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1. PRESENTACIÓN
2. DEFINICIÓN REFRACTARIO
3. CLASES REFRACTARIO
3.1 NO CONFORMADOS (HORMIGONES)
3.1.1 HORMIGONES REFRACTARIOS
3.1.2 HORMIGONES AISLANTES
3.1.3 MORTEROS
3.2 CONFORMADOS (LADRILLOS)
3.2.1 LADRILLOS REFRACTARIOS PROVENIENTES DE ÓXIDOS
3.2.2 LADRILLOS REFRACTARIOS CON CONTENIDO EN CARBONO
3.3 FIBRAS
3.3.1 FIBRAS MINERALES
3.3.2 FIBRAS CERÁMICAS
3.3.3 FIBRAS ECOLÓGICAS
3.4 ANCLAJES
3.4.1 ANCLAJES METÁLICOS
3.4.2 ANCLAJES CERÁMICOS
3.4.3 ANCLAJES METALO-CERÁMICOS
4. CARACTERÍSTICAS FÍSICO - QUÍMICAS - MECÁNICAS
4.1 SOLUCIÓN IDÓNEA DEL REVESTIMIENTO
4.2 CONDICIONES DE TRABAJO. CAUSAS DEL DESGASTE
4.2.1 ESFUERZOS QUÍMICOS
4.2.2 ESFUERZOS TÉRMICOS
4.2.3 ESFUERZOS MECÁNICOS
4.3 VENTAJAS Y DESVENTAJAS EN LA UTILIZACIÓN DE CONFORMADOS FRENTE A NO
CONFORMADOS
4.3.1 VENTAJAS UTILIZACIÓN HORMIGONES
4.3.2 DESVENTAJAS UTILIZACIÓN HORMIGONES
5. MAQUINARIA
5.1 MAQUINA DE CHORREO
5.2 AMASADORAS PLANETARIAS
5.3 GUNITADORA POR VIA SECA
5.4 BOQUILLA DE GUNITAR
5.5 BOMBA DE HORMIGONADO
6. APLICACIÓN
6.1 DEMOLICIONES
6.2 CHORREO DE ARENA
6.3 PINTURA DE PROTECCIÓN
6.4 SOLDADURA DE ANCLAJES
6.5 INSTALACION DE REVESTIMIENTOS
6.5.1 INSTALACIÓN, PARÁMETROS COMUNES PARA HORMIGONES
6.5.2 HORMIGONES VERTIDOS
6.5.3 HORMIGONES GUNITADOS POR VÍA SECA
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6.5.4 HORMIGONES INSTALADOS POR VIBRO-CAST
6.5.5 HORMIGONES INSTALADOS POR PUMP-CAST
6.5.6 HORMIGONES INSTALADOS POR HAND PLACED
6.5.7 LADRILLOS REFRACTARIOS
6.5.8 PANELES AISLANTES
6.5.9 MANTAS
6.5.10 MÓDULOS
6.5.11 MASAS PLÁSTICAS
6.6 PROGRAMACION PRECIO – CALIDAD - PLAZO
7. ESPECIFICACIONES
8. INSPECCIÓN Y CALIDAD
9. REPARACIONES
10. SECADO
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1. PRESENTACIÓN
Dentro de los procesos industriales en los que hay una operación de aporte de
calor, el refractario es una parte vital del proceso. En la medida en la que las
personas responsables de los diferentes escalones de la operación diaria de
equipos, hornos, maquinaria, etc. son suficientemente conocedoras de la labor de
los materiales refractarios dentro del proceso, se puede mejorar su desempeño y
por consiguiente la eficacia del proceso en su conjunto.
2. DEFINICIÓN
Refractario según la definición de la Real Academia de la Lengua es el “Material
resistente a la acción del fuego sin cambiar de estado ni descomponerse”. En
general el material refractario se emplea en equipos en los que se sobrepasan los
800 ºC, y a esta temperatura sus propiedades térmicas, químicas y mecánicas
deben de mantenerse.
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Energía (p.e. Calderas)
Vidrio (p.e. Horno Float)
Incineración (p.e. Planta de incineración de R.S.U.)
Cerámica (p.e. Horno Túnel)
3. CLASES DE REFRACTARIO
Existe una gama muy extensa de materiales refractarios, por lo tanto es posible
clasificarlos de diversas formas: en función de su composición (base Sílice, base
Chamota, etc.), en función de sus propiedades físicas, etc.
REFRACTARIOS DENSOS
Sus características más importantes son:
Son productos que resisten bien la acción directa de la llama, escorias y metales
fundidos.
REFRACTARIOS MEDIOS
Sus características más importantes son:
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Porosidad media
Aislamiento bajo
REFRACTARIOS AISLANTES
Sus características más importantes son:
Hormigones Refractarios
Hormigones Aislantes
NO COMFORMADOS
Fraguado al aire
Morteros
Fraguado químico
REFRACTARIO
Fibra de vidrio
FIBRAS Fibra de roca
Fibra cerámica
Ladrillos
CONFORMADOS Muflas
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Losas
3.1. NO CONFORMADOS
a. Sinterización cerámica.
b. Aglomeración hidráulica
c. Aglomeración química
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Empieza normalmente a temperatura superior a 200/250 ºC durando sus efectos
hasta los 1.000/1.400 ºC, es decir, ya en la etapa de sinterización cerámica. Como
aglomerantes principales se usan el ácido fosfórico, fosfato de monoaluminio,
silicato sódico y sulfato magnésico.
d. Aglomeración orgánica
AGLUTINANTE (CEMENTO)
Como su nombre indica, es el material que aglutina los áridos. Su granulometría es
muy fina para llenar los huecos de los áridos.
ARIDO
Existen infinidad de áridos que dependiendo de las características necesarias de
uso se pueden fabrican todo tipo de hormigones podemos enumerar las más
usuales como:
Tª utilización
Chamota aluminosa 40/45 % Al2O3 1.200 /1.300 ºC
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Silimanita, cianita 1.500 / 1.550 ºC
Carburo de silicio 1.600 / 1.700 ºC
Chamota, Corindón 1.600 / 1.750 ºC
Alúmina tubular 1.800 ºC
3.1.3. MORTEROS
Son materiales destinados a la unión entre piezas de forma (ladrillos, etc.). Están
formados por cementos refractarios de una granulometría fina con ligantes
especiales.
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Las características principales que deben tener estos morteros son:
Sinterización cerámica
Aglomeración hidráulica
Aglomeración química
Aglomeración orgánica
Su función principal es la unión de las piezas donde se aplica y deben aplicarse los
menos espesores posibles, nunca deben ser superior a 2 mm. del grueso de junta.
Se suministran en polvo seco, para añadirle agua para su uso, o lista para usar,
que contienen un aglomerante hidráulico o químico y endurece a temperatura
ambiente.
3.2. CONFORMADOS
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Para tratar de sistematizar los numerosos tipos de refractarios, haremos en
primer lugar una división según el análisis químico fundamental:
Ladrillos de sílice
Ladrillos de chamota
Ladrillos de alta alúmina
b. Refractarios de base magnesia, cromita y cal
Ladrillos de magnesia
Ladrillos de magnesia con contenido de cromita
Ladrillos de cromita
Ladrillos de forsterita
Ladrillos de dolomía sinterizada
Ladrillos de carbono
Ladrillos de grafito
Ladrillos de carburo de silicio
Existen en el mercado piezas normalizadas que son las más usuales en todo tipo
de revestimiento, aunque se fabrican todo tipo según necesidades.
LADRILLOS DE SÍLICE
El componente principal es SiO2, que oscila desde el 93% al 95%, manteniendo la
cantidad de alúmina por debajo de 2%. El punto de fusión de la cristobalita (forma
del óxido de sílice a altas temperaturas) es de 1.725 ºC.
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Densidad Real Variación de volumen en
% a partir de cuarzo
Cuarzo 2,65 Kg/dm3 --
Tridimita 2,26 Kg/dm3 + 17,2
Cristobalita 2,32 Kg/dm3 + 14,3
Vidrio 2,20 Kg/dm3 + 20,4
LADRILLOS DE CHAMOTA
Aquí son dos los componentes principales: Al2O3 y SiO2. La composición oscila
entre amplios valores:
10 – 44% Al2O3
50 – 80% SiO2
También este elevado contenido en fase vítrea, explica las altas resistencias a la
compresión, bajas porosidades y altas conductividades térmicas.
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ALUMINA ALTA
La necesidad de aumentar las resistencias térmica y química ha dado lugar a la
creación de nuevos refractarios de mayor contenido en Al2O3 y menor en
fundentes.
