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Antonio Berni (1905/1981)

Antonio Berni nació en Rosario en 1905 y murió en Buenos Aires en 1981. Durante
sesenta años se dedicó a la pintura convirtiéndose en uno de los artistas más importantes
de la Argentina y de América latina. Fue pintor, grabador, dibujante, muralista,
ilustrador, realizó objetos e instalaciones. En 1925, el Jockey Club de Rosario le otorgó
al joven Berni una beca para estudiar en Europa. Se instaló en París y algunos viajes por
España, Italia, Holanda y Bélgica le permitieron conocer museos, artistas y obras de la
historia del arte que van influenciando sus trabajos. Por ejemplo, en Italia estudia a los
maestros del Renacimiento del siglo XV y viaja por ciudades como Florencia visitando
sus iglesias, palacios y museos. Berni inquieto va encontrando constantemente
estímulos para sus propias obras. El principal descubrimiento para Berni en esos años
fue la relación entre el arte y la política, el rol del artista como hombre de su tiempo y
como actor social. Berni se acerca al comunismo y desde su interés por la política
asume el compromiso de reflejar en sus cuadros la realidad del mundo que le toca vivir.
Desde entonces, para él, la pintura será su manera de reflexionar sobre la realidad y de
intentar transformar el mundo marginal de los trabajadores. Al mismo tiempo, conoce
una de las vanguardias artísticas más importantes de aquel momento: el surrealismo, y
adhiere durante algunos años a sus postulados. Esta responsabilidad del artista como
protagonista de su época es una posición que Berni comparte con otros artistas de
Latinoamérica, especialmente con los famosos muralistas mexicanos. Precisamente, en
1933 llega de visita a la Argentina uno de ellos, David Alfaro Siqueiros, con quien
Berni trabaja y discute sobre la función del arte en la revolución de las clases populares.
Las últimas rupturas de la modernidad serán el envión para irrumpir en los sesenta, a los
55 años de edad.

La Saga de Juanito Laguna y Ramona Montiel le servirá como excusa narrativa para
retomar la crítica social con una imagen que reclama la afluencia de varias corrientes
plásticas de la época: el informalismo, el pop, la nueva figuración y el realismo
expresionista. Desde principios de los años sesenta, Antonio Bemi trabaja en una serie
nueva.

Las obras dedicadas a Juanito Laguna y Ramona Montiel, dos personajes inventados por
él para utilizarlos como símbolos de la niñez explotada en América latina, especial-
mente en las grandes ciudades como Buenos Aires, Lima, Río de Janeiro y México. Se
trata de dos habitantes de las villas miserias.

Juanito Laguna es un niño que vive en una de esas villas miserias y Berni pinta su vida
cotidiana, sus juegos, su familia: Juanito mirando la televisión, Juanito remontando su
barrilete, Juanito en la laguna, Juanito en navidad, Juanito yendo a la ciudad, Juanito
llevándole la comida a su padre obrero metalúrgico.

Para estas obras Berni utiliza una técnica inventada a principios de siglo: el collage, el
agregado a la pintura de materiales reales que son pegados sobre el cuadro.
El artista utiliza un abundante collage transformando sus imágenes en superficies
cargadas de elementos como latas, plásticos, hierros, maderas, telas, zapatos, juguetes,
papeles, señales de tránsito, etc.

La idea es incorporar los desechos que el artista recolecta en los barrios marginales de
Buenos Aires donde podrían vivir los protagonistas. Con este ciclo, Antonio Bemi
desarrolló hasta los años ochenta, uno de los capítulos más originales de la historia del
arte.-

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