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Woman-Under-Primitive-Buddhism

Laywoman

''t^él subjeft de este libro se me propuso por la Sra. Rhys Davids. Deseo expresar mi profunda gratitud
por su inestimable sugges- ciones, críticas y ayuda, y para ella conifant interés durante todo el progreso
de este trabajo. Se ha llevado a cabo en condiciones agradables moft en Newnham College, y
bondadosos con el aliento de quienes detentan la autoridad.
También estoy en deuda con el Consejo de Bedford College, por su generosa autorización para
reproducir el ^auta de Gotama el Buda que aparece como el frontis- pieza de este volumen. Esta
hermosa ftatue, una parte de la tarde Señora Herringhamâ€TMs Colleftion, está ahora en la biblioteca
de Bedford College.
Las fotografías de páginas enfrentadas 2Z2 y 283 fueron dado por el Dr. Andreas Nell, de Kandy. Él ha
suministrado también a mí con algunas notas acerca de la vida de hoy en día las monjas en Ceilán.
Otros fueron enviados a mí por la Sra. Kularatne, de Colombo. A través del interés del profesor G. H.
Luce de la Universidad de Yangon, me han permitido incorporar diversos detalles de la vida de hoy en
día las monjas en Birmania. A estos tres amigos, yo estoy muy agradecido.
También me han ayudado en gran medida por la Sra. Archer- Hind, quien ha ser^debía mucho la
atención cuidadosa de la lectura de las pruebas.
I. B. 11 .
XI
PREFACIO
El autor me ha pedido que dé mi bendición a su primer esfuerzo en el campo de la India€TMs historia
religiosa, y le doy muy de todo corazón. Mucho se ha dedicado a la modefh brújula de su libro â€"
mucho más que todavía no ha llegado a las manos de los lectores en Inglés â€" en el de las mujeres
subjeft€TMs necesidades y aspiraciones y logros en los siglos comprendidos en su título.
Especialmente no recomiendo su tratamiento de la mujer€TMs Vida, allí y en ese momento, como un
todo, y no simplemente que la vida dada a â€oe la religión.†La 

ésta pierde el equilibrio y la proporción si se considera aparte de la antigua. Tenemos mu^ ver lo que
las mujeres de la izquierda, y la razón por la que la izquierda, si queremos ju^fly valorar lo
consiguieron, o al leaft estimen que ganaría en el nuevo depar- ture â€" era relativamente nuevo â€",
como fue llamado, yendo hacia adelante. Presentar una coherencia de vida pifture de la vida en el
mundo de la mujer, que vio el nacimiento de la nueva palabra, ahora conocido como el Budismo, no
fue una tarea fácil, y mucho más digno y fructífero trabajo dispone que ésta conlleva. En las actas de
las mujeres que se han sumado a la Orden, vemos que la mujer se hacen articular acerca de sí misma y
de su vida. Ella tenía, como todos los fines sociales, todos dome^ic intereses no ser mujer, pero homo.
La vida de hogar hecho multitud de reclamo sobre el cuerpo y la mente, pero no a su mente como
medio de auto-expresión.
Fue en este canal inusitada que ella expandida, lado a lado con los hombres, como religieuse; y la
antología, en la que algunos de este auto-articulación es collefled, es un tesoro único quizás en la
literatura.
Una cosa que me gustaría que el lector tenga en mente, y es que los registros, en Vinaya Sutta, y xiii
Prefacio * Antología de los religiosos, si pedimos su limosna- mujer, tamiz o monja, extender, con toda
probabilidad, a lo largo de un largo período de tiempo. Hay referencias, casi cierto a la mujer
contemporánea, con Gotama el fundador, como su tía y madrastra Pajapatl y Visakha la generosa
patrona. Y hay poemas de monjas que bien podrían haber sido contemporáneo con el rey Asoka. Esto
significa un período de alrededor de trescientos años. Ahora durante mucho tiempo hubo espacio para
mucho la evolución; pero esta es la fase en la que lo único que me gustaría llamar la atención: espacio
suficiente para lo que comenzó, como únicamente una llamada a la misión, para desarrollar el trabajo
en un campo que ofrece diversas oportunidades para que las mujeres tienen diferentes necesidades y
aspiraciones para satisfacer estas. En la publicación de juif hace veinte años una traducción de la
antología, redacté una tabla de tales satisfaftions como las autoras parecían haber encontrado. Quizás él
me permitió demasiado poco para el gran juego de la imaginación. Una limosna mujer podía ser tan
temperamental como su lay-tamiz. Pero hubo dos aspiraciones de notable interés distinguir esta
antología del de los hombres â€"--, la libertad o la emancipación y la expansión de su naturaleza
esencial como ser humano aparte de su feminidad. El autor tiene en cuenta ambas fases, y sólo puedo
mencionar aquí a lanzar aún más de

relieve que la creación de la Sakyan (BuddhiSf) movimiento significaba para la mujer firSf dis- pios de
la Orden, como diSlinft del que la carrera religiosa llegó a significar para las mujeres.
Como discípulos, y como co-trabajadores con el firSl firSf Sakyans, la mujer-miembros tendrían la
ansiosa voluntad para ayudar a los muchos, y considerarían a ellos mismos involucrados en esa labor, y
en nada más.
Debemos pensar en ellos como lo hacemos de los FIR^t dis- pios alrededor de Jesús resucitado y de las
Marías. No estoy afirmando que las mujeres fueron admitidas en el firft pocos años; no pueden estar
bien, hasta que algún tipo de â€oe colono xiv
Prólogo ment †se había formado. (La Iglesia ortodoxa cuenta  Pajapati y sus compañeros que
buscan admisión es probablemente no significa el verdadero fir^l entrada de mujeres.) Pero tampoco
debemos pensar de la fir^t mujer llegando a ganar esta o aquella ventaja en la vida de la Comunidad.
Un mundo-religión no hace su ^Inicio de esa manera. De esa manera pertenece al bien- e^ablished
cosa. Pregunte a cualquier gran movimiento de reli- gious trabajan en nuestros días ya no es así.
Luego Whatj, fue el trabajo de los pocos que, a Ward, a la madre la muchos necesitan la palabra nueva
para que la hora ha llegado, se unió a la Sakyans ? El suyo era enseñar a un mandato que, bajo la figura
de un camino y caminante a través de muchos mundos, sostenido â€" se lo digo así ? €" dos supremas
enseñanzas. Estos fueron la importancia de la cuestión del hombre€TMs seguridad, es decir, la
salvación, de la buena o la vida moral; y que la autoridad suprema en materia de elección de esa
manera a la seguridad radica en el seno de la muy legítima de cada hombre. La beft-eftablished
enseñanza del día enseña que en el hombre€TMs mayor, la naturaleza, la Divina Beft fue consagrado.
La nueva Enseñanza de la Sakyans mostró que el hombre puede volverse más como este potencial
Mo^l dentro de él siguiendo su necesidad dentro de él: el monitor que ahora llamamos conciencia, sino
que enseñan como dhamma.
Esto fue lo que esas mujeres firft misioneros fueron, con sus hermanos misioneros, interesados en
ganar opor- tunidad para pasar sobre ellos mismos; es por esto que los realmente digno entre ellos
querían â€oeliberty,† esto para que valoran la libertad. Podríamos llamar a este â€oe educar a
las almas †de muchos; en la India se  llamado â€oe la realización del hombre {^urusha, attd,
satta)" y si queremos tener esto en mente, y poner a un lado nuestros

movimientos occidentales de hoy, lo que la luz no alcance, por ejemplo, en la notable versos de Soma,
dijo ser hija del capellán de Gotamaâ€TMs fir^t patrono, el rey Bimbisara de Magadha:
XV
Prefacio
â€oe ¿Cuál debe ser la naturaleza-mujer cuente para nosotros, en ella, con la mente bien establecida, y
el conocimiento avanza, tiene derecho insight en dhamma ? A uno de los cuales se plantea la cuestión,
†̃ Soy una mujer en estos asuntos, o soy un hombre, o lo que entonces soy?' como son ustedes,
maligno, son aptos para hablar.†Aquí hay q^iones de  igualdad de sexos; aquí es el hombre
muy por debajo o por encima del sexo; es el alma de la mujer como del hombre, con quien ella se
refiere. Pero nosotros, la lectura de nuestros días en las líneas, ve en ellos la mujer nueva, la disociación
de sí misma de sex-aspeft, y exhortando al hombre a hacer lo mismo. Yo le daría mucha de la sus-
gatha a cambio de más líneas por Soma!
En efecto, si, como parece probable, ella fue contemporáneo de Gotama, podemos notar que ella usó la
palabra dhamma como él habría aprobado, es decir, como el â€oe † voz de la misma deidad
inmanente en el hombre, y de ahí que el hombre cuyo mandato â€oe debería celebrar con la mayor
reverencia †(Kindred refranes^ i., 175 f.). Este  pronunciación está asociada con su earlie^f
enseñanza, y aunque es tan editado como para ser mezcladas con mucho después de doftrine
syftematised technics, data de un día cuando no había formulado código de enseñanza en exigencia
entre los que podrían ser Sakyans entiende por dhamma. Pero Buddhi^s han llegado a significar ju^
este cuerpo de monitions externalizados, etc., en el término. Y compartimos esa opinión eclesiástica-
hablando de â€oe el Dhamma,†que es como si estuviéramos  decir â€oela conciencia,â€
â€oeel deber.†para Soma, en un día de   caben conceptos personalizados de la Deidad,
la perspectiva correcta en el Dhamma significaría, que â€oe antes (en el camino)- fue hecho cuando el
hombre eligió (camino-  cotizaron) que la voz de los más altos dentro de él Baden.
Ella era enseñar, no el desarrollo de la mujer como tal, sino más en el crecimiento del germen divino
que era ella.
Así pues, con la pronunciación de esta palabra nueva que ella estaba preocupada. Y no Soma la xvi

nun
Prefacio solamente. Mucho y domina la auto-expresión en lo que era entonces una nueva perspectiva
no es para ser buscado en refranes atribuida a la mujer, aun cuando el repetidor y editor registrado
lealmente. Pero esa madre de su mundo, Visakha, también estaba previendo esta nueva palabra como
â€oe haciendo crecer dentro de ella- de lo que estaba allí, como decimos , potencialmente.
€oeLet me hace este regalo a la comunidad,†dijo al Fundador; â€José Sócrates
 será en mí una fuente de convertirse (lit. un making convertirse:
bhavana) en el crecimiento moral y espiritual (Vinaya^ Mhv. viii., 15, 1 3).†tal habrá sido 
â€oe †(crecimiento Ariyan yoaddhi) elogia a la mujer,  en un poco conocido (Sutta parentela
refranes., IV, 168).
Ninguna de estas dos mujeres eleft habla de la â€oe †Ahorro de otros. El ^ates de manera general
 cuál es verdad para ella ; el otro expresa jefe intereft en su propio crecimiento espiritual. Sus
vidas eran el beft testimonio de su maternidad de otros. Y de todos modos era, y ^malos es, indio para
hacer la propia€TMs propia salvación la explícita que^. Pero si comparamos con estas mujeres de las
reticencias en Word que la pauta de lo que K. E. Neumann llamado â€oela incorregible reclusa en
hombres,†Sumedha, vemos, ampliado con fervor,  arte poético y un torrente de palabras, el
ideal de escapar de ella desde el mundo â€" En otras palabras, desde la obligación presente e inminente.
Aquí, si se quiere, es â€oe la emancipación,†pero no es la libertad de sublime  convirtiéndose
en el hombre, el Espíritu, de Somaâ€TMs líneas.
Sumedha, es cierto, puede haber usado su firme voluntad de riddance del deber, después de que ella
había . . Por lo tanto su mente
declarando, cayó su trenza en el suelo, en la labor de enseñanza superior, por lo que ciertamente había
una gran aptitud de una especie. Yo sería la^t pensar en ella guardar con respeft. Ella no fue culpa de la
máquina monadic que, trabajando en la difusión de la enseñanza original, ha transformado de xvii
Prefacio

almo^ todo parecido a lo que fue, más que fue Catalina de Siena a causa de una distorsión similar de su
vehículo el día posterior. El paralelo no es para ser presionado, pero no está tan presente como podría
parecer a algunos de día€TMs religieux. Hace 17 años yo era Stand- mente ante la pintura en
Catherineâ€TMs antigua casa de Siena, donde ella también está cortando su â€oetresses,† y
soltarlos en el suelo, como Sumedha, a despecho de sus padres€TM deseos. Y un sacerdote italiano,
buscando también, me comentó, me temo, pobre italiano en el paralelo temprano en la monja budista .
Pero él, con un gesto de repulsión casi maligna, saca : â€oe Ah, no eran verdaderas monjas,†y
caminaban lejos. Este libro ha sido  emprendido y llevado a nacer en un espíritu opuesto a algo
tan turbio como eso. Leemos en él de la mujer aspira- ciones de sincero y serio se busca más, mejor, en
la vida, si ellos mothered el mundo en la casa, o mothered en el â€oe †para personas sin hogar que
pasaron  sucesivamente. El nuevo espíritu que ha superado en gran medida la idea, que la
carrera de un recluso es el ser^ forma de salvar la propia€TMs auto o para desarrollar el mandato de
una nueva palabra. Pero que tal un libro como este ha llegado a nacer, y encontrarán agradecidos
lectores, es un signo esperanzador que mi joven sacerdote no es una medida del mundo€TMs ampliar
simpatía con los esfuerzos de avance de la mujer, siempre y dondequiera que se encuentren.
C. A. F. RHYS DAVIDS.
Introducción
E N EL NOS^t ^ludy del budismo en líneas históricas es relativamente nueva. Los intereses de los
académicos occidentales en este subjedt primero fue despertada por el sánscrito y el chino escritos que,
desde entonces se ha cerciorado, depidt derivadas y una forma de Budismo divergentes, su primitiva
charadteristics a menudo ausentes o apenas reconocible. La literatura original de los budistas, los
manuscritos Pali, en la que el Sánscrito y "versiones chinas están fundadas, no estarán accesibles hasta
después de que este último había sido dominado, y falsas concepciones había sido establecido por ellos.
Con la transliteración y la traducción de los manuscritos Pali, iniciado hace varias décadas, pero
todavía no está completo, una nueva y más precisa del budismo

ha sido presentado.
Los textos se dividen en dos grupos, los llamados por los académicos occidentales (i) la Canónica, que
supuestamente han sido editadas por el decreto del Primer Concilio celebrado después Gotamaâ€TMs
muerte; (2) el poSf-Canonical, editado posteriormente.
Pero incluso este material, que es considerable, contiene diversos obstáculos inherentes a Stridt
precisión. En primer lugar nada estaba escrito abajo durante al menos doscientos años, y probablemente
más, después de Gotama murió.
Aunque la escritura no era desconocida durante su vida-, no fue utilizado para fines sagrados. No se
había encontrado material adecuado sobre el cual escribir, para la palma datilera, que sirvieron al
propósito mejor, no crecen ampliamente en el oriente del país ^^. De ahí la V., iv., p. 305; cf. Vinaya
Traducción, vol. L, intxoduiftion, p. xxxiii. Para el inicio y desarrollo de la Escritura, ver BuddMfi Rhjs
Davids, India, Londres, 1^03, p. 107 fF.
XIX
Introducción La transmisión oral del aprendizaje era el modo tradicional de la India. Sin embargo, esta
manera de preservar la doctrina y la disciplina no era probablemente una forma más confiable de
excluyendo interpolaciones posteriores que la transmisión por la escritura a mano. La memoria de los
repetidores de las normas fue mofh probablemente no infalible, y las difi- culty de tener que recordar la
prosa de refranes y difta no aligere su tarea, Mo^t probablemente sólo a ciertos miembros de los
Brahmanes cafte estaban dotados de la maravillosa memoria tan a menudo erróneamente atribuido a
todos los Orientales; y la poesía de los Vedas, que era su negocio para memorizar y transmitir, era más
fácil mafter de la prosa de Gotamaâ€TMs dodlrine y disciplina.
Otra fuerza perturbadora de la pureza del canon original fue presentada en los discípulos de Gotama.
Ellos, también, fueron los maestros, y no meramente pasiva, dóciles discípulos. Pero no necesariamente
de la mano en la enseñanza de la Ma^er exaftly como habían recibido de él, pero que ahora y vuelve a
cambiar palabras para subrayar los puntos especiales que apeló a ellos. Aunque no había ninguna razón
intrínseca para que ellos no deben hacer esto, fueron siempre atenta a dar peso a las nuevas normas por
su devolución al Señor. Alteraciones en estas vías se arrastrara en e inconsistencia.
Otra dificultad inherente en relación con los

textos Pali surge de las diversas ediciones, brillos y revisiones que han sufrido a manos de los monjes.
En consecuencia, a veces es imposible disociar la materia original de acreencias posteriores ; y, en
muchos lugares, parece como si mucho de lo que Gotama, dijo, y el pensamiento no se ha convertido
en loft o diftorted. Si el monje fadlor tenerse en mente, algunos de los di^ortion puede explicarse, en
parte redtified. Se explica parcialmente las opiniones, más favorable a monkdom que sentar-vida, más
favorables a los hombres que a las mujeres, que suelen ser atribuidos a XX
Introducción Gotama. También explica en parte la ausencia de un connefted cuenta de algunos de los
acontecimientos importantes de su vida.
La siguiente encuesta es un intento para llenar uno de estos lacufifB^ y de presentar la posición de las
mujeres y laicos del almswomen hiilorical en foco.
El material para el estudio de la ^laicas ha sido recopilada a partir de la literatura canónica, y también
de los comentarios (más adelante), los libros y el Milindapanha Jataka. Moft del material por cuenta de
la almswomen se encuentra en el Vinaya-Pitaka, uno de los oldeft Buddhift libros en existencia, y
especialmente en aquellas porciones de éste conocido como Bhikkhuni-Khandhaka (que es el décimo y
lafl Khandhaka del Cullavagga) y el Vibhanga Bhikkhuni-. Estos prescribir la regla y la disciplina de la
vida exterior de los miembros de la orden. La colleftion de versos conocido como el Therigatha, y los
comentarios sobre ellas son fuentes importantes para las experiencias espirituales de algunos de los
almswomen; también arrojar luz sobre las distintas condiciones sociales contemporáneas. Otras
referencias a almswomen, dispersos por toda la literatura Pali, han contribuido también a •la cuenta
actual.
No hay historia de la orden de Almswomen jamás se ha escrito. Es imposible reconftrudl con ^fridl
exactitud histórica a esta distancia de tiempo, porque no sólo es parte del material que probablemente
son parciales, pero también porque algunos es casi sin duda carece, al no haber sido grabado: fue
pensado para ser más probable no es suficientemente importante. Había sido escrito en boga durante la
vida de Gotama, es bastante seguro asumir que las referencias a la almswomen no habría sido tan
escasa, y que la puramente monacal
outlook y actividad no habría sido tan pre- dominante como los textos que nos han llegado a indicar.
Además, crónicas y registros habían sido escritas en su momento por el almswomen- XXI
Introducción selves, podríamos haber expefted una riqueza de detalles que arrojan luz sobre su vida
cotidiana y hábitos.
A pesar de las dificultades que presentaba la versión revisada y el carácter incompleto de los textos,
espero que las siguientes páginas pueden justificar mi creencia de que la vida de la mujer como monjas,
hace tanto tiempo como el siglo VI a.c., es digno de más que el paso a la atención, que, con unas pocas
excepciones notables, mo^^ es el que jamás se ha concedido en cualquier tratados sobre el budismo.
Gotama el Buda lo que generalmente se supone que han nacido alrededor del 563 a.c., y murió en el
483 a.c., y que han renunciado al mundo para los desamparados ^fcate cuando tenía 29 años. Seis años
más tarde ganó la iluminación, y comenzaron a dar la enseñanza a la humanidad que ha dado enormes
resultados.
Poco después la Fir^t pronunciación entregadas por él se había desarrollado un fenómeno flrange para
indios a presenciar â€" el inconsciente almoft formación, pero el rápido crecimiento de una orden
religiosa de monjes o almsmen bhikkhus^;® fabricado extraño en el
ftill Corporation, cinco años más tarde, como se dice, una orden de monjas o almswomen bhikkhunts^.
La vida y el ministerio de Gotama fueron gastados en lo que ahora es el sur de Bihar, la porción
oriental de las Provincias Unidas y a lo largo de las fronteras de Nepal entre Bahraich y Gorakhpur.®
aquí, también, la †̃ entre ellas destacan la Sra. rh7S Davidsâ€TM traducción del Therigatha, F santos
de la SiSlers, P.T.S., 1909, Prefacio hj una iluminación introdudion ; y el difunto Miss Lulius van
Goorâ€TMs Die huddhiSliscke Non, Leiden, 1915- ^ La palabra bhikkhu es literalmente, no mendigo,
mendigo, que es yScaka, pero †̃ limosna-hombre,â€TM de bhikkhd â€" limosnas, o las raciones. El
título fue tomada de Brahminism ; ver Majjhima-Nikaya, traducido por el señor Chalmers, Londres,
1926, p. introdudlion xxiv. Véase también la Sra.
Rhys Davidsâ€TM introdudlion a parentela refranes, volumen IV, 1927, págs. v-vii.
® E. J. Thomas, la vida de Buda como Leyenda y Hillory, Londres,

1927, pp. 13,16. El Sr. Thomas afirma, p. 1 3 : â€oe La casa del Budismo radica en lo que es ahora el
sur Behar, wed de Bengala y sur del Ganges, xxii
Introducción Orden religiosa floreció durante su vida; esta es la zona geográfica a la que pertenecen los
eventos con los que esta encuesta se refiere. Todos ellos se supone que se han producido durante la vida
del Fundador.
Fue siglos después de que tanto el monadic y la propagación de sistemas conventuales, difundido por el
sig- sionary celo de la gran Buddhift Kiiig Asoka {circa 273 A.C. a 232 B.c.) en cuanto a Ceilán. .
Cuando el Buddhift sy^ems apareció, no son exclusivos para los Jainas ya tenía organiza- ciones
similares para los seguidores religiosos masculinos y femeninos de Mahavira. Pero eran extrañas
tumoraciones pro- stitutionally ajeno a la tierra de la India, ajenos a la mentalidad de sus pueblos. A
pesar de su genio para la religión, refinado por numerosas y diminutas sombras de creencia y expresada
en una diversidad de formas, sólo los seguidores de Mahavira y Gotama constituirse en comunidades
de almspeople. De lo contrario mona^i- cism en la India nunca ha echado raíces.
El crecimiento de un orden de Almsmen era como un experimento en la religiosa conStruftion â€"
exitosos en primer lugar. Las mujeres estaban ansiosos de tomar parte en la empresa ; el momento
propicio, caracterizado por una mayor libertad y respeto para las mujeres que habían sido hasta el
momento. Por lo tanto, no es totalmente sorprendente que se les permite unirse a la Orden, subjeft a los
mismos reglamentos ceremoniales como se había hecho para el subjeft almsmen, y a algunos otros dis-
ciplinary medidas elaboradas por su admisión. A medida que pasaba el tiempo muchas demostraron que
eran capaces de esta era la de la Magadhas countrf con la capital en Rajagaha (Rajgir). Ea^l de estas
fueron las de un gas, cuya ciudad principal era Campa ; al norte del Magadhas y al otro lado del
Ganges eran tribus de Vaj Vesali jis (jefe del pueblo), y más al norte el ilill mallas. Trama de la
Magadhas fueron los Kasis, cuyo jefe era la ciudad de Benarés en el Ganges. El Reino de los Kosalas
(capital Savatthi o &avasti) extendido al norte de los Kasis tan lejos como el Himdayas, y sobre
las fronteras septentrionales fueron solucionadas en el Sakyans y sus vecinos en el AET la Koliyas.â€
 XXIII

Introducción como los hombres de ganar o arahanship santidad, el objetivo supremo de la vida
religiosa. Las vidas de los demás provocó un aumento de la cantidad de pro- hibitions reftriftions y ser
incorporados a la orden de Almswomen.
En la lectura de esta cuenta no se debe olvidar que un proceso similar se está produciendo en el orden
de Almsmen. Tenían que ser sujetado tanto como a las mujeres por la disciplina de las normas. La
aproxi- mación a la igualdad de la mujer con el hombre indica la cantidad realizada por el Budismo
para las mujeres. Por otro lado, una lectura sin prejuicios del pali clásicos pone en alto relieve en el
importe realizado por mujeres como utilería y asesina de la religión.
El camino a la solidaridad de este apoyo y lealtad puede haber sido señalado por el mismo profesor.
Espero demostrar que él no lo hizo, como se suele decir de él, rencor a las mujeres su entrada en la
orden, pero que su compasión por los muchos-folk incluido, desde el principio, tanto mujeres como
hombres y animales.
Vio el potencialmente bueno, el potencial espiritual en ellos tan claramente como lo vio en los
hombres. Por lo tanto, eran su vida gastada en el mundo o en la comu- nidad religiosa, salva a sí mismo
ningún problema para mostrarles el camino a la felicidad, a la salvación â€" una forma que puedan
entrenarse para seguir por el auto-dominio.
Parte I EL LAICAS
CAPÍTULO I - La Madre I N La pre-Buddhi^t días el ftatus de mujeres en la India es en general bajo y
sin honor.
Una hija no era sino una fuente de ansiedad a sus padres ; es un disgi-ace a ellos y nefasto y si no
podían casarse con ella; sin embargo, si pudieran, a menudo eran casi arruinada por sus gastos
fastuosos- tura en la fiesta de bodas. Tampoco era de cualquier beneficio ceremonial a su padre, porque
ella era impotente para participar en sus exequias, y en los casos en que éstas no habían sido ya
asegurados por el nacimiento de un hijo, la angustia en el nacimiento de una hija era casi absoluto.
Puesto que la ejecución de los ritos funerarios se consideró

esencial para un hombre€TMs felicidad futura, que suelen casarse principalmente para ganar esta ena.
Por lo tanto, él considera su esposa simplemente como un niño-portador; y excepto cuando tomó parte
en ciertos sacrificios, y fue de importancia como la esposa del sacrificador, su vida transcurrió en
completa sumisión a su marido y a sus padres. Se le permitió poca autoridad en casa y ninguna parte en
público adlivities. Si la viuda, se convirtió en la posesión de su padre de nuevo, o de su hijo, y
recayeron en la insignificancia personal; aunque, como madre de hijos fue una excepción, que como tal
ocupó una posición única que fue debido a la respedt que luego le mandó.

El laicas durante la época budista hubo un cambio.


Las mujeres llegaron a gozar de una mayor igualdad y una mayor resped y autoridad que nunca les han
concedido hasta ahora. Aunque su adivities fueron confinados en ciertas esferas -principalmente la
domedic, social y religioso â€" su posición en general comenzó a mejorar.
La exclusiva supremacía del hombre comenzó a ceder ante el aumento de la emancipación de la mujer.
Este movimiento, si un desarrollo tan casi desorganizados, muda y unled, puede ser llamado un
movimiento, fue fomentada y acelerado por la inteligencia innata de las propias mujeres, hasta que se
reconoció que eran lo que estaban silenciosamente ckiming ser â€" responsable, racional de criaturas
con inteligencia y voluntad. Era imposible para los hombres, deeped tal como estaban en la enseñanza
Buddhid, por no responder a la condant pruebas en la vida cotidiana de la mujer en los poderes de
devoción, abnegación, coraje y resistencia. Dejaron de considerar a la mujer como la aproximación en
grado más cerca a los animales que ellos mismos; y, por el contrario, se hizo más consciente de las
similitudes entre hombres y mujeres. El Buda dio el Dhamma a ambos; también dio charlas a los
propietarios y a sus esposas.^ Añadido a esto, las mujeres establecer buenos ejemplos en conduft e
inteligencia.
Los hombres, por su parte, aprecia el Dhamma, y consintió -aunque tardíamente- en la ampliación de la
esfera de la mujer€TMs adivities. Así, en medio de muchas corrientes, intrincado pero potente, la
tendencia cambió en su flujo; y la posición de la mujer, como manifeded en asuntos seculares, se
convirtió en uno que ya no era intolerable y degradados, pero uno que era honorable y por lo tanto
tolerable; las mujeres fueron reconocidas en lad para ser capaz de trabajar como un condrudive fuerza
en la

sociedad del día.


Las marcas del cambio se hizo visible. Son significativos de la religión en virtud de la cual se deve- ^
Aiig.,ii., 57.
2
La Madre loped, y el papel que las mujeres tenían que desempeñar en cuanto a que la religión en sí y
defender- ing. _ El nacimiento de la niña ya no estaba reunido con los ojos abiertos y ruidoso-expresó
su desesperación, para las niñas habían dejado de ser despreciado y mirado como gravámenes.
Ahora estaban permitió una buena dosis de libertad. Matri- mony no se celebró ante ellos como el fin y
el objetivo de su existencia, y que no se las considera como algo vergonzoso si no casarse; pero si lo
hicieran, no eran ni ha^ened a un matrimonio temprano de los niños, ni obligados a aceptar al hombre
de sus padres€TM seleftion.
Princesas y damas de alto grado parecen haber tenido alguna voz en el asunto de la elección de su
marido.^ como esposa a una mujer no es un simple hogar Drudge, pero tuvo una considerable autoridad
en el hogar, la ubicó como su marido€TMs ayuda idonea, compañero y guardián, y en tanto lo temporal
y lo espiritual se considera como sus iguales y dignos de respeft. Como madre, ella era definitivamente
honrado y venerado, y su posición era inatacable. La labor de las edades ha hecho así, y así a través de
los siglos se ha mantenido intacto por el ir y venir del budismo. Como una viuda ella continuó su
camino unabused, libre de cualquier sospecha de mal augurio, no excluidos de las festividades
domeftic, probablemente capaces de heredar propiedades y, ciertamente, de la gestión de TI.^ una
mujer ha dejado de considerarse como una parte importante de su marido, tan completamente su poder,
que cuando se carece de él su vida prácticamente cesado. En el budismo, más que nunca antes, ella era
una persona al mando de su propia vida hasta la disolución del cuerpo, y menos de una mercancía sólo
se respetan si vivió y a un hombre.
Esa vieja dependencia completa, en la que la voluntad
nunca ^ Véase infra, p. 29 y ss. Therigatha, versículos 4,64, 465, 472, 479 ; la palabra utilizada es
vareyyam, matrimonio ; Therigatha Cmy.
xix.
^ Cf. infra, p. 7 5 •

3
Las laicas diversión(3;ioned sino a obedecer, fue desapareciendo gradualmente. También lo fueron los
populares conviftions que sólo como niños- portadores eran mujeres de cualquier cuenta, y que la
madre- el capó no sólo era su natural y casi único, pero sus fundtion mo^ importante deber, expedted de
todos y cada uno.
Estas nociones deplorables,â€TM- que ponía de relieve la esencial la inferioridad de la mujer al
hombre, y etiquetarse ellos â€" de acuerdo con el popular pensamiento indio del día â€" ju^l: unos
pocos grados mejor que los animales, se derrite. Las mujeres han sido consideradas como
pertenecientes a un plano intermedio entre los hombres y los animales, a quien los indios pensar como
estar en una relación real al hombre, diferenciándose de él simplemente en el grado y no en especie.
Pero con el crecimiento del budismo, mujer como spindter, esposa y viuda, con derechos y deberes no
se limita a la procreación, se convirtió en una parte integral de la sociedad.
Al examinar la posición de la madre, una funda- mental y ^Iriking aspeft de todo pensamiento indio es
encontrado, y uno que no es peculiar a los Budistas.
Ahí se muestra poco cambio en comparación con épocas anteriores. El budismo tomó dp el culto,
porque de hecho lo habían sido por edades', como él lo encontró y no hizo nada para cambiarlo. Que el
culto fue sorprendentemente es demostrado por la diferencia en el trato otorgado a Kisa- Gotami.®
fue llamado nobodyâ€TMs hija cuando se casó, y fue disdainfully tratadas por los países vecinos, hasta
que ella dio a luz un hijo ; luego pagaron su honor. Dado que, en la medida en que se conoce, esto
constituye un registro único en la literatura budista de tal cambio completo de la parte delantera de la
actitud adoptada por la mera esposa a que tomada a la madre, sirve para demostrar que el budismo no
â€TM C/. Winternitz, Die Frau in den Indischen Religionen, vol. I, pág. 22, para la declaración del
antiguo vistas : â€oe und So Wie die Frau ohne den Gatten nichts dorados, die Mutter nichts ohne den
Sohn, ift auch ein Madchen nichts ohne den Bruder. ... Así que iA es kein errante schon dass die Geburt
eines Madchens als eine Art Unglttck angesehen wird.† ^ TherlgStha Cmy. En Ixiii.
4

fomentar el culto de la madre. Pero tampoco detraft de ella. Hay mucha evidencia que apunta a la
mayor respeft comandado por mujeres en cada capacidad, que la madre homenaje sólo parece ser
menos evidente y menos prominentes porque se combina en la mejora de la posición de la mujer en
general. La maternidad ya no era la única razón para pagar por deferencia a las mujeres.
El culto de la madre (incluido en el servicio hizo que incumben a los niños a cuidar de sus padres, para
â€oe Brahma [Dios] es el ocuparte de padres € ^) puede dar cuenta de los muchos pasajes a
comienzos de la literatura india, el Sánscrito, el pali y Jain, que se refieren a los laicos y laicas, en los
cuales las mujeres son almolf invariablemente mencionado fir.^^t si sólo hay uno o dos pasajes de este
tipo, que legítimamente podían haber sido ignorados; pero su frecuencia, con el almo^ orden invariable
observó al referirse a los dos sexos, es tan marcada como para constituir la regla, y no pueden ser
ignorados. Además, tanto el Sánscrito y Pali palabras para los padres (en sánscrito, mata-pitri^ Pali,
matapitaro) son combinaciones de las palabras para la madre y el padre, en la que â€oe madre â€
precede  â€oe padre.† para ilustrar las frases â€oe hombres y mujeres †y â€oe
 padres,†algunas citas se han reunido en  azar de aquellos muy dispersos en la
literatura Pali. El Deva Ghatikara dice: â€oe mi madre y mi padre me mantuvo {mdtapettilharo asim)
†;® y  Gotama es decir â€oe esperando sobre la madre y el padre (mdtdpitu-upatthdnam) ...
€oe quienquiera que su madre y su padre mantiene {mdtapettibharoy^ ^ La convención sobrevivió en
días posteriores, como pasajes de la Milindapafiha mostrar: â€oeBy el moil y fatiga de la mujer ^ Ang.,
I, 132.
2 El reverso contiene bienes para ** almsmen y almswomen.
^ Samy. Nik., i, 5, § 10. ^ Sutta-Nipata, verso 262.
€oe Sarny. Nik., xi, 2, § i.
5
Las laicas y de hombres purisanan itthman-ca-ca. . . €oe el esfuerzo

de una mujer o un hombre (itthiya va purisassa)''â€TM^ hay un caso interesante, porque es una mezcla,
escrito como si nunca se hubiera producido en el escritor para hacer un diStindlion o dar prioridad :
â€oe por- explicando los puntos buenos y malos en joyas . . .
Wome?!, hombres, jóvenes, doncellas, hombres y mujeres esclavos . . . {Mani . . . Itthi-purisa-kumara-
kumari-dasa~dasi-
lakkhanam)"^ tres excepciones se encuentran definidos en el Samyutta Nikaya: â€oeas si muchachos y
muchachas {kumdraka va kamdrikayo) para salir de la aldea y â€oe cuando Radha, niños o niñas
{kumdrakd va kumdriyo) jugar con un poco de castillos de arena. . . . Pero Radha, tan pronto como los
niños o niñas se deshacen de la lujuria. . . Tales ejemplos casi solos.
La razón de este uso no está clara.
La teoría que surge únicamente como un detalle de estilo literario parece conceder apenas suficiente
explicación.
Tampoco puede suponerse que fue consecuencia de la pro- posición minent propias de las mujeres ;
para casi todos los demás fadts conocido con respecto a su situación, tanto en el momento en que los
textos fueron escritas y los tiempos que pretenden describir, apuntan a lo contrario. Las mujeres en la
India nunca fueron considerados como superiores a los del hombre, y en tiempos históricos que nunca
han vivido tan honrados como para procurarse por sí mismos y sólo por esa razón antes mencionar
verbal o registros literarios. Parece más probable, ya que la frase â€oe mujeres y hombres- y el
compuesto  -palabra para â€oe los padres- son comunes a todas las primeras Indian 
literatura, que sus orígenes están arraigados en algunas antiguas, el olvido de la organización social,
donde la madre-derecha y madre regla eran las características dominantes.
Esta opinión se ve corroborada por la costumbre, en vigor ^ Milindapafiha, ii, 3, 5, ® ldib., iv, 6, 58.
^ Los diálogos, i, 9. < Sarny. Nik., iv, 3, § 4.
® HID., xxiii. § 2 (2).
6
La madre durante la época Budista, de conformidad con el cual
los hombres dieron sus madres€TM nombres al describir su identidad.^ promiscuidad había sido
prevalente, esto daría cuenta de tal cuftom; pero aunque existen algunos registros de amor ilícita, la
con- demned praftice fue por la insistencia en la virtud de la continencia encontrados en toda la
literatura Pali, y formó la excepción y no la regla. Por lo tanto este uso de la madre€TMs nombre puede
ser tomado como evidencia contributiva a la creencia de que la madre€TMs exaltada posición era una
herencia de los días de antaño, y fue reflefted en la palabra para â€oe parent.†esto parece una teoría
más probable  que la basada en motivos puramente estilística.
La observancia del deber filial era considerada como una de las obligaciones más indispensables por la
cual los niños fueron atados durante la vida de sus padres, aunque no fue expedted para continuar
después de su muerte. La base de este deber es el reconocimiento anticipado de los hijos como una
especie de pago por ellos después de que han alcanzado a los años de discreción f para el cuidado, la
atención y el amor que sus padres se habían estibado sobre ellos, mientras estaban todavía bastante
joven, se pensaba que merecen un reconocimiento pleno. Algunas de las posibles maneras de hacer esto
se resume en el Sigalbvadasutta : â€oe en cinco formas ministro de un niño a sus padres como el barrio
oriental: una vez admitido por ellos, ahora voy a ser su apoyo; me llevará a cabo deberes que recaen
sobre ellas; voy a mantener el linaje y la tradición {kula vamsd) de mi familia; voy a hacerme digno de
mi herencia.†® para â€oe padres  ^ Por ejemplo, Majjliima, i., 150, donde Punna Upatissa y
dicen que son conocidos por sus compañeros en la vida superior como Mantani- putta (hijo del
brahmán dama) y Sariputta Mantani (hijo del brahmán señora Sari). Algunas veces, los hombres fueron
invitados a dar el nombre de sus padres, como en por ejemplo, Majjhima, II, 102.
^ para saber el significado de este término, véase infra, p. 28.
€TM SigSlvdldasutta TMâ, versículo 28, diálogos, iii, 189.
7
Las laicas hacer mucho para sus hijos; ellos sostienen y nutren y mostrarles este mundo.†^  es
significativo que uno de los pocos pasajes^ que no insiil abiertamente que los padres deben dar
capacitación, a fin de cosechar reconocimiento posterior se produce en la

Gran Homilía para legos : â€oe en cinco maneras en que los padres lo ministró a como el barrio
oriental por su hijo demuestran su amor {anukampantt) por él; se le reSlrain de vicio, ellos le exhortan
a la virtud, que enseñarle a una profesión, ellos contraft un matrimonio adecuado para él, y a su debido
tiempo entregar su herencia.† tales pasajes son raros. Normalmente no hay ninguna mención
de los padres€TM los deberes y responsabilidades de inSlrudlion, religiosos y seglares, hacia los niños.
Aunque existen diversas inSlances particular del cumplimiento de esperanzas mundanas, el progenitor
que pretende colocar al niño a dominar y domesticar a sí mismo, o para conocer el mundo de una
manera praftical, tiene poco lugar en BuddhiSf literatura.
En la crianza de sus hijos, los padres pensaron menos de su desarrollo y de su entrenamiento para llevar
la buena vida y enseñarles a progresos fielmente en el camino, que de inculcar en ellos un sentido de
gratitud y de endeudamiento. Raíz de la relación entre padres e hijos era, pues, análogo a la relación
entre el acreedor y el
deudor.
El deber de apoyar y reverencing repetidamente los padres fue trabajado, y la importancia que se
concede a esta rama de conduSl fue constantemente enfatizados en muchas exhortaciones y forzada :
â€oe Hijo, ¿no es el derecho de los niños a cuidar y apoyar a la vejez de sus padres V'^ â€oe a la madre
y al padre shouHA tú Mostrar humildad, hermano mayor demasiado, y cuarto a tu profesor.†**
 _ Ang., I, 6i ; cf, Ang., III, 132, donde en lugar de â€oe apoyarlos † dice_â€oe
producirlas.† ^ Sigdovadasutta, diálogos, iii, 189.
^ Los diálogos, iii. ; S.B.B., P. r8s, nota 5. < Sarny. Nik., VII, 2, § 5,
la madre Gotama informó haber hablado este verso a la orgullosa brahmán. Quizás sea un signo de la
potencia y la inmutabilidad de la vieja idea de que, de los cuatro objefts a quien la humildad debía ser
mostrado, la madre es colocado firft. Su importancia se ha insistido una y otra vez. No desvanecerse
durante el lapso de años, como un pasaje de Jataka testifica: â€oeA madre como un toro debe ser con el
reverendo honor coronado.†^ Aquí 

está representada como disfrutando exaftly la misma posición que ocupó en la antigua India, donde la
mujer como madre mandado un respedt lo contrario, desconocido para ella.
La noción que intervienen en la fabricación de un niño hacia atrás para que él pudiera decir, â€oe una
vez apoyado por mis padres, ahora voy a ser su apoyo,†^ fue que tales  conduft, además de
cumplir el derecho y razonable de los padres expeftations, aportaría también sus propias recompensas;
algunos en esta volviendo, algunos en el futuro becomings; como se muestra en las siguientes citas :
â€oe quienquiera que su madre y su padre se mantiene. . . .
En tal uno de los treinta y tres dioses ¿verdad confieren el nombre : †̃ Buena Man. â€TM â€oe en
forma normal -quienquiera hace mantener a su madre o a su padre, en esta vida le encantan los sabios
elogiar, y después de la muerte, él gana las alegrías del cielo.†^  Esta es la respuesta que
Gotama se dice que han dado a los ricos brahmin quien le preguntó si él no estaban haciendo bien en
mantener a sus padres.
Una de las consecuencias de los padres en este neglefting cada vez se señala a los brahmanes Aggika-
bharadvaja, según se informa, por Gotama: â€oeWhoso ser rico no es compatible con el padre y la
madre al viejo y el paft su juventud, permiten conocer de él como un ^ Jataka, 532. ®
Sigaldvadasutta, Diálogos iii., iSp.^ ^ Sarny. Nik., ix, z, § i ; c/i Jataka, 532 ; el versículo repite en
ang., I, 132.
* Sarny. Nik., VII, 2, § 9 ; Jataka, 537.
9
Las laicas outcast. Quienquiera trikes o por palabras que molesta a la madre, padre, hermano, tamiz, o
suegra, permiten conocer de él como un paria. El fracaso de un hombre rico para apoyar a sus antiguos
padres se dice que es â€oe la causa (de pérdida) para el perdedor (hombre).†^  ideas de este
tipo se convirtió en soldado en la vida de la gente y fueron los muelles de algunos de sus adtions. En
los estados de la sociedad donde la familia fue

tomada como unidad básica, tales expresiones- ejercer influencia considerables de una integración de
tipo. Tanto en el derecho canónico y en la literatura podt-canónica hay frecuentes referencias a los
niños â€" hijas así como hijos â€" quienes apoyaron a sus padres, si éstos habían dejado el mundo
como recluses® o si permanecieron en ella".* La misma marca el firdl dfamps de las siete reglas de
la Sakka conduft que Dios se dice que han querido llevar a cabo cuando él era un hombre : â€oe
mientras yo vivo, quiero mantener mis padres.†® que  esto debe ser citada en el
Dhamma,com- pada mentary® puede aducirse como prueba del agarre dlrong que la idea de la
reverencia y la gratitud filial celebrada el pueblo€TMs mentes.
Sin embargo, mucho niños podrían actúo€TM para sus padres y apoyarlos, sin embargo muchas
ofrendas que podrían llevar a los muertos y partió,® se pensaba ^ Sutta-Nipata, versos 123, 124. ^ El
versículo 97, "® V., iv., p. 286 ; Sarny. Nik., VII, 2, § 9. Pero cf. Apaitamba, ii, 5, 10 , 1
:â€oeTiiereasonsfor(cuyo]i)la mendicidad(isperniissib]'nosotros' somos) . . . El deseo de mantener la
propia€TMs padre y madre,†y Manu, iv, 4, donde se dice que  brahmán puede subsift por
mrta, alimentos obtenidos por la mendicidad, aunque Manu x., 113 dedares que espigando los oídos (de
maíz) es preferible a la aceptación de regalos. Es posible que los brahmanes que apoyaron su madre en
Sarny. Nik., VII, 2-9, no fue un solitario.
€ ̃ H.g., Dhp. Cmy, en verso no. €oe Sarpy. Nik., xi, 2, § i.
€oe Dhp. Cmy. En el versículo 30. €TMâ TM Ang., III, 43.
® Hid. Esta razón muestra rastros de influencia brahmánicos y pueden por lo tanto ser posterior a los
textos de acreción. El budismo no considera que los muertos necesitaban ayuda humana de la misma
manera que los vivos ; ni que eran dependientes de esas fuerzas externas como oflerings afts y para la
preservación de su bienaventuranza en el devenir al que habían ido.
10
La madre que difícilmente podrían pagar los beneficios que había sido derramado sobre ellos. Llegó a
ser enseñado que sólo hay una manera posible de cumplir la deuda. La carga de la enseñanza de la
disciplina y doftrine hicieron caer sobre los niños, y como podrían ser expefted desde el monje-
editores, es por el cumplimiento de esta obligación que los niños se dice que son capaces de pagar sus
padres d así toda la literatura Pali superadded fundtions religiosos eran para las tareas domésticas,

explícita o implícitamente. Por ejemplo define Buddhaghosa â€oe mantener el linaje y la tradición- no
 disipando la propiedad; si es necesario, restaurar el honor de la familia; y el mantenimiento de
regalos al almspeople^. Uno de los de esta persidlent effedts indtrudfion reverencia a los padres fue la
gran autoridad que aportara a la madre en el hogar. Más que esto. .
Desde su regla es usualmente benigno y sabio y guiada por affedlion, ella mantuvo su mantenga
durante su infancia€TMs lealtad. Por ejemplo Anuruddhaâ€TMs madre declara su amor por su hijo en
términos elogiosos : â€oe Mi querido hijo, incluso como el ojo es querido a quien la posee, pero un ojo,
e incluso como el corazón, por lo que son muy queridos para mí,†y fue recompensado por su
obediencia a sus deseos .® La madre fue el pivote alrededor del cual mucha devoción y
admiración genuina giró, y ella bien merece su papel como el buen amigo que habita en el hogar.^ la
abnegación de la madre, su disposición a luchar hasta el final, si es necesario, para que la vida de su
hijo, haciendo caso omiso de su propia seguridad- fue un rasgo común, y en un solo lugar, es almoft
desenvoltura Se inserta como un símil para el cultivo de â€oe un ilimitado (amable mente) hacia todos
los seres,†ju^f como â€oe una madre a riesgo de su propia vida  vela por su propio hijo, su
único hijo.†® un toque- ing sftory  es contada de la madre de un estoico deformado ^ Ang.,
I, 6i. ^ ^ Diálogos, iil, 189.
^ Dhp. Cmy. En el versículo 17. €oe Samy. Nik., i, 6, § 3.
® Sutta-Nipata, verso 148 .
1
lyAYWOMEN monstruosidad de un niño.^ porque él era tan repulsiva, la gente se negó a darle
cualquier alimento, y se hundió en las profundidades de la pobreza. Pero aunque casi muriéndose de
hambre que ella no lo abandone, â€oe para grande es el amor de una madre por el hijo que ha llevado
en su seno, y a fuerza de dejarlo en casa y saliendo solo recibió alimentos en apoyo de ella.â€
€TMs amor de la madre de su hijo es frecuentemente representadas como más intenso que el
padre€TMs. En la historia de una madre que se negó rotundamente a abandonar a su hijo,^ El padre
corta un lamentable cifra. Instó a su esposa a desertar al niño, -utilizando los desalmados argu- ment,
â€oe esposa, si vivimos tendremos otro hijo †; 
pero cuando ella respondió con la decisión â€oe nunca pude echad un niño vivo esperó hasta que
volvió a su vez llevar a su pequeño hijo. Él entonces sur- reptitiously le dejó debajo de un arbusto y
reanudó el viaje, cuando descubrió la artimaña la madre era diSlrafted; lloraba, â€oe marido, no me
mates,† y herã a su pecho y llorando ella prevaleció sobre él para volver y recuperar a su hijo.
Un pidture de su bebé llorando en el miedo y la soledad puede haber saltado a su mente. Sin embargo,
no fue sólo la energía de los niños que residen en sus lágrimas (ronnabala darakaf que unía a sus
madres a ellos; hay algo más profundo y Wronger incitarlos a preservar sus vidas, no puede explicarse
por un proverbio como â€oe una madre€TMs corazón esté tierna.†^  otro ejemplo de esta
madre dominante es el amor de la madre de itory Angulimala, el ladrón.® El padre declara, â€oe voy
a tener nada que ver con hijos de ese tipo.†fue contenido a permanecer pasiva  y no hizo
ningún esfuerzo para evitar que su hijo cometa afts de robo, ni a él desde arredf proteft por el rey€TMs
fuerzas. Pero la madre no podía tolerar la ^ Dhp. Cmy. En el versículo 62. ® Dhp. Cmy, en los
versículos 21-23.
^ Ang., IV, 223. * Dhp. Cmy. En los versículos 21-23.
® Theragatha Cmy. En cclv ; cf. Majjhima, ii, 97, 98.
12
La madre pensaba de tales desastres j y â€oe ella en amor, tomó pro- visiones y enunciados diciendo:
†̃ traeré nay hijo y él ^op.â€TM- por lo tanto, hay fuerza en el símil,  â€oe graciosa a él como
a su madre, a su hijo único,†^ utilizado para describir la actitud de los dioses (o â€oe  bueno y
recto hombres de auto-control †) para la pru-  dent hombre que les hace regalos.
Tal Tories dar alimento para el pensamiento y la inclinación a preguntarse si no sería más fiel a la
realidad para sustituir a â€oe madre€TMs amor †para â€oe padres€TM â€TM⠝ TM en la
frase â€oe más fuerte que los padres€TM el amor no es nada aquí.†®  madre-amor de las
hijas se ilustra en estos
trastornos como Ubbirl® pone de manifiesto cuando su hija murió, o como Sumedhaâ€TMs madre^
demostró cuando su hija le propone entrar en la vida religiosa. Puede ser justamente argumentó que
esto se debió más al temor de

perder prácticamente un 'Dear menor que la esperanza de ver a su hija de forma correcta y segura
casado â€" la idea que prevaleció en la antigua escuela de pensamiento. Para una cer- tainly no puede
leer las historias de estos antiguos días sin darse cuenta de que una de las características más destacadas
de la vida doméstica fue la profundidad del amor de madre de los niños de ambos sexos.
La affeStion de padres para sus hijas posiblemente fue reforzada por la fa6t que ya no se cree que
cualquier necesidad ceremonial de los hijos. Encuentra una vívida expresión en uno o dos pasajes en el
gatha Therl-. Sumedhaâ€TMs padre era â€oe en sintonía con el luto en su propuesta de introducir la
orden, porque la amaba mucho que porque quería ver a su matrimonio. Igualmente es el principio de la
fuerza Isidasiâ€TMs de reanudar su vida. Ella dijo que su padre habitaba en Ujjeni.
€oe su única hija. Yo, de su bien amada, el cariño preciado tesoro de su vida.†® 
^ Maldparinirvanasutta, i, 31, ® Therigatha Cmy. a xxxiii.
® Ib ,
13 de
Jataka, 444 * Therlgatha, Ixxiii.
Therigatha, verso 405.
Las laicas ese ^tory del joven ilu Samavati^tarifas la naturaleza recíproca de este sentimiento.^ §lloró
y wailed y lamentó â€oe por la desgracia que había caído sobre ella en la pérdida fir^t de su padre y de
su madre.†se hace constar que la mujer de  Savatthi en la muerte de su madre se convirtieron
en â€oe enloquecido y junto a ella, iba desde Afreet a calle y de cross-road para cross-road diciendo :
†̃ ha visto mi madre ? ¿Has visto a mi madre y otra mujer de Savatthi cuando murió su padre iba
preguntando : â€oe ha visto mi padre ® La madre, enfrentando peligros para sus hijos, fue

tomado como el heroico sacrificio de tipo indio de la femineidad. Asimismo, carente de la madre de su
hijo, su posesión, y no la esposa de luto por su difunto marido, su poseedor, vino a ser considerado
como la Mulier Dolorosa, teniendo en cuenta la posición otorgada a la madre por razones sociológicas.
Sin embargo el intrépido, devoto, entusiasta mujer estaba allí todo el tiempo, sacrificar a sí misma y
enfrentan difi- cultades para su marido€TMs bien nada menos que para sus hijos€TMs. Pero debido a
que la esposa€TMs posición fue más humilde y menos honorable de la madre, la esposa de TMs€como
tal nunca fue exaltado a la venerable antigüedad de un tipo.
A pesar de las exhortaciones, a pesar de los preceptos, a pesar de las promesas y las amenazas de los
desiertos para ser cosechado aquí y en lo sucesivo, la familia friftion y peleas fueron obligados a mar la
paz -del círculo interno de vez en cuando. Los registros de tales disensiones entre padres e hijos, sin
embargo, son pocos y distantes entre sí como escasamente a difuminar la impresión acumulativa de
hogares felices, empujado por el aliento del amor contento. Tienen que ser buscado diligentemente
entre una masa de material todos apuntando en el contrario direftion, y sólo unos pocos se encuentran.
Esto se debe en parte, sin duda, ^ Dhp. Cmy. En los versículos 21-23. ^ Majjhima, II, 108.
® ib., II, 109.
14 de
la madre a la falta de intereft mostrada por el monje-editores de textos en cualquier pero monadic
preocupaciones. No eran historiadores sociales y, por lo tanto, rara vez se grabó el funcionamiento
interno de la casa.
En el Vinaya del caso de un joven está citada.^ se dice que han peleado con sus padres y haber salido
en un pepand se unió a la orden de Almsmen.
El motivo de la querella no es dado. La causa que parece más a menudo han llevado al problema fue la
presencia en la mayoría de los hogares de la suegra de la esposa.^ parece haber sido particularmente
difícil para una esposa para seguir la máxima que rogó su â€oe crezcan sabios y virtuosos, su
marido€TMs madre revâ€TMrencing, verdadera mujer.†® hijos, cuya morada a sus madres a
menudo  compartidos, eran como un imperio bajo tanto sus esposas€TM influencia, que eran
incapaces de ^levántate para la madre o el padre. Con vidas arruinadas por sus hijos, padres€TMs
ingratitud son a veces grabados en han

abandonado el hogar para las personas sin hogar ftate. La viuda Bahuputtikaâ€TMs propios hijos y sus
esposos y esposas trató tan unkindly que ella decidió adoptar la vida religiosa.^ contra estos casos,
ejemplificando la relación tradicional con los suegros, destaca el ^lory de la esposa de un gran
comerciante que fue curado de dolores en la cabeza, desde que ella había estado sufriendo durante siete
años. Cuando ella fue restaurado a la salud, su marido y su hijo y nuera todos dieron el médico grandes
sumas de dinero, al parecer fuera de gratitud para su recuperación.® en vista de estas fadts â€" la
devoción de los padres, ^ MV,I,48.
^ Therlgatha, xlv. ; Dhp. Cmy. En versículo 1 1 5 â€" whicli referirse posiblemente a la misma mujer ;
y Samy. Nik., VII, 3, § 4 ; Dhp. Cmy. En el versículo 324, donde el ftory se repite.
® Samy. Nik.,., 2, § 6.
Las laicas
el honor debido a ellos, y la obligación contraída con ellos â€" {matughatakdf matricide y parricidio
(^itughatakdf mu^t se han mirado como terribles crímenes, y, aun descontando la prohibición general
impuesta a la privación de la vida, tan intensamente reprobable. Es charadteri^tic del Budismo, puede
ser comentado de pasada, que el castigo de esos delitos nunca fue â€oean ojo por ojo.†
dlatidlical puesto que no hay ninguna evidencia para casos de parricidio o matricide â€" más que para
otros eventos de aquellos primeros días â€" no existe ninguna forma de determinar su frecuencia; sino
que los praftice prevaleció hasta cierto punto se puede inferir a partir de su inclusión en los diversos
grupos de las descalificaciones de monadic derechos mencionados en el Vinaya:®, estas fueron
formuladas únicamente cuando algunos particular indlance había llegado a Gotamaâ€TMs aviso, y
nunca como meras hipótesis. El único caso de matricide grabado en el Vinaya es inocente de todos los
detalles en cuanto a la causa de la adlion, el núcleo de la cuestión sólo se conserva: "En ese momento
un hombre joven privó a su madre de la vida.†^ El siguiente capítulo  registra un caso,
igualmente carente de detalle, accesorio de un joven a quien cometió el delito de parricidio.® en sus
tratando de ingresar en la orden y confesando sus hazañas, reglas generales fueron formuladas a la
effeft

que nadie que era culpable de matricide o de parricidio debe recibir la ordenación Upasampada; y si ^
Cf. â€oe Matr-vadha †̃ matricide â€TM es mencionado como un delito muy grave en el Kausitaki
Upanishad (III, i), Pero como uno que pueda ser expiado por el conocimiento de la verdad.†(el
asesinato del padre ia también hombres- cionado  aquí como un delito grave.) â€oe Matr-han
â€TM †̃ matricide,â€TM †̃ madre- killer,â€TM ocurre en una oferta védicos mencionados por el
comentarista en Panini.†Macdonell y Keith Fedk  Índice de Nombres y temas, Londres, iqiz,
vol. II, pág. 151.
€oe Cf. â€oe †̃ Pitr-kan,â€TM †̃ parricidio,â€TM se encuentran en el Atharvaveda, Paippa- lada
reseña.†Macdonell y Keith, loc. cit., vol. I, pág. 530.  ® MV., I, 64, 2 ; ii., 22, 3-4; ii., 36, 1-
3; iv., 14, 1-3; viii., 30 1-3; ix., 4, 2 ; ix., 10, 4.
*MV,i., 64. ^ Ibíd.
16
La madre tal, uno había recibido él, deberían ser expulsados de la Orden. En el Milindapafiha^ se dice
que quien ha matado a su madre o su padre no alcanzará a Insight en el Dhamma, la ocurrencia de estos
delitos también puede deducirse de la máxima que ocurre tanto en el Majjhima^ y en el Anguttara:®
â€oe Es imposible para un hombre de visión, pero es posible para un hombre común, para llevar a su
madre TMs€ â€" o su padre TMs€ â€" la vida.†La mención anterior de matricide  sugiere un
argumento más en favor del alto honor tributado a la madre.
Esta antítesis entre los hombres que son capaces de cometer estas afts y quienes no lo son, a la vez
pone tales conduft en una clase que está en leaft a no ser emulado.
No se menciona aquí manifiesta su naturaleza censurable, sino que esta es sin duda la conclusión que
puede extraerse es discernible en la forma del aforismo, que es, por tanto, de conformidad con la
actitud adoptada en el Vinaya. De ahí que â€oe es ciertamente sorprendente, como Max Mtiller dice,
para encontrar los dos siguientes versos del Dhammapada aparentemente totalmente fuera de armonía
con la tendencia del pensamiento contemporáneo sobre este subjeft:
â€oe un verdadero Brahmán va scatheless, aunque él ha muerto el padre y la madre, y dos valientes

Reyes, aunque él ha destruido un reino con todas sus subjefls.


€oe un verdadero Brahmán va scatheless, aunque él ha muerto el padre y la madre y dos santos Hngs,
y eminente hombre además.†'^  tal incoherencia apenas parece admitir de ninguna
explicación, aunque editores modernos han gastado 1 Milindapanha, iv, 8, 53. ^ Majjhima, III, 64, 65.
® Ang., I, 37.
^ Dhamniapada, :X 94 "^ 95 * Los puntos en el moderno contro- versy correft en la interpretación de
estos versos, véase la nota sobre los versos, S. B. E., X., znd ed., pág. 71.
17
B
Las laicas mucho ingenio sobre ella. La almsmen seguramente estaban asombrados, como se informa
en el comentario sobre estos versículos, y apenas podía creer a sus ojos o a sus oídos cuando se les dijo
que un anciano quien vieron caminando en su mitad^l había matado a su madre y su padre.
La madre-homicidio habrían sido cometidos por Rohini,^ no sólo en este devenir, sino también en ex
becomings, no puede catalogarse como matricide verdaderamente.
Ella parece haber sido una niña insensata, mientras balancea una peneana en el intento de matar
algunas moscas que se habían
asentado en su madre€TMs cabeza, tuvo la desgracia de matar a la anciana directamente, sólo para
lamentarse por ella en vano.
Con la excepción de estos pocos casos, la ONU- rompe el silencio del resto de los textos sobre la
matricide subjedl de puntos a la conclusión de que era más bien un ocasional que una característica
habitual de los tiempos.
Referencias a parricidio entre los plebeyos también son extremadamente escasos. Recibe regalías más
aten- ción. El comentario Sumangalavilasini^, uno de los más tarde Buddhi^l: libros, comentarios con
calma, como si se tratara de

un evento ordinario, que los cinco reyes habían sido asesinados por sus hijos. Sin embargo, aunque la
población en general no debe ser juzgado por la divinidad la cobertura un rey, es probable que los
monjes que había editado los textos más interesada en la vida mundana, habrían insertado más registros
de este delito. Para todo el mundo, y no sólo allí donde la sociedad consiste en parte de las personas en
un estado bajo de cultura, matricide y parricidio ocurren; por tanto, ser irrazonable expedt una
excepción en favor de la India budista.
^ Jstaka, 45. ® Sumangalavilasini, I, pág. 136.
Capítulo II La hija t él Védica y la Buddhifi: épocas están marcados por una diferencia notable en la
posición de las mujeres como hijas. En los primeros días, hasta que se casaron, hijas eran aptos para ser
considerado como des- cargas de bienvenida, y el nacimiento de una niña era visto como una maldición
absoluta almoff o cata- iffrophe^. Pero en el momento de la subida del budismo y durante sus primeros
días, el de las mujeres solteras ffatus fue mayor de lo que había sido nunca antes en la India â€" y,
podemos agregar, de lo que ha sido desde entonces. Esto se reflejó en el sentimiento popular: entre la
gente común era el niño (j>utta) como tal, y no el hijo como opuesto a la hija, que era la de los
padres objeft€TM affeftion, y el centro de sus esperanzas y aspiraciones.
Hay varios pasajes que se refieren a â€oe † infantil sin especificar el sexo.®, por ejemplo,
en el paraíso, es Suttas ados : â€oe un padre de los niños (pÂ"/- marítima) en sus hijos (j)uttehi) se
alegra;†® y â€oeNaught  amor somos como nos encanta el niño (j>uttd) que es
nuestra.†^  ciertamente ambos pasajes se dice que han sido pronunciadas por el Deva, y para
nuestros fines presentes las respuestas atribuidas a Gotama â€" con una velada advertencia
parcialmente y una negación â€" no son pertinentes." _ La devaâ€TMs palabras, por otro lado, son
ilustrativos a este respecto ; para él no es un mero tipo de humanidad, ^ Cf. Macdonell y Keith, loc. cit.
Vol I, pág 487 ; y Wintemifz, Die Frau- en den Indischen Religionen, vol. I, pág. 21 y ss.
2 Cy.'Nanda Pandita, Dattaka MlmSnsa, tr. J. C. C. Sutherland en la Ley hindú Libros, ed. Whitley
Stokes, Madrás, 1865, pág. 616, donde el uso del término Piura para referirse a ambos sexos es
discutido.
® Sarny. Nik., i, 2, § 2. * 2, § 3.
19

Las laicas
a su prójimo hombre de otros mundos/ presentado aquí como portavoz de los hombres y mujeres que se
reunieron en la vida diaria?
Gotama parece haber apoyado a los progresistas en el incipiente conflicto de nuevo^ el predominio de
los viejos puntos de vista; especialmente en la admonición amablemente que se dice que han dado al
Rey Pasenadi de Kosala, al descubrir que no estaba complacido de que su Reina Mallika budista había
dado a luz a una hija.^ Esta es la única manifestación de la vista avanzada que una chica â€oe puede
resultar incluso una mejor descendencia †de un muchacho. A pesar de la Maestra €TMs
ejemplo, es ominoso que no hay eco, no hay renovación de esta vista en los textos. El Gafi que esta
observación solo luchado a través de la edición realizada por los monjes, y que en ninguna otra parte
justificadas o repetido, nos lleva a suponer que aquí un verdadero Gotama-diciendo, y no monk-talk, ha
sur- revividos. Como tal, es inmensamente valioso. Por otro lado, en ningún otro lugar en la literatura
Pali es dis- satisfaddon grabado en el nacimiento de una hija; y Pasenadi, después de todo, aún no se
había convertido al budismo. Con esta excepción, aunque no hay registros de alegría por el nacimiento
de una hija, no hay registros de consternación, de clamores levantados, o incluso de decepción natural.
En una palabra, no hay ninguna evidencia literaria para suponer que los varones son más bienvenido
que las niñas. En Fadl, en una no desdeñable de la población seddon niñas eran preferibles a los
muchachos.
Se dice de las cortesanas que, si tenían niños a todos â€" muy dudosa bendición a la gente en sus
circumftances â â€oe tendrán cuidado de fuelle en una hija, pero no un hijo,_ para es a través de una
hija que su línea de negocio se mantiene.†® Con esta excepción  el nacimiento de hijos o de
hijas, en cualesquiera circunstancias
C. A. F. Rhys-Davids, â€oeBuddliism y el negativo,† y.P.T.S., 1934-26 ; cf. infra, p. 116.
€oe Saniy. Nik., III, 2, § 6.
® Dhp. Cmy. en versos zi-23.
20
P- 13.

La hija de miradas, se reunió con una recepción no relacionadas con el sexo del niño.
Casos particulares de añoranza por un niño, hijo o hija, no son pocas veces mencionado. Reyes,â€TM'
a veces estimulada por su pueblo,^ nobles,® y, de hecho, mo^t personas sintieron la necesidad de
preservar la línea a fin de perpetuar la raza y la mano' en la propiedad.
El rico propietario Maha-Suvanna (Gran riqueza), que no era ningún verdadero budista, era sin hijos.'*
de acuerdo a la costumbre, revestidos de un gran árbol con banderas y estandartes,® como los
Hindúes hacen a día, e hizo el siguiente voto; â€oe debo ser concedido un hijo o una hija, yo le pagará
gran honor.†no es  imposible que la actitud más racional del budismo hacia la mujer ya había
influido Maha- Suvanna, incluso si sus creencias animistas estaban aún intactos. Y Kasiraja
Brahmadatta®*^ y una mujer brahmán® están todos registrados que han levantado una oración por
un hijo o una hija. Por lo tanto, las nuevas ideas fueron penetrando en la opinión pública. La misma
interpretación se podrán poner al Príncipe Bodhiâ€TMs intenta wre^l el secreto del futuro.® creía
que el signo sería la misma si estuviera destinada a tener un hijo o una hija. Esto marca un cambio
estupendo de la vieja manera de pensar; para los hindúes nunca habría deshonra a sí mismos en sus
propios ojos por la presunción de que el signo de una hija, una maldición, un don nadie,â€TM®
podría ser exactamente la misma que la de un hijo, la eventual intérprete de su padre€TMs día de sus
exequias fúnebres.
También muestra que el nacimiento de los niños se considera como eminentemente deseable, si era o
no un hijo.
1 Jataka, 531. " Jataka, 531, 538.
V., iii., p. 18. €TM DKP. Cmy. en verso i. _ €oe una especie de rito de la fertilidad. Sobrevive hoy
en día en el Hinduismo.
® JlCtaka, 521. €TM Ibid., 538.
Ibid., 509. €oe Dhp. Cmy. En el versículo 157, â€oe 'Winternitz, Die Frau in den Indischen
Religionen, vol 1, pág. 24 y ss.
21

El laicas para el budismo no suscribirse a la creencia, de pre- importancia dominante en los ojos de los
hijos de los brahmanes, que eran esenciales para su padre€TMs traducción heavend segura la ausencia
de esta creencia es también corro- boratado en dos formas prácticas ; firft extraída una cierta penuria de
mujer€TMs mucho, en el Budismo, aunque el marido podía poner lejos de su esposa si ella era estéril,
no podría hacerlo si ella tuvo hijas onlyd y segundo que obviaba la necesidad de que, en los casos en
que no existen los descendientes varones, para adquirir â€oe subsT;itutes para un hijo (para prevenir)
El fracaso de las ceremonias (funeral).†®, por lo tanto, si los hijos fueron adoptados,  los
motivos por los que solicita dicha empresa eran el amor, la compasión, o el deseo de compañerismo.
La adopción de hijas fue probablemente una in- novación.^ esta feliz suerte befel al juvenil Sama- ' en
el Brid. Upanishad, III, 5, i : â€oe el deseo de los hijos es un deseo de riquezas, un deseo de riqueza es
un deseo de mundos.†Cf, Manu,  ix., 137 por un hijo â€TMa hombre conquista mundos ; por
un hijo€TMs hijo no goza de la inmortalidad ; y después por el hijo de un nieto que llega a la morada
solar.†â€oe  entre los hindúes, la mujer podía ser repudiada, o tomar una segunda esposa, si la
fir^t no dio ningún hijo.
® Manu, ix, 180).
* Nanda Pandita, el autor de la Dattaka MirnSnsa, dice que hijas€TM hijos son igualmente eficaces
como sonsâ€TM hijos en la realización de los ritos funerarios . De ahí el fracaso de la verdadera hija
legítima, en aras de la obtención del cielo adquiridos por los daughterâ€TMs hijo, un sub- institutos
para la hija puede ser establecida. Cinco tipos de filial hijas son mencionados. Casos indicando el
sustituto de una hija se encuentran en los Puranas. El autor de la Dattaka MirnSnsat hinks que las frases
â€oe dado, ... vamos, . . . Será dado, . . . Habiendo^ dado,†indican que la mujer sin hijos  dada
al rey, asemejándose a la hija legítima, es un sustituto de la cuestión. Esto se refiere a la Santa en el
Ramayana, la hija adoptiva de Lomapada. Un_ indicación de una hija es encontrada en el Maha-
bharata, â€oeKunti Prtha hizo su hija.†ella era la hija de  Gandusha, hijo de Sura, y su reina
principal. También hubo ese Sunandika brahmanes, cuya esposa era estéril, â€oe sí haber tomado su (en
adopción), â€" Susila, que era el hijo de otro.†Kanva  adoptó una niña abandonada. Estos dos
últimos se mencionan en los Puranas. Dattaka MimansS, trans. J, C. C. Sutherland, en 22

la hija vatf hindú, quien, después de que habían quedado huérfanos por el brote de la peste, fue
adoptado por el dueño de la casa Mitta.
Él estaba profundamente conmovida por la historia de sus sufrimientos y lutos, y dijo ; â€oe hasta
ahora ha
sido la hija del gran comerciante Bhaddhavatiya, pero desde ese día en adelante usted será mi propia
hija.† otra instancia ocurre en el Dhammapada com- mentary; un cierto rey, se dice, tomaron
Kana y â€oe como su propia hija mayor.†^  no hay registros de cualquier mujer que adoptó a
un niño o a quien le dio un hijo en adopción. No es posible saber si ese procedimiento habría sido
prescrito por Vasistha,® â€oeLet no una mujer dar o recibir un hijo en adopción ; a menos que con el
consentimiento de su marido.†esta cláusula de la^t  descarta la adopción por las viudas. El
ceremonial había necesidad de hijos ha sido parte del credo budista, registros de adopción
probablemente habrían sido más numerosos.
Sin embargo, sostuvo que, por el contrario, que la libertad y el nirvana son alcanzables para los
indigentes de crías (j>utta).
De hecho quienes entran en el modo monadic swifted, considerada la forma de llegar a "nirvana,
estaban obligados' para librarse de la desafectación de la esposa y de los niños.
A menudo se entregaron a sus hijos a los tutores,^ pero estos no pueden ser considerados a la luz de los
padres adoptivos.
Desde el público en general no considera el nacimiento de las niñas como un desastre, se deduce que la
costumbre del infanticidio femenino â€" que nunca parece haber echado raíces en la India â€" si
obtiene en los tiempos Buddhift, mu^l han sido extremadamente raros. Varios
libros de derecho bien fundamentados, ed. Whitley Stokes, Madrás, 1865, cap. vii., p. 519. De-
Macdonell y Keith, loc. cit., vol. II, pág. 498 : â€oe El Panis ofrecen a adoptar como su siffer Sarama,
pero este uso no se aplica ... a los seres humanos ordinarios.† Dhp. Cmy. En los versículos 21-
23.
^ Ídem, en el versículo 82; véase más adelante en la pág. 38.
Vasistha, 15,4. * Véase infra, p. 2 1 5 .
23
Las

razones laicas confirmar esta hipótesis. En el abeto^t place, el praftice no encontró ningún favor ni
recomendación entre los textos brahmánicos^. Por lo tanto no había el sandtion de tradición. En
segundo lugar, cuando el budismo surgió en el mundo, el doftrine de ahimsa (sin lesiones), aunque
nunca totalmente sandtioned excepto por los Jainas, celebró una moderada influencia sobre el conjunto
de la India; y sería ciertamente cubrir el asesinato de un ser humano indefenso. Tal aftion habría sido
considerado como una fuente infalible de hoft de mal karma, y por tanto ser evitado enérgicamente por
el prudente. En tercer lugar, la abstención de asesinato fue uno de los cinco Silas de el código
fundamental de la ética budista, establecidas para los laicos y el recluses por igual. En cuarto lugar, las
condiciones económicas en la India desde el séptimo al cuarto siglo a.c. parecen haber sido bastante
floreciente.^ además la ausencia de sacrificios obviaba la necesidad de cualquier infanticidio sacrificial
â€" de los que, por otra parte, los niños eran generalmente la viftims en India.
Si el infanticidio nunca fue praftised en la India budista, salvo a veces por las cortesanas,® todavía no
era inimaginable e inimaginable, y la idea de que a veces entra en otras personas€TMs mentes. Un caso
notable se produce en el Sumangalavilasinl^. La señorita conocida como Ajatasattuâ€TMs madre
estaba ansiosa por matar a su hijo por nacer. En sus ojos esta aftion sería justificable; porque había oído
que este niño prediSted resultara ser un parricidio. Pero desde que fue disuadido por su esposo y a su
debido tiempo llevaba un hijo, esto constituye un caso de infanticidio contempla únicamente, y no un
aftual uno. Tampoco puede el intento de ^ Winternitz, Die Frau in den Indischen Reiigionen, vol. i., p.
24 ; A. B. Keith, vincular la religión y la filosofía de la Veda y Ufanishads, Harvard Univ. Press, 1925,
pág. 475 ; Macdonell y Keith, loc. cit., vol. i., p. 487 : â€oe no hay ninguna prueba de que los indios
védicos praftised la exposición de las niñas,†Cf. p. 395 ; vol. II, pág. 1 14. ^ Cambridge HiRory
 de India, vol. I, pág. 219.
^ Véase infra, p. 89.
* Sumangalavilasini, I, pág. 136.
24
La hija de un padre a abandonar a su hijo a una muerte casi segura^ puede considerarse como un caso
de infanticidio ^trift, pues era

bastante no premeditados y simplemente adoptó como un posible plan para desembarazar a sí mismo y
a su esposa desde un destino que parecía desesperada.
El asesinato del niño debe distinguirse de los infanti- cide. La historia de los intentos de la gran
comerciante de Kosambi para matar al muchacho, de quien se decía que estaba destinada a convertirse
en el jefe de gran comerciante de KosambP es un ejemplo de la antigua ; para no era su propio hijo,
sino que de otro, a quien quiso poner a la muerte.
Así, también, fue el de la estéril mujer adtion® que ha causado el aborto dos veces en la mujer que fue
fructífera su co-esposa y, finalmente, la muerte del bebé justo antes de que naciera.^ realmente no
existen registros en la literatura Pali de infanticidio adecuado.
El Védica y la budista épocas convenidas en respedl: de infanticidio femenino; una diferencia entre
ellos aparece en la actitud adoptada para la mujer soltera. De acuerdo a la pre-BuddhiSl pensamiento,
una mujer€TMs plain deber era ser casado;® y aunque esta idea nunca fue completamente
reemplazado, la fuerza de la idea de que sean solteras era una vergüenza en una mujer disminuida en el
Budismo.
Una mujer ya no se sienten obligados a casarse para salvarla , auto-respeft y la de su familia, sino que,
por el contrario, descubrió que ella podía honorablemente permanezcan solteros sin correr el guante del
desprecio público. Que ^ Dhp. Cmy. En los versículos 21-23? Supra, pág. 12.
^ Ibid., cf. Jataka, 454. ® Dhp. Cmy. en verso ;.
* El asesinato de un embrión, fue considerado como un mo^t delito grave.
Brid. Upanishad, iv, 3, 22. Cuando un hombre tiene â€oepassed más allá de todos los dolores del
corazón †entonces â€oe de^royer del embrión se convierte no  destructor de un embrión.â€
Cf. Kausitaki Upanishad, III, i. La culpa  efectuados por matar a un embrión puede ser expiado
por el conocimiento.
® Cf. Macdonell y Keith, loc. cit., vol. i., p. 30, â€oe es un epíteto amdjur denotando doncellas †̃
que envejecen en el hogar â€TM sin encontrar marido ; o bien, como lo son otros lugares llamados †̃
que sentarse con su padre â€TM {pitr-SAD).†
25
Las laicas una sola vida era un esperado la vida, una vida abierta a scoffs y escarnio, se convirtió en
gran medida en un anacronismo. Des- afortunadamente sólo marcó una etapa pasajera, para las viejas

nociones sobre las mujeres estaban demasiado profundamente arraigados para ser fácilmente o
erradicado completamente, incluso por los esfuerzos de uno que mandó a tan gran y vasta resped: como
hizo Gotama. Por el momento que el Milindapanha fue escrita, la inserción de una frase como esta fue
permitido d â€oe hay, oh rey, estas diez clases de individuos que son despreciados y contemned en el
mundo, el pensamiento vergonzoso, menospreciados, celebrada, censurable, tratadas con tumely, no
amado. Y ¿cuáles son los diez ? Una mujer sin marido, oh rey, y una débil criatura, y uno sin amigos o
parientes, y glotón, y una casa de una familia de dudosa reputación, y el amigo de los pecadores, y cuya
riqueza se ha disipado, y quien no tiene charafter, y quien no tiene ocupacio- ción, y quien no tiene
medios.†La mujer soltera o viuda  encabeza el li^t de este pack de indeseables.
Tales sentimientos, afortunadamente para las mujeres, estaban muy lejos de ser el espíritu de los
primeros días, cuando la ONU budista- las jovencitas casadas podrían ir unabused adecuadamente,
contentos, ocupados en el hogar, el cuidado de sus padres y hermanos menores y tamices; o como
Subha, el goldsmithâ€TMs hija,^ el amante de grandes posesiones, esclavos, mercenarios, pueblos
ricos campos y prados, llegando a no significa raíces, administrar sus propios bienes. Pero en vista de la
historia de el flato de la madre, es improbable que ninguno de los jóvenes solteros sintió los dolores del
aumento de celos hacia las mujeres que fueron capaces de cumplir con su tradicional rdk, y participar
en su tren de absorber intereses; como Sumana, Anathapindikaâ€TMs la hija más joven, una muchacha
soltera puede ser â€oe más whelmed con desilusión por su fracaso para obtener un marido,†®
 ^ MilindapaHha, iv, 8, 22. ^ Therlgatha Cmy. En Ixx.
^ Dhp. Cmy. En el versículo 18.
26
La hija de la suerte de las mujeres solteras fue inmensamente mejorado por el establecimiento de la
orden de la limosna- mujeres. La posibilidad de entrar a la casa- menos Estado abrió una nueva carrera
para ellos, y a pesar de sus fallos y defeSts, la vida conventual fue una incomparable bendición para
muchos. Si, por cualquier razón, sintieron la necesidad de escapar de sus circunstancias, o la necesidad
de la religión para su propio beneficio, tienen ahora a su alcance el privilegio de separaba de

todo el mundo. Si, por el contrario, se sintieron atraídos por el matrimonio, el contrato no era
generalmente resuelto sin su consentimiento.
La costumbre del matrimonio infantil no parece haber sido frecuente,^ para apenas se mencionan en la
literatura canónica. Uno iluminando referencia se encuentra en el Bhikkhunivibhanga^ donde una niña
de menos de 12 años de edad (unadvadasavassa) es ordenado por el almswomen. Se dice que una novia
{gihigald) que, según el comentario, es uno de los que cohabita con un hombre {furisantaragata). Este
caso, y a la regla a que dio lugar, no dejan lugar a dudas en cuanto a la ocurrencia del matrimonio
infantil. Al mismo tiempo este incidente está grabado en el lejano Bhikkhunivi- bhanga, y posiblemente
se han añadido a las reglas en una fecha posterior, cuando la costumbre se ha vuelto más usual que
parece haber sido en los primeros días del budismo. Que la costumbre no era desconocido
algún tiempo después de la muerte del fundador, puede deducirse de un pasaje en el Milindapanha,®
donde un hipo thetical se da el caso de dos hombres que tienen un fuerte argumento en cuanto a cuál de
ellos es el legítimo esposo de una mujer. El segundo hombre es hecho para apoyar su afirmación
diciendo que â€oe la niña ^ Cf. Macdonell y Keith, loc. cit., vol. i., p. 475 ; â€oe niño-esposas firft
aparecen en el período del Sutra, eneldo, aunque es incierto en qué medida la regla de matrimonio antes
de la pubertad no obtenido.† V., iv, págs. 321, 322.
® Milindapafiha, ii, 2, 6 y cf. infra, p- 33.
27
Las laicas simple niño- a quien su rival  eligió no puede ser considerada como la misma persona
que escogió cuando estaba crecido. A partir de este también parece que la costumbre de esponsales fue
observada, la esposa esperando â€" como lo hace entre algunos sedts de los Hindúes de la actualidad
â€" a sus padres€TM casa hasta en una fecha posterior a la celebración de la boda se realiza. Por otro
lado, el firft de las cinco aflicciones especial que se dice que una mujer tiene que sulfer como diftinft
desde un hombre^ (avenika, definidos en el comentario como no en común con los hombres) es la de ir
a tierna edad a su marido€TMs familia, y dejando a sus propios parientes detrás. ¿Qué se entiende por
una tierna edad no está claramente definido. Presumiblemente puede ser cualquier cosa entre 12 y 22
años de edad.