NATURALES SINTETICAS
Cianita Mullita sinterizada
Silimanita Mullita fundida
Andalucita Alúmina calcinada
Bauxita Corindón sinterizado
Chamotas especiales Corindón fundido
Alúmina tubular
Temperatura de Aumento de
Densidad del crudo
transformación volumen
Cianita 3,55 – 3,65 1.400 ºC 16 – 18%
Silimanita 3,23 – 3,27 1.600 ºC 6%
Andalucita 3,12 – 3,16 1.450 ºC 4%
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Presentan una pequeña dilatación reversible y post-dilatación que los hace
especialmente resistentes a los cambios bruscos de temperatura.
Las bauxitas, hidratos de alúmina (gibsita ó diásporo), han de ser calcinadas
previamente a su empleo en fabricación. Una vez calcinadas, contienen alrededor
del 87% Al2O3 y su composición mineralógica depende en gran medida de su
estado natural.
LADRILLOS DE MAGNESIA
Se componente principal es el MgO (Periclás), normalmente con contenidos
superiores al 90%.
Alta refractariedad
Alta resistencia química a escorias básicas
Alta conductividad térmica
Alta dilatación lineal reversible
Estabilidad estructural
Baja resistencia a los cambios de temperatura
LADRILLOS DE CROMITA
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La característica fundamental de estos productos es su estabilidad química ante
reacciones, tanto ácidas como básicas, por lo que normalmente se usan como zona
de separación entre ladrillos ácidos y básicos. En su fabricación hay que evitar la
adición de cualquier otro producto, pues representaría una contaminación.
Alta refractariedad
Alta conductividad térmica
Alta resistencia a los cambios bruscos de temperatura
Baja dilatación térmica
Baja resistencia en atmósfera oxidante
Alta resistencia química
LADRILLOS DE CARBONO
Fabricados a partir de carbón de brea, se cuecen en atmósfera reductora a
1.400ºC, lográndose el endurecimiento por coquización de la brea.
LADRILLOS DE GRAFITO
Son normalmente de chamota o alta alúmina cocidos en atmósfera reductora o de
magnesia aglomerados con brea. Los contenidos en grafito, de bajo contenido en
cenizas, varían de 5 a 30 %.
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A pesar de la alta refractariedad del SiC en atmósfera reductora, pues se disocia a
aproximadamente 2.500 ºC, en atmósfera oxidante y con vapor de agua ya entre
900 – 1.100 ºC, se descompone con aumento de volumen.
Los ladrillos, sobre todo los fabricados vía húmeda (galletera) y de densidades
bajas, sufren deformaciones y contracciones en la cocción por lo que
habitualmente exigen un rectificado posterior ya que la exactitud de medidas es
fundamental para que las juntas en la construcción sean finas.
CLASIFICACIÓN
La clasificación más extendida y antigua corresponde a la establecida por la
norma ASTM C-155, que se basa en una doble limitación referida a la densidad y a
contracción después de exposición a una determinada temperatura (50 ºF inferior
a la temperatura que se considera máxima de empleo).
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De acuerdo con estas condiciones, se delimitan hasta ocho grupos denominados
por una cifra que es el resultado de dividir por 100 la temperatura límite de uso
del ladrillo en ºF.
Así, por ejemplo, un ladrillo del Grupo 23, soporta 2.300 ºF máximo (1.260 ºC), ha
de tener una densidad no superior a 48 lbs/cuft (770 Kg/m3) y después de
calentado a 2.250 ºF (1.230 ºC), la contracción experimentada debe ser inferior al
2%.
Finalmente, hay que mencionar la existencia de una norma UNE que asimismo
clasifica estos ladrillos, ampliando sustancialmente en número de grupo la
primera ISO (10 en total) cubriendo, de esta forma, un campo de aplicaciones más
amplio.
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3.3. FIBRAS
Lana de roca
Fibras minerales
Fibra de vidrio
Fibras cerámicas
Fibras ecológicas
Las más normales y que más se usan son las que admiten temperatura de 1.250
ºC, también las hay que tienen zirconio ó óxido de cromo y éstas pueden admitir
temperatura de 1.425 ºC y existe además otra fibra que admite 1.600 ºC
constituida exclusivamente de fibras de mullita.
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Tomando como base estas fibras, existen en el mercado multitud de productos
para las diferentes aplicaciones posibles:
Gran aislamiento
Ahorro energético
Tiempo de parada inferior al no necesitar secado
Estructuras menos robustas por el menor peso.
Con el tiempo se fue viendo que efectivamente había grandes ventajas, pero la
duración del revestimiento no era la prevista por las grandes impurezas que había
por el tipo de combustible que se usaba. Esto hacía que atacaran a los anclajes
metálicos de la fibra cerámica, además de impregnaciones y depósitos de cenizas
que absorbía la fibra cerámica y que conseguían desprenderla.
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La BIOPERSISTENCIA se determina coincidiendo el tiempo necesario que tardan
la mitad de las fibras en desaparecer de los pulmones.
Esta fibra ecológica se fabrica, al igual que la fibras cerámicas, en toda la gama de
productos:
3.4. ANCLAJES
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Son los elementos necesarios para mantener en su posición correcta todos los
materiales refractarios instalados. Existen una gran variedad y formas. Existen
dos grandes grupos:
Anclajes metálicos
Anclajes cerámicos
Anclajes metalo-cerámicos
Se fabrican con varillas ó pletinas formando “V”, “Y” que se sueldan a la carcasa
del equipo en cuadrículas según el peso del material que deben soportar y en
calidad de “acero refractario” inoxidable para que aguante la temperatura que le
transmite el refractario, pues estos anclajes deben siempre estar protegidos como
mínimo de ½” a 1” por el refractario en el que están anclados.
Los modelos son infinitos y según las necesidades, se adoptan en cada caso.
Generalmente en los más usuales son:
TIPO V
Se usan para revestimientos monocapas de hormigones.
TIPO Y
Se usan para revestimiento bicapa, la primera capa puede ser paneles de fibra
cerámica ó silicato cálcico y una vez acabada esa capa, poner mediante la tuerca
que dispone la “V” enroscada para proceder a la segunda capa de hormigón.
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TIPO NELSON
Se utilizará generalmente para revestimientos monocapa de hormigón y sirven
para, una vez soldados en cuadrículas que dependerán del tipo de malla
electrosoldada que se piensa instalar, cerrar el Nelson cogiendo las varillas de la
malla.
Este tipo de anclaje Nelson + Malla se usaba mucho, pero da problemas debido a
que la malla sirve como lámina para el hormigón, dejando el hormigón suelto o no
dejando que se introduzca debidamente cuando el sistema de instalación es
gunitado. Si el sistema es vertido, puede ser válida la solución.
TIPO V + Y
Se usa cuando el revestimiento es bicapa, las dos de hormigón.
TIPO CREMALLERA
Se utiliza cuando el revestimiento es a base de varias capas de fibra cerámica o
paneles rígidos y siempre se complementa con un tipo de cierre final que puede
ser metálico o cerámico, según se ve en la figura.
Son muy usados para los revestimientos de masas plásticas y sirven además de
anclar, por sus relieves dan el espesor completo del refractario.
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3.4.3 ANCLAJES METALO-CERÁMICOS
Hablar de Cleanfix.
4. CARACTERÍSTICAS FISICO–QUÍMICAS–MECÁNICAS
Los materiales refractarios se caracterizan por una serie de variables físicas,
químicas o mecánicas. En el estudio de estos datos se basan todas las selecciones
de los diferentes tipos de materiales refractarios en cada una de las aplicaciones
que se tengan que diseñar.
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ASTM C-262 Especificación de fieltros utilizables hasta 340 ºC
a base de lana mineral, fibra de vidrio, etc.
ASTM C-656 Especificación de paneles de silicato cálcico para
uso hasta 650 ºC
ASTM C-533 Especificación de paneles de silicato cálcico para
uso hasta 980 ºC
ASTM C-517 Especificación de paneles de sílice diatomácea
ASTM C-549 Especificación de perlita a granel
ASTM C-516 Especificación de vermiculita a granel
Es normal que un refractario que tiene una temperatura de uso de 1.100 ºC pueda
sufrir contracciones del 5 al 10% si esa temperatura es superior.
b. DENSIDAD
Principalmente debemos conocer la densidad del Refractario para calcular las
estructuras soportantes donde debemos instalarlos además de la cantidad de
material necesario para la instalación.
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Conociendo la densidad, sabemos qué tipo de refractario es: aislante, refractario.
La densidad es factor determinante para conocer su conductividad (mayor
densidad, menor aislamiento).
c. RESISTENCIA A LA COMPRESIÓN
Siempre es directamente proporcional con la densidad y con la refractariedad.
