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Testimonios sobre la destrucción de Chorrillos luego de la batalla de San Juan de Wikisource, la Biblioteca libre.

Los siguientes son los testimonios de soldados peruanos y chilenos que estuvieron presentes en la batalla de San Juan.

En el balneario de Chorrillos en Lima, el 13 de enero de 1881, no hubo batalla alguna ya que el ejército peruano se retiró de
los campos de San Juan hacia Miraflores, dejando desguarnecida las ciudades de Chorrillos y Barranco. Por tanto la
destrucción, saqueo, violaciones e incendio de Chorrillos se debió a la soldadesca chilena que así, festejaban lo que creían
el fin de la guerra.

La lucha llegó hasta el pie del Morro Solar; ahí fueron capturados los coroneles Miguel Iglesias y Billinghurst, el resto al
pie del Morro que da a los acantilados hacia la playa. Tampoco ese 13 de enero de 1881, hubo artillería peruana en la
ciudad y las líoneas más retrasadas de la artillería peruana se encontraban en la cima del Morro hacia los campos de San
Juan. Hubo dos intentos aislados de tropas peruanas de atacar a los chilenos en Chorrillos pero éstas no progresaron más
allá de los límites con Barranco y la quebrada Tenderini. Los testimonios aquí reproducidos dan fe de ellos. Por tanto, no
existió nunca una "Batalla de Chorrillos", toda la acción bélica se desarrolló en los campos de San Juan.

HISTORIA DE CHORRILLOS.- A 13 Km. al sur del Centro de Lima se encuentra el histórico distrito de Chorrillos.

Limita: Norte con el distrito de Barranco y el distrito de Santiago de Surco.


Este con el distrito de San Juan de Miraflores y Villa el Salvador.
Sur y Oeste con el Océano Pacífico.

En el año 1679 el virrey Conde de Lemos visitó Chorrillos en busca de baños y de mejor clima. Unos años después, en
1688 sobre los terrenos que el alférez español Francisco Carranza donó a sus primeros pobladores, unos cuantos indígenas
que se dedicaban a la pesca en Surco, se fundó la villa.
Más tarde, a partir de las nuevas donaciones de don Francisco Pérez Cormenante, Chorrillos empieza a cobrar vida.
La resistencia que los españoles opusieron a la causa de la independencia en la asediada Fortaleza del Real Felipe, en el
Callao, obligó a los patriotas peruanas a utilizarla como puerto.
Obtenida la independencia el lugar inició un auge inusitado y se convirtió en un recreo insuperable en América.

Durante el gobierno de don Agustín Gamarra la población de Chorrillos se duplicó y las construcciones fueron
reemplazadas de las rústicas chozas de caña y totora por los de adobe. Su gabinete del presidente y otros notables de la
época emprendieran una excursión hacia Chorrillos en el primer buque a vapor que llegó al Callao

