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4. VIH
a. Riesgo: El riesgo de exposición profesional al VIH ha sido evaluado
prospectivamente en ensayos multicéntricos. Estos ensayos revelan que la
sangre o los fluidos corporales sanguinolentos eran la fuente de infección en
todos los casos bien documentados. La herida por aguja (aguja hueca), es la
principal causa de infección profesional por VIH. El riesgo de infección por VIH
después de una exposición percutánea se ha estimado en un 0.3%. El riesgo de
infección después de una exposición mucocutánea es demasiado bajo para que
se pueda cuantificar, aunque se ha documentado infección por esta vía. En las
heridas por aguja, el riesgo de transmisión depende del volumen del inóculo, de
la cantidad de virus en la fuente, de la profundidad de la penetración y del tipo de
aguja (la aguja hueca presenta un mayor riesgo que la de sutura). No se han
documentado transmisiones por aerosoles, contacto casual o agujas de sutura
en el quirófano.
5. VHB
a. Riesgo: Aunque tanto el VIH, como el VHB se transmiten de la misma forma, la
eficiencia de la transmisión del VHB es mucho mayor. La transmisión tras el
pinchazo con una aguja contaminada con sangre de un enfermo HBe Ag positivo
se estima en un 30%. De todas las formas, a diferencia del sida, la hepatitis B es
una enfermedad prevenible. Las siguientes medidas preventivas son muy
recomendadas:
b. Profilaxis
1. Vacuna de la hepatitis B: Todos los cirujanos deben vacunarse de la hepatitis B
a no ser que se demuestre inmunidad activa por medio de los niveles de
anticuerpos. La vacuna es recombinante o inactivada y se administra a los 0, 1 y
6 meses.
2. Título de anticuerpos: Aunque no se recomienda la monitorización rutinaria de
los títulos de anticuerpos, se deben comprobar después de una exposición
conocida al VHB para determinar si se requiere más tratamiento profiláctico. Un
título de anticuerpos por encima de 10 mlU/ml en los 24 meses antes de la
exposición se consideran protectores.
3. Globulina inmune de la hepatitis B: Se recomienda tras una exposición al
VHB, a no ser que los niveles de anticuerpos revelen inmunidad activa en el
trabajador sanitario.
c. Riesgo de contagio al enfermo: La transmisión del VHB del cirujano al paciente
está bien documentada (especialmente de cirujanos que son HBeAg positivos),
lo cual subraya la importancia de las mediadas de prevención. Los cirujanos que
DOCUMENTO SOBRE BIOSEGURIDAD 4
UNIDAD DIDÁCTICA: CIENCIAS CLÍNICAS
están activamente infectados o que son portadores del VHB deben consultar con
el comité de infecciones local del hospital antes de ponerse a operar.
B. Tuberculosis
1. Riesgo: La tuberculosis (TB) es un riesgo profesional para los trabajadores
sanitarios que está bien documentado. El reciente resurgir de la TB en la
población general y la aparición de cepas resistentes a los fármacos habituales
ha aumentado el riesgo. Un estudio reciente entre médicos del Barnes Hospital
demuestra que un 8.6% de la población estudiada había desarrollado una prueba
cutánea positiva. La vía principal de transmisión de la enfermedad es la vía
aérea.
2. Aislamiento respiratorio: Todos los pacientes con una TB activa deben
mantenerse en aislamiento respiratorio. El aislamiento respiratorio requiere que
el cuidado del enfermo tenga lugar en una habitación ventilada con presión
negativa y el uso de dispositivos de protección respiratorio adecuados. Las
mascarillas quirúrgicas no se consideran una protección respiratoria adecuada.
Aunque el aislamiento respiratorio es un elemento importante para limitar el
riesgo profesional de protección a la TB, los trabajadores sanitarios siguen
teniendo riesgo de exposición a al TB por causas no identificadas.
3. Seguimiento de la enfermedad y profilaxis:
a. Pruebas cutáneas anuales de TB: Son recomendables. Los médicos que
desarrollan una positivización de la prueba cutánea deben ser evaluados
mediante una placa de tórax, planteándose la posibilidad de realizar tratamiento
profiláctico.
b. Profilaxis: El tratamiento con isoniazida se considera efectivo para evitar el
desarrollo de una TB activa y se recomienda después la positivización de la
prueba cutánea. Se recomienda también el tratamiento para los trabajadores
sanitarios que están expuestos a la TB y tienen enfermedades médicas, tales
como: insuficiencia renal, diabetes e infección VIH, todas las cuales suponen un
aumento de riesgo de desarrollar una TB activa. La dosis de isoniazida es de 300
mg/día durante un año. Uno de los efectos secundarios de la isoniazida es la
toxicidad hepática.
BIBLIOGRAFÍA: Washington Manual de Cirugía. Hospital Manual. 2da. Edición. Marban.
Washington Universty. St. Louis. 2002.