Pero este pasaje no deja lugar a dudas, pero que la esposa fue cuando joven, y que esto era mirado
como una penuria, ranking con el embarazo, llevando adelante, menitruation y esperando a un hombre.
Ninguna edad es prescrita como corredf la edad para contraer matrimonio, pero las niñas
probablemente casado como una regla entre las edades de 16 y 21. Visakha,^, por ejemplo, matrimonio
cuando tenía 16 años. Bhadda ftill Kundalakesa® fue casada a los dieciséis años de edad. Otros,
como el SELA Alavikan^ y Sumedha,® están registrados han sido ftill solteros cuando alcanzaron a
los años de discreción. El significado de esta frase exadt es dudoso,®, pero es evidente que se apunta
a una edad mayor que la del matrimonio infantil.
1 Sarny. Nik., XXXVII., III, i, § 3 (3).
^ Warren, el budismo en traducciones, p. 455.
® Dlip. Cmy. En los versículos 102-103, y cf. ib, en el verso 215.
* TherigathS Cmy. xxxv. Ibid, onlxxiii ®.
® Cf. textos vinaya, S. B. E., vol. I, pág. 35, nota 1. €oe FiMu. El Vibhanga dice †̃ un hombre
capaz de solapado lo que está bien dicho, y lo que está mal dicho, lo malo y lo que no lo es
perverso.â€TM †Cf. Jataka, viUnuta  nº 40. Se dice del Boddhisattva que en un antiguo
nacimiento â€oe en el momento en que llegó a los años de discreción, de apenas 16 años de edad, que
había hecho él mismo perfedt en todos sus logros.† Cf . Jataka, Nº 5 5 ; â€oe cuando el
príncipe había venido a los años de discreción, y era de dieciséis años de edad.†
28
La hija de pruebas adicionales contra el matrimonio infantil puede ser derivado de la di6ium que se
encuentra en el Dham- mhpada comentario de esta aparentemente apunta en la misma direftiond el gran
comerciante, ' Ghosaka, Samavatiâ€TMs padre adoptivo, se negó a darle al rey en su solicitud,
declarando: "Nosotros propietarios no dan las niñas {mayam gahapatikd ndma kumdrika . , Na^ dem
por temor a que la gente dirá que son
maltratados y mal utilizados.†si esto era simplemente una treta sobre Ghosaka⠝€TMs
Samavati parte para retener en su propio hogar, o si ella no había alcanzado la edad para contraer
matrimonio, o si el rey no era un6bially preguntando por ella en el matrimonio, es cuestión de
conjefture.
A partir de pruebas internas" quizás es seguro asumir que ella había llegado a los años de discreción ;
para cuando ella

había convencido a Ghosaka enviar ella al rey, él â€oe crió a la dignidad del jefe consorte.†podemos
suponer que Ghosaka  estaba cubriendo su dis- inclinación a parte con ella en una
generalización â€" que, sin embargo, no todos los casos confirmar.
En los días védico, aunque una doncella y un amante podría unirse a través del amor,^ el curso habitual
era que el padre elija la niña€TMs marido y a darle en el matrimonio. Según Baudhayana, él debe hacer
esto antes de que su hija había alcanzado la edad de la pubertad;®, pero si no, ella podría, después de
haber esperado para su orden durante tres años, â€oe elegir para ella en el cuarto año de un esposo (a)
igual (rank).†"  con el mayor grado de independencia alcanzado por las mujeres en el
budismo, el padre€TMs para la responsabilidad de su daughterâ seleftion€TMs marido decayó, hasta
cierto punto, y las propias niñas llegó a tener más voz en el asunto. Esto queda demostrado en el caso
de ^ Dlip. Cmy. En los versículos 21-23.
^ Este es el Gandharva-rite. Apaftamba, ii, 5. 1 1, 20.
^ Baudhayana, iv., i. ii ; Apaitamba, ii, 5. ii, 15.
^ Baudhayana, iv, 1, ii, 12, 14.
29
Las laicas la princesa Kanha,^ quien le pidió a su madre que persuadir a !
Su padre a celebrar una asamblea de â€oe para elegir mi marido.†Esto, según Cowell,^ era la vara
 svayam-^ o â€oe la elección pública de un marido de una princesa de un número de
pretendientes montados con el fin.†yo  cuando la niña eligió, ella a veces se usa la palabra j
ganhami, que significa â€oe Me tome (o aprovechar) él,†no â€oe I j  elegir †él. Ya que esta
costumbre no recibe ningún aviso de la Concordancia  Védico,'^^l mu concluirse que

no vaya tan lejos como los días Védico. Esta libertad nominal era mucho re^frifted por la fuerza del
sentimiento familiar, y las niñas suelen casarse con arreglo a sus padres€TM deseos, y rara vez contra
ellos.
Al mismo tiempo es imposible creer que no hay padres que no ejercen su autoridad parental. En el
comentario Therigatha la frase ' â€oe dar a su hija en matrimonio †produce varias !  veces. La
intención de esta frase quizás no es ' que debe ser necesariamente contradt concluyó sin la
daughterâ€TMs aprobación, mucho menos sus deseos againdf ; para todos que los padres indios
generalmente deseado
era que una hija : debe llevar una vida conyugal feliz; | por lo tanto, ejercen como un sabio control
posible s para asegurar esto. Probablemente significa que la chica me fue entregado a uno tras otro
tutor, o, I sin ^arcadas el significado demasiado lejos, desde uno | propietario a otra. Yo ^ Jataka, nº
536. La palabra utilizada, Jstaka, v. p. 426, es, yo desde vareti vSremi, a pedir en matrimonio, varapeti,
de inducir a alguien a elegir mi esposa. Cf. Jataka, iv., p. 289, varapeit/s varapeti. * ^ Jataka Trans., vol.
v., pág. 226, nota 5. f ® definido por Lanman, lector de Sánscrito, 5ª ed., Boston, 1906, como j â€oe
la auto-elección, especialmente la libre elección del marido, que estaba permitido 5 a las niñas del
guerrero-cafte.†Macdonell, Sánscrito, ha  DiSionary â€oe la auto-elección, la eleftion de un
marido de una princesa o la hija de un Kshatriya i' en una asamblea pública de pretendientes celebró
con el fin.† ^ Bloomfield, Fedic concordancia, Harvard, Series orientales | X.,
Cambridge, Mass., 1906. J '1 I
30
El Dau-ghter Padres, en ocasiones, tomó ^PTE para preservar la reputación de la familia, y en el
comentario Dhammapada se registran casos de niñas que fueron immured en casa de sus padres€TM.
Se dice que cuando las niñas llegan a la edad de dieciséis años â€oe se queman y largo para hombres,â€
^ y a veces los padres temían que  antes de que pudieran llevar a su hija al hombre de su
elección, ella podría elope con alguna persona indeseable, como hizo Patacara^. Aunque probablemente
tales precauciones sólo podrían haber sido tomadas por los ricos propietarios de los siete ftoried
mansiones, y no podría haber sido común, los registros de ellos tienden a demostrar que las niñas
tenían el derecho y la voluntad de hacer su propia elección, en lugar de que sus padres siempre lo hacía
para ellos.
Tampoco las salvaguardias eliminan todos los riesgos. Ocasionalmente, la hija de la casa podría ^toop a
la intimidad con un esclavo, como la mujer que se convirtió en la madre de â€oe Roadling †la mayor
y la Less® se dice para haber hecho  ; para â€oe estaba enloquecido con la locura de juventud
y el ansia de un hombre.â€" es un fantástico ftory  dijo en uno de los Jatakas^ de una chica que,
aunque no encerrada en una torre, fue mantenido en almo^ increíble ignorancia de los mundanos. Un
día, mientras ella estaba mirando hacia abajo desde la parte superior a la calle ftorey, vio una joroba.
Debido a que la enfermera le había dicho que en la tribu de vaca una joroba denota realeza, por
analogía, pensó que este mufb ser un hombre real.
Se dice que ella misma, disfrazada collefted el ser^t de sus pertenencias, y salir con él. Ella en^linft
parece haber sido para eludir a sus padres, y para gratificar a sí misma sin flaquear a obtener su
sanftion, que, con toda probabilidad, ella sentía que no habría existido.
^ Dhp. Cmy. En los versículos 102-103.
^ Tiierlgatha Cmy. El xlvii.
^ Theragatha, ccxxxi, ccxxxvi.; Dhp. Cmy. En el versículo 25 ; y Jataka Cmy. el 4, donde el ilory no es
tan completamente dada.

^ Jataka, 232.
31
Las mujeres seglares, incluso los muchachos se habla de como casarse con el consentimiento de sus
padres€TM/ y los padres parecen a veces han propuesto una cierta alianza para su hijo/ cuánto más lo
es este ser expedled en el caso de las niñas ; y nuestros expeftations son plenamente corroborada por
una serie de ejemplos bastará citar el de Magandiya ^tory, la hija de un brahmán que vivieron en el
kuru país.^ ^tory incidentalmente también muestra que los padres no siempre fueron obligadas a tomar
la iniciativa en la búsqueda de un marido para sus hijas, pero que a veces los pretendientes proclamaron
su deseo, y vino, o enviados y preguntaba
por los daughterâ€TMs mano en matrimonio.® La evidencia para estas Importante las costumbres,
nada menos que para un orgulloso padre TMs arduos empeños€, está todo comprimido en una frase
corta; â€oeNow su padre fue incapaz de encontrar un marido que era digno de ella; y aunque las pas de
todas las grandes familias en la tierra pidió su mano, su padre envió a todos esos pecados, insultar y
decir: â ̃ no eres digno de mi hija.â€TM † el arreglo de un vínculo matrimonial era un asunto
de familia Striftly. No hay adivinos o aSlrologers fueron llamados, sea para aprobar de la Unión, o a
emitir un día para la celebración de la ceremonia. Tales medidas fueron aplicadas por los seguidores de
los ascetas desnudos,®, pero no por los verdaderos seguidores de Gotama, cuya palabra clave es â€oe
¿Qué importa ftars ? . . . €TMTis suerte sí es luckâ€TMs propia ^ar.†â€TM'  El Budismo era
tan consi^ently inconmovible en su aversión a la superstición de que aquellos que dieron Samana-
Brahmans â€oe asesoramiento tocando la habida en el matrimonio o la entrega en matrimonio se dice
para ganar su sustento TheragStha Cmy. viii.
^ Dhp. Cmy. en verso i ; en los versículos 219-220.
^ £.g., Therlgatha Cmy. En Ixxii., Ixxiii.
* Dhp. Cmy. En los versículos 21-23.
® Therlgatlia Cmy. En Jiv, Ixiv.

® Jataka Cmy. en 49. €TMâ TM Jataka, 49 ® Tevijjasntta cli. ii., 6 ; S. B. E., xi.
32
La hija de â€oe baja artes y mintiendo praftices.†^ Againfb tales engaños  Gotama
resueltamente su rostro.
No cabe duda de que los padres eran expefted para presentar a sus hijas con una boda-porción.
Esto constituía la mujer€TMs propiedad inalienable.^ siempre consistía de joyas y ropa, y algunas
veces también de dinero. Sólo entre los excepcionalmente ricos podrían añadirse otros artículos. Así,
por ejemplo, Visakhaâ€TMs dote, además de los requisitos de stock, compone una estupenda cantidad
de oro, plata y cobre, ghee, platos de arroz descascarillado, arados y otros implemerits, quinientas
esclavas, un gran rebaño de vacas, y â€" más destacado de todos â€" ^su magnífico parures reductor.^
Anathapindika se dice que han dado espléndidos presenta a su hija, y que han enviado su fuera en gran
Estado.^ El Rey de Kosalaâ€TMs padre, cuando se casó con su hija Bimbisara, se dice que ha dado a
su pueblo en Kasi para baño-dinero.®-novia precios eran evidentemente pagadas a los padres â€" un
grabado personalizado en el Therigatha, â€oe Tlien mi padre me dio por segunda vez como esposa, el
contenido con la mitad de mi esposo€TMs Sire había pagado.†® en el Milindapanha , la
frase â€oe la niña, la mera hijo, a quien ha elegido en matrimonio y pagó un precio, es uno ; la chica
crecido hasta plena edad, quien me eligió en matrimonio y pagó un precio, es otra,â€TM†
muestra que la costumbre continuó en días posteriores, ya que habían existido en los días antes del
nacimiento de Gotama.
La ceremonia de la boda fue realizado sin la intervención de un sacerdote, y era de carácter puramente
civil o uid.
^ Cf. Macdonell y Keith, loc. cit., vol. i., p. 484 : â€oe puede suponerse que el marido consignó la
esposa€TMs dote, si alguna.† Warren, el budismo en traducciones, pág. 461.

^ Dhp. Cmy. en verso 304. ® Jataka Cmy. en 239, 283, 492.


€oe Therigatha, verso 420. €TM Milindapafiha TMâ, ii, 2, 6.
33 c
el domo laicas^ic affair. No hay ritos, sin votos, sin oblaciones, no disfruta de la superstición; no era
meramente feaSling bienaventuranza y en la casa de la esposa€TMs padres, duró más o menos días
según los medios a su disposición. A veces regalos fueron hechas a la cofradía de Almsmen.^ cuando
las fiestas eran mayores, los recién casados chica se marchó con su esposo a vivir en casa de sus
padres€TM en conformidad con el sistema familiar conjunta^ habitual en aquellos tiempos. Aquí ella
era mostrar humildad y deferencia a sus suegros, tan completa que una buena y obediente nuera
(vadhuka) se celebró hasta el almsmen como el modelo que deben seguir en sus esfuerzos después de
humildad y confianza.® ^ Dlip. Cmy. en verso 304.
^ Cf. V., iv, p. 2^4- El Hogar está aquí llamado gakapatiputto, que se describen m el Commentar/ como
hijos y hermanos {puttabhStaro) .
® Ang., II, 78; cf. Macdonell y Keith, loc. cit.> vol. i., p. 484, â€oe la esposa en su matrimonio
ejerce autoridad sobre su suegro, su marido€TMs hermanos y su soltero sillers.†pero continúa
 a decir en una nota a pie de página (No. 103, pág. 484) â€oe en Av. xiv., 2, 26, la hija- en la ley
se †̃ wealful â€TM {iambhSh) a su suegro, †y â€agradable ̃ spona (TM) a su suegra, que es correft
en teoría de su posición como una hija o miftress.†
34
CAPÍTULO III LA ESPOSA D urante la época budista la asamblea praftice del matrimonio fue
monógamo, como lo había sido en la edad védica al mismo tiempo no era difícil- y gafi regla y ninguna
condena de la poligamia.
La opinión pública sobre el tema fue fluido y dispensado ni la alabanza ni la culpa. € ̃ estaba
habituado a la existen-

cia de la poligamia como cu^omary derecha de reyes y nobles, y de cualquiera que pudiera permitirse
el lujo de admitir más de una esposa.^ no es evidente que hay algún límite en el número de esposas que
un hombre puede tener; pero existe fuerte evidencia para demostrar que, con algunas excepciones de
una ^tipo de bloqueo, moil hombres hicieron en fa6t se limitan a uno.
Las excepciones se encuentran entre los ricos:
entre reyes, nobles y comerciantes. Así Pasenadi tuvo a cinco esposas: Mallika leaft, quién era su jefe
reina, Vasabha,® Ubbirl^ Soma y Sakula;® Samavatl Udena tenían como su jefe consorte,
Vasuladatta® como otro-reina consorte, y Magandiya.â€TM Bimbisaraâ€TMs ^ Apaftamba, II. 5.
XR, 12-14.
° GF. Macdonell y Keith, loc. cit., vol. I, pág. 478. €oeA indio védico podría tener más de una
esposa. Esto queda claramente demostrado por muchos pasajes en el Rig-Veda. . . . El rey tiene cuatro
esposas regularmente atribuido a él ; el Parivrktl Mahisi, la, la y la Palagall Vavata. La Mahisi parece
ser el jefe de la esposa, siendo la fir^l se casó, según el Satapatha Brahmán. La Parivrkti, †̃ el
neglefled,â€TM es explicada por Weber y Pischel como uno que no ha tenido ningún hijo. La Vavata â€
̃ es el favorito,â€TM mientras el Palagali es, según Weber, la^l de los funcionarios de la corte. . . . La
evidencia apunta a la esposa fir^t aferrado solo ser una esposa en el fulle^l sentido.†â€oe Majjhima
, ii., no. '* Therigatha Cmy. a xxxiii.
€oe Maiihima, II, 125. €oe Dhp. Cmy. En los versículos 21-23.
7 MV.,viii., I, 15.
35
se mencionan las laicas queens;â€TM- incluían Khema^, quien se convirtió en su reina consorte, la
princesa Videha, algunas veces llamados Kosala-deva, quien fue el siller de Pase- nadi,® y
Chellana.^ Abhii-UPA-Nandaâ€TMs® madre era el jefe esposa de Khemaka del noble clan Sakyan
(pues no hubo ca^te reglamentos para ser seguido, el jefe de la mujer sería con toda probabilidad han
sido firft esposa para casarse); y los tres hermanos que eran propietarios y evidentemente los
comerciantes prósperos, Culla, Majjhima Kala Kala y Maha Kala, había respefbvely dos, cuatro y ocho
esposas,® contemporáneas con estos era los brahmanes que habían â€oe 44 esposas iguales en
rango.†â€TM
en los Jatakas  un curioso ^tory representa la poligamia como el curso natural Adoptar en las
siguientes circunstancias.® cuatro pretendientes sienten atraídos los cuatro hijas de un cierto
brahmin. Uno de los pretendientes fue virtuoso, una noble, bella, y un anciano. Parece como si hubiera
sido una propuesta simple para el brahmán ha asignado a una de sus hijas a cada uno de los
pretendientes. Pero él sólo entretenido el pensamiento de seledting un pretendiente y presentándolo con
las cuatro hijas. Se dice que él dijo a Gotama de su dificultad para elegir, y lejos de desanimarse en esta
empresa polygynous, él suscitó desde el maestro su propia predileftion para la virtud.
Al mismo tiempo, hay pruebas que demuestran que la poligamia no fue siempre el praftice, incluso
entre los ricos. Los cuatro hijos del mahasala (magnate, millonario), entre los cuales había dividido su
fortuna, parecen haber tenido una sola mujer cada uno.® son los menos ricos a veces habla de como
tener una segunda esposa. Cuatro casos se mencionan en la
Tierigatha, Hi.; Apadana, vol. II, pág. 543 y ss.; Tlierlapadgna, no rS, Therigatha, Hi. ® Jatakas, 239,
283.
Jacobi, Jaina Sutras, L, xii-xv, ® Therigatha Cmy., xix.
Dhp. Cmy. en versículos 7-8. €TM Diálogos, II, 245.
Jataka, 200. Â" Sarny. Nik., VII, 2, § 4.
36
La esposa Vinaya/ es arrojado más luz sobre la incidencia de la â€Kisa-Gotatnipraftice por TMs
descripción de mujer€TMs mucho como â€oe lamentable compartiendo casas con otras esposas
(sa;pattikam pi dukkham) un sentimiento totalmente respaldada por Uppalavanna,® que se
encontraba viviendo en enemistad con su propia madre (ubho matd ca ca dhita mayam dsuma
sapattiyd)^ los dos de ellos â€oe enlazado a un hombre.† los Naga mujer era consciente de
que su temperamento no podía ftand ^lluvia de ser co-esposa, y se negó a ponerse en esa posición por
su marido de advertencia que â€oe la ira de un co-wi:fe es una cosa seria.†^ No es de extrañar,
entonces, que una mujer pudiera desear  Una de las cinco condiciones, â€oe duro para ser
ganado por una mujer que ha obrado sin mérito. . . . Nacido en un buen {patiru-pd) familia,
desaparecido (como esposa) a una verdadera

familia, quisiera detenerme en el hogar sin un rival {asapauJ, otra esposa).†®  mo^t razón
habitual para tomar una segunda esposa fue la esterilidad de la fir^l esposa. Este ^lep siguió siendo
considerada justificable; en parte, sin duda, porque la tradición hindú de la necesidad de que los hijos
no podían ser fácilmente desarraigado' â€" la opinión pública está muy difícil moverse â€", en
parte también, debido a la solidez de la familia€TMs en su propio interés a perpetuidad, sin pelos en la
lengua, expresada en la trivialidad â€oe sin hijos una familia muere.†®  si una esposa era
estéril su marido podría poner su distancia,'^ como Bandhula, el comandante en jefe del ejército en
Kusinara intentó hacer con Mallika,® o pudo adquirir otra esposa conservando el primero.
^ V., III, pp. 83, 84. * Tlierigatha, kiii.
^ Ibid., Ixiv. * Jataka, 543 .
® Sarny. Nik., XXXVII, III, 3, § 32. La palabra sopaini ocurre en el Rig-Veda, en el sentido de co-
esposa. Macdonell y Keith, loc. cii., vol. II, pág. 424.
€oe Dhp. Cmy. En el versículo 5.
€TMâ TM Cf. Manu, IX, 81 : â€oeA esposa estéril puede ser sustituida en el octavo año ; ella cuyos
hijos (todos) mueren en la décima, ella, que sólo tiene hijas en el 11º.† ® Dhp. Cmy. En
versículo 47 ; cf. Jataka Cmy.-EN 465.
37
El laicas en la última contingencia firil la esposa a veces podría tener miedo de que si el segundo
resultó ser fructífera, entonces ella sería tratada como un esclavo, ^ o no heredan la propiedad.® El
Dhammapada Comentario,® en la repetición de una ^ory dijo en el Vinaya,^ parece sugerir que el
marido podía tomar una segunda esposa, si su firfh vinieron a él con las manos vacías. Ambos están de
acuerdo en decir que, si bien una laica, Kana, fue a casa de su madre€TMs, su marido envió un
mensajero para sus tres veces para decirle que deseaba que regresara a él. La tercera vez él envió,
añadió que si ella no ha llegado, iba a casarse con otra mujer â€" una amenaza que llevó a cabo
posteriormente, ya que ella no pudo volver a él. En cada ocasión su inmediata salida fue obstaculizada
por su

madre, quien dijo que ella cocinaba un pastel para que su hija podría no ir con las manos vacías. Esta
resultó ser la niña€TMs deshacer. Cada vez que el pastel estaba listo su partida fue impedido por una
corriente de almsmen que llegaban a la casa, pasando de uno a otro la noticia de que la laica estaba
cocinando pasteles y tortas de arroz (j>uva) y a darles de comer. De esta manera ellos representaban
cada torta frita como estaba y Kana no pudo guardar uno a tomar a su marido. Ella estaba en un dilema:
su marido había enviado sus comandos definidos, pero su temor de no aliviar el almsmenâ€TMs quiere
y, por lo tanto, perder la oportunidad de almacenar los méritos para sí misma, para disuadir de su deber
de obediencia wifely.
Es de suponer que, dado que un marido generalmente tuvieron su novia casa con él después de la boda,
Kana había ido a visitar a su madre, y no estaba siendo enviado a su marido por la fir^l tiempo. Esto es
corro- boratado por el Jataka versión, que ^ates que â€oe Kana fue casada con un hombre de la misma
ca^te en otro Dhp. Cmy. En el versículo 5. ^ V., iii., p. 83.
® DIip. Cmy. En el versículo 82. ^ V., IV, pág. 79.
38
La esposa village, y algunos mandados u otros hicieron de ella vaya a ver a su madre.†^ 
Dhammapada el comentario parece interpretar este ftory significa que si su madre envió a su hija con
las manos vacías a su marido, â€oe de acuerdo con un precepto establecido por el profesor en tales
casos †él  podría tomar para sí mismo otra esposa. Pero ningún precepto tal como esto se
atribuye a Gotama, ya sea en el Vinaya o en cualquier otra parte de los textos. Por lo tanto, parece como
si este intento de justificar Kanaâ€TMs marido casarse con otra mujer fue inventado como una nueva
razón para permitir a un hombre para hacerlo, o porque no subrayar su desobediencia a sus
mandamientos), como counterftroke a Brahminism, que, después de Manu, permitió a un hombre a
casarse con otra mujer a la vez si su abeto^t fueron desobedientes.
En una conversación con Gotama el deva es representado como diciendo, â€oe ser^t entre las esposas
es la doncella noblemente- criados,†® para que Gotama está hecha para responder, â€oe beft entre


esposas es ella que ser ministros^t.† Buddhaghosa, en su comentario, comentarios : â€oe entre
otras esposas (SESA-^ si en un hogar o generalmente no es claro.†La fadt  que el significado
podría ser llamado en cuestión podría ser utilizada como argumento para destacar la aceptación de esta
praftice como uno de los rasgos de la sociedad de la época.
Poliandria, por otra parte, fue con toda probabilidad ausente. Si existiera, muft han sido
extremadamente infrecuente. No se hace ninguna mención de ella en la literatura canónica. Sólo hay
una referencia a ella, y que se encuentra en los Jatakas y por lo tanto tarde. En el Jataka Kunala,® la
princesa Kanha se dice para haber tenido cinco maridos al mismo tiempo,^ y â€oe ftill Insite ella
adormecido aún más y con una giba enano jugó la ramera.†
^ Jataka Cmy. en 137. ® Sarny. Nik., i, 2, § 4. ^ Jataka, 536.
^ Sus nombres son dados ; cf. Draupadi en el Mahabharata, quien se casó con los cinco Pa^ld^
príncipes.
39
Las mujeres seglares Este breve relato de ella, que parece formar parte de una exposición sobre los
fallos de womankind, presen- tar en el Jataka, en conjunftion con reflexiones sobre otras mujeres que
salió mal, como una advertencia a los hombres al cuidado de su tipo, lo que se dice a participar más de
la asesina de la Xrumpet. Para la princesa Kanha pecó con el jorobado esclavo y le dijo que ella iba a
matar los cinco príncipes Pandu quien, en cumplimiento de una bendición había prometido, su padre
había autorizado a contraer matrimonio. Este caso aislado es una tan notoria excepción a la regla
general de que dudamos si tenía alguna base de faX. Cuando más tarde en el mismo Jataka se dice
â€oe, una mujer puede tener esposos ocho . , . Pero en una novena ella establece su voluntad,†
este diSlum parece emplearse para enfatizar la insatiability de mujeres,^ en lugar de la ocurrencia de
poliandria.
Es muy probable que la cuXom no obtuviera en el momento de la subida del budismo. No era Védica,^
y fue, como dice WeXermarck,® por Brahminism conXantly opuestos. Aún en el rostro de almoX
totalmente negativas evidencias para su exigencia, una sanXion

para que pueda encontrarse en uno de los versos del Rig-Veda (x., 109, 89): â€oeAnd cuando una mujer
ha tenido diez ex maridos, no brahmanes, si un prieX tomar su mano, es él solo quien es su marido. Es
un brahmán solamente quién es su marido, y no un o una Vaisya Rajanya.†a partir del conocimiento
de las creencias védicas y  cuXoms, parece más probable que los diez maridos ^ otros tres cosas
se dice para ser insaciables : el océano, los pulmones y los brahmanes.
^ Macdonell y Keith, loc. cit., vol. i., p. 479 : â€oe Poliandria Védico no es. No hay ningún pasaje que
contiene una clara referencia a dicha costumbre.†Weftermarck, la historia del matrimonio humano, 5ª
ed., 1921, Londres  vol. hi., pág. 143; cf. C.H.I., vol. i., p. 88 ; Winternitz, Die Frau in den
Indischen Religionen, vol. i., p. S i, donde él Elates que él no puede creer que el oscuro pasaje en
Chand., iv, 4, 2, que hace referencia a la poliandria.
€oe Weftermarck, loc. cit., citando Jolly, Recht und Sitte, pág. 48.
40
La esposa mencionados eran los maridos en otras existencias, y no sus maridos anteriores en esta
existencia. El Aitareya Brahmán (III, 23) contiene una ^atement que rechaza firmemente poliandria, y
claramente se refiere únicamente a esta existen- cia : â€oe Para un hombre tiene muchas esposas, pero
una mujer no tiene muchos maridos al mismo tiempo.†era  según el estándar del pensamiento
en el tiempo, la propiedad de un hombre solo.
De la lectura de los clásicos Pali, cabe concluir que la monogamia prevaleció en el Budismo. La
poligamia no era usual entre la gente común, y si obtiene por cuenta de particulares circunstancias
reconocidas, no se con- demned. Era costumbre entre los miembros de la familia principesca; de lo
contrario, los ricos no observó ningún principio uniforme. Poliandria praftically era inexistente.
Una cierta cantidad de literatura que sobrevive desde algunas de las cualidades y características
normales de una mujer€TMs puede deducirse la vida conyugal. Los pasajes relacionados con su
posición como co-esposa ya se han mencionado. Mucho más numerosas son las que se refieren a su
posición como su marido€TMs única esposa; y estos deben dedicarse ahora nuestra atención.
Se dice que Gotama describe las relaciones de

marido y mujer como sigue d â€oe en cinco maneras debe una esposa como nos^ern trimestre^ sea
ministrado por su marido: por respedt, por cortesía, por fidelidad, mediante el traspaso de autoridad a
ella, ofreciéndole adornan- ment.
€oe en estas cinco maneras ¿la esposa, ministrado por el marido como weftern trimestre, amor: sus
funciones están bien realizadas, por una hospitalidad ^ SigalovSdasutta, versículo 30.
° Domeftic cares venir más tarde en la vida de un hombre€TMs, juil; como la trama mantiene la luz
del día posterior. Los diálogos, iii., p, 180, nota 4.
41
Las mujeres seglares, a los familiares de ambos, por fidelidad, mirando a través de los productos que
ofrece, y por la habilidad y la industria en el desempeño de toda su empresa.† se desprende de
esta declaración que la esposa debe tener respeft mostrado a ella, no sólo como la esposa de un
sacrihcer^ sino como miembro de un hogar. En otro pasaje se dice que juft como los brahmanes tienen
los fuegos sagrados que han de ser respetados, treasurea efteemed y venerado, así que el dueño de la
casa tiene su fuego sagrado que él muft cuidar y preservar bien â€", es decir, su esposa y sus hijos y
siervos.^ en contraposición a esto, la atención del marido se ponen a veces firft entre la esposa€TMs
obligaciones.® como de la eftablish miftress- ment iba a ser dada la honorable función de emprender
la jefatura y asumir la responsabilidad.
Ella estaba al cuidado de aquellos queridos a su marido, realice los deberes domeftic correctamente,
hacerse cargo de los siervos y tienden ellos si estaban enfermos; y ella fue a la mente de su
marido€TMs tesoros, oro y plata. Ella debe ser virtuoso y observar los cinco preceptos de la moral.
Como laico-creyente debe tomar su refugio en el Buddha, el Dhamma y la Sangha. Un pasaje incluso
va tan lejos como para añadir que ella debe llenarse con insight.^ una formidable gama de expeftations
â€" y sin embargo a menudo se cumplen.
La esposa€TMs compartir en la vida de las personas, que domeffic limosna y aprender el Dhamma eran
mezcladas, era importante y completo, y parece bastante claro a partir de los textos que había una
cantidad considerable de autor- lidad. Esta fue la posición ideal de la esposa; pero, como todos los

ideales, ya que se elaboró en praftice, rindió infinitas variaciones. Una alusión a la mujer como un pie
-ministro,® ^ BaudliaySna, i., 6, 13. 5 ; i., 7, 15. 10, 17, 26.
^ Ang., IV, 44. €oe Ang., III, 35; iv., 265. * Ang., IV, 273.
^ En Abhidhanappadlpika-sucl. Cf. Sarny. Nik., iv. 3, § 5, donde MSraâ€TMs hijas dicen que estarían
en Gotamaâ minifter€TMs pies. Pada- paricarika está definido en el P.T.S. Iary DiSio>como â€oe
sirve en la propia€TMs pies â€" /.a., una esposa.†
42
La esposa de un símbolo de la mo^l total humildad, deja claro que su preftige fue mantenido bajo
control; y aparece desde Gotamaâ€TMs reputado diciendo, â€oe ser^t entre las esposas es ella que ser^t
ministros, que las viejas nociones de una cara y de servicio fueron respeft ^hasta en el ascend- ant. Y de
hecho eran. Como muestra, el implacable Sigalovadasutta vínculos del matrimonio fafter encadenado a
la mujer que para el hombre. A causa de sus demandas más pesados sobre ella, se sentó una mayor
probabilidad de fracaso en su puerta; sino que también le dio la oportunidad de suprema abnegación,
generosidad y ternura.
Si los hombres€TMs mentes no habían sido ya se centró en la maternidad, resplandeciente con su
dignidad y auto- rendirse devoción ^hasta brillando sobre de un olvidado el paft, la esposa habría oferta
justa para rivalizar con la madre, como el tipo de mujer compasiva y heroico- el capó.
Para los conceptos védicos de la dominación del hombre aún no estaban muertos, y la mujer aún no
había crecido en sus pensamientos a una posición de igualdad con él. Ella era a menudo ftill
considerada como su inferior y su posesión â â€oe no montar nunca por la independencia,†como dice
Baudhayana.^  en el Vinaya® hay un heterogéneo li^ de diez tipos de esposas los comprados
por su dinero, quienes viven a- gether voluntariamente, aquellos a los que disfrutan o hizo uso de
ocasionalmente,® quienes han dado tela (j>ATA),^ quienes tienen la calidad de prestación de la
casa con un tazón de agua), quienes han puesto un cojín de cabeza (para llevar buques en su cabeza),'^
quienes son esclavos y esposas, quienes son los artesanos y esposas, quienes son llevados de
bandera,® y aquellos que son temporales o momentáneos esposas.® ^ Sarny. Nik., i, 2, § 4. ^
Baudhayana, ii, 2, 3. 45.

^ V., iii, 139, 140.


* Bhariyd, una esposa ; lit. Uno que es compatible.
® mantiene una mujer, bhogavasini, â€oe viviendo en la propiedad.† ® Le., a la
almspeople, un mérito consiguiendo trabajo.
Probablemente simbólica de su disposición para recoger y transportar.
® Dhajahafd, prisionero de guerra. ® Mukuttikd.
43
El laicas ni idea es dada, el valor relativo, si los hubiere, atribuido a estas clases. Las cualidades de la
servidumbre y la dependencia se distribuyen entre ellos. Una lista dada en el Anguttara^ sugiere una
secuencia más regular de los ascendientes que vale la pena desde el esposo€TMs punto de vista. No se
incluyen los diversos modos de obtener una esposa, como hace el Vinaya, pero se concentra en las
diversas clases de personas que pueden parecerse a los de la mujer. Si ella se asemeja a un asesino, un
ladrón o un patrón, se dice que es malo y va a ir al infierno; pero si ella se asemeja a una madre, un
tamiz, un amigo, o un esclavo, ella es buena y alcanzarás la felicidad. No es en absoluto claro si se
supone que el esclavo-tipo es ser^, aunque esto pudiera deducirse de la moral de la ^tory de Sujata,^
que contiene este li^; para ser domesticado por el Maestro, ella se registra que dijo que deseaba
pertenecer al esclavo-tipo.
Pero es muy probable que el esposo€TMs ideal sería más cerca se acercó cuando su esposa combinado
algunos de los atributos de los cuatro â€" aunque, en el caso de Isidasi,® este aprovecharon su balde.
Ella encarnó muchas clases de esposa: el tipo de madre, cuidar a su esposo en muchos sentidos como
una madre tendría el tamiz- tipo, respetarlo como â€oe joven tamices de reverencia a ancianos pagar el
amigo-tipo, â€oegiving su vida a él, y el esclavo-tipo, â€oetrue-hearted, doblando a su marido€TMs
se.†'^ pero a pesar de su impecable  devoción, su esposo no pudo superar su aversión por ella.
Todo lo hizo para él que yacía en su poder. De hecho, la expresión de una esposa€TMs puntillosa
adminiftering- ness en sus múltiples funciones encuentra su culminación en el lamento de Isidasi.®
su versículo contiene un vívido y completo de algunos de los piClure día€TMs tareas recurrentes y de
la respeClful y
^ Ang., IV, 92, repetido Jataka Cmy. 269.
^ Ibid. â€oe, Ixxii Tlierigatha.
^ Jataka Cm7. 269. €TMâ TM
â€oe Ibíd. Ibíd. Ibíd, Ixxii Tlierigatha ®.
44
La mujer humilde actitud ftill expefted de la esposa, que es, como si dijéramos, una iniciación en la
ronda diaria de las esposas de antiguos, y nos da una visión más íntima de lo que hace cualquier otro
pasaje:
' â€oe mi saludo morn y Eva me trajo ' T o los padres de mi marido, arqueamiento bajo mi cabeza y
arrodillado a sus pies, de acuerdo a la capacitación dada a mí.
Mi esposo€TMs tamices y sus hermanos también.
Y todos sus familiares eran escasos que introdujo cuando me levanté en celo y tímidos les dio lugar.
Y en cuanto a la comida, o hervidos o desecados, y beber, lo que era ser ftored he reservado.
Y sirvió en ella y la dio a quien â€TMtwas debido.
Aumento betimes, fui alrededor de la casa.
Luego con mis manos y pies bien limpia fui a llevar respeftful saludo a mi señor.
Y tomando el peine y el espejo, unguents, jabón, yo vestido y cuidado de él como una esclava.
Yo el arroz hervido, lavaba la ^ots y cacerolas ; y como madre de su único hijo, así hice minifter a mi
buen hombre.
Para mí, que con la fatiga infinita trabajado así.

Y el servicio brindado con una humilde mente, se levantó temprano, siempre diligente y bueno.
Para mí él nada sentía guardar dolor disgusto.† El Dhaniya Sutta^ arroja luz sobre el valor que
un marido adjunta a la obediencia de la esposa. El resero Dhaniya está representado como felicitar a sí
mismo en una serie de circunstancias que generan la seguridad mundana, y entre ellos se cuenta como
una bendición que â€oe mi esposa es obediente, no cruel ; • • • por un largo tiempo ha estado
viviendo juntos (conmigo); ella es el ganador y no oigo nada malvado de ella.†^  Él,
evidentemente, se aprecia su esposa€TMs obediencia; y, según su perspectiva â€" ^que era típico
quizás del inculto pueblo de su día â€" Esta planteada en lugar de bajarse en su estimación; por lo que
ella (y posiblemente de los niños) fue incluido en una entrega, una súplica y una esperanza:
^ Dbaniyasutta, S. B. E., x.
45
^ Ibid., versículo 5 .
Las laicas â€oe No pequeña ganancia, de hecho, ha acumulado para nosotros porque hemos visto
Bhagavat; nos refugiamos en ti, Oh tú que (ART) dotado con el ojo (de la sabiduría); nuestro Maestro,
tú, oh gran Muni.
€oe tanto mi esposa como yo somos obedientes; si queremos llevar una vida santa ante Sugata^
vamos a conquistar el nacimiento y la muerte, y poner fin al dolor.†^  Este no era el egoísmo
en el que ningún lugar podría ser encontrado por la esposa€TMs felicidad ; pero tierno pensado para
ella, y la creencia de que su obediencia a la Tatha- gata, de la misma manera como la suya propia,
resultado de la salvación.
Podría argumentarse que la obediencia de la mujer les llevó, en algunos casos, imitar a sus maridos y a
creer ciegamente en lo que creían. O podría ser <) argumentó que los maridos supone que sus
esposas, quienes fueron parte de ellos, y les pertenecía, sin vacilaciones a su antojo. Cualquiera de estas
dos hipótesis, aunque tal vez no explica totalmente
Dhaniyaâ€TMs mención específica de las bendiciones que fueron a caer a su esposa, representaría para
el Brahman Pokkharasadiâ€TMs betaking a sí mismo con sus hijos y su esposa y a su pueblo a Gotama,
el Dhamma, y el orden.® en materia de creer, en vista de la GAFI que â€TM Gotama está grabado en
decir que las mujeres son capaces de ganar arahanship^ es sólo para ser ex- ; pefted que los casos serán
grabados de hombres y sus esposas que estaban establecidos en una u otra de las cuatro rutas. Es, por
ejemplo, decía que el profesor â€oe percibió que los brahmanes Magandiya y su esposa poseía las
disposiciones requeridas para el logro ^ El Bien farer, uno de Gotamaâ€TMs moft epítetos comunes.
Para una descripción de Sugata, consulte Ang., II, 147. Dictado por el Sr. Woodward en su reciente
traducción del Samyntta-Nikaya, parentela refranes, volumen IV, 1927, P.T.S., â€oe feliz.†â€oe
Dhaniyasutta , versículos 13, 14.
® Diálogos, vol. i., p. 1 35, S.B.B.

* 46 CV., X, 1, 3.
La esposa del fruto de la tercera ruta,†en el que fueron  establecido en la conclusión de la
historia.â€TM- sino de la historia de la gran riqueza,^, es aparente que el esposo y la esposa no siempre
fueron establecidos en la misma ruta.
Se dice que si en la plenitud de la vida no había aSted tan tontamente y desperdició toda su fortuna,
pero â€oe se había retirado del mundo y se ha convertido en un almsman,† habría alcanzado
arahanship, y su esposa se habrían establecido en el fruto de la
Tercera Vía. Si hubiera sido en la mediana edad, habría alcanzado el fruto de la tercera vía, y su esposa
se habrían establecido en el fruto de la segunda ruta. Si en los últimos años, habría alcanzado el fruto
de la segunda ruta, y su esposa se habrían establecido en el fruto de conver- sión. Aquí la condición de
la mujer se hace depender de su esposo â€" en la verdad misma, su emblema y su signo.^ su proeza
habría sido sino un pálido reflejo de su y se ingresó en la Orden como un medio de entrar en los
caminos, está demostrado que no habría escapado de las experiencias religiosas, pero inferior
correspondiente. Creo que este pasaje

se refiere simplemente a la dependencia directa de la mujer por el hombre para su posición, y no tiene
ningún sentido metafísico oculto sobre un vínculo de unión espiritual donde dos mentes se vuelven
como una sola mente. Esos misterios reunirse con ninguna investigación ni discusión en la filosofía
budista; son retiradas en el interés del ajuste de mundanos.
Entre sus obligaciones maritales, el deber de devoción wifely persistió, un legado de la época de los
brahmanes de predominio. No fue inculcada por la enseñanza budista, como sobrevive, a casi el mismo
grado como lo fue en los días pre-budista. En los registros no hay nada correspondiente al sentimiento
â€" por lo que a menudo se reunió con en Manu â€" ^que la esposa debe servir a sus ^ Dhp. Cm7. En
los versículos 21-23. * Hid. En los versículos 155-156.
® Sarny. Nik., i, 8, § 2, 47
El laicas • marido como si se tratara de un dios. Incluso en fecha tan tardía como el I Jatakas se dijo
â€oe ella de su señor, quien se halla en el miedo; no es una verdadera mujer.†^ una drástica ifep de
seguro temporal  libertad en ^^l lea: fue tomada por Uttar, a quien se había casado con un â€oe
hereje.†^ Por iniciativa propia, aunque con su marido €TMs consentimiento, ella organizó con
la cortesana Sirima para ser su amante por el espacio de una quincena, y ausentado de él por ella esta
vez a fin de que ella pueda dar limosna y escuchar el Dhamma.
Todavía vestigios de la antigua servidumbre de la mujer ^lill linger, parece ser imposible de erradicar.
La^t de las cinco aflicciones especial de una mujer® es que se dice que ella tiene que esperar a un
hombre (^aricariyam wpeti)^ es decir sobre su padre, su marido o su hijo. Este ay se deslizó en el li^l
como si fuese inevitable. Sin embargo puede ser desagradable para las mujeres, pero porque era la
costumbre de siglos, fue aceptado como una responsabilidad que deben asumir, sin más alterable que
las desgracias naturales del sexo femenino. Tampoco fue todo esto. Una mujer era expedled, bajo pena
de ser renacidos en el Wafte, Camino de aflicciones, la caída, en el purgatorio,^ no permitir su corazón
a ser perseguido por la codicia, la avaricia,® o por celos,® como explica el comentario, de su
marido€TMs fechorías. Aparentemente ella debería permanecer acrítica de ' su comportamiento, y no
debe reprendía. Si ella estuviera obsesionado por la sensualidad o la lujuria,'^ si ella era infiel, o
envidioso, envidia. Tacaño, una mujer adúltera, inmoral, de pequeños conocimientos, indolente, o
confusión de

cabezas,® descarado, sin escrúpulos, wrathful, o de la debilidad de la sabiduría,® ella estaría


obligado a renacer en un lamentable estado. Pero si ella fuera la inversa de todos estos, fue ^ Jataka,
537.
€oe Dhp. Cmy. en verso 223.
€oe Sarny. Nik., XXXVII., iii., § 3 (3). Cf. supra, pág. 28.
Jpaya, duggati, vinipata, niraya.
s Samy. Nik., XXXVII., III, i, 4 (4). Cf. Ang., I, 28 1 .
Â" Ibíd. â€TMâ
Sarny TM Ibíd. 8. Nik., XXXVIL, III, i, §§ 6-13.
8 /^/V.,§§ 15-24.
48
La esposa dice que después de la muerte ella sería renace en la feliz Lotd, con toda probabilidad, la
mayoría de las esposas se dedican enteramente a su esposo€TMs servicio; para las mujeres casadas,
salvo entre los muy pobres, no involucra al extra-ocupaciones domésticas. Es im- posible decir exaftly
cuan lejos se aprovecharon de la comparativamente nueva institución del orden de Almswomen. Su
esposo Praftically€TMs consentimiento era necesario antes de que pudieran tomar el gran paso,
alterando la totalidad de sus vidas, de entrar en casa- lessness ; y existen pocos registros de mujeres que
adoptaron el conventual estado si sus maridos no.® algunos aspiran a hacerlo, pero ha cedido incluso
este.más ardiente esperanza para continuar sus cuidados wifely.® una conmovedora ilustración de la
devoción incesante de una esposa en una crisis en su propia vida y la de su esposo es presentado por la
serie de ardides inventados por la Reina, quien es conocido como la madre de Ajatasatthu, a fin de
salvar a su esposo de ser a morir de hambre en la cárcel por su hijo, cuyo destino, Se dijo, debía ser un
parricidio.^ hizo abundante uso de la per- misión su hijo le concedió para visitar a su padre en la cárcel,
y estaba lleno de recurso en el contrabando de alimentos a él; primero en un tazón de oro, junto con la
solapa de la bata, luego en su tocado, entonces en sus zapatos de oro, hasta que

cada uno de estos dispositivos fueron sucesivamente detefted y detenida por el orden de su hijo.
Finalmente ella bañada en agua perfumada y untado su cuerpo con miel para el rey Bimbisara lamer;
pero después de esto fue descubierto se le permitió ir a él sólo una vez más; y ^ Cf. BaudhaySna, ii, 2,
3- 47 : â€oeThose (mujeres) que ftrive (hacer lo que es agradable a sus maridos ganará el cielo.â€
 ^ Therigatha, i., LII. ^ ib., I, XVII, LII.
€ ̃†̃ Sumafigalavilasini, I, pág. 136. Cf. diálogos, ii, 78, nota; Jstaka Cmy. en 239; ibíd., sobre 283.
Ella es identificada en ambos contextos como Kosala Devi; ibíd., sobre 530.
49
D
El laicas, por lo tanto, no habría más alimentos para el rey.
En ella la^t visita ella le dijo que él había alimentado su propio enemigo, y quiso para su perdón si hay
alguna culpa en ella. La única culpa que podría haber habido habría permanecido en su falta de deter-
mination para anular el rey€TMs no desea tener el hijo, muerto al nacer. Ella puede haberse percatado
de que ella no era una mujer que domina por naturaleza, y no una ma^erful dowager. La autora no está
representada como implorando a su hijo por la vida de su padre, el hombre a quien adoraba; y podría
haber sido que su conocimiento de las propias limitaciones de charafter le hizo abstenerse de
emprender una tarea que, a la vista de todas las circunstancias, parecía desesperada desde el principio.
Se dice que después de Ajatasatthu Bimbisara había asesinado a la reina pronto murió de tristeza.
Tales fueron algunas de las mujeres que han ganado im- la mortalidad por sí mismos, por razón de su
altruismo.
Su devoción parecían no conocer límites, si se basan en la obediencia o el amor.
- En el momento en que los Jatakas y sus comentarios fueron escritos, el breve apogeo de las mujeres
indias ya se aprobó. La reactivación de anti-feminismo ha dejado su marca en sentimientos no destaca
en la literatura anterior, pero que en los Jatakas se cristalizan en historias calculada para demostrar la
ingratitud, el engaño, la credibilidad de la onu y la sensualidad de wo hombre. ^ Pero algunas
excepciones poco frecuentes se han resistido a las manos de

los editores. Entre ellos se destaca la historia del valiente esposa quien declaró a el ladrón jefe que
acosan a ella y a su esposo como estaban en camino, que si él o su banda asesinaron a su esposo, ella se
mataría. De esta manera, ella le rogó que fuera y guarda su propio honor.® una esposa que combina
las dos cualidades de la castidad y la devoción fue mirado como una joya tanto en ^ Por ejemplo,
Jatakas, 6i, 62, 461, 472.
^ Jataka Cmy. en 266.
50
La esposa el
Brahmanismo y el budismo bajo. Ella no fue la excepción; a menudo ella era la adtual y el ideal, de
manera inigualable que ella era sólo comparable a la de la fe.
Hablando de un almsman que vomitó la vida sin hogar para la vida de un dueño de casa, Gotama se
dice que se dice : â€oe En días pasados él lo^t una joya de esposa, ju^t como ahora tiene lo^ la joya de
la fe.†^  antes de los días de los Jatakas hubo admiración por la esposa, y menos insistencia en
su servilismo y poca fiabilidad. La inclusión de este tipo de amigo de la esposa es un acuse de recibo de
su camaradería. Hay un hermoso pasaje en la decadencia Suttas donde, en respuesta a la quellion, â€oe
lo que, aquí abajo, es el supremo Camarada ?†Gotama está representado como respuesta-  ing
en el siguiente versículo, â€oe La esposa está aquí abajo el camarada suprema.†^ El comentario se
dice que es uno  â€oe a quien un secreto puede ser dicho que puede contar a nadie.†El poder
guardar secretos es considerado  como corresponde a una esposa.^ esta definición, estrecho
pero honorable, encuentra su corroboración, justificación y amplificación de la Sigalovadasutta, la
Homilía para los Laicos; y no cabe duda de que Gotama reconoció que el poder de la mujer debía ser
contada con en La casa, para que ella no era una simple cifra.
Si estuviera en posesión de las cinco potencias â€" el poder de la belleza, de la riqueza, de parentesco,
de hijos (jtutta), y la virtud â€" se dijo que ella pueda morar en la casa de la confianza, insoportable a
su marido, y continuando a {vattatt) obtener el mejor de él.^ en el Anguttara el poder del enojo es
atribuida a ella, aparte de los otros.® ^ Jataka Cvaj. en 32.

^ Sarny. Nik., i, 6, § 4. Cf. Rajasuya, Aitareya Brahmán, Rig-Veda Brahmanas, trans., A. B. Keith,
Harvard Oriental Studies, vol. XXV., p. 300 ; â€oe una esposa es una camarada.†pero en la introdu
 diion, pág. 29, el traductor aduce razones para suponer que el Rajasuya reft es posterior a la de
los Brahmanas.
® Ang., I, 282.
i Sarny. Nik., XXXVII., iii., §§ 25-27 (1-3).
® Ang., IV, 223.
51
sj Oâ€TM
El laicas el marido, por otro lado, se dice
que siguen para obtener lo mejor de ella en virtud del poder de la autoridad^ solos, againft que sus
poderes no pueden prevalecer. Sin duda, este monje-talk contiene un germen de verdad, y teóricamente
se mantenga en buen estado. Pero praftically muchas de las mujeres parecen haber adquirido una
posición de comando, y se han dado a la reina en sus propios hogares.
Una de las maneras en que una mujer haga valer la autoridad estaba compartiendo con su marido en la
elección de carreras para los niños. Si estas pensado introducir- ción de la Orden, se debe obtener el
consentimiento de sus padres. Uno de los queftions ponga en la ceremonia mpada Upasa- tanto a los
participantes masculinos y femeninos era ; â€oe tus padres han dado su consentimiento para que los
niños regularmente este anteproyecto asegurada ^lep está corroborado por muchas instancias de la
Thera--Therl gatha y otros escritos ; por ejemplo, el caso de los 17 niños de los cuales Upali fue la
cabeza (ypSmokkha) pueden ser mencionados.® si algunas veces tenían feroces discusiones con sus
padres, los niños rara vez les desafió^ y eludió a la almspeople.® El fa6l que la madre se exigía el
consentimiento de TMs€ antes de que sus hijos habían permitido romper con el hogar vida revela
Gotamaâ€TMs simpatía con ella por su posible pérdida, y también la rectitud de la mente, no menos
Que su voluntad de estar con cualquier deseos razonables. También es una prueba de la alta estima en
que la madre se celebró. Por dotar a su voluntad- con poder y autoridad igual a la de su marido,
acreditando su con opiniones que merecen un profundo consideracio- ción, y viendo en ella una
dignidad enraizada en su

^ Sarny. Nik., XXXVIL, iii., § 28 (4).


^ 54; CV., X., de 17 años, i_.^ 3 Y., IV, pág. 128.
^ V., iii., 11-15 ; Majjhima, ii., 54 Si. ; Jataka Cmy. el 14, donde Tissa se dice para haber seguido
RatthapSlaâ€TMs ejemplo y se negó a tomar la comida ; Therigatha, Ixxiii.
€oe Dhp. Cmy. En los versículos 209-211.
52
La esposa cualidades de la mente, y no simplemente en su vida como un niño- portador, un gran avance
psicológico fue hecha a las nociones tradicionales; hasta que las niñas son casadas, ya no eran
consideradas como propiedad de su padre, sino también de su madre. La propia niña no era mucho
mejor, en la disposición de su vida que tenía ^lill a adherirse a los deseos y de- cisions de estos
guardianes, y después se casó, a los de su marido; pero el culto de la madre fue ennoblecido por el
injerto en la cooperativa el poder de la esposa.
No sólo era cuando existía el prospedt prácticamente de perder a un niño que los padres intervinieron.
Tanto la madre como el padre son frecuentemente representadas como considerando la futura carrera de
un niño cuando este es expefted a no ser una vida monástica, sino una mundana.
Por ejemplo, Anathapindika consultó con su esposa antes de aceptar la oferta del gran comerciante
Ugga casar a su hijo a su hija.â€TM- el padre y la madre de gran riqueza® no vio ninguna necesidad de
su hijo para hacer nada más que disfrutar de sus riquezas â€oe según su buen placer. En consecuencia,
en^lrufted él cantando y tocando instrumentos musicales, y eso era todo el inSlruftion recibió
.†Un curso similar fue adoptado por el padre y por la madre de una niña que nació en la
misma ciudad,® de Benares, â€oe y tenían su inStrufted sólo en bailando y cantando.† La
cuenta del padre y la madre de Upali,'* y del pensamiento ansioso que se gastaron para asegurar a él un
â€oe vida de facilidad y sin dolor † después de su muerte, también muestra a la mujer como
individuo cuya opinión y consejos se buscó, y cuyas decisiones son acatadas.
Otro passage® lanza una curiosa luz lateral sobre el groitnd obtenidos por mujeres desde el
surgimiento del budismo.

Dhp. Cmy. en verso 304. ^ Ídem, en los versículos 155-156.


® Ib ^ MV., I, 49, 1-3; V., iv., p, 128.
® Dhp. Cmy. En el versículo 24.
53
El laicas se felicitaba de que â€oecuando peste estalla, animales, desde las moscas al ganado, son el
abeto^t a morir; después de ellos esclavos; después de ellos la mafter y amante de una casa- espera. Así
que esta enfermedad atacó lafl de todos el gran comerciante y su esposa.† Propietarios
{gahapati) y sus esposas también exer- cised co-igual autoridad en otros asuntos. Por ello se dice que
un almsman podría no pregunte a cualquiera de ellos para una túnica en la temporada incorrecta ;
cualquiera podría ofrecerle la elección de materiales, podría proporcionar un conjunto de hábitos en el
intercambio para la túnica-fondo para la almsman.â€TM- como no di^tinftion fue hecha entre el dueño
de la casa y su dama en el asunto de diftributing batas, parece que no hay duda de que las mujeres eran
capaces de retener los bienes, en especie o en dinero, independientemente de sus parientes varones.
Es cierto que Rahulaâ€TMs madre está grabado que le dijo, â€oe preguntarle (su padre) por su herencia
"f y Ghosaka bellowed todos sus bienes a su hijo con preferencia a su esposa y su hija;®, pero
también hay otros casos donde la propiedad se dejó a la esposa.
Efectivamente, estas aparentes contradicciones sólo van a demostrar que todavía no había un duro y
fa^^ derecho sucesorio Bhadda Kapilani,® aunque casado, parece haber sido el único propietario de
sus bienes; se dice que cuando ella renunció al mundo â€oe ella entregó su gran riqueza a sus
deudos.†Sun-  darlâ€TMs padre,® cuando abandone el hogar y vida ^ Vinaya, Nissaggiya
Pacittiya Dhamma, 6-9, 27.
€oe MV., I, 54, I ; cf. Dhp. Cmy. En los versículos 13-14.
€oe Dhp. Cmy. En los versículos 21-23.
^ Vasis&a, S.B.E.jXiv., p. xxvi, â€oe mujeres excluidas del éxito- sión a la propiedad de los
hombres.†En BaudhaySna, i, 5, ii. ii-RJ,  mujer no se mencionan entre los herederos ; cf.
BaudhaySna ii., 2, 3. 44-46, donde la Veda es citado como declarando que â€oe la mujer se considera
deftitute ... una porción.†Pero Apa^tamba,  ii., 6, 14. 4, dice que (no todos los demás
herederos) la hija puede tomar la
herencia ; ii., 6, r4, 9, define la esposa€TMs compartir.
® Therigitha Cmy . En xxxvii.
€oe Ibid., CMY. En Ixix.
54
La esposa disponer de sus bienes, pasó por encima de su esposa, en favor de su hija. El ^fcory va que la
madre intentó disuadir de Sundari, siguiendo su ejemplo, antes de su celebración por el atractivo de su
riqueza heredada:
â€oe toda la riqueza de esta casa pertenece a usted. Tú eres la heredera de esta familia. Tomar su
herencia cultural y disfrutar de ella.†este episodio tiene su contraparte en  historias del
vinaya^ y Majjhma,® donde los padres son retratados como tratando de persuadir a sus hijos, y
Sudinna respeftively almsmen Ratthapala, ya, al pagar las visitas a la vivienda de sus propios padres
(sakapitt^, a separarse de la Orden.
No eran lentos para exhibir la riqueza, y señaló las porciones separadas, diciendo: â€oe este es tu
madre€TMs treasure (montón de riqueza), esta tu padre€TMs, este tu grandfatherâ€TMs.†
estos casos â€" los dones de las ropas hechas a la almsmen por el householdei'sâ€TM esposas, y
referencias incidentales, como, por ejemplo, a las fabulosas riquezas pertenecientes a Visakha® y
administrado por su â€" demostrar más allá de toda duda que las mujeres no se limitan al disfrute de la
dote matrimonial, pero, independientemente de los hombres, tiene derechos de tenencia y
administración a otras formas de propiedad. Algunos bienes era muy probable que tienen en común,
pero esto es nada especificado.^ la esposa€TMs influencia no ^lop en el umbral de la casa, pero, a
través de los hombres, impregnaba toda la sociedad -donde la religión fue de tanta consideración como
gobierno. No le permitieron sentarse en ^ V., iii., p. i6. ^ Majjhima, ii, 63.
® de Warren, el budismo en traducciones, p. 461 S., y véase infra pág. 345 y ss.
** Cf. Apa^lamba, ii, 1, 1, 29. 3. €oe tanto la esposa y el esposo tiene poder sobre sus bienes
comunes.†Haradatta explica que

â€oe  aunque esto es así, la esposa no puede gastar bdill (dinero) sin el consentimiento de su
marido, pero el marido puede hacer (sin el consentimiento de su esposa).†C/. ii., 6, 14. 18 : â€oe no
es un robo si una esposa  gasta dinero en ocasiones (por necesidad) durante la ausencia de su
marido€TMs.† ss
La laicas Consejos, no se permite para llevar a cabo actividades comerciales^ o para viajar a lugares
extranjeros, aun así no podían ser ignorados; y era, por lo tanto, mejor, más decente, más chival- rous,
más razonable para construir para ellos, en la medida de lo posible, una posición digna de la veneración
que se merece, y una inspiradora para el honor; a atribuir a ellos el regalo, valorados en Buddhi^
pensamiento, de amigo- barco y camaradería ; y ponerlos a la luz de una verdadera ayuda satisface, en
lugar de relegarlos a la posición â€" compartida en común Con animales hembras â€" únicamente a
exi^ como portadores de los niños. Era un intento de alterar su posición de subordinación al marido a
uno de igualdad con él; y era justo que estas mujeres desinteresados debe dar crédito abiertamente,
aunque sólo por un breve período en sus hillory, por su modelo de comportamiento a lo largo de los
siglos. Como cada uno de los socios del vínculo matrimonial sería entonces merecen el resped y la
admiración de los demás, por lo que mayor amor mutuo podrían seguir, y algunos de los fundamentos
de la felicidad â€" reciptocal deberes y un reparto de intereses â€" podría surgir en sus proporciones
correctas.
De hecho la aparición de disputas entre esposos y esposas a menudo no está registrada. Uno de ellos es
mencionado en el Vinaya,^ pero la causa no es dada. La esposa salió de la casa y pidió un almsman
quien conoció si ella podría continuar con él. El marido perseguido ella, cogió la almsman y le dio una
buena paliza antes de que la mujer
podría asegurarle que no había acco^ed ella.
^rife interno podría haber sido evitado en gran medida por la humildad y la docilidad de la media de la
esposa. Aunque se negó a sus deseos, como pequeños Sturdy® y el Dhamma,^ otros no registrados
pueden también han seguido tfleir unmurmuring con tareas. La scorn® pueden 'ang.• jii., 82. Las
mujeres de la loweftca^te fueron autorizados a comerciar.
= V., iv, 132, 133. ** Therigatha, i.
* Ibíd., xvii. ® Ibíd., xxi.

56
La esposa han sentido para sus maridos trazado fuera comparativamente rara vez, quizás, en abierta
rebelión. Después de todo, los hombres eran los encargados de dinero. Quizás era natural para una
mujer de despreciar a su esposo por su pobreza, a quién no le gustaría ser cómodamente off ? También
por su embriaguez, la estupidez, la imprudencia, para asistir a todo tipo de negocios y para olvidar
todos los deberes hacia ella. Pero si la esposa indio despreciado a su marido porque estaba enfermo y
viejo, ella muCl han sido más duro de corazón que no hay ninguna evidencia para creer.^ porque su
hábito obediente de la mente se expresa en una serie constante de servicios y atenciones, una gran
mezcla de compasivo, vibrando^ amor paterno, a veces mezclada con su amor conyugal.
Teóricamente esto se reconoció en la esposa, que se asemeja a la madre; y en la esposa praftice algunas
veces expresada esta actitud dirigiéndose a su marido como ayyaputta?
Este wifely obediencia, devoción, servicio y compartir algunos de los intereses comunes no podían
dejar de influir en los hombres€TMs la actitud hacia las mujeres. Si, en teoría, un hombre puede
despreciar a su esposa porque ella amó a los demás pero odiaba a él, por lo que obtuvo filched
honorable comercio, era perezoso, codiciosos y malos templado,^ escasos en la práctica â€" en cuanto a
los registros muestran â€" tenía algún motivo para hacerlo. Por el contrario, ellos muCl han dio cuenta
de cuán grande era la deuda a sus esposas por su lealtad. Algunos maridos simpático intento- ed a
reconocer esto: que promovió sus esposas€TM deseos, tomó sus mensajes a Gotama, cedía a sus
caprichos, les dio el dinero cada día para comprar ^ motivos por los cuales una mujer puede despreciar
su marido están dadas en Tstaka, nº 536.
® Kampa, temblor o vibración hacia.
® V., iv., p. 203 ; Majjhima ii., 64, 109. Traducido moft casi por â€oe Monsieur le fihy Cf. diálogos,
ii, 96, donde ambas direcciones Ambapali Gotama y el Licchavis de esta manera.
^ Jataka, 536.

57
El laicas flores/ y â€" bastante menos llamativamente â€" les dio su consentimiento para entrar en la
Orden. Los reyes son a veces grabados que ha concedido dones a sus reinas, generalmente para marcar
su alegría por el nacimiento de un hijo.® hubo maridos como Bimbisara® y un brahmán convertir^
deseosos de que sus esposas participen en la verdad conocida por Gotama. Pero la naturaleza humana
siendo lo que es, hay algunas mujeres que sufren porque sus esposos eran descaradamente egoísta,
unre- generar criaturas, como los tacaños Kosiya, a quienes quizá ninguna cantidad de moral en^ruftion
podría haber salvado. Mandó a su esposa a cocinar una torta sólo un día, en secreto, para él para comer
solo y en secreto, y no contiene ninguna disposición para su sustento. Hubo maridos que escondió su
egoísmo bajo el manto de la religión, abandonando a sus esposas y entrar en la orden de Almsmen.®
sin duda muchas de ellas podrían tener eco de las palabras atribuidas al beato en el Cariya Pitaka,®
â€oe â€TMTwas no por el odio de mis hijos dulce, â€TMTwas no por el odio de mi reina de corazones
Thraller Maddi, â€" No que me gustaban menos.
Pero la budeidad más, que he renunciado a todos ellos.† que esas palabras podían atribuirse a
Gotama es un ejemplo de los extremos a que podía realizarse distorsión monacal; para él es el hablar de
aquellos que se sienten incapaces de adecuadamente hacia una vida normal con la rayed affeftions.
Muchos maridos podrían tener eco de las palabras de Nagasena en el párrafo previo a la cita de este
verso, amplificando las razones que podrían haber limitado él de hacer esta renuncia ; para pocos
habrían suscrito el otorgamiento de Vessantaraâ€TMs ^ Dhp. Cmy. En los versículos 21-23. ^ Jataka, 6.
^ Therigatha, LII. * Diálogos, vol. I, pág. 135.
® Theragatha, viii. ; TherlgStha, xlv.
€oe Cariya Pitaka, i., 9, 53 ; todo esto se da en Milindapafiha dtory, iv, 8, 10.

. 58
La esposa esposa e hijos, una â€oe don . . , Inconmensurables, magni- ficent, insuperable, de lo cercano
y querido a él, muy querida, apreciada como su propia vida, sus propios hijos y su esposa,†en el
Brahman.  Los hombres no siempre consideran la naturaleza del sacrificio que estaban
imponiendo a sus esposas, cuando decidió entrar en la vida religiosa; pero re- morse en el pensamiento
de la ^tate de viudez virtual para que su conduifl había traído, entró en Nandaâ€TMs decisión.
separarse de la orden cuando Gotama le preguntó su razón para su dissatisfaffion con la vida superior,
se dice que le respondió:
â€oe Reverendo Sir, cuando dejé mi casa, mi noble esposa Janapada-Kalyani^ con cabello peinado de
media-, se despidió de mí, diciendo: †̃ Noble Sir, devuelva inmediatamente.â€TM â€oe Reverendo
Sir, es porque sigo recuerde- ing ella que estoy insatisfecho con La i*eligious vida que estoy viviendo
ahora; que no puedo soportar vivir la vida religiosa; ya que tengo la intención de abandonar los
preceptos superior inferior y volver a la vida, la vida de un laico.† todavía, como una regla,
almsmen no se alejen de la vida superior por retros^edtive remordimientos de conciencia contra- partes
referentes a sus esposas durante su ausencia, o recordando con añoranza.® fue en las ocasiones
cuando iban a visitar a sus antiguos hogares, o cuando las esposas fue a visitarlos a la vihara con este
propósito en sus mentes, que reconocieron nuevamente sus encantos físicos ; y aterrorizados de
capitular, su terreno dlood,^ y a veces Convierten sus esposas,® o se apresuraron hacia la seguridad
del open.® ^ Dhp. Cmy. En los versículos 13-14. ® â€oe Belle-de-la-Countiy.† ^ Jataka
Cmy, sobre 147 ; cf. Cmy. en 207.
^ Tlieragatha Cmy. En x.; UdSna, iluminación, § 8.
€oe Cf. Theragatha Cmy. viii. ; En cxciv.
€oe Theragatha; CMY. En xxxiv. ; En la ccxxiii.
S9
El duelo laicas a una esposa€TMs la muerte no es un fenómeno que habría sido de mucho intere^ para
los grabadores.
Se habrían considerado como un readfion natural y normal de aquellos que, viviendo en el mundo,
están obligados por un poderoso fetter; pero desde su punto de vista que se han lamentado que denota
una equivocada y confusa la aprehensión de la realidad. Su muy común- ness como ftrand de
experiencia humana hizo tal vez inapropiado para grabar. Por ello no es de extrañar que los registros
del duelo de sólo tres maridos han sido incluidos en esta literatura. Haritaâ€TMsâ€TM- sobrevive,
como su razón para unirse al almsmen; y Pasenadiâ€TMs^ y Mundaâ€TMs® porque eran famosos
reyes.
Eventos de Pasenadiâ€TMs reinado son a menudo crónica; por ende, es sólo para ser expefted que su
lamento por su reina Mallika, amada por todos sus subjedls demasiado, también deben ser insertados.
Una esposa€TMs dolor por la muerte de su marido€TMs sería lógico pasar casi desapercibida, y poco
rastro de ella sobrevive.^ la cuestión de las segundas nupcias de las mujeres que no eran viudas es uno
en el que hay pruebas pero escasos; pero las piezas que son: diredl exiil e importante. No hay ninguna
indicación en los textos que los casos que se describen en faff fueron aislados.
Dos parecen haber sido los casos de aftual segundas nupcias, otros dos de las posibles nuevas nupcias.
Isidasi,®, que ha sido tan a menudo mencionados, se casó con un hombre tras otro. Desde la falta de
comentar sobre sus contemporáneos conduft, puede llegarse a la conclusión de que ella era adling en
conformidad con la opinión pública y no en oposición a él; que ella no era la adopción de un curso que
fue de alguna manera inusual; y que en toda proba- ^ Tlieragatha, xxix. €oe Ang., III, 57.
® de agosto, iii., 57 ss. Rhys Davids, vol I, pág. 189, señala que las lenguas munda y su reina Bhadda
poft son canónicos, habiendo comenzado a reinar sobre 40 A.B.
* Pafacara llorado por casi todos sus familiares muertos, no sólo por su marido.
®, Ixxii TherigStha.
60

Bility había otras mujeres que se casó de nuevo, pero que quizás fueron más afortunados en encontrar
happb ness con el segundo marido. Los otros casos confirman esta interpretación. Por ejemplo, el
Dhamma- pada Comentario, en la secuela que introduce a la ifory de K3na^ dice que cuando su marido
se casó con otra mujer, ella fue tomada como una hija del rey, y más tarde se casó por él a un gran
noble.
Una mujer â€oevisited Savatthi su propia gente a casa y TMs€querían llevarla de su marido y casarse
con alguien a quien no le gustaba.†®  Esta cláusula también lee como si no existiera,
religiosas o sociales que deben superar los obstáculos que se han vuelto a casar, pero como si se tratara
de un ftep que podría fácilmente ser tomada sin plantear ningún escándalo. Lo mismo sucede con un
pasaje de los Jatakas.® Un viejo squire, quien tenía una joven esposa, pensando en los días en que no
sería nada más, es descrito como diciendo que tan pronto como él está muerto, esta chica, su esposa,
siendo tan jóvenes se casan el cielo sabe quién y gastar todo su dinero en lugar de entregarlo a su hijo y
heredero. La penumbra que otros- wise envueltas en este tema no puede entenderse en el sentido de que
no se produzcan nuevas nupcias; y diversas razones podrían aducirse para tener en cuenta la densidad
de los datos. En el lugar firft, los textos fueron escritos después de los hechos que se pretende registrar.
En el intervalo mucho sobre la vida de las mujeres pueden haber sido olvidados.
Los hombres eran los repositorios de aprendizaje, de historias y leyendas, y la tarea de repetir el
material a los monjes para su incorporación en los textos que fueron editando corresponderían
principalmente, si no exclusivamente, a los hombres. Tienden a recordar eventos y costumbres
principalmente sobre sí mismos, y dejar que los relativos a sus mujeres-folk caiga en el olvido. Pero ni
los hombres ni los monjes podían ignorar totalmente la pena que algunas de las mujeres ^ Dhp. Cmy.
En el versículo 82. supra, pág. 38.
®, Majjhima ii., 109. ® Jataka, 39.
61
Las mujeres seglares les obligó a ver en ellos. La supervivencia de Vagiraâ€TMs versados que analiza
un tema de importancia tan fundamental como satta (una entidad viviente de hormigón), como po-
plantea el concepto de anatta (no-libre) â€" revela el FAD que, incluso si los monjes le disgustaba,
reconocieron que la competencia y el talento se encuentran entre

las mujeres; y, por lo tanto, no podían dejar de crónica algunos registros de ellos.
En segundo lugar, los monjes, en seleding sus materiales, tendería a suprimir como intrascendentes y
uninterest- ing, y posiblemente también como poco edificante, muchos de los datos transmitidos a ellos
acerca de las reglas y normas que rigen la vida de una mujer. Probablemente su sentido histórico fue
muy débil, y que no se sienten llamados a introducir dories de la pad en documentos escritos por
primera vez en días cuando la posición de la mujer â€" en comparación con su antigua aproximación a
la igualdad con los hombres â€" estaba sufriendo una notable disminución, j de ahí la mención de estas
cuatro referencias para volver a contraer matrimonio, pero de no más de cuatro, sugiere que en toda la
probabilidad, los textos son el resultado de eliminación monacal. Sin embargo, más allá de esto, la
apertura de la orden a las mujeres muSl han aSted como preventivo parcial para segundas nupcias.
Varias mujeres están presen- tar que han salido del mundo cuando sus maridos lo hacía;^ pero incluso
el temperamento fuertemente religiosa de Oriente no podía haber impelido a todas las viudas virtuales
en el orden; y no parece imposible que algunos de ellos deben haber encontrado alivio de su soledad y
la carga de responsabilidades en segundas nupcias.
Sobre la ocurrencia y la frecuencia de los divorcios la misma línea de crítica debe ser ejercida sobre la
ocurrencia y frecuencia de segundas nupcias.
No cabe duda de que el divorcio es permitido si cualquiera de ellas fueron declaradas culpables de
adulterio o des- la fidelidad. Estos eran los únicos motivos por los cuales ^ TiLerigatha Apéndice 10. 2
Therigatha, xii.
62
La esposa una mujer puede divorciarse de su marido. Él, por otro lado, podrían poner lejos de su esposa
si ella era estéril,^ y aparentemente si encontró irreconciliables, como es demostrado por Isidasiâ€TMs
caso.^ pero ya que este es el único registro de un divorcio plished adtually aloja- y no simplemente
contemplado, la cuestión de la frecuencia con la que se tomó la medida es incontestable, y uno en el
que los registros de matrimonio arrojar ninguna luz. Estos habían sido más abundante, algunos quizás
han constituido las actas de divorcio.
No hay nada en los decretos atribuido a Gotanija en absoluto comparable a Manuâ€TMs â€" es decir,
que una mujer puede

separarse a la vez si ella es desobediente o pendenciero.® ya que las mujeres en las tierras Budistas
nunca han sido re- vigilado como bestias de carga, no corren el riesgo de ser repudiada porque estaban
mal los trabajadores.
Además, nada se dice de la sustitución de los enfermos esposas.'* como el matrimonio no recibió
ninguna sanción jurídica o religiosa, por lo que el divorcio fue resuelto totalmente por las partes
interesadas.
El compendio de Buddhi^ moralidad consiils de cinco de los principales preceptos (stld)x la
abstinencia de deStruftion de vida, abstenerse de tomar lo que no te es dado, ab- stinence de adulterio,
la abstinencia de hablar falsamente, abstinencia de ocasión o lugar de (thana) beber licores
embriagantes. Es el tercero de estos, el adulterio, el que nos interesa aquí. Según Tachibana® no hay
suficiente material para conStruSt ninguna idea concreta de su posición en el código de ética budista, o
de su prevalencia durante la era budista. A partir de la evidencia que existe, a mí me parece innegable
que Gotama había muy las opiniones definitivas sobre ^ Véase supra, pág. 37. ^ Therlgatha, kxii.
® Manu, IX, 81; â€oe El pendenciero esposa puede ser reemplazado sin demora.† ^ Manu,
IX, 81: â€oeA esposa enferma . . . Puede ser reemplazado (sólo) con su propio consentimiento.â€
 ® Tachibana, la ética del Budismo, p. 6r.
63
La caridad laicas, y que él puso mucho énfasis en la virtud de la continencia.
En el Dhamma Buddhift, el ideal de auto-domesticación, que se logrará mediante el esfuerzo, la energía
y el esfuerzo, es de vital importancia.
€oe Si un hombre conquista en batalla de mil veces mil 'señores, y si otra conquista a sí mismo, él es
el mayor de los conquistadores.
€oe la propia€TMs propia {att^ conquista es mejor que todas las demás personas; ni siquiera un
Deva, un Gandh- arva, no Mara con brahman podría cambiar en derrota el viftory de un hombre que ha
conquistado a sí mismo, y siempre vive bajo la moderación.†^ 

Esta es la piedra angular de la arcada de la ética budista.


Lo ideal es que un hombre debe para domar su propia mente que, con referencia a chaility, él debe
tener la madre-mente el si^Ier-mente y la hija-mente^ hacia todas las mujeres que no eran su esposa,
considerándolas como sus madres, hijas o sixers (según su edad). El adulterio es hablar de uno de los
cuatro vicios de condufl: que llevan a un hombre a la ruina;® ya sea porque un hombre inocente, pero
en extrañas circunstancias, pueden tener los pecados del adúltero engendró a él, como se señala en el
comentario; o porque él realmente â€oegoes a mujeres estimado como vida a otros hombres.†^
 en un dicho atribuido a Gotama, es colocada en su lugar entre los otros crímenes atroces, la
evitación de lo que constituye la moralidad budista en su mo^t fundamentales y trascendentales aspedts
:
â€oe el sacrificio de la vida, el robo, la mentira, el adulterio â€" a estos ninguna palabra de alabanza el
sabio premio,†® 
^ Dhammapada, versículos 103-105.
Sarny. Nik., XXXV., III, 3, § 127 (4).
^ Los diálogos, iii, 184. * ® Ibíd., 182, repetido Ang., II, 71.
64
La Toallita ilrong tales opiniones como estas, expresado en el Vinaya de la Houseman, mu^i tenga su
valía en e^iimating Gotamaâ€TMs opiniones de la castidad, y mu^t no ser negledted como si expresan
un mero capricho.
Fueron la base sobre la cual Buddhi^ ha aumentado, y la moralidad son conflantly destacó en todo el
Suttas^ y no sólo en el Sigalovadasutta. Este es el único Sutta exclusivamente con las relaciones del
dueño de casa a aquellos sobre él, y por lo tanto todo lo que ha sido conservado en ella sin duda se
aproxima estrechamente a la vista real de Gotama. Otros dos Suttas tratar parcialmente con los deberes
de los profanos, y en el Dhammikasutta, Gotama habla abiertamente a Dham- Mika, uno de sus
seguidores en el Jetavana, acerca de la vida householderâ€TMs. Su censura es severo y sobrio:
â€oe deje el hombre sabio evitar un uncha^le quema la vida como un montón de carbones; de no ser
capaz de vivir una vida de castidad, dejarlo no transgredir con

otro hombre€TMs esposa.†^  un poco más tarde los cinco silas se repiten; y aunque todos
estaban enmarcados en el negativo, fueron sin embargo vinculantes; y â€oeLotus abftain desde
adultery†®  igualmente bien podría haber ejecutado â€oe seamos fieles.†Se  se
dijo que â€oe la pureza en obras es abstenerse de adulterio,†^ mientras la mayor bendición es â€oe
 Penitencia y de la caridad, en el discernimiento de las Verdades Nobles y la realización de
Nirvana.† â€oe®, pero el coito con Otro €TMs esposa es amagandha (lo que contamina),â€
®  y trae el delincuente, después el cuerpo€TMs disolución, a una ^tate de aflicción y miseria
o al purgatorio; pero quien se abstiene pasará a una feliz ftate o al cielo.'^ estas declaraciones, con su
yuxtaposición de ad- herencia al dharma y a la castidad, consagran no ^ como, por ejemplo, Majjliima,
i., 286 ; Diálogos, malos., 70, passim.
^ Sutta-Nipata, 395 ; S. B. E., x. ®, Diálogos malos., pág. 74.
* Agosto, i., 271 fF. ® Sutta-Nipata, 267.
® I^id., 242 ; lit. los olores de las materias. Majjhima, i, 313 ss.
65 E
La laicas tibio reprobación, pero un entusiasta conviftion de la diferencia entre el bien y el mal. Se dice
que a causa de placer â€" siempre inexcusable a la mente monacal â€" los hombres se vuelven
ladrones, asaltantes, bandidos, bandoleros y los adúlteros.^ la enormidad del delito se ha insistido una y
otra vez en el Anguttara. Como resultado de ig- norance (uno de los â€oe bonos †^) es posicionado
con  asesinato, robo y mentira, provocando dolor y sufrimiento.
Denota un alejamiento de la moralidad,® y es una obra realizada por un hombre malo,^ que, e
igualmente quien incita a otro a cometer tales condudf, puede ir al infierno.® es un instigador, en
todo caso, considerado como peor que quien hace la escritura adfually por iniciativa propia.® el
aborrecimiento en que el delito se celebró por Gotama, y su vileza en sus ojos, fue grabado en dos
ejemplos de su clarividencia,â€TM*' de la que hizo uso de inStruft la gente.
€oe yo vi a un hombre hundido hasta la cabeza en un hoyo de estiércol. . . .

