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REPUBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

VICERRECTORADO ACADEMICO
FACULTAD DE HUMANIDADES
UNIVERSIDAD YACAMBU
CABUDARE- LARA

PSICOLOGÍA COMUNITARIA

Nombre: Emperatriz Martínez

Expediente: HPS-143-00584

Sección: MB01MOP
PSICOLOGIA COMUNITARIA

¿Qué es la psicología comunitaria?

Según Maritza Montero (1984), Se puede describir a la Psicología Comunitaria como la


rama de la psicología cuyo objeto es el estudio de los factores psicosociales que permiten
desarrollar, fomentar y mantener el control y poder que los individuos pueden ejercer sobre
su ambiente individual y social, para solucionar problemas que los aquejan y lograr
cambios en esos ambientes y en la estructura social.

Tomando en cuenta la definición de Montero, se puede reflexionar, que la psicología


comunitaria se enfoca en la interacción de los individuos dentro de una comunidad, así
como también los factores psicosociales que llevan al individuo a producir un cambio en su
ambiente con respecto a las necesidades y problemas que puedan presentarse dentro de este,
más que encargarse de los problemas individuales de cada persona, esta se dirige además a
aquellos problemas que presentan en común todos los individuos de una misma
organización social dentro de su ambiente.

Con respecto a ello Montero (1984) explica que, también es un desarrollo que va más
allá del individuo, pues su objetivo último será lograr no sólo un cambio psicológico en las
personas, sino además, al afectar su hábitat y con él las relaciones individuo-grupo y grupo-
sociedad, generar cambios tanto cuantitativos como cualitativos que colocarán esas
relaciones en un nuevo nivel.

Puede decirse que la mayoría de los autores define a la psicología comunitaria como
aquella que trata de la comunidad y que es realizada con la comunidad. Esta definición
permite delimitar lo comunitario y lo asistencial con bastante claridad, pues, si se excluye el
rol activo de la comunidad, podrá tratarse de aplicaciones psicológicas concernientes a la
salud, la educación, el asesoramiento, aspectos específicamente clínicos que, aunque tengan
lugar en el territorio propio de la comunidad (si lo hay), no implicarán un trabajo
comunitario al no contar con la participación de quienes integran la comunidad a la cual se
dirijan esas acciones ni con su perspectiva del asunto. (Montero M. 2004)

En esta definición de Maritza Montero, se hace énfasis en la participación de la


comunidad y como la psicología comunitaria se diferencia de otras prácticas asistenciales o
clínicas en que, en la primera es esencial que los miembros de la comunidad den su aporte y
se involucren activamente en el proceso de cambio que se lleva a cabo con la intervención
comunitaria.

Por consiguiente se podría decir, que la intervención comunitaria, se rige bajo los
mismos principios, ya que el foco de intervención serían las necesidades y problemas en el
ambiente comunitario, y la aplicación de estrategias para lograr desarrollar el potencial de
dicha comunidad por medio de los individuos que la conforman. El objetivo de la
intervención psicológica en una comunidad no es solamente generar un cambio psicológico
en los individuos, si no que estos a su vez generen un cambio en su comunidad y en las
relaciones del grupo, es decir que la comunidad tiene un rol activo dentro de la intervención
psicológica comunitaria, no son simplemente receptores o espectadores si no que es la
misma comunidad y la participación activa de todos sus miembros la que generara el
cambio esperado para mejorar los aspectos necesarios en ese ambiente social.

Otros autores se refieren a la psicología comunitaria como aquella que promueve una
adaptación de los individuos de la comunidad a su ambiente mediante el desarrollo
personal, Según Rappaport (1977: 73) acentúa la importancia de la perspectiva ecológica de
la interacción, sosteniendo la posibilidad de mejorar la adaptación entre las personas y su
ambiente mediante la creación de nuevas posibilidades sociales y a través del desarrollo de
recursos personales en vez de hacer hincapié exclusivamente en la supresión de las
deficiencias de los individuos o de sus comunidades.

Diagnostico comunitario

Un diagnostico se elabora con dos propósitos bien definidos, orientados ambos para
servir directamente para la acción: ofrece una información básica que sirva para programar
acciones concretas: proyectos, programas, prestación del servicio u otros, y proporciona un
cuadro de situación que sirva para formular las estrategias de actuación. (OPCION, 2001)

Con este concepto se evidencia la función del diagnóstico, siendo esta la de ofrecer
información sobre la comunidad, su problemática, necesidades y su situación para luego
proceder a tomar acción con las estrategias de la intervención.

Esta primera fase de la intervención comunitaria busca contextualizar una comunidad, a


la que se debe analizar haciendo una previa identificación de las características
sociodemográficas, socioculturales, niveles educativos, sistemas de salud, necesidades,
problemas, recursos y comportamientos comunales; ello nos guiará hacia la formulación de
propuestas de desarrollo y alternativas de solución frente a situaciones adversas. Todo ello
haciendo uso de una metodología que permita recolectar y evaluar los datos de manera
objetiva y sistemática. (Sánchez M. 2008)

De esta definición de Sánchez podemos extraer que es necesario contar con cierta
información sobre la comunidad para realizar el diagnóstico, como lo son las características
de los miembros de la comunidad, edad, sexo y nivel educativo; al contar con dicha
información se puede indagar sobre las necesidades y problemas que presenta la
comunidad, en consecuente a ello se podrán elaborar entonces las estrategias adecuadas
para la población, dirigidas a mejorar estas problemáticas.

