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EXÉGESIS:

ROMANOS 12:1-2: QUE PRESENTÉIS VUESTROS CUERPOS EN SACRIFICIO VIVO


1Asi que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros
cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable (griego: euareston – agradable) á Dios,
que es vuestro racional (griego: logiken – racional, genuino, verdadero) culto. 2Y no
os conforméis a este siglo (griego: aioni – edad); mas reformaos (griego:
metamorphousthe) por la renovación de vuestro entendimiento, para que
experimentéis (griego: dokimazein – mostrar, probar) cuál sea la buena voluntad de
Dios, agradable (griego: euareston – agradable) y perfecta.
Estos versículos abundan de significado, y requieren que los examinemos frase por
frase. De esa manera, este pasaje nos recompensará con un tesoro inesperado tras
otro – como si estuviéramos desenrollando un bello pañuelo de seda solo para
encontrar otro tras él – y otro, y otro.
“Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios” (v. 1). Las palabras
“así que,” ligan este capítulo con el que lo precede – es decir, el tratado de Pablo
acerca la gracia de Dios y nuestra fe. El lector podría pensar que la fe es el único
requisito para recibir la merced de Dios, aunque capítulo 6 debería haber
desechado ese pensamiento. En ese capítulo Pablo dijo, “¿Pues qué diremos?
¿Perseveraremos en pecado para que la gracia crezca? En ninguna manera. Porque
los que somos muertos al pecado, ¿cómo viviremos aún en él?” (6:1-2). “Pablo… no
conoce, ni tampoco ha aprobado nunca una justificación que no presente o lleve a
una vida justa”. Ahora Pablo vuelve a enfatizar que nuestra fe es lo que ha de guiar
una vida sagrada – que fe y lealtad están para siempre unidas. En este capítulo,
Pablo ofrece consejo práctico para lograr un discipulado fiel.
“que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios” (v.
1). “Para el griego, lo que importaba era el espíritu; el cuerpo solo era una prisión,
por el cual sentir desprecio y vergüenza… El cristiano cree que su cuerpo, tanto
como su alma, pertenece a Dios, y que le puede servir igual de bien con su cuerpo
que con su mente o su espíritu” (Barclay, 156).
“en sacrificio vivo” (v. 1). La ley del Tora requería que judíos observaran un sistema
complejo de sacrificar animales para ser perdonados por sus pecados y para
recordarles el significado de sus pecados. Solo aquellos animales sin defecto
valdrían para un sacrificio aceptable (Levítico 23:18).
Los cristianos en Roma a quienes Pablo escribe en esta epístola son la mayoría
gentiles, y no sienten ninguna obligación de ofrecer animales en sacrificio. Sin
embargo, Pablo dice que están obligados a sacrificar y que, de hecho, su sacrificio
debe sobrepasar el de animales requeridos por la ley del Tora. A cristianos no se les
permite sustituir su vida por la de un animal, en vez, se les requiere sacrificar su
propia vida. Este requisito, no obstante, no se trata de matar, sino de la
presentación de la persona viviente a Dios – un sacrificio vivo – una vida dedicada
al servicio de Dios – una vida dedicada a cumplir la voluntad de Dios – una vida
vivida con fe y lealtad. Han de presentar sus cuerpos en acuerdo con los
propósitos de Dios, en alabanza el domingo y en el trabajo el lunes. No hay
momento ni circunstancia en el que esta obligación no aplique. “La verdadera
alabanza de sacrificio a la que había señalado el templo de Jerusalén todo el tiempo,
es decir, Romanos 12:1 hace con alabanza del templo lo que 2:25-29 hizo con
circuncisión” (Wright, 704).
Pablo declara que este auto-sacrificio viviente es “santo y agradable (euareston –
agradable) a Dios” (v. 1). El sacrificio de animales era sagrado, porque requería
tomar algo precioso (una vida) y ofrecérsela a Dios. En nuestro mundo antiséptico
en el que compramos carne refrigerada envuelta en plástico, hemos de esforzarnos
para imaginar lo que debe significar criar un animal desde que nace – ver matar ese
animal – y después comer parte de su carne como sacrificio. Sería angustioso y
abrumador. Es repugnante ver un animal morir de manera violenta, y sería aún peor
ver el proceso del sacrificio.
