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Historia 3ero II – Prof. Gabriela Farina
La expansión imperialista que, durante la segunda mitad del siglo XIX y los primeros años del
siglo XX, protagonizaron las potencias industriales contribuyó a afirmar la idea de que la
humanidad marchaba por un camino de progreso indefinido. La confianza en el progreso
estaba sustentada en el crecimiento de la producción organizada sobre relaciones sociales
capitalistas y la difusión de los principios de la democracia liberal. Sin embargo, a partir de
1914, las sociedades capitalistas de Europa y América del Norte sufrieron crisis muy
profundas.
El estallido de la Primera Guerra Mundial puso en evidencia que la competencia entre las
potencias imperialistas no podía resolverse de manera pacífica. Los países centrales no
lograron ampliar su influencia económica y, al mismo tiempo, garantizar la paz internacional.
Durante el transcurso de la guerra se produjo otro acontecimiento que tuvo una gran
influencia en el mundo: la Revolución Rusa de 1917. A partir de esta revolución, el modelo
económico y social capitalista debió enfrentarse y competir con el socialismo, una forma
diferente de organizar la sociedad, inspirada en las ideas de Karl Marx. El nuevo Estado
surgido de la Revolución Rusa, la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), fue
organizado sobre bases distintas a las de la democracia liberal, que era el régimen político
predominante en Europa desde fines del siglo XIX.
La belle epoque
En las últimas décadas del siglo XIX y en los primeros años del siglo XX, entre los sectores
burgueses de la sociedad europea predominó el optimismo. Los cafés y los lugares de
reunión de París fueron el símbolo del ambiente festivo que muchos vivieron en esos años.
El florecimiento de las artes, los avances científicos y la expansión de la "civilización" parecían
justificar el optimismo de aquellos años, que fueron denominados la "bella época". El inicio
de la Gran Guerra en 1914 y las crisis que se sucedieron a partir de entonces, significaron el fin
de esta época.
LOS PAÍSES INDUSTRIALES HACIA 1914
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Historia 3ero II – Prof. Gabriela Farina
LA SITUACIÓN ECONÓMICA
El desarrollo del capitalismo en su etapa imperialista originó profundas desigualdades entre
los países centrales y los países periféricos. Gran Bretaña, Francia, Alemania y los Estados
Unidos eran los centros del comercio mundial. Sus industrias se abastecían con materias
primas provenientes de las sociedades periféricas —como el algodón de la India, los
minerales de África y de algunos países latinoamericanos y la lana de Australia, entre otras.
En este intercambio resultaban favorecidos los países centrales porque el valor de sus
productos industriales era superior al de las materias primas producidas por los países
periféricos. El predominio de Gran Bretaña se manifestaba en el hecho de que era su moneda
—la libra esterlina— la que se tomaba como valor de referencia en las transacciones
internacionales.
Pero durante el siglo XIX, también se originaron importantes diferencias entre los países
centrales, ya que no todos tenían el mismo nivel de industrialización ni habían desarrollado
su sector industrial al mismo tiempo. Como resultado de la Revolución Industrial, Gran
Bretaña, Francia y Bélgica fueron las sociedades europeas que primero se industrializaron.
Sin embargo, durante la segunda mitad del siglo XIX, Alemania y los Estados Unidos lideraron
el desarrollo de la segunda fase de la Revolución Industrial.
Los Estados Unidos contaron con la ventaja de poseer un extenso territorio con recursos
energéticos y minerales más numerosos y diversos que aquellos de los que disponían los
países europeos. Tempranamente, los industriales estadounidenses que desarrollaron las
nuevas industrias adoptaron el sistema de producción en serie, concentraron los capitales y
organizaron grandes empresas que emplearon como mano de obra a inmigrantes europeos
–a quienes pagaban salarios más bajos que los que exigían los obreros nativos sindicalizados.
Estos empresarios contaron para colocar sus productos con un amplio mercado interno y con
los mercados latinoamericanos cada vez más sometidos a la influencia económica y política
estadounidense.
LA SITUACIÓN POLÍTICA
Hacia fines del siglo XIX, los Estados de los países industrializados de Europa Occidental y de
los Estados Unidos estaban organizados, algunos como monarquías y otros como repúblicas.
