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EL ÁRBOL DE LA VIDA PERSONAL

El Árbol de la Vida Personal es una especie de mapa de fuerzas internas que nos
revela el recorrido que sigue la energía procedente de la Fuente, hasta que acaba
expresándose en el plano físico en forma de acción.

Cada esfera se corresponde con una dimensión de nuestro Ser y las líneas que las
unen son los denominados Senderos de Aprendizaje.

El Árbol de la Vida contiene 22 senderos de aprendizaje que podemos recorrer de


muy diferente manera: con resistencia, amargura, dolor, miedo... o bien con
serenidad, fluidez, alegría, maestría...; todo ello va a depender de nosotros
mismos.

Será nuestra capacidad de adaptación, de entendimiento y de comprensión, lo


que va a determinar el modo en que integramos cada uno de los sucesos que van
teniendo lugar en nuestras vidas.

El Árbol de la Vida Personal une la magia de los números a la


sabiduría
de la Cábala para mostrarnos el camino que hemos venido a
recorrer

En tu Árbol Personal podrás descubrir:

* Tu predominio energético por polaridades (mental-emocional, espiritual-


terrenal, activa-pasiva...).

* Tus chakras más activos (raíz, sacro, plexo solar, corazón, laríngeo, entrecejo y
corona).

* Tus puntos fuertes o habilidades especiales (físicas, creativas, intelectuales,


espirituales...).

* Tus patrones de conducta respecto a diferentes áreas de la vida (familiar,


laboral, sentimental...).

* Tus posibles colapsos de energía y su relación con los diferentes órganos y


partes del cuerpo.

* Tus posibles lazos kármicos (o dhármicios) con alguno o varios miembros de tu


familia o pareja.

* Tus posibles herencias de vidas pasadas (dones y talentos o tareas pendientes).


* Tus Números de Vida (Esencia, Personalidad, Edad de Transformación,
Evolución, Ciclos, Destino...).

* Tu Propósito de Vida según los 22 senderos de aprendizaje y maestrías que has


venido a cumplir.

Para muchas personas este conocimiento marca un

antes y un después en sus vidas, puesto que una vez reconocemos el camino de

vida que hemos venido a recorrer, es como despertar a una comprensión mayor

que nos libera de esa inquitenate

incertidumbre existencial

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nacimiento,
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numéricos podrían cambiar.

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La Numerología Cabalística y el
Propósito de Vida
Publicado por Ricard Barrufet en Cábala Práctica · 26 Noviembre 2017
La numerología es el estudio de los números en su dimensión holística, es decir, del significado
que trasciende los aspectos prácticos de la vida cotidiana e incluso, de las propias ciencias físicas.
Los números están presentes en todos los planos de existencia, desde los más visibles y tangibles,
hasta los más etéreos y sutiles, y dado que el ser humano comparte esta misma naturaleza
multidimensional, es lógico que exista una permanente interacción con ellos a todos los niveles
(físico, emocional, psicológico y espiritual).

Hay escuelas numerológicas de muy diversa procedencia, como la egipcia, la caldea, la china, la
india, la pitagórica, la cabalística…, entre otras; aunque probablemente sean estas dos últimas, la
pitagórica, con base 9 y la cabalística, con base 22, las más conocidas y empleadas para
determinar ciertos rasgos de personalidad y los “caminos de vida” de cada persona. Sin embargo,
conviene tener en cuenta que, como cada una de ellas parte de una tradición filosófica, social,
cultural o religiosa distinta, es comprensible que las atribuciones que estas asignan a cada
número no sean siempre coincidentes. Esto no significa que una sea más correcta o certera que
la otra, sino que simplemente existe una diversidad interpretativa que, cuando es integrada de
manera constructiva, ello solo puede ampliar nuestros horizontes y enriquecernos de manera
positiva.

En esta ocasión voy a tratar la numerología cabalística, la cual parte de la relación que se establece
entre los números y el Árbol de la Vida de la Cábala, un diagrama cuyo origen se pierde en la
noche de los tiempos (hay quien sostiene que fue un legado de la era atlante) pero que,
posteriormente, los místicos del judaísmo emplearon para interpretar la creación del universo tal
y como se describe en la Torah. También hay estudios que demuestran que la denominada
Geometría Sagrada constituye el modo en el que la energía se organiza para generar cualquier
forma de vida, des de las moléculas más elementales, hasta los planetas y las galaxias que
inundan el universo; siendo la “Flor de la Vida” el patrón energético más importante, en cuyo
centro se halla, precisamente, la figura del Árbol de la Vida.

Así vemos que la numerología cabalística, tanto contempla la sabiduría antigua de la Cábala
hebrea, en cuanto a su interpretación cosmogónica de la existencia y métodos de cálculo
empleados para determinar los valores numéricos de cada letra (especialmente la guematría),
como la atemporal Geometría Sagrada, que no solo demuestra que Todo es energía vibrando a
diferentes velocidades, sino que cada número posee una frecuencia energética que le otorga un
lugar determinado en los procesos de la Creación.

El Árbol de la Vida se compone 10 esferas o sephirot (las dimensiones del Ser) y 22 líneas (o
senderos de aprendizaje) que las unen, lo cual indica que el número 22 supone la totalidad de un
ciclo, como 22 son las letras del alfabeto hebreo y 22 son también los Arcanos Mayores del Tarot
(simbología cabalística). De este modo, cualquier cálculo numérico cuyo resultado sobrepase el
número 22, habrá que reducirlo necesariamente a un número igual o inferior a este.

