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Lectura y Redacción Universitaria

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Fuentes
Fuente 1
Corrupción
por Richard Webb
Director del Instituto del Perú de la USMP
¿Qué sabemos realmente sobre la corrupción? Para otros males sociales, como la desnutrición, la
mortalidad infantil, la inflación y la pobreza, contamos con mediciones frecuentes que crean conciencia
del problema y orientan las estrategias. Pero la corrupción es un mal de la noche, tan fácilmente
escondida como exagerada. Además, robar lo que es de todos, como hacemos cada vez que pagamos
una coima, parece no tener la claridad ética del acto de robarle a alguien en particular.
Existe un Índice de Transparencia Internacional, pero este compara, no niveles comprobados de
corrupción –que rara vez existen– sino su percepción subjetiva, dato que se acerca al chisme. Según ese
indicador, de 177 países estudiados, el Perú está lejos de los más honestos (Dinamarca, Nueva Zelanda)
pero también de los más corruptos (Somalia y Corea del Norte), ránking que ha cambiado poco en diez
años. La reciente ola de acusaciones a presidentes regionales y otros funcionarios quizá nos hará perder
posición, pero en ese frente tenemos harta competencia. Incluso en Europa, la región del mundo menos
deshonesta, el 50% de los ciudadanos entrevistados afirma que la corrupción ha aumentado en sus
países.
El historiador Alfonso Quiroz elaboró una mirada de largo plazo al caso peruano, desde la época
colonial hasta Fujimori, y su estudio fue publicado póstumamente hace un año. Quiroz concluye que la
corrupción ha ido cambiando de forma pero que su nivel ha sido relativamente constante a lo largo del
tiempo, fluctuando mayormente entre 2% y 6% de la producción nacional. En el siglo XX, los niveles
más altos se habrían registrado durante el gobierno de Velasco y el de Fujimori. Sin embargo, en mi
opinión sus cálculos descansan demasiado en las afirmaciones de acusadores, con frecuencia cargados
de motivación política, y adolecen también de confusiones conceptuales, por ejemplo cuando no se
distinguen los costos de una deficiente gestión administrativa de los del enriquecimiento ilícito y
consciente. Los costos ocasionados por el colapso de bancos mal supervisados o de colegios mal
construidos no necesariamente son atribuibles a actos de corrupción. De otro lado, es probable que
Quiroz subestime la vastedad de la corrupción de pequeña escala que caracteriza al sector público.
Es igualmente difícil precisar las causas de la corrupción. Una de las teorías, la menos convincente en
mi opinión, es la que asocia la degradación moral, y por ende la corrupción, con la pobreza, idea que
siempre ha sido parte de la autoimagen de los grupos más acomodados. En su obra “Psicoanálisis de la
corrupción”, el psicoanalista Saúl Peña señala: “En el Perú la pobreza, la miseria, no solo material sino
también espiritual, es enorme, generándose una abismal diferencia entre el que tiene todos estos
beneficios y el que no los tiene”. La población menos favorecida, dice, es en gran parte desnutrida y
analfabeta “afectiva y culturalmente”, y vive en un medio familiar lleno de conflictos y abusos. Ojalá
fuera cierto que la mejora económica nos vuelve más honestos.
Creo, más bien, que la corrupción está fuertemente enraizada en factores culturales que compartimos
ricos y pobres. En su libro “Romper la mano”, el antropólogo Ludwig Huber describe un conjunto de
“disposiciones socioculturales” que son favorables a la corrupción en el Perú, y que hacen posible que
esta alcance una condición de normalidad que casi “la inmuniza contra cualquier medida de reforma”.
Por ello, no bastará la mejora económica de nuestro país para acabar con este problema.