En todos ellos, la democracia liberal se había consolidado como régimen de gobierno. En
estas sociedades estaba vigente el sufragio universal y el parlamento, integrado por los
representantes de los ciudadanos y de los territorios, decidía las políticas je gobierno. El
capitalismo se había expandido, la burguesía y los sectores medios experimentaban un
incesante ascenso social y los obreros se incorporaban a la vida política sin constituirse en un
riesgo para el mantenimiento del orden social, como habían temido algunos sectores
burgueses.
En Europa Central y Oriental todavía existían monarquías absolutas. El Imperio Ruso de los
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zares no había resuelto los graves problemas de los campesinos y los obreros y no satisfacía
Desde la guerra franco-prusiana (1870), el sentimiento nacional francés había quedado herido
por la pérdida de los territorios de Alsacia y Lorena La política exterior alemana busc6
establecer alianzas que le aseguraran aislar a Francia ante una eventual revancha. Esta
rivalidad franco-alemana fue el origen de diferentes pactos y alianzas entre los Estados
europeos. Por sobre esta complicada trama de relaciones internacionales, qued6 establecido
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un acuerdo defensivo anti-francés entre Alemania, el Imperio Austrohúngaro e Italia,
Argumentos nacionalistas fueron también los que finalmente, luego de arduos debates,
llevaron a amplios sectores del movimiento obrero internacional a apoyar la declaración de
la guerra en 1914.
►► ¿Por qué el atentado de Sarajevo no puede ser considerado como "la causa" de la
Primera Guerra Mundial?
El ingreso de los Estados Unidos a la contienda bélica provocó el desequilibrio entre las
alianzas europeas. Durante los tres primeros años, los estadounidenses no participaron de
las acciones militares. Sin embargo, intervinieron en la guerra de manera indirecta: vendieron
armas y alimentos y otorgaron créditos a los países aliados. Esto resultó beneficioso para su
economía. Las empresas estadounidenses obtuvieron nuevos mercados para sus productos
industriales, ya que los países europeos debieron concentrar su capacidad productiva en los
requerimientos de una guerra inesperadamente prolongada.
El factor que forzó a los Estados Unidos a romper su neutralidad fue el inicio, por parte de
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Alemania, de la guerra submarina. La presencia de submarinos alemanes en el Atlántico no
La conclusión de este proceso fue la Conferencia de Versalles, celebrada en junio de 1919. Allí
se firmó un tratado que puso formalmente fin a la guerra y se propuso establecer una
Sociedad de Naciones —auspiciada por Wilson— con el fin de hallar un ámbito en el cual
resolver de manera pacífica los conflictos internacionales.
Afiche con la figura del Tío Sam —símbolo del poderío de los Estados
Unidos—, en el que se convocaba al alistamiento en el ejército.
La construcción de trincheras con zanjas y alambres fue un medio eficaz para evitar el avance
de la infantería enemiga. Este tipo de combates se prolongó por tres años. Luego de grandes
esfuerzos, gastos materiales y pérdidas humanas, ningún ejército lograba victorias decisivas.
Durante el siglo XIX, Rusia —al igual que la mayoría de los países de Europa Oriental— estaba
organizada como un imperio, bajo la autoridad del zar, un monarca con poderes absolutos.
La economía rusa era fundamentalmente agraria y su población estaba compuesta por una
gran mayoría de campesinos pobres, una minoría privilegiada de nobles terratenientes y de
propietarios rurales ricos —los kulaks. En las últimas décadas del siglo, el gobierno ruso
alentó las inversiones extranjeras con el objeto de impulsar la industria, que se desarrolló en
algunos centros urbanos; pero la agricultura continuó siendo la base económica del imperio,
la clase obrera era poco numerosa y la burguesía industrial era débil.
En 1905, el zar Nicolás II enfrentó la fuerte oposición de grupos políticos que tenían ideas
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liberales, apoyados por los estudiantes, obreros y burgueses, que exigían el establecimiento
EL TRIUNFO VOLCHEVIQUE
A comienzos de 1917 volvió a intensificarse la oposición social al régimen zarista. Los grupos
más perjudicados por la crítica situación rusa eran los campesinos, quienes no tenían las
tierras suficientes como para alimentar a sus familias, y los obreros, que trabajaban por
salarios muy bajos. Además, el ejército ruso que luchaba en la guerra europea había sufrido
graves derrotas y tenía cada vez más dificultades para continuar en el frente. Los soldados
—reclutados entre las familias campesinas ya no deseaban morir por el zar y muchos de ellos
desertaban o desobedecían las órdenes de los oficiales zaristas. El altísimo número de
muertes repercutía negativamente sobre la economía de las familias campesinas, ya que los
hombres capacitados para trabajar eran enviados a combatir.
