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La alimentación en la ciudad de México:

el consumo de pan en el siglo XVIII


Virginia García Acosta*

A pesar de que la historiografía ha dedicado es- colectivo sobre el trigo y el pan en la misma épo-
tudios importantes al siglo xvm novohispano, ca. Los resultados de esta investigación ya están
prácticamente son inexistentes los relativos a la por salir publicados2 y es justamente de aquélla
alimentación de la población colonial. Resulta que se desprende la información que hoy presen-
sorprendente que se haya descuidado un tema to, relativa al consumo de pan en la ciudad de
tan importante, sobre todo si consideramos que México a fines de la época colonial.
con la conquista española se introdujeron una se- El trigo fue, en efecto, uno de los nuevos
rie de cultivos, productos y animales que mo- productos introducidos por los españoles el mis-
dificaron y afectaron el paisaje, la cultura, la mo año de la conquista. Un par de años después
organización y la vida toda de la población se estableció el primer molino de trigo en el río
mesoamericana. Tacubaya, propiedad de Nuño de Guzmán. Ya
Los pocos estudios existentes insisten en la en 1525 existían varias panaderías en la ciudad
elevación del nivel de vid·a de los indios al adoptar de México sujetas a reglamentaciones sobre el
productos de la dieta europea, dado que vivían peso y la venta del pan.
en una situación de "desnutrición" por la baja Sabemos que entre los indios hubo una resis-
ingestión de calorías. l Afirmaciones tan desafor- tencia persistente a adoptar el cultivo del trigo,
tunadas requieren de mayor cantidad de elemen- al menos eso se ha dicho hasta ahora sin compro-
tos para confirmarse, pues en general se basan en bar lo contrario. A pesar de que incluso se les
descripciones de los españoles de la época que, llegó a obligar a pagar tributo con ese cereal, la
de acuerdo a sus costumbres, consideraban que producción triguera a gran escala se desarrolló
los indios "comían poco". básicamente en haciendas propiedad de espa-
Fundamentalmente por esta ausencia de infor- ñoles.
mación suficiente, y por la importancia que con- Su consumo, en forma de pan, se concentró
sidero tiene el problema del consumo de alimen- desde muy temprano en los centros urbanos
tos, actualmente me encuentro desarrollando una y también desde un principio constituyó una
investigación cuya temática es precisamente la producción comercial, es decir, prácticamente
alimentación urbana durante el último siglo co- todo el pan consumido se obtenía en las pana-
lonial. El interés por realizar esta investigación derías.
surgió después de haber terminado un proyecto Durante el siglo XVIII y principios del XIX
existieron un promedio de 48 panaderías en la
* CIESAS. ciudad, cuyos propietarios eran españoles o crio-

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llos, entre los cuales un puñado controlaba el unos 130,000 habitantes en promedio durante la
ramo, esto es, tanto el abasto de trigo como la segunda mitad del siglo xvm y principios del
producción y venta del pan. 3 Las panaderías de XIX, aunque los datos no existen más que para
la ciudad dependían legalmente del Tribunal ciertos años de ese periodo, concentrándose ha-
de Fiel Ejecutoría, órgano dependiente del Ca- cia fines de siglo. Por su parte, la serie sobre vo-
bildo municipal encargado del abasto a la ciudad lúmenes de harina introducidos a la ciudad es
de productos de primera necesidad y de fijar pre- mucho más completa; cubre de 1718 a 1814 y a
cios topes a los mismos. Dentro de estos produc- partir de 1748 es casi ininterrumpida. 5 De esta
tos básicos se encontraba precisamente el pan de manera encontramos que el promedio de volú-
trigo, para cuyo control la Fiel Ejecutoría dedu- menes introducidos a la ciudad de 1748 a 1814
cía y dictaba la postura del pan. 4 La postura se- es de 110,000 cargas anuales.6
ñalaba el número de onzas de pan que debían Con estos datos podemos calcular que el con-