Consultado de http://elcomercio.pe/opinion/mirada-de-fondo/corrupcion-richard-webb-noticia-1737968
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Corrupción y cinismo
por Gonzalo Portocarrero
Sociólogo
“El Perú puede empezar a vivir otra etapa en su vida republicana. Respeto de la ley y retroceso del
cinismo”. En las últimas semanas, la corrupción ha (re)emergido como el gran problema peruano. Y no
solo de esta tierra sino también de toda América Latina y de muchas otras partes del mundo. Además,
a la luz de nuestra realidad, estamos aprendiendo que la dinámica de la corrupción es mucho más
compleja de lo imaginado y que sus consecuencias son bastante más serias de lo que parecen.
Por el lado de la complejidad, resulta que la corrupción es un modus operandi donde la iniciativa está,
básicamente, en el corruptor que tiene ya una gran experiencia en el uso del soborno para ganar
licitaciones o lograr adendas sin tener los méritos que lo justifiquen. En el caso de Alejandro Toledo,
solo hizo falta que expresara su deseo por una coima para que la empresa Odebrecht abriera unas
negociaciones que llevaron a disminuir drásticamente el monto de la ilegal comisión. Pero el daño peor
puede provenir de una asignación de recursos distorsionada, aquella que lleva a priorizar la inversión
que teniendo menos urgencia puede llevar a más ganancias. Este es el caso de Toledo y la carretera
Interoceánica, el entonces presidente estuvo dispuesto a entregar la construcción a Odebrecht en tanto
las comisiones serían mucho más considerables en este proyecto que en otros. Se ha mencionado
muchas veces que la prolongación de la autopista Ramiro Prialé tiene una mayor utilidad y un menor
costo. El proyecto que empezó con un presupuesto de US$1.000 millones terminó costando cerca de
US$4.000 millones. Esto significa que Toledo estuvo dispuesto a que el Estado pagara US$3.000
millones de más, en tanto él obtuviera su coima de US$20 millones.
¿Quién es más censurable, la autoridad que busca y recibe la coima, o la empresa que ha hecho de los
pagos ilegales el puntal de su política? Es indudable que los perjuicios que produce Odebrecht son
mucho más significativos. No solo por la enorme cantidad de dinero defraudada, sino por la herida a la
autoestima del país. Con la complicidad de nuestro ex presidente nos han robado sin compasión. Duele
saber, por ejemplo, que la empresa constructora ha cobrado US$77 millones por construir cuatro casetas
de peaje. Esta sobrevaloración desmesurada implica la pérdida de respeto de la capacidad de control del
Estado y el desinterés por la ciudadanía peruana. Pero el ex presidente tiene una gran responsabilidad.
Toledo ha preferido embolsarse US$20 millones para su propia economía a que el país economice
US$3.000 millones, que resultan de una supervisión ajustada a la realidad de los gastos.
La situación demuestra cuánto dependen entre sí la corrupción y el cinismo. Una de las bases de la
corrupción es el cinismo. La cara dura, imperturbable, esgrimida justo en el momento en que se está
faltando a la verdad, revela a un actor consumado que pretende engañar a su audiencia. Toledo es muy
mentiroso, no es novedad, lo sabemos hace tiempo. Pero aun así sorprende la contumacia de su falsía.
Repite sus mentiras, y se hace el ofendido y hasta agrede cuando no logra convencer a su interlocutor.
¿Qué efectos tiene sobre la sociedad la proliferación de mentirosos? ¿Y de los cínicos que mienten y se
reafirman en sus mentiras? El cinismo desafiante desmoraliza a la ciudadanía, pues hace visible que a
través de perseverar en la mentira se puede lograr realizar los propios sueños aunque sean ilegales y de
funestas consecuencias sociales. Felizmente, no por lo ocurrido en el Perú, pero sí por los
acontecimientos en Brasil, esta vez el cinismo corrupto ha sido denunciado. Esta vez no funcionará. Y
la sanción que reciba Toledo será una lección para la gente como él a la vez que una lección para las
mayorías.
Ofenderse cuando se es desenmascarado es como agredir a quien hemos golpeado. Ver al ex presidente
en esa lid puede resultar indignante o penoso. Pero creo que más allá de la compasión que nos puede
producir su caída, tenemos todo el derecho de sentir que algo mejorará en nuestro país. El Perú puede
empezar a vivir otra etapa en su vida republicana. Respeto de la ley y retroceso del cinismo.
Consultado de http://elcomercio.pe/opinion/columnistas/corrupcion-y-cinismo-gonzalo-portocarrero-noticia-
1968635?ref=flujo_tags_514944&ft=nota_14&e=titulo
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"Todos tienen un precio"
por Waldo Mendoza
Profesor del Departamento de Economía de la PUCP

