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FACULTAD DE CIENCIAS DE LA SALUD

Escuela Académica Profesional de Estomatología

“ODONTOLOGIA EN GESTANTES Y
LACTANCIA”
 CURSO:
MEDICINA BUCAL
 DOCENTE:
CD. CACERES LIZA CRISTHIAN ALFONSO
 ALUMNOS:

CAMPOS ARTEAGA LUCERO

DÍAZ DÍAZ EMERSON

HERNÁNDEZ ROMERO ANACLAUDIA

QUIRÓZ FRIAS KEVIN

ROQUE BARRANTES YARELY

SÁNCHEZ ROJAS MÓNICA

 CICLO:
VII

Pimentel 15 de septiembre 2017


INTRODUCCIÓN

La duración promedio del embarazo humano es de 280 días (40 semanas). El periodo
de gravidez se divide en trimestres, los cuales son: primer trimestre, desde la
concepción hasta la semana 13.5; segundo trimestre, de la semana 13.6 a la 27; tercer
trimestre, de la semana 27.1 al final de la gestación.1 Existen signos y síntomas
característicos de cada etapa: primer trimestre, suspensión de menstruación, náuseas,
vómitos, sensación de hormigueo y aumento en las glándulas mamarias y cambios del
útero; segundo trimestre: percepción de movimientos fetales, contracciones uterinas,
palpación e identificación del feto, ruidos cardiacos fetales y cambios dérmicos; tercer
trimestre: amenorrea continua, contracciones uterinas más apreciables, aumento de
molestias pélvicas y menos compresión del abdomen.1,2 Signos de alarma durante el
embarazo: ausencia de movimientos fetales, ruptura de membranas, edema, fiebre (38
°C o más), contracciones uterinas y dolor abdominal.

RELACIÓN ENTRE EMBARAZO Y PATOLOGÍAS ORALES

Atención odontológica perinatal

El embarazo puede condicionar una deficiencia inmunitaria transitoria, por lo cual lo


primordial es la eliminación de focos de infección. La atención odontológica en la mujer
embarazada comienza realizando la historia clínica, consignando la edad gestacional,
exploración, rayos X, diagnóstico, detección de focos de infección y plan de
tratamiento. Éste se llevará a cabo con la eliminación de focos de infección, mediante
la educación para la salud dental, raspado coronal, programa de control personal de
placa, eliminación de procesos cariosos, reafirmación de raspado, dada la alta
prevalencia de alteraciones gingivales y elaboración de prótesis (Cuadro I).3