venderse por medio real, de tal manera que lo sumo anual de harina per cápita en la ciudad era
que variaba con el movimiento de los precios del de un poco menos de una carga (.8 de carga) lo
trigo era el peso y no el precio del pan. cual convertido a pan equivaldría a unas 250
Para estas fechas, como vemos, el pan ya cons- libras o unos 115 kilos de pan en promedio. 7
tituía un producto básico en la dieta de la pobla- Un dato similar nos ofrece Humboldt para la
ción urbana y por ello las autoridades municipa- ciudad de México a principios del siglo XIX,
les vigilaban cuidadosamente que la producción aunque más elevado. Habla de 363 libras de pan
fuera de calidad y que la venta se llevara a cabo consumidas por habitante al año, esto es un po-
respetando las posturas y demás ordenanzas dic- co más de una carga de harina. Esta cifra llamó
tadas. su atención al compararla con el . consumo de
El pan de trigo no era consumido, como vere- París que por entonces alcanzaba las 377 libras
mos adelante, exclusivamente por la población de pan. La sorpresa de Humboldt no podía ser
española o "blanca" (que incluía a peninsulares menor, pues se trataba de dos ciudades con tra-
y criollos y constituía el 50% de la población), diciones muy diferentes relativas al consumo de
sino también por mestizos e indios residentes en este producto.
ella (que formaban el 50% restante junto con las Dado lo anterior llama la atención el que más
denominadas "castas"). adelante Humboldt diga que ~l trigo era consu-
Pero el consumo de pan no era igual en todos mido sólo por los europeos, seguramente repi-
los casos. En el presente trabajo analizaremos las tiendo una afirmación que ha llegado hasta nues-
características que adoptó el consumo de pan en tros días. Los peninsulares residentes en la ciudad
la ciudad durante la segunda mitad del siglo a partir de la segunda mitad del siglo xvm y
xvm y principios del XIX bajo dos aspectos: el hasta 1811, no rebasaron el 2% de la población
consumo generalizado y el consumo diferencia- urbana. Humboldt habla de 130,000 cargas de
do de pan. harina introducidas a la ciudad, lo cual equival-
dría a que cada europeo debía haber consumido
El consumo generalizado de pan 20 kilos diarios de pan, lo cual resulta a todas
luces absolutamente imposible. El consumo de
Para documentar y analizar este aspecto del con- pan resulta igualmente exhorbitante si lo dividi-
sumo de pan en la ciudad, me basé en la correla- mos entre la población denominada "blanca",
ción de dos tipos de datos cuantitativos. Por un que incluía a peninsulares y criollos. En este
lado la población residente en la ciudad, y por caso sería de cerca de un kilo de pan diario.
otro las cantidades de harina introducidas anual- Si aceptamos que el total de la población ur-
mente a ella y empleadas en la elaboración de bana comía pan, el consumo alcanzaría unos
pan. 300 a 400 gramos diarios. Esta cifra si bien pare-
La información sobre la población de la ciu- ce más razonable, resulta aún elevada compara-
dad con que contamos nos permite hablar de da con consumos actuales. Tomemos como

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ejemplo la España actual, donde la base de la ali- otros autores), no era uniforme e igual para to-
mentación es precisamente el pan de trigo y don- dos los habitantes de la ciudad de México. De
dp. alcanza un consumo justamente de 400 gra- hecho los datos localizados particularmente en el
mos diarios. En México hoy día el consumo per Archivo del Antiguo Ayuntamiento de la ciudad
cápita es tres veces menor. de México (AAA) permiten hablar de un consu-
De esta forma los 300 ó 400 gramos de pan mo diferenciado, esto es, que existían dos tipos
consumidos diariamente por los habitantes de la de consumidor de pan de trigo. Trataré de do-
ciudad de México resulta ser la cifra más acep- cumentar esta hipótesis por cuatro vías: las cali-
table. dades del pan, sus precios, los espacios para la
Esta información permite así vislumbrar la venta y los medios de pago en la obtención del
existencia de un consumo generalizado de pan mismo.
