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1 El concepto de Jubilación

Etimológicamente, jubilación proviene del latín jubilatio-onem que significa, “acción


o efecto de jubilar o jubilarse”. La palabra jubilar proviene del latín jubilare que, quiere
decir “eximir del servicio, a aquellas personas que desempeñan algún cargo civil, por
razones de ancianidad o imposibilidad física, señalándole pensión vitalicia o recompensa
por los servicios prestados” (Morelli, 1984 en Bravo y Caro, 2002).

También tenemos a Campos y Escobar (2014), quienes citan que La Real


Academia Española (RAE) define Jubilación de dos formas: como “la acción y efecto de
jubilarse”. Y también como “pensión que recibe quien se ha jubilado”. Si seguimos
manejando el diccionario, encontramos el verbo jubilar, definido como: eximir a alguien de
un servicio por inútil, conservándole la pensión (Hernández, 2008).

Hay lenguas -en inglés, concretamente- en las que jubilarse significa retirarse, de
retirement; pues bien, en español jubilarse, jubilación, efectivamente viene del latín
jubilatio, que significa viva alegría, júbilo, y especialmente la que se manifiesta con signos
exteriores (Hernández, 2008).

Al abordar la jubilación se pueden encontrar diferentes enfoques y maneras de


conceptualizar la jubilación en la actualidad como lo expreso Moragas(1998), el cual
menciona que la jubilación define legal y convencionalmente la entrada a la ancianidad en
un contexto de sociedad contemporánea el cual está en constante cambio. “La jubilación
ha pasado de ser un hecho uniforme que se alcanza al cumplir la edad cronológica de
sesenta y cinco años a convertirse en un fenómeno variado según las condiciones del
puesto de trabajo, sector económico y condiciones subjetivas del sujeto” (Moragas, 1998).

Según Silvestre, Solé, Pérez, y Jó- dar (1995, en Ramos-Esquivel et al, 2012)
mencionan que: “La jubilación puede conceptualizarse de distintas formas: como un
proceso o evento, como un rol social, como una crisis”.

Para Bruguera y Calvo (2012), La jubilación es la etapa final de la vida laboral y


compete, para los que han ejercido una ocupación laboral retribuida en un servicio público
o en una empresa, el derecho a percibir una pensión, pero al mismo tiempo la prohibición
de seguir desempeñando esta misma ocupación.
Mientras para Buendía (1997), el jubilarse implica interrumpir el ritmo y la actividad
que se vino desarrollando durante muchos años para pasar a convertirse en una persona
marginada por la inactividad y el aislamiento.

Según Bueno (2006, en Campos y Escobar, 2014) “La jubilación es, tanto un
estado al que se llega y que obliga a asumir un nuevo rol, como un proceso que comienza
durante la misma vida laboral y que debería planificarse con tiempo para organizar
muchos años de nuestra vida”.

Por otro lado, Navarro, Buz, Bueno y Mayoral (2006, en Ramos et al, 2012)
señalan que cuando se habla de jubilación se está refiriendo a una identidad social,
asignada en muchas ocasiones a personas mayores, a su integración como colectivo.
Desde la mirada más social encontramos a Buitrago (2010) el cual entiende la jubilacion
como una transicion psicosocial , que se da en un contexto social que conlleva el cese de
la etapa laboral.

Por su parte Sánchez (2000, en Alpizar, 2011), concibe la jubilación como un


cambio de la adultez y adultez tardía; como una transición que puede estar
acompañada de inestabilidad y que incluye cambios en las funciones sociales de la
persona. La jubilación supone un cambio en los hábitos y comportamientos en la
medida en que el individuo se ve lanzado a reestructurar su tiempo y actividades
futuras. Pasar, de un día a otro, de una vida entregada al trabajo a una jubilación
ocupada por el ocio implica una modificación completa de la organización de la vida.
“De ahí que muchas personas se nieguen a pensar en ella, dado que creen que por el
hecho de jubilarse dejan de ser miembros (as) partícipes del desarrollo de la
sociedad” (Araníbar, 2001, en Alpízar, 2011).