Durante el gobierno de don Ramón Castilla se trazaron los planos del antiguo malecón y se iniciaron las obras. El
malecón era entablado y con barandal de madera. Permitía apreciar una panorámica de la costa y ostentaba dos glorietas.
Diseminadas en toda su extensión había un gran número de bancas y macetas de grandes dimensiones.
El tráfico entre la capital y la villa se hacía con toda clase de acémilas y carretas. Los coches y las calesas eran
empleados por la clase pudiente. Y a pesar de la excelencia de estos medios y la seguridad con la que se viajaba no se
podía evitar los inconvenientes de una carretera desigual y otros riesgos evidentes. Estas desaparecieron cuando el 7 de
noviembre de 1858 se inaugura el tramo del tren que unió con Lima. El ferrocarril innovó la vida de la villa y se convirtió
en un balneario de la aristocracia limeña.
Se le dotó de alamedas y parques. En las principales calles se sembraron ficus, molles y sauces. De esta manera,
Chorrillos se convirtió en un verdadero jardín. No había rancho que no contase con plantas finísimas que destilaban el
orgullo de sus propietarios.
San Pedro de los Chorrillos fue la denominación oficial del distrito a fines del siglo XIX. Esto en alusión a los chorrillos
de agua que se desprenden de los barrancos hacia el lado de la playa Agua Dulce.
Su demarcación quedaba encerrada entre la falda del Morro Solar y la quebrada que después se llamó Tenderini, y entre
los potreros de la hacienda Villa y Av. de la Rivera, denominada hoy Calle de Lima.
Chorrillos fue devastado durante la Guerra con Chile (1879-1883). La villa nunca recobró su antiguo esplendor. La estocada
final se la dio el terremoto de 1940.
Sin embargo, aún subsisten algunos monumentos históricos, unas gráciles playas que forman parte de Costa Verde, y una
serie de establecimientos que ofrecen a sus visitantes los mejores frutos del mar.
Chorrillos alberga también el Observatorio Astronómico del Planetario, erigido sobre el histórico Morro Solar, escenario
de importantes episodios de la Guerra con Chile (1879-1883). En este lugar se puede disfrutar una inigualable vista
panorámica del litoral limeño, desde Chorrillos hasta la isla San Lorenzo en el Callao.
Hoy en día, Chorrillos es un distrito heterogéneo, dividido entre un "centro" al norte del distrito, habitado mayormente por
una clase media, donde se encuentran los restos de su pasado como balneario, al este, hay nuevas urbanizaciones y de
asentamientos precarios, y al sur, la zona de Villa, que alberga Los Pantanos de Villa, la única Reserva Ecológica de la
ciudad, y varias urbanizaciones de clase media como Los Cedros y Las Brisas y la zona residencial de La Encantada de
Villa.

HUELLAS HISTORICAS Fue escenario de algunos episodios durante la guerra con Chile entre 1879 y 1883, por Ejemplo.
La Batalla de San Juan y destrucción de Chorrillos.
Casa histórica después de la destrucción de 1881. Casa histórica en la actualidad

CLIMA, es típico de costa central del Perú.


En invierno entre junio y septiembre se caracteriza por cielos grises, intensa humedad y suaves lloviznas. En verano entre
diciembre y marzo es cálido. Presenta precipitaciones totales que alcanzan un promedio anual de 60mm. La temperatura
media anual es de 18..6°C y la humedad relativa fluctúa entre 85 y 99% El anticiclón del Pacífico Sur, produce subsidencia
generando abundante nubosidad estratiforme, que explica la escasa precipitación y la predominancia de vientos de
componente sur que en promedio alcanzan, velocidades de 3m/s. Estos vientos en combinación con la corriente peruana
producen nieblas de advección característicos de esta zona.

HITOS URBANOS. Se puede visitar el Observatorio Astronómico del Planetario, en la cima del Morro Solar. Su vista a la
bahía de Lima hasta La Punta, en el puerto del Callao, es atractiva tanto de día y noche. En Chorrillos tienen sede
importantes clubes sociales peruanos, como el Centro Cultural Deportivo Lima, el Club Garzas Reales, el Club Ecuestre
La Encantada, el Club Hípico Peruano, o los exclusivos Regatas Lima y Country Club de Villa.

DEMOGRAFIA La población es 220 mil habitantes aprox., existiendo un total de 40,300 viviendas. Se estima que en la
zona que rodea al área protegida existe una población de 116,200 habitantes, en 21,200 viviendas ocupadas, lo que
representa 5.5 personas por vivienda.

A finales de septiembre de 1880, tras un recorrido por los departamentos serranos del sur, procurando animar la
resistencia peruana, el coronel Andrés A. Cáceres Dorregaray llegó a Lima, dispuesto a tomar parte en su defensa. Su 1°
afán fue entrevistarse con Nicolás de Piérola Villena ante quien expuso su opinión de que los chilenos llegarían a Lima por
el sur, demandando fortalecer ese lugar. Replicó Piérola que tenía informes equivocados, y que Ancón serviría a Chile como
puente para la invasión. No hubo entendimiento alguno y al solicitar Cáceres puesto en la defensa fue destacado a Huaral,
encaminándose hacia allá, disciplinadamente.