Es importante conocerla para saber que soporta el peso que debe recibir, además
de mayor densidad, mayor resistencia a la erosión.
d. RESISTENCIA A LA ABRASION
Indica el porcentaje de volumen de material que se pierde ante la acción de
agentes agresivos. AUMENTAR EL TEXTO
f. POROSIDAD
Es el factor determinante de la baja conductividad térmica. En general la
conductividad decrece a medida que la porosidad crece. Sin embargo, la relación
no es ni regular ni lineal ni constante, porque depende de la forma y dimensiones
de los poros.
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La porosidad de un material refractario da una idea de la capacidad que tiene
dicho material para resistir el ataque y la penetración de los líquidos (ya sean
metales en estado fundido, escorias, etc.) y gases de todo tipo.
g. CAMBIO LINEAL
Todos los refractarios en general se contraen según la temperatura, por lo que es
fundamental conocer este factor para determinar las juntas necesarias para
absorber las dilataciones de los refractarios.
h. CONDUCTIVIDAD
Este factor es el más fundamental para los refractarios aislantes y varía
considerablemente con la temperatura aumentando con ella.
Es una propiedad del refractario para dar paso, más o menos rápido al flujo de
calor a través de él. Representa pues la cantidad de calor que atraviesa una
superficie determinada, de un cuerpo de espesor determinado, en un tiempo
dado, para una cierta diferencia de temperatura entre sus dos caras.
i. COMPOSICIÓN QUÍMICA
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Es fundamental conocer el análisis químico de los refractarios para poder elegir el
más adecuado según los posibles ataques químicos de las atmósferas donde se
producen las combustiones.
Las impurezas como óxido de hierro, cal, magnesia, etc., se combinan con la sílice
dando silicatos fusibles a bajas temperaturas que limitan su campo de acción. Por
lo que se fabrican hormigones con bajo contenido en hierro y cal para paliar estos
problemas cuando el campo de acción lo necesita.
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La norma ASTM C-401-95 establece una clasificación para los hormigones
refractarios aluminosos y silico-aluminosos, haciendo abstracción de sus
componentes concretos, toma como base un porcentaje máximo 1,5 % de
contracción permanente en una probeta sometida a un temperatura determinada
durante 5 horas. Establece la siguiente clasificación:
j. CONTRACCIÓN - DILATACIÓN
Durante el fraguado (endurecimiento), los hormigones no experimentan
contracción / dilatación. Al calentarlos, suelen dilatar normalmente produciendo
roturas sino se han tenido en cuenta esos movimientos. Al enfriar, vuelven a
contraer hasta su posición normalmente.
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A través de los datos obtenidos de la caracterización de cada material refractario,
y teniendo en cuenta las solicitaciones a las puede estar sometido el material, se
puede proyectar cual es la opción más aconsejable.
Es fundamental conocer en cada caso las necesidades y el trabajo que tiene cada
equipo para determinar el tipo de anclaje, el tipo de revestimiento y espesores
necesarios.
Conocemos:
1º Temperatura de trabajo
La temperatura límite del refractario que elegiremos deberá ser 50 / 100 ºC
superior al necesario según diseño.
2º Espesor del refractario
El espesor inicial de diseño nunca se debe aumentar y en base a ello debemos
encontrar unos materiales que puedan ajustar las pérdidas caloríficas de
diseño.
En caso de reparación sobre un revestimiento previo podemos mantener las
capas del revestimiento anterior o bien buscar una sola capa de material que
facilita mucho la instalación y el anclaje, economizando los costos.
3º Tipo de atmósfera de trabajo
Según la atmósfera de trabajo, tendremos que buscar el material que sea
resistente a ella. Por ejemplo: atmósfera reductora, es conveniente que los
materiales sean de bajo contenido en hierro.
4º Tipo de combustible
Las impurezas del tipo de combustible atacan al refractario existente por lo
que hay que tener en cuenta este punto a la hora de seleccionar el refractario.
Todos estos factores los podemos dividir en tres grandes grupos: químico,
térmico y mecánico, que representan los esfuerzos a los que van a estar sometidos
los refractarios.
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a. FACTORES QUÍMICOS
Atmósfera del horno
Combustible
Productos de la combustión
Materiales reaccionantes
Productos resultantes de la reacción
Eventual influencia de la humedad ambiental o por vapor de agua
b. FACTORES QUÍMICOS
Tipo de horno
Tamaño del horno
Máxima temperatura
Lugar de utilización
Calentamiento multi o unilateral
Distribución de temperaturas en el horno
Energía por unidad de tiempo
Gradiente de temperatura en el revestimiento
Acumulación de calor en las paredes
Trabajo continuo o discontinuo del horno
c. FACTORES MECÁNICOS
Horno fijo o móvil
Características físicas de los productos reaccionantes
Movimiento de los productos reaccionantes
Velocidad de los gases de combustión
Atmósfera pulvurenta
Influencias mecánicas exteriores, por ejemplo: forma de carga y
descarga, vibraciones, deformaciones de la coraza.
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Ahora bien, estos tres grupos de condicionantes no se deben considerar
individualmente a la hora de fijar el refractario, pues normalmente actúan
conjuntamente como causa del desgaste. Así, por ejemplo, una subida de
temperatura en el horno no sólo significa una mayor carga térmica en el ladrillo,
sino una mayor infiltración de productos fundidos que dan lugar a una
densificación del ladrillo con la consiguiente bajada de elasticidad del mismo, que
lo hace más sensible a un esfuerzo mecánico variable.
a. TENSIONES QUÍMICAS
Análisis químico y mineralógico
Tamaño de los poros
Permeabilidad e los gases
Resistencia frente a escorias, fusiones, gases y vapores
Resistencia a la hidratación
b. TENSIONES FÍSICAS
Refractariedad
Reblandecimiento bajo carga a temperatura creciente
Larga duración (reblandecimiento bajo carga y temperatura durante
un largo período de tiempo)
Resistencia mecánica en caliente
Variación permanente de dimensiones
(postcontracción/postdilatación)
Dilatación lineal reversible
Resistencia a los cambios bruscos de temperatura
Conductividad térmica
Calor específico
Densidad aparente
c. TENSIONES MECÁNICAS
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Resistencia mecánica a la compresión
Resistencia a la flexión y módulo de elasticidad
Resistencia a la abrasión
Porosidad y densidad
Sílice 0 3 1 3 3
Chamota 1 0 1 2-3 3
Al. Alta (mullita) 1 0 1 2 2
Corindón 1 0 1 2 1-2
Cromita 1 1 1 2-3 1
Cromo-Magnesia 1-2 1 1 1-2 0-1
Magnesia-Cromo 2 1 1 1 0
Magnesia 2 1 1 0 0
Dolomía 3 2-3 2 0 0
0 – Sin reacción
3 – Reacción muy fuerte
El ataque se produce siempre por la matriz o fase vítrea, formándose compuestos
de bajo punto de fusión que destrozan la textura del refractario.
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La única manera de actuar ante ello es mediante una composición química y
mineralógica correcta, una disminución del tamaño y número de poros o adición
de productos que rebajen el ángulo de contacto de la escoria con los granos de
refractario.
Módulo de sulfatos:
-
MSO3 = (SO3/80) / [ K2O/94 + Na2O/62 – 2*Cl /35.8 ]
Por sulfatos
>1 K2SO4, Na2SO4, KCl, NaCl SO3 exceso
SO2/SO3
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b. Ataque por Cloruros Alcalinos
Los cloruros se infiltran a través de los poros del refractario, provocando la
densificación del mismo y su posterior rigidización, lo que causa una merma en
las propiedades físico-químicas del material haciendo que este sea menos
resistente a cualquier esfuerzo mecánico. Incluso si el ataque es muy elevado, el
revestimiento puede aumentar hasta un 30% su volumen.
Por lo tanto se debe emplear materiales poco porosos, las dolomías no están
recomendadas ya que son más propensas a este tipo de ataques.
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d. Corrosión REDOX
La atmósfera reductora, ya sea por mala combustión (carbono fijo sin quemar) o
por mala dirección del quemador hacia el refractario, provoca la reducción del
hierro en hierro con reducción de volumen, para luego, en condiciones oxidantes,
volver al hierro3+ con el aumento del 20% de volumen, provocando spalling.
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Las espinelas base alúmina, por su estructura espinela, presentan mayor
resistencia a este ataque que los silico-aluminosos. En caso de que sea la espinela
la que sufra el ataque, se denomina “corrosión de la espinela”.
f. Corrosión de la
Virola del
horno
La corrosión de la virola, afecta indirectamente al revestimiento del Horno, ya que
este tipo de corrosiones no permiten un montaje correcto del ladrillo; además las
zonas afectadas por corrosión son sensibles a los esfuerzos mecánicos. Se puede
originar principalmente por dos causas:
En
los
horn
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os con precalcinador, la corrosión se presenta con mayor facilidad que en los
Hornos que no dispongan de él.
