La Revolución francesa fue un conflicto social y político, con diversos
periodos de violencia, que convulsionó Francia y, por extensión de sus
implicaciones, a otras naciones de Europa que enfrentaban a partidarios y opositores del sistema conocido como el Antiguo Régimen. Se inició con la autoproclamación del Tercer Estado como Asamblea Nacional en 1789 y finalizó con el golpe de estado de Napoleón Bonaparte en 1799.
La Revolución Francesa fue el cambio político más importante que se
produjo en Europa a fines del siglo XVIII, sirvió de ejemplo para otros países y promovió la democracia en el mundo. La influencia de la Revolución Francesa fue enorme. El gobierno, la economía y las relaciones sociales fueron modificados en Francia, en gran parte de Europa y el mundo. Sus ideas y sus hechos repercuten todavía en la actualidad. Nuestras ideas de libertad, democracia, derechos y deberes; nacieron de este conflicto europeo de finales del siglo XVIII.
La Revolución Francesa fue un enfrentamiento social y político, que sacudió a
Francia y otras naciones de Europa que enfrentaban el sistema del antiguo régimen basado en la monarquía.
Inició cuando el Tercer Estado, institución que representaba las mayorías, se
reveló y tomó el poder en 1789. La revolución finalizó con un golpe de estado de Napoleón Bonaparte en 1799; esta revolución derrotó al absolutismo del rey y estableció un nuevo régimen donde la burguesía, y las masas populares fueron la fuerza política dominante.
El 26 de agosto de 1789, la Asamblea Constituyente aprobó un documento que
contenía las ideas políticas de la burguesía el cual fue la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano. Éste documento fue redactado a fin de proporcionar un marco previo a la redacción de una constitución en los primeros momentos de la Revolución Francesa.
Uno de los acontecimientos con mayor alcance histórico de la Revolución
Francesa fue precisamente la declaración de los Derechos del hombre y del Ciudadano. En su doble vertiente, moral (derechos naturales inalienables) y política (condiciones necesarias para el ejercicio de los derechos naturales e individuales), condiciona la aparición de un nuevo modelo de Estado, el de los ciudadanos, el Estado de Derecho, democrático y nacional. Aunque la primera vez que se proclamaron solemnemente los derechos del hombre fue en los Estados Unidos (Declaración de Derechos de Virginia en 1776 y Constitución de los Estados Unidos en 1787), la revolución de los derechos humanos es un fenómeno puramente europeo. Será la Declaración de Derechos del Hombre y del Ciudadano francesa de 1789 la que sirva de base e inspiración a todas las declaraciones tanto del siglo XIX como del siglo XX.
Este documento es uno de los fundamentales de la Revolución francesa (1789-
1799) en cuanto a definir los derechos personales y los de la comunidad, además de los universales. Influenciada por la doctrina de los derechos naturales, los derechos del Hombre se entienden como universales. Aun cuando establece los derechos fundamentales de los ciudadanos franceses y de todos los hombres sin excepción, no se refiere a la condición de las mujeres o la esclavitud, aunque esta última seria abolida por la Convención Nacional el 4 de febrero de 1794. Sin embargo es considerado un documento precursor de los derechos humanos a nivel nacional e internacional. No fue hasta que Olympe de Gouges, en 1791, proclamó la Declaración de los Derechos de la Mujer y la Ciudadana que las mujeres entraron en la historia de los derechos humanos.