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TEMA 12

LOS PROLEGÓMENOS A MARX


1. La fuente filosófica: Hegel y el romanticismo.
1.1. Idealismo absoluto y dialéctica.
1.2 . Feuerbach y la Izquierda Hegeliana.
2. La fuente económica: La economía clásica.
2.1. Adam Smith.
2.2. David Ricardo.
3. La fuente política: el socialismo.

1. La fuente filosófica: Hegel y el Romanticismo.


A pesar de sus aburridos libros, el pensamiento kantiano ser convertirá en un auténtico
terremoto para todos los filósofos de la época. Kant cierra con brillantez toda la filosofía de la
Edad Moderna y su problema fundamental, los límites del conocimiento humano, al mismo tiempo
que ponía énfasis en la ética y el espíritu ilustrado. A partir de ahora, la filosofía inicia unos
derroteros completamente distintos, con intereses muy distintos a los pensadores de la Edad
Moderna. Sin embargo, existe una generación de filósofos que van a radicalizar el pensamiento de
Kant, al tiempo que van a preparar a la filosofía para un nuevo paradigma o etapa de reflexión.
La filosofía que sigue a la kantiana es conocida con el nombre del idealismo. No olvidemos
que el nombre que en general recibe el pensamiento kantiano es el “idealismo trascendental”.
Dentro del idealismo postkantiano puede, sin embargo, distinguirse varias corrientes,
idealistas todas. Todas estas corrientes toman a Kant como punto de partida y en principio al
menos se presentan como el desarrollo de las teorías kantianas; sin embargo, a pesar de la
fuente común y del común propósito, cada uno de los grandes autores del idealismo llegará a
muy distintas conclusiones. Así, Fichte, Schelling y Hegel crearán grandes sistemas filosóficos
siguiendo y superando esas premisas kantianas. Este último, Hegel (1770-1831), va a tener una
trascendencia tan grande en la historia del pensamiento que muy modestamente se proclamará
como cumbre de la filosofía de todos los tiempos y como fin de la historia y la filosofía. Uno
podría pensar que delirios de grandeza los tiene todo el mundo (y que sí, que a mí también me
gustaría ganar la Bonoloto), pero existen razones para pensar que este Hegel tenía argumentos
para decir tales cosas: lo cierto es que después de Hegel la filosofía deja de ser la misma. Por
otro lado, aunque no sabemos si Hegel es la cumbre de todos los tiempos, pero sus
contemporáneos así lo creyeron: fue de los pocos filósofos reconocidos en vida y que acabó feliz
comiendo perdices con su puesto de rector de la Universidad de Berlín hasta su muerte.

1.1. Idealismo absoluto y dialéctica.


Hegel se había dado cuenta que Kant había dejado algún cabo suelto en su K.r.V. En
definitiva, Kant había concedido una importancia fundamental al sujeto a la hora de conocer la
realidad, hasta el punto de sostener que las facultades cognitivas de ese sujeto son
fundamentales para acercarse a la realidad: esa es la base fundamental del idealismo. Hegel sin
embargo va a radicalizar ese punto de partida, y va a defender el “idealismo absoluto”: el
hombre es constructor y modificador de la realidad. Esto no quiere decir que podamos
hacer lo que nos plazca y que con nuestra imaginación podamos crear marcianitos verdes. Lo
que quiere decir es que el ser humano, a través de la cultura (el arte, la religión y la filosofía)
interpreta la realidad y la modifica a través de unas instituciones determinadas (el estado).
Esta creación es dialéctica (oposición), opone los deseos del sujeto con los de la
realidad material y de ese enfrentamiento surge una realidad compleja y distinta. ¿Cuál es el
motor que mueve ese vehículo? La razón humana. ¿Qué camino atraviesa? A través de la
historia. La actividad humana, sometida a la Razón, se desarrolla en un plazo temporal, en una
línea determinada. Pensemos que Hegel ha vivido la Revolución Francesa y la considera como el
culmen político de todos los tiempos, el momento exacto en que el hombre alcanza la mayoría de
edad, el final de la historia porque se ha llegado al mejor de los mundos posibles.
Aunque el término “dialéctica” ha sido utilizado desde Heráclito y Platón hasta Kant va sin
embargo, indisociablemente unido a Hegel. La dialéctica es la clave para entender su filosofía en
general, de ahí que sea a la vez clave para entender su forma de entender la realidad.