Por ejemplo, quien haya nacido el 26/11/1972 (2+6+1+1+1+9+7+2=29) obtiene como primer dato
relevante la edad a partir de la cual decidió (a nivel álmico) iniciar su propio “camino de vida", y
mediante su reducción a un número igual o inferior a 22 (2+9=11), obtiene el denominado
“número de destino”, el cual nos habla del área de la vida (o una de ellas) que la persona ha venido
a desarrollar a través de la experiencia vivencial.

Conviene aclarar, no obstante, que un solo número resulta del todo insuficiente para determinar
con precisión el propósito de vida de una persona, del mismo modo que en astrología el hecho
de haber nacido bajo la influencia de un signo del zodiaco, es un dato que solo puede
proporcionarnos una información muy genérica e impersonal. Y si para la astrología es, en todo
caso, el estudio de la carta astral lo que va a permitir profundizar en las confluencias planetarias
que inciden en la vida de esa persona; para la numerología cabalística es el estudio del Árbol de
la Vida Personal lo que puede proporcionarnos ese nivel de detalle, pues a menudo son varias las
familias de números que inciden de manera significativa en la vida de una personas, además de
otros muchos factores a tener en cuenta (líneas karmicas, ocultas, de infancia, de juventud,
maestrías, cruces, bloqueos, etc.).

A continuación explico el significado esencial de cada número, en relación al propósito de vida


que cada cual se ha propuesto resolver (a nivel álmico) en la presente encarnación.

Familia del 1: 1-10-19

La principal misión para los nacidos bajo esta familia de senderos es, desarrollar la iniciativa y la
voluntad de acción. Se trata de personas muy emprendedoras, independientes, activas, creativas,
innovadoras y a menudo incluso pioneras, que no les gusta ir a “remolque” de los demás, sino
que prefieren tomar siempre la iniciativa, aun cuando ello suponga tener que entrar en un terreno
inexplorado. Son personas muy valientes y decididas, que en armonía saben canalizar muy bien
todo este torrente de vitalidad y energía creativa.

El nº 1 nos habla de personas con una gran actividad mental, con muchas ideas y proyectos
rondando siempre por su mente, pero que al precisar de un proceso de elaboración interna que
permita llegar a concretarlos, a menudo ocurre que por falta de perseverancia no consiguen
llevarlos a cabo. Esto puede generarles cierta frustración y una sensación de no encontrar su
“lugar en el mundo”. El nº 10 sigue hablándonos de movimiento y de cambio, pero en este sentido
juega un papel crucial, porque también se refiere a esta capacidad transformadora que permite
hacer descender la energía creativa del 1, hacia planos más externos y cercanos a la realidad física.
Y el nº 19 es la consecución última de ese proyecto u objetivo inicial que ha acabado
concretándose en el plano físico, siendo este un número asociado al éxito en general.

Familia del 2: 2-11-20

La principal misión para los nacidos bajo esta familia de senderos consiste en desarrollar la
seguridad y la confianza en sí mismos. Deben confiar en su propia verdad. Se trata de personas
con un alto poder intuitivo, sensibles, pacíficas, conciliadoras y muy espirituales, que acostumbran
a huir de las confrontaciones externas, pero que cuando se ven envueltas en un conflicto que
afecta a sus principios más esenciales, no dudarán en luchar como el que más para defenderlos.
Son personas muy tranquilas, pacientes e intuitivas que, guiadas por esta energía intuitiva, saben
lo que deben hacer en cada momento.

El 2 nos habla de misticismo, de espiritualidad, de conexión con la Fuente, con Dios, con la
Conciencia Cósmica o como prefiramos llamarlo. La energía llega a través de este canal central
que une a Kether con Tiferet, lo cual significa que la persona percibe la “verdad” de un modo un
tanto abstracto, que hace que a menudo no sepa muy bien cómo expresarla, pero que resulta
inequívoca para su corazón. El nº 11 es el que posee la capacidad de verbalizar esta “verdad
suprema”, siendo este un número tradicionalmente asociado a los maestros, a los profetas y a los
guías espirituales. El número 11 posee la fuerza y determinación para enfrentarse a un orden
social, cultural o religioso preestablecido, que siempre opondrá resistencia a cualquier situación
de cambio que pudiera poner en riesgo la perdurabilidad del status quo o del poder. El nº 20 es
el que culmina la obra del “profeta" mediante la transcripción de ese conocimiento superior de
un modo concreto, preciso y debidamente razonado.

Familia del 3: 3-12-21

La principal misión para los nacidos bajo esta familia de senderos consiste en “unir para
comprender”. Uniendo conceptos desarrollamos una lógica que nos permite ir profundizando en
todas las áreas de la vida, del mismo modo que a través de las relaciones personales y afectivas
podemos realmente llegar a conocernos a nosotros mismos en profundidad. Se trata, por
consiguiente, de personas muy sociables y familiares, interesadas en descubrir todo aquello que
les genere inquietud y ganas de comprender. Tienen muy buenas dotes para la investigación y el
estudio en general.

