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Grietas y fisuras debidas o

asentamientos del terreno y


cimentación. Inyección de resinas y
micropilotes, una solución rápida y
eficaz.

Cuando aparecen patologías en muros, cerramientos y


tabiquería que se manifiestan con grietas y fisuras de mayor o menor magnitud, es probable que
estemos ante un problema de asentamiento del terreno y de la cimentación.
Las obras que solucionan estos daños en el apoyo del edificio han evolucionado actualmente hacia
sistemas de tratamiento poco invasivos en comparación con los tradicionales métodos de consolidación
y recalce que incorporaban procesos de excavación, maquinaria pesada, vibraciones, polvo y diversas
molestias a los ocupantes de los edificios.

El procedimiento que presentamos, además de evitar estos problemas colaterales a la ejecución de la


obra, cuenta con un grado de eficacia y garantía de la intervención para la seguridad de la cimentación
que consigue la estabilidad del edificio en el tiempo, mejorando la capacidad del terreno por un lado y
a la vez transmitiendo las cargas que llegan al cimiento que ha asentado hasta capas más profundas y de
mayor resistencia.

Esta técnica mixta de consolidado, resultado de años de estudio y experiencia aprovecha la potencia
consolidante de las resinas expansivas combinándola con la alta capacidad de carga de los micropilotes
hincados a presión, obteniendo los siguientes resultados:

 Consolidado y aumento de la capacidad de carga del terreno bajo los cimientos.


 Relleno de cavidades, fisuraciones y microvacios que pudieran existir en el terreno.
 Consolidado de la superficie de contacto entre terreno y cimientos con la finalidad de unificar la
distribución de cargas.
 Elevación de la estructura.
 Transferencia en profundidad de parte del peso de la estructura.
La intervención se realiza en las siguientes fases: Primera fase de ejecución
Consiste en la realización de perforaciones de un diámetro de 18 milímetros que atraviesan
verticalmente los cimientos. La distancia entre una perforación y la siguiente puede variar entre 1 y 2
metros según las exigencias de la obra. En cada perforación se introduce un tubo metálico dentro del cual
la resina expansiva se inyecta en estado líquido justo debajo del elemento de cimentación; de esta manera
la resina penetra en las cavidades, fisuras y microvacíos presentes en el subsuelo.

Por reacción química el producto inyectado expande rápidamente su propio volumen hasta 15-20 veces
pasando al mismo tiempo a su estado solido. La expansión de la resina comprime las capas de terreno
más débiles.

A medida que la resina va consolidando, el terreno irá encontrando una resistencia cada vez mayor, hasta
que podrá desarrollar su fuerza de empuje únicamente hacia arriba, provocando el levantamiento de la
estructura que se encuentra por encima. En ese momento tenemos la seguridad de que la capacidad
portante del terreno es mayor que la carga estática del edificio que se encuentra por encima, con lo que
tenemos la certeza de que la intervención ha tenido éxito.

Las comprobaciones necesarias se realizan aplicando en los muros una serie de sensores que, mediante
un nivel láser, permiten medir con precisión milimétrica los movimientos verticales de la estructura
tratada.

La expansión de la resina comprime el terreno, produciendo un triple efecto:

Reordenación de las partículas, en especial las más finas, como consecuencia del empuje radial originado
por los efectos de la fuerte compresión inducida por la resina.

1. Incremento de la presión intersticial, con la correspondiente expulsión del agua existente, puesto que la
expansión de la resina tiene el mismo efecto que el generado por la aplicación de una sobrecarga en el
terreno, con el consiguiente incremento de las presiones que actúan sobre el mismo.
2. Formación del bulbo creado por la resina que, una vez expandida, se consolida formando bulbos y
ramificaciones de distintas formas. Es como si se introdujera en el terreno, en los puntos en los que es
más necesario un incremento de la capacidad portante, un cuerpo sólido con características de alta
resistencia a la compresión y al esfuerzo cortante.
Segunda fase de ejecución
Consiste en la ejecución de unas perforaciones de 64 mm de diámetro, alternadas a las inyecciones, que
atraviesan verticalmente el elemento de cimentación. La perforación se interrumpe cuanto se alcanza el
terreno tratado anteriormente con la resina. Los elementos constitutivos del micropilote , se hincan a
presión, silenciosamente, a través del taladro, así realizado, sin extracción de terreno.

