Você está na página 1de 56

Universidad Autónoma de Santo Domingo

Primada de América/Fundada el 28 de Octubre del 1538


Facultad de Ciencias Agronómicas y Veterinarias
Escuela de Ingeniería Agronómica

Efectos de la Dosis Creciente de Nitrógeno Sobre el Rendimiento y


Desarrollo del Cultivo del Arroz (Oryza sativa), variedad Jaragua en la zona
de Sabana Rey, La Vega.

Anteproyecto de Tesis para optar por el título de Ingeniero Agrónomo mención


Suelo y Riego, Desarrollo Agrícola y Producción de Cultivos

Sustentantes:

Nombres y Apellidos Matrícula


Br. Víctor Manuel de Jesús Frías BG-6188
Br. Marcelino Antonio Romero Ramírez CA-5316
Br. Juan Esteban Martínez Hernández BI-2664
Br. William Paulino Conce CE-8586

Asesor:
Ing. Agrón. Elpidio Avilés Quezada, M.Sc

Octubre, 2017
San Francisco de Macorís
República Dominicana
ÍNDICE

1. INTRODUCCIÓN .............................................................................................. 1
1.1 Planteamiento del Problema ................................................................................ 2
1.2 Justificación......................................................................................................... 4
1.3 Antecedentes ....................................................................................................... 5
1.4 Objetivos ............................................................................................................. 8
1.4.1 General ............................................................................................................. 8
1.4.2 Específicos ....................................................................................................... 8
1.5 Hipótesis.............................................................................................................. 9
2. REVISIÓN DE LITERATURA ........................................................................... 10
2.1 Generalidades del Arroz.................................................................................... 10
2.2 Descripción Botánica ........................................................................................ 11
2.3 Morfología ........................................................................................................ 12
2.4 Fenología ........................................................................................................... 16
2.5 Ecofisiología ..................................................................................................... 17
2.6 Nutrición Nitrogenada de la Planta de Arroz .................................................... 19
2.7 Requerimientos de nitrógeno del cultivo de arroz ............................................ 20
2.8 Absorción de nitrógeno ..................................................................................... 21
2.9 Fuentes de nitrógeno ......................................................................................... 23
2.10 Dinámica del nitrógeno en suelos inundados .................................................. 24
2.11 Procesos más importantes de pérdida de nitrógeno ........................................ 26
2.12 Manejo del agua y aplicación de nitrógeno..................................................... 28
2.13 Momento de aplicación ................................................................................... 29
2.14 Factores que condicionan la respuesta a nitrógeno ......................................... 31
2.15 Efecto del nitrógeno sobre los componentes del rendimiento y materia seca de
parte aérea ............................................................................................................... 33
2.16 Componentes del rendimiento ........................................................................ 34
2.17 Número de panículas por unidad de área ........................................................ 35
2.18 Número de espiguillas o granos por panícula ................................................ 36
2.19 Porcentaje de granos llenos ............................................................................. 37
2.20 Peso de los granos llenos................................................................................. 38
2.21 Factores limitativos del rendimiento del cultivo ............................................. 38
2.22 Medición de los Componentes del Rendimiento ........................................... 41
2.23 Análisis del Rendimiento ................................................................................ 42
3. MATERIALES Y MÉTODOS ............................................................................ 44
3.1 Materiales .......................................................................................................... 44
3.1.1 Ubicación del ensayo ................................................................................. 44
3.1.2 Condiciones edafoclimaticas de la zona en estudio ................................... 44
3.1.3 Descripción del material genético .............................................................. 45
3.2 Métodos ............................................................................................................. 45
3.2.1 Manejo agronómico ................................................................................... 46
3.2.2 Manejo fitosanitario ................................................................................... 46
3.2.3 Tamaño del experimento ............................................................................ 47
3.2.4 Diseño del experimento.............................................................................. 47
3.2.5 Análisis de los datos ................................................................................... 47
3.2.6 Descripción del tratamiento y factor de estudio ......................................... 47
3.2.7 Variables a evaluar y descripción: ............................................................. 47
4. CRONOGRAMA DE EJECUCIÓN ................................................................... 49
5. LITERATURA CITADA ................................................................................. 50
1. INTRODUCCIÓN

La necesidad de transformar el sistema de explotación arrocero en una actividad cada


día más rentable y competitiva, exige que el uso de los insumos se haga en forma cada
vez más eficiente. La utilización de la fertilización nitrogenada en arroz, es una práctica
que está muy difundida y con amplia aceptación. El uso apropiado del nitrógeno puede
aumentar sustancialmente los rendimientos del arroz, tomando en consideración que la
eficiencia del uso del fertilizante nitrogenado varía con las características de la planta
y las condiciones ambientales (Oaks, 1994).

El momento y la dosis para optimizar el uso del nitrógeno están determinados por las
condiciones del ambiente y la demanda del cultivo. En Argentina, tradicionalmente la
fertilización nitrogenada se aplica en dos momentos bien definidos, al inicio del
macollaje (temprana) y en diferenciación de primordios reproductivos (tardía). En la
primera de estas prácticas la dosis se estima a partir de la condición de fertilidad del
lote y el rendimiento potencial a alcanzar. Para la segunda no se utilizan métodos
rigurosos para determinar la dosis de aplicación.

Esta investigación tiene como propósito principal determinar los efectos de la dosis
creciente de nitrógeno sobre el rendimiento y desarrollo del cultivo de arroz (Oriza
Sativa L.) variedad Jaragua, en la zona de Sabana Rey, La Vega.

Para su mayor comprensión esta la misma estará estructurada en cinco (5)


capítulos. El primer capítulo contendrá, el planteamiento del problema, la justificación,
los antecedentes sobre el tema, los objetivos de la investigación y la hipótesis del tema.
En el segundo capítulo, sobre el marco teórico, se expondrán teorías de distintos
autores; recopiladas de libros sobre el tema, revistas y otras documentaciones
publicadas a través de la Internet.

En el tercer capítulo, se mostrarán los materiales y métodos, se definirá la


ubicación del ensayo, condiciones edafoclimaticas de la zona en estudio, descripción
del material genético, método, el Manejo agronómico, el manejo fitosanitario, el

1
tamaño del experimento, el diseño del experimento, el análisis de los datos, la
descripción del tratamiento y factor de estudio y las variables a evaluar y descripción
de las mismas. El formato y estilo de redacción del informe de investigación está
fundamentado en las normas de la American Psychological Association (APA) para
citas textuales, y referencias bibliográficas.

El cuarto capítulo estará relacionado con el tratamiento de los datos recopilados


de la fuente primaria, los mismos serán presentados por medio de tablas y gráficos para
una mejor visualización y entendimiento de los mismos.

El capítulo cinco presentarán las conclusiones a que llegarán la sustentante de


la investigación, en respuesta a los cuestionamientos que dan origen a la investigación
en el planteamiento del problema, además de las recomendaciones a los distintos
aspectos relacionados con el tema.

1.1 Planteamiento del Problema

El arroz (Oryza sativa L.) es una gramínea perteneciente a la familia poaceae, es uno
de los principales cultivos de importancia en la República Dominicana y de acuerdo a
las estadísticas del Ministerio de Agricultura, aporta aproximadamente el 1% al PIB
nacional y suple el 97% de la demanda de consumo.

En la producción de arroz, al igual que en otros cultivos, el nitrógeno (N) es el principal


factor limitante, pues el mismo se considera esencial por ser un componente básico en
todas las moléculas orgánicas involucradas en su crecimiento y desarrollo. El nitrógeno
puede ser absorbido de dos formas por las plantas de arroz, que son mediante el amonio
(NH4+) y nitrato (NO3-), proveniente principalmente de fertilizantes nitrogenados y
mineralización de los residuos de cosecha, además de la materia orgánica del suelo.
(Quirós y Ramírez, 2006)

2
A pesar de las grandes extensiones de terrenos dedicadas a la siembra de arroz y los
grandes avances en las técnicas y tecnologías utilizadas para su producción, aun es
notable un desbalance entre el rendimiento promedio nacional que se estima en 4.6
quintales por tarea y el rendimiento obtenido por algunos productores, situación que
podría tener su origen en una inadecuada fertilización de los cultivos, en especial en la
aplicación de nitrógeno pues el mismo se encuentra condicionado por una serie de
factores tales como temperatura, radiación solar, riego, tipo de suelo, preparación del
terreno, variedad, densidad de la siembra, y residuos de siembras anteriores, pero es
posible que los productores no siempre tomen en cuenta dichos factores para
determinar el momento y la dosis necesaria para optimizar el rendimiento de sus
cultivos. (Rojas et. al., 2008)

En la República Dominicana la mayoría de las siembras se efectúan mediante el sistema


de inundación, lo cual podría causar una pérdida de Nitrógeno, además de que es
posible que una gran parte del nitrógeno empleado por los productores arroceros del
país sea aplicada a la superficie del suelo, es decir al voleo, lo cual permite la pérdida
considerable de nitrógeno por volatilización directa o por escorrentía, contribuyendo a
la baja eficiencia de su uso y aumentando los peligros de contaminación de las fuentes
de agua. En este sentido, aunque el cultivo es capaz de usar en forma efectiva las
fuentes amoniacales, cuando se aplica una dosis más alta de la necesaria o su
distribución es inapropiada, ocurren pérdidas especialmente por desnitrificación y
volatilización, cuando se aplica urea sobre la lámina de agua o sobre barro, las pérdidas
de nitrógeno por volatilización pueden ser hasta del 80%, asimismo, si el nitrógeno se
aplica en forma de nitratos, podrían ocurrir pérdidas por lixiviación, y por tal razón no
debe utilizarse tales fuentes de nitrógeno en agroecosistemas inundados (Molina,
2003).

Según Jaramillo et al. (2003), una forma de minimizar las pérdidas por volatilización
es fertilizar sobre suelo seco, con la dosis completa de N en una sola aplicación
temprana, justo antes de introducir la lámina de agua permanente. Esto es posible
gracias a que la adsorción del amonio a las arcillas es mayor en el suelo seco que en el
3
suelo húmedo, pues el mojado del suelo reduce la superficie de contacto directo con
las arcillas. Además, aplicando una lámina de agua inmediatamente después de la
fertilización se induce la anaerobiosis, se inhibe la nitrificación y en consecuencia
disminuyen las pérdidas de nitrógeno por volatilización (Molina, 2003). Sin embargo
es posible que en la práctica una gran parte de los productores fraccionan los
fertilizantes nitrogenados en tres o más aplicaciones de acuerdo al desarrollo
fenológico del cultivo, lo cual no siempre se corresponde con el momento óptimo o la
dosis correcta para lograr un mayor rendimiento.

Es por estas razones que esta investigación tiene como propósito principal determinar
los efectos de la dosis creciente de nitrógeno sobre el rendimiento y desarrollo del
cultivo de arroz (Oriza sativa L.) variedad Jaragua, en la zona de Sabana Rey, La Vega,
y por lo cual se plantean las siguientes interrogantes:

1. ¿Cuál es el efecto de la dosis creciente nitrogenada sobre el rendimiento del cultivo


de arroz (Oriza sativa L.) variedad Jaragua, en la zona de Sabana Rey, La Vega?

2. ¿Cuál es el efecto de la dosis creciente nitrogenada sobre el desarrollo del cultivo


de arroz (Oriza sativa L.) variedad Jaragua, en la zona de Sabana Rey, La Vega?

3. ¿Cuál es el efecto de la dosis creciente nitrogenada sobre los componentes de


rendimiento del cultivo de arroz (Oriza sativa L.) variedad Jaragua, en la zona de
Sabana Rey, La Vega?

1.2 Justificación

El uso de fertilizantes nitrogenados es considerado como esencial en la producción de


arroz. La aplicación adecuada del nitrógeno (N) depende del aporte del elemento
suministrado por el suelo y de los requerimientos nutricionales del cultivo y sus
variedades. El uso de este nutrimento puede aumentar sustancialmente los rendimientos
del arroz, tomando en consideración que la eficiencia del uso del nitrógeno varía con
las características de la planta y las condiciones ambientales (Villarreal, et. al. 2007).