Los agentes corrosivos entran a través de los poros, juntas, fisuras, etc. del
revestimiento, alcanzando el espacio existente entre el ladrillo y la virola y
corroyendo esta última.
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Corrosión por SO2:
El SO2 es condensado en sales sulfatadas de Ca y Mg dando Fe3O4 + FeS2,
formándose una capa más porosa que permite una penetración notable y por lo
tanto acelerando la corrosión.
Si la corrosión es elevada, existen varias medidas para atenuar sus efectos, como
puede ser:
Pinturas epoxi: Son pinturas en suspensión para secado al aire, que forman una
capa protectora que protege la camisa de trabajo de la corrosión hasta una
temperatura teórica de 700ºC.
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Laminas de Sacrificio de acero inoxidable: Aplicación entre la coraza y el
revestimiento de ladrillo de laminas de acero Inoxidable (1.4301 (AISI 304) o
1.4571 (AISI 316)), con espesores entre 0,39 y 0,78 mm. Las láminas de 0,39mm
no es necesario fijarlas a la virola, mientras que las de 0,78mm es necesario
fijarlas con puntos de soldadura.
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Este comportamiento no uniforme del ladrillo es lo que obliga a un especial
cuidado, sobre todo en la puesta en marcha de nuevas instalaciones, en las que
hay que seguir fielmente curvas de baja velocidad de calentamiento.
Por último, habría que recordar el peligro que supone un exceso de aislamiento en
un revestimiento que da lugar en ocasiones a un enorme aumento de la
temperatura de trabajo del ladrillo que obliga a la elección de calidades de mayor
resistencia piroscópica.
Gran carga térmica provocada por fallos de harina o por anillo, llama
pulsante (alimentación irregular de combustible), mala orientación
del quemador, alta intensidad de llama o llama muy abierta, y mal
diseño de crudo.
Aplicación de calidades de Materiales inadecuados. Cuando se
emplean calidades que por sus características técnicas (temperatura
máxima de trabajo, composición química, etc.) no son capaces de
soportar las solicitaciones de la zona de trabajo.
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4.2.3. ESFUERZOS MECÁNICOS
La forma ideal de soportar las tensiones mecánicas de un refractario es a
compresión. Su resistencia a la flexión es media y muy mala a la tracción y torsión.
Teniendo en cuenta lo dicho en el punto anterior sobre el efecto de la temperatura
sobre la estructura del refractario, se entiende que las resistencias en caliente
sean considerablemente inferiores a en frío.
En estos casos, el efecto de una subida temporal de la temperatura del horno por
encima de la de régimen, acelera considerablemente la destrucción del
revestimiento por un fenómeno de reblandecimiento.
De todos modos también se pueden conseguir altas resistencias por medio del
empleo de materias primas densas y altas presiones en el prensado y
temperaturas de cocción.
a. Tensiones Axiales
La dilatación térmica aplica realmente sólo a los ladrillos básicos, que se dilatan
un 2% a la temperatura de trabajo, puesto que los silicoaluminosos apenas
presentan un 0.5% de dilatación.
La chapa se dilata 0.9 mm cada 20 cm, por lo que la dilatación de 3 mm del ladrillo
se absorbe de la siguiente manera:
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De esta manera, los esfuerzos para el ladrillo son normales. En el caso de que el
calentamiento (por ejemplo después de un paro) sea demasiado rápido, el ladrillo
podría dilatarse antes que la virola del Horno, con lo que:
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b. Exceso de junta radial. Cierres Flojos de la mampostería.
Al cerrar cada rosca de ladrillo se deberá apretar con un “gato” hidráulico antes
de proceder al cierre de la misma.
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c. Aros de Retención.
La propia inclinación del horno provoca que cada hilada de ladrillo, descanse sobre la
hilada que le precede. Este empuje acumulado recae sobre la rosca que está apoyada en
el aro metálico de retención, dicha rosca deberá soportar todo el empuje por lo que
tendrá que ser muy resistente o acabaría fracturándose.
La calidad adecuada para instalar en esta última hilada, son los materiales de SiC y las
Altas alúminas, en caso de emplear Material Básico, es recomendable emplear piezas
de 300mm de longitud.
La Ovalidad es el cambio de curvatura que sufre la virola del Horno durante la rotación;
dicho cambio se da debajo de los aros y sus efectos pueden llegar a afectar una
distancia equivalente al diámetro del horno en ambos sentidos del aro.
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Dicho cambio de curvatura del Horno crea tensiones mecánicas en las roscas, no siendo
de gran intensidad pero que pueden provocar la caída del revestimiento si la ovalidad
es muy elevada.
El aro de rodadura y el tubo del horno giran a la misma velocidad angular pero
diferentes velocidades, esta diferencia de velocidades lineales se denomina migración o
deslizamiento (mm/vuelta). De esta manera el horno gira de forma independiente al
aro y sólo se asienta en su parte inferior.
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Si el deslizamiento es muy elevado, puede aparecer una ovalidad excesiva provocando
el fallo mencionado anteriormente.
Cuanto más elásticos sean los materiales que se aplican en estas zonas, menos les
afectará este tipo de solicitaciones mecánicas.
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4.3.1. VENTAJAS UTILIZACIÓN HORMIGONES
La estructura monolítica de estos productos genera una serie de ventajas económicas,
técnicas y constructivas. La correcta evaluación de estas ventajas y su comparativa
frente a otras posibilidades es clave para el éxito en el desempeño del revestimiento.
a. VENTAJAS ECONÓMICAS
La posibilidad de poder colocar las masas más rápidamente es sobre todo una cuestión
de la técnica de elaboración, en la que han sobresalido como especialmente favorables
las técnicas de vibrocolado, gunitado y proyectado. Se pueden efectuar en poco tiempo
reparaciones en frío y en caliente. De todos modos, hay que señalar la necesidad de
disponer de equipos o instalaciones especiales para su aplicación.
Los plazos de entrega son también más cortos por la rapidez de su fabricación. En
estrecha relación con esto está un menor tiempo de almacenaje y necesidades de stock.
Sin embargo, hay que recordar que el período de almacenamiento de las masas es
menor, sobre todo en las suministradas en húmedo (pérdida de humedad) y en las que
llevan aglomerante en seco incorporado o de base magnesia, pues con la humedad
ambiental llegan a endurecer.
Las masas tienen por lo general un mejor aislamiento térmico, es decir, una peor
conductividad térmica que los ladrillos. La mayor resistencia a los cambios bruscos de
temperatura es también conocida. Eso se debe fundamentalmente al diferente grado de
sinterización dentro del revestimiento, con lo que se eliminan las posibles tensiones
internas que pueden producirse por las variaciones de temperatura.
Una estructura más elástica puede lograrse también con el sistema de anclaje.
c. VENTAJAS EN LA CONSTRUCCIÓN
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Una mejor resistencia mecánica a las vibraciones y golpes es característica en una
estructura monolítica. El sistema de anclaje permite breves altos sobreesfuerzos
mecánicos, incluso a altas temperaturas.
El moldeo de formatos difíciles es más fácil, por lo que posible una mejor adaptación a
las necesidades de diseño.
También señalar que el espesor del revestimiento se determina sólo por las
necesidades de aislamiento térmico, pudiendo evitarse la utilización de ladrillos
normalizados de mayor espesor que el realmente necesario con el consiguiente ahorro
de material.
DESVENTAJAS
Como desventajas hay que señalar la mayor dificultad en la elección de la masa
correcta, en su preparación (adición de aglomerantes, mezclado, etc.) montaje y
cuidados que hay que adoptar en la instalación durante su puesta en servicio.
5. MAQUINARIA
Los materiales refractarios en su origen fueron concebidos para atender a unas
necesidades de mercado muy novedoso y desconocido, fueron programados para una
puesta en obra real observando los procedimientos más similares de la época. Estos
procedimientos los había desarrollado la obra civil como métodos habituales de
trabajo y dentro de todos los sectores laborales eran los profesionales que más
cercanamente podía cubrir este sector.
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Estos nuevos materiales revolucionan el mundo del refractario y de su aplicación. Se
conciben como la mezcla proporcional de una serie de productos obtenidos de
procesos de alta temperatura o con una estabilidad o capacidad aislante frente a la
misma. Las primeras mezclas se componen de restos machacados de ladrillos
refractarios y cemento electrofundido.
Se hace imprescindible una maquinaria que proporcione una perfecta mezcla de estos
materiales en el menor tiempo posible. Habiéndose ensayado la amasadora
gravitatoria (de cubeta rotatoria y basculante de toda la vida), por tiempos, calidades y
capacidades se comprueba que solo después de muchos minutos de amasado se
conseguía una mezcla más o menos homogénea pero en poca cantidad en relación con
el tiempo invertido en hacerla y por supuesto sin distinguir entre la densidad de los
mismos factor muy importante para un correcto amasado.