Dichos elementos se hincan bajo la estructura, previamente tratada con inyección de resinas expansivas,
utilizando un pistón hidráulico. De este modo, en presencia de terrenos con características geomecánicas
muy bajas, el efecto de consolidado producido por la aplicación de resinas expansivas puede ser
aumentado posteriormente por la capacidad portante del micriopilote que permite transferir a los
estratos más profundos parte del peso de la estructura, disminuyendo de forma sensible la carga que la
cimentación transmite al terreno inmediatamente debajo de ella, así como incrementar por medio de las
inyecciones de resina, la capacidad portante del bulbo de tensión. Los resultados que se obtienen
aplicando conjuntamente las dos técnicas son excelentes.

Consideradas las dimensiones reducidas de los micropilotes, los taladros no debilitan la cimentación y
no es necesario realizar un encepado del mismo.

Son fáciles de ejecutar ya que la maquinaria es de tamaño reducido, lo que permite acceder a sótanos y
sitios de reducidas dimensiones.

Cada micropilote está formado por varios tubos de acero normalizado europeo S355 de una longitud de
1 m, que tienen un diámetro exterior de 62 mm, un espesor de 8 mm, uniéndose una pieza a la siguiente
mediante una rosca cónica. El micropilote está corrugado por su parte exterior para mejorar la fricción
con el terreno (resistencia por fuste). Para la ejecución de los micropilotes de GeoNovatek es necesaria
la presencia en la zona de trabajo de dos máquinas montadas sobre oruga. Las dimensiones de esta
maquinaria son reducidas, pudiendo trabajar dentro de viviendas, en sótanos y zonas estrechas. En
primer lugar se realiza una perforación de 64 mm de diámetro por cada micropilote, que atraviesa
la cimentación que se prevé recalzar. La perforación se realiza a través de la perforación, de forma
vertical o ligeramente inclinada, según las características de la cimentación, y se detiene al llegar al
terreno bajo la misma.

Las orugas han sido diseñadas para su utilización también en el interior de los edificios, de hecho, sus
dimensiones son reducidas también en altura. Se les ha dotado de cintas de goma para no dañar el
pavimento interior y su fuente de alimentación es eléctrica para reducir al mínimo el ruido y evitar la
emisión eventual de gases de escape.

Es posible proceder a la puesta en obra de los MP/60 en espacios muy reducidos, gracias al empleo de
perforadoras manuales y pistones hidráulicos transportables y móviles sin el auxilio de medios
semiarticulados.

La hinca del micropilote se realiza a presión continua, sin golpeos, mediante un


cilindro hidráulico montado sobre una de las orugas y que se ancla a la propia cimentación. El
micropilote se hinca hasta alcanzar un terreno firme e indeformable, alcanzando una fuerza de
hinca aproximada de 25 toneladas.
El pistón hidráulico utilizado para la puesta en obra de los micropilotes MP/60 está equipado con un
manómetro, que permite leer la presión ejercida durante la hinca de cada módulo
individual en el terreno y, en consecuencia, comprobar individualmente la capacidad
portante de cada micropilote. Una vez hincado el micropilote se une a la cimentacion existente, usando
un mortero especial de anclaje hormigón-metal, que no sufre retracción y que, una vez fraguado,
asegura una unión perfecta de la cimentación con la cabeza del micropilote, llegando a obtener una
fuerza de adherencia de 60 MPa. El sistema ofrece importantes ventajas en obras de nueva
construcción, posibilita ahorros de tiempo y mejoras en el control de la ejecución. Los micropilotes
MP60 presentan un incremento notable de su resistencia por fuste tras su ejecución en obra. Cuando se
les somete a pruebas de carga varios días después de la hinca, se obtienen valores de resistencia muy
superiores. GeoNovatek puede proporcionar los cálculos de capacidad portante de cada micropilote,
previa petición del cliente, en base a la profundidad de empotramiento, las características del terreno y
evolución de la presión del cilindro hidráulico durante la hinca. Todo ello se basa en cálculos y
formulaciones que aparecen en el Código Técnico de la Edificación (CTE-DB-SE-C).
Solicita gratis asesoramiento y presupuestos sobre como solucionar GRIETAS Y FISURAS EN LOS
MUROS, ASIENTAMENTOS DEL TERRENO Y CIMENTACIONES, ASIENTOS DIFERENCIALES,
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