Você está na página 1de 28

¡Elul-Selijot-Rosh HaShanah!

(Por Dan ben Avraham)

Introducción:

Yom Teruá conocido como Rosh Hashanah está a las puertas. En unas horas vimos la entrada del
mes de Elul que le precede. Grandes festivales llenos de contenido profético se acercan.
Debemos recordar que detrás de la liturgia y detrás de las comidas festivas y todos los actos
sinagogales hermosos que adornan esta festividad, permanece el gran mensaje profético de Yom
Teruá. Como ya hemos enseñado, las fiestas del Eterno son “ensayos” de los grandes eventos
que marcarán la historia de la redención. Esos eventos giran alrededor de la vida de nuestro justo
Mesías. Piensa en esto: Yeshua nació en una fiesta, murió en una fiesta, resucitó en medio de una
fiesta, envió el Espíritu Profético en una fiesta, regresa en una fiesta, purifica a Israel en una fiesta
y restablecerá el reino mesiánico en una fiesta maravillosa que cierra el ciclo profético de las
Escrituras.
Nunca podemos perder de vista el aspecto profético de nuestras festividades, especialmente Yom
Teruá, conocido también como “la final trompeta” o “el día que nadie sabe”. Cuando le
preguntaron al Maestro “cuándo serán estas cosas” su respuesta fue, “el día y la hora nadie sabe”,
lo cual es una alusión a Yom Teruá precisamente. Rav Shaul nos revelará también que la
resurrección de los justos tendrá lugar “a la final trompeta” que es una alusión a Yom Teruá.
También enseñó el Maestro que cuando el hijo del hombre venga en Su gloria, enviará sus
malajim “con gran voz de shofar” los cuales irrumpirán en la tierra con poder y apartarán lejos a
los que destruyen nuestro planeta. Esto también es una alusión a Yom Teruá. Además, enseñó el
Maestro que cuando ocurra su retorno, se “sentará en su trono de gloria y reunirá a todas las
naciones, colocando las ovejas a su derecha y los cabritos a su izquierda”, todo esto es una
alusión a Yom Teruá.
Por tanto, al festejar tan hermosa festividad, estamos haciendo un “ensayo profético” de la
Segunda Venida en gloria de nuestro justo Mesías, la resurrección de los justos, el juicio de las
naciones y el inicio de la edad mesiánica (Sucot) en la tierra. ¿Cómo no deben nuestros corazones
aprestarse para santificar esta festividad de tan alta significación con pasión, alegría y esperanza?
No podemos perder el significado profético de Yom Teruá ni en las comidas que hacemos, ni en
la liturgia que seguimos, ni en los principios halájicos que giran alrededor de la festividad. Como
dijo el Maestro, “es necesario hacer esto, sin dejar de hacer lo otro”. Tengamos pues en mente, en
cada cosa que hagamos para disfrutar de esta fiesta, la sustancia profética que es el alma y la vida
misma de la festividad. Si tenemos en cuenta que la santificación de la festividad no es un fin en
sí mismo, sino un medio para alcanzar un fin mayor, la más profunda unión con nuestro justo
Mesías como el Eterno nos lo ha ordenado, entonces Yom Teruá tendrá un alcance único para
toda la Casa de Israel. Hagámoslo así y que esto sea propicio para que HaShem nos lo envíe
pronto y en nuestros días. Amén.

Observancia:
Orando en la sinagoga, donde se inicia la festividad. Comidas de alegría con jalá redondas. Es
costumbre comer durante Rosh Hashanah distintos alimentos como símbolos de deseos para el
año entrante, manzanas untadas con miel, pescado y granadas suele ser comido, así como nuevos
frutos ( en la segunda noche). Abstención de trabajo. El saludo tradicional del Rosh Hashanah es
el "Shaná Tova" (en hebreo, "Feliz Año"). También se caracteriza por hacer sonar el shofar,
cuerno de carnero. Durante la tarde del día se realiza el tashlij, el simbólico desecho de los

1
pecados yendo a un río o caudal de agua y recitando ahí una oración para confirmar la realidad
del perdón de nuestros pecados. Esto es mucho más emocionante cuando tenemos la seguridad
del perdón mediante los méritos de nuestro Santo Maestro.

Resumen:
Yom Teruá es “el día que nadie sabe”, cuando se toca, “la final trompeta”, considerado
tradicionalmente el mes cuando YHWH creó al mundo y especialmente el día cuando Adam, el
primer hombre fue creado. La festividad comienza, como siempre, al anochecer de la víspera. El
sonido del shofar, un cuerno, mayormente de carnero, llama a los hijos e hijas de Israel a la
meditación, el auto-examen y el arrepentimiento. En nuestra tradición netzarita es como decir:
“Despiértate tu que duermes y levántate de los muertos y te alumbrará Mashiaj”. Como Yom
Teruá es un “moed”, es decir, un ensayo del verdadero evento que apunta, entonces cada Yom
Teruá es una práctica de lo que sería el Gran Día del Juicio. Desde esta perspectiva, cada Yom
Teruá es como un pequeño y anticipado juicio del balance de nuestras acciones del año pasado al
presente que comienza.
La festividad prescripta en la Torá (Lev. 23, 23-25; Núm. 29, 1-6) aparece en el libro de Nejemia
(Nehemías 8, 1-12) en forma muy especial:

“Todo el pueblo se congregó como un solo hombre en la plaza que está delante de la
Puerta del Agua. Dijeron al escriba Ezra que trajera el libro de la Ley de Moisés que
había prescrito a Israel. Trajo el sacerdote Ezra la Ley ante la asamblea, integrada por
hombres, mujeres y todos los que tenían uso de razón. Era el día uno del mes séptimo.
Leyó una parte en la plaza que está delante de la Puerta del Agua, desde al alba hasta
el mediodía, en presencia de los hombres, las mujeres y todos los que tenían uso de
razón; y los oídos del pueblo estaban atentos al libro de la Ley. Ezra abrió el libro a
los ojos de todo el pueblo -pues estaba más alto que todo el pueblo- y al abrirlo, el
pueblo entero se puso de pie. Ezra bendijo a YHWH el Di-s grande; y todo el pueblo,
alzando las manos, respondió: Amén, Amén; e inclinándose se postraron ante H,
rostro en tierra. Y Ezra leyó en el libro de la Ley de Di-s, aclarando e interpretando el
sentido, para que comprendieran la lectura. Entonces Nejemia -el gobernador- y Ezra -
el cohen escriba- y los levitas que explicaban al pueblo dijeron a todo el pueblo: “Este
día está consagrado a YHWH vuestro Di-s; no estéis tristes ni lloréis”; pues todo el
pueblo lloraba al oír las palabras de la Ley. Díjoles también: “Id y comed manjares
grasos y bebed bebidas dulces y mandad su ración a quien no tiene nada preparado.
Porque este día está consagrado a nuestro Señor. No estéis tristes: la alegría de Di-s es
vuestra fortaleza”. Y el pueblo entero se fue a comer y beber, a repartir raciones y
hacer gran festejo, porque habían comprendido las palabras que les habían enseñado”.

Como vemos, nuestros ancestros santificaron Yom Teruá con mucha alegría, suculentas comidas
y acción de gracias al Eterno. Hacer el festejo lastimero o melodramático, demuestra derrotismo y
resignación bañados por una nostalgia paralizante sin encontrar en él ninguna respuesta. Cuando a
esto añadimos el hecho de que ahora en cada festividad está presente Mashiaj, la tristeza y el lloro
hay que desterrarlo para siempre. “Regocijaos en el Señor siempre, otra vez os digo, regocijaos”
aconsejan nuestros sabios.
Nejemia exigió que no haya tristeza porque la alegría de Di-s es nuestra fortaleza. Desde el
comienzo del mes de Elul, con sus oraciones especiales, las Selijot que se confiesan desde la
madrugada y el sonido del shofar, se atisba la finalización de un año y el alba de uno nuevo que
esperamos nos colme de bendiciones.
Por los méritos de Yeshua, podemos atravesar con sinceridad el proceso del reconocimiento de
los errores cometidos, echar mano al recurso del arrepentimiento, rectificar lo hecho
equivocadamente y adoptar la firme determinación de no incurrir de nuevo en aquellos errores, y

2
de esta forma llegar a la festividad con un corazón limpio y una esperanza segura en el buen
decreto que habrá de pronunciarse en tan terrible día.

Iniciando la Festividad

Encendido de las velas

En el tiempo correspondiente, todas las mujeres encienden las velas de las festividades y recitan
las siguientes bendiciones:

1) Bendito seas, Señor nuestro Di-s, Rey del universo, que nos has santificado con Tus
mandamientos, y nos has ordenado encender la vela del Shabat y la vela del día de
recuerdo. (Ba-ruj A-ta Ado-nai E-lo-hei-nu Me-lej Ha-olam Asher Ki-deshanu Be-mitzvo-tav Ve-
tzvi-vanu Le-hadlik Ner Shel Shabat ve Shel Iom Hazikaron”.
2) Bendito seas, Señor nuestro D-os, Rey del universo, que nos has dado vida, nos has sostenido y
nos has permitido llegar a esta ocasión. (Ba-ruj A-tah Ado-nai E-lo-hei-nu Me-lej Ha-olam She-
heje-ya-nu Ve-ki-yi-ma-nu Ve-higi-a-nu Laze-man Ha-zeh).

Cuando llega el día, inmediatamente después de la caída del sol, la mujer enciende una vela
y dice:

1) Bendito seas, Señor nuestro D-os, Rey del universo, que nos has santificado con Tus
mandamientos, y nos has ordenado encender la vela del día de recuerdo.
(Ba-ruj A-tah Ado-nai E-lo-hei-nu Me-lej Ha-olam Asher Kideshanu Bemitzvotav Vetzivanu
Lehadlik Ner Shel Iom Hazikaron).
2) Bendito seas, Señor nuestro D-os, Rey del universo, que nos has dado vida, nos has sostenido y
nos has permitido llegar a esta ocasión.
(Ba-ruj A-tah Ado-nai E-lo-hei-nu Me-lej Ha-olam She-heje-ya-nu Ve-ki-yi-ma-nu Ve-higi-a-nu
Laze-man Ha-zeh).

Saludos de Año Nuevo

Aunque sabemos que la fecha es Yom Teruáh y que es “Día de Juicio”, no obstante, desde otra
perspectiva, es como un nuevo nacimiento para un nuevo ciclo anual. En este sentido, se
acostumbra saludar el uno al otro con bendiciones de Leshana Tová Tekatev v'etajetem - ¡Que
seáis anotados para un año dulce y bueno!
La bendición no es para el año eternal, sino natural.

Comida de dulces
En Yom Teruá, además de las comidas suculentas que marcan el evento, preparamos algunos
alimentos especiales, que simbolizan bendición, como la sopa de cabeza de pescado, una granada,
tsimes y muchos alimentos dulces, de manera tal que nuestro año sea tan dulce como la miel.
También comemos una manzana mojada en miel y recitamos lo siguiente:
“Bendito seas, Señor nuestro D-os, Rey del universo, que creas la fruta del árbol. Que sea tu
voluntad darnos un nuevo año dulce y bueno”.

Escuchar el Shofar

En los días asignados, asegúrese de ir a su comunidad para escuchar el shofar. En las


comunidades Benei Avraham, los solteros pueden tocar el shofar. En las comunidades Benei
Yehudáh, solamente los casados pueden hacerlo, según las instrucciones que ya han sido dadas.

3
Tashlij (simbólicamente echando a la mar nuestros pecados)

No es una práctica sefardí. Los azqunazím la siguen de la siguiente manera: Previa la llegada de
Yom Teruá, se escriben en pequeños papelitos los pecados que nos han sido perdonados. Los
tienen listos para después del servicio de Minjá (de la tarde) del día de Yom Teruáh, cuando se
aproximan a la orilla de un río o mar que contenga peces y confiesan el versículo: “Mi el kamoja”
(quién es D-s como tú) luego lanzan al agua los papelitos y ssacuden las puntas de los sacos, o
bolsillos para simbolizar la destrucción de los pecados.

El Shofar.
Se acostumbra hacer sonar el Shofar en la coronación de un Rey. De manera similar, en Yom
Teruá, practicamos lo que será la Segunda Revelación de nuestro Santo Maestro y su coronación
como Rey de Israel. Por este motivo hacemos sonar el Shofar. El sonido del Shofar es para
"despertar" la conciencia de la gente a fin de que se arrepienta y vuelva a D-os. Está escrito, "¿Se
tocará el Shofar en la ciudad y no temblará el pueblo?" (Amós 3:6) Su mensaje, en las palabras de
Rav Shaul es: “Despiértate tu que duermes y levántate de los muertos y te alumbrará Mashiaj”.
El Tekia, un simple sonido directo representa un grito desde el fondo del corazón.
Los Shevarim- Terúa, - son los sonidos interrumpidos que en ese contexto, se le compara con
un niño abandonado en un país distante, quien ha olvidado el idioma de su pueblo y de su padre,
el Rey. A su regreso, y al encontrarse cara a cara con su padre, su único medio de comunicación
es un simple grito que su padre reconoce y hace levantar al niño para que esté cerca suyo. De
manera similar, cuando llega Yom Teruá, nos damos cuenta de que hemos perdido nuestro idioma
común con Él. Así, desde el fondo de nuestras almas,
gritamos "Padre, Padre," a lo que D-os responde y se vuelve hacia nosotros para darnos un año
dulce y bueno.
El Shofar está hecho de un cuerno de carnero, para llevar ante D-os el "recuerdo" del “sustituto de
Isaac”, quien estaba listo para sacrificar su vida por D-os, pero fue intercambiado por un carnero.
El Shofar representa entonces aquel sustituto, es decir, nuestro justo Mesías Yeshua.
El último toque es "Tekiah Gedolah” - un gran toque de “larga duración," simbolizando el
Shofar que D-os hará sonar al agrupar a todo el pueblo judío proveniente de la Diáspora y de los
exilios. Y como un pastor agrupando su rebaño, nos traerá juntos a nuestra Sagrada Tierra con la
venida del Mashiaj pronto en nuestros días.