Además es importante para realizar el diagnostico tomar en cuenta a la comunidad como


un todo, asegurarse de cubrir a toda la población haciendo que esta participe de forma
activa en la recolección de información. Con respecto a ello, Sánchez M. (2008) asegura
que ante todo este diagnóstico tiene un alcance comunitario; no es diagnosticar la situación
de un individuo, un grupo, una institución, sino de una comunidad (toda ella en su
conjunto) además en la realización del diagnóstico (llamado también estudio) hay que
incorporar la participación de la gente, teniendo en cuenta que se trata de un principio
operativo básico de la acción comunitaria. (Sánchez M. 2008)

Para obtener la información necesaria para elaborar un diagnóstico se emplean diversas


técnicas cuantitativas y cualitativas como la observación de la comunidad, análisis de
registros de la comunidad, cuestionarios y sobre todo entrevistas con los miembros de la
comunidad ya sea en grupos o individuales.

La técnica que se hace factible aplicar, es la entrevista estructurada o semi-estructurada


con esquema, lo que se quiere es asegurar que a todos los entrevistados se les hará las
mismas preguntas y en el mismo orden; el contenido de cada pregunta se especifica de
antemano. (Hernández, Fernandes y Baptista, 2006).

Conociendo que para autores como Hernández, Fernández y Baptista, la entrevista es la


técnica más eficaz para recolectar información en la comunidad y elaborar un diagnóstico,
se pueden nombrar algunos aspectos importantes que pueden indagarse con esta técnica,
como lo son: Datos sociodemográficos, ubicación geográfica, características
socioculturales, educación, salud, recursos, y lo más importante, las necesidades y
problemas que percibe dentro de la comunidad. Además esta técnica permite la
participación activa de la comunidad ya que son los propios miembros de ella quienes
expresan sus expectativas de los problemas a mejorar y dan su aporte que luego se tomara
en cuenta en la intervención.

Necesidades comunitarias

La identificación de necesidades es el proceso consistente en un conjunto de actividades


grupales, de carácter fundamentalmente participativo, mediante las cuales se busca que la
propia comunidad o grupo señale aquellos aspectos de su vida común que sienten
insatisfactorios, inaceptables, problemáticos; aquellos aspectos que reconocen como
perturbadores, limitantes o que imposibilitan lograr el modo de vida al cual se aspira y se
tiene derecho. Ubica las necesidades en relación con la situación global en que esa vida se
desarrolla y en relación con los recursos que se posee y con los que se necesita adquirir.
(Montero M. 2004)

Las necesidades comunitarias, se entienden con la definición de Maritza Montero, como


la falta de recursos o elementos que la comunidad necesita adquirir para mejorar su calidad
de vida, las necesidades representan una limitación para el desarrollo de la comunidad, y
pueden variar dependiendo de las características de la población y la situación en la que se
encuentren los miembros de la comunidad.
Según Sánchez (2008) Son las carencias que tiene la comunidad, suele estar asociado a
los problemas.

A diferencia de las necesidades, los problemas se reconocen comparando la situación


actual con la que podría o debería ser. Los problemas vienen a ser la diferencia entre lo que
la comunidad tiene y lo que quisiera tener; no son las carencias ni falta de algo. (Del
Águila, 2006).

La diferencia entonces, entre las necesidades y los problemas de la comunidad viene a


ser que los problemas pueden ser cualquier situación que la comunidad quiera cambiar y las
necesidades están más relacionadas con aquellos elementos esenciales para el desarrollo y
el bienestar de los que carece la comunidad, como pueden ser: recursos, servicios, salud
mental, salud física, entre otros.

Rol del psicólogo comunitario

El rol del psicólogo comunitario se definió, no como el de un experto, dueño del saber,
que se relaciona con alguien que no sabe, sino como el de alguien que posee un saber que le
permite actuar, pero que a la vez necesita del saber poseído por ese interlocutor, agente de
su propia transformación, con el cual necesitará trabajar interactivamente a fin de producir
las transformaciones acordadas entre ambos. Por esta razón, se habla de agentes externos -
los psicólogos- y de agentes internos -las personas interesadas de las comunidades-
(Montero M., 1982; Rappaport, 1977; Serrano-García e Irizarry, 1979).

Es decir, que el psicólogo comunitario tiene un rol de agente de cambio social, pero no
de director, y este debe ayudar a la comunidad para que esta misma solucione sus
problemas proporcionándoles la información y estrategias necesarias y trabajando en
conjunto, siempre tomando en cuenta que la comunidad debe tener protagonismo en su
propia transformación. Los psicólogos comunitarios siendo agentes externos, cumplen el
rol de acompañar a la comunidad en el proceso de cambio, pero es la propia comunidad
quien conoce mejor sus necesidades y quien actúa para mejorar sus potencialidades.

De acuerdo a Maritza Montero (1984), el rol del psicólogo y de otros profesionales


orientados por los mismos objetivos y con los cuales trabajará conjuntamente, ya que como
en el caso de la Psicología Social, de donde se desprende (de hecho, se la suele denominar
también Psicología Social Comunitaria), su campo es interdisciplinario, será el de un agente
de cambio y ese rol estará ligado a aspectos de detección de potencialidades, de auspicio de
las mismas y de cambio en los modos de enfrentar la realidad, de interpretarla y de
reaccionar ante ella.

Con esta definición de Montero, se hace claro que el campo de la psicología comunitaria
es un área interdisciplinaria, así que es importante que el psicólogo comunitario tenga la
capacidad de trabajar en conjunto con otros profesionales, manteniendo un objetivo en
común que es el de promover un cambio o mejoría a las condiciones de una comunidad.
Dependiendo de las características de la comunidad abordada, el psicólogo comunitario
tendrá que trabajar en conjunto con médicos, maestros, orientadores, personal
administrativo, entes gubernamentales, entre otros profesionales con los que deberá ser
capaz de trabajar en equipo.

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