Este ser, hermanos, era un adúltero en este veiy  Rsjagaha.†â€oe . . . . Vi a una mujer que va
por el aire. Los buitres y cuervos y halcones volaban tras ella, rompiendo sus, tirando de sus pedazos,
mientras ella pronunció gritos de angustia.
Esa mujer era una mujer adúltera esta muy Rajagaha.†
según Nagasena,® los gobernantes Kshatriyas de viejas instaurado este decreto : â€oe quien comete
adulterio . , . Serán susceptibles de ser multados o golpeados o mutilados o partido® o ejecutados,â€
 igualmente con el ladrón, el mentiroso, el dacoit, el highwayman, la trampa y el estafador.
^ Majjhima, 1 , 87. = Ang., I, 193 ss.
** Ang., I, 268. ^ Ang., II, 217.
® Ang., ii.,_2 53._ ® Ang., II, 217.
Sa^y, Nik., xiz., 2, ir (i) ; xix., 2, 13 (3).
® Milindapanha, iv, 8, 28.
® Bhettabbo, tener los brazos y las piernas rotas, 66
La esposa sustanciación de estos castigos es revelado por un Jataka/ donde se dice que, teniendo en
cuenta tales conduft, cierta reina merecía la muerte, encarcelamiento, mutilación o hendidura pedazos.
Ella escapó a esos terribles hados, pero fue destituido de su puesto como reina consorte. Así pues,
parece un hombre puede vengarse a su esposa por ponerla a la muerte, si él descubrió que ella había
cometido adulterio. Hay un relato de una mujer, una mujer adúltera, la esposa de un miembro del clan
Licchavi, quien, por consiguiente, sentó exponerse a la muerte a manos de su marido€TMs.^ declaró
que haría de ella una mala y matarla. Pero antes de hacerlo, él convocó a una reunión especial de el
Licchavis para sancionar la ADH, por lo que no debe juzgar a él después. Se registran para tener le dijo
â€oe tome su derecha.†el castigo era por consiguiente  propuesto por el marido y apoyado por
el Estado. La evidencia ftrong againff ftory brinda la presunción de que la influencia de la gravedad
againft Buddhiff mitigado la mujer.®

againdt fue severo el hombre demasiado :


â€oe cuatro cosas hace un hombre temerario que covets ganancia su prójimo€TMs esposa, demérito-
fortable uncom, una cama, en tercer lugar, el castigo, y por último el infierno.
€oe hay el demérito, y el mal camino (al infierno), existe el corto el placer del miedo en los brazos del
miedo, y el rey impone un fuerte castigo; por lo tanto, nadie piensa en su prójimo€TMs esposa.††̃ ^
 Jataka, 536. ' ® V., iv, págs. 225, 226.
® Art. â€oe adulterio (Buddhift),†E.R.E., vol. i. Cf. Macdonell y  Keith, loc. cit., vol. I,
págs. 396, 479. €oe El adulterio es muy apreciado entre los pueblos arios como un delito grave contra
el marido de la mujer affedled,†p. 396. Ningún texto Védica nos da la regla conocida  a otros
pueblos Indo-Germanic, que el adúltero tomadas en el a£t puede ser matados con impunidad, tiiough
la literatura jurídica posterior tiene rastros de esta regla, pág. 480.
* Dhp., 309, 310.
67
El laicas Gotama se dice que pronunció estas palabras en relación con Khema, el apuesto hombre que
la mujer amada, y que â€oe fue dado a correr tras otros hombres€TMs esposas. De paso, cabe señalar
que esta frase era pronunciado por Gotama contando Bhaddiya de cuatro de las consecuencias que
acosan a un hombre superado por la avaricia {lobha) y engaño {mohd)?' y arrefted Khema fue llevado
a juicio y sentencia ante el Rey, por adulterio podría ser un delito contra el Estado, así como en contra
de la ley moral. Si otro delincuente no baje tan a la ligera como lo hizo â€" para él no fue castigado â€"
^cuáles eran los castigos gener- aliado dictadas por el rey ? Posiblemente fueron similares a aquellos
con los que la reina en el Jataka ^tory fue amenazado.
Hay demasiado el patrón de las más antiguas pa^t para guiarnos. Entre los hindúes los castigos variaba
de está roto en pedazos en un lugar público por un perro, hasta formas más leves, como por ejemplo,
comer la cantidad mínima de alimentos para mantener juntos el cuerpo y el alma, y ser sancionado de
acuerdo con la diferencia de que el cafte dos delincuentes en cualquier caso dado pertenecía, Budismo,
está en contradicción con la ca^e sistema,

evaluado no pueda usar este tipo de castigo. Pero que el delito se considera un hecho punible, aunque la
pena no era siempre inflidted, no hay duda.
En el Dhammapada Commentary® no es un relato de un hombre que había cometido fornicación con
su siervo femenina; el editor, en una deslumbrante y sorprendente oposición a la totalidad de la
enseñanza en esta subjedt, aparentemente es indiferente a las cualidades morales de la AFT. El hombre
ha recibido castigo alguno, sino únicamente una amonestación; el resultado fue que tanto él como su
esposa, quien en sus celos han mutilado el siervo mujer cortando su nariz y orejas,^ ganó la ^ Dkp.
Cmy. En los versículos 309-310. ® Ang., II, 191.
® Dhp. Cmy. En el versículo 314, * Una praftice ftill vigente en la actualidad entre los hindúes.
68
La esposa misma recompensa, a saber, la conversión. El hombre había con- las admitió su pecado, su
indulto habría sido compre- hensible â€" en el supuesto de que la confesión borra el delito. Pero desde
que fue el esclavo-mujer que reveló estos crímenes, ella fue la causa de su conversión -GAFI que
permite de ninguna otra explicación que el moft odioso de pecados, si reconocido, puede ser expiado.
No obstante, Gotamaâ€TMs tratamiento de estos dos casos era más que un castigo curativa, ya que
implica que subjeftive reconocimiento de un delito es un elemento esencial para la regeneración
espiritual:
conciencia,^ una vez despertado, puede salvar a un hombre, sino el control externo sólo puede disuadir
a él. Este caso tampoco puede interpretarse en el sentido de que la fornicación era menos de un pecado
de adulterio, porque hay una orden de ffatement leve no atribuidos a Gotama, declarando que la
ingestión injustos- ción consiste en el asesinato, el robo y la fornicación. En fa <ff it occurs twice, once
in the Majjhima,^ where Gotama is represented as being in conversation with some brahmins, and once
in the Anguttara® where he is depicted as speaking to Cunda, the son of a smith.
On both occasions Gotama is made to say that a man transgresses in lufts (kdmesu micchdcdn)^
having intercourse with girls under the charge of mother, There is no exaft equivalent in Pali for
conscience, consciousness of not being your be^l. The phrase that comes neareft to it is satindriya,
mindfulness. Cf. C. A. F. Rhys Davids, BuddhiB Psychological

Ethics, London, igoo, p. i6, note 3 : “ Sati entering into and plunging down into the objeft of
thought,†thenceforth possibly to guide thought  as a kind of moral mentor, see ibid., note i. See
also ibid., p. 20, note I. Hiri, sense of shame. Hiribala, power of conscientiousness.
Hiri often combined with and contrafted to ottappa, shrinking back from doing wrong, based on dread
— e.g., hirotiappa, Majjhima, i., 271, trans. Lord Chalmers, Further Dialogues of the Buddha, “
con- scientious and scrupulous.†The difference between the inwardness  and outwardness of the
feelings of shame and dread is well brought out at Majjhima, i., 356, trans. Lord Chalmers : hirima hoti
hirtyati , . .
ottapi hoti ottappati ; “ shamefaced is he, inwardly ashamed . . . sensi- tive is he to reproach from
without — dreading reproach.† “ Majjhima, i., 286. ® Ang., v., 263.
69
The Laywomen father, brother, si^er or relations, or with one wearing the very garlands of
betrothal,â€TM- no less than with one who has taken refuge in the Dhamma, or with one under the
protection of a husband, a married woman.® Gotama goes on to say that not only will a good and
righteous man after death be reborn into one of the happy states, but if he so desires he can here and
now, by extirpating the Cankers {atavd)^ enter on and abide in Deliverance of heart and mind where no
Cankers are.^ There are no documents from which to ascertain the extent of adultery under Buddhism,
or what it did to decrease an abuse which appears to have been fairly prevalent and much deprecated.
For that is the conclusion which we muCl draw if we rely for our necessarily rough judgment on the
number of passages in the literature referring to it. These perhaps form a not altogether untrustworthy
guide, for it is “ out of the accidents of a conversation, as from the confused currents of life and
aCtion (that) the typical form of virtues and vices emerge in definite outline,†® and, we  may
add, their occurrence in more or less definable proportions.
As Buddhism became more and more drenched in monkdom, so virtue became more and more
extolled; the fadt was chronicled that even if a woman were possessed of the powers of beauty, wealth,
kin and children, but not of virtue, her relations would not let her Slay in the family, but would cause
her overthrow; and, according to the Commentary saying, “ she has transgressed beyond all
bounds,†they would take her  by the neck and throw her out.® Virtue, hrahmacariya^

^ Meaning also a courtesan.


® Cf. V., iii., 139 for this liit, and see below, p. 73.
^ Cankers, Drugs or Intoxicants. On difficulty of translating this term see Compendium, p. 227.
* Majjhima, i., 289.
® Pater, Plato and Platonism, library edition, 1917, p. 162.
“ Sarny. Nik., XXXVII., iii., § 30.
70
The Wife in the eyes of the monks lo^l: its original meaning of the good life itself, and came to bear
the re^rifted meaning of chaflity.' Hence for them a virtuous wife was identical with a chaste wife. But
until they imposed their interpretation on the popular point of view, a virtuous wife was considered to
be one who led the good life, narrowed though this might be to one who followed it in ^tridt
compliance with the diftates of the husband.
71
CHAPTER IV The Widow^ T he extreme paucity of references to widows in Buddhist literature
hampers any attempt to give an account of the fhate of widowhood during the first centuries. There is
far less material here than there is for any of the other Elates of womanhood. Yet, a fairly complete
general pidlure of the Buddhi^ widow may be drawn from the material that there is, if it be judged by
what is known of the social outlook during the days of primitive Buddhism;
and from what there is not, if the silence here be compared with the records that survive from sefts
prior to Buddhism and contemporaneous with it.
Viewed in the light of what evidence there is, widow- burning, so far as can be ascertained, was not
praftised; and what was of perhaps more importance ^lill to the widow, her ftate was not accompanied
by any of the

hardships which sometimes charadherised it among various of the other Aryan peoples.^ She suffered
no moral degradation as a consequence of her husbandâ€TMs decease. Her life of course was changed,
but there was no ensuing alteration in her social status. It had not to be advertised by any such signs as
shaving the head,® and the relinquishment of the wearing of Fidkava, a widow ; S., i., 170,
corresponds to the Vedic vidhai/a as “the desolate one."â€TM See Macdonell and Keith, Vedic Index
of Names and SubJeSs, ii., 299, from the root vidhu, lonely ; vidhtira, separated.
^ Cf. vol. i., p. 292.
® Cf. MahapajapatJ, who did not cut off her hair because widowed, but because she sought entry
into the Order. Therigatha Cmy. on Iv. These are some of the signs of .tlie widowhood among the
Hindus.
72
The Widow jewelry and coloured apparel. Her behaviour had not to proclaim her fhate, reflefting it by
any such austerities as habitual frugality in eating, failing at specific times, and sleeping on mats on the
floor. She did not have to absent herself from domestic ceremonies, for Bud- dhism was not swamped
by that mass of ritual attending birth, naming, marriage and death, which in Hinduism demanded the
absence of inauspicious omens, events and creatures, including the widow, for their true and full
performance, or indeed for their performance at all. These negative liberties, compared with what she
might have had to suffer had she belonged to another community, are sufficient to show that she was
not degraded by her bereavement in the eyes of her society, as were the brahmin widows. She was ^ill
regarded as a rational human being with a right to maintain her recognised position in the social
^lru6lure, and was branded by no ffigma. Her involuntary entry into the class of widows did not
convert her into an obje(5l thought to be “ impure †or “ untouchable,†  nor did she
become a dreaded creature of ill-omen.
Such notions were outside the rational trend of Bud- dhi^ thought.
Yet her ^tate was doubtless incomplete — a notion brought out by the use of the word andtha^
meaning unprote6led, deffitute, sometimes used for widows.

Even when widowed she might, however, be protedled by her mother, by her father, by her parents, by
her brother, by her sifter, by her clan or by the Dhamma;â€TM- or, if she went into the Order, by an
elder alms woman.
^ V., iii., p. 139. The two lail of the ten kinds of women to be mentioned in the lift are the sarakkhd —
which the Cmy. explains as malagula-farikkhittd, one adorned with a ftring of garlands — i.e,, a
marriageable woman or a courtesan — and the safaridaifdd, a certain class of woman the use of whom
renders a person liable to punishment.
Cf. Ang., V., 266, 267, where the woman protefted by parents and by clan is omitted, and sassdmikd, a
woman having a husband, is inserted.
Here mdldguiaparikkhittd is subftituted for sdrakkhd. Cf. Maj jhima, i., 286 ; and see above, p, 70.
73
The Laywomen Hence this word apparently means to be without a husband, and is applicable equally
to widows and to unmarried women. Congruent with this description is the plea of a woman whose
husband had been taken prisoner, and who went weeping to the Kingâ€TMs palace begging for
something wherewith to be covered.^ Rejefting the clothes offered her by royal command, she said that
what she wanted was not clothes but a husband; and she declared to the King “ a husband is a
womanâ€TMs real covering, and she that lacks a husband goes bare and naked indeed.†The
Commentary goes  on to say that in order to enforce this truth the follow- ing Sutta should be recited:
“ . Bare and naked is a woman seen Who, having brothers ten, yet lacks a mate.†^  Bare and
naked perhaps, but not despicable.
Nevertheless, the view is set forth in the laft Jataka that widowhood might be fraught with cruelty and
hardships and dissatisfadion.® A certain woman who feared that she was to be virtually widowed
declared that she too would put on the yellow robe and follow her husband through all the obstacles
and dangers of the fore^-life, rather than be harried by the meane^f, eat of leavings, be knocked down
and roughly handled by men while all ^tand round and ftare; rather than have her sons struck, rather
than hear ceaseless unkind speeches from brother and friend. If this were indeed the widowâ€TMs
normal fate, then no wonder she groaned and groaned again, “ O terrible is widowhood.†But 

this llory cannot be taken as a criterion of the widowâ€TMs position in the earlier days of Buddhism,
because it was written down when women were again deposed from their temporarily improved
standing. Then ^ Jsttaka Cmy. on 67.
^ Cf. Jataka, 547, “ a widow may have brothers ten, yet is a naked thing.† ® Jataka, 547.
74
The Widow their life was not a living death, like that led by so many Hindu widows, but, on the
contrary, certain new interests might be brought to it. If she did not remarry,^ as seems to have been
possible but not at all usual, the choice was open to her of entering the Order of Almswomen, or, if she
did not feel too forlorn and unprotefted to desire to take this ^ep, then she might continue in a life
which was not destitute of respedt, and sometimes of position. For if she re- mained at home, there is
evidence to show that a widow could certainly manage the property after her husband was dead and
gone,^ and also that she could almost certainly inherit her husbandâ€TMs riches.
Several passages in the Therigatha and the Com- mentary and other books show that the wealth was
not necessarily left to the male relatives, but could pass into female hands to be held by them.® For
with the inheriting of property naturally goes the holding of property and responsibility for its
management; this would be the widowâ€TMs duty if she were the in- heritor. Although there are no
cases in the Therigatha Commentary of an adlual widow inheriting her hus- bandâ€TMs fortune, such a
custom acquires the aspedf of probability amounting almofl to certainty; firfl, because it was unlikely
that any opprobrium was attached to the dtate of widowhood; and, secondly, because there is on record
the case of the proposed inheritance of riches by Dhammadinna, a virtual widow.^ When her husband
renounced the world he offered her as much wealth as she required, and although she did not accept it,
the fadf that she could have done so had she been ^ Cf. Manu, ix., 65 : “In the sacred texts which
refer to marriage, the appointment (of widows) is nowhere mentioned, nor

is the remarriage of widows prescribed in the rules concerning marriage.† “ Dhp. Cm7. on verse
1 1 5 ; Jataka, 439.
^ Therigatha, Ixx,; Therigatha Cmy. on xxxvii.; on Ixii., see above, pp. 26, 54.
Therigatha Cmy, on xii.
75
The Laywomen so minded, gives a clue to the inclusion of widows among the lawful inheritors.
It is not clear whether the fortune that Sona^ handed over to her sons after her husband had renounced
the world was her own, of which she had been in pos- session for some time, or whether she had only
recently acquired it as the result of her husbandâ€TMs secession. Either interpretation appears to be
possible.^ Had it been widows only, or mainly, who sought the safe shelter of the religious life, it might
have been supposed that their life was openly dogged by scorn and unkindness, a tide which it would
have been useless for them to try to 4lem since they too would have shared in the belief that they
deserved the misery and the treatment they received. But the Order was also open to the wealthy and
the successful, who had at their command all the materials and aids for worldly happi- ness. There is
ample evidence to show that it was ' freely sought by many in the full flush of prosperity; but no more
evidence to show that women joined more readily in their widowhood because their neighbours and
children abused them, than there is to show that in their wifehood their husbands ill-treated them, or
that in their girlhood their parents negledted them and wilfully cramped their adlivities, thus projedling
them into the Order. They did not join because of the exi- gencies of flatus, but because of individual
conditions.
From the survival of three records® of widows who joined the Order, it may be inferred that others,
un- recorded and forgotten, did likewise. It provided them with a means of beginning a new kind of life
in order to forget the joys that had held the germs of the ^ Ibid, on xlv.
® Apparently Hindu widows succeeded to husbandâ€TMs property on failure^ of male descendants.
E.R.B. art. “ Inheritance (Hindu),† vol. vii., p. 308.
^ Therigatha, xvii., xlvii., Iv.
76
The Widow sorrows which had matured in the old. To some women, entry into the Order muft have
been a welcome alternative to staying in the world and treading out a round where they would be
constantly reminded of all that they were yearning for and missing. For one course appears to have
been barred to them; to go completely out of the world by burning themselves at- their husbandsâ€TM
cremation; and another, remarriage, was difficult in the extreme.
Since the texts are almoSt silent on the question of widow-remarriage, it is to be concluded that, if it
existed at all, it formed the great exception rather than the common rule. There are but two references
to it. Neither relates to an aStual case of a widow- remarriage, but to an hypothetical one, for in neither
case was the woman
in faSt widowed. One Story tells how Nakulamataâ€TM- sought to disabuse her sick husbandâ€TMs
mind of any fears of her remarrying after he was dead.
Although she did not speak of it with bated breath as though it were a shocking idea to contemplate,
Still it is incorporated in a liSt of other things she might conceivably do, all of which would be
obviously dis- graceful. These include neglect to feed the children and maintain the household; lack of
desire to see the Blessed One and the Community of Almsmen ; immoral- ity; loss of inner peace and
loss of SteadfaStness in the faith and the dodtrine and discipline.
The other reference is unsatisfadtory as evidence.® It is a late one, for it occurs in the Jatakas. It
again relates to a line of condudl which a woman suggested she could take if she were widowed. Her
husband, son and brother were all imprisoned, and the King out of mercy towards her said that he
would free the one whom she chose. She replied, “ If I live I can get another husband and another
son; but as my parents are dead, I can never get another brother,†and she  asked that the life of her
brother might be spared.
^ Ang., iii., 295 ff. ® Jataka Cmy. on 67.

77
The Laywomen Does this scarcity of data show that widow-remar- riage, if permissible — as the
above ftories indicate — was very seldom resorted to ? A glimmer of light is thrown here by a passage
in the Sarnyutta Nikaya, bearing the curious title “ Of many Daughters † {BahudhJti)} The gift
of the Sutta is that the friar (samam) is a happy man because he is not responsible for his seven
daughters, all widows, with one child, or perhaps two, whom they would be likely to send cadging for
food to him, their grandfather, if he were not a holy man. Although they evidently found it hard to
make both ends meet, none of them seem to have contemplated the possibility of remarriage to
alleviate her struggle for exigence.
In the absence of further documentary evidence, we can only fall back on the suppositions put forward
to account for the sparseness of the evidence for the re- marriage of women who were not widows. In
addition, a cause grounded in the times themselves may be found in the small proportion of child-
marriages.
The distressing State of girl-children, the partners of such bonds, often widows before having attained
the age of puberty, was therefore not a condition likely to arise constantly, and burn itself upon
Gotamaâ€TMs notice. The only existing records of what he is reported to have said forbid the
ordination of girls, married or unmarried, who are twelve years old or less than twelve years old.^ But
even had child-widows formed a large part of the population, and even if it had been clear that they
were allowed to remarry, without independent evidence it would not be safe to assume that adult
widows were also able to remarry.
Yet there is some evidence for this, although it is indireft. There was no proscription on remarriage in
the Vedic texts; and in some cases the widow married her husbandâ€TMs younger brother.® We may
therefore *■Sarny. Nik.jvii., i, § lo. ® V., iv., pp. 321-323, 329-330, “ Keith., Fedic Index of
Names and SubjeSs, i., 476 ff.
78
The Widow surmise that it continued through the Epic period into Buddhist daysd

The development of the prohibition of widow- remarriage corroborates this view; for it began later
among the moft orthodox and the mofl high-ca^le brahmins, those to whom in fadt, with Manu as their
law-book, Buddhism was moft antagonistic. It began tentatively, not definitely forbidding remarriage,
but encouraging a widow, for the sake of her future happi- ness, to live a life of chaftity and celibacy
until her death. ^ A course definitely barred to widows for ending their widowhood was that of burning
on their husbandâ€TMs funeral-pyre {sati^ from the verbal root meaning what is real, good, true,
virtuous). From the complete silence of the BuddhiSl books on this subjedt, it may be concluded that if
it exiSted at all, this “ hideous cuStom † was extremely inconspicuous.® There is no evidence
to show that it existed in Vedic days. Therefore it was not one of the pradtices which Gotama had to
combat. Had it obtained, he would almoSt certainly have protested, and denunciations of this pradlice
would have been included in his condemnation of other sacrifices. For a teaching which was opposed
to offerings and sacrifices and to the taking of life, whether oneâ€TMs own or anotherâ€TMs, whether
on oneâ€TMs own initiative or on that of another, could not have failed to challenge this transgression
of the moral law of abstaining from killing, or to have risen in revolt againSt this demand of a gre^t
human sacrifice. Where the texts decry sacrifices and other brahmanical pradtices this could not have
been ignored. Hence silence can only imply the virtual absence of this cu^om.
^ Winternitz, Die Frau in den Indischen Religionen, vol. i., p. 93.
^ I 6 id., pp. 94, 95.
^ Ibid., pp. 70-84. There is the evidence of Diodorus and Strabo for widow-burning having occurred in
316 b.c.
79
The Laywomen A great deal has been written on the widowâ€TMs self- immolation, compulsory or
voluntary, on her husbandâ€TMs funeral-pyre ; and it may be as well shortly to recapitu- late here some
of the chief conclusions drawn. It seems quite clear that widow-burning is an ancient cu^om among
various peoples; that it was widely distributed and that India was not unique in pradtising

it, and only did so to a limited extent. As mo^ primitive peoples have a surplus of females over males,
pressure might be put upon widows to remove them- selves in order to eliminate the superfluous
women.
This was followed later by the belief that they were unclean creatures, widowed as a result of a sin that
had overtaken them in a previous existence. By the time that these primitive peoples had become
civilised and settled, and were leading a sedentary life in India, the balance of the sexes adjured itself.
Hence_ the insistence on sati decreased, and until it was revived centuries later,® it almoSt
completely died down.
WeStermarck® suggeSls that, since moSt races believe in some form of survival, and since among
many a wife is regarded as the exclusive property of her husband, she is not allowed to survive him
here, for he may want her in the other world where he is gone. In addition to this, the blood-sacriflce of
the wife, and the disposal of other near and important possessions in.
the funerary rites of the dead man are regarded by some primitive peoples as salutary for the deceased
as well as for the living; for if the dead are contented and appeased they will not reappear in ghostly
guise to frighten their surviving relatives. But as Tylor suggests, with masterly acumen based on
internal evidence, the Vedas in this matter are a protect and ^ Weftermarck, of Human Marriage, 5tli
ed.,vo].i.,p. 317- 320. Origin and Development of Moral Ideas, vol. i., p. 474 ; Tylor, Primitive Culture,
vol. i., p. 467 ; Cf. Winternitz, loc. cit., p. 56.
® Weftermarck, HiHory of Human Marriage, Jtli ed., vol. i., p. 3 19.
^ Hid., p. ^17.
80
The Widow a reform,^ transforming reality into a symbol.^ Accord- ing to this theory widow-burning
was not sanftioned by the Vedic religion, either in Samhitas, or in Brah- manas, or in the ritual books;
and widows did not immolate themselves on their husbandâ€TMs funeral-pyre, according to the
custom which doubtless exi^fed, although never as the general rule even in pre-Vedic times.® Instead
of an adtual burning, it was probably usual for them to go through a symbolical burning to signify that
they too were putting the old life from them.

Keith^ gives the following description of the funeral rites which obtained during the Vedic age: “
The dead was then laid on the funeral-pyre in the mid^f of three fires produced by manipulation from
the sacred fires maintained by him, if he did so maintain them. Then the wife of the dead man is placed
beside him, but taken away with the words (RV., x., 1 8 , 8) :
“ †̃ Arise O woman to the world of the living, departed is the life of him with whom thou lieft; to
marriage here thou ha^i: attained with him as husband who graspeth thy hand.â€TM “ It is clear that
the husbandâ€TMs brother, or some other — a pupil or aged servant, according to Afvalayana (iv., 2 ,
1 8 ) — mu^t be meant who takes her in wedlock.† Winternitz,® after giving the same
quotation, goes on to say: “ Wahrscheinlich fand diese Zeremonie ursprttnglich ftatt, wenn die Frau
ihren er^len Gatten ^ Tylor, Primitive Culture, vol. i., p. 467.
^ Cf. Winternitz, loc. cit., p. 57. “ Aber indem er (der Prlefer) hinzufogte : †̃ Verliehe ihr
Nachkommenschaft und Ricktum hier auf Erdenâ€TM deutete er zuglelch. an dass sie nur xum Schein,
nur in Form einer symbolischen Handlung, dem Gatten in Jenseits zu folgen sich bereit erklarte.† ^
Winternitz (in a letter).
^ Keith., Religion and Philosophy of the Vedas and Upanishads, pp.418, 419.
® Winternitz, loc. cit., p. 57.
F
The Laywomen keinen Sohn geboren hatte, und sogleich dem Schwager die Hand zu einem neuen
Bunde reichen muslle.
Die Ritualtexte uberliefern den Branch, ohne die Schwagerehe zu erwahnen, bloss als eine
symbolische Handlung, die ein tatsachliches Mitsterben der Witwe ausschliesft.† This symbolical
adlion should be regarded, then, as a survival of an ancient cuflom which was probably social and
religious in its origins,^ and in which the devotion of the woman to the man was among the root ideas.^
It might be taken as an example of Durkheimâ€TMs theory that the religious praftices of a people
depend

upon their social con^itution. Among the Buddhifts, in consequence of the greater independence of the
women, there was not so much as this symbolical burning, which would indeed have been incompatible
with their negative attitude towards rites.
In view of the available evidence it may be concluded that the position of women in Buddhiif India
was more enviable and more honourable than it had been in pre- Buddhift days. Daughters and widows
were no longer regarded with such undisguised despair and contumely. On the contrary, both they and
wives commanded more respedt and ranked as individuals.
They enjoyed more independence, and a wider liberty to guide and follow their own lives.
^ Schrader, Indo-Gemanic CuSiom, hi PrehiUoric Antiquities of the Aryan Peoples, English trans.,
London, 1890, p. 391 .
^ Coomaraswamy, Sati, Sociological Review, 1912.
82
CHAPTER V The Woman Worker A mong the better classes in Buddhift Indian society, the great
majority of women were sup- ported by children, husband, or father. They did not do much, if any,
work beyond their household tasks as mother, wife, or daughter. But among the poorer people the case
was different, and there are various records which refer to self-supporting women who were engaged in
a trade or a profession.
It is said, for example, that a certain woman was the keepier of a paddy-field ; and she gathered and
parched the heads of rice, doing the work herself.^ Another is described as watching the cotton-fields,^
where she used sometimes to spin fine thread from the clean cotton® in order to while away the time.
Women also appear to have been capable of funftion- ing as keepers of the burning-grounds. Two
references are made to the same woman. Kali, who was engaged in this occupation,^ although no
mention is made of any wage she might have received. She evidently had â– at heart the welfare of
those who came to meditate in the charnel-field, for she provided them with objefts suitable for the
contemplation of Impermanence.

A spirited description of a woman acrobat occurs in the Dhammapada Commentary.® Although it is


the only reference to a woman who earned her liveli- hood by such arts, it is illuminating. For it is
probable ^ Dhp. Cmy. on verse ii8. * Jataka, 546. ^ Ibid.
* Theragatha; Cmy. on cxxxvi.; Dhp. Cmy. on verses 7-8. This Kali is not to be confused vrith the
slave-woman of the same name mentioned below.
® Dhp. Cmy. on verse 348.
83
The Laywomen that some of the five hundred tumblers with whom she was, were also women. They
used annually or twice a year to “ visit Rajagaha, and give performances for seven days before the
King. . . . One day a certain female tumbler climbed a pole, turned somersaults thereon, and balancing
herself on the tip of the pole, danced and sang as she trod the air.†A son of a great  merchant fell in
love with her, but her father would not give his daughter for money, and sugge^ed that the youth should
travel about with them. The people delighted in these acrobatic performances, and “ ^tood on beds
piled on beds †in order to obtain a good view.  They tossed up gifts to the tumblers, who also
earned “ much gold and money.† Such were, perhaps, the more unusual ways in which women
supported themselves. Far more numerous were domestic female slaves, born to this Status of other
domestic slaves, like Punna, in the household of Anathapindika.^ They formed part of the property of
moil wealthy householders. “ Wives and children, bondwomen and bondmen, goats and sheep, fowl
and swine, elephants, cattle, horses and mares, together with gold and coins of silver †all these ties
the house-  man is said to pursue with blind and avid appetite.
But knowing that they are fetters and encumbrances, even the unconverted man, when 'Speaking in
praise of Gotama, might say ; “ He refrains from accepting slave-women or slave-men.†® All
these are thought  to be subjedt to the round of rebirth, to decay and impurity, and also, with the
exceptions of the inanimate gold and coins of silver, to disease, death , and sorrow.
There is only one reference in canonical literature to a slave-woman who was maltreated.^ She had
tried

her mistressâ€TMs patience paSt bearing. Her name was Kali, and she had endeavoured to find out
whether the reputation her miSlress, Videhika, had for gentleness ^ Therlgatha Cmy. on Ixv. ^
Majjhima, i., 162.
® Dialogues, i., p. 5. * Majihima, i., 125-126.
84
The Woman Worker and mildness was true. She therefore got up later and later three mornings
running. At fir^t her mistress merely questioned her and frowned; the next morning she complained;
and the third morning she Struck Kali on the head with a lynch-pin, and drew blood.
It nowhere appears that slave-women were over- worked. There were multitudes of them in the royal
establishments, some of whom waited upon the queens, and performed such duties as daily buying
flowers for them,^ and looking after the jewels of the ladies in the royal harem.^ In other households
they pounded rice,® an arduous task, and helped with the cooking.
Three slave-women called Punna are mentioned:
the one referred to above; one of whom it is said that the brahmin Pokkharasatiâ€TMs heart and mind
does not read the heart and mind of his domestic slave, Punnika,^ meaning that not even a brahmin has
omniscient powers ; and another who is mentioned in the Milindapahha as one of the seven people who
did “ a£ts of devotion which bare fruit even in this life.†® But she is the  only one to be
omitted from the more detailed descrip- tions given later® of the merit-working aSts done by these
people. Doubtless she attained some blissful State, but was she freed from bondage in this life ?
Slave-women could be emancipated, but only with the consent of their maSter. It is significant that in
all recorded cases where such a Step was taken, it was in order to enable the freed-woman to enter the
Order,'' for slaves were ineligible for ordination.® Khujjuttara,® a slave-woman of Queen
Samavati, did not apparently become emancipated on her conversion to Buddhism. She reformed her
conduSt in so far as after the firSt time that she had heard Gotama preach ^ Dhp. Cmy. on verses 21-23.
° Jataia, 92.

® 45. †̃ Majjhima, ii., 201, “ Milindapanha, iv., i, 37. “ 8, 25.
Therigatha Cmy. on Ixv.; Dhp. Cmy. on 314.
® See below, p. 146. “ Dhp. Cmy. on verses 21-23.
85
The Laywomen she spent the whole of the eight pieces of money that the queen had given her for
buying flowers, instead of spending only four and keeping the other four for herself. Being asked by
the queen why she had brought back so many flowers on this particular day, she said that she had heard
the discourse given by the Exalted One, and had acquired understanding of the Dhamma. She then
preached it to the queen, who became a believer, and to all her women-attendants.
They begged Khujjuttara to be to them as a mother and a teacher, and to go to hear every discourse
given by the Teacher, and then return and teach it to them.
In this way she came to know the Tipitika by heart, and it is said that the MaSler assigned her pre-
eminence among his female lay disciples, who were learned in the Scriptures and able to expound the
Dhamma.
Besides slave-women some of the more prosperous householders had also in their retinues vaSI
troupes of female musicians. Gotama himself, before he entered on the homeless way, is said to have
been “ miniftered to by bands of women musicians,†^ and it is recorded  of Yasa the noble
youth that “ in the palace for the rainy season, he lived during the four months (of that season),
surrounded with female musicians, among whom no man was.†^ The instruments played by  such
women included the flute, lute, tabor and drum.^ In a passage in the Milindapanha the drum {bheri) is
described as making a sound “ by the adtion or effort of a woman or a man.†^ Seven kinds of
musical  instruments are alluded to in the Dialogues,® but they are not specified. Cymbals®
were in vogue.
An almost necessary concomitant of music was dancing. Although the true ascetic should abstain from
being a speftator at shows or fairs with nautch- ^ Majjhima, i., 504.
“ MV., i., 7, 1, 2 ; cf. Dialogues, ii., 170. ^ Uid.

* Milindapanha, iv., 6, 58. ^ Dialogues, ii., 183.


° Samma and tola, perhaps a gong. Dialogues, ii., 170.
86
The Woman Worker dances (nacca), singing (gtta), and instrumental music i^aditd)^ this prohibition
did not apply to the laity.
Sound prompted sight to aid in dispelling the tedium of the days of torrential rains, and dancing-girls
abetted in this work, performing as was their wont upon large woollen carpets,^ sometimes singing
themselves® and making music also.^ In order to show the higheSt honour to King Maha- janaka, his
subjefts prepared a great feSlival, and when they were presenting their offerings “ a crowd of
Kingâ€TMs ministers sat on one side, on another a hoSl of brahmins, on another the wealthy merchants
and the like, and on another the moSl beautiful dancing-girls.†®  But they were not employed
solely for entertain- ment: they were sometimes put to other uses. Queen Silavati, the consort of
Okkaka, had no child.® ■The people complained that the realm would perish, and counselled the
king to send out a band of dancing- women of low degree into the Slreets, If no one of these, however,
gave birth to a child he should then send a company of women of good Standing, and finally a band of
the higheSt rank. The expeditions were to receive religious sanftion, but this was not so much to
regularise the Status of the nautch-girl, for she was already accepted as a necessity to the wealthy, as to
insure a successful result. But when the king and the people knew that they were doomed to
disappointment, the failure of the women to give birth to a child was attributed to their lack of merit
and to their immoral- ity: a Hindu rather than a BuddhiSt interpretation.
Thus women professional workers consisted largely of domeStic-slaves, nautch-girls
and women musicians.
In addition to these, a large part of the female popula- tion who did not otherwise gain their livelihood,
or who were not otherwise supported, were courtesans.
They also were sometimes well versed in dancing, ^ Dialogues, i., 5, 7. ® MV., v., 10, 3. ® Jstaka,
529.
* Ibid., 132, 313. ® Ibid., 539. ® Ibid., 531.
87

The Laywomen singing and lute-playingd Although the extent of prostitution in ancient India is
disputed, it had existed before the BuddhiSt days,® despite the importance given to marriage in the
Vedic Age: but for some girls who were without proteSlors,® a life of prostitution was an obvious
course to pursue. Their conduct was regretted by some members of the population . “ ASva- pati, the
prince, boaSts that his kingdom has no thief, churl or drunkard, none who negleSt the sacrifice or the
sacred lore, no adulterer or courtesan.†^ In the  Laws of Manu courtesans are portrayed as
ceremonially unclean, and brahmins are enjoined never to eat food which has been offered by
harlots,® for it is said to exclude from the (higher) worlds.® Further a king should know clever
harlots to be a thorn in the side of his people,â€TM should instigate them to commit offences, then
bring them into his power® and punish them.® In spite of adverse public opinion and in spite of
punishments, courtesans persi^ed into the Buddhi^ days, when they formed a far from negligible
portion of the community, as is shown by the very ease with which they are used in similes.^® Some,
like Vimala† and Sirima,^® appear to have been pro^itutes because their mothers were. Yet among
this class of women the birth-rate mu4l have been somewhat low. Hence comparatively few girl-
children would be born to enjoy their motherâ€TMs favour,^® for courtesans were fully aware, as
Salavat! phrased it, that “ men do not like a pregnant †̃ MV., viii., I, 3.
“ vol. i., p. 97 ; Macdonell and Keith, he. cit., vol. i., P- 395 5 ?/'• vol. i., pp. 30, 147, 481 ; vol.
ii., p. 496.
^ C.H.I., vol. i., pp. 88-89.
^ Keith, Religion and Philosophy of the Vedas and Upanishads, p . 5 8 5 .
® Manu, iv., 209. “ Ibid., 2x9. Ibid., ix., 259, 260.
® Ibid., ix., 261. “ Ibid., ix., 262.
Theragatha, verse ganikd va mbhusdyam, “like courtesans do they parade their gear.†
Therigatha, xxxix. 12 Sutta Nipata, Cmy., i., 144.

See above, p. 20.


88
The Woman Worker woman. If anyone should find out regarding me that the courtesan Salavati is
pregnant, my whole position would be lo^l.†^ There is no record that female  infanticide was ever
committed by a courtesan; but if sons were born to them they ran a certain risk of being murdered.^
Salavati and the courtesan of Ko- sambi® and the courtesan of Rajagaha^ all gave orders that their
sons should be put into an old winnowing basket and ca^h away on the duft-heap. Salavatlâ€TMs was
saved by the prince, Abhaya, and lived to become a famous physician. On the other hand, both Amba-
pali and Abhayaâ€TMs mother each had an almsman son.
Four courtesans, Vimala, Abhayaâ€TMs mother, called Padumavati, Addhakasl and Ambapali, having
been converted.to Buddhism, entered the Order and attained to arahanship. To each of these, too, verses
are attri- buted in the Therigatha. Of Vimala® little other mention is made,® and none of
Abhayaâ€TMs mother:'^ she was the town-belle of Ujjeni, and her boy, Abhaya, was King
Bimbisaraâ€TMs son. On the other hand, Addha- kasi® is important, as in order to circumvent the
diffi- culties of her ordination a relaxation in the discipline was granted.® And AmbapalP® became
and remained famous as one of the mo^t loyal and generous supporters of the Order.
This beautiful woman is said to have come into being , spontaneously in the kingâ€TMs gardens at
Vesall at the foot of a mango-tree; but really she was half-si^er to ^ MV., viii., I, 2-4.
^ The putting away of an illegitimate child is referred to in the Rig-Veda. Macdonell and Keith, loc.
cit., vol. i., p. 395.
^ Dhp. Cmy. on verses 21-23. MV., viii., r, 4.
® Therigatha, xxxix., cf. below, p. 184.
® She occurs again Theragatha, verses ii 50-1 157, again being rebuked by Maha-Moggallana.
Therigatha Cmy. on xxvi., see below, p. 185.

® Ibid., on xxii., see below, pp. 143, 184.


° See below, p. 143.
Therigatha Cmy. on Ixvi., see below, p. 185.
89
The Laywomen Vasitthi/ their mother coming of a clansmanâ€TMs family at Vesali.® By her beauty,
talents and desirability Ambapali made this town ever more and more flourish- ing.® But as she grew
older she seems to have come under the influence of her son, the Elder Vimala- Kondailna, and “
later on, out of faith in the Mailer, she built a vihara in her own gardens,†^ for she had  become
exceedingly rich. One day, having heard that Gotama was at Kotigama, she ordered a number of
magnificent vehicles to be made ready, and drove up to the place where he was preaching, finishing the
journey on foot, owing to the impassability of the roads.® After he had taught and gladdened her with
a religious discourse, she asked him and the fraternity of almsmen to take their meal at her house on the
next day. He accepted, and although shortly afterwards he received an invitation for the same day from
the princely family of the Licchavis, he refused them and kept his promise to Ambapali ; not so much
because she was rich, for the Licchavis were rich also, but for the sake of keeping troth; or because,
although there is no trace in the records that she was repenting or that he was blaming her, he may have
felt that she was needing his advice at a crisis in her life more than they. Her disdain of the Licchavi
men, her clients, as they drove up in their gorgeous chariots, also pointed to the change of heart which
she was experiencing.
Soon after, when Gotama was at h^alika, she offered her mango-grove “ to the fraternity of
almsmen with the Buddha at its head.†He welcomed this donation  graciously. It would be of great
use to the Order and he could not have wished to rebuff one on the path of regeneration. She finally
attained arahanship.® TherigatliS Cmy. on li.
^ Mrs. Rhys Davids, Gotama the Man, London, 1928, p. 149.
^ MV., viii., I, I. ^ Therigatha Cmy. on Ixvi.
® MV., vi., 30 ; Mhp., ii., § 17.

“ Therigatlia Cray, on Ixvi.


90
The Woman Worker Besides Ambapali, other courtesans appear to have benefited the Order in various
ways. It is said that at the assemblies of Sulasa the courtesan and of Sirima the courtesan, eighty-four
thousand people penetrated to a knowledge of the Dhamma.^ Nothing is said to show why Sirima was
endowed with virtue. She appears to have been a malicious woman, who was asked by Uttara, a female
lay-disciple to aft as concu- bine to her husband for a fortnight while she herself went away to hear the
preaching. Sirima became angry with Uttara, and injured her. But Uttara made her ask pardon from
Gotama, and she confessed the evil she had done to Uttara.^ Sulasaâ€TMs ftory appears in a Jataka.®
She lived in Benares and had heaps of courtesans in her train. One day, as she was watching from her
window, she saw a robber who had been captured, and who was being led to the place of execu- tion by
royal command. She fell in love with him, and thought that if she could free him she would give up her
bad life and live respeftably with him. She managed to gain his freedom by sending a thousand pieces
to the chief conftable and then lived with him in delight and harmony. Later he wanted to rob her, but
she threw him over a precipice.^ Further, a group of" courtesans saved the life of a lay-disciple,®
who was returning from liftening to a discourse on the Dhamma. But for their intervention he would
have been killed in miftake for the real thieves who had fled. Yet, having saved him, they- neither
mocked at him nor tried to seduce him.
A courtesan who seems to have come under the spell of the Dhamma was Bindumati.® In the time of
Asoka, it is said that by an Aft of Truth, that is by calling “ to mind the attributes of the Buddhas
who ^ Milindapanlia, vi., 4. ® Dhp. Cm^. on verse 223.
® Jataka, 419, * Cf. the story of BhaddS Kundalakesa, Therigatha Cmy. on xlvi.
® Dhp. Cmy. on verse 165. ® Milindapafiha, iv., i, 47.

91
The Laywomen had passed away and (making) a solemn asseveration of the truth,†she reversed the
flow of the Ganges.  Yet in spite of the virtue of all these courtesans, and of others less prominent,
like the one who kept the flve Silas (which would preclude her from plying her trade) and like the one
who for three years kept her honour,^ these were perhaps exceptional cases, and therefore incapable of
raising the profession in the eyes of the world or of the almspeople. And not without reason was it
regarded as unpraiseworthy and inestim- able by the world, and as contaminating by the alms- people,
however much it might be thought at thd same time to be due to the working of karma. Some courte-
sans tried to tempt the almswomen back from the holy life,® hence the ruling that they were not to be
associated with; some tried to break in upon the medi- tations of the almsmen,'^ and even if they did
not try their presence was a menace to mental calm:® while others were the cause of Strife among
men,® obstacles in the path of freedom from luSt, and hence obstacles in the path to tranquillity. t
“ From lu^l springs grief ; from lu^l springs fear :
He that is free from luft neither sorrows nor fears.†^  One courtesan of Benares, called Sama,®
appears to have had a short respite from her profession, during which time she took her pleasure only
with a robber, although she was a favourite of the kingâ€TMs, and was beloved by a rich young
merchant. The beginning of her Story resembles Sulasaâ€TMs, but Samaâ€TMs robber, instead of
being worSted by her, squeezed her until she became
unconscious, and then made off with her ornaments. When she had recovered she asked what ^ Jstaka,
276. “ Ibid. ^ See below, p. 231.
^ Theragatha Cmy. on Iviii. ; Dhp, Cmy. on verses 99, 217.
Htaka, 432.
® Therlgatha Cmy. on Ixvi.; Udana, Jaccundlia, 8, tr. Strong, p. 96 ; Dhp. Cmy. on verse 214.
â€TM Dhp., 214.
92
Jataka, 318.
The Woman Worker had happened to her young lord. Her attendants said that they did not know, and
she concluded he thought that she mu^l be dead. She therefore sum- moned musicians and aftors, and
told them to go out into every village, town and city, and play a certain tune, which if her husband
heard he would recognise.
At laft they arrived at a border-village, and the robber came forward and the a£l;ors explained their
presence; but he said that even if it were true that Sama were alive, which he did not believe, he no
longer wanted her, alive or dead. When the aftors reported this to Sama, she with regrets once more
took to her old course of life. How else should she have earned her livelihood ?
Courtesans sometimes lived in groups,^ or went about in groups, and the more famous ones sometimes
had others in their train, as it is said of Sulasa^ and of Kali,® a courtesan of Benares, who attempted
to restrain her brother who was a debauchee, a drunkard and a gambler, and spent all the money she
gave him.
They were often extremely wealthy. Some, as for example Ambapali, Sirima, Sulasa, Sama and Kali,
put their fee at a thousand pieces (kahapams) each night. Salavati asked for a hundred pieces for one
night.^ Mention is sometimes made of their orna- ments® and their serving-maids.® An interefting
description of Kaliâ€TMs brothel is given “ Now in that house of ill-fame the fashion was this:' out
of every thousand pieces of money received, five hundred were for the woman, five hundred were the
price of the clothes, perfumes and garlands; the men who visited that house received garments to clothe
themselves in, and stayed the night there; then on the next day they put off the garments they had
received, and put on those they had brought and went their ways.† Despite the disturbing effedt
they might have on the ^ Cy. above, p. 91 ; below, p. 231. ^ Jstaka, 419.
^ * MV.jViii., I, 3. ® Jataka, 546.
® Dhp. Cray, on verse 3 ; Jataka, 318, 481. '' Ibid.
93

The Laywomen almspeople, courtesans are never openly condemned in the literature, being regarded as
more piteous and low than blameworthy. Hence, although they come towards the end of a long lift of
trades and professions given in the Milindapanha,^ even so they were said to be capable, with brahmins
and nobles, not merely of knowing that a certain new city was regular, faultless, perfeft and pleasant,
but also that “ Able indeed mufl that architeft have been by whom this city was built.†
According to the outlook of their own times, it would be thought that a woman was a proftitute on
account of the working out of her karma. It was partly because of the notion of karma that the
profession was frankly permitted by the social code of the day, and was more openly recognised then
than now. Pro- flitution was regarded as a condition to which a person was reborn as a desert for some
offence which, as it was thought, had overtaken her in a previous exigence.
But she need not remain in this condition. By willing to change, by willing to ftrive againft the ftream,
and to cultivate the upward mounting way^ and to live well, a woman could become different, could
grow,® and escape from the prison of sense-desires.
^ Milindapanha, v., 4. ® Therlgatha, verse 99.
3 Sam7. Nik., XXXVII., iii., 3, § 34.
94
PART II TI^E BUDDHIST ORDER OF ALMSWOMEN CHAPTER I Admission into the Order W
ITH the growing perception that their life had worth as an end in itself, there was liberated a spirit of
independence in women and for women.
It sought to express itself in domeftic and worldly matters, many of which were also largely religious
in charafter. It also soon became apparent that one of the drifts of this new-found power and freedom
was

away from purely domefbc-religious occupations. In a country where life and religion are praftically
conter- minous,^ these had been regarded as a womanâ€TMs normal duties, the amount of religion
praftised by her coin- ciding with her domestic funftions, and not exceeding them. But now a new drift
in^lead was set exclusively towards religion, towards leading a life devoted entirely to holiness and
totally free of worldly interests, impedi- ments and bonds.
As this freedom grew under Buddhism, women fell into two divisions: those who remained in the
world as lay-votaries of the religion and those who went forth from the world into homelessness and
became ^ Cf. Winternitz, Die Frau in den Indischen Religionen, Leipzig, 1920, vol. i., p. 2, for a
concise expression of this well-known pheno- menon : “ Eine scharfe Grenzlinie zwischen Sitte
Recht und Religion zu ziehen, i^l in Indien geradezu unmoglich. Ebenso ift die ganze Struktur der
Gesellschaft durch religiose Ideen beeinflusft.† 95
The Buddhist Order of Almswomen bhikkhunls, nuns, sifters or almswomen. They will be called by
the la^ name here on account of their quality of receiving alms. Over and above the leading
circumstances which had evolved and which were making themselves felt, there was the peculiar
appeal which religion has always made to women, and to which the newly enunciated teaching of
Gotama formed no exception. Therefore the emergence of women as almswomen was a logical and
almost inevitable develop- ment. These are the women to whom the remainder of this survey will be
mainly devoted.
It has been said,^ I think extremely unfairly, for there is nothing in the Vinaya or in the Psalms to
support the ^atement, that women were largely at- traAed to the Order by the personal charm of
Gotama.
Enough women received the final impetus to join the Order from other teachers than Gotama® to
prove that personal attraftion towards him was not a deter- mining fadlor of any great weight. Indeed,
the ^ory of the conversion of Sujata® is the only one which suggeifs this kind of feeling for him. All
the other women entrants seem sIncerely han sentido la fuerza del dodrine o la fuerza de circum^ances
desagradable.
Se dice que la Sra. Sujata vio Gotama como regresaba de algunos hindúes aflral fe^ival, celebrada
probablemente en honor de Agni, y â€oe su corazón atraída por él- &#157;

se acercó y se sentó a su lado mientras él terminó su discurso. No se registran en las mujeres se han
comportado como Vakkali;'^ porque sabía que mientras habitaba en la casa de su deseo de mirar
constantemente a la perfedion del Maderâ€TMs cuerpo visible nunca podría ser saciado, dio como su
razón para entrar en la Orden. Fue la pasión por la liberación (moksha, mokkha\ muy grandes en
aquellos tiempos y tan amplio como la propia India, que en gran medida señala a la mujer hacia
adelante.
^ Eliot, el hinduismo y el budismo, Londres, 1921, vol. I, pág. 248.
€oe Véase infra, p. 201 ss. â€oe Therigatha, liii.
Theragatha Cmy. en CCV.
96
Admisión en tUe Ordee Â" la libertad era el premio que algunos de ellos espera ganar.
La liberación, tal como se entiende en la India en ese momento, im- ganaban la liberación de toda la
ronda de convertirse, no meramente de un renacimiento en el infierno, o en un cielo para ese asunto.
Para ninguno de estos dos Elates, dado que cada una se rige por la Ley de la Causalidad tanto como es
este mundo, fue pensado para ser definitivas para el individuo.
De ahí que cuando había trabajado fuera de la eficacia causal del karma por la razón de que él estaba
allí, él pasaría a convertirse en otro. El proceso podría ser flopped por quienes tenían la llave. Si no es
infinito. Un Craven, cobarde temor de su infinitud es la actitud de la monacal en el temperamento,
encogida en su vitalidad, cansada del Mundo, falto de esperanza. En contradiflinftion Buddhift a este es
el concepto de la salvación, la consumación de la buena vida que cada hombre y mujer puede wilF a
vivir, en sus diversos abarca la vida {ayu) jamás avanzar hacia él.
No es necesario el establecimiento de la vida ; es necesario el acercamiento de la vida, el logro sólo
podrá realizarse faff y mantiene vigilado, organizada e incesante esfuerzo. Arahanship, nirvana, es la
meta suprema.
Con el fin de ganar allí muft ser una â€oe saliendo,†&#157; TMâ ^ pero no el salir de la vida o de un
â€oe alma,†pero de los incendios &#157; de gratil {raga), mala voluntad {dosd) y el engaño {moha\
y de la causa por excelencia de cada nuevo : el deseo, ansia o agarrar {tanha, upddand)? Aunque
Gotama probablemente creían en alguna forma de supervivencia, la supervivencia del hombre bueno,^
liberados de malos,®

^ no hay palabra en Pali, pero la idea está ahí.


€oe NibbSna, Sánscrito nirvana. El et7molog7 de la palabra es dudosa : el sentido primario parece ser
la nira Védica.nd va, de golpe.
La extinción de un incendio es una posterior y concepción Buddhift predominante del término, donde
la principal referencia es w (para cubrir) y no va (golpe).
^ Sarny. Nik., xii, 7, § 66.
^ Ibid., xii, 7, § 67, â€oe parda o brahman †; Ibíd., I, XVII, § &#157; 10.
Â" Ibíd.
97 g
el orden budista de Almswomen él parece reticente a la discusión de temas de esta naturaleza^.
A pesar de su insistencia en la fugacidad, y a pesar de la sustitución de los accesorios y refugios
externos que hasta entonces habían afted como accesorios para la fe, por una enseñanza de confiar en el
auto solo,^ las mujeres no fueron lentos para abrazar el Dhamma. Es justi- fiable para decir que
encontraron en el budismo desde el principio, y por ende affeSted el curso inicial de su hi^Oria.
Hubo mujeres laicas adherentes de los días muy temprano. La primera mujer en ser discípulos laicos
por la fórmula de la santa tríada^
fueron la madre y la ex esposa de Yasa, el joven noble.® su conversión tuvo lugar poco después de
que el primer sermón, ? Alcanzado en la Deer-Park en Isipatana, y justo después de
'asaâ€TMs padre, el comerciante, se había convertido en un discípulo laico-Yasa, y él mismo había
alcanzado la iluminación plena y se habían convertido en liberados de los Asavas (Cankers). A estas
mujeres Gotama hablaba de los mismos asuntos exaftly exactamente en las mismas condiciones que
cuando él estaba hablando a Yasa y su padre.
Durante los cinco años que intervinieron entre este episodio y la diputación dice que ha sido liderado
por Mahapajapati^ no se menciona en el Canon de cualquier otra mujer que se convirtió en discípulos
laicos, o de cualquiera que haya alcanzado krahanship.® parecería entonces que Gotama no hablan de
la experiencia cuando le dijo a Ananda que â€oe son capaces de ganar arahan- buque, sino de la fe y el
razonamiento, plenamente justificada por

eventos posteriores. Por otra parte, no cabe duda de que hubo un seguimiento de la mujer-discípulos
laicos durante los cinco años firit del ministerio, de lo contrario, no es concebible que Mahapajapatl
debería haber sido acompañada, como es registrado por este gran concourse, ^ Mhp. cli. ii., § 33. ®
Después dado, MV., I, 28, 3, 3 MV., i, 8, 1-3. CV.,x., 1-3.
® la santidad, su capacidad, su valía. €oe CV., x., i, 3.
98 la
admisión en la orden tan ardiente en aspiración. De hecho, algunas de las mujeres€TMs compartir en el
creciente movimiento puede rellenarse a partir de los comentarios. En el Therigatha com- mentary doce
mujeres se registran a han dejado al mundo con ella.^ nuevamente en el Theragatha común- rio^ se dice
que después del sermón sobre la quema Gotama fue a Rajagaha en mitad del invierno, y no convertidos
y Maha-Moggallana Sariputta. Un día, cuando estaba en el desollamiento Bamboo-Grove,® su padre
Suddhodana, habiendo oído que era predicar- ing allí, le envió un mensaje para pedirle que vaya al
palacio. Después de un viaje realizado por slow i^fages, â€oe caminar yojapa cada día,†para
Kapilavatthu, hablaba con su &#157; relaciones y sus asistentes. El rey fue e^ab- cido en el fruto de la
segunda ^hage de la Once- Returner, y su esposa, Mahapajapati, en el fruto de la fir^t ^edad, fruto de
que entran en la corriente. Muchas mujeres, posiblemente laico-adherentes ya, le pagaban tributo, y su
esposa, Rahulaâ€TMs madre, enviados por él y le hizo reverencia, mientras que historias se dijo a él de
la manera en la que, sin duda, de conformidad con los brahmánicos cu^Tom,'^ había imitado su
asceticâ€TMs la vida. Pero no parece que ella era un auténtico admirador de él o ella habría instó a su
hijo a unirse a su padre. En su lugar, como se dijo, en la Vinaya,® ella le envió a pedir a su padre por
su herencia, â€oe para el hijo es propietario de su padre€TMs riqueza.†ella podría haber tenido
ninguna idea &#157; que el resultado de esta misión sería rendirle prácticamente sin hijos. Para Rahula
entró en la Orden, también para jugar la parte oscura.
Esto bien puede haber sido que la idea de ingresar en la Orden como almswomen partió desde la
tristeza ^ Tierigatha Cmy. iv., v.-x., XIII, XIV, XV, XVIII, XXV.

* Theragatha Cmy. En ccxxxiii.


® el regalo del Rey Bimbisarai MV., I, 22, 17.
^ Cf. Winternitz, Die Frau in den Indischen Religionen, Leipzig, 1920, vol. I, pág. 53.
€oe MV., I, 54, R-2.
99
La orden de Almswomen budista y la soledad de esas mujeres como Rahulaâ€TMs madre, a todos los
efectos, las viudas o huérfanos de madre o de ambos, junto con su vieja eftablished derecho a participar
con los hombres en ciertas cuestiones religiosas.
Probablemente el régimen había sido furiosa en mujeres€TMs mentes durante algún tiempo antes de
que la propuesta fue firft aftual presentadas. No eran tan cegado por el servilismo y aplastados por la
obe- dience incuestionable de una supuesta inferioridad como para creer que ellos no eran tan buenas
como los hombres. A lo han dicho con toda buena fe mu^t les han parecido poco menos que ridículo.
Ellos eran mucho más sabios en tantos respedts, mucho más antiguo y mucho más experimentados que
los hijos llevaban; ese sentimiento y sabiendo esto, no podrían haber contenté con la baja y humilde
posición que habían sido suyas, limitado por los confines de la casa, si sus verdaderas inclinaciones les
había impulsado a renunciar a sus hogares y a buscar la esfera sin hogar. Aquí, estaban convencidos de
que, al igual que muchos hombres, podían encontrar satisfadion.
No era una idea novedosa, pero más mujeres estaban dispuestos a renunciar a los lazos mundanos que
no había sido nunca antes. Estaban dispuestos a cumplir el celibato implicaba la plena expresión de la
personalidad que son exigentes. Pero esta voluntad fue la aparición, en una escala mayor, de un
fenómeno al que los indios del siglo VI a.c. fueron accudomed.
La noción del celibato podría considerarse como el de los dages fird que tuvo que ser aceptada por el
pensamiento contemporáneo ante la pradice de mujeres que viven en una comunidad religiosa llegó a
ser adoptada plenamente. Pero algunas de esas ideas ya estaban firmemente arraigadas en el
pensamiento oriental. En el lugar fird había habido mujeres Wanderers^ desde muy temprano, y tienden
a vivir una vida de celibato. El reconocimiento de mujeres célibes, viven solos, seguido del de

^ Majjhima, i., 305, moUbaddha faribhajika ; cf. Manu, viii., 363; cf. Rliya BuddhiU Davids, India,
Londres, 1903, pág. 142.
100 la
admisión en la orden célibe hombres, que viven solos. Aunque el matrimonio era esencial para un
hindú, la idea del celibato no era en absoluto ausente. La mo^ hindús ortodoxos pro- las admitió este
ftate para el FIR^ y cuarta etapas (asrdmas) de su vida, pero se vieron impedidos por su creencia de que
los hijos eran necesarios para el adecuado desempeño de su padre€TMs los ritos fúnebres y para la
garantía de la seguridad de su traducción a los cielos, de continuar en él por el resto de su vida. En
algunos de los Upanishads mucho valor se coloca en el ascetismo,^ y el Taittiriya Upanishad (i, 9, y
iii.) hace de valor supremo junto con el ^estudio de los Vedas. Y aunque es un largo ^tep de la noción
de ascetismo individual o la renuncia de un ascetismo comunales o de renuncia,^ destinado a perdurar
durante el tiempo de vida de los Estados, en el momento de la formación de la yema- dhist ordenar el
paso ya había sido tomada por el Jain monásticas y conventuales sistemas estaban allí y eran célibes.
Por lo tanto por el momento de la subida del budismo la existencia de conventos en la India no estaba
sin prece- dent. Mahlvira no mantener la vida comunitaria como el privilegio exclusivo de los hombres.
También ha permitido que sea un derecho para la mujer. Él organizó a sus seguidores en cuatro órdenes
â€" ^monjes, monjas, laicos -hombres y mujeres laicos.
Estas órdenes cayó en dos principales fadtions- â€" El Digam- baras (Sky Clad), y el ^vetambaras
(CLAD en blanco).
La ex difieren de éstas en cinco principales postulados,® y no permiten a las mujeres a entrar en su
orden, alegando que no son competentes para lograr la libertad (mokshd). Ante las dificultades,
ascendiendo a ^ para obtener información en los Upanishads véase A. B. Keith, Filosofía de la Veda,
Cambridge, Mass, 1925, págs. 5i4-5R5, 577-578.
^ Según Dutt, principios BuddkiB Maeiachism, Londres, 1914, pág. 123, la institución de Vassa (la
lluvia-retiro) se aplicó en la realización de esta transición. €oeParibrajakas de todas las
denominaciones. . .
Utiliza para observarlo.†y en una nota que dice: â€oe no se nos dice el bhikkhu whethei &#157; era
vivir solo o en compañía durante este periodo.† Sinckir-Stevenson &#157;®, el corazón del
Jainismo, Oxford, 1915, p, 80 lOI
las órdenes budistas de Almswomen una ligera sobre su eficacia, thruft espiritual en ellos por los
Digambaras, más del doble de mujeres que de hombres,^ treinta y seis mil mujeres a catorce mil
hombres â€oe dejó el mundo y se hicieron monjas †bajo el &#157; ^vetambara sedt del orden Jain.
Este demonio- demuestra la necesidad urgente de las mujeres del tiempo para escapar, y a retirarse de
la ronda trivial de la vida o de las durezas y las pérdidas de vidas humanas, o desde su libertinaje y lujo,
así como de su extrema pobreza, a alguna forma de vida que pudiera ofrecer opor- tunidades para la
independencia mental, la expedtation de seguridad y libertad de la trasmigración.
Según el ^vetambaras a su cabeza fue â€oe Canda, primo hermano de Mahaviraâ€TMs o, como otras
cuentas, su tía.†® si la segunda alternativa &#157; da el verdadero asunto, existe un curioso
paralelismo con el reputado instigador de la orden BuddhiSl limosna- la mujer, cuyo fundamento, ya
que se contabiliza en el Vinaya, fue debido a la iniciativa de la Mahapajapati GotamI, la tía de Gotama,
un buen sordos de incertidumbre rodea la aftual fundación de la orden de Almswomen budista, y sus
orígenes están envueltos en nieblas. Es posible que Mahapajapati llegó tarde a la Orden, después de que
su marido había muerto,® y que la mujer realmente para hacer el pedido abierto para mujeres era
Yasodhara,^ posiblemente la ex esposa de Gotama, quien en su verso en el Apadana® se dice
representar a muchas mujeres y a ella misma. Esta es la simple conjetura. Pero en el Vinaya la mujer
llamada Mahapajapati está representado por el dirigente de las mujeres.® cualquiera que era, sus
muchos intentos y fracasos para ganar su corazón€TMs deseo testimoniar su deter- ^ Ibid., pág. 66. ^
Ibid., pág. 66.
€oe TJierIgatlia â'¬1117. iv.
^ Apadana, vol. II ; Tlierlapadana, nº 30, pág. 592; véase más adelante en la pág. 311.
€oe IB
®_CV., X., I, I. un exhaustivo tratamiento está dado por la tarde Miss Lulius van Goor, Die
Buddkistische Non, Leiden, 1915.
102 la
admisión en la orden

mination, nada menos


que a la urgencia de la necesidad que la impulsó.
Cinco años después de haber alcanzado la iluminación Gotama habría recibido una diputación en el
Parque Nigrodha desde una empresa grande de mujeres, que llegó encabezada por el Mahapajapati
Gotami,^ su tía y fomentar- madre, ahora viuda, todos vestidos con túnicas amarillas, viajes-tiñe sus
pies hinchados. Ellos también, de una u otra causa, deseado para saborear los frutos de una vida
asceticâ€TMs, y para este fin, desean abandonar el mundo y vino a abogar por la concesión de este
privilegio. Por lo que se considera. Tres veces se pidió la admisión en la Orden, y siempre se reunió con
la misma respuesta, â€oe LO SUFICIENTE O Gotami, ¡que no te por favor que las mujeres deberían
estar autorizadas para hacerlo.†^ &#157; esta negativa Mahapajapati entristecido, y ella salió
llorando. Luego fuimos a Gotama, y Vesali Mahapajapati y sus seguidores, ellos miembros del moft
Gotamaâ€TMs, el propio clan Sakyan, deprimidos, pero todavía no se ha intimidado, cortar su cabello,
adoptando así el símbolo de una vida de renuncia, y ponerlo en el sa&amp;en túnicas de color y la
seguía, llegando amargamente triste y miserablemente teñidos de viaje. Fueron recibidos por el suave
Ananda quien, sorprendido de ver en esta triste situación, pero profundamente impresionado por su
celo y deter- mination, se comprometió a defender su causa por ellos con Gotama. Pregunta Gotama
tres veces, diciendo â€oe que estaban bien. Señor, si las mujeres tuvieran permiso para hacer lo que
quiere.†pero no fue ninguna &#157; aprovecha y Gotama permaneció firme. Aguijoneados por su
silencio, Ananda iluminado sobre un nuevo argumento; apelando a Gotamaâ€TMs el sentido de la
justicia y de la verdad, él llegó a admitir que las mujeres son tan capaces como los hombres de llevar
una vida contemplativa® y de pisar los caminos de arahanship. Era una tremenda la admisión, pero
Gotama nunca insinuó que la mujer no había las mismas oportunidades que el hombre, o en cualquier
manera desmontados por su naturaleza 1 CV., X., 1, 1-3. 2 CV., X., I, I. ' ® CV„ X.. I, 4.
103
El orden de Almswomen budista para alcanzar el nirvana. El camino de la salvación no estaba cerrado a
las mujeres.
€oe y sea mujer, sea hombre para quien tal chariot hace esperar, por ese mismo coche en
Nirvanaâ€TMs presencia deberán venir.††̃ &#157;

la franqueza inequívoca de este ilatement no es único. Además de la dtSlum, ya mencionado, de que


â€oe son capaces,†en el Anguttara Nikaya^ Gotama &#157; está representado como diciendo que la
madre y el hijo por seguir- ing el Noble Óctuple camino son capaces de superar los tres terrores. Parece
haber habido ninguna duda en su mente, en cuanto a la igualdad de los poderes de los hombres y las
mujeres.
Por consiguiente, el orador se adhirió a Anandaâ€TMs proposición y abrió el orden a las mujeres, a
condición de que Mahapa- japati debe â€oe asumir personalmente las ocho normas Jefe {garudhammd)
†para contar como su iniciación.® &#157; embelesada a su aceptación de estos términos como pro-
golpean a ella por Ananda, el fiel discípulo volvió a Gotama y le dieron un informe de la entrevista.
En realidad nada más que un corazón de ^lone o una moral fuerte o intelleftual convidtion que todo
estaba equivocado o inviable podría haber resistido el ardor y pertinacity de las mujeres. No tenía ni
Gotama, y tuvo la valentía de intentar el experimento. Incluso si Mahapajapati y sus seguidores había
sabido de su didium.) generalmente atribuido a un sentimiento de profunda dis- cita en la Maestra€TMs
corazón que su admisión a la Orden su longevidad se reduciría a la mitad, quizás no hayan retenido.
Por añadidura, de ambición para una vida de libertad era suya. Afortunadamente Gotama, como es
registrado, no expresar su didlum, ahora convertido en famoso, hasta Ananda había regresado a él.
€ ̃ Sarny Nik., i, 5, § 6 ; /r/l, Majjhima i., 169.
® de agosto, i., 178.
^ CV., X., I, 4. El Profesor F. W. Thomas traduce esto como â€oe reglas adicionales.†_ generalmente
un período de prueba de dos años era necesario &#157; antes de su iniciación como senior podrían
llevarse a cabo.
104 la
admisión en la orden que está redactado en términos no medido, y parece estar en vista firSl^indi: con
dejeftion y luto por las esperanzas destrozadas. Él se registra para tener saidd â€oe Si, Ananda, la mujer
no había recibido permiso para salir de la vida familiar y entrar en el hogar ^ate, bajo la disciplina y
doftrine proclamada por el Tathagata,® entonces tendría la religión pura, Ananda, han durado mucho,
la buena ley habría ^tood fa^t durante mil años. Pero desde, Ananda, las mujeres

han recibido el permiso de la religión pura, Ananda, no lasft tan largo, la buena ley ahora ^tand fa^t
sólo quinientos años.†® aunque &#157; esta declaración es firme y generalmente se inter- preted
significa que Gotama grudged mujeres su entrada en la Orden, sería un error dejar que uno ríe color
toda nuestra opinión de su actitud con respecto a esta situación. Debe recordarse también, que los
monjes editado los refranes atribuidos a Gotama, y no sería lógico intentar minimizar la importan- cia
que dio a las mujeres.
Aunque varias otras consideraciones podrían ser instado a demostrar que él, ser humano y un indio del
siglo VI a.c., hizo bastante tiemblan ante la idea de crear una orden de Almswomen, no hay ninguno
otros para afirmar o sugerir que él en realidad no quiere.
En el abeto^t coloque esta es la única instancia de su ser sobre-persuadido en argumento.^
posteriormente arrojó puntos de sentido para el mundo€TMs comentarios sobre diversas cuestiones
relativas a la interrelación de los
1 CV., X., I, 6.
® Derivación incierta ; lit. Tlius llegado, o que ha ido. Señor Chalmers utiliza â€oe Truthfinder.†El
término fue fir^l utilizado en la vida &#157; Buddhaâ€TMs-hiflory inmediatamente después de haber
alcanzado la iluminación, y se introducen en la boca designedly del mismo Mahs-Brahma ; cf , Maj
jhima, i., i68 ; Señor Chalmersâ€TM traducción, vol. i., p. II8, nota.
^ mil y quinientos, no deben ser tomadas literalmente, sino simplemente en el sentido durante un largo
tiempo.
* Cf., por ejemplo, su firmeza en la cuestión de la FQ almswomen t]. Un caso similar para la almsmen
ybcv:!'-; i:1 11 m ^^.., ';i
las órdenes budistas de Almswomen dos órdenes, pero él nunca fue argumentado y nunca le dio forma
en que^iones de comportamientos que considera equivocado. Él tenía conocimiento del mundo, él
había pertenecido a ella, y podía imaginar los estragos que su lengua calumniosa podría crear en la
orden, si las posibilidades de persecución de escándalos no fueron cortadas. Por lo tanto, aprovechó el
mundo€TMs críticas, y podado

su sistema en consecuencia. También parecería a él importante mantener la simpatía de los laicos en


esta nueva empresa de promover la transmisión del Dharma.
Si la vida de monje mostró signos de ser significativo, que podría ser utilizado como un vehículo para
lograr el interés del público en la nueva enseñanza. Además, siempre que los laicos no eran hostiles,
estos extremos podría ser más rápida realizada por permitir a las mujeres tomar parte como
almswomen. Aunque él no es un monje en su corazón, no de la ^luff del verdadero solitario, Gotama
indudablemente se han percatado de la prudencia de establecer un orden de Almswomen junto con la
orden de Almsmen, en un mundo donde innumerables religiosos joSlled sedts^ el uno del otro, el asceta
o reclusjs hizo una apjpeal de no poca fuerza a la imaginación del populacho, y era un objedt de gran
veneración, una mujer no menos que un hombre. "Y la veneración en que se celebraron las almspeople
serían transferidos a la religión que siguieron.
Gotama no habría dado su consentimiento en cualquier luz vena para el establecimiento de una
institución que, aunque no es una innovación, porque de los Jainas, era todavía considerada avanzado e
inusual, pero debe haber traído un escrutinio buscando tener en todos los lados del problema antes de
que él finalmente pronunció su decisión.
Algunas semanas en lea^ debe haber transcurrido entre la diputación firSl dirigido por Mahapajapati y
la respuesta que finalmente dio a la mujer, transmitido a través de Ananda ; esto es en sí mismo
suficiente para demostrar que no fue apresurado ^ véase Diálogos, I, pág. 220, para un M de los
religiosos sefts contemporáneas, con Gotama, 106 la
admisión en la Orden a darle un againft verdi£i; su mejor juicio.
Aunque sabía que aquellas mujeres que siempre alimentada delicatejy viajó en carruajes, pero habían
llegado a través de las llanuras del norte de la India a pie a él en Vesali, eran genuinamente, sin
embargo, como él era compasivo, habría sido en completa discordancia con su charafter hubiera dejado
retratar€TMs deseos y anhelos, sin embargo noble, suplantar o superar lo que sabía la razón. Tampoco
era probable que tome cualquier ^tep que pudieran ^rike en la integridad del orden de Almsmen.
El Fadl, que aunque la doftrine Buddhaâ€TMs puede no haber sido diseñado por él para los Infantiles y
la intelleftually hacia atrás, no fue pensada por él para hombres y sólo para hombres. Gotama era
mucho

mayor que el, y habiendo comenzado a enseñar y haber seguido con creciente éxito, él deseaba
ardientemente para dar a conocer el evangelio de la elección como el camino (tnaggd) para los hombres
y para las mujeres a través de este caminante (samara)^ por sus medios nunca va progresando en el
camino hacia la wayfaringâ€TMs final, el fin de los malos, la salvación. En su enseñanza el símil de la
rueda no tenía lugar: el símbolo de la rueda se introdujo más tarde. No pensaba de Endeavor como
aftivity limitada, o de la wilier necesariamente como devolución- ing dónde él establecidas. Él utilizó el
símil de la forma que impliquen avances, y la posibilidad para el peregrino para avanzar siempre
adelante, nunca tener que comenzar de nuevo y nunca tienen que dejar de {nirodhd). Los atributos de
la verdadera ascética, no son tales, almsman tAat él â€oe anticipos vueltas hacia arriba y no hacia atrás
para bajar cosas€ &#157; y porque se piensa que es la misma que la de otros rnen, simplemente
algunas etapas más y mejor y más sabio, otras son excluidas por nada en su naturaleza de un desarrollo
similar.^ Gotamaâ€TMs descripción de su ^ Diálogos, III, 49. -J u 2 C/. Puggala-Panfiatti, cap. I, 14,
â€oe (se dice que estas personas_ sea capaz de progreso) que son capaces de caminar a lo largo de lo
que es reconocido como el verdadero camino en lo que se refiere a cosas que son buenas.†&#157;
107
las órdenes budistas de Almswomen propio progreso a lo largo de â€oe un antiguo camino, un camino
antiguo,†^ proporciona un arquetipo de lo que él considerara &#157; las potencialidades en cada
hombre o mujer que él o ella pueda intentar. El agarre que este símil tomó en las mentes de sus
discípulos, i-eligious y laicos, está reflejada en el epíteto Sugata,® el Wellfarer, que después el epíteto
Buda, el despierto, el Enlight- ened, es el nombre mo^t comúnmente usado para denotar Gotama, el
fundador. No fue sin razón que frecuentemente era saludada como â€oe Señor de la Caravana, †®
&#157; un título que los sabores de la carretera, el camino.
Si él hubiese invitado a las mujeres a que se sumen a la orden si no hubieran tomado la iniciativa es
otra queftion. La respuesta â€TM es incalculable. Si hubiera tomado este ^ep podría haberse
interpretado como un golpe a la reconocida Patrimonio de hombres que poseen las mujeres como
muebles, y, en consecuencia, de toda la Orden podría haber caído al suelo. Pero en que permite a las
mujeres entrar en respuesta a su petición, no estaba inaugurando una inaudita del régimen. Él era
consciente de la existencia de los conventos, Jain^ para

Vesali fue un floreciente centro de los Jainas, y supo de la gran reverencia que en femenino se
celebraron los ascetas Jain.® que mu^t han despertado su curiosidad y crítica e influyó en su
decisión. Él ha asegurado que si él constituía un orden para sus seguidoras no habría sido presentar una
novela a una institución o reluftant increpantes mundo, sino simplemente habría sido más adecuada
para impartir la expansión de un programa acreditado de desarrollo de su edad. Él sabía que las
condiciones sociales de la época fueron apesta con lujos y está harto de todo ^ Samj. Nik., xii, 7, § 65
(5). ^ Véase supra, pág. 46.
€oe Majjhima, i., 169 ; Saip.7. Nik., Vi., i, § i.
* Frecuentes referencias a la Jain se£t ocurren en la literatura canónica budista.
® Jain monjas son a menudo denominadas â€oe noble ladf.†Meyer, Cuentos hindúes, &#157;
Londres, 1909, pág. 127 y nota; cf, Jataka, 536.
108 la
admisión en la orden mantier de placeres sensuales ; habiendo experimentado él mismo y haberlos
juzgado para ser Vv^orthless bur- guaridas, él no habría querido debar otros, par- particularmente no en
el rostro de la fuerte representación hecha por las mujeres, desde ^aterrizar libres de las vanidades,
entrando en la calle ^comió. Él no piensa en esto como la manera befl necesariamente para todos, para
todos no estaban maduros para ello, pero como el camino del hombre sabio.
Puede haber sido así, y en cualquier caso el sistema monacal fue una rebelión, como ocurre siempre,
contra las extravagancias de los tiempos, a los que consideraba que todos los que se encontraban en
rebelión también deben tener una oportunidad de pertenecer. El tiempo ha venido a formar un orden de
Almswomen.
De ahí la circum^ance que parece requerir más explicación no es que Gotama permitieron a las mujeres
entrar en la orden, pero que parece haber dudado: un aspecto, debido quizá a la mano del monje-
editores de los textos. Esto puede ser llamado la razón firft reluftant su venida.
De nuevo, es posible que ocupó en la espalda, si lo hizo, a causa de su ya son parciales, aunque no
culpable prejuiciosa, vista de las mujeres. Él nació un hindú, y ance^ry, las tradiciones y la educación
no puede ser sacudido, simplemente por el deseo de salir de ellos.

