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Laudo Arbitral de Paris

3 de octubre de 1899. Un Tribunal Arbitrar reunido en Paris, dictó sentencia favorable a la Gran
Bretaña en la exclamación plantead por Venezuela, de más de 150 kilómetros cuadrados del
territorio al Oeste del Río Esequibo.

Dicho Tribunal estuvo integrado por cinco jueces: los británi-cos Lord Russel, Justicia Mayor de
Inglaterra y Lord Col ns, Justicia de la Corte Suprema de la Gran Bretaña; dos norteamericanos, M
Fuller, Presidente de la Corte Suprema de Justicia de los Estados Unidos y D. Brewer, Magistrado
de la misma Corte norteamericana; y como Presidente el profesor ruso de derecho internacional F.
De Martens. Como se ve, Venezuela carecía de representación.

El Tribunal Arbitral se instaló en enero de 1899 y sesionó durante varios meses conforme al
tratado firmado en Washington el 2 de febrero de 1897 y mediante el cual se sometía el viejo
conflicto de límites a un arbitramiento que determinaría la línea divisoria entre los Estados Unidos
de Venezuela y la colonia de la Guayana Británica. Meses antes, en noviembre de 1896, habían
firmado Estados Unidos e Inglaterra las bases del tratado que debía decidir la cuestión. Dicho
tratado fue negociado entre Londres y Washington, negándose a Ve-nezuela sus derechos de
participar directamente sobre este asunto que incumbía a su integridad y soberanía.

De acuerdo con el Laudo Arbitral dictado el 3 de octubre de 1899, la nueva frontera de Venezuela
por la región de Guayana, co-menzaría en Punta Playa, a varias millas de la desembocadura del
Orinoco y remataría, por el sur, en la fuente del río Corentín. Es decir, que otorgaba a Venezuela
una zona de la desembocadura del Orinoco y una pequeña faja al sur del Venamo. En resumen,
unas cinco mil millas cuadradas de las 60.000 mil en disputa. La nueva demarcación coincidía de
esta manera con la línea del naturalista prusiano Robert Schonburg expandida en 1840, y privaba a
Venezue-la de un inmenso territorio heredado de España a raíz de su indepen-dencia.

En noviembre de 1962 el entonces Canciller de Venezuela, Dr. Marcos Falcón Briceño, denunció
ante las Naciones Unidas el Laudo de 1899 y de allí en adelante Venezuela se lanzó a una ofensiva
que dio lugar, primero, al acuerdo de Ginebra que fijaba las normas y alternativas para una
solución pacífica de la reclamación, y poste-riormente, el protocolo de Puerto España provocado
por las tensiones entre Venezuela y la antigua colonia de Guyana que había recobrado su
independencia de Inglaterra. Vencido el Protocolo que duró doce años, Venezuela reanudó la
reclamación confome a los pautado en el Acuerdo de Ginebra.

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