Una vez obtenida el producto a instalar sólo faltaba agilizar el sistema de su puesta en
obra y es cuando se copia de la obra civil la utilización de la máquina de proyectar
hormigón o gunitadora. Este equipo permite trasladar el material premezclado sin
agua hasta cualquier punto de trabajo mediante aire comprimido y en rendimientos
muy interesantes para dar revestimientos totalmente acabados. Tiene inconvenientes
como son la calidad de los revestimientos, el gran consumo en pérdidas de los
materiales instalados y una gran especialización por parte de los instaladores.
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incidencia de la obra de refractario sobre la obra civil en el mundo es muy pequeña y
de esta manera sus fabricantes no han querido volcarse más en este sector. En esta
situación los instaladores se han ocupado de desarrollar sus propios sistemas, medios
auxiliares y accesorios para facilitar a estas máquinas un mejor uso y funcionamiento
dentro del mundo del refractario.
Se han desarrollado mangueras, sistemas de transporte, sistemas de carga, etc. que han
facilitado a los instaladores mucho la utilización.
MAQUINARIA ESPECIFICA
En un modo general resumimos la maquinaria más usada en los trabajos de
refractario.
Martillos picadores neumáticos, máquinas de soldar por arco eléctrico o impacto,
compresores de aire, tronzadoras con disco de diamante, chorreadoras de arena,
gunitadoras, amasadoras planetarias, bombas de hormigonado y de shotcreting.
Omitiremos el comentar en este curso los elementos básicos descritos
anteriormente por no ser su incidencia en el mundo del refractario significativa ya que
su utilización dentro de las empresas implica también a otro tipo especializaciones y
son más conocidos.
Por otro lado dada la importancia que aportan a las instalaciones de refractario
nos extenderemos más en la amasadora, la gunitadora y las máquinas de proyección.
Para el transporte de los materiales en general se utilizan mangueras flexibles de
presión de secciones entre 38-50mm. y tuberías de acero en algunos casos de bombeo
de larga distancia ya que ofrecen menos resistencia al paso de los materiales. Los
acoples entre tramos de manguera son acoples de presión de cierre rápido o roscados
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que poseen una junta tórica que tratan de producir un cierre perfectamente estanco en
la línea en alas de facilitar el flujo de material.
El depósito posee dos entradas, una que introduce una presión mínima en
el deposito para procurar un empuje al material y una entrada de carga de
material( arena de sílice, escoria de cobre o granalla de acero) que se acciona su
apertura mediante la presencia de presión en el mismo facilitada por la otra
entrada.
El material por gravedad y por presión discurre a la salida del depósito y a
través de una válvula que controla la cantidad de material necesaria. Mediante
un circuito paralelo exterior el aire comprimido se dirige hasta la salida de
material en la parte inferior del depósito, recogiéndolo y transportándolo hasta
el final de la manguera y la chapa.
Únicamente reseñar que este equipo requiere un mantenimiento mínimo
ya que el mayor desgaste se produce en la manguera y en la boquilla de
aplicación. Se debe prestar especial atención a no dejar la máquina expuesta a la
lluvia ya que si se humedece la carga el material se aglutina y no permite su
fluido descenso y se debe limpiar todo el depósito.
Esta máquina lleva aparejadas una medidas de protección personal para el
operario que maneja la boquilla como son un forro de cuero, una escafandra y
una línea de aire continua.
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cubeta en su parte inferior o superior, un eje de giro que sujeta normalmente
tres paletas posicionadas en un barrido pegado al eje, una paleta centrada y una
paleta en el borde. Estas paletas en su zona de barrido llevan una protección
especial de hierro colado que se puede intercambiar fácilmente y que se
denominan palas. Asimismo los brazos de las paletas se pueden graduar para
ofrecer mejor barrido ante el desgaste de las palas.
FOTO DE AMASADORA
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La gunitadora por vía seca consta de tres partes principales, un motor
eléctrico, un cuerpo de tambor dosificador y una tolva de carga. La tolva de
carga se encuentra posicionada sobre el tambor dosificador y en el fondo tiene
abierto un paso de descarga que permite llenar la dosis del tambor que se
encuentra vacía.
El aire comprimido que requiere esta máquina depende de la altura
máxima de transporte pero normalmente se utiliza una presión de 7-9 bares y 9-
12.000 l/min. En la máquina el aire comprimido recorre dos circuitos al entrar,
uno que acude a la parte superior del tambor para vaciar la porción de material
que ha llenado el hueco del tambor y otro que acude a la parte inferior para
transportar el material a través de la manguera. El motor hace girar el tambor
para producir siempre un hueco lleno y permitir otro vacío.
El motor permite normalmente distintas velocidades que convienen para
cada material así como hay distintas disposiciones de tambores para facilitar
mayores o menores rendimientos. Para materiales ligeros conviene la mayor
velocidad del motor y el tambor de mayor volumen de huecos, al contrario que
sucede con los materiales densos que necesitan más fuerza de transporte y
conviene en su aplicación no colmatar demasiado el flujo de material ya que se
puede producir un atranque al caer demasiado la presión.
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Los rendimientos de este equipo dependen de tres factores, la experiencia
del gunitador, de lo inaccesible de los puntos de aplicación y del material a
instalar, pero una media habitual está entre 1-2 m3/h y sus alcances llegan en
algunos casos hasta a 100 m. de altura.
La gunitadora de manera ocasional también se puede utilizar para realizar
chorreo de arena, el único inconveniente es que esta función le produce un
desgaste de las piezas que lo hacen excesivamente costoso.
FOTO DE BOQUILLA
Las boquillas son de muchos tipos, de tramo de mezcla corto o largo, de
inyección de agua lateral o difusor global, de acero o PVC. Cada una de ellas
presta mejor servicio a una instalación en función de la densidad de los
materiales o la dureza de los mismos.
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produce una segregación de los componentes del hormigón de acuerdo a su
peso, durante el transporte.
Este equipo se compone de cuatro partes principales como son, una tolva
de carga donde se vierte el hormigón amasado desde una amasadora, un grupo
hidráulico, un motor eléctrico o diesel y el sistema de cilindros que realizan el
empuje del material. La mecánica de este equipo dentro de la sencillez que
posee, es la más compleja del resto de máquinas.
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Este equipo es óptimo para grandes producciones desechando la las
gunitadoras, tanto por calidad como por rendimientos. Similares a las utilizadas
en la obra civil pero con mangueras de menor sección son capaces de alcanzar
distancias de 200 m. en altura y con unos rendimientos de hasta 10 m3/h.
Este equipo en el momento actual se ha desarrollado mucho y en el
mercado existen equipos combinados que sobre esta base anteriormente
descrita incorporan una amasadora situada sobre el equipo principal y una
bomba de aditivo acelerador de fraguado que combinado este equipo con un
compresor de gran capacidad se utiliza para realizar shotcreting.
6. INSTALACIÓN, PROCEDIMIENTOS
Al entrar a un equipo lo primero que debemos verificar es el estado del
revestimiento de acuerdo a lo expuesto en el apartado anterior, sobre la
deficiencias observadas es prioritario establecer una prioridades para delimitar
completamente las áreas de intervención creando áreas aglutinadas y no huecos
dispersos de extensión reducida ya que estas reparaciones tipo parche se ha
demostrado que no son útiles por falta de continuidad en el revestimiento y
producen una serie de problemas de grietas y desprendimientos en su entorno.
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6.1 DEMOLICIONES
Al entrar a un equipo lo primero que debemos verificar es el estado del
revestimiento de acuerdo a lo expuesto en el apartado anterior, sobre la
deficiencias observadas es prioritario establecer una prioridades para delimitar
completamente las áreas de intervención creando áreas aglutinadas y no huecos
dispersos de extensión reducida ya que estas reparaciones tipo parche se ha
demostrado que no son útiles por falta de continuidad en el revestimiento y
producen una serie de problemas de grietas y desprendimientos en su entorno.
Las demoliciones de refractario son las labores más penosas que se pueden
realizar ya que el ambiente que se produce unido al gran esfuerzo físico
requerido y a la suciedad que se origina hace prácticamente imposible que un
operario trabaje más de 6 horas sobre 8 en ello.
Una vez marcadas y delimitadas las zonas de reparación se comienzan las
demoliciones en sentido ascendente y de izquierda a derecha ya que la mayor
dificultad que hay que salvar en una demolición es el comienzo o apertura de
veta. La veta se debe llevar siempre por debajo o por la izquierda ya que de esta
manera se simplifica muchísimo la labor.