4
En la República Dominicana, el arroz representa el alimento básico de la población y
su cultivo es una importante fuente de empleo para el país. El excesivo uso de
fertilización nitrogenada por parte de los productores no solo ha ocasionado
desbalances nutricionales en el suelo, sino también, el peligro latente de contaminación
de los acuíferos subterráneos. La forma de aplicación fraccionada del fertilizante
permite una mayor disponibilidad del nitrógeno amoniacal para el cultivo, comprobado
a través de un mayor rendimiento en materia seca y mayor contenido de nitrógeno en
la planta (Barrios y Adams, 2009).

En este sentido esta investigación tiene como propósito principal determinar los efectos
de la dosis creciente de nitrógeno sobre el rendimiento y desarrollo del cultivo de arroz
(Oriza sativa L.) variedad Jaragua, en la zona de Sabana Rey, La Vega.

La misma pretende lograr que productores y técnicos del sector agrícola en sentido
general conozcan cual es la realidad sobre los efectos de la dosis creciente nitrogenada
en el rendimiento y desarrollo del cultivo de arroz.

A través de estas, los productores podrán conocer la realidad que se vive en el campo
en relación al uso del nitrógeno, planificación de su uso y de la importancia que se le
da al mismo dentro del proceso productivo del cultivo. La utilización y el manejo de
forma adecuada del nitrógeno se hace necesaria para mejorar el desarrollo y
rendimiento del arroz, además la misma representa una fuente de conocimiento para
todas aquellas personas que deseen obtener algún conocimiento sobre el tema y ser una
base para futuras investigaciones.

1.3 Antecedentes

Según Quirós y Ramírez (2006), en su investigación sobre la "Evaluación de la


Fertilización Nitrogenada en Arroz Inundado" realizada en Costa Rica, concluyó que:
no se encontró suficiente evidencia para justificar que en cultivos de arroz inundado en
Siembra Directa sobre Rastrojos del ciclo de cultivo anterior (SDR) se aplique mayor
cantidad de fertilizante nitrogenado que en labranza mecanizada convencional (LMC).

5
En contraste con otras investigaciones, en el presente estudio se observó que en la
variedad de arroz CR1113, la fertilización con 120 kg/ha de N distribuida en tres
fracciones a lo largo del desarrollo del cultivo, permitió rendimientos superiores a los
logrados con la dosis completa en una sola aplicación temprana.

Para afinar la técnica de fertilización con N en SDR y lograr que el cultivo aproveche
los aportes de la liberación gradual del N procedente de la descomposición de los
rastrojos, de los microorganismos del suelo y la mineralización de la materia orgánica;
es conveniente realizar estudios complementarios en los que se pueda abordar
diferentes variedades de arroz, mayor amplitud de condiciones edáficas, manejos
contrastantes del cultivo, y mayor duración del período experimental. Se comprobó que
las lecturas del IMC permiten estimar rápidamente el contenido de N foliar en distintas
etapas de desarrollo del cultivo. Este instrumento constituye una herramienta práctica
para definir criterios objetivos en la fertilización nitrogenada del arroz. Sin embargo su
uso no permite alcanzar la precisión que se logra mediante análisis foliares de
laboratorio (Quirós y Ramírez, 2006).

Según Villarreal et al. (2007), en su investigación sobre "Dosis Óptima para la


Fertilización Nitrogenada del Arroz, en la Región Central de Panamá" concluyeron
que: Hubo respuesta a la aplicación de nitrógeno en todos los sitios donde se desarrolló
el ensayo, indicando que este es un factor limitante en los sistemas productivos. Se
encontró variabilidad en los rendimientos influenciado por las condiciones
edafoclimáticas y la fisiología de las variedades utilizadas. Se determinó que el suelo
aporta una cantidad considerable de N al cultivo y aunque es necesario realizar
aplicaciones del nutrimento en forma antropogénica, no es recomendable que éstas se
hagan de manera excesiva (mayores de 110 kg/ha) que pueden traer como consecuencia
desbalances nutricionales, suculencia de la planta y contaminación de acuíferos.

La determinación del nivel crítico de nitrógeno en la hoja bandera, en época de


floración, permitirá detectar posibles deficiencias de este nutrimento en variedades
nacionales a través del análisis de tejido vegetal. La determinación de la cantidad de

6
nitrógeno total absorbido, es una herramienta que permite estimar el rendimiento de
grano del cultivo.

Según Gabrielli y Pintos (2013), en su investigación sobre Respuesta a Nitrógeno del


Cultivar Inia Olimar según tipo de Riego y Sistematización, realizada en Uruguay
concluyeron que: existió respuesta diferencial al agregado de nitrógeno dependiendo
de la combinación de los factores: tipo de riego y sistematización de chacra. El patrón
de respuesta de cada ensayo estuvo asociado al ambiente en el cual se evaluó,
determinando que no existiera una tecnología de fertilización con comportamiento
superior en todos los experimentos. En tres de los seis ensayos evaluados se
encontraron aumentos significativos en el rendimiento en grano por el agregado de
nitrógeno en etapas posteriores a la siembra. La reducción del intervalo vertical
determino un menor nivel de rendimiento en grano. Mientras que la combinación de
distintos tipos de riego y sistematización de chacra determinaron diferencias en el nivel
de respuesta al agregado de nitrógeno y en la eficiencia de uso del mismo.

Asimismo, se encontró que en cuatro de los seis experimentos evaluados mostraron


respuesta positiva a la fertilización nitrogenada en producción de biomasa hasta
macollaje, pero ésta no se evidenció a fin de ciclo. La sistematización de chacra fue el
principal factor en marcar diferencias en producción de materia seca, donde los ensayos
con intervalo vertical de 4 cm tendieron a una menor acumulación de biomasa, pero
dichas diferencias no se evidenciaron a fin de ciclo. Respecto al status nitrogenado del
cultivo (medido mediante SPAD) en macollaje la mayoría de los experimentos
mostraron respuesta positiva a la fertilización nitrogenada en dicho estadio, mientras
que en primordio no se expresaron diferencias entre tratamientos.

Según Pirchi et al. (2014), en su investigación sobre "Efecto del sistema de riego y
dosis de fertilización nitrogenada sobre la eficiencia de uso del nitrógeno en arroz"
realizada en Uruguay, concluyeron que: en el sitio experimental utilizado, el sistema
de riego de control parcial del flujo de agua (CPFA) permitió lograr altos niveles de
productividad cuando se realiza una fertilización nitrogenada en forma temprana y con

7
dosis elevada. Los mayores niveles de eficiencia en el uso del nitrógeno se registraron
en el sistema de riego CPFA, independientemente del nivel de fertilización evaluado.
El mayor nivel de rendimiento que se registró en el sistema de riego CPFA con la dosis
de 100 kg N/ha, se debe a un mayor número de panojas/m2 y un menor porcentaje de
vaneo. El sistema de riego CPFA genera condiciones en el ambiente edáfico que
permiten al cultivo tener una mayor eficiencia en la captura del nitrógeno aplicado
como fertilizante, ya que la disminución del contenido de N-NH4+ del suelo que se
registró en el sistema de riego CPFA, está asociada con el mayor contenido de
nitrógeno en la biomasa aérea (Pirchi et al., 2014).

1.4 Objetivos

1.4.1 General

Determinar los efectos de la dosis creciente de nitrógeno sobre el rendimiento y


desarrollo del cultivo de arroz (Oriza Sativa L.) variedad Jaragua, en la zona de Sabana
Rey, La Vega.

1.4.2 Específicos

1. Describir las características del terreno a aplicar la dosis creciente nitrogenada


en el cultivo de arroz (Oriza Sativa L.) variedad Jaragua, en la zona de Sabana
Rey, La Vega.

2. Determinar los efectos de la dosis creciente nitrogenada sobre el rendimiento


del cultivo de arroz (Oriza Sativa L.) variedad Jaragua, en la zona de Sabana
Rey, La Vega.

3. Identificar los efectos de la dosis creciente nitrogenada sobre el desarrollo del


cultivo de arroz (Oriza Sativa L.) variedad Jaragua, en la zona de Sabana Rey,
La Vega.

8
4. Determinar los efectos de la dosis creciente nitrogenada sobre los componentes
de rendimiento del cultivo de arroz (Oriza Sativa L.) variedad Jaragua, en la
zona de Sabana Rey, La Vega

1.5 Hipótesis

El uso de dosis creciente nitrogenada tiene una incidencia directa sobre el rendimiento
del cultivo de arroz, cuando se toman en cuenta las características del terreno y los
componentes de rendimiento de cultivo.

9
2. REVISIÓN DE LITERATURA

2.1 Generalidades del Arroz

El arroz (Oriza sativa L.) es un cultivo cuya base productiva conjuga trabajo, tierra y
agua. Dada la situación actual de esos recursos en el mundo, ni Asia, ni África parecen
dar garantías para producir la totalidad de la demanda mundial de arroz, necesaria para
alimentar a más de 7,000 millones de personas. Considerando que el arroz, provee más
de la mitad del alimento diario a una tercera parte de la población mundial
especialmente en Asia, donde se encuentra el 58% de dicha población y se consume
más del 90% de todo el arroz producido en el mundo. El arroz es el único cereal
importante que se destina casi exclusivamente a la alimentación humana. Sus virtudes
como alimento son numerosas: Es rico en vitaminas y en sales minerales que cubren
en un en un alto porcentaje las necesidades alimenticias del ser humano. Es de bajo
contenido graso (1%), libre de colesterol y muy bajo en sodio. (Casanovas, 2010)

Señala además el autor, que el arroz es una gramínea domesticada y es a la vez un


cultivo milenario, se tiene evidencia de que en algunos países del continente asiático
se cultiva desde hace unos 8,000 años. En términos de la producción mundial de los
cereales, el arroz ya supera al trigo.

El botánico Vavilov, consideró que el arroz cultivado tiene su origen en la India de


donde pasó a la China y después al resto del mundo. Aproximadamente el 90% del
arroz que se cosecha en el mundo, se produce en las zonas templadas y solo el 10 % en
las zonas tropicales. En las zonas templadas donde el rendimiento de grano es bastante
alto, debido a una mayor cantidad de horas luz, asimismo gran parte del arroz que se
produce en estas zonas templadas, es bajo riego controlado.

Sin embargo, con las nuevas variedades de alto rendimiento y la utilización de prácticas
mejoradas de cultivo, se ha demostrado que también en las zonas tropicales, que
cuentan con la suficiente disponibilidad de agua, es posible también obtener elevados

10
rendimientos de arroz. Estas áreas es donde los productores pueden ser competitivos,
eficientes y conducir una agricultura rentable y sostenible con el cultivo del arroz.

Aunque, es considerable el área de arroz que se cultiva en tierras de secano, es decir


sin riego, pero este tipo de cultivo suele limitarse en su mayor parte a zonas con lluvia
relativamente abundante durante la temporada de desarrollo del cultivo. (Casanovas,
2010)

2.2 Descripción Botánica

De acuerdo a Villar (2005), el arroz es una planta de tallos cilíndricos ahuecados, con
nudos y entrenudos, con hojas adheridas a los nudos, panícula terminal y adaptada para
crecer en terrenos inundados. Sus partes son:

Raíces: Inicialmente, son gruesas y poco ramificadas; a medida que la planta crece se
tornan alargadas y con ramificaciones abundantes.

Tallo: Corresponde a la estructura característica de las gramíneas. Su longitud va desde


30 cm en las variedades enanas hasta 70 cm en las gigantes. Las macollas son tallos
secundarios que salen de las yemas apicales. El macollaje se inicia en el primer nudo.

Hojas: Son alternas y están dispuestas a lo largo del tallo. Está constituida por vaina,
zona de unión y lámina.

Panícula: Se localiza sobre el extremo apical del tallo y se localiza sobre el último nudo
denominado ciliar. Es una inflorescencia que posee un eje principal llamado raquis,
que se extiende desde el nudo ciliar hasta el ápice.

Espiguillas: Están formadas por un pequeño eje llamado raquis, sobre el cual se
encuentra una flor simple, formada por dos bracteas denominadas glumas estériles, dos
bracteas superiores, llamadas glumas florales, que constituyen la caja floral.