€oe Si desea caballos eran mendigos viaje.†Con &#157; crecimiento mental y amargo intenso
desagrado y contumely intelleftual pueden formarse a los arraigados hábitos de la mente y las creencias
heredadas, acompañado por un deseo apremiante para descartarlos totalmente. Pero el hombre está
obligado por las cadenas del el paft y estos vaya sonido metálico en sus oídos demasiado
insistentemente para ser ignorados. Él no es tanto una â€oe isla †como un átomo en un todo orgánico,
cuyas &#157; â€oe presente está cargado con la pa^l,†un inquieto &#157; aftive carga en la misma
verdad, que en algunos casos el presente es con^antly tratando de desalojar a, o en el wor^l para
superponer. Es concebible que algunos de esos conflictos era de lucha en Gotamaâ€TMs mente. Él
estaba convencido de que las mujeres son tan capaces como los hombres de alcanzar- 109
La Orden budista de ing arahanship Almswomen/, pero allí estaba el peso muerto de la opinión pública
para convencer. La tradición de la pa^l ^rove contra la equidad y la justicia y el sentido común como
vio en la actualidad, todos los exigentes effeft a la reforma, llamados en días posteriores y en diferentes
climas â€oe la emancipación de la mujer.†® dondequiera a mover- &#157; ment de esta naturaleza
ha sido escenificado siempre ha pro- rectamente un tema desafiante, incitando a los adversarios para
asumir los garrotes igualmente violenta en cualquier lado.
Lamentablemente es una frase ambigua, pero queda embarazada con significado en los deslumbrantes
rayos del sol budista. Sin duda Gotama era más de la mitad-consciente de la posibilidad de que se
avecina un druggie entre los sexos, y más de la mitad-de- sciously augura una simpatía por la mujer
que se clasifica como uno de sus mayores demandas a la fama como un bene- faftor de la raza humana.
Esta corriente subterránea a la superficie barrida en las palabras que él habló a corhfort Rey Pasenadi
de Kosala, todavía no se ha convertido al Budismo Mallika, cuando la reina dio a luz a una hija:
â€oe una mujer-niña, oh Señor de los hombres, puede resultar incluso un mejor'* la descendencia de un
macho.†* &#157; pero aunque Gotama era titular de estos â€oe †nuevas vistas en relación con las
mujeres, hasta que fue resuelto &#157; conflidl: las viejas nociones que había prevalecido durante
siglos se aferraban a él. Él bien podría haber preguntado si podría ser posible para las mujeres a
renunciar a su antigua funftion tradicionales en favor de una vida de duro esfuerzo espiritual. La vida
que tendrían que llevar en adelante iba a ser célibe y totalmente unen- * CV, X., I, 4,

'* La definición que quizás se aproxima moff Buddhiff estrechamente al punto de vista de sexo y
CkaraQer Weiningcr, Londres, edición, pág. 65 : â€oeEmancipation ... es ... la profunda ansia de
adquirir€TMs charadler hombre, para lograr su libertad mental y moral, para alcanzar su verdadero
intereffs y su poder creativo.†â€oe &#157; Sey ^ d . * Sarny. Nik., III, 2, § 6.
1 10 la
admisión en la orden cumbered. En una palabra, la maternidad se extir- ron. Pero su llamamiento,
enraizado en la tradición y haciéndose eco de largos siglos, resultar irresistible la cuestión era crucial.
Desastre seguirá como la noche sigue al día con todo en el orden que escuchó la llamada de la
maternidad suprema. Las opiniones actuales, para que Gotama debe haberse acostumbrado desde sus
primeros años, probablemente le convenció y celebró su regreso para un espacio-) pero estaba tan
firmemente convencido de que era posible para las mujeres de acceder a la corriente y luchar a través
de los mares de la existencia a la orilla del Nirvana, lo absolutamente bueno, que él no considera que
esa otra onda aumento necesario en una avalancha inundación. Quizás sólo representaba el
hombre€TMs ideal para mujer y no toca los límites de su ser a todos. Este tipo de con- probablemente
siderations pesó en su decisión de dar el paso definitivo de la apertura de la orden de almswomen.
Derivadas de esta segunda razón por su aparente vacilación es un tercero, que podría ser considerado
en esta luz: que aunque él naturalmente deseado la perpetuidad de la Orden por tanto tiempo como sea
posible, sin embargo, considerando el ansia de liberación en ese momento, la mitad del número de años
(quinientos) bajo las condiciones ahora presentar a sí mismos podría ser más valioso que el doble del
número (mil) bajo el antiguo. Nada es permanente; mejor la huelga mientras el hierro está caliente;
mejor señalan el camino a la salvación como muchos buscadores seria posible mientras todo va a
demostrar que esa demostración sería aceptable, que espere hasta que la oportunidad había pasado,
quizás más allá de recordar, e incluso la demanda ha disminuido, quizá a punto de fuga. Por la
proximidad del fin de Almswomen charaSIer formadora de tendencias puede ser producido de una
naturaleza más potente de lo que podría estar en un orden de Almsmen conSlant sólo; para la
intercomunicación entre las dos órdenes expondría tanto almswomen almsmen y a mayores tentaciones
y, conse- quently a la necesidad de ejercer una mayor auto- ili

las órdenes budistas de Almswomen control. Pero aquellos que tienen control de sí mismos y de sus
sentidos y pasiones están en una manera justa para alcanzar el nirvana, el supremamente gozosa, la paz
que pasa por la comprensión. Auto-maSlery, la domesticación del self,^ y formación del carácter están
entre los más altos ideales establecidos por el budismo; y Gotama podría haber imaginado que un
motivo añadido para admitir- ting mujeres serán a cuenta de la disciplina más estricta que su presencia
sería necesario.
Como resultado hubo almswomen almsmen y quienes cayeron en el pecado de â€oe,â€
^ pero han sobrevivido de otros registros que sufiâ &#157;€TMering tentación quiso estar contra él y
lograron.® El carácter se prueba para él, quien se ha reunido y ha resistido la tentación, más que para
quien nunca ha enfrentado por ella en absoluto. Batalla y vidtory del espíritu llevar una fruta más rica
que jamás podrá placidity monótono. Gotama había tenido la tentación de donde había salido
triunfantes.'* La experiencia le trajo el conocimiento de la liberación de los sentidos. No podría el
frente de tentaciones también preparar a otros para la liberación final, y por lo tanto ser inmensamente
valioso en el esfuerzo de alcanzar después del gol ?
Puede ser también que como él asumió tanto de los brahmanes también fue inclinado a no hacer lo que
no hizo; y como no tenían ninguna disposición organizado para las mujeres que desean separarse del
mundo podría parecer como si él también, al principio intentó destacan, ^ainSt formando una
comunidad para mujeres recluses.
Esto, sin embargo, no producir un argumento muy convincente, porque no era mucho en las
instituciones brahmánicos, como oraciones, ritos, oblaciones y sacrificios que se rebelaron a él.
Tampoco muestran signos de discourag- ^ B.g., Dhp., 33-43, 103-105 ; Diálogos, III, 55; Therigatha,
xnii. ; Saniy. Nik., vii., i, § 2.
^ MV., I, 60, 67 i ; ; i., 78 ; V., III, pp. 16, 205, 206 ; V., iv, 21 el FIB.
Por ejemplo, Theragatha ® Cmy. En xxxiv., ccxxiii. ; TherlgEtha Cmy.
En kxi.
* Majjhima, i., 158, 169; Samy. Nik., Vi., i, § i.
II2 la

admisión en la orden mg la formación de un Buddhi^ orden de Almsmen donde los brahmanes no tenía
ninguno. Ni siquiera la moft y ascética ortodoxa entre ellos nunca había exigido para ser atados juntos
bajo un sistema monadic. Sin embargo el material para formar una orden estaba al alcance de la mano,
para él era común para los distintos profesores de todas las religiosas sefts para reunir grupos de
discípulos alrededor de ellos. Por lo tanto, si todos los miembros de un grupo lo quería, sería totalmente
factible para convertirlos en el núcleo de una orden, unidos por códigos y reglas definitivas y por una
disciplina común, de una manera que nunca habría sido posible si sólo habían llegado casualmente
juntos.
La tremenda ^tep hubiese sido tomada de estar juntos en la cuenta de pertenencia común, en lugar de
en cuenta pasando juntos.
Lo que quería era Gotama éxito, y como vió que el sistema brahmánicos llevó el éxito, habría sido
legítimo, nay, sensible a imitarlo en la medida en que sea compatible con lo que se propone de^Roy.
Para crear algo nuevo en su lugar, él tuvo que ir más allá de los brahmanes y trabajar a mayor escala.
Consciente de todo esto se habría percatado de que ahora es el momento para abrir la orden sin
di^tindlion de sexo, ya que había sido inaugurado anteriormente sin di^linftion de ca^fe, y así obtener
un gran número de miembros. No era que él quería un gran número de miembros, fuera de cualquier
espíritu de rivalidad con otros religiosos sefts que también habían roto lejos de brahminism,^ pero que
él quería señalar el camino de salvación para la humanidad, el camino de la voluntad, que es el Noble
camino de ocho veces.
Lo que hizo Gotama para mujeres brilla como una luz brillante en la historia de la libertad: y trajeron
sus propias recompensas, no fugitivo pero duradera. Para la contribu- ción hecha por mujeres con el
Budismo, aunque a menudo ha 1 Cf. diálogos, III, 56: â€oe; por ende, Nigrodha, hablo pues ni porque
quiero ganar alumnos. . . .€ &#157; II3
H
las órdenes budistas de Almswomen
sido neglefted o bajo-eibimated, fue una real.
Aunque muchos de los FIR^ mujeres miembros de la Orden fueron las esposas y madres e hijas de los
miembros masculinos, y si por lo tanto, en cierta medida, beneficiado por su composición, pero
también muy ^rengthened y consolidó el movimiento por su dedicado ad- herencia y generosidad,
salida como predicadores y vidas de arahanship. Se había decidido a entrar en la Orden, y una vez en
ellos determinaron que, de que ellos deberían ganar éxito. No eran de la ibuff que es disuadida por
proverbios, para ellos fue la causa de la libertad, para sí y para los demás, tanto de la monotonía del
mundo^^ y de renacimiento. Se ha propuesto, como otro argumento que Gotama grudged mujeres su
entrada en la Orden, que este importante acontecimiento no suscitó grandes sermones de él o le inspire
a cualquier declaraciones trascendentales.
Después de que él había predicado a los discípulos varones firft se dice que han seguido para entregar
sermones, impregnado de la gloria de su reciente iluminación. Estos llamados sermones eran
probablemente más como charlas, dirigidas no a multitudes, pero, personalmente, a los individuos. Él
destacaría diferentes personas entre su público, por su nombre, dirección y pedirles su opinión sobre el
asunto en discusión. El Profesor barrió todos antes de él en el fervor de su conviftion consumir, y
cuando se encontró con que su dodtrine fue acogido y comprendido por algunos en leaSl que escuchó,
alentar- ment encendió en él para ir y salir a la gran empresa misionera, â€oe andad, pues ahora,
almsmen y vagar por la felicidad {sukhd) de muchos, para el bienestar de los muchos, de compasión
para el mundo, para el bien, para la felicidad y el bienestar ^ Por ejemplo, Therlgatha, xxi.
® del Tiierlgatha JyCany hablar de Insight ganó : es decir, comprender la verdad de ser, que es el
conocimiento que libera del renacimiento.
II4 la
admisión en la orden de los devas y los hombres. No debemos permitir que los dos de usted ir por el
mismo camino.†^ &#157; Estas son las grandilocuentes palabras que han llegado hasta nosotros. Es
más probable que Gotama dice algo como â€oe vaya ahora a las aldeas cercanas, y como

hay tan pocos de ustedes, no deben ir por el mismo camino. Hablar de las nuevas ideas que he sido juft
referirles a cualquiera que liften.†&#157; ; El paso del tiempo por sí solo explicaría la diferencia
entre las efusiones : en la admisión
: de la firft almsmen y la relativa sequedad de
la almswomen. En firft Gotama no confiaba en que su doftrine serían aceptadas ; él muft han temido
que hubiera sido demasiado duro para alcanzar entre j la iluminación bajo el árbol Bo-{Ficus religiosd)
y ^ , predicando sus fii'ft sermón, el Doftrine del Noble Óctuple camino subftituted i fue para el
Doftrine i de la cadena de causalidad. Pero durante los cinco años firft I de su miniftry sus miedos
desaparecieron y su confianza fue eftablished. ¿Por qué, entonces, él debe dar a la mujer 1 un sermón
especial ? Sus enseñanzas fueron ampliamente por ahora he conocido a muchos-folk, de lo contrario, la
mujer no habría acudido en gran número para pedir j admisión.
Tengo un argumento de este tipo no puede mantenerse a menos que se me había ocurrido también que
nunca he predicado en todo a las mujeres. Pero hay muchas pruebas para demostrar que este no era el
caso. Durante todos los años que he mantenido él conftantly habló y â€oe alegró †&#157; I las
mujeres individuales, celebrado discursos religiosos con ellos, y también me dio inftruftion a ellos, así
como a los hombres ! En su inimitable ftyle. Para â€oejuft como almsmen,
I el gran océano tiene un solo tafte, el tafte de sal, t| aún así, esta doftrine almsmen y disciplina ha pero
• un sabor, el sabor de la emancipación.†^ muft &#157;
F II.
% ^ CV., ix., I, 4, repetido Udana, Sona Thera, 5 j trans. D. M.
- Strong, 1902, pág. 78; cf. Majjhima, i., 140.
(
El fin de Almswomen budista, por lo tanto, ser la misma para todos, aunque con bastante frecuencia se
hizo hincapié en diferentes aspectos para adaptarse a las necesidades de diferentes personas.
Considerado como el sistema de decisiones o como adversarios del brahmanismo, Mahavira y tras él
Gotama fueron avisados para afianzar a sí mismos como firmemente como pudieron en el campamento
enemigo€TMs. Sin duda, había Gotama también organizó sus devotos laicos, hombres y mujeres, tan
minuciosamente como Mahavira hizo, el budismo no habría disminuido en la tierra de su nacimiento,
pero habría continuado, aunque disminuida, como el jainismo ha realizado, hasta el día de hoy. Es una
tragedia para la India que el budismo ha muerto allí. Una verdadera unión de los seguidores de la
religión, más fuertemente unida a los fieles laicos y religiosos en el budismo son efectivamente, habría
sido de un valor inestimable para hacerla inexpugnable para los insidiosos llamamientos y totalmente
diferentes maneras de satisfacer a los religiosos, mental y físico de los antojos que fueron ofrecidas por
el Hinduismo. Una religión que admite devas, pero que no se asigne a ellos o a uno de ellos, un lugar
supremo en el esquema cosmical; que no consideran que se encuentran en una relación especial con el
hombre, por su parte dispositiva, bien o mal, de ninguna manera responsable por él o útil para él; que se
refiere a ellos como seres, â€oe semejantes de otros mundos que simplemente han alcanzado algunos
^fage en el camino hacia el Nirvana, y puesto que todo es impermanente como ellos mismos subjeft a
la ley de derivados y dejar de ser f una religión que pone en cuestión el hombre€TMs nociones de lo
que él había pensado que era Ms y de lo que él era, reiterando que el mismo hombre (atta) No es ni el
cuerpo ni el alma; una religión que sienta una presión constante, sobre el sufrimiento y la
impermanencia, mientras la gran attradtion de mo^I formas de religión radica en su proferido expedta-
^ C. A. F. Rhys Davids, â€oe El budismo y el negativo,†y.P.T.S., &#157; 1924-27, pág. 13 (separata).
^ Cf. iti-vuttaka, 83.
I16 la

admisión en la orden ción de permanencia, mu^f tienen algunos apoyos externos si es demasiado para
no ser impermanentes. Una comunidad o sedl: de personas que son conocidas para sostener las mismas
opiniones o ifand para las mismas opiniones y principios,
o a creer en la misma enseñanza religiosa viene a poseer una estabilidad y un alto grado de auto-
conservante de la eficacia y la inmunidad de esa pérdida de fundlional aftivity que un individuo, afting
aisladamente, tiene que encontrarse. Los intereses y aspiraciones comunes de preparar el terreno para
una real solidaridad. Así es que una cierta capacidad de resistencia a las fuerzas de desintegración se
convierte en manos de cualquier sistema monacal, tanto más si este incluye un sistema conventuales y
ambos se combinan con un cuerpo bien organizada de los laicos.
Se introduce una protesta contra los males sociales contemporáneos, es un desafío lanzado a ellos; y a
través de ellos, la vida religiosa del antiguo orden se muestra hasta llegar a ser, si no como errónea,
como en este caso, los reformadores creían ellos mismos, ciertamente no es un instrumento de validez
incuestionable.
Es de esta manera que el budismo se convirtió no solo en un antagonista del brahmanismo, ese campo
de ceremonial aStions y prohibiciones; una revuelta en contra de la ca^le sistema y, a continuación,
empezar a dibujar la India en sus garras; pero también un intento de promover la causa de los derechos
de la mujer, para que en un espíritu que fue sorprendentemente moderna de las mismas mujeres estaban
comenzando a luchar.^ â€TM TherigathS Apéndice, 2 ; Sam7. Nik., v. § 2, y ver a continuación, pág.
164.
I17
CAPÍTULO II El Jefe Almswomen ocho reglas para el acceso de las mujeres a la orden fue concedida
por Gotama, a condición, como es registrado, que Mahapajapati deba asumir personalmente las ocho
reglas Jefe€TM- {^arudhamma). Su reconocimiento de que lo haría para contar como fue su iniciación
y también como una aceptación tácita de responsabilidad por sus seguidores. Estas fueron las reglas
firft para la almswomen ; mientras ignoran ciertos aspectos de su

vocación como cualquier insiftence sobre la castidad, y la posesión de sólo ocho pertenencias, ellos
tratan con ciertas obligaciones necesarias expedted de mujeres que desean dedicar sus vidas a la
religión y a vivir en una comunidad de colegas devotos. Las reglas son precisas y claras y fueron
diseñados para promover y preservar la integridad de las mujeres€TMs (Drder como un cuerpo
independiente de sus relaciones con el mundo secular. Sólo los candidatos fueron admitidos que
después del examen se encontraron adecuado, y se establecieron ciertas celebraciones regulares que se
prescribe que todos los miembros deben seguir. Tres reglas y parte de otro, todos de gran importancia,
son las mismas para el como para el almsmen almswomen, pero así constituido para la almswomen
como para destacar la ausencia de cualquier potencia final en ellos a ratificar sus propias actuaciones.
Dos exigió la una aceptación- ción de veneración no correspondido ser mostradas al almsmen ; y uno y
parte de otro coloca el llevar- ing fuera de dos ceremonias, esencial para la almswomen,
exclusivamente en manos de los almsmen; y uno
^ CV., X, 1, 4.
118
las ocho normas Jefe decretó que las lluvias (Vassa) no deben guardarse en un lugar donde no había
ningún almsman. Estaba claro desde el principio que la almswomen no eran independientes de la
almsmen, pero dependen de ellos para el correcto desempeño de moft de sus ceremonias y para la
autorización de todos ellos.
Muchas otras reglas, incorporado en el Vinaya y, en particular, en la medida en que de ella sedtion
conocido como la uni-vibhanga Bhikkh-, llegó a ser formulados a medida que pasaba el tiempo y como
ocasión surgieron. Estas difieren de las ocho normas Jefe de haber originado en algún delito en
particular o en alguna infracción de la etiqueta que había aftually han comprometido, y se quejó de;
para los ocho presidentes de reglas no son el resultado de determinados delitos, pero representan una
gran parte de la ceremonia y los aspectos disciplinarios de Gotamaâ€TMs sistema monástico.
Como tal, se formularon para satisfacer algunos de los factores esenciales de una vida conventual. La
fadf nunca fue lo^t de vista que esto se permita ampliar sólo bajo la Agis de una regla monástica;
podría trabajar en estrecha relación con él, pero siempre estaba siendo su suboi'dinate.

Los ocho fueron las siguientes reglas Jefe ff . I. Un almswoman, incluso en el caso de cien años de
experiencia, harán el saludo, se levantará en presencia de, inclínense a, y desempeñará todas las
funciones hacia una almsman, si sólo ju^ iniciado. Esta es una regla para ser venerado y reverenced,
honrada y observados, y su larga vida nunca a ser transgredidos.
. 11. Un almswoman es no pasar la
temporada de lluvias (Vassa) en una di^escisión en la cual no hay almsman. Esta es una regla . . .
Nunca a ser transgredidos.
, III. Cada seis meses un almswoman es esperar desde el capítulo de Almsmen dos cosas, 1 CV.,x., 1,4.
119
La Orden budista de la Almswomen preguntando como (la fecha de) el Uposatha cere- Mony, y el
tiempo (cuando el almsman) llegará a dar la exhortación. Esta es una regla . . .
Nunca a ser transgredidos,- IV. Después de mantener la estación de las lluvias (Vassa),â€TM El
almswoman es sostener Pavaraija (indagar si cualquier fallo puede ser puesto a su cargo) antes de
ambas sanghas â€" Al igual que el de la Almsmen Almswomen â€" con respedl a tres cuestiones, a
saber lo que se ha visto, y lo que se ha oído y lo ha sido suspedfed.
Esta es una regla . . . Nunca a ser transgredidos.
.V- Un almswoman quien ha sido culpable de
un delito grave es someterse a la disciplina Manatta tanto hacia las sanghas (Almsmen y Almswomen).
Esta es una regla . . . Nunca a ser transgredidos.
€¢ VI. Cuando un almswoman, como novato, ha sido formado por dos años en las seis reglas, ella es
pedir a dejar para la iniciación Upasampada desde ambas sanghas (al igual que el de la Almsmen
Almswomen). Esta es una regla . . .
Nunca a ser transgredidos.
. VH. Un almswoman en ningún pretexto para denigrar
o abusar de un almsman. Esta es una regla . . . Nunca

a ser transgredidos.
VIII. A partir de ahora en adelante las amonestaciones de los oficiales de almsmen almswomen está
prohibida, mientras que la advertencia del oficial por almsmen almswomen no está prohibido. , Esta es
una regla . . . Nunca a ser transgredidos.
Estos ahora será discutida en detalle.
I. Saludo.
€oeAn almswoman, incluso en el caso de cien años€TM hará permanente salutación a , . , Y realizar
todas las funciones hacia una almsman, si sólo ju^ iniciado.††̃ ^ &#157; CV., X, R, 4.
120
.ª£ ocho reglas Jefe de la supuesta superioridad innata del hombre es pará- montar, pero la humillación
de las mujeres habrían sido más amarga, había también no se ha impregnado de la concepción
convencional de la relación de los sexos.
La regla es el resultado de una antigua y extendida tradición, más que una provisión prudente para
mantener a las mujeres en sus lugares. Ascendió al este, al igual que la norma que prohíbe almswomcn
después de sentarse en la presencia de almsmen sin pedir permiso, a menos que estén mal,â€TM-
porque la vieja tradición, impregnado con el superior- lidad de hombres, ascendió a esto. Por deferencia
a ser demostrado por las mujeres a los hombres, por consiguiente, no puede considerarse como una vis
a tergo especial en la formulación de esta regla ; no es sino un particularisation de las opiniones
actuales sobre la relación de los sexos. Pero es muy importante, para el saludo en el Orient lleva el
^tamp de un escrupuloso etiquette, y es tan simbólico como es expresiva de las complejidades de la
^rudlure social.
Posteriormente Mahapajapati habría pedido Gotama mediante el útil Ananda si la observancia de las
normas de la antigüedad no debe retener para la almsmen y almswomen según su flato y no según su
sexo. €oe esto es imposible, Ananda, y que yo debía unallowable hasta el fin. . . . No estás, almsmen,
postrarse ante la mujer, ... o a realizar hacia los deberes que les son propias (de un inferior a un
superior).†^ Este es el desaire que recibió GotamI &#157; fot su intento, nacido de su feminiftic
inftinfts para asegurar el descanso de los firft

Jefe de las ocho normas. Ella había logrado la igualdad de almsman perfeft como almsman y
almswoman como almswoman, basándose en cada uno de pie en la Orden, habría sido el resultado.
Pero Gotama no podía levantar una mujer, aunque ella había puesto fuera de su sexo, a este nivel plano.
Por lo tanto quedaban en consecuencia sólo aquellos afts, todos ellos de una naturaleza sensual y lejos
de ^ V., IV, pág. 343; cf. belo-w, pág. 290.
CV.,x.,4. I*
I2I
La orden budista de Almswomen el espíritu de mona^ticism, mencionado en el Cullavagga/ el
rendimiento de que dictó la ofensiva almsman â€oe quien no es para ser saludado por el capítulo de
Almswomen.â€, ya que de lo contrario de lo permanente &#157; almsman siempre fue saludada por
una almswoman independientemente de su pie. Si un almswoman cometió un delito similar, como los
seis almswomen (chahhaggiya bhikkhuniyo)'^h.o siempre estaban dando problemas se registran a lo
han hecho, el beato Uno se dice para haber permitido la almsmen â€oe para prohibir su desde la
introducción de un Vihara.†^ &#157; a Weffern mentes esto parecería bastante más perjudicial que la
pena impuesta a la almsmen.
Sin embargo, esta aparente discrepancia fue intencional; y sólo sirve para subrayar el valor que atribuye
a los saluta- ción y, gracias a ello, la posición de los hombres.
11. La temporada de lluvias.
€oe un almswoman es no pasar la temporada de lluvias (Vassa) en una di^ridl donde no hay
almsman.†® &#157; Almsmen fueron naturalmente permitido pasar la temporada lluviosa en
lugares donde no hubo almswomen, su presencia no era necesaria en el almsmenâ€TMs cere- los
dineros de la confesión y similares, mientras que el almsmenâ€TMs presencia era necesaria para la
almswomenâ€TMs verdadero y pleno cumplimiento de estas obligaciones. Esta
regla es el mismo como el 56º Bhikkhuni-Pacittiya.'-^ esto se dice que se han formulado sobre la
ocasión cuando algunos almswomen regresó a Savatthi, habiendo gastado Vassa en el país. La Savatthi
almswomen solicitó la entrada si la exhortación o enseñanza {ovadd) había sido effeftive (iddha) en el
lugar donde habían sido de Vassa. Ellos respondieron: â€Oecomo podría haber sido effeftive, no hubo
allí almsman }"

si el término ovdda tomarse en su sentido técnico de ^ CV.jX., 9 I. ^ CV., X, 9, 2.


® CV., X., I, 4 ; a continuación, p. 268 ss.
^ V., iv., p. 313. Un delito pacittiya fue uno que requieren expiación.
122
las ocho normas Jefe exhortación,^ sería necesario para la almswomen en lugares donde hubo un
almsman, por la Exhortación tuvo que ser dada, cada seis meses y sólo podría ser dada por un almsman
; y aunque viajar por razones de urgencia era permisible durante el Vassa,^ habría sido estimó
conveniente re^rifl: tanto como sea posible. Si el término se toma en su sentido más liberal de la
enseñanza o inftruftion, plantea la cuestión de la adecuación almswomenâ€TMs para enseñar la
almswomen, en el que duda es arrojado también por la cuenta de Nandakaâ€TMs sermón.® si fueran
inadecuado para enseñar el uno al otro entonces parece como si la infirudlion dada por el almswomen
era, con la excepción de los novicios, reftrifted docente a la enseñanza de los laicos. En cualquier
sentido la relación está lejos de ser recíproco, pero sigue la lógica de la forma de resolver la queftion de
salutación. Es lo que sería expedled desde una ^ludy del fondo social, cuya influencia fue como almofl
inevitablemente a color la naturaleza de la interdependencia de los dos pedidos.
III. Ceremonia Ufosatha y exhortación.
€oe Cada medio mes (anvaddhamdsam) una limosna- mujer es esperar dos cosas desde el capítulo de
Almsmen, preguntar (en cuanto a la fecha de la ceremonia de Uposatha) y el tiempo (cuando el
almsman) llegará a dar la exhortación [ovada)".^ Este es el mismo como el 59º Bhikkhunl-
Pacittiya.® algunas de las almswomen en Savatthi habían fracasado a pedir estas dos cosas, y la
almsmen se molestaban y se quejaron de que, como se hizo en ocasiones,® ^ Véase infra, p. 126 ss. ^
Cf. infra, p. 271, ® Majjbima, III, 270-277 y cf. infra, pág. 152, nota 5; y p. 278 fF.
CV., s., 1,4. ® V., IV, pág. 315.

® C/., V. iv, págs. 306, 343, 344.


123
La Orden de Almswomen budista, con el resultado de que en este caso no para pedir estas dos cosas fue
hecho un delito pacittiya.
Parte de la ceremonia de Uposatha consistió en hacer confesión/ y no di^linftion fue trazada aquí entre
los dos sexos. La almswomen fueron expefted para asistir como habitualmente como almsmen y a
confesar el mismo delito pidió desde un li^t, y experimentar el mismo penitencias para liquidarlos. En
igualdad entra sin embargo en el derecho de decidir si el día para la celebración de la ceremonia fue la
de cuatro dientes o el decimoquinto día del mes. Que reefed únicamente con el almsmen, sólo podían
leer el enigma de la luna, y la ceremonia tuvo lugar en la noche de la luna llena y la oscuridad. Además
de esto, aunque no se dice explícitamente que con- fession implícita en esta tercera regla tuvo que ser
hecha al capítulo de Almsmen, eventos posteriores muestran que este era el plan original. Fue sólo a
medida que pasaba el tiempo que ciertos hechos que Gotama decidió modificar esta decisión. Algún
tiempo después de Mahapajapati había aceptado th6 ocho reglas Jefe se descubrió que el Patimokkha,^
la recitación de cuyos doscientos veintisiete normas era la parte esencial de la ceremonia de
Uposatha,® no se recitó al almswomen.^ está registrado que Gotama dice que la almsmen podría
recitarlo a ellos, pero tal escándalo y hablar surgió entre los laicos porque el almsmen se dirigió a la
residencia almswomenâ€TMs, que Gotama tuvo que prohibir este procedimiento y permitir la
almswomen a recitar el Patimokkha al almswomen.® y el almswomen almsmen ^ Vinap textos,
traducción, vol. i., introduffion, págs. X-XII.
® â€oe Es el comienzo, es el rostro {mukhatn), es el principal {famukham'^ de buenas cualidades.â€
MV., II, 3, 4; cf. también, &#157; Pacittiya 7 3 j donde es una regla. En el Canon Buddhift, sin duda
fue utilizado en el sentido de código. Este es el significado que los Rhys Davids, en E.R.E. art.
Patimokkha.
MV.,ii., 3 I.
® CV.,x.6 ,2.

X
†̃ CV., X, 6, 2.
Las ocho normas Jefe aparentemente hizo uso de la posibilidad dada por la recitación de las reglas a
confesar cualquier delito que hayan cometido, o que, como se ha dicho, había superarlos,^ la ronda de
becomings se celebran a veces a ser el único responsable.^ fession- y el debido tratamiento® de rasga
el delito del delincuente, y nadie que deseaba estar en el camino de la liberación debe permitirse perder
la oportunidad de confesar, y a hacer penitencia, cuya objedf era conducir a controlar en el futuro por la
moderación del código {^patimokkha samvara samvuto). €oe y, en la medida en que vosotros,
Nigrodha, considerando como un delito, confesar según sus obras, aceptamos su confesión.
Para ello, Nigrodha, es el cu^lom en la disciplina de la Ariyans [nobles], que cualquiera que mira a su
fallo como un fallo y confiesa, con razón, en el futuro, lograr la auto-rellraint.†^ &#157;, por lo tanto,
era importante que el Patimokkha deben ser regularmente observado: siendo así un funftion de
verdadero valor en sí mismo, no puede legítimamente ser dijo que se le había concedido importancia
fiditious haciendo la parte central de la ceremonia de Uposatha, como es Duttâ€TMs ver.®, por lo
tanto, si el almsmen no podía recitar el Pati- mokkha al almswomen almswomen, el barro.
Este es otro indance de la manera en que la limosna-, por la fuerza de las mujeres circumdances,
adquirió un derecho igual a la almsmen. No habían sido en un nivel ^ Udarabarika Sihanada Suttanta,
§ 22; diálogos, III, 55; Sarny. Nik., xii, 7, § 70 ; xvi., 6, § i.
€oe Dhp. Cmy. En el versículo 96, donde el novato dice al Starez Kosambivasi Tissa, quien en
descuidadamente Tossing un ventilador en el aire había sacado el noviceâ€TMs ojo, â€oe La ronda de
exigencias solo se debe culpar por ello.†&#157; ® MV., II, 3, 4-8. Esta parte fue obviamente
insertados posteriormente. Véase la traducción de textos vinaya, vol. i., introdudion, págs. xv-xvi.
^ Udambarika SihanSda Suttanta, § 22. Diálogos III, 55; r^.
Saipy. Nik., xii, 7, § 70 ; xvi. § 6 (i).
® Dutt, principios BuddhiSl Monachism, cap. iv.

125
El orden de Almswomen budista para comenzar, que entonces tenían a confesar la almsmen, mientras
que un almsman que recitó el Pati- mokkha sentado (conjunto de almsmen) ante un cometido un
dukkata almswoman olfenced él per- petrated un delito similar si recitó en un conjunto asentado (DE)
ante un sikkhamana almsmen (que es una candidata en sus dos años de€TM curso de prueba
en^truftion antes de solicitar la ordenación Upasampada), un samanera samanert^ un novato
(masculino y femenino) ; antes de una expulsión contra quien había sido pronunciada por no ver o
expiar una ofensa, o por negarse a renunciar a una falsa doftrine; antes uno que habían abandonado los
preceptos; Eunuco; quien había furtivamente adjunta a sí mismo a la sangha; o ante un hermafrodita.
Diez razones para suspender el Patimokkha figuran en el Anguttara.^ consisten de haber en la
Asamblea quien había cometido un delito parajika; uno que no había sido ordenado; quien había
rejedted la enseñanza ; un eunuco ; o uno que había abusado de la almswomen; y de las investigaciones
de estos againdt dlill inconclusa.
Aparentemente el almsmen se sintieron tan superior a la que sus Patimokkha almswomen no se celebró
ante ellos, o antes de que una mujer funcionario en prácticas.
Pero una cierta cantidad de crédito acumula a ellos para evitar un abusador de la almswomen escuchar
la recitación. Esto sugiere que ellos pensaban que tal hombre malo e indigno: sino que también
deberían pensar que quien podría comportarse tan mal debe ser excluido de participar en uno de los
mo^l ceremonias importantes indica el grado de malos favor en que lo retuvieron.
Exhortación {ovadd) era visto como un serio- &gt; deber. Por su propia naturaleza no era recíproco: en
el almsmenâ considhed€TMs pidiendo el almswomen si estaban manteniendo el garudhammd, esas
normas †̃ MV., II, 36, 1. ^ Ang., v., págs. 70, 71.
126
los ocho presidentes de las normas

que aplican a la almswomen direftly y sólo a la almsmen indireftly.


Cuatro reglas principales llegó a ser prescribedâ€TM- para la realización adecuada de la Exhortación.
(I). postsinodal mu^t no sean mantenidas por un almsman no debidamente facultado.^ ocho requisitos
para exhortar a los almswomen deben encontrarse en él.® muft él ser un hombre virtuoso ; de gran
sabiduría ; familiarizados con ambos conjuntos de reglas en todos los detalles; él muif use palabras
nobles y discurso; y mu^t tienen la capacidad por su predicación en el Dhamma para despertar, animar
y amenizar la comunidad de almswomen; él mu^l: ser alguien a quien la almswomen como
(jehhuyyena bhik- khuntnam fiyo hoii mandpo) ; él muft com- nunca han presentado una grave ofensa
con quien ha salido adelante en el desamparo y poner sobre la túnica amarilla; y él mu^ ha sido del
orden de veinte años o Más. Parece, pues, que iba a ser un hombre de buena reputación con un diploma
superior de conduft en Fife ; y la idea de que ju^t cualquiera haría aquí fue puesto fuera de la corte.
Esta regla reflefts gran crédito, y es una instancia de Gotamaâ€TMs profunda preocupación donde el
intere^ls de las mujeres estaban involucradas.
En la primera parte del Cullavagga allí aparece el fallo de que un nuevo almsman^ quien el tajjaniya-
kamma^ se había llevado a cabo no fue a aceptar el cargo de dar la exhortación a la almswomen, y si él
había aceptado que él no debe cumplirla.® Un almsman habría
también ser descalificado si él había incurrido en la pena de la lassapdpiy-yasika- kamma^ el castigo
habitual para pelearse, para ^lupidity excesivo que conducen a violaciones de la disciplina, ^ Padttiya
Dhamma, 21-24. ^ V., IV, pág. 51.
^ Ibid., y Ang., IV, págs. 279 y 280.
^ Después de Reb-uke, VER CV., i, i, 1. _ ® CV., i.,_ 5 &gt; ® es uno de los-adhikarana samatha,
las ocupaciones de queftions que han surgido. Explicado en Majjhima, II, 249; cf. CV., i, 2 ffj iv., II ;
Ang., IV, pág. 347; véase más adelante en la pág. 242.
127
, el orden budista de Almswomen asociación indebida con la mujer, la no observancia de

las principales normas que regulan la vida de un almsman, la no observancia del derecho conduft,
heterodoxia, y hablar mal del Buda, el Dharma y el posterior en el Cullavagga Sanghad se dice que
todos los almsmen excepto el estúpido, el enfermo y el camino fueron a â€oeaccept el deber de celebrar
exhortación a la almswomen.†^ en el mismo pasaje &#157; se dice que el morador en la selva fue
permitido nombrar a un tiempo y un lugar para la reunión, diciendo â€oe no voy a realizarlo.†&#157;
(ii.) Exhortación muft no se celebrará después de la puesta del Sol.® Esta regla es el resultado de un
divertido Episodio, que al mismo tiempo arroja una luz lateral reflectante en un espíritu crítico por el
almswomen diredled hacia su enseñanza. En una ocasión se enteraron que Culapanthaka habían sido
enviados para exhortarlos.
Inmediatamente me dijo: â€Oela enseñanza no será exitoso a día. Será Culapanthaka repitiendo su
discurso solemne (udana) una y otra vez.†^ Él &#157; luego vino y les pidió, abeto^, si fueran todos
allí (o al unísono, samagga) y, a continuación, si se mantiene el garudhamma. En su reconocimiento,
dijo, â€oe, tamices, (bhaginiyd) es la exhortación,†® &#157; y repitió su udana una y otra vez :
â€oeTo el vidente que tiene su mente collefted y earnest, entrenados [sikkatd), Dolores no suceden. Tal
serena es siempre auto- colIeiSed.†La almswomen &#157; en effedf dijo, â€oe sabíamos cómo sería,
ya lo dijimos.†Su &#157; gibes llegó a sus oídos, y refutarlas hizo un gran show con iCV.,i,4, I. *
CV.,x., 9, 5.
® V. iv, pág. 54. * Cf. infra, p. 279.
® fue el reconocido conducing ftep preliminar en la ovSda.
Si el almswomen dijera que no habían sido manteniendo el almsman garudhamma, entonces debe ir a
través de las reglas, uno por uno. Véase la traducción de textos vinaya, vol. I, pág. 21, nota 2.
128
las ocho normas Jefe el aire, él tenía esta powerd esto indujo una com- pleta volte-face en el
almswomen, quien ahora exclamó, â€oe maravilloso, ¡oh, maravilla, nunca ha sido tan exitosa la ovdda
antes,†y ellos &#157; ^ayed y escuchó

a su predicación hasta la noche, cuando se despidió de ellos diciendo, â€oe Go, sixers.†pero porque
me devolvieron a la ciudad &#157; temprano en la mañana, los laicos- plained com. Las quejas, que
como regla general alcanzado Gotama a través del almsmen o la limosna- la mujer, y a la cual él
siempre se representa como forma de atender con prontitud y effedtively, dio lugar a esta regla : â€oe
Es una pacittiya para un almsman salvo sancé- cionado al atardecer para dar exhortación a la limosna-
las mujeres.†&#157; (iii.) Exhortación mudf no se celebrará en la limosna-€mujeres TMs trimestres.^
esto marca una desviación de la sentencia original en la tercera de las garudhammd.
Hay pruebas documentales para un episodio definitivo que llevó a la transición de la sentencia que el
almsmen venga a darle a la almswomen al gobernante que estos deberían ir al capítulo de Almsmen
para recibirlo. Los seis almsmen que siempre estaban siendo problemático había llegado y predicó en
los cuartos de los seis almswomen que siempre estaban siendo problemático. Estos dijeron a sus
colegas, â€oe señoras, vienen y predican aquí (IDH'eva) a nosotros lo que tienen que decir.†en el
Almsmenâ€TMs &#157; Vinaya, se dice que el dijo al almsmen almswomen y los piadosos se
quedaron pasmados. Esta se repite en el Almswomenâ€TMs Vinaya: aquí se dice que el piadoso
almswomen conmocionados y se quejó a la almsmen. Sin duda ambas cuentas se refieren a uno y el
mismo episodio. Fue después de esto que la norma que prescribe que el hizo almswomen muft siempre
van a recibir almsmen exhortación, y todos juntos.® ^ Cf. Tlieragatha, ccxxxvi.
* V., iv., pág. 55; y V., iv., p. 314.
Se omite la cláusula Tliis desde el Almsmenâ€TMs vinaya.
129 I
las órdenes budistas op Almswomen sino una excepción debía ser hecha. En una ocasión fue
Mahapajapati malos.â€TM- Gotama se dice que han llegado a ella y le preguntó cómo estaba. Dijo que
anteriormente almsmen fueron autorizados a venir y predicar el Dharma a ellos, pero ya se había
llevado a cabo un delito pacittiya por el Señor no era la comodidad que se tenía. En vista de esta
expresión de anhelo oír la enseñanza, han aparecido muft sensato Gotama para dejar la almsmen vienen
para este fin a

las mujeres€TMs cuartos cuando estaban enfermos, para esto es el codicilo anexa a la regla.
A un largo e intrincado hi^ory pertenecen algunos de los detalles de la disciplina inicial del almswomen
en conexión con su van a recibir la exhortación.
En el abeto^t lugar es simplemente dijo en el Cullavagga^ â€oe que en ese momento el almswomen no
vaya a la exhortación.†un decreto, seguida por una amenaza de castigo &#157; por negligencia, se
dice para haber sido pro- anunciará por la Virgen, a la que effedl una limosna- mujer rnuSl no omitir
para ir a la exhortación. Esto parece haber precipitado el cuerpo entero de la limosna- que la mujer
reciba la exhortación en el almsmenâ€TMs trimestres, en gran medida a la indignación de los laicos,
quienes pusieron los wor^t interpretación sobre ella. Por lo tanto Gotama, siempre consciente de lo que
es el mundo informó haber pensado, declaró que sólo cuatro o cinco limosna*-- las mujeres tenían que
ir juntos.®, pero, como lo es el pueblo ftill ftated, no cesa de críticas, y la empre- sa de almswomen
tuvo que reducirse a dos o tres.
Además, se dejó en claro que la objeft de su visita no fue a recibir la exhortación entonces y allí, pero
para hacer una cita formal para el capítulo entero de Almswomen a ir juntos a recibir desde un
almsman^. La forma de acercarse a la almswomen almsman por el que había venido para hacer los
arreglos
* V., IV, pág. 56.
Â" liU .
CV.) X., 9, 4.
Ibid .
130
las ocho normas Jefe se describe con cierto detalle. Exige una actitud de reverencia a partir de un
inferior a un superior. Es probable que aquí la reverencia necesaria era principalmente para hombres
más mujeres y sólo derivatively de conocimientos sobre la ignorancia. €oe dejarlos ir hasta algunos
uno almsman y organizar sus ropas sobre un hombro, y sentado sobre sus talones, déjeles extiende sus
palmas y él se unió a la dirección así ; â€oe El Capítulo de Almswomen así saluda a los pies del

Capítulo de Almsmen y reque^s permiso para venir en aras de la Exhortación recluidos; puede que se
otorga, dicen, el capítulo de Almswomen.†â€TM- &#157; entonces tuvieron que descubrir si una
almsman había sido nombrado para mantenerla; si uno tenía que mu^t ir a él, pero si no, el recitador del
Patimokkha fue decir, â€oe que de la Venerable es celebrar exhortación a la almswomen Si luego uno
de esos fueron descubiertos, poseído de los ocho títulos, el capítulo de Almswomen mu^I ir a él.
Esto parece haber sido simplemente una regularización de la condudt expresada en el impetuoso rush
del almswomen al capítulo de Almsmen. El punto ganado fue que toda agrupación casual de los dos
capítulos, en la que la menos seria la limosna- las mujeres tenían posibilidades de llegar al menos seria
almsmen para darles la exhortación, fue impedida por un plan más decorosa, en el que no figuraba
ningún resquicio para reunión amigos especiales en el otro capítulo.
Para resumir las vicisitudes de los arreglos connefted con los métodos utilizados por la limosna- a las
mujeres a obtener la exhortación :
(1) decretó que un almswoman debería ir al capítulo de Almsmen para preguntar a qué hora un
almsman vendrá a dar la exhortación.
(2) Almsmen no pueden acudir a la limosna-€mujeres TMs trimestres en aras de dar la exhorta- 1
CV.,s:., 9,4.
La orden de Almswomen ción budista; pero el almswomen ir a ellos para recibir desde un almsman
autorizados.
(3) Fallo del almswomen ir al ex- hortation.
(4) El capítulo entero de Almswomen acudió a la exhortación juntos.
(5) ordenado que cuatro o cinco almswomen deben ir juntos.
(6) ordenado que dos o tres almswomen deben ir juntos para hacer una cita formal para el conjunto del
capítulo de Almswomen para ir a alguna
almsman debidamente designados para recibir la Ex- hortation desde él.
(Iv) Almsmen mu^t no da la exhortación de la almswomen en aras de la ganancia material (amisahetu)
es decir, la oferta podría no almswomen sus profesores con ropas, alimentos, medicamentos y ropa de
cama. Esto tiene el aspecto de una regla destinada a frenar la codicia de los almsmen.
Almswomen podría estar inhibida la exhorta-- ción. Tal como aparece en los tonos unexcited del
vinaya, esta fue la sanción impuesta sobre ellos por negarse a aceptar la prohibición de entrar en un
Vihara.^ luego surgen preguntas en cuanto a si era legal para celebrar la ceremonia de Uposatha con
una mujer que había sido inhibida desde la exhortación.® La decisión dice que han sido dadas por
Gotama era que esto no puede hacerse hasta que su caso había sido resuelto. Esto dio lugar a la
definición de las normas, de las que se dice que, tras haber inhibido Udayi un almswoman desde la
exhortación, se fue de viaje.^ como resultado de las quejas que este condudt suscitó desde el almsmen
almswomen, tenían prohibido hacerlo, so pena de cometer una ofensa dukkata, aparentemente porque
el almswomanâ€TMs caso podría resolverse, sólo ^ V., iv., p. 57, y pac, XXIV.
^ CV.,
X, 9, 1, 2 ; véase supra, pág. 122.
= CV., X, 9, 3. * Uid.
132
los ocho presidentes de las normas que debe cumplir la información que la persona adecuada para
eliminar la inhibición estaba ausente. La situación habría sido tan difícil como la de un hypnotistâ€TMs
dejando a su paciente en un estado de hipnosis. Necios limosna- que no había hombres para inhibir,
deberá ser motivada por su inhibición, y una decisión del caso hecha.^ preeminente en todo ejecuta el
impossi implícito- bilidad del almswomenâ€TMs dando la exhortación a la almswomen, y,
paralelamente, su dependencia de la almsmen para sostenerlo. Por lo tanto, estos tenían por mucho los
cargos más graves, que su crédito sea dicho, Gotama les hizo darse cuenta. La almswomen fueron
responsables de nada, excepto para ir en el momento justo y ordenada, para pedirle la exhortación.

IV. Pavarana.
€oe después de mantener la estación lluviosa de Vassa el almswoman es sostener Pavarana (para
preguntar si cualquier fallo puede ser puesto a su cargo) antes de ambas sanghas â€" Al igual que de la
almsmen como de la limosna- las mujeres â€" con respeft a tres cuestiones, a saber lo que se ha visto,
lo que se ha escuchado y ha sido suspedted.†^ aparentemente los fallos imputables al &#157;
almswomen fueron investigados por tanto las Sanghas, aunque no se dice en esta ocasión que el cuerpo
conducing tenían prioridad en la ceremonia. Pero está claro que en principio la almswomen no podía
exigir solamente para ellos mismos. La indignación que nos embarga el corazón, aquí, en lugar de la
decepción, para que no nos habíamos atrevido a esperar.
Pavarana fue un ensayo en la disciplina y un elemento disuasivo para unmonaftic comportamiento. Los
delitos de los demás puede ser revelada; y si las normas de disciplina se aplican después de que se
habían confesado,^ sin rencores privados necesitan ser albergado. El plan fue ideado para trabajar estos
off. No hay referencias a "amargo" CV., X, 9, 3. = CV., X., 1,4. €oe CV., iv, 7, 133
las órdenes budistas de Almswomen recriminaciones, y probablemente la parte culpable generalmente
adherido a su cargo. Porque la vida se hizo extremadamente público y los ojos de la Cuádruple
Congregación estaban por doquier, y porque la ceremonia tuvo lugar en el pleno de la asamblea donde
los informes podrían ser corroboradas o confundido por los demás presentes, hubiera sido un miembro
audaz que sin escrúpulos ni conciencia se atrevería a tejer un cuento perjudicial o repudiar un delito por
el que se conocía a si mismo a ser culpables. Que era para una almsman ^lupid esperando que su
aftions podrían pasar inadvertidos, es claramente por una conversación que Gotama parece haber
celebrado con la almsman Bhaddali^. Aunque el evento no se llevará a cabo en el Bhaddali Pavarana,
pues no está siendo acusado pero está acusando a sí mismo, que sirve tan bien en mu^ración de este
punto que se menciona aquí. Gotama está representado como diciéndole que él hizo transgredir, necios,
erróneos y como él era. €oe que falló, demasiado, para darse cuenta de que el Señor estaba en la
residencia en Savatthi, sabrían que no eran condudling usted según el Mailerâ€TMs enseñanzas; en
segundo lugar, que un cierto número de

almsmen y de almswomen también estaban pasando la temporada de lluvias en la ciudad y que también
lo saben; y, tercero, que_ en la ciudad vivían un número de laicos- discípulos -hombres y mujeres- que
también lo saben.†&#157; en casos planteados en el Pavarana habría sido el conocimiento que poseen
los otros y almsmen afted almswomen que tendría como un cheque a retorcer cuentos y a exaggera-
ción, de hecho uno de los objeds del Pavarana fue el Promoción de una vida en armonía con la
propia€TMs colegas diputados. En este caso fue la escasa lógica que impidió la ceremonia de ser
recíproco:® ^ Majjhimaj i., 437-439.
® Almsmen no estaban autorizados a confesar la almswomen, MV., IV, 14, 1.
134
las ocho normas Jefe almsmen no mantenga sus Pavarana delante del almswomen, pero aparte por sí
mismos. Este presunto derecho a mantener sus asuntos privado fue uno de los resultados de la auto-
engrandecimiento de hombres; la ^tate de cultura alcanzado por muchos de los almsmen parece haber
sido casi demasiado bajo y primitivo que han hecho posible que puedan sentir vergüenza en el ensayo
de gran parte de la lascivia de su comportamiento y, por consiguiente, han querido, ya sea de un sentido
de la decencia o de un deseo de no choque la almswomen, para mantener estos detalles para ellos
mismos.
El ^ory del almswomen y sus Pavarana sigue mucho el mismo curso como ^tory de ellos y su
exhortación. No siga el inifrudtions, está registrado que no mantenga la Pavarana en absoluto. La buena
y modesta limosna- las mujeres se han quejado, y la imposibilidad de sostener un Pavarana fue hecho
un delito pacittiya.^ Se celebró entonces por sí mismos y no con el almsmen y, finalmente, con el
capítulo de Almsmen y no separados por sí mismos.
Me explicaron que no podían encontrar un momento adecuado para celebrar la ceremonia, que fue
objeto de un largo romance, ya que cada almswoman tuvo que pedir su investigación de delitos durante
los tres meses lluviosos. A fin de obviar esta dificultad Gotama se dice para haber decretado que â€oe
que mantenga sus propios Pavarana muft algún día y que de la almsmen el siguiente.†^ Esto fue
&#157;

praftice de conformidad con el que fue el edificio en sí, que donde hay el doble de las ceremonias para
la almswomen asistir, fueron realizadas por su propio orden fir^. Un aprendido, venerados y discreto
almswoman había nombrado para llevar la invitación del Capítulo de Almsmen y su nombre propuesto
a la Asamblea. Aprobación fue demostrado por el silencio, la desaprobación por la voz.® El delegado
almswoman fue acompañada al ^ V., IV, pág 313-314. €oe CV., x, 19, I.
3 CV.,x., 19,2.
135
Las órdenes budistas del Capítulo de Almsmen Almswomen por todo el capítulo de la limosna- las
mujeres y tres veces ella les invitó a señalar los fallos del almswomen podrían haber cometido en
respeft a lo visto, oído o suspefted,. que si percibían confesaban. €oe entonces podrán, si ellos
perciben el delito, confesar la misma.†^ Esta cláusula &#157; parece evidenciar claramente una clara
perspectiva, resultante de una actitud bien meditada. Fueron firmes en su negativa a ser heftored por
hombres en admitir la existencia de cualquier Estado que no podía percibir y, por ese motivo, creo, para
ser verdad.
La verdad como un ideal es ha insistido durante toda la enseñanza budista; pero la verdad es muchas
caras, y el blanco-caliente resplandor de la verdad de Insight a convertirse en sólo puede disparar al
cenit si ha sido fielmente y persistentemente, alimentado por las llamas de la menor el Noble Óctuple
camino. El camino de la verdad es tan regulado por la Ley de la causalidad como son los fenómenos
físicos. Debe darse por sentado que estas mujeres habían ya extraídas de la enseñan- turas que habían
oído, ese derecho Endeavor es combustible para la luz que se va a romper y desgarrar la espesa
oscuridad de la ignorancia;^ y que en parte consistió en aferrarse a la verdad como una lámpara y un
refuge® cuando- nunca, donde se enfrentaron a las cuestiones de la verdad y la falsedad; y que era un
elemento esencial para ganar en bienestar, el objetivo supremo. La condición que confesaban el fallo, si
ellos lo percibieron, fue una animada oferta para la independencia y para el mantenimiento de un
directo de lealtad a la verdad, como parecía.
Esta condición indica además que el almswomen no tenía la intención de ser crédulos o demasiado
sumiso

en la medida en que ellos mismos estaban interesados. No iban a ser engañado en menoscabo de sus 1
Ibid.
^ Therigatha, xxsv., Ivii., Ixi, Ixiv., y passim.
^ MaMparinirvana Sutta, capítulo II., § 33.
136
las ocho normas Jefe posibilidades de establecer un buen karma diciendo falso- campanas, o a permitir
a sí mismos parecen ser peor de lo que realmente son. Las personas en el mundo estaban hablando
bastante, como ya estaba sobre los dos órdenes: ningún resquicio legal por razones injustificadas para
llenar la boca de censura pública mu^t ser sancionado, o el orden de Almswomen, sobre la exigencia de
que cada almswomanâ€TMs libertad personal depende, podría tener que ser disuelta.
El Vinaya va a decir que, después de un tiempo el almswomen fueron autorizados a recibir la confesión
de un fallo de un almswoman, por la misma razón que ellos obtuvieron sanftion a recitar el Patimokkha
â€", es decir, los abusos imputados por el público en general.
V. Manatta disciplina, â€oe un almswoman quien ha sido culpable de un delito grave es someterse a la
disciplina Manatta tanto hacia las sanghas (Almsmen y Almswomen).†â€TM-' &#157; nuevamente la
aplicación de estas medidas disciplinarias pro- ceedings fue alterada, por la misma razón que los recita-
ción de la Patimokkha y la confesión de culpa; y al final sólo almswomen Gotama permitió llevar a
cabo medidas disciplinarias contra la limosna- mujeres.^ todas estas concesiones, aunque acelerada por
influencias externas, muestran una tendencia creciente entre los almswomen ser disociado como
posible en su gobierno interno del Capítulo de Almsmen.
La situación es algo irónico. La almswomen dejó el mundo porque encadenado a su libertad, y
habiendo sumado al monje shaveling asegura siempre mayor libertad y más obligaciones y derechos en
su esfera unworldly como resultado de las críticas dirigidas a ellos por el mundo.
^ CV., X., I, 4. La naturaleza de la disciplina Manatta es desconocida.
2 CV.,x,6, 3.
137
Las órdenes budistas de Almswomen VI. Upasampadd iniciación.
€oe cuando un almswoman como un novato ha sido formado por dos años en las seis reglas, ella es
pedir a dejar para la iniciación Upasampada tanto de las Sanghas (al igual que el de la Almsmen
Almswomen).†â€TM-
&#157; esta regla estaba en la imitación de los hombres que las previstas para los candidatos. Hay sin
embargo, parecen haber sido los diez mandamientos para los novicios masculino^ como contra los seis
novicios de la hembra. Es evidente que la mujer tiene menos derechos y deberes que los hombres.
La aceptación de los ocho presidentes de reglas por el Gotami Mahapajapatl cuentan como su
iniciación.
Aunque esto constituyó una excepción a la regla de que â€oe Almswomen se inició por almsmen, â€
Gotama &#157; ftood por su decreto que los miembros privilegiados de la CLAN Sakyan prescindir
del pabbajja ceremony® (e ipso fa8o con el dos años€TM noviciateship), cuando más tarde
Mahapajapatiâ€TMs seguidores se ponían ansiosos cuando se dieron cuenta de que la iniciación en la
forma prescrita no había sido realizada por cualquiera de ellos.^ en el camino ordinario para los
participantes tenían que pasar el pabbajja ceremonia. Antes de que pudieran aplicar para la plena
coordinación tuvieron que han pasado dos años en capacitarse en las seis reglas {chasu dhammesu).
Estos incluyen los cinco stlas, esos preceptos que están en el corazón de la moralidad budista; mientras
que la adición de la sexta, ab^atención de comer en el momento incorrecto, redujeron la moral
monástica dentro de límites.
Quien había conservado estas reglas e inmaculada ininterrumpida durante los dos años fue entonces
elegibles para la apli- cación para la membresía plena.
El hi^oria de la regla para el otorgamiento de la iniciación, sobre almswomen Upasampada y de las
dificultades que tuvo que enfrentar antes de la ceremonia finalmente llegó a ser reajustada aparece
confundido en 1 CV., X, 1, 4. Â" MV., I, 56.
€oe MV., I, 38. CV., x„ 2.

138
las ocho normas Jefe fir^j pero en estrecha ftudy una secuencia ordenada de eventos se encuentra a
emerger.
La participación plena, como re^loration después de la suspensión, sólo podía ser concedida por el
sanftion de todo el capítulo. Diversos elementos contribuyeron a la elaboración de este artículo. En el
abeto^t place dos Vassas (es decir, por un período de dos años) el almswomen había ordenado pro-
bationers {sikkhamana) que no habían sido entrenados con respecto a las seis reglas. La regla fue
formulado que si un funcionario pidió coordinación y habían mantenido las seis reglas para dos Vassas,
ordenación podría ser conferidos a ella.^ pero no almswoman podría ordenar a un funcionario que no
habían sido entrenados en la formación, o que habían infringido alguna de las seis reglas.
Es nuevamente establecido que aquí ella muft ser un funcionario en prácticas por dos años, y que ella
mu4I: se te^led en estas seis reglas.
Entonces parece que algunos almswomen ordenó a un funcionario que había sido entrenada para los
dos años y probado en estas seis reglas, pero al parecer los demás almswomen no oigan esto, se
informó que se les dijo, â€oe venir, alumnas, aprender esto, dar que, fetch, que es querido, y hacer todo
lo que sea adecuado como de un junior a un senior.†Los recién ordenados &#157; prote^ed y declaró
que ya no eran alumnas, pero almswomen quien había sufrido los dos años€TM capacitación. Se dijo
entonces que un delito pacittiya sobrevendría si una limosna- mujer ordenado un funcionario que había
tenido dos años€TM formación, salvo que ella obtuvo la autorización {sammatd) del capítulo. La
ordenación tuvo que ser por la sanftion de todo el capítulo, y no por una selec- ción de ella elegido,®
para este habría abierto la puerta para asegurar un jurado repleto de â€oe.†esta enmienda a la regla
&#157; fue dicho para haber sido causada por el conduff de Thullananda. Pensando que iba a ordenar a
un novato reunió la limosna senior- ^ V., iv., p. 318. €oe V., IV, pág. 320). ® V., iv., p. 335.
139
Las órdenes budistas op Almswomen

hombres, y Habiendo proporcionado con abundante materia de ambos tipos (hard y soft), ella les
despidió, col- lefted cuatro de dudosa charafter, incluyendo Devadatta y luego ordenado al funcionario.
El virtuoso almswomen se quejaron, por lo tanto, la enmienda, a la que se atribuye una importancia
vital, ya que la norma clara y definida.
La tendencia aquí, como en la regularización de la Exhortación, la ceremonia fue mantener el monje-
mundo combinado y ordenado; para desalentar el favoritismo; para evitar cualquier seftion desde una
posición dominante o problemático; y para impedir el crecimiento de faftions.
En la ceremonia de ordenación el almswoman buscar inicio tuvo que contestar a 26 preguntas; estos
incluyen veinticuatro como a las inhabilitaciones, la presencia de cualquiera de los que haría imposible
para ella para recibir la iniciación,^ y otros dos. Los veinticuatro las descalificaciones que se investigó
fueron once deformidades ginecológicos, cinco di- seases y ocho otros asuntos. Respuestas
Unsatisfaftory significaba que la candidatura podría no estar aún suggefled.
En un principio, la almsmen cuestionó la limosna- a las mujeres como a las descalificaciones. Las
mujeres estaban tan desconcertados que eran incapaces de responder. Gotama, siempre simpático y
sabio, en vista de esta dificultad, decretó â€oe que la iniciación se confieren en el capítulo de Almsmen
tras un almswoman que habían sido iniciados por un lado en el capítulo de Almswomen.†â€oe pero
una fresca difi- &#157; almswomen culty surgió porque los que intentaron poner las preguntas no
tenían ni idea de lo que aquellos que requieren respuestas de iniciación debe dar; así que la almsmen
había vuelto a pasar a la violación y a decirles a los per- plexed candidatas cómo responder. Unfor
lamentablemente en la forma entorpecedora de los hombres comenzaron a hacerlo en el pleno de la
Asamblea, lo que naturalmente trastornar el pobre almswomen tanto que todavía podía ^ CV., X., de 17
años, I. 2 CV., X, 17, 2.
140
las ocho normas Jefe no dan respuestas. La almsmen informó de esto a Gotama, que, en lugar de
reprenderlos en abiertamente por sus tadllessness, dice que la almswomen mu^t ser inflrudled aparte, y
explicó la manera del inftruftion.

La fir^ punto que se dice que hizo fue que los almswomen buscando iniciación debería venir a
un^truftor en segundo lugar, que la in^trudtor no debería ser ignorantes o incompetentes, pero alguien
que había sido debidamente designados. La idea subyacente a estas resoluciones parece haber sido
doble. Fir^t, que un funcionario pueda recibir ayuda de un personal bien cualificado mujer durante sus
dos año€TMs noviciado- barco. En segundo lugar, que la promesa hecha por un experto a una junior
ordenar a ella, si no hubo ob^acle en el camino,® podría ser implementado. La esperanza parece
haber sido que haciendo los altos responsables de la Sangha, ella ipso fa8o pasaría a ser completamente
fiable. En lea^ ella tendría que saber que su fracaso era punible. Dos casos de flagrante inju^fice
condujeron a la formulación de estas resoluciones. Un rasgo, característica que busca de la mente india,
incluso hoy en día, es evidente en el primer caso:® no se dice nada de la naturaleza censurable de lo
que equivale a un soborno en un Elderâ€TMs diciendo a un novato, â€oe Si me dará tu manto me
ordenara usted.†todo el interés centrado en la &#157; Elderâ€TMs fracaso, haber hecho esta
promesa, a mantener su palabra â€" también una omisión culpable por estándares occidentales. En el
segundo caso mentioned® como con- tributory a la formulación de estas sentencias el anciano, de
nuevo, el rebelde llamado almswoman Thulla- ^ El nombre del inftruftor es la^l de las preguntas
formuladas en la ceremonia Upasampada. En la ocasión cuando Gotama fue pre- scribe las preguntas la
palabra utilizada fue una hembra famttini inflruftor.
Refiriéndose a la almsmen la palabra utilizada es upajjhdya. Esta es la única ocasión, cuando Gotama
shill estaba tratando de conseguir las cosas en orden, que la palabra usada en masculino con el
almswomen conneftion. Cabe expefted desde el contexto.
® V., iv., p. 332.
=&gt; V,iv., p. 333.
Las órdenes budistas de nanda Almswomen/ se dice para haber sugerido a un funcionario que si ella
seguiría a su ministro y a ella durante dos años, ella lo ordenara su. Pero cuando llegó el momento ella
no pudo mantener su promesa; por ella ni lo llevaron a cabo ella misma, ni vio que era hecho por
alguien más.
El^truftor podría ser auto-designado o designada por otro, y reglas para estos nombramientos fueron

declarados. Tanto en uno como en otro caso, el de la Sangha sanftion tuvo que ser obtenida. El
nombrado en^trudtor almswoman tenía que ir para el novato que estaba tratando de iniciación y dígale
cómo responder las preguntas; ella procedió a ponerlos a ella como un ensayo. Cuando el^ruftion
estuvo sobre el inifruftor y el candidato no iban a volver a la Asamblea juntos,^ sumably pre- de modo
que la in^trudlor puede presentar su candidato€TMs caso en su ausencia, la izquierda no debe ser
cualquier objeftion decepcionante para su aceptación. Cuando el candidato llegó ella era asumir una
actitud reverente y pida tres veces para la iniciación por el cual espera ser levantada â€oe de la vida
mundana.†&#157; entonces a un docto y competente queftion almswoman tuvo a su respecto de las
inhabilitaciones, y otro tuvo que proponer tres veces que ella debe ser recibido. Silencio, como de
costumbre, significaba consentimiento. Hasta ahora las actuaciones eran los mismos que los
subftantially obtención para la almsmen candidatos. Pero para el almswomen la ceremonia no termina
aquí, para cuando la iniciación en el capítulo de Almswomen estuvo sobre el candidato tenía que ir en
el capítulo de la limosna- los hombres, no para soportar un exaft repetición de todo el negocio.
No existe en el caso de un registro que almswoman _ ^ imposible que este era un nombre inventado,
por dictar, por diferentes delincuentes, así como para proteger a cada uno de ellos de la inmortalidad
indeseables
; ^ . El caso similar de la chabbaggiya camarilla (o seis) y el chabbaggiya almsmen almswomen.
" CV.,x., 17, 5.
142
las ocho normas ha recibido el Upasampada jefe por un mensajero, no ir en persona al capítulo de
Almswomen. Su nombre era Addhakasid había sido cortesana hasta que ella adoptó la vida religiosa
bajo el almswomen.
Cuando ella se sintió preparado para reconocer la antigüedad estaba ansioso por ir a Savatthi a recibirla
de la Santísima uno propio, constituido por él para ser miembro de pleno derecho de la Orden. Pero los
hombres de abandono de la vida tiene el viento de la propuesta y acosan a la carretera y ella tenía
miedo de ir.
Gotamaâ€TMs tratamiento de su caso es otro ejemplo de los dolores que él tomó por el bien de los
hombres y las mujeres. Pero fue sólo después de la abortiva almsmen había hecho muchos esfuerzos
fue capaz de hacerles comprender que deben conferir la iniciación Upasampada enviando un
aprendidas y limosna competente- a la

mujer como un mensajero para Addhakasl. De esta manera se creó un precedente y las mujeres
obtuvieron el derecho a conferir la iniciación en casos excepcionales. Era una ganancia, incluso si un
ligero. Es lamentable, sin embargo, que la manera de tratar las excepciones nunca se convirtió en la
norma. Es evidente que la almsmen estaban totalmente decididos a mantener su participación en la
iniciativa- ción de la almswomen.
De las pruebas documentales que poseemos, no parece que una vez almsman blackballed una candidata
que había sido aprobada por el capítulo de Almswomen. De hecho el escrupuloso cuidado en
manejando sus responsabilidades y un repaso y control de retención muSl han ejercido por el
almswomen.
No habrían querido herir la sensi- y la dignidad de los bilities almsmen, o que se han abierto a la
reprensión por presentar mal preparados o candidatos inadecuados. Los pioneros del movimiento- ment
nunca se han visto obligados a sobrepasar ^ CV., X, 22 y Tlierigatha, xxii . ; MV., viii, 2, nota 3. Entlp
Appar- en contraposición a AA//, vale mil kSsiyas de Benarés ^ndard monetaria) ; o puede significar
vale la mitad de Benares. Véase más adelante en la pág. 184.
143
El orden de Almswomen expeftations Budista, pero para nombrar solamente de su propio ser y
^teadie^l^t.
Si la decisión final de autorizar a un candidato a ser senior alquilado con la almsmen, la pre- liminary y
etapas formativas fueron entrufted al almswomen. El suyo fue el poder de aceptación o rejeftion, y en
ellas recae, en pie de igualdad con los hombres, el conocimiento de las cualificaciones necesarias para
seguir el camino superior. Era una investidura más trascendentales que aparece en firft vista, para
muchos de los admitidos como ancianos evidentemente recorrió un largo camino en la búsqueda de la
ruta ; algunos encontraron el objetivo, arahan- barco, que hymned en brillantes palabras en el
patéticamente Therigatha hermoso.
El Upasampada iniciación era una cuestión de profunda seriedad y trascendencia, ya que significaba
abandonar el noviciateship y registrarse como senior; asumir las responsabilidades adicionales de la
enseñanza y la instrucción; y en lo sucesivo de dedicar un mayor aplica- ción para el ejercicio de la
meditación. Una gran parte de la

labor diaria consistía en la contemplación. Esto se convirtió en la severer escriba el mayor de los
Estados aumentó en el orden, la enseñanza también hizo grandes exigencias, para no sólo tenían los
novicios para ser inStruSted^ y preparado, pero como señala Takakusu^ los candidatos a ser miembros
de pleno derecho no estaban libres de supervisión, pero continuó bajo la orientación moral y
disciplinaria de dos ancianos elegidos por iniciar. Sin duda era su negocio para seguir a sus alumnos en
el camino, de modo que puedan purgar fuera todo el apetito, quite todos spitefulness de su vida, todo
letargo, todas las preocupaciones y dudas y luego â€oe habitar en el primer éxtasis, y sucesivamente en
el segundo, tercer y cuarto éxtasis.†® se dice que una almswoman &#157; intentó durante siete
años para aprender los vinayas de Uppalavanna.
Pero como ella no pudo agarrarla, Gotama es informado a †̃ Véase supra, pág. 141; y más adelante en
la pág. 247 y ss.
^ Takakusu, art. iniciación, E.R.E. ® Majjhima, III, 4.
144
El Jefe ocho reglas han decretado que almsmen podía enseñar el Vinaya a almswomen;â€TM- no
en^ead de ellas, sino que además de ellas. Aun permaneciendo en ^atu pupillari a los ancianos el ^tep
noviciateship desde la antigüedad era un mo^t importante rito de pasaje, marcando un cambio
definitivo en la vida de la almsman o almswoman.
Por ello no es de extrañar que la formación dada antes de que el cambio se hizo, y el concurso
celebrado antes de que se consumara eran de una naturaleza perspicaz searchingly.
Si la vida de un almswoman iban a ser riguroso en comparación con la de una laica; si llegase a ser y
permanecer saludable; si llegase a ser autosuficientes y espiritualmente competentes; si llegase a cail
ninguna nostalgia hacia atrás miradas en el mundo que ella había dejado; y si llegase a ser
desconectado de todas las reclamaciones que pudieran haber tenido sobre ella â€" el examinarlas- ción
que conduce a la admisión sería necesariamente duras y exhaustivas y el entrenamiento^ conduce al
examen sería largo y arduo, y organizarse de tal manera que den una de las pesadas exigencias foretafte
a seguir.
En el examen, después de las 16 preguntas sobre deformidades e infecciones® (lepra, furúnculos, seque
la lepra,^^) y ajusta el consumo había sido contestada

la almswomen candidatos tuvieron que responder a las siguientes 10 preguntas:


i) ¿Es usted un ser humano? Esta pregunta parece haber sido pedido simplemente en cuenta más bien
un tonto ftory de una serpiente que entró en la vida monástica en la forma de un hombre; pero una
noche para olvidar para mantener su disfraz todo el vihara 1 CV.,x., 8, 1.
^ Algunas cuenta la formación se da a continuación. Véase infra, p. 247 si.
® a diferencia de conventos inglesa medieval, donde defedtive deformado y las niñas a menudo son
alojados. Potencia inglesa medieval, conventos, pág. 31 y ss.
^ Traducido por Takakusu, art. iniciación, E.R.E., como el eccema y la epilepsia.
H5
K
El Budista' orden de Almswomen becattie llenados con su forma mientras dormía. El super^ición de
animales asumiendo derechos, forma muere duro, pero es de lo más curioso en este sentido desde
Gotama estaba en rebelión contra el super^Éditions de su día. La cuestión también es no- sensical, no
seres humanos habría sido impedido pasar el pabbajja.
(2) ¿Eres una mujer ? Esto posiblemente fue pedido para asegurar de nuevo^ la admisión de eunucos.
(3) ¿Eres una mujer libre de esclavos no fueron ad- presentado a la Orden, ^ Es decir que ni siquiera
eran elegibles para el pabbajja ordenación. Como Rhys Davids señala,® aunque esclavos podría ser
admitido en algunos de los pedidos con el coexiftent- puttas Sakya, como los seguidores de Gotama no
fueron infre- quently, llamado Gotama re^lrifted este cu^om, de tal forma que cuando los esclavos eran
admitidos en el orden en que muft han obtenido previamente el consentimiento de sus creadores, y
también, creo yo, han sido emancipado.†&#157; Esto es corroborado por los ftory celoso de la mujer
que mutilaron su siervo femeninos.^ cuando el IRA fue traído a la luz y a la mujer y su esposo había
sido reprendido por Gotama, se

convirtieron a la fe y, a continuación, y allí se liberó a los esclavos femenina e hizo de ella un seguidor
del Dhamma. Una comparación podría hacerse aquí con el otro significado de â€oe libre de deudas â€
(&#157; bhujissd) como ocurre, por ejemplo, en el Therigatha, â€oe mujer liberada, ella es descargado
toda su deuda, una BhikkhunI formado en el mayor sentido.
Todos los bonos son separándolos, su tarea es hacer, y la gran droga que envenena su se purgan.†®
&#157;
*â- según la Bhikkhunivibhanga Cmy. En V., iv., p. 224, hay tres tipos de esclavos; aquellos que
nacieron esclavos {antojato), quienes fueron comprados por dinero {dhanakkito), y aquellos que en el
campo de batalla se salvaron de la esclavitud {karamaranito).
€oe MV., I, 47. ® Diálogos, vol. I, pág. 103.
€ ̃ Dhp. Cmy. en verso 314. ® TherlgMha, verso 364.
146
las ocho normas Jefe (4) está libre de deudas TMâ ?• en el Dialogs® se comparan un almsman
quien es el contenido y un laico que ha tenido éxito en los negocios. El laico dice â€oe Me han
utilizado para llevar a cabo mi negocio por contraer deudas, pero ha ido tan bien con la que me han
pagado lo que debia.†&#157; un buen almsman podría deshacerse del enredo de sentido deseos ; en
el lado de crédito desarrollaría earneffness y poder diredt sus esfuerzos y energías en una continua
fidelidad inquebrantable a la muy ser^t. No parece que esta interpretación de la obtención libre de
deudas, que bien podría ser el resultado de la entrada de la Orden y someterse a la capacitación, es el
significado previsto en la pregunta. Sería poner el carro delante del caballo. Parece más probable que la
cuestión se habría pedido como una manera de averiguar si había alguien perteneciente a los laicos que
había un reclamo legítimo sobre el dinero de los candidatos para la admisión.
De nuevo, es posible que esta q^ion debería interpretarse de muy otra manera. Puede significar â€oe
eres un indio no es un extranjero. Si esto fuera así estaría de acuerdo con la â€oe las

visiones regionales †de los tiempos, y probablemente habría un &#157; interesante historia detrás de
ella.
( 5 ) está en el Rey€TMs de servicio 1 (traducido por Takakusu® â€oe, están exentos del servicio
militar si el sentido tomarse en sentido estricto sugerido por Takakusu, es bastante fácil ver la fuerza de
la cuestión cuando se les preguntó a los candidatos de los hombres. Debido a la prohibición de tomar la
vida (la segunda de las Silas) es lógico que cualquier
persona que ponga expedt él mismo en la forma de hacerlo no se considera capaz de hollar sobre las
rutas superiores a la salvación. - Das, tomando esto como una gran razón contributiva, ^ Diálogos, vol.
I, pág. 82 y ss. y cf. Majjhima, i., 275.
® Art. Iniciación, E.R.E.
147
Las órdenes budistas de Almswomen Gotama se dice para haber prohibido a todos aquellos que estaban
en el servicio real para recibir la ordenación pabbajja, dando entrada a la orden, pero es difícil ver la
fuerza del significado de la queftion en Takakusuâ€TMs traducción como poner a almswomen, para
nada en la India parece que las mujeres que tomaron parte en el servicio militar. De los diez tipos de
esposas del que habla el Vinaya, uno se dice que es una bandera-trajo,†®, que se salvó de ser
inmolado &#157; en guerra. Pero debido a que estos eran prisioneros de guerra, de ello no se sigue que
habían estado tomando parte en los combates. Es mu^l por lo tanto concluirse que el servicio de la
realeza en cualquier capacidad fue mirado como vinculantes para el servitor, y también como
totalmente que le descalifique para la vida monástica; o que las preguntas hechas a los almswomen
fueron descuidadamente y necia inspirado en los ponga a la limosna- los hombres. Esta alternativa me
parece unaccept- capaz, incluso con la posibilidad de errores en la progresiva con el tiempo, Gotama
durante su trata- miento de la almswomen parece mostrar nada pero la mayor consideración para ellos,
e invariablemente trajo un atento escrutinio para escuchar a sus preocupaciones.
De ahí la primera opción parece la más aceptable. En espíritu es afín a la contemporaneidad
prevalentes: que como esclavos y deudores están de alguna manera vinculados al mundo, porque ellos
o sus

dinero pertenecen a otras personas, de la misma manera aquellos en el servicio real pertenecen al rey, y
son de su propiedad inalienable. €oe no tomar lo que no es f iven a usted †es una importante ley de
la moralidad budista. "&#157; su punto de vista está corroborada por Gotamaâ€TMs reputado diciendo,
â€oe I prescriben que obedecer reyes.†® &#157; que o bien no podía o no quería deshacerse de su
temprana la reverencia por el personaje real; no podía a causa de su linaje, y no tendría en cuenta ^
MV., I, 40. 4. ^ V., III, pág. 139. ^ MV., III, 4, 3.
148
\i
las ocho normas jefe los beneficios que podría aportar a la orden por la adhesión de los reyes : y reyes
no le gusta tener sus esclavos filched desde ellos.
(6) Tener a tu padre y a tu madre, dada su con- envió el permiso de ambos padres fue requerida antes de
que un hombre o una mujer hecho tal una drástica ruptura de la vida familiar como entrada en el orden
entraña.^ Aunque la sentencia surgió a principios de los hiftory de la Orden, después de Suddhodana
había lo^t tanto sus hijos, Nanda y Rahula, en el orden, la misma sanftion era necesaria para las
candidatas mujeres. Suddhodana entró en tan gran angustia a Gotama, que hizo que la regla, demasiado
tarde para ayudar a Suddhodana, pero no es demasiado tarde para evitar confusiones posteriores de los
padres:
â€oe no permitamos que ningún hijo, almsmen, recibir la ordenación pabbajja sin su padre y su madre
TMs€€TMs consentimiento. Aquel que confiere la ordenación (pabbajja sobre un hijo sin ese permiso)
es culpable de una ofensa dukkata.†^ &#157; es difícil saber cuánta importancia la Sangha adjunta a
la necesidad de una esposa a su marido seguro€TMs consentimiento para la admisión. Si el
esposo€TMs permiso parecían ser tan importantes como los padres€TM, sin duda, una cuestión sobre
este punto habría sido puesto a los participantes. Hay ciertamente vino a ser el gobernante que
constituía una ofensa para un almswoman pacittiya ordenar a una chica que no tenían el consentimiento
de sus padres o de su marido.® El pre- liminary paso de ganar el esposo€TMs permiso aparece, tan
lejos como ir en las actas, que ha sido adoptada por la mayoría de los candidatos casados.
Frecuentemente se hace mención de las mujeres que intentaron y

lograron o que intentaron y no consiguieron ganar su hus- ^ MV., 1., de 54 años, y varios de los gathS
Tliera-sus-.
2 MV., I, 54, 5 .
® V., iv., p. 334. En la actualidad en el convento de Kandy mujeres solteras muft tienen permiso de
sus padres ; una esposa mu^l tienen el consentimiento de su marido ; una viuda es libre de venir, pero
la aprobación de su familia es buscado.
149
Las órdenes budistas de Almswomen bandsâ€TM permiso. Esposas nunca son representados como
anunciando a sus maridos, como los maridos, algunas veces hizo con ellos, que estaban a punto de
renunciar al mundo, y rara vez se deslizó furtivamente lejos. Por lo tanto no hay que^ion fue puesto por
la Sangha sobre esta cuestión, es probable que el esposo€TMs enviado- estaba arraigada en las
obligaciones domésticas y las convenciones sociales en lugar de sanción religiosa.
Esto es corroborado por un Jataka ftory.^ una santa mujer dijo haber tenido un marido que utiliza para
disfrutar de él en otros lugares. La oradora invitó a los dos principales discípulos a su casa y comparó a
la enseñanza.
Pensando que su esposo no quería que ella y que no era necesario que ella permanezca en el hogar, ella
decidió abrazar la vida religiosa. Para este fin, se dice que informó a sus padres, y ob- mantenido su
permiso. No se dice que ella le dijo a su esposo infiel, porque ella ya no se considera a sí misma como
su posesión.
(7) Está usted lleno de veinte años de edad que es mayor que la normal de la edad para contraer
matrimonio. Se consideró conveniente que las niñas deberían haber llegado a los años de discreción
antes fueron ordenados. Cuando entró en la orden, mientras que ^lill bastante a los niños tanto las
privaciones materiales y la tensión mental de una vida dedicada a la religión sería demasiado grande
para ellos, y en su frágil juventud fallarían y sucumbir.
En la elaboración de seis pacittiya reglas para prevenir cualquier contingencia, Gotama probablemente
tuvo en cuenta tanto el bienestar de la persona y la salvaguardia del orden; lo que habría ganado nada
sino desacreditar y odio, había Plained su reputación por desbaratar la salud de la mitad de los hijos
adultos. El 65º y 66º Bhikkhuni Pacittiyas® resultado respeftively

^ Jataka, 234.
® Un informante de Ceilán me dice que en la actualidad las conse- vent a Kandy hace una regla para
admitir ninguna mujer con menos de 40 años de edad.
€oe V., IV, pp. 321, 322.
150
El Jefe ocho reglas a partir de los casos de dos pequeñas novias, uno de menores de 12 años y el otro de
haber completado su duodécimo año, quienes fueron ordenados por el almswomen ; y el 74º y 75º
Bhikkhuni Pacittiyas^ Resultado respeftively desde los casos de dos poco des- de las niñas que se
casan, uno a doce años y el otro de haber completado su duodécimo año, quienes fueron ordenados por
el almswomen. En ambos pares de casos se dice que los niños son incapaces de soportar el calor y el
frío, las molestias causadas por mordeduras de animales y el reptil ; que son incapaces de comprender
la dodtrines que son difíciles de explicar, y que dolores corporales son duras y amargas para ellos. Lo
que una luz lateral es arrojado sobre la vida de una mujer vinculada a la pobreza P pero esto no es todo,
pues se dice que aquellos que tienen menos de 20 años de edad y aquellos que han terminado su
vigésimo año si son de nacimiento suave no están equipados para una vida audlere.® es evidente que
Gotama no estaba establecido en el mero número de reclutas que podrían estar dispuestos a llenar la
orden; más que esperamos obtener de ellos jóvenes, miró a sus cualidades y dlamina antes de
considerar la pre- gunta de su admisión.
Además, el candidato que buscan la ordenación debería haber llegado a los años de discreción como
una especie de garantía de que ella entró en su propia elección considerada. Ella había entrado en la
más tierna edad, podría haber dado que su verdadera vocación no radica en la direftion de religión en
absoluto. Entonces sería inútil que han intentado hacer una buena almswoman de ella, y habría sido
nada más que un juicio a la Orden.
O de nuevo, ella ha sido empujado a la Orden por los padres no quieren apoyar a ella, es probable que 1
V., iv, págs. 329, 330.
€oe Cf. infra, p. 198. La vida era considerada dura tanto para los hombres como para las mujeres.

® V.,iv, págs. 327, 329.


La orden de Almswomen budistas han sido atormentado por dudas acuciantes, o por una constante tire
hacia atrás en dirección a la worldd (8) están debidamente proporcionada con batas y limosna- bowl los
símbolos de un hogar ^comió. Los participantes no tomó ninguna dote con ellos y no presenta ningún
dinero a la orden de entrar en ella: entrada no fue exigido o que se espera de ellos.® (9) ¿Cuál es tu
nombre? Se hizo nadie más tarde a los participantes a cambiar su nombre después de haber sido
admitido.^ (10) ¿Cuál es el nombre de su proponente .? Prob- hábilmente la intención de esta cuestión
era determinar si ella era quien había sido aprobado por el Consejo.
Ningún participante fue invitado a dar las razones por las que desean unirse, y no hubo dudas en cuanto
al tipo o cantidad de educación, religiosa o laica, que el candidato ha recibido hasta la fecha,® y no
hay investigaciones en cuanto a la forma en que había pasado su vida hasta ahora.
Estos puntos presumiblemente estaría cubierto por la formación en las seis reglas durante sus dos años
de prueba antes de la pregunta para la plena coordinación. Si ella ' Véase la orden de Gilbert de
Sempringham, cuando a la edad de veinte años la alternativa era poner a los novatos de unirse a las
monjas o laicos- si^lüders (Eckenifein, }Â¥Omán bajo MonaRicism, pág. 217). Véase también '?Q'wtx,
Med. Eng. Conventos,-^. 25 : â€Oela edad de profesión tenía dieciséis años, pero mucho menores
fueron recibidos como novicios.†&#157; â€oe a día
en Ceilán llevan su mendicidad tazones colgadas en sus hombros como los monjes.
^ Cf. Potencia, Med. Eng. Conventos, p. 14 : â€oe La dote que, a pesar de esta ftrifl: prohibición de esta
regla, era ciertamente necesario desde un novato en cada convento almoif.†(s. p. 1 8 ss. &#157; * C.
A. F. Rhys Davids Goiama el hombre, pág. 152.
® Power, Med. Eng. Conventos, p. 13 : â€oe un cierto grado de educa- ción fue demandada en una
monja antes de su admisión.†se dice que &#157; para ser admitido en el convento de Kandy es
expefted alfabetización, pero se hacen excepciones, como en el oral^truftion es abundante. Otro
informante me dice que algunas de las monjas {upastkas) en el convento de Colombo

en todos educados ; sólo uno o dos saber incluso un poco de Pali, y no hay medios por los cuales se
puede aprender algo, para que no se les permite ir a los templos y aprender de la priefls (monjes).
152
las ocho normas jefe podría contestar el veintiséis q^iones en la única manera satisfaftory otras trabas
que no parecen haber sido su admisión estaban cubiertos por dos resoluciones cautelares. La fir^h de
estos era emitir novicios de indeseables charadter inelegible para la solicitud de admisión: aquellos que
mantienen la empresa y fueron desordenada en su hábito o intervención con hombres o niños,â€TM-
quienes fueron malos templado y aquellos que ha causado dolor en otros.^ estos obviamente se des-
apropiada para dirigir la vida monadlic y religión no era su verdadera vocación. Es Thullananda
Candakall depidled como ordenante, un novicio cnaradferised por todos estos atributos, todos ellos
calculan a amenazar la paz interior de la Orden. La segunda sentencia cautelar fue diseñado para evitar
que las mujeres en una cierta dlate de solicitar la membresía plena; a saber, las mujeres embarazadas y
las mujeres que dan a chupar®^ (es decir, una madre o una enfermera, de acuerdo con el antiguo
comentario). La vida de los jóvenes para quienes fueron responsables seguramente rank como un lazo,
una cadena para el mundo, y no podía tolerarse en una vida cuyo objetivo era estar compuesto de
miembros que fueron liberados de la servidumbre humana y mundana.
Al final de toda la ceremonia Upasampada ^ Purisa, uno que ha alcanzado 20 años ; kumaraka, uno que
no ha cumplido 20 años, de acuerdo con el viejo Cmy., V. iv., P- 334 - _ â€oe V., iv., p. 333. Cfr. Regla
de san Benedid, dada por Cranage, La Casa del monje, p. 3 ; â€oe en Barnwell investigación fue hecha
como a su [el hombre] país candidato€TMs, filiación, salud, conocimiento, comportamiento, voz y
poder de cantar, la capacidad para escribir o para ejecutar cualquier tipo de arte mecánica ; si estaba en
deuda o había otros contrafted obliga- ciones ; si estaba de buen temperamento, sociable y de buen
truihvorthy charafter.†&#157; ® V., IV, pág. 317; cf. Paumavai Jain, la Reina, quien renunció al
mundo : â€oe y aunque se le pidió su consagración, ella no hablan de su embarazo por temor a que
pudieran no conceder su ordenación.†&#157; Meyer, Cuentos hindúes, Londres, 1909, pág. 127.

^ V., iv., p. 318.