DESERCION Y FUGA DE PIEROLA A las 04H00, hallándose el campo cubierto por neblina, se escucharon tiros que
provenían de un encuentro entre avanzadas, haciéndose evidente que estaba por principiar la batalla. Media hora después,
avanzando y protegido por neblina, el ejército chileno cargaba sorpresivamente sobre el ala derecha, cuya defensa había
sido confiada al coronel EP Lorenzo Iglesias.
Cáceres marchó a ese sector de su línea, seguido por Piérola; y al percatarse que los chilenos cogían por retaguardia a las
tropas, cuando se lo hacía notar al dictador como esperando órdenes, éste volvió la espalda y partió hacia Chorrillos. Un
testigo de lo que sucedió, después relataría:
“Piérola ya no se dejó ver en toda la mañana. Ni Dávila que mandaba en la izquierda, ni Cáceres que sostenía el centro,
ni Iglesias que se batió en la derecha recibieron una orden suya. Estuvo en Chorrillos o en los callejones de Villa,
paseando y escuchando los ruidos de la fusilería y artillería en todas direcciones. Realizábase así su plan” — Documento
publicado en la Recopilación de Pascual Ahumada, Valparaíso, 1886, tomo V, pp. 223-228, data del 26 de mayo de 1881).

Tampoco fue sorpresa para Cáceres la deserción y fuga del dictador. Y al verlo partir asumió totalmente la dirección de la
batalla en su sector. Según una anónima relación peruana.
“...fue heroico el comportamiento de este ilustre jefe de nuestro ejército (sic) (y) gran parte de sus subordinados supo
también cumplir con su deber” —Crónica de “El Comercio”, Lima, enero de 1884.

EN LINEA DE FUEGO Pablo Argüedas y Domingo Ayarza, jefes de dos divisiones que combatieron a sus órdenes,
murieron a la cabeza de sus unidades que terminaron siendo diezmadas.
Cáceres solicitó apoyo del coronel EP Belisario Suárez, jefe de la reserva, éste se negó y marchó a Chorrillos,
aduciendo que sólo cumplía órdenes de Piérola. Carente de auxilio, todo el 4° cuerpo del ejército entró en la línea de
fuego, combatiendo durante tres horas al ejército chileno. El mismo, Cáceres estuvo en el sector central, animando a la
división Pereira que sostuvo algún tiempo con grandes pérdidas.
Pasó luego a la izquierda, pero a su llegada esta posición estaba ya en poder de los chilenos, Lorenzo Iglesias, había
incumplido sus órdenes. Su pesar aumentó al regresar al centro, pues Pereira acababa de abandonar el campo. Y al
trasladarse a la derecha comprobó que se consumaba la catástrofe, pues tras resistencia, fue finalmente destrozada la
división que comandaba Ayarza.

CACERES SE BAQTE EN RETIRADA. Cáceres, secundado por sus ayudantes, intentó reunir los restos y con ellos libró
aún una última resistencia, hasta que abrumado por la superioridad numérica chilena; ordenó la retirada camino a Barranco.
Allí Cáceres topó con su camarada Arias y Aragüez, quien trataba también por reunir dispersos, y entre ambos lograron
reorganizar un buen número, tarea en la que destacó también el coronel Francisco Velarde, jefe del Estado Mayor del
cuerpo de Cáceres y sus ayudantes Torres Paz, Lecca, Castellano y Carvajal. A esa hora, el doctor Sebastián Lorente
insistió con urgencia de socorrer al coronel Miguel Iglesias, a quien se suponía batiéndose aún en el Morro Solar de
Chorrillos, a juzgar por los fuegos de fusilería que trepidaban en esa dirección. Y Cáceres, con venia del general Pedro
Silva, a la cabeza de 400 hombres marchó a ese frente.
A medio camino se encontró con el coronel Suárez que se retiraba con sus fuerzas casi intactas; le reprochó que hubiese
asumido tal actitud cuando había aún fuerzas peruanas resistiendo, a lo que Suárez respondió que los fuegos se cruzaban
entre chilenos que empezaban a entrar en saco a Chorrillos. No satisfecho con esa respuesta, Cáceres siguió adelante,
comprobando que el Morro Solar había sido tomado.
A pesar de todo se acercó a Chorrillos y puso en fuga a una columna chilena, pero cuando proyectaba continuar el
combate, entusiasmado por el socorro de artillería que condujo el capitán de fragata AP Leandro Mariátegui, recibió orden
del Estado Mayor para retirarse a Miraflores. Eran las 14H00 de aquél día.
La división Suárez no tomó parte de la batalla a excepción de un batallón que el coronel Isaac Recavarren condujo en
auxilio de los que resistieron en el Morro Solar. Ese batallón fue el “Zepita”, quedando al cabo completamente destrozado.