11
Flor: Esta constituida por seis estambres y un pistilo. Los estambres constan de
filamentos delgados portadores de anteras cilíndricas que contiene cada una entre 500
y 1000 granos de polen. El pistilo contiene el ovario, el estilo y el estigma.

Grano: El fruto del arroz es una cariópside en que la semilla se encuentra adherida a la
pared del ovario maduro, y está formado por la cáscara, que a la vez, está compuesta
por glumelas, raquis y arista (formación filiforme ubicada en el ápice de las glumas
florales).

Pericarpio: De consistencia fibrosa, varía de espesor y está formado por la cutícula, el


mesocarpio y la capa de células entrecruzadas. La testa constituye la cubierta de la
semilla y el endospermmo la mayor parte del grano, y está conformado por substancias
almidonosas. (Villar, 2005)

2.3 Morfología

De acuerdo a Litzemberger (1976), en climas templados y subtropicales el arroz


cultivado (Oryza sativa) se considera una planta anual semiacuática. Sin embargo, en
climas tropicales el arroz puede sobrevivir como perenne al rebrotar luego de realizada
la cosecha (esta capacidad de rebrote puede emplearse para realizar una segunda
cosecha o bien para emplearlo como forraje para pastoreo ganadero).

A la madurez las plantas poseen un tallo principal y una cierta cantidad de macollos
dependiendo de la densidad de siembra (3 en alta densidad hasta 15 macollos en bajas
densidades). Los macollos reproductivos son aquellos que desarrollan una panoja fértil,
los macollos infértiles son aquellos que por diversas causas no llegan a formar un
panoja fértil o bien la forman, pero al momento de cosecha no llegan a madurar sus
granos al mismo tiempo que el resto del cultivo.

La densidad de panoja/m2 define el primer componente del rendimiento del cultivo.


Una densidad media de 250 plantas/m2 sería lo adecuado para lograr una adecuada
cantidad de panojas/m2 en el estadio reproductivo. Con altas densidades de siembra se

12
forman aproximadamente dos macollos fértiles por planta es decir que, a la cosecha se
tendrían unas 500 panojas/m2. Tomamos este valor como estimativo de una buena
implantación si bien un mayor valor sería lo deseable. (Litzemberger, 1976)

La altura de plantas es variable dependiendo de cada variedad y condiciones de


crecimiento, en general varían entre 0.4 m a 1 m.

La morfología del arroz se estudia en dos etapas, la fase vegetativa (incluye los estadios
de germinación, plántula, y inicio y pleno macollamiento) y la fase reproductiva
(iniciación del primordio floral a emergencia de la panoja y emergencia de la panoja a
madurez).

El conocimiento de la morfología de la planta de arroz es importante para interpretar


las prácticas de manejo del cultivo y su comercialización. (Litzemberger, 976)

Semillas: El grano de arroz, comúnmente llamado semilla, recién cosechado está


formado por el cariópse y por cáscara, está última compuesta de glumas.
Industrialmente se considera al arroz cáscara aquel comprendido por el conjunto de
cariópse y glumas. (Litzemberger, 1976)

A su vez el cariópse, está formado por el embrión, el endosperma, capas de aleurona


(tejido rico en proteínas), tegmen (cubierta seminal), y el pericarpio (cubierta del fruto).

Plántulas: La germinación da inicio a la fase vegetativa, comienza cuando la radícula


o coleoptilo (vaina que recubre al embrión) emerge del cariopse.

En condiciones aeróbicas (siembra convencional) lo primero en emerger desde la


coleoriza del embrión (vaina que recubre a la radícula) es la radícula, luego recién lo
hace el coleoptilo. (Litzemberger, 976)

En condiciones anaeróbicas (cuando se realiza siembra en agua o cuando hay


anegamiento por lluvias excesivas sobre una siembra convencional) lo primero en
emerger es el coleptilo, mientras que la radícula emerge recién cuando el coleoptile

13
haya alcanzado un ambiente aeróbico. Cuando las semillas se desarrollan en la
oscuridad (cuando se las siembra en forma convencional) emerge la radícula y un tallo
corto llamado mesocótilo que mantiene la corona de la planta justo debajo de la
superficie. Luego que emerge el coleoptile por dentro del mesocótilo, recién crece la
hoja primaria. Si la semilla de arroz está expuesta al anegamiento y a una gran
profundidad de siembra, la germinación será pobre.

Las variedades semienanas (modernas) tiene un mesocótilo corto y generalmente la


plántula no puede emerger si la profundidad de siembra es mayor a 1,25 cm. Es decir
que en siembras profundas el coleoptilo de estas variedades al ser corto no alcanza a
romper la costra, la hoja primaria también falla en el intento porque su tejido no está
adaptado mecánicamente para ello. El mesocótilo solo crece en la oscuridad y no
emerge en siembras sobre agua. El periodo de siembra a emergencia dura entre 5 a 30
días dependiendo de las condiciones ambientales.

Una prueba para evaluar la calidad fisiológica de la semilla es el ensayo de germinación


usualmente empleada es incubar las semillas a 27ºC por 72 hs para determinar EG,
luego a los 7 días totales se hace el segundo conteo para determinar PG. Se considera
aceptable una EG arriba del 70%, y PG superior al 84%, siendo ideal 90% de PG. En
siembras tempranas en zona templada se considera más importante tener semillas de
alta EG. (Litzemberger, 976)

Macollos: Cada tallo de la planta está formado de una serie de nudos y entrenudos.
Los entrenudos varían en largo de acuerdo al genotipo y ambiente, generalmente son
mas largos en la parte superior de la planta. Cada nudo superior tiene una hoja (lámina)
y una yema, la cual puede desarrollar un macollo. La hoja bandera esta empalmada en
el nudo con su vaina que rodea todo el tallo. En la unión entre la lámina y la vaina se
encuentran las dos aurículas y la lígula.

El macollamiento comienza cuando la plántula está establecida y generalmente termina


cuando se inicia el desarrollo del primordio floral (Inicio de Fase Reproductiva) (Fig.

14
3). El número de macollos depende de la densidad de plantas, puede variar de 3 en alta
densidad hasta 15 macollos en bajas densidades. (Litzemberger, 976)

El primer macollo se desarrolla cuando la plántula tiene en unas cinco hojas (a los 15
o 20 días de la emergencia), situándose entre el tallo principal y la 2da hoja contada
desde la base. Posteriormente, cuando la 6ta hoja aparece, emerge el segundo macollo
entre el tallo principal y la 3ra hoja. Los macollos que crecen desde el tallo principal
se denominan macollos primarios. Estos a su vez pueden generar macollos secundarios
los que a su vez también pueden producir macollos terciarios. Los macollos
permanecen adheridos a la planta pero en estadios avanzados estos pueden crecer en
forma independientes porque producen su propia raíz.

En las variedades de ciclo intermedio el máximo número de macollos se logra antes de


la diferenciación del primordio floral, los posteriores generalmente son infértiles. La
diferenciación del primordio debe determinarse empíricamente mediante un corte de la
base del tallo, donde se observa un primordio de unos 2 mm de longitud de color
blanquecino.

La mayor diferencia en cuanto al ciclo de las variedades se manifiesta por la duración


entre la Emergencia y el Inicio de Fase Reproductiva. (Litzemberger, 976)

Variedades de ciclo corto: el inicio de la fase reproductiva (inicio del primordio


floral) ocurre a los 40 días de emergencia. En las variedades de ciclo corto la
diferenciación de la panoja puede ocurrir antes que se alcance el máximo número de
macollos.

Variedades de ciclo intermedio: el inicio de la fase reproductiva ocurre a los 55 días


de la emergencia. En siembras entre septiembre a noviembre mantienen un ciclo de
120 días.

15
Variedades de ciclo largo: el inicio de la fase reproductiva (inicio del primordio
floral) ocurre a los 70 días de la emergencia. Por ejemplo, las variedades EPAGRI 108
y 109 que llegan a los 140 días.

Raíces: El sistema radical del arroz está formado por dos tipos de raíces: Las raíces de
la corona y las raíces de los nudos. Si bien ambas clases se desarrollan de nudos, las de
la corona lo hacen de nudos bajo la superficie del suelo. Las raíces en los nudos
superiores se presentan en condiciones de excepcionales de anegamiento profundo. Las
raíces de la corona a su vez poseen dos clases de raíces, las raíces superficiales laterales
(ageotrópicas) y las raíces comunes. Las raíces comunes solo crecen hasta
aproximadamente los 40 cm de profundidad porque la difusión de oxígeno a través del
aerénquima, hacia las raíces en crecimiento, se vuelve deficitaria. (Litzemberger, 976)

2.4 Fenología

El rendimiento potencial del arroz Agüero (1996), se define primeramente antes de la


emergencia de la panoja. El rendimiento definitivo (integrado de los tres componentes),
el que está basado en la cantidad de almidón que llena los granos de la panoja, se
determina en mayor medida luego de la diferenciación de panoja. Por esto es que divide
agronómicamente la historia del cultivo en términos de la fase vegetativa, reproductiva
y madurez.

Una variedad de 120 días pasa unos 55-60 días en la fase vegetativa, 30 días en la fase
reproductiva, y 30 días en la fase de madurez.

La fase vegetativa se caracteriza por un activo macollamiento, un gradual incremento


de la altura de las plantas, y la emergencia de las hojas a intervalos regulares. Los
macollos que no desarrollaron una panoja se llaman macollos infértiles.

La fase reproductiva se caracteriza por un declinamiento del número de macollos, la


emergencia de la hoja bandera, el engrosamiento del tallo por el crecimiento interno de

16
la panoja, la emergencia de la panoja (ocurre unos a 20-25 días luego de la
diferenciación del primordio floral), y la floración (antesis).

La meiosis puede estimarse que ocurre cuando la lígula de la hoja bandera y la de la


hoja inmediatamente inferior están en el mismo nivel o posición 0.

La antesis ocurre en general un día después de la emergencia de la panoja.


Agronómicamente, se define a la emergencia cuando el 50% de las panojas han
emergido al exterior de la vaina.

El periodo de maduración de los granos varía entre 15-40 días dependiendo de la


temperatura. Se inicia luego que el ovario ha sido fertilizado y el grano de arroz
comienza a crecer. En este periodo el grano incrementa de tamaño y peso, y el almidón
y azúcares se translocan desde las vainas, hoja bandera, y vástagos donde fueron
acumulados en la fase vegetativa. (Agüero, 1996)

2.5 Ecofisiología

Para Furest et. al. (2000), durante la fase vegetativa, la germinación y el desarrollo de
la plántula óptimo comienza cuando la latencia de las semillas se rompe, esto se logra
mediante la absorción de una adecuada cantidad de agua y la exposición a temperaturas
entre 20-40°C, óptima 30-35°C.

La latencia de la semilla fue lograda dentro de los objetivos del mejoramiento a fin de
impedir que la semilla no germine en la panoja antes de ser cosechada. En este sentido,
las variedades modernas índicas tienen una fuerte latencia mientras que las variedades
tradicionales (como Fortuna) carecen de la misma. Esto implica que los granos
maduros de la variedad Fortuna podrían germinar en la panoja si las condiciones
ambientales son favorables.

El periodo de siembra a emergencia dura entre 5 a 30 días dependiendo de las


condiciones ambientales (temperatura y humedad). Por ejemplo, en la zona templada

17
sur de Corrientes y Entre Ríos, en las siembras tempranas de setiembre las emergencias
no son anteriores a los 15 días de siembra.

Los factores que promueven o condicionan el macollamiento son el genotipo, la lámina


de agua (menores a 10 cm), fertilidad del suelo, fertilización, adecuado stand de
plantas, condiciones sanitarias (incluyendo competencia de malezas). Temperatura
ambiente (menores a 15-19°C y superiores a 34°C paralizan el macollamiento, siendo
óptima entre 32-34°C). Asimismo, es común observar que las plantas afectadas con la
enfermedad llamada vaneo fisiológico u otra clase de vaneo (por temperaturas extremas
o plagas), presenten macollos primarios donde la fase reproductiva fue interrumpida y
gran cantidad de macollos secundarios verdes en activo estado vegetativo.