El nº 3 nos habla de una lógica superior encaminada a comprender cuestiones más profundas y
elevadas, siendo este un número muy espiritual asociado a los “buscadores de la verdad” y al
acceso a la sabiduría por medio del discernimiento. El nº 12 es el número de la reflexión, del
pararse a pensar antes de tomar una decisión, del estudio detallado y minucioso de las cosas,
aunque a un nivel más relacionado con aspectos científicos, sociales y filosóficos, que espirituales
o metafísicos. El nº 21 es la culminación de esta unión de conceptos o ideas, alcanzando
finalmente la comprensión de aquello se investigaba. Con el 21 aparece la “verdad desnuda” y es
también, por consiguiente, la finalización de un proyecto, un curso, unos estudios y todo aquello
que tenga que ver con la resolución de algo por lo que se ha trabajado.

Familia del 4: 4-13-22

La principal misión para los nacidos bajo esta familia de senderos es, la humildad y la aceptación.
Se trata de personalidades fuertes, seguras de sí mismas, muy exigentes, perfeccionistas,
carismáticas, trabajadoras y testarudas, que suelen imponer su manera de hacer las cosas sin
tener demasiado en cuenta los puntos de vista, motivaciones o propuestas de los demás. Aquí
encaja muy bien el arquetipo del “jefe”, puesto que es la persona que deberá ser capaz de ejercer
su autoridad y liderazgo, para que un proyecto común pueda salir adelante.

El 4 nos habla de una persona que, gracias a su capacidad de trabajo y rigor, se convierte en un
gran profesional que transmite confianza y estabilidad a las personas de su entorno (familiar,
laboral…), pero a su vez, dado que también suele haber cierta rigidez mental, todos aquellos
sucesos que se le presenten de manera imprevista, pueden llegar a ocasionarle muchos
trastornos a diferentes niveles. Y así ocurre cuando aparece el nº 13, puesto que este es el número
del cambio y la regeneración, que permita seguir avanzando hacia un nuevo orden de cosas.
Generalmente es a través del 13 (rupturas matrimoniales, despidos, fallecimientos…), cuando el
4 suele “bajarse del trono” y aceptar que no todo puede ser controlado y que el hecho de no
comprender, no significa que aquello no exista. Aquí se impone el perdón y la reconciliación con
uno mismo, para que, de este modo, uno pueda lograr alcanzar la aceptación y la humildad que
posee el nº 22, otro gran número maestro, que representa la culminación de un ciclo evolutivo o
viaje de retorno.

Familia del 5: 5-14

La principal misión para los nacidos bajo esta familia de senderos es, aprender a gozar de la vida
en armonía y equilibrio, contagiando su alegría y buen humor a todo el mundo. Se trata de
personas más bien despreocupadas, optimistas, positivas, alegres y divertidas, con un gran
potencial de felicidad, que solo puede verse comprometida cuando no son capaces de controlar
los excesos y su natural tendencia adictiva. Son personas que tienen muy vivo al “niño interior” y
que saben capear los temporales con una gran facilidad.

El 5 nos habla de una energía repleta de bondad y amor, que ansía la libertad y la fusión con lo
divino (generalmente de manera inconsciente), lo cual demuestra que también el sentido del
humor es una expresión de espiritualidad elevada. Este es también el camino de los
contemplativos, quienes se maravillan con cada pequeño detalle de la creación, viendo a Dios en
todo lo creado. Son personas expansivas y con una energía más emocional que mental, lo cual
hace que a menudo tengan ciertas dificultades para poner juicio y limitar ciertas tendencias
adictivas. El nº 14 conecta el mundo de los deseos con el verdadero Yo, donde reside el alma, por
lo que cuando este número tira más hacia abajo (el ego) que hacia arriba (el alma), se incrementa
el deseo de poseer, pudiendo hacer entonces que la felicidad acabe derivando en amargura.
Cuando existe un 14 bien equilibrado, la personalidad conecta con el corazón apareciendo así el
buen juicio, la cordura, la flexibilidad, la capacidad de adaptación y la empatía.

Familia del 6: 6-15

La principal misión para los nacidos bajo esta familia de senderos es, aprender a elegir y a
renunciar; es decir, a hacer un buen uso de su libre albedrío y, al mismo tiempo, ser capaces de
saber soltar o desapegarse, cuando llegue el momento. Se trata de personas sensibles, amorosas
y serviciales, que disfrutan cuidando y ayudando a los demás.

El 6 nos habla de una persona cuyo destino parece estar ligado a otra (pareja, hijos, o incluso
trabajo) y cuya vida va girando entorno a ella. El arquetipo que mejor describe al 6 es “la madre”,
quien se desvive por sus hijos y esposo, tratando de darles siempre los mejores cuidados y
atenciones. Pero como la vida está sujeta a un permanente cambio, llegará el momento en que
habrá que tomar decisiones que impliquen tener que soltar, dejar ir o renunciar a aquello que
siente como propio. Aquí aparecen los miedos, las dudas y los apegos que se le atribuyen al nº 15
y que, de no vencerlos, la vida puede llegar a convertirse en una especie de condena. El 15 también
representa al ser humano que está atado a los deseos y a la materia. Cuando se vencen los
temores la persona encuentra nuevas formas de expresar su amor y la vida recupera nuevamente
su luminosidad.