Las huelgas se multiplicaron y la situación se hizo cada vez más tensa. Para hacer valer sus
demandas y coordinar sus acciones de protesta, los campesinos, los soldados y los obreros
comenzaron, a organizarse espontáneamente, formando consejos o comités—llamados
soviets. La proliferación de soviets de soldados, de obreros y de campesinos creó las
condiciones favorables para que estallara una revolución social. En febrero de 1917, la
movilización popular forzó al zar a abdicar y los dirigentes de los partidos políticos liberales
se hicieron cargo de un gobierno provisional, presidido por Alexander F. Kerensky. Pero este
gobierno no pudo dar respuestas rápidas a los reclamos sociales y decidió continuar
participando en la guerra.
Frente a esa decisión, los soviets de campesinos, por su propia iniciativa, comenzaron a
ocupar las grandes propiedades rurales y a repartirlas; los soviets de soldados abandonaron
el frente de guerra y apoyaron a los campesinos; los soviets de obreros alentados por la
propaganda de los revolucionarios socialistas —llamados bolcheviques— ocuparon las
fábricas. Ante esta situación, los partidos moderados y el gobierno fueron incapaces de hacer
respetar sus decisiones. La crisis política favoreció la revolución social.
El dirigente que con más claridad advirtió esta situación fue el bolcheviques Vladimir Ilich
Ulianov, conocido como Lenin, quien propuso la lucha parlamentaria y promover una
insurrección desde los soviets que habían organizado las protestas sociales. Su táctica resultó
muy efectiva, ya que logró unificar las protestas contra el zarismo y el ineficaz gobierno
provisional. La consigna que impulsaban los bolcheviques —"pan, tierras y paz"— resumía
las aspiraciones de una población hambreada y agotada por tres años de guerra.
EL GOBIERNO REVOLUCIONARIO
Las primeras medidas del gobierno socialista, llamado Concejo de los Comisarios del Pueblo
y presidido por Lenin, intentaron satisfacer las demandas de los grupos que apoyaron la
revolución —campesinos, obreros y soldados. Un decreto puso en manos de los campesinos
organizados en los soviets todas las tierras que poseía el Estado zarista, la Iglesia y la nobleza;
los dueños de las fábricas industriales conservaron su propiedad, pero las empresas fueron
puestas bajo control de los soviets de obreros, para evitar que los empresarios sabotearan la
producción; se iniciaron inmediatas conversaciones con Alemania para poner fin a la guerra
y detener de este modo la constante pérdida de vidas y recursos. Luego de la firma de la "Paz
de Brest-Litovsk", Rusia se retiró de la contienda bélica.
Los bolcheviques habían prometido convocar a una Asamblea Constituyente para determinar
cuál sería la forma de organización política del nuevo Estado. En noviembre de 1917 se
realizaron elecciones en las que el Partido Socialista Revolucionario —representante de los
intelectuales, la pequeña burguesía y los medianos propietarios rurales y urbanos, con el
apoyo de los campesinos, superó a los bolcheviques. Éstos, argumentando que no estaban
dadas las condiciones para desarrollar una democracia parlamentaria, clausuraron la
Asamblea. Se instauró entonces una "dicta-dura del proletariado". Esto es, según Lenin, un
Estado en el que los obreros —representados por el Partido Bolchevique—"limitan la
libertad de los opresores, de los explotadores y de los capitalistas" para eliminar los "residuos
de la sociedad burguesa". Después de 1921, fueron prohibidos todos los partidos políticos
excepto el bolchevique —que comenzó a llamarse Partido Comunista— y también fueron
prohibidas las fracciones dentro de éste; al mismo tiempo, los que realizaban críticas internas
eran acusados de "desviacionistas" y de realizar "actividades anti-partido". Así se afirmó un
régimen de partido único.