153
La Orden budista de la almsmen Almswomen mu^t â€oe medir la sombra- ca^ &#157; por el sol, y
decirle a la temporada, la fecha y la hora a la almswoman recién recibido, y â€oe decirle toda la
fórmula.†^ &#157; los traductores del Cullavagga pensar y consultar Buddhaghosa,^ que todos los
datos especificados debe repetirse para ella, de modo que â€oe ella podría ser capaz de dar una
respuesta corredl; sobre su edad espiritual,†incluso si ella &#157; nebuloso aftual fueron acerca de su
edad. Esas mujeres posi- mente ampliada di^fribution numérica de la religión y de la moral que apoya;
tienen el potencial de aumentar su propio fervor y la de otros, y ganar su propia liberación, y
en^truftion para ayudar a otros a obtener la suya. Esta no es una pequeña contribución a la religión que
se abrazaron.
Después de que el había almsmen relató a los â€oe recién levantada †almswoman todas las modas
relacionadas con su &#157; nacimiento espiritual, iban a decir a los demás limosna- la mujer, â€oe
enseña su ¿Cuáles son las tres cosas {nissayasf permitidos y cuáles son las 8 cosas interdided {attha
akarantyant)''^ Almsmen a quien la ordenación Upasampada habían sido conferidos se permitió cuatro
recursos o necesidades básicas {nissayas) : bocados de comida dada en la ALMS {^indiyalopabhojana),
una túnica hecha de trapos tomada desde el montón de dud {pamukulad- VARD), vivienda al pie de un
árbol (RPNC^hamulasena- Arena), y descompone la orina como medicamento {tabhesajjd piitmut-). El
recurso (nissayd) no permitido para el almswomen fue morada al pie de un árbol.
No es, sin embargo, mencionado aquí: simplemente omitido en la enumeración. Probablemente
Gotama comprendió la inconveniencia de una solitaria vida fored para mujeres, ^ CV., X, 17, 8. €oe
MV., I, 77, nota.
® MV., I, 30, r ; cf. los cuatro requisitos {paccayd) utilizado por la limosna- la gente en general,
pindapata (limosna), civara (batas), sendsana (a morar- ing-lugar) y bhesajja (medicina). Posiblemente
el nissayas fueron ob- sólo sirvió por el ftrifter almspeople.
* C/.MV.,I,78.
154
las ocho normas Jefe a sabiendas de que iban a ser obvios peligros expefted suelto de los hombres de la
vida acechando alrededor, y también, probablemente, aunque nunca mencionó, de animales salvajes.
Es probable que la prohibición definitiva de la utilización de los recursos de terceros para el
almswomen fue hecho como el resultado de un determinado evento que ocurrió más tarde. Se registra
para que los hombres de vida abandonados viola algunas almswomen que moraban en la palestra^l^.
Esta emergencia y los siguientes inter- dicción estaría en consonancia con la forma habitual en que las
normas que vinieron a ser hechas: nunca exclusivamente a causa de una hipotética aparición, pero
siempre como resultado de algún individuo en particular.
La presencia de este peligro y la necesidad de guardia- ing againfh se destaca aún más en el de la
violación de Ctory Uppalavanna.^ â€oe en ese momento no estaba prohibido habitar en la almswomen
foreCl.†ella foreft &#157; entró en una oscura, había una cabaña construida, una cama establecido en
ella, y cortinas colgadas alrededor. Pero un día un joven pariente suyo, que había sido en el amor con
ella antes de que se unió a la Orden, audiencia que ella había ido a Savatthi para limosnas, entró en la
palestra^I, que se encuentra en la choza y se escondió debajo de la cama. A su regreso él subyugado a
ella y trabajó su voluntad sobre ella y se marchó. €oe La almswomen almswoman dijo a los otros lo
que había sucedido, dijo al almsmen almswomen y almsmen dijo al beato.†® El caso naturalmente
&#157; dio lugar a un gran debate en el seno de la Orden, y fue elogiado en versos Uppalavanija
pronunciadas por el beato para no aferrarse a los placeres de los sentidos. Pero porque no podía ser de 1
CV.,x., 23.
^ Dh.p. Cmy. En el versículo 401, y cf. UppalavanpS, Therlgatha, Ixiv. Posiblemente no sea la misma,
^ Esta es la forma habitual en la que está registrado que informes llegaron al Fundador. Con la
excepción de Mahapajapati, véase infra, pág. 308 y ss., el almswomen nunca son representados como
ellos van directamente a él.
155

Las órdenes budistas de Almswomen garantiza que todos los almswomen había librarse del Cankers tan
completamente como lo había hecho, y porque de otros posibles resultados torpe, el asunto sea objeto
de seria consideración. Por lo tanto, el maestro convocó el Rey Pasenadi de Kosala y le dijo:
â€oe su^ Majestad, en esta religión a las mujeres jóvenes de la familia, así como jóvenes de la familia,
renunciar a muchos parientes, y mucha riqueza, y retirarse del mundo, y residencia en el bosque. En el
caso de las mujeres se encuentran en el bosque, es posible que la maldad de los hombres de mente
inflamada por lu^t puede conduft hacia ellos mismos con disrespeft y arrogancia, hágalo a la violencia
y llevar su vida religiosa a la nada.
Por lo tanto un lugar de residencia para la comunidad de erefted Almswomen debe estar dentro de la
ciudad.†El Rey &#157; accedió a ello y había un lugar de residencia construida para la comunidad de
Almswomen en un lado de la ciudad, â€oe a partir de ese momento la almswomen residían únicamente
dentro de la ciudad.†Este era excepcional, por la residencia &#157; era generalmente ju^t fuera de las
murallas de la ciudad.
Que fue construido dentro de ablually aquí en Savatthi es conflrmed por dos piezas de evidencia, uno
archaeo- gica y el otro documental. Los resultados de las recientes excavaciones en Savatthi reveló la
Vihara, conocido como el Jetavana, dentro de las murallas de la ciudad; y en la literatura son
almswomen incidentalmente por- trayed trayendo como materias de trigo para su comida de los
campos, a través de la autopista de peaje a la entrada de la ciudad, en su Vihara en Savatthi.^ Las
instrucciones para no ir solas fueron respetados, como queda ilustrado por un suceso en la vida de
Dhammadinna.^ poco después fue admitido en la Orden, pidió a sus profesores si ella podría pasar a
retiro, diciendo â€oe Me gustaría ir a una aldea morada.†&#157; iba, pero iba acompañada, a los que
se dice que ella volvió con su almswomen. Si hubiera sido un almsman ella tendrían seguramente †̃
V., IV, pág. 264. - Therlgatha, xii.
156
las ocho normas Jefe ha permitido entrar en el bosque o en la aldea aloned precauciones como estas
eran necesarias para la

seguridad del sexo débil. Pero, de lo contrario, nunca hay cualquier indicio o sugerencia de que la
mujer era demasiado frágil para ejecutar el guante del mundo€TMs atracciones y tentaciones, o que la
pureza de su reputación sólo puede preservarse si ella no estaban autorizados a salir de la Vihara del
recinto. No se otorga un trato especial a la mujer sobre la puntuación de su ser menos capaces
que los hombres para controlar y frenar por sí mismos. Lo importante es no huir, pero a la plaza en el
abierto, donde la propia€TMs se necesitaban los servicios.
Por lo tanto nunca clauStration pasó a formar parte de la organización religiosa BuddhiSfc, y el traste y
la furia que puede crear al almswomen eran desconocidos.
Las cuatro prohibiciones para la almsmen® fueron la abstención (literalmente, teniendo ningún placer
en, pativirato, veramant^) las relaciones sexuales, la abstención de tomar lo que no te es dado y del
robo, de destruir la vida de cualquier ser vivo, y de atribuir a sí mismos de cualquier condición
sobrehumana.
El castigo por el incumplimiento de cualquiera de estas fue la expulsión de la Orden. Los Estados fue
dicho para haber â€oe caído en derrota †y no ser ya &#157; â€oe en comunión.†^ &#157; Las ocho
cosas interceptadas (attha akaramydnt) para el almswomen enumerados no están nada, no hay ningún
comentario para esta parte del vinaya. Posiblemente son el reverso de los ocho presidentes de las
reglas. ^ Cf. Potencia, pueblo medieval, p. 8o ss monjas no fueron autorizados a salir solos.
= MV., I, 78, 2-5.
^ C. A. F. Rhys Davids, â€oeBuddhism y el negativo,†J.P.T.S., &#157; I924'27, p. I.
* Parajika Dhamma, 1-4, Vinaya Traducción, vol. i., donde la nota me explica que si él â€oe declara su
debilidad †y reconoce a sí mismo &#157; impropios para la disciplina que puede obtener permiso
para â€oe desequilibrar la túnica.†&#157;
las órdenes budistas de Almswomen almswomen debería ser contada a abstenerse de ellas â€oe
mientras su vida TMâ lafts.†- ya que hay un número de casos registrados de &#157; miembros que
dejaron la Orden, esta, ^tridly hablando, no significa â€oefor vida,â€, sino para la vida &#157;
mientras un miembro de la Orden.

Colocar. Abuso de Almsmen.


€oe un almswoman en ningún pretexto para denigrar o abusar de un almsman.†^ Esto es el mismo
como el quincuagésimo segundo &#157; Bhikkhuni Pacittiya,®, que aparentemente fue formulado
cuando los seis almswomen (chabbaggiya bhikkhuniyo') descubrió que había revelado a Kappitaka
Upali, su maestro (quien había roto un Ifupa insensiblemente tenían ju^t eredted en gran almswoman,
recientemente fallecido), su conspiración para asesinarlo. Ellos upbraided y abusado Upali; y después
de las noticias de este conduft había llegado a los oídos de Gotama, tal como se informa en el estéreo-
escribió que han hecho, se convirtió en un delito pacittiya almsmen almswomen al abuso. Upali luego
se convirtió en un hombre eminente en la orden, pero sólo fue un alumno en el momento en que la
norma se dice que han sido hechas. Es posible que en realidad fue formulado más tarde, cuando se
había hecho famoso.
Kappitakaâ€TMs indecente y un comportamiento egoísta es symp- tomatic pizarra de la
extremadamente baja para que monkdom podría caer en ese momento. Las quejas de los modeSl
almswomen {bhikkhuniyo apficcha) de los enojados retalia- ción de la conmovió, y su ausencia de
sym- patía con el horror sentido por estos en el deshonor hecho a sus muertos, demuestran lo
importante que consideraba no incienso y molestar la almsmen. Posiblemente estaban nerviosos,
pensando que su propio orden Slill exiSled sólo sobre tolerancia, y teme que las diatribas de un
alborotador se£l, cualquiera sea la causa, tiende a poner en peligro su seguridad.
1 CV., X, 17, 8; cf . MV., I, 78, 2-5.
^ CV., X., I, 4. ® V., iv, págs. 308, 309.
158
las ocho normas Jefe de la única ocasión en que se dice que no es delito que un almswoman a reprender
un almsman fue si hablaba contra el Dhamma y la enseñanza.
Este séptimo de los ocho presidentes de reglas es similar a la tercera de las reglas para la almsmen
Pacittiya, hay pacittiya en la calumnia de un almsman.†^ almsmen &#157; pero nunca son
definitivamente dijeron que mu^ no hablar a un almswoman disrespedtfully.^ una luz lateral alta arroja
una luz sobre ciertas relaciones entre los laicos y el orden,® y sugiere que toda la Orden, y no
meramente la almswomen, fue ^hasta sobre tolerancia y dependen para su continuidad en la

buena voluntad de los laicos. En uno respedt en lea^ el laico- la mujer celebró el látigo sobre el
almsmen y, de nuevo, el radical entre mundo didlindtion telares y el claustro mayor que el didlinftion
entre sexos. No se creía que era exclusivamente en cuenta Visakhaâ€TMs eminencia como laico-
discípulo que ella habría reprendido UdSyi, almsman, comportamiento que no redundará en el crédito
del Dhamma.
Era algo que pertenecía a los laicos, a los que fue capaz, a diferencia de la almswomen, tome la crema
de su posición, criticar la condudl del almsmen y reprenderlos sin ella incurrir en ninguna culpa.
Admonición, â€oe desde ahora ofiicial amonestación por limosna- mujeres de almsmen está prohibida,
mientras que la advertencia del oficial por almsmen almswomen no es para- rogado.†"* laffc &#157;
esta regla es otro ejemplo de la inclusión de la mujer en una posición de inferioridad definitiva a los
hombres, y de la negativa a concederles la independencia a ^ V., IV, pág. 12.
^ cf. supra, pág. 126, donde la presencia de un abusador de la limosna- las mujeres se dan como motivo
para suspender el rezo del Pati- mokkha.
^ V., III, pp. 187-191.
* CV, X., r 4.
Las órdenes budistas de Almswomen gestionar su propio fin, con el poder de ratificar sus propias
actuaciones. Que se les ha permitido entrar en la Orden, y no se impide a la membresía plena, eran sin
duda alguna concomitantes de los tiempos en que vivían. Aunque las épocas precedentes habían sido
ligeramente aliviado por el culto de la madre, de lo contrario eran deprimentemente uniforme en su
marca a las mujeres como inferiores a los hombres, nunca debe considerarse como algo, sino como un
hombre€TMs propiedad.
Incluso con la mejora de su situación en el Budismo, ftill joven cuando esas normas han formulado
hasta el momento, los registros indican, para permitir a las mujeres la igualdad completa y total
independencia habría sido unexpefted. Tenemos que mirar a días incluso después de nuestro propio
para eso. Pero los avances logrados por las mujeres era patente y definitiva. Con la
excepción de la necesidad de que la mujer obtenga el consentimiento de su marido€TMs, fueron
autorizados a entrar en el orden en las mismas condiciones que los hombres, y aunque una vez en el
orden en el que se encuentre, tanto como individuos y como miembros de su capítulo que una cierta
cantidad de servilismo fue expedted de ellos por el almsmen; sin embargo, el permiso que se les
concede para introducir la orden en todos era un gafi de trascendental importancia.
Los que vivieron durante Gotamaâ almswomen€TMs- tiempo de vida pueden ser clasificados en tres
clases principales ; los pioneros, ya examinado; el rebaño común de buena, mala e indiferente a las
mujeres, que se analizarán más adelante, cuyos condudt contribuyó a la realización de todos pero las
ocho normas Jefe {garudhainma)\ y Theris (ancianos), cada uno de los cuales se dice que han ganado
arahan- barco, y a quien el setenta y tres versos que han sobrevivido están adscritos. Estos muft ahora
bajo examen â€"^l fir porque eran más raros que la gran multitud de personas que los rodeaban; y, en
segundo lugar, porque las palabras inmortales en que sus experiencias espirituales se indican una serie
de estimable i6o
las ocho normas Jefe afirma que muchos otro almswoman podría haber tenido y deberían haber tenido
como su objeftive, para muchos eran potenciales arahanSy tenía potencial vale la pena o la santidad,
eran santos en las decisiones, para que después de la vida presente no se necesitan más del
renacimiento. Muchos sin duda celebrada el ideal fijamente ante ellas, ya que existen registros de otras
mujeres, además de estas especiales Theris, de quienes se dice que han ganado arahanship. La
diferencia es que si ponen sus experiencias en estas palabras no han sobrevivido.
Por entender algo de lo que estas mujeres querían, y siguiendo algunas de las circunstancias que les han
llevado a vestir la túnica amarilla, será más fácil, para investigar los motivos que han llevado a otros a
hacer lo mismo, pero sobre los cuales no existe plena evidencia. También será más fácil de entender
algunas de las difi- cultades que estos tenían que enfrentar, las razones que han llevado a los controles y
restricciones que se sentó sobre ellos, y por lo tanto algunas de las razones de su éxito o fracaso.
Capítulo III Therigatha. Parte I O F El setenta y tres versos o salmos que forman

el, conocido como el Therigatha colleftion, setenta- uno se supone que han sido pronunciadas por indi-
viduo almswomen, y dos de ellas están adscritas a dos grupos de seguidores de Patacara, todos ellos
contem- poraries de Gotama. La Sra. Rhys Davids^ ha discutido el cognado preguntas de hasta qué
punto una reivindicación razonable pueden ser hechas para asociar la poetesses a quien los versos son
atribuidas a personajes históricos, y también en qué medida los versos deben considerarse más bien
como repositorios de memorial expresiones, que formaba parte del material de uso común por varios
almswomen en su enseñanza y predicación. La conclusión a la que llega es que, incluso si la mayoría
de los versículos no parece haber sido escrito por las mujeres cuyos nombres llevan, pero un di^lindtly
nota individual resuena a través de cada uno de ellos.
Si los versos originada en algo como la generación espontánea, resiftlessly brotando de la gratitud y
alegría intensa de cada mujer como la gloriosa verdad brilló sobre ella que su mente fue liberado
{cittam vimucci me)\ o si estaban soldadas entre sí por editores de costumbre se abstiene, el conjunto
de versos colleftion destaca como una innegable justificación, si se quiere, por el permiso otorgado a
las mujeres a entrar en la Orden. Presentan una evidencia viviente de un conjunto propósito inspirador
valiente esfuerzo, de una finura de logro en la tarea deseada, y de la síntesis y el surgimiento de la
personalidad, que habría permanecido dormido o si ^ Therigatha fragmentaria, Introduftion para
traducción, pág.
162 y ss. XVII '
Therigatha. Parte I los medios de expresión han sido retenidas, de toda la tragedia de residuos, wafle de
personalidad no se la lea^ melancolía; marcado por el fracaso de la adaptación al medio ambiente y el
fracaso a la hora de adaptar el entorno a sí mismo. Había Gotama, médico de mentes, ^ impiden a la
mujer entrar en la orden, el mundo habría sido chamuscado y arruinadas por la presencia de muchos
insatisfecha y dis- conforman la mujer, quien habría tenido que pasar por la vida, renunció a su
desajuste o desgaste de nuevo^, con todas las miserias que la adopción de cualquiera de estos cursos
conlleva. Habrían sido subjedt, año tras año, las vejaciones y el tedio de la ronda diaria, o el peso de
cuidados urgentes, o de la vacuidad de los placeres de los sentidos; habrían desviado junto con ningún
centro de

referencia. Pero como los versos teflify, pero dada la oportunidad, eran tan capaces como los hombres
de pelando las envolturas de la carne, de librar a ellos mismos de la sensualidad y el craving {tanha\ y
de pisar el camino superior y obteniendo los frutos de arahan- barco. Eran capaces de expresar las
facultades que se encontraban dentro de ellos en campos de progreso donde otras funciones que no sean
las de la reproductiva fueron llamados a desempeñar. Pero sin embargo amplio podría ser el ámbito
para una vida intelleftual, pero también hubo oportunidad para la materna en^linCt a cumplir a la hora
de protegerse a sí mismo y cuidando tanto laicas y otras almswomen. La inspiración de la madre-mente
no fue retirado.
Los versos, consagrar los resultados de sus venturings espiritual, son una valiosa adición a las
variedades de la experiencia religiosa; casi todos ellos enriquecen la hiClory del pensamiento humano,
testimoniando la trium- phant será vital en el hombre y en la mujer a superar cir- cumClances y
dificultades.
La palabra hombre. El Homo Sapiens.^ incluye a mujeres como Cf. Theragatha, versículo 0, â€oe gran
médico,â€, verso 830, &#157; â€oe cirujano y sanador, sobre los cuales hay€TMs ninguno.†&#157;
163
las órdenes budistas de Almswomen
bien; uno en lea^l del almswomen. Soma, el reputado autor de uno de los versos, estaba convencido de
la intrínsecamente igual capacidad de los sexos para ganar arahan- nave, el objetivo nominal de todos
los que abrazaron la vida religiosa. Ella estaba tan convencido de ello que su verso expresa no
exaltación individual en su propia- secución, como hacen los otros, sino un problema introducido por la
causa de todo su sexo. Ella tiene una visión más amplia que las otras almswomen, en la medida en que
su reclamación no es comprensión del Dhamma para ella y por ella misma, sino para todas las mujeres.
Su nota no es individualismo atomista y egoísta, pero la cooperación altruista, significativo de una
perspectiva que trasciende la de auto y seguramente como trasciende el de sexo. Como un verso
Somaâ€TMs es único en negarse a admitir la pertinencia de sexo cuando arahanship es el objetivo. Hay
dos versiones, la más fina que ocurren en la Sainyutta Nikaya:^ â€oe Wh.en si la mujer€TMs
naturaleza significan cuando la conciencia es tensa y firmemente fijado, , cuando el conocimiento
rolleth nunca, cuando ella

por insight acertadamente comprende la norma ?


€oeTo uno para quien la hace surgir queffion ; soy una mujer [en] estas cuestiones, o Soy un hombre,
o lo que no soy yo?
A ese uno es Mara colocar a hablar.†&#157;
este aparece en el verso como ; â€oe ¿Cómo debe la mujer€TMs naturaleza dificultan nosotros ?
Cuyos corazones están firmemente establecidos, que nunca se mueven con creciente conocimiento
adelante en el camino ?
¿Qué puede significar que a uno en quien Insight hace comprender verdaderamente la norma f en cada
mano el amor del placer de los rendimientos.
Y la densa oscuridad de la ignorancia es alquilar en twain. Saber esto, oh Maligno, avaunt !
Aquí, oh deftroyer ! No harás prevalecer.†^ &#157;
Qué un llamamiento en favor de la igualdad de la mujer en el Samyutta versión contiene, y qué fe en su
realidad es
†̃ Saniy. Nik., V. § 3.
Therigatha, sxxvi.
164
TherIgathA. Parte I I manifestada tanto mujeres como hombres pueden explorar y hacer
descubrimientos en el remoto pero no menos estrecha, en la menos utilizada pero no menos maleables,
procesos de sus propias mentes. No hay nada en su naturaleza para impedirles dispuestos y de alcanzar.
Que una mujer puede ser representada como hacer esa risa es una prueba de que la vida antigua del
Hinduismo en que las mujeres eran consideradas únicamente como niño- como portadores y productos
fue, si no sufren un declive, en leaft no pasa absolutamente incuestionable. Es natural que este
llamamiento debe emanar de una mujer, que siempre estaban allí en el fondo. Sin embargo ligera sus
effedt en una religión puede parecer externamente, internamente tenían gran

influencia, moldeo porque estaban en ella, adtively interesado, y en realidad la coloración de las
opiniones mantenidas por sus hombres-folk.
Las razones que inducen a estas mujeres a buscar el claustro eran tan variados como tal tipo de razones
siempre mu^t, y como dependientes de charadfer y circunstancias como tales motivos siempre lo son.
El principal impulso rector que apoyó a varios de ellos para llegar a su decisión de unir la orden fue la
esperanza de la libertad, ya sea en la más habitual â€oe †&#157; fenomenal sentido de escapar de
problemas mundanos, cares, responsa- bilities, tentaciones, tristezas, de aburrimiento y de las
empalagosas sentidos ; o en el más amplio, â€oe tran- scendental †sentido de liberación desde la
ronda de ex- &#157; istences. Si pudieran romper los cinco grilletes de luft de sentido, mala voluntad,
engaño, del auto, la lacra de los ritos y rituales y dudas, lo harían, pensaron, deja de estar vinculado al
temor círculo, nunca en marcha desde el nacimiento hasta el nacimiento.^ Entrada en la orden no fue,
en modo alguno, dependientes de la condición social, y en el sexto siglo a.c. la importancia que se
atribuye a la noción de liberación había filtrado a través de todos los estratos de la sociedad, y no era el
monopolio, como Platoâ€TMs filosofía, de un Therigatha, IVI.
165
Las órdenes budistas o Almswomen leisured clase, pero era algo que podía entenderse, buscado y
celebradas por altos y bajos por igual.
Gotama no establecidos para influir en los hombres y mujeres a entrar en la Orden. Por lo tanto un
diredt sug- gestion de él nunca es el motivo de su ingreso.
Por su enseñanza y predicación nunca hizo su li^eners sienten que les fue imposible obtener el dominio
de sí, la calma, la salvación o la paz,^ mientras aún estaban llevando una vida familiar; sin embargo, él
no minimizar las dificultades de este en comparación con las instalaciones aflForded adoptando el
Estado sin hogar, donde por lo menos sería mucho más fácil persistir en estas condi- ciones. Leyendo
entre líneas tales pasajes como estos sonidos como expresiones monacal : â€oe esta casa-La vida es
dolor, el asiento de impureza y una vida ascética es una vida al aire libre. . . Un agujero en la esquina y
la vida es todo un hogar puede dar, mientras que la peregrinación es en el Abierto. . . .® llena de
obstáculos es la vida familiar, una ruta profanado por la pasión: libre como el aire es la vida de aquel
que ha renunciado a todas las cosas mundanas.^ ... €oe calambres es la

vida familiar, una ruta dufty ! Amplio y abierto es el camino de la renuncia ! No es fácil mientras viven
la vida familiar a la vida superior praftise, plena y entera, sumamente puro, puro como bien labrada
Conch-shell.â€" * &#157; sino una opinión imparcial se atribuye a Gotama en otra parte del Majjhima
donde él se hizo decir que tanto el ajetreado estilo de vida y la vida sin bu^le puede ser un éxito o un
fracaso.® nunca se instó a la gente a salir de sus madres, padres y parientes a seguirlo en el camino
sin hogar en aras de encontrar el nirvana.
Era inocente, aunque fue acusado de ser un de- liberar el disyuntor de hogares; porque compartía la
conviftion Eafl, incrustado en el que todas las personas son ^ Cf- diálogos, III, 54. 2 Sutta-Nipata,
verso 405.
€oe Majjhima, i., 240.
* Tevijja Sutta, cap. I, 47, y diálogos, I, pág. 78.
® Puggala-Pannatti cli. iv., 24. €oe Majjhima, II, 197.
166
Therigatha. Parte I en diferentes etapas de evolución espiritual, elaborando sus propias de^inies según
una ley inmutable de causa y effe6l; y que una forma que satisfaga las necesidades de algunos sería
inoportuno e inútil para los demás. No sólo â€oe las composiciones de las almas son infinitamente
variada el uno con el otro,†dijo &#157; como San Gregorio, pero también sostuvo que sus
experiencias en conteo- menos números de antiguas existencias han sido infinitamente variada.
Gotamaâ€TMs ardor para mostrar a los hombres y mujeres el camino superior puede haber sido
atemperado por los conocimientos que, incluso si pudieran alcanzar Sfill arahanship mientras en el
mundo, ^ como quedó demostrado en el caso de Sujata,® y posiblemente de Khema,® para
nombrar sólo dos mujeres, que no podía mantenerlo allí; y por la convidtion que el destino de todos no
eran lo suficientemente madura como para llevar una vida de arduos auto-cultura. También tuvo en
cuenta consideraciones de carácter mundano contra- partes referentes a la felicidad doméstica. En
aquellos días lejanos que era la esperanza de la liberación, o motivos más mundanos, o los dos juntos,
que trajo a las mujeres de todos los rangos de la vida y de las diferentes castas y condiciones diferentes,
solicitando la admisión en la orden y, en muchos casos, ganar el gran tesoro como consecuencia de su
disciplina.
Se
anexa una tabla que muestra de lo que los

autores de las castas Therigatha se dice que han llegado.


Ro/al noble y operadores. 23. i., IV, V.-x., siii., XIV, XV, XVI, XVIII, XIX, XX., xxv., xxxv., xl., XLI,
lii., IV, Ixxiii Ixiii.,.
Los participantes proceden de familias de 13. iii., xii, xxiii., xxviii., xxx. xxxiii., grandes
comerciantes.* xxxiv., xlvi., XLVII, liii., Liv, Ixxii Ixiv.,.
Los participantes de eminentes 7. ii., xxiv., XXXI, xxxii., xxxvi. Brahman, familias. Ixxi Ixvii.,.
* Cmy. En Katha-Vatthu, iv., i, y cf. Dhp., verso 142, y ver a continuación, p. 366 ss.
^ Therigatha, liii. €oe Ibid., LII.
* Esta es considerada por Winternitz a pueden ser la traducción de sefthi^t.
167
Las órdenes budistas de Almswomen
participantes de menor Brah- 9. El
hombre de la familia.
Participantes de pobres Brah- 2. El
hombre de la familia.
Los participantes de otros cables. 4.
Los participantes de no Caftes ii.
dado. ^ cortesanas. 4 -
zxxvii., XLII, xliii, xliv., xlvi., lix, lx, Ixi, Ixix.
xi., xlix.
xxi. Ixv Ixviii ,.,., Ixx.
xvii., xxvii., XXIX, XXXVIII, xlv, xlviii., 1., li, Ivii., Iviii, KII.
xxii. , Xxvi., xxxix., Ixvi.

De los veintidós participantes real tres fueron par- particularmente fanaous en el siguiente orden: estos
fueron Mahapa- japati/ el reputado fundador de la orden de la limosna- las mujeres, quienes, por lo
tanto, naturalmente, más bien clasificados como de aquellos almswomen foremo^ que eran de larga
data y experiencia {^attannu)f Kisa-Gotaml^- kins, otra mujer de Gotama, quien se convirtió en el
principal entre aquellos que portan la áspera ropas (lukhMvaradhara),^, ya que ella fue al parecer
inusualmente asceta ; y Khema,® que habían sido consorte del rey Bimbisara, y que mientras en el
orden fue distinguido por su gran insight (mahdfannaf y como dador de un estándar, un honor que
compartía con Uppalavanna. €oe El creyente laico-hermana, hermanos, cuando justamente de
amonestar a su única hija, querido y amado, así amonestar a su ... € ̃ Si tú, mi querido, yendo de casa
a los desamparados, ver que te has vuelto como la limosna- mujer Khema y Uppalavanna
almswoman.â€TM almsmen estos, son el estándar, estos son la medida de mis discípulos, incluso
Khema almswomen y Uppa- lavanna.†® y nuevamente en el Anguttara Nikaya, &#157; Gotama
está representado como diciendo â€oe los fieles limosna- mujer deseos en esta sabia, †̃ Déjame ser
como Khema y Uppalavanna.â€TM de mi ordenado (hembra) discípulos Este número incluye
PaHcarSâ€TMs treinta y sus quinientos.
En V., IV, pág. 272, se dice que hay cuatro familias {ku/un) : la khattiya, brohmana^ vessa y sudda.
^ Therigatha, iv. ® Ang., I, pág. 25.
^ Therigatha, Ixiii.; Dhp. Cmy. en verso 395.
® Therigatha, LII.
® Sarny. Nik., xvii, 3, § 24 (4) ; Ang., 1., pág. 88.
168
Therigatha. Parte I Khema y Uppalavanna eran como escamas (y una medida para igualar y medir las
virtudes de mis otros discípulos).†^ no se dice nada para indicar por qué estas dos mujeres &#157;
vino a ser considerado como un criterio. Sólo el FAD; que era por lo tanto, permanece. Era porque sus
poderes especiales, la sabiduría, el otro, podrían ser direded hacia cualquier extremo, y no estaban
especializados en una determinada diredion ? No se cele- brated para regalos de la visión más elevada,
el conocimiento del
Dharma, ni de recuerdos de ex nacimientos.
La idea fundamental implicado en considerándolas como la norma para medir otros pueden haber sido
que sus dones, aunque no necesariamente en el tono de alta perfedion que habían traído diredly, podría
ser aplicado en la vida cotidiana. Por ejemplo, se dijo Khema^ que â€oe un encantador rumor ha ido al
extranjero, que es sabio, cumplida, sagaz, ampliamente aprendido, un brillante lector (citta-katht\ de
considerable listo wit.†&#157; es más bien una curiosa coincidencia que de las trece mujeres que
provenían de familias, una gran comerciante, Dhammadinna,® se convirtió en quizás el mayor
predicador de todos ellos : ella era considerado entre los almswomen foremod quién podía predicar
(dhammakathika)^ pertenecientes a esta cade también fueron Sukka,®, que también era conocido en
este arte, y Patacara,®, que pasó a ser versado en el Vinaya,'^ y que fue venerado por muchas mujeres
a quien le había mostrado la manera como un salvador de no menos capacidad de persuasión que
Gotama a sí mismo. Había contad con la vida de la ciudad y su incesante de los pueblos deriva
entrenado para aprovechar las oportunidades de la edimating y apelando a las diferencias de
perspectivas y conocimientos entre su público, permitiéndoles así evocan la respuesta en la que su ^
Ang. Nik., xii, 2, tr. Gooneratne.
® Sarny. Nik., xliv., 10, § i. ® Therigatha, xii.
* Qf. Ang., I, 25. ® Therigatha, xxxiv. ® UU.,xlvn.
Cf. Ang., I, 25, cf. Bode, 1893.
16^
el orden budista de Almswomen esperanzas eran set ? La experiencia de los caminos de la humanidad
probablemente fue valiosa en los primeros días de Buddhi^ empresa misionera. En parte porque las
mujeres nunca habían sido encerrado en su vida laical, pero había mezclado libremente en la sociedad,
pudieron en la propagación de la jDodfrine desempeñando una labor sostenida y parte utilizable.
Bhadda Kundalakesa^ el ex-Jain, y Uppalavanna,^ así llamado porque ella tenía una piel como el color
en el corazón® de un loto azul oscuro, también desarrolló sus facultades especiales al máximo; el uno
hacerse famoso por su rapidez para llegar al conocimiento superior {khiffahhima)^^ y el otro para tener
en grado eminente el don de Iddhi {iddhimantd)? Sujata alcanzado

arahanship mientras ^malos a la3rwoman ; ella era probablemente el único, o al moft uno de los dos
entre los reputados autores de versos, que han logrado este end.®, un gran número de las almswomen
bajo discusión pertenecían a familias brahmanes, como podría ser expefted si debe tenerse en cuenta
que la tolerancia y la assimila- ción de nuevas ideas eran entonces, como lo ftill son, característica que
busca marcas del hinduismo; de la misma manera que el interés religioso es, y siempre ha sido,
charadteriStic de toda la cultura de India. La falta de dogma y Stridlness en el Hinduismo lo hizo fácil
para sus miembros dotarse con frescas ideas religiosas, y nosotros, no es sorprendente que la casta
prieftly dado gran número de reclutas de la nueva enseñanza. Y mce convierten al Dodtrine del maestro
muchos
^ TEerigatha, xlvi.
®. UID, hvi y cf. Bode, J.R.A.S., 1893. Posiblemente no la misma Uppalavanna como uno cuyo ilory
ha dicho supra, pág. 155 ff- salmos de las Hermanas, ed. C. A. F. Rhys Davids, Londres, 1909, p.
malos, notas 2 y 3.
Cf. Ang., I, 25.
® intensa fuerza de voluntad, o â€oe Myftic potencia de transformación †; cf. &#157; Ang., I, 25.
€oe si había otra era Khema. Therigatha Cmy. En lii. Véase supra, pág. 167, y más adelante en la pág.
180.
170
THERiGATHA. La parte I de las viejas supersticiones y ritos prieftly descendido naturalmente lejos,
porque era inocente de todas esas accre- ciones, de todas esas ayudas equivocada hacia el líder de la
buena vida.
Los participantes procedentes de familias brahmanes, los más destacados fueron los Kapilas Bhadda^
que se hizo famoso por sus recuerdos de vida anterior (J/ubbenivasam anussaranitna)^ y a quien se
describe como aprendido, FLUENT, sabio y famoso por sus discursos religiosos;® Nanduttara^ quien
era un orador de renombre mundial y un gran polemista, convertido al budismo por el jainismo Maha-
Moggallana; Sakula,® a quien se le asignó la topmoS; lugar para el don de la visión más elevada,

o el Ojo Celestial {dibbacakkhukaf como fue llamado a menudo; y Sundari^ quien parece haber hecho
muchos conversos, incluyendo â€oe todos sus parientes, empezando por su madre, y sus asistentes.â€
&#157; Ella y otras Uttama® son los únicos almswomen que fingir en cualquier tipo De relación
física con Gotama â€" el uno diciendo â€oeand tuyo, tu hija- soy yo, el problema de tu boca,†® y
los demás &#157; â€oe Buddhaâ€TMs hija I, nacido de su boca, su bendita Palabra.†&#157; de los
participantes procedentes de familias cuyos cafte no es dada, Sona^® se coloca firft por su capacidad
de esfuerzo (araddhaviriya)}'^ hubo otras dos mujeres, cada uno de los cuales fue colocado todo en su
clase. A ninguno de los dos es un verso atribuido. Fueron Bhadda Kaccana,^® fir^l entre quienes han
alcanzado ^ Therigatha, xxxvii., y cf. Bode, J.J.S.R., 1893.
^ Cf. Ang., i, p. 2$. ® V., iv, 290, 292.
* TlierlgatliS, xlii. Ibid., xHv ®.
® Cf. Ang., I, pág. 25. Estos poderes están incluidos entre los cul- minating ^edades de pannS o vijja.
€TMâ TM Therigatha, Ixix. ® Ibid., xxxi.
€oe Orasd mukkatojatd un modismo, lit. breadt. Versículo 336.
Therigatha, xlv. Cy. Ang., I, pág. 25.
Posiblemente Gotamaâ€TMs esposa. Véase E. J. Thomas, TAe Vida de Buda como Leyenda y Hiliary,
Londres, 1927, págs. 49, 59, 60, no.
171
Las órdenes budistas de Almswomen grandes regalos {mahabhiMaffatta)^ que es sobrenatural; y
Sigalamata lore,® jefe entre quienes están emancipados a través de la fe (saddhavimutta)} en la
época de la fundación de la Orden y durante algún tiempo después, fue considerado como respeft
perfedtly'- para que las mujeres puedan entrar a la vida sin hogar. Fue sólo más tarde que la Orden lo^l
sus primitivas charadter y se convirtió en un refugio para los pobres, la infructuosa, los solteros y las
viudas, los participantes ser mirado como desafortunados que había encontrado la vida muy difícil a
causa de los frutos de obras hechas en la antigua

becomings. La Buddhidl conventos en Birmania a día son en gran parte cubierto por esas mujeres. ^
Del análisis anterior se desprende que no sólo las mujeres acuden a la Orden, procedentes de distintas
partes del norte de la India y de distintos ámbitos de la vida de mezclarse en el orden desinteresado de
cadle didlinc- ciones, pero que no había nada en
sus ffation o en sus anteriores circumdiances en esta exigencia que les impiden alcanzar arahanship^
como todos son dijo haber hecho, ni para impedir que se conviertan en muy proficiente en algunos
aspedt de su vocación, como varios casos attedl.
No se han formulado preguntas al participante sobre las condiciones de su vida, excepto las referentes a
su estar sano, ser una mujer libre, libre de †̃ (s. Ang., i, p. 2 5._ ^ Variant lectura : SingSla. Un salmo
es atribuida a cantar, TheragSthSSla-Pitar, xviii. ; SingSla, un comerciante de Benares es mencionado
en el Jataka, 542.
^ un guión birmana de Rangún ha proporcionado amablemente me con la siguiente nota, después de
hacer indagaciones de su tía abuela quien es una monja :
â€oe Fift7%, de las mujeres que se han convertido en monjas han hecho porque el/ son pobres y
fallido ; el 50% restante, están disgustados con este mundo y se han convertido en monjas, a fin de
liberarlos- yo de los problemas y males de la vida.†en Colombo también el ujha- &#157; stkas
(monjas) son para el moil parte viudas, oilensibl/ tratando de encontrar la soledad para dirigir la vida
religiosa.
* Cf. Theragatha, ccliv. y Sumedha, Therigatha, Ixxiii.: â€oe- bSna Plumilla para la hija de un rey.â€
&#157; 172
TherIgatha. Parte I las deudas y no estar en el Rey€TMs, servicio y valor no se adjuntó a su haber sido
célibe, antes de la entrada. Así, la orden fue abierto a las viudas y supervisoras, así como a los solteros.
Es interesante observar que la proporción de los viudos, casados y solteros entre aquellos reputados
fabricantes de versos que entraron a las personas sin hogar. No hay ninguna pista sobre el estado de
veintiún almswomen pruebas internas, aunque cabe suponer que de estos seis estaban casados;^ y
ninguna sugerencia está dada en cuanto a si el treinta Almswomen quien entró

en Patacara^ eran o no casados. Los solteros ciertamente número treinta y dos, una fa£t altamente
sugestiva de la mejora de la condición de la mujer en el budismo; por ahora se destacan como tener
mentes, charaSters y voluntades propias, sin embargo emergentes lenta y laboriosa de las estrías viejas,
en las que sus com- pleta dependencia de los hombres encadenados toda su vida, que fue conducido en
el supuesto de que su deber consiste en adorar a su marido como un dios y teniendo hijos de él para el
cumplimiento de sus ritos funerarios.
No parece absolutamente cierto si Patacara deben ser contados entre los solteros o entre personas
casadas y viudas. Ella salió de su casa con uno de los que sirve a los hombres de la casa, quien se
describe como su amante, y por él tuvo dos hijos; pero, por otra parte, el orador se dirigió
posteriormente a por ella como â€oe marido,†® y así lamentó en su muerte: â€oeThrough &#157;
mi marido es muerto.†pero cuando iba a &#157; Gotama para ayudar en su dolor, se refirió de
manera ambigua al padre de sus hijos : â€oe Ju^t como ahora tú eres derramando lágrimas por la
muerte de los niños y la re^l, por lo que ha^t tú, en el interminable ciclo de vida.
^ TherIgatha, xiv., XXIII, XXIV., xxx., xxxiv., xlii.
^ Ibid., xlviii.
€oe cf. C. A. F. Rhys Davids, Gotama el hombre, Londres, 1928, p.
â€oe PatachSra fue la buena esposa de un digno husban^ esclavo, pero él estaba con gente buena que
le^ 173
La Orden de Almswomen budista ha derramando lágrimas, a causa de la muerte de los niños y la re^t,
más abundantes que las aguas de los cuatro océanos.†â€TM- y de nuevo: â€oeO Patacara, uno
&#157; pasando a otro mundo ningún niño ni otros kin es capaz de ser un refugio, o un escondrijo o un
refugio.†^ &#157; es posible, sin embargo, que este hombre se convirtió en su marido, por legítima,
como Rhys Davids señala,^ no hay ceremonias budistas del matrimonio, la cual es considerada como
Un rito civil, y se lleva a cabo sin la intervención de los sacerdotes.
El número de participantes casadas fue bastante más de la mitad de los solteros, es decir, dieciocho,
pero además de estos mu^i: se contabilice Patacaraâ€TMs Quinientos.® del casado, tres eran
viudas,** y

uno Sakula,® a juzgar por las evidencias internas, fue probablemente una viuda. En su versículo
habla de dejar a su hija, su hijo y sus tesoros y su ^tore de grano, como si ella fuera la única propietaria,
y no menciona a su marido. Cuatro eran prácticamente las viudas, dos de ellos de la Kapilas Bhadda®
y Sona'', renunció al mundo cuando sus maridos no ; uno, Capa,® por su gibes haber impulsado a su
marido fuera de la casa y a la orden, seguido de él; el otro, Isidasi,® hallazgo después de tres intentos
para llevar la vida de casados que no tenía las cualidades de wifehood, abandonó la lucha y se unió a la
Orden.
Stridlly hablando el pedido solicitado el consentimiento de los padres,â€TM® y el mundo por el
esposo€TMs con- enviados;†sino porque el orden quería mantener la amistad del mundo &#157;
también hizo un delito pacittiya para una mujer ser ordenado a menos que ella tenía su ^ Therigatlia
Cmy. El xlvii.
€oe (Buddliift E.R.E. art. de la Familia).
® Therlgatha, L, 500 es un modismo, significado docenas y docenas.
* Ibíd., xvii, xlvii., iv. ® Ibid., xliv.
® Ibid., xxxvii. Ibid., xlv.
Ibid., Ixviii ®. Ibid., Ixxii ®.
Â" MV,i., 54;CV.,x., 17, 1.
Véase supra, pág. 149 y ss.
174
Therigatha. Parte I marido€TMs permiso.^ era probablemente a fin de descubrir si los aspirantes eran
realmente libres de los lazos familiares y podría ser salvado de que el consentimiento de los tutores
inmediata generalmente ha de obtenerse. Los niños son considerados como propiedad de sus padres
que, por lo tanto, tener una voz legítima en el desecho de sus carreras. Habría sido un oído de
incumplimiento del Convenio por parte de la esposa que han tomado el asunto en sus propias manos y
no tener conse- sulted con su esposo antes de solicitar la admisión.
Sin embargo mucho el comando â€oe seréis refugios á vosotros podría aplicarse en solitario para
buscar el nirvana, la Ley de tutores muil ^lill ser respefted por aquellos en el mundo. Las vicisitudes
que muchas

de estas mujeres acudían a través de con el fin de obtener este permiso, previo a cada almswomen,
demuestran por cierto algunos de los motivos y razones que motivaron su deseo de abandonar el
mundo.
El consentimiento de los padres se muestran a veces tan duro para ganar, a veces tan fácil y a veces
imposible; pero en muchos casos simplemente el fafts están programadas y permitirse ho pista. Así
Siha® se convirtió en un creyente en la audiencia MaSler predicar y obtener su consentimiento de
padres€TM, ella entró en la Orden. No se dice si o no experimentó ninguna dificultad.
Sujata,^ con almoSl un exceso de deber, obtuvo el consentimiento tanto de sus padres y de su marido.
Gutta® obtuvo el consentimiento de sus padres, y lo mismo hizo Rohini® después de que ella les
ha enseñado el Dharma.
En ninguno de estos casos se dice que existe un con- flidl de voluntades. Pero SundarT tuvo que
exprimir el consentimiento ^ "V.,iv,pp. 334-335. Mhp., II, 33).
® xL TherigathS; cf. Tlieragatha, ccxlviii. Mientras araiiansliip Adliimutta alcanzado todavía un
novato, y nos fuimos a casa de su madre para obtener permiso para TMs€plena coordinación.
^ TherigStha, liii. ® Ibid., IVI. €oe Ixvii ibid,,.
€TMâ TM Ibid., Ixix., y cf. Theragatha, XXVII, Lomasakangiyaâ€TMs madre temía por su salud; e
ibíd., ccli. Sus padres sólo obtuvo Ratjhapala€TM consentimiento con gran dificultad.
175
La Orden Budista Almswomen op de su madre, que no quiso de manera antinatural para disuadir a su
hija de unirse a la orden, abandonando así la casa. Que ha habido problemas en la familia.
Sundariâ€TMs hermano menor había fallecido recientemente, y su padre a sus Vasitthiâ€TMsâ€TM-
sugerencia fue a Gotama para encontrar alivio de su dolor, y fue convertido por oír la enseñanza sobre
el Dhamma y se unió a la Orden. Cuando la noticia de su renuncia fue traído a su casa Sundariâ€TMs
madre declaró que ella también había â€oe una mente para dejar al mundo cerca de él de chiefeft
sabiduría para cumplir.†(versículo 326). &#157; y suplicó a su hija para disfrutar de su riqueza. Pero
lejos de lo contrario fueron Sundariâ€TMs pensamientos: ella no tenía ninguna

intención de tomar ningún deleite en el â€oe ganado y caballos, elefantes, joyas y anillos- que su padre
había puesto &#157; lejos de él; ella declaró que ella también, como él, tenía una mente para dejar el
mundo. Cuando la madre se dio cuenta de cómo era esta determinación flrong ella graciosamente
capitulado diciendo:
â€oe puede, entonces, tu intención, Sundari tu corazón€TMs deseo, ser coronado de éxito witli.â€
(versículo 329) &#157; unánimes estas dos mujeres girado hacia el orden en su doble duelo; la madre
con el sentimiento de que ahora el pedido era un refugio adecuado para ella, vieja y pa^t su prime, con
cariño y con la esperanza de que su hija, joven y con toda la vida que se abre ante ella, sería ^tay en el
mundo y disfrute de sus posesiones. Pero ese plan no hizo un llamamiento a la hija que fue rápidamente
madurar espiritualmente.
Isidasi® adquirida de su padre€TMs consentimiento; desde que ella había sido repudiada por el
marido tras otro parece infructuoso a ^tay en el mundo ; el prospedl; de ^ Ver Ps. 2 i. Ella también
había sido consolados, y más que com- forted por Gotama después de que ella había loft de su hijo.
Véase más adelante en la pág. 196.
€oe, Ixxii TherigStha.
176
T HERIGATHA. Parte I La vida en la orden habría aparecido a ella como bálsamo sobre las buffetings
de hombres€TMs la crueldad, propiciando su la posibilidad de borrar su decepción por el logro en otro
ámbito. Aquí también habría parecido que ella podía expiar el mal karma que había establecido para sí
misma en otros becomings, â€oe Nay, hut el mal karma que he hecho.
Que voy a expiar y desgaste.†(versículo 431). &#157; Esta es una idea ascética, para, como su padre
explicó a ella, hay posibilidades aquí (IDH'evd) en el mundo â€oe a caminar según la norma †(verso
430). Toda esta &#157; poema, atribuido a Isidasi, sabores del Jainismo. No lee como los anteriores y
efusiones más espontáneo, pero como una elaborada y terminó produfl por la mano de un experto
literario. Probablemente fue compuesto en una fecha posterior y, a continuación, agrega a la col-
ledfion. En particular dos puntos corroboran esta
opinión; la noción de expiating un mal karma es especial- mente Isidasi Jainift; y se dice que ha sido
dibujado en el pedido por una dama de la obviamente nombre de Jinadatta Jain, mencionó nada pero
aquí.
Sumedha^ entró en la orden againft sus padres€TM deseos ; no podían disuadir a ella, y una de las
alter- nativos presentadas por ella en su larga y apasionada arenga les parecía demasiado miedo para
contemplar.
€oe de padre y madre mía, jamás me nuevamente como laica romper mi fa^l y comer. € ̃ aquí voy
antes laicos y morir.® (versículo 460.) â€oe La madre afflifted lloró ; el padre itunned con dolor se
esforzó para disuadir y consolarla que postrarse recostados sobre el piso del palacio.†(versículo 461).
&#157; sabiendo la facilidad con la que los indios pueden llevar a cabo esta amenaza a morir a
voluntad, los padres habrían encontrado ^ TherIgathS, Ixxiii.
® Cf. Ratthapala Sutta, Majjhima, ii, 57. Él utilizó una amenaza similar a fin de formular su
consentimiento de los padres.
177
M
El orden budista de Almswomen aquí su principal razón para rendirse. Sumedhaâ€TMs domeftic amor
de la vida no era fuerte; ella no presente el tipo de hija obediente, pero aparece como una niña de
charafter independiente, declarando que â€oe mi deber no radica en la vida de la casa.†Además de
estas disensiones &#157; con sus padres se negó el Royal pretendiente trajeron a ella, cortar su
cabello^ y practicó la meditación. Pero entonces llegó su triunfo, en una ^tate de exaltación, por su
elocuencia y porque ella era â€oe aprendidas y en el sistema de nuestro Señor bien entrenados †ella
fue capaz de convertir sus padres, &#157; su pretendiente y su séquito.
La madre de Kumara Kassapa,^ mencionados en el Theragatha Anguttara y el comentario, se denegó el
permiso para entrar en la orden por sus padres,

pero cuando a su debido tiempo se casó con ella adquirió de su marido.


Un inusual caso llega a la palestra con Abhirupa- Nanda,^ una hermosa chica Sakiyan, que lejos de
tener que convencer a su madre y su padre a dar su consentimiento, fue hecha para dejar el mundo por
sus padres againft sus propios deseos. Esta decisión parece haber sido su respuesta inmediata a la
noticia de la muerte de su joven Sakiyan kinsman, un evento que tuvo lugar en el día que tenía que
elegir entre sus pretendientes. Sus motivos exaft son difíciles de entender. Es concebible que pensaban
que ahora no podía casarse con un Sakiyan (aunque parece poco probable que Carabhuta habría sido la
única elegibles) tuvo mejor no casarse a todos. Los matrimonios de los Sakiyans se rigen en gran
medida por su tremendo orgullo familiar,^ y era uno de los ^ Cf. pidure Medieval por el maestro
italiano en Siena, de Santa Catalina de cortar su cabello antes de renunciar al mundo.
€oe Ang., i., XIV, 3, nota 1, tr. Gooreratnej TheragStha Cmy. En clxi.
^ Therigatha, xix.
* Cf. diálogos, i., 93, 94, donde la leyenda de sus led inceduous ancedors, deben lesionar la pureza de
su línea es dado ; y 178
TherIgatha. Parte I rno^t exclusivo de clanes. En todos los eventos en el rostro de este golpe los padres
parecen haberse convencido de que la Orden era el lugar adecuado para su hija, y Faute de mieux
Abhirupa-Nanda fue enviado allí para hacer el besft de lo que en fir^f se le apareció a ser un mal
negocio.
Uppalavanna^ se asemeja a Nanda en la medida en que ella no casarse, pero en su caso no fue que ella
no podía elegir un marido, pero especialmente porque había demasiadas ofertas convenientes del
matrimonio. Cuando llegó la edad de reyes y plebeyos vinieron de todas partes de la India para pedir su
mano. Su padre no sabía a quién darle, tanto desconcertados fue él. La única solución de la dificultad
que podía concebir era sugerir a Uppalavanna que ella debería adoptar la forma de personas sin hogar,
una sugerencia de que afortunadamente ella accedió gustosamente, y â€oe fueron palabras como si cien
veces aceite refinado había ungido la cabeza.†&#157;

en su conjunto, entonces, estas mujeres solteras no anduvo tan mal. Pero el éxito de su escrito con sus
padres no deben interpretarse en el sentido de que estos estaban ansiosos de deshacerse de ellos. Sólo
en el caso de leaSl Abhirupa-Nanda existe la sugerencia de que una mujer fue hecha para unirse porque
sus padres no sabían qué hacer con ella; para que uno no puede evitar la sensación de que si
Uppalavanna había sido decidida a casarse con su padre le hubiera dado al hombre que ella eligió. La
situación más bien que por ahora se está convirtiendo en una cosa común para las mujeres a ser
almswomen, que tenían la simpatía de los hombres con su deseo de abandonar el mundo, y que los
hombres no ^tand en su camino.
Jataka Cmy. Sobre 465 donde se relaciona que Pasenadi intentó conseguir una chica Sakiyan como su
esposa, con el fin de ganarse la confianza de la Buddhift Sakiyans almsmen, pero tenía demasiado
orgullo familiar al consentimiento.
^ Therigaths, Ixiv. Para fuller ilory de un almswoman del mismo nombre Véase supra, pág. 155 y ss.
179
las órdenes budistas de Almswomen esta opinión se ve confirmada por los casos de mujeres que han
pedido a sus maridos si podrían unirse a la Orden.
Aunque en menor cantidad que los registrados que han pedido a sus padres, se encontraron con el
mismo tipo de respuesta: a veces el aliento que asciende a inducción, a veces calma la aquiescencia, y
algunas veces rotunda negativa.
Khema^ aunque ella no toma la iniciativa, podría incluirse en la fir^t de estos grupos. Ella fue la
consorte del rey Bimbisara. En la medida en que sea comprobable mostró ninguna ansiedad para entrar
en la orden, porque ella era tan encaprichado con su propia belleza que ella no se atrevían a ir a ver a
Gotama. El Rey, quien era sinceramente devoto, obsoleta su actitud distante, y él urdido para que ella
debe ver la Mafter, quiso ser un creyente también. El resultado, según los comentarios, era que ella
ganó arahanship inmediatamente en testigos de la visión que Gotama organizados por ella, pero de
acuerdo a la Apadana, ese momento no llegará hasta que, con el rey€TMs consentimiento, ella había
entrado en la Orden. Esta versión puede ser debido a la mera antipatía monacal del pensamiento de una
mujer€TMs logro rápido.

Dhammadinna^ no encontró ninguna dificultad en obtener el consentimiento de su marido, Visakha,


para unirse a la orden, porque él había ju^t decidió hacerlo él mismo, y por lo tanto ya no tendría a su
esposa en el hogar. Un día, cuando había sentido la fuerza del oído doftrine Gotama predicar, él llegó a
casa, y en la forma permitida por la superioridad del marido le dijo a su esposa del re^triftions ahora
colocados en él como uno que devuelve- sin más; entonces ella concibió la idea de convertirse en un
almswoman. Por lo que su casa ha sido para ella sin él ? Ella rehusó las alternativas que puso a ella de
^faying en casa, o de volver a su propia familia, y deseado, en lugar de ser autorizado a abandonar el
mundo. €oe Es bien, ^ Therigatha, LII. Ib ^^xA.
i8o
Therigatha. Parte I Dhammadinna,†fue su respuesta, libre de cualquier affeftation &#157; que la
forma sin hogar no era el camino para las mujeres.
Y mandó a la almswomen en un palanquín de oro.
Muttaâ€TM- induce su corazonada respaldados señor brahmanes, posiblemente no sin una lucha, para
dar su consentimiento.
En este sentido pueden mencionarse o Punna Punnika^. Ella había sido un esclavo doméstico, pero su
mafter había estado tan satisfecho por la forma en que había convertido la baptift-Brahmán que había
liberado de ella, lo que le permite hacer su casa, su hogar, y ahora estaba dispuesto a satisfacer su
solicitud de ingreso a la Orden.
Dos mujeres se reunieron con los menos afortunados los rechazos. La almswoman conocido como poco
robusto,® después de haber escuchado tanto Gotama y Mahapajapati predicar, estaba convencido y
desea unirse a la Orden. Pero ella no podía a la vez, obtener el consentimiento de su marido€TMs, y
siendo un devoto y obediente esposa ella continuó con sus tareas sin protege, pero entretanto obtuvo
Insight en la verdad del devenir. Entonces, un día, una llama de fuego consumió todo el curry que ella
cocinaba, a la cual ella dio vestidos de ornamentos, tan querida para el

corazón indio, y dejar de lado todos los símbolos de éxito mundano que, como ella lo vio, pero fueron
los emblemas de fugacidad. Esta renuncia realizó una profunda impresión en su marido, que él honró la
earneflness de su deseo y la llevó a japati Mahapa- en un palanquín de oro.^ Dhamma® aun no
anduvo tan bien como poco robusto, para ella fracasado completamente para obtener el consentimiento
de su marido€TMs.
Obedientemente permaneció en casa hasta su muerte, después de lo cual entró en la Orden.
No se reciben quejas de estas mujeres de la servidumbre a sus maridos. La habitación se encuentra para
la ^ Ibidem, xi. ® Ibid., kv. ^ Ibid., i.
* El CMY. dice â€oe como VisSkha trajo Dhammadinna,†Ver Ps. xii. &#157; Therlgltha, xvii.
Las órdenes budistas de Almswomen .
expresión individual de la antipatía de circunstancias particulares, pero en general no son ataques
contra la posición de la mujer casada y sin rencor inextinguible se alza a la unilateralidad de la
autoridad.
Naturalmente, hubo una cierta proporción de las mujeres que no eran â€oe vigilado,†^ huérfanos y
solteros, viudos y viudas virtuales &#157;; aquellos cuyos parientes cercanos para quienes habían
hecho una casa o que había
hecho un hogar para ellos fueron muertos o ya había renunciado al mundo. Algunos de estos quizás
entrada en el orden parece ser, si no un natural, al menos un curso abierto y servicial. Tales eran
Dhammadinna,^ que cuando su marido le dijo que iba a renunciar al mundo, inmediatamente le
preguntó a sufrir a ella a hacer lo mismo; y de la Kapilas Bhadda® que salieron cuando su marido
Pippali hizo, pero no antes de que los dos habían consultado juntos;^ y la esposa de Vira,® que
intentan atraer a su esposo de vuelta al mundo fue â€oe profundamente conmovido †por &#157; su
verso, expresivo de auto-conqueff y ffeadfaftness, y diciendo a sí misma â€oe mi marido ha ganado a
este â€" lo que es bueno para mi vida domeffic se unió a la limosna- las mujeres y pronto â€oeacquired
el triple Lore.†&#157; otra instancia es que de mala Sona,° que fue maltratada por sus hijos Y
nueras, después de que su marido había entrado en la Orden. Encontrarse ya no quería, y heridos en su
auto-effeem, declaró : â€oe ¿Qué tengo que hacer con vivir en una casa
donde no se muestra respecto a mí ?†y va a unirse a la almswomen &#157;.
La enfermera de unnamed MahapajapatT se unió a la orden cuando su miffress hizo. Los textos no
arrojar luz sobre sus intenciones. Fue la devoción personal ^ V., III, pág. 139. ^ Tlierigatha, xii. ®
xxxvii.
* Tlieragatha Cmy. En cchi. ® en viii.
® Therigatha, xlv, cf. Dhp. Cmy. En versículo 1 1 5 ; posiblemente las dos no son el mismo.
^ Therigatha, xxxviil.
182
THERiGATHA. Parte I a su cargo y un deseo de permanecer cerca de ella ?
Fue imitación ? O ¿ella anticipar y temen un futuro desprovisto de su interés central ? El único punto
que es cierto es que ella no estaba animado por emoción religiosa ; durante veinticinco años después de
que ella salió con ella no podía encontrar la paz de la mente, y su â€oe Cada pensamiento estaba
empapada cayó en la droga del sentido-deseo †&#157; (versículo 68).
Ninguna de esas dudas rodean los motivos de Sundari- Nanda la hermosa.^ cuando todos sus parientes
cercanos han renunciado al mundo, ella descubrió que no contenía ningún interés para ella. Que sólo
desean ser tan cerca como sea posible a sus parientes que ella hizo lo mismo. Ella salió de â€oe no de
fe, sino de amor de sus parientes,†&#157; y por lo tanto no es sorprendente que ella siguió intoxicado
con su propia belleza aun después de su re- nunciation. Otra mujer, Abhaya,^ fieles en la amistad,
tomaba los pedidos cuando su amigo cercano Abhayaâ€TMs madre hizo, como hizo Vijaya® cuando
su gran amigo y compañero Khema unido. En su caso quizá no era tanto el amor como la imitación
mostrada en su argumento, â€oe Si ella como un rey€TMs consort pueden dejar el mundo, seguramente
puedo.†Su humilde posición en el mundo es como nada comparado con Khemaâ &#157;€TMs
exaltado, y Khema tuvo todas las oportunidades de familiarizarse con la enseñanza de la Mafter.^
Imita- ción demasiado, no ciego, pero fundada en el testimonio de un líder confiable, causado
Sariputtaâ€TMs tres hermanas® para seguir sus huellas. €oe esto puede ser ningún sistema ordinario,
común no la renuncia si uno como nuestro

hermano lo han seguido.†® &#157; dos mujeres que parecen haber sido auto-guarders
(sarakkha),â€TMâ TM y haber tenido la libertad de elección con- partes referentes a su modo de vida,
se ha abstenido de entrar en la orden, hasta que hubieran cumplido algunos domésticos ^ Ibid., XLI. ^
Ibid., xxvii. ® Ibid., Ivii.
* Véase supra, p. i8o. ® Therigatha, lix, lx, Ixi.
® Tlierigatha â'¬017. En el LIX. V., iii, 139.
183
Las órdenes budistas de Almswomen obligaciones. Sumana/ aunque fain a abandonar el mundo, poner
fuera de hacerlo para el resto de su abuela€TMs lifetime para cuidar de ella. Motivos de affeftion en
lugar del deber bien podrían haber sido operativa en la determinación de su sobre esta coirrse, por la
abuela de ninguna manera parece haber sido una tediosa anciana: ella también fue amado por su nieto
Pasenadi.^ Mahapajapatiâ€TMs® iniciativa reputados en insistir, hasta que ella había asegurado que,
para la fundación de la orden de Almswomen nunca será olvidado. Al mismo tiempo, parece como si
ella considera que su abeto^l deber era su esposo, el padre de Gotama, no fue hasta que ella murió se
dice que tiene establecidos con su hi^oric demanda, o si esto no fuera así, en lea^l buscando entrada
para ella.
Cuatro convierte renunció a una vida de moralidad laxa para salir a personas sin hogar, ya que no existe
ninguna prohibición sobre la admisión de las mujeres en la vida sueltos.^ pero de éstos, sólo uno, a
saber, el Vimala,® la hija de una cortesana y ella misma cortesana, influyó en su decisión de unirse a
la orden de las circunstan- cias inmediatamente anterior en su vida. Ella fue hecha para arrepentirse por
Maha-Moggallana. Se dice que han utilizado el tema de la inutilidad y la podredumbre del cuerpo para
disuadirla de tras su profesión habitual, con tal de que ella se convirtió en firSl effedt laico-discípulo y
luego entró en la Orden.
Lamentablemente ni los versos ni los vinayas de dar cualquier sugerencia de los procesos psicológicos
que Addhakasi,® a la hija de un setthi de Kasi, experiencia- sufrido, y no existe ningún indicio de que
el razonamiento que le siguieron y que resultó en su intercambio de su

^ Therigatha, xvi. * Sarny. Nik., III, 3, § 2.


® Therlgathil, iv.
^ Cf. Eckenftein, bajo Monalticisvi Wofnan, pág. 193.
® Therigatha, xxxix. ; Theragatha, cclxiii.
* Therigatha, xxii.
184
Therigatha. Parte I vida como cortesana de un almswoman. Quizás esto es lo suficientemente
justificados por su cansado de su hermosura, como la edad llegó arrastrándose sobre ella. En común
con muchos de sus contemporáneos que ella parece haber añorado para terminar la ronda de
becomings, como les apetecía era posible, en lugar de dedicarse a ellos de nuevo y una vez más. Estas
razones probablemente pesaba más que con su arrepentimiento por su â€oe desorden moral.†^
&#157; es más difícil seguir la historia de mental Abhayaâ€TMs madre^ cortesana del rey Bimbisara, y
de Ambapall,® la famosa cortesana nombrados por varios príncipes, después de que ellos habían
luchado entre sí para la poseen. De Abhayaâ€TMs madre no se sabe nada en este conneftion salvo que
ella fue convertido por su hijo, quien le hizo creer en la impureza del cuerpo. También Ambapall fue
simulado por la predicación de su hijo a trabajar por la perspicacia y la ftudied nence Imperma- como
se ilustra en su propio envejecimiento corporal.
Los versos de estas cuatro mujeres muestran que la chispa a la luz de la visión de las cosas superiores
estaba a su alcance. Es necesario, pero su esfuerzo y deter- mination y elección, su voluntad para
Kindle, en su ardor a consumir lo que había sido.
Mujeres como estas destacan la irrelevancia, en la medida en que el orden se refiere, de la clase de vida
que el participante había llevado hasta el momento de su aplica- ción para la ordenación pabbajja; y
también la fuerte y sutil influencia del pensamiento budista.
El orden de Almswomen arrojó un accesible y honorable alternativa para todos aquellos que querían
abandonar la línea de negocio que hasta ahora habían estado persiguiendo. En gran medida es una
proposición y matar againSl cualquier recaída en las condiciones de su antigua

forma de vida. Una vez ingresados los miembros encontraron expulsados Slridt a ajustarse a una regla
moral.
^ una frase de Cuthbert Butlerâ€TMs. ® Therigatha, XXVI.
Ibid., Ixvi ®.
185
Las órdenes budistas de Almswomen a medida que pasaba el tiempo las posibilidades de reincidencia
se disminuye gradualmente y los límites más allá de los cuales la transgresión fue condonado fue cada
vez más estrecho y más estrecha.
De lo que se ha dicho, se desprende que no todas las mujeres dependían de los decretos de los
guardianes, y también que eran sólo es libre de hacer lo que quieran, si no tienen ninguno. Si los
esposos renunció al mundo que si es así el fado renunciaron a sus esposas, y la necesaria no para pedir
su consentimiento para tomar esta ^tep. Pero con esposas la situación era diferente: ellos no eran libres,
estaban obligados por las convenciones sociales, y el santuario en el que deber ser muff ofrecía era el
hogar. En el laff resort tenían que guiarse por su esposo€TMs decisión sea cual sea. Sólo cuando fueran
sin ataduras, o cuando tenían padres simpática (que, dicho sea de paso, sería entonces escapar a la
necesidad de pro- viding la dote matrimonial) o un simpático esposo, podrían convertirse en miembros
voluntarios de un grupo distinto al que ellos pertenecían involuntariamente, y la oportunidad que se les
da a exclamar, â€oe Me fue cumplido por poderosos días,†^ los días de su trabajo para lograr y,
&#157; arahanship de retención.
Durante su carrera en la orden era almoff obligatoria a ellos y ahora de nuevo a hacer una com- parison
de su vida allí con su vida en el mundo, y varios versículos contienen estos recuerdos. A diferencia de
los que ingresan en los conventos, las Buddhiff Weffern limosna- la mujer no estaba obligada a intentar
lo imposible, y olvidar, como si nunca se hubiera, su vida en el mundo. No hay muertos, no ffop brusca
ruptura en el continuum de la memoria, se va a realizar, porque no era ni el uno ni el otro en el
continuum de la personalidad o consciencia manas viMand Kcitta^^).
Las diversas fases de la conciencia se considera como procesos, cuya serie ffreams causal era psico-
lógicamente imposible cortar en fragmentos discretos ^ A. E., â€oe La memoria de la tierra,†ColleSed
poemas, poemas, Londres, &#157; 1917.

186
Therigatha, parte I o seftions. Con la entrada en la Orden la limosna- mujer no expedted para comenzar
con una pizarra limpia, y convertirse en una persona diferente, nuevo, disconnefted desde su pa^t
historia mental. La lucha no se levantó en el esfuerzo para olvidar,
pero en el esfuerzo para desarrollar y avanzar desde un dfate inferior a otro superior.
La idea parece haber sido que ayuda para este crecimiento fue extraído de pensar en el paft, no
mediante la represión, y estaba basado en el assump- ción que el pa^ no podría compararse con el
actual, que fue el camino de los sabios, y por lo tanto no sería formidable y perjudicial para la adopción
de una actitud religiosa intacta. Por el contrario. Los khandhas (componentes) si ve dleadily sería visto
en su verdadera luz como las raíces de los antojos de luft y sensual pleasureâ€TM- que se unen para
siempre al hombre becomings incesante. Si este fadt fueron sufragados en mente, y sólo por una
investiga- ción completa a partir de un conocimiento más amplio podría ser captado ; y si se mantiene
en el primer plano del con- sciousness, incluso en tiempos de la depresión y la aparente inutilidad de
logro, los recuerdos de placeres sensuales no funcionaría como cankers en el subconsciente- ness o en
la conciencia, añadiendo que el descontento indescriptible. Dirigiendo y consagrando la mente a la alta
recompensa para que estas mujeres habían sido contenido a perder su mundo, truant pensamientos
podrían ser bedted.^ fue el arma a mantenerse fuerte para satisfacer insidioso viejos recuerdos a medida
que se planteaban a la vestimenta del mundo fiftions€TMs se deleita en el vestido de la realidad.
Durante el éxito espiritual estos serían claramente conocidos como constituyentes del Estado inferior,
de la vida, de la lujuria, la vanidad y la ignorancia.® reconocido como tal, a pesar de que la batalla
puede ser larga, sería más fácil de combatir y controlar. €oe memoria€TMs extasiada el dolor podría
ser cambiado en extasiada de placer, como ^ Cf. Ps. LII. ^ Therigatha, IVI.
Ibíd ^ ^ E. Bronte, recuerdo.
187
Las órdenes budistas de
es te Almswomen^ified en los versos de aquellos almswomen que encontraron dificultades para cerrar
las puertas de los sentidos, incluso después de que habían adoptado los desamparados lifed así que
luchó para perseverar en lo que ellos consideran las mayores rutas y no pensar seriamente de devolver
al menor. Sólo en el caso extremo de Siha/ â€oe ^tung y inflados por los recuerdos de los días pasados,
oâ€TMer que yo carecía de control,†desdichado y miserable en el con- &#157; carpa, pero anhelo
todo para obtener incluso un tenor a su mente, existe algún pensamiento de i-eturning a â€oe la vida
baja del mundo †: pero no aquí y ahora, pero &#157; por suicidio para volver a convertirse en otro
â€" y que no por elección, sino por el funcionamiento del karma.
Sí habría sido insensato y unpraftical para informar a los miembros de una orden no cerrada a olvidar
que nunca han sido laicas. La limosna budista- mujer mezclados libremente con el mundo y no se
cortan. Era todo a su alrededor como un recordatorio constante de su ex ^Tate. Pero donde la envidia
fue mirado como una manea, y ecuanimidad y tranquilidad de mente como objetivos que deben
lograrse, podría ser invocada como un doble trabajo de influencia. Porque contenía las pruebas de
inferioridad, por un lado se evitaría almswomen regresar a ella, y, por el otro, aumentaría su deseo de
mostrar el camino a otros que todavía no fueron ser como ellos, y en sí mismos para responder al
llamado â€oe desarrollar {bhavehi) todo eso€TMs buena,†como se dijo, en la alegría por &#157;
JentI â€" â€oe los siete fadlors {satta bojjhangd) de la mente despierta, siete wa7s que nos permitan
ganar NirvSna â€" Todos, todos me han desarrollado {bhduita) e hizo maduras.†^ &#157; En muchos
versículos el peligro de demasiado pensando en el pa^t no ennegrecen el presente, sino que lo hace
parecer por contra^ todos los Más justa, por la vida seglar ^ Therigatha, xi, xix., XXVIII, jcxxviii.,
XLI, xliii., IVI.
€oe Ibíd., XL. ® Ibíd., xx.
Therigatha. Parte I no siempre se presenta en retrospectiva o en realidad como una experiencia
envidiable, abandonadas exclusivamente en aras del bienestar espiritual. Los recuerdos congregando en
estos versículos dejan en claro que escapan a la Orden a veces se usa como medio de lucha contra la
otra vida intolerable, y que â€oe la vis a tergo de incitar circunstancias †fue responsable &#157;

para un número de participantes. Muchos de los salmos recapitular la superficialidad y la


unsatisfaCtoriness la existencia conducido hasta el momento por sus reputados autores,^ y luego salir
en una oda a la alegría que todo esto ya ha pasado y a través de ellos, sustituido por algún aspecto de la
bienaventuranza del nirvana.
Dos mujeres cantan su fuga de dos cargas similares que habían sufrido. Mutta^ siente la gloria de la
libertad â€oe desde quern, del mortero y de mi señor crookbacked ; y Sumangalaâ€TMs madre,®
&#157; quien había llevado una vida de gran pobreza, revela en su nueva libertad â€oe de la cocina
monotonía †y en ella &#157; escapar de una vida de miseria y manchas entre las ollas donde â€oe mi
marido brutal clasificados como menos incluso que las sombrillas se sienta y teje siempre.â€
evidentemente buscando ayuda, com- &#157; panionship y afecto en este duro de corazón el marido
era como buscando perlas en granito. A esas mujeres la orden era un refugio. Su desilusión en la vida y
en las personas dieron paso a una fácil mente como la ignominia en que habían trabajado fue retirado.
Gutta^ no había las penurias de la fatiga y la crueldad" el envío. Ella era soltera y nació en una familia
brahminâ€TMs, donde floreció el â€oe afán de riqueza.†pero encontró la vida en la casa de mal gusto
a su &#157; parcialmente en cuenta ese hecho. Los más cultos y seria sería la rebelión contra el grosero
materialismo que caracteriza algunas de las ^ Ibidem, xi, xxi, xxxix., xlii., xlix., li, Liv, Ixvi Ixiv.,.,
Ixxii.
® Ibíd., xi. ® Ibíd., xxi. ^ Ibid., IVI.
189
El orden budista de
próspero Almswomen grupos sociales del día, y como Gutta nos encontraríamos con que la vida en la
casa rindió sus unsatisfaAory irreconciliables y alcance de su aftivity:
por lo tanto, en el extremo, tedioso y lleno de esos sucesos y acontecimientos unproduftive que
absorben las energías mientras dejando a su paso el desaliento y borrado de haber logrado nada de
verdadera importancia. Gutta creía que podría encontrar su esfera en la orden, pero en fir^t no tenía
verdadera vocación religiosa. El Suyo fue un caso triste, pero no es inusual. Ella descubrió que ella no
estaba bien adaptada a la vida mundana, y entonces ella

encontró que las exigencias de la vida religiosa era inmanejable; aunque ella intentó no podía
concentrarse en cosas de la mente o mantener su corazón de ejecución después de interefls externo.
Pero como el fin no necesitan credenciales de madurez religiosa antes de la admisión, entrada para
quienes no van desde motivos puramente religiosa no presenta serias dificultades, pero tampoco
garantizar el final de problemas.
Otro rico dama. La goldsmithâ Subha€TMs hija,^ después de haberse convertido en un flujo entrante,
también se preocuparon againft los inconvenientes de la vida familiar.
€oe surgió en mí discernimiento de las verdades.
A ella todos los placeres mundanos molestaron a mí dolor . . .
Así que me dejó mi mundo . . .
Volviendo a mi espalda no significa eftate.†&#157; Ju^l como algunos venció a sus días bajo los
cuidados y ansiedades de pobreza, por lo que vio a 'Subha y temían las responsabilidades de la riqueza;
los temores de pérdida de propiedad y pérdida por la muerte, la agonía de la mente y el cuerpo que
acosan a los esclavos de los sentidos y hacer que los hombres corruptos y lujurioso, y el codicioso
en^findt que promueve una enemistad general: todos estos concomi- ^ liid.,HX.
190
Therigatha. Parte I tants de riquezas temía.^ ella di^tru^ted vida donde â€oe príncipes con considerable
tesoro, abundante riqueza y grandes dominios nunca en sentido deseos de Insite, envidia
mutuamente€TMs bienes.†® &#157; volvió la espalda sobre ellos, y luchó por encontrar la calma
fteadfaftness de nirvana, utilizando la separación- ción de la Orden como un medio de escape.
Anopama,® también, aunque rico, hermoso y codiciado por muchos pretendientes, fue despreciativo
del mundo€TMs chucherías, y la sensación de que â€oe beneficio para mí en la vida de la casa no hay
ninguno,†entraron a la vida conventual y como un refugio del &#157;

servidumbre de todo lo que ella consideraba de tan poco valor.


Subha de Jivakaâ€TMs Mango-Grove^ cuyo cuerpo se dice para haber sido verdaderamente adorable
en todos sus miembros, aparte de ser ansioso durante el ciclo de vida, diilru^llevó a la perdición de los
placeres de los sentidos.
La oradora observó que sus peligros serían destruidos si se quitaron, y que, por consiguiente, deja de
ser alarmante. La seguridad radica en la renuncia.
Debido a la serenidad de las visiones que había logrado este no fue tan genial una denegación para ella
como lo fue para algunas de las otras mujeres hermosas. Para ella no es representado como habiendo
sido en amor con su propia belleza como fueron Khema® y Sundarl-Nanda,® y parece que han
llegado a ser una fuente de temor a_ su más que una fuente de goce. El imperio de los sentidos fue para
ella, nada menos que a algunos de los otros una tierra estéril que ella determinó para salir en favor de
una tierra más llena de promesas, donde sería todavía atormenta que están vacíos.†&#157; TMâ ^ Cf.
Theragatha Cmy. En ccliv., donde dice Bhaddiya â€Oecuando yo gobernaba mi principado ... Yo estaba
siempre temeroso, nervioso, dis- confiada.†&#157; Sarny ®. Nik., i, 3, § 8. ® Therigatha, Liv.
Idem ^^^sxi. ® ° Ibid.j-IDI.
Ibid., Ixxi., verso 389. Editor€TMs Nota: â€oe suma para la ferviente budista, implicando tanto la
soledad y theejeftion del Ego-engaño.
Cf. Ps. xxxi., 46.†&#157; 191
las órdenes budistas op Almswomen Sumedha^ era otro de los que se opone desde los placeres
de los sentidos :
â€oe Iâ€TMll tienen nada de riquezas vacía. Sentido deseos repeler y enferman me.†&#157; además
tenía miedo, como Subha de Jivakaâ€TMs Mango-Grove, de la ronda de renacimientos, y cita algunas
palabras atribuidas a Gotama que ejecutar : â€oe el largo peregrinaje de ellos quien, prendado,
aumentando otra vez †&#157; (versículo 474).^ ella temblaba de miedo ante la idea de la
transmigración interminables, a la noción de que ella puede haber sido acostumbrados desde sus
primeros años, por su versículo muestra signos de una tardía, com- planteados por el tiempo que el
outlook monacal, con su

nervelessness y el temor de ser en el ruedo de la vida, se había extendido su influencia y fue a trabajar
tras con- pensamiento temporales, buscan minar la vitalidad De los hombres, y aquí se presenta la vida',
no como un cuidado- libre, alegre, encantadora cosa como era depidled en los Vedas, pero como heavy-
laden con angustias y miserias, inevitablemente recurrente a través de vida tras vida, salvo la vida en y
del mundo eran repudiados. ' La insatisfacción y el malestar resultantes de los deseos incumplidos
llevaron otros, además IsidasI,® para unirse a la Orden. Ella era fruClrated en la calle tradicional de
la mujer como esposa. Otras dos mujeres, altamente entrenados mentalmente, no podía reCt hasta
habían encontrado una apertura para el ejercicio de sus dones especiales.
Bhadda Kundalakesa'^ fue frustrada de dos maneras: en primer lugar, en un desafortunado asunto de
amor y, a continuación, al no encontrar su igual intelectual, un defecto remediada posteriormente por su
admisión a la orden budista. Su historia es complicada; ella cayó en amor con un ladrón como ella vio
que le condujo a su ejecución ; obtuvo ^ TlierigStM, Ixxiii.; cf. infra, p. 200.
® Sarny. Nik., XXII, § 99 (7).
^ TlierigStlia, Ixxii., véase supra, pág. 174 176 si.
^ Therigatha, xlvi.
192
Therigatha. Parte I la prisión de su pena y se casó con él; poco después, darse cuenta de que tenía la
intención de ^eal las joyas que llevaba, ella lo empujó por un precipicio y murió. Aunque esto puede
ser considerado como un caso de homicidio justificable, hubiera sido difícil para ella frente a una
censura sociedad con una enmarañada historia. Percibir la incorrección de regresar a casa, ella se unió a
los Jains. Ella pronto pensó que había outwitted en debate, y encontrar que ella podría aprender nada
más de lo que ella les dejó, y procura satisfacer sus antojos intelledtual por debatir con los budistas.
Este fue el se6t demasiado en que Nanduttara^ después de haber conducido una variada carrera
religiosa, eventualmente encontró una salida para sus necesidades intelleftual. A pesar de haber nacido
un brahmán ella era demasiado crítico y racional a no ser conscientes de la insuficiencia de los muchos
ritos al que asistió.

€oe el fuego y la luna, el sol y los dioses eke yo una vez se acostumbra a adorar y adorar,
Foregathering en las orillas del río para ir hacia abajo en las aguas para el baño ritos.†(versículo 87).
&#157; las penitencias que había realizado, como afeitarse la mitad de la cabeza, durmiendo en el
suelo, y el ayuno hasta la noche eran buenas, quizás lo suficiente como para que los rancios, pero eran
ceremonias Nanduttaraâ€TMs cuestionando la mente despojado de toda realidad.
Durante los intervalos entre asistir a ellas parece haber â€oe ministró a este cuerpo, impulsado por la
lujuria de sentido †(versículo 8 9) ; quizás como readlion &#157; contra las supersticiones que ella
pronto llegó a diStru^t.
Luego ella se unió a los Jainas, y he aprendido mucho de ellos. Ella se convirtió en un orador de
renombre mundial, y teniendo su rosa-manzana rama realizó una gira por el país.
Así, un día se le acercó Maha-Moggallana, debatió con él, fue convencido por sus argumentos, y en su
consejo de Almswomen entró en la Orden.
^ Ibid., xlii.
193 N
I
CAPÍTULO III TherIgathA {continuación). Parte II O F todos los elementos insoportable en la vida,
quizás el mayor impulso para unirse a la orden provenía de dolor. Cuando todos, o mo^ de todo lo que
había hecho que la vida vale la pena vivir, lo que ha hecho es aceptable, quizás unque^ioningly, fue
repentinamente arrebatadas, algunos apenados mujeres acudían a la Orden con el fin de sanar y
reintegrarse, y encontrar un nuevo equilibrio, en el que nuevos canales para verter sus energías.
Duelo entre^l estas figuras que se com- fueron Ubbiri forted/ que fue consolado por el maestro sobre la
muerte de su hija pequeña para â€oe que consume el duelo para mi niño muerto que envenenó a toda la
vida de mí está muerto,†y Patacaraâ€TMs Quinientos,® cuyo dolor sobrecogedor &#157; cada en
la muerte de un niño, fue sólo cuando almswoman entrenados que les recordaba la impermanencia
como manife^ed con la muerte, y de la migración a otros nacimientos.