Familia del 7: 7-16

La principal misión para los nacidos bajo esta familia de senderos es, aprender de los errores para
no "tropezar dos veces con la misma piedra" y lograr expandir su conocimiento hasta las más
altas cotas de sabiduría. Se trata de personas muy trabajadoras, honradas, nobles y leales, que
poseen un elevado sentido de la responsabilidad.

El 7 nos habla de personas exitosas a razón de su inteligencia y ambición, que tanto puede
orientarse a nivel externo (éxito profesional, poder, dinero…) como a nivel interno (desarrollo
intelectual, conocimiento…), que en el ámbito espiritual es equiparable al arquetipo del “Iniciado”.
El Iniciado es un estudiante avanzado en la comprensión de los misterios de la vida, que ha
trascendido ya las limitaciones inherentes a toda creencia, filosofía, ciencia o religión, siendo en
todo caso su estudio comparativo lo que le ha proporcionado este Conocimiento Superior. Pero
no han sido pocas las caídas que ha sufrido el 7 a lo largo de sus innumerables existencias hasta
llegar aquí, tal y como nos indica el nº 16, que simboliza los envites que nos da la vida una y otra
vez hasta que aprendemos la lección. El 16 nos insta a la perseverancia y a la superación personal,
de manera parecida a como los científicos aplican el método de ensayo-error, ensayo-error, hasta
que acaban dando con la solución. Así es como el 7 ha logrado liberarse de la ignorancia y puede
triunfar en todas las áreas de la vida.

Familia del 8: 8-17

La principal misión para los nacidos bajo esta familia de senderos es, aprender a mantener el
“equilibrio” tanto a nivel interno como externo. Se trata de personas muy ecuánimes, justas y
bondadosas que, a menudo, por no querer perjudicar a nadie acaban siendo ellas las
perjudicadas. Son personas que saben integrar muy bien el conocimiento superior con los planos
de realización personal.

El 8 nos habla de un aprendizaje a través de la relación con los demás, sobre todo a nivel de
pareja, que es quien mejor hace de espejo, para mostrarle todo aquello que no logra ver de sí
mismo. El 8 suele tener dificultades para establecer aquellos límites que le permitirán vivir en
armonía, pues su tendencia dadora, suele llevarlo a unos extremos del todo nocivos, tanto para
sí mismo como para los demás. Deben aprender a saber decir NO y mantenerse firme en su
decisión. El caso contrario sería el de una severidad exagerada que podría acabar derivando en
crueldad. Cuando se consigue mantener este equilibrio interno, todo fluye también entonces de
manera equilibrada a nivel externo, tal y como nos sugiere el nº 17, que representa el movimiento,
la fluidez, la inspiración artística y la creatividad.

Familia del 9: 9-18

La principal misión para los nacidos bajo esta familia de senderos es, aprender a conectar con el
“maestro interior”. Se trata de personas muy sabias, prudentes y tranquilas que, a menudo
sienten la necesidad de tener que “retirarse” del mundo para asimilar y entender mejor lo vivido
y aprendido.

El 9 nos habla de la capacidad de introspección, de la meditación en solitario y del conocimiento


profundo que se tiene de la vida, lo cual les proporciona una verdadera sensación de
autosuficiencia. Son personas que disfrutan del silencio, del contacto con la naturaleza y de una
alimentación sana. Ellos saben escuchar las necesidades de su propio cuerpo y hacer aquello que
mejor les convenga. El nº 18 también nos habla de esta conexión la tierra y las energías de la
naturaleza, aunque a un nivel más instintivo. El 18 fluye sin rigideces y se expresa a través del
cuerpo en forma de arte, música, danza, sexualidad, etc. liberando así toda su energía emocional.
La superación o autocontrol de estos instintos “animales”, es lo que permitirá otorgarle al 9 el
calificativo de “maestro”.

AUTOR: Ricard Barrufet Santolària

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Cábala Práctica: El Árbol de la Vida Personal

Publicado por Ricard Barrufet en Cábala Práctica · 23 Junio 2017


La Cábala o Kabbalah, es una ancestral sabiduría oculta con más de 5.000 años de antigüedad,
que posteriormente los místicos del judaísmo emplearon para interpretar la creación, ordenación
y funcionamiento del Universo tal y como se describe en la Torah (la Ley Mosaica o el Antiguo
Testamento de la biblia). Pero si bien la Cábala tradicional estudia y profundiza en cada fase de la
creación o sefirá del Árbol de la Vida cabalístico, partiendo de textos místicos tan profundos como
el Séfer Yetzirah o el Zohar, en Cábala Práctica lo que se pretende es trasladar y aplicar todo este
conocimiento en uno mismo, observándolo como una especie de mapa de fuerzas internas que
son las que al fin y al cabo definen nuestra personalidad, nuestra manera de entender la vida y el
modo en que nos relacionamos con ella y con los demás. Este es el denominado Árbol de la Vida
Personal, un diagrama muy particular que nos revela la configuración energética con la que
decidimos venir al mundo.

Cada vez que "descendemos" a los mundos manifestados con el fin de iniciar un nuevo ciclo vital
(una nueva vida), nos revestimos de toda una serie de envolturas o cuerpos energéticos (mental,
emocional, etérico y físico) que conforman nuestra personalidad. Sin embargo, no hay que olvidar
que en realidad no somos el "personaje" que interpretamos en "cada función" sino el "actor". Es
decir, que existe un Yo profundo que está más allá del cuerpo y de la personalidad (nuestro Ser
esencial), que viene a este mundo una y otra vez en busca de todas aquellas experiencias
vivenciales que nos permitan hacer expandir la conciencia.

