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Llegue de manera inesperada, me estuvieron esperando en mi casa toda la noche, aunque

realmente esperaba algo pues no sé, pero no esperaba mucho como aquello. La vi, era ella y
no podía creerlo era la misma no había cambiado nada solamente lo que marcaba la diferencia
era su vestido, aunque no llamaba mucho la atención era tan diferente y por la rareza de su
naturaleza empecé a extrañarle, aunque no es motivo de precipitarse la verdad no la quiero
pero está allí y no abra nada que cambie que esta noche será una gran noche.

La velada esta hermosa y aparecer todos lo disfrutan, en mi parte no comparto la idea de


nadie y esta noche no pienso como las otras, será que los días llegan pero se van como si
hubiésemos herido sus sentimientos, pero a quien le importa eso a la gente solo puede
preocuparse de todos con el fin de obtener algo a cambio, en mi parte llegue a sacar algunas
conclusiones.

Ella se acercó y susurro – ¿Cómo estás?- la oí pero fue tan ingrato llegar de esa manera y
pensar que no llegaría, al cabo uno quiere divertirse pero creo que esta noche será una
excepción – hola – le respondí lo más caballeroso aunque no debería hacerlo pues ella ya
conoce todos mis trucos, mi arte, mis secretos y por supuesto quien más que ella puede abrir
ese candado que olvido dejar la llave para que alguien pueda volverlo abrir, su intención es
llevarme a lo más profundo de mi demencia.

Estas bien – me volvió a preguntar - ¡Por supuesto¡ - le respondí, mientras tanto llevaba los
minutos tratando de entrar en su cabeza, es absurdo, ella está a mi lado y no sé qué decirle tal
vez será que no me interesa o simplemente no tengo temas, aunque siempre supe que para el
amor soy pésimo, no lo dudo pero no soy el único pues tengo la dicha desgracia de ser un ser
humano como cualquier individuo. De pronto comenzó a llorar, la vi pero no pude sentir nada
por ella aunque la impotencia de desahogarse es tan fuerte – ¿qué te pasa? – Le pregunte –
gracias por venir – no supe que decir soy de pocas palabras.

La noche empezaba a ponerse hermoso pero no tan hermoso que vieras llorar a una especie
tan hermosa y tales difíciles de entender pero es el motivo por la cual no pude alejarme, la
abrase con todas las ganas que tenía, pero no fue suficiente para calmar la hermosa melodía
que escuchaba desde su alma, nos pusimos a sentarnos, bajo las estrellas más la iluminación
de la luna solo esperaba que esto acabe pronto. El espacio era agradable no había nadie los
demás estaban dentro con las mentes desahuciadas y perdidas, mientras yo aquí tratando de
envolver con cinta todo un mundo de frustración más la floración de sentimiento que llevan
acabo la destrucción de todos sus sueños.

Solo la escuche, aunque realmente solo eso necesitaba ella, yo la miraba aunque
anteriormente la apreciaba era hermosa y distinguía tal galardón, el prestigio que se ganaba,
pero ahora solo la miraba pensando si debía hacerlo o no, en realidad ella necesita consuelo
que sea más allá de ser escuchado y prácticamente se sobreentiende puesto que ya la
conocían necesitaba ese momento en que ella me daba la señal, pero no fue así, un aves que
termino toque las mejillas aquellas que para entonces la hacía sentir especial, notaba que se
entregaba completamente de alma su inocencia estaba fuera de ella era el gran momento creo
aunque a ella no la vi tan ansiosa por el momento, no quería aprovechar.

Ella me miro me dijo – te extraño – yo no la creí aunque ella no se la creía simplemente


entorpeció su drama al llorar, ella nunca había llorado y mucho menos de amor para los dos
era estúpido ese llanto pero ahí se encontraba, daban a alimentación de las desdichas
sucedidas, esperen, ella no llora de amor ni mucho menos por un fracaso de amor. Ella llora
por sentirse ELLA.

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