Escuchando el Toque del Shofar

¿Cuántas veces debe uno oír el shofar tocado en Yom Teruá? Uno debe oírlo nueve veces, ya que
la Torá usa la palabra teruah [un sonido de shofar] tres veces en referencia a Yom Teruáh y cada
sonido teruah es precedido y seguido por un sonido tekiah.

Para el que toca el shofar:

El orden del toque del shofar es el siguiente:


Después de recitar las bendiciones correspondientes, se sigue este orden:

Tekiah, seguido por shevarim, un teruah, y luego otro tekiah.


Este orden es seguido tres veces, para un total de doce sonidos [seis tekiot, tres shevarim y tres
teruot].
Luego se suena otro tekiah, seguido de un shevarim, y luego otro tekiah.

Este orden es también seguido tres veces, para un total de nueve sonidos. Luego se suena otro

4
tekiah seguido por un teruah, y luego otro tekiah.

De nuevo este orden es seguido tres veces, para un total de nueve sonidos. En total, se hacen
treinta sonidos. La costumbre netzarita es escuchar todos los sonidos del shofar de pie.

El shofar debe tocarse luego que el jazán ha concluido la Amidah Silenciosa, si procede.

Después de revisar bien esta costumbre, hemos llegado a la conclusión que es apropiado tocar el
shofar para esta solemnidad, tanto de día como de noche. La mitzvá puede ser cumplida del
amanecer al atardecer; los que son diligentes la cumplen a la primera oportunidad que puedan.

También se acostumbra comer diferentes vegetales sobre los que se recitan las plegarias
correspondientes, incorporando los sonidos de sus nombres arameos. Los siguientes no deben
faltar:silki [remolachas] - que sugiere el significado de la palabra "eliminar." De ahí viene: " Que
tus enemigos sean eliminados." kartii [puerros] - que sugiere el significado de la palabra
"reducir." De ahí viene: "Que tus enemigos sean reducidos." kara [calabaza] - que sugiere el
significado de la palabra "leer." De ahí viene: "Que los méritos de nuestro justo Mesías a nuestro
favor, sean leídos ante ti." tamri [dátiles] - que sugiere el significado de la palabra "consumir." De
ahí viene: " Que tus enemigos sean consumidos, comenzando por el enemigo interno, nuestro
yétzer hará de quien dijo el Maestro: Consumado Es”.

La granada: Tomamos una fruta llamada granada y decimos:, "Que los abundantes méritos de
nuestro Santo Maestro, como abundantes son estas semillas de granada, nos cubran a todos
nosotros y a toda la Casa de Israel”. Es sumamente importante evitar enojarse en este día.
Aunque los Sabios enfatizaron que uno debe evitar enojarse durante todo el año (“No se ponga el
sol sobre vuestro enojo”) es especialmente importante que uno evite hacerlo en Yom Teruá.
También es costumbre vestirse con las mejores ropas, repletos de alegría, y llenar su corazón con
buena voluntad y amor, de manera que su comportamiento también sea una señal de una persona
perdonada, no condenada.

Según la Toráh, Yom Teruá es un solo día. Disfrutemos ese día a plenitud.

La lectura de la Torá en Yom Teruáh

En Yom Teruáh, se sacan del arca dos pergaminos de la Torá. La lectura del día es la porción de
Breshit 21 que se refiere al nacimiento de Isaac, ya que fue en Yom Teruáh que Sara, su madre,
fue recordada por D-os con la promesa de su nacimiento. Si no es Shabat, se llaman cinco
personas a la Torá. El mártir es leído del segundo pergamino y se refiere al sacrificio especial del
día como Pinjás. La porción de la Haftará es tomada de la plegaria de Jana en Samuel, ya que
también a Anna la recordó D-os en Yom Teruá.

Introducción a los Selijot

Enseña nuestro Maestro: “Perdonad de todo corazón cada uno a su hermano sus ofensas.
Porque si no perdonáis a los hombres sus ofensas, tampoco vuestro Padre en los cielos os
perdonará vuestras ofensas”. (TM, Mt.6ss;). En una ocasión se presentó uno de sus estudiantes y
le dijo: “Maestro ¿cuántas veces perdonaré a mi hermano que peque contra mí?¿Hasta siete?”. Y
el Maestro respondió: “No solamente siete, sino hasta setenta veces siete”. (TM, Mt.18:21ss).
Dirá luego el Ríbi: “Si tu hermano peca contra ti, ve y repréndele a solas, si te oyere habrás
ganado a tu hermano”(TM, Mt. 18:14ss). De donde se deduce que cuando un hermano peca
contra otro, se pierde y perdonarlo es como encontrarlo de nuevo. También afirmó el Maestro:

5
“Hay más gozo en el cielo por un trasgresor de la Toráh que se vuelve a HaShem, que por
noventa y nueve tzadikim (justos) que no requieren de teshuvá (arrepentimiento)” (TM, Hillel
15:6,7).
En línea con las enseñanzas del Ríbi, sus estudiantes autorizados enseñaron que al causar dolor a
un maestro de Toráh, se le causa dolor a todos los miembros del cuerpo de Mashiaj (TM. 2
Cor.2:5ss) y por tanto, debemos imitar la bondad del Eterno, “perdonándonos unos a otros” (
TM.Ef.4:32; Col. 3:13). Debido a la bondad del Eterno, “si confesamos nuestros pecados, El es
fiel y justo para perdonarnos nuestros pecados” ( TM, 1 Yoj. 1:9) y consecuentemente, los
méritos de Mashiaj a nuestro favor ha hecho que “por una sola ofrenda seamos perfeccionados
para siempre” (TM, Heb. 10:14) y consecuentemente, hemos sido “perdonados por Su Nombre”
( TM 1 Yój. 2:11-13). Así que por un lado se nos afirma que hemos sido “perdonados”, y por el
otro, que debemos “perdonarnos unos a otros, si alguno tuviera queja contra otro”. De donde se
deduce que aunque ya purificados y perdonados, todavía no hemos sido completamente
perfeccionados y consecuentemente, de cuando en cuando nos alejamos del camino correcto y
debemos regresar a sus sendas; de cuando en cuando ofendemos con nuestras palabras y hechos,
y debemos procurar el perdón de todos los que hayamos ofendido. Si esto debemos hacer con los
hombres, ¡cuánto más con HaShem!
Por tanto, debemos constantemente mirar nuestros caminos y escudriñar nuestros actos y mirar si
hemos cometido alguna iniquidad y volvernos al camino de la santidad y la justicia. Esto debe ser
una constante en nuestras vidas. De ahí que antes de dormir, oramos al Eterno y pedimos perdón
por toda persona que nos haya ofendido, sea en nuestro honor o en nuestras pertenencias, sea por
debilidad o maldad y suplicamos que nadie sufra por nuestra causa. ¿Por qué entonces
incrementar este sentido de reflexión personal de forma especial en el mes de Elul, el sexto mes
del anuario bíblico e introductor de las tres grandes convocaciones de santidad del séptimo mes?
La razón es que el séptimo mes comienza con la festividad de Yom Teruá (Día de hacer sonar el
shofar) que es visto también como Día del Juicio para la humanidad. Siendo un día cuando todas
nuestras acciones desde la pasada festividad a ésta son juzgadas y un juicio es llamado y una
sentencia emitida, como anticipo del Juicio Final, debemos incrementar nuestra sensibilidad
espiritual en estos días y como sagrada práctica de lo que sería el gran día del juicio, asegurarnos
que lleguemos delante del Juez de toda la tierra, con nuestras cuentas arregladas con el prójimo y
con el Boré Olam. ¿Cómo debemos vernos a nosotros mismos delante del Eterno?
La enseñanza de nuestros sabios es unánime: Debemos vernos como perdonados, no condenados.
“Ahora pues, ninguna condenación hay para los que están en Yeshua HaMashiaj, porque la ley
del espíritu de vida en Mashiaj Yeshua, me ha librado de la ley del pecado y de la muerte…para
que la justicia de la ley se cumpla en nosotros, que no andamos conforme a la carne, sino
conforme al Espíritu” (TM. Ro.8:1ss) y como fue dicho: “Hijitos míos, estas cosas os escribo para
que no violéis la Toráh. Pero si alguno ha trasgredido, abogado tenemos para con el Padre a
Yeshua HaMashiaj HaTzadik, quien es la expiación por nuestros pecados intencionales; y no
solamente por los nuestros, sino por los de todo el mundo… os escribo hijitos, porque los pecados
intencionales os han sido perdonados por su nombre” (TM, 1 Yój. 2:1-13). Así pues, no debemos
acercarnos a estas altas festividades en la incertidumbre de la condenación, sino en la seguridad
de la redención obtenida a nuestro favor por nuestro Santo Maestro, Yeshua HaMashiaj. Esa
redención se confirma por una vida de santidad como premisa fundamental de nuestra conducta,
que aun violando un mandamiento aquí y otro allá, no se contenta con otra opción, excepto
haciendo teshuvá y regresando inmediatamente al camino correcto una vez que nos percatamos
que hicimos mal, procurando agradar al Eterno en todas las cosas. Contrario a los sabios de
nuestro pueblo que no tuvieron el privilegio de conocer al Maestro y Sus méritos, los netzaritas
discípulos del Ríbi tenemos la seguridad de la vida eterna por Su nombre. Esa seguridad se
expresa en una vida de obediencia a la Torah y de teshuvá cada vez que nos apartamos del
camino, pues “no hay hombre justo en la tierra que haga el bien y nunca transgreda”. En el
Talmud (B. Kidushin 40a-b) leemos lo siguiente:

6
“Nuestros rabinos enseñaron: Un hombre debe verse a sí mismo como si fuera mitad culpable,
mitad inocente, si cumple un precepto será feliz por haber inclinado la balanza a su favor; si
comete una trasgresión, ay de él. Por un pecado que comete se pierde mucho bien. Rabí Eleazar,
hijo de R. Simeón, dijo: Ya que el mundo es juzgado por su mayoría, y un individuo también es
juzgado por la mayoría de sus actos (buenos o malos) - si lleva a cabo un buen acto, es feliz
porque ha inclinado la balanza a su favor y a favor del mundo; si comete una trasgresión, ay de él
porque ha inclinado la balanza en contra suyo y en contra del mundo, ya que se dice: Pero un
pecador, etc...; por un sólo pecado que este hombre cometa, él y el mundo entero perdieron
mucho bien”.

Esto es completamente cierto, excepto que los méritos del Mesías entren en acción. Es imposible
aceptar el juicio de nuestros sabios estando ya presente Mashiaj. Si quitamos a Mashiaj, es
entendible que “uno debe verse mitad culpable mitad inocente, y si cumple un precepto, inclina la
balanza a su favor, pero si lo contrario fuese el caso, en su contra”, como si la redención
dependiera de nuestros méritos en guardar la Torah o nuestros deméritos por violarla. La razón
por la cual Mashiaj nos fue envidado es precisamente porque todos nos quedamos “cortos” en
nuestra obediencia a la Torah.

El problema viene cuando nos relacionamos con otros y pensamos que, “en comparación con
aquel malvado, yo soy un santo”. Pero la comparación de la justicia no es con “Moisés”, ni con
“David”, ni con “Eliyahu”, sino con HaShem mismo. Y cuando nos comparamos con HaShem
entonces descubrimos con el profeta que “todas nuestras justicias son delante de Ti, como trapos
de inmundicia” (Is. 64:6). Si el propio profeta se vio a sí mismo como “un trapo de inmundicia” y
por tanto, como dicen los sidurim: "¿Qué somos, qué es nuestra vida, qué es nuestra bondad,
nuestra generosidad, nuestro poder, nuestro coraje, nuestra valentía? Los hombres de renombra
son nada frente a Ti y los entendidos, como faltos de inteligencia…”, entonces ¿qué espera de
nosotros?
El veredicto es que “todos hemos sido destituidos de Su gloria”. Consecuentemente, necesitamos
un goel, un redentor que nos represente ante el Padre y que pueda imputarnos su justicia y sus
méritos a nuestro favor. Ese redentor lo hemos encontrado en Yehoshua HaMashiaj, quien “nunca
hizo maldad ni se halló engaño en su boca” y por cuyas “heridas hemos sido sanados” (Is.53:5ss).
Por tanto, en él encontró Hashem una “vasija” hecha a la medida de la redención y
consecuentemente, “Di-s estaba en Yeshua reconciliando consigo al mundo”, como afirman
nuestros sabios, y no tomándonos en cuenta nuestros pecados (TM. 2 Cor. 5:19) Si esto es así,
¿cómo debe ser nuestro acercamiento a estas festividades que son “ensayos proféticos” de lo que
vendrá después? Recordemos que “selijot” está relacionado con las palabras “perdón y reflexión”,
debido a la naturaleza de las oraciones que se hacen durante todo el mes de Elul, concientizando a
los hijos de Israel sobre estos hechos e invitándoles a reflexionar y corregir cualquier error
cometido en el transcurso del año. Es un tiempo de “presentar cuentas” de nuestros actos ante el
Boré Olam, en la esperanza de que el Eterno “nos escuchará en el día de nuestra aflicción
(Sl.20:2). ¿Cómo experimentar Elul? Nuestro acercamiento a estos días debe ser de profunda
reflexión acerca de la obra realizada a nuestro favor por nuestro Santo Maestro para mirar en lo
profundo de nuestras almas si estamos o no a la altura de tan maravillosa ofrenda por nuestros
pecados. No es que en otros momentos descuidemos reflexionar sobre ella, sino que la naturaleza
de las festividades lo demandan de forma especial de cada uno de nosotros. Por tanto, desde el
segundo día del mes de Elul, en todas las Comunidades Netzaritas se acostumbra levantarse por la
madrugada para orar al Eterno como lo hizo Moshé Rabenu a favor de los hijos de Israel para que
nos perdonara el pecado del “becerro de oro”, logrando con sus ruegos que el Eterno extendiera
su misericordia y no nos exterminara como nación del pacto. De la misma manera, debemos los
netzaritas levantarnos temprano y suplicar ante el Trono de la Gracia a favor nuestro para mejorar
nuestros caminos y perfeccionar la santidad y el temor a HaShem y por nuestro pueblo para que

7
finalmente los ojos de toda la comunidad de Israel sean abiertos y puedan ver en Yeshua al
Mesías anunciado por Moshé y los profetas a fin de echar mano a sus méritos, no a alguna obra u
obediencia a algún mandamiento que “incline la balanza a mi favor” para salir bien en el juicio
que viene. Como afirman nuestros sabios, el mes de Elul y los cuarenta días que nos separan de
Yom HaKipurim, están insinuados en el versículo del libro Shir Hashirim (Cantar de los
Cantares) "Aní Ledodí Vedodí Li" cuyo significado dice, "Que yo soy para mi amado (HaShem)
y mi amado (HaShem) es para mí", reflejando el acercamiento del hombre con el Todopoderoso,
y el Todopoderoso con el hombre. Es en ese espíritu de unidad con la divinidad que debemos
vivir los días que vienen de forma especial.