ATRACTIVOS DE CHORRILLOS
EL MALECÓN.- Era el alma de Chorrillos. Por las tardes de temporada, al igual que en las noches de luna y retreta, se
veía concurridísimo. Luego de la Guerra con Chile fue reconstruido y recuperó nuevamente sus galas. Se entabló en
toda su extensión. Se le dotó de glorietas, bancas y faroles que completaron lo que fue el paseo preferido de la
aristocracia limeña.
En el siglo XX el malecón sufrió así una nueva transformación. Se sustituyó el antiguo piso de madera con un buen
enlozado de mosaicos y desaparecieron las bancas y su rústica glorieta. El alumbrado a gas dejó de existir y los faroles
fueron reemplazados por postes de luz eléctrica.
El malecón conserva su fisonomía indestructible. Y desde él se aprecia una inmejorable vista de la bahía de Lima.

DATOS HISTORICOS DEL COMBATE DEL “MORRO SOLAR”. Chorrillos 11 de Enero de 1881.
Publicado en “El Diario” 8 de Setiembre de 1908, Por el Teniente Coronel Don. Nicanor Beúnza.

“Los que cumplieron sus deberes ciudadanos y militares, en Batería de Artillería de la playa, en el histórico “Morro Solar”,
en Chorrillos, ya no existen.
Podemos cumplir nuestra misión de hoy, honrando su memoria: Grabados en el mármol y en el bronce, los nombres de hoy,
llevamos también en el fondo del alma un monumento de gratitud.
El 13 de enero de 1881, en el “Morro Solar” es una fecha que jamás olvidaremos; testigos de la terrible hecatombe,
devoramos amarguras e inquietudes, anhelos y dolores, así como desde la ventana allá de la Escuela Militar (antigua de
Cabos y Sargentos), contemplamos la orgía, la devastación y el incendio.
No preparado el Perú para la guerra, tuvo que lamentar en sus derrotas. La victoria que alcanzó el Ejército de Chile, fue
necesaria y lógica consecuencia, de su superioridad numérica, de sus modernas armas, del grado de Instrucción Militar de
sus Soldados y de Dirección Profesional de sus Oficiales.
La batalla en los campos de “San Juan”, técnicamente considerada, fue un desacierto, pero en ella, cuanta sangre
estérilmente vertida.
La línea de combate apoyaba su derecha en el “Cerro Marcavilca” próximo a la caleta de “La Chira” y se extendía hacia el
Este de Chorrillos, recorriendo diversos médanos o colinas denominadas de “Santa Teresa” y de “San Juan”, hasta los
confines de Pamplona; 12 kilómetros, si se considera desarrollada la curva de nivel regular que seguía, pero si la extensión
se contaba hasta “Vásquez” a hasta “Monterrico”, era mayor la longitud.
El 1° cuerpo de Ejército, comandado por el Secretario de Guerra, Coronel (hoy General de Brigada), D. Miguel Iglesias,
teniendo como Jefe de Estado Mayor al Coronel D. Guillermo Billinghurst y por Sub-Jefe al Coronel D. Miguel Valle
Riestra; y compuesto de 03 Regimientos, comandados, respectivamente, por los coroneles D. Mariano Noriega, D.
Regino Cano y D. Pablo Arguedas, estaba posesionado así:
El Batallón “Guardia Peruana” No. 1, Crnl. D. Carlos de Piérola, cerraba el ala y la 2° paralela del camino de Lima a
Chorrillos.
El Batallón “09 de Diciembre” Nº 3, Crnl. D. José Cáceres
EL Batallón “Cajamarca” Nº 5, Crnl. D. J. Belisario Ravines,
El Batallón “Tarma” Nº 7, Crnl. D. Francisco Mendizábal, cerca al punto en que une la indicada vía, con otra que parte,
también, de Lima y se aproxima a la anterior, a los cerros de “Santa Teresa”.
El Batallón “Callao” No.9, Corl. D. José Rosa Gil, a la vanguardia,
En la parte exterior de la Casa Hacienda “Villa” y el “Libres de Trujillo” No.11, Corl. (Hoy General de Brigada) Don
Justiniano Borgoño, el vértice y los lados del ángulo saliente, que forman los cerros de “Santa Teresa”.
Perpendicularmente y formando ángulo recto con estos cerros,
El Batallón “Libres de Trujillo”,
Los Batallones “Junín” No.13, Corl. Marcos Porras,
El Batallón “Ica” No.15, Corl. D. José Bonilla y
El Batallón “Libres de Cajamarca” No.17, Corl. D. Joaquín Bernal.
El Batallón “Guardia Peruana” N° 1 estaba en el extremo Sur que une la Bahía de Chorrillos y el comienzo de la altura
más culminante, denominada “Marcavilca”, se habían emplazado 02 Baterías:
- La primera y principal “Mártir Olaya” en la playa del Morro Solar, allí se habían montado dos cañones de 70 libras,
sistema “Parrot”. Habiendo mandado el de la izquierda, el de estas líneas escribe y el de la derecha, el Teniente D. Eulogio
Carlín, en cureñas de correderas, sobre una plataforma de madera y con un intervalo entre ellas de ocho metros. Ambos
giraban en un círculo completo, batiendo al mar y a la campiña, en un radio de acción de 4000 metros, que era su alcance