La diferencia entre variedades en cuanto al ciclo se debe principalmente a la duración


de la fase vegetativa. Así, las variedades de ciclo largo que requieren mayor tiempo
Emergencia a Diferenciación de primordio, se caracterizan por presentar mayor
desarrollo vegetativo pero también mayor cantidad de macollos infértiles, lo que resulta
en un bajo Indice de Cosecha.

La mayoría de las variedades son poco sensibles al termoperiodo y al fotoperiodo.


Como excepción tenemos a la variedad Bluebelle que es termoperiodica, sembrada en
el norte de Argentina acorta el ciclo marcadamente. Por otro lado, la variedad Fortuna
es una variedad del tipo tradicional que requiere la inducción de los días cortos para
florecer.

En la fase reproductiva, Furest et. al. (2000), señalan que la antesis ocurre durante la
mañana y mediodía cuando hay mayor temperatura y la fertilización de las flores se
completa dentro de las 6 horas. Dentro de una misma panoja se necesitan unos 7-10
días para que todas las espiguillas completen la antesis. Las espiguillas superiores son
las primeras en florecer.

El periodo crítico de sensibilidad a las bajas temperaturas ocurre durante la formación


de los granos de polen (meiosis). Este periodo crítico se presenta 8-10 días antes de la

18
floración. Temperaturas mínimas iguales o debajo de 12ºC pueden provocar vaneo por
bajas temperaturas.

En el periodo de llenado de granos es muy importante la intensidad de la luz porque


cerca del 60% de los carbohidratos traslocados desde las hojas al grano se foto-
sintetizan durante esta etapa.

2.6 Nutrición Nitrogenada de la Planta de Arroz

Los principales factores que determinan el rendimiento en el cultivo de arroz son:


genotipo o variedad sembrada; condiciones ambientales imperantes (principalmente
temperatura y radiación solar); suministro adecuado de agua y disponibilidad de
nutrientes.

La nutrición mineral se encuentra regida por la ley del mínimo y por los criterios de
esencialidad. Hasta el momento se han encontrado 17 elementos esenciales para la
nutrición de las plantas superiores, dentro de las cuales el carbono (C), el hidrogeno
(H) y el oxígeno (O) representan del 90 al 95% de la materia seca vegetal y son
obtenidos del aire y del agua. Entre los 14 restantes se encuentran los macro y
micronutrientes, clasificados en función de las cantidades demandadas por el vegetal,
estos representan hasta el 4% de la materia seca y son absorbidos desde le suelo por las
raíces.

El nitrógeno es el cuarto elemento en importancia en función de su concentración en


los tejidos vegetales. Dependiendo de la especie vegetal, el estado de desarrollo y el
órgano, la concentración óptima de nitrógeno en planta varía entre 2 y 5%. En la planta
de arroz los niveles normales de nitrógeno en planta oscilan entre 2,5 - 3,5% en la etapa
que va desde macollaje a inicio de primordio y de 2,5 a 4 % en plantas de mas de 30cm
(Mejía de Tafur y Menjivar, 2010).

Los mismos autores manifiestan que entre las principales funciones del nitrógeno en
las plantas se destacan su participación en la estructura de las proteínas y enzimas, las

19
primeras cumplen funciones estructurales, constitutivo-estructurales, de transporte y de
almacenamiento, mientras que las segundas se encargan de catalizar procesos de
nutrición. El nitrógeno es también un regulador de crecimiento, por su acción a nivel
de promoción del la reproducción celular y por lo tanto del macollaje, aumento del
tamaño de las hojas, incremento en el número de granos por panícula, tamaño y
contenido de proteína de los granos.

Ward et al., citados por Solorzano (2003) reportan un rango de concentración de


nitrógeno en hojas nuevas completamente expandidas al momento de diferenciación de
la panícula de 2,8 a 4,2% como niveles de suficiencia.

Yoshida, citado por Mejia de Tafur y Menjiuar (2010) reporta que existe una
correlación positiva entre el número de granos por unidad de área y el total de nitrógeno
absorbido por la planta hasta el momento de floración.

2.7 Requerimientos de nitrógeno del cultivo de arroz

El cultivo de arroz, para variedades de alto rendimiento, puede realizar extracciones en


torno a los 200kg de N por hectárea, lo cual se corresponde con 18,4kg de N por
tonelada de grano cubierto producido (Atanasiu, 1985).

Benintende et al. (2011) reportan valores promedio de nitrógeno absorbido durante


todo el ciclo del cultivo para tres cultivares de arroz, de 119kg N/ha, similares a los
encontrados por Angus et al., citados por Benintende e. al. (2011) de 111 kg N/ha.

De Battista y Areas (2005) reportan requerimientos de nitrógeno diferenciales según


variedad: El Paso 15-17 kg N/tt de grano, Bluebelle y Don Juan INTA 18-20 Kg N/tt
de grano. Estos autores además citan que García reportó requerimientos promedio de
22 kg N/tt de grano.

En Uruguay, los cultivos de arroz para obtener los rendimientos promedio alcanzados
a nivel comercial (superiores a 8 tt/ha) absorben aproximadamente 170kg/ha de
nitrógeno (Deambrosi et al., 2007), de los cuales según Fagueria, citado por Castillo et
20
al. (2011) 90 kg/ha son extraídos en los granos, mientras que el resto queda en el
rastrojo.

2.8 Absorción de nitrógeno

Según Yamakawa et al., citados por Mejía de Tafur y Menjiuar (2010) la cantidad total
de nitrógeno que absorbe la planta está determinada por la disponibilidad del nutriente
en el suelo más que por la demanda nutricional de la planta o por su habilidad de tomar
nitrógeno después del inicio de la panícula, característica muy relacionada al cultivar
sembrado. El rendimiento por tanto es una variable dependiente de la disponibilidad de
nitrógeno en las etapas claves del desarrollo de las plantas.

Según experimentos diseñados para medir la eficiencia del consumo de nitrógeno del
fertilizante, usando nitrógeno marcado, indican que el arroz fertilizado extrae del suelo
del 50 a 80% del nitrógeno requerido, dependiendo de la capacidad de aporte del suelo
y de la cantidad de fertilizante agregado (Toyama, Broadbent, De Datta, citados por
Deambrosi y Mendez, 1996). Por lo cual los niveles de fertilizante agregado deberían
ajustarse en función de la capacidad de aporte de nitrógeno del suelo.

La absorción de nitrógeno por la planta puede realizarse como ion amonio (NH4) o
como ion nitrato (NO3). La mayor parte del nitrógeno absorbido como NH4 se
incorpora a compuestos orgánicos en las raíces, mientras que el NO3 es móvil en el
xilema y se puede almacenar en vacuolas y demás órganos aéreos de la planta, si bien
la acumulación de nitratos en la planta es importante para el balance iónico y la
osmoregulación, este se debe reducir a NH4 para ser incorporado en los esqueletos
carbonados.

La absorción de N por la planta, respeta una cinética de saturación, debido a que el


transporte del nutriente a través de la membrana plasmática de las células de la raíz es
facilitado por proteínas transportadoras y requiere de energía.

21
El suministro de nitrógeno debe ser constante durante todo el ciclo del cultivo, pero la
planta de arroz realiza una extracción diferencial en términos relativos, dependiendo
de la etapa fenológica en la cual se encuentre. Desde la siembra hasta el máximo
macollaje, la extracción es de aproximadamente un 37% del total, mientras que desde
el comienzo de primordio floral a inicio de floración la misma es de un 31%,
descendiendo a un 20% en el período que abarca desde inicio de floración hasta
maduración total (Ishizuka, citado por Atanasiu, 1985).

Solórzano (2003) en estudios tendientes a evaluar el patrón de absorción y acumulación


de los principales nutrientes en arroz en relación a la acumulación de materia seca,
encontró que las máximas tasas de acumulación de nitrógeno se dan a partir de
primordio y durante llenado de grano. Por otro lado observó un período de
estancamiento donde las tasas de absorción son prácticamente nulas, correspondiente
al período que va desde emergencia de la panícula hasta fecundación de las flores. El
total de nitrógeno absorbido en el experimento fue de 151 kg N/ha.

Antes de la floración la mayor proporción del nitrógeno absorbido se acumula en


láminas y vainas, siendo posteriormente translocado a los granos (75% de nitrógeno
absorbido). El contenido total de nitrógeno en los granos depende además de la
cantidad del nutriente disponible en el suelo durante la etapa de llenado, constatándose
que a mayor dosis de nitrógeno aplicado como fertilizante el nivel de proteína en grano
aumenta (Mejía de Tafur y Menjiuar, 2010).

Según De Datta (1986) el nitrógeno absorbido por la planta en los diferentes momentos
del ciclo del cultivo ejerce acción sobre diferentes componentes de rendimiento. Desde
macollaje hasta primordio floral, el nitrógeno absorbido tiende a aumentar el número
de macollos y panículas, el absorbido entre primordio floral y floración aumenta el
número de espiguillas llenas y el absorbido posterior a la floración aumenta el peso de
granos.

22
2.9 Fuentes de nitrógeno

El arroz fertilizado obtiene de 50 a 80% del nitrógeno del suelo, siendo esta proporción
mayor, en términos relativos, en un cultivo sin fertilizar, por lo cual depende
mayoritariamente de la mineralización de fuentes orgánicas para la absorción de N
(Koyama y Broadbend, citados por De Datta, 1986).

Watanabe et al., citados por De Datta (1986) resumiendo datos de Japón, Indonesia,
Tailandia y Filipinas comunicaron que el cultivo de arroz puede captar de 37 a 113 kg
de N/ha de otras fuentes que no sean fertilizantes.

El suministro de nitrógeno en el cultivo de arroz proviene mayoritariamente de:


nitrógeno inorgánico presente en el suelo al momento de la inundación; nitrógeno
mineralizable de la materia orgánica del suelo y residuos de planta en condiciones de
inundación; nitrógeno fijado por algas y bacterias heterotróficas y nitrógeno aplicado
como fertilizante (De Datta, 1986).

Benintende et al. (2011) mediante experimentos orientados a evaluar el potencial de


mineralización del nitrógeno en suelos arroceros de Entre Ríos (Argentina),
encontraron una alta correlación (R2= 0,79) entre el porcentaje de nitrógeno total en el
suelo y el aporte por mineralización al cultivo. La función obtenida reporta un piso de
0,06% por debajo del cual los aportes por mineralización son inexistentes y un
incremento de 85 ppm de nitrógeno por cada 0,1% de aumento en el nitrógeno del
suelo.

Los mismos autores, determinaron un valor promedio de mineralización in situ durante


todo el ciclo del cultivo, en suelos pesados (peludertes argicos y argiduoles vérticos)
bajo diferentes sistemas de rotación, de 139 kg N/ha alcanzando valores máximos de
244 kg N/ha. Representando el 70,6% del nitrógeno absorbido por el cultivo.

Según Beecher et al., citados por Benintende et al. (2011) la tasa de mineralización no
alcanza a cubrir la demanda del cultivo una vez iniciada la formación de la panoja.

23
Brady et al., citados por Atanasiu (1985) plantea que la eficiencia de uso del nitrógeno
suministrado como fertilizante varía entre un 20 y 60% dependiendo de las condiciones
de aplicación, por lo cual la implementación de prácticas que minimicen las pérdidas
resulta de marcada importancia.

Información generada a nivel nacional reporta una respuesta relativamente baja al


agregado de nitrógeno como fertilizante, donde los rendimientos logrados por los
testigos sin fertilizar alcanzan rendimientos equivalentes a 80-90% respecto a la dosis
óptima de fertilizante. La eficiencia del nitrógeno aplicado como fertilizante es muy
baja, con un valor promedio de 30% (Deambrosi y Méndez, 2007). Lo cual evidencia
que el cultivo se abastece de otras fuentes de nitrógeno.

Castillo et al. (2011) mediante el uso de técnicas isotópicas encontraron que ni el


nitrógeno proveniente de FBN ni el agregado como fertilizante nitrogenado constituyen
una fuente importante del nutriente para el cultivo.