La matanza del animal servía de recuerdo para personas cuyas vidas serían
requeridas en el altar si no fuera por la gracia de Dios. Ahora, Pablo les dice a
cristianos romanos que sus vidas son lo que se requiere, pero no en el altar del
templo. Es más, han de ofrecerse a sí mismos como sacrificios vivientes. Tales
sacrificios son santos y agradables a Dios, como eran los sacrificios de animales
hechos en el espíritu correcto. Sacrificios vivientes son sagrados porque
representan vidas vividas según la voluntad de Dios.
“que es vuestro racional (logiken – racional, genuino, verdadero) culto (latreian –
servicio)” (v. 1). La palabra logiken tiene varios significados, y parece que Pablo la
escogió por la amplitud de su significado. Presentar nuestros cuerpos a Dios como
sacrificio viviente es, en verdad, una obra espiritual. Vidas dedicadas al servicio de
Dios, sea de clérigo o laico, es alabanza genuina – un final lógico a la decisión de
seguir a Cristo.
“Y no os conforméis a este siglo (aioni – edad); mas reformaos por la renovación
de vuestro entendimiento” (v. 2). “A Cristianos se les ha presentado la vida del
mundo venidero; qué tragedia, entonces, si se conforman al mundo pereciente que
les queda” (Morris, 435).
La palabra traducida “conforméis” se trata de una conformación amoldable – que
puede cambiar día a día y año tras año. Los que “conforméis a este siglo (aioni)”
tienen la libertad de adoptar la próxima moda o filosofía popular. Ser “conformes
a este siglo” es algo parecido a una hoja al azar del viento, nunca sabiendo
exactamente adónde va – o por qué.
No obstante, la palabra traducida “conforméis” es bastante diferente, e incluye una
transformación que ocurre en el centro del ser (Barclay, 157-158 y Dunn). Si ser
“conforme” nos dejara al azar como una hoja al viento, ser “transformado” nos
mantiene con los pies en tierra – anclados y seguros. Pablo pide que no nos dejemos
llevar por cada última moda, sino que dejemos que el espíritu nos transforme en el
fondo de nuestro ser y así tener fe lo suficientemente fuerte para mantener nuestro
camino a pesar de los cambios de opinión popular.
¿Cuáles son las cosas de este siglo que amoldan y dirigen a la gente? Elementos de
cultura popular, como películas, música, y deportes. También incluyen filosofía
popular como Edad Nueva y pensamiento PC. Incluyen incentivos para tener éxito,
aún al coste de gente vulnerable. También incluyen racismo, nacionalismo, sectas,
y denominaciones – fuerzas que nos enseñan que nuestra tribu es buena y que otras
son malas. Obviamente existen numerosos ejemplos de cosas de este siglo que nos
amoldan de maneras que no merecen el reino de Dios. Medite para ver qué se le
ocurre.
“más reformaos (metamorphousthe) por la renovación de vuestro entendimiento”
(v. 2). En versículo 1, Pablo nos llamó para dar nuestros cuerpos a Dios. Ahora, nos
llama para dar nuestras mentes a Dios.
Metamorphousthe es la palabra de donde viene nuestra palabra ‘metamorfosis.’ El
ejemplo de metamorfosis que se nos ocurre es el de una oruga transformada en
mariposa. Por un tiempo es una cosa y después, por la gracia de Dios, se convierte
en algo completamente diferente. La oruga no es bella, pero la mariposa sí lo es. La
oruga se escurre por la tierra, pero la mariposa vuela sobre bellas alas. A los
jardineros no les gustan las orugas, pero siembran plantas especiales para atraer
mariposas. Así es por la gracia de Dios y la obra del Espíritu Santo que nosotros, que
antes éramos una cosa (conformes a este siglo), podemos ser transformados (pasar
por una metamorfosis) en algo completamente diferente – gente sagrada y de Dios.
“por la renovación de vuestro entendimiento” (v. 2). Ahora lo describiríamos como
“un cambio de corazón” más que una renovación de la mente. Sin embargo, Pablo
pide que permitamos que el Espíritu transforme nuestro pensamiento, sabiendo
que la persona que aprende a tener pensamientos de Dios pronto sentirá un cambio
de corazón también. Pensamientos de Dios transforman todo aspecto de nuestro
ser. Por ejemplo, la persona que tiene pensamientos de Dios a menudo disfruta de
mejorada salud, porque él o ella aprenden a pensar de su cuerpo como un templo
del Espíritu Santo y, por lo tanto, es más apta a tratarlo con respeto. No es decir
que cristianos solo se involucran en prácticas saludables, pero lo más cercano de
Dios nuestro pensamiento, lo menos probable que seamos víctimas de abuso de
drogas o alcohol, tabaco, sexo promiscuo, adicción al trabajo, u otras prácticas
insaludables.