máximo. Todo el perímetro de la plataforma rectangular estaba cubierto con una fila de sacos de tierra, que apenas cubría a
la tropa hasta media pierna. Se habían colocado para desfigurar el terreno, más bien que para defensa de los proyectiles del
enemigo, pues toda era zona desenfilada. En la pendiente que solo mira al mar y sin poder defender el valle, sobre una
plataforma de madera se había montado una pieza de 500 libras, ánima lisa, sistema “Rodman”, mandada por el Teniente D.
David León y un poco más avanzada y al pie del corte vertical que sirve de límite al mar, se había colocado otra pieza
pequeña, que fue de la Corbeta “Unión”, sistema “Whitwoorth”, llamada “El Malcriado” y mandada por el Subteniente D.
Manuel Forcelledo (aún niño, que contaba 17 años de edad).
-La Segunda Batería, “Provisional”, mandada por el Capitán D. Manuel R. Cornejo, estaba en una meseta que avanza
hacia el valle, quedando vuelta al mar por su retaguardia, sin ser vista más que por la bahía; defendía los caminos que
conducen de “San Juan” y “Villa”, a Chorrillos, era compuesta de dos piezas de 32 libras, largas, de ánima lisa, sistema
antiguo, sobre cureñas de marina, montadas en dos plataformas de madera y sin parapeto alguno. Su radio de acción era
de 3,500 metros.
Era la 1 y ¾ p.m. Los artilleros del “Morro Solar”, que pensaban no abandonar el puesto del deber, mientras a ejemplo del
inmortal Bolognesi, no “hubieran quemado el ultimo cartucho”, eran también diezmados. La situación era insostenible: una
ametralladora manejada por el Mayor Hurtado y Haza y 200 hombres, más o menos, entre los que había tropas de distintos
cuerpos, hacían fuego, echados o de rodillas, sembrando el terreno de muertos y heridos, con los que se tropezaba a cada
paso; eran impotentes, a pesar de su resolución y arrojo, para contener a las fuerzas que por todos lados atacaban.
Encerrados en un círculo de fuego y acero, después de una resistencia sobrehumana, tuvieron que inclinar la frente ante la
fatalidad de inmerecido destino.
A las 2 p.m. la batalla de San Juan-Villa, había terminado por completo en el Morro Solar. Fue una dura batalla. 09 horas,
defendiendo palmo a palmo el terreno: 5000, contra 23000 hombres...
Prisioneros del Ejército que nos había vencido, pero no rendido, porque hasta después de media hora, que la cambiaron por
la suya, los chilenos, se vio en las alturas del Morro Solar, izada al tope, altiva y satisfecha de tanta abnegación y sacrificio,
la sagrada Enseña de la Patria!...¡Honor a los vencidos del Morro Solar!.
Honor a los que, envueltos en el manto de la gloria, como el Mayor La Barrera, que fue fusilado porque se resistió a decir:
¡Viva Chile!, exclamando, en cambio, en un arranque de patriótico orgullo: ¡Viva el Perú!, penetraron al templo de la
inmortalidad.
Honor y gloria a los que cumplieron más allá de su deber como soldados. Si el Coronel Iglesias, que hizo la defensa en las
estribaciones “Marcavilca” – “Santa Teresa” y Panteón, es el héroe de la defensa del Ejército en Chorrillos, el Coronel
Panizo, que fue el alma de la resistencia en el último baluarte en las Baterías de Artillería, es el Héroe del “Morro Solar”.
Fmdo: Nicanor Beunza
Teniente Coronel de Artillería y combatiente en el Morro Solar.
CAOS EN LIMA. En el tránsito, pudo advertir Cáceres la tremenda desorganización: el Ejército de Línea prácticamente ya
no existía. Los restos del Primer Ejército del Sur eran refundidos con unidades de reserva que llegaban a Lima de diferentes
partes del Perú, en tanto que veteranos jefes y experimentados oficiales eran sustituidos por otros improvisados cuyo único
mérito era el de pertenecer al partido de gobierno.
Se congregaron cerca de 16.000 hombres, pero más de la mitad fueron indios reclutados por la fuerza, muchedumbre casi
inerme que en la hora crucial serviría de carne de cañón. así eran los hombres que se aprestaban a combatir al invasor, y
con ellos se alistó lo mejor y más selecto del pueblo limeño, que asistieron a las trincheras por amor a su bandera y para
salvar el honor nacional del Perú.
El desembarco chileno en la playa Curayacu, sur de Lima, a mediados de noviembre de 1880, Cáceres lo previó, pero
Nicolás de Piérola opinó que el desembarco sería en Ancón, al norte de Lima, y dejó desprotegido el sur.
Piérola concibió 03 ejércitos; el del norte, centro y el de Lima; quedando en Arequipa inamovible el Segundo Ejército del Sur,
fuerte de 5.000 plazas