€oe lo pregunte tú nuevo donde llegaron a tu hijo bide en la tierra este pequeño espacio de
respiración?
Por una manera vienen y por otro han ido, como hombre para morir y pasar a otros nacimientos â€"
para acá y por lo tanto â€" ¿Por qué habéis de llorar ?†&#157; Confort fue encontrado en el
pensamiento de que esto fue un acto de aplicación de la ley â€oe donde no hay dejar de ser no hay
derivadas.†Este y muchos otro® son &#157; ^ Therigatha, xxxiii. ^ 1.
C/. Vaughan, St/ex Scintillans, â€oe todas han pasado en el mundo de la luz !†; Shelley, Adonais,
&#157; â€oe, La Paz: él no está muerto, él hace no dormir â • Él ha despertado del sueño de la vida
y Anatole France, tailandeses, â€oe mourir, câ€TMeU &#157;
Therigatha pwre†194. Parte II negaciones y afirmaciones que escapar a lo largo de los siglos, desde la
serenidad del robuil de espíritu y en la que los más débiles y ahora de nuevo encontrar algún tipo de
consola- ción, algún tipo de reconciliación a la noción de la muerte.
No podemos sino admirar el absoluto desinterés de los dolientes que podrían encontrar un bálsamo en
tales ideas, y sin embargo, sólo tenemos que mirar a Patacaraâ€TMs propia ^lory^ de pérdida tras
pérdida para saber cómo ella sinceramente mu^ han hablado esas palabras y cómo ella mull han sentido
a estar embarazada con inquebrantable poderes para sanar. Ella tenía una de las pérdidas de peso
suficiente para romper cualquier Corazón y amenazan el equilibrio moft cordura.
€oe tanto mis hijos se han ido, y en que Bush está muerto mi marido ; en un funeral el féretro de mi
madre, padre y mi hermano burn.†* &#157; por casualidad llegó a donde estaba predicando a
Gotama, y confortados por su advertencia de su in^la habilidad de la sangre-bond, â€oeOâ TMertaken
por muerte, por ti la sangre- bond existe refugio,†® y sugiriendo que inSlead &#157; de aferrarse al
amor de sus parientes que ella debe

hacer libre su corazón al ganar a nirvanaâ€TMs Bliss. En su intento de hacer esto que ella experimentó
resifting de valores provocada por alguna crisis emocional o mental, y que la remodelación de la vida
como consecuencia de la pérdida donde ha habido un amor profundo. Ella, mulier deserta, dolorosa y
finalmente consolatrix^ salió triunfante de la batalla con ella, otro testimonio de mujer€TMs poder de
auto-acondicionado queSl y de la formación del self para domar la legítima.
^ Therigatha, xlvii., y cf. Dhp. Cmy. en verso 289.
€oe TherigStha Cmy. El xlvii.
® Ihid., y cf. un verso de Jain : â€oe renunciar a aferrarse a todos mundanos para objedls : †̃ ni
padre ni madre, ni un hijo ni hermanos, ni amigos ni parientes, ni montones de riqueza son un refugio
en el sa^sara que fuU de dolor. Sólo la ley expuesta por el Príncipe de Jinas, el tesoro de la felicidad en
este mundo, es el refugio de los seres vivos que se tor- carse por el dolor del nacimiento, la vejez y la
muerte.†Meyer, hindú, cuentos, &#157; p. 153, Londres, 1909.
195
Las órdenes budistas de Almswomen Vasitthlâ€TMs^ es otro caso de la misma especie. Desgastada y
loco con el luto por la muerte de un hijo, ella preguntó acerca de WAN durante tres años, hasta que
conoció el Mafher, cuando, a la vista de él, autocontrol y auto-contenida y, a través de su poder, pudo
recuperar su mente normal.
€oe y luego en Iasi: Yo vi como él pasó dentro de esa bendita ciudad, Mithila ; Gran domador de
Corazones Indomables, sí él, el Gran Buda, el Desterrador de miedo.†&#157; también hubo mala
Kisa-Gotami,® uno de los patéticos Buddhift moft figuras en la literatura. Su ftory, dada a
continuación, ^ indica que por la realización de la dominación de la impermanencia a lo largo de toda
la estructura del universo se adaptó a ella la suerte común y se inclinó a la necesidad.
Dos mujeres, ambos llamados Sama^ dejó el mundo de una nueva manera de vivir, el viejo habiéndose
convertido insupport- capaz de ellos a través de la muerte de su amigo mutuo

SarnSvati.
Ninguno de los Theris está grabado han ingresado a la Orden para desterrar el dolor causado por la
muerte de su marido. Un hombre, Harita, sumado a cuenta de la angustia causada por la muerte de su
esposa.® para estas mujeres intentando escapar del miedo, el dolor, la soledad y el fracaso, la vida en
el orden muft han aparecido en firit a ser sino una segunda beft. Era buscado por ellos principalmente
como un opiáceo, y no por su propia cuenta. Pero mientras que los opiáceos son la segunda ser^,
cuando tienen funbtioned, en lugar de la pausa de ahorro que ofrecen hay vida y crecimiento y
significado. El orden no es lo que estas mujeres con amor por la gente y sus parientes y el mundo hasta
ahora absorbiendo sus intere^s habría elegido ha sido sus circunstancias diferentes, pero como estaban
las cosas para ' TberigMha, li. ^ â€oe Véase infra, p. 304 ss.
†̃ Tberigatha, XXVIII, xxix. ' TberagathS, xxis.
196
Therigatha. Parte II, â€oe el mejor seguro, seguro de vida de religión.†^ Una vez &#157; habiendo
entrado el orden todos ellos obtuvieron la consola- nes
de religión, afinó su vida al mando de su curso, y así llevar una vida de la mente, llegó a ser
invulnerables a los ejes de la aflicción y los golpes de la fortuna con que la existencia en el mundo está
inextricablemente entrelazados.
Tampoco sería irrevocablemente se sienten aislados de sus hogares, de la Orden, que no exige la
adhesión hasta la muerte es posible para los miembros de la secesión. No almswoman fue obligado a
permanecer en ella contra su voluntad. Tampoco era una institución inhumana.
No hay nada para mostrar que la almswomen la orden tiene el sabor de una prisión. Por el contrario, no
cerrada, hubo oportunidades para la asociación con sus familiares y amigos, entre los laicos.
Es cierto que el estándar de valores fue alterada.
Adjunto a kin ya no se considera tan importante como el logro del nirvana, una vez alcanzado el Estado
que otorga una paz que nada podía perturbar. La vida interior se puso ante las demandas hechas por los
externos. Su adtivity no fallan, porque aunque no hay desde el almswomen un gran

cuerpo de literatura que existe entre las mujeres santos y místicos de occidente, existe este colledtion de
versos, de singular valor e interés. Más podría haber sobrevivido ha sido componer material más
accesible en el momento en que se supone que han sido pronunciadas, y tenía el monje-editores de los
textos sido tan interesado en el quehacer de las mujeres como lo fueron en su propio. Cada verso es la
expresión sincera de una actitud de la mente a las leyes fundamentales pensado para gobernar el
universo, y representa el descubrimiento, por parte de un particular mente de una armonía con lo que es
distinto de sí mismo, nada menos que con lo que es en sí misma.
^ /iJifl'., verso 788.
^ Véase supra, pág. 158.
197
La Orden de trabajo Almswomen Budista y el logro fue mano a cada mujer handd Elands fuera sereno
y firme como un testimonio de la fadt que vive no necesita ser sacudido y devastado por las pasiones y
las emociones, pero que sí pueden ser capacitados para gobernar la mente, el auto para domar la
self.® a partir de los registros de cada uno de ellos, además, es evidente que los dos componentes de
la experiencia humana, sobre la cual Gotama puso tanto énfasis; y la tristeza, sobre la cual se dice que
han puesto tanto énfasis, pueden ser satisfechas por la firme voluntad de ejercer la firA y, por tanto,
para continuar en el camino (fnagga) para salvación ; y por lograr autodominio. A rejedt la intrusión de
la segunda en la propia€TMs propia esfera. Esta es la clave de la conquista, y sukha (Prosperidad,
buena fortuna), â€oe tanto en el pasado y hoy en día, almsmen, siempre he predicado 111 y el final de
111 {dukkhaH eva-c' . . . Ca dukkhassa nirodhav^"^ la disciplina era dura. A perseverar en él uno debe
ser fuerte en todos los sentidos. Como Sariputta explicó a Tissa, â€oeTissa, la vida de un almsman es
una vida dura; cuando le gustaría lo que consigue lo caliente es frío, cuando le gustaría lo que está frío
se obtiene lo que es caliente ; quienes se convierten almsmen vivir una vida tedioso y delicado.†^ Y
los criados delicadamente &#157; encontrado difícil â€oe para llegar felizmente a la felicidad. Un
recluseâ€TMs obligaciones impliquen fatigas corporales.†® &#157; también participaron en ellas
la necesidad de un vigor mental, alimentado principalmente por un vivo deseo de verdad, para â€oe son
duros los preceptos y la santa vida.†® aunque la vida en la orden podría &#157; proporcionan un
confortable ambiente para muchas mujeres después de las pruebas y tribulaciones que habían sufrido en
la

^ TjierIgStlia, verso 513.


® Cf. Tlierigatha, verso 509, y DJip., verso 379.
 â€TM Majjhima, i, 140; cf. ibíd., I, 431.
*- Dhp. Cmy. En el versículo 75, cf. ibíd., en los versículos 249-250, donde Tissa se queja de estas
apariciones y de otros.
® TheragStha Cmy. En ccxliii., y cf. supra, pág. 150.
® TherlgStha, verso 463.
198
Therigatha. Parte 11 Mundo, en ningún otro sentido debía ser considerado como un descanso.
En el temperamento opuesto a las mujeres que consideran la entrada en la Orden como una bendición
disfrazada, son aquellos que pensaba como una bendición positiye. En lea^t 18 casos podrían aducirse
de quienes celebró la segunda opinión.^ pensaban de él como la obtención de los medios de la auto-
realización y un campo más grande y plena para ablivity mental, más fundamental que la del círculo
interno. La vida para auto es lo quemaron para, en lugar de una vida, obstaculizada por el cares, para
otros.
Tampoco fueron esas mujeres llenas de celo misionero o dibujadas por las teorías acerca de las ventajas
de una comunidad a través de una vida doméstica. Fueron animados únicamente por el deseo de una
verdadera búsqueda de la iluminación, para él era la vida religiosa como tal que reconocieron a ser su
verdadera vocación. No buscaron como para escapar de una existencia que ya no podían soportar; pero
sabía que era la vida que prefieren por encima de todos los demás para llevar, la vida para los que,
como se expresa, sus deftiny estaba madura. La emoción no se centra en la pa^t llevó adelante desde el
hogar para las personas sin hogar, pero la llamada religiosa, Clarion con la esperanza de ganar un
tesoro más glorioso que cualquier ser adquirida en la agitación de la vida mundana. Y como la llamada
del mar la llamada religiosa no podrá ser denegado. El precio que se exige es la renuncia, pero la
renuncia es mirado como un privilegio donde la libertad, la intuición, la paz se las ganancias. Este es el
tipo de la verdadera ascética, dispuestos a renunciar a lo que legalmente puede ser disfrutado. El otro
temperamento adopta el ascetismo como fis-aller, hubieran sido diferentes ances circum^la cosecha de

bienes mundanos no habría sido suplantado, pero habría bastado. El amor de las cosas terrenas hasta
estas fallidas celebró algunas mujeres, amor hacia los 1 puja., i, ii, iii., XVI, XVII., XXIII, XXIV, XXV,
XXVI., xxxiv, xxxv, xxxvi., xliv., LIII, HV, Iviii.,., Ixvii Ixii.
199
Las órdenes budistas de Almswomen Dhamma instó a los demás hacia adelante. ¿Qué podían hacer
sino seguir después si se â€oe vio tliat Norma, la pura, Passionless, vía hacia el Nirvana, el paft
fallecimiento y nacimiento Sumedha^ con su aversión a los placeres de los sentidos, pero con una clara
dedicación a la religión, puede ser mirado como un puente, un vínculo entre las mujeres que fueron
impulsados a la orden por un vis a tergo de circumftances insoportable, le da la bienvenida a firft
simplemente como una huida de estos, y aquellos que se sentían una innegable tire hacia la vida
religiosa. Ella es la única que está representado almswoman mirando a la entrada tanto como una huida
y como su verdadera vocación, â€oe todo mi corazón€TMs amor es NirvSna dado . . .
Qué camión HE, entonces, con la vida vacía de sentido, que da poco, slayeth mucho ?
Amargo como serpentâ€TMs veneno son deseos Ofsense juvenil, después de lo cual los tontos hacen
anhelar.†(â- versos &#157;4así,45i).
Ella sabía que si tenía la oportunidad podía aplastar la vejez y la muerte absolutamente (versículo 493),
y que en lugar de los males, picante y amargo del fermento y la enemistad generada por los sentidos,
â€oe La Neftar de la norma está aquí.†â€oeEmancipation espera,†para â€oethere es, que nunca
groweth &#157; &#157; viejo †que es &#157; esto nunca envejece, ruta que nunca muere. . . .
(Versiculo 5 12.) y hoy en día, e€TMen ahora â€TMtis ser ganado.
Pero sólo por una vida thatâ€TMs totalmente

entregado a la devoción. (Versículo 513.) trabaja en su súplica para unirte a la Orden un equilibrio entre
los males de los sentidos, y los frutos de una vida de religión. En cuanto a estas ella está bien
informado, y da mucho más detallado de las posibles ramas de Insight para ser masterizado que
cualquiera de los otros Theris. Se dice que ella misma se dio cuenta de las seis ramas de Insight
{abhinna)?
^ Ídem, versículo 97. ^ Ibid., Ixxiii.
200
Ibíd., verso 516.
Therigatha. Parte II hay dos di^tindl líneas de desarrollo entre las mujeres que realmente llegaron a
sentir el deseo de dejar el mundo. Hay, por una parte, once^ que se registran han oído la predicación y
ser laico-disciplesj firft tres de ellos cada stream- participantes, pero después de entrar en la Orden,
generalmente después de haber escuchado un discurso por Gotama o por algún otro predicador, famosa
o oscuros. Por otro lado estaban los veintisiete,^ cuyo destino era totalmente maduro, como se suele
decir, y de los cuales no se presen- tar que pasaron por la etapa intermedia de ser primero un laico
creyente, sino en creer que luego se unió a la Orden. Sin embargo, mucho se ha avanzado en los
caminos, los sin techo, la vida parece ser el único medio seguro de persistir en el estado más alto. Así
Sumana® mientras aún en el mundo cuidando a su abuela quedó establecido en los preceptos y los
refugios. Cuando el grand- madre había muerto Sumana escuchó el maestro predicar de nuevo, y
alcanzó el fruto del Camino de No-Return, la tercera de las rutas a arahanship y, a continuación, pidió
ser ordenado sacerdote. Anopama^ también fue establecido en el tercer camino antes de que ella entró
en la orden, un paso que ella tuvo casi inmediatamente después.
Pero no era necesariamente la enseñanza de la más grande de todas las mujeres a despertar la fe y
TMs€aunque se registran 20 mujeres han sido incitados a unirse por las palabras del propio Gotama,
otros fueron finalmente librado a la orden, no por su doctrina, sino por la de algún famoso predicador-
mujer.
Estos Patacara amongSt pendientes es, quien estaba

profundamente versado en el Vinaya y también profundamente versados en el sufrimiento humano. Ella


era responsable no sólo de ib., i, XXXII, xxxiv, xxxv, xxxvi., xxxix. Ixv, xliv.,.,.,. Ixxi Ixx, Ixxiii.
^ ibid., ii, iii, iv.-x., XIII, XIV, XV, xvL, XVIII, XXIII,
XXIV., xxx. xxxi., xl., xliii, xlviii., xlix., 1., liii., Liv Iviii, Ivii.,.,., Ixvii Ixii.
^ Ibid., xvi. * Ibíd., Liv.
201
Las órdenes budistas de Almswomen trayendo a la Orden las quinientas mujeres/ cada uno de los
cuales fue roto por la pérdida de un hijo, sino también para ellos consoladora y retirar el eje oculto de
sus corazones. Ella también se dice que han convertido a un grupo de treinta mujeres® a la fe por su
predicación.
Cuando estaban en la arahanship refledting que habían alcanzado en gran parte a través de sus
exhortaciones para llevar a cabo la Buddhaâ€TMs, exultando â€oe y subir a sus pies, ellos llamaban a
su ble^l :
cumplido tu voluntad . . .
Cacique unconquered en guerras celeflial, ponemos a ti como nuestro jefe, y así vivir.†&#157; estos
sentimientos son similares a las expresadas por el Uttara^ otra de sus conversos. Es el cumplimiento de
su voluntad en los que se alegran, y sólo incidentalmente en el cumplimiento de Gotamaâ€TMs. Es
muy posible que él no era sino un nombre para ellos, mientras estaban en la presencia del sabio y
compasivo Patacara misma, apasionado por su vibrante simpatía y su propio entusiasmo por el
Dhamma. Ella también es dicho por sus admoniciones que han inspirado Uttama^ para alcanzar el
clímax de Insight. Ella puede haber tenido un especial interedf en ella, que fue después de Uttama
había escuchado predicar forijier Patacara en una ocasión que se unió a la Orden. Un incidente de ese
tipo da un vistazo fugaz de la posibilidad de predicadores siguiendo las andanzas de los miembros de
sus rebaños y no ceja en sus esfuerzos hasta que se hubiera establecido de forma segura en el óctuple
camino, conduciendo a la utmo^ bueno (verso 171). La apt- dad con que Uttama se refiere a su maestro
como

â€oe que noble fofter BhikkhunI que fue mi madre en la fe.†(versículo 43 .) &#157; perdurable es la
expresión de gratitud por parte del discípulo.
Canda*^ fue profundamente conmovido por la amabilidad de ^ Ibid., 1 . ^ Ibid., xlviii. ^ Ibid., Iviii.
^ Ibid., xxx. ® Ibíd., xlix.
202
Therigatha. La parte II y los demás almswomen PatScara con ella y por sus cuidados a sus necesidades
físicas, cuando desprovista de todos sus parientes, un mendigo durante siete años, y mueren de hambre,
ella ocurrió venir sobre ellos. Se renueva en su espíritu y cuerpo, y ella fue capaz de escuchar con
atención y deleite a Patacaraâ€TMs discurso después de la comida, que había renunciado al mundo.
Patacara ordenado a ella y siguió inStrudt ella.
Canda encontró tan â€oewise y clara nuestra dama€TMs homilía,†&#157; que ella pronto adquirió el
triple de sabiduría, y su corazón se purificó a partir de las drogas mortíferas.
El número de mujeres que han dejado grabado el mundo bajo Mahapajapatl puede contarse como
6.â€TM- además, tres fueron ordenados por ella, dos, Citta y Mettika® después de haber escuchado
el MaSler predicar; y poco robusto'â€TM que se había convertido en un laico creyente después de
haber escuchado de él. Cuando más tarde oyó Mahapajapatl, surgió en ella el deseo de dejar el mundo,
y sólo la oposición de su marido que le impedía hacerlo a la vez. Ella es la única cuyo deseo es
definitivamente atribuidos al calentamiento Mahapajapatl, pero puede suponerse razonablemente que
quienes abandonan el mundo bajo ella había sido inspirada por ella. Su enfermera renunció al mundo
cuando su amante hizo.^ ninguno de estos se dirigen a ella en términos de alabanza y caliente, como
Patacaraâ affeftion€TMs con- verts utilizado de su maestro. Pero entonces Mahapajapatl no fue tan
brillante orador, ni fue dotada por la naturaleza o por la formación con los maravillosos poderes de
simpatía y consuelo que distin- guida asamblea su colega. Ella había tenido que lamentar un crecido
cabeza gris, pero no había conocido la angustia de la aflicción
y el pesar por los salvajes mueren de la juventud, la misma cosa por la cual Patacaraâ€TMs convierte
buscó consuelo.
Las mujeres en dificultad no se registran haber ido a Mahapajapatl. Ella convierte consistió de
muchachas, ^ ibid., ii, iii., xxxiii., IVI, Ixx., Ixxi. ^ Ibid., xxiii._, _XXIV.
® Ibíd., i. * Ibíd., XXXVIII.
203
El orden de estudiantes Almswomen Budista y las hijas de los ricos que temían la maldición de sus
riquezas. Todos fueron advanced spiritu- aliado antes escucharon Mahapajapati; ella como se dieron los
toques finales a un proceso que hubiera cumplido en una u otra forma; nada salió de ella para restaurar
los ingredientes de la vida con la mujer que había destrozado y destrozado. Y si los maestros han sido
similares en su método de presentación el Dhamma, la diversidad y, probablemente, el número de
participantes podría haber mitigado.
Dhammadinna/ uno de los mo^fc famosos predicadores de la mujer,^ fue instrumental en dos mujeres
líderes arahanship. Uno, Sukka,® que ella más tarde se convirtió en un gran predicador, encontró la
fe en el maestro en su propia casa cuando ella era bastante joven, y se convirtió en un laico-discípulo.
Más tarde oyó Dhamma- dinna predicar, estaba muy emocionado con emoción, y re- anunciará el
mundo bajo ella, no mucho después de alcanzar arahanship. La otra mujer, Mahapajapatiâ€TMs
enfermera ^ ha renunciado al mundo veinticinco años antes de que ella llegó a la â€oeblessedness de
calma serenidad.†® No &#157; para un momento de tiempo que podía encontrar la paz de la mente.
Fue sólo cuando ella â€oe que fue mi foSter- madre en la fe,†® es decir, señaló &#157;
Dhammadinna cercano a los pobres almswoman y enseñó la norma, como Patacara pone de relieve la
importancia de la impermanencia, que ella encontró que podía empezar a meditar, y así adquirió las
seis facultades de intuición.
Estas son las mujeres que destacan especialmente como predicadores y como responsables de los
conversos, y por ende como salvadores mostrando el camino a la felicidad. Y el resultado de su trabajo
fue notable. Fue aumentada por la de otros, algunos de los cuales se registran en el Therigatha cada
haber dibujado en un nuevo recluta.
Ibíd., xii.

® Ibíd., xxxiv., véase más adelante en la pág. 254.


® Therigatha, xxxiv. Ibid., XXXVIII.
Â" Ibid.,6 vecse j. n C/. zW., versículo 43 .
204
Therigatha. Parte II Jinadatta, a quien se imputa ningún versículo, ya ha sido mencionado como sus
bajo quien tomó Ordersd Isidasi aunque ella no realmente convertir, ella probablemente le ayudó a
superar su padre€TMs oposición a la noción de su renuncia al mundo.
Aconsejó VasitthP Sundariâ€TMs padre ir a Gotama para mayor comodidad, y lo condujo a su
conversión. Y por último hubo Khema^ a quien Vijaya adfced como com- panion mientras estuvieran
^hasta tanto de los laicos. Pero su posición es dudosa. Todo lo que se sabe realmente de su
participación en Vijayaâ€TMs conversión es que Vijaya en su versículo dice, â€oe luego a una
bhikkhuni vine y pidió una cuestión muchas de mis dudas.†^ es el com- &#157; mentator que
identifica esta bhikkhuni con Khema.
Quizás el nombre importa poco en el rostro del más importante fadfc que era una mujer que enseñó a
Vijaya â€oela Norma para agitar su mente sobre el renacimiento, y hacer de ella a buscar consuelo en el
sistema.†® &#157; todos esta conversión de mujeres por mujeres es parte de la importante
contribución que hicieron a la Buddhi^l religión. Como profesores que exhiben una variedad de fuerzas
attradling, consecuente con sus propios charafters e historias. Pero independientemente del sistema
aspedt hizo un mayor atractivo a cada uno de ellos, y a través de ella a sus oyentes como recalcó su
particular punto, si lo hicieron, por ejemplo, la impermanencia,® incluyendo la naturaleza transitoria
de la legítima,^ la rendición calma espiritual,®, que es la realización de los Buddhaâ€TMs,
fundamentalmente, todos ellos enseñan la misma cosa. El tema básico de sus homilías es el desarrollo.
La noción de la forma- pasándolo a través de devenir (hhavd) para avanzar a través de life-span (ayu)
después del lapso de vida a algo mejor y ^ Ixxii., véase supra, pág. 177 y ss.
^ Tberlgatha Cmy. En Ixix., véase supra, pág. 176.
® Therigatha Cray, en LII. * Ibíd., verso 170.
® Cmy. En Ivii. ° I 6 id.,l.

€TMâ TM Ibíd., XXX. xxxviii. ® Ibíd., Iviii, xlvi.


205
La Orden Budista" de Almswomen más felices que había experimentado antes, siempre estuvo presente
en la enseñanza de cada uno de ellos, aunque a veces menos destacó como un todo que en particular
aspedts.
La poetesses a quien estos versículos son atribuidos fteeped ellos mismos en esta enseñanza, y poner
cada esfuerzo para seguir adelante. Por lo tanto, con pocas excepciones, se dice que en el momento de
la consecución de arahan- buque ocurrió no mucho después de su entrada en la Orden.
Pero algunos no estaban tan maduros en sabiduría y tuvo que esperar a la suprema corona de su
búsqueda.
Estas últimas son Amongft Sama,^ que por la pérdida de su gran amigo se unió a la orden, pero ella era
demasiado diflraught por el dolor para captar la manera Ariyan Ananda hasta que oyó la predicación, y
el séptimo día después de esto ella ganó arahanship. Y Subha Anopama^-, el goldsmithâ€TMs hija,®
realiza arahan- buque en la séptima y octava respeftively días después de su admisión en la Orden.
Gutta'^ no tuvo resultados inmediatos por sus esfuerzos. No se dice cuánto tiempo esperó ganó arahan-
nave, pero su corazón siempre ha persistido en ejecución después de intereses externos y esto destruye
la concentración.
Siha® también fue incapaz de evitar que su mente se ejecuten después de que el encanto y la externa
objefts â€oe Así hice tarifa para siete años, cansados de magro y cetrino misâ€TMry de disturbios.â€
(versículo 79). &#157; durante estos años ella parece haber experimentado algo correspondiente a la
â€oe interior &#157; desolation†® de mi^ics.
Mittakali'^' también durante siete años después de que ella entró en la orden estaba sujeto a una afición
por regalos y honores.
Después de todo este tiempo se dice que ella se convirtió en ansioso, y posteriormente wpn arahanship.
Ibíd., xxviii. ^ Ibid., CMY. En liv. :
® Ibid., Ixx. ^ Ibid., IMV. ® Ibíd., id.
° Sigler María Madeleva, Pgar/: un estudio en sequedad espiritual,

Londres, 193 J, p. 27, passim. &gt; â€TM TlierigatliS, xliii.


206
i i ! Therigatha. Parte II
f necesitaba aún más determinación en el marco de I los demás Sama^ que entró cuando su gran amigo
I murió, y de Mahapajapatiâ€TMs enfermera,® para ambos de estos â€TM tuvo que esforzarse
durante veinticinco años antes de craving fue ! ' Marchitan y las drogas mortíferas purgados de
distancia.
} Citta® y Mettika,'^ aunque cada entró en la orden I cuando ella había llegado a los años de
discreción, [ no pudieron ganar a arahanship hasta su vejez. Su I primavera joven desaparecido, su
ascenso espiritual fue como me arduo como su ascenso a las cimas de las montañas, [ donde, aunque
débil y tambaleante, subían, f en busca de la libertad.
[ Entre estas mujeres quienes asumieron yo como miembro de pleno derecho de la orden podría haber
habido j pocos que lo hicieron sin ninguna idea, ninguna esperanza, brillando I dentro de la â€oe breaft
como una lámpara en una jarra de algunos de los frutos de la meditación que podrían legítimamente t y
razonablemente esperar obtener. Algunos pudieron { decir con Thais,® â€oe % suislasse de tout ce
queje connais^" I, pero sólo hasta un cierto punto pudieron continuar con

\ ella, â€oeje vai chercher I'inconnu", incluso si lo hicieran { no sé la forma particular en que su buque
arahan- yo sería transmitida a ellos, todos tenían bastante ( noción clara de que â€oeEmancipation
espera.†^ Juft como &#157; I â€oeel Fin de vida o renacimientos, por ejemplo^ formas almoft f una
onda de tierra para ser discernidos en la mayoría de los ! Salmos †® como resultado de la
contemplación, de modo que ofrece la &#157;
espero de ser finalmente ganó por la contemplación, y ' que tiene sus raíces en la prevalencia del
pensamiento religioso de la India.
! El comienzo de la búsqueda de la emancipación era
yo a veces, pero no siempre, pasando por el pensamiento de I ^ Ibid., xxix., y cf. Theragaths, cclx.
Ananda también tuvo que esperar yo durante veinticinco años antes de acostarse alcanzado arahanship.
1 ^ Therigatha, XXXVIII. ^ J/izV., xxiii.
I * Ibíd.,xs.bf. ® Jataka Cmy. en 12.
Me ® Anatole France, tailandeses, Colleftion bleue, pág. 199.
Me â€TM Therigatha, verso 506.
Me ®, los Salmos del Sitter va.ix.t'^.xs.Tvi.
] 207
las órdenes budistas de Almswomen analogías de la vida real. Por lo tanto poco robusto^ hizo la llama
de fuego devorador base de rapt pronunciar la meditación sobre la impermanencia de todas las cosas; y
Khema Abhirupa-Nanda®® se presenta con las visiones de la decadencia gradual de una bella
mujer :
Dhammaâ€TMs^ caída trajo a su casa donde la fragilidad y miseria que aquejan a esta pobre mortal; y
bastidor Dantika® fue inspirada por la visión de un gran elefante en com- pleta subjeftion a un
hombre, â€oe el indomado domesticado,†para &#157; domar y entrenar y ordenar su propio corazón
(Citta).

Pero sin embargo la búsqueda fue comenzado â€" ya sea en una de estas maneras o en la forma más
refinada de tomar algún tipo de meditación subjeft â€" â€TMits final, el momento de Insight, era
puramente intelledlual descubrimiento. No fue acompañado por sonidos o por visiones. La ausencia de
la ex puede explicarse en parte por el GAFI que la música no tenía funflion en el C3rder, ya sea como
un paftime, o como una ayuda para la meditación. Una baja cantando sería toda la música que estas
mujeres se oye.® además todas las impresiones visuales estaban destinados a ser ignorado, porque
eran considerados como de ninguna manera potente para aclarar lo oculto, sino que, por el contrario,
decididamente para ocultarlo. El desgarrador de la oscuridad, la oscuridad espesa de ignorancia,'^ es la
única imaginería visual que es observado. Imágenes Tadlile es igualmente no-exigente, con una
excepción. Y allí, en Sujataâ€TMs llorar, â€oemy espíritu tocó la norma im- maculate,†® todo el
contenido físico parece que desde hace tiempo han sido &#157; ab^radled desde el sentido del tacto.
El fervor de estas mujeres firft remachar su atención sobre la subjedl: de su meditación, y no ^
TherigathS, i. ^ Ibid.s. xix. ® Ibid., LII.
^ Ibid., xvii. ® Ibid., xxxii.
° Almsmen fueron autorizados a entonar el Dhamma en lugar de cantar con la abrupta transición de
cantar la canción. CV. v., 3, i.
Therigatha, iii., xxx., xxxv, xxxvi., xlviii, LII, Ivii., Iviii, lix, lx, Ixi, Ixiv.
® Ibíd., versículo T49. Cf. Theragatha, verso 212, â€oe touch {phusahi) ... el camino.†&#157;
T HERiGATHA. Parte II seamos cautivados por las bellezas naturales a su alrededor. La quema de
colores en el cielo al atardecer, el resistente, verdes de las fuerzas y las sombras oscuras, los grandes
árboles florecientes y los tonos brillantes de las aves, todo pasa desapercibido. La Therigatha, en
comparación con el Theragatha, retratan una aparente insensibilidad a la naturaleza. En el primero, pero
se hacen pocas referencias a ella, mientras que en el segundo hay muchos. Pero esto no fue porque las
mujeres son normalmente menos impresión- capaz de fenómenos naturales que los hombres, para que
escuchamos una y otra vez de una mujer que amaba la naturaleza,â€TM' pero fue porque en la
meditación se concentra más intensamente

que los hombres, y encerrado todos di^irradting vistas y sonidos por un esfuerzo de voluntad, decididos
a hender los bonos que arrastramos hacia atrás hasta la orilla acá.â€TMâ TM para alcanzar la meta de
estas mujeres lograron frenar los sentidos y, por esta razón, el momento de realización y su expresión
(aMa) están libres de imágenes sensoriales.
La forma en la cual arahanship adlual fue transmitido a cada uno de ellos fue en gran medida
congruentes con sus circunstancias antes de entrar en la Orden. Si, por ejemplo, las condiciones de su
vida había sido difScult e irritante, su hallazgo de Nirvana sería nega- mente presentados como la
libertad, la comodidad, el final de Becom- ing, final de craving, o que el resto. Si, por otro lado, ella
había entrado porque sabía que, cualesquiera fueran sus circunstancias, ella estaba madura para dirigir
la vida religiosa, Nirvana se presentaría a su positivamente como la luz, la felicidad, la intuición, la paz
o el dominio de sí mismo.
Algunas de las mujeres, ya sean discernidos o no, estaban cerca del final de su viaje â€oe en adelante
en el camino hacia arahanship befofe adoptaron la vida sin hogar. Sorprendido por la rapidez con la que
se alcanzaron aftually mu ^^t tiene swooped Theragatha Cmy. xiii. _ ® TherigSCtha, IVI.
^ I6id., versículo 6i, véase el apéndice, nº 1.
5109
Q
la orden budista de Almswomen abajo a algunos de quienes, en su disgusto por el mundo, dirigido a
personas sin hogar; mientras que un alto expedla- ción de obtener una profunda comprensión del
Dhamma, "Aquélla vidaâ€TMs elixir, una vez ganadas, nunca lo^,†mu ^^t han animado &#157;
quienes salieron a personas sin hogar â€oethrough llamada Mittakall de fe, como lo pone. Para todos,
sin excluir a quienes negledted incluso Mittakall â€oe la ruta de insight,†® y â€oeturned de mayor
bueno &#157; siga baser extremos,†^ sentía la fuerza del Dharma, ellos &#157; implacable en su
apelación, cargado con un significado que nada podría refutar. Como su propio hill-tops aumenta
repentinamente de los llanos, estos Theris espiritualmente, muy superior a la tropa que sur-, fueron
redondeados ardiente para desarrollar al máximo

su herencia del temperamento religioso y filosófico que pertenece a los pueblos de la India; la forma en
que ellos sabían que, más allá de toda duda que era absolutamente apropiada para hacerlo era el camino
enseñado por Gotama. Se sintieron la intensidad de sus propias exigencias espirituales, ahogando
cualquier sensual y los intereses materiales; y entregando en la devoción a la â€oe ruta ambrosía salió a
satisfacer sus deseos ftronge^t.
^ Entonces gStha, versículo 55. ® /i 5 rW., xliil. €oe el versículo 93.
Ib ® Ibíd., v&amp;TSQ 513.
Capítulo IV la vida en la Orden, Parte I â€oe la pobreza, castidad y obediencia.†â€" alimentos dado
en limosnas. €" batas. &#157; â€" del baño. €" Manual y domeftic trabajo. €" Otros reglamentos
para la vida simple. €" la hospitalidad de almspeople. €" ^escrito y aprender- ing. €" peleas entre
almswomen. €" las quejas de la limosna- mujeres.
D espués de esta encuesta de algunas de las motivaciones y las aspiraciones que animan a las mujeres
que se convirtió en Theris y arahans, y cuyas experiencias, a veces mundano y a veces espiritual, están
presen- tar en el Therigatha y el comentario, un intento mu^ hacerse para investigar las condiciones
comunes de la vida diaria para que todos por igual almswomen fueron presentados, y el tipo de
ambiente en que viven.
Era una atmósfera capaz de promover la observación- capaz logro espiritual, provocando a veces de
fuentes unexpedled; era una atmósfera capaz de mantener una buena, constante y idealiftic
trabajadores; y era una atmósfera capaz de soportar la presencia de algunos miembros totalmente
indignas, mujeres que quizás había entrado durante alguna crisis en sus vidas, pero que eran incapaces
de mantener en paz y tranquilidad a los rigores de la vida monástica.
Una vez que la orden de Almswomen fue e^ablished, cualquier mujer que pensaba unirse a ella tenía
que decidir si se debe tratar de hacerlo o no. Si dependiente de padre o marido o, en menor grado, el
hijo, ella tendría que determinar a que presente sus deseos a él y, si es necesario, para engatusar a él
para estar con ellos, a fin de obtener su consentimiento. Si es independiente,

por ella misma tendría que reunir la resolución a 2II


las órdenes budistas
de Almswomen puso la idea de entrada en praftice, a veces con un poco de aliento de un miembro de
la Orden y a veces sin ella. Está registrado que Sariputta Bhadda Kundalakesa invitó a unirse a la
orden€TM- como una especie de soborno a ella para saber la respuesta a la pregunta â€oe ¿Qué es
uno ?†(^ekam nama kimT), â€oe muy bien,†&#157; &#157; ella respondió: â€oe Me admiten el
orden.†fue &#157; un free lance. Habiendo cortó toda relación con su casa, ella no fue, pues, la
obligación de solicitar la autorización de ningún tutor. Además yo a los casos indicados en el
comentario Therigatha, de mujeres que, desposeídos de marido o relaciones, compone su mente para
entrar en la Orden, también existe el ^lory de la esposa quien descubrió que su marido y su hijo ha
tomado en la vida monástica. A continuación, â€oe de motu propio fue a la comunidad de Almswomen
y retirado del mundo.†^ mujer a la larga^l &#157; estaba empezando a darse cuenta de que ella, al
igual que sus hombres-folk tiene poder de voluntad, es una wilier, y que en ciertas circunstancias mu^
ejercer ese poder que está dentro de ella para obtener la admisión a la orden, si eso es lo que ella quiere.
Por lo tanto, como norma general, la iniciativa corresponde con el participante. Normalmente, los
familiares no utilizan el orden como un medio de deshacerse de las niñas no deseados, ni tampoco la
exhortación hecha por el dired almspeople a las mujeres a unirse a ellos. Su curso se quedó con ellos
para determinar, y se dejaba abierta. No hay sermones estaban dirigidos especialmente a ellos, y no
existe literatura la finalidad evidente de que era persuadir a niñas para que se conviertan en
almswomen. Pero ni hubo influencia marcadamente disuadir en el trabajo en la sociedad de la época.
La religión era underwood en la India, y los disturbios intelleftual de la época inmediatamente anterior
a la subida del Budismo, y continúa intacto durante muchos años, ha abierto varios joint ventures para
religiosos ^ TlierigStha Cmy. El xlvi. ; Dhp. Cmy. En los versículos 102-103.
^ Dhp. Cmy. En los versículos 209-211.
212 La
vida en la Orden. Parte I la

mujer. Los Jains fueron particularmente progresista en este respeft. En alguna medida, se habían
acostumbrado al mundo a la institución de religieuses como un honor de parte de la comunidad. No
oidio se atribuye a la mujer que abrazó la vida religiosa.
Almswomen no eran consideradas como perezosos, histérica, o charafters disoluto, hasta que algún
particular- aftual limosna mujer dio a causa de la aplicación de estos calificativos. La vida en el orden
era conocido por ser demasiado duro para permitir la supervivencia de tales charafters.
Era difícil, que requiere tanto la salud física y la fuerza de aplicación mental, y había mindfulness
amongSl earneftness y sus ideales. Los participantes no eran susceptibles de ser permitidos a olvidar el
Noble Óctuple camino; eran presumiblemente enseñó que â€oe el celo es el camino hacia el nirvana y
â€oe gran crece la gloria de quien es celoso en la meditación. . . Cuya vida está en calma y justos y
lleno de vigor.†® puede muy bien ser &#157; alegó que en el momento en que la orden budista de
Almswomen quedó plenamente establecido y su reputación era ampliamente conocido, la piedad de la
mujer uniéndose a no golpear gente rtiuch así como el sentido de hacerlo.
Si algunas de las casas fueron destruidas o entristecido por la partida de la madre o la hija, lógicamente,
la mujer no podía ser culpado por la mayor igualdad otorgado ellos incluyeron una mayor igualdad de
opor- tunidad. Esa era la teoría, pero en los hombres habían praftice el látigo con la mano. Pueden, y a
veces no, retener su permiso, y sus esposas obedientes accedió.
Cuando las mujeres novicios deseaba recibir la ordenación sampada Upa-, tenían que pedir, como ha
quedado demostrado,® tanto de la Sangha. Sólo un tipo de excepción a esta costumbre era conocida,
y eso fue cuando Gotama mismo ordenado un participante diciendo â€oe vienen,†llamar al
participante por su nombre. Este tipo de 1 &#157; Dhp., 21. ® Dhp., 24.
® Véase supra, p. 1 38 Si.
ZI3
La Orden budista de la limosna mujer ordenación es grabado de una mujer- lakesa Bhadda Kunda, el
ex-Jain.
€oe †̃ venir, Bhadd? !€TM El Mafter dice !
Lo que para mí era la ordenación dada.†^ &#157;
pero a instancias de los partidarios de esta coordinación direft eran excepcionales. En los casos
ordinarios el examen por las Sanghas tuvo que ser atravesado. Si no hay obje- ciones fueron planteadas
por ellos, iniciación, fue concedida a los solicitantes. No están obligados a pronunciar fórmulas, ni
estaban obligados a hacer cualquier forma] votos de pobreza, obediencia o chaftity, ni entonces ni
cuando ellos firil admitidos como novicios; y aunque estas normas son esencialmente características de
Ea^ern monachism como son de Weftern, los participantes en el Buddhi^ Sangha no y definitivamente
no se comprometen con los votos para observar estas importantes normas.
A pesar de la ausencia de votos de adhesión, a pesar de no haber declaración de aceptación de la
pobreza, la caridad y la obediencia, sin embargo, estas ideas, resumidas en los diez mandamientos,
impregnados de las órdenes. La pobreza se manifiesta en la posesión de sólo ocho pertenencias (las tres
batas, la limosna- bowl, maquinilla de afeitar, agujas^ cinto y agua-Slrainer),® todas las necesidades
básicas de subsistencia, pero conocido por los participantes para ser legítimo sólo en adelante sus
pertenencias. Fue ChaSIity inculcados por los principales preceptos de la moral, la obediencia y la
disciplina de la orden; por si un almswoman no podía obedecer los preceptos que ella era castigado.
^ Therlgatha, xlvi.
Jain mu recluses ^^t no poseen una aguja, o cualquier cosa hecha de metal.
Sinclair Stevenson, corazón del Jainismo, 1915, pág. 226.
® en Colombo en el día de hoy el laico-mujer (nomin upasikas)- aliado observar los diez
mandamientos ; pero no todos eviten el uso del dinero. Algunos van sobre coUefHng Buddhift para
templos y otras causas, y sustituirlo por un voto especial a praftise la bondad amorosa para el precepto
sobre el dinero, que se omite.
214 La
vida en la Orden. Parte I sería conocido por cualquier mujer que deseaba \ unirse al orden que ella me
cuftomary muft romper las relaciones parentales y conyugales, e ir en libre de todos los lazos de la
esclavización de la vida mundana. Es grabados de varias mujeres antes de que se unió a la orden€TM-
que prevé la tutela de sus hijos, ya que no podría tener con ellos. Quizás este conocimiento de lo que
mu^t para las mujeres indias han constituido una de las

llaves más lagrimeo de todos fue mitigado por la abrumadora attradhion de la nueva manera de vivir. Si
un en- trant tenía un marido sabía que, en adelante, su vida fue ser célibe.^ posiblemente su previsión
de viudez virtual fue recompensada por un sentido de liberación, tanto desde el aquí y el ahora, y de ser
nuevamente; un sentimiento tan fuerte que cualquier persistente, lamenta hazily fueron sofocados por
un vuelo de esperanza de que los maridos podría ser como un gran obstáculo para la mujer, ya que las
mujeres eran hombres que encabezaban la vida superior.® Esta fue la opinión compartida por Bhadda
Kapilani y Pippali, mejor conocido como Psdaha-Kassapa, su esposo. Convinieron en parte en el cruce
de caminos â€" que él debería ir a la derecha y la izquierda, cada uno con sus Sanghas respedtive. Ella
fue al menos tratadas con mayor respedl que era la reina Sllavi^ cuyo marido cuando deseen
convertirse en un asceta pensó, â€oe una esposa es la asceticâ€TMs bane.†no consultar &#157;
juntos, para (en el momento de redactar el Jatakas) fue considerado como el hombre€TMs prerrogativa
a hacer como a él le gustaba. Pero aunque intentó disuadirla , desde luego, él no podía; ni podía
disuadirlo de convertirse en un asceta. Él tenía el esquema y el complot para escapar de ella, hasta en
ladl logró.
^ TherigStha, XVIII, sliv.,., Ixviii Ixii.
^ Entonces en Ceilán en el día de hoy, las monjas observar el precepto del celibato, que quienes
observan sólo cinco preceptos a veces ftitute sub- para la tercera de las cinco sllas.
^ Cy. TheragStha, cclxi. ^ JataJca, 539.
215
Las órdenes budistas de Almswomen entonces ella adoptó la vida ascética de un rshi., impulsado por la
insensibilidad de su marido.
La posibilidad de que voluntariamente rechazando uno mismo del esposo (o esposa) y a los niños para
la vida, y el plomo- ing no un solitario, pero una existencia cenobitic, fue una nueva perspectiva o
almoft nueva. Presenta un hito de la mayor importancia en la historia de la cultura.^ El silencio de los
libros budistas en la queftion de sati (o quemar a las viudas) es en sí misma suficiente para justificar la
opinión de que la cuftom era de extrema rareza en el momento de la subida del budismo y del Buddhift
canon. Tampoco hay ninguna referencia del MJS fo- bolical adl de inmolación en el esposo€TMs pira
funeral. La idea es, por lo tanto, sugirieron que la esposa

no era necesariamente expedled permanecer con su marido durante toda su vida, sirviendo a él y
desaparición enteramente. Como las mujeres pasaron a ser consideradas indi- viduals adjundls, en lugar
de como una vida de libertad comparativa de ellos ha hecho su camino en las organizaciones sociales-
sation. Por lo tanto la admisión de mujeres casadas ca^ ninguna ofensa a los familiares que
permanecían en el mundo, y ningún oprobio fue lanzada sobre sí mismos: las mujeres como llegó a ser
considerada como no extraordinario para que desee introducir.
En la Buddhi^puedo pedir la renuncia de los miembros expedted no era tan grave en la naturaleza como
la auto- impuesta por el pradlised tipo ascetas solitarios. Las mujeres se sentían capaces de elevarse a
las solicitudes que hizo de ellos â€" exige, si no por amargo austeridades,
pero constantemente por el auto-control. El self, que â€oe paquete de apperceptions,†^ y que pudiera
decirles } â€" quizás un &#157; â€oe la unidad trascendental de apperception iba a ser dominado, pero
no atrofió â€" cómo entonces †̃ TJie inicios de Monafiicism en la India parecen haber tomado su
ascenso con los Jainas y los Budistas. En Egipto la noción puede haber surgido a partir de la misma
fecha. Ver Flinders Petrie, religión personal en Egipto antes de la Cristiandad, pág. 59, donde dice
â€oein escritos egipcio antes del año 600 a.c. no hay rastro del ideal ascético.†&#157; ® â€oe,
Hume y Kant.
216 La
vida en la Orden. Parte I llorando han permitido;^ mientras que, debido a la asignación de los ocho
pertenencias de las profundas raíces de la posesiva inftinft no hacía caso omiso ? La en- ^tinft de sexo
iba a ser suprimida, y otros apetitos corporales cuidadosamente regulado, pero la carne no era otra cosa
que ser moderada y ciertamente no mortificado.
Tampoco la vida comunal, tal como fue concebido por el Buddhifts, ignoran totalmente el mundo. La
manada- en^tindl ^lill diredted podría ser hacia la comunidad de Almsmen y Almswomen ; en este
caso, además, para la Sangha no fueron expedfed para vivir, moverse y tener su ser en un aislamiento
total de los laicos, el mundo. La vida monástica, ya sea por exceso de rutina, o por deficiencia de
rutina, es apto para pro- duce una sensación de hastío y sinsentido entre sus miembros. Que tales
estados psicológicos no parecen haber sido frecuentes en la orden budista puede atribuirse en parte a
una saludable te entremezclados con los laicos: y esto fue quizás durante muchos años la

salvación de Buddhidl monachism.


Si el ascetismo no eran rentables, la renuncia podría permitirse el lujo de ser modificado. Y dado que,
según Gotamaâ€TMs creencia, la renuncia en sí no repre- envió a la máxima altura a la que el hombre
podría alcanzar, pero era simplemente una valiosa capacitación, ya que se trataba de una ayuda a la
â€oe apasionados, tanto en público como en privado, esa noble y guardar la fe que lleva a la completa
de^lrudtion del dolor de quien adts según ella,†^ nunca se destacó tanto como el esfuerzo &#157;
para captar y sujetarse a el Dhamma. La ventaja de entrar en la orden era que el lado material de la vida
y la diftradlion de una vida abierta a la cesación- menos demandas de otros fueron reducidos al
mínimo, a fin de que esto podría lograrse. La almspeople eran en gran medida liberado del uso y
desgaste diario de la existencia mundana, con su constante ® Mhp., ch.. i., § II.
aiy
^ V., iv., p. 277.
La orden de Almswomen budista para resolver los problemas económicos, las decisiones que se
adopten, ansiedades y materiales se han enfrentado. Para hacer esta escapada que de ninguna manera
fueron totalmente echada para atrás sobre sus propios recursos. Los laicos eran perpetuamente en el
fondo de la vida monástica, confiables en su ardor y capacidad para apoyar la almspeople y firme en
sus fieles attendahce a las necesidades físicas de este crecimiento parasitario.
Las necesidades físicas eran las necesidades diarias, por la pobreza de los miembros de la orden les
impide disponer de los medios para comprar los medios de vida y, por consiguiente, exigió su
mendicidad para su sus- tenance.
Cada día la almswomen pasaron a la ronda de limosnas a los laicos,â€TM- teniendo su almsbowl con
ellos y regresar con la comida que habían collefted. Consulte procedido a esta ronda diaria esparcidos a
través de la literatura Pali. En la ilustración algunos ejemplos han sido Therigatha selefted desde el
comentario. Sukka® un día entró en Rajagaha para limosnas con quinientos almswomen. Y Gala®
después de su ronda y su comida á la madera oscura. El SELA,^ la hermana Alavite, vestida ella pronto
y, tomando su cuenco y robe,

entró Savatthi para limosnas.


Los laicos han adquirido mérito confiriendo limosnas, como Yakkha declara en los casos de Sukka y
Vira:® â€oe o seguramente mucha mérito, él ha forjado, que lego sabios que Sukkaâ€TMs quiere
suministrados â€" Sukka, quien de todos los bonos es totalmente gratuito.†&#157;
^ Mi informante birmano me dice que hoy en día en Birmania las monjas suelen ir ronda la mendicidad
una vez por semana en la víspera del sábado, y la gente les ofrecen pice, arroz, pescado seco y
verduras. Se mantienen los artículos alimenticios sólo para una semana. Algunos de aquellos que tienen
una buena sup- los porteadores no mendigar para ellos no están condenados a mendigar por la ley.
^ Therigatha Cmy. En xxxiv. ^ Ídem, en el LIX.
Ibíd., en Salmos i-io en el Apéndice.
® Sarny. Nik. x., § lo (2), § ii. y véase infra, p. 315 ss.
218 la
vida en la Orden. Parte I Además de las limosnas en la ronda de limosnas evidentemente algunos
alimentos fue dado a personas especiales y algunos a la sangha entero.^ si no era demasiado, la porción
dada a individuos especiales podría ser entregado al Capítulo de Almsmen, como también podría
hacerse con alimentos que habían sido almacenados antes de que fuera presentado al Capítulo. La
almsmen sobre su lado fueron autorizados a presentar alimentos adicionales obtenidos en estas formas
para el capítulo de Almswomen.
La comida diaria fue tomada en común, y fue tomada antes del mediodía.^ después de este tiempo
almspeople no estaban autorizados a comer. En la comida se decretó que el â€oe ocho senior
almswomen tomarán sus asientos son inviolables de la precedencia y el reft según ocurran venir,â€
pero en ningún otro lugar estaba allí para ser â€oeright a asientos &#157; por prioridad.†^ ninguna
jerarquía además de ancianos y novicios &#157; era conocido en las Sanghas Buddhift. Un laico-
hombre llamado Salha,'^ que habían estado supervisando las reparaciones de los edificios en un
determinado vihara pertenecientes al almswomen, en una ocasión, les invita a tomar una comida en su
casa. Él los ha dividido por edad, asientos todos los anteriores juntos, y todos los jóvenes

juntos. Tal cuftom no habría sido ob- sirve en el vihara, pero cuando la almspeople estaban con los
laicos, que se esperaba fuera de amabilidad, no menos que por razones diplomáticas, presentar a sus
requefts.
Existen además diversas reglas para comer. Estas se refieren esencialmente a los almsmenâ€TMs
actitud hacia el almswomen. Un pacittiya almsman cometió un delito si a sabiendas participó de
almsfood adquirida por la intervención de un almswoman salvo previa preparación ya se había hecho
en la ^ CV., X, 1, 5, 1 .
€oe esta regla de comer antes de las 12:00 ^hasta obtiene en Birmania, y en Ceilán. En Kandy vihara
ocupa la media hora desde ii.io para 1 1.40 a,m. ; Y aquí las monjas también tienen el desayuno a las 7
oâ€TMclock.
=&gt;CV.,x., 18. * V.,iv,p. 211.
219
Las órdenes budistas de Almswomen casa/ cayó en un delito reprobable, que tuvo que ser confesado, si
aceptaba la comida de las manos de un almswoman quien había sido en su ronda de limosnas/ Esta
regla era probablemente el resultado de la conducta de un codicioso almsman ; pregunta por un
almswoman si aceptaría algunas de sus limosnas, durante tres días, dirigir él tomó todo lo que tenía. Un
dueño de casa la encontró en un estado de desmayo, oscilado a lo largo de la carretera.
Ella le dijo a su ^tory, y él la llevó a su casa en su carro. La almsmen no escapan de su disgusto con
ellos para permitir tal comportamiento, para se quejó, diciendo: â€Oecomo el almsmen puede aceptar
las cosas del mundo, de la mano de un almswoman.? Las mujeres obtenerlos con difi- culty.†El
virtuoso almsmen oído que esto chival- &#157; rous campeón de la mujer estaba disgustado, y dijeron
que hicieron esa condudt Gotamaj en un asunto a ser confesado.® en su lado Almswomen debían
mostrar sus respedt para el almsmen poniéndose de pie a un lado y no presionando hacia adelante para
dar diredlions, si se encontrasen en un laymanâ€TMs casa para que cualquier almsman habían sido
invitados a una cena.^ almswoman dland no debería estar más cerca de dos codos y medio a un
almsman al comer en comunidad, so pena de cometer un delito pacittiya.®

en el orden que el mínimo de importancia se atribuye a las labores domésticas. El trabajo no se des-
prende, como lo era por el Benediftines, Essen- considerablemente la parte saludable de la vida
almspeople, ni tener su propia dignidad. Era considerado como un sustrato para la vida de la vida
superior; todo lo que era absolutamente necesario hacer era estar dis- parcheado con tanta prontitud
posible.
^ Patimokklia, Pscitti/un Dhamma, 29, y V., iv, págs. 66, 67.
^ Patimokkha, Patidesaniya Dhamma, i.
® V., iv., p. 175. ** Patimokkha, Patidesaniya, ii.
® V., IV, pág. 263.
220 La
vida en la Orden. La parte I de este modo también la almspeople fueron ayudados por ellos a menudo
toman sus comidas en el laityâ€TMs casas, algunas de las cuales tienen sus partidarios regulares.^ ahí
cocinando jugado pero un stnall parte de la rutina diaria.^ la comida adquirida por la mendicidad no
requiere cocción, por lo general los laicos dieron alimentos ya cocidos o alimentos que ninguno
requerido.
La almswomen había tan pocas posesiones personales, y no hay muchas posesiones en común, que
poco limpia- ing era necesaria. No tardaría mucho para enjuagar el almsbowl y dele la vuelta para que
se sequen. Cada almswoman iba a tener sólo una bandeja de limosnas. Fue el moft que ella podría sacar
con ella han llenado. Tazones hecha sólo de hierro o arcilla fueron permitidas,® pero éstas variaban
en hacer estando, como el antiguo comentario dice, bueno, medio o inferior.
Estaba prohibido colled cuencos, ^ o bien porque el colledor podrían utilizarlos para recibir más que la
regulación de la cantidad de alimentos, o porque, como los laicos teme, él o ella podría entrar en el
comercio, vendiéndolos a una tienda o en un vihara, infringiendo en el laityâ€TMs prerrogativas, y
debilitar la diferencia
entre divisiones solitario y laico, que cada lado admitió debería mantenerse rígido.
Lo que era que la había sciously almswomen- pretende hacer con sus colledions de cuencos, un tal
acontecimiento, detalle que sea, es sintomático de los diversos procesos del subconsciente. Para este
ligero asser-

ción de la codiciosa indind muestra que la renuncia ^ en el convento de Kandy a día â€oe la
mendicidad †es una formalidad, como la mujer &#157; sólo ir a algunas casas donde están expedted
para venir.
En su mayoría, tienen sus alimentos cocidos o crudos enviados por familiares o amigos, o esos arreglos
con algunos tienda-keeper para suministrar regularmente.
€oe mi informante birmano escribe ; †̃ las monjas levantarse a las 4 de la madrugada y cocer el
arroz y otras cosas, y ofrecen parte de Buda (imágenes) y para los sacerdotes, en la medida de lo
posible.†&#157; ^ V., iv., p. 243, y cf. CV., v. 8, 2 ; v. 9, 1, 1, donde inarudtions para hacer de sus
tazones son dadas al almsmen.
€ ̃ V.jiv., p. 243.
221
Las órdenes budistas de Almswomen sedulously perseguidos en las grandes cosas va a vengarse por
aparecer en una multitud de mani- festations trivial.
De todas las posesiones almswomanâ€TMs las tres batas fueron decididamente la mayoría cumbrous.
Los cuidados necesarios otorgados a ellos, mucho más que el lavado de ollas y sartenes, arroja a la luz
de una trabajadora doméstica. Desde que se le permitió una aguja, uno de los ocho posesiones, si la
túnica desgarrada, presumiblemente como la almsmen, ella podría utilizar â€oe pedazos de tela-tornillo
insertado como para sostener una túnica rasgada, parches y darns juntos, y pequeños trozos de tela
cosidos en forma de marcado, o de fortalecer la túnica.†&#157; ^ y, de mayor importancia aún, la
almswoman lavado y teñido de su propia ropa. Pero esto fue pradtically plenamente para que ella
pudiera realizar el lavado de opera- ciones. Para ella no estaba permitido lavar y tinte para el almsmen
salvo que estuvieran relacionados;^ y aunque en los días anteriores algunos de los almswomen parecen
haber encontrado una salida para sus energías superfluas en lavado para los laicos y esperando a ellas,
eventu- aliado el SlriSter almswomen quejado.® una regla pacittiya luego fue realizado, declarando
que era una ofensa para un almswoman para realizar trabajos domésticos. El Antiguo Comentario
define esto como cocinar y lavar los mantos y turbantes en las casas de los laicos no hay ninguna
sugerencia de que uno o varios limosna- mujeres jamás lavadas para la Sangha como un todo. Cada
almswoman lavó sus tres túnicas. Por lo tanto la distribución de la mano de obra fue perfedtly justo; y
por tanto

nadie almswoman tenía mucho trabajo doméstico apiló sobre ella, o fue empleado exclusivamente para
ese propósito, como para dejarla ni el tiempo ni la energía necesaria para llevar a cabo tareas
importantes. Este plan también mantuvieron antes de cada almswoman su responsa- bilidad para el
cuidado de sus pertenencias personales. También ^ MV., viii, 14, 2. ® Ver más adelante en la pág.
274.
® V.,iv, págs. 300, 301. ^ Ídem,
%%1
PLACA III
{face p. 222 la
vida en la Orden. Parte I mantenido antes de su responsabilidad por su parte de la atención de las
posesiones comunales. Después de usar, cada uno de ellos fue, por ejemplo, supuestamente para lavar
la ropa de trabajo, hogar del dvasathacivara, que eran propiedad común, antes de la entrega.^ está
registrado que no pasan estos después de usar un delito pacittiya conftituted.^ las tres batas sobre los
cuales cada almswoman tenía derechos de propiedad fueron largo y suelto, y eran simbólicos de la
sexualidad de la vida monadic.
Se trataba de la capa o la toga, y otros dos ctvara.® De estos, el manto superior o exterior fue llamado
el uttardsanga, y la inferior o interior, el antara-vdsaka. Los tres juntos son llamados tictvara. Eran los
mismos para los almswomen como para el almsmen,'* y son constantemente mencionaban túnicas
amarillas (kdsdva vatthdnt)^ o el parche de tela de trabajo {bhinnapata^^ no hay flores o cobrasâ€TM
jefes debe ser trabajado en ellos.'^ la uniformidad del color sólo era moteadas por la diversidad
introducida por los tintes, para el almspeople se les prohíbe llevar ropas que estaban â€oe todo de una
luz de color azul, amarillo, púrpura, marrón, negro, amarillo o color amarillo oscuro.†®, pero el
&#157; materiales que podrían hacerse las túnicas eran de seis tipos diferentes.® además de la
almswomen tictvara aparecen

a veces han gastado un manto enrollado, el tharana- †̃ V., IV, pág. 303. ^ Hid.
® Rhys Davids y Stede, Didionary, â€oe Santaruttarena,†â€oe &#157; con una prenda interior y
exterior,†cf. V, IV, 281. &#157; ^ uno de los almsmenâ€TMs batas de baño también era llamado el
sanghati.
® El almswomen visto por el escritor en Birmania no vistan túnicas amarillas tales como aquellos
usados por el almsmen batas, pero decididamente con un tono rosado. Ellos dan una sosa que la
almsmenâ effedt€TMs no.
En Kandy también la túnica es un lúgubre color amarillento, no el color amarillo brillante de los
monjes.
® V., iv, p. 2 14 ; y CV., x, 10, 4.
€TM CV., X, 10, 4. ®
V. Ibíd., I, págs. 58, 96, 281, khoma (tela de lino), kappdsika (algodón), koseyya (SEDA), Kambala
(wooUen) Sana y bhanga (gruesos hempen paño).
223
Las órdenes budistas de Almswomen pavurana} era lo suficientemente grande para dos para compartir,
pero se les prohibió hacerlo f de la misma manera, aunque se les permitía usar un semi-divan,® les
estaba prohibido dormir dos juntos en una cama,^ los laicos que se quejaron de que esto condudl se
asemejaba a la de las mujeres del mundo {gihikamabhoginiyo^ literalmente, disfrutadores de los
sentidos). Presumiblemente la intención también era demasiado fuerte para desalentar un affec- ción de
brotar entre cualesquiera dos de ellas.
Vínculos personales podría resultar un obstáculo para dirigir la vida superior; por lo tanto,
posibilidades de formación tuvieron que reducirse siempre que era posible.
También había Almswomen llevar canesú, el samkac- chika, descrito en el Antiguo Comentario como
viniendo desde abajo el collar-hueso hasta encima del ombligo con el fin de ocultar la breaft.® At
leaft deben llevarlo cuando entraban en las aldeas. En una ocasión, cuando un almswoman había
fracasado en ello el viento tuvo su manto y voló sobre su cabeza.
Algunos hombres vieron y gritaron después que ella, â€oe es el adorable waift de la srita.†Este
escarnio tanto alejamos mucho &#157; ella que el imperio se hizo como una salvaguardia en el
futuro.®, estableciendo en la mendicidad-redondo, pattadvaram adaya, que, traducido literalmente,
está tomando el cuenco y la túnica, significa poner en el exterior del manto. La

dvara estaba gastada al salir, y no fue nunca almsman teniendo a lo largo de su brazo. Fue ponérselos.
Porque algunos almswomen entró en el país sin llevar la dvara^ pero sólo la ropa interior y exterior,
una fue declarada almswoman pacittiya para cometer un delito si ella pasó cinco días sin su
manto.â€TMâ TMâ€TM El profundo sentido de propiedad sobre la propia€TMs propios ^ V., iv., p.
289. ^ Ibid.
†CV., X, 27, 2, nota 2, â€oe probablemente un cojín,†&#157; &#157; * V., iv., p. 288.
€oe en Ceilán actualmente monjas desgaste y blusas blancas de manga larga.
€oe V., IV, pág. 345. €TMâ TM V., iv., p. 281.
La vida en la Orden. Parte I pertenencias, seguir insistiendo en el hecho de que no todos los bienes
comunales era al principio, y que no habría sido sensato lo han tenido así, se pone de manifiesto en un
determinado almswomanâ€TMs denuncia de Thullananda por atreverse a preguntar por su manto de
vuelta, después de un intercambio entre los dos se habían hecho.
Esto terminó en su declarando: †̃ TM'"Tam tuyharn tuyham ev" Etam, ñame niayam mayam etam
ev'†(â€oe &#157; lo que es tuyo es tuyo, lo que es mío es minej.^ la inftindt poseer es un común
fa&lt;51:o de la naturaleza humana. La sabiduría impregnando Gotamaâ€sistema TMs estaba dispuesta
a satisfacer esta necesidad. Aunque los bienes terrenales tuvieron que ser abandonadas y evitó, el
anhelo después de estas cosas, que por analogía con las erupciones por el desmoronamiento de otros
en^tindls podrían haber sido graves, parece haber sido solucionados y limitados por la posesión
personal de las ocho pertenencias.
Además, si uno tenía la propiedad de sí mismo, así que había otras personas. Respedt para las
posesiones de otros es reconocible en la regla en la Almsmenâ pacittiya€TMs Vinaya que decreta que el
que da su civara almsman a una o a un almswoman almsman no debería ir en usarla;^ en la regla
pacittiya que decretos que aunque no relacionados podrían intercambiar almswomen almsmen y batas,^
una vez almsman había realizado durante su manto a un almswoman él no debe seguir haciendo uso de
ella; y por un delito parajika si un o una almswoman almsman recoger o quitar un manto que pertenece
a otro.'^ el motivo que condujo a la formulación de esta regla tanto una limosna-

y un hombre almswoman habían pecado de esta manera, y los abusos había Sido arrojado al
delincuente por miembros de su propia comunidad. Parecía como si hubiera sido el robo, uno de los 5
pecados capitales.
^ V., IV, pág. 247; cf. Dhp. Cmy. en verso 240.
® V., IV, pág. 21; y 1 cf. infra, p. 273 ss.
® Pacittiya Dhamma, 25 ; Nissaggiya Pacittiya Dhamma, 5.
' V.,iii., p. 57.
225 P
La Orden budista de Almswomen está claro que son muy sensibles a cualquier impu- tación o
sugerencia de robo, tal y como se confirma en la réplica mordaz de Candakall rápido cuando se le
preguntó por los demás almswomen si ella había visto su goodsd ella inmediatamente saltó a la
conclusión de que estaban acusándola de robo. €oe qué, soy un ladrón entonces ? Si tomo sus cosas,
estoy caído de la vida superior, y renace en el Purgatorio (nirayd).
Ella quien me acusa es también
desgraciado.†&#157; un mayor énfasis en la almswomenâ€TMs personal y no el uso comunal del
manto se encuentra en la prohibición de cambiar de uno a otro.^ una limosna- mujer había sido hecha
enojado por encontrar que su manto estaba mojado: otro había puesto sobre ella, ya sea por error o a
propósito, y había salido en un día lluvioso.
La última€TMs aftion, su potencial o aStual disrespedt para los derechos de los demás, era percibida
como siendo culpable. Ninguno de los falsos altruismo de resigna- ción o la auto-negación, sin apelar a
la otra mejilla, fue sometido a la parte lesionada.
El don de la túnica era a menudo hechas por el piadoso laico- la gente y, por inferencia, parecería que la
limosna- las mujeres podrían recibir regalos de batas de parientes almsmen,® y tienen ropas hechas
para ellos por la limosna- los hombres parientes, o a sus indfigation.^ las Sanghas adquirió también
batas por la muerte de uno de sus miembros. Si en el lecho de muerte, ese miembro debe decir, â€oe
después de que me haya ido, dejar que mi conjunto de necesidades básicas pertenecen a la sangha,â€
® el &#157; Ocho cosas que un miembro de la orden tenía derechos de propiedad mientras viva, en
su muerte regresó a la Orden.
Presumiblemente, incluso si los moribundos uno no esta

requedl â€oe sobre la muerte de una, almsman almsmen, ^ V., iv., p. 276.^ Candakali sólo aparece en el
Vinaya. Ella puede no haber sido un personaje histórico.
V.,iv,p.282.
® Ver más adelante en la pág. 273.
^ PScittiya Dhamma, 26. ® CV., x., II, i.
226 La
vida en la Orden. Parte I Sangha pasa a ser el propietario de su recipiente y albornoces.†â€TM-
&#157; fueron recibidos por la Sangha y fueron eliminados de nuevo por la sanga, en su totalidad, y
evidentemente no por los diversos funcionarios departamentales.^ pero aunque la Sangha se convirtió
en el propietario de la cazoleta y batas de â€oehim que ha completado su tiempo,†® it &#157;
perfeftly no había una mano libre en la distribución de los mismos. Por Gotama reconoce que â€oe
quienes esperan a los enfermos son de mucho servicio. I prescriben, la limosna- los hombres, para que
el conjunto del recipiente y batas de baño van a ser asignados por la Sangha a ellos que han esperado a
los enfermos,†'* como en todos los eventos de quienes compartían celdas estaban &#157; expedted
hacer si uno de ellos estaban enfermos.® Dutt dice que este legado fue hecho â€oe quizás como una
especie de per- quisite.†® esto no me parece que sea una verdadera explicación &#157;, estaría más
en consonancia con las nociones Buddhift respecto a esta cudlom affedbion como una señal de que, a la
luz de los salarios. No hay ninguna regla establecidas para el que un difunto almswomanâ effeft€TMs
bowl y batas debería asignarse a quienes participaron en su ladb enfermedad; sólo se produce con
referencia a la almsmen, pero â€oe la analogía permitiría, sin duda, mantener la buena de la también
almswomen.†&#157; ^ Estas reglas también se aplican a la distribución de los bienes del difunto
novicios.
Llegó a ser prohibido por un desgaste almswoman un lomo-tela sanghdni? Ellos estaban evidentemente
expedted a vestir sus ropas de forma segura sin su ayuda, y a ser diferente en todos los detalles del
vestido de las mujeres del mundo. Pero siguen siendo permitidos a llevar una faja {kayabandhand),
otro simbólico MV., viii., 27, 2.
€oe la mención de estos se efectúa en CV., VI, 2 1 .
^ MV., viii, 27, I. * MV., viii., 27, 5. ® V., iv., p. 291.

^ Dutt, £ar/y BuddhiSl Monachim, pág. 183.


CV., X., II, nota I de la traducción.
® Rhys Davids y Stedeâ€TMs traducción, Didionary. El Antiguo Comentario describe como algo
-que va sobre el liips.
Pero esto podría ser un petticoat. V., iv., p. 339 fF.
227
Las órdenes budistas de Almswomen artículo de vestir, si se ajusta a un determinado y modificado
^Lyle. Las normas que se elaboraron fueron todos en charadler monástica, su intención de promover la
simple vida ascética; con este fin, los deseos naturales de las mujeres que se adornan a sí mismos de los
medios a su disposición primitiva tuvo que ser suprimidas. Las lenguas del mundo, muy dispuesto a
menear a la menor provocación, también había que ser suprimidas. Cuando los laicos objefted a la larga
fajas desgastadas por el almswomen, y también a los flecos que arreglar,^ una norma sobre fajas fue
puesta en vigor. €oe Me permiten una limosna- mujer, almsmen, un cinto que irá alrededor del cuerpo
y franjas no se organizan en ella. Quien lo hace será culpable de una ofensa dukkata.†tampoco fueron
los almsmen &#157; permitido usar fajas especiales, pero â€oe aquellas hechas de tiras de tela,†^
&#157; y muchos detalles de los tipos de material o la decoración para evitar fueron gven tanto a los
pedidos. Precisamente las mismas prohibiciones fueron hechas para ambas órdenes con respeft al tipo
de vestido que no deberían lucir.® a diferencia de las mujeres del mundo en casi todos los elementos
de sus prendas, a diferencia de ellos demasiado en ser cubierto desde el wai^^ el almswomen intentado
imitarlos en mujeres vistiendo€TMs ornamentos hasta que esto también fue prohibido.® ornamentos
son descritos en el Antiguo Comentario como algo que va en la cabeza, las manos, los pies, el cuello y
las caderas. Como depifted en muchos de los antiguos bajorrelieves eran a menudo elaboradas y
pesadas.
Tampoco se permite usar parasols almswomen® y ^ se proporciona una descripción detallada en el
CV., x., yo.
^ CV., V. 29, 2.
® CV., X, 10, 4 ; y MV., viii, 29,

* Diálogos, I, pág. 130, nota 1.


" V., IV, pág. 340. Cf. CV., v. 2, I, donde los ornamentos son prohibidos al almsmen.
€oe V., IV, pág. 337; cf. CV., v. 23, 2. En Kandy plain sombrillas están permitidos; también hojas de
palma ventiladores.
228
PLACA IV
i Wt? !
El inodoro.- Un ricamente JEWELLED PRINCESA CON SUS DONCELLAS {L.-idy Herrineliam,
Ajanta frescos, la sociedad India, 1915)
|/aÂ" p . 238 La
vida en la Orden. Parte I zapatillas a menos que se presente se dice fue la formación establecidos para
el almswomen por el Señor.
Estos artículos se puede catalogar como de propiedad comunal.
Aparentemente, si mal o bien, almsmen se permitió el uso de sombrillas, pero quién había celebrado
sobre él era culpable de un dukkata.^ Almsmen fueron para- obligado a ir a las aldeas con sus
zapatos,® si estaban enfermos,^ y se les permitía una bolsa para transportarlos.® se les dijo que el
tipo de zapato que no muft desgaste y el tipo de decoración no permitidos.® en cualquier almswoman
quien intentó romper la rigidez inflexible de su atuendo personal, tenían

que ser mantenidos bajo control. Con oportunidad para la variedad en la vestimenta, la vanidad no
mantuvieran su distancia. Por lo tanto no sanftions fueron dadas para comprar adornos y para
mostrarlos o para caer en un lujoso declinación física mediante el uso de sombrillas y zapatillas.
Pero si la vida carece de drama y emoción, no fue una larga monotonía ininterrumpida. Hubo muchas
pequeñas ocupaciones a traer en el aliento del cambio, que es el aliento de vida. De gran importancia
entre estos se bañaba. Además de dar lugar a diversos eventos y debates tras la sanftion habían sido
otorgados; y además la introducción de variedad en los almswomenâ€TMs vive en sí habría sido una
experiencia placentera, para mo^t pueblo indio deleite en el lavado de la carrocería.
Cada expefted almswoman fue a tomar un baño, ya sea en los lugares de baño vihara, o en un río o un
estanque, pero no hay ninguna indicación de cómo a menudo ella ^ V., iv., p. 337. M7 informante
birmano me dice que actualmente se utilizan. Pero las sandalias muit no ser extravagante, como son
utilizadas por los laicos. En Kandy, calcetines y zapatos no están permitidas, pero sandalias pueden
estar desgastados.
^ CV., V. 23, 2, 3 ; r/. CV., viii, i.
^ Minuto reglamentos para el uso de pie-wearing por el almsmen son dadas en MV., v. i, 29 ; v., 8, 3.
Presumiblemente almswomen podría llevar mucho el mismo tipo de pie cubriendo.
MV.,v., 12. Â- ' CV.ep., 12. ® MV.,V,8,3.
229
Las órdenes budistas de Almswomen
debería hacerlo. Desde allí se detalla para la almsmen mftruftions', parece como si el â€almswomen
TMs aquí son registros incompletos. El pacittiya almsmen cometió un delito si bañado en intervalos de
menos de la mitad de un mes, excepto durante los dos meses y medio del clima caluroso, cuando
también hay fiebre, o si estaban enfermos, o hubo trabajo, o estaban en camino, o había viento y
lluvia.^ las mismas reglas probablemente habría sido forzada para el almswomen.
Desde la cronología del vinaya es tan vaga que es imposible decir si el almswomen se abstuvo

de bañarse hasta que, según se informa, el permiso formal fue concedida por Gotama. El ^tory va que
Maha- pajapatl acudió a Gotama y aterrizaje a sotavento declai-ed que las mujeres eran de un mal
olor.^ â€oe I.et la almswomen lavar,†fue la dúplica, lleno de tical &#157; prácticas de sentido común.
Gotama le habría dicho al almsmen que él permitió bañarse por la almswomen.
Pero aquí, aunque estaban en la naturaleza de las medidas de higiene, los privilegios extendidos a estas
mujeres, varias de las cuales fueron algo crudo y sórdida, led, como fue el caso tan a menudo, de una
serie de abusos y a una serie de reglas correftive correspondiente. A juzgar por los registros de la
almswomenâ€TMs sucias maneras mientras se baña,^ y que, por el com- parison dibujado, también
fueron los caminos de los laicos, el agua mu^t a menudo han sido contaminados. Esto representaría un
cierto desarrollo almswoman hervir en un incómodo lugar de bañarse en aguas demasiado profundas; y
para el pacittiya regla que fue traído en decretar que la profundidad máxima a la que podrían ir no debe
superar la longitud de dos dedos por articulaciones.^ j pp. ii6-iig. Cy: la regla de la Iglesia de Cristo,
Canterbury, que declara que â€oe El
uso de baños será ofrecida a los enfermos tan a menudo como sea necesario: los sanos y especialmente
a los jóvenes, no deberá ser tan admitió.†dada por Cranage, hogar de la &#157; Monh, Cambridge,
1927, pág. 59.
€oe V., IV, pág. 262. * Ibíd.
230
Ibíd. la
vida de la Orden. Parte I en el inicio se bañan desnudas. Quizá esto no hubiera importado, no había
algunos almswomen sucedió a bañarse, ya sea por elección o por necesidad, en el mismo lugar, en un
Ford,^ y nuevamente en un río,^ que estaba siendo utilizado por algunas cortesanas. En la ocasión, el
firft cortesanas cavilled en ellos, para comportarse, como pensaban, en un impropio de la moda. Me
dijeron en la conocida cepa que eran como las mujeres del mundo. En la segunda ocasión que se
burlaron y tentados ellos diciendo, â€oe lo que eres joven limosna- las mujeres haciendo con la santa
vida ? Ahora, ¿por qué no disfrutar de los placeres de los sentidos, y unirse a la santa vida cuando eres
viejo, entonces usted será capaz de

tener en ambos extremos.†probablemente no era viable para ordenar el almswomen &#157; no
bañarse con las cortesanas, ya que los posibles tiempos de baño eran limitados por condiciones
climáticas y exigencias profesionales y lugares de baño son pocos y distantes entre sí. Toda la situación
se complica aún más porque la limosna- las mujeres tenían prohibido bañarse en ninguno, pero los
lugares de baño común, para una vez que ha venido haciendo el hombre abandonado de vida había
violado.'â€TM fueron igualmente prohibido bañarse en los lugares de baño utilizado también por los
hombres, por ello había traído abajo los com- plaints del laicado quien desobedeció a cualquiera de
estos mandatos es culpable de una ofensa dukkata. El resultado neto de todas estas vicisitudes fue que
estaban autorizadas a bañarse en las aguas lugares reservados sólo para mujeres. Aun así lo harían Ctill
permanecen las posibles víctimas de la perniciosa de las conversaciones de las cortesanas. Una fuente
de burla y de inquietantes ideas podrían sin embargo ser quitados, y Gotama es re- portado a han hecho
un delito pacittiya limosna- mujeres a bañarse desnudo.® ^ V., IV, pág 259-260.. ^ V., iv., p. 278.
€oe CV., s., 27, 4. * €TMâ TM V., iv., p. 278. Esta es una de las raras ocasiones en que una regla se
hizo sin su registro que nadie se había quejado.
231
La Orden de Almswomen Budista en el próximo pacittiya^ está registrado que como fue permitido por
el Señor, almswomen tejió algunos, vestidos de baño (udakasatika). Los seis almswomen que siempre
estaban dando problemas les hizo de ningún ajuste, de modo que se arrastró por delante y por detrás.
El virtuoso almswomen murmuraron y se quejaron.
Como resultado, un pacittiya fue hecho a los trajes de baño que effeft mu^t hacerse de una determinada
medida, que fue dada como cuatro veces doce vidatthiyo anchuras (dedo).
Por una regla pacittiya^ que se coloca más tarde, tejiendo era un delito. Si se incluye, como mu^t han
hecho, el tejido de los trajes de baño, regalos de estas habría sido acogido con especial satisfaftion.
Tampoco estaban lejos de buscar. Visakha, el gran sentar- patrona de la Orden, por ejemplo, pregunta
como un octavo boon al otorgársele la limosna permanente en el orden que ella podría estar autorizados
a proporcionar el almswomen con vestidos de baño;® para ella había oído que las

cortesanas con quienes habían sido bañarse se burlaban de ellos. Gotama permitido esto, y alabado
Visakha para pedir los ocho dones del Tathagata.
Reconoció el valor de los laicos con el fin de proporcionar a sus miembros los medios de vida ; y el
valor de la orden a los laicos en pro- viding ellos con un medio de expresar sus obligaciones sociales, y
de ampliación de su conciencia de grupo.
Así se alentó la limpieza personal. Cada almswoman también fue expedled para cepillar y limpiar su
propia celda en el vihara. Almswomen había permitido asignar determinados lugares (puggalikam-
katum) a vivir en los miembros individuales de la OrdeiA como leaft que satisfaría. Este permiso y
cu^om no podría haber fallado a propósito para disminuir la V., iv, págs. 278-279.
^ V.jiv, págs. 299-300 ; véase infra, p. 233. €oe MV., viii, 15 .
* CV, X., de 24 años, I ; cf. Therigatlm, verso 68 ; Dip. Cmy. En el versículo 35.
232 La
vida en la Orden. Parte I friftion de vida conventual. Aún así, algunos parecen haber compartido
células/ Moft otros tipos de trabajo con las manos llegó a ser prohibido. Como ha dicho el tejido de hilo
fue derribado, porque oliera mundano de occu- pación, como las quejas de los laicos lo atestiguan mu^f
han incluido el material para tejer túnicas, para los seis tipos de hilo colocado bajo la prohibición de ser
woven® son idénticos a los seis tipos de manto-material mencionado.^ muft han sido antes de que
esta se aplica Mahapajapatl reftridtion que vinieron a Gotama y le pide que acepte dos nuevos trozos de
tela de su ser la labor de sus propias manos en el telar, expresamente para él.® El almsmen, por otro
lado, fueron otorgada el uso de un telar y de lanzaderas, disparos, entradas y todos los aparatos
pertenecientes a Un telar.® La prohibición de tejer tuvo el añadido de situar el almswomen charafter
en una posición de mayor dependencia de los laicos. A partir de ahora en adelante, si la oferta de
regalos de manto de error material, batas tendrían que estar hechas de trapos tomada desde el montón
de desperdicios.
Ni la agricultura, ni la jardinería, ni ningún

trabajo manual similar entró en el día€TMs rutinario, principalmente porque la posibilidad de masacrar
a las criaturas vivientes en el suelo era contraria a la doftrine de ahimsa^ (no- la lesión). Era fácil de
adherir a este dodtrine: el touring en todo, pero la temporada de lluvias proporcionaría suficiente
ejercicio para mantener la almswomen saludable; y desde el viharas fueron construidos cerca de las
ciudades y no en remotos lugares escondidos y no se nece- ^ V., iv., p. 291, sahojlvm (helecho, -z), un
co-recluso ; nuevamente en V., iv, 325- 2 V., iv, págs. 229-300. 2 V, IV, pág. 300. Véase supra, pág. 223.
^ Majjliima, iii, 253. ® CV., v. 28, 2.
€TM la palabra ahimsa pero raramente aparece en el Noble Óctuple Sendero ; por ejemplo,
Majjliima, iii, 251. Derecho resuelve son los resuelve a renunciar al mundo y no hacer daño o
perjuicio ; cf. Dhp., 261, 270 ; Ang. i., 1 5 1.
No se trata de una particular noción Buddhidl, pero pertenecía al pensamiento común de la India.
233
Las órdenes budistas de Almswomen sity para ser autosuficientes. No podía depender de los laicos para
darles los productos de la tierra.
Se les permite ir a las tiendas. Se hace constar que algunos de ellos se trasladaron a fin de procurar la
equiva- Cuaresma por algún dinero depositado por un laico con un comerciante para su beneficio;^ y
que una vez Thullananda cuando ella estaba enferma envió un novato a una tienda a comprar petróleo
para ella.^ pero la diferencia entre ir a comprar lo necesario y salir con el objetivo de funciona- miento,
el Buddhi^l: modo de pensar, algo muy concreto.
Trabajo para el Buddhift almspeople, debido a Gotamaâ€TMs enseñanza, no podía incluir el trabajo
físico de tipo agrícola, y el trabajo manual fue descartada por su escala de valores. Tampoco, debido a
la â€oe dulcemente razonable-- vista de ascetismo que celebró, hizo &#157; significa la mortificación
corporal. Significaba un esfuerzo mental en tales condiciones que fueron más: propicio para sostenerla.
Para tener el dominio en el campo de las ideas, más bien que en el mundo de los accesorios es la ideal,
y más acorde con un recluseâ€TMs forma de vivir. A este fin, para ayudar a concentrar los
pensamientos

sobre otros asuntos mundanos, y a promulgar esa clara diStinftion entre la Orden y con los laicos, que
era tan necesario para fomentar, almspeople estaban prohibidos los entretenimientos, la música, la
danza o el canto,® o visitas a casas-pifilure'*, los cuales fueron examinados aún bastante justo y
razonable para los laicos para disfrutar.
Otros reglamentos fueron redactados por la mayor sencillez de vida, y para la eliminación de disfrutar-
ción obtenida por la estimulación de los sentidos. La j V., iv., p. 252. 2 p_ â€oe y., IV, pág. 267. Cf. CV.,
v., 2, 6, donde hay una ia similar pro- para la almsmen hibition.
* Y â â€patibhanacitta TM P'. Aquí parece indicar una exposición de pinturas en una galería para tales
en el Rey€TMs jardines. La palabra ocurre nuevamente en V ., iv., p. 61, y parece que significa una
muestra aquí pifture bien pintado o bordado en el manto. El comentario es de ninguna ayuda en
cualquier ocasión.
234 La
vida en la Orden. Parte I almswomen no se permite tener a sus espaldas y otras partes de sus cuerpos
fregados o abofeteado con los huesos de los bueyes.^ Se dice que de nuevo la gente murmuraba, se
enojaron y se quejaron diciendo â€oe como las mujeres del mundo.†esta prohibición &#157; es, en
esencia, repitió más tarde, y con el habitual parison com- con las mujeres del mundo. Se dijo que no se
muft almswomen masajeado o un lavado por otros almswomen^ o por un funcionario, un novato, o por
una laica.'* por esta sentencia otro vínculo con los laicos fue casualmente roto. En estos primeros días
de mona^ticism era importante, mientras se mantiene el mundo y el claustro en estrecha contadl el uno
con el otro, hacer una característica de sus diferencias y para impresionar a los seguidores religiosos
que no podían dejar el mundo en aras de la â€oe libertad †&#157; y conservarla en aras de la
satisfacción de sus sentidos. Este tipo de masaje corporal fue pensado para ser sensual y lujosa, y, por
consiguiente, hubo de ser abandonada. La almsmen igualmente fueron prohibidos para frotar sus
cuerpos againft madera"* cuando se bañan, en los ojos de los laicos este a£l ponerlos en la misma
categoría que los boxeadores, wreiftlers, shampooers, como hombres
que, en el GAFI, dioses de sus órganos, y que complacieron a un alto grado de placeres físicos.
Se les permitió, sin embargo, el modo normal de
champú con la mano'", o un roce post, pero no está claro, como es el caso de la almswomen, si se les
permitía champú o no el uno al otro.
La misma tendencia se desarrolló en un reglamento que se da en exaftly las mismas palabras para la
limosna- mujeres como para el almsmen®.'^ â€oe no estás, almsmen, para ungir los rostros, ni poner
chunam en vuestros rostros, ni calumniar al arsénico rojo en vuestros rostros, ni para pintar ^ CV., s.,
10, 3. - V., iv., p. 342.
V., iv, págs. 342-343. CV., V. I, I.
CV., V., I, 5. €oe CV., X, 10, 3. ^ CV., v. 2, 5.
235
Las órdenes budistas de Almswomen vuestros cuerpos ni para pintar tu rostro.†La &#157; almsmen,
sin embargo, tuvieron el privilegio de ser permitido a pintar sus rostros en casos de enfermedad.
Hubo más regulaciones, todos direfted hacia la amortiguación de los sentidos. Algunos tenían el
especial de suprimir la objeft in^tinfl; de auto-pantalla. Se prohíbe la utilización de sillas de un extra
largo o hacer ornamentales, o mullir con cabello;^ le prohibieron hacer tattoo-marcas por la esquina de
los ojos, o en las mejillas;^ peeping fuera de la ventana; De pie en la luz de una media puerta abierta;
habiendo danzas; todo lo cual combinar quizás en los otros reglamentos que intentó mantener el
almswomen inmaculado por el mundo€TMs flain y obtener el máximo de tiempo y la obstinación por
ellos para dedicarse a sus obligaciones monásticas. Cortesanas no se asocia con, presumiblemente
porque podría agravar la limosna- mujeres con su charla mundana, o intentar atraerlos lejos de la vida
superior. (Otra interpretación posible de esto es que el almswomen no estaban autorizados a mantener
burdeles.) ni eran mantener una taberna o un matadero, para el consumo de bebidas alcohólicas y la
toma de vida estuvieron entre los principales cinco abstenciones para ser observados. No eran para
abrir una tienda, o praSlise usura (en aras de la ganancia). Ellos no debían suministrar a hombres o
mujeres del esclavo-esclavos o siervos o siervas o animales. No eran para llevar a cabo un negocio
como

una floristería o semillero, para estos conllevan la deStruftion de vida. Tampoco eran para llevar el caso
de navaja, que Rhys Davids piensa evidentemente significa aquí para ser un barbero.^ en una palabra
no fueron a parecerse al mundo entrando en negocios, ni tienen ningún tráfico con ella. El elemento
básico de sus relaciones con los laicos se limita al intercambio de la ^ V., iv, p. 2gg.
® CV., X, 10, 4, el wliere reit de este ascensor también se da.
® CV., x, 10, 4. Véase la nota 3.
236 La
vida en la Orden. Parte I Dhamma y de limosnas, y no era para incluir intereses comer- ciales.
Emocionante ganancias y pérdidas financieras e incluso el comercio de una manera pequeña no iban a
tener la oportunidad de competir en una esfera cuya objedi: era para promover el crecimiento espiritual.
Por esta razón, y porque las Sanghas subsistió así en gran parte de las limosnas dadas por los laicos, no
habría necesidad de mantener cuentas de ganancias, y no hay motivo para mantener la cuenta de gastos,
no había ninguno.
Praftical la caridad con los enfermos y los necesitados no fue ensalzado entre las virtudes Buddhidl ; y
con ciertas excepciones a la almsmen extendida para visitar a sus parientes enfermos, nunca fue
alentado. Por lo tanto ni ellos ni los almswomen mantenido enfermerías ni para sus propios miembros o
para los laicos.â€TM- muy poco comunes han sido mudf lugares como ese, dice que ha sido arreglado
por el Bodhisat en el Hall que se iba construyendo, por la mentira de la mujer dedfitute.*^ asimismo
ningún laico-visitantes vinieron a ftay al viharas.
Por lo tanto para dormir no causó dificultades;® y no mundana y didlurbing nociones y costumbres
fueron importadas desde esta fuente. Por lo tanto, demasiado tiempo, no se ha invertido en la
preparación de alimentos para guefts, o en su entretenimiento. Y ahora de nuevo los pobres llegaron
cuando el almspeople estaban tomando sus comidas.^ en tales ocasiones, siendo de disposición
caritativa, que a veces comparten sus repast con el forastero, se dice, â€oe un sTiranger debería venir a
la hora de comer, y un almsman ofrecerle comida, no el

ser^l alimentos que deben darle exactamente la misma comida que él mismo es comer, ya sea poco o
mucho.†® Este &#157; en Kandy, en la actualidad las monjas ejecutar un dispensario -donde la
libre (cingaleses, es decir,) medicamentos ayurvédicos son dispensados a los pobres.
^ Jataka, 546.
® Cf. potencia inglesa medieval, conventos, p. 408 SI.
* Therigatha, xlis.; véase supra, pág. 202.
€oe Dhp. Cmy. en verso no.
237
El orden budista de Almswomen tipo de entretenimiento casual es obviamente bastante diferente de un
hábito regular de proporcionar a los laicos.
No se dedicó tiempo a escribir o en la grabación de la literatura sagrada. Desde el Vinaya tiene tan
pocas referencias a los manuscritos y a la escritura de aparato, y dado que los textos en otros
conneftions están detallados en la naturaleza, la evidencia es bastante concluyente que el material
escrito que existían eran pero rara vez se utilizan :
y, probablemente, no es en absoluto por el almswomen. Esto puede haber sido de ayuda para mantener
la disciplina de la Orden, por si hubieran conocido el arte, muy pro- ceivably se hubieran comunicado
por carta con el mundo exterior.^ la almswomen fueron definitivamente impuesto â€oe no se dedican a
la sabiduría mundana (ttracchanawjjd)^ †^ &#157; pero el Vibhanga hace una excepción a favor de
aprender lo que está escrito.® It mu^f se recuerdan, sin embargo, que el exad fecha en que cada
artículo fue formulado es desconocida, y es posible que esto sea una tardía, entrada en vigor, la
escritura se hizo más común.
No es muy probable que gran parte o incluso algún tiempo fue empleado en este ejercicio de
aprendizaje, por lo que fue escrito antes de escribir se convirtió en común, transmisión oral tendría
necesariamente el campo en sí, y mucho tiempo presumiblemente estará dado a la memorización de los
maestros y no de lo que estaba escrito. El aprendizaje se convirtió así en el corazón de extrema
importancia, y con el fin de que un Suttanta, por ejemplo, no debe â€oe caen ^ Cf. potencia inglesa
medieval, conventos, pág. 408. Enviado

injunffions Alnwick para intentar controlar dicha comunicación.