Los mismos autores, lograron obtener una aproximación de la cantidad del nitrógeno
derivado del fertilizante que queda en el suelo al momento de la cosecha sin ser tomado
por el cultivo, reportando valores promedio de 81, 75 y 17% del nitrógeno agregado en
siembra, macollaje y primordio respectivamente.

2.10 Dinámica del nitrógeno en suelos inundados

En las condiciones de producción nacional el cultivo de arroz se desarrolla sobre dos


condiciones de humedad de suelo contrastantes, hasta los 30-40 días post emergencia,
las plantas se encuentran sobre suelo drenado, mientras que desde ese momento en
adelante se inunda el cultivo y el suelo pasa a encontrarse en condiciones de
anaerobiosis.

Las transformaciones y los balances de nitrógeno en suelos arroceros inundados se


presentan en forma diferente a los cultivos tradicionales, debido a que el suelo inundado

24
ofrece un conjunto de condiciones químicas (oxidación-reducción), físicas (suelo
batido) y microbiológicas (aeróbicas vs. anaeróbicas), que influyen en las
transformaciones del nitrógeno y en su destino final (Carrillo de Cori et al., 1991b).

Según Doberman y Fairhurst (2000) en suelos inundados existe una mayor


disponibilidad de nitrógeno. Pero debido a las condiciones físico-químicas del suelo
existe un gran potencial de perdida de nitrógeno por denitrificación y volatilización
(Norman et al., citados por Quintero et al., 2011).

La mayor parte del nitrógeno inorgánico que existe en suelos reducidos es soluble en
agua o absorbido en el complejo de intercambio y se encuentra bajo forma de amonio,
debido a que la mineralización del nitrógeno orgánico no procede más allá de esta etapa
a causa de los requerimientos de oxígeno para el pasaje a nitrato (De Datta, 1986).

Luego de la inundación el oxígeno presente en el suelo es consumido rápidamente por


los microorganismos, baja el potencial REDOX y trae aparejada una reducción de los
nitratos a nitritos y nitrógeno molecular (De Datta, 1986).

En suelos inundados la mineralización del nitrógeno orgánico a inorgánico y viceversa


son procesos altamente correlacionados. En anaerobiosis mediante el proceso de
amonificación el nitrógeno orgánico llega hasta la forma de amonio por
descomposición enzimática (Alexander, citado por Adams, 1995). La temperatura de
suelo constituye el factor más importante en controlar la cinética y la magnitud de la
formación de amonio en suelos inundados (Adams, 1995).

Según Adams (1995), el amonio formado por mineralización de la materia orgánica


puede ser objetivo de intercambio catiónico, adsorción química por sustancias humicas,
fijación en arcillas e inmovilización por microorganismos. La velocidad e intensidad
de estas reacciones están influenciadas por la naturaleza y cantidad de materia orgánica,
período de inundación, adición de fertilizantes y tipo de labranza, entre otros.

25
La inmovilización de nitrógeno por microorganismos en suelos inundados es de menor
magnitud que la existente en suelos con condiciones de aerobiosis, (Acharya, citado
por De Datta, 1986). En la bibliografía se citan dos causas de la baja población
microbiana en suelos inundados, la primera, que el metabolismo anaeróbico es por
naturaleza menos eficiente que el aeróbico para proveer energía para la síntesis de
nuevas células y la segunda, que los actinomecetes y hongos que convierten del 15 al
40% del carbono, son inactivos en suelos anaeróbicos debido a la falta de oxígeno
(Broadbent, citado por De Datta, 1986).

2.11 Procesos más importantes de pérdida de nitrógeno

Carrillo de Cori et al. (1991a) afirman que la recuperación del nitrógeno del fertilizante
aplicado en arroz es de 20 a 40%, por lo cual el restante 60-80% podría estar sujeto a
algún tipo de perdida.

Los procesos químicos que determinan las pérdidas de nitrógeno aplicado como
fertilizante en suelos inundados, son altamente dependientes de las condiciones en las
cuales se realiza la aplicación y del manejo del riego (Gamarra, 1993).

Las principales fuentes de perdida de nitrógeno experimentadas por suelos inundados


son: denitrificación y volatilización, las cuales explican la baja eficiencia de utilización
de los fertilizantes nitrogenados por el cultivo (De Datta, 1986).

La denitrificación es el proceso mediante el cual el nitrógeno del suelo se pierde a la


atmosfera como nitrógeno molecular. La oxidación biológica del amonio a nitrato tiene
lugar en la interfase aeróbica del suelo. Esto resulta en un gradiente de concentración
de amonio en la interfase anaeróbica a la interfase aeróbica donde se nitrifica. El nitrato
allí formado difunde a la interfase anaeróbica donde es rápidamente desnitrificado
(Adams, 1995).

La lenta velocidad de difusión de amonio desde la capa reducida a la capa oxidada y el


proceso de nitrificación en la capa oxidada, son los procesos que limitan las pérdidas

26
de nitrógeno en la secuencia nitrificación- denitrificación, ya que la difusión del nitrato
a la capa reducida y la reducción a nitrógeno molecular son procesos muy acelerados
(Adams 1995, Reddy et al., citados por Deambrosi y Méndez 2009).

Atanasiu (1985) plantea que la magnitud de las pérdidas de NO3 por denitrificación
dependen de: el potencial REDOX; la temperatura; el contenido de NO3 (proveniente
de la nitrificación del NH4 o de incorporaciones por fertilización) y del contenido de
materia orgánica.

Si bien la denitrificación es un proceso que se encuentra favorecido por condiciones de


anaerobiosis o exceso de humedad y alta temperatura, debe existir nitrato y una fuente
carbonada como sustrato (De Datta, 1986).

Debido a que las bacterias denitrificadoras necesitan materia orgánica como fuente de
carbono para sus actividades, la naturaleza y la cantidad de materia orgánica en el suelo
son factores que determinan los procesos de denitrificación. Por lo cual en suelos con
bajo contenido de materia orgánica las pérdidas por denitrificación pueden ser de poca
importancia (Adams, 1995).

Yoshida y Padre, citados por Carrillo de Cori (1991b) demostraron la importancia del
manejo del agua en el cultivo de arroz en relación a las pérdidas de nitrógeno y la
naturaleza de las mismas, encontrando que en los sistemas de inundación con agua
fluctuante se dan las mayores pérdidas de nitrógeno, adjudicando esto a los procesos
de nitrificación y denitrificación.

La volatilización constituye otra de las vías de pérdida del nitrógeno presente en suelos
inundados. El proceso ocurre a través del pasaje de amonio a amoniaco (gas) el cual se
pierde a la atmósfera. La velocidad de las pérdidas está en función directa de la
concentración de amonio en el suelo (Adams, 1995).

En el pasaje de amonio NH4 a amoniaco NH3 se libera un H+, por lo cual el pH y la


capacidad buffer del suelo influyen en el proceso de volatilización (Adams, 1995).

27
El pH del sistema suelo-agua determina la forma en la cual se presentan las moléculas
de amonio, con un pH inferior a 7 predominan iones amonio, mientras que con un pH
superior a 8,5 existe predominancia de amonio libre (Gould et al., citados por
Deambrosi y Méndez, 2009).

Los factores que alteran el pH del suelo son los responsables de cambios en el la
magnitud de las pérdidas por volatilización. En suelos con pH inferiores a 7,5 las
pérdidas por volatilización son insignificantes, mientras que cuando el pH sube por
encima de 8 existen pérdidas considerables (Fillery et al., Diest, citados por Deambrosi
y Méndez, 2009).

El pH del agua esta relacionado con la concentración de CO2 y la actividad del ion
bicarbonato (HCO3), con la aplicación de urea existe un aumento en la concentración
de bicarbonato en el suelo, generándose un aumento en el pH y por consiguiente
aumentando las pérdidas por volatilización (Ponnamperuma, citado por Deambrosi y
Méndez, 2009).

De acuerdo a lo planteado por Craswel, De Datta, citados por Gamarra (1996) las
pérdidas de nitrógeno por volatilización pueden alcanzar hasta un 60% cuando la
fertilización se realiza con urea.

En un experimento realizado por Carrillo de Cori (1991a) evaluando las pérdidas de


nitrógeno aplicado como fertilizante mediante el uso de N15 , encontraron que del
nitrógeno aportado por urea un 48% se pierde, mientras que el restante 52% queda en
granos (25%), paja, raíces y suelo. Las pérdidas se adjudican principalmente al proceso
de volatilización.

2.12 Manejo del agua y aplicación de nitrógeno

Las aplicaciones de urea previas a la inundación son recomendadas por varios autores
y se sustentan en que el fertilizante es incorporado en un suelo seco antes de inundar,
se mueve en profundidad acompañando el movimiento del agua y quedando retenido

28
como amonio en los coloides del suelo aumentando al eficiencia de uso del mismo
(Humphreys et al., citados por Deambrosi y Mendez, 2009).

Norman et al., citados por Quintero (2011), recomienda realizar la fertilización en


suelos seco e inundar dentro de un plazo de 5 días desde la aplicación del nitrógeno.

El manejo del riego es un factor fundamental a considerar para reducir las pérdidas de
nitrógeno. La alternancia de condiciones aeróbicas y anaeróbicas debido a la
alternancia de inundación y secado del suelo provoca tanto la nitrificación como la
desnitrificación, causando pérdidas de N proveniente de la materia orgánica y de los
fertilizantes (De Datta, 1986).

Las aplicaciones de urea sobre suelos inundados pueden determinar elevados niveles
de volatilización. Las perdidas de nitrógeno como NH3 en suelos inundados se
encuentran directamente relacionadas con la concentración de NH4 y el pH del agua.
La urea determina un aumento en la concentración de HCO3 como producto de la
hidrólisis de CO(NH2)2, lo cual determina un aumento en el pH del agua y por
consiguiente un aumento en las perdidas de NH4 (estable en suelos inundados) por
volatilización. La aplicación fraccionada es un de las medidas de manejo tendientes a
maximizar la recuperación del nitrógeno aplicado como urea en suelos inundados
(Carrillo de Cori et al., 1991b).

2.13 Momento de aplicación

Existen diversas formas de disminuir las pérdidas del nitrógeno suministrado en la


fertilización, dentro de las cuales se destacan el fraccionamiento de dosis aplicadas en
diferentes momentos del ciclo del cultivo, uso de inhibidores de la denitrificación, uso
de fuentes de liberación lenta de nitrógeno e incorporación de fertilizante con el agua
de inundación. En las condiciones de producción de nuestro país la práctica mas viable
y de mayor implementación es la de fraccionamiento de dosis (Gamarra, 1996).

29
Ferres y Piriz (1989) evaluando la aplicación de nitrógeno fraccionado en tres dosis
aplicadas a la siembra, macollaje y primordio, encontraron un mejor comportamiento
del fraccionamiento respecto a una única aplicación. Estos resultados no son
extrapolables a todas las situaciones, de acuerdo a que la respuesta es muy dependiente
de características del sistema suelo-agua-planta que determinan el potencial de
pérdidas de nitrógeno.

De Datta et al. (1969) establece que no existen ventajas en aplicar el nitrógeno en forma
fraccionada, si la variedad de arroz utilizada es resistente al vuelco y se cultiva en un
suelo de alta fertilidad, por lo contrario si no se cumplen dichas condiciones los
rendimientos se ven significativamente aumentadas por realizar fraccionamiento.

Evatt y Hodges, citados por Gamarra (1996) enfatizan en que el fraccionamiento de la


fertilización se hace necesario debido a que: es difícil de determinar la dosis necesaria
antes de la zafra, las dosis demasiado elevadas pueden incrementar el vuelco y
promover la infestación con malezas, y ésta constituye una práctica eficiente en reducir
las pérdidas de nitrógeno.

Barrios y Adams (1996) confirman la influencia de la tecnología de fertilización (dosis,


época y forma de aplicación) sobre el aprovechamiento del nitrógeno, lo cual se traduce
en mayor contenido total de nitrógeno en planta y rendimiento en materia seca. La
aplicación fraccionada del fertilizante ofrece a la planta una mayor disponibilidad de
nitrógeno durante todo el ciclo, explicando porque en determinadas situaciones el
fertilizante aplicado en forma fraccionada determina mayor rendimiento que el
suministrado en una única aplicación.