Las demoliciones más complicadas siempre son aquellas que se sitúan por
encima de la vista, sobre la cabeza o aquellas en las que el andamio no se acerca
lo suficiente a la pared. En este punto se hace casi imprescindible que los
andamios no se encuentren muy retirados de los revestimientos ya que esta
posición crea una situación de desequilibrio que perjudica notablemente los
rendimientos.
Dentro del sector petroquímico la mayor dificultad de demolición la
ofrecen aquellos equipos que llevan revestimientos refractarios antiabrasivos
llegando hasta tal punto los bajos rendimientos de demolición en ciertos
equipos, que hacen aconsejable la sustitución completa del equipo antes que
intentar su reparación, como es el caso de los ciclones de un reactor en una
Unidad F.C.C.
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que la primera es susceptible de producir silicosis y no se recomienda por el
polvo que origina, la ultima produce excesivo daño a la chapa que en algún caso
la debilitaría y no es rentable por ser un material destinado a reutilizarse.
Las normativas internacionales reguladoras del grado de limpieza de la
superficie metálicas más usadas son dos, la Steel Structures Painting Council
(SSPC) y la Swedish Standard (St, Sa) ambas establecen que la limpieza de
chorro de arena tiene unos grados que indican el nivel de limpieza que se puede
hacer sobre la chapa de acero. Para la aplicación de un revestimiento refractario
sobre superficie limpia con chorro de arena no está completamente definido cual
es el grado de limpieza necesario ya que os valores que indican las normas
oscilan entre en el caso de las PSC unos valores de SP-3 a SP-7, pensamos que el
valor mínimo o intermedio es más que suficiente en el caso de limpieza en
hornos ya que una limpieza demasiado exhaustiva debilita en exceso la chapa.
El procedimiento para acometer la limpieza de superficies con el chorro de
arena se realiza de abajo hacia arriba y es muy importante no chorrear sobre
superficies húmedas ya que a las pocas horas de haber terminado las mismas se
cubrirán otra vez de herrumbre, un óxido muy poco importante pero es una
lástima dar la solución de limpieza y perderla por exceso de esperas en el
tiempo.
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6.4 SOLDADURA DE ANCLAJES
Este trabajo previo a la instalación de refractario es la más importante ya
que está directamente relacionada con la mayor parte de los fallos o patologías
que suceden en los revestimientos.
Una soldadura defectuosa produce que el revestimiento carezca de sujeción
y se creen tensiones de tracción en el que favorezcan los desprendimientos.
Los anclajes se deben colocar de acuerdo a unos esquemas de distribución
que vienen de la experiencia y están consensuados por las normas existentes
sobre esta actividad.
Los anclajes deben estar correctamente soldados antes de la aplicación y es
necesario hacer un control sobre los anclajes de manera previa. Este control se
produce por dos métodos, el de golpeo y el de doblado.
El Sistema de golpeo consiste en golpear una muestra amplia de anclajes
con un elemento metálico comprobando que se emiten sonidos limpios y no
huecos que son indicadores de una soldadura defectuosa.
El sistema de doblado consiste en forzar mediante una barra un anclaje
provocándole un giro de 15º y su recolocación, si el anclaje está defectuoso la
soldadura se agrietará o saltará y si está soldado correctamente permanecerá.
Este ensayo se debe realizar en un 5% de las piezas soldadas.
Este último procedimiento es demasiado estricto por lo que se utiliza en
muy pocas ocasiones y solo para anclajes de grandes espesores.
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Antes de comenzar la instalación se cubicará la cantidad total de
hormigón en cada trabajo y se llevará la cuenta las amasadas para no
desperdiciarlo, ya que una vez amasado con agua o ligante debe ser
utilizado antes de transcurrir 20 minutos. Las masas que no se hayan
utilizado al cabo de estos minutos después del amasado deben
desecharse.
Asimismo y con objeto de no gastar material innecesariamente y
sobre todo para facilitar la limpieza del equipo de hormigonar al terminar
cada trabajo, es importante ajustar al máximo el material a instalar en la
ultima posición para que no quede sobrante en las maquinas o en las
mangueras y se simplifique la limpieza final y recogida.
Se recomienda que el agua de amasado o ligante se vierta sobre la
mezcla mediante un difusor o sistema que la reparta de forma esparcida
sobre la masa.
Es muy importante una vez terminada la jornada de trabajo, se
limpien cuidadosamente los equipos implicados, todas las mangueras y la
gunitadora para eliminar el hormigón acumulado.
Durante cualquier instalación ya sea gunitada, vertida o encofrada
se debe verificar continuamente mediante galgas o punzones que el
encofrado sigue estando en su posición inicial o que el espesor instalado
es el requerido.
Una vez hormigonado por cualquiera de los sistemas descritos, se
debe dejar que el material fragüe durante 12 a 24 horas para después
poder realizar cualquier movimiento del equipo para realizar otra
postura o comenzar el desencofrado y de esa manera terminar el trabajo.
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Se recomienda que previamente a la que se realice la primera
amasada se prehumedezca la cubeta de la amasadora y se considere la
segunda amasada la más conveniente de observar para comprobar más
exactamente la homogeneidad del material, establecer el tiempo de
amasado y la cantidad de agua requerida.
Después se añaden la fibras metálicas, cuando lo requiera la
especificación de construcción, mediante un cedazo o criba para
repartirla sobre el hormigón lo más uniformemente posible.
Una vez obtenida la mezcla, tal y como hemos comentado se procede
al transporte de la misma a los puntos de instalación, en el caso de
encofrados se extiende por el mismo y de vez en cuando se golpea en la
parte baja para provocar una pequeña vibración de asentamiento, en el
caso de soleras se deben disponer unas reglas de madera que limiten las
áreas de vertido y que coincidan con el espesor del revestimiento y se
extiende por el área haciendo paños de aproximadamente 2m2
preferiblemente en damero.
Una vez realizado el vertido en el caso de una solera y transcurridas
6 horas del mismo el hormigón ya presenta resistencia suficiente como
para poder comenzar a colocar una capa de ladrillo sobre él.
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instalar se pre-humedece en una amasadora, añadiéndole para ello, agua
en cantidad aproximada del 5% en peso. El hormigón amasado se
acumula junto a la gunitadora para alimentarla, bien manualmente a pala
o con una cinta transportadora. Este sistema permite reducir
notablemente las pérdidas que se generan siempre como rebotes en este
tipo de instalación.
Es imprescindible que el operario que maneja la boquilla de gunitar,
esté debidamente comunicado con el maquinista para poder indicarle,
según su bien hacer, cualquier anomalía que observe (presión de aire,
agua, alimentación de material). De esta manera, se podrá parar el
gunitado con la suficiente antelación para no desperdiciar material. El
Gunitador deberá usar una “galga” con frecuencia para comprobar el
espesor del hormigón y de esa manera, no sobredimensionarlo. Una vez
terminado el gunitado se recortan los excesos mediante paleta o llana
para dejar el espesor especificado. Siempre se debe gunitar de una sola
vez todo el espesor y el trabajo se deberá dejar de un día para otro
debidamente cortado perpendicularmente a la base.
Entre estos recortes mencionados, el rebote natural del material al
ser aplicado ( las partículas de mayor peso rebotan en la masa cayendo al
suelo) y los desprendimientos normales de instalación, hacen de este
sistema el más caro en rendimiento de materiales llegando todas las
perdidas mencionadas en algunos casos hasta el 40% del material
requerido. Todo el hormigón que sobra del recorte, así como el del
rebote, se desechará siempre y se transportará al vertedero cada día
antes de que fragüe y al ser su cantidad tan alta requiere mucho trabajo
auxiliar su retirada.
Los rendimientos de gunitado varían de acuerdo a la experiencia del
mismo, el material, el estado de la maquina, etc.. pero se puede considerar
un rendimiento medio de 0,8 h/m3.
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6.5.4 HORMIGONES INSTALADOS POR VIBROCAST
Este sistema está especialmente indicado para equipos cilíndricos
como tuberías o reactores que poseen unas condiciones muy particulares
de temperatura y presión en su interior. Habitualmente su interior esta
protegido por materiales de gran calidad y que necesitan para su acabado
el vibrado de su masa ya que de otro modo dejarían tantas coqueras y
aire en su interior que tanto su funcionamiento mecánico como su
rendimiento térmico serían desastrosos.
Cuando un revestimiento se vibra se le da al mismo un grado de
compactación que es la requerida por el fabricante, si el material no es
necesario vibrarle puede provocarle un efecto nocivo como es el aumento
de densidad y el consiguiente aumento transmisión calorífica al exterior
que siempre traducimos en pérdidas para el equipo. Un falta de vibrado
es malo y un exceso de vibrado puede producir una segregación por
pesos y granulometrías que impedirán el funcionamiento del
revestimiento.