Pero a pesar de la no conveniencia de una excesiva identificación con el "personaje" que estamos
"interpretando" en estos momentos, lo que sí resulta conveniente es llegar a conocerse muy bien
a este nivel de la realidad, el de nuestra personalidad actual, puesto que en ella se halla la misión
o Propósito de Vida que el Árbol de la VidaPersonal nos ayuda a desvelar.
De un lado sabemos que el propósito de vida de cada persona guarda siempre relación con
aquello que le gusta hacer, aquello que se le da bien hacer y aquello con lo que se siente satisfecho
y realizado cuando lo hace. Es ese talento o vocación especial por algo en particular lo que nos
muestra el camino. Quien sienta pasión por el dibujo, la pintura, la música, la literatura, la ciencia,
la filosofía, la política, la cultura, el deporte o por cualquier otra actividad, será probablemente su
expresión en alguno de estos campos lo que dará un mayor significado a su vida.

Pero además de aprender a dar rienda suelta a nuestros dones y talentos como medio de
expresión de nuestra personalidad, también existen una serie de enseñanzas que guardan
relación con los 22 Senderos de Aprendizaje del Árbol de la Vida de la Cábala. Estos 22 senderos
contienen unos aprendizajes que solo es posible adquirir a nivel vivencial, es decir, que no es
posible hacerlo mediante el estudio o el mero esfuerzo intelectual, sino que es preciso
experimentarlos, sentirlos y vivirlos en "carne propia", para que estos puedan quedar integrados
en el Ser como sabiduría adquirida.
Cada Sendero une a dos esferas del Árbol (los 10 atributos del Alma) con lo cual, las enseñanzas
de cada Sendero tendrán relación con el significado de las dos esferas que enlaza. Se trata de
enseñanzas tan esenciales como son la paciencia, la aceptación, la renuncia, el desapego, la
libertad, los límites, la ambición, los procesos de cambio, la voluntad, la iniciativa, la extroversión,
la escucha interior, el perdón, la reconciliación, etc. Y como nada de lo que nos ocurre en la vida
es por casualidad, mucho menos puede serlo nuestro nombre, nuestros apellidos y nuestra fecha
de nacimiento. Así es que, a partir del genial hallazgo de Jaime Villarrubia (el creador del método)
y de estos únicos datos personales, los cuales contienen toda la información en clave numérica,
es posible elaborar un Árbol de la Vida Personal único y exclusivo para cada persona.

¿Qué información nos proporciona


el Árbol de la Vida Personal?

El Árbol de la Vida Personal muestra el recorrido que sigue la energía procedente de la Fuente de
la Vida, y cómo en su trayectoria descendente va atravesando paulatinamente cada una de las 10
esferas o sefirot que componen el Árbol de la Vida cabalístico, describiendo así nuestro particular
mundo espiritual, mental y emocional.

En el Árbol de la Vida Personal podemos descubrir:

* Nuestra constitución energética por polaridades


(Yin-Yang, mental-emocional, espiritual-terrenal, activa-pasiva...)

* Nuestros puntos fuertes o habilidades especiales


(físicas, creativas, mentales, intelectuales, espirituales...)

* Nuestros patrones de conducta en relación con diferentes áreas de la vida


(familiar, laboral, sentimental...)

* Nuestros posibles colapsos de energía en relación con las diferentes partes del cuerpo y sus
correspondientes afecciones
* Nuestros posibles lazos kármicos con alguno o varios miembros de la familia o pareja

* Nuestras posibles herencias de vidas pasadas


(dones y talentos dormidos o tareas pendientes)

* Nuestro Propósito de Vida en relación al aprendizaje vivencial que hemos venido a desarrollar

Así es que, el Árbol de la Vida Personal, no solo es una magnífica herramienta de


autoconocimiento personal, sino que nos acerca a una mayor comprensión sobre nuestra
verdadera naturaleza esencial y el motivo de nuestra presencia en el mundo.

Autor: Ricard Barrufet

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EL ANÁLISIS CABALÍSTICO
Publicado por Ricard Barrufet en Cábala Práctica · 3 Marzo 2016
El análisis cabalístico parte de la ancestral sabiduría de la Cábala o Kabbalah, una ciencia
cosmogónica de más de 5.000 años de antigüedad, que posteriormente místicos del judaísmo
como los esenios, aplicaron a la creación del mundo tal y como se describe en la Torah (la Ley
Mosaica o el Antiguo Testamento de la biblia). Esta sabiduría antigua nos habla de 10 esferas
(sefirot), que se corresponden con las diferentes fases en las que fue creado el Universo. Des de
la fase de Emanación, en la que Dios (Kether), inició el proceso por medio de la voluntad y la
expansión (Binah-Jokmah), siguiendo con la Creación, donde el amor, la fuerza y la belleza
(Jesed-Gevurah-Tiferet) todo lo impregnó; hasta llegar a la Formación (Netzaj-Hod-Yesod) y
manifestación de los mundos físicos (Maljut) en forma de Acción.