Leyes de Selijot

Antes de comenzar las oraciones de Selijot, según la tradición netzarita, aunque todavía no ha
amanecido, decimos los "Birkot Hashajar", bendiciones matutinas, desde "Al Netilat Yadaim"
hasta "Van Avarejem". Las selijot netzaritas las decimos en la noche, antes de irnos a dormir, y
deben ser tomadas fundamentalmente de los Salmos, de las Oraciones de los grandes tzadikim y
las espontáneas (Hitbodedut).
Debemos orar pausadamente, en total concentración y pensando bien en el significado de cada
palabra evitando los rezos de los sidurim que no tienen la esperanza y seguridad del perdón ya
obtenido a nuestro favor por nuestro justo Mesías.
Al concluir de orar, se toca el shofar recordando que no se debe tocar el shofar en la víspera de
Yom Teruá. En Rosh Jódesh no decimos selijot y en el caso específico de Elul, a partir del
segundo día comenzamos las oraciones de intercesión especiales precisamente para cuidar de la
alegría del primer día de Elul. En la víspera de Yom Teruá y Yom HaKipurim, no se hacen las
oraciones llamadas “selijot”, son días sellados.
¿Se puede ayunar en Elul? Está permitido ayunar voluntariamente (Taanit Yajid) pero no como
kapará por los pecados, sino afligiendo voluntariamente el alma para tener mayor conciencia
espiritual de la grandeza y solemnidad de estos días y sobre todo, por el bien de nuestro pueblo
Israel. Los netzaritas tenemos claro que la kapará por nuestros pecados es el sacrificio de nuestro
Santo Maestro Yeshua HaMashiaj, él y ninguna otra cosa más, es la expiación por nuestros
pecados, como hemos enseñado previamente.
¿Se pueden hacer bodas durante el mes de Elul? Sí, respondemos los netzaritas, ningún tiempo
más apropiado que el mes de la misericordia, recordando que aun en los días de mayor alegría, no
nos olvidamos de las cosas que son trascendentes para la redención de nuestro pueblo.
¿Está permitido visitar las tumbas de los tzadikim en el transcurso del mes de Elul? Sí está
permitido, como en cualquier otro mes, siempre y cuando el propósito sea recordar su legado e
inspirarnos en su ejemplo de obediencia a HaShem para motivar nuestra propia obediencia, pero
nunca como hacen algunos que no conocen a Mashiaj, de viajar largas distancias para visitar la
tumba de sus héroes a fin de rogarle que intercedan por ellos para que el Eterno se apiade de ellos
y reciba sus plegarias. Esto es una forma de “culto a los muertos”, lo cual está prohibido en el
judaísmo netzarita. Debido a que la costumbre mayoritaria de los que no conocen a Yeshua como
Mashiaj es viajar largas distancias para visitar las tumbas de los maestros de Torah a fin de
rogarles que intercedan por ellos y los “saque de los infiernos”, preferimos no visitar las tumbas
de los tzadikim en Elul para evitar que nos confundan con aquellos que no tienen esperanza.
¿Está permitido dar tzedaká en Elul y los 40 días de selijot? Por supuesto que sí, como en el resto
de los días del año, pero cuidando no caer en el error de muchos entre nuestro pueblo que
motivan dar tzedaká después de visitar las tumbas de los tzadikim como una forma de kapará para
sus pecados y los de su familia. ¡HaShem nos guarde de tal práctica! ¿Está permitido bajar a la
mikvé en la víspera de Yom Teruá? Como es la costumbre netzarita, antes del Shabat y de las
festividades, es costumbre visitar la mikvé para expresar así nuestra firme confianza que hemos
recibido la pureza y santidad de la justicia de nuestro Santo Maestro Yeshua HaMashiaj. Sus

8
palabras y sus méritos son como las aguas de la purificación de la cual nos hablaron los profetas.
Debemos siempre tener en cuenta que los Iamim Noraim (los días de alta expectación en el temor
de HaShem y los días de redención) son tiempo de ensayo para lo cual debemos poner todo
nuestro empeño y perfeccionar el temor y amor por nuestro Padre en los cielos, confiados que
cuando “revise nuestras acciones”, nos mire por medio de los méritos de Yeshua HaMashiaj y no
los nuestros propios. Si ponemos nuestros ojos en Yeshua, descubriremos que estos días que
median entre Yom Teruá y Yom HaKipurim, lejos de ser días de miedo, se transforman en días
de confianza y seguridad, pues el Eterno toma complacencia de nosotros al no confiar en nuestra
propia justicia, sino en la justicia de Su siervo justo, Yeshua HaMashiaj.
Debido a esto, nosotros los netzaritas no debemos afligirnos en el mes de Elul como alguien que
no tiene confianza, sino como un pueblo que ha encontrado la seguridad de su expiación y
redención segura en Yeshua el Mesías. Consecuentemente, aunque oramos y los que deseen
ayunar, tienen libertad para hacerlo, Elul tiene que se experimentado como un mes de alegría y
alabanza; no debe ser este un mes para vivir con melancolía, ni con llantos ni lamentaciones
como los que no tienen esperanza. Elul es un mes de vida, de misericordia, de triunfo, de
conquista, de vitalidad espiritual para toda la Casa de Israel que ha descubierto la verdad de
Mashiaj en Yeshua.
La frase que caracteriza el mes (“Yo soy de mi amado y mi amado es mío”) lleva en sí misma esa
fuerza maravillosa de Elul.
El profeta Malaquías nos recuerda que si andamos en Sus caminos, entonces no debemos estar
tristes delante del Amo de los Ejércitos (3:14), pues todos los profetas anhelaban ver el día
cuando el Eterno actuase y perdonase a Su pueblo, como un hombre que perdona a su hijo que le
sirve (3:17). Solamente cuando esa realidad llegara, se haría la clara distinción entre el justo y el
malvado, entre el que sirve a HaShem y el que no le sirve (3:18). Por el honor de HaShem
sabemos que estos días han llegado con la revelación de Yeshua, nuestro justo Mesías.
Elul nos brinda la oportunidad de humanizarnos más y más, de traer a la memoria los méritos de
nuestro Santo Maestro, de afirmar nuestra confianza en Su obra a nuestro favor y enfatizar que
estamos “completos en él” y seguros “debajo de sus méritos”, sabiendo hacia dónde dirigimos
nuestras vidas. Solamente cuando encontramos nuestro sentido a la vida, podemos darle sentido a
nuestras acciones. En este contexto, la teshuvá, adquiere otra dimensión. Si se tiene claro el
objetivo de acercarnos a la Divinidad, la vida tiene otra dimensión y esto debemos enfatizarlo en
estos días maravillosos que tenemos por delante.
Debemos recordar que lo que el Eterno mira es el corazón. Si nuestra teshuvá es apropiada y si
creemos en los méritos de nuestro Santo Maestro a nuestro favor, entonces nuestro acercamiento
y vivencia de estos días no puede ser similar a aquellos que no tienen esa esperanza bendita que
nos ha insuflado el Eterno dentro de nuestras almas. Uno de los grandes maestros de Torah de
nuestra época, el rabino Adin Steinsaltz, afirmó que: "Un caballo seguirá siendo caballo, aún si se
colocara los tefilin todos los días… ni siquiera esa acción lo convertirá en un caballo sagrado".
En otras palabras, el cumplimiento mecánico de los preceptos no hace el contraste entre un
hombre y un ser inferior como el caballo. La diferencia, está en el objetivo, en el sentido. La
verdadera teshuvá debe iniciarse por la búsqueda del sentido de la vida. Y ese sentido solamente
se encuentra y perfecciona cuando hemos descubierto al Mesías, su obra y sus méritos a nuestro
favor. Esto no se logra por herencia biológica. Ni tampoco se niega por falta de herencia. El
caballo del rabino Adin Steinsaltz, como el de Yojanán HaTzadik, es una noble bestia, criatura
distinguida y útil, pero si miramos bien, no hace otra cosa que seguir el destino que otros le
impongan, con riendas, mordazas, latigazos y frenos (TM Yaakov HaTzadik 3:3). De lo contrario
se perderá sin rumbo por las campiñas en búsqueda de pastizales, hasta que después de su último
día, se convierta en carroña que nadie admirará ni recordará. Sin sentido vivió, sin sentido murió.
Tras su muerte, la oscuridad eterna, la nada. No hay valor allí. Solo instinto. El Ríbi nos dice:
“Yo he venido a darles vida y vida en abundancia” (TM, Yój. 10:10). Solamente cuando
descubrimos esto en nuestro justo Mesías, podemos soñar, avanzar, subir y perfeccionar más y

9
más nuestra relación con HaShem. Por eso podemos llevar nuestros arreos de viaje con alegría y
esperanza, sacando fuerza de flaquezas, utilizando incluso los vientos contrarios para elevarnos
más, como las águilas, completamente seguros que aunque no tengamos nada, lo poseemos todo y
aunque seamos tomados por muchos como muertos, he aquí vivimos.
Poder avanzar contra viento y marea, saltando entre los montes, de cumbre en cumbre, son parte
de los beneficios que debemos exhibir de forma especial en Elul. No nos dejamos vencer ni por la
soledad, ni por el abandono de amigos, ni por caídas, ni por retrasos, ni por debilidad, ni por
locuras, ni por el hambre, ni por la sed que resulta de la fuerte escalada, porque tenemos claro
cual es nuestro destino, dónde hemos colocado nuestra confianza, y sobre quién depende nuestra
seguridad de llegar al otro lado. Si nos dedicamos, después de tanta y maravillosa sangre
expiatoria derramada, a escarbar en cada falta y lamentarnos de nuestra suerte como los que no
tiene esperanza, entonces no hemos comprendido para nada la herencia del legado que nos ha
dejado nuestro Ríbi; no hemos entendido aun su obra, ni podríamos nunca hacer un balance
positivo de nuestras vidas. Elul es un tiempo donde debemos recordar más que nunca, que
tenemos una “amplia entrada” al “Trono de la Gracia” por el cuerpo de nuestro Santo Maestro,
Yeshua HaMashiaj. Contrario a los que siguen cargando un peso que ni con el dedo meñique
pueden mover, repleto de materiales inservibles, de experiencias fallidas, de errores y caídas sin
esperanza, llenos de rasguños y fracturas por todos lados, nosotros, discípulos del Ríbi, pasando
por el mismo valle de sombra de muerte, hemos sido lavados y purificados en la mikvé de
Mashiaj para siempre. Consecuentemente debemos mejorar nuestros caminos no para alcanzar la
perfección, sino por una razón diferente: porque la hemos recibido por medio de y en Yeshua
HaMashiaj.
Así que llevamos nuestros propios arreos del camino mas no con tristeza, pensando que no lo
hemos logrado o que recibiremos un mal decreto, sino absolutamente convencidos que hemos
sido lavados y perdonados y que nuestra senda está llena de alegría desde el mismo día cuando el
espíritu de vida en Yeshua HaMashiaj nos fue imputado por la fe en Sus méritos.
Por tanto, cuando madruguemos a decir selijot en Elul, según hemos explicado y comencemos
nuevamente a oír el sonido del shofar, revisemos nuestras acciones, limpiemos nuestros equipos
de lo superfluo, borremos las experiencias equivocadas y los caminos del mapa que no nos
llevaron a nada, y con alegría, rediseñemos nuestro objetivo y así lograremos la teshuvá que nos
acerque al inicio de un nuevo año, en el que podamos, humanizados, cumplir con la voluntad de
nuestro Creador, no por nuestra capacidad o fortaleza, sino por aquél que lo hizo por nosotros
entregándonos, a cambio de nada, su alma preciosa. Entonces, en la cumbre de la montaña de la
redención, revisemos cada una de las mitzvot para que tengan un nuevo sentido y un nuevo lugar.
Solamente así, podrán ser estos días de reflexión, días de triunfo.