entre la población urbana durante el último siglo
colonial.tI Los datos muestran que no sólo la po- a) Las calidades de pan
blación llamada "blanca", y menos aún los pe-
ninsulares por sí solos constituían los únicos Durante el siglo XVIII en las panaderías de la
consumidores de pan. Estos grupos, junto con ciudad se producían varios tipos de pan, cuyas
los indios y mestizos urbanos comían pan de diferencias se manifestaban tanto en su elabora-
trigo. ción como en su composición y peso en onzas,
Estoy consciente de que el uso de los prome- todo 10 cual estaba rígidamente estipulado en las
dios en los cálculos frecuentemente ocultan la ordenanzas correspondientes. En general los do-
realidad. De tal manera que el consumo generali- cumentos nos hablan de cinco tipos:
zado de pan podría matizarse. Esto es, puede ser 1. pan especial: incluía el pan francés, el español
que la población "blanca" consumiera una ma- y el floreado especial, que contenían sólo la flor
yor cantidad de trigo que los indios, y que estos de la harina y cuya elaboración debía incorporar
últimos mantuvieran el maíz como su alimento ciertos procesos especiales. El trigo debía lavarse
principal; dicho de otra forma, que los indios a mano y molerse en tahonas y no en molinos hi-
comieran una mayor cantidad de maíz que de dráulicos; la masa incluía, además de la flor de la
trigo. Lo anterior es posible, sobre todo si toma- harina, agua y sal, manteca y poca levadura y
mos en cuenta que el trigo se consumía casi ex- debía trabajarse exclusivamente a puño. El pan
clusivamente como pan, mientras que con el resultante era muy terso y fino. Su elaboración
maíz se podían elaborar gran variedad de alimen- era por tanto más especializada y no cualquier
tos (tortillas, tamales, atole, etc.). operario de panadería podía llevarla a cabo; por
No obstante es evidente que el trigo formaba lo mismo era más cara y no cualquier panadería
ya parte de la dieta urbana en general, y que los podía costearlo. La producción de este tipo de
indios y mestizos lo habían incorporado entre panes era muy reducida: durante el último cuar-
sus alimentos básicos. Con el objeto de comple- to del siglo XVIII sólo dos panaderías en la ciu-
mentar estas afirmaciones, y de corroborar la ex- dad elaboraban pan francés destinado a proveer
pansión del consumo de pan entre las clases po- al virrey y al arzobispo.
pulares urbanas, examinemos las modalidades 2. pan floreado: su elaboración era común y se
que adoptó este consumo entre los habitantes de llevaba a cabo en cualquier panadería. Este tipo
la ciudad. 9 de pan se hacía con harinas escogidas, de prime-
ra calidad que sólo se obtenían del trigo candeal
El consumo diferenciado de pan o "superior" cuya harina debía cernirse varias
veces para que resultara muy fina. El pan florea-
Si bien podemos afirmar que el consumo de pan do debía tener una forma especial para diferen-
se había generalizado (elemento que por sí solo ciarse de los panes de menor calidad, general-
consideramos insuficiente e incongruente para mente se hacían de él bollos y roscas.