El ser humano es una pequeña réplica del universo, con lo cual, este supremo conocimiento que
los esenios poseían acerca de la configuración, ordenación y funcionamiento de la vida,
podemos aplicarlo a cada persona en función del valor numérico que posee cada una de las
letras que conforman su nombre, sus apellidos y su fecha de nacimiento. Estos únicos datos
contienen toda la información energética que el alma de esa persona eligió para llevar a cabo su
nueva experiencia terrena.

La Gematría es uno de los tres métodos utilizados por los antiguos cabalistas para reorganizar
las palabras y las frases de los textos sagrados, con la finalidad de ampliar su significado,
partiendo de la certeza de que cada carácter posee el valor numérico correspondiente a su
ordenación alfabética. Los otros dos métodos son la Temurah y el Notarikon, pero estos son
únicamente aplicables al alfabeto hebreo. Podría decirse que las letras son un como un
recipiente o receptáculo de energía divina que, al traducirlo al idioma universal (los números),
encuentran su lugar en este diagrama de la Geometría Sagrada que es el Árbol de la Vida
cabalístico.

Así es como el Árbol de la Vida Personal adquiere la denominación de "mapa del alma", puesto
que nos revela el recorrido energético que sigue la energía procedente del Cielo (la Fuente) y
que, en su trayectoria descendiente, va atravesando cada una de las esferas o sefirot (nuestro
particular mundo espiritual, mental y emocional) hasta que sale a relucir con nuestro sello
personal en forma de palabra o acción.

La Cábala fue durante muchos siglos un conocimiento oculto enseñado únicamente a una
minoría, porque se consideraba que al no estar aún la mayoría de las personas preparada para
comprender semejante sabiduría, tanto podía correr el riesgo de acabar siendo aniquilada por la
cruenta ortodoxia de la época, como hacer de ella un uso inapropiado. Algunos cabalistas llegaron
incluso a propagar historias de tinte oscurantista, con la única intención de desalentar a la gente
que se interesara por sus enseñanzas. De ahí que todavía haya quien ingenuamente relaciona la
Cábala con las artes oscuras y la magia negra, pero nada más lejos de la realidad.

Adentrarse en el conocimiento de la Cábala es disponer a emprender un viaje de


autodescubrimiento espiritual que afecta a todos los niveles: familia, trabajo, pareja, etc., y que
nos conecta directamente y sin intermediarios a la Fuente de la Vida, a la Conciencia Cósmica o a
Dios.

Ha llegado pues el momento en que la Cábala salga nuevamente a relucir con todo su esplendor
y ofrezca a la humanidad todo su saber sin límites ni restricciones, ya que su única meta es, en
realidad, ayudarnos a descubrir y mantener un contacto directo con el Espíritu, para que no
precisemos más guía en nuestra vida, que la que recibimos de nuestro propio Maestro Interior.

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1 Comentario
Hermetismo y Cábala, la Ciencia de lo Divino

Publicado por Ricard Barrufet en Cábala Práctica · 13 Diciembre 2017

El Hermetismo y la Cábala son parte de un mismo conocimiento eterno y atemporal, que siempre
estuvo ahí, sencillamente porque forma parte de la vida mucho antes de que el ser humano
llegara a poner los pies sobre la Tierra.

Lo primero que nos viene a la mente cuando hablamos de Hermetismo, es el nombre de Hermes
Trismegisto. Este enigmático personaje, representado con cuerpo de hombre y cabeza de ibis por
los egipcios, era Thot; el dios de las artes y las ciencias, del lenguaje, de la magia, de la música y
de la escritura; así como el primer gran maestro de sabiduría para los griegos, discípulos de los
egipcios, por considerar que fue él quien trajo al mundo la ciencia de lo divino.
Hermes pisó la Tierra mucho antes de que aparecieran los primeros faraones, en una época en la
que los hombres se mezclaban con los dioses y el sacerdocio, la magistratura y la monarquía,
formaban parte de un solo cuerpo gobernante. De ahí el calificativo de Trismegisto, “el tres veces
grande”, puesto que además de rey, también fue un gran legislador y un sumo sacerdote.

Es por tanto a Hermes Trismegisto a quien se le atribuyen las 7 grandes leyes o principios
universales que se recogen en el Kybalión, una obra anónima de finales del siglo XIX, que reúne
estos axiomas de un modo extremadamente sintético, casi críptico; tal y como también ocurre
con el primer texto cabalístico, el Séfer Yetsirah o Libro de la Formación, cuyo origen se pierde
en la noche de los tiempos.

Hay quien sugiere que pudo ser la misma persona quien reveló ambas doctrinas a la vez,
aunque quizás sean más las voces que apuntan al mítico Abraham, contemporáneo de Hermes,
como al autor de este antiguo tratado, que muchos siglos después daría lugar a la Kabbalah, la
Cábala hebrea o rama mística del judaísmo.

Así, todo aquel que sienta un verdadero interés por desentrañar los misterios de la Vida, acabará
sin duda por toparse con el Hermetismo y con la Cábala, puesto que son dos ciencias esotéricas
que nos hablan de una misma realidad: de la creación, ordenación y funcionamiento de la vida en
toda su multidimensionalidad.