►► ¿Qué factores explican que, en 1917, un reducido número de bolcheviques tomara la
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dirección de la Revolución Rusa? ¿Qué relación pueden establecer entre el estallido de la
Los tres años de guerra produjeron una gran desorganización económica, cuyas peores
consecuencias fueron el desabastecimiento de alimentos por la caída en la producción
agrícola y la falta de productos industriales por el cierre de industrias. En 1924, la muerte de
Lenin debilitó la posición de quienes buscaban aplicar un plan de reformas graduales y
acentuó la lucha interna por el poder. Luego de fuertes debates acerca del rumbo que debía
seguir la economía, se consolidó el liderazgo de Josef Stalin, que logró desplazar a sus
opositores y asumió el control total sobre el Partido Comunista —nombre que adoptó el
partido bolchevique. Ese mismo año se aprobó el texto constitucional que estableció la Unión
de Repúblicas Socialistas Soviéticas, URSS.
Las bases del modelo impuesto por Stalin fueron la colectivización forzosa de la producción
agrícola y la industrialización planificada. La política agraria stalinista consistió en expropiar
las tierras de los kulaks —considerados "enemigos del Estado soviético"— y en organizar a
los campesinos más pobres en granjas colectivas —koljoses. Para lograr que el reemplazo de
la propiedad privada de la tierra por la propiedad colectiva fuera rápido, el Estado incentivo
a los campesinos a que se sumaran a los koljoses prometiéndoles ventajas materiales y
maquinaria moderna —tractores. En sólo seis años, todas las tierras cultivables fueron
colectivizadas. Los campesinos que se opusieron fueron perseguidos y deporta-dos. La
colectivización se completó con métodos coactivos y significó un duro enfrentamiento entre
el Estado y gran parte del campesinado.
En el largo período en que Stalin estuvo al frente de la Unión Soviética —gobernó hasta su
muerte, en 1953—, se consolidó un régimen político en el cual el gobierno no toleró
oposiciones ni disidencias con la política oficial.
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Historia 3ero II – Prof. Gabriela Farina
En diciembre de 1922, tras sufrir un ataque de apoplejía que lo alejó de la dirección del Estado,
Lenin escribió una carta que luego se transformó en su "testamento político". En ella
analizaba las personalidades de los dos dirigentes comunistas más importantes con
posibilidades de ocupar su lugar: Trotsky y Stalin. Lenin señaló a Trotsky como "el más
capacitado", aunque dotado de "una excesiva confianza en sí mismo". Sobre Stalin escribió
que "al convertirse en Secretario General, ha concentrado en sus manos un poder inmenso y
no estoy seguro de que sepa utilizarlo siempre con suficiente cautela". En una posdata
agregó que su rudeza "hacía intolerable su permanencia en el puesto de Secretario" y
aconsejaba "retirar a Stalin", reemplazándolo por alguien "más paciente, más leal, más afable
y atento con los camaradas, menos caprichoso y menos grosero". El documento nunca fue
leído ante el Partido. Al morir Lenin, la dirección política del Estado fue asumida por un
triunvirato integrado por Kamanev, Zinoviev y Stalin, que desplazó a Trotsky. En 1928, Stalin
asumió el control total sobre el Partido y el Estado. En 1936, Kamanev y Zinoviev fueron
procesados y ejecutados por orden de Stalin.
►► ¿Cuáles eran las instituciones que organizaban y representaban ante el Estado los
intereses de los integrantes de las sociedades europeas capitalistas en las que estaba vigente
un régimen político democrático? ¿Cuáles eran las diferencias más significativas entre el
régimen político democrático y el régimen político propuesto por Lenin para organizar el
nuevo gobierno de la URSS?
Sin embargo, ese retroceso de las monarquías autocráticas no significó la afirmación de las
democracias liberales en toda Europa. En Alemania e Italia, y también en España, los
gobiernos que se propusieron instalar regímenes políticos democráticos se desmoronaron y
fueron reemplazados por regímenes autoritarios. El fascismo de Be-nito Mussolini en Italia y
el nazismo de Adolf Hitler en Alemania, así como la dictadura militar falangista que instaló
Francisco Franco en España, fueron distintas expresiones de esta nueva modalidad de
organización política.
