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Las relaciones entre México y China, de la Nueva España al Porfiriato

Las relaciones entre México y China se remontan a más de 400 años de antigüedad,
fue en el siglo XVI cuando lo que hoy es México formaba parte de la Nueva España
y China era un Imperio bajo el control de la dinastía Ming que se dan esos primeros
contactos de carácter comercial mediante la llamada “Nao de la China”, que eran
galeones que conectaban ambos pueblos a través del océano pacífico.

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Esta conectividad no solo acrecentó los lazos comerciales, sino también la amistad
entre ambas culturas, este galeón que transportaba varios productos chinos entre
los más importantes la porcelana y la seda, salía de las costas de Fujían y Cantón,
pasando por el puerto de Manila, en la actual Filipinas, y llegaban a las costas de
Acapulco, en donde era cargado de plata con destino a China (p. 192) [1]. A la
llegada de la Nao a costas mexicanas, se celebraban festividades, vinculando a los
tripulantes Chinos con los pobladores de Acapulco, incluso llegando hasta a
establecerse pequeñas comunidades de chinos en territorio mexicano.

La primera Nao que llego procedente de China a México, fue el galeón San Pablo,
abriendo consigo la ruta comercial que se conoció como la “Ruta de la Seda”, la
cual dejo de operar en 1815, debido a las problemáticas que la Nueva España
estaba viviendo internamente por su guerra de independencia ante España,
poniendo fin a esta ruta marítima que duro aproximadamente 250 años.

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A pesar de que la Ruta de la Seda había llegado a su fin, la migración de Chinos a


México continuo, esta provenía tanto de China así como de los chinos que llegaban
a Estados Unidos en busca de trabajo, los cuales terminaban cruzando hacía
México, instalándose en regiones como Sonora, Sinaloa, Baja California Norte,
Tamaulipas, Chihuahua, Veracruz, Yucatán, Chiapas y en el Distrito Federal.

No fue sino hasta el periodo conocido como el “Porfiriato” (1876-1911) que los
contactos políticos entre México y China se vuelven a restablecer de manera formal
y diplomática, esto en el marco del proceso de industrialización capitalista que vivía
México, en donde la interconectividad era uno de los principales objetivos del
gobierno, necesitando para ello mano de obra barata tanto en minas así como en la
industria ferrocarrilera, contratando a los migrantes chinos provenientes de Estados
Unidos, los cuales eran denominados Culies o Coolies y que eran unos expertos en
la implementación de vías férreas y en manipulación del metal.
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Es el 14 de diciembre de 1899 que México y el Imperio Chino bajo la administración


de la Dinastía Quing firman un tratado de Amistad, Comercio y Navegación, el cual
establecía la cláusula de nación más favorecida, otorgaba a México los derechos
de extraterritorialidad y formalizaba la relación entre ambas naciones mediante él
envió de legaciones diplomáticas y la apertura de oficinas consulares (p. 141)[2],
estas últimas con el objetivo de proteger a los migrantes chinos que trabajaban
como obreros en la industria ferrocarrilera en México y que tenían malos tratos y un
salario que caía en semi-esclavismo.

Es en 1903 que se abre el consulado chino en Veracruz, y por su parte México


instalo consulados en las ciudades chinas de Guanzhou, Shanghai, Hankou,
Fuzhou y Xiamen. Para el año siguiente el embajador Chino en México estaba
presentando ya sus cartas credenciales para acreditarse ante el gobierno mexicano,
de igual forma en Beijing el representante de México ante China entrego sus
credenciales e instaló una legación en dicha ciudad.

Las relaciones se volverían a truncar entrado el siglo XX esto debido a los


movimientos revolucionarios que se suscitaron en ambas naciones, por un lado la
revolución china (1911) conocida también como de revolución de Xinhai la cual se
alzaría en contra el sistema imperial, el cual estaba subyugado a los intereses
imperialistas europeos, mientras que en México la revolución (1910) buscaba
derrocar al gobierno porfirista que se había perpetuado por más de 30 años y que
estaba respaldado por intereses Europeos y Estadounidenses, ambas revoluciones
trajeron consigo grandes cambios sociales internos, pero causaron el alejamiento
de estas dos naciones.

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