Las enfermedades bucales con más alta frecuencia son la caries y las
parodontopatías. La necesidad de prevenirlas y promover la atención oportuna cuando
se presentan ha sido motivo de múltiples acciones. Por su magnitud, las
enfermedades bucales constituyen un problema en la paciente embarazada que
depende en gran parte de la aplicación de medidas preventivas y curativas. Siempre
que sea posible, el primer paso en el tratamiento dental deberá ser contactar con el
obstetra el cuidado de la paciente para discutir el estado médico, los requerimientos
dentales y el plan del tratamiento propuesto. Las estrategias educativas que tienden a
conservar la salud bucal han formado parte de las políticas de salud en la República
Mexicana, en donde se ha tomado en cuenta al grupo de mujeres gestantes como una
población que amerita atención especial.2,4,5 Sin embargo, y a pesar de esto, el paso
de los tiempos ha demostrado que en el grupo de embarazadas existen creencias y
prácticas que no aceptan el cuidado odontológico debido a las molestias que ocasiona
el tratamiento dental y los temores que existen a su alrededor, lo que ha hecho que la
demanda de servicios dentales sea baja, a pesar de que este grupo es considerado
por la Secretaría de Salud como prioritario. Se ha mencionado con frecuencia «la
descalcificación» que sufren los dientes maternos, se habla de que «el bebé le roba
calcio a los dientes de la mamá», del daño que producen las radiaciones dentales y lo
nocivo de los medicamentos que utiliza el odontólogo como es el caso de los
anestésicos. Hasta el momento se acepta que: el embarazo no descalcifica los
dientes, la dosis de radiación dental que se emplea no causa daño (por seguridad
utilizamos el mandil de plomo) y los medicamentos (penicilina y paracetamol) y
anestésicos como los tipo amida (lidocaína) que se emplean usualmente en la práctica
odontológica no tienen repercusión materna ni fetal. No utilizamos anestésicos tipo
éster (prilocaína) porque podemos provocarle síndrome de «metahemoglobulinemia»
por la acción del metabolito final de dicho anestésico.2,6 Atender a una paciente que
cursa por el primer trimestre de gestación puede aumentar la posibilidad de
regurgitación, náuseas y vómito, lo cual dificultaría la colocación de dique de hule. Se
debe anestesiar depurando la técnica para evitar intentos fallidos. En el 2° y 3er
trimestres, la mujer puede mostrar mayor hipotensión simplemente al colocarse en
decúbito dorsal (supino) en el sillón dental. Considerando el desplazamiento visceral,
las sesiones no deben ser mayores a 25 minutos.2,3 Se debe realizar la eliminación
de caries y obturación del órgano dentario en una sola cita, así como evitar la
colocación de curaciones temporales. En tratamientos de conductos, instrumentar con
extrema precaución, para evitar perforaciones del ápice y condicionar bacteremias
transitorias. En caso de abscesos periapicales y/o parodontales, realizar de inmediato
el tratamiento indicado. «Para el odontólogo, la mujer embarazada no debe ser una
paciente distinta, pero sí una paciente especial». Se relaciona al embarazo con la
aparición de problemas gingivales, aumento del sangrado gingival debido a que sufre
un gran cambio hormonal porque los niveles estrogénicos descienden y la
progesterona se eleva y produce alteraciones vasculares que generan mayor
permeabilidad; se presenta una agudización de problemas infecciosos de origen dental
debido a que el ph salival se altera, disminuye el flujo de saliva y la capacidad buffer.
Los ginecólogos generalmente no toman en cuenta la importancia del tratamiento
odontológico, a pesar de que las embarazadas que cursan con gingivitis corren el
riesgo de tener bebés con bajo peso, ya que aumentan las cantidades de productos
tóxicos liberados por bacterias en la sangre y se inicia una respuesta de liberación de
prostaglandinas que genera contracciones uterinas o parto prematuro.3-5,7

POSICIÓN DEL SILLÓN DENTAL POR TRIMESTRE

Durante la atención odontológica de la embarazada es importante la posición de la


paciente; por ello, las posiciones del sillón varían dependiendo el trimestre del
embarazo. En el primero, es recomendable colocarlo a 165o (Figura 1), en el segundo
150o (Figura 2), y en el tercer trimestre a 135o (Figura 3)

FARMACOLOGÍA PRE NATAL

Para la utilización de fármacos en el embarazo es importante evitar la inducción de


alteraciones en el producto de la gestación y la generación de ansiedad materna
después de la exposición a medicamentos que puedan conducir a la mujer a
considerar la terminación del embarazo.

No existen periodos del desarrollo en que el embrión o el feto esté libre de ser
afectado por agentes teratógenos. En el primer trimestre (máxima sensibilidad) se
realiza la mayor parte de la organogénesis y durante las dos primeras semanas del
embarazo, cuando la mujer no sabe que está embarazada, el embrión puede ser
afectado aunque no se haya establecido la placenta. En el periodo fetal (2° y 3er
trimestres) pueden producirse alteraciones del desarrollo; la acción teratógena es
capaz de frenar el crecimiento y la maduración de los órganos, lo cual puede causar
anomalías muy graves aunque no se produzcan modificaciones estructurales
profundas. Son especialmente sensibles a la acción teratógena en el periodo fetal los
órganos de maduración tardía, como el cerebro y los órganos de la reproducción. La
Comunidad Europea (CE) y la Food And Drugs Administration (FDA) crearon
clasificaciones de productos farmacológicos en el embarazo. Los medicamentos
utilizados en pacientes embarazadas son: antibióticos, analgésicos y anestésicos
locales; de estos grupos farmacológicos existen medicamentos de la categoría A (CE);
ningún antiinflamatorio según la FDA no existen fármacos que utilizamos los dentistas
con clasificación A

