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Alegorías (página 2)
Partes: 1, 2
Por tal razón es imprescindible mantener un sano equilibrio hermenéutico al momento de interpretarlas.
Todo lo que el lector hallará en el contenido de este escrito, son simplemente recomendaciones
de carácter general que le ayudarán a comprender mejor estas figuras del lenguaje cuando las aplique en
la interpretación de las parábolas y alegorías durante su estudio diario de las Escrituras.
Tanto las parábolas como las alegorías necesitan ser estudiadas concienzudamente por el estudiante de
la Biblia. Por tal motivo, es menester realizar un examen cuidadoso de ambas, con el propósito de
conocerlas mejor, poder identificarlas y finalmente interpretarlas adecuadamente.
I Primera Parte:
Definiciones y características
Para poder definir ambos términos es preciso que vayamos primeramente a las fuentes primarias del
Antiguo Testamento, donde encontramos la palabra heb. mashal sin embargo tenemos que entender
según Roberto Fricke cual es el uso de este vocablo:
"Es de conocimiento común que mashal puede significar varias cosas en el Antiguo Testamento, y
curiosamente sólo llega a significar lo que entendemos por historia parabólica pocas veces. Mashal puede
significar: proverbio, enigma máxima ética, frases breves de sabiduría popular hebrea. A veces
estos mashal se nos dan en forma poética, y hay veces inclusive cuando nos invitan a una especie de
comparación."[1]
Como es común en el idioma hebreo, una sola palabra puede denotar muchos significados
en castellano tal como vemos en el uso del término mashal.
Pautas hermenéuticas
En esta segunda parte analizaremos, cuales son los pasos a seguir, en la interpretación de parábolas y
alegorías, no es la intención del autor ser dogmático en este punto, tampoco descuidar las normas de una
sana hermenéutica. Por lo cual, vamos a partir desde el punto de vista del doctor Terry:
"Habiendo establecido la parábola y la alegoría y demostrado que la alegoría es, en esencia, una
metáfora extendida, no necesitamos reglas separadas y especiales para la interpretación de las porciones
alegóricas de las Escrituras. Los mismos principios generales que se aplican a la interpretación de
metáforas y parábolas se aplican también a las alegorías."[11]
Habiendo comprendido ya el lector, que la parábola es al símil como la metáfora es a la alegoría, no
tendrá problemas en dedicarse a interpretar cualquiera sea el caso. El factor predominante, como se dijo
al principio es mantener un sano equilibrio hermenéutico. De manera que vamos a proceder según la
recomendación del doctor Terry en párrafo anterior.
Análisis exhaustivo
Otra pauta no menos importante dentro de la interpretación de parábolas y alegorías es analizar
exhaustiva y detalladamente el contenido de la parábola y/o alegoría que se desea comprender. Para que
podamos hacer un buen análisis debemos en primer lugar hacer una buena lectura del pasaje. Aunque tal
vez parezca superfluo e innecesario indicar al lector la importancia de una lectura cuidadosa o minuciosa
pero no es así; muchas veces no leemos correctamente y cuando lo hacemos, nos falta una dosis de
espíritu analítico para ir asimilando y captando el contenido de la lectura. Sería bueno preguntar,
¿Cuantos de nosotros al momento de leer una parábola o alegoría, vamos tomando en cuenta la ocasión
en que fue dicha y mentalmente ya estamos tomando nota de los personajes que aparecen en el relato?.
Esto resulta imprescindible sobre todo en las narraciones más extensas donde se mencionan lugares,
objetos, personas y hasta animales.
En el caso de las alegorías, para poder interpretar bien su contenido debemos tomar en cuenta cada
detalle ya que cada uno representa un significado, enseñanza o lección moral. Cuando se trata de
analizar las parábolas hay que tomar en cuenta el personaje o personajes principales y secundarios, lo
que Manuel Cadenas Mujica llama "contenido esencial" y añade:
"Es decir, la parábola en sí misma, los protagonistas, la acción (inicio, núcleo y desenlace), palabras o
frases que se repiten con insistencia."[19]
Al hacer nuestro examen también debemos considerar las acciones buenas o malas de los personajes
según sea el caso y encaminarlas si se trata de las parábolas, a buscar la verdad central. En cuanto a las
alegorías, tomarse la molestia de analizar detalladamente tanto el contexto que dio lugar a su narración
con los distintos elementos de su contenido. P. ej. en la pasaje de 2Reyes 14:9 encontramos una
interesante alegoría que sería muy difícil de interpretar sino fuera por los acontecimientos que le dieron
lugar y por hacer un análisis detallado de los elementos, veamos:
Primeramente, los acontecimientos que giran alrededor de esta figura son, (1) La disputa de dos reyes
rivales, Joás de Israel y Amasías de Judá. (2) La venganza de Amasías al matar a los asesinos de su
padre y asegurar su permanencia en el trono, vv. 5, 6. (3) La altivez de Amasías quien después de vencer
y aplastar a Edom bajo su poderío, se vanagloria desafiando a Joás a verse las caras, vv. 7, 8. (4) La
respuesta de Joás en forma alegórica y su posterior advertencia. vv. 9, 10.