A propósito del caso Alejandro Toledo, el economista Waldo Mendoza plantea redefiniciones claves
para combatir la corrupción

¿Cómo abordar el Caso Alejandro Toledo? El punto de partida es tener una buena hipótesis de por qué
ocurrió. Yo tengo una: todos tienen un precio.

Muchos afirman con inocencia, como luego de la caída de Fujimori, que esta es una oportunidad para
desterrar la corrupción. Yo soy escéptico, como Fernando Rospigliosi. “¿Cambiará la corrupción en el
Perú?: no creo. Si antes no cambió, no hay razón para que suceda ahora” (El Comercio, 11/2/17).
Mi escepticismo tiene que ver con Gary Becker, premio Nobel de Economía de 1992, y Mario Puzo,
autor de “El padrino”.
Becker ha estudiado diversos temas. ¿Por qué la gente se casa, por qué se divorcia o por qué se vuelve
criminal? Su idea central es que los individuos son racionales, eligen la mejor opción que esté a su
alcance, dadas las restricciones que enfrenten, buscando maximizar su propio bienestar.
En este marco, los individuos cometerán delitos si el beneficio esperado de las actividades delictivas es
mayor que el de las actividades legales. El beneficio es el ingreso menos el costo. El ingreso o el costo
no tienen que ser económicos. Un ingreso puede consistir en ganar prestigio, un costo puede ser el
desprestigio. El individuo se dedicará a delinquir si el ingreso por delinquir (recibir los sobornos por la
construcción de la Interoceánica, digamos) supera el costo esperado de cometer el delito (casi nulo, en
el momento en el que Toledo habría hecho el trato). Toledo fue racional.
Por su parte, el personaje de Puzo, Vito Corleone, nos dejó una frase que es como la hipótesis que pone
a prueba la teoría de Becker: “Es un hombre de negocios. Le haré una oferta que no podrá rechazar”.
La expresión de don Vito es sinónimo de “todos tienen un precio”.
En resumen, según Becker, los individuos delinquen porque el beneficio de hacerlo es mayor que el de
no hacerlo, y Puzo nos dice que la prueba de que es así es que todos tienen un precio.
¿Todos tienen un precio? Por lo que estamos viendo en el Perú, parece que todos los ex presidentes
tenían un precio, y alguien les hizo una oferta que no podían rechazar. El caso raro es el de Paniagua.
¿Qué se puede hacer, en este escenario, para combatir la corrupción?
En primer lugar, me parece que hay que redefinir el concepto de honesto. La definición laxa de honesto,
honesto tipo I, es la de la persona que no ha cometido delito “por falta de oportunidades”. La definición
exigente de honesto, honesto tipo II, es la de la persona que no ha delinquido, a pesar de las
oportunidades.
En segundo lugar, hay que aplicar la política beckeriana de reducir los beneficios esperados de las
actividades delictivas en relación con los de las actividades lícitas. Rospigliosi parece tenerlo claro: “De
poco sirven las abultadas penas y los controles si las posibilidades de salir atrapado y sentenciado son
mínimas. Los potenciales delincuentes consideran que vale la pena correr el pequeño riesgo”.
Pero alguien tiene que aplicar la política, y ese alguien no puede ser un honesto tipo I. Porque
seguramente nuestros ex presidentes corruptos eran honestos del tipo I antes de ser presidentes.
Necesitamos algún gobernante honesto del tipo II.
¿Tenemos alguien de este tipo, un nuevo Paniagua, entre los candidatos a la presidencia del 2021?