En Alemania e Italia, durante los años de la
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posguerra, creció notablemente el número de los
afiliados a los partidos obreros socialistas. Los
Los sectores más poderosos de la burguesía industrial y los terratenientes sintieron sus
intereses amenazados. También había preocupación entre los sectores medios urbanos y
rurales. Sus ingresos disminuían por la inflación y al aumento de los impuestos. Su nivel de
vida desmejoraba, al tiempo que veían que los obreros industriales obtenían mayores
salarios.
Tanto la alta burguesía como los sectores medios aspiraban a mantener el orden social
capitalista. En este contexto emergió la figura política de Benito Mussolini, quien creó una
organización —los Fasci di combattimento— que se proponía servir de barrera ante al
avance político y sindical de los socialistas.
Entre 1922 y 1925, Mussolini, con el apoyo del Partido Nacional Fascista, llegó a controlar
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totalmente el poder. Mantuvo la monarquía, pero liquidó las instituciones de la democracia
parlamentaria e instauró un régimen autoritario. Los partidos políticos opositores fueron
Con el fin de acceder al gobierno, Mussolini utilizó simultáneamente métodos ilegales —la
violencia atemorizante de las escuadras— y legales —la creación del Partido Nacional
Fascista y la lucha parlamentaria. En 1921 obtuvo 35 bancas en el parlamento (sobre un total
de 450). Pero, en 1922, Mussolini decidió movilizar a sus partidarios sobre Roma y tomar el
gobierno por la fuerza. La marcha fue financiada con el aporte de los grandes industriales de
Milán. El rey Víctor Manuel designó a Mussolini como primer ministro y le encargó formar un
nuevo gobierno.
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europeos. Los nuevos Estados multinacionales, creados en la región de los Balcanes por los
tratados de paz, no resultaron arreglos satisfactorios para la mayor parte de los grupos
En el plano económico, a las dificultades para reorganizar las economías nacionales europeas
después de la Gran Guerra y recuperar los niveles de producción anteriores a 1914 —
dificultades para reconvertir la industria bélica, generar el nivel de empleo adecuado para los
millones de sol-dados desmovilizados que volvían a la vida civil, reconstruir campos y
ciudades—, se sumaron los problemas originados por la crisis económica de los Estados
Unidos a partir de 1929. En el plano ideológico, en este período se afianzaron las
organizaciones del movimiento obrero y también creció el número de afilia-dos a los partidos
socialdemócratas, socialistas y comunistas, estimula-dos por el éxito de la Revolución Rusa
de 1917.
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tiempo con igual salario). Pero sólo estuvieron en condiciones de llevar adelante este nuevo
tipo de producción industrial los grupos capitalistas más poderosos. El requerimiento de
Durante este período se registraron, en los Estados Unidos, una serie de hechos muy
interrelacionados:
• la caída del consumo, originada por la caída del poder adquisitivo de los ingresos de la
mayor parte de la población;
• el cierre de empresas por las dificultades para la venta de su producción;
• la disminución de la inversión en las empresas que continuaban en actividad;
• la quiebra de bancos porque los ahorristas retiraban sus fondos, y la consecuente
paralización del crédito, y
• el aumento de la desocupación. Esta crisis económica en la primera potencia industrial tuvo
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consecuencias en todo el mundo. Estados Unidos dejó de importar y con ello exportó de
inmediato la crisis a los demás países. Simultáneamente, se quebró el sistema financiero
En marzo de 1933, asumió la presidencia de los Estados Unidos Franklin Delano Roosevelt,
quien impulsó la intervención del Estado en la economía con el objetivo de reactivar la
actividad industrial y resolver la creciente desocupación. Se creó un conjunto de organismos
estatales dedicados a organizar la recuperación industrial —como la National Recovery
Administration (RNA)— y la recuperación agrícola —como la Agricultura/ Adjudment
Administration (AAA). Estas instituciones e iniciativas recibieron el nombre de New Deal (el
Nuevo Trato). En una primera etapa, el New Deal favoreció la concentración monopólica del
capital. Las grandes industrias fueron autorizadas a establecer los precios de mercado —a
través de códigos de precios —, decisión que perjudicó a las empresas pequeñas y medianas.
Estas medidas agudizaron los conflictos con el movimiento obrero.