Diálogo Tesis Síntesis Tesis Síntesis


Antítesis Antítesis

En la dialéctica hacemos referencia tanto a la expresión como una realidad separada y


contradictoria. Pero, además de expresar esto, la dialéctica pretender superar esa contradicción
de un modo integrador. Porque la realidad no es uno de esos dos momentos o miembros de la
contradicción. La realidad es, a la vez, tesis y antítesis. La realidad es el todo, y es nuestra
capacidad de síntesis o de integración lo que nos lleva a comprender lo que realimente es la
realidad.
La superación consiste, por lo tanto, en la negación de la supuesta contradicción de la
realidad, acaso haciéndonos ver que lo contrario no es más que lo complementario, como
sostenía el viejo y barbudo Heráclito. El conocimiento de la realidad no es auténtico si no es
escindido o parcial, el conocimiento ha de ser integrador y por lo tanto dialéctico. No solo porque
haya de ser así, sino porque la misma realidad es también de naturaleza dialéctica, es una
realidad en continuo proceso de transformación, dinámica, por tanto, una realidad abierta.
Es en este sentido en el cual Hegel afirma que lo verdadero es el todo. Y es que también la
realidad es también todas sus contradicciones y transformaciones en el tiempo. Todo por tanto
está relacionado por todo y atravesado por una racionalidad oculta. Por eso sugiere Hegel que lo
real es racional y lo racional real.
Por tanto tres cosas nos deben quedar bien claras.
a) En el idealismo absoluto, la actividad del sujeto atraviesa toda la realidad, y
esa actividad se manifiesta a través del uso de la Razón. Razón y realidad
están unidas.
b) Esa realidad y razón se manifiestan a través del devenir (es decir, a lo largo
del tiempo), en continuo cambio, un proceso de dialéctica, que consta de
tres pasos: tesis, antítesis y síntesis.
c) Ese cambio se manifiesta en una trayectoria histórica. La historia tiene un
fin hacia el que tiende: el desarrollo de las ideas de la Razón.

1. 2. Ludwig Feuerbach.
A la muerte de Hegel sus seguidores se dividen en dos grupos, la Derecha y la Izquierda
hegeliana. Esta derecha hegeliana decide conservar el legado de Hegel de forma ortodoxa y
prácticamente no ha dejado nada de interés para nuestros días. La Izquierda hegeliana, más
innovadora y crítica, en cambio sí ha dado un pensamiento filosófico bastante original.
Este grupo, conocido también con el nombre de jóvenes hegelianos es un grupo de
carácter crítico y de aquí van a surgir dos importantes filósofos, Karl Marx y Ludwig Feuerbach.
En este grupo hay además dos vertientes bien diferenciadas por el tema al que dedican sus
reflexiones o sus críticas. Así encontramos una corriente de crítica política, donde aparece Marx o
Steiner, y otra corriente de crítica religiosa donde se encuentran Bruno Bauer y Feuerbach.
Este último fue el maestro de todos estos jóvenes hegelianos. Convencido de que la
filosofía de Hegel no era más que una teología racionalizada –el desarrollo y toma de conciencia
de la Razón en la historia de los hombres- dedica todos sus esfuerzos a la crítica religiosa. Los
títulos de sus dos obras más importantes así lo confirman: La Esencia del Cristianismo y La
Esencia de la Religión. En estas obras se enfrenta al problema religioso para llegar, como
conclusión, a la reducción de la Teología a la Antropología, porque, en el fondo el objeto de la
religión no es otro que el hombre.
¿Qué es Dios? Según Feuerbach no es más que una imagen que el hombre proyecta de
sí mismo. El hombre, que se sabe mortal y no quiere aceptarlo, que se sabe limitado y no se
resigna a serlo, se inventa dioses capaces de ayudarle a vencer esas limitaciones. Surge así un
Dios hecho a imagen y semejanza de los hombres para satisfacer las necesidades de estos. O
sea, un Dios antropomórfico, criatura de los hombres.
Como Dios no existe, lo que el hombre busca en Él no puede encontrarlo en Él. Así
resulta que, en lugar de ayudar al hombre a vencer los obstáculos que lo oprimen, se convierte
en obstáculo para la propia realización del hombre. Todo cuanto el hombre delegue en Dios o
deje en manos de este se quedará sin hacer. Aquí este autor está preparando el camino para un
concepto de suma importancia en Marx, la alienación.
¿Qué propone Feuerbach ante esto? Feuerbach propone suplir a Dios con la especie
humana, buscar en ella misma lo que buscábamos en aquel, vencer el individuo sus límites
religándose con la especie: esta sí es más perdurable, más sabia que el individuo a solas. Con
Feuerbach queda prácticamente inaugurada una línea de pensamiento de crítica religiosa
conocida posteriormente como los maestros de la sospecha: Marx, Nietzsche y Freud. Dios ha
sido creado por el hombre para sus propios intereses.