^ encendido. €oe la sabiduría animal cf. Childers â€oe un bajo, indigno de arte o pradice.†El
Antiguo Comentario lo describe como algo connefted &#157; con bienestar externo, y así puede d y de
sabiduría mundana. Cf.
diálogos, vol. III, pág. 33, nota 2. Rhys Davids concluye que â€oe pueril †es el adecuado mofl forma
en que traducir &#157; tiracchana- katha, explicando que, en opinión de la India cuenta que los
hombres y animales son diferentes en grado sólo, pero que los hombres no pueden hablar, hablar de
animales pueril hablar viene más cercano a explicarla.
^ V., iv, 305.

Placa 238 V

[hecho monja budista birmano p . A39 la


vida en la Orden. Parte I en el olvido almsmen fueron autorizados a viajar incluso durante la temporada
de lluvias es aprender de un laico que les envió un mensaje a decir que él sabía y quisiera comunicar a
ellos.^ no aparece si el alraswomen pudieron aprender los Suttantas, sólo se decretó que no se les
permitió disipar en el aprendizaje de un semestre o trimestre línea de poesía {^ade fade^ una letra o
sílaba tras otro).® lo que había que hacer era más bien a concentrarse en el conocimiento de las
normas.
Si el reilridtions creció rápidamente, muchos otros intereses fueron cerrados por un vaidety de
limitaciones. En contra- didtinftion a los conventos de la Wedl, no se han establecido las horas de
oración o de oficios para mantener la limosna- mujeres puntual y regular; no rosarios para decirle,^ sin
imágenes de culto como una ayuda a la concentración; no pro- cesiones y festivales para dar respiro al
trabajo de introspedtion y meditación; sin bordado o costura para fines religiosos y que

gire como recurso en las horas de ocio, no existen lugares de culto para la decoración; no los
manuscritos para ser copiado; sin libros para leer y no hay bibliotecas para ser atendido; y no ser
praSlised austeridades.
Aunque Gotama no prohíben las austeridades, él nunca alentó recluses para llevarlos a cabo. Él siempre
hizo hincapié en la adopción de la vía intermedia, como los medios de safeSl produciendo los
resultados deseados. Evitando los dos extremos de la vida dada a los sentidos ^ MV., III, 5, 9.
^ Cf. también MV., II, 17, donde se establece que si no hay almsmen en una Sangha que conocen el
Patimokkha pueden enviar a uno de sus miembros a una Sangha vecinos con el propósito de aprender,
y no se advirtió, a efectos de la obtención de una copia, o de hacer una copia.
® V., iv., p. 305.
* Rosarios se introdujeron posteriormente en el Budismo. No es exaftly sabe en qué fecha, pero en
principio no tienen lugar entre los almsmanâ€TMs o almswomanâ€TMs ocho posesiones legítimas, o
entre la propiedad comunal.
^39
La orden de Almswomen budista y la vida dada a mortificaciones y nirvana insight podría ser mo^l
ganó rápidamente.^ ninguno del tipo grave de las austeridades^ y ninguno de los â€oe freak pradtices
del ascetismo se encontraban entre sus discípulos.
De la Vallde Poussin tiene una iluminación nota sobre este punto â€oePour comprendre cette posición
moyenne, il faut se souvenir que plusieurs sedles permettaient aux religieux la goce de toutes les
femmes †no â€garddes ̃ TM (no marines, fiancdes, etc.) ; que dâ€TMautres sedles voyaient dans la
mortificación (vceux du taureau, du chien, etc.) de la meditación independamment et de la sagesse, la
route de la ddlivrance.†&#157; Vida en la Orden, en sus líneas generales, combina
una juiciosa cantidad de regularidad y variedad. Allí estaba el mantenimiento de Vassa (las lluvias),
finalizando con la ceremonia Pavarana y la ceremonia Kathina; y el touring durante el reSl del año
ofrece un refrescante cambio de escenario y de la sociedad. Allí estaban prescritas días separados para
el desempeño de las diversas ceremonias, como la coordinación, la exhortación y la Confesión, que la^l
llegó a ocupar dos
días enteros cada medio mes. Y hubo laftly las tareas repetitivas de la vida cotidiana. Estos comenzaron
con la ronda de limosnas, y pasó a la comida antes de medio día, el retiro de meditación después, y
predicando y aprendizaje y asistir a discursos en la noche. La vida fue regularizada en un plan definido
para la satisfaftion de aquellos que encuentran consuelo en la rutina ; la paz de la mente en el
pensamiento diario de tema tras tema diario según un curso asignado por la autoridad; y un estímulo a
la integridad de conducta en hacer las cosas que tienen que hacer.
Al mismo tiempo, la necesidad de realizar muchos ^ MV., i, 6, 17. Su sermón.
^ para levantar de estas ver Majjhima, i., 77, 78; y diálogos, I, pág. 166 y ss.
® Más diálogos del Buda, trans. Señor Chalmers, intr.
p. xvi ; cf. Majjhima, i., 387.
* De la ValHe Poussin, NirvSna, París, 1925, pág. 18.
2,40 la
vida en la Orden. Parte I Deberes y observancias estuvo ausente. La observación de silencio que podría
haber cortado en ambos sentidos nunca fue ordenado o dignos de elogio. Pero la creciente severidad de
otras reglas vaciaron un gran parte de cada día de las tareas domésticas y pequeños placeres que, por su
capacidad para absorber intereSf, mantenga simple- mente muchas mujeres equilibradas. Por lo tanto,
no es sorprendente que la cepa de denegación del cojinete, añadido al frotar diariamente, a veces estalló
en peleas y disputas. Lo que es sorprendente, incluso en la casi sin duda estado incompleto de los
registros, es que no hay más cuentas de las murmuraciones y peleas que hay. Estas no hacen más que
sirven como recordatorios de que hubo desavenencias ocasionales en la armonía. Cuántas más puede
haber habido, pero para las cuales no hay registros que han sobrevivido, es incalculable.
Cosas que quizás no han salido como esperaba almswomen d malentendidos d green-eyed celos rabió,
vengando en los inocentes;® hubo acusaciones e imputaciones de robo y por último pero no menos
importante, hubo almswomen, tipificadas por Candakali pendenciero que estaban encargados de la
discordia por naturaleza.® el remordimiento a veces sabía, emocional y asolado por la conciencia que
hiere á sí mismos y llorar.®, pero si no se reconocen a sí mismos en el mal, si â€oe haber

caído en la pelea, la discordia y la controversia, vienen a golpes, quedaba por resolver las diferencias.
Se dice que Gotama decretó que almsmen puedan asentarse el punto en cuestión para almswomen;®
y que también podrían establecer en pie (ropetum o pasar apagado) un funcionario después de
almswomen (y los relacionados con el delito) y, a continuación, darles a cargo de almswomen para
llevar a cabo el diario aft againft almswomen y aceptar la con-
^ V., iv, págs. 301, 331.
® V., iv, págs. 282, 290.
® V., iv, págs. 230, 276, 309.
€TM CV.,x,7, I.
^ V., iv., p. 275.
^ V., iv., p. 276.
° V., iv., p. 277.
8 Ibíd.
241
q
la orden de Almswomen fession budista del delito.^ siete otros medios de solución de controversias son
grabados.^ podrían resolverse en la presencia del Capítulo de Almsmen y de la parte acusada, o por la
disciplina de la apelación a la conciencia fuera de la corte, por mutuo acuerdo; o por absolver a â€oe
sobre el suelo de la cordura †&#157; restaurado (después de que el pueblo tenía lo^i; su genio); o
dando una promesa, la promesa o el acuse de recibo; o por zanjar el asunto por la mayoría; o sin
liilening a la com- vadas; o por el suavizado a lo largo de la cobertura (como con hierba),® La
solución sin que sea necesario entrar en detalles.
La^t pero o : '' ~) de estos métodos es traducido por C- . '-- Ft hecho a un hombre pecador †como
almsman Uvala.'^ cuando fue &#157; examinadas por el capítulo de Almsmen por un delito,
indecisión, alternativamente shallied negar y confesar, a sabiendas y diciendo mentiras. Es por esta
razón que Rhys Davids® traduce â€oe el procedimiento en el

caso de la errónea obftinately †; él &#157; suggefts que probablemente debería leer â€oe el
procedimiento againft uno que es más pecaminoso (j)apiyo) que {tassa)\, quien agrega que es pecado
pecado.†&#157; Childers, citando Vijesimha Mudaliyar, tiene una nota enumerando las razones por
qué esta censura debe imponerse la firft almsmen, siendo habitual para pelearse; y también las
descalificaciones que resultan de ella, siendo uno de ellos la exhortación del almswomen.'^ un análisis
válido del cumplimiento de la pena está dada en la Vinaya.® peleas, entonces, tenía que ser y se
enfrentan, como la disposición para la solución Disputas de muestra. Pero era imposible formular
reglas generales para evitar ^ V., IV, pág. 351. Los diálogos, iii, 254; Majjhima, II, 247. La queftion ha
desaparecido en gran longitud para el almsmen, CV., IV, 1-14.
^ CV., IV, 13, 2. ^ DiSionary. ® CV., iv., ii.
® CV., iv., II, 1. €TM Véase supra, pág. 127. ® CV., IV, 12- 242 La
vida en la Orden. Parte I las peleas, ya que era imposible hacer reglas generales para evitar la ambición
excesiva o indebida relaciones con miembros del sexo opuesto. La irritación o la necesidad del hombre
o mujer promedio generalmente puede inventar alguna forma de eludir una prohibición general, aunque
es mucho más difícil para exculpar a sí mismo por haber roto una determinada sentencia de un
compendio de moralidad.
El Vinaya nunca dice â€oe evitar peleas †; pero la sustancia de toda regla &#157; connefted con
pelearse es â€oe evitar esta o aquella ocasión que da lugar a disputas.†La manera más segura para
hacer frente a un mal, fue &#157; pensamiento, y para prevenir su posible recrudecimiento en el futuro,
es mediante la formulación de una serie de pro- posiciones particulares, cuyo propósito común es
eliminar todas las condiciones causales que, por experiencia, el mal se encontró que se han originado.
Pero siempre hubo canallas. No todos los que entraron en el orden de las cosas que eran santos. La
mayoría eran hombres y mujeres promedio normal, con las dificultades normales de charadter al
encuentro. En el Vinaya, y especialmente la baja ffcate Bhikkhuni-Vibhanga, de cultura y primi- tiva de
desarrollo mental a menudo son reveladas por las palabras y de la almswomen condudl: como

elementos dominantes. Existen registros de los frecuentes intentos de eludir las normas; de muchas
riñas por bagatelas; de una buena cantidad de egoísta y falta de ayuda mutua; de atonía; Codicia;
ingratitud; de malos modales y conductas irregulares. Aunque muchos de los detalles de su vida parece
francamente indecente y repugnante para nosotros, a menudo están escritas con una atractiva intimidad
y simplicidad. Muchos parecen pueril y tristes. Todos nos muestran a mujeres que no sabían lo que se
estaban perdiendo.
Mientras ellos bickered y preocupado más de ropa y alimentos y medicinas, no era el maestro, o al
menos digno de maestros, entre ellos, tratando de mostrar el camino para vivir la santidad de vida en
aras de la salvación. Hay muchos en la sociedad del día, quien reconoció la 243
las órdenes budistas op Almswomen exquisita poderes del Fundador. Pero, la mala almswomen, nunca
supo, nunca se preocuparon, que él fue quien tuvo en su totalidad el atributo de liderazgo.
Los movimientos de reforma vinieron de fuera y dentro. La fuerza impulsora es un arma de doble filo:
una fuerza desde atrás y sin cargo en' las quejas de los laicos; y una fuerza de delante y dentro, un ideal
para ser realizado por dispuestos a vivir y experimentar una ^tate de calma y tranquilidad mental. La
buena limosna- las mujeres, cuya autoimpuesta tarea era proteft el sistema, ^Rove para inculcar
mejores condiciones por las denuncias que hicieron del comportamiento de sus colegas menos
virtuosos. Si estos no remendar sus maneras seguirían siendo un timo^ant fuente de ansiedad como
posibles centros de desorden. En lugar de considerarlos como tales, las reglas fueron hechas para
reprimir sus tendencias perturbadoras.
De hecho muft ser siempre recordado que las reglas están formulados para verificar la revoltosa:
permanecen como su legado. El malo y molesto almswomen brillan porque las reglas son siempre
praftically hechas como resultado de sus escapadas y desenfreno, menos frecuentemente como
resultado de las dificultades consiguientes a su sexo. Pero detrás de estas fueron las buenas y modesto y
virtuoso persiftent almswomen, en sus esfuerzos por elevar los malos fuera de sus turbias, sórdido
mundo.
La virtuosas en lea^t estaban vivos a sus op- portunities, consciente de sus responsabilidades, sensible a
la esperanza de que tácitamente estaba puesto en ellos, y fuertemente impregnada de amor hacia el
Dhamma. Estaban

decididos a llevar la buena vida, y trató de instigar a otros a que lo siga. Fueron capaces de hacer
mucho por la fuerza del ejemplo y de la enseñanza y la predicación. Pero cuando descubrieron que
estos modos eran ineffeAive contra la turbulencia y la arrogancia que tan a menudo cruzadas, luego
ellos se quejaron. Se quejaron del comportamiento que 244 la
vida en la Orden. Parte I afFedled la constitución e ideales -de la vida monástica, como el
almswomenâ€TMs relaciones con hombres;^ de su tratamiento de los laicos^ o de sus transacciones
con ellos;® de asuntos connefted^ con la ordenación, la distribución y la posesión de hábitos.®
plained se com- de la ruptura de las normas ;® y de cualquier cuestión que pudiera ser subversivos a
la disciplina,'^ como la restauración de almswomen ilegal después de la suspensión, las
acusaciones de perseguir el deseo, la mala voluntad, la ignorancia, la rejeftion del Buda, el Dharma y
la sangha, y murmurando, atonía y celos. Se com- plained si la verdad oculta,® o si fueron promesas
rotas y se quejaban si la otra limosna- las mujeres hicieron todo lo que era malo para su salud,^® para
el bienestar corporal fue pensado para ser un importante faStor en la prosecución de la vida santa.
Se dice siempre que los almswomen se quejó a Gotama a través del direftly almsmen y nunca a él. Esto
puede ser un ejemplo de la forma en que los textos han sido dictadas han sido distorsionados por los
intentos del monje-editores para magnificar el macho, al situar el conocimiento dentro de su alcance y
colocar a toda autoridad sobre sus rodillas. Pero si el almsmen sirvieron como intermediarios, Gotama
mismo era la única fuente de todos los decretos legislativos; aparecen las reglas como las secuelas de
diSlurbances que él buscaba sofocar tan pronto como se informó que él. A lo largo de él aparece haber
sido guiado por dos principios: la necesidad de mantener el buque amigo- de los laicos, y la creencia,
que es quizás la ^ V., iv, págs. 2II ss.; 218-222. ^ V., iv, págs. 271, 274.
® V., iv, págs. 293, 300, 302.
* V., iv, págs. 225, 318-325, 327-330, ^ V., iv, págs. 24^ 279, 281, 282, 284-287.
® V., iv, págs. 264, 322-325.

V., iv, págs. 230, 235-239, 275, 290, 29A, 309, 331.
® V., iv, p. 2x6 ss., pp. 239-242.
® V., iv, págs. 279, 301, 332, 333.
V., iv, págs. 260, 262, 277.
245
Las órdenes budistas de Almswomen
central concepción psicológica del budismo, que el hombre es una wilier.
Si negaciones y negaciones multiplicado y abarrotada, la vida de la almspeople también servían para
despejar el terreno de difturbing ocupaciones y di^lrafting in- fluencias, permitiendo así a los más
positivos de la almspeopleâ aspedls€TMs capacidades para darse pleno alcance. Tenían voluntad, que
podía ejercer y directos, a fin de que puedan aprender el comando dodlrine y disciplina, el autodominio
necesario para la meditación y para vivir bien. De esta manera se obtendría el â€oe la pura e impecable
ojo de verdad †(es decir, los siguientes conocimientos &#157;) : â€oe subjedt alguno a la condición
de originación subjedt es también la condición de cessa- ción. Si esto por sí solo el Dhamma, ahora que
han llegado hasta el estado donde todo dolor cesa (z.e., Nirvana).†^ Si esta doftrine iban a ser captado
en su totalidad y plenitud &#157;, los caminos que conducen a la cesación de los dolores muit será
hollada por ftep dtep; ellos muft ser enseñado, aprendido, tamizado, comprendida, vivida.
Esta formación ha sido indispensable para el aspirante como para el almsman almswoman. Fue la
formación del Camino Medio, que, como Sariputta de- los escribas, era â€oe nada pero el Noble
Óctuple Sendero de la derecha, derecha outlook objetivos, el buen discurso, derecha, derecha adtion
medios de vida, Recto Esfuerzo, derecha consciente- ness y concentración . . . La inflación es vil e
indolencia es vil; para el derramamiento de la inflación y la indolencia es el Oriente Medio . . . Nos da
ojos para ver, que nosotros conocemos, y que nos conducen a la paz, la intuición, la iluminación, el
nirvana que es inútil, pero el Noble Óctuple Sendero.†^ y Gotama de- &#157; clarisas cuando
hablamos con el Wanderer Magandiya â€oe de rutas inmortal el óctuple conduce a la paz.††̃ ^
&#157; MV., I, 23, 5 ; Mhp., VI, 10 ; cf. Dhp., 277.
€oe Majjhima, i., 15, 16. ® ib., I, 508, 510,

246
CAPÍTULO IV {continuación) La vida en la Orden. Parte II Formación ofNovicea. €" la predicación.
€" la meditación. €" ^maneras de salir de la Orden.
Yo no podría por lo tanto ser imaginado que una parte importante de cada día fue dedicado en^trudtion
sobre estos principios.
Además de discursos sobre diversos aspedls del Dhamma era necesario para los ancianos para preparar
novicios {Upasampada antevasibhikkhunT) para la ceremonia.
Las etapas que su escolarización seguido generalmente eran probablemente muy parecidas a las
narradas en el diálogo entre Gotama y los brahmanes Ganaka-Mogallana d control del adlions, de los
sentidos, la templanza en el comer, y la capacitación para ser vigilante, consciente e intencional.
El Starez enseñaba, el novicio aprendió, y en cambio, esperó en el anciano. Vijaya^ puede ser tomado
como un modelo para la noviceâ€TMs conformidad al doble régimen de servir y estudiar. Ella se
describe como sirviendo como era debido y como estudiar como era debido, hasta con profunda
comprensión del Dhamma obtuvo arahan- barco. Ambas funciones se consideran im- portant€noviceâ
desde el punto de vista de TMs, aunque también lo sea o no, no lo sabemos. Probablemente ellos iban
de la mano.
La prestación de un buen servicio no siempre pasar desapercibido, aceptado como una mera debido
merecido por el profesor. Por ejemplo, el gran Bhadda Kapilani es sutil en el arte de ver con otras
personas€TMs ojos y sentir con su corazón;^ en una ocasión ella es ^ Majjhima, III, 3, 3.
^ Tlierigatha Cmy. En Ivii.
^ TheragathS Cmy. En cclxi. ; Y TlierigStM, versículos 63, 64, 66.
247
Las órdenes budistas de Almswomen grabado han elogiado su inexperto, afirmando que ella

había esperado sobre ella (sakkaccam cuidadosamente), y había prestado su buen servicio/ Como
recompensa, ella dice que más tarde le daría un manto {es decir, en la próxima distribución).
Más pueden ser extraídas del servicio de noviciateship aspedt desde una consideración de las
atenciones que Thullananda expedled de Candakali. Aunque la relación entre ellos no era
probablemente la de saúco y el novato, todavía porque Thullanandaâ€TMs posi- ción en el orden
parece haber sido el de una especie de gran domo, aparentemente Exigió reverencia y respeft de todos,
desde novatos a los ancianos. De ahí la relación en la que todo el mundo ascendía a ella pueden
tomarse como típicas de la relación de servicio entre cada novicio y su anciano. En el Vinaya dos
historias sobreviven, en gran medida valiosa como registros de algunas de las tareas que el Inexperto
tuvo que realizar para su anciano.
Sin lugar a dudas ellos se refieren al mismo evento.^ ambos relatan que porque había sido Candakali
pendenciero, el capítulo de Almswomen suspendió su para no ver a su delito. En el ínterin Thullananda
entraba en la aldea. Cuando había terminado el busi- ness, regresó. Pero Candakali no puso un asiento
para ella, ni un taburete de pie, ni darle agua o una toalla por sus pies, y tampoco tenía lugar para
reunirse con ella, ni tomar su manto y el cuenco, ni ofrecerle algo para beber.® de hecho ella no hizo
nada para hacer su bienvenida o com- fortable. Thullananda le preguntó por qué ella se comportó como
si ella no tenía ninguna amante. A consecuencia de su suspensión no tenía citas, dijo, y no había nadie
que pudiera responder por ella.
Thullananda convocó a un consejo, pero, evidentemente, sólo un pequeño cuerpo, para restaurar
Candakali. Los otros V., iv., p. 275. * Y., IV, págs. 230, 309.
^ Cf . CV., viii, 2, donde estos detalles se exponen en el mismo orden, para ser observados por un
residente almsman hacia una entrada de uno que es superior a él.
248 La
vida en la Orden. Parte II almswomen se quejó de ello, diciendo: â€oe ¿Cómo puede ella su remoto por
el deseo del Comité (Quórum), contra el deseo de la Sangha ?†tal procedimiento &#157;
sanghadisesa fue convertido en delito. Al parecer y, naturalmente, tomó toda la Sangha para restaurar si
toda la Sangha había suspendido.

La necesidad de estudiar como es debido es almo^ evidente. A menos que ^tudy fueron correctamente y
earne^ly emprendido, no sería posible que un aspirante a obtener la ordenación Upsampada.^ era
evidentemente habitual para alumnas pasar sus dos años€TM noviciateship amongfl el almswomen,
prácticamente la entrada de la orden después de la ordenación ha sido conferido pabbajja sobre ellos; y
hay muchas referencias a alumnas que han vivido entre la limosna- las mujeres antes de que recibieran
el Upasampada ordina- ción. Además de aprender el Vinaya y perseverantes en las seis reglas, todo el
tiempo que estaría creciendo accu^omed a la vida que se espera adoptar plenamente en su debido
momento. Pero no hay pruebas documentales que demuestran que algunos novicios no viven de esta
manera.
Una aún más repentino cambio habría sido en ^tore por ellos cuando finalmente habían sido totalmente
ordenados y tuvieron que salir del mundo. Por ejemplo, parece que es posible para una mujer casada a
ser un funcionario, y que aún quedan en el mundo, casado.^ no había sido ordenado hasta que ella tuvo
que dejar el mundo, el mundo de los hogares (^gahapatiputta) que, como dice el antiguo comentario
incluye hijos y hermanos;®, pero ella tenía entonces a renunciar a vivir en asociación con laicos,
porque era en- tendían que un entorno bastante otros deben suplantar el ya conocido. La sangha dice
sixers (bhaginiyo) vive en reclusión (vupakattha literalmente, extraído de las guaridas de los hombres)
después de la ordenación.^ un acontecimiento posterior ^ Véase supra, pág. 138 y ss.
® V., iv., p. 334. ^ V., iv., p. 294.
* Vivika ; cf. Ibíd., IV, págs. 239, 241.
249
El orden budista de Almswomen hizo parecer necesario declarar que las niñas deben vivir en reclusión/
si fueran a permanecer de forma segura en la vida religiosa. En una ocasión, un esposo llegó a un
vihara y quitó su recién ordenado pero unsecluded esposa. Ella probablemente deberían haber
adquirido su consentimiento antes de entrar, pero aunque hubiera sido admitida sin ella, después de
haber tomado esta ^LEP, ni siquiera el Rey€TMs decreto podría haber obtenido sandlion para
liberarla.^ algunas pruebas para la seguridad y la protección que se brinda por la vida religiosa y
también para la orden€TMs reclamación absoluta sobre el participante se encuentra

en la ftory de una esposa que era una


mujer adúltera.® en la audiencia que su marido había declarado que iba a matarla, ella tomó del beif
de sus bienes, se los mostró a Thullananda y persuadió a admitirla a la Orden. El marido encontró a su
esposa con el almswomen; y siendo por ahora ansiosos de volver a cubrir su propiedad y a castigar lo
en ojos budista fue considerado como un delito atroz, él salió a pedir el Rey Pasenadi a intervenir y a
concederle su reclamación sobre ella. Pasenadi se dice que han vuelto que si ella había entrado en la
vida santa para poner fin a los malos, sería imposible restaurar con él.
En la decisión sobre este caso, mientras el pecado de adulterio es loft de vista, la culpa fue arrojada
sobre la limosna- mujeres para admitir a un ladrón. Se decretó que si un almswoman sabe que es
conferir ordina- ción sobre un ladrón (aunque no se han formulado preguntas al Upasanipada
ceremonia de ordenación en cuanto a si el candidato fuera un ladrón o no) y no llama la atención del
Rey, de la sanga, de un comité o de un quórum, entonces ella debe tratarse con arreglo a la decisión de
la Sangha. Esta sentencia también muestra en clara evidencia que mientras estaba en el mundo sólo ffill
ese comportamiento del participante era de cualquier cuenta ^ V., iv., p. 326. ® V., iv., p. 226.
^ V., iv, págs. 225, 226; cf. supra, pág. 67.
250 La
vida en la Orden. Parte II a la Sangha que de alguna manera ella no prestados honorablemente libres
del mundo.^ Es posible que este caso se produjo antes de la rigidez de las normas que establecen las
dos años€TM noviciateship. Para la mujer sólo había recibido la ordenación pabbajja, no parece
probable que la orden habría tenido esta afirmación absoluta sobre ella.
Una de las ventajas de los dos años€TM capacitación fue que impide la admisión de mujeres que
llegaban buscando el refugio de la orden simplemente como un refugio de la presión de las
circunstancias desagradables; quizás buscando en un espasmo de la provocación o el miedo.
A menudo han sido por casualidad sino que estaban los ascetas por naturaleza: en muchos casos,
podrían

haber sido bastante desmontados para llevar una vida monadic.


Las mujeres ingresaron apresuradamente bien podría haber sido entre aquellos que tan a menudo
condujo a los laicos para quejarse de que el alraswomen se comportan como las mujeres del mundo,
disfrutadores de los sentidos {^ihikamahhoginiyo)^ y no como verdaderos almspeople.
Algunas de las almswomen, además de la capacitación de los novicios para quienes fueron
especialmente responsables en las seis reglas,® también enseñada y predicada a sentar-devotos de la
religión y posiblemente también a los demás almswomen.
Estas salidas para empresas educativas habría sido acogido por los más inteligentes y aftive- mente
entre ellos; aunque estaban bajo ninguna obligación formal de p]; cada uno, hubo entre ellos algunos
que nacieron los maestros ; que estarían a su personal beft contaft con diferentes tipos de personas; y
cuyo amor hacia el Dhamma inspiraría a convertir los no convertidos, y para ir ^ Véase supra, pág. 146
y ss., parece que un ladrón fue impedido más por el entendimiento tácito de que mediante preguntas
abiertas.
^ V., iv, págs. 298-299 ; 3 37-340, y passim.
® para las relaciones de preceptor y alumno, sec MV., I, 35 j 6-24; i., 26, i-ii : y ver supra, pág. 141 y
ss.; pág. 247 y ss.
251
las órdenes budistas op Almswomen y predicar para el bien de la mayoría-folk como el abeto^t
convierte macho había pedido que hiciera.
La predicación así llegaron a ser mirado como una asentadas deber para quienes tenían alguna aptitud
para ella; porque aunque quienes habían expresado su propia Anna había completado su trabajo para
ellos, si ellos podían ^hasta el Dhamma tuvo que dar a los demás.
La importancia de la predicación como faflor en la propagación del budismo ha sido algo neglefted. No
hay duda de que esta es una gran cantidad de verdad en la descripción del Budismo primitivo como un
sistema contemplativo principalmente, en la que solo â€oe il re^le esfuerzo de la ONU, ONU esfuerzo
pur vers le nirvana, ONU chemin fait de meditaciones du tipo racionalizar et egoiSe y en el que cada
uno intenta ganar el nirvana para sí solo, independientemente de sus semejantes y el valor de la ayuda
mutua.^ puede ser que â€oe ce chemin eS le chemin de tous les anciens moines pero estas acusaciones
contra la escuela anterior de BuddhiS pensamiento, a veces llamado

el hinayana o pequeño vehículo, sería alguna qué mitigado si la necesidad de aprender de los maestros
cómo y sobre qué meditar se mantuvieron más en La mente; ni más ni menos que la Tathagataâ€TMs
com- apasionado espíritu,†* por ejemplo, a sus seguidores ; o de &#157; el espíritu misionero que
quema a difundir el Dhamma. Y además, por comparación, la posterior mahayana o gran vehículo, no
parece ser la única manera compasiva, el único capaz de dirigir todos los hombres la salvación.® para
una determinada parte del buddhi^ programa era mostrar el camino por L. de la Vallde Poussin,
Nirvana, París, 1925, pág. 20.
^ L. de la Vallec Poussin, Art. â€oe la naturaleza (budista),†E.R.E ; â€oe Al- &#157; perogrullada,
por supuesto, no se ha insistido en que el pequeño vehículo, pero siempre es sous entenduE â€oe L. de
la Vallee Poussin, Nirvana, París, 1925, pág. 20.
Sarny. Nik., i, 4, § 5, dice, â€oe para cada criatura hace sentir compasión.†Cf. iti-vuttaka, 39 ;
Sarny. Nik., Vi., i, § i. &#157; ® para una cuenta de la preeminencia de la MahaySna véase A. B.
Keith, BuddkiSl Filosofía, Oxford, 1923, pág. 259.
252 La
vida en la Orden. Parte II a predicarla. Tampoco el reconocimiento de esta necesidad se cuelen en el
sy^em más tarde. En el momento en que Gotama decidió que iba a decirle a los muchos- folk del nuevo
conocimiento transmitido a él en el momento de su Iluminación, él reflexionaba sobre la forma en que
habían sido presentadas ante él, lo convirtieron en un doftrine que sería más aceptable para los
ciudadanos, y sin pérdida de tiempo empezó a decirles a sus nuevos conocimientos. Asimismo, envió a
otros a repetir a todos los que desean escuchar la maravillosa aspeft de la verdad que él había captado.
Después que las mujeres ingresaron a la orden no están muy a la zaga de los hombres en la predicación,
pero valioso servicio prestado mucho en este respedf. Las mujeres pasaron a€TMs partes de las casas, y
también dio el discurso público en el abierto.
La predicación fue en todo el año. Durante el Vassa almspeople predicaba a los laicos en el lugar en
donde la lluvia-retiro se mantenía. Para los restantes nueve meses del año fueron de- viajando desde
vihara instantáneamente al vihara, predicando el

Dhamma mientras se iban. Debe haber sido una tarea onerosa, para todos viajar tenía que hacerse a pie.
La limosna- se permitía a las mujeres viaje en carretas de bueyes o camillas sólo si eran ilP e incapaz
de caminar.
Si bien, no se les permitía viajar o conducir en cualquier tipo de vehículo.^ pacittiya esta norma ha sido
hecha como resultado de las quejas de los laicos que los seis almswomen había conducido en un carro
(Jana) como las mujeres del mundo {gihikamahhoginiyo). Este reStridfion debe haber colocado una
moderación de su irritante adfivities y placeres. Pero refledts es otro ejemplo de la determinación de los
laicos para mantener el 1 CV.,X.,3I.
^ V., iv, págs. 338, 339. La palabra utilizada para vehículo, yana, puede significar un elefante o un
caballo, o puede ser un palanquín llevado por hombres.
La fuerza del estado reside en la prohibición de viajar o conducir. Cf. infra, pág. 376, nota
253 I.
El orden budista de Almswomen recluses como diferente de ellos en tantos respeds posible; y lo que los
laicos deseaban era usualmente la supremacía de un comando. Sin su buena voluntad el orden no
podría haberse sostenido.
Varias mujeres célebres predicadores tomó parte en la difusión del Dhamma. Sukka se convirtió en un
eminente profesor, y ella "con una gran empresa asentada en torno a ella, enseñó el Doftrine en tan
sabia que ella parecía estar dando ellos dulces mead para beber, y rociar con la ambrosía. Y todos
escucharon a ella, Rapt, inmóvil y la intención.†^ &#157; Patacara, versado en el Vinaya y
Mahapajapatl® ambos hicieron muchos conversos. Llegó a ser llamado Dhammadinna fir^t entre los
almswomen quién podía predicar.® en una ocasión,^ cuando es interrogado por Visakha, su ex
marido, que habían permanecido en el mundo como un laico-discípulo, mientras que se había unido a la
orden de la limosna- mujeres y ganado arahanship, ella le respondía plenamente y sin vacilaciones en
muchas y diversas de los dogmas.
Él relacionó la conversación a Gotama, quien respondió, como es Registrado : â€oe el aprendizaje y
gran sabiduría habitar en Dhammadinna. Se me ha preguntado, yo debería haber hecho responder
precisamente como lo hizo ella. Su respuesta fue corredt y debe tesoro correspondiente.†Este dtory
&#157; tiene su paralelo en uno de los grabados de Kajangala almswoman.® algunos laicos de esa

ciudad le pidió' para exponer una pronunciación de Gotama para ellos. Ella confesó que ella nunca
había oído hablar de él, ni ninguno de sus famosos discípulos predicar, pero bajo- tuvo que hacer el
bedt pudo. Al final de su discurso el laicos fueron a Gotama, y le conté lo que me había dicho. Alabó el
a ellos en las mismas palabras que se dice que han concedido a Dham- ^ TlierigathS Cmy. En xxxiv.
Sarny. Nik. x., § 9, (i); y c/.
supra, pág. 168.
® Véase supra, pág. 201 y ss.
® Therigatha Cmy. xii.; Ang., I, pág. 25.
* Majjhima, i., 299 fF.; Therigatha Cmy. xii.
® Ang.,c.,p. 54 SS
254 la
vida en la Orden. Parte II madinna. Tal ilimita do homenajes como estos de la profesora, no menos de
Dhammadinnaâ€TMs y la gala almswomanâ Kajan-€TMs propias proezas juflify aún más el acceso de
las mujeres a la Orden.
Está registrado que Pasenadi se sentó al
lado de la limosna- mujer Khemaâ€TM- como su maestro,^ y le hicieron algunas preguntas. De
acuerdo con su reputación como un excelente lector (citta-kathf) le dio una larga dis- sertation sobre
asuntos no revelados, a saber, la existencia o no exi^lence tras la muerte de el Tathagata, cuando más
tarde el rey preguntó al Maestro sobre los mismos temas que él se sorprendió al encontrar que sus
explicaciones y las dadas por Khema armonizados y no eran incompatibles.
También hubo Thullananda, cuya enseñanza no corresponde únicamente a los oídos de los muchos-
folk: es el doble de presen- tar que el rey Pasenadi también escuchó su predicar, y en cada ocasión se
ofreció a darle todo lo que le gustaba a nombre.® en el frío ella eligió el manto de lana que llevaba, y
en el calor de su manto flaxn: y él les dio a ella.
Estas marcas de aprobación real sostienen que fue favorablemente impresionado por lo que oyó. En el
Vinaya es tres veces dice que ella fue un destacado (jpattha) maestro del Dhamma,'* y dos veces que
ella fue un famoso recitador (hhdnika)^ Estos epítetos también se utilizan para describir Bhadda
Kapllani ; quien afirma, además

, que se han vuelto muy eminente y effeSlive (uldra- samhhdvitd).^ para intentar reconShruSt los días
de las primeras mujeres predicadores, estamos tantalised por los documentos, por lo que la cuestión de
la fadt, compaSI y, aún así, calvo y super- ficial. No hay ningún indicio que Gotama o su jefe o
discípulos suggeSfed nunca que la limosna- las mujeres no podían cooperar con ellos para hacer 1
Véase supra, pág. 169. ^ Samy, jdiv Nik.., 10, § i.
€oe V., iv, págs. 255-256. * V., iv, págs. 254-257.
V., IV, pág. 285, 290. ^ V., IV, pág. 290.
255
Las órdenes budistas de Almswomen
conoce la verdad entre los laicos-seguidores ; o en el enlace a ella en cada vez más inquebrantable
devoción, o para ayudar a capturar y aumentar su interés, lealtad y amable del coito. Sin embargo, en
esta gran e importante labor que tenemos tiempo para una verdadera y detallada de las opiniones de la
mujer celebró el uno del otro como predicadores, y del interés que mu^ han tenido en los
respectivos€TMs carreras. Puede que no hayan escuchado predicar el uno al otro, pero cada uno de
ellos habría tenido una reputación, algunos habrían sido luces más brillantes que otros.
Sin embargo, nada ha sobrevivido de su actitud hacia otro€TMs éxito, salvo dos instancias de
unpardon- capaz mezquindad, atribuido a Thullananda. Según los registros, ella no podía reciclar su
enojo y celos, cuando pensó que la gente prefería Bhadda Kapllani como un predicador de ella.â€TM-
En otra oca- sión cuando esta señora vino a visitarla por negocios en Savatthi, Thullananda se convirtió
en "Humor" porque ella no era esperado en fir.^^t incluso si ella era sólo una paridad en el que colgar
peccadilloes, y no un personaje histórico, el peccadilloes sí tenía una base en fadt. Pero, seguramente,
tal comportamiento no es el criterio de la norma habitual entre los almswomen.
Hubo otros que no podía y debía tomar más de corazón abierto y generoso placer en reconocer que sus
miembros estaban siendo bien recibidas como predicadores por los laicos, ya que, indudablemente,
fueron } Estas son el tipo de preguntas que el Vinaya plantea, pero que no da respuestas concretas.
Si consiguieron éxito entre los laicos que han sido en gran medida porque ellos predicaban con fe-

plenitud todo lo que habían aprendido del Dhamma. Para el Dodtrine del Oriente Medio fue calculada
para hacer un llamamiento para que el hombre medio, porque veía en ella una enseñanza que podía
seguir. Era una guía praftical al salón de la buena vida. Los contornos del camino de la sabiduría, de la
senda de la virtud
^ V., iy-., pág. 290.
* V., IV, pág. 292.
256 La
vida en la Orden. Parte II a ser seguido por el maestro enseñó y sobrevivir en las palabras atribuidas a
Gotama : â€oe deja a un hombre ni entregarse a placeres de senseâ€" los cuales son bajos, pagano,
vulgar, innoble y poco rentable â€" pero tampoco le da a sí mismo a través de la auto-mortificación â€"
que es dolorosa, innoble y poco rentables. La exclusión de estos dos extremos, el Tathagata ha
descubierto un camino intermedio que da la visión y comprensión, y pro- duces a la tranquilidad, la
intuición, la iluminación y el nirvana. Hágale entender tanto la apreciación y depreciación, y habiendo
entendido, dejarlo no apreciar ni depreciar pero predicar el DoStrine.†^ &#157; Esta es la enseñanza
del Noble Óctuple Camino, el seguidor de la que se dice que es un buen hombre, pero quien incite a
otros a seguir se dice que es un hombre mejor Slill.^ a â€oe predicar el doStrine que es adorable en el
comienzo, encantadora en el oriente y encantadora al final... a proclamar una consumada, perfedt y
pura vida de santidad a lo largo y ancho de la tierra, y para conseguir más y más seguidores fueron
entre Gotamaâ€TMs más preciados ideales. Naturalmente, no incluso aquellas mujeres que
respondieron tan magníficamente a su gran esperanza, tomando su lugar junto a los hombres como
maestros, y la numeración entre ellos algunos de la más alta jerarquía, podría dedicar cada hora del día
para pi-eaching y a dar a conocer la verdad. Las ocasiones de predicación fue regulado por las veces en
que las congregaciones de fieles laicos podrían ser reunidos. Por lo tanto, estas mujeres habrían tenido
algún tiempo de sobra. Aún más que aquellos que no tenían tienen aptitud para la predicación, y que,
incluso en un sistema que hace hincapié en el poder de la voluntad, bajo ninguna moral o disciplinaria
en la obligación de hacerlo.
Aunque la vida en el orden en que se había deshecho de muchos
intereses y persecuciones, y la predicación no fue considerada como un deber que incumbe a todos los
estados, todavía †̃ Majjhima, iii, 330. ^ Ang., II, pág. 221.
3 II, I.
257
R
La Orden budista de Almswomen permaneció la ardua labor diaria de meditación. Es esencial que cada
miembro debería dedicarse a esto, y debería conferirle un ininterrumpido de aten- ción. Es una serie de
consifted adts pura de la mente, no admitido como regla por cualquier material objefts por medio de la
cual centrará la concentración. Se des- prende trabajo realmente duro â€" trabajo que absorbe todo el
ser y la mentalidad del pensador. Por este esfuerzo espiritual, mediante la determinación de ser
sumergido sin agitación de la mente, por la supresión de la ira y la peligrosa recuerdos, mientras
todavía no permitiendo letargo del ingenio,^, más que por los ritos, sacrificios, oblaciones, oraciones y
el otorgamiento de la limosna, que pudo ser ganado de Insight que conduce al fresco, calmado, gozosa,
libre de dolor la pizarra de Nirvana :
â€oe quien hace llrenuously meditar, Su será ganar la Bienaventuranza Suprema.†^ &#157;
Meditación, purgando â€oe el corazón de acosa a pizarras de conciencia,†y el exterminio de la
voluntad hacia el colector &#157; perdurable de objedls,® animándola caminando hacia adelante en
el camino de la salvación, podría emprenderse whilSI caminando hacia adelante y hacia atrás; o
mientras esté sentado en el Postura erguida habitual ya sea durante el día o durante el lalt firSI y relojes
de la noche; o podría llevarse a cabo â€oe en el Oriente vigilia de la noche como usted se acuesta
redactadas león-como {siha-seyyam) sobre el lado derecho, el pie descansando sobre el pie,^
consciente y auto-poseída, con tus pensamientos en el tiempo designado para levantarse.†® El
almswomen &#157;, a diferencia de la almsmen, no estaban autorizados para reparar a los lugares de
enterramiento, más fácil para dominar la noción fundamental de la impermanencia.
Sin embargo, aunque en desventaja % razón de su sexo, no estaban totalmente excluida de con- ^
Sarny. Nik., iv, 3, § 5. 2 ^

^ yo., 4, § 4.
* Cf. Samy. Nik., i, 4, § 8 ; iv., i, § 7 ; XXXV., III, 2, § 120 ; XXXV., iy., 5, § 198 (z) ; XXXV.,
iv, 5, § 202 (6).
® Majjbima, i., 273 ; 274 e igual que en la nota 3.
258 La
vida en la Orden. Parte II tempkting los símbolos de la impermanencia y la decadencia.
Es, por ejemplo, declaró que el Abhaya â€oe fuimos un día a la fresca arboleda contemplar sobre la
base de alguna cosa foul, en un cadáver o huesos humanos.
Morando en completa soledad no era viable para las mujeres; y vivienda al pie de un árbol fue inter-
difted.^ quien adoptó una vida forestal es culpable de una ofensa dukkata. Almswomen fueron
impedidas por razón de su sexo de â€oe deambulan solos como un rinoceronte †&#157; en las
profundidades del yo, desde el alpinismo forefts solos a la montaña de crestas, y retrocediendo hacia las
cuevas.
Tenían, en lugar de buscar el refugio seguro del Vihara.
Se ha dicho que en la búsqueda de Dios o el bien supremo, el hombre tiene que llevar una existencia
solitaria.® aunque esto sugiere un punto de vista extremo, sin duda alguna la soledad es ventajosa en
la búsqueda; y posiblemente el final puede ser alcanzado rápidamente moft llevando una vida com-
pleto aisladas de la propia€TMs becarios durante algunos pro- gar los tramos de tiempo. Si un
almswoman salió de la Vihara durante largos o para ahora, ella siempre tendría en lea^t otro
almswoman con ella.
Por lo tanto, nunca ha tenido las mismas oportunidades que los hombres para volverse la limosna-
sumergido en la meditación, en la que la concen- tración, que (en un pasaje, muy raramente observado)
se dice que está causalmente asociado con la felicidad y no, como sucede tan a menudo, con tristeza^.
No obstante, rodeado por los peligros y las dificultades consiguientes a su sexo, no era imposible para
almswomen a veces escapar solo para la meditación solitaria, en la que â€oe Si no ser ninguno delante
ni detrás se encuentra ninguno, es uno solo y en el bosque.
Superando hace agradable su vida ser.†® &#157;
^ Therigatha Cmp. En xxvii.

® CV., X, 23 y véase supra, pág. 154 y ss.


® Whitehead,
"la religión en las decisiones, Cambridge, 1927, pág. 7.
* Saipy. Nik., xii, 3, § 23.
® Theragatha, verso 537 ; cf. Sarny. Nik., i, 2, § 5.
259
La Orden de Almswomen budista, por ejemplo, se dice que Alavika^ â€oe entró en la madera oscura,
que buscan soledad,†pero que Mara, el Maligno, &#157; â€oe deseando hacerle desistir de estar solo
subió a ella y preguntó, "¿Qué te proflteth tu soledad ?â€TM †Algunos pasaron en la selva durante el
día- &#157; peregrinar^ después de la mendicidad redondo y comida. No hay mención de varios
almswomen quien, sumergiéndose en las profundidades de la madera oscura, â€oe se sentó en la raíz de
un árbol para el día de la estancia,†® y &#157; Dantika^ â€oe pasó a las profundidades del bosque-
y allí &#157; ordenó a todos en su corazón.
Estos períodos de meditación ganó mu^t han parecido demasiado corto para la intención y grave
limosna- la mujer, pues han de desglosarse en el nece- sario peturn al Vihara. A veces, quizás, a su
regreso, el almswoman podría haber sido capaz de ganar la intimidad de su propia celda desapercibida,
para continuar sus meditaciones; para una de las ventajas del ejercicio correcto de la utilización de la
presentación fue la posibilidad de que el goce de la reclusión.®, pero si no eran comunes las
obligaciones que deben cumplir, como supervisar el ereftion de nuevos edificios,® más meditación
fue descartada.
Como verdaderos devotos de la almswomen debería haberse abstenido de envying la mayor libertad de
la limosna- los hombres. Era un impuesto sobre su magnanimidad, porque ellos no pudieron dejar de
notar la libertad concedida a la almsmen vagar â€oe como lonely lion camina †&#157; semana tras
semana en soledad ininterrumpida : â€oe solo cuando come, solo cuando duerme, solo cuando camina,
deja a un hombre controlar firmemente a sí mismo, tome su placer en el glade de EFT.†® como un
ejemplo de la favorable &#157; †̃ TlierigStha, Apéndice i.) p. i8o.
€oe la palabra dwa-viharSya significa literalmente â€oe para el día de la estancia,†&#157; Sarny.
Nik., v. § 2, nota ; TherigStha, lix.
^ Therigatha, Apéndice II.-x.; cf. Samy. Nik., v. i-io.

^ Therigatha, xxxii., versículo 50. ** Majjhima, i., 10.


° V., IV, pág. 211. Sarny. Nik., i, 3, § 10.
Â" Dhp., 305.
260 La
vida en la Orden. Parte II resultados que puedan ser alcanzados por esta práctica, se describe cómo el
bandido, Angulimala, habiendo sido recientemente convertido, o haber adquirido la â€oe Noble &#157;
Nacimiento,†y â€oe vivienda solos y distantes, ganó el premio de queft de hombres jóvenes que salen
de la casa a- lessness como peregrinos, que el premio de premios que corona la máxima vida.†^
Mujer ftrive para este premio &#157; sin la soledad vivificante; y su ausencia era considerablemente
mayor impedimento físico en su camino hacia el logro de arahanship. Reconociendo esto, Cuando
medito harían todos los más arduos y esfuerzos incansables. Si el tiempo era corto, concentración muft
ser intensa y ferviente, â€oe la mente nunca fija acertadamente.†^ Dependencia muft ponerse en el
auto &#157; solos, desde ayuda poco o nada se había desde fuentes externas. Pero todo estaba dentro
del hombre almswo€TMs propia: el estímulo, la voluntad de concentrarse, el altar® y el refugio, pero
si ella podría encontrarlos. Así, ella podría montar nunca hacia arahanship nominal, el objetivo de todos
los que entraron en la Orden.
Como no hay palabra del anhelo de una forma más prolongada o para una más completa soledad escapa
de estas mujeres, y como se afirma que muchos de ellos han adquirido arahan- barco, podemos
argumentar que ellos resignado a su suerte, y apoyó a sí mismos con la creencia de que en su naturaleza
no era inherente o obstáculo insuperable que resistan los esfuerzos para alcanzar la meta. Esta es la
configuración ideal antes de todos los participantes; pero aunque el ideal puede ser el mismo para todos
los hombres, no todos pueden estar maduro para lograrlo. Queda ahora ver la provisión hecha por
quienes encuentran que no tienen aptitud para continuar en el camino.
Como Buddhi^ pensamiento en común con otro pensamiento oriental estaba impregnado por la idea del
karma, de modo que no ^ Majjliiina, II, 103; cf. Majjliima, i., 392, y Tlieragatha, cclv.
® Cmy. En Samy. Nik., vii., i, § 9.

® Samy. Nik., vii., i, § 9. €oe sólo dentro arde el fuego I kindle . . . El corazón el altar.†&#157;
261
las órdenes budistas de Almswomen hard-y-fa^t podían establecerse normas para la conducta de un
hombre€TMs la vida. Con su gran penetración del Budismo se dio cuenta de que la vida de cada
individuo no puede ser moldeada en una sii^le patrón y que los reajustes por diferencias muft : se pensó
que, en cierta medida, estas fueron explicadas por el funcionamiento del karma. Ahí no hay votos para
permanecer en la orden de vida fueron tomadas por aquellos que aplican para la membresía plena. Si
los miembros estimaron que no podían continuar en la disciplina eran libres de â€oe desequilibrar las
túnicas, y volver al estado inferior.^ El número de casos registrados de la limosna- hombres que aprobó
este curso es mayor que el de los almswomen, entre los cuales, a juzgar por la escasez de referencias, es
extremadamente rara. Capdakaliâ€TMs amenaza abandonar la Orden,® y su reje6fion de Buda, el
Dharma y la sangha ha dado lugar a la regulación que decretó que nadie lo deseen mu^t ser hablado
con tres veces ; si ftill impenitentes ella mu^t ser hablado por el Consejo. Se pre- sumably para
asegurarse de que al adoptar esta definido un almswoman afting ftep era de un bien considerado jueces-
miento, y no era simplemente caer un capricho. Por una vez de haber dejado el orden que ella podría
encontrar difícil ser rein^ados incluso si pregunta. ^ El orden opuesto a un impetuoso el abandono de
los preceptos, tanto como se opone a una entrada hafty. Ambos fteps podría conducir a la sensación de
haber desalentado afted por error y la tortura de remordimiento. También podrían conducir a
disensiones internas en el orden. Candakaliâ€TMs amenaza no se llegó más lejos. Además de esto, no
hay más de tres casos de mujeres que salieron de la Orden. No era gorda TissS® que regresaron ^ Cf.
DTP. Cmy. en verso i. Cuando el novato en ser hecha a confesar haber violado el precepto de la
castidad era â€oe abrumado por el remordimiento, se quitó su túnica de color amarillo (Y) vestida
liimself disfrazada de un dueño de casa,†&#157; I.e ^^. el estado de un laico, kindf avattitva.
\ Y-,iv,pp.235,236.â€TM I CV.,x,26, 1,2.
Sarny. Nik., xvi, §§ lo, 1 1. Véase más adelante en la pág. 297.

262 La
vida en la Orden. Parte II a la vida familiar. Otra limosna mujer que fir^ abandonado los preceptos y
luego rompió la túnica es mencionado en el Vinaya.^ ella probablemente regresó a la vida laical. La
tercera también se registra en el Vinaya.^ se dice que se ha sumado a las Titthiyas, aunque ^hasta
vistiendo la túnica de color naranja.
No había otra forma de salir de la Orden, y que fue por suicidio. Es imposible decir cuándo se originó
la idea de suicidio o cuando este medio de escape comenzaron a utilizarse. Según Keith® la idea en sí
misma no es mencionado en el texto de los Bramanas, sean o no existía entonces; pero sostiene que en
ciertas interpretaciones del sacrificio la idea, expresada en una forma menos desarrollada. Por el
período budista la idea era plenamente desarrolladas, lo que apoya la opinión de que no era
desconocido para los Jainas o al asceta sedls que precedió a su lugar. La mo^t métodos comunes de
suicidio entre los devotos religiosos budistas parecen, en efecto, tienen puntos en común con ambos. Se
dice que la mayoría de los sedls utilizó un medio rápido de auto-destrucción; uno de los más habitual
era que un hombre a arrojarse desde la cima de una montaña.^ Los Jainas solo pensaba que esto era
demasiado violento, demasiado crudo: que conduciría al renacimiento del suicidio como un demonio.
Sostuvieron que la gacha renuncia a todo deseo, incluso el deseo de muerte. Todo lo que podían hacer
era prafitise inanición durante un número de años, normalmente 12, esperando pacientemente el fin de
venir.® en el budismo, por otro lado, rápida y drástica significa que estaban permitidas si pide;
entonces el cuchillo o la soga fue usada. Pero también eran conocidos métodos más suaves, como se
sugiere en Mahapajapatlâ€TMs súplica a Gotama para permitir su suerte ^ CV.,x,26, I. * CV., X, 26, 2.
Keith., la religión y la filosofía de la Feda y Upanishads, Har- vard, 1925, pág. 459.
^ Art. â€oe suicidio,†E.R.E. &#157; ® Meyer, Cuentos hindúes, Londres, 1909, p. iij.
263

Las órdenes budistas de Almswomen finalmente.â€TM- Una vez que haya obtenido su permiso ella co-
uld resolver a morir, simplemente por un eflrort del -â€oe aflojar- ing el Sankharas de vida- y así patina
&#157; tranquilamente fuera de ella.
Ella -parecería extraño que el suicidio debe ser permitida, para la tercera de las cuatro reglas, â€oe con
la derrota †&#157; dice: â€oe alguna almsman . . . Deberá pronunciar las alabanzas de muerte o
incitar a otra persona a auto-de^trudlion ... él también ha caído en la derrota, él ya no está en
comunión.†^ Aunque la responsabilidad por el suicidio &#157; prompter se adjuntó a la que, por lo
tanto, parecía un asesino, y no a la aftor, esta regla podría ser tomada como una indicación de la
Buddhi^b atti- tude hacia el suicidio,^ y, de hecho, hacia la muerte. El Buddhi^ la actitud hacia la
muerte no fue tan rígidamente exclusivos como la formulada por Spinoza siglos más tarde, en su 67º
proposición : â€oe un hombre libre piensa de nada menos que de la muerte, y su sabiduría no es una
meditación sobre la muerte sino sobre la vida.†^ Meditación &#157; se alentó a la muerte,® tanto
para aliviar sus terrores manteniéndolo como ^ock-en-comercio de pensamiento; sólo para ellos que no
meditar
sobre la certeza de la muerte le temen:® y también para representar la noción de impermanencia
explícita para cada individuo. Esto debía lograrse por su cuenta particular en^bances, de â€oe es en
ocasión de experiencias particulares que nos percatemos de la ley general que sus conneftions
ejemplifican.†"&#157; â€TM de la contemplación de la muerte y de la ronda de becomings debería
conducir ^ Apadana, vol. ii. TJieriapadSna, nº 17, pág. 542 j y ver infra, p.310.
® Parajika Dliamma, 3, V. I, pág. 4.
^ E. J. Thomas, la vida de Buda como Leyenda y Hiiiory, Londres, 1927, pág. 275.
€ ̃ Spinoza, ética, trans. Hale blanco y Amelia Stirling, Oxford, 1910, pág. 235.
€oe Dhp. Cmy. en verso 174.
€oe Jataka Cmy. en 105.
€TM B. Russell, problemas de la Filosofía, p. 1 1 5.
264 La

vida en la Orden. Parte II a la paz definitiva {accanta-santtf a través del rejeftlon del cebo de todos los
mundos,®, que no es otro que el sentido de los deseos.
^latements idénticas acerca de la muerte de tres arahans sobreviven en el Theragatha.® porque parece
que "con el pensamiento de la muerte me dally todavía no, ni deleite en la vida,†indiferentes a la no-
existencia, indiferente a &#157; existencia, ya había eliminado el re- sponses normal del bastidor, y sus
restos mortales fueron vaciados de interés en su suerte. Porque se había percatado de que â€oe todo es
impermanente †estaban en ninguna necesidad, &#157; como aquellos menos cerca de la meta, del
uso de la meditación sobre la muerte como un medio de captar la universalidad de la verdad.
Si la vida para el celoso almspeople budista consistió en ganar arahanship, cuando esto fue logrado,
podrían argumentar que no existía ningún otro punto en el que viven, y así lo decidan a morir. El gran
peligro de permitir el suicidio religioso en general parece ser que alguien pudiera cometer
prematuramente pensando que era un arahan.^ Su adtion aumentaría así su karma y sería sabio no
disminuye, y por lo tanto sería peor que si hubiese esperado por muerte a superarle. Tal como señala L.
de la Vallde Poussin, el adlion de ciertos hombres y almswomen limosna- que cortan sus gargantas es
alabado.® que sin duda se refiere a Vakkali® y Godhika'^ y Channa,®, de los cuales el Señor dijo
que él era inocente en la utilización de la cuchilla sobre sí mismo, Sarny. Nik., i, r, §§ 3, 4 ; ii., 2,
§ 9. ^
^ Tlieragatha Ibíd., versos 606, 607, 654, 655, 685, 686.
* L. de la Vallde Poussin, â€oeQuelques observaciones sur la suicidio dans le Bouddhisme ancien.
Bull, de U Acadlmie belgique. Classe des Lettres, 1919, pp. 685 y ss.
^ L. de la Vallde Poussin, París, 1925, pág. 22.
® Theragatha Cmy. en CCV. ; Sarny Nik., xzii. § 87, (5) ; y ver Dhp. Cmy. En el versículo 57.
€TMâ TM Sarny. Nik., iv, 3, § 3, Dhp. Cmy. En el versículo 57.
®, Majjhima iii., 226 ; Sarny. Nik., XXV., II, 4, § 87.
265

La Orden de Almswomen budistas, puesto que no desviar a sí mismo de este cuerpo porque quería otro.
No hay registros de almswomen que se suicidó. Y Sihaâ€TMsâ€TM- es el único caso dado de una
mujer€TMs intentó suicidarse. Ella no pertenece a ese pequeño grupo cuyos miembros pensamiento de
la muerte porque creían que su misión fue cumplida.
Ella fue impulsada a pensar desde la desesperación de siempre ganando arahanship. Desolada después
de haber conducido durante siete años, al cansado lafl exclamó, â€oe mejor para mí un simpático árbol
horca,†y tomó una cuerda y &#157; sumido en la madera, dependiente de la soga alrededor de una
rama y dispersas alrededor de su cuello. Pero en el mismo momento en que ella se preparaba para
apretar y por lo tanto destruir a ella, su corazón fue puesto en libertad, y exclamó cittam vimucci
conmigo.
Estos fueron los medios por los cuales los países miembros podrían decidir, a veces como
Mahapajapati con sanftion y, a veces, sin abandonar la Orden.
Surge la pregunta siguiente, que alguna vez fueron ejefted ?
Hubo algo correspondiente a excommunica- ción, por medio del cual la orden podría deshacerse de
indeseables charadlers } No li^ts de casos que ameriten la expulsión se dan a las mujeres novatos o los
miembros ordenados como lo son para la almsmen^. Aunque es difiicult a creer que ellos eran
totalmente diferentes en esta importantísima respeft, pero tan lejos como los registros muestran sólo
una mujer fue expulsado de la Orden.
Así como este Unsatisfaftory ^lory del injerencista Mettiya^ como un trozo de evidencia, indiredlly
direft es valioso en intimando que la expulsión de la almswomen circumilances fue recurrido a si así lo
exigen. La almsmen declaró a ella que había uno entre ellos que era un centro de peligro e inquietud y
el engaño; y se les dieron su adl como mediadora entre ellos y el Señor. Acusó al calumniado almsman
en ^ Therigatha, XL. 2 MV., i, j 6o CV., i, i ^-17.
® V., iii., p. 162.
266 La
vida en la Orden. Parte II de manera que fue obligado a limpiar su nombre diciendo :
â€oe incluso en el sueño, nunca he seguido el lufts de la

carne.†está registrado que Gotama dijo: â€oe expulsar al rígido almswoman &#157; Mettiya/ y
prestar atención a la almsmen,†y que la almsmen expulsados de ella. &#157; todo el registro se lee
como una distorsión de lo que Gotama habría dicho. Nunca fue impaciente o impetuoso y sólo tomó
medidas drásticas después de una seria consideración. Él no habría expulsado a ella simplemente por
ser rígido, para que este no era uno de los motivos que ameriten la expulsión consagrados en cualquiera
de las cuatro reglas Parajika. Según estos, una limosna- mujer sólo puede ser expulsado si, con attrac-
ción física en ambos lados, ella había aceptado contadl de ningún tipo de hombre, ya sea con las manos
o de lo contrario desde el collar en el hueso de la rodilla; si ella le había dejado levantar su túnica,^ o
entrar en un lugar secreto con ella; si ella había ocultado un delito o luz de ella cuando ella debería
haber mostrado el culpable o si ella había seguido o imitado un almsman quien había sido suspendido
por algún fallo y que había hecho caso omiso de la enseñanza.^ la ftory de la expulsión de Mettiya,
quien había cometido ninguno de estos delitos, se lee más como si el monje-editores Decididos a
degradar a la mujer, al punto de una moral fuerte a la interferencia, para mantenerlos siempre y cada
vez más en armâ€TMs longitud y no para cooperar con ellos.
^ encendido. €oe huchas injerencista almswoman es ser barrida.†&#157; ^ V., iv, p. 2 1 Oh ff. Es
Par. I., párrafo IV. tiene la misma intención, V., IV, pág. 220.
® V.jiv., p. 216. * V.,iv,p. 218.
267
CAPÍTULO IV {continuación) La vida en la Orden. Parte III la
intercomunicación de almsmen y almswomen. €" Conflilution de audiencias en los discursos. €" la
igualdad de almsmen y limosna- mujeres. €" Formas de dirección utilizada.
D esde el ^tory del Mettiya injerencista, y a partir de los registros relacionados con los reglamentos
para el lavado de prendas de vestir y para comer, y de algunos de los otros ya mencionados, será ap- el
padre que una cierta cantidad de la intercomunicación entre miembros de las dos órdenes es posible y
permisible. Un intento muft ahora para dar una idea de la medida en que almsmen y limosna- las
mujeres pudieran legítimamente asociado, y de los límites más allá de los cuales la asociación fue
condenado.
El año para el Buddhiif almspeople cayó en dos divisiones: los tres meses de lluvias consecutivas de
Vassa, y los otros nueve meses durante los cuales no viajaba desde vihara a vihara. Durante los meses
de Vassa incumbe a la almsmen y almswomen permanecer domiciliada en un domicilio fijo.
En el Bhikkhunivibhanga está registrado que los laicos se quejó de que algunos almswomen iban de
gira a finales de la temporada de lluvias (antovassa)} Me dijo: â€Oecomo estos almswomen puede ir
sobre el aplastamiento de la joven el maíz verde y destruir criaturas débilmente V' a la opinión pública
le disgustaba la idea, contraria al dodtrine de ahimsa (sin perjuicio, de la humanidad), de los
abundantes insedt deSlrudtion vida y de vida, que era débil (ekindriya deStrudtion jtvaf y de la de los
jóvenes el maíz verde más de lo que le disgustaba la idea de falta de vivienda para los almspeople
durante las lluvias.
^ V., IV, pág. 296.
* Indriya, lit. una facultad.
268 La
vida en la Orden. Parte III en consecuencia de estas objeftions fue hecho un delito pacittiya tour en
cualquiera de los extremos de las lluvias ; pero se hicieron excepciones de gira por siete días, y de ir si
expulsados por nadie.^ Almspeople suele gastar los otros nueve meses del año en viajar de un lugar a
otro. Esta regla fue explícitamente para el almswomen porque algunos laicos fueron sorprendidos en
algunos almswomen indolente que, además de mantener el Vassa durante los monzones, también lo
mantuvo durante las estaciones frías y calientes.^ ahí se afirmó que a menos que haya un almswoman
establecidos en una gira de cinco o seis días después de la terminación de Vassa cometió un delito
pacittiya. Durante estos nueve meses ella mu^t no permanecen en posición de decúbito supino. Los
laicos puedan vivir en un mismo lugar durante todo el año, pero un recluseâ€TMs vida debería incluir
más penurias

y responsabilidades diferentes.
Las reglas de asociación que probablemente tuvo lugar durante todo el año. Además de estos hay
algunos reglamentos adicionales, que sólo se aplicaba en Vassa y no durante el reft del año. El conjunto
de reglas connefted con visitas a almswomen frorn almsmen durante el Vassa podría interpretarse que
durante este tiempo las órdenes eran segregados y miembros fueron permitidos ningún otro la
intercomunicación que las reglas prescritas. No está claro si existen reglas especiales para la
segregación durante las lluvias que corres- ponder a estas reglas especiales para las visitas. Muchos de
los registros no ftate si la asociación a que se refieren tuvo lugar durante
la época de lluvias o no. Pero si el viharas donde el almspeople eran, respectivamente, manteniendo el
muft Rain-Retreat eran, como han sido a menudo el caso, en el mismo barrio, juntos, juft fuera de las
murallas de la ciudad, no se han reunido recluses, posiblemente en el almsround, nuevamente a comer-
^ Cf. MV., III, I, 1-3, donde una sentencia similar para la almsmen fue hecho.
^ V., iv., p. 297.
269
El orden de tiempo Almswomen budista en las casas regulares de la lay-partidarios, y posiblemente
también en el día posterior a los discursos o enseñanza? Vamos a creer que durante este período no se
les permitió el acceso a uno de otro€TMs aramas ?
La dificultad de toda la cuestión es aumentada por la vaguedad de la cronología adjuntar al crecimiento
de las normas/ aunque la secuencia exaft en , que se hicieron no es comprobable, parece que el proceso
es continuo, que una mayor libertad de asociación fue permitido al principio, sino que este se había
reducido a medida que pasaba el tiempo, más y más llegó a ser considerado necesario ilultify algunos
de los factores comunes de la naturaleza humana por una moldura monadic.
Volviendo firil a las reglas que se pretendía aplicar exclusivamente a las posibilidades de asociación
durante las lluvias, sin embargo parece que fueron las estrictas condiciones del retiro, el almswomen ^
no debería haber sentido totalmente aislada del almsmen, reconocido en todo para ser el más
importante de los dos

sanghas. Aunque según Buddhaghosa, el almsmen (y sin duda también almswomen) desde el momento
en que el cu^om de mantener Vassa fue fir^t comenzado son â€oe a decir en voz alta una vez o dos
veces †̃ entro a Vassa en este vihara durante estos tres meses,â€TM y fueron a habitar en ella como su
residencia permanente duidng esta vez, sin embargo, podrían dejar de asuntos urgentes.
La disciplina fue relajado para que almsmen almswoman podrían ir a la â€oe si la cosa (IR) puede
realizarse en el plazo de siete días y si son enviados por.†® en un documento, colocado un poco
más tarde, per- &#157; misión fue dado a la almsmen visitar otras limosnas- ^ Los textos sólo estaban
escritas en Ceilán cuando había habido guerra ; el almsmen tenían miedo que todos estaríamos muertos,
y decidido a perpetuar la enseñanza por escrito ; incluso después de que se siguió utilizando el método
oral.
^ MV., hi., I, 3. Traducción de textos vinaya, vol. I, pág. 299, nota I.
® MV., III, 5, 4; cf. hi., 7, z.
270 La
vida en la Orden. Parte III hombres y también, sikkamanas almswomen, samaneras, samaneris, el padre
y la madre de â€oe, incluso si no se envían, y mucho más si son enviados por,†^ &#157; siempre que
el regreso puede hacerse dentro de los siete días. La almsman Vaddha parece haberse valido de estos
privilegios.^ Un día, sintiendo la responsabilidad de la oficina, él se fue sin su manto a través del
almswomenâ€TMs trimestres para ver a su madre.
Ella era evidentemente un disciplinador con gran fe en la Orden, por su amonestación a él por
aparentemente caer lejos de la agotadora vida adted sobre él como un acicate. Volvió a su vihara, y
después de concentración alcanzado arahanship. El inexperto Rahula,®, se dice que ha ido a ver a su
madre, también miembro de la Orden.
Aunque no hay nada que indique si estos dos visitas tuvieron lugar durante la época de lluvias o no, es
claro a partir de otras fuentes que el contadl entre las dos órdenes no se rompe durante la Vassa. Por
ejemplo, existe siempre la posibilidad de una visita inesperada de una almsman, y existe la posibilidad
de enviar un almsman. Pero probablemente almswomen sólo podría pedir una visita de algunos
importantes y no en cualquier trivial,m ateria. Para protegerse againdt abuso, estos asuntos fueron
establecidas.'^ son las mismas que las

que justifican almsmenâ€TMs visitas a almsmen. Me dieron una sanción para visitar un almswoman
almsman cuando ella estaba enferma; cuando luchas hacia adentro se ha abatido sobre ella; cuando las
dudas de conciencia había surgido en su mente; cuando ella había tomado de una falsa doctrina; cuando
se ha cometido un delito grave y debe ser condenado a la disciplina manatta, no siendo Parivasa
disciplina para mujer f cuando ella debe ser condenado a reemprender la disciplina penal; cuando ella
tenía que ser ^ MV., III, 7, 2. ®, Theragatha Therigatha ccii.;, KII.
® Jataka Cray, en 281. ^ MV., III, 12-20.
® MV., III, 16, nota 2 ; cf. CV., ii. Parivasa disciplina va a regresar al comienzo del período de
prueba.
271
Las órdenes budistas de Almswomen rehabilitadas; cuando la Sangha iba a proceder por su
tajjaniyakamma againil (A6t de reprensión), el nissayakamma (AFT de subordinación o de Proteftion),
el pabbajaniyakamma (AFT de destierro fuera del lugar donde el escándalo ha causado, no fuera del
orden, CV., I, 13, 6), el patisaraniyakamma (AFT de Reconciliación), o el de suspensión
ukkhepaniyakamma (AFT); o cuando había inftituted uno de estas actuaciones againft manada esta
elevación, a pesar de otros registros, como el de la almswomen quien envió un mensajero a la almsmen
para solicitar el préstamo de alguna ropa de cama,^ suggefts considerables oportunidades para visitas
de la almsmen. Además la importancia at- tached para el debido cumplimiento de las ceremonias, tanto
ante las Sanghas, hace muy probable que al principio era frecuente la intercomunicación entre ellos.
En ciertas condiciones el almswomen fueron autorizados a entrar en el almsmenâ€TMs arama. Algunos
almswomen en una ocasión provocó la piadosa almswomen a com- llano, porque habían entrado en el
almsmenâ€TMs arama sin haber obtenido el permiso de la limosna- men.®, por lo tanto, se convirtió
en una ofensa para un almswoman pacittiya para introducir un pleasaunce sin pedir permiso. Se dice
que esta fue presentada por el Señor para el entrenamiento de la almswomen. Este reftriftion causado
dificultades para la almswomen, imaginando que podrían no entrar en el parque cuando el almsmen
estaban ausentes, quedó fuera. La almsmen todas habían sido lejos; a su regreso le preguntaron

por qué el parque no había sido barrida y los alimentos suministrados.


La almswomen respondió que el Señor había dicho que no podría ir sin haber obtenido por la misión.
Por lo tanto â€" Todos para mayor conveniencia y comodidad del almsmen â€" una nueva regla
pacittiya fue hecha a la que si uno almsman effeft estuvieron presentes, ^ Estas son explicadas en CV.,
i. * CV., x, 16, i.
^ V., iv, págs. 306 a 308.
272 La
vida en la Orden. Parte III con su consentimiento almswomen podría entrar a la arama.
Pero si un almswoman entró en un parque (en este sentido llamado sabhikkhuka ardma^ que, de
acuerdo con el anterior comentario, es uno donde la permanencia almsmen al pie de un árbol) sin
permiso, sabiendo que el almsmen estaban allí, que era un delito pacittiya. Pero ¿cómo podrían obtener
permiso para entrar, si no se les permite ir en sin permiso si el almsmen estaban allí ? Como razonable
el Vinaya es tan a menudo, aquí no les falle. Ella dice que es inocente de un almswoman entrar
buscando a alguien para preguntar. También se dijo que era culpa de ellos vaya árido buscar a otros a
unirse a ellos, ^sabiendo que estaban allí; para ellos vaya en si existía un camino a través del parque ; o
si estaban enfermos o superar por desgracia.
A medida que pasaba el tiempo, la tendencia general llegó a ser la de elaborar normas más estrictas,
aparentemente con la intención de permitir que tan poco casual- ción intercommunica posible entre los
miembros de las dos órdenes, incluso durante el envío de tareas necesarias.
El intercambio de alimentos parece haber llegado bajo ninguna prohibición; pero un reglamento, no se
refiere a la calidad, ni con la cantidad de alimento ingerido, pero con algunas de las circunstancias
concomitantes de tomar, hicieron un delito por un almswoman sanghadisesa, si ella se inclina hacia un
almsman sexualmente, para tomar la comida de él si tenía el mismo tipo de sentimientos con respecto a
ella.^ varias reglas connefted con albornoces, entró en vigor.
Y almswomen almsmen independientes podrían intercambiar ropas pero era un delito pacittiya- para
dar una ctvara almsman a un almswoman^ que no estaba relacionado.
Cierto almsman había dicho a un almswoman con quien había hecho amistad a través de Going para
limosnas

^ V., iv., p. 307. ^ V., iv, págs. 232, 233.


^ Pacittiya Dhamma, 25 ; Nissaggiya Pacittiya Dhamma, 5.
* V., IV, pp. 59, 121. Coloca en el registro anterior, ia dijo â€oe si ella no le rdation.†cf. supra, pág. 22
5 . &#157; 273
s
el orden de Almswomen budista al mismo lugar, â€oe Este es mi participación (en la bata- di^ribution),
tendrás algunos ?†â€oe sí,†dijo, â€oe &#157; &#157; estoy mal para batas.†le dio una túnica. El
piadoso &#157; almsmen se quejó de esto, con el resultado habitual. Una ofensa nissaggiya
sobrevendría si una limosna- el hombre ha recibido el don de una civara desde un almswoman.^ esta
regla puede haber sido hecha como mucho para controlar la codicia de los almsmen, como para evitar
una cantidad indeseable de reuniones entre miembros de las dos Ordenes. Si muchos almsmen deberían
haber llegado a ser como Udayi como consecuencia de cuyos conduft esta regla fue formada, no
habrían dudado en pedir lo que querían de la almswomen. Él era tan per- en la mendicidad tinacious
civara Uppalavanna para ella, que aunque ella explicó que las mujeres no reciben cualquier cosa
fácilmente, y que esta era su la^t, su quinta civara^ abogó por ella hasta salir de la bondad de su
corazón le dio a él. Las casas de los laicos forman un terreno de encuentro común, donde habría sido
posible conduft este tipo de negociaciones.
Además de la entrega de batas de baño, el lavado de ropas también se convirtió en subjedf a diversos
reglamentos. Se dijo que robes no se lavan (por la limosna- para las mujeres almsmen) a menos
que estuvieran relacionados;® prendas viejas no iban a ser lavados, teñidos o golpeados por el
almswomen para el almsmen, a menos que estuvieran relacionados,^ en una ocasión Udayi habían
tenido relaciones sexuales, llamado el segundo problema de almsmen y brahmanes,® con la mujer
que había sido su ex esposa, y ella se había vuelto con el niño.® ni eran negros goatsâ€TM Secador
de ropa para ser lavada, teñidas o blanqueadas por la almswomen y almsmen juntos;'^ una regla que
resultó de Mahapajapatiâ€TMs quejas.
^ V., iii., p. 209.