Veamos pues a continuación el significado de estas 7 grandes Leyes Universales o Principios


Herméticos tan ampliamente difundidos, pero en esta ocasión, observando también ciertos
principios cabalísticos que se aprecian en el Árbol de la Vida, el cual no deja de ser un diagrama
energético perteneciente a la denominada Geometría Sagrada.
1. Mentalismo. El Todo es Mente; el Universo es mental.
Este principio nos dice que Todo lo que existe proviene de una proyección mental, cuya energía
se ha ido condensando progresivamente (a través de las 10 esferas del Árbol de la Vida) hasta
acabar plasmándose en el plano físico como algo aparentemente sólido y compacto.

Podría decirse que vivimos inmersos en un gran holograma de creación mental, siendo esta la
energía primigenia que emergió del Ayin (el vacío), cuando la existencia despertó del sueño de la
inexistencia y una inteligencia inefable de infinito Amor y Sabiduría a la que solemos llamar Dios,
quiso verse a sí mismo reflejado en la Creación.

A diferencia de lo que ocurre en los planos de manifestación física, donde toda creación requiere
de materias primas que permitan su transformación en algo nuevo, como pueda ser la madera
para la elaboración de muebles, o del cemento para construir edificios; la creatividad mental no
requiere de ninguna sustancia primera para crear cualquier otra cosa. Sirvan de ejemplo los
autores de cuentos y novelas que dan “vida” a un sinfín de personajes y escenarios a partir de un
único elemento; su mente.

2. Correspondencia. Lo que está abajo es como lo que está arriba, y lo que está arriba es como
lo que está abajo, para consumar el milagro de la Unidad.
Este principio se explica muy bien con la denominada “geometría fractal”, donde cada parte de un
Todo reproduce la totalidad a la que pertenece, solo que a una escala menor. Este es un
fenómeno que no solamente se aprecia en el ámbito de las matemáticas, sino que también se
observa en muchas estructuras de la naturaleza como los copos de nieve, algunas flores,
hortalizas, algas, corales…, y en cierto modo también ocurre lo mismo con las células del cuerpo,
pues a pesar de que puedan cumplir funciones muy distintas en el organismo, todas ellas poseen
una misma información genética. También la Cábala contempla este mismo fenómeno de
fractalidad, pues se dice que cada sefirá o esfera del Árbol, contiene un Árbol de la Vida completo
en su interior.

Así entendemos que esta misma capacidad creadora que posee la Conciencia Cósmica o Dios
para crear todo lo que existe, la posee igualmente el ser humano por ser este una pequeña réplica
del mismo. Este es el macrocosmos y el microcosmos al que alude el célebre aforismo del oráculo
de Delfos: “Conócete a ti mismo y conocerás al Universo y a los Dioses” .

3. Vibración. Nada está inmóvil; todo se mueve; todo vibra.

Este principio nos dice que Todo es energía vibrando a una determinada frecuencia e intensidad,
que Todo está en continuo movimiento, que nada es fijo e inamovible y que Todo está sujeto al
cambio, siendo paradójicamente la propia impermanencia lo único verdaderamente permanente.

En la actualidad sabemos que a nivel subatómico hasta las partículas elementales de las rocas no
dejan de moverse, existiendo incluso una gran cantidad de espacio vacío en su interior. Este
principio refuerza lo dicho anteriormente acerca de que nada es completamente sólido y
compacte, e incorpora el concepto de “vibración”, el cual añade la existencia de una fuerza
magnética resonante que agrupa las energías por afinidad vibracional.

Esto significa que cada pensamiento, cada sentimiento, cada emoción, cada palabra y cada acción,
no solo posee una frecuencia vibratoria determinada, sino que genera una fuerza atractora
destinada a agrupar otras energías del exterior que resuenen con esa misma frecuencia. Y como
cada ley hermética viene a concretar un poco más lo dicho en leyes precedentes, la enseñanza
esencial de este principio es que siempre es uno mismo el que crea su propia realidad.

En el Árbol Sefirótico vemos igualmente como cada esfera posee una vibración menor que la
esfera de la que emanó, representando todas ellas las 10 dimensiones o aspectos objetivos del
Ser, y cada uno de los 22 senderos que las unen, representan los aspectos subjetivos o actitudes
que adoptamos ante la vida.

4. Polaridad. Todo es dual; todo tiene dos polos; todo, su par de opuestos: los semejantes y los
antagónicos son lo mismo; los opuestos son idénticos en naturaleza, pero diferentes en grado;
los extremos se tocan; todas las verdades son medias verdades; todas las paradojas pueden
reconciliarse.
Esta ley nos habla de dos fuerzas naturales que son opuestas y complementarias al mismo
tiempo, debido a que ambas generan el flujo energético que da lugar a la vida. Un claro ejemplo
es la inhalación y la exhalación, dos fuerzas opuestas que sirven a un mismo fin: Respirar. Lo
mismo ocurre con los latidos del corazón y con otros muchos fenómenos naturales. Este principio
de polaridad también se aprecia a simple vista en el Árbol de la Vida de la Cábala, donde el Pilar
Derecho, abstracto y expansivo, requiere del Pilar Izquierdo, concreto y receptivo; para que la
energía pueda expresarse de un modo equilibrado, coherente y armonioso.

De este modo, cuando nos posicionamos más en un pilar que en el otro, surge entonces la
percepción de que algo es bueno o malo, justo o injusto, verdadero o falso…, cuando en realidad
ello solo nos indica que nuestra percepción es incompleta.