Dos viñetas con críticas hacia el New Deal publicadas en periódicos de la época. Arriba, el
New Deal es visto como una bomba que permite el drenaje de enormes cantidades de riqueza
y, en particular, de los ingresos provenientes de los impuestos pagados por los
contribuyentes. Abajo, el "llamamiento patriótico" es presentado como un "gasto de dinero"
que beneficia sólo a las "grandes empresas" —representadas como cuervos negros.
El keynesianismo
Para Keynes, durante una recesión, el gasto público debía compensar la insuficiente inversión
privada. Pero, al mismo tiempo, sostenía que los capitalistas no debían considerar el pago de
salarios como un gasto sino como uno de los pasos necesarios para obtener futuras
ganancias. Afirmó que los asalariados gastan la mayor parte de sus ingresos en comprar los
bienes que necesitan para su subsistencia. Y que son las empresas las que producen esos
bienes. Por esto, según Keynes, ante un incremento de la demanda se generará un aumento
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de la inversión por parte de los capitalistas para producir más bienes, lo que generará más
empleo y posibilidades de pagar mayores salarios y mayores impuestos al Estado. Por lo
En una segunda etapa, hacia 1937, la política del New Deal puso mayor énfasis en resolver los
problemas sociales —la desocupación y la conflictividad obrera. El Estado distribuyó
subsidios a los desocupados, creó nuevos puestos de trabajo en la administración pública,
desarrolló un programa de construcción de obras públicas y buscó un acercamiento con el
movimiento obrero reconociendo la legalidad de todas sus organizaciones sindicales. Para
resolver la crisis agraria, el Estado también otorgó subsidios a los agricultores a cambio de
que no explotaran todas sus tierras. El objetivo era disminuir la producción agrícola para
producir un alza de sus precios y evitar, así, la ruina de los agricultores. Además, el Estado
llevó adelante planes de asistencia sanitaria, organizó sistemas de pensiones por jubilación y
de protección para los desocupados. Estas acciones estatales —sustentadas, en esta
segunda etapa, sobre la teoría económica keynesiana— dieron origen a la expresión Welfare
State (Estado benefactor o de bienestar). El Estado de bienestar keynesiano es un tipo de
Estado capitalista que interviene en la economía para asegurar el pleno empleo de los
factores productivos y resolver los problemas sociales generados por el desarrollo industrial,
con el propósito de garantizar un mejor funcionamiento del capitalismo. En los Estados
Unidos, el New Deal no logró la recuperación de los niveles de producción industrial
anteriores a la crisis ni llegó a erradicar la desocupación, pero atenuó los efectos sociales más
negativos. La recuperación definitiva de la actividad industrial y del nivel de empleo se logró
sólo en la década de 1940. En esos años se organizó el complejo militar industrial. Su
organización significó un mayor grado de planificación de la economía por parte del Estado,
que orientó las inversiones hacia la industria pesada —acero y siderurgia—, destinada a
producir armamentos. La incesante demanda de mano de obra generada por este
crecimiento industrial llevó a incorporar al mercado de trabajo industrial a las mujeres y a los
negros, grupos sociales hasta entonces excluidos.
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través de un proceso en el que combinó métodos violentos y la acción parlamentaria. Guiado
por ideas anti socialistas y antisemitas, organizó grupos armados de choque, las SA —Sturm
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Para asegurar el absoluto control de la sociedad y del Estado, Hitler encaró una política de
Un grupo de choque nazi, formado por jóvenes universitarios de clase media, desfila
exhibiendo sus armas. La acción violenta de estos grupos provocó innumerables
enfrentamientos callejeros y creó un clima de temor que fue capitalizado electoralmente por
el mismo Hitler, que se presentó como el único que podía restablecer el orden.
EL HOLOCAUSTO JUDÍO
El antisemitismo no era un fenómeno exclusivamente alemán. El odio hacia los judíos se había
exacerbado entre algunos habitantes de otros países de Europa, coincidiendo con el auge de
las ideas nacionalistas y del expansionismo colonialista. La idea de la superioridad racial ya
había sido defendida por los ingleses para justificar la dominación de pueblos africanos y
asiáticos. Sin embargo, el odio racista nunca antes se había llevado a la práctica de manera
tan sistemática y brutal. El exterminio del pueblo judío fue planea-do por el Estado hitleriano.
