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EL PREDICADOR Y SUS CARACTERÍSTICAS

La Biblia describe al predicador como un “Heraldo” la palabra griega sería


(Kerux) que transmite un “Mensaje” (En griego Kerugma). En 1 Timoteo 2:7 el
apóstol Pablo testifica que él fue designado como “Heraldo” para dar el mensaje de
Jesucristo nuestro salvador. El “Heraldo” era el que por encargo del príncipe o del
estado proclamaba con voz potente la noticia encomendada. Su deber era transmitir
de manera inalterable el mensaje y la opinión de su superior, había una efectividad
inmediata en su labor, porque lo que anunciaba entraba en vigor en el momento del
anuncio. El “Heraldo” cristiano tiene algunas diferencias con el “Heraldo” de tiempos
bíblicos, porque el evangelio que proclama no es un mensaje para ser colocado en
una pared, sino uno que tiene una dinámica vital, anuncia la vida, proclama a Cristo
como Señor.
El Predicador es: El heraldo del cielo aquí en la tierra, que trae el mensaje de
su Señor Jesucristo y debe transmitirlo con voz potente y fervorosa, entendiendo
que dicho mensaje debe ser escuchado pronto, porque está enmarcado en el tiempo,
y debe ser vivido. Porque es un mensaje lleno de vida y de poder.

¿Cuáles deben ser las características de un verdadero predicador?


1. Vive diariamente la experiencia de la conversión:
Juan 1:3 “Lo que hemos visto y oído, eso os anunciamos, para que también
vosotros tengáis comunión con nosotros; y nuestra comunión verdaderamente
es con el Padre, y con su Hijo Jesucristo.”
“No os atreváis a predicar un solo sermón más a menos que sepáis, por
vuestra propia experiencia, lo que Cristo es para vosotros.”1
2. Tiene convicción del llamado:
En este punto el predicador está convencido de que Dios lo ha llamado, que
predica y desarrolla cada sermón porque Dios ha delegado sobre sus hombros
una misión, no ve la predicación como un oficio, como una simple
responsabilidad que le fue asignada en un momento en específico. Significa que
el predicador tiene la plena seguridad de que es “Heraldo de Cristo.”
Gálatas 1:15-15 “Pero cuando agradó a Dios, que me apartó desde el vientre
de mi madre, y me llamó por su gracia, revelar a su Hijo en mí, para que yo le
predicase entre los gentiles, no consulté en seguida con carne y sangre.”
3. Está dotado del poder del Espíritu Santo:

1
Elena G. White. Testimonios Para los Ministros. Pág. 155.
1 Corintios 2:4 “Y ni mi palabra ni mi predicación fue con palabras
persuasivas de humana sabiduría, sino con demostración del Espíritu y de
poder.”

4. Tiene conocimiento de la Palabra de Dios:


Hechos 18:24 “Llegó entonces a Éfeso un judío llamado Apolos, natural de
Alejandría, varón elocuente, poderoso en las Escrituras.”
“Los predicadores que quieran trabajar eficazmente para la salvación de las
almas, deben ser a la vez estudiantes de la Biblia y hombres de oración… Aquel
que no posea el conocimiento de la palabra de vida no tiene derecho a intentar a
instruir a otros en el camino al cielo”.2
5. Tiene conocimiento de la gente:
El verdadero predicador es aquel que conoce a su audiencia, visita a los
hermanos de la iglesia, trabaja en los grupos pequeños para conocer las
necesidades de las personas, sus caracteres y así preparar los sermones
oportunos que la hermandad necesita.
“Pero Juan no pasaba la vida en ociosidad, ni en lobreguez ascética o
aislamiento egoísta. De vez en cuando, salía a mezclarse con los hombres; y
siempre observaba con interés lo que sucedía en el mundo. Desde su tranquilo
retiro, vigilaba el desarrollo de los sucesos. Con visión iluminada por el Espíritu
divino, estudiaba los caracteres humanos para poder saber cómo alcanzar los
corazones con el mensaje del cielo.”3
6. Tiene conocimiento de los tiempos:
1 Crónicas 12:32 “De los hijos de Isacar, doscientos principales, entendidos en
los tiempos, y que sabían lo que Israel debía hacer, cuyo dicho seguían todos sus
hermanos.”
El predicador ha de ser un observador de los tiempos. Nuestros sermones no
debieran ser meros informativos de sucesos que impactaron a la comunidad o al
mundo, salpicados de textos bíblicos y nutridos de abundantes citas del espíritu de
profecía. Predicar a los tiempos es algo diferente: es tener un sentido del “kaíros”
(Palabra griega referida al tiempo de Dios) del tiempo oportuno y urgente en cuanto
a la voluntad de Dios se refiere. Debiéramos tener la sensibilidad del profeta que no
sólo dice: "Así dice el Señor”, sino también "El tiempo ha llegado". Por otra parte el
predicador no es un enfermo de ficción, sino un hombre comprometido con la
realidad de Dios, que conoce con pericia la época en la que vive. Siempre que predica
lo hace con el entendimiento del tiempo en que vive y no presenta temas aislados de
la realidad presente, es cierto; todos los temas de la Biblia son importantes, pero la
predicación debe ser actual y conforme al tiempo que va en desarrollo, para esto el

2 Elena G. White. Obreros Evangélicos. Pág. 262


3 Elena G. White. El Deseado de todas las Gentes. Pág. 77
predicador debe estudiar y conocer las profecías.4
7. Debe tener una vida devocional:
"Mi mensaje a los predicadores jóvenes y ancianos es este: observar
celosamente
vuestras horas de oración, estudio de la Biblia y examen de conciencia”5
8. Debe ser; Humilde, sencillo y siempre esconderse en Cristo:
Mateo 11:29 “Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso
y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas.”
En la ruta de Martín Lutero que lo llevaba a la ciudad de Worms se encontraba la
ciudad de Erfurt, donde durante muchos años predico y trabajo, al pasar por aquel
lugar, rápidamente los hermanos lo invitaron a predicar, acepto el llamado y aunque
su situación actual era preocupante, su vida estaba en riesgo, al predicar sólo se
propuso exaltar a Cristo. El conflicto de los siglos cita aquel evento así: “No dijo
Lutero una palabra tocante a su peligrosa situación. No quería hacerse objeto de los
pensamientos y de las simpatías. En la contemplación de Cristo se perdía de vista a
sí mismo. Se ocultaba detrás del Hombre del Calvario y sólo procuraba presentar a
Jesús como Redentor de los pecadores.”6
9. Debe tener imaginación y creatividad:
Además de conocer las Escrituras el predicador debiera ser un pensador, un
productor de ideas (La idea es lo primero que se necesita a la hora de montar un
sermón) Un generador de reflexión. Un hombre que desarrolla una
curiosidad permanente por clarificar los conceptos y descubrir nuevas facetas de
la verdad: alguien que emplea su mente para gloria de Dios, y que con su
inventiva es capaz de demostrar que no todo está pensado.

4 Iván Marrero. Guía de Homilética y Predicación de Setaven. Pág. 3


5 Elena G. White. Obreros Evangélicos. Pág. 105
6 Elena G. White. Conflicto de los Siglos. Cap. 8

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