Selijot

Basados principalmente en el libro de los Salmos y arreglados para cada uno de los seis
días de la semana, dentro del período de los cuarenta días de preparación para Yom Teruá
y Yom HaKipurim. Lo ideal es confesarlos en presencia de un minián, mas si esto fuera
imposible, cada cual debe hacerlo privadamente. Cada selijot concluye con los Trece
Atributos de Misericordia y esto debe inspirarnos para imitar al Creador y procurar
entonces reproducir estos atributos en acciones concretas que se expresen en un estilo de
vida de santidad. Sus expresiones se enumeran a continuación: 1) Tolerancia; (2) Paciencia
con los demás; (3) Perdonar; (4) Buscar el bien en los demás y para los demás; (5) No
guardar la ira; (6) Realizar actos de bondad; (7) Amar y buscar el bien para alguien que te
ha hecho daño y ahora desea rectificar ese daño (perdonarlo no es suficiente); (8) Recordar
las buenas acciones de los demás y olvidar sus malas acciones; (9) Sentir compasión por los
demás, incluso por la gente malvada; (10) Actuar con honestidad; (11) Actuar con bondad e
indulgencia hacia los demás (no insistir en aplicar "la letra de la ley" sobre los demás); (12)

10
Ayudar a los demás a arrepentirse y no guardarles rencor; (13) Buscar maneras de mostrar
misericordia y compasión a los demás, aunque uno no encuentre en ellos ningún factor
atenuante. Al hacerlo así, mostraremos el espíritu y carácter de nuestro Santo Maestro en
un estilo de vida agradable al Eterno.

Nota: Antes de iniciar los Selijot, decir:

ANÁJNU MAPILÍM KOL TAJANUNÉNU BESHÉM YEHOSHÚA HA-MASHÍAJ.


(Ofrecemos todas nuestras oraciones en el nombre de Yehoshúa el Mashiaj)

Día 1

Señor, escucha mis palabras, atiende a mis gemidos,


haz caso de mis gritos de auxilio, Rey mío y Dios mío.
A ti te suplico, Señor; por la mañana escucharás mi voz,
por la mañana te expongo mi causa, y esperaré tu buen decreto.
Pues Tú no eres un Di-s que ame la maldad, ni el malvado es tu huésped,
ni el arrogante se mantiene en tu presencia. Detestas a los malhechores,
destruyes a los mentirosos; al hombre sanguinario y traicionero
lo aborrece el Señor. Pero yo, por tu gran bondad, entraré en tu casa,
me postraré ante tu templo santo con toda reverencia.
Señor, guíame con tu justicia, porque tengo enemigos;
alláname tu camino. En su boca no hay sinceridad,
su corazón es perverso; su garganta es un sepulcro abierto,
mientras halagan con la lengua. Que se alegren los que se acogen a ti,
con júbilo eterno; protégelos, para que se llenen de gozo
los que aman tu nombre. Porque tú, Señor, bendices al justo,
y como un escudo lo rodea tu favor. Oh Di-s, tú eres mi Di-s, por ti madrugo,
mi alma está sedienta de ti; mi carne tiene ansia de ti,
como tierra reseca, agostada, sin agua.
¡Cómo te contemplaba en el santuario
viendo tu fuerza y tu gloria! Tu gracia vale más que la vida,
te alabarán mis labios. Toda mi vida te bendeciré
y alzaré las manos invocándote.
Me saciaré como un manjar de grosuras,
y mis labios te alabarán jubilosos.
En el lecho me acuerdo de ti y velando medito en ti,
porque fuiste mi auxilio, y a la sombra de tus alas canto con júbilo;
mi alma está unida a ti, y tu diestra me sostiene.
Oye, oh Di-s, mi clamor; atiende a mi oración.
Desde los confines de la tierra te invoco, cuando mi corazón desmaya.
Condúceme a la roca que es más alta que yo.
Porque tú has sido refugio para mí, torre fuerte frente al enemigo.
Que more yo en tu tienda para siempre;
y me abrigue en el refugio de tus alas. (Selah)
Porque tú, oh Di-s, has escuchado mis votos;
tú me has dado la heredad de los que temen tu nombre.
En Ti solamente espera en silencio mi alma;
de El viene mi salvación. Sólo El es mi roca y mi salvación,
mi baluarte, nunca seré sacudido. ¿Hasta cuándo atacaréis a un hombre,
vosotros todos, para derribarlo ,como pared inclinada,

11
como cerca que se tambalea?
Solamente consultan para derribarlo de su eminencia;
en la falsedad se deleitan; bendicen con la boca,
pero por dentro maldicen. (Selah)
Alma mía, espera en silencio solamente en Di-s,
pues de El viene mi esperanza.
Sólo El es mi roca y mi salvación, mi refugio, nunca seré sacudido.
En Di-s descansan mi salvación y mi gloria;
la roca de mi fortaleza, mi refugio, está en El.
Confiad en El en todo tiempo, oh pueblo mío;
derramad vuestro corazón delante de El;
Quien es nuestro refugio. (Selah)
Los hombres de baja condición sólo son vanidad, y los de alto rango son mentira;
en la balanza suben, todos juntos pesan menos que un soplo.
No confiéis en la opresión, ni en el robo pongáis vuestra esperanza;
si las riquezas aumentan, no pongáis el corazón en ellas .
Una vez ha hablado Di-s; dos veces he oído esto:
Que de Di-s es el poder; y tuya es, oh Señor, la misericordia,
pues tú pagas al hombre conforme a sus obras.
Escúchame cuando te invoco, Dios, defensor mío;
tú que en el aprieto me diste anchura,
ten piedad de mí y escucha mi oración.
Y vosotros, ¿hasta cuándo ultrajaréis mi honor,
amaréis la falsedad y buscaréis el engaño?
Sabedlo: el Señor hizo milagros en mi favor,
y el Señor me escuchará cuando lo invoque.
Temblad y no pequéis, reflexionad en el silencio de vuestro lecho;
ofreced sacrificios legítimos y confiad en el Señor.
Hay muchos que dicen: "¿Quién nos hará ver la dicha,
si la luz de tu rostro ha huido de nosotros?"
Pero tú, Señor, has puesto en mi corazón más alegría
que si abundara en trigo y en vino.
En paz me acuesto y en seguida me duermo,
porque tú sólo, Señor, me haces vivir confiado.
Señor, no me corrijas con ira, no me castigues con cólera.
Misericordia, Señor, que desfallezco; cura, Señor, mis huesos dislocados.
Tengo el alma en delirio, y tú, Señor, ¿hasta cuando?
Vuélvete, Señor, liberta mi alma, sálvame por tu misericordia.
Porque en el reino de la muerte nadie te invoca, y en el abismo, ¿quién te alabará?
Estoy agotado de gemir: de noche lloro sobre el lecho,
riego mi cama con lágrimas. Mis ojos se consumen irritados,
envejecen por tantas contradicciones.
Apartaos de mí, los malvados, porque el Señor ha escuchado mis sollozos;
el Señor ha escuchado mi súplica, el Señor ha aceptado mi oración.
Que la vergüenza abrume a mis enemigos, que avergonzados huyan al momento.
Pues el Eterno me ha cubierto con Su aliento sagrado y me ha dado refugio
Debajo de Sus alas.
No temeré, sino tendré un año bendito pues Tu has borrado
Mis faltas y haz lanzado a lo profundo del mar mis pecados,
Por amor de Tu ungido.
Mi alma se regocijará en Ti y mi corazón estará

12
Confiado, pues la Roca de Israel es mi refugio y Su Nombre la fortaleza Segura de mi alma
(Selah).
Oh Señor, mira mi corazón y escudríñalo y ve si hay en mi
Camino de perversidad, y guíame por el camino de la Toráh.
Que tenga un año bendecido por la gracia de Tu ungido
Y que sea sustentado con lo mejor del trigo, del mosto y Sin necesidad de recibir las migajas de
los hombres,
Mas sostenido por Tu generosa mano que trae bendición eterna y no añade tristeza.
Yo estaré en paz y mi casa estará en paz, y todo lo que tengo estará en paz. Al juicio seré llamado
y del juicio saldré libre, con vestiduras blancas entonaré salmos a mi Eloha, el Rey Bondadoso y
Santo, pues Ha puesto en mis manos piedritas blancas, resplandecientes como perlas
De gran precio, bañadas por el sol de la justicia y la gracia del que fue menospreciado y no lo
estimamos.
Bendito eres Tú HaShem, Rey del Universo, que sostienes y guardas a Tu pueblo Israel y
muestras Tu misericordia hasta mil generaciones. Amén.
¿Quién es un D-s como Tú, que perdonas la iniquidad y dejas pasar los pecados del resto de Tú
heredad? Él no guarda rencor, porque se complace en la misericordia. Se volverá nuevamente y
tendrá compasión de nosotros y nos absolverá de nuestras iniquidades. Y Tú arrojarás todos los
pecados de ellos a las profundidades del mar. Y a todos los pecados de Tu pueblo, la casa de
Israel, los arrojarás a un lugar donde no serán más recordados ni traídos a colación en modo
alguno. Serás indulgente con Jacob y misericordioso con Abraham, como lo juraste a nuestros
padres desde los días antiguos. Desde mis estrechuras invoqué a HaShem. Él me respondió
poniéndome en libertad HaShem es para mí. No temeré. ¿Qué podrá hacerme el hombre?
HaShem es para mí como mi auxilio, por lo que miraré triunfante a los que me odian. Es mejor
refugiarse en HaShem que confiar en el hombre. Es mejor confiar en HaShem que confiar en
príncipes. Ellos no lastimarán ni herirán en toda Mi santa montaña, porque la tierra está llena del
conocimiento de HaShem, como las aguas cubren al mar”.
"Y pasó Adonai delante de él, y proclamó: (1) Adonai-i; (2)Adonai-i; (3) El (4) misericordioso y
(5) clemente; (6) no se enoja rápido; y (7) tiene gran benevolencia y (8) verdad; (9) guarda la
benevolencia para miles (de generaciones); (10) perdona la transgresión, (11) la rebeldía y (12) el
pecado intencional; (13) y absuelve…".

(Seguidamente se toca el shofar)

Día 2

Señor, Di-s mío, a ti me acojo, líbrame de mis perseguidores y sálvame, que no me atrapen como
leones y me desgarren sin remedio.
Señor, Di-s mío: si soy culpable, si hay crímenes en mis manos, si he causado daño a mi amigo, si
he protegido a un opresor injusto, que el enemigo me persiga y me alcance, que me pisotee vivo
por tierra, apretando mi vientre contra el polvo. Levántate, Señor, con tu ira, álzate contra el
furor de mis adversarios, acude, Di-s mío, a defenderme en el juicio que has convocado. Escucha
la voz de mi defensor al que Tú mismo has levantado para defender mi causa y que Sus palabras
sobrepasen la voz de los que me acusan.
Cuando te rodee la asamblea de las naciones, pon tu asiento en lo más alto de ella. Pues Tu, eres
el Señor el Rey y Juez de los pueblos. Júzgame, Señor, con misericordia, por la inocencia de Tu
siervo justo, haciendo desaparecer mi maldad, como un viento que se aleja y estableciendo un
buen decreto para mi alma.
Pues Tu te complaces en la misericordia y tu juicio me será favorable, tú que sondeas el corazón
y las entrañas, tú, el Di-s Justo, me acogerás con la Gracia de Tu Ungido, quien aboga ante Tí
por mi causa.

