Sexto Empírico, “Sobre el tiempo” tomado de Contra los
dogmáticos.
Y es que, si existe un tiempo, o es finito o es infinito; pero ni
es finito, como vamos a establecer, ni es infinito, como explicaremos; luego no existe tiempo alguno. En efecto, si el tiempo es finito, hubo una vez tiempo cuando no había tiempo, y habrá alguna vez tiempo cuando no haya tiempo. Pero es obviamente absurdo el hecho de que haya existido alguna vez tiempo cuando no había tiempo, o que habrá alguna vez tiempo cuando no haya tiempo, porque, como he dicho antes, tanto la expresión “haber existido” como la expresión “existirá" son indicativas de tiempos diferentes. Por tanto, el tiempo no es finito. Y por supuesto tampoco es infinito, porque una parte de él es pasado y otra futuro. Por consiguiente, cada uno de estos dos tiempos o existe o no existe. Y si no existen, automáticamente el tiempo es finito y, si es finito, se mantiene la aporía inicial: que ha existido alguna vez tiempo cuando no había tiempo, y que habrá alguna vez tiempo cuando no haya tiempo. En cambio, si existen ambos —es decir, el tiempo pasado y el tiempo futuro —, existirían en el momento actual. Y al existir realmente en el momento actual, tanto el pasado como el futuro se darían en el tiempo presente. Pero es absurdo afirmar que el pasado y el futuro se conciben conforme al tiempo presente. Por tanto, el tiempo tampoco es infinito. Y si no se puede concebir ni como finito ni como infinito, es que no existe en absoluto. Por otra parte, lo que está compuesto 192 de cosas inexistentes será también inexistente, pero hete aquí que el tiempo se considera que está compuesto de cosas inexistentes, a saber, del pasado, que ya no es, y del futuro, que todavía no es; luego el tiempo es inexistente.
Añádase a esto que, si el tiempo es algo, o es indivisible o es
divisible; pero ni puede ser indivisible, según haremos notar, ni divisible, como vamos a precisar; luego no existe tiempo alguno. Pues bien, resulta que el tiempo no puede ser indivisible, puesto que se reparte entre el pasado, el presente y el futuro. Pero tampoco podría ser divisible, por el hecho de que cualquier cosa divisible se mide con alguna parte de sí misma: el codo, por ejemplo, se mide con el palmo, y el palmo es parte del codo; y el palmo se mide con el dedo, y el dedo es parte del palmo. Por tanto, si el tiempo también es divisible, debe medirse con alguna parte de sí mismo. Pero no cabe que los demás tiempos se midan con el presente. Porque si el tiempo presente mide el pasado, entonces el tiempo presente ser. conforme al pasado y, al ser conforme al pasado, ya no ser. presente, sino pasado. Y si el presente mide el futuro, al ser conforme a este ser. futuro, pero no presente. Razón por la cual tampoco cabe medir el presente con los demás tiempos, porque, al ser cada uno de ellos conforme a este, será presente y no pasado ni futuro. Pero si no cabe duda de que hay que concebir el tiempo como divisible o como indivisible, y nosotros hemos mostrado que no es ni divisible ni indivisible, entonces se debe afirmar que el tiempo no es nada.
Además de esto, el tiempo es tripartito, ya que una parte de
él es pasado, otra presente y otra futuro. De estas partes, el pasado ya no existe, y el futuro aún no existe. Resta decir, así, que la única parte que existe es el presente. Ahora bien, el tiempo presente o no tiene partes o es divisible en partes. Pero no puede no tener partes, porque, como afirma Timón, “en un tiempo sin partes, no surge naturalmente nada divisible en partes, por ejemplo la generación, la corrupción y todas las cosas similares a estas. Y si no tiene partes, no tendrá ni un principio, con el cual se conecte al pasado, ni un final, con el cual se conecte al futuro, pues lo que tiene un principio y un final no es indivisible. Pero si no tiene ni un principio ni un final, entonces tampoco tiene un medio, pues el medio se concibe por comparación (en relación con) aquellos. Y al no tener ni un principio ni un final ni un medio, no existir. en absoluto. En cambio, si el tiempo presente es divisible en partes, o se divide en los tiempos que existen o en los que no existen. Y si se dividiera en los tiempos que no existen, ya no existiría tiempo, pues lo dividido en tiempos que no existen no sería tiempo. Pero si se divide en los tiempos que existen, ya no será presente en su totalidad, sino que una parte suya será pasado y otra futuro. Y por esa razón ya no existirá como presente en su totalidad, dado que una parte suya ya no existe y otra todavía no existe. Pero si de estos tres tiempos —pasado, presente y futuro— se ha demostrado que ninguno de ellos existe, entonces es que no existe tiempo alguno.