CHILENOS EN LIMA.- En la segunda quincena de noviembre de 1880, los chilenos asomaron por el sur, adentrándose
hasta Cañete; pero Piérola insistió todavía en que la ofensiva vendría del norte. Así, a finales de diciembre, descuidado
totalmente el frente sur, Chile desembarcó en Lurín un ejército de 26.000 hombres.
En medio del caos, Piérola refundió a última hora, los ejércitos del norte y del centro en lo que denominó Ejército de Línea,
que de tal solo tenían el nombre, según recuerda Cáceres.
Dicho ejército fue dividido en cuatro cuerpos y a Cáceres se le dio el comando del cuarto, de 4.500 hombres,
ordenándosele concentrarse en las alturas de San Juan. Lamentó el jefe peruano que el dictador, sin tomar iniciativa
alguna, permaneciese totalmente a la defensiva.
Piérola no apareció sino después de varios días y sólo para aprobar su dispositivo de defensa, que no fue otra cosa que un
cordón inusual y obsoleto desde medio siglo atrás, desparramando 6.000 hombres en 14 kilómetros de frente, sin fortines ni
fuertes y sólo con baterías y reductos donde se instalaron de manera rudimentaria algunas piezas de artillería.
VÍSPERAS DE LA BATALLA
Cáceres, motu propio, no pudo menos que recorrer el frente de su sector, disponiendo rectificaciones. Situó a sus tropas en
los lugares que creyó más adecuados, pero no contó con un buen servicio de avanzadas, ya que las que destacó con esa
misión no se percataron del avance adversario. Fue el propio Cáceres quien con su catalejo lo descubrió finalmente; Piérola
estuvo cerca de él en aquél trance, y aunque fue testigo de cómo la artillería chilena ofendía con fuegos intermitentes el ala
derecha de ese sector, se abstuvo de dictar orden alguna que contrarrestara su efecto. Así, varios jefes fueron perdiendo la
moral y la esperanza en un buen resultado.
A pie y a caballo, Cáceres corría a toda hora la línea de batalla, entusiasmando a sus tropas. Por lo menos, él cumplió con
su deber se esforzó en los batallones que estaba a sus órdenes: “Lima”, “Pichincha”, “Piérola”, “Canta”, “La Mar”,
“Manco Cápac” y “Ayacucho”.
El objetivo chileno fue destruir el centro de la línea peruana, justo el frente que defendería Cáceres. Contra él se pusieron
14.000 hombres, de las divisiones Baquedano y Lagos, que atacarían frontalmente y por el flanco izquierdo,
respectivamente.
En la noche del 12 de enero de 1881, un soldado capturado de las avanzadas chilenas informó que la movilización de su
ejército en orden de batalla se inició a las 16H00 de ese día. A Cáceres ya no le sorprendió la noticia, pues lo esperaba;
deploró, sin embargo, que a otros jefes la proximidad chilena les alarmase sobremanera. Esa noche no descansó un solo
momento, inspeccionando primero el reparto del rancho y ron a sus tropas y encaminándose al frente de su línea cuando
eran las 03H00 del 13, listo para combatir aunque ninguna orden recibiera de Piérola. Pero a esa hora se le presentó éste
solicitándole le acompañara en la inspección de la línea.