Ahora nos toca relacionar todo esto con los detalles de la alegoría:
(1) "El cardo (planta espinosa e inservible) que está en el Líbano", es decir Amasías y su pueblo. (2)
"Envió a decir al cedro (árbol fuerte cuya madera es muy cotizada y útil) que está en el Líbano", referencia
a Joás mismo y a su pueblo. (3) "Da tu hija por mujer a mi hijo", referencia a la pretensión y orgullo de
Amasías. (4) "Y pasaron las fieras que están en el Líbano", es decir, el ejército de Joás. (5) "Y hollaron el
cardo", se refiere a la derrota de Amasías por parte de Joás en Bet-semes.
Estos mismos principios se pueden aplicar también a la alegoría de Jueces 9:8-15.
Consideraciones finales
Después de haber explicado y puntualizado todos estos principios sobre la interpretación de parábolas y
alegorías, es muy importante hacer algunas consideraciones sobre lo expuesto anteriormente.
(1) Considerando las diferentes ocasiones que dieron lugar a las parábolas y características que ellas
hay, debemos señalar que no todas las parábolas de Jesús tienen la misma forma de interpretación ya
que la del Sembrador como la de la Cizaña y el trigo tienen una interpretación alegórica que nos fue
entregada por nuestro Señor, estos son algunos casos excepcionales
(2) Considerando que existe mucha conexión entre las parábolas y que hay mucha similitud entre algunas
de ellas, es recomendable que el lector haga un análisis paralelo entre ellas para ayudar a un mejor
entendimiento de las mismas. p. ej la parábola de los diez talentos con las diez minas, la parábola del
tesoro escondido con la perla de gran precio, entre otras.
(3) Considerando que tanto las parábolas como las alegorías nos imparten enseñanzas morales y
espirituales, cada interpretación debe ser comparada a la luz de la doctrina general de la Biblia, si alguna
interpretación contradice este principio, inmediatamente deberá ser rechazada.
(4) Considerando que existen algunas parábolas extensas que abundan en detalles y analogías como la
del sembrador o la que comúnmente llamamos parábola del hijo pródigo no debemos suponer que por
eso contienen toda la verdad del evangelio y del cristianismo. En otras palabras, no existe una sola
parábola o alegoría en la Biblia que contengan toda la verdad del evangelio.
"Es en torno a estos puntos que debe girar la interpretación de las parábolas. No debemos suponer que
hemos de encontrar todo el contenido del evangelio en una sola parábola: "Por ejemplo, es erróneo decir
que la parábola del hijo pródigo contiene "el evangelio dentro de los evangelios", y deducir de ella que la
doctrina de la expiación no es vital para el cristianismo; o suponer, sobre la base del relato del buen
samaritano, que el servicio práctico a nuestro prójimo es tanto el todo como el fin último del
cristianismo".[26]
Todas estas aclaraciones son muy pertinentes para el lector que desea conocer su Biblia y que tiembla
ante la Palabra del Dios Santo.
Conclusión
Después de todo, las pautas y consejos para una mejor comprensión de las parábolas y alegorías que
han sido expuestas en estas cortas líneas, quisiera animar al lector a continuar con el aprendizaje, con la
humildad, con el amor y respeto a las Sagradas Escrituras. Esto no termina aquí la labor es ardua y como
alguien dijo, "hay mucho pan que rebanar" y muchas veces el tiempo no alcanza en nuestras abarrotadas
vidas para dedicarse de lleno al estudio de la Palabra de Dios. Lamentablemente vivimos en una
generación que disfruta de su analfabetismo bíblico y muchas veces nosotros los ministros, somos los
responsables de toda esta apatía espiritual. Aún los predicadores, los llamados al púlpito, nos
conformamos con lo que sabemos y tenemos y no cultivamos un espíritu analítico e investigador. Por otro
lado, resta decir que tanto las parábolas como las alegorías, necesitan ser tratadas mejor durante
nuestros sermones y enseñanzas, por tal razón, conviene un estudio hermenéutico riguroso, sano y
profundo. Asimismo en mención de lo que hemos expuesto en este escrito, esperamos que haya servido
de ayuda para dar el primer paso de algunos lectores en el campo de la interpretación bíblica y que a
manera de trampolín le pueda servir de impulso en el salto a las profundas y mansas aguas de la doctrina
bíblica. Si esto sucede en la vida de mis lectores, algo habré logrado.
Bibliografía
Bruce, Alexander Balmain. Tres años con Jesús, la capacitación de los doce, (vols., I y II), Traducción de
Carla Dongo Palacios, Moravia-San José: Costa Rica, Desarrollo Cristiano Internacional, 2006.
Ladd, George Eldon. Teología del Nuevo Testamento, Traducción de Jose-María Blanch y Dorcas
González Bataller, Terrassa: Barcelona, Editorial Clie, 2002.