El procedimiento como en algún caso de vertido requiere unos
elementos auxiliares como son los encofrados. Sobre este elemento reside
el 90% de la instalación ya que de su correcta preparación como de su
correcta colocación reside el éxito de la aplicación.
Existen varios tipos de encofrado para este tipo de instalación, los
que mejor se adecuan a la misma son los metálicos o los de fibra de
vidrio. Los primeros son más económicos y su modificación en obra es
más compleja, los segundos son más resistentes y versátiles.
Estos encofrados se prefabrican por personal especializado y se
transportan a obra verificados de acuerdo a los planos de montaje
además por línea general sólo tienen un uso y es muy difícil que un
encofrado sirva para otro trabajo lo que hace que este procedimiento sea
tan poco económico.
Primero se instala el encofrado en su sitio, según los planos o
croquis específicos para cada obra y posteriormente se sellan todas las
juntas para impedir que se pueda salir la masa. Para sellar las juntas que
existan se utiliza por regla general fibra cerámica retacada ya que es un
elemento refractario muy útil que en el caso de quedar algún resto en el
interior de la masa no se degrada con la temperatura y permanece
inalterable.
A continuación se colocan los vibradores de superficie, mediante
soportes metálicos en la carcasa del equipo o sujetos al encofrado. El
número de vibradores disponibles debe ser suficiente para irlos
sustituyendo por otros cuando la zona de su influencia esté llena de masa,
con objeto de que el hormigonado se realice ininterrumpidamente y para
poder reponer los que se averíen.
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Se deben emplear dos o más vibradores que deberán tener una
fuerza total igual al menos del 100% del peso total que se requiere vibrar
y deberán poder controlarse independientemente. Los vibradores más
adecuados para este trabajo son aquellos de superficie o rotación que son
accionados por medio de aire comprimido.
Una vez amasada la mezcla se vierte en el encofrado, comenzando a
la vez el vibrado por el exterior o interior del equipo siempre situando los
vibradores al nivel de la zona que se está llenando. Este vibrado se
continua hasta comprobar que se han eliminado las burbujas de aire y la
mezcla se ha dejado nivelada.
Es muy importante concretamente en este tipo de instalación el
verificar continuamente mediante galgas que el encofrado sigue estando
en su posición inicial ya que un movimiento del mismo no observado
podría acarrear un revestimiento defectuoso, una instalación invalida o
en el mejor de los casos un colapso del encofrado acabando con todo el
material en el suelo. En este tipo de instalación esta indicación toma su
importancia debido al movimiento de vibración que transmiten los
vibradores y que pueden, en el caso de encofrados defectuosos causar
giros, aperturas o deslizamientos de los mismos.
En el plazo de 12 a 24 horas se podrá desencofrar y manipular la
pieza.
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Con este procedimiento no se pueden nunca utilizar hormigones del
tipo autonivelante ya que el transporte de estos por medio de una bomba
de pistones es casi imposible.
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El hormigón debe utilizarse antes de que pierda la elasticidad. Si
esto ocurriera, el material debe desecharse y bajo ningún concepto se
debe añadir agua a una masa ya mezclada y consolidada.
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algún tipo de rebaje. Los ladrillos donde se fija el anclaje deberá estar
prefabricados con anterioridad (forma especial, taladro, etc.)
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6.5.8 PANELES AISLANTES
Hay muchos tipos de paneles en el mercado fabricados con distintas
materias primas, entre los más importantes por lo extendido de su uso se
encuentran los de silicato cálcico, los de fibras cerámicas y los de lana
mineral.
Este revestimiento está pensado para realizar una labor aislante ya
que a fuego directo sufren mucho desgaste. Se utilizan normalmente en
sistema policapa alternados según su resistencia a la temperatura. Un
revestimiento formado de paneles solamente podría combinar los tres
tipos en un orden de cara caliente a fría como el que sigue: Fibras
cerámicas, Silicato Cálcico y Lana Mineral.
Los paneles se fijan a la carcasa metálica clavados sobre unos
anclajes y realizando un cierre en su punta que los retenga. Los paneles
se instalan ajustándose entre sí lo más posible, salvo que se especifique
otra cosa.
Con objeto de conseguir la aproximación máxima entre paneles, se
usarán porras de goma para no dañar las caras de éstos. El aparejo
deberá conseguir que todas las juntas entre paneles vayan trabadas lo
más posible.
En este tipo de revestimiento lo más importante es el replanteo
correcto y colocación recta de anclajes ya que un anclaje torcido o fuera
de línea es capaz de dar al traste con un ajuste perfecto y reducir los
rendimientos de instalación al mínimo. Las piezas de ajuste o remates que
conllevarían harían de un trabajo que se supone en cadena un trabajo
artesanal bajo medidas.
Habitualmente los paneles se taladran fuera en series de 4 ó 5 al
mismo tiempo con lo que una vez en el equipo su ajuste es cuestión sólo
de un poco de habilidad en su manejo.
Puede haber también trabajos de instalación de paneles en el
trasdós de hormigones y ladrillos. En estos casos, los anclajes que
necesitan el material de la cara caliente, se deberán cajear en los paneles.
6.5.9 MANTAS
Este revestimiento está diseñado para equipos que necesiten un
gran aislamiento térmico, con el inconveniente de acudir a grandes
espesores, proponen un revestimiento muy continuo y protegido pero a
un muy alto coste económico.
Su sistema de instalación es muy sencillo y se parece bastante al de
los paneles aislantes ya que de igual modo los anclajes pinchan la manta y
se colocan tapando juntas interiores.
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Al igual que en el caso de los paneles es muy importante (no tanto
como en el caso de los paneles ya que no se taladran previamente las
mantas) realizar un replanteo muy exacto al soldar los anclajes metálicos,
según la distribución que más favorezca la simplicidad de la instalación y
como medida general siempre deberán situarse perfectamente
perpendiculares a la chapa exterior.
Antes de comenzar a colocar las mantas tendrán que estar todos los
anclajes soldados a la zona que pretendemos instalar y si fuera necesario,
manualmente enderezarlos.
Comenzaremos a instalar las mantas pinchándolas en los anclajes,
cubriendo cada capa completamente y así sucesivamente con cada capa
hasta completar el espesor establecido, siguiendo siempre las
especificaciones donde nos indicarán espesor y calidad.
Cada capa se debe colocar cubriendo las juntas de la anterior y
siempre la última de cierre será la que coincida con el replanteo previo
que sirvió para situar los anclajes.
Si fueran muchas las capas, para impedir que se descuelguen, se
colocarán arandelas de chapa tipo “grapa rápida” o cualquier otro sistema
que sujete en el medio del revestimiento y en el cierre de todo el espesor:
Hay muchos sistemas de cierres y dependiendo del equipo se realizará
mediante un sistema distinto.
Siempre es necesario un anclaje metálico y un cierre de presión. Los
anclajes pueden ser de varilla con rosca final ó tipo cremallera y el cierre
podrá ser de arandela con tuerca, grapa rápida ó copa cerámica, según
especifique el trabajo, así como la calidad y dimensiones. En muchos
casos según esté especificado estos cierres se aislarán opcionalmente
(mastic cerámico en copas, manta cubriendo las grapas, etc.)
6.5.10 MÓDULOS
Este revestimiento es el que mayor poder aislante se puede proveer
a un equipo, su instalación es algo laboriosa pero se pueden conseguir
muy altos rendimientos gracias a la facilidad que posee este
revestimiento de sistematizarse.
Lo fundamental en la instalación es que el sistema de anclaje este
bien estudiado y para eso es imprescindible realizar el replanteo perfecto
con unos errores mínimos de desplazamientos(milímetros) y nulo de
ausencias(si falta un anclaje no se puede continuar montando. Es
fundamental el verificar antes de comenzar a instalar los módulos la
correcta colocación de los mismos.
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Se debe comenzar la instalación en filas completas comenzando en
un extremo y fijando uno por uno con el tipo de anclaje previsto. Cuando
se rellene una fila completa, antes de comenzar la superior, se debe
colocar un pliegue de fibra cerámica de la misma calidad que los módulos,
que quedará comprimida entre cada fila.
Todos los módulos que interfieran en quemadores, tubos, etc. se
deberán replantear y cortar con exactitud antes de instalar. Una vez
comprobada la instalación completa, si observamos zonas donde la
compacidad no se ajusta al resto, deberemos introducir pliegues de fibra
para conseguir la misma presión. Para acabar se soltarán todos los flejes y
se retirarán los cartones de los módulos liberando la presión suficiente de
los módulos que permita darle una total continuidad al revestimiento sin
huecos ningunos.