hablar de elevación del nivel de vida, como dicen 3. pan común: también este tipo de pan se hacía

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en todas las panaderías. La masa del pan común b) Los precios del pan
podía incluir mezclas de harina flor con cabezue-
la (harina más gruesa obtenida del cernido) en La venta de pan en la ciudad se debía hacer res-
proporción de 4/5 de la primera por 1/5 parte de petando la postura dictada cada cuatro meses
la segunda. Había también una forma específica por la Fiel Ejecutoría. Esta postura establecía el
para el pan común, que era la de "bonete corta- número de onzas que debían venderse al consu-
do", lo cual permitía diferenciarlo de los otros midor por medio real. La postura se calculaba
panes. con base en las declaraciones de labradores, mo-
4. pambazo: el nombre de este tipo de pan pro- lineros y sobre todo en las de los dueños de pa-
viene de "pan-baxo", debido a que en su elabo- nadería sobre los volúmenes y precios de los tri-
ración se mezclaban los "esquilmos" o residuos gos comprados por ellos e introducidos en harina
que quedaban después de cernir la harina. Se tra- a la ciudad. Con esta información, la Fiel Ejecu-
taba de un pan de inferior calidad porque se em- toría establecía un precio medio de la harina
pleaban harinas provenientes de trigos averiados: (imputándole costos por concepto de molienda,
picados, agorgojados, excalentados, etc. La pro- flete e impuestos) y consultando la calicata co-
ducción de pambazo era muy baja, sólo se desti- nocida como "Mapa del Sr. Oliván" dictaba la
naba a ella un 4% de la harina que entraba a la postura a seguir. Este "mapa" o calicata, que de-
ciudad. bía su nombre a su creador Don Juan Manuel de
5. semita o acemita: constituía igualmente un Oliván Revolledo (miembro del Consejo del Rey y
pan de inferior calidad, dado que se elaboraba Oidor de la Real Audiencia) se redactó en 1726
con residuos y desechos del salvado, mezclado con y rigió las posturas de pan durante todo el resto
una mínima cantidad de harina. Debo aclarar del periodo colonial. Este documento incluía va-
que, a pesar de que distingo entre pambazo y se- rios rubros que variaban dependiendo del precio
mita, en los documentos frecuentemente se hace de la carga de harina, desde un mínimo de cinco
referencia a ambos de manera indistinta como hasta un máximo de 32 pesos. Dentro de estos
pan de inferior calidad. rubros se calculaba: el número de panes que de-
En ciertas fechas se elaboraban panes especia- bían sacarse de una carga, los valores de cada
les o "de regalo" que eran panes dulces o bizco- carga de harina reducida a pan, los costos de
chos, como hoy se les conoce. La elaboración elaboración por carga, las ganancias y pérdidas
masiva y enormemente variada de este tipo de de la panadería, entre otros.
pan que actualmente nos resulta tan común se El pan floreado, dado que incluía harina de
dio a partir del siglo XIX. mejor calidad, pesaba menos onzas que el co-
De los tipos de pan descritos, sólo el floreado mún. Al dictar las posturas cuatrimestrales, gene-
y el común se producían masivamente y a ellos ralmente se ordenaba que de floreado se dieran
se referían la mayor parte de las ordenanzas so- 13, 15 o 18 onzas por medio real "y de común
bre pan. Constituían panes de diferente calidad una cuarta parte más". Es decir, el pan floreado
por el tipo de harina que contenían y por el cer- era más caro pues se pagaba el mismo medio real
nido de la misma. Lo anterior hacía del floreado por menos cantidad de pan.
un pan blanco (aunque mucho más oscuro Quienes contaban con mayores recursos, gene-
que el actual) y fino destinado a "paladares ralmente los incluidos dentro del grupo de "blan-
exquisitos" . cos", compraban así el pan floreado (que no por
A pesar de que siempre se denunció la mezcla más caro era más nutritivo, según hoy sabemos).
de harinas de diferentes calidades en la elabora- La población urbana de menores recursos, es de-
ción del pan, estrategia que seguían los dueños cir la mayoría de indios y mestizos, consumía el
de panadería para elevar sus ganancias ilícitamen- pan común que era por así decirlo, más barato.
te, la separación entre ambas calidades de pan se Dadas las constantes adulteraciones que lle-
mantuvo con el objeto de abastecer a un merca- vaban a cabo los dueños de panadería, era fre-
do diferenciado de consumidores. cuente denunciar que el pan floreado "no tenía

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de floreado más que el precio, la rebaja en onzas mediata que cada panadería debía tener para fa-
y el sello", mientras que el común debido a la cilitar a las autoridades el control del peso y
mezcla de harinas de inferior calidad era la "pes- calidad del prod ueto.