Consultado de http://elcomercio.pe/economia/negocios/todos-tienen-precio-waldo-mendoza-opinion-noticia-
1968401?ref=flujo_tags_514944&ft=nota_19&e=titulo
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¿Problema u oportunidad?
por Jorge Medina
Presidente de Proética

"El que un ex presidente sea sometido a la justicia envía un mensaje claro de que la impunidad puede
ser combatida".
¿Es la corrupción un problema sistémico? Si por sistémico entendemos lo que está enraizado en los
hábitos de una sociedad que tolera conductas deshonestas en el sector público, en los políticos y en los
negocios, la respuesta es sí. La corrupción se ha naturalizado: “Roba pero hace obra”, “Todo está
podrido”, “Para qué denunciar si todos están amarrados”, “Nosotros robamos menos”, y así por el
estilo.
En las últimas semanas, a raíz de los casos de corrupción de alto perfil que involucran al mundo político
y empresarial, he escuchado a varios líderes preguntarse: “¿Qué nos pasó? ¿Cómo llegamos hasta
aquí?”. Parte de la respuesta está en lo absolutamente engañados que estaban cuando pensaban que la
corrupción era un problema exclusivo del Estado y de los informales. Fallaron en la autopercepción.
En los 90 la corrupción tuvo un control centralizado desde la cabeza del Estado. En la primera mitad de
los 2000, con la regionalización, la corrupción se descentralizó. A partir de entonces –con crecimiento
económico sostenido– se produjo la intervención de operadores políticos que originó la infiltración de
actividades corruptas casi a todo nivel. En los últimos veinte años hemos visto la agudización de dos
fenómenos: por un lado, la infiltración de la economía ilegal en la política, y, por el otro, el incremento
de la gran corrupción en megaproyectos centralizados y descentralizados, que indican cómo el interés
político se mezcla con el interés privado para –mediante redes y complicidades– aprovecharse de las
necesidades de infraestructura, educación, salud, etc., y a través de compras, licitaciones y obras
públicas, beneficiarse indebidamente en perjuicio del país.
A raíz de la orden de captura de Alejandro Toledo –cuyo nombre figura en una lista de los más buscados
al lado de narcotraficantes, sicarios y delincuentes–, el Perú está protagonizando un caso
verdaderamente vergonzoso en la comunidad internacional y muy pronto tendremos a nuestro segundo
presidente preso en menos de diez años. ¡Y quizás no sea el último!
¿Es esta una situación lamentable? Sin duda lo es. Pero no todo es negativo. Podemos tornar esta
tragedia –como muchos la ven– en un efecto ‘dinamitador’ positivo. Para empezar, el que un ex
presidente sea sometido a la justicia envía un mensaje claro de que la impunidad puede ser combatida.
Además, una situación tan grave como la actual puede sacudirnos de nuestro letargo y llevarnos a
involucrarnos en las reformas que requiere el país, evitando así una nueva oportunidad perdida, como
la ocurrida luego de la caída de Fujimori y Montesinos.
Tenemos frente a nosotros dos carriles paralelos. Uno, que llevará a la investigación y posible
judicialización de ex presidentes, autoridades y personajes de alto perfil del sector público y privado
que resulten responsables de presuntos actos de corrupción. El otro –que no debemos descuidar– debería
llevarnos a resolver el fenómeno de la corrupción a largo plazo, pues si no atacamos el origen del
problema, no importa que hoy vayan presos todos los culpables: mañana tendremos al Odebrecht de
turno por no haber matado la mala hierba de raíz.
Conviene preguntarnos, por tanto, si la corrupción es causa o efecto. De la respuesta dependerá cómo
enfrentemos la peor lacra que impide nuestro desarrollo sostenible. Pues bien, en opinión de varios
expertos, la corrupción no es el problema; es la consecuencia de otros que la originan, es decir, es efecto,
no causa. ¿Cuáles son, entonces, las causas que la originan?
Una primera –evidente a todas luces– es la forma ilegal en que se financia la política y que origina que
autoridades electas paguen favores en contra del mejor interés del país. Un segundo factor es la falta de
transparencia y rendición de cuentas en el Estado, con sistemas de compras y contrataciones públicas
opacos que alientan la cultura del “vale todo”.
Una tercera causa es la ineficiente regionalización que entregó poder a las regiones sin que estas tengan
el respaldo técnico y funcionarial que asegure una buena administración. Los problemas se multiplican
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en los municipios. Las prácticas corruptas están inmersas en ambos niveles de gobierno. Un cuarto
factor que explica la corrupción sistémica es la fragilidad de nuestras instituciones: el Poder Judicial, la
Policía Nacional y el mismo Congreso, por mencionar solo tres.
¿Qué hacer entonces? Tenemos que ir a las causas del problema. Hacer las reformas que impidan la
aparición de nuevos Odebrecht. Estas son la reforma política; la del sistema de administración de
justicia, empezando por el Consejo Nacional de la Magistratura; la reforma de la policía; modernizar el
Sistema Nacional de Control y la contraloría, entre otras medidas. Propuestas no faltan. Allí están las
100 medidas sugeridas por la Comisión Presidencial de Integridad, el Plan 32 de Transparencia y las
iniciativas que desarrollan Voluntarios Proética.
El Congreso de la República tiene la gran oportunidad de hacer estas reformas. Su actual composición
–para bien o para mal– no le permitirá excusas ni eximirse de su responsabilidad histórica.