LA BATALLA
Luego de sucesivas derrotas al Perú, sólo le quedaba planear la defensa de Lima, su capital, ante el asedio del ejército
chileno. Pero seguían haciendo las cosas de forma incorrecta. Piérola, preparó la defensa sin escuchar los consejos de sus
experimentados oficiales. Se construyó la Ciudadela Piérola, para defender el Cerro San Cristóbal, armándolo con los
cañones de la “Independencia” y otros que fortificaban el Callao.
La calle de Santa Teresa en Chorrillos totalmente destruida después del saqueo e incendio.
Así festejaron los victoriosos chilenos el supuesto fin de la guerra. La fotografía fue tomada al
día siguiente de la batalla, 14 de enero de 1881.
La idea era enfrentar a los chilenos fuera de Lima, instalándose en San Juan y Miraflores. La
división Lynch estaba lista para entrar en acción de combate, eran cerca de las 16H00 y
comenzaba a amanecer. Una luz en lo alto de la cordillera hacia el oriente, haciendo a sus tropas visibles al enemigo.
Los peruanos rompieron fuego con su infantería y artillería, la cual encontró inmediata respuesta de las tropas chilenas.
Durante 01 hora la división Lynch sola contra las fuerzas del general Iglesias, debido a que la división Sotomayor,
que debía venir en apoyo se retrasó en su avance. Mientras tanto las fuerzas de Cáceres apoyaban al primer cuerpo del
ejército peruano.
En ese momento, el general Baquedano ordenó a 03 regimientos de la reserva del coronel Arístides Martínez apoyar a
Lynch, lo que hizo prontamente, sumándose a la brigada Gana que avanzaba hacia San Juan.
Pronto las tropas peruanas eran expulsadas de sus reductos, procediendo a replegarse hacia el Morro Solar.
A las 08H00 el batallón que defendía Villa era arroyado luego de un terrible asalto a bayoneta. Lo mismo ocurría en Santa
Teresa, donde sus ocupantes eran obligados a marchar a las fortificaciones de los alrededores de Chorrillos. Mientras
combatía la 1° división, la 2° atacaba a las fuerzas de Cáceres en la entrada de San Juan. La resistencia peruana era
tenaz. En ese sector se abría paso también la brigada del coronel Gana, formada por el “Buin”, “Esmeralda” y el
“Chillan”.
El “Buin” avanzó en guerrillas al ataque, mientras el “Esmeralda” y el “Chillan” tomaban las trincheras al pie del monte de
San Juan.
El “Buin” acometió las trincheras por el frente y corriéndose por un costado, amago la altura que protegía el pozo defendido
por los batallones “Manco Cápac” y “Ayacucho” al mando del coronel Cáceres. Pronto fueron apoyados estos
batallones por el “Huanuco”, el que bajo una lluvia de balas avanzó en ayuda de sus compañeros. Los chilenos, poseído
con furia, destruía y mataba cada soldado que se cruzara en su camino conquistando la cima.
El Malecón aristocrático del balneario de Chorrillos, totalmente destruido luego de la batalla del 13 de enero de 1881.
Cabe destacar que no se combatió en las calles de Chorrillos: la lucha fue en el Morro
Solar y al pie del mismo.
Era el paso perfecto para que las tropas de Baquedano pasaran las fortificaciones, por
lo cual lanzó la caballería en persecución de los peruanos, pero fueron detenidos por la
presencia de nuevos batallones que entraron a luchar en un feroz ataque, haciendo
retroceder a los “Granaderos a Caballo” y “Carabineros de Yungay”, en cuya acción cae muerto el comandante Yávar.
Avanzado el combate, las municiones comenzaron a escasear en ambos mandos, por lo cual decayó la fiereza del combate.
Aprovechando este receso, las fuerzas de Iglesias salieron en persecución del “4º de Línea” y del “Chacabuco” que eran
obligados a retroceder. Baquedano al darse cuenta de la crítica situación de sus tropas, mandó en apoyo de éstos al
“Valparaíso”, el “Zapadores” y la brigada Barceló, salvando así el resto de sus tropas.
Los chilenos ya apoderados del Morro Solar, asegurando el ala derecha completa de la defensa, empujando a las tropas
peruanas hacia Chorrillos, ciudad que fue rodeada por las fuerzas del coronel Pedro Lagos y del coronel Urriola. El
“Bulnes” y el “Valdivia” atacaron por el costado norte del Morro Solar; el “Esmeralda”, el “3º de Línea”, un batallón del
“Valparaíso” y el “Aconcagua” embistieron por el costado. Los defensores encerrados convirtieron el lugar en una fortaleza
luchando desesperadamente.
Al caer la tarde, la batalla de San Juan, había terminada y la ciudad Chorrillos, libre de tropas peruanas organizadas.
10.000 bajas habían sufrido entre ambos ejércitos. De esas, 4.000 eran hombres que habían pagado con sus vidas durante
la guerra.
Baquedano había conseguido la victoria y Piérola se encontraba en Lima, mientras el Ejército de Reserva del Perú
custodiaba la línea fortificada de Miraflores.
Terminada la batalla, nada pudo detener a los chilenos, entraron al lujoso balneario de Chorrillos, saquearon, abusaron y
violaron a mujeres que encontraban, no respetando las banderas neutrales, matando civiles e incendiando el lugar.
Inútiles fueron los intentos de los oficiales chilenos de frenar a los soldados, quienes inclusive, borrachos, se mataban entre
ellos hasta por una botella de licor, produciéndose más de 200 muertos por sus propios compañeros.