te de porquerías". Por su parte las pulperías se encontraban dise-
A pesar de lo anterior, los dos precios o postu- minadas por toda la ciudad, debido fundamen-
ras que regían para los dos tipos de pan descri- talmente al tipo de productos que expendían:
tos, dan cuenta de dos tipos de consumidor dife- azúcar, sal, etc., es decir productos que deman-
renciados por su poder de compra. daba toda la población urbana. Estas tiendas al
menudeo se concentraban en la periferia, que era
e) Los espacios para la venta donde vivían los indios y en general la población
de menores recursos que sólo podía acceder a
Con el objeto de tratar de evitar los constantes comprar el pan común. Así este tipo de consu-
fraudes cometidos por los dueños de panadería, midor obtenía el pan que podía pagar cerca de
las autoridades reglamentaban los espacios para su vivienda, en la pulpería.
la venta del pan. Durante el siglo XVTII, excepto Las pulperías recibían el pan común de las pa-
en algunas contadas ocasiones, el pan tuvo dos naderías, para lo cual éstas ofrecían determina-
lugares de venta: las panaderías y las pulperías o da "ganancia" o comisión al pulpero que no de-
tiendas de barrio expendedoras de una gran va- bía ser mayor a "un real en cada peso y sólo
riedad de productos comestibles al menudeo. medio desde que sube el precio a 16 pesos 4 rea-
En las panaderías se vendía el pan floreado, les la carga de harina". No obstante, los dueños
mientras que las pulperías ofrecían el pan co- de panadería daban hasta cuatro reales en cada
mún que les enviaban directamente aquéllas. El peso de comisión, pues les convenía la venta de
poco pambazo o semita elaborado, así como el su pan en las pulperías dado que constituía un
pan sobrante (frío, refrío o duro) se entregaba a eficiente método de distribución del pan común
vendedores ambulantes para expenderlo en la vía por toda la ciudad. También elevaban las comi-
pública a precios ínfimos. A estas condiciones siones para que el pulpero aceptara un pan con
debían también sujetarse quienes introdujeran menor calidad y peso de los estipulados. A pesar
pan de fuera a la ciudad (por ejemplo los panade- de estas ventajas para los dueños de panadería,
ros de Tacubaya), con el objeto de que no cons- no faltaron momentos en que con objeto de aho-
tituyeran una competencia desleal para las pana- rrarse las comisiones, lograron que se ordenara
derías urbanas. que el pan común se llevara a la plaza y de allí lo
Esta división de espacios comerciales entre obtuvieran los pulperos para venderlo en sus pul-
panaderías y pulperías se derivaban del tipo de perías. Este sistema funcionó de 1763 a 1780,
consumidor de uno y otro tipo de pan, de la ubi- fecha en que se volvió al antiguo sistema de en-
cación espacial de dichos establecimientos y de tregas directas de la panadería a la pulpería, lle-
la clientela cotidiana de cada uno de ellos. gando en 1793 a designar un determinado número
Las panaderías se localizaban más bien hacia de pulperías a las cuales debía entregar el pan . :
el centro de la ciudad, prácticamente no se les común cada panadería.
encuentra en las zonas urbanas periféricas. De Si bien los cambios en·las formas en que de-
esta manera se ubicaban en el lugar donde resi- bían recibir el pan común las pulperías variaron
día preferentemente la población de mayores y suscitaron no pocos pleitos entre dueños de
recursos, pues tanto los valores comerciales co- panadería y de pulpería, el hecho es que de una
mo las rentas de la propiedad urbana disminuían u otra manera el pan común siempre se vendió
conforme uno se alejaba del centro urbano. 10 en las pulperías. Estas incluso tenían prohibido
Así, las panaderías se localizaban en la zona don- vender el pan floreado, pues como era el que
de residían los consumidores de pan floreado, rendía mayores ganancias, se temía que los pul-
esto es, quienes podían pagar más por su pan. peros "acabarían por no vender el pan común,
Este debía venderse en la accesoria o tienda in- privando al público de esta clase de pan".

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Esta organización de espacios para la venta del caban con algún nombre o signo que distinguiera
pan, que respondía a la residencia y -tipo de a su fabricante. Lo anterior era importante, dado
clientela, abastecida por dos calidades de pan y a que un tlaco sólo era recibido por la tienda que
düerentes precios, se expresa claramente en la si- lo había emitido, que era una forma de asegurar
guiente cita extraída del AAA: al cliente.