13
Por eso mi alma puede decir confiadamente:
Mi escudo es YHWH, que salva a los rectos de corazón.
Di-s es un juez justo, El es fuego que consume,
si no se convierten, afilará su espada,
tensará el arco y apuntará. Apunta sus armas mortíferas,
prepara sus flechas incendiarias.
Mas éstas no me alcanzarán, porque el escudo
De la justicia de Tu amado me protege,
Los méritos del que está sentado a Tu diestra,
Me acompañan todos los días de mi vida.
Yo daré gracias al Señor por su justicia,
tañendo para el nombre del Señor altísimo.
Invocaré Su Nombre y El me escuchará desde su Santa morada,
pues los méritos de mi Redentor han hablado más alto
que mis transgresiones y sus clamores
Han hecho callar a los que me acusaban.
Cuando mi alma enferma y sin esperanza gritaba: “¿Hasta cuando, Señor, seguirás olvidándome?
¿Hasta cuando me esconderás tu rostro? ¿Hasta cuando he de estar preocupado, con el corazón
apenado todo el día?
¿Hasta cuando va a triunfar mi enemigo?” Escuché un shofar en la montaña, Oí la buena noticia
del redentor que vino A Tzión a favor de los que se arrepienten de sus pecados intencionales y
levanté mis ojos a TI, Y por él, Tú perdonaste la maldad de mi pecado. Atiende pues, y
respóndeme, Señor, Di-s mío; da luz a mis ojos para que no me duerma en la muerte, para que no
diga mi enemigo: "le tengo en mi mano", ni se alegre mi adversario de mi fracaso.
Porque yo confío en tu misericordia: alegra mi corazón con tu auxilio, y cantaré al Señor por el
bien que me ha hecho.
Sí, bendeciré Tu Nombre por tus bondades, levantaré mis manos como ofrenda de incienso
Porque me has socorrido y consolado (Selah). Antes de conocerte por el alma de Tu Ungido,
Día y noche gritaba: Di-s mío, Di-s mío, ¿por qué me has abandonado? a pesar de mis gritos,
mi oración no te alcanza. Di-s mío, de día te grito, y no respondes; de noche, y no me haces caso;
aunque tú habitas en el santuario, esperanza de Israel.
En ti confiaban nuestros padres; confiaban, y los ponías a salvo;
a ti gritaban, y quedaban libres; en ti confiaban, y no los defraudaste.
Más ahora sé que Tú eres quien me sacó del vientre,
me tenías confiado en los pechos de mi madre;
desde el seno pasé a tus manos, desde el vientre materno tú eres mi Di-s.
Ya no estás lejos como antes, aunque el peligro aseche
Y aunque nadie me socorra, tú estás conmigo como poderoso gigante,
No temeré, sino me alegraré pues Tu Nombre es mi esperanza
Y bajo tus alas me ampararé siempre, hasta que pasen los quebrantos.
Aunque me acorralen como novillo, y los fuertes toros de Basán me
Amenacen, aunque abran sus fauces contra mí leones hambrientos y
me persigan rugiendo, yo estaré confiado, pues Tu Salvación me has otorgado y Tu báculo has
extendido sobre Mí para reconocerme en Tu Gracia y concederme segura audiencia en la morada
sagrada.
Sí HaShem, en ocasiones me siento como un agua que ha sido
derramada, como si mis huesos se hubieran descoyuntado
Como si mi corazón se volviera como cera calentada,
Derritiéndose también mis entrañas. Sí, HaShem, hay veces que siento mi garganta seca como un
desierto sin aguas, mi lengua pegada a mi paladar sin esperanza, miro y pareciera que el Sheol
abriera Sus puertas para succionarme, envolviéndome con el polvo de una muerte

14
cercana. Mas de pronto brillar vi. la luz de Tu Ungido,
Sus huellas en sus manos y su herida en su costado me trajeron esperanza, por él curaste mi llaga,
pusiste sobre sus hombros mi culpa y transferiste a mi alma su justicia santa.
Del mal decreto en el día del juicio me libraste y me vestiste con lino fino,
blanco y puro, como en el día cuando los sacerdotes entraban a Tu santuario rodeados
De la Nube de Gloria que coronaban sus jornadas.
Por tanto, aunque me arrinconen jaurías de mastines,
Y me cerquen bandas de malhechores para devorar mis carnes y destruirme para siempre, Yo
estaré confiado, pues Tu eres mi esperanza y la Roca segura de mi salvación. Tú eres mi refugio,
ya no te quedas lejos, como antes,
Sino vienes corriendo para ayudarme, librándome de la espada, salvándome
De las fauces del león, de los cuernos del búfalo que amenazaba.
Por tanto, contaré tu fama a mis hermanos, en medio de la asamblea te alabaré.
Invocaré Tu Nombre, levantaré mis manos y te bendeciré por siempre y para siempre y tendré un
juicio favorable pues Tu gracia me ha rodeado y la justicia de Tu ungido aceptaste como ofrenda
por mis pecados. Bendito es el Eterno,
que ha librado mi alma de la muerte y me ha rodeado de Su salvación.
Oh Señor, mira mi corazón y escudríñalo y ve si hay en mi
Camino de perversidad, y guíame por el camino de la Toráh.
Que tenga un año bendecido por la gracia de Tu ungido
Y que sea sustentado con lo mejor del trigo, del mosto y del aceite, sin necesidad de recibir las
migajas de los hombres, mas sostenido por Tu generosa mano que trae bendición eterna y no
añade tristeza.
Yo estaré en paz y mi casa estará en paz, y todo lo que tengo estará en paz.
Al juicio seré llamado y del juicio saldré libre, con vestiduras blancas
Entonaré salmos a mi Eloha, el Rey Bondadoso y Santo, pues
Ha puesto en mis manos piedritas blancas, resplandecientes como perlas
De gran precio, bañadas por el sol de la justicia y la gracia del que fue menospreciado y no lo
estimamos.
Bendito eres Tú HaShem, Rey del Universo, que sostienes
Y guardas a Tu pueblo Israel y muestras Tu misericordia
Hasta mil generaciones. Amén.
Oh Señor, mira mi corazón y escudríñalo y ve si hay en mi
Camino de perversidad, y guíame por el camino de la Toráh.
Que tenga un año bendecido por la gracia de Tu ungido
Y que sea sustentado con lo mejor del trigo, del mosto y del aceite,
Sin necesidad de recibir las migajas de los hombres,
Mas sostenido por Tu generosa mano que trae bendición eterna y no añade tristeza.
Yo estaré en paz y mi casa estará en paz, y todo lo que tengo estará en paz.
Al juicio seré llamado y del juicio saldré libre, con vestiduras blancas entonaré salmos a mi
Eloha, el Rey Bondadoso y Santo, pues Ha puesto en mis manos piedritas blancas,
resplandecientes como perlas de gran precio, bañadas por el sol de la justicia y la gracia del que
fue menospreciado y no lo estimamos.
Bendito eres Tú HaShem, Rey del Universo, que sostienes
Y guardas a Tu pueblo Israel y muestras Tu misericordia
Hasta mil generaciones. Amén.
¿Quién es un D-s como Tú, que perdonas la iniquidad y dejas pasar los pecados del resto de Tú
heredad? Él no guarda rencor, porque se complace en la misericordia. Se volverá nuevamente y
tendrá compasión de nosotros y nos absolverá de nuestras iniquidades. Y Tú arrojarás todos los
pecados de ellos a las profundidades del mar. Y a todos los pecados de Tu pueblo, la casa de
Israel, los arrojarás a un lugar donde no serán más recordados ni traídos a colación en modo

15
alguno. Serás indulgente con Jacob y misericordioso con Abraham, como lo juraste a nuestros
padres desde los días antiguos. Desde mis estrechuras invoqué a HaShem. Él me respondió
poniéndome en libertad HaShem es para mí. No temeré. ¿Qué podrá hacerme el hombre?
HaShem es para mí como mi auxilio, por lo que miraré triunfante a los que me odian. Es mejor
refugiarse en HaShem que confiar en el hombre. Es mejor confiar en HaShem que confiar en
príncipes. Ellos no lastimarán ni herirán en toda Mi santa montaña, porque la tierra está llena del
conocimiento de HaShem, como las aguas cubren al mar”.
"Y pasó Adonai-i delante de él, y proclamó: (1) Adonai-i; (2)Adonai-i; (3) El (4) misericordioso
y (5) clemente; (6) no se enoja rápido; y (7) tiene gran benevolencia y (8) verdad; (9) guarda la
benevolencia para miles (de generaciones); (10) perdona la transgresión, (11) la rebeldía y (12) el
pecado intencional; (13) y absuelve…".

(Seguidamente se toca el shofar)

Día 3

Oh YHWH, de mañana me presentaré delante de Ti,


De mañana clamaré y Tu me escucharás y me serás propicio.
Pelea, Señor, contra los que me atacan,
guerrea contra los que me hacen guerra;
empuña el escudo y la adarga, levántate y ven en mi auxilio; di a mi alma: "yo soy tu victoria".
Y yo me alegraré con el Señor, gozando de su salvación;
todo mi ser proclamará:"Señor, ¿quién como tú,
que defiendes al débil del poderoso, al pobre y humilde del explotador?". Se presentaban testigos
violentos: me acusaban de cosas que ni sabía, me pagaban mal por bien, dejándome desamparado.
Yo, en cambio, cuando estaban enfermos, me vestía de saco,
me mortificaba con ayunos y desde dentro repetía mi oración.
Como por un amigo o por un hermano, andaba triste;
cabizbajo y sombrío, como quien llora a su madre.
Pero cuando yo tropecé, se alegraron, se juntaron contra mí y me golpearon por sorpresa; me
laceraban sin cesar.
Cruelmente se burlaban de mí, rechinando los dientes de odio. Señor, ¿cuándo vas a mirarlo?
Defiende mi vida de los que rugen, mi único bien, de los leones, y te daré gracias en la gran
asamblea, te alabaré entre la multitud del pueblo.
Que no canten victoria mis enemigos traidores,
que no hagan guiños a mi costa los que me odian sin razón.
Señor, tú lo has visto, no te calles, Señor, no te quedes a distancia; despierta, levántate, Rey mío,
Señor mío, defiende mi causa.
Escucha los argumentos de mi abogado, déjate convencer por sus méritos, y emite una sentencia
buena para con tu siervo, pues en Ti he esperado.
Que canten y se alegren los que desean mi victoria,
que repitan siempre: "Grande es el Señor" .
Los que desean la paz a tu siervo, en los lugares celestiales, salten de alegría, de danza se
regocijen las jayot santas, porque Tú me extendiste un año más de vida en salud, prosperidad y
fortaleza, junto a todos los de mi casa. Echaste delante de Ti mis maldades, ocultaste
tus ojos de mis faltas, echaste a la mar mis transgresiones, dijiste: “Alejo de Ti tus pecados como
he alejado el oriente del occidente,
Como he separado la luz de las tinieblas”.
Por tanto, mi lengua anunciará tu justicia, todos los días te alabará.

16
Levantaré mi rostro a Ti pues has quitado mi vergüenza y me has rodeado de Tu misericordia,
perdonando todos mis pecados, por amor de Tu Ungido.
Yo me dije: "vigilaré mi proceder, para que no se me vaya la lengua; pondré una mordaza a mi
boca mientras el impío esté presente". Guardé silencio resignado, no hablé con ligereza; pero mi
herida empeoró, y el corazón me ardía por dentro; pensándolo me requemaba, hasta que solté la
lengua y dije:“Señor, dame a conocer mi fin y cuál es la medida de mis años, para que comprenda
lo pobre que soy".
Y entonces dejaste la silla del juicio y te sentaste en el trono de la misericordia, me rodeaste en
tus brazos y tu palabra para mí fue de amor.
Me concediste un palmo de vida, me sellaste para una vida buena y de paz, aunque mis días son
nada ante ti; pues el hombre no dura más que un soplo.
Y pasamos como una sombra, y por un soplo se afana, atesorando locamente sin saber para
quien. Entonces dije en mi locura: “Señor, ¿qué esperanza me queda?
¿Cómo puedo salir absuelto en Tu juicio, sin nadie que tenga el mérito de interceder
ante Ti por mi causa? ¿Cómo podría justificarme ante Ti, cuyos ojos son llama de fuego, que
escudriñas la mente y el corazón? ¿Qué argumentos presentaré delante de Ti?
¿A qué buena obra de justicia puedo echar mano, cuando contemplo Tu gloria y tu poder
majestuoso llenando la creación de Tu Presencia grandiosa que infunde temor aun a los serafines
de gloria que ante Ti esconden sus rostros con sus alas?
Entonces me dije: Solamente Su gracia podría consolarme, solamente Su misericordia podría
revertir el mal decreto sellado contra mí y busqué Tu rostro y pedí con todas las fuerzas de mi
alma suplicando por uno que pudiera interceder ante Ti y que supiera cómo defender mi causa.
Fue allí en los sollozos de mi alma que una luz centelló en la aurora y un reflejo de tu imagen, de
Tu misma sustancia me alcanzó en la noche, y alzando sobre mi sus manos traspasadas, me
envolvió en un manto nuevo de justicia y esperanza.
“Tú eres mi confianza, dije, líbrame de mis inquietudes, no me hagas la burla de los necios que
me acosan cada día recordándome mis faltas. Acalla la voz de los espíritus inmundos que fueron
creados por las trasgresiones de mi alma, di otra vez la palabra para que se calmen de la
tormenta sus embravecidas aguas”.
Y me fuiste propicio, te compadeciste de mi clamor y secaste mis lágrimas. ¿Qué hago yo
entonces? Enmudezco, no abro la boca, porque eres tú quien lo ha hecho.
Aparta de mí tus golpes, que el ímpetu de tu mano me acaba.
Grité entonces y dije en la madrugada: “Escucha, Señor, mi oración, haz caso de mis gritos, no
seas sordo a mi llanto; porque yo soy huésped tuyo, forastero como todos mis padres. Aplácate,
dame respiro, antes de que pase y no exista”.
Y Tú escuchaste mis ruegos, a mi clamor diste audiencia y fui llevado al tribunal rodeado de
gracia para escuchar el veredicto: Paz sobre él, dijiste. Y me enseñaste lo que habías hecho con
mis faltas, cómo las habías pulverizado y hecho desaparecer para siempre de Tu vista santa, por el
mérito de Tu ungido.
Mi boca llenaste de alabanza, seguridad me diste, absoluta confianza para elevar mi rostro y
convertirme en danza viviente que te alaba. Bendito es el Eterno que perdonó mis faltas, echó a la
mar mis trasgresiones y me rodeo de Gracia y más Gracia.
Por eso a Ti cantaré, Rey mío, y entonaré salmos a mi Eloha mientras viva, por eso contaré entre
mis amigos de tus proezas y publicaré tus decretos a las generaciones por venir, para que viendo
tus obras en mi, puedan también ellos tener esperanza.
“Oh Di-s, dirán mis descendientes, nuestros oídos lo oyeron, nuestros padres nos lo han contado:
la obra que realizaste en sus días, en los años remotos.
Tú mismo con tu mano los sanaste, declarando inocente al culpable, por el mérito de Tu ungido.
Trituraste las acusaciones que sobre ellos pesaba, Tu misma espada llenó la tierra persiguiendo
las faltas que se levantaban como voces de amenaza. Tu brazo les dio la victoria a mis padres,
vieron la luz de Tu rostro cambiar de tono, ante los argumentos presentados a su favor por el