Recuerda la importancia de contar con diferentes fuentes que te permitan tener


un conocimiento amplio del tema que trabajarás, de esa manera el proceso de
redacción será más sencillo y ágil, ya que dispones de mayor información e ideas
para enriquecer tu texto a elaborar.
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Anexo
Para la elaboración de fichas bibliográficas
ESQUEMA DE FUENTES DE INFORMACIÓN
La información presentada está en base a las normas en estilo APA 6ta edición

A. FICH AS

A.1. Artículos en una revista científica (journal) exclusiva de Internet

Apellido, Nombre del Autor. (Año de revisión o copyright, si está disponible). Título del
artículo. Título de la publicación, número de páginas o alguna otra indicación sobre la
extensión del documento en caso de que exista. Recuperado el (fecha de acceso), de (URL)

Fredrickson, B. L. (2000, 7 de marzo). Cultivating positive emotions to optimize health and


well- being. Prevention & Treatment, 3, Article 0001a. Recuperado el 20 de noviembre de
2000, de http://journals.apa.org/prevention/ volume3/pre0030001a .html

Para la validación del trabajo: Texto citado en el artículo

A.2. Documento independiente, sin autor, sin fecha


Título del documento. (s.f.). Recuperado el (fecha de acceso), de (URL) GVU’s 8th WWWuser
survey. (s.f.). Recuperado el 8 de agosto de 2008, de
http://www.cc.gatech.edu/gvu/user_survey

Para la validación del trabajo: Texto citado en el artículo

A.3. Documento disponible en el sitio Web del programa o departamento de una


universidad

Apellido, Nombre del autor. (Fecha de revisión o copyright, si está disponible). Título del
documento. Recuperado el (fecha de acceso), del sitio W eb del (nombre de programa o
departamento de la universidad): (URL)

Chou, L., McClintock, R., Moretti, F. & Nix, D.H. (1993). Technology and education: New wine
in new bottles: Choosing pastas and imaging educational futures.
Recuperado el 24 de agosto de 2000, del sitio W eb del Institute for Learning Technologies de
la Columbia University: http://www.ilt.columbia.edu/publications/papers/newwinel.html

Para la validación del trabajo: Texto citado en el artículo

A.4. Libro en línea

Apellido, Nombre del autor. (Fecha). Título del libro. (Edición o cualquier otra
información disponible). [En línea] Productor o editorial. Recuperado el (fecha de acceso), de
(URL)
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Strunk, W ., Jr. (1918). The elements of style [En línea]. Columbia Press. Bartleby Library.
Recuperado el 5 de junio de 2000, de
http://www.columbia.edu/acis/bartleby/strunk/strunk/html#11