ANTIBIÓTICOS

Según la FDA, actualmente sólo hay antibióticos de categorías B y C y los fármacos


de la categoría B se creen relativamente seguros durante el embarazo. Las penicilinas
son los antibióticos más utilizados cuando no existen reacciones de hipersensibilidad
al fármaco que contraindiquen su uso, de las cuales la penicilina G es usada
rutinariamente para infecciones durante el embarazo.
Ampicilina:

Es un antibiótico bactericida penicilínico semisintético, de amplio espectro y activo por


vía oral. No cruza la barrera placentaria y durante el embarazo es eliminada por vía
urinaria dos veces más rápido. Está contraindicada en pacientes con alergias
conocidas a penicilinas.

Amoxicilina:

Es un antibiótico similar a la ampicilina; actúa contra un amplio espectro de


microorganismos, tanto gram positivos como gram negativos. s. Se absorbe
rápidamente en intestino delgado y es eliminado por la orina, igual que la ampicilina

Está contraindicado en pacientes alérgicos a penicilinas.

Cefalosporinas:

Son antibióticos especialmente útiles para el tratamiento de infecciones en el


embarazo. Todas atraviesan la barrera placentaria y su vida media puede ser más
corta en el embarazo por el aumento de la filtración renal.

No se han observado efectos adversos ni teratogénicos en recién nacidos. Son


medicamentos de primera elección durante el embarazo, categoría «B»

Eritromicina:

Es el antibiótico de elección cuando existe alergia a las penicilinas, de uso muy


seguro en el embarazo; es mal tolerada ya que la dosis usual produce trastornos
gastrointestinales, lo que aminora su cumplimiento; suele unirse a proteínas, y por ello
se alcanzan cifras bajas en el feto.

Clindamicina:

Este fármaco atraviesa la placenta; no se ha establecido la seguridad de su uso


durante el embarazo y en recién nacidos, por lo que no se recomienda durante el
mismo, a no ser que su médico lo estime conveniente. También pasa a la leche
materna, por lo que, durante la lactancia, debe ser utilizada solamente tras una
evaluación del riesgo/beneficio por parte de su médico.

ANALGÉSICOS
Paracetamol o acetaminofeno:

(Analgésico y antipirético de elección en el embarazo): alivia el dolor y disminuye la


temperatura en caso de fiebre; a dosis terapéuticas y por corto tiempo es inocuo,
atraviesa la placenta; pero su acción teratogénica no está comprobada; la sobredosis
materna puede dar alteraciones renales fetales y/o necrosis hepática.

Ácido acetil-salicílico:

Se ha asociado con la incidencia de fisuras bucales, muerte intrauterina, retardo del


crecimiento e hipertensión pulmonar; el mecanismo propuesto para explicar estos
hallazgos está relacionado con la inhibición de la síntesis de prostaglandinas. Las
compañías farmacéuticas que fabrican AINES indican que estos fármacos no deben
usarse durante el embarazo.

ANESTÉSICOS LOCALES

La bupivacaína, la lidocaína y la mepivacaína no causan efectos adversos en el


embarazo en dosis adecuadas.

Bupivacaína:

Tiene menor nivel plasmático en la sangre fetal por su unión a las proteínas
plasmáticas de la sangre materna, por lo que el hígado fetal realiza un mínimo de
trabajo en metabolizar este agente.