La eliminación de los judíos era parte de la ideología nacionalsocialista y se sustentaba en el
supuesto de que entre los hombres existían "razas superiores" y "razas inferiores7. Hitler
llamó la "solución final" a su plan- de exterminio de los judíos. El primer paso antes de
consumar la matanza fue obligar a los judíos a vivir en ghettos. El más grande fue el de
Varsovia, un sector especial de la ciudad habitado sólo por judíos y cuyos límites no podían
traspasarse. Allí vivían confinados y condenados a sobrevivir penosamente, hacinados y
hambreados. El paso siguiente eran los campos de concentración —lager. Estaban
diseminados por Alemania y Polonia. Allí fueron conducidos millones de judíos y opositores
políticos, obligados a trabajos forzados y luego muertos en las cámaras de gas.
INDUSTRIA Y GUERRA
Con el propósito de resolver los problemas económicos que enfrentaba Alemania como
consecuencia de la crisis mundial iniciada en 1929, el III Reich impulsó la intervención del
Estado en la economía. En este plano, una de las metas del Estado alemán fue lograr la
autarquía económica esto significaba lograr que el país fuera autosuficiente, para no tener
que comprar en el exterior las materias primas y la energía necesarias para la industria; otra,
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reestructurar el aparato productivo, orientándolo hacia la industria bélica. Además, el Estado
alemán otorgó a los labradores sin tierras parcelas de 125 hectáreas cada una para aumentar
La intervención estatal, la falta de oposición política y social y el apoyo de los grandes grupos
económicos permitió una rápida recuperación económica. La industria creció
aceleradamente y se redujo el desempleo. Para erradicar definitivamente la desocupación,
se estableció el servicio militar obligatorio y todos los hombres sin
empleo fueron reclutados. La política económica hitleriana, basada
en la combinación de crecimiento industrial y belicismo, se
constituyó en uno de los factores que originaron el estallido de una
nueva guerra mundial.
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La Segunda Guerra Mundial provocó profundas transformaciones en la organización de las
Fue una guerra total, debido a que los países que intervinieron emplearon no sólo todo su
potencial militar, sino también sus recursos económicos y políticos. Desde su inicio hasta su
conclusión fue evidente que los intereses económicos de cada país eran el eje del conflicto
no se combatía exclusivamente para que el ejército enemigo se rindiera sino para ocupar
territorios con recursos económicos importantes —petróleo, minerales, caucho, por
ejemplo.
Finalizada la guerra, los Estados Unidos y la Unión Soviética se repartieron las zonas de
influencia y representaron dos modelos contrapuestos de organización económico-social: el
capitalismo y el socialismo. Y Europa, que desde los inicios del capitalismo había sido el centro
de Occidente y de una red colonial mundial, quedó dividida en dos bloques y pasó a ocupar
un segundo plano, tanto como región productora como por su influencia en las relaciones
internacionales.
LA GUERRA TOTAL
La guerra relámpago proyectada por Hitler fue exitosa en un primer momento —en 1940,
Alemania ya ocupaba Polonia, Checoslovaquia, Austria y Francia. Pero para el III Reich fue
imposible quebrar la supremacía inglesa en el mar y en el aire, ya que Gran Bretaña contaba
con radares que detectaban los bombarderos alemanes.
En 1941, la guerra se generalizó y salió del marco exclusivamente europeo. Por diferentes
motivos, se sumaron al conflicto la URSS, los Estados Unidos y Japón. Se establecieron dos
focos de conflicto: el frente ruso y la llamada guerra del Pacífico.
El expansionismo nazi
El inicio de la Segunda Guerra Mundial fue provocado por el expansionismo del III Reich. Su
primer objetivo —ya declarado por Hitler en su libro Mein Kampf (Mi lucha)—era anexionar
Austria, país en el que existía un partido nazi con el que simpatizaba una gran cantidad de
austríacos de origen alemán que apoyó la intervención de Alemania. El segundo objetivo fue
la ocupación de la región de los montes Sudetes —en Checoslovaquia—, que estaba habitada
por tres millones de alemanes. Esto fue una buena excusa para que Hitler, que impulsaba la
idea de reunir a todos los alemanes en una "Gran Alemania", decidiera ocupar toda
Checoslovaquia. Nunca antes, Austria ni los Sudetes habían pertenecido al Estado alemán.