17
redentor escogido, el buen intercesor que salió a defenderlos en el día del juicio, y la ira se volvió
gracia y la indignación apaciguada, se transformó en sentencia de vida para ellos y para todos
nosotros que de ellos venimos, reconociendo en este día la grandeza de Tu gracia, pues los
amabas. Ten compasión también de nosotros, la generación que de los redimidos se vuelve a Ti
en la encrucijada de una vida rota, perdidas la esperanza, mas confiando en la plenitud de su
historia, que es la nuestra, decimos también que aquel que defendió su causa, defiende la de su
descendencia”.
Si Rey mío, así dirán los que vengan después, al conocer Tu Gracia derramada en el día del
ensayo del Juicio Temible, de la Ira del que está sentado en el Trono de la Justicia estricta,
cuando la espada llenaba la tierra y los temblores del alma en los lugares celestiales se
escuchaban. Contaré el secreto de la paz, del buen decreto, publicaré entre los pueblos la alabanza
digna de Tu gracia, cuando rompiste delante de Ti el libro donde estaban escritas mis faltas y las
esparciste como cenizas en las puertas del Sheol para vengarte así de los que me acusaban.
Oh YHWH, mi rey y mi Di-os eres tú, que das la victoria a Jacob: con tu auxilio embestimos al
enemigo, en tu nombre pisoteamos al agresor.
Pues yo no confío en mi arco, ni mi espada me da la victoria; tú nos das la victoria sobre el
enemigo y derrotas a nuestros adversarios.
Aquellos que estaban listos para destruirnos en el día del juicio, para levantar contra nosotros sus
testimonios, pues yo temblaba al saber que eran ciertos, que mis faltas allí estaban para ser
juzgadas… mas Tú, Señor, bueno y bondadoso, a mi abogado cediste la palabra y él presentó
delante de Ti mi causa. Inocente me hallaste, se pulverizaron mis transgresiones, se esfumaron
como un soplo derramado en el aire, las hiciste huir delante de Ti y tu decreto para mi fue el
perdón. ¿Cómo no he de loarte, oh Rey del Universo, y cómo no bendecir Tu Nombre si
solamente para vivir alabándote existe mi alma?
Tú y solamente Tú eres nuestro orgullo, y siempre damos gracias a Tu nombre.
Y aunque algunos me rechazan y todavía me avergüenzan, para hacerme dudar de los méritos
por los cuales fui cubierto de esperanza, vendré a Tus pies, depositaré ante Ti mi oración y
escucharé de nuevo el veredicto de Tus labios confesando entonces de nuevo la absolución
perfecta que me has dado. Y si tu eres quien justifica, ¿quién entonces podrá condenarme? Callen
para siempre mis adversarios. Enmudezcan las lenguas mentirosas que la duda quieren otra vez
poner en mis labios. No vengo a Ti confesándome culpable, porque ya me has hecho justicia tuya
para siempre por los méritos del Amado.
Vengo a Ti para suplicarte, oh Padre, no me dejes caer de nuevo, no dejes de cuidarme, tuyo soy,
pertenezco a Ti, soy parte tuya, tu imagen llevo siempre conmigo, mi alma es Tuya, soplo de Tu
aliento se esconde en mi seno, no me dejes desviarme. No dejes que recuerde delante de Ti, mi
deshonra.
Ni permitas que la vergüenza me cubra otra vez el rostro para escuchar de nuevo los insultos y
las injurias de mi rival, de mi oponente, de mi enemigo oculto que quiere arrastrarme otra vez
donde estaba. Levántate oh mi Rey, publica el buen decreto, haz conocer la buena sentencia
delante de todos, que no extendimos nuestras manos a un dios extraño, ni rezamos a un dios que
no salva, sino te creímos a Ti y confiamos en el redentor que enviaste para salvarnos. Y él hizo
bien su trabajo, tomó sobre sus hombros la responsabilidad de nuestras faltas, sufrió por nosotros
la terrible sentencia que nos era contraria, por mi la llevó y por Tu pueblo. Al lugar de los
chacales lo enviaste, como el carnero sentenciado a Azazel en el desierto.
Por decreto Tuyo fue condenado, lo cubriste de tinieblas, lo echaste de delante de Ti, lo
declaraste culpable para darnos su inocencia, lo hiciste pecado para impugnarnos sus méritos, lo
desechaste para poder abrazarnos. Despierta, Señor, ¿por qué duermes?
Levántate, no dejes que continúe rodando tu enojo sin esperanza, no sigas escondiendo tu rostro
al no encontrar méritos en nuestras plegarias. Ten compasión de nuestro pueblo y revela ya el
secreto de Tu Ungido, transforma en danzas sus ruegos y en cantos de alabanza sus quejas, pues
su aliento se hunde en el polvo y su vientre está pegado al suelo, cubiertos de cilicio, ya no

18
sueñan. Levántate HaShem, socórrelos, redímelos también por Tu misericordia, porque te aman.
Revela ya el misterioso secreto, pues el tiempo ha llegado, levanta su mirada, déjales ver a Tu
Ungido en la manifestación suprema de Tu Gracia.
Oh Señor, mira mi corazón y escudríñalo y ve si hay en mi
Camino de perversidad, y guíame por el camino de la Toráh.
Que tenga un año bendecido por la gracia de Tu ungido
Y que sea sustentado con lo mejor del trigo, del mosto y del aceite, sin necesidad de recibir las
migajas de los hombres, mas sostenido por Tu generosa mano que trae bendición eterna y no
añade tristeza.
Yo estaré en paz y mi casa estará en paz, y todo lo que tengo estará en paz.
Al juicio seré llamado y del juicio saldré libre, con vestiduras blancas entonaré salmos a mi
Eloha, el Rey Bondadoso y Santo, pues ha puesto en mis manos piedritas blancas,
resplandecientes como perlas de gran precio, bañadas por el sol de la justicia y la gracia
del que fue menospreciado y no lo estimamos.
Bendito eres Tú HaShem, Rey del Universo, que sostienes
Y guardas a Tu pueblo Israel y muestras Tu misericordia
Hasta mil generaciones. Amén.
¿Quién es un D-s como Tú, que perdonas la iniquidad y dejas pasar los pecados del resto de Tú
heredad? Él no guarda rencor, porque se complace en la misericordia. Se volverá nuevamente y
tendrá compasión de nosotros y nos absolverá de nuestras iniquidades. Y Tú arrojarás todos los
pecados de ellos a las profundidades del mar. Y a todos los pecados de Tu pueblo, la casa de
Israel, los arrojarás a un lugar donde no serán más recordados ni traídos a colación en modo
alguno. Serás indulgente con Jacob y misericordioso con Abraham, como lo juraste a nuestros
padres desde los días antiguos. Desde mis estrechuras invoqué a HaShem. Él me respondió
poniéndome en libertad. HaShem es para mí. No temeré. ¿Qué podrá hacerme el hombre?
HaShem es para mí como mi auxilio, por lo que miraré triunfante a los que me odian. Es mejor
refugiarse en HaShem que confiar en el hombre. Es mejor confiar en HaShem que confiar en
príncipes. Ellos no lastimarán ni herirán en toda Mi santa montaña, porque la tierra está llena del
conocimiento de HaShem, como las aguas cubren al mar”.
"Y pasó Adonai-i delante de él, y proclamó: (1) Adonai-i; (2)Adonai-i; (3) Di-s (4)
misericordioso y (5) clemente; (6) no se enoja rápido; y (7) tiene gran benevolencia y (8) verdad;
(9) guarda la benevolencia para miles (de generaciones); (10) perdona la transgresión, (11) la
rebeldía y (12) el pecado intencional; (13) y absuelve…".

(Seguidamente se toca el shofar)

Día 4

Misericordia, Dios mío, por tu bondad, por tu inmensa compasión borra mi culpa;
lava del todo mi delito, limpia mi pecado.
Pues yo reconozco mi culpa, tengo siempre presente mi pecado:
contra ti, contra ti sólo pequé, cometí la maldad que aborreces.
En la sentencia tendrás razón, en el juicio resultarás justo y yo culpable.
Mira, en la culpa nací, con ambas tendencias me concibió mi madre.
Mas la elección mala he tomado, el camino equivocado fue mi senda,
Aborrecí la vida y escogí la muerte, me aparte de Ti y maté mi alma.
Te gusta un corazón sincero, y en mi interior me inculcas sabiduría.
Rocíame con el hisopo: quedaré limpio; lávame: quedaré más blanco que la nieve.
Hazme oír el gozo y la alegría, que se alegren los huesos quebrantados.

19
Aparta de mi pecado tu vista, borra en mí toda culpa.
Oh Dios, crea en mí un corazón puro, renuévame por dentro con espíritu firme;
no me arrojes lejos de tu rostro, no me quites tu santo espíritu.
Devuélveme la alegría de tu salvación, afiánzame con espíritu generoso.
Y tú perdonaste la maldad de mi pecado, deshiciste como un polvo sucio las transgresiones que
sobre mí pesaban y me perdonaste mis pecados.
Por eso enseñaré a los malvados tus caminos y los pecadores volverán a ti.
Líbrame de la sangre, oh Di-s; Di-s, Salvador mío, y cantará mi lengua tu justicia.
Señor, me abrirás los labios, y mi boca proclamará tu alabanza.
Pues los sacrificios no te satisfacen. Dar tres vueltas sobre mi cabeza a un pollo vivo no salvará
mi alma, ni el aumento de tzedaká calmará tu ira ni sanará mi llaga, pues graves son mis faltas.
¿Qué sacrificio presentaré delante de Ti? ¿Qué holocausto podrá borrar las afrentas escondidas en
los vaivenes de mi vida y en la historia terrible de mis desvíos que no son ocultos a Tu mirada?
Los sacrificios no te satisfacen: si te ofreciera un holocausto, no lo querrías.
Mi sacrificio es un espíritu quebrantado; un corazón contrito y humillado,
tú no lo desprecias. Señor, por tu bondad, favorece a Sión,
reconstruye las murallas de Jerusalén: entonces aceptarás los sacrificios rituales,
ofrendas y holocaustos, sobre tu altar se inmolarán novillos, cuando mi alma perdonada confiese
Tu Nombre y proclame entre los pueblos la gloria de Tu Gracia.
Desde entonces, con mi pecado perdonado, me devora el Celo de Tu Templo,
Di-s mío, sigue salvándome mira que me llega el agua al cuello:
me estoy hundiendo en un cieno profundo y no puedo hacer pie;
he entrado en la hondura del agua, me arrastra la corriente.
Estoy agotado de gritar, tengo ronca la garganta; se me nublan los ojos
de tanto aguardarte. Hasta que me seas propicio, no te dejaré, no cesaré de invocarte,
de buscarte en la mañana, en la tarde y al caer la noche, pues él me ha dicho que si busco hallaré
y que si toco a Tu puerta, se me abrirá, por tanto, no descansaré hasta que vea tu buen decreto
establecido sobre Tu pueblo y los que tienen la dura cerviz todavía erguida, desplomarse ante Ti
reconociendo la validez de la elección de Tu Ungido.
Di-s mío, tú conoces mi ignorancia, no se te ocultan mis delitos.
Que por mi causa no queden defraudados los que esperan en ti, Señor de los ejércitos.
Que por mi causa no se avergüencen los que te buscan, Di-s de Israel.
Por ti he aguantado afrentas, la vergüenza cubrió mi rostro, cuando un traspié causó la burla de
mis enemigos, cuando se levantaron contra mí los que esperaban una sola falta.
Mas me fuiste propicio, perdonando mi alma y limpiando de nuevo la escondida mancha, por eso
no cesará mi lengua de alabarte, entre mis hermanos tomará el arpa y danzaré, me haré más vil
aun, con tal de expresarte la alabanza de mi gratitud.
Aunque por un tiempo sea como un extraño para mis hermanos,
Como un extranjero para los hijos de mi madre; como un sin sentido para mis propios hijos que
ha equivocado el camino, al conocer las profundidades y el alcance de tu perdón concedido, me
devora el alma el celo por Tu Casa, y las afrentas que lanzan sobre mí, por mi piel resbala, pues
Tu has perdonado mi falta y un buen veredicto has sellado en tu libro, no por mi justicia, sino por
Tu inmensa Gracia revelada en Tu Ungido, el deleite de mi alma, la expiación de mis
transgresiones, los méritos seguros que pude presentar ante el temor y el miedo de Tu augusta
mirada.
Por tanto, mi oración se dirige a ti, Rey mío, en el día de tu favor;
Pues me escuchó tu gran bondad, y tu fidelidad fue mi ayuda.
Arrancaste del cieno mi alma, no dejaste que me hundiera el peso de mis faltas,
De los que me aborrecen me guardaste, y de las aguas sin fondo me rescataste.