2. La fuente económica: la economía clásica.

Hasta ahora hemos visto las raíces filosóficas necesarias para comprender a Marx, pero sin
embargo, para entender a este autor en toda su amplitud es necesario posar la vista en una
disciplina no tan vinculada con la filosofía: la teoría económica.
La Economía nace como ciencia propia a finales del siglo XVIII, con la publicación de un
libro ilustre, La Riqueza de las Naciones (1776), de Adam Smith. Este autor, medio filósofo moral,
medio economista, va a plantear con esta obra una serie de conceptos clave para la teoría
económica capitalista tan fundamentales, que todavía algunos de sus preceptos y recetas tienen
una rabiosa y controvertida actualidad.
La economía clásica se desarrolla desde finales del siglo XVIII hasta mediados del XIX, y
aunque consta de muchos autores (Adam Smith, Malthus, David Ricardo, Say o J.S.Mill), solo
vamos a detenernos en los dos primeros en la medida que son los que crean buena parte de los
conceptos que después Marx va a replantear.

2.1. ADAM SMITH es el primer economista en plantear seriamente las relaciones del
mercado. En una economía de mercado, Adam Smith se plantea la existencia de dos grandes
fuerzas: productores y consumidores. El productor intercambia sus productos con otros
productores o consumidores con el fin de obtener un beneficio. Yo tengo seis manzanas, voy al
mercado, y las cambio por dos peras o por dinero, por ejemplo. Adam Smith se da cuenta que la
interacción entre productores y consumidores es la que determina el precio de un
producto. Si hay escasez de manzanas o las manzanas gustan mucho, es posible que el precio
suba. En caso de gran número de manzanas o bien de falta de demanda, el precio bajará. Sin
embargo, Adam Smith distinguía entre el valor de un producto por su trabajo, y el precio de su
producto por las leyes de oferta y demanda.
Según Adam Smith existen factores que hacen que ese precio no sea el que corresponde
naturalmente al modelo de mercado. Siempre hay elementos externos al mercado que hacen que
este funcione de forma ineficiente: el principal de ellos y atacado por Adam Smith será la
actividad del estado. El estado (la monarquía de la época) actúa de forma negativa en la
economía fomentando monopolios o leyes proteccionistas. Esto hace que la economía sea
ineficiente y no crezca: según Adam Smith, lo que hay que hacer es dejar al mercado libre, sin
elementos coercitivos. Adam Smith inaugura así lo que se denomina el liberalismo económico.
2.2. DAVID RICARDO. Este autor es una generación posterior a Adam Smith y su
principal obra es Principios de Economía Política y Tributación (1817). En ella no comparte la
visión optimista de la economía de Adam Smith y va a ser el autor que va a influir directamente
sobre la visión de la economía de Karl Marx. Para Ricardo el capitalismo está sometido al
estrangulamiento y la crisis, y necesita una continua expansión de sus fronteras en busca de
nuevos mercados (atención, porque este es uno de los temas fundamentales para explicar la
“expansión de la burguesía” que Marx defiende en su Manifiesto Comunista)
La idea principal de Ricardo parte de la ley de rendimientos decrecientes. En la
economía de mercado existen leyes de oferta y demanda, y el precio de una mercancía está
sometida a sus fluctuaciones y cambios. Primero, cuando un producto nuevo sale a la luz, el