“Para que experimentéis (dokimazein – mostrar, probar) cuál sea la buena
voluntad de Dios, agradable (euareston – agradable) y perfecta” (v. 2). La
renovación de nuestro pensamiento nos permite “experimentar la voluntad de
Dios” (v. 2). El mundo está lleno de gente que presume que la voluntad de Dios es
parecida a la suya – gente que trata de amoldar a Dios según su propio
pensamiento. Ambos republicanos y demócratas presumen que Dios apoya sus
respectivas plataformas. A menudo, denominaciones presumen que su parte
particular de la iglesia ha descubierto verdades que les hacen superiores a otros
cristianos. Éstos son solo unos ejemplos de las maneras que permitimos que este
siglo (aioni) amolde nuestro pensamiento. Si vamos a discernir la voluntad de Dios,
que no sea para recrear a Dios en nuestra imagen – conformándole a nuestros
prejuicios – sino que sea para que el Espíritu renueve nuestro pensamiento – es
decir, que nos convierta en barro en manos de Dios – permitir que Dios amolde
nuestro pensamiento y nuestras vidas.
ROMANOS 12:3-8: JUEGO DE PALABRAS
Hay un bello juego de palabras en griego. Pablo habla de “la gracia (charitos) que
me es dada” (v. 3) y de los “diferentes dones (charismata) según la gracia (charin)
que nos es dada” (v. 6). Pablo pide a cristianos romanos que piensen de sí mismos
de una manera realista y humilde – y basa su llamada en el hecho de que cualquier
gracia (charitos) y don (charismata) que disfrutan ha sido concedido por Dios. La
persona que beneficia de un don de Dios no tiene derecho a sentirse superior a otra
que ha recibido un don diferente. Aquí, Pablo modela el tipo de vida que él propone.
Podría acercarse a cristianos romanos como un apóstol que tiene la autoridad de
dictar la fe y su práctica. En cambio, se acerca a ellos con la humildad de uno que
beneficia de la gracia de Dios.
ROMANOS 12:3: NO TENGA MÁS ALTO CONCEPTO DE SÍ
3Digo pues por la gracia que me es dada, a cada cual que está entre vosotros, que
no tenga más alto concepto de sí que el que debe tener, sino que piense de sí con
templanza, conforme a la medida de la fe que Dios repartió a cada uno.
“por la gracia que me es dada.” La palabra, “por,” liga lo que sigue (“que piense de
sí con templanza”) con lo anterior (“más reformaos por la renovación de vuestro
entendimiento”).
“No nos sorprendería que Pablo diera su primer consejo para evitar cualquier
pensamiento de superioridad… Porque fue exactamente esa presunción por parte
del ‘judío’ que Pablo intentó superar y culpar en capítulos 2-4 y, de la misma
manera, la tendencia peligrosa por parte de ‘ramas’ judías contra las que había
advertido en capítulo 11” (Dunn).
En vv. 6-8, Pablo clarifica dones específicos que disfrutan los cristianos. “En
comunidades paulatinas, el problema con dones espirituales era que los muy
dotados a menudo miraban sus acciones poderosas como justificación por su
orgullo personal en lugar de mirarlas como ministerio que apoya el desarrollo
mutuo. Por esta razón, Pablo dio su exhortación en vv. 3-4: ‘que no tenga más alto
concepto de sí que el que debe tener’” (Talbert, 286).
“conforme a la medida de la fe que Dios repartió a cada uno.” Igual que Dios le ha
concedido gracia a Pablo (v. 3) y a cristianos romanos (v. 6) – y ha concedido dones
que difieren (v. 6), así también Dios ha asignado a cada persona cierta cantidad de
fe (v. 3). Nada de esto proporciona ninguna razón para alabarse a uno mismo,
porque gracia, don, y fe son regalos de Dios y no algo logrado por uno mismo.
ROMANOS 12:4-5: ASÍ SOMOS UN CUERPO EN CRISTO
4Porque de la manera que en un cuerpo tenemos muchos miembros, empero todos
los miembros no tienen la misma operación; 5Así muchos somos un cuerpo en Cristo,
mas todos miembros los unos de los otros.