20
Ya no me arrastra como antes la corriente, ni el torbellino succionarme puede, como tampoco la
fosa de la muerte tomar ventaja sobre mí, porque en Ti, están escondidos mis tiempos y mi
esperanza reposa segura en tu regazo de gracia.
Respóndeme, Señor, con la bondad de tu misericordia, por tu gran compasión, vuélvete hacia mí;
no escondas tu rostro a tu siervo: estoy en peligro, respóndeme en seguida.
Acércate a mí, rescátame, líbrame de mis enemigos, pues ellos están viendo aun lo que ya Tu no
ves ni lo que para TI ya no cuenta: mi afrenta, mi vergüenza y mi deshonra; a tú vista están los
que me acosan.
Si los mirara a ellos, entonces la afrenta me destroza el corazón, y desfallezco.
Espero compasión, y no la hay, si en ellos pusiera mi esperanza.
Buscaría consoladores, y no los encontraría, excepto la hiel que han puesto en mi comida, y el
vinagre que me dieron en mi sed. Me tuvieron por malvado, pobre y malherido, me dejaron
abandonado en el camino, como un traste viejo me dejaron, aunque yo fui para ellos fuente de
esperanza, y constantemente con ellos compartía tu pan y tu cebada. Mas se olvidaron de las
aguas mansas que en su sed di que bebieran, me dejaron malherido, a escondidas de mi vergüenza
hablaban.
Mas Tú viniste a mi rescate, me rodeaste con tus brazos, diste un nuevo aliento a mi alma. Por eso
alabaré Tu Nombre con cantos, proclamaré tu grandeza con acción de gracias, me levantaré de
madrugada para bendecirte, y esto te agradará más que un toro engordado, más que un novillo
atado junto a los cuernos del altar.
Que así lo vean los humildes y se alegren, los de corazón puro lo palpen y también te alaben, para
que reviva el corazón de todos, para que todos nos gocemos en Tu salvación.
Sí, Di-s mío y Rey mío, que escuchas el clamor de los humildes, que estás atento a la súplica de
los abatidos, que das prioridad a los que vienen a ti arrepentidos de sus pecados para encontrar
mérito en los sufrimientos de Tu Ungido.
Que te alaben el cielo y la tierra, para que los hombres todos busquen al Señor,
Revivan sus corazones y entiendan que el Eterno, mi Rey, no desprecia a sus cautivos,
Mas se deleita en la silla de la misericordia, por amor de Su Ungido.
Sí, el Señor salvará a Sión, reconstruirá las ciudades de Judá,
y las habitarán en posesión. La estirpe de sus siervos la heredará,
los que aman su nombre vivirán en ella. Yo y mi casa bendeciremos Su Nombre, pues ha
decretado sobre mi, vida y no muerte, salud y no enfermedad, prosperidad y no hambruna,
protección y no espada. No moriré sino que viviré y contaré a las generaciones por venir de tu
inmensa bondad para conmigo y para con la Casa de Israel.
Oh Señor, mira mi corazón y escudríñalo y ve si hay en mi
Camino de perversidad, y guíame por el camino de la Toráh.
Que tenga un año bendecido por la gracia de Tu ungido
Y que sea sustentado con lo mejor del trigo, del mosto y del aceite,
Sin necesidad de recibir las migajas de los hombres,
Mas sostenido por Tu generosa mano que trae bendición eterna
Y no añade tristeza.
Yo estaré en paz y mi casa estará en paz, y todo lo que tengo estará en paz.
Al juicio seré llamado y del juicio saldré libre, con vestiduras blancas
Entonaré salmos a mi Eloha, el Rey Bondadoso y Santo, pues
Ha puesto en mis manos piedritas blancas, resplandecientes como perlas
De gran precio, bañadas por el sol de la justicia y la gracia
Del que fue menospreciado y no lo estimamos.
Bendito eres Tú HaShem, Rey del Universo, que sostienes
Y guardas a Tu pueblo Israel y muestras Tu misericordia
Hasta mil generaciones. Amén.
¿Quién es un D-s como Tú, que perdonas la iniquidad y dejas pasar los pecados del resto de Tú

21
heredad? Él no guarda rencor, porque se complace en la misericordia. Se volverá nuevamente y
tendrá compasión de nosotros y nos absolverá de nuestras iniquidades. Y Tú arrojarás todos los
pecados de ellos a las profundidades del mar. Y a todos los pecados de Tu pueblo, la casa de
Israel, los arrojarás a un lugar donde no serán más recordados ni traídos a colación en modo
alguno. Serás indulgente con Jacob y misericordioso con Abraham, como lo juraste a nuestros
padres desde los días antiguos. Desde mis estrechuras invoqué a HaShem. Él me respondió
poniéndome en libertad HaShem es para mí. No temeré. ¿Qué podrá hacerme el hombre?
HaShem es para mí como mi auxilio, por lo que miraré triunfante a los que me odian. Es mejor
refugiarse en HaShem que confiar en el hombre. Es mejor confiar en HaShem que confiar en
príncipes. Ellos no lastimarán ni herirán en toda Mi santa montaña, porque la tierra está llena del
conocimiento de HaShem, como las aguas cubren al mar”.
"Y pasó Adonai-i delante de él, y proclamó: (1) Adonai-i; (2)Adonai-i; (3) Di-s (4)
misericordioso y (5) clemente; (6) no se enoja rápido; y (7) tiene gran benevolencia y (8) verdad;
(9) guarda la benevolencia para miles (de generaciones); (10) perdona la transgresión, (11) la
rebeldía y (12) el pecado intencional; (13) y absuelve…".

(Seguidamente se toca el shofar)

Día 5

Oh Señor, de mañana me levanto a buscar Tu rostro, mi alma te anhela,


De mañana cuando aun el sol duerme y la aurora apenas se aproxima,.
Mi alma desea Tu presencia, el celo por Tu casa me consume.
A ti, Señor, me acojo: no quede yo derrotado para siempre;
tú que eres justo, líbrame y ponme a salvo, inclina a mí tu oído, y sálvame.
Se tú mi roca de refugio, el alcázar donde me salve,
porque mi peña y mi roca eres tú.
Di-s mío, líbrame de la mano perversa, del puño criminal y violento;
porque tú, Di-s mío, fuiste mi esperanza y mi confianza, Señor, desde mi juventud.
En el vientre materno ya me apoyaba en ti, en el seno tú me sostenías,
siempre he confiado en ti. Muchos me miraban como a un milagro,
porque tú eres mi fuerte refugio. Llena estaba mi boca de tu alabanza
y de tu gloria, todo el día. Que nunca puedan decir mis adversarios: "Di-s lo ha abandonado;
perseguidlo, agarradlo, que nadie lo defiende".
Di-s mío, no te quedes a distancia; Di-s mío, ven aprisa a socorrerme.
Que fracasen y se pierdan los que atentan contra mi vida,
queden cubiertos de oprobio y vergüenza los que buscan mi daño.
Yo, en cambio, seguiré esperando, redoblaré tus alabanzas;
mi boca contará tu auxilio, y todo el día tu salvación.
Contaré tus proezas, Señor mío, narraré tu victoria, la tuya entera.
Di-s mío, me instruiste desde mi juventud, y hasta hoy relato tus maravillas,
Contaré a las generaciones que vienen de camino la grandeza de Tu gloria,
Describiré a los más pequeños las proezas de Tu brazo, de tus victorias excelsas,
De tus bondades sempiternas. Hablaré de todos los milagros que has hecho y de Tus hazañas sin
límite, para que pongan en Ti su confianza y les seas propicio.
Di-s mío, ¿quién como tú? Me hiciste pasar por peligros,
muchos y graves: de nuevo me darás la vida, me harás subir de lo hondo de la tierra;
acrecerás mi dignidad, de nuevo me consolarás;
y yo te daré gracias, Di-s mío, con el arpa te alabaré por tu lealtad;
tocaré para ti la cítara, Santo de Israel; te aclamarán mis labios, Señor,

22
mi alma, que tú redimiste; y mi lengua todo el día recitará tu auxilio,
porque quedaron derrotados y afrentados los que buscaban mi daño.
Ven, Señor, a visitar tu viña, Pastor de Israel, escucha,
tú que guías a José como a un rebaño; tú que te sientas sobre querubines, resplandece
ante Efraín, Benjamín y Manasés; despierta tu poder y ven a salvarnos.
Oh Di-s, restáuranos, que brille tu rostro y nos salve.
Señor, Dios de los ejércitos, ¿hasta cuando estarás airado mientras tu pueblo te suplica? Les diste
a comer llanto, a beber lágrimas a tragos;
nos entregaste a las contiendas de nuestros vecinos, nuestros enemigos se burlan de nosotros.
Dios de los ejércitos, restáuranos, que brille tu rostro y nos salve.
Sacaste una vid de Egipto, expulsaste a los paganos, asesinos de niños, y la trasplantaste;
le preparaste el terreno, y echó raíces hasta llenar el país;
Su sombra cubría las montañas, y sus pámpanos, los cedros altísimos;
extendió sus sarmientos hasta el mar, y sus brotes hasta el Gran Río.
¿Por qué has derribado su cerca para que la saqueen los viandantes,
la pisoteen los jabalíes y se la coman las alimañas?
Di-s de los ejércitos, vuélvete: mira desde el cielo, fíjate,
ven a visitar tu viña, la cepa que tu diestra plantó
y que tú hiciste vigorosa. La han talado y le han prendido fuego;
con un bramido hazlos perecer. Que tu mano proteja a tu escogido,
al hombre que tú fortaleciste. No nos alejaremos de ti:
danos vida, para que invoquemos tu nombre. Señor, Di-s de los ejércitos, restáuranos,
que brille tu rostro y nos salve. Tú eres mi esperanza, en el día del juicio que se acerca, envía por
mi defensa, levanta un pastor fiel que escuche mi causa y me proteja, pues sin tu ayuda, mi alma
desmaya, desvanece cual la paja sacudida por el viento.
¿Y qué soy yo? ¿Qué puedo alegar delante de Ti? ¿Cómo iniciaría mi defensa?
¿Con qué argumentos te convencería para que extendieras sobre Mí un buen decreto?
Tu conoces todas mis faltas, mis errores no te son ocultos, mi historia entera está delante de Ti,
aun la palabra no ha salido de mi boca cuando ya Tu la sabes.
Indefenso estoy ante el Tribunal de Justicia, mi voz apagada, mi cabeza se quiere separar de mi
cuerpo por la pena que la abruma, si no fuera por una voz que escucho a la distancia, si no fuera
por Tu ungido que me ha devuelto la esperanza,
Si no fuera por aquel a quien Tú mismo enviaste para defender mi causa.
Yo puedo decir confiadamente que mi Salvación está cercana, porque el Señor ha sido bueno con
su tierra, has restaurado Señor, de tu pueblo la confianza,
has perdonado la culpa de tu pueblo, has sepultado todos sus pecados,
has reprimido tu cólera, has frenado el incendio de tu ira por los méritos de Tu amado.
Restáuranos, Dios Salvador nuestro; cesa en tu rencor contra nosotros.
¿Vas a estar siempre enojado, o a prolongar tu ira de edad en edad?
¿No vas a devolvernos la vida, para que tu pueblo se alegre contigo?
Muéstranos, Señor, tu misericordia, y danos tu salvación.
Voy a escuchar lo que dice el Señor: "Di-s anuncia la paz
a su pueblo y a sus amigos y a los que se convierten de corazón".
La salvación está ya cerca de sus fieles, y la gloria habitará en nuestra tierra;
la misericordia y la fidelidad se encuentran, la justicia y la paz se besan;
La fidelidad brota de la tierra, y la justicia mira desde el cielo;
el Señor nos dará la lluvia, y nuestra tierra dará su fruto.
La justicia marchará ante él, la salvación seguirá sus pasos.
Inclina tu oído, Señor, escúchame, que soy un pobre desamparado;
protege mi vida, que soy un fiel tuyo; salva a tu siervo, que confía en ti.
Tú eres mi Di-s, ten piedad de mí, Señor, que a ti te estoy llamando todo el día;

23
alegra el alma de tu siervo, pues levanto mi alma hacia ti;
porque tú, Señor, eres bueno y clemente, rico en misericordia
con los que te invocan. Señor, escucha mi oración,
atiende a la voz de mi súplica. En el día del peligro te llamo,
y tú me escuchas. No tienes igual entre los dioses, Señor,
ni hay obras como las tuyas. Todos los pueblos vendrán
a postrarse en tu presencia. Señor; bendecirán tu nombre y dirán:
"Grande eres tú, y hacedor maravillas; tú eres el único Di-s".
Enséñame, Señor, tu camino, para que siga tu verdad;
mantén mi corazón entero en el temor de tu nombre.
Te alabaré de todo corazón, Dios mío; daré gloria a tu nombre por siempre,
por tu gran piedad para conmigo, porque me salvaste
del abismo profundo. Di-s mío y Rey mío, unos soberbios
se levantan contra mí, una banda de insolentes
atenta contra mi vida, sin tenerte en cuenta a ti. Como viene el día del juicio, contra mí se alegran
pues aseguran que seré culpable, que nadie saldrá en mi defensa, que no hay para mi esperanza.
Pero tú, Señor, Di-s clemente y misericordioso,
lento a la cólera, rico en piedad y leal, mírame, ten compasión de mí, por amor de siervo justo,
aquél sobre el cual echaste mis culpas y por cuyas llagas, curaste mis faltas.
Da fuerza a tu siervo, salva al hijo de tu esclava; dame una señal propicia,
que la vean mis adversarios y se avergüencen,
porque tú, Señor, me ayudas y consuelas. Que cuando los mensajeros celestiales abran el libro y
sea leído delante de Ti, oh Juez del Universo, todas mis acciones del pasado año, por amor a Tu
ungido, borres de allí todas mis iniquidades, no sean encontradas mis maldades, solamente
permanezcan escritas las cosas buenas que me dejaste hacer por Ti, según Tu gran misericordia.
Entonces me postraré delante de Ti, te alabaré por tu misericordia extendida sobre mi alma, diré a
mi corazón: Confía, un veredicto bueno se ha escuchado, un año de paz se avecina, un año de
redención y de promesas cumplidas por ti esperan.
Oh Señor, mira mi corazón y escudríñalo y ve si hay en mi
Camino de perversidad, y guíame por el camino de la Toráh.
Que tenga un año bendecido por la gracia de Tu ungido
Y que sea sustentado con lo mejor del trigo, del mosto y del aceite,
Sin necesidad de recibir las migajas de los hombres,
Mas sostenido por Tu generosa mano que trae bendición eterna
Y no añade tristeza.
Yo estaré en paz y mi casa estará en paz, y todo lo que tengo estará en paz.
Al juicio seré llamado y del juicio saldré libre, con vestiduras blancas
Entonaré salmos a mi Eloha, el Rey Bondadoso y Santo, pues
Ha puesto en mis manos piedritas blancas, resplandecientes como perlas
De gran precio, bañadas por el sol de la justicia y la gracia
Del que fue menospreciado y no lo estimamos.
Bendito eres Tú HaShem, Rey del Universo, que sostienes
Y guardas a Tu pueblo Israel y muestras Tu misericordia
Hasta mil generaciones. Amén.
¿Quién es un D-s como Tú, que perdonas la iniquidad y dejas pasar los pecados del resto de Tú
heredad? Él no guarda rencor, porque se complace en la misericordia. Se volverá nuevamente y
tendrá compasión de nosotros y nos absolverá de nuestras iniquidades. Y Tú arrojarás todos los
pecados de ellos a las profundidades del mar. Y a todos los pecados de Tu pueblo, la casa de
Israel, los arrojarás a un lugar donde no serán más recordados ni traídos a colación en modo
alguno. Serás indulgente con Jacob y misericordioso con Abraham, como lo juraste a nuestros
padres desde los días antiguos. Desde mis estrechuras invoqué a HaShem. Él me respondió