En el caso del pan común, la existencia de los
el pan bueno, fino y hermoso [es para] la tlacos y también de los pilones (que equivalían a
gente rica [ ...el común] para la gente ple- la mitad de un tlaco) fue determinante para que la
beya y pobre [... pues] si el floreado se fa- gente de escasos recursos pudiera comer pan, co-
bri~ o labra es para aquellas gentes que por mo veremos ahora.
tener desahogo consultan más a su gusto Las ordenanzas dictaban que de pan floreado
que a sus intereses, no siendo éstas de la debían hacerse piezas grandes y venderse por
clase de aquellos que se surten en las tien- reales y medios reales; como máximo podrían
das [ ...] el que fuere de paladar exquisito elaborarse dos piezas que en conjunto llevaran
acuda a las panaderías, pues el gusto mani- el peso de la postura para darse por medio real.
fiesta no tener mucha necesidad. l l Por el contrario, de pan común las panaderías
podían hacer piezas más pequeñas para poder
venderse por menos de medio real. Esto es, que
d) Los medios de pago si la postura para el pan común había sido de 16
onzas por medio real, pudieran elaborarse piezas
Al dictar las posturas se establecía el número de de pan de ocho onzas para venderlas por dos
onzas que debían darse de pan por medio real. cuartillas y así sucesivamente. Era frecuente que
Esta era la moneda más menuda existente, pues las ple:las de pan no fueran tan pequeñas y
:.: - aunque en el siglo XVI se acuñaron monedas de que entonces se vendieran a la gente menestero-
plata de un cuarto de real o cuartillos, fueron re- sa porciones de pan equivalentes al tlaco o al
tiradas de la circulación más tarde. 12 Así, el me- pilón.
dio real se usaba como referencia para fijar el La venta del pan común en las pulperías
precio de ciertos productos, como el pan. por medio de cuartillas, tlacos o pilones am-
Sin embargo, la existencia de otros medios de pliaba así el mercado de este producto a la gen-
pago menores muestran la necesidad de moneda te de menores recursos, tal como reza la si-
más fraccionaria que el medio real. Seguramente guiente cita:
por ello se aceptaron las cuartillas (de las cuales
se daban cuatro por un real, de allí su nombre) y Ha sido siempre estilo vender en dichas
los tlacos. Estos últimos se definían como "mo- tiendas el pan por menudeo para alivio de
neda imaginaria", equivalentes a ocho por un los pobres, porque en las panaderías no se
real y desde 1793, por bando, a nueve por un real. hace por tlacos ni cuartillas, sino por reales
Según esto lji palabra tlaco viene de "tlahco" y medios reales, por no haber otra moneda
que en nahuatl signüica mitad o medio, ya que más menuda de Vuestra Majestad. 13
equivalía a la mitad de una cuartilla de plata.
La circulación de tlacos se limitó exclusiva- A los pulperos les convenía no sólo la venta
mente a las pulperías, por lo que por ejemplo en de pan común, que resultaba ser un artículo
el mercado se usaban todavía en el siglo xvm "gancho" que atraía a una clientela que adquiría
los cacaos, cuya equivalencia la da Viera de la si- así otros productos, sino la venta por cuartillas,
guiente manera: "la quinta parte de medio real tlacos y pilones. La acuñación de estas "mone-
que se compone de dieciséis cacaos"; por lo tanto das", además de que les aseguraba esta clientela
un real contenía 64 cacaos. al dar como cambio los tlacos que sólo en esa
Los pulperos fabricaban sus propios tlacos en pulpería se volverían a recibir, les producía ga-
madera, hueso, vaqueta y en ocasiones los mar- nancias netas del 70 al 150%.