Las potencias aliadas, Francia e Inglaterra, sólo protesta-ron, aceptando de hecho lo que era
una clara evidencia de que Alemania se había rearmado —violando el tratado de Versalles—
y retomaba su afán expansionista. La invasión nazi a Polonia provocó finalmente que Francia
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e Inglaterra, entraran en guerra con Alemania. Hitler había aprendido la lección de la Primera
Guerra y, para evitar pelear en dos frentes simultáneamente, luego de invadir Polonia firmó
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Las consecuencias de la Segunda Guerra Mundial
El proceso de Nüremberg
En la primera reunión entre los líderes de las potencias aliadas —celebrada en Yalta— se
resolvió el reparto de Alemania en cuatro zonas de ocupación. Cinco meses después, en la
conferencia de Potsdam, concluyeron las negociaciones: se ratificó la división de Alemania,
se delimitaron nuevas fronteras para Polonia y se fijaron las indemnizaciones de guerra.
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discusión fue el tipo de Estado que debían tener los países antes ocupados por Alemania y
ahora liberados. Los Estados Unidos y Gran Bretaña impulsaban el establecimiento de
►► ¿Qué aspectos del orden internacional vigente durante la Guerra Fría se reflejaron en la
organización institucional de la ONU?
La cortina de hierro
El primer ministro británico Winston Churchill (1874-1965), miembro del Partido Liberal y uno
de los grandes de Yalta y Potsdam, consideraba que la creciente influencia soviética sobre
Europa Oriental hacía impenetrable la zona para las potencias de Occidente. Para explicar la
situación, Churchill fue quien utilizó por primera vez la expresión cortina de hierro, que luego
fue empleada para señalar la frontera ideológica que existía entre la Europa Occidental
capitalista y los regímenes comunistas de Europa Oriental.
La Guerra Fría
Se llamó Guerra Fría al enfrentamiento que, luego de la Segunda Guerra Mundial, protagonizaron el
bloque de países occidentales capitalistas —liderado por los Estados Unidos— y el bloque de países
socialistas —bajo el control de la Unión Soviética. La particularidad de este conflicto fue que ambas
potencias evitaron enfrentarse directamente en el plano militar. Una confrontación global, con el
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nuevo armamento disponible —la bomba atómica— hubiera tenido consecuencias imprevisibles. La
estrategia de las potencias consistió en atraer a su zona de influencia a otros países por medio de
PLAN MARSHALL
Finalizada la guerra, Europa quedó con su aparato productivo semi-destruido, sin stocks de materias
primas, endeudada con los Estados Unidos y con los países derrotados obligados a pagar
indemnizaciones de guerra. Las vías para salir de la crisis, desechada la alternativa de tipo fascista, eran
dos: seguir el modelo socialista de tipo soviético —rápida recuperación sobre la base de una industria
planificada por el Estado y la reducción del consumo— o promover un desarrollo industrial de tipo
capitalista, para lo cual resultaba necesaria una fuerte inversión de capitales que sólo Estados' Unidos
estaba en condiciones de proveer. Los países del Este europeo siguieron el camino soviético, mientras
que los de occidente mantuvieron su economía capitalista a partir de la implementación del Programa
de Reconstrucción Europea, impulsado por el secretario de Estado estadounidense George C.
Marshall.
Este programa —conocido como el Plan Marshall—fue puesto en marcha en junio de 1947 y estuvo
destinado a promover la recuperación económica europea, a través del otorgamiento de préstamos a
bajo interés para la industria y el envío gratuito de artículos de primera necesidad desde América hacia
Europa. El Congreso de los Estados Unidos aprobó una ayuda de más de 13 mil millones de dólares, el
70% de los cuales se gastó en comprar productos de ese país. La asistencia de los Estados Unidos tuvo
objetivos políticos económicos. El principal objetivo político era detener el posible avance del
comunismo; además, recuperar Europa como un mercado en el cual colocar su producción.
Incidentes entre manifestantes y policías durante una marcha de protesta contra el Plan Marshall, en
París. Algunos sectores políticos
de izquierda criticaron el plan de
asistencia financiera de los
Estados Unidos por considerarlo
como parte de una política de
"expansión imperialista".