Igualmente para Rodríguez (2007), “la jubilación significa para la mayoría de las
personas un gran cambio: pérdida del rol profesional, modificación de los ingresos,
modificación del ritmo de vida cotidiana, reestructuración de los contactos familiares y
sociales, disponibilidad de una gran cantidad de tiempo libre”.

También Bueno (2006, en Campos y Escobar, 2014) nos habla de que la


jubilación se puede tomar desde dos sentidos diferentes: “uno hace referencia a un
proceso de transición, de paso, desde la vida laboral a una vida sin trabajo remunerado;
también hablamos de jubilación para referirnos al período de la vida que se extiende
desde que se abandona el trabajo pagado hacia delante”.
Según Buendía (1994), la jubilación tiene un sinnúmero de aspectos que varían según las
creencias, las diferentes actitudes y las situaciones personales que se presentan. En
muchos sentidos está definida, no por los cambios en edad, sino por los aspectos de tipo
social, económico o incluso político.

Como sugiere Tierno (1996, en Gómez et al., 2008) definimos la jubilación como un
cambio de actividad, nos damos cuenta de que ya nos hemos jubilado varias veces:
cuando de niños abandonamos nuestra vida sosegada en casa para ir a la escuela,
cuando nos pusimos a trabajar y tuvimos que adaptarnos más o menos dulcemente a la
responsabilidad de obtener un salario, cuando abandonamos definitivamente el hogar
familiar para formar nuestra propia familia, cuando tuvimos que aprender a realizar la
función de consejeros-amigos de nuestros hijos adolescentes o bregar con los sinsabores
de una separación y aprender de nuevo a vivir sin pareja.

Es entonces como Campos & Escobar (2004) definen puntos transversales de la


jubilación tales como :

- Comienza con el abandono de la vida laboral y la etapa productiva, ya sea de


forma voluntaria o no.
- Es el derecho a retirarse, que se puede ejercer desde una determinada edad
impuesta por la Ley. En Chile es de 65 años para los hombres y 60 años para las
mujeres.
- Es el período que se extiende desde el retiro laboral a los últimos días de vida.
- Es un hecho que modifica el rol de la persona y su vida cotidiana.
- Es un proceso, que se vive estando en la vida laboral al ver que la edad requerida
se avecina, pasando por el desvincularse de la empresa y para luego vivir la
aceptación de esto, y mirar hacia el futuro (Campos & Escobar, 2014).
Referencias
Alpizar, A. (2011). Jubilación y calidad de vida en la edad adulta mayor. Revista de la facultad de
ciencias sociales de la Universidad Nacional, 31-42.

Bruguera, M., & Calvo, A. (2012). Preparándonos para la jubilación. Una responsabilidad individual
y de los colegios profesionales. Medicina Clínica .

Buitrago, F. (2010). Prepararse para la jubilación . Revista Española de geriatría y gerontología

Buendía, . (1994). Envejecimiento y psicología de la salud. Madrid: Siglo XXI

Buendía, J. (1997). Gerontología y salud. Madrid: Biblioteca Nueva.

Buitrago, F. (2010). Prepararse para la jubilación . Revista Española de geriatría y gerontología.

Campos, B., & Escobar, D. (2014). repositorio.uchile.cl. Obtenido de repositorio.uchile.cl:


http://repositorio.uchile.cl/bitstream/handle/2250/116641/Tesis%20Jubilaci%C3%B3n%2
0-Retiro%20Laboral.pdf?sequence=1

Carol Bravo, M. C. (2002). Efectos psicosociales de la jubilación por vejez en las variables de
autoestima y apoyo social en el adulto mayor al instituto de normalización previsional
(INP) de la región metropolitana . PSYKHE, 92.

Gómez, I. (2008). Guía para una jubilación satisfactoria. Madrid: GRAFO S.A.

Moragas, R. (1998). Gerontología Social. Barcelona: Herder .

Ramos, J., Salinas, R., Colín, G., Mora, Á., & Iraam, M. (2012). Representaciones sobre la jubilación
y la vejez. Revista de educación y desarrollo.

Rodríguez, N. (2007). Actitud hacia la jubilación . Interdisciplinaria .

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