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Los indios y mestizos y en general la gente de Conclusiones
escasos recursos se veían así obligados a comprar
su pan en las pulperías, como bien dijera el Apo- Durante la segunda mitad del siglo xvm, el con-
derado de los dueños de panadería: sumo de pan de trigo se había generalizado entre
la población de la ciudad deMéxico,presentando
ninguno va por gusto a comprar pan a la ciertas modalidades. Considero que fueron pre-
tienda, pues lo recibe mosqueado y de la ma- cisamente estas modalidades las que hicieron
no puerca del tendero, sino necesitado o posible que se generalizara entre toda la pobla-
porque cuartilla es lo que compra, o porque ción y que el pan no se mantuviera como un
va a sacarlo fiado sobre prenda. 14 alimento exclusivo de los españoles y criollos.
Se trataba de un consumo diferenciado entre
dos tipos de consumidores abastecidos con dife-
En efecto, cuando no se contaba ni con tla- rentes calidades de pan y a diferentes precios.
cos, el tendero aceptaba prendas de ropa a cam- Quienes contaban con mayores recursos, general-
bio, a manera de Monte Pío. mente los incluidos dentro del grupo de "blan-
Hacia fines de siglo y con la intención de que cos", compraban el pan floreado, que era el más
también la gente de menores recursos pudiera fino y por tanto el más caro, directamente en las
acceder al pan floreado, se mandó que éste se panaderías. La población urbana pobre, es decir
elaborara en pequeñas porciones para poderse la mayoría de indios y mestizos, consumían el
vender por menos de un tlaco. Hasta entonces pan común, más corriente y barato que obtenían
los tlacos no tenían validez oficial, pero a partir cerca de sus viviendas en las pulperías de la peri-
de esas fechas las respectivas autoridades mu- feria urbana. Estas últimas vendían diferentes
nicipales los aceptaron como moneda fraccio- productos al menudeo, entre ellos precisamente
naria con la equivalencia de nueve tlacos por el pan común inclusive en porciones más peque-
un real. ñas y por menos de medio real que era el míni-
Así, la venta de pan fraccionado y por medio mo a que se tasaba y la moneda más menuda
de tlacos se mantuvo tanto en panaderías como existente. Para ello usaban los tlacos y pilones
en pulperías. Los tlacos desaparecerían más tar- como sustituto de moneda fraccionaria. De esta
de, cuando el Virrey Calleja ordenó la acuñación manera, la producción y la venta de pan de trigo
oficial de moneda de cobre fraccionaria de 1/8, en la ciudad de México se adecuó a la heterogé-
1/4 y 2/4 de real. nea población urbana.

Notas
1 Este tipo de afirmaciones las hace Solano y Cook y panaderías, SUB dueños y SUB trabajadores. Ciudad de
Borah, respectivamente. Ver: Francisco de Solano, "In- México, siglo XVlll, México 1986 (b), en prensa, CIE-
troducci6n al estudio del abastecimiento de la ciudad co- SAS; "Oscilaci6n de los precios y de la producción en el
lonial", Jorge Hardoy y Richard Schaedel, comps., Las México borbónico: el caso del trigo y el pan", Amster-
ciudades de América Latina y SUB áreas de influencia a dam, en prensa, Revista del CEDLA, 1986 (c); Los pre-
través de la historia, Buenos Aires, Ediciones SIAP, 1975, cios del trigo en la h¡'toria colonial, CIESAS, en prensa
pp 133-163 Y Sherbrune F. Cook y Woodrow Borah, México, 1986 (d). '
E1I8IIyoa sobre historia de la población: México y Cali- 3 Sobre las panaderías urbanas en el siglo xvm, ver
fornia, México, vol. 111, Siglo XXI editores, S.A., 1980. García Acosta 1986 (b), op. cit.