Castilla y Reyes (2003) encontraron un aumento en el número de granos llenos y


disminución el porcentaje de estériles en respuesta al fraccionamiento de las
aplicaciones de nitrógeno.

30
Trabajos realizados a nivel nacional muestran respuestas poco consistentes y muy
dependientes del año y de las condiciones particulares de cada experimento al
fraccionamiento del fertilizante nitrogenado.

Deambrosi y Méndez (1993, 1995) en suelos de la zona Este del país, con bajo tenor
de materia orgánica (Río Branco) encontraron un aumento en el número de panojas por
metro cuadrado con la aplicación de coberturas de N en primordio, la cual mejorara la
supervivencia de macollos.

Deambrosi et al. (2005) trabajando en Paso de la Laguna (Uruguay), con el cultivar


INIA Olimar, evaluaron 5 dosis de nitrógeno (0- 35-70-105 y140 kgN/ha) y 4 tipos de
fraccionamiento, encontrando que el mejor fraccionamiento fue 20% a la siembra, 50%
en macollaje y 30% en primordio, donde el máximo físico se presento a los 88kg de
nitrógeno, con una eficiencia de conversión de 8,9 kg de arroz por unidad de nitrógeno
aplicado.

En Río Branco, Fabre et al. (2007) trabajando con la variedad BRS jacana, diferentes
dosis (50-55-100-125-150-175-200 kgN/ha) y momentos de aplicación de nitrógeno
(50%siembra y 50% a los 45 días post emergencia; 50% a los 15 días y 50% a los 45
días; 100% a los 15 días y 100% 45 días) encontró que la mejor combinación fue 118kg
N/ha distribuidos mitad en al siembra y mitad 45 días post emergencia.

Deambrosi et al. (2008) trabajando con las variedades INIA Olimar y El Paso 144 no
encontraron diferencias significativas entre diferentes tratamientos de fraccionamiento
de las dosis de nitrógeno, lo cual se corresponde con lo encontrado por el mismo autor
para INIA Olimar en el año 2006.

2.14 Factores que condicionan la respuesta a nitrógeno

Deambrosi y Méndez (2007) destacan que deben existir condiciones de alta


luminosidad, sobre todo en el período critico de 20 días pre y post floración, y baja
frecuencia de ocurrencia de temperaturas inferiores a los 15°C, durante tres o más días

31
consecutivos durante la etapa reproductiva, para que exista un aumento en la
productividad como respuesta a la fertilización nitrogenada.

Los mismos autores concluyen que baja oferta solar durante la etapa reproductiva
disminuye las probabilidades de incremento de la productividad por el agregado de
nitrógeno, incluso puede mostrar un efecto depresivo sobre los rendimientos, debido a
que en tal situación se incrementa la altura de la planta y disminuye el índice de
cosecha.

Stansel et al., citados por Lavecchia (1991) encontraron disminuciones del 30% en el
rendimiento, cuando se producen descensos de 30% de horas luz para niveles medios
de fertilización nitrogenada.

La respuesta del cultivo además de encontrarse limitada por las condiciones


ambientales (luminosidad y temperatura) imperantes, depende de factores tales como:
cultivar, disponibilidad de nutrientes, manejo del riego, forma y momento de
aplicación, entre otros.

Deambrosi et al. (2004) reportan que altas fertilizaciones nitrogenadas a cultivares


poco tolerantes a frío en etapa reproductiva pueden incrementar la esterilidad de las
espiguillas.

Trabajos llevados a cabo en diferentes países muestran la influencia de los factores


citados anteriormente en la respuesta del cultivo de arroz a la fertilización nitrogenada.

A nivel nacional Chebataroff et al. (1980, 1983) trabajando con tres variedades de
arroz, (BR (EEE) 409, Bluebelle y Selección 976) y cuatro dosis de nitrógeno (0, 50,
100 y 150 unidades) en dos años con diferentes niveles de radiación recibida durante
el período critico, no encontraron respuesta a nitrógeno en condiciones de alta radiación
y en condiciones de baja observaron una significativa reducción en el rendimiento en
los niveles mas altos de fertilización.

32
En Colombia, Barreto y Rojas (1987), trabajando con dos manejos de del agua (lámina
rotacional 0,5cm y saturación) en tres niveles de desarrollo del cultivo y tres niveles de
fertilización nitrogenada (80, 120 y 160kg/ha), encontraron que el rendimiento
presento correlación directa con el número de granos por panícula (r=0,37), la altura
de la planta (r=0,34) y los niveles de nitrógeno (r=0,40). Los rendimientos en arroz
cáscara fueron afectados por la interacción de los factores manejo del agua y niveles
de nitrógeno, siendo más significativas las prácticas de riego. El rendimiento promedio
alcanzado en el experimento fue de 7295kg/ha.

Eriksen et al. (1985) evaluando diferentes formas de aplicación de la urea (aplicación


superficial de urea comprimida en tres dosis divididas o una vez con supergránulos de
urea aplicada a diferentes profundidades) en condiciones de inundación continua e
intermitente, encontraron que el rendimiento en grano fue siempre inferior en
inundación intermitente, en especial cuando las plantas fueron fertilizadas con
aplicaciones superficiales de urea granulada.

2.15 Efecto del nitrógeno sobre los componentes del rendimiento y materia seca
de parte aérea

El crecimiento de la planta de arroz se ve afectado directamente por la fertilización


nitrogenada. Diversos trabajos a nivel nacional e internacional reportan diferentes
efectos de la fertilización nitrogenada en la planta de arroz.

Deambrosi et al. (2004) en ensayos realizados con la variedad INIA Olimar, evaluando
diferentes densidades de siembra y dosis de nitrógeno (0, 40, 80 y 120 kg/ha),
encontraron diferencias muy significativas en rendimiento debido a aplicaciones de
nitrógeno sin evidenciar diferencias en índice de cosecha entre tratamientos. El
rendimiento promedio del ensayo fue de 10.971 kg/ha.

Según Dobermann y Fairhurst (2005) aplicaciones excesivas o desbalanceadas de


nitrógeno pueden reducir el rendimiento por las siguientes razones: sombreado entre
hojas causado por el excesivo crecimiento vegetativo; incremento en el número de

33
macollos improductivos que compiten con los fértiles reduciendo la producción de
granos; vuelco causado por la producción de tallos largos y delgados; incremento en el
numero de granos estériles; incremento en la incidencia de enfermedades causadas por
bacterias tales como xantomonas u hongos como pyricularia, debido al mayor
crecimiento de las hojas y a una excesiva biomasa e incremento en la incidencia de
insectos.

Rojas et al. (1983), encontraron que los aumentos en el suministro de nitrógeno se


relacionan con altura de la planta, número de tallos y peso de materia seca. Los mismos
autores citan a Otta y Yamada, quienes encontraron que altas dosis de nitrógeno
incrementan el porcentaje de esterilidad floral, siendo menor el incremento en
variedades de alta respuesta.

Counce y Wells, citados por Deambrosi y Mendez (2007) reportan que las respuestas
de los componentes de rendimiento a las aplicaciones de nitrógeno variaron con las
poblaciones de plantas. Con poblaciones bajas los incrementos en rendimiento se
explicaron por mayor macollaje, con poblaciones óptimas el mayor rendimiento es
debido a una combinación de mayor macollaje y aumento en el número de granos por
panoja, mientras que en poblaciones excesivas el número de granos por panojas es el
principal componente explicando el aumento en el rendimiento.

2.16 Componentes del rendimiento

Hay cuatro componentes o factores que contribuyen significativamente al rendimiento


de arroz en grano: el número de panículas por unidad de área; el número de espiguillas
o granos por panícula; el porcentaje de granos llenos; y el peso de los granos llenos.

De Datta (1986), expresa que cada componente del rendimiento se determina o


establece en diferentes etapas del crecimiento de la planta; así, el número de panículas
se determina durante la fase vegetativa, el número de espiguillas durante la fase
reproductiva, y el porcentaje de granos llenos y el peso del grano durante la fase de

34
maduración, espiguillas o viceversa, y que otras tienen granos de mayor peso, debido
al tamaño de los mismos.

2.17 Número de panículas por unidad de área

De Battista y Areas (2005), plantean que el efecto del ambiente en el número de


panículas es más notorio durante los primero6 20 a 25 días después del trasplante, o 15
a 40 días después de la siembra directa; durante este periodo de la fase vegetativa, la
planta produce hijos activamente. Los hijos salen del tallo en forma alterna; del tallo
principal emergen los hijos primarios, los que a su vez producen hijos secundarios;
estos dan hijos terciarios, los cuales en algunos casos producen hijos cuaternarios.

El estado número máximo de hijos se alcanza alrededor de los 40 a 50 días después del
trasplante, o a los 30 o 40 días después de la siembra directa. Los hijos que se forman
durante los 20 a 25 días después del trasplante producen panículas más grandes y más
pesadas que las producidas por hijos que se forman cerca del estado número máximo
de hijos.

Asimismo, señalan que, los hijos tardíos son sombreados e interferidos en la toma de
nutrimentos por los tempranos, y tienden a morir o no son productivos; es evidente, por
lo tanto, que si se induce la formación temprana de los hijos, se incrementa el número
de panículas por unidad de área.

Por su parte Gamarra (1983) expresa que, la formación de hijos se puede fomentar
mediante la: utilización de buenos semilleros; siembra de plantas jóvenes, a poca
profundidad; aplicación de un fertilizante al campo, antes del trasplante; prevención
del daño a las raíces de las plántulas durante el trasplante y después del mismo;
represión temprana de malezas.

Al tiempo en que la planta llega al estado de número máximo de hijos o inmediatamente


después, la panícula comienza a desarrollarse y este hecho marca la iniciación de la

35
fase reproductiva. En promedio deben transcurrir alrededor de 33 días para que una
panícula se desarrolle, y comience la exención.

Los primeros 10 días del desarrollo de la panícula son los más importantes en términos
del número de espiguillas; durante este periodo se diferencian, en las remas primarias
yen las secundarias, los raquis que portan las espiguillas. En el Cuadro 3 se detalla el
proceso del desarrollo inicial de una panícula.

2.18 Número de espiguillas o granos por panícula

García (1992), indica que el número de espiguillas es el segundo mayor componente


del rendimiento; este número se disminuye si las ramas secundarias no se forman, o si
se forman y luego se degeneran.

El número de espiguillas se puede maximizar si durante la fase reproductiva la


radiación solar es alta, la temperatura del aire es relativamente baja y las plantas son
sanas y vigorosas. Estas condiciones clima-ticas favorecen la actividad fotosintética y
producen aparentemente un incremento de los carbohidratos que se distribuyen en
varias partes de la panícula en desarrollo; por lo tanto, tales condiciones pueden ser la
causa de que se forme un mayor número de espiguillas.

La floración, que ocurre aproximadamente 35 días después de iniciada la formación de


la panícula, señala el comienzo de la fase de maduración de la planta. Un día después
de la emergencia de la panícula, las anteras se abren y el polen alcanza el estigma y se
fusiona con la ovocélula dentro del ovario; esto constituye la fertilización. (García,
1992),

El almidón comienza a acumularse luego en las espiguillas, iniciándose así el llenado


del grano; en la Figura 2 se muestran los cambios que ocurren en los granos y en las
panículas durante la fase de maduración. Dependiendo de las condiciones ambientales,
en la fase de maduración las espiguillas pueden convertirse en:

Espiguillas estériles, o sea aquellas en las cuales no hubo fertilización;


36
Granos no llenos, cuando hubo fertilización, pero los granos no alcanzaron su
desarrollo completo; granos llenos, o sean los que lograron su máximo desarrollo.