24
poniéndome en libertad HaShem es para mí. No temeré. ¿Qué podrá hacerme el hombre?
HaShem es para mí como mi auxilio, por lo que miraré triunfante a los que me odian. Es mejor
refugiarse en HaShem que confiar en el hombre. Es mejor confiar en HaShem que confiar en
príncipes. Ellos no lastimarán ni herirán en toda Mi santa montaña, porque la tierra está llena del
conocimiento de HaShem, como las aguas cubren al mar”.
"Y pasó Adonai-i delante de él, y proclamó: (1) Adonai-i; (2)Adonai-i; (3) Di-s (4)
misericordioso y (5) clemente; (6) no se enoja rápido; y (7) tiene gran benevolencia y (8) verdad;
(9) guarda la benevolencia para miles (de generaciones); (10) perdona la transgresión, (11) la
rebeldía y (12) el pecado intencional; (13) y absuelve…".

(Seguidamente se toca el shofar)

Día 6

Ya la aurora viene. El sol casi se asoma por el saliente y las estrellas se esconden, de pánico
tiemblan las estrellas. Los guardas del cielo me andan buscando, el juicio espera, la sala de
invitados está llena, llena muy llena está la sala. En un momento hará su entrada el Juez del
Universo. Estaremos de pie y los libros serán abiertos. Allí escrita está la historia de mi vida, las
cosas buenas y las cosas malas. ¿Cómo será mi defensa? ¿Con qué argumentos replicaré al Juez
cuando me llame a Su presencia? ¿Cómo podré levantar siquiera mi cabeza cuando sea llamado a
rendir cuentas? Mis piernas tiemblan. De mis entrañas huyen las pocas fuerzas que quedaban y el
aliento se entrecorta en mi garganta. Perdido estoy, yo sé que no he hecho cosas buenas.
Perdóname Señor, ruega mi alma. Sé propicio a mí, no tengas en cuenta mis faltas. Desvanece
mis trasgresiones como la niebla de la mañana.
“De pie”, dice el principal guarda. Los pasos del Juez se escuchan a la distancia. Todos tiemblan,
desde el más pequeño hasta el hombre anciano cubierto de canas.
Mas de pronto al pasar, un ángel poderoso me llama, con indicaciones seguras a un lugar de
audiencia privada me llevan. “Estoy perdido, digo para mí, perdida está para siempre mi alma”.
De la mano el mensajero erguido me toma y una paz indescriptible llena aquella sala. “El es tu
defensa”, me dice en voz baja. Y quedo allí solo, sin guardias.
“Ven a mí, dice una voz a mis espaldas”. Cuando mi rostro se orienta para encontrarla, veo la
silueta esbelta de un gran varón llevando en su cabeza una corona de diamantes y esmeraldas.
Un cinto de oro en su pecho, desde el cuello a los pies, ropas blancas. “¿Quién eres?”, pregunto,
¿”Quién eres tú que tanta paz traes a mi alma? “. “Yo soy tu defensa, tu alma preciosa he
comprado mas no con plata, mi vida por la tuya he dado, no temas, yo abogaré tu causa”. Y me
condujo al recinto imponente y sagrado donde todos esperaban.
Allí entré con mi defensa. Y se leyó mi causa. De pie estaba esperando la terrible sentencia,
cuando anonadado ni una sola palabra contra mí fue lanzada. ¿Cómo puede ser? ¿Cómo pueden
decir solamente cosas buenas de mi alma?
Entonces mis ojos se abrieron para comprender de la historia el mayor drama, cuando el
mensajero encargado, cerrando el libro de las deudas, puso sobre mí las blancas perlas que
indicaban la absolución de mi alma.
“Libre, completamente libre, puedes marcharte, un año feliz te espera, un año de salud y de
esperanzas”. ¿ Cómo te pagaré Señor lo que has hecho por mí? ¿Cómo podría agradecerte por tus
bondades hacia mi reflejadas? Levantaré la copa de la salvación e invocaré el Nombre del Eterno.
Me postraré hacia Tu Templo y sacrificaré sacrificios de alabanza. Contaré a los trasgresores las
buenas noticias de Tu salvación, anunciaré entre los pueblos Tu gloria y proclamaré entre las
naciones el mensaje del perdón por la gracia de Tu ungido, por los méritos de aquel en quien se
deleita Tu alma.
Ciertamente el Eterno es mi pastor; nada me faltará.

25
En lugares de delicados pastos me hará descansar;
Junto a aguas de reposo me pastoreará. Confortará mi alma;
Me guiará por sendas de justicia por amor de su nombre.
Aunque ande en valle de sombra de muerte,
No temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo;
Tu vara y tu cayado me infundirán aliento.
Preparas una mesa delante de mí en presencia de mis angustiadores;
Unges mi cabeza con aceite; mi copa está rebosando.
Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida,
Y en la casa de YHWH moraré por largos días.
Tú que vives al amparo del Altísimo y resides a la sombra del Todopoderoso,
di al Señor: "Mi refugio y mi baluarte, mi Di-s, en quien confío".
Él te librará de la red del cazador y de la peste perniciosa;
te cubrirá con sus plumas, y hallarás un refugio bajo sus alas.
No temerás los terrores de la noche, ni la flecha que vuela de día, ni la peste que acecha en las
tinieblas, ni la plaga que devasta a pleno sol.
Aunque caigan mil a tu izquierda y diez mil a tu derecha,
tú no serás alcanzado: su brazo es escudo y coraza.
Con sólo dirigir una mirada, verás el castigo de los malos, porque hiciste del Señor tu refugio y
pusiste como defensa al Altísimo.
No te alcanzará ningún mal, ninguna plaga se acercará a tu carpa,
porque él te encomendó a sus ángeles para que te cuiden en todos tus caminos.
Ellos te llevarán en sus manos para que no tropieces contra ninguna piedra; caminarás sobre
leones y víboras, pisotearás cachorros de león y serpientes.
"Él se entregó a mí, por eso, yo lo libraré;
lo protegeré, porque conoce mi Nombre; me invocará, y yo le responderé.
Estaré con él en el peligro, lo defenderé y lo glorificaré; le haré gozar de una larga vida
y le haré ver mi salvación". Por eso es bueno dar gracias al Señor
y cantar, Dios Altísimo, a tu Nombre; proclamar tu amor de madrugada,
y tu fidelidad en las vigilias de la noche, con el arpa de diez cuerdas y la lira,
con música de cítara. Tú me alegras, Señor, con tus acciones,
cantaré jubiloso por la obra de tus manos. ¡Qué grandes son tus obras, Señor,
qué profundos tus designios! El hombre insensato no conoce
y el necio no entiende estas cosas. Si los impíos crecen como la hierba
y florecen los que hacen el mal,
es para ser destruidos eternamente: tú, en cambio, eres el Excelso para siempre.
Mira, Señor, cómo perecen tus enemigos y se dispersan los que hacen el mal.
Pero a mí me das la fuerza de un toro salvaje y me unges con óleo purísimo.
Mis ojos han desafiado a mis calumniadores, mis oídos han escuchado
la derrota de los malvados. El justo florecerá como la palmera,
crecerá como los cedros del Líbano: trasplantado en la Casa del Señor,
florecerá en los atrios de nuestro Di-s. En la vejez seguirá dando frutos,
se mantendrá fresco y frondoso, para proclamar qué justo es el Señor,
mi Roca, en quien no existe la maldad.
El Señor es rey; está vestido de poder ¡Reina el Señor, revestido de majestad!
El Señor se ha revestido, se ha ceñido de poder.
El mundo está firmemente establecido: ¡no se moverá jamás!
Tu trono está firme desde siempre, tú existes desde la eternidad.
Los ríos hacen resonar sus voces, Señor, los ríos hacen resonar su fragor.
Pero más fuerte que las aguas impetuosas, más fuerte que el oleaje del mar,
es el Señor en las alturas. Tus testimonios, Señor, son dignos de fe,

26
la santidad embellece tu Casa a lo largo de los tiempos.
¡Entiendan, los más necios del pueblo!
y ustedes, insensatos, ¿cuándo recapacitarán?
El que hizo el oído, ¿no va a escuchar? El que formó los ojos, ¿será incapaz de ver?
¿Dejará de castigar el que educa a las naciones y da a los hombres el conocimiento?
¡El Señor conoce los planes de los hombres y sabe muy bien que son vanos!
Feliz el que es educado por ti, Señor, aquel a quien instruyes con tu ley,
para darle un descanso después de la adversidad,
mientras se cava una fosa para el malvado.
Porque el Señor no abandona a su pueblo ni deja desamparada a su herencia:
la justicia volverá a los tribunales y los rectos de corazón la seguirán.
¿Quién se pondrá a mi favor contra los impíos?
¿Quién estará a mi lado contra los malhechores?
Cuando pienso que voy a resbalar, tu misericordia, Señor, me sostiene;
cuando estoy cargado de preocupaciones, tus consuelos me llenan de alegría.
¿Podrá aliarse contigo un tribunal inicuo, que comete injusticias en nombre de la ley?
Ellos atentan contra la vida de los justos y condenan a muerte al inocente.
Pero el Señor es mi fortaleza, mi Di-s es la Roca en que me refugio:
él les devolverá su misma iniquidad y los destruirá por su malicia.
¡El Señor, nuestro Di-s, los destruirá!
Oh Señor, mira mi corazón y escudríñalo y ve si hay en mi
Camino de perversidad, y guíame por el camino de la Toráh.
Que tenga un año bendecido por la gracia de Tu ungido
Y que sea sustentado con lo mejor del trigo, del mosto y del aceite,
Sin necesidad de recibir las migajas de los hombres,
Mas sostenido por Tu generosa mano que trae bendición eterna
Y no añade tristeza.
Yo estaré en paz y mi casa estará en paz, y todo lo que tengo estará en paz.
Al juicio seré llamado y del juicio saldré libre, con vestiduras blancas
Entonaré salmos a mi Eloha, el Rey Bondadoso y Santo, pues
Ha puesto en mis manos piedritas blancas, resplandecientes como perlas
De gran precio, bañadas por el sol de la justicia y la gracia
Del que fue menospreciado y no lo estimamos.
Bendito eres Tú HaShem, Rey del Universo, que sostienes
Y guardas a Tu pueblo Israel y muestras Tu misericordia
Hasta mil generaciones. Amén.
¿Quién es un D-s como Tú, que perdonas la iniquidad y dejas pasar los pecados del resto de Tú
heredad? Él no guarda rencor, porque se complace en la misericordia. Se volverá nuevamente y
tendrá compasión de nosotros y nos absolverá de nuestras iniquidades. Y Tú arrojarás todos los
pecados de ellos a las profundidades del mar. Y a todos los pecados de Tu pueblo, la casa de
Israel, los arrojarás a un lugar donde no serán más recordados ni traídos a colación en modo
alguno. Serás indulgente con Jacob y misericordioso con Abraham, como lo juraste a nuestros
padres desde los días antiguos. Desde mis estrechuras invoqué a HaShem. Él me respondió
poniéndome en libertad HaShem es para mí. No temeré. ¿Qué podrá hacerme el hombre?
HaShem es para mí como mi auxilio, por lo que miraré triunfante a los que me odian. Es mejor
refugiarse en HaShem que confiar en el hombre. Es mejor confiar en HaShem que confiar en
príncipes. Ellos no lastimarán ni herirán en toda Mi santa montaña, porque la tierra está llena del
conocimiento de HaShem, como las aguas cubren al mar”.
"Y pasó Adonai-i delante de él, y proclamó: (1) Adonai-i; (2)Adonai-i; (3) Di-s (4)
misericordioso y (5) clemente; (6) no se enoja rápido; y (7) tiene gran benevolencia y (8) verdad;

27
(9) guarda la benevolencia para miles (de generaciones); (10) perdona la transgresión, (11) la
rebeldía y (12) el pecado intencional; (13) y absuelve…".

(Toque del shofar)

Jag Sameaj para todos.


Dan

28

Você também pode gostar