Lidocaína:

Es el anestésico más utilizado en la mujer embarazada que requiere tratamiento


dental.
LACTANCIA MATERNA

Los dentistas, en general, prescribimos y administramos relativamente pocos


medicamentos. Los más habituales son AINEs, del tipo del ibuprofeno, metamizol, etc;
antibióticos como la amoxicilina sin o con ácido clavulánico, y muy típicamente el
Rhodogil, que casi exclusivamente lo mandamos los dentistas, y es una combinación
de espiramicina y metronidazol, y anestésicos locales, normalmente lidocaína,
articaína, mepivacaína, etc.Luego podemos entrar en otros fármacos menos
habituales como ansiolíticos, relajantes musculares, etc

Todos los que he mencionado anteriormente son de riesgo 0 o 1. No es necesario


eliminar ninguna toma, no es necesario extraer leche y tirarla.La evidencia científica
demuestra que no hay un solo tratamiento dental contraindicado durante la lactancia,
ni empastes, ni endodoncias, ni poner implantes, ni puentes, ni rehabilitaciones, ni
ortodoncia. Hacer radiografías o cualquier otra técnica utilizada habitualmente en
odontología es un procedimiento absolutamente seguro, la leche no se vuelve
radiactiva ni nada similar.

Las madres recientes, que tienen un bebé muy pequeño, alimentado con leche
materna, pueden dar de mamar tranquilamente mientras les están haciendo un
empaste o cualquier otra cosa. Sólo sería necesario desprenderse del bebé si hay que
hacer una radiografía, durante esa décima de segundo que dura el disparo. Pero dar
de mamar tranquiliza al bebé y también a la madre. Un bebé pequeño no es un
obstáculo para realizar cualquier tratamiento necesario. Finalmente, quería desmentir
un mito que circula ampliamente, y es eso de que dar de mamar descalcifica los
dientes de la madre porque el bebé obtiene el calcio del esmalte materno. falso. No es
así. Los dientes cuando ya están erupcionados, si se descalcifican es por agentes
externos, es decir, por efecto de las bacterias que metabolizan los azúcares. Y ese
calcio no pasa a la sangre y de la sangre a la leche. El calcio los niños lo obtienen por
otras vías pero no por el debilitamiento de los dientes y muelas de la madre. Lo que
sin embargo sí sucede es que una madre reciente duerme poco, descansa muy poco,
come mal y rápido, apenas puede ducharse con tranquilidad… cepillarse
meticulosamente, y utilizar el hilo dental son casi lujos, porque tener 3 minutos, 3,
seguidos, para una misma es toda una hazaña en muchos casos. Y eso sí es
perjudicial para los dientes.

Cuidado de la cavidad oral durante la lactancia

Posición de la mandíbula con el pecho y con el biberón


La lactancia materna también facilita la respiración nasal del bebé, ayuda a un correcto
posicionamiento de la lengua y a un buen desarrollo de la musculatura oral, previene
patrones de deglución anormales, promueve una correcta forma del paladar, aumenta
el flujo salival, entre muchas otras ventajas.

La mayoría de odontopediatras coincidimos en la gran importancia de la lactancia


materna durante los primeros seis meses para el correcto desarrollo de la respiración,
de la boca, de la oclusión (mordida) y de la deglución (tragar los alimentos) durante la
infancia.

Lactancia prolongada y caries

La lactancia materna prolongada (después del año de edad si es diurna y/o después
de la erupción del primer diente de leche si es nocturna) y su relación con la caries es
un tema de gran controversia

Al ser la caries una enfermedad infecciosa multifactorial, estamos convencidos que no


existe ningún factor que ocasione la caries por sí solo.

Sin embargo, la mayoría de madres que dan el pecho a demanda durante la noche -
momento de mayor susceptibilidad al ataque bacteriano porque el flujo de saliva es
casi nulo, no limpian los dientes después de la toma, aumentando el riesgo del bebé al
combinar la ausencia de higiene oral con la presencia de un sustrato (leche) sobre la
superficie dental.