Asimismo, señala que hay varios factores que contribuyen a que se produzcan
espiguillas estériles (vacías) y granos no llenos; entre ellos están:

a. Las temperaturas bajas durante la formación de la. panícula, que pueden ocasionar
la degeneración del grano de polen en formación.

b. Las temperaturas altas del aire, o los vientos secos, los cuales pueden producir el
secamiento del estigma.

c. Una temperatura baja y una humedad alta a la floración, las cuales pueden influir en
la no apertura de las espiguillas.

d. Carencia de almidón para llenar las espiguillas, debida a: acamado de la planta, baja
intensidad de la luz, sedimento de las hojas por enfermedades y deño de insectos.
(García, 1992)

2.19 Porcentaje de granos llenos

Sobre el tercer componente del rendimiento, según Alonso, Vivian y Ortiz (1984),
establecen que el porcentaje de granos llenos, se hace importante durante la fase de
maduración; la cantidad de espiguillas vacías determina el porcentaje de granos llenos.
Para incrementar el porcentaje de granos llenos se sugieren las siguientes prácticas
culturales:

a. Escoger una época de siembra oportuna para que los valores de la radiación solar
sean muy altos durante los 115 días antes de la cosecha.

b. Prevenir el marchitamiento severo de las plantas durante el periodo de madurez.

c. Sembrar variedades resistentes al vuelco.

37
d. Seleccionar variedades de arroz cuya característica sea producir un alto porcentaje
de granos llenos.

e. Mantener las plantas en condiciones ambientales sanas durante el tiempo de


maduración.

2.20 Peso de los granos llenos

Marrella y Peyrou (2006), al referise al cuarto componente del rendimiento, expresan


que el peso de los granos llenos, se establece también durante la fase de maduración.
Es una característica varietal determinada en gran parte por el tamaño de la cascara.

Si la translocación del almidón es normal, el grano alcanza su máximo desarrollo. Las


espiguillas acumulan el almidón más rápidamente durante los primeros 20 días después
de la floración; asimismo, los granos de la parte superior de la panícula y de cada
ramificación del raquis, se llenan primero que aquellos que se encuentran en la parte
inferior.

Para incrementar el peso del grano se requieren las siguientes condiciones favorables
durante los últimos 45 días antes de la cosecha: alta radiación solar; ausencia de
estreses; plantas en condiciones sanas, y noches frescas durante el periodo de llenado.

2.21 Factores limitativos del rendimiento del cultivo

La producción de arroz se encuentra limitada por una serie de factores que restringen
las posibilidades de desarrollar procesos de innovación en el rubro tales como: la falta
de mejoras en el manejo productivo del cultivo; la falta de eficiencia en la
incorporación de nutrientes y fertilizantes durante el cultivo; el desconocimiento de las
implicancias ambientales asociadas al cultivo; el uso y manejo inadecuados del recurso
hídrico y factores climáticos como la temperatura, la radiación solar y el viento (FIA,
2006).

38
Actualmente existe un problema de cantidad y calidad en la transferencia y aplicación
de los paquetes tecnológicos diseñados para obtener una mejor productividad del
cultivo. Prácticas como: preparación y nivelación de suelos, fertilización, selección
adecuada de la variedad, uso de semilla certificada, manejo adecuado del riego, control
de malezas y labores adecuadas de cosecha, son algunos de los puntos críticos
necesarios de abordar y que marcan la diferencia entre un productor eficiente y rentable
y otro que no lo es (FIA, 2006).

A los productores arroceros les preocupa el uso eficiente de los fertilizantes en la


producción de arroz, dado el impacto que presentan en la estructura de costos del
cultivo. Se observa entre los pequeños productores un importante grado de
desconocimiento respecto de los niveles requeridos de nutrientes, en los distintos
estados fenológicos del arroz (FIA, 2006).

El desconocimiento produce situaciones de uso excesivo, extemporáneo e inadecuado


de fertilizantes, lo cual no sólo perjudica la productividad y rentabilidad del cultivo,
sino además, produce un efecto en el deterioro de los recursos hídricos y edáficos de la
zona arrocera. Colateralmente, la falta de información respecto del correcto uso y
asimilación de nutrientes incide en la presencia de plagas y/o enfermedades, tales como
el manchado y la pudrición del tallo, entre otros problemas presentes actualmente en
los arrozales (FIA, 2006).

Casi la totalidad de la producción de arroz, se realiza bajo riego con inundación


permanente y variación de los volúmenes de agua en las diferentes etapas fenológicas
del cultivo. Cabe destacar que el agua está directamente relacionada con el rendimiento
del cultivo, e influye en una serie de factores productivos como: número de plantas/ha,
número de panículas /ha, número de granos/panícula, calidad de los granos, entre otros
(FIA, 2006).

El agua también es muy importante en el control de malezas, principalmente de


gramíneas, entre las que se destacan el arrocillo y el arroz rojo. Además, el agua
presenta un efecto tampón contra las bajas temperaturas en la etapa reproductiva del
39
cultivo. Por estas razones, es importante hacer un adecuado y eficiente manejo de este
recurso, ya que cuando escasea se evidencian problemas de crecimiento de la planta y
bajos rendimientos, lo que se traduce en pérdidas económicas para los productores
(FIA, 2006).

El nivel recomendado de agua o de humedad en el suelo es esencial para mantener un


adecuado manejo de los nutrientes, de las malezas y de las pestes y enfermedades. Bajo
condiciones de secano la lluvia es un factor crítico, de lo contrario el cultivo sufre por
falta o exceso de agua predominante (Degiovanni et al., 2010).

Según Chandler (1984), los factores climáticos tales como la temperatura, la radiación
solar y el viento tienen influencia sobre el rendimiento del arroz, ya que afectan el
crecimiento de la planta y los procesos fisiológicos relacionados con la formación del
grano. Estos factores también afectan indirectamente el rendimiento aumentando el
daño causado por las plagas y las enfermedades (FIA, 2006). Además, las mayores de
las limitaciones del suelo para la producción de arroz son la erosión, la deficiencia de
nutrientes, la toxicidad y los suelos inadecuados (Robert, 1984).

La erosión del suelo es un problema en el cultivo del arroz de secano y cuando el arroz
se cultiva en laderas. La salinidad ocurre a causa de una excesiva acumulación de sales
solubles en el suelo. Las sales iónicas más importantes son sodio (Na), calcio (Ca) y
magnesio (Mg) que aparecen como cloruros o sulfatos. El cloruro de sodio (NaCl) es
la sal predominante (Degiovanni et al., 2010).

Las altas y bajas temperaturas por encima y por debajo de los límites críticos afectan
el rendimiento de grano ya que inciden sobre el ahijamiento, la formación de espiguillas
y la maduración. La radiación solar es la fuente de energía para el proceso fotosintético
y la evapotranspiración; y es fundamental para obtener buenos rendimientos (Robert,
1984). El arroz debe tolerar los tiempos ciclónicos caracterizados por los fuertes
vientos.

40
2.22 Medición de los Componentes del Rendimiento

La medición de los diferentes componentes del rendimiento según el Centro


Internacional de Agricultura Tropical (1989), permite analizar mejor un cultivo dado;
para ello se pueden seguir los pasos que se indican a continuación:

1) Seleccionar como unidades de muestreo dos cuadrados con cuatro sitios de siembra
o posturas (2 x 2 posturas), que sean representativas del cultivo; se debe evitar escoger
las muestras en las líneas del borde o en sitios donde falten posturas. Cuando la siembra
ha sido directa, se puede tomar una muestra con base en un solo cuadrado.

2) Contar el número de panículas (P) de cada pos-tura y determinar el total en las


unidades de mues-treo.

3) Trillar todas las panículas de la muestra y separar los granos no llenos (o vacíos) de
los granos llenos (o maduros). La separación se puede hacer mediante un separador de
semilla, o manualmente presionando las espiguillas para determinar si están llenas o
no.

Las espiguillas estériles se pueden diferenciar de los granos parcialmente llenos


aplicando yodo a los granos vacíos; así el almidón de los granos parcialmente llenos
(fértiles) producirá una coloración azul que no presentaran los estériles.

4) Contar tanto los granos llenos (F) como los granos vacíos (U).

5) Pesar los granos llenos; este peso será el valor W. Cálculos

Con las medidas anteriores se pueden calcular los componentes del rendimiento,
aplicando las formulas siguientes:

Número de panículas por postura = P (para muestras de 8 posturas)


8

Número de granos llenos /panícula = F .


P
41
Número de granos vacíos/panícula = U .
P

Porcentaje granos llenos o maduros F x 100


F+U
Peso de 1000 granos F x 100
W

Si el rendimiento esperado se va a comparar con el rendimiento medido, es necesario


determinar el contenido de humedad de la muestra, y ajustar el peso de los 1000 granos
obtenido en términos del contenido estándar de humedad, que es de 14%.

2.23 Análisis del Rendimiento

De acuerdo al CIAT (1989), el conocimiento de los componentes específicos del


rendimiento permite: planear estrategias confiables para obtener los rendimientos
esperados, y analizar las causas por las cuales el rendimiento esperado no se logró.

Una forma común de examinar el rendimiento es medir el peso seco de los granos
(rendimiento económico) y el peso seco total de la planta (rendimiento biológico) y
luego dividir el primero por el segundo; el resultado es el índice de cosecha IC:

IC = Peso seco de los granos _


Peso seco de la planta

Por lo tanto:

Rendimiento de granos en peso seco = IC x peso seco total

Otra medida comúnmente usada es la relación grano-paja, o sea la relación entre el


peso seco de los granos y el peso seco de la paja (parte aérea de la planta sin incluir el
grano).

Relación grano-paja = Peso seco de los granos _


Peso seco de la paja

42
Para las variedades mejoradas de alto rendimiento, el Índice de cosecha es alrededor
de 0.5 y la relación grano-paja es de más o menos 1.0.

43
3. MATERIALES Y MÉTODOS

3.1 Materiales

3.1.1 Ubicación del ensayo

Este ensayo será realizado en la provincia de la Vega en el municipio de Ranchito,


especialmente en el sector Sabana Rey, República Dominicana.

3.1.2 Condiciones edafoclimaticas de la zona en estudio

Esta zona se caracteriza por tener una precipitación anual de 2,291 mm y una
temperatura media 25 oC. La humedad relativa es de 75% aproximadamente
(ONAMET, 2011). Los suelos corresponden según Tirado (2003), a la zona Laguna
Verde los cuales presentan características semejantes a los de La Vega, con arcilla
plástica y drenaje más deficiente. Se encuentra al oeste del Río Jaya y su uso principal
es para el cultivo del arroz a causa de la retención del agua por la presencia del subsuelo
arcilloso y por la disponibilidad de riego. El área más importante de estos suelos se
utiliza para la producción de pastos por la dificultad de dotarla de agua por su lejanía a
los cursos naturales; el pasto mejorado mayormente cultivado es la pángola. Las
primeras capas hasta una profundidad de 60 cm están compuestas de arcillas exentas
de sales de calcio, las cuales han sido lixiviadas hacia estratos inferiores. El perfil de
los suelos Laguna Verde, muestra por lo general, lo siguiente:

0 – 30-cm arcilla de color pardo muy oscuro (10YR 3/1) con estructura en
bloque subangulares y pH 8.0;

30 – 60 cm arcilla de color gris oscuro (10YR 4/1), plástica e impermeable,


pH 8.0;

60 90 cm arcilla de color gris oscuro (10YR 4/1), plástica y con un ligero


contenido de carbonatos de calcio y pH 8.0;

44
90 - + cm arcilla color pardo grisáceo oscuro (10YR 4/2) mezclada con
arcilla calcárea de color pardo amarillenta (10YR 5/4), pH 8.0.

3.1.3 Descripción del material genético

La variedad de arroz Jaragua, fue adaptada al país en Genarroz por el genetista César
Moquete y proviene del grupo de líneas, que produce el FLAR en Colombia. Es
resistente a la piricularia y buenas cosechas de primavera e invierno. Su productividad
es sobre 500 kilos por tarea y el ciclo es 125 a 135 días. Es una variedad introducida
genéticamente al país con la finalidad de tener más calidad y rendimiento.