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acentuará su rugosidad para que unan lo más posible con la siguiente
zona.
Es necesario una vez terminado un paño pinchar con un punzón de
1 a 2 mm. de diámetro y profundidad superior al 50% del espesor para
facilitar su transpiración y cubrir toda la superficie con plástico para
protegerlo de cualquier caída de agua sobre él.
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2.- Padecimiento de demasiados ciclos frío – calor.
3.- Falta, exceso o inadecuación de anclajes.
Las consecuencias de este defecto son de dos tipos, desprendimientos o puntos
calientes en chapa ya que estas grietas no son todas debidas a las dilataciones del
revestimiento y algunas de ellas no se cierran adecuadamente una vez que el equipo
entra en funcionamiento y son el paso perfecto de los gases a al chapa con todos los
inconvenientes que ello tiene.
Los desprendimientos son faltas de material en forma laminar o de cascote
dejando una falta apreciable visualmente o un hueco triangular en el revestimiento
que manifiestan una patología en esa zona. Pueden ser debidos a un mapa de grietas
como se ha dicho en el apartado anterior, por falta de anclajes en la zona (o fallo de los
mismos en su soldadura), por una tensión de la envolvente o el revestimiento, por una
instalación gunitada defectuosa o una reparación puntual anterior.
Las consecuencias de este defecto son las mismas que la anterior patología y le
añadimos un problema de perdidas energéticas más acentuado.
La merma o perdida de espesor es una patología que es difícil de apreciar de
manera visual a no se en estadios muy avanzados de merma. Se produce en
revestimientos de normalmente de cierta antigüedad y en toda una pared completa, no
es habitual que la merma de espesor se produzca en una zona puntual. Las causas que
están detrás de esta patología son:
1.- Exposición directa a fuego de una parte del revestimiento. (Merma puntual)
2.- Temperatura superior del equipo a la diseñada para el refractario.
3.- Antigüedad del revestimiento.
Las perdidas de espesor tienen como consecuencia unas perdidas energéticas que
siempre pueden traducirse en una baja rentabilidad del equipo, al ser necesarios,
debido a la fuga que se produce de calor hacia el exterior, una mayor cantidad de
combustible que mantenga la temperatura necesaria dentro del equipo como más
adelante indicaremos.
En conductos y chimeneas el efecto de ataques ácidos es muchísimo mayor ya que
en algunos casos la temperatura de rocío está en el mismo ambiente llegando esta
situación a encharcar de aguas ácidas amplias zonas de conductos. Estos revestimientos
, en las zonas afectadas se encuentran completamente disgregados y no ofrecen ningún
tipo de protección a la chapa. Estas situaciones normalmente se producen por un error
de calculo en el diseño del equipo, o por un bajo rendimiento energético del mismo(
Exceso de fugas energéticas).
Si al abrir un equipo inspeccionamos completamente el revestimiento con estas
pautas disponemos de una herramienta fundamental para la programación de próximos
trabajos y solución inmediata de los actuales programados.
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En la actualidad los trabajos de refractario se programan siguiendo los
parámetros históricos de los equipos, esto es que cada programador acude a las
intervenciones realizadas en años anteriores, le presupone una durabilidad al
revestimiento y se programan los trabajos siguiendo el trinomio habitual de
plazo, calidad y precio. Este procedimiento es perfectamente valido ya que sobre
el histórico se presupone un error mínimo. Pero queda fuera de este sistema de
programación un estudio de la rentabilidad del revestimiento actual.
Puede ser que a primera vista el equipo funcione, los revestimientos
aguantan perfectamente con un mantenimiento mínimo y solo hay que acudir a
parches exteriores de chapa de vez en cuando para mitigar las fugas de gases.
Esta situación mantiene el trinomio mencionado perfectamente pero dentro de
la curva del mantenimiento mantiene y no recupera el equipo en su estado
original como debiera programarse, esto es que permite que el equipo retrase en
su revestimiento al máximo su colapso que sin duda se producirá como tantas
veces ha sucedido.
El proceso degenerativo de los revestimientos permiten una fuga de
energía calorífica que obligan a realizar una mucho mayor inversión de
combustible que la necesaria, esta situación llevada a los largos periodos que
existen entre paradas y en algunos casos al bajo rendimiento térmico que
produce asimismo un rendimiento del proceso inferior a lo requerido.
Ante esta situación queda estudiar por parte de la propiedad de los equipos
en que punto se encuentra el equilibrio de los revestimientos y su durabilidad
rentable. Este punto no se encuentra en una renovación completa de los
revestimientos cada parada sino en una renovación programada de los mismos.
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7. ESPECIFICACIONES
Existen, para normalizar todos estos productos, las Normas UNE, ISO, pero las más
usuales que tenemos en refractario son las ASTM, que además de clasificar los distintos
refractarios, establece la norma y procedimiento para sus ensayos y que sirven de base
para poder homologar los refractarios que queremos instalar.
En las Refinerías de España, los equipos más importantes se regulan por unas
especificaciones internacionales que son:
U.O.P. - Cepsa (Algeciras)
KEELOGG - Repsol (Coruña) / Petronor
EXXON - Repsol (Puertollano)/ BP Oil/ Cepsa (Huelva)
que recogen una serie de normal obligado cumplimiento para sus equipos que sin
su cumplimiento no garantizan su equipo. Nos referimos principalmente a los Equipos
F.C.C. (Unidad Fluid Catalytic Cracking).
Son las normas más completas que existen y reflejan, punto por punto, cada una de
las operaciones que se deben tener en cuenta para la completa realización de los
equipos.
Establecen las calidades y solamente están homologados los tipos de refractarios
que se deben utilizar, así como los anclajes y los ensayos necesarios para cada
operación.
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El espesor instalado nunca deberá ser inferior al previsto.
Realizar probetas de cada zona, relacionadas para poder comprobar en caso de
duda.
Soldadura de anclajes y separación, se debe golpear algunos para comprobar su
soldadura.
Situación de puntos de dilatación determinadas.
9. REPARACIONES Y REMATES
1.- Rellenar en la medida que se pueda la grieta con fibra cerámica. Esta fibra no
impedirá las dilataciones porque por efecto del calor se comprimirán las fibras sin
producir roturas.
2.- Demoler el área mínima de influencia y reponer el revestimiento siguiendo las
pautas de una intervención mínima como abajo desarrollamos.
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Una vez seguidos los pasos anteriores debemos asegurar que los trozos sueltos ó
desprendidos, se deberán eliminar completamente hasta dejar los anclajes libres y
comenzaremos con la instalación del revestimiento de acuerdo al procedimiento
elegido de los anteriormente indicados.
Este sistema se recomienda en equipos compuestos generalmente de hormigones
de alta densidad y en instalaciones que presenten una defecto de acabado que haga
suponer una coquera interior o un elemento extraño en el revestimiento, además de la
situación de grieta arriba expuesta.
Debe desecharse este método como intervenciones normales en paredes/techos
de hornos ya que en estas ocasiones el beneficio es mucho menor. En el caso de paredes
y techos de hornos se debería considerar siempre una área mínima de intervención de
aproximadamente 2m2.
10. SECADO
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HORMIGONES AISLANTES
Se debe calentar el equipo con un gradiente térmico de 20/30 ºC por hora hasta
elevarlo a 120/150 ºC, manteniendo esta temperatura de 12 a 24 horas, según
espesores, para permitir que elimine el agua de amasado sobrante después de efectuar
el fraguado. Este mantenimiento de horas viene también establecido mientras
observemos que sigue evaporando agua. Subiremos después con un gradiente de 30/40
ºC por hora hasta llegar a los 650 ºC que se mantendrán también de 8 a 10 horas para
permitir la sinterización completa de los componentes. A partir de este momento se
puede subir la temperatura 40/50 ºC por hora hasta la temperatura del equipo para
seguir en funcionamiento o enfriar paulatinamente a 50/60 ºC por hora para poder
inspeccionar.
HORMIGONES DENSOS
Dada la menor porosidad que tiene, la curva de secado es más lenta para permitir
la eliminación completa de la humedad y agua existente.
Se debe calentar el equipo con un gradiente térmico de 10/15 ºC por
hora hasta elevarlo a 120 ºC, manteniendo esta temperatura de 12 a 24
horas, según espesores, para permitir que elimine el agua de amasado
sobrante después de efectuar el fraguado. Subiremos después con un
gradiente de 15/20 ºC por hora hasta llegar a los 650 ºC que se
mantendrán también de 8 a 10 horas para permitir la sinterización
completa de los componentes. A partir de este momento se puede subir
la temperatura 40/50 ºC por hora hasta la temperatura del equipo para
seguir en funcionamiento o enfriar paulatinamente a 50/60 ºC por hora
para poder inspeccionar.
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