Debemos agregar que existen también otros factores que pueden aumentar el riesgo
de caries tales como: niños que se despiertan varias veces por la noche a comer
(pecho o biberón); tiempo que el niño se duerme con el líquido en la boca; consumo
de alimentos azucarados, insuficiente exposición a fluoruros presencia de defectos
en el esmalte (hipoplasias); transmisión temprana de bacterias; entre otros.

Debido a que cada niño presenta un riesgo diferente a desarrollar enfermedades


(incluyendo la caries), los padres deben llevar a su bebé con un profesional para que
éste identifique el riesgo de caries individual y las estrategias preventivas necesarias
de acuerdo a cada caso.

Algunos autores han relacionado el desarrollo de caries con la lactancia prolongada y


a muchas madres se les recomienda equivocadamente destetar precozmente a sus
hijos alegando este motivo. Entre otras razones, no podemos obviar que si la lactancia
hubiera sido la causa de caries, se hubieran encontrado hallazgos en poblaciones
prehistóricas y no ha sido así. Por otro lado, el hecho de que la prevalencia de caries
en humanos sea muy superior a la de otros mamíferos hace pensar que debe haber
otros factores implicados, que no sea la leche materna.

A continuación se describe la fisiopatología de la caries y los factores de riesgo


implicados, se analiza la importancia de la leche materna así como su composición
rica en elementos que favorecen la remineralización y en factores de defensa.

Propiedades de la leche materna

La leche materna es un fluido de gran complejidad biológica, protege activamente y es


inmunomoduladora. Diversos elementos de su composición deben considerarse
cuando se evalúa su influencia sobre la salud bucodental:

Factores de defensa, que inhiben el crecimiento bacteriano, entre ellos:


Inmunoglobulinas, especialmente la Ig A, la lactoferrina, que priva a las bacterias del
hierro y sólo lo libera en presencia de los receptores en el intestino y enzimas: como
lisozima y lactoperoxidasas con acción antimicrobiana.Por otro lado, la microbiota de
la leche materna juega además un papel importante en la exclusión competitiva,
bacterias no patógenas compiten por el mismo nicho biológico que las patógenas.

Minerales como calcio y fósforo y proteínas como la caseína que hacen que la leche
materna favorezca la remineralización.

Componentes como la Arginina y la Urea que favorecen un aumento del pH y por tanto
disminuyen la desmineralización. Un pH adecuado (el pH de la leche materna oscila
entre 7.1 y 7.7), que no modifica el pH en el medio bucal.
Todos estos componentes y su acción fisiológica explican que la leche materna en sí
misma no sea cariogénica sino más bien todo lo contrario, previene el desarrollo de
caries

¿Cuáles son los riesgos de la ausencia de lactancia materna sobre la salud


bucodental?

La ausencia de lactancia materna aumenta los riesgos sobre la salud bucodental,


entre ellos se altera la función succión-deglución-respiración, al no haber un desarrollo
adecuado de la musculatura. También interfiere en la maduración de futuras funciones
orales aumentando el riesgo de deglución atípica, respiración oral, disfunción
masticatoria, dificultades en la fonoarticulación del lenguaje, etc.

Los niños que no son amamantados tienen mayor riesgo de maloclusiones dentales,
en especial mordida abierta. Sin embargo, los niños amamantados, cuanto más
tiempo son alimentados al pecho, menos se chupan el dedo o recurren a chupetes. Se
sabe que existe una relación inversa entre el tiempo de lactancia y los hábitos bucales
nocivos, puesto que el lactante cubre sus necesidades de succión no nutritiva en el
pecho. Por todo ello promocionar la lactancia materna es clave para favorecer la salud
bucodental.

Beneficios de la leche y la lactancia en la salud bucodental

La mandíbula es el único hueso móvil de la cabeza, que participa activamente en el


desarrollo de la cara. Cuando el bebé nace, la mandíbula se encuentra en posición
posterior en relación con el maxilar superior, dando al recién nacido un perfil convexo,
el cual es absolutamente normal.

