qué las religiones y sus
dioses no desapareen. Pero, primero debemos intentar descubrir si hay o no alguna
generalidad sobre el concepto de religión, como oposición a las religiones
individuales existentes, y así poder ver si existen o no elementos centrales, en esas
religiones, que de manera específica no desparecerán.

El definir el concepto ‘religión’ es una tarea notoriamente dificultosa. De hecho,


existen muchos que sostienen que el concepto no puede tener un solo referente. Ello
es fácil de entender debido a que el termino religión con frecuencia es asociado a
elementos tan dispares como: el monismo Oriental, el Dualismo occidental, la
inmanencia divina, la trascendencia divina, intentos por controlar el medio ambiente
y la naturaleza, el alcanzar y mantener un estado interior pletórico, énfasis en un
comportamiento moralmente correcto, entre otros. Es difícil ver los elementos en
común que pueden existir entre las religiones de algunas sociedades primitivas y,
por ejemplo, la espiritualmente receptiva escuela del budismo Theravada. Igual de
complicado es ver que tanta similitud hay entre ciertos practicantes de la misma
religión. Así que, un análisis comportamental, y hasta cierta extensión uno
cognitivo, veremos poco en común entre el Catolicismo del Maestro Eckhart y el de
un Anselmo de Canterbury o del catolicismo de la Sur América india y rural. En
vista de tales diferencias ¿Podemos siquiera tener esperanzas de llegar a algo como
un concepto unitario de religión?

Hasta tarde en el siglo XVIII prácticamente no hubo un intento por definir la


religión en sí. Consecuentemente las religiones, particularmente en el este, fueron
definidas por sus propios contenidos cognitivos o formulaciones dogmáticas. Sólo
en el trabajo de Friedrich Scheleirmacher, al final del XVIII, encontramos un
intento legitimo por definir la región, como tal, al cambiar el énfasis de cognitivo o
doctrinal a un énfasis más visceral o intuitivo. Scheleirmacher definió la religión
como un “sentimiento de absoluta dependencia.”. Desde ese día, todos los intentos
por dar una definición general de religión han enfatizado en lo intuitivo, emocional
o visceral. Con la puesta en auge de las teorías antropológicas y sociológicas, se dio
un gran paso adelante en los intentos por formular una definición general de la
religión. Tales aproximaciones acertaron al decir que la religión estaba siempre
insertada en una matriz cultural y que las creencias religiosas, maneras, y rituales
han de ser entendido en relación radical con las culturas en las que están enraizadas.
Durkheim en su The Elementrary Forms of the Religious Life sostiene que “una
sociedad tiene lo necesario para despertar la sensación de lo divino en la mente,
meramente por el poder que eso ejerce sobre sobre ellos” (1926, 207). Como
resultado de ello, en el análisis Durkiano, la religión no es más que una
transformación de la sociedad. Por el otro lado, los psicólogos desde Freud a
Skinner han visto en la religión una proyección tanto de variadas dinámicas
intrapsíquicas como de esperanzas y expectativas basadas en la experiencia previa.

Desde el cambio de siglo, en contraste, los académicos han empezado a convertirse


en devotos de la fenomenología

Si no te gusta

….

En este documento propopnesmos que hay dos clases de neuropsicológicas


mecanismos que subyacen el desarrollo de religioso experiencias y
comportamientos. Esos dos clases de mecanismos representan dos líneas de
neurológico desarrollo involucrando la evolución de estructuras que comprenden lo
que hemos llamado en otros trabajos el “causal operador” en una mano y el
“holístico operador”” en la otra. Que nosotros significamos por operador son redes
de tejido nervioso en el cerebro que ejecutan especificas funciones—en el primer
caso permitiendo nos el percibir causalidad y en el segundo permitiéndonos percibir
la unidad en el centro de la diversidad. En considerando esos dos operadores
cerebrales hemos derivado a el corazón de lo que King dijo, que es, el uso de
supersencibles fuerzas y poderes para controlar el ambiente en tales una manera de
atender tales necesidades las cuales la cultura define como fundamentales. Además,
esos operadores permiten por el movimiento hacia(toward) el llenar de humano de
necesidad en un total, absoluto, o manera trascendental que con frecuencia
involucra holístico inusual estados o experiencias.
2. LA RELIGION COMO CONTROL DEL MEDIO AMBIENTE