Robertson, Archibald Tomas. Imágenes verbales en el Nuevo Testamento, (tomo 5), Terrassa: Barcelona,
Editorial Clie, 1990.
S. Fricke, Roberto. Las parábolas de Jesús, una aplicación para hoy, El Paso, Texas: Estados
Unidos de América, Editorial Mundo Hispano, 2006.
Silva, Kittim. Bosquejos para predicadores, (vol. IV), Terrassa: Barcelona, Editorial Clie, 1991.
Terry, M. S. Hermenéutica, Versión española de Daniel Hell - Vicente Mendoza, Terrassa: Barcelona,
Editorial Clie, 2003.
Otros:
Cadenas Mujica, Manuel. ¿Cómo interpretas las parábolas de Jesús?, publicado en:
http://blogs.periodistadigital.com/btbf/trackback.php/140618
Orellana Mora, Joselito. Hermenéutica Bíblica, publicado en: www.joselitoorellana.blogspot.com
Parábolas y alegorías, publicado en: www.amen-amen.net
Autor:
Edinson León Esquivel
[1] Roberto Fricke S. Las parábolas de Jesús, una aplicación para hoy. (El Paso, Texas: Estados Unidos,
Mundo Hispano. 2006), p. 25 (las cursivas son suyas)
[2] Alexander B. Bruce, Tres años con Jesús, la capacitación de los doce (vol. I.) (Moravia, San José:
Costa Rica, D.C.I., 2005), p. 57
[3] M. S. Terry. Hermenéutica. (Terrassa: Barcelona, Clie, 2003) p. 115.
[4] Joselito Orellana. Hermenéutica Bíblica, en: www.joselitoorellana.blogspot.com (énfasis añadido)
[5] Archibald T. Robertson, Imágenes verbales en el Nuevo Testamento, (tomo 5). (Terrassa: Barcelona,
1990), p. 201.(las cursivas son suyas)
[6] M. S. Terry, Op. cit. p. 139 (las cursivas son suyas)
[7] George E. Ladd, Teología del Nuevo Testamento. (Terrassa: Barcelona, Clie, 2003), p. 130
[8] M. S. Terry, Op cit., p. 116
[9] Parábolas y alegorías, en: www.amen-amen.net
[10] Para ayudar un poco al lector, a comprender mejor lo que venimos diciendo, voy a explicar a la
brevedad posible lo que acertadamente dice el doctor Terry en su libro, Hermenéutica, sobre dos figuras
del leguaje, el símil y la metáfora. Sobre el primero dice: "Cuando se hace una comparación formal entre
dos objetos, buscando impresionar la mente con algún parecido o semejanza, la figura se llama "símil". En
Isaías 55: 10-11, hallamos un hermoso ejemplo de esto..." p. 99. En cuanto a la segunda dice: "La
metáfora es una comparación implicada y en todos los idiomas ocurre con mucha mayor frecuencia que el
símil. Se diferencia de este en ser una forma de expresión más breve y más contundente y en que
transforma las palabras, de su significado literal a otro nuevo y notable. El pasaje que se halla en Oseas
13:8: "Los devoraré como león", es un símil o sea una comparación formal; pero Gén. 49:9: "Cachorro de
león es Judá", es una metáfora" p. 102. Ahora bien, el lector notará que en una parábola se usa el símil o
comparación, pero mayormente en las alegorías predomina el uso de la metáfora. No es lo mismo decir:
"vosotros sois la sal de tierra" (metáfora) que decir, "vosotros sois como la sal de la tierra" (símil).
[11] Terry, Op. cit., pp. 139, 140
[12] Manuel Cadenas Mujica, ¿Cómo interpretas las parábolas de Jesús? En:
http://blogs.periodistadigital.com/btbf/trackback.php/140618
[13] A. B. Bruce, Op. cit., p.54 (Nota: El mismo Bruce considera que el número treinta es aproximado, ya
que como dice él: "distintos autores difieren en la cantidad de parábolas..." véase la nota de pié nº 2 en la
p. 61)
[14] (nuestra RV60 presenta a mi juicio equivocadamente, como título: "La parábola del redil" cuando
vemos que el v. 6 despeja toda duda)
[15] A. T. Robertson, Op. cit., p. 199.
[16] M. S. Terry, Op. cit., p. 134, 135. (las cursivas son suyas)
[17] R. Fricke, Op. cit., pp.146, 147.
[18] Alexander B. Bruce, Op. cit. (vol. II), p. 36. (las cursivas son suyas)
[19] M. Cadenas Mujica, en: loc. cit.
[20] G. E. Ladd, Op. cit., p. 134.
[21] M. S. Terry, Op. cit., p. 135.
[22] M. Cadenas Mujica, en: loc. cit.
[23] G. E. Ladd, Op. cit., p. 130, 131. (las cursivas son suyas).
[24] Kittim Silva, Bosquejos para predicadores (vol. IV), Terrassa: Barcelona, Clie, 1991, p. 149.
[25] R. Fricke, Op. cit., pp. 131, 132
[26] (parábolas y alegorías, en: www.amen-amen.net)
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