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CONCEPTO DE SUICIDO EN LA PSICOLOGÍA HUMANISTA

Antes de abordar cómo la psicología humanista entiende el fenómeno del suicido, se

debe comprender el concepto de ser humano desde esta corriente. Para empezar, es

importante aclarar que se trabajará desde la postura Frankliana, donde se concibe como una

unidad integrada por tres dimensiones; La Física, Psíquica y Espiritual (Restrepo Toro,

2001).

La dimensión Física hace referencia al cuerpo y al desarrollo de todos los procesos

vitales ligados a lo biológico. El nivel Psíquico es el nivel de la consciencia, sensaciones,

sentimientos, percepciones y demás aspectos relacionados con la subjetividad. Finalmente, el

nivel Espiritual abarca la capacidad de tomar consciencia de sí mismo y de su relación con el

mundo, y de esta forma, guiar su voluntad y darle sentido a su vida (Restrepo Toro, 2001).

Esta subdivisión es únicamente una forma de comprender la compleja realidad

humana y no una verdad absoluta. Igualmente, no se concibe al ser humano dividido por estas

dimensiones, pues como se explicó anteriormente, este se considera como un todo (Restrepo

Toro, 2001).

Por otro lado, la psicología humanista considera que lo que mueve al hombre es

encontrarle sentido a su vida, y esta intención es la que lo lleva a lograr sus metas y a crecer

en todos los ámbitos. El problema aparece cuando esta voluntad de sentido no se identifica,

se frustra o se altera; esto lleva a que la persona experimente una sensación de vacío

existencial. En los casos donde esta condición se presenta de forma más severa, se considera

como neurosis noógena, donde la persona experimenta síntomas de ansiedad y depresión

(Restrepo Toro, 2001).


La neurosis noógena se caracteriza por una incapacidad de auto trascendencia o de

mirar más allá de sí mismo con la intención de crecimiento personal, por el contrario, la

persona se siente incapaz de responsabilizarse de sí mismo y de actuar con sentido. Encontrar

“el sentido de la vida” hace referencia a la capacidad que tiene la persona de ser consciente y

responsable de la libertad que tiene al elegir cómo actuar en cada momento de su vida, lo cual

debiera ser de forma coherente a cada situación vivida, encontrando el significado y la razón

para vivir cada una de ellas (Yalom, 1984).

Cuando el ser humano pierde el sentido de su vida, comienza a cuestionarse si

realmente desea continuar viviendo; ¿Por qué vivir? ¿Por qué desear algo? ¿Por qué hacer

algo? ¿Hay algún significado en mi vida que no destruya la muerte que me está esperando?

Estos son ejemplos de algunas de las preguntas que se planteó Tolstoi al experimentar una

crisis de significado de vida que lo llevó a tener el deseo de interrumpirla (Yalom, 1984).

Llegar al punto de considerar que no existe motivo para continuar viviendo hace que

la persona pase a tener una ideación suicida, donde empieza a tener pensamientos

relacionados con la muerte y el poco valor que considera sobre la vida, deseando hacerse

daño o morir. La ideación va acompañada de un plan elaborado de cómo llevaría a cabo su

acto (Herrera Zenteno & Undisk Vargas, 2008).

Después de esto se presenta la amenaza o el gesto suicida, donde la persona verbaliza

su intención de culminar con su vida, pasando al intento, llegando a cometer cualquier acto

que pueda ocasionar su muerte. Por último, el suicidio consumado hacer referencia a todos

los actos ejecutados por el individuo que dan como resultado su propia muerte (Herrera

Zenteno & Undisk Vargas, 2008)

Como método de intervención desde la mirada humanista Frankliana se propone

trabajar con la Logoterapia. Esta se entiende como un método que tiene como finalidad llevar
a que el individuo descubra el sentido de su vida, a partir de una serie de procedimientos que

promueven que la persona se responsabilice de sí misma desde el nivel espiritual,

entendiendo “espiritual” no desde la parte teológica, sino desde la capacidad de guiar su

voluntad con sentido (Restrepo Toro, 2001).

La logoterapia se fundamenta desde una orientación “Fenomenológico- Existencial,”

donde la fenomenología cómo método trata de comprender todos los sucesos tal como se

presentan y el significado que la persona le da a cada una de sus experiencias (Restrepo Toro,

2001).

La Logoterapia puede ser no específica o específica. La primera se utiliza para

trabajar fobias, ansiedad, trastornos obsesivos y compulsiones. La segunda se centra

especialmente en la neurosis noógena, es decir, cuando se pierde el sentido de vida (Restrepo

Toro, 2001). En este tipo de terapia se utiliza principalmente el diálogo socrático, donde por

medio de preguntas, señalamientos o descripciones se busca que el paciente sea consciente de

su propia libertad de decisión y asuma la responsabilidad de responder por sí mismo a lo que

la vida le plantea (Salomón Paredes, 2014).

Por otro lado, existe una forma de evaluar de reconocer la frustración existencial, la

enfermedad noológica o la realización del significado interno que tiene el paciente de la vida,

llamado Logotest. Dicho test está compuesto por tres partes. La primera constituida por

nueve afirmaciones que pretenden medir el grado de significado interno, presente o ausente,

en la vida de la persona. La segunda, contiene siete afirmaciones que miden el grado de

frustración existencial que puede tener la persona al momento de responder el test. Por

último, la tercera parte busca clarificar el estado actual del paciente en relación con la

realización interior del sentido (Restrepo Toro, 2001)


El Logotest es una herramienta que puede ser utilizada en la práctica clínica para

descubrir de manera oportuna el grado de claridad que tiene el paciente sobre el sentido que

le otorga a su vida, y de esta forma, tratar vacíos existenciales a tiempo antes de que llegue a

padecer una neurosis noógena que pueda desencadenar en síntomas depresivos y ansiosos y

provocar un intento suicida (Restrepo Toro, 2001).


Bibliografía

Herrera Zenteno, E., & Undisk Vargas, E. (2008). La experiencia de los jóvenes que han intentado
suicidarse y que reciben atención psicológica en el COSAM Puentealto. Descripción desde
una perspectiva humanista gestáltica. Santiago de Chile.

Restrepo Toro, A. (2001). Viktor Emil Frankl y la teoría Logoterapéutica. Medellín: Universidad
Pontificia Bolivariana.

Salomón Paredes, A. (2014). Diálogo Socrático en Logoterapia. Avances en Psicología


Latinoamericana, 61-74.

Yalom, I. (1984). Psicoterapia Existencial. Barcelona: Herder.

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