- La lactancia materna no sólo tiene enormes beneficios nutritivos, inmunológicos y


emocionales para el bebé. Además favorece el correcto posicionamiento de las
arcadas dentarias y con ello, una buena oclusión dentaria (buena mordida entre los
dientes superiores e inferiores)

- Crecimiento del tercio medio de la cara, el bebe como respirador nasal al lactar excita
con la respiración las terminaciones nerviosas de la mucosa nasal fomentando el
crecimiento del tercio medio.

- El habito de succión digital puede instaurarse más fácilmente en bebes que no han
sido amamantados o que sufrieron un retiro precoz del mismo, esto debido a que a
etiología principal de este habito es la insatisfacción emocional por parte del bebe.
Navarro y Duharte mostraron en un estudio realizado en 78 madres y sus niños de 2 a
4 años de edad, una relación inversa entre el tiempo de lactancia y los hábitos bucales
nocivos.

- Durante el primer año de vida, las dos articulaciones de la mandíbula son


estimuladas gracias al amamantamiento y al empleo adecuado del sistema muscular.
El proceso de amamantamiento provocará la fatiga, el sueño al bebé y facilitará la
digestión apropiada del bebé.

- Todos los bebés nacen con una mandíbula "pequeña" en comparación con el maxilar
superior. La succión del pecho ayuda a que la mandíbula "avance" en su posición y
con ello se obtiene una mejor relación entre el maxilar y la mandíbula. Diversos
estudios indican que con la ejercitación de los músculos masticadores y faciales al
lactar, disminuyen al 50% los indicadores de maloclusiones (malas mordidas). A edad
temprana succionar ayuda al desarrollo de los músculos, que ayudan a posicionar sus
dientes en la posición que aparecen. Esto no es preocupante si el niño succiona sus
dedos o un pacificador( chupón o mordillo). Aunque en el recién nacido el movimiento
muscular es limitado, la lactancia del seno materno contribuye a la maduración del
sistema muscular, ya que es la única vía para que se produzcan los estímulos
necesarios para completar el desarrollo dental y maxilar.

- Al succionar el seno materno, el bebé establece un patrón correcto de respiración


nasal, movimientos musculares y posicionamiento correcto de la lengua. Esto
favorecerá la obtención de una mejor relación entre el maxilar (parte superior) y la
mandíbula (parte inferior) de la boca, disminuyendo así las maloclusiones.

Cualquier otro sistema de alimentación no natural aumentará el riesgo de producir una


alteración en el crecimiento y el desarrollo en el área bucal y facial. Un ejemplo de ello
se produce cuando el bebé toma biberón, usa chupete o se chupa el dedo, ya que la
lengua no toca el paladar, quedando la forma del mismo influenciada por el objeto que
se encuentra entre éste y la lengua.

Aunque la lactancia materna es considerada como la medida más eficaz y menos


costosa de alimentación en los bebés, es trivial que ésta pierde preferencia en la
sociedad actual, puesto que en paralelo con la efervescente emancipación de las
mujeres y su creciente participación en el mercado laboral, el uso del biberón suele ser
una solución altamente utilizada por las madres para alimentar a sus bebés.

Las madres deberían estar informadas de las desventajas del uso del biberón, puesto
que éste no promueve el adecuado crecimiento y el desarrollo de los maxilares ni de la
musculatura facial.
Además, el biberón (especialmente el nocturno) se relaciona con la aparición
de caries precoz en la infancia.

Consejos sobre la lactancia son:

Recuerda que la leche materna no causa caries por sí sola; pero vemos en la consulta
muchos lactantes que presentan caries a edades tempranas cuando la lactancia
nocturna se prolonga y se combina con una falta de higiene bucal; cuando el bebé
mama muchas veces durante la noche; cuando el bebé pasa mucho tiempo con la
leche en la boca; cuando existen alimentos complementarios azucarados; cuando no
existe la suficiente exposición a fluoruros; cuando el niño tiene defectos del esmalte;
cuando existe una trasmisión temprana de bacterias de la saliva de los padres; etc.