3.2 Métodos

Para realizar el trabajo de campo para el cultivo de arroz jaragua, se emplearán la


siguiente metodología:

Para instalar el experimento se eligieron terrazas contiguas en la zona de Sabana Rey,


Distrito Municipal Ranchito, Prov. La Vega, con uniformidad en las principales
características edáficas. El terreno presentó topografía completamente plana, con una
elevación de 53 msnm y será previamente nivelado para manejar una lámina de agua
permanente de 10 cm de altura sobre la superficie del suelo. Durante los meses de la
prueba la temperatura media ambiental será aproximadamente de 24°C, con valores
máximos y mínimos de 27 y 23 °C respectivamente. Los promedios de las variables
radiación solar, humedad relativa y evaporación potencial fueron de 34 mol/s, 82.89%,
y 3,8 mm/día, en forma respectiva durante el mismo período. La textura del terreno fue
arcillosa, pH 8.0, CICE 22,2 cmol(+)/l y con 2,36% de contenido de materia orgánica.
En el ensayo se usó arroz Jaragua por ser una variedad ampliamente cultivada por los
productores arroceros de la región y por presentar buena respuesta a la fertilización con
nitrógeno.

Siembra:
45
Se elabora un semillero con selección de semilla de primera calidad, o sea
certificada.

El proceso de siembra se hará por vía de trasplante.

Se visitará el campo las veces que se requiera aplicando la dosis de fertilizantes


adecuadas en cada tiempo requerido.

Se describirá todo lo concerniente a desarrollo del cultivo hasta su etapa de


recolección.

3.2.1 Manejo agronómico

Para el manejo agronómico del cultivo de arroz jaragua, se procederá a establecer los
siguientes criterios:

A. Preparación de suelo
B. Fertilizaciones
C. Aplicación de insecticidas
D. Control de maleza integral
E. Un buen sistema de riego
F. Asistencia técnicas en los momentos requeridos
G. Medida del crecimiento de la planta
H. Monitoreo de la panícula
I. Observación de la producción, rendimiento y calidad.

3.2.2 Manejo fitosanitario

Para el control fitosanitario se emplearán diferentes insumos para esos fines, que
controlen las plagas, productores de enfermedades. Vigilancia de la buena calidad del
agua.

46
3.2.3 Tamaño del experimento

El tamaño del experimento abarcará dos tareas equivalentes a 1258 mts2

3.2.4 Diseño del experimento

Se utilizará un diseño de bloques completos al azar con 5 tratamientos y cuatros


repeticiones, para un total de 20 unidades experimentales. Cada unidad experimental
tendrá un área de 40 m2 (8m x 5m).

3.2.5 Análisis de los datos

Se realizarán análisis de varianza y análisis de regresión con el modelo que mayor


ajuste para predecir el comportamiento de las variables estudiadas por efecto de la
variable regresora. Se aplicaran cinco aplicaciones de fertilizantes y un testigo absoluto
utilizando la siguiente fórmula: Testigo Absoluto (TA)= 0 kg/ha, el TI= 30kg/ha,
T2=60kg/ha, T3=90kg/ha, T4=120 kg/ha y T5=150 kg/ha de fertilizantes nitrogenados.

3.2.6 Descripción del tratamiento y factor de estudio

Para el desarrollo de este estudio que consiste efecto de la dosis creciente del Nitrógeno
en el desarrollo del cultivo de arroz. Se aplicaran cinco tratamiento y testigo absoluto,
durante las diferentes etapas del cultivo.

3.2.7 Variables a evaluar y descripción:

Durante el transcurso del ensayo se evaluarán las siguientes variables:

A) Producción (rendimiento en granos paddy, kg/ha). Lo cual consiste en medir


número de panícula en m2 en cada unidad experimental utilizando una cuadricula
cuya área fue de un 1m2
B) Desarrollo de la planta (altura de la planta y número de hijos/planta). En esta caso
se mide la longitud de la panícula midiendo con un una regla (cm) su respectiva
longitud, para luego cuantificar los promedios y determinar la longitud promedio
de la panícula por tratamiento.
47
C) Componentes del rendimiento (Número de panículas/m2, porcentaje de fertilidad
del grano, longitud y peso de la panícula, peso de mil granos).

48
4. CRONOGRAMA DE EJECUCIÓN

MESES
ACTIVIDADES
E F M A M J J A S O N D
Elaboración de anteproyecto
Preparación del suelo (Tres
pasos de arado y la nivelación)
Preparación de muro
Construcción de canales
Germinación de la semilla
Aplicación de molusquicida
Siembra e instalación del ensayo
Aplicación de tratamientos
(fertilización)
Control de maleza
Control plagas y enfermedades
Monitoreo y evaluación del
ensayo
Cosecha
Tabulación y análisis estadístico
Entrega del informe técnico final

49
5. LITERATURA CITADA

Adams, M. 1995. Fundamentos de química de suelos. Venezuela, Arauco. 393 p.

Agüero; R. 1996. Malezas del arroz y su manejo. Centro de Investigaciones en


Protección de Cultivos, Universidad de Costa Rica. 246 p.

Alonso, Vivian y R. Ortiz. 1984. Análisis de coeficientes de sendero de los principales


componentes del rendimiento agrícola en diferentes fases del lote clonal de la
caña de azúcar. Cultivos Tropicales, 6(4):805-811.

Atanasiu, N.; Samy, J. 1985. Arroz, uso eficaz de los fertilizantes. Zurich, Centro de
Estudios de Nitrógeno. 100 p.

Barreto, J.; Rojas, H. 1987. Manejo de agua y nitrógeno en arroz riego en Valle de
Cauca. Acta Agronómica. 37 (1): 22-35.

Barrios, M.; Adams, M. 1996. Uso de fertilizantes nitrogenados en arroz irrigado en un


suelo de la serie de Calabozo. Venesuelos. 4 (1-2): 28-35.

Benintende, S.; Benintende, M.; De Battista, J.; Saluzzio, M.; Sanchez, C.; Sterren, M.;
Arias, N.; Oszust, J.; Pretto, G.; Faccendini, N. 2011. Estimación de la
mineralización y fijación biológica del nitrógeno en suelos inundados para
optimizar su utilización en el cultivo de arroz y minimizar el daño ambiental.
Ciencia, Docencia y Tecnología Suplemento. 1 (1): 1-15.

Carrillo De Cori, C.; Casanova, E.; Rico, G. 1991a. Balance de nitrógeno en arroz de
riego en un vertisol del estado Guarico (parte I). Tesis de doctorado. Calbozo,
Venezuela. Universidad Central de Venezuela. Facultad de Agronomía. pp. 67-
84.

Carrillo De Cori, C.; Casanova, E.; Rico, G. 1991b. Cambios químicos del agua de
inundación de arroz bajo riego después de la aplicación de fertilizantes
nitrogenados. Agronomía Tropical. 41 (2-1): 55-68.

Casanovas, L. 2010. Manual Técnico Para El Cultivo De Arroz. (Oryza Sativa).


Comayagua, Honduras.

Casterá, F.; Deambrosi, E.; Méndez, R.; Roel, A. 2000. Manejo integrado del riego
en el cultivo de arroz. Momento de inundación y respuesta al nitrógeno. En:
Arroz: resultados experimentales 1998-1999. INIA Treinta y Tres. cap. 4, p.
1-25.
50
Castillo, J.; Terra, J.; Perdomo, C.; Mori, C. 2011 Contribución relativa de las distintas
fuentes de nitrógeno al cultivo de arroz, evaluada mediante técnica isotópica de
abundancia natural

Centro Internacional de Agricultura Tropical. 1989. Componentes del Rendimiento en


Arroz. Auxiliar Didáctico. Centro Internacional de Agricultura Tropical.
Colombia.

De Battista, J.; Areas, N. 2005. Arroz. In: Echeverria, H; García, F. eds. Fertilidad de
suelos y fertilización de cultivos. Buenos Aires, INTA. pp. 399- 406.

De Datta, S. 1986. Producción de arroz fundamentos y prácticas. México, Limusa. 690


p.

Deambrosi, E.; Mendez, R. 1996. Manejo y fertilidad de suelos. Montevideo, INIA. 79


p. (Serie Técnica no. 76)

Dobermann, A.; Fairhurst, T. 2000. Rice; nutrient disorders and nutrient management.
s.n.t. 191 p.

Eriksen, A.; Kjeldby, M.; Milsen, S. 1985. The effect of intermittent flooding on the
growth and yield of wetland rice and nitrogen-loss mechanism with surface
applied and deep placed urea. Plant and Soil. 84 (3): 387- 401.

Fabre, D.; Centeno, A.; Barbosa, G.; Alcantra, A.; Dantas, R. 2011. Doses e epocas de
aplicacao de nitrogenio en arroz de varzera. Pesquisa Agropecuaria Tropical.
41 (1): 29-38.

Fundación para la Innovación del Arroz (FIA). 2006. Agenda de Innovación Agraria
para la Cadena del Arroz en Chile. Fundación para la Innovación del Arroz
(FIA).

Gabrielli De Los Santos, A.; Pintos Batista, F. 2013. Respuesta a Nitrógeno del Cultivar
Inia Olimar según tipo de Riego y Sistematización. Universidad de la
República. Montevideo, Uruguay.

Gamarra, G. 1993. Arroz; manual de producción. Montevideo, Hemisferio Sur. 439 p.

Garcia, E. 1992. Incidencia de prácticas culturales en la arquitectura de la planta de


arroz. Arroz. 41: 12-17.

Jaramillo, S.; Pulver, E.; Duque, M. 2003. Efecto del manejo de la fertilización
nitrogenada en arroz de riego, sobre la expresión del potencial de rendimiento

51
en líneas élite y cultivares comerciales. (en línea). Consultado 12 nov. 2016.
Disponible en: www.blanquita.com/articulos/articulo4.html

Litzenberger, S. C. 1976 Guía para cultivos en los Trópicos y los Sub- Tropicos.
España. 124-128p.

Marella, M.; Peyrou, J. 2006. Respuesta del arroz a la fertilización. Universidad de la


República (Uruguay); Facultad de Agronomía.

Mejia De Tafur, S.; Menjivar, J. 2010. Nutrición mineral del arroz; Nitrógeno,
funciones importantes. In: Degiovanni, B.; Martínez, R.; Motta, O. eds.
Producción eco-eficiente del arroz en América latina. Cali, Centro Internacional
de Agricultura Tropical. pp. 306-335.

Molina, E. 2003. Características y manejo de fertilizantes que contienen Nitrógeno,


Fósforo y Potasio. In: Meléndez, G.; Molina, E. eds. Fertilizantes:
características y manejo. Centro de Investigaciones Agronómicas, Universidad
de Costa Rica, San José. p. 37-57.

Pirchi, H.J; Gregori, L.A; Crepy M.A; Arguissain, G.G. 2014. Efecto del sistema de
riego y dosis de fertilización nitrogenada sobre la eficiencia de uso del
nitrógeno en arroz. Fundación Pro Arroz – INTA.

Quintero, C. 2009 Factores limitantes para el crecimiento y productividad del arroz en


entre Ríos, Argentina. Tesis doctoral. La Coruña, España. Universidad de la
Coruña. 167 p.

Quirós-Herrera, R.; Ramírez-Martínez, C.; 2006. Evaluación de la fertilización


nitrogenada en arroz inundado. Agronomía Mesoamericana, julio-diciembre,
179-188.

Rojas, C.; Alvarado, R.; Belmar, C. 2008. Fertilización Nitrogenada en Arroz. Efecto
sobre Algunos Parámetros del Cultivo. Agricultura Técnica (Chile). 43(4). 353-
357.

Rojas, C.; Alvarado, R.; Belmar, C. 1983. Fertilización nitrogenada en arroz. Efecto
sobre algunos parámetros agronómicos del cultivo. Agricultura Técnica. 43 (4):
353-357.

Tirado, G. 2003. Los Suelos de la República Dominicana. Organización Mundial para


la Agricultura y la Alimentación. (FAO). Santo Domingo.

52
Villar Veras, L. 2005. Cultivo de Arroz. Ministerio de Agricultura y Ganadería.
Dirección de Educación Agraria. Colombia.

Villareal-Núñez, J.; Name-Tuñón, B.; Smyth, J.; Quirós-Valdés, E. 2007. Dosis


Óptima para la Fertilización Nitrogenada del Arroz, en la Región Central de
Panam. Agronomía Mesoamericana, enero-junio, 115-127.

53

Você também pode gostar