“Porque de la manera que en un cuerpo tenemos muchos miembros, empero
todos los miembros no tienen la misma operación; Así muchos somos un cuerpo
en Cristo, mas todos miembros los unos de los otros” (vv. 4-5). Pablo continúa
dirigiéndose a cristianos romanos para que piensen de sí mismos de una manera
realista y humilde. Lo hace al comparar la iglesia con un cuerpo humano. Utiliza esta
misma metáfora en 1 Corintios 12:12-27, donde habla de la interdependencia de
las varias partes del cuerpo. Además, menciona nuestra costumbre de vestir con
más cuidado las partes del cuerpo consideradas menos honorables, así confiriendo
más honor a estas partes menos honorables. Cada miembro del cuerpo humano
tiene un propósito especializado, sea mano, pie, ojo, oído, o nariz. Estas partes no
compiten por mejor postura, sino que funcionan juntas para el beneficio de todos.
Cada una contribuye al bienestar del cuerpo entero según su capacidad, y cada una
beneficia de las contribuciones de otras. Si cada parte tuviera un modo diferente de
pensar – compitiendo en vez de cooperando – buscando ventaja en vez de
contribuir generosamente – el cuerpo cesaría de funcionar efectivamente y, como
resultado, todas sus partes sufrirían.
Así es con la iglesia, que tiene muchas partes, cada una con diversos dones y capaz
de contribuir de manera diferente “según la gracia (charin) que nos es dada” (v. 6).
En lugar de competir o discutir, cosa que rendiría al cuerpo de la iglesia menos
efectivo y causaría el detrimento de todos sus miembros, la iglesia funciona mejor
cuando todas sus partes funcionan en armonía – como hacen las partes del cuerpo
humano.
ROMANOS 12:6-8: TENIENDO DIFERENTES DONES
6De manera que, teniendo diferentes dones (griego: charismata) según la gracia
(griego: charin) que nos es dada, si el de profecía, úsese conforme a la medida de la
fe; 7ó si ministerio (griego: diakonian– ministerio, servicio), en servir (diakonia); ó el
que enseña, en doctrina; 8El que exhorta, en exhortar; el que reparte, hágalo en
simplicidad; el que preside, con solicitud; el que hace misericordia, con alegría.
“De manera que, teniendo diferentes dones (charismata) según la gracia que nos
es dada” (v. 6). Pablo menciona siete dones particulares en estos versículos –
“dones según la gracia que nos es dada” (v. 6) – profecía, ministerio (o servicio),
enseñanza, exhortación (o apoyo), repartir, presidir, y misericordia (o demostración
de merced).
Algunos piensan de estos siete dones como correspondientes a puestos
eclesiásticos oficiales, pero, generalmente, muchos de estos dones han sido
distribuidos a creyentes sin relación a puesto eclesiástico. El hecho que Pablo se
incluya a sí mismo en “á cada cual que está entre vosotros” (v. 3) hace improbable
que pretenda que estos dones solo apliquen a los que ocupan puestos oficiales en
la iglesia. Dios rinde gracia (charis) y dones (charismata) a cada cristiano, y la iglesia
queda mejor servida cuando honra y celebra la gracia y los dones de cada persona.
Solemos pensar de un “carismático” como alguien con el don de hablar en lenguas,
pero la palabra charismata es más amplia que eso. Se refiere al don en general y no
solo al don de hablar en lenguas. En esta lista de charismata, es significante que
Pablo ni siquiera menciona el don de hablar en lenguas, pero trata ese tema en
detalle en 1 Corintios 13-14. Aquí, él considera a todo cristiano como carismático
porque Dios ha concedido a cada uno de nosotros un don o más (charismata) para
utilizar en servicio a Cristo y su cuerpo, la iglesia.
Surgen dificultades no solo cuando cristianos comienzan a “tener más alto concepto
de sí que el que debe tener” (v. 3) – en caso de que valoren sus dones personales
más de lo que valoran los dones de otros. También surgen dificultades cuando,
como Santiago y Juan, cristianos buscan puestos de honor por motivos egoístas
(Marcos 10:35 ff.). Nuestros motivos por buscar y aceptar puestos en la iglesia son
muy importantes. Si servimos por amor a Cristo, podemos esperar que Cristo
bendiga nuestro servicio (pero no que sea fácil para nosotros). Si servimos por
motivos egoístas, no hemos de esperar que nuestro servicio bendiga a nadie.