Empieza con la higiene oral tan pronto como puedas, aunque tu bebé no tenga
dientes. Aprovecha el momento del baño para limpiarle las encías con una gasa, un
pañito humedecido o un dedal de silicona.

Una vez erupcionado el primer diente de leche, disminuye gradualmente la lactancia


materna durante las noches. Si decides no hacerlo, es muy importante que realices la
limpieza dental inmediatamente después de la toma.

Para acostumbrar al bebé a la limpieza de la boca e instaurar el hábito de la higiene,


pueden usar cepillos unidedales de silicona, que permiten masajear las encías del
bebé, o una gasa humedecida en agua en los meses próximos a la erupción de los
dientes de leche (5 a 6 meses de vida). Esta práctica es preferible en la noche, antes
de acostarlo a dormir.

Lleva a tu bebé al odontopediatra antes de su primer cumpleaños para que te informe


de las medidas para evitar la aparición de caries y otras enfermedades orales.

CONCLUSIONES

La Organización Mundial de la Salud (OMS), la Unión Europea (UE) y el Comité de


Lactancia Materna de la Asociación Española de Pediatría (AEP) recomiendan la
lactancia materna exclusiva durante los primeros 6 meses de vida, y complementada
con otros alimentos hasta los 2 años o más, esto es, hasta que la madre y el bebé lo
deseen.

El efecto protector de la lactancia materna aumenta en proporción directa con su


duración. A pesar de los prejuicios culturales de nuestra sociedad, la lactancia materna
más allá de los 2 años sigue teniendo beneficios tanto para la madre como para el
niño y muchas madres eligen esta opción natural que por otro lado era la norma
biológica hasta el siglo pasado.

No existe evidencia científica sobre la relación entre lactancia materna y caries y, sin
embargo, la lactancia materna tiene demostrados beneficios sobre la salud, incluida la
salud bucodental. Por ello:

Todos los profesionales sanitarios, incluidos los odontólogos, tienen la


responsabilidad de proteger y promover la lactancia materna apoyando las
recomendaciones de la OMS y de ofrecer mensajes correctos y actualizados basados
en la evidencia científica.

Los esfuerzos deberían ir encaminados a hacer énfasis en la higiene dental desde una
fase temprana de la infancia, asesorar a los padres para reducir la frecuencia del
consumo de azúcares por el niño, aconsejarles que eviten dar besos en la boca del
niño, soplar o probar la comida antes de dársela al bebé, especialmente si tienen
caries activas.

La lactancia materna es de vital importancia, no sólo para el bienestar general,


nutricional, psicológico del bebé, sino también por su capacidad de estimular un
correcto crecimiento y desarrollo del aparato estomatognático

Debemos transmitir de forma contundente TODOS los beneficios que tiene la lactancia
materna en general y especialmente en la salud bucodental.

Afirmar que la lactancia materna prolongada produce caries, sin una base científica
concluyente, desprestigia los beneficios de la lactancia, culpabiliza a las madres que
eligen seguir amamantando más allá de los dos años y disuade a otras de continuar
haciéndolo, mal asesoradas por los propios profesionales o presionadas por una razón
que carece de justificación, dejando así de disfrutar de todos los beneficios que tiene
la lactancia prolongada.
BIBLIOGRAFIA

 Mario.E.P,C.Arellano.S.(2013). Odontología para bebes. Madrid. Editorial: Ripano.


 Claudia M.Sanchez.S.(2005) Protegiendo los dientes de tu bebe. Bolivia. Editorial:
Boliviadental
 http://www.aeped.es/comite-lactancia-materna/documentos/lactancia-materna-y-caries

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