5. Ritmo. Todo fluye y refluye, todo tiene su periodo de avance y retroceso; todo asciende y
desciende; la oscilación pendular se manifiesta en todas las cosas; la medida de su movimiento
hacia la derecha es la misma que la de su movimiento hacia la izquierda; el ritmo es la
compensación.
La Ley del Ritmo siempre está presente en nuestras vidas, aunque a menudo esta nos resulte
totalmente imperceptible. Sin embargo, así lo indican los denominados “ciclos circadianos”, que
de manera gráfica muestran los periodos de mayor y menor actividad física, mental y emocional
de cada ser humano, en los que siempre se repite la misma pauta ya que cada ascenso viene
precedido de un descenso y viceversa. Estos ciclos naturales no pueden ser alterados
voluntariamente, pero si previstos.

Así, quien conozca bien el funcionamiento de esta ley y de sus propios ritmos internos, podrá
anticiparse a muchas subidas y bajadas energéticas, sabiendo hacer cada cosa a su debido
tiempo. Pero esta ley no solo afecta a los procesos biológicos del cuerpo, sino que abarca todos
los niveles de la Creación. Los ritmos y los ciclos están en todas partes: los vemos en las rotaciones
y traslaciones planetarias cuyo efecto es el día y la noche, la subida y bajada de las mareas, las
estaciones del año, las edades del hombre, las eras planetarias y así sucesivamente hasta que los
perdemos de vista en la infinitud del tiempo y el espacio.

Este principio nos habla de la existencia de un orden global que rige todos los ciclos de la vida, del
mismo modo que en la Cábala el término de Sefirá significa ordenación. Esta es una de las
primeras lecturas interpretativas que suele hacerse del Árbol de la Vida, como una sucesiva
secuencia de emanaciones que van condensando progresivamente la energía hasta alcanzar la
última sephirá, Maljut, el Reino de Dios en la Tierra.

6. Causa y efecto. Toda causa tiene su efecto; todo efecto tiene su causa; todo sucede de acuerdo
a la ley; la suerte no es más que el nombre que se le da a la ley no reconocida; hay muchos planos
de causalidad, pero nada escapa a la Ley.
Esta es probablemente la ley más conocida de todas, una ley que de un modo u otro se menciona
en los textos sagrados de todas las religiones bajo diferentes nombres: Ley del Karma, de
Retribución Cósmica, de Justicia Universal, de Responsabilidad, de la Siembre y la Cosecha, entre
otras; pero que en cualquier caso vienen a decir lo mismo: Que todo lo que hagamos en la vida
acabará tarde o temprano por regresar a nosotros en su misma proporción y significado, puesto
que el fin último de esta ley no es otro que el de restaurar el equilibrio perdido. De esto se
desprende que las buenas acciones generan efectos positivos, las malas acciones efectos
negativos y que nadie más que uno mismo es el responsable de los sucesos que tienen lugar en
su vida. También la Cábala nos habla del mundo de las causas (Atziluth) y el mundo de los efectos
(Assiah), entre los cuales se encuentran dos mundos intermedios (Briah y Yetzirah) que se
corresponden con los procesos de transformación que hay entre cada causa y su efecto.

Sin embargo, como esta ley opera por igual en todos los planos de existencia sin verse
interrumpida por ningún tipo de limitación espaciotemporal, es lógico que a menudo no seamos
capaces de relacionar cada efecto con su causa y ello nos induzca a sentirnos víctimas de la
injusticia. Pero cuando esta ley es bien comprendida, uno descubre que no puede haber mayor
justicia que la que establece este Principio.

Y para que esta ley pueda ser bien comprendida, la Cábala, lo mismo que cualquier otra doctrina
espiritual en su dimensión esotérica, contempla el concepto de “Transmigración de las almas” o
Reencarnación, que en hebreo recibe el nombre de “Guilgulim”, puesto que sin esta premisa no
sería posible enlazar todos los efectos con sus causas, sino que solamente podríamos hacerlo con
las de la presente encarnación.

7. Género. El género está en todo; todo contiene sus principios masculino y femenino; el género
se manifiesta en todos los planos de la realidad.
Este principio suele confundirse con el principio de polaridad, debido a que es también habitual
referirse a los polos positivo y negativo o activo y receptivo, como masculino y femenino. Sin
embargo, la duda se despeja cuando entendemos que cada ser humano posee ambas
polaridades (masculina y femenina) pero un solo género (el masculino o el femenino), de cuya
Unión surge el milagro de la Vida.

También la Cábala estudia ampliamente todos los procesos de gestación y formación hasta el
momento de dar a LUZ a un nuevo Ser, con género masculino o femenino, en función del tipo de
experiencias que su alma se haya propuesto vivenciar.

Bien pues para terminar solo quisiera añadir que estas 7 grandes leyes herméticas contienen
otras muchas de menor envergadura cuya finalidad es desplegar todo este conocimiento hacia
cualquier área de la vida, del mismo modo que la denominada Cábala Práctica también pretende
aplicar la ancestral sabiduría de la Cábala a la vida cotidiana para que esta no quede relegada a
un mero saber teórico.

Autor: Ricard Barrufet Santolària


Ver vídeo en Youtube: https://youtu.be/XbXv627FnZY

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