margen de beneficio es amplio: existe un solo productor y un mercado amplio. Existe una fase de
expansión y crecimiento económico. Pero con el tiempo los productores se multiplican y el
mercado de los consumidores tiende a saturarse: es lo que se conoce por el nombre de ley de
rendimientos decrecientes1. En este segundo plazo, unos productores (por ejemplo, los
constructores de barcos de Izar o los “Aceros A. Gilarte”) se enfrentan a los precios de otros
productores (los coreanos o los chinos, o los “Aceros M. G. Ferrón”): tienen que ser competitivos
frente a otros para ganar un sector determinado. Así, la mayor competencia tiende a
estrangular los beneficios a largo plazo y ahogar el crecimiento económico. La única
posibilidad para solucionar esta crisis es abaratar los costes de producción o bien encontrar
nuevos mercados. Abaratar los costes de producción significa en el siglo XIX especialmente
reducir salarios (lo que se llamó “la ley de hierro de los salarios”), o bien encontrar nuevos
mercados donde nuestras mercancías sean demandadas y puedan ser colocadas. Es por esto
mismo, para evitar crisis, que el capitalismo y la burguesía tiende a extenderse de forma
mundial, para mantener un crecimiento económico siempre amenazado.

3. La fuente política: el socialismo.

Por último, para comprender el pensamiento de Marx nos debemos detener en el


pensamiento político de la época. El liberalismo, conforme se nota cada vez más el impacto de la
Revolución Industrial, va perdiendo adeptos entre las clases más populares de los países más
desarrollados. La razón es muy sencilla: el liberalismo democrático de la Revolución Francesa les
otorgaba derechos políticos, pero en raras ocasiones se hablaba de derechos sociales y del
reparto equitativo de la riqueza.
Paulatinamente, se van desarrollando distintas ideologías políticas que van a hablar del
control de los medios de producción, la abolición de la propiedad privada y los mecanismos del
mercado, para conseguir un mejor reparto de la riqueza en la sociedad europea. Entre estas
corrientes caben destacar:

- El socialismo utópico, originario en Inglaterra y Francia de la mano de Owen


o Saint-Simon, de los primeros años de la Revolución Industrial y con escaso alcance.
- El anarquismo, de Proudhon o Bakunin, basado en el rechazo a la
intervención estatal, el abstencionismo político y la aspiración a un cambio revolucionario.
Fuertemente inspirado en la libertad individual y la autogestión.
- El socialismo científico, de Marx y Engels, fundado en la abolición del
capitalismo, y en el que los medios de producción y el reparto de la riqueza pasan a
depender del estado.
- La socialdemocracia, más tardía, de Lasalle, de carácter moderado y basado
más en el pacto social con el estado capitalista y la paulatina adquisición de derechos para
los obreros que en el logro de una revolución.
1
Para comprender la LEY DE RENDIMIENTOS DECRECIENTES: Pensemos el mercado de los barcos. La empresa
pionera (IZAR en los años sesenta en España) tiene todo el mercado para ella sola. Sin embargo, veinte años después,
tanto el sector de consumo está agotado (no hay tanta demanda de barcos) como existe competencia extranjera: esto
hace disminuir los beneficios, e incluso llevar a la quiebra a las compañías menos competitivas.

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