“si el de profecía, úsese conforme a la medida de la fe” (v. 6) Profetas actúan como
portavoces de Dios – sirven como mensajeros del mensaje de Dios – traen la palabra
de Dios. Aquí, Pablo sugiere que hay dones de profecía menores y mayores – o,
quizá, un límite a la profecía de profetas individuales, basado en la profundidad de
su fe. Un profeta ha de ejercer el don de decir la verdad que él o ella ha recibido de
Dios, pero no debe adelantarse más allá de la verdad revelada por Dios hasta llegar
a su propia opinión o especulación.
“ó si ministerio (diakonian), en servir (diakonia)” (v. 7). Diakonian es la palabra de
donde viene nuestra palabra “diacono.” Diakonian tiene que ver con servicio
práctico. Mientras que Hechos 6 no especifica este asunto, generalmente se piensa
que Hechos 6:1-7 cuenta la historia de la presentación de diáconos. El problema
inmediato era igualdad en la distribución de comida – particularmente en lo que se
refería a viudas griegas. Los apóstoles dijeron, “No es justo que nosotros dejemos
la palabra de Dios, y sirvamos a las mesas” (Hechos 6:2). Por lo tanto, hacían que la
iglesia instalara “siete varones de buen testimonio” para hacer ese tipo de servicio.
Generalmente consideramos estos siete como los primeros diáconos. Traducir
diakonian como “ministerio” puede confundir, porque muchos cristianos
consideran el primer “ministerio” la proclamación de la palabra y la administración
de los sacramentos. Diakonia, sin embargo, está más orientado hacia el servicio que
la administración de palabra y sacramento.
“ó el que enseña, en doctrina” (v. 7). No podemos crecer en discipulado sin
aprender muchas cosas – especialmente lo que dice la Biblia. Aunque podemos
aprender mucho al leer la Biblia por nuestra cuenta, mucha de la Biblia
permanecerá inaccesible sin un maestro que nos ayude a entenderla. Enseñar es un
don importante, seamos profesores de seminaristas o maestros de niños pequeños.
Padres han de cultivar el don de enseñanza de una manera especial para que
puedan enseñarles a sus hijos todas las cosas que sus hijos deben saber – en
particular, de Cristo y la fe cristiana.
“El que exhorta (parakalon – el que alienta), en exhortar (paraklesei – ánimo)” (v.
8). La exhortación que se requiere aquí es el trabajo de animar. El que exhorta es
algo como un entrenador o una animadora. Entrenadores a veces tienen que
corregir, pero buenos entrenadores lo hacen de una manera que alienta y no
desanima.
“El que reparte, hágalo en simplicidad” (v. 8). Estamos acostumbrados a pasar
rápidamente por esta frase, presumiendo que se refiere a los miembros más ricos
de la congregación. En verdad, sin embargo, mucha gente generosa es gente de
pocos medios. Aunque es verdad que gente de pequeños recursos, como
individuos, no tiene millones de dólares a su disposición, también es verdad que
esas personas, obrando juntas por la gracia de Dios, sí tienen grandes recursos a su
disposición. Los dones de millones de cristianos comunes y corrientes, pero sin
embargo generosos, hacen un gran servicio para el reino.
“El que preside, con solicitud” (v. 8). Liderazgo es, en verdad, un don. Si eres
aficionado a los deportes, sabes que un buen entrenador puede hacer mucha
diferencia. Negocios pagan mucho dinero por el mejor liderazgo (aunque no
siempre lo reciben). Líderes necesitan una visión de lo que se necesita hacer y la
habilidad de trabajar bien con los demás. Pero, especialmente, un líder ha de ser
diligente – uno que persiste en busca de la meta – cuidadoso y que hace el trabajo
bien. Todos hemos estado en juntas de algún concejo eclesiástico donde el que
preside el comité no hace nada entre reuniones, y cuya única contribución es hacer
el reporte mensual – un reporte que revela que no se ha hecho nada y que no
debemos esperar que algo se cumpla. En estos casos, el pastor u otro líder ha de
mostrar diligencia al entrenar y supervisar líderes para ayudarles a ser diligentes.
“El que hace misericordia (eleon – el que muestra merced), con alegría” (v. 8).
Aunque “mostrar merced” tiene varios significados, Pablo seguramente quiere
decir ayudar a los vulnerables (sea causado por pobreza, enfermedad, etcétera). La
palabra ‘alegría’ pide que la persona ejerza el don de merced con alegría y no con
desacuerdo.

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