Por muchos años hasta ahora hemos propuesto la existencia de un numero de


operadores neuronales en el cerebro los cuales son responsables por varios altos
funciones corticales y también hemos propuesto el probable neuroanatomica
sustrato de esos operadores. El cognitivo operadores a los que nos referimos para
tratar las abstracciones de lo general a lo particular, la percepción de secuencias
espaciales o temporales secuencias en la realidad externa, la percepción de espacial
o temporal secuencias en externa realidad, y el ordenamiento de elementos de
realidad en las cadenas causales permitiendo el alza(criando) a explicacioinales
modelos del mundo externo, bien sea lo científico o lo mítico. Brevemente, el
inferior parietal lóbulo en el dominante hemisferio del cerebro, el anterior convexo
del frontal lóbulo principal en el lado dominante, y su reciproca neural
interconexiones han sido justa y definitivamente mostrada para dar cuenta de
secuencias casuales de elementos de la realidad abstraídos de sentido percepciones.
La operación de intermodal transferencia, la cual es específica a la función de los
inferiores parental lóbulo, es particularmente implicado en causal secuencia. Por
conveniencia nos referiremos a el anterior convexidad del frontal lóbulo, el inferior
parietal lóbulo, y su reciproco interconexiones con el causal operador. Como
consecuencia, el operador causar cumple su función en cualquier trazo de realidad
en la misma manera que un operador matemático funciona. Organiza que linea de
realidad dentro que es subjetivamente percibido como causal secuencia devuelta a el
termino inicial de que trazo. En vista de que aparentemente universal humano tarta,
bajo circunstancias ordinarias, de posicional causas de cualquier línea de realidad,
postulamos que si el termino inicial es no dado por el sentido datos, el causal
operador automáticamente genera un término inicial.

La occidental ciencia defiere únicamente accidentalmente de la más usual forma


de humana cognición. Ciencia se reúsa en iniciales términos de primera causa para
cualquier línea de realidad a menos que sea observado o pueda ser inmediatamente
inferido por observación. Bajo unas usuales condiciones, lo causal operador generas
el inicial termino o primera causa de cualquier línea de realidad. Los términos
iniciales es un mental constructo dibujado por elementos codificados en la memoria
y caracterizados por la naturaleza del operador en sí. Que es, las causa constructos
causas, o en algunos sentidos tiene el poder de generar, la línea de la realidad. El
termino inicial es un constructo mental construido a partir de elementos codificados
en la memoria y caracterizado por la naturaleza del operador mismo. Eso es, las
causas del constructo, o que en algún sentido tiene el poder de generar, la línea de la
realidad. Proponemos que los dioses, poderes, espíritus o lo que hemos venido a
nombrar como fuentes de poder personalizado, o cualquier otro constructo
ocasionarte. Nótese que al hablar de la ciencia occidental no hemos hablado de los
científicos occidentales. Las restricciones impuestas al pensamiento humano en la
ciencia occidental son de naturaleza social y contractual. El cerebro del científico,
sin embargo, funciona igual de manera no diferente a la de cualquier otro. Aun
cuando, los científicos puedan rechazar la idea de dioses, espiritus, demonios, o
cualquier tipo de fuente de poder personalizada, ellos, a pesar de ello han
experimentado en sueños y en vida fantástica. El operador causal simplemente
opera de manera espontánea en la realidad, posicionando un inicial causal termino
cuando nada es dado. Cuando la línea de realidad para ser analizada es la totalidad
del universo, entonces el termino inicial o la primera causa que es automáticamente
producida por el operador causal es El primer motor inmóvil de Aristóteles.

