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La figura 1.1(a) muestra un diagrama de flujo que representa un diseño tradicional para un
proceso de productos químicos especiales. Se utilizan seis unidades de trasferencia de calor
(ej: calentadores, enfriadores e intercambiadores) y los requerimientos de energía son de 1722
KW para calentamiento y 654 KW para enfriemiento. La figura 1.1(b) muestra un diseño
alternativo creado por Linnhoff (1979) usando la metodología del análisis Pinch (recién
desarrollada) para lograr objetivos energéticos e integración de redes. El diagrama de flujo
alternativo emplea solo cuatro unidades de transferencia de calor y la carga de la utilidad de
calentamiento se reduce un 40% aproximadamente, y ya no se requiere enfriamiento.
Los objetivos del análisis Pinch, son objetivos termodinámicos, que muestran lo que el proceso
es intrínsecamente capaz de lograr si los sistemas de enfriamiento, de calentamiento y de
recuperación de calor son diseñados correctamente. En el caso de la Figura 1.1, el proceso
muestra que sólo se necesitan 1068 KW de calentamiento externo, y nada de enfriamiento en
absoluto. Esto da el incentivo para encontrar una red de intercambiadores de calor que
alcance estos objetivos.
1.2 Historia y experiencia industrial
¿La siguiente pregunta es si son estos objetivos alcanzables en la práctica industrial real, o se
limitan al estudio teórico?
Las técnicas de análisis pinch para el diseño de redes integradas presentadas en esta guía se
desarrollaron originalmente a partir de los años setenta en la Escuela Politécnica Federal de
Zúrich (ETH) y en la Universidad de Leeds (Linnhoff y Flower 1978; Linnhoff 1979). La Imperial
Chemical Industries (ICI) tomó nota de estas prometedoras técnicas y creó equipos de
investigación y aplicaciones para explorarlos y desarrollarlos.
No es de extrañar que después de esto, ICI amplió el uso del análisis pinch en toda la
compañía, identificando muchos nuevos proyectos en una amplia variedad de procesos, desde
plantas químicas a gran escala hasta unidades especialidades de tamaño modesto. Se
identificaron ahorros energéticos del 30% en promedio en procesos que antes se pensaban
optimizados (Linnhoff y Turner 1981). La estrecha cooperación entre los equipos de
investigación y de aplicación dio lugar a un rápido desarrollo; los nuevos hallazgos de la
investigación se probaron rápidamente en la práctica, mientras que los nuevos retos
encontrados en la planta real requerían que se desarrollaran nuevos métodos de análisis. En
pocos años, se publicaron otros trabajos describiendo muchas de las técnicas clave (Linnhoff y
Hindmarsh 1983, Linnhoff y otros 1983, Townsend y Linnhoff 1983). A partir de esto surgieron
nuevas investigaciones, en particular el establecimiento de un primer Centro y luego el primer
Departamento dedicado a la Integración de Procesos en UMIST, Manchester (ahora parte de la
nueva Escuela de Ingeniería Química y Ciencias Analíticas de la Universidad de Manchester).
El análisis pinch fue algo polémico en sus primeros años. El uso de conceptos simples en lugar
de métodos matemáticos complejos, y el ahorro de energía y las mejoras de diseño reportadas
en los primeros estudios, causaron cierta incredulidad. Por otra parte, el análisis pich se
comercializó a principios de su desarrollo cuando había poco conocimiento de la aplicación
práctica, dando lugar a varios fracasos comerciales. Resultaron opiniones divididas; Morgan
(1992) informó que el análisis pich mejora significativamente tanto el "diseño del proceso
como el proceso de diseño", mientras que Steinmeyer (1992) expreso su preocupación por el
hecho de que el análisis pinch pudiera perder grandes oportunidades de mejora. Sin embargo,
las técnicas han sido generalmente aceptadas (aunque más ampliamente adoptadas en
algunos países que otras), con amplia inclusión en cursos de pregrado, extensa investigación
académica y aplicación práctica en la industria. Pinch análisis se ha convertido en una
tecnología madura.