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DERECHO DE SUCESIONES

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es compleja: tiene ciertos rasgos de un mandatosuigéneris-lo cual


obliga a aplicarle, por analogía y con carácter supletorio, las reglas
legales concernientes a ese contrato, siempre que no colidan con las
especiales de .la ejecutoría testamentaria- pero también es,
incuestionablemente, un cargo o función de índole privada, que
trasciende de la simple procuración.

74. CARACfERES DEL ALBACEAZGO

El cargo de ejecutor testamentario, tiene los siguientes carac-


teres: es de origen testamentario, es voluntario, es personalísimo, es
temporal y, en principio, es gratuito.

1. Es de origen testamentario: El nombramiento de uno o más


albaceas, es una disposición de última voluntad, porque sólo ha de
surtir efectos después de la muerte de la persona que lo efectúa; de
ahí que únicamente pueda hacerse de manera válida, mediante
testamento (supra, nº 25, 8): así resulta del texto del arto 967 CC
(cuando indica que el testador puede nombrar albacea) y, por lo
demás, existe al respecto absoluta unanimidad en la doctrina (lO).
De ello también se colige que en nuestro sistema legal, nadie -salvo
el propio causante- puede nombrar albacea; ni siquiera la autori-
dad judicial. Lo dicho sólo sufre una excepción: como veremos poco
más adelante, el ejecutor testamentario puede delegar sus funciones
en tercera persona, cuando así lo ha autorizado el testador de
manera expresa.
En todo caso, el albaceazgo sólo puede tener verdadera base
y sentido cuando se trata, al menos parcialmente, de sucesión
testamentaria.
Como anteriormente señalamos (supra, nº 73), para que el
nombramiento de albacea sea eficaz, debé recaer sobre una persona
capaz (art. 968 CC): el incapaz (menor, entredicho o inhabilitado)
no puede ser ejecutor testamentario, ni aun con la autorización de
su representante legal (art. 969 CC). La diferencia que en ese sentido
existe entre el albacea y el mandatario propiamente dicho, que sí
puede ser un incapaz (art. 1.690 CC), se explica en razón de que las
consecuencias dañinas de la designación, como mandatario, de una
persona que carece de capacidad, sólo las sufre el mandante que
hace ese nomhramiento; pero en cambio, cuando se trata de

10 Al respecto, cfr.: Pacifici-Mazzoni, op. cit., T. VIII, n 172, p. 456; Ricci, op. cit.,
Q

T. VIII, n 446, p. 709; Polacco, op. cit., T. 1, p. 506; Planiol & Ripert,
Q op. cit.,
T. V, n 678, p. 730; De Page, op. cit., T. VIII-2, n 1337, pp. 1437-1438;
Q
Q
Castán
Q
y Tobeñas, op. cit., T. VI, Vol. 11, p. 372; Sanojo, op. cit., T. 11, n 343, p. 303;
Dominici, op. cit., T. 11, pp. 235-236; etc.

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