Si éste análisis es correcto, entonces el ser humano no tiene elección más que
construir mitos consistentes de fuentes personalizadas de poder para explicar su
mundo. Los mitos pueden, en su naturaleza, sociales o pueden ser individuales en
termino de sueños, ensueños, o cualquier otra fantasía de la persona como
individuo. Sin embargo, tan pronto como el ser humano es consciente de la
continencia de su existencia en el rostro de lo que sucede con frecuencia suele ser
un universo caprichoso, ellos deben construir mitos para orientarse en tal universo.
Como consecuencia, el cerebro construye dioses, espíritus, demonios o cualquier
otra fuente de poder personalizado con los cuales los individuos pueden tratar
contractualmente a fin de ganar control sobre un medio ambiente caprichoso. Una
vez que desconocidas o misteriosas causas de líneas de realidad son percibidas
como personas o fuerzas personificadas, las personas pueden tratar como ellas de la
manera en la que se trata a personas poderosas. Por ejemplo, las personas pueden
ofrecerle regalos a cambio de beneficios espirituales. Como consecuencia de ello, el
concepto de sacrificio tal como el do ut des de la religión romana antigua es la más
primitiva obligación contractual que ha existido entre hombres y dioses o fuentes de
poder. Todo ello es inherentico en las funciones obligatorias de las estructuras
neutrales que hemos considerado hasta hora. Dado que es improbable que la
humanidad sepa alguna vez la causa primera de cada línea de la realidad observada,
es altamente probable que las personas generaran dioses, poderes, demonios, u otras
entidades como casusa primaria para tratar de explicar aquello que observan. De
hecho, no es posible que las personas lo hagan de otra manera.

El desarrollo de altas funciones corticales puede ser considerado una bendición


en cuanto a estas funciones les permiten a los humanos resolver problemas
abstractos, lo cual es un mecanismo adaptativo en cualquier ambiente. Ello también
puede ser considerado como una maldición. Debido a que los humanos pueden
pensar en abstracto y en causal, es posible que puedan trascender su campo
perceptual inmediato. Desde la experiencia, ellos pueden postular eventos probables
bajo circunstancias dadas. La mayoría de ellas, estas funciones hacen a los humanos
acertadamente conscientes de su mortalidad y la contingencia de su existencia en un
mundo impredecible. Esto es la base de la ansiedad que todos los humanos cargan
con ellos. Es para aliviar esta maldición de cognición, esta ansiedad existencial, que
los humanos primero buscan dominar sobre su ambiente mediante un intentando el
organizarlo de manera mítica y por el organizando el controlarlo a través de la
intervención de constructos personalizados de poder. Proponemos que el aspecto
controlador de la religión es un aspecto auto-preservador por excelencia. La
religión permite por un sentido de control sobre el ambiente el cual preserva el
necesario positivo pronostico psicológico que permite a los individuos y grupos
sociales el ejecutar las actuales manipulaciones en el mundo externo el cual, de
hecho, nos conducen a ciertas medidas de control y últimamente a sobrevivir. Este
aspecto controlador de la religión, en el cual el cerebro genera dioses, espíritus y
poderes y los manipula por sacrificio, oración y otras situaciones contractuales, es
probablemente lo más primitivo de las religiones. Esto es lo predominante, empieza
en las sociedades primitivas y continua durante la historia temprana. La religión
romana temprana es particularmente un ejemplo pertinente en que fue un estado
religión el cual le concernió casi exclusivamente la manipulación de deidades por
los propósitos del estado. A pesar de este aspecto manipulativo y contractual de ella,
la religión predomina en las sociedades primitivas y en las fases históricas
tempranas de las altas culturas, es con todo presente, por lo menos en launa
extensión, incluso en las más avanzadas y desarrolladas religiones. Esto es
ciertamente verdad para con las practicas contemporáneas de las religiones
populares. Proponemos que el intento por controlar el medioambiente por los
medios de la colocación de, y el control de, fuentes personales de poder, es lo
suficiente a sí mismo para constituir religión.

Debemos notar que el operador causal puede también una causalidad ilegitima al
asociar objetos inanimados directamente entre ellos, pero no a través de la
mediación de fuentes personalizadas de poder. Este proceso nosotros hemos
escogido a llamar magia, y no religión. Así que, cuando una conexión causal directa
es vista entre clavar una aguja en un muñeco y una víctima teniendo un ataque al
corazón hemos de llamar a esto magia. Religión, entendida tal como la estamos
presentando, requiere la mediación de constructos personalizados de poder. Así que,
la teoría ex opere operantis de la eficacia sacramental del protestantismo clásico
podrá ser visto como un modelo religioso, pero la teoría ex opere operato del
catolicismo romano clásico puede ser vista como un modelo mágico dentro del
sistema religioso.

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