RELACION OFICIAL DE LOS SS. JEFES Y OFICIALES QUE COMBATIERON EN LAS BATERIAS DE CHORRILLOS,
EL13 DE ENERO DE 1881.
Cdte. Genera : Sr. Coronel de Artillería Don. Arnaldo Panizo
1° Jefe de Batería: Sr. Capitán Nicanor Luque
Sr. Capitán Manuel R. cornejo
Sr. Teniente David León
Sr. Alférez Manuel Forcelledo
Sr. Alférez Enrique Abásolo (Oficial de Pañoles)
Sr. Alférez Belizario Beúnza
Sr. Alférez Alberto Panizo (Aydte. de la Cdcia Gral.)
Sr. Alférez Gerardo Soria (Aydte del Cdte. Gral.)
Sr. Alférez Abel Ayllón (Aydte del Cdte. Gral.)
Cirujano de 1ra. Clase, Dr. D. Julio Becerra.
Practicante Dr. D. Manuel A. Gall
Farmacéutico D. José Guzmán
Agregados: Sr. Crl. D. José Ruesta
Sr. Capitán D. Fabio Rodríguez
Sr. Teniente D. Eulogio Barraza
Sr. Teniente D. Juan M. Valcárcel
Sr. Alférez D. Nicanor Beúnza (Se replegó del 3er. Escuadrón Volante de Artillería, trayéndose el aparato de cierre de la
pieza que mandaba).
Paisano D. Eduardo García. (CIEGO. Se presentó desde la madrugada como soldado. Está fuera de todo encomio, pues
es el único caso que se presenta en la Historia Universal. Con su generosa actitud entusiasmaba y electrizaba a la tropa
para que no desmayara en el combate.
Fmdo. Manuel Hurtado y Haza
V.B. Arnaldo Panizo.

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