2 Ver: Clara Elena Suárez, La política cerealera y la 4 Sobre la forma de ,calcular las posturas del pan y sus
economía novohispana: el caso del trigo, México, CIE- oscilaciones en varias ciudades del virreinato, ver García
SAS, 1985; Floria Artís, Regatonea y maquileros. El Acosta 1986 (a), op. cit.
mercado de trigo en la ciudad de México (siglo XVIII),
México, CIESAS, 1986; Virginia García Acosta, "Los s La serie completa se elabor6 con información pro-
panes y sus precios en ciudades novohispanas", Pape- veniente de las declaraciones que día con día hacían los
lea de la Casa Chata, núm. 2, pp. 3-16, 1986 (a); Las dueños de panadería de la ciudad relativas a las cantida-

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des de harina comprada y la proveniente de los registros mente en Guadalajara fue cada vez más elevado (Eric
de entradas de harina para el pago de impuesto corres- Van Young, Hacienda and Market in Eightunth Centur.y
pondiente. La información fue recopilada por Virginia Mexico. The Rural Economy o( the Guadalajara Region,
García Acosta y Clara Elena Suárez, respectivamente. 1675-1820, University of Calüornia Press, 1981).
6 Dado que era frecuente que en estas declaraciones 9 Quiero aclarar que, por no ser éste el momento,
(con las cuales se conformó la serie) se ocultaran algunas no me detengo a examinar los movimientos en el con-
cargas para evadir impuestos, la serie se elaboró con los sumo de pan en la ciudad durante el siglo XVIII. Este
totales mayores localizados para que éstos reflejaran o asunto ha sido ya tratado en otros trabajos: Garc1'a
fueran lo más exactos posible. No obstante, si considera- Acosta 1986(b), op. cit., cap. I y Artís, op. cit., pp.
mos que casi siempre había omisiones en las declaracio- 43-75.
nes, hemos de aceptar que el promedio de volúmenes de 10 Sobre los valores comerciales de la propiedad urba-
harina introducidos a la ciudad podría ser un poco ma- na a fines de la colonia ver: María Dolores Morales, "Es-
yar a las 110,000 cargas. tructura urbana y distribución de la propiedad de la ciu-
7 Para este tipo de cálculos utilicé la conversión que dad de México en 1813", Alejandra Moreno Toscano,
da Humboldt: una carga de harina = 325 líbras de pan, y coord., Ciudad de México: ensayo de construcci6n de
=
una libra 460 gramos. una historia, México, Colección cientírlCa no. 61, pp. 71-
a Suárez ofrece un cuadro de consumo diario de hari- 96, INAH, 1978.
na (no de pan) per cápita en varias ciudades de Nueva Es- 1 1 AAA, Real Audiencia, Fiel Ejecutoría, Panaderíaa,
paña para fines de la Colonia y encuentra cüras con vol. 3826, t. 28, exp. 76, f. 32v; 1777.
enormes diferencias: Guadalajara 125 grs. y Puebla 717
12 Parece ser que de 1794 a 1796 circularon de nuevo
grs., sin dar una explicación al fenómeno. Se limita a des-
tacar las altas cüras de consumo en "centros comerciales estas monedas de 1/4 de real o cuartillas. Para los datos
trigueros por excelencia" como Puebla y la ciudad de sobre moneda menuda utilicé los trabajos siguientes:
México (cuando en esta última, según sus datos, el con- Carlos Castro Ozuna, "En tomo a la moneda colonial",
sumo resulta ser menor que por ejemplo en Guanajuato)
Iztapalapa, vol. 1, núm. 2, pp. 231-247, Y Miguel L. Mu-
ñoz, Tlacos y pilones. La moneda del pueblo de México,
y dice que se deben a que la harina que entraba no se
México, Fomento Cultural Banamex, A.C., 1976.
destinaba exclusivamente al consumo (Suárez op. cit. pp.
124 Y 146). ¿Qué explicación se daría entonces al eleva- 13 "Representación que hace Don Agustín Coronas y
dísimo consumo diario per cápita que según su cuadro Paredes ¿! .29 de diciembre de 1766", documento repro-
tenía Guanajuato (640 grs.) o al bajísimo consumo que ducido en l\iuñoz, op. cit.
aparece para una ciudad tan importante y populosa co- 1 4 Reproducido en: Luis Chávez Orozco, El control
mo Guadalajara (125-200 gra.)? Sobre todo porque Van de precios en NuelJa España. Documentos para su estu-
Young aIl11lla que el consumo de pan de trigo precisa- dio, México, 195:1, p. 36.

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