Para la validación del trabajo: Texto citado en el artículo

A.5. Bases de datos: Artículo de una revista científica

Apellido, Nombre del autor. (Fecha de revisión o copyright, si está disponible). Título
del artículo. Título de la publicación, volumen (número), número de páginas o alguna otra
indicación sobre la extensión del documento. Recuperado el (fecha de acceso), de la base de
datos (nombre de la base de datos).

Borman, W , C., Hanson, M. A., Oppler, S.H., Pulakos, E.D. & W hite, L.A. (1993). Role of early
supervisory experience in supervisor performance. Journal of Applied Psychology, 78, pp.
443-449. Recuperado el 23 de octubre de 2000, de la base de datos PsycARTICLES.

Para la validación del trabajo: Texto citado en el artículo

B. GRAB ACIONES, CDs y VIDEO

B.1. Artículos de Internet basados en una fuente impresa

En la actualidad, la mayoría de los artículos publicados en línea, son duplicados de una


versión impresa. Por lo tanto, se cita al igual que en el formato impreso. En el caso de que
el artículo se encuentre únicamente en versión electrónica, debe incluirse después del título
y entre corchetes [Versión electrónica]

VandenBos,G., Knapp, S. & Doe, J. (2001). Role of reference elements in the selection of
resources by psychology undergraduates [Versión electrónica], Journal of Bibliographic
Research, 5, 117-123.

Para la validación del trabajo: Texto citado en el artículo

B.2. Informe de una universidad, disponible en el sitio Web de una organización privada
Nombre de la universidad, Ciudad de la universidad, Facultad. (Fecha de revisión o copyright,
si está disponible). Título del documento. Recuperado el (fecha de acceso), del sitio W eb
de (nombre de la organización privada): (URL)

University of California, San Francisco, Institute for Health and Aging. (1996, noviembre).
Chronic care in America: A 21st century challenge. Recuperado el 9 de septiembre de 2000,
del sitio W eb de la Robert W ood Johnson Foundation: http://www.rwjf.org/ library/chrcare/

Para la validación del trabajo: Texto citado en el artículo


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B.2. Artículo de enciclopedia, CD-ROM


Autor/Editor (si son conocidos). (Fecha, si está disponible). Título del material utilizado. En
la fuente (edición y/o versión, en caso de que sea relevante) Disponible en [CD-ROM].
Lugar: Nombre del productor.
(1994). Genetic engineering. En Compton's Interactive Encyclopedia (Versión
2.0) Disponible en [CD-ROM]. Carlsbad, CA. Compton's NewMedia, Inc.
Para la validación del trabajo: Texto citado en el artículo

C. DI ÁLOGOS Y ENTREVIST AS

C.1. Programas de radio y televisión


Thomason, M., Rudd, P., & Fineri, W . (W riters/Directors). (2007). North W est Passage
[Television series episode]. In T. W right (Supervising Producer), Captain Cook: Obsession
and discovery. Melbourne, Vic: Film Australia.

Leonard, D. (Producer), & de Pieri, S. (Presenter). (2009). A gondola on the Murray


[Television series].Melbourne, Vic: ABC Television.

Para la validación del trabajo: Texto citado en el artículo

D. FOTOGRAFÍ AS

D.1. Twitter
BarackObama. (2009, July 15). Launched American Graduation Initiative to help additional
5mill. Americans graduate college by 2020: http://bit.ly/gcTX7 [Twitter post]. Retrieved
from http://twitter.com/BarackObama/status/2651151366

D.2. Facebook
Barack Obama. (2009, October 9). Humbled. http://m
y.barackobama.com/page/community/ post/obamaforamerica/gGM45m [Facebook
update]. Recuperado de: http://www.facebook. com/posted.php?

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