^ El CMY. arroja ninguna luz aquí. Cinco probablemente se lail durante algún período de tiempo
determinado.
^ Nissaggiya Pacittiya Dhamma, 4.
* V., HI, págs. 205, 2 o 6. ® Ang., II, pág. 53.
® V., HI, págs. 205, 206. €¢ V., HI, págs. 234, 2355 274' la
vida en la Orden. Parte III Gotama está grabado en ella han preguntado si la almswomen estaban
celosos y arduos y poniendo esfuerzo para salir adelante como un hábito. En respuesta ella contraatacó
con la pregunta, â€oe ¿Cómo pueden ser cualquier cosa del tipo ?†para ella le dijo, el almsmen
lavaban sus goatsâ &#157; negro€TM de prendas de vestir y el cabello teñido con la almswomen y el
almswomen estaban haciendo la misma cosa. Por consiguiente eran negledfcing el alza de los
aranceles.
La costura de ropas por el almswomen para la limosna- los hombres también llegó a ser considerada un
delito.^ decente comportamiento modesto debía ser mantenido en vista, y los medios elegidos para
generar este iba a cerrar las puertas en el flirteo, y reducir las posibilidades de miscondudt.
Muchos de los almsmen y almswomen eran demasiado poco experimentados en ordena a sí mismos,
demasiado descarado para atender las responsabilidades de una vida de mona^ticism, tru^ed. De ahí el
creciente conjunto de reglas . ¿Cómo debería una frívola almswoman ha^ne hacia sus deberes más
altos, a menos que ella eran disciplinados en circum- spedf conduft ? El ^tory de Gotamaâ€TMs
reprenda a Moliya-Phagguna^ para asociar demasiado con la almswomen corrobora también la
posibilidad de reunión. Fue seguido por la reprimenda que tal comportamiento llegó a incurrir
sistemáticamente: que este tipo de comportamiento no haría. Moliya-Phagguna parece haber sido en
tales términos amistosos con el almswomen, que llegó a ser muy molesto si oyó a ninguno de los otros
almsmen hablando contra ellos : mientras el almswomen sobre sus laterales se tornó mucho molesto si
no escuchó ninguna de las almsmen hablando contra él.
En sus reuniones con la almsmen, por lo tanto, debe haber oportunidades para el chisme común;
atención a los discursos religiosos y las ceremonias de las Sanghas no podría haber ocupado sus mentes
V., iv, p. 6i.

° MajjLima, i., 122, 123. Más tarde él parece haber renunciado a la formación y se volvió a bajar
cosas. Saiiiy. Nik., xii, 4, § 32 (2).
275
La Orden de Almswomen Budista a la exclusión de todo lo demás. Después de todo, a pesar de que
nominalmente ascetas, eran humanos.
Además, un dueño de casa de Savatthi y su hijo y su esposa todos entró en la orden ^ pero â€oe no
pudieron permanecer al margen. Ya sea en el monasterio o en el convento de almswomen iban a
sentarse por sí mismos y pasar el día charlando juntos.†El piadoso almswomen &#157; almsmen y se
dice que se han molestado en estas reuniones. La antigua dijo a Gotama; exhortó a los canallas celebrar
nada querido, pero para dedicarse a sus deberes religiosos.
Algunos fueron incluso más que sentarse y conversar.
Por ejemplo, el almsmen Sudinna^ y Udayi® co- habited con sus ex esposas, que también habían
entrado a la vida sin hogar. Posteriormente, se registra Udayi haber sentado solo y aparte con su ex
esposa.^ Este fue hecho en un delito pacittiya. El castigo para la ex inflifted tipo de delito podría no ser
tan sencillo. Como la abstención sexual curso inter- había sido ya incorporadas en las cinco silas^ y
como estos se ha insistido una y otra vez en los discursos, las ocurrencias particulares que se cree que
han llevado a esta situación particular, y no la propia situación, fueron tomadas como base para formar
una ofensa nissaggiya. Que han repetido la prohibición de relaciones sexuales habría sido redundante,
pero si almsmen no podía obedecer los preceptos, las oportunidades futuras de misconduft podría
disminuirse mediante la eliminación del mayor número posible de causas contributivas.
Por lo tanto, en este sentido se declaró que una limosna- hombre que causó un vestido viejo que van a
ser lavados, teñidos o golpeados por un almswoman que no era una relación era culpable de una ofensa
nissaggiya, estas fueron las circunstancias que habían llevado en esta ocasión a la ruptura de la tercera
sila.
Un registro de las conductas incestuosas de una limosna- †̃ Dhp. Cmy. En los versículos 209-211. 2
V., III, pág. 16.
€oe V., III, pp. 20, 206. € ̃ V., iv., p. 68." 276 La

vida en la Orden. Parte III mujer y un almsman, madre e hijo/ quien había sido mantener Vassa en
Savatthi, aparece en el Anguttara; es la ocasión de un largo discurso por Gotama en el fascinante
cadenas ocupados por mujeres para obligar a los hombres. El incidente había sido establecido en el
Vinaya, una norma que prohíba el inmediatamente anterior circunstancias habría sido hecha pero no
prohibiendo la cosa en sí misma.
A pesar del creciente ^Iriftness llegó a ser im- planteados tras la reunión casual, y sobre la regularisa-
ción de la condudfc de negocio serio, sin duda puede ser arrojado a la persistencia de la
intercomunicación entre las dos órdenes. La única duda que quedan son connedted con su dificultad y
su fre- cuencia. Es decepcionante encontrar que los textos vinaya son tan vagas referencias en su
tiempo. Nada mucho más concreto puede ser obtenida a partir de ellos que â€oe en ese momento †La
almsmen o almswomen &#157; hizo esto, o lo otro. Porque las reglas fueron formulados gradualmente,
y porque después se han hecho estragos en el Vinaya, en algunos pasajes un aftion es considerado
culpable, que en otros escapa a todo el oprobio.
La ocurrencia de tales incoherencias han hecho casi imposible determinar una pregunta muy
interesante: a saber, la constitución de la audiencia en los discursos. No está claro si la limosna- los
hombres y las almswomen fueron autorizados a recibir in- struction juntos, o si estaban separados.
No hay ningún pronunciamiento definitivo sobre este punto y no hay una política uniforme parece
haber sido observados. Algunas veces los sexos parecen haber sido mezclados, a veces separados.
Hay frecuentes alusiones en el almswomen Therigatha a quien iba a Gotama donde fue predicar- ing
â€" indudablemente a los hombres, y probablemente a la mujer. En vista de esto no debe admitirse que
en- ' Ang., III, pág. 67.
277
Las órdenes budistas de danzas Almswomen ocurren una y otra vez para sugerir que los sexos fueron
segregadas en los discursos. Aun así, uno no puede dejar de preguntarse si una homilía como Nan-

dakaâ€TMs,^ si tomados aisladamente, daría una falsa im- pression de la constitución de la audiencia.
Se dice que en ese momento altos almsmen utilizado para turnarse en la predicación a los almswomen.
Posiblemente se trata de una innovación. De lo contrario Mahapajapati muSf han oído hablar de él y no
habría â€oe trajo quinientos almswomen con ella al Señor con la solicitud que iba a exhortar y inStrudt
ellos.†^ &#157; pero ella había planteado falsas esperanzas en sus discípulos€TM los corazones, para
que no se oiga un sermón pronunciado por el Señor mismo. En cambio, fueron sometidos a una especie
de catecismo por Nandaka. Él es representado como pidiéndoles una serie de preguntas estereotipadas,
como si estuviera aburrido por todo el procedimiento. Si almsmen estuvieron presentes en esta reunión
y también sobre la ocasión cuando Gotama â€oe Mahapajapati dirigida a dejar todas las almswomen
acude a él en busca de inStruftion,†® &#157; la probabilidad es que hubieran sido mencionados.
Aun así, ha sido a veces homilías dirigidas a almswomen solos y aparte de la almsmen, a falta de más
pruebas definitivas apenas es seguro asumir que siempre fueron. Es más, hay algunos indicios de lo
contrario. En el cuadro de diálogo anterior,^ se dice que el reverendo celoso Punna entró en
Sunaparanta, notorio por la feroz y violenta carrera que lo habitaban; pero debido a su dominio de sí
mismo al final de la fir^ lluvias â€oe había reunido en torno a él quinientos discípulos de cada sexo.â€
pero de nuevo^I se puede configurar &#157; Nandakaâ€TMs â€oe catecismo †y la descripción que
de él como almsman &#157; a quien fue asignado por el Maestro â€oe los principales figuran entre
aquellos que enseñan la limosna- ^ Majjhima, III, 270-277 ; TheragatliS Cmy. En clxxxix.
€oe Majjhima, iii, 270. 3 TherigSthS Cmy. xix.
* Majjhima, iii, 268, 269.
278 La
vida en la Orden. Parte III la mujer.†^ Además, â€Maha-KappinaTMs verso en el Theragatha &#157;
está en la forma de un sermón discursiva dirigida al almsmen.^ contra también se puede establecer la
cuenta de la baja expeftations celebrado por la almswomen del Vihara Savatthi del próximo sermón
cuando era Panthakaâ€TMs gire a predicar a ellos.® la siguiente cita, en su uso del disjunc- tivo,
también le da color a la vista que el cuádruple con- gregation fue segregado en^lruftion : â€oe
imperfecciones

también son un almsmanâ€TMs dissatisfafhion e ira si él está decepcionado por el deseo . . . Para ser
predicador en la almsmen pleasaunce a la limosna, o a las mujeres, ni a los laicos, o a las mujeres
laicas.†^ &#157; Por otra parte de un pasaje en los Jatakas,® parece como si las enseñanzas fueron
dadas a todos los que deseaban oírlo, juntos. Este pasaje difícilmente puede tener la interpretación que
la enseñanza fue dada por separado, la presencia de los almswomen excluyendo que de los hombres, y
viceversa. Se dice que cuando el maestro
estaba en Alavi, muchas mujeres y discípulos laicos almswomen utilizado para Flock para escuchar el
Dhamma predicó; y que la predicación fue durante el día, sin duda, de conformidad con la norma que
prohibía dar la enseñanza almswomen después del atardecer.®, pero a medida que el tiempo
avanzaba la mujer no asistir, y sólo hubo almsmen y hombres-discípulos laicos presentes, y luego la
enseñanza tuvo lugar en la noche. En el comienzo ambos sexos había escuchado con mucho
entusiasmo. Una disminución en las mujeres€TMs entusiasmo es reflefted aquí, fore- remedar la
aprecio aún más tibia que vinieron a seguir. Pero quién es para decir hasta qué punto su entusiasmo e
interés fue estimulada por la proximidad de la almsmen } ^ Ang., I, pág. 25. ® Thera^tha Cmy. En
ccxxxv.
€oe Theragatha, versículo 68, y en la nota 3; cf, supra, págs. 128, 129.
^ Majjhima, i„ 28, 29 ; cf. supra, pág. 127.
€oe Jataka Cmy. en 16.
® V., iv., p 54; véase supra, pág. 129.
279
Las órdenes budistas de Almswomen / La cuestión del posible aislamiento de la limosna- mujeres
en^trudion podría dar lugar a la cuestión de las opiniones sobre su igualdad con el almsmen. A partir de
esa evidencia que existe, no parece como si la sustancia de los discursos fue alterada para satisfacer
cualquier supuesta mentalidad inferior entre los almswomen, sino que era la misma que la de los
entregados a la almsmen. Todo es evidente que ninguna línea de demarcación fue trazada entre la
capacidad atribuida a la mental y a la almswomen almsmen. De ello se deduce que, aparte de su
discapacidad, en tales circunstancias

donde respedt y honor podía ser pagada almswomen fueron, en varios respedts, en pie de igualdad con
la almsmen.
Se dice que el Buda encontró la iluminación para el bien tanto de los y las almswomen almsmen : el
â€oe muchos-folk †incluyeron probablemente hembra-discípulos laicos : &#157; â€oe 0 seguramente
por el bien de muchos folk . . .
Los Hermanos y los Sixers que han encontrado y visto la salvación€TMs syftem y a su manera, el santo
vidente hizo ganar la iluminación.†^ &#157; Esta se encuentra de nuevo en lugar de un formulario
amplificado en uno de Vangisaâ€TMs efusiones :
â€oe 0 seguramente por el bien de muchos folk El Adviento es de ellos-que-lo-se-venir.
De mujeres y de hombres que tengan la regla.
Sí, sin duda, para el mayor bien de los â€" los hermanos y los tamices, que ven en el orden de lo que es,
lo que puede convertirse en â€" para ellos el vidente hizo ganar la iluminación.†^ &#157; La base de
este pasan pueden muy probablemente será la de- claración atribuido a Gotama mismo: â€oe Este que
he llegado a conocer plenamente he declarado a la almsmen, al almswomen, a los laicos, laicas, incluso
esta ^ Sarny. Nik., viii, 12.
Theragatha ®, los versos, 1255-1257. Fue foremofl Vangisa en la facilidad de expresión.
280 La
vida en la Orden. Parte III •vida divina.†^ De nuevo, en una conversación .con Maha- &#157;
Kassapa, Gotama está representado como diciendo que â€oe existen cinco bajar cosas que conducen a
la ob- scuration y desaparición del verdadero doftrine.
Que cinco ? Es cuando los hermanos y tamices, laicos y laicas viven en la irreverencia y rebelde hacia
el Maestro . . . El Dhamma . . . El orden . . . La formación . . . Concentración ^udy

{samadhismimy ^ Esto se asemeja a dos conversaciones que él tenía con Kombala, quien le preguntó
en qué condiciones el Dhamma disminuiría o persistir después del Tathagata estaba muerto. En una
ocasión^ su respuesta fue la misma que la dada a Maha-Kassapa, excepto que para â€oe concentración
^tudy †sustituyó â€oe otro &#157; (afidamanfiam)d' en la otra ocasión^ era el mismo, pero añadió
â€oe hacia el celo y la buena voluntad.†&#157; en el Anguttara Nikaya está escrito que Gotama
decían® que cuatro tipos de personas, almsmen, almswomen, laicos y laicas, si malo y mal, se
contaminan- ciones de la comunidad; pero si buena y virtuosa son adornos.
Si las mujeres comparten con los hombres el privilegio de escuchar el Dhamma predicó a ellos
exactamente en términos similares, que también incurrió en el deber de intentar vivirlo y ponerlo sin
tacha en pradlice.
Ambos deben estar preparados para transmitir la antorcha, y difundir la doctrina amplia en la tierra. Los
derechos y obligaciones de los sexos en este muy importante asunto indiferenciada y la comprensión
del Dhamma les trajo como su recompensa los mismos poderes y ventajas. Así fue que almswomen así
como almsmen podría estar empapados de codicia, odio ^ Saipy. Nik., xii, 7, § 65 ; Sarny. Nik.,
XLIL, viii., § 7, donde utilizando el símil de los campos Gotama dice que él también da el Dhamma
â€oe a mi {mayJiafp) vagando recluses y brahmanes que sostienen opiniones distintas de mine.â€
&#157; ^ Sarny. Nik. xvi.,§ 13. ^ .Ang., hi., pág. 247.
^ .Ang., IV, pág. 84. ® .Ang.,II, pág. 225.
281
La Orden de Almswomen budista
y la ignorancia, y que podrían estar faltando en insight ; o pueden haber destruido totalmente los
cankers y estar en posesión del derecho insightd pueden dejar estos cankers que objefts percibida por el
ojo dan lugar sobre difundida en el corazón; pero si no exi^l, si están abandonados, que no sobre
difundida en el corazón, incluso cuando objedfs insignificante, por no hablar de considerable objedfcs,
entran dentro de la gama del ojo.^ según Ananda tanto almsmen y limosna-
las mujeres pueden dar el logro de arahanship y caída de los senderos.® Esta vista aparece de nuevo
en la parte posterior del Anguttara. Es ahí, señaló que uno de los almswomen almsmen o que no ha
conquistado el corazón ni dediroyed wadies de las ataduras de la mente, de día o de noche expedi un
alejamiento de la buena y no un avance hacia ella.^ en ese caso, si un o una almswoman almsman
estaba llena de vergüenza por un delito, él o ella era expedl los mismos resultados.®, pero no puede
ser ninguna causa para ser llenados con vergüenza y luego la diate sería un final feliz. Esto es llevado a
cabo por la respuesta dada por el Wanderer Vaccha-Gotta Gotama, quien le quedlioned en cuanto al
número de sus seguidores que habían introducido en â€oe y habita aquí y ahora en esa liberación del
corazón y de la mente que está sin Cankers.†Gotama exadlly &#157; dio la misma respuesta en el
número de respedl almsmen, almswomen, laicos y laicas.® en una curiosidad poco pasaje, también
en el Anguttara,'^ está registrado que dos devas parecían Gotama, y anunció que algunos almswomen
había convertido en com- pleto liberada y emancipada {anupadisesa.^ suvi-
la noción de que las mujeres eran capaces de alcanzar la iluminación es enfatizada en otro pasaje que
Ang., II, pág. 144, ^ Sain,7. Nit., XXXV., iv, 3, § 190 (4).
Ang., II, pág. 1 57. * Ang., v. p. 17 â€F. ® Ang., II, pág. 242.
MajjHma !., 490-492. Ang.,iv,p. 75.
282 La
vida en la Orden. La parte III se produce en el Samyutta Nikaya.^ excepto que aquí las palabras son
atribuidas a Gotama, puede ser comparada con el pasaje en el Majjhima Nikaya-^ que describe
Nandakaâ€TMs sermón al almswomen. Tanto hincapié en la noción de crecimiento y hacer que se
conviertan en (bhdveti, bhdvand) que ^uck en el Budismo a pesar del temor y la depreciación del
devenir

(bhava) que también creció en ella. En el pasaje de la mujer Ariyan Samyutta discípulo es descrito
como uno que â€oeincreasing en cinco crecimientos (vaddhi) . . . Los
aumentos en el crecimiento Ariyan, gana la esencial, gana la excelencia. Que cinco ?
Ella crece en la fe, crece en la virtud, en el aprendizaje, con generosidad, en sabiduría. Tal crecimiento,
hermanos, ella gana el esencial y gana la excelencia.
€oe que en este mundo en la fe y en la virtud, crece en sabiduría, generosidad y lore â€" un discípulo
virtuoso, en este mundo, gana lo que es esencial para ella. {Sarap aitafio.)†en el Majjhima &#157; se
dice que â€oe existen siete faftors de iluminación, señoras, por el crecimiento y el aumento de la cual
dentro de sí mismo, por la almsman (^e^truftion del Cankers viene, aquí y ahora, para habitar en la
liberación del corazón y de la mente que no conoce Cankers que, de por sí, y él ha intuido, realizado y
desarrollado.†Es importante que la mujer Ariyan &#157; nada menos que la almsman es considerada
no como un terminado produft, no como el juguete de circunstan- cias fuera de control, sino como
capaces de crecer y volverse y avanzar. También es significativo que en ambos pasajes el crecimiento
está atado a este mundo (bid TMeva€, justo aquí€TM. Aquí y Ahora), en la temprana (antes Nikaya)
partes de los libros aquí y de aquí en adelante es muy destacado. Su disjunftion despierta una siniestra
aprehensión de una creciente mis 1 Sarny. Nik., XXXVII., III, 3, § 34.
€oe Majjhima, iii, 275.
283
El orden de representación Almswomen budista para seguir, una tergiversación- no multó a este punto
únicamente, sino que se extiende a varios.
De nuevo, tres meses antes de su muerte, Gotama inti- mated este evento acercando a Ananda;^ pero el
discípulo, siendo bastante lento perspicaz, no acaba de entender la tendencia de la conversación, y no
pido Gotama para prolongar su vida por el ejercicio de sus poderes mágicos.
Pronto después de que él había dejado Gotama, Mara apareció y dijo: â€oeNow es el momento para
que el exaltado CDne pase

lejos de la exigencia, por el exaltado ha hablado estas palabras, †̃ no voy a pasar lejos de exigencia,
eres malvado, hasta me han cobrado almsmen como mis discípulos que son sabios y disciplinado, bien
entrenados, seguros en la Doftrine, erudita, versados en la ley, los ex-Perts en la superior y la inferior,
corredl dodtrines: en sus qondudl:, practicado en el menor de los deberes, a proclamar, enseñar, dar a
conocer, analizar, explicar y aclarar lo que han aprendido de su Maestro, para refutar y demoler por sus
conocimientos toda difamación del Dodlrine, y difundir la maravilla de trabajo en el extranjero
dodlrine.â€TM ... No voy a pasar lejos de exidfence tú, malvado, hasta me han cobrado la limosna-
mujeres como mis discípulos [la repetición como arriba]. Hasta he ganado devotos masculinos como
repetición, etc. [arriba].
Hasta he ganado devotos femeninos, etc. [arriba] la repetición como.†^ Gotamaâ€TMs pensamientos
aquí son los mismos para todos &#157; cuatro grupos de sus discípulos, como lo son también las
normas que él les expedts para observar, y el tipo de vida que él les expedts al plomo. No didtindlion
entre lo que los hombres pueden ser y hacer y lo que las mujeres pueden ser y hacer es insinuó, sino
que, por el contrario, es evidente que en lo que respecta a la vida religiosa, las mujeres se consideraban
tan competente como el hombre.
- La conversación que Sakka se dice que han tenido con Gotama® mostrarles como capaz de pensar a
lo largo de ^ Mhp., iii., § 3-5, 34-47; Udana, Jaccandha, § i, tr. D. M.
Strong, p. 88 ff.j Ang., IV, págs. 308 y ss.
^ Ibid. * Diálogos, II, 271, 372.
284 La
vida en la Orden. Parte III las mismas líneas que los hombres. Dios es retratado como diciendo : â€oe
una hija del denominado Gopika trufted Sakiyans quien en el Buddha, el Dhamma y el orden y que
cumplan los preceptos . . . Después de haber abandonado una mujer€TMs pensamiento y de haber
cultivado los pensamientos de un hombre, fue en la disolución del cuerpo, después de su muerte, renace
a una vida agradable, en la comunión de los treinta y tres dioses, en filiación con nosotros.†&#157;
después de una disquisición^ en el ejemplo más valioso que un difunto almsman puede ser uno que oye
acerca de su vida, Gotama es retratado como va a decir las mismas cosas acerca exaftly aquellos
almswomen y luego acerca de la lay-seguidores de ambos sexos que influir en aquellos que vendrán
después de ellos. Estos pueden ser â€oe ^tablished

en conocimientos †; pueden ser aquellos que regresan &#157; no más; una vez que se reincorporan al
mercado laboral a â€oemake un fin de ; &#157; ill†o â€oeembarked en la secuencia de la salvación . .
. Y destinados a ganar la iluminación completa.†cuando una limosna- &#157; mujer aprende que su
predecesor, el fallecido había sido virtuoso en vida y conducta y tranquila del corazón y también había
ganado la liberación, â€oe concentra todo su corazón al quedar como ella para que su vida sea bendita.-
†&#157; almswomen nunca había hecho más que inspiran esta emulación de sus vidas, estaban
irreprochable esta eduftion de bienestar desde simplemente camina, todo lo que se podía poner a su
favor, que por sí solo sería suficiente ju^cosificación para su admisión a la Orden.
También se dice que cualquier persona, hombre o mujer, que persiste en la realización de obras de
elección deliberada recoge un destino que de ninguna manera depende del sexo del wilier.^ ahí es que
maravillas pueden ocurrir en el Cetiyas (las tumbas y montículos planteadas sobre las cenizas de los
muertos) de todos los que han pasado del todo ausente cuando â€oe alguna mujer o algún hombre de
corazón creyente, capaz, inteligente, sabio, dotado con Insight, puede tomar ately deliber- perfumes o
una guirnalda o un paño y coloque ^ Majjhima, I, 465-468. * /^/V., III, 204-205.
285
La Orden de Almswomen Budista en el Getiya, haciendo la voluntad de â€oe puede tales y tales una
maravilla tener lugar.†^ dotado de esta facultad especial &#157; mujeres se colocan en la misma cate-
con la arahans morbosos y los devas, a quien se atribuyen semejante maravilla-capacidades de trabajo.
Dos casos curiosos se encuentran en los diálogos que coloque el almsmen y la limosna- las mujeres en
plano de igualdad. La firft ocurre en con- nexion con determinadas marcas de Superman desconcertado
en alguien que es un Buda.^ dijo ser popular entre almsmen y almswomen, laicos y hermanos y laicos-
siXers, y ser amado por ellas; para obtener su lealtad; su conformidad a sus deseos; y su atención por su
voz; unas Naciones siguientes againX indivisa en sí, bien de almsmen y almswomen, laicos- hermanos
y laicos-siXers, todos ellos puros de corazón.
La otra es la petición, poner en la boca del rey, que Vessavana Gotama, sin duda como un ejemplo para
los demás, aprender un cierto â€oeward-runa que ambos almsmen almswomen y de la Orden y laicos-
hombres y mujeres seglares que pueda habitar en la facilidad vigilado, pro- teXed e ilesos.†® Este
tipo de ward-rune fue &#157;

^ Milindapanha, iv, 8, 51. ® Diálogos, iiii, 168-177.


® es la Atdnata ward-runa, llamado por el Cmy. Una ciudad. Da protedHon contra seres no humanos
en un pueblo o aldea. Dia- logues, iii, 195, 203, 205, 206, donde la palabra rakkha es utilizado. Cf.
Jataka, 31. El Bodhisatta hizo respuesta : â€oe Sire, no tenemos otros hechizos pero esto, que no es un
hombre entre toda la vida deftroys treinta de nosotros, o toma lo que no es dado, o el propio
miscondufts, o mentiras : Nosotros no beba bebidas fuertes; nosotros abundan en la bondad amorosa ;
mostramos la caridad ; nivel tenemos los caminos, excavar cisternas, y construir una sala pública ; este
es nuestro hechizo, nuestra salvaguarda y nuestros fength.†Cf. también Theragatha Cmy. En czcv.,
&#157; árbol-talk, rukkha-katha, que Rhys Davids BuddhiSl historias de nacimiento, Londres, p. 1 1 8,
nota, dice â€oe será un error para TMs€scribeâ rakkha- kathS, †̃ guardia-talk â€TM †̃ ward-
rune.â€TM †Cf. una fórmula Jain pronunciadas por la Reina &#157; Paumavai, cuando ella fue
llevada en una oscura y terrible madera : â€oe entonces el quíntuple fórmula de adoración es mi refugio
(reverencia a los arjats !
La reverencia a los liberados queridos ! La reverencia a los maestros ! Rever- encia a los profesores !
La reverencia a todos los santos monjes en el mundo !).†&#157; procedió a enumerar todos los
peligros que el poder de la fórmula puede desterrar. Meyer, Cuentos hindúes, Londres, 1909, pág. 123 y
ss. la
vida en la Orden. Parte III
pensó que él definitivamente diferente de la clase baja hechizos mágicos {tiracchanavijjay- que los
laicos com- que el almswomen plained estaban aprendiendo como las mujeres del mundo, en vez de
repeler como indigno de recluses.^ la comparación con las mujeres de todo el mundo sugiere que tales
pradlices fueron en cierta medida prevalente, vestigios de la época Védica. Tales aprender- ing fue
prohibido el almswomen como resultado de las gestiones realizadas por los laicos; sin embargo, se
afirmó que no existía culpa inherentes al aprendizaje de la seguridad un hechizo, un encanto (j/aritta) a
ward lejos de peligros.
Esto está en conformidad con un permiso otorgado en el Cullavagga^ conocido como Khandha paritta,
donde se dice que Gotama permitió almsmen â€oe a hacer uso de una salvaguardia para ustedes, para
su seguridad y protedtion †againdt mordedura de serpiente. Uno de los miembros &#157; murieron
por esta causa.^ estas declaraciones son suficientes para mostrar que una cierta cantidad de igualdad se
concede a todos los miembros de la congregación mientras cuádruple: en este mundo y en los asuntos
que sólo podría aplicarse a los miembros de la Orden, así como a almswomen almsmen. Suma- Ming:
se dice que el vidente ganó iluminar-

ment para ambos y almsmen almswomen, laicos y layworaen y enseñó el Dharama igualmente a las
cuatro ramas de la Congregación; que el virtuoso o mal comportamiento de los miembros de estas
cuatro ramas effedt tendría un análogo sobre la persistencia o desaparición de el Dhamma, y sería la
comunidad affedt para bien o para mal; que las mujeres tienen
la palabra Psli ^ b para la védica, wUya, conocimiento. Muestra cómo bajo el uso y el significado de la
palabra vidya se había convertido en que había llegado a significar hechizos mágicos. El cuarto Veda es
fuU de tales hechizos.
Cf. aboye, la vida de la orden, p. 238, nota 2. Véase también Keith, la religión y la filosofía y
Upanishads, Harvard, 1925, págs. 445-446.
^ V., iv., p. 305. ^ CV., v., 6 I.
- ocurren en otros hechizos ̃ Ratana Sutta, Sutta-NipSta, S.B..
ed., pág. 36, versículos 874-876 ; Theragatha ; Ang., ii, p.
mordedura; Samy. Nik., xi., i, § 4; Jataka, 159. K
La Orden budista de la misma Almswomen limitaciones espirituales o el mismo mi^ic poderes como
hombre; que almswomen pueden crecer y convertirse en tanto como almsmen mayo; que Gotama no
moriría hasta que él había ganado sabia y disciplinada y almsmen almswomen, laicos y laicas como sus
discípulos; que las mujeres pueden ajustarse al mismo tipo que el hombre en su relación con el
Superman ; y que todos ellos puedan ser vigilado y de seguridad protefted-runa.
Además de estas palabras acerca de algunos de los privilegios, los atributos y las influencias del
Gotamaâ€TMs religiosos y laicos discípulos aquí y ahora, varios pasajes se refieren a los Estados a los
que se puede tener la esperanza de alcanzar en el futuro becomings.
Una vez cuando estaba en Nadika Gotama alojándose en el ladrillo Hall, Ananda utiliza los mismos
términos para interrogarlo sobre el renacimiento y el destino de un almsman, un almswoman, un devoto
laico, y una devota laica, que había vivido allí. ^ Gotama le contestó tan plena y completamente para
las mujeres como para los hombres, algunos de los cuales tuvieron similares destinos. Él está grabado
habría dicho que el si^er Nanda â€oe tiene por la completa de^trudtion cinco de los vínculos que unen a
la gente este mundo convertido en un heredero de la highe^ cielos, allí para pasar enteramente fuera, de
allí para no volver jamás,†&#157; y que la mujer devota Sujata â€oe se asegura del final.†salvajtion
&#157;

dos veces la misma idea se reunió con en el Anguttara;^ donde se dice que cualquier almsman o
concentrados almswoman tenazmente en cinco maneras cosechará recompensas una de dos: o el
conocimiento perfecto {aMa) en esta vida, o en la pizarra de una no-returner (anagamita) después de
esta vida.
Gotamaâ€TMs la imparcialidad
de la mente con respecto a las mujeres es confirmado en las palabras atribuidas a él en uno de los
Jatakas â€oe sin discípulos, hombres o mujeres, que buscan refugio en las Tres Joyas . . . Son cada vez
renace en ^ Mhp., ii., §§ 6, 7. ® Ang., III, pp. 81, 143.
® Jataka Cmy. i.
288
• La vida en la Orden. La parte III del infierno y el como estados; pero yo-eleased de todo el
renacimiento en estados de sufrimiento, pasan al ámbito de Deva's y no recibir gran gloria.†&#157;
Habiendo brevemente analizado esta vena bastante amplia de la igualdad, en cuanto a asuntos más
mundanos, se encontró que el orden acostumbrado de los sexos nuevamente cruza la visión. Aunque la
igualdad es ftill a la vista, como lo demuestra la siguiente cita,^ un equilibrio exadt no puede
mantenerse. €oe las donaciones a la Cofradía son siete. Entre estos Firdl clasificar la donación a
ambos el almsmen y almswomen con el Buda en su cabeza; la segunda proviene de una donación a
ambos y almsmen almswomen cuando el Buda no es más; en tercer lugar está dando a todo el cuerpo
de almsmen ; cuarto a todo el cuerpo de almswomen ; quinta es un número fijo de seledled almsmen y
almswomen ; sexto a un número de almsmen seledted; y el séptimo Cofradía donación es dar a un
número fijo de seledted almswomen.†&#157; efectivamente, en tratamiento y praftice adfcual la
limosna- las mujeres no estaban tan honrado como el almsmen.® por la aprobación de la vida y de
vestir la túnica de un Orden, procure ella nunca Tan duro, la mujer no puede ser ya sea en sí misma o
unsexed en los pensamientos de los hombres. Ella es una mujer ftill. Además, las opiniones relativas a
la condición de la mujer, que se había celebrado durante siglos anteriores a la hora de Gotama no
permiten a todos sus discípulos para sostener su actitud sin prejuicios hacia ellos. El dueño de casa,
Citta,®, por ejemplo, iba mucho, pero no podía ir lo suficientemente lejos en

su mente disburdening de la concepción de la mujer como mera mujer y, como nada mas â€" o menos.
Él mismo había obtenido la conversión sin ver al Maestro. Entonces, él pensó que él debe ver ^ Maj
jhima, iii, 255, 256.
^ en da7 Birmania y Ceilán monjas tienden a ser bastante menospreciados y mucho menos respeft
comandos de los monjes.
€oe Dhp. Cmy. En los versículos 73 y 74.
289
T
Las órdenes budistas de Almswomen hini&gt; y decidió ir a él en Savatthi, treinta leguas. Reunir a su
comitiva pidió almsmen y almswomen, laicos y laicas para hacer uso de esta oportunidad y
acompañarlo.
Se reunió con una gran respuesta, y â€oe con él salieron de almsmen y almswomen y discípulos laicos
tanto el macho como la hembra quinientos cada uno.†hasta el momento, tan &#157; bueno. Pero â€oe
como la procesión se acercó a las monas- tery, quinientos almsmen liderado el camino. La casa- Holder
dijo a los eminentes hembra-discípulos laicos; †̃ Reverendo tamices, siga en la parte trasera.â â€
&#157; TM que sería interesante escuchar qué lugar el almswomen tomó en la procesión, y si, como es
probable, que precedió a los laicos. El claustro podría tener derechos de prioridad sobre el mundo, pero
dentro de cada división, las mujeres no tenían derechos de prioridad sobre el hombre.
Por ejemplo, es cierto que el almswomen se unieron para tratar la almsmen con una deferencia tem-
pered con humildad. Las quejas de los almsmen pacittiya habían conducido a un delito que se incurre
un almswoman si ella se sentó en un asiento o incluso en el suelo delante de un almsman sin pedir
permiso,^, a menos que estuviesen enfermos ; o si ella le pidió una pregunta sobre el Vinaya, el
Abhidhamma Suttantas, o sin pedir su permiso. ^ en otras dos cuestiones una posición
almswomanâ€TMs se muestra muy diferente de un almsmanâ€TMs, no sólo en grado sino también en
especie. Se dice que una almswoman no puede crear un cisma en la orden, pero sólo una limosna-
hombre.^ la implicación parece ser que una limosna- la mujer no puede ser suficientemente potente,
original

o heterodoxo líder de pensamiento religioso para crear altercados, discordia, rencillas, divisiones,
desunión, ^ V., iv., p. 343; véase supra, pág. 121.
^ V., iv., p. 344. Nota la mención del Abhidhamma aquí.
Otras referencias en V., i., 64, 68 ; V., iv, 144 ; Majihima, i., 214,218,47201,239.
Milindapafiha, iv., I, 28.
290
IjIfe en la Orden. Parte III separaciones, escisiones entre la Sangha. Si la limosna- las mujeres no
predicar a los almsmen almswomen ni a los otros, pero sólo a los laicos, es fácil ver que no iban a tener
el máximo de posibilidades para la expresión de sentimientos religiosos que estaría en consonancia con
la formación establecidos por el Señor, o contra él, y que su esfera de influencia sería limitado. Pero si
una persona disidente debe surgir, y en las conversaciones privadas que su posición clara, siendo tan
sólo una mujer, sus palabras y la enseñanza no deben tener ningún peso conectados a ellos. Hay en
fa£t no hay registros de ninguna mujer que han conseguido crear un cisma, o de cualquiera de los que
intentaron hacerlo: y desde esta discapacidad cifras en el Milindapaflha y no en la literatura canónica,
puede tomarse simplemente como una prueba más de que por el momento esta obra fue escrita por
mujeres se volvieron a recaer en una posición degradada, y mayores diferencias entre ellas y los
hombres volvieron a oscurecer el horizonte.
Nuevamente, a pesar de todos sus ilrivings como almswoman religieuse, no podía esperar para alcanzar
el más alto de todos, ftate Budeidad.^ al final de la ronda de convertirse, se dice: â€oe una mujer no va
a convertirse en un Buda, absolutamente santo y perfeftly iluminado . . . Ni un monarca universal.†el
segundo sigue &#157;
de la fir^t, para un hombre que nació con determinadas marcas será el uno o el otro según que él deja el
mundo para las personas sin hogar ilate, o permanece en él.
El Majjhima^ no se contenta con afirmar que una mujer no puede ser ni un Buda ni un monarca
universal, hace una profunda negación de la potencia de la mujer a subir a la cima en cualquiera de los
reinos.
€oe Es imposible para una mujer ser un arahan todos- iluminados ; pero es posible que un hombre. Es
imposible para una mujer ser Emperador del

mundo, pero es posible que un hombre. Es im- posible para una mujer ser Sakka, o una Mara, o ^
Ang.ji., p. iiz. * Majjhima, III, 65, 66.
291
Las órdenes budistas op Almswomen a Brahma; pero es posible que un hombre esté a cualquiera de
estos.†&#157; puede no estar fuera de lugar aquí para hacer algunas observaciones sobre la forma en
que fueron almswomen ad- vestida de conversación por los miembros de las órdenes.
Hay dos formas de dirección. La almswomen casi siempre llama uno otro ayye, una forma cortés de
dirección, ser^I traducido por señora o mi señora^ pero hablando de sus miembros son ocasionalmente
presen- tar que han utilizado la palabra para laicos ordinarios siller, hhagint (Vocativo, hhagint). Dos de
esos casos se reportaron en el Vinaya; uno^ es cuando algunos almswomen habrían dicho a los demás,
â€oe la orden †̃ alabanzas â€TM desprendimiento (o vivir en reclusión) en la limosna- mujer
(bhaginiyd)', y el otro, ^ cuando Thullananda hablando con algunos almswomen está grabado han
utilizado la misma frase. Comparable a esto es el uso de la palabra en la parte narrativa de la BhikkhunI
firft Parajika,® que probablemente encarna uno de los fir ft reglamentarias. Allí se dice que en ese
momento cuatro tamices (bha^niyd) tomaba los pedidos bajo la almswomen (bhikkhuntsu). Desde la
reaparición de Nanda en sus nombres (Nanda, Nandavatl, Nanda, Thullananda Sundari-), o bien puede
ser significaba que eran naturales y tamices por lo que el término es literal, o este uso de bhaginiyo
pueden tenerse que indicara un cambio de inmediato ftatus inminente, si no logra aflually, desde
mujeres laicas a almswomen.
La pregunta es, se usa la palabra hhagint simplemente por casualidad ; o fue su utilización deliberada,
con la intención de implicar algún tipo de vínculo con el mundo; o se implica inferioridad.? En el
segundo caso, incluso con la posible excepción, no como una regla suggefl cualquier tipo de relación
cuando la sangre utilizados por los miembros de la orden, pero fue simplemente significaba para
ejemplificar la pasión- menos affeftion del â€oe sifler-mente,†que era el único &#157; 1 V., IV, pág.
239. 2 p_ 3 .
^ V.,iv,p.2II.
292 La

vida en la Orden. Parte III cuenta que el almsmen debería tener para la limosna- mujeres.
La almswomen Almsmen suele presentarse como ayye, y las laicas como hhagini^ para que en todos
los eventos ^hasta pertenecía al mundo. La almsman Ratthapala causados a su ex esposa swoon,
llamándolos hhagini^ también abordan a veces almswomen como bhagini^ como por ejemplo cuando
lo reprendió por no haber barrido su parque durante su ausencia.'* Los laicos siempre abordan la
almswomen como ayye^ de hecho se mantiene en una cierta cantidad de veneración.
Dos agrupaciones de la utilización de bhagini en círculos religiosos podría sugerir que el orador
considera a la persona que estaba hablando como inferiores a él.
Hubo Firft su uso dui'ing la exhortación cere- mony : â€oe eres, tamices (bhaginiyo) todos aquí (o de
una sola mente, samaggd) ? Esto, tamices (bhaginiyo), es la exhortación,†y también para su
destitución al final: â€oe &#157; Go, tamices (bhaginiyoy^ En segundo lugar, fue utilizada a veces por
almsmen en abordar sus ex esposas que se habían convertido en la limosna- mujeres.'^ el yugo de la
vieja sensación de superioridad podría ser demasiado ftrong ftill de traer a sí mismos para utilizar el
formulario, Bhagini ayye, una palabra que les accuftomed laicos en su vida, y uno libre de toda
implicación de deferencia debido, beft expresan su relación alterada a quienes se había vuelto
prácticamente sus tamices.
V., iv, págs. 17, 21, 132 ; V., iii., p. 83. En ambos
casos, estos M el vocativo bhaginiti es utilizado. Cf. Ang., v., págs. 47, 138. Cf. CV., 4, 7, donde los
seguidores de dirección Bhummajaka Mettiya y un esclavo-girl como bhagini. Cf. Sarny. Nik., XXXV.,
III, 3, § 133.
® Majjhima, ii, 64.
^ V., iii., p. 162 ; V., iv, págs. 59, 61, 63, 65. ; Cf. Ang., IV, pág. 428.
Cf. Samy. Nik., xzviii. § 10, donde se aborda la paribbajika Sariputta, Sucimukhi, como bhagini.
€ ̃ V., iv, págs. 306 a 308.
®, por ejemplo, V., iv, págs. 248, 255, 261, passim.
® V., iv, págs. 50, 54. €TMâ TM V., iii., p. 205 ; V., IV, pág. 263.
293

Las órdenes budistas de Almswomen estas dos agrupaciones podrían apoyar la opinión de que había
una influencia prolongada del mundo mani- festing, por un lado, en la forma de dirección utilizada en
la exhortación ceremonia, uno de los earlieSl reglas establecidas, y donde el adjuSfment los detalles sin
firSf, posiblemente persista como anomalías en todo; y, por otro lado, en los casos de personas casadas
almsmen que quizás resultó casi imposible liberarse de sus asociaciones mundanas cuando habla a sus
ex esposas. Pero debido a que la palabra aparece una y otra vez a lo largo de todo el Vinaya en ninguna
de estas conexiones, ninguno de estos dos grupos puede dar una justificación válida para la teoría. El
uso de la palabra bhagini por miembros de la Orden, debe considerarse como uno de esos
inconsistences pertenecientes a un fenómeno vivo.
294
CAPÍTULO IV {continuación) La vida en la Orden. Parte IV Anauda y mujeres. €" Gotama y
mujeres, oh f todos Gotamaâ€TMs discípulos, Ananda fue el mo^t popular entre los almswomen.
Varias razones explican la estima en que lo retuvieron. Su solicitud por su causa, cuando, como es
registrado, sólo cinco años después del comienzo de la miniftry, Maha- pajapatl y sus seguidores
llegaron a Gotama, para pedir que la orden podría ser abierto a la mujer, fue caract.- teriflic de la
simpatía que le brindaron a lo largo de su vida. Sus incansables esfuerzos en esa oca- sión unforgetting
muft han evocado su gratitud.
A partir de ese momento, se habrían sentido que en él tenían un amigo â€" quien tiene un sesgo
feministic definitivamente. Pensamientos para todo tipo de mujeres tan constantemente surgió en su
mente, que no pudieron dejar de apreciar la forma en que los fieles se mantuvo sus intereses y derechos
a la palestra, mientras que otros pueden haber olvidado y defienda su causa todo el tiempo. Él era un
hombre de mundo, un descendiente de una familia noble y un primo de Gotama. Había una buena
cantidad de savoir-faire, y fue adquirida en el arte de llevarse bien con todos los tipos y condiciones de
hombres y mujeres. Fue sabio y gentil. Él no estaba tan interesado en aprender y abstrusos temas

como fueron algunos de los otros discípulos, pero siempre estaba más ansioso por pensar de los
altibajos normales de la vida y a difundir la comodidad y la felicidad.
Incluso si él era tonto en asuntos espirituales y muy a la zaga los demás discípulos en jefe ganando
arahanship, en los asuntos terrenales â€oe él es un hombre sabio, 295
la orden de Almswomen almsmen budista, es Ananda. Él sabe cuando es el momento adecuado para la
almswomen almsmen y los de la Orden, para los devotos hombres y las piadosas mujeres ... para venir
y visitar el Tathagata. ./. } Ciertos es que si Ananda predica a un número de hermanos, a un número de
almswomen, hombres piadosos, pías mujeres, están llenos de alegría en el discurso, pero incómodo si
él está callado.†^ en elogiar Ananda altamente &#157; sólo que hubiera sido justo a él para
mencionar algunos de los beneficios que le había conferido a la mujer, así como sobre los hombres,
algunas de las maneras en que le ha sido de utilidad para ellos, y la buena opinión en que celebró su
predicación. Además, desde la limosna- las mujeres, por el tiempo que su muerte se enfoque Gotama-
ing, innegablemente había ganado para sí mismos una posición reconocida en el orden, la notificación
de la affedfion que Ananda inspirado en ellos no podría ser superado en la enumeración de sus buenas
cualidades.
Su especial interedl en mujeres es arrojado en alivio por las respuestas dadas por él, Revata,
Anuruddha, Maha-Kassapa, Maha-Moggallana y .Sariputta, a la pregunta formulada por Sariputta, â€oe
qué tipo de limosna- hombre podría iluminar la madera respedlively Gosinga otros expresaron la
opinión de que tal hombre sería dada a la meditación, uno con el Ojo Celestial, uno pradlising ascesis y
de recomendar a otros, uno hablando con otro sobre la Doftrine, y uno puede tener auto - maestría.
Anandaâ€TMs respuesta fue que esa almsman sería "una que valora y atesora lo que él ha enseñado,
que aprende y conoce de memoria las ideas que . . . Declarar la vida superior . . . Y predica que
ambas almsmen y almswomen y a los fieles laicos de ambos sexos.†^ tenía un deseo genuino de
&#157; difundir la enseñanza no sólo entre los hombres sino también entre las mujeres.
€ ̃ Mhp., V. § 37. Mhp., V. § 38.
® Majjliima, i., 212, 213. 213.

296 La
vida en la Orden. Parte IV en cierta medida cumplió este deseo para él pudo cafèt su red a lo largo y
ancho entre diferentes tipos de mujeres, y estar al servicio de muchos en diversas esferas de la vida. Por
ejemplo, se registra que él informó Jana-Vasabhaâ€TMs Aory después de que él había oído desde el
exaltado : â€oe Al almsmen y almswomen, para creer que los laicos y laicas.†^ &#157; él intercedió,
aunque sin éxito, para Mahapajapatl cuando ella estaba ofreciendo al Señor dos nuevos trozos de tela
que ella había hecho con sus propias manos.® Los dos conservadores de grasa Tissa® para la
veneración del punto en el que lo lleva. Destacan como docu- mentos que muestran la manera en la que
una mujer se resentían cualquier leve tirado en su favorito. Ella estaba dis- contento porque Maha-
Kassapa predicó en la presencia de â€oe Ananda, el docto sabio,†como si, por lo que dijo, â€oe la
aguja &#157; buhonero se estimen que podía vender una aguja para la aguja-maker.†nuevamente ella
estaba disgustado &#157; porque oyó que Ananda â€oe ha sido chidden y llamado †̃ boy â€TM por
Maha-Kassapa.†El resultado &#157; parece haber sido y es dado al final de cada ^tory, que ella se
alejó de la vida santa.
Anandaâ€TMs consideración por las mujeres se observa en esta misma ocasión cuando propuso Maha-
Kassapa que deberían ir a â€oe un cierto â€almswomen TMs asen- ment,†probablemente para
confortar a los reclusos en &#157; el reciente fallecimiento del Buda. Se puede dudar que creía de
verdad en las declaraciones que se le atribuyen en el presente ^tory, que â€oe las mujeres son tontos.â€
^ Él &#157; probablemente estaba simplemente haciendo un intento de calmar la agravada Kassapa,
cuya respuesta, además, sug- bre sugiere la posibilidad de una afición entre Ananda y el almswomen.
Ananda librado a sí mismo ningún problema si él pensó % que pudiera ayudar un almswoman por
dilucidar la ^ Diálogos, II, 218. * Majjhima, iii, 253.
® Sainy, Nik., ivi, §§ 10, II,
297
El orden budista de Almswomen

enseñando a ella. En una ocasión un almswoman que estaba enfermo o que estaba fingiendo estar
enfermo/ enviado por él a fin de que, después de haber llevado a él a ella, podría tratar de seducir a él.
Ella podría haber tenido poca idea de la integridad de su charadter si ella pensó que podría haber
logrado. Él respondió inmediatamente al mensaje que un enfermo almswoman desea verlo. Pero tan
pronto como vio el verdadero ^suerte de exteriores le dio un discurso calculado para establecer en ella
la ftrait y estrecho camino.
El Theragatha Comentario,® mientras mencionando la opinión de que un versículo determinado es
hablado por Ananda en la admonición de quienes habían lodh sus cabezas a la vista de Ambapali,
considera que él pronunció con el fin de hacer la mujer laica Uttara, que estaba sufriendo su propia
belleza a disponer su sensualidad, comprender la fragilidad del cuerpo.
Sin embargo, si él ahora y nuevamente tuvo ocasión de reprender ciertas mujeres, también hubo otras
veces cuando habló con ellos y los exhortaba a amistosa y pacífica en el discurso. Su aftivities no
estaban confinadas dentro de los límites de la Orden. Él también parece haber tenido extensas
relaciones w'th las laicas, como sus visitas a la casa de Migasala teSfify,^ y con los demás.
El tipo de tema que se debatiría podría algunas veces recordaba la sustancia de las conversa- ciones se
comunicó que había celebrado con la monja Jati- lagahiya,® un adepto de la se 61 ; del cabello
enmarañado de la Tebaida. Ella le preguntó cuál era el resultado de la intensa concentración que, a
través de una serie de conexiones causales, que ella Xated, llevó a que la felicidad ' Ang., II, pág. 144 y
ss.
â€oe es la interpretación dada por Nyanatiloka, Die Reden des vol. II, pág. 239, nota.
€oe TheragStha Cmy. En cclx.
^ Mg., III, 347 ; Ang., v., 137. Estas probablemente se refieren a la misma ocasión, precisamente como
la misma conversación se graba en ambos lugares.
® Ang.,iv, pág. 427).
298 La
vida en la Orden. La parte IV,

que nada podría el tormento. Él respondió: â€oe El fruto de la sabiduría suprema,†que era la
enseñanza &#157; del Señor.
Además, hay un relato que dice que para algunos â€oe mujeres altamente adornado, saludando el Thera
y pidiéndole preguntas,†que predicó el Dhamma.^ &#157; fue Ananda, demasiado, quien fue elegido
por Gotama para ir a Pasenadiâ€TMs Palace para sus consortes, Mallika inilruft y Vasabhakhattiya, en
el Dhamma,^ como mo^fc adecuado de todos sus discípulos a emprender esta tarea.
También en otras cuentas Ananda es retratado como ex- espera ansioso constantes pensamientos sobre
los laicos- gente. Su bondad y hábitos pundtilious mudt tienen lo encariñó a muchos. Fue esa rara
produdt, un hombre debe confiar. En el dtory de Visakhaâ€TMs vidaâ® que aparece en el papel de
cuidador y coleccionista
escrupuloso de los bienes materiales de los laicos, poniendo lejos cosas olvidadas por ellos después de
un sermón. Por ejemplo, Visakha había transportado su 'parures^ y le había dado a un esclavo para
mantener mientras iba y escuchó el discurso. El esclavo olvidado y se marchó. De una manera general
almsmen no estaban autorizados a recoger otras gentes€TMs posesiones si se les encontró tumbado
sobre^. Pero ahora una excepción a la regla, de modo que funcionó : un valioso artículo no es para ser
recogido por un almsman, salvo si se trata de caer en este mismo parque II.e, a Savatthi).® El imperio
fue formulado tanto a la codicia de los counteradt almsmen, quienes podrían haber esperado para
adquirir pertenencias extra por robo; y también les impiden hurgando sobre los motivos cuando
deberían haber sido dando sus mentes en las cosas mayores.
El codicilo fue anexada como reconocimiento de la im- ^ Tlieragatha, ccliv., 4.
^ Dlip.'Cmy. En los versículos 51-52 ; cf. infra, p. 372 ff- â€oe WaxTea., el budismo en las
traducciones,^. i\.Ti ; V.,iv,pp. 161, 162.
V., IV, pág. 162. €oe V., IV, pág. 163.
299
Las órdenes budistas de Almswomen portancia de cuidar los intereses y la propiedad de los demás. Si
una cosa era suya, que era suya, y si es posible, debería, por tanto, volvió a ellos. Por allí y^como
pensamiento a ningún daño en el laityâ€TMs tener

posesiones, para ellos vivían por normas diferentes de las adoptadas por la recluses.
Una vez más, ver un cierto amigo de Visakha llorando, Ananda subió a ella, y la interrogaron para
averiguar la naturaleza de sus problemas y, a continuación, hizo una sugerencia útil, que confortó la
dama.
Sin duda es ese Ananda hizo una reputación por sí mismo, que el tiempo hizo poco para atenuar. Por
ejemplo, en el Consejo de Rajagaha,^ celebrada durante la primera temporada de lluvias después de la
muerte de Buddhaâ€TMs, una denuncia presentada contra él por haber firSl deje a las mujeres-
dolientes profanar el cuerpo del Buda con sus lágrimas; aunque a partir de una lectura del
Mahaparinirvana Sutta no es evidente que las mujeres estaban presentes en su fallecimiento.® es una
indicación de las opiniones, la corriente en el momento de la redacción de los eventos del primer
Consejo, sobre Ananda y su campeonato de la mujer ; es un signo de que las mujeres eran consideradas
maltratadores; y que leyendas incluso entonces estaban surgiendo sobre la Buddhaâ€TMs muerte.
Por cortesía de mujer, Ananda habría tenido un excelente ejemplo en Gotama a sí mismo. El
máster€TMs inquebrantable voluntad de ayudarlos y li^en ellos y hablar con ellos, no puede haber
pasado inadvertido por sus fieles escuderos. Una iluminación ilustración se encuentra en el
Dhammapada com- mentary, donde se dice que Gotama pasó treinta leguas, a fin de permitir un
weaverâ€TMs hija a escuchar la predicación, y porque llegó tarde, habiendo sido inevitablemente
detenido en su casa en el cumplimiento de sus deberes, esperó por ella antes de comenzar su
discurso.® †̃ CV.,xi., 1, 10. 2 ^ ® Dhp. Cm/ en el verso 174.
300 La
vida en la Orden. Parte IV En otro pasaje^ se dice expresamente que se ex- golpean el Dhamma en
beneficio de dos mujeres que habían estado en el hábito de odiar el uno al otro a través de varios
becomings anterior. Tales instrucciones- ción, evidentemente, no era dado en privado, se hace constar
que el conjunto de la empresa también se benefició de la lección.

De hecho, él nunca loft una oportunidad de hacer las cosas mejor que él había encontrado . Él tenía
poderes para sanar y para reparar y hacer que las personas se convierten en mayor en virtud, tenía esta
intensamente azul-eyed^ â€oe domador y conductor de los corazones de los hombres.†® en una
ocasión se le había ido a &#157; Anathapindika's house, ^ y escuchar un gran ruido preguntó de qué se
trataba. La casa- Holder dijo que la nuera de la casa, Sra. Sujata, fue la causa de ella. Se siente
orgullosa y grosero, dijo, y no dio limosnas, y pasó todo el día regañando y no honra y esTreem
bendito. Es por ello que su suegra y su suegro y su marido, todos se lamentaba. Gotama llamó a él; ella
le saludó y se sentó en un lado de la moda aprobado. Entonces él le dijo en pocas palabras que hay siete
tipos de esposas,® y mencionó el tipo de persona a la que cada especie cumple, pidiéndole de
clasificación que fue ella. Versado como era en las formas de la naturaleza humana, hizo un
llamamiento a la wifely laft jirones de su conciencia, sabiendo que en la naturaleza de las cosas esto
sería su moft punto vulnerable. Este había fallado, había sido efectivamente irremediablemente
endurecido y sobre-ween- ingly insensible a la opinión tradicional de la esposa€TMs deberes, la causa
habría sido difícil ganar. Pero cuando ella le dijo que ella no underftand deriva de su breve exposición,
y pidieron una mayor ^ Ib, en verso Z91.
€oe diálogos, ii, 18. €oe como Flor de lino,†Cmy. En iii., 145. €oe TherigStha &#157;, versículo
3x6. ^ Ang., IV, pág. 91; Jataka, 269.
® Qf. supra, pág. 44.
301
Las órdenes budistas de Almswomen uno él mu^ han tenido un foreta^e de la viftory para venir. Por lo
tanto, le dio un prolongado análisis, antes de que empezara su advertencia de que ella muft escucharlo
atentamente. El resultado fue que ella era bastante ganado gver por esta charla y expresó su deseo de
que desde ese día en adelante ella podría pertenecer a la clase esclava (dastsaman) de la esposa. Como
el Jataka comentarios, â€oe por una amonestación el mailing domesticado una musaraña.†Uno puede
pifture &#157; la alegría de los nobles Visakha cuando oyó de esta regeneración en su menor
tamiz.â€TM" Así Gotama, por su afán de ayudar, por su sabiduría y su ansiedad para promover la
buena vida, trajo la

armonía en una casa donde no había nada sino la discordia. Así, también, se hizo una nueva conversión,
quien, según el Jataka, â€oe ganó el fruto de la ruta firft.†Porque ella pertenecía a una rica e
influyente familia &#157; ella debe haber tenido un montón de alcance para promover la difusión del
Dhamma.
Otros pasajes muestran Gotama en debate con im- portant señoras del reino. Daba platicas con la
princesa Sumana® en el valor de dar limosnas, y con la princesa Candl® sobre la conveniencia de
mantener los cinco Silas, cuando vinieron a él en varias ocasiones con sus enormes comitivas de
mujeres- asistentes.
Dos ftories, tanto desde el Udana, pueden citarse como ejemplos de Gotamaâ€TMs dispuestos a
imponerles assiftance y simpatía a las mujeres. Suppavasa^ después de que ella había sido â€oe^ricken,
penetrante, aguda, con dolores terribles,†&#157; en trabajo embarque durante siete días, ella
bethought del Buda y sus discípulos. Ella envió a su marido a él para anunciar su fe en él y para decirle
de su difícil situación. Gotama habrían respondido : â€oe sea bien con Suppavasa, hija de Koliya, †̃
Jataka, 269, da su relación.
€oe Ang., III, pág. 32 y ss. Ang., III, pág. 35 y ss.
, MucUinda * Udana, § 8, trans. D. M. Strong ; cf, Jataka Cmy.
En demasiado.
302 La
vida en la Orden. Parte IV dejarla brotar en salud un hijo sano.†y en ese mismo momento &#157;
parió en la salud de un hijo sano. Considerado como un milagro o como una coincidencia, o como una
leyenda, el punto es que Gotama está representado como escuchando una ^tory en vez de un mal caso
de un evento natural; y aunque él rnay ha complacido que tenía fe en él y en los discípulos, el deseo por
su bienestar y el del niño son expresadas por él en palabras de simpatía com- prensión.
El otro caso que puede citarse en este contexto es que la esposa de Sangamaji.^ Sangamaji se había
convertido en un asceta. Su ex esposa, un día tomó su pequeño hijo cuando él estaba con su descanso
de mediodía

en Savatthi, y le dijo: â€Oeesta, Samana, es tu pequeño niño, valorarlo tú él.†pero no pagó el &#157;
menos atención, y a la longitud de darse cuenta que él no cuida de su hijo, ella se lo llevaron. €oe y
bendito con la divina visión, clara y superando a la de los hombres, veía el desconcierto de la ex esposa
de Sangamaji. Y bendito en este sentido, en esa ocasión sopló sucesivamente este discurso solemne
(imam udanam uddnesi):
â€oe ni se alegra por su llegada, ni se entristece por su partida ; Este Sangamaji, liberados del apego, él
llamo un brahmán.†&#157; no se dice que la madre escucha este discurso y fue confortado por ella;
pero no parece posible que Gotama, haber percibido su duelo, no se han hecho de ella de alguna
manera familiarizado con sus palabras de consuelo en esta crisis en su vida. Las palabras que pueden
ser muy probablemente Ctand monje palabras y no Gotamaâ€TMs palabras a todos, porque
seguramente su habría sido más lleno de sentimiento humano para su angustia.
Ningún indicio de este maudlin vista de la inconveniencia de affectionâ€TMs thrall se transmite en las
palabras de elogio que Gotama se dice que ha hablado con el laico ^ Udana, iluminación, % 8, trans. D.
M. fuertes.
303
El Budista' orden de Almswomen Nakulamata^ que por su determinación y por su fe había rescatado a
su esposo, Nakulapita, también un laico creyente, de las fauces de la muerte. Gotama com- plimented el
dueño de la casa por haber sido tan afortunados como para haber encontrado un capaz exponente de la
dodtrine y la disciplina, y uno que era tan firmemente arraigado en él; él no le dijo a la mujer que ella
era insensato importa tanto si su marido vive o muere.
Este pasaje ha escapado de cualquier exceso de peso del énfasis en el amor hacia el Dhamma en lugar
de amor hacia el hombre mortal. Pero los editores almsmen parecen haber pensado, hastiado del mundo
como lo fueron, que si un hombre se liberara del affedlion quedaría libre de malos (dukkha). Cualquier
persona capaz de controlar affedtion sería capaz de detener (nirodhd) causa -la causa, es decir, de lo
que en su pesimismo parece ser la característica sobresaliente
moft de vida. Porque los monjes temían y obsoleto, dieron vida a esta interpretación causal, así
makii^^trave fy tal como fue pensado por Gotama. Ellos dfood de

cesación, se arrastra sobre las ruedas de la vida : pero Gotama ascendía por adelantado, cada vez mejor,
progresar en el camino, algo del hombre mismo pasando de life-span (ayu) de vida útil.
Por último, en la historia de Kisa-Gotami, quizás uno de los más conmovedores de las muchas historias
de la literatura en Pali de Stilling sentida aflicción,^ vuelve a aparece como la consumada sanador de la
tristeza. Aquí él también muestra su infalible facultades de discernir el spiritu- alidad a veces acostado
latentes en las personas, oculta a sus propios conocimientos, pero convincente para conducirlos a
arahanship, pero muestra el camino.
La historia ha sido a menudo le dijo â€" a la luz de Asia y en otros libros sobre budismo. Hay Ang., III,
pág. 295 y ss.; cf. otra conversación que había tenido con ellos, Ang., II, pág. 61.
^ J. H. Thiessen, Die leyendas von Kisa-Gotami, Breslau, 1880, P 34-
304 ff
en el orden de la vida. Parte IV más material aquí que para la vida de muchos de los primeros
seguidores, el Therigatha^ y la sus- y el Dhammapada gatha comentario Comentario* siendo las
fuentes principales.
Kisa-Gotamyo estaba casada con el hijo de un comerciante en Savatthi, y después de diez meses tuvo
un hijo que murió antes de que él pudiera almoft caminar. No podía creer que esta catástrofe era real,
porque ella no había visto la muerte antes, y la pequeña mancha roja, a partir de la mordedura de una
serpiente, no parecía como si pudiera ser la causa de tales resultados tremendos. Ella tomó su hijo
muerto, y anduve por allí de casa en casa, en un estado salvaje que la gente creyó que había salido de
sus sentidos. En el pasado un anciano le aconsejó ir a buscar a Gotama que sucedió en Savatthi en el
momento. Ella vino a él, con la intención de pedirle a un medicamento de su hijo muerto, cuando fue
enseñar- ing el dodtrine en un vihara. Escuchaba a su historia y a sus lamentaciones, y â€oe viendo la
promesa en ella, dijo: †̃ Ir, entrar en la ciudad, y en cualquier casa donde todavía ningún hombre ha
muerto, de ahí traer un poco de semilla de mostaza.â€TM pensaba que esto iba a ser fácil, pero pronto
descubrió que ella era incapaz de cumplir los en-

jundtion ; para â€oe la vida son pocos y los muertos son muchos,†como un dueño de casa le dijo, y
cada casa &#157; visitó habían sufrido una pérdida en la muerte de un hijo, padre o esclavo. Cuando
ella percibe, como Gotama había pensado que debería, que ella era ju^t uno entre muchos, partícipe de
la suerte común, según el comentario Therigatha adquirió Insight en la verdad de cada vez, y sentar a
su hijo en el campo charnel, expresó su nuevo conocimiento así :
â€oe ningún poblado ley [dhamma) es esta ciudad, no la ley, ninguna ley para este clan, o para que solo
; para todo el mundo â€" ay, y los dioses en heavâ€TMn â€" Esta es la ley: todo es impermanente.â€
&#157;
Therigatha, Ldii. ® Dhp. Cmy. en versículos 1 a 14, 287, 395.
® Ixiii Therigatha Cmy. a.
305
u
orden de budistas no Almswomen convidlion de la universalidad de esta verdad, podría haber sido más
claramente enunciados. Thiessen, fol- bajando una edición birmano del texto Pali, no atribuyen Kisa-
Gotamlâ€TMs insight en esta ley a su simple deduftion, sino a la enseñanza que recibió de Gotama en
la eterna condición inherente a la vida. La verdad de esta agarrado, El duelo es, o debería ser disipado.
En cuanto a los registros muestran, esta era la forma favorita de Gotamaâ€TMs consuelo; era una
aplicación de su metafísica de la vida. La Therigatha comentario se dice que cuando el maestro había
hablado con ella sobre la inevitabilidad de la muerte más- tomando esas â€oewhose corazón sobre los
hijos y sobre los bienes está centrada,†^ se convirtió Sfream-participante y preguntó &#157; para su
ordenación. Thiessen dice que â€oe lo mandó a la almswomen†; quizás después de que ella había
hecho esta petición &#157;. En todo caso, ella fue ordenado, y pronto después de Gotama ha
pronunciado este â€oe gloria-verso †: &#157; â€oe El hombre que vive en un centenar de años nunca
Beholdeth la ruta ambrosía tuvo mejor vivir no más de un día, así que él mira dentro de ese día el
camino.†®*

Ella entonces arahanship &#157; alcanzado, y dio expresión a sus experiencias en los versículos.®
Habiendo eulogised â€oefriendship con nobles almas,†ella comparó su actual &#157; ftate a su
antigua ^comió. Ella habitaba en la suerte común de la mujer-tipo, y recapitula algunos de los
acontecimientos que había entrado en su propia vida, â€Kisa-Gotamlefusiones de TMs, amargado
como ella era por sus propios sufrimientos y los de otras mujeres, sus compañeros-vidlims, lanzar un
torrente de luz sobre las penurias sufridas por ellos en sus rd/e, jugado a la exclusión de almo^ todos
los demás, de esposa y madre.
€oe es deplorable mujer€TMs mucho ! , Él ha declarado, Domador y conductor de los corazones de
los hombres :
Lamentable compartiendo casa con esposas hostiles, tristes cuando dan a luz en dolor amargo, ' Cy.
Dhp., 47, 287. ® Qf. Dhp., 114. ** Therigatha, Ixiii.
306 La
vida en la Orden. Parte IV Algunas buscan la muerte o e€TMer sufren dos veces, se perfora la
garganta ; el delicado tomar veneno.
Ay demasiado cuando la madre asesinando embrión no viene de nacimiento, y tanto placer encuentran
la muerte.†^ (versículo 217). &#157; el suicidio y la muerte y el sufrimiento aquí aparecen como
mujer€TMs suerte, y por lo tanto no la suelte se encuentra â€oe a través cansado ronda de muchos
miles de vidas †(verso 220). Pero ella &#157; â€oe había llegado cuando la muerte no es,†vistos a
través &#157; las ilusiones de permanencia a lo impermanente.
€oe Nibbana he realizado y miraba en el espejo de la sagrada norma. (Versículo 222.) Yo, yo healM
mi dolor, bajo mi carga está sentado, mi tarea, mi corazón está totalmente puesta en libertad.â€
(versículo 223). &#157; su verso está impregnada de profunda reverencia por la Buddhaâ€TMs
palabras. En efecto, ella muft han sentido sumamente

agradecido por las palabras de simpatía que muff seguramente han ofrecido, pero que no han
sobrevivido, y por la manera de escapar que mostró. Ella se convirtió en uno de los foremoff de las
mujeres-discípulos, famoso por su temperamento, manifeffed ascética en el uso de ropas ásperas.^ pero
después de que ella entró en la orden que ella sólo se menciona una vez,® es la ocasión de una visita
de Mara. Cuando ella había entrado en la madera oscura en Savatthi para el día de la estancia tras su
ronda de limosnas,- llegó, un PIM de la tentación, empeñados en aterradores y diffracting ella. Ella lo
reconoce, y por la sensación de seguridad que permea su respuesta, lo desterró de su lado.
Por otro lado, uno o dos cuentas de ella antes de que entró en la Orden han sobrevivido. La beff-
conocido incidente está grabado han ocurrido el día antes Gotama salió a personas sin hogar; y es
hecho para parecer que â€Kisa-GotamiTMs palabras provocaron su determinación a la cabeza, y le dio
un estímulo para su determinación final. La ffory está en el Jataka Comentario ^ Ang., I, pág. 25. €oe
Samy. Nik., V. § 3.
307
1 Ibíd.
El orden de Almswomen Budista (Nidanakatha). Sr. E. J. Thomas señala que es â€oenot canónica, sino
una composición del siglo V a.d., y que el ^lory no puede ser correctamente llamado meridional, como
ocurre también en el tibetano.†^ &#157; es muy probable las dos mujeres no son las mismas.
Tan largo como el monje-editores estaban dispuestos a atribuir a Gotama un genial y completo, con
cálidos charadler simpatía abierta a los problemas de cada hombre, no pueden negar que fue siempre
accesible a los laicos.
Esto puede ser en parte la razón por la cual las historias antes mencionadas han sobrevivido. Pero ¿cuán
lejos estaba accesible al almswomen parece ser una cuestión de cierta duda â€" una duda que es
aumentado y no disminuido por el GAFI que los textos fueron escritos, glosada y editada por hombres
que tenían poco sentido histórico y poca simpatía con los quehaceres de la mujer.
A lo largo del vinaya, la almsmen son representadas como trayendo todas sus preguntas y dificultades

directamente a Gotama. Lo curioso es que, aunque se dice que almswomen quejarse, como almsffien
hizo, de todo tipo de cosas, nunca son representados como quejándose peores a Gotama pero siempre
por medio del almsmen. Es esto lo que realmente ocurrió, o es sólo hizo que parecen haber sido tan por
los cronistas de épocas posteriores .? La fórmula para la transmisión de denuncias fue en estereotipados
tan fuerte y rápido como una forma de admitir apenas ninguna excepción. Hay en el GAFI sólo dos. En
lugar de los laicos o la buena almswomen quejándose a la almsmen y el almsmen diciéndole al Señor,
en estas dos occasions® Mahapajapatl informó haber com- ^ E. J. Thomas, la vida de Buda como
Leyenda y Hiflory, Londres, 1927, pág. 240. El mismo ^lory también está indicada en el AtthasSlini,
trans.
Maung Tin, el Expositor, vol. i., P.T.S., 1920, pág. 42, donde KisSgotami se describe como hija
Gotamaâ€TMs tía.
® V., III, pp. 234, 235; véase supra, pág. 274; V., iv, 262, véase supra, pág. 230.
308 La
vida en la Orden. Parte IV plained diredt a Gotama. Ambas denuncias se tradujeron en la formación de
una regla.
Es posible que Mahapajapati se encontraba en una posición privilegiada, en razón de su parentesco con
Gotama y su larga en la Orden. Considerando la posición superior consistente que gozan los almsmen,
es posible que Gotama tácitamente apoyado en la opinión de que a través de ellos todas las quejas de
los almswomen debe comunicarse con él. Por otro lado, es posible que su posición no era excepcional,
y que en realidad la almswomen quienes fueron contemporáneos de Gotama tuvieron libre acceso
a él, y no necesita contradl disci- plinary todos sus negocios a través de la almsmen. Gotama él mismo
no habría desdeñado hablar a las mujeres que se encontraban en un nivel bajo de cultura, tampoco
habría pro- multado a sí mismo hablando principalmente, como los registros revelan, a las mujeres
inteligentes de su propia familia: grandes damas de los cuales los editores no podía dejar de hacer
mención.
Además de estas dos ocasiones en que Mahapajapati se dice que se han quejado a Gotama, existen otras
actas de reuniones entre ellos. Celoso como siempre, ella se describe como va a él en Vesalfl y

pidiéndole que explique el Dhamma a ella en unas pocas palabras, para que ella pueda morar en la
enseñanza. Se comunicó que le han dicho para evitar cosas como la codicia, los grilletes, aferramiento,
inmodestia, infelicidad, sociabilidad, perezoso, y deleite en hacer daño o perjuicio; y proseguir con sus
opuestos. A continuación, tendría que ser el siguiente dodtrine, disciplina y en^Irudlions del Maestro.
Nuevamente, en el Majjhima^ se dice que Mahapa- japati llegó al Señor con dos nuevos trozos de tela,
que ella rogó a ser tan buena como para aceptar de ella como obra de sus propias manos en el telar.
Este ^lory es mencionado en el Milindapanha.® †̃ Ang., IV, pág. 280. ^ Majjhima, iii, 253.
^ Milindapafiha, iv, 6. 10, II,
309
El fin op Almswomen budista en la Apadana se registra otra reunión que ha tenido lugar
â€Mahapajapatid TMbetween él y ella se registra haber ido y adorado en acción de gracias por haber
dado con ella la felicidad de la buena doftrine ; para ella haber nacido (espiritualmente) a través de él;
para el doftrine habiendo crecido en ella por él; para ella, haber mamado él, bebiendo el Dhamma-leche
de él; para ella haber caído en y cruzaron el océano de convertirse, a través de él â€" a ella, Madre de
Buda, un nombre mo^h duro para ganar. Y entonces ella pronunció su alegato: â€oe yo deseo de morir
finalmente (^arinibbuti), dejando a un lado este cadáver, oh dolor- ender, permítaseme.†&#157; es
también en la Apadana thatYasodhara se describe como va a Gotama cuando estaba en su septuagésimo
octavo año.â€TM^ él es hecho a decir que él está en la década de los ochenta; por lo tanto, es muy
probable que su reunión laft.
Ella no le preguntan, como hizo Mahapajapatl, para per- misión a morir finalmente. La suya era una
haughtier y más autosuficientes. Hubo poco en su vida, ella declaró, y haber puesto a lo lejos que iría a
él. Pero no buscando en él su refugio para â€oe Me saranam &#157; attano †(Yo soy mi propio
refugio). La muerte está viniendo en el camino, y ella parecía saber que esa misma noche iba a alcanzar
la liberación (nibbutt) y que no existía (en ^tore para ella) el nacimiento, la vejez, la enfermedad, la
muerte, sino que iría a la imperecedera, inmortal ciudad (pÂ"R"),^ incondicionada. Todos los Cankers
fueron perecieron; no hubo más cada vez, no más el

renacimiento. Él ha mostrado su poder y había erradicado el deseo en ella.


Todo este poema carece el anillo genuino que hace Mahapajapatiâ€TMs este tesoro. TMs extolment
Yasodharaâ€pomposo de ella al principio, y su omisión antinatural a decir nada acerca de su irse leer
como si el sabor de las glosas y monje- ^ Apadana, vol. ii., TheriapadSna, nº 17, pág. 542.
^ /i/V., nº 28, pág. 584, ® Una inusual expresión.
310 La
vida en la Orden. Parte IV editores€TM mejoras habían regado originales versos en molinos de
oscuridad.
En otra ocasión, que han sido anteriormente, muft Yasodhara se dice que han ido a la cabeza de
dieciocho mil mujeres recluses a Gotama.^ ella aquí dice que ella era su esposa, la cabeza de todos.
Entre los nombres dados a Gotamaâ€TMs esposa, ella sola personalmente (en este pasaje) afirma uno
de ellos.® en uno de los Jataka Commentaries® la esposa del jefe Gotama es llamado tamiz
Bimbadevi. Se dice que ha recibido la iniciación con quinientos (damas) del clan Sakyan, cuando
Gotama fir^l predicó en Vesali.
Posteriormente, su hijo, habiendo también se unió a la Orden, ella decidió entrar en la vida religiosa
misma. Por lo tanto, fui a un convento de monjas y entró en la Orden, y fué, y habitó en una celda en
Savatthi, en compañía de sus maestros y preceptores, contemplando el Mailer y su hijo amado. Este
hijo, Rahula, se habla de como un novato en el momento en que se unió a la Orden.
Aunque el encanto personal de Gotama no influyó en las mujeres hasta el punto de conducirlos a •
renunciar al mundo, y no hay pruebas que demuestren que lo hizo,^ habría tenido considerable
influencia entre los laicos devotos. Como el anterior ftories indi- cate, Gotama tenía el bienestar de su
mujer-seguidores laicos como constantemente en la mente de la almswomen. Está más allá de toda
duda que él era a menudo en diredl comunicación personal con algunos de ellos, ayudándoles con
amabilidad y paciencia de las profundidades de su expe- riencia y sabiduría. Él era benévola hacia ellos
y les deseó bien. Sin duda era demasiado sutil, ninguno fue demasiado trivial para él darle la beSl de su

atención. La personalidad de MaSler, el honor ^ Apadana, vol. ii., Theriapadana, nº 30, pág. 592, ®
para una discusión de los nombres de Gotamaâ€TMs esposa, véase E. J. Thomas, atar la vida de Buda
como Leyenda e Historia, Londres, 1927, págs. 49, 50.
Él no considera el origen ApadSna.
^ Jataka Cmy. en 281. ^ Véase supra, pág. 96.
3II
la Orden de Almswomen budista en que tenía la mujer, y la deferencia y consi- deración que él
consi^ently mostró a ellos, podría mot han fallado para impresionar a la sociedad contemporánea. Este
aspedt de su vida no es sino una ejemplificación de la forma en que la personalidad del fundador de una
religión o movimiento monástico es un cardenal fadtor en la propagación inicial de ese movimiento.
Gotamaâ€TMs métodos con la mujer y el ejemplo que dio a los hombres mudf han sido poderosas
fuerzas en elevar el dlatus de mujer:* boon que recompensado por su gran lealtad y devoción del
colector a la religión de la que él era la encarnación y principal exponente.
312
CAPÍTULO V La Orden y con los laicos. Parte I Donaciones de los laicos de la Orden. €"
Almswomen y legos.
E l orden de almspeople budista fue elaborado fuera de inicios muy simple; -parece más que se han
deslizado en el transcurso de unos pocos años, unasked, unsought por el fundador, que ha organizado la
realización de ningún plan definido por su parte. Al comienzo de su ministerio Gotama no tenía
ambiciones de la founda- ción de una orden religiosa. Él simplemente fijado a sí mismo la tarea, tras
sus dudas iniciales en cuanto a si vale la pena o no, para dar a conocer la verdad, no como se le
apareció en el momento de su iluminar- ment, sino como algo diferente de esto: fue elaborado por él,
con la que quizás como base, pero le dio una más rica, más comprensible y más contenido significativo,
capaz de generar un mayor atractivo

para los muchos-folk.


^^I'^él cambió la fadt subSlance de la cadena de la causalidad, probablemente después de una profunda
reflexión, en lo que vino a ser el FirSl sermón, el hablar sobre el Oriente Medio. Que era aceptable para
el populacho está en necesidad de ninguna prueba. Está suficientemente demostrado por el enorme
número de personas que acudían a escuchar el nuevo dodtrine, muchos están tan cautivada por lo que
han escuchado, que se convirtieron en los religiosos fol- desciende, mientras muchos se convirtieron en
discípulos laicos. Escucharon la misma enseñanza y encontró que el ideal es la misma para todos : por
medio de la elección de voluntad de avanzar en el caminante. Las diferencias sólo se produjo porque
los caminos trillados por los devotos han tenido necesariamente a 313
las órdenes budistas de Almswomen varían con los diferentes poderes a su mando. El bajo^and de estos
puntos impidió cualquier antipatía funda- mentales de desfigurar las relaciones entre los laicos y los
almspeople.
El^itution de Vassa, durante el cual la limosna- la gente permaneció inmóvil, y no gira de un lugar a
otro, como un gran afted combinando la fuerza en la organización BuddhiSf, pues reunió a aquellos que
han renunciado al mundo, y me trajo estos junto con los hombres y mujeres que todavía permanecían
en el hogar la vida como laico-devotos de la religión, para el beneficio mutuo de ambos sedtions de la
comu- nidad. Este contadt ordinario de la Orden y los laicos han contribuido en gran medida a
promover la tenacidad y firmeza de la sySlem monástica y la cohesión general de los laicos devotos.
Así pues, ha ayudado a incrementar las instalaciones para propagar el Dharma, y por con- verting los
no convertidos. Por Gotama y su re- ligiosas discípulos estaban en comunicación frecuente con los
laicos, de ambos sexos, inSlrudfing ellos, dándoles consuelo, confiriendo méritos sobre ellos, y
ayudándoles con asesoramiento en problemas difíciles. Estas fueron algunas de la integración de las
influencias que emanan de una costumbre que los laicos declaró que el almspeople deberían
observar.â€TM- Aunque es imposible determinar cuánto o cuán poco almswomen diredl la
comunicación tuvo con el Fundador, aparte de oírle predicar, lo cierto es que el jefe de los discípulos, y
quizás Ananda en particular, moverse libremente entre ellos. Los discípulos también, el rango y el
archivo de la Orden, ha tenido

diversas, aunque cada vez más limitado, y las oportunidades de asociación. A partir de estas fuentes y
de la predica- ción y la enseñanza que han escuchado, el almswomen obtendría, si aún no eran
conscientes de ello, la im- portancia de difundir el Dhamma entre la ONU- convertidos y de sostener la
convierten en la fe.
^ MV., III, I, 1-3; V., IV, pág. 296.
314
El orden y los laicos. Parte I Además, incluso aquellos que no tenía ninguna aptitud especial para la
predicación fueron autorizados a mezclarse con los laicos y a aceptar regalos de ellos.
El voto de silencio fue definitivamente prohibido,^ para â€oe no servirá para la conversión de los no
convertidos y aumentando el número de pro- verted, sino que resultará en el inconverso siendo
repelidos (desde la fe) y muchos de los convertidos están distanciados.†el silencio fue un miope
&#157; disci- plina, que sólo conduciría a la evasión de los problemas reales. Había sido forzada, el
almswomen no podría haber ido, pues se dice que le habría gustado hacer, visitar las laicas y tienen un
agradable hablar con ellos como la noche fue cayendo.^^charafteri fic el sentido común, el peso fue en
el lado del discurso. Un precioso ejemplo de la facilidad que salió de las relaciones entre los religiosos
y los laicos-seguidores es proporcionada por la simpatía adtive despertó en el Starez Pilinda- vz.kkh2L
en los ojos de una niña quien vio llorando las lágrimas amargas de la infancia†TMs tristezas.® Los
laicos tuvo un gran interés en la Orden, y en gran medida responsables de su mantenimiento, de
material que les dio la oportunidad de mantener el ideal ascético, almoft universalmente admirado en la
India, y a la palestra. Hasta hace tiempos modernos sandtity ha sido conferida a lo largo y ancho de un
asceta, en quien es capaz de resi^ su principal inftindls y que no pondrá en peligro con sus intereses
mundanos.
Por lo tanto un reflefted sanftity pertenezca a cualquiera que los ministros a él. Una de las razones por
las que el ascetismo se alienta positivamente en la India se cuenta de las posibilidades que prevé no
ascetas para adquirir mérito, ^ como se suponía era posible, proporcionando alimentos, medicinas,
vestidos, si se utiliza, y viviendas, si se utiliza, a quienes consideraba más santos que ellos; y ^ MV., iv.,
I. ® Dhp. Cmy. En los versículos 21-23.
Â" MV., Vi., 15,5-6.

*€¢ un corto li^l de benefaftors cuyo mérito crece por su utilidad para el mundo en general se da en
Sarny. Nik., i, 5, § 7.
315
Las órdenes budistas de Almswomen mayor santidad fue pensado para residir en más rígido ascetismo
que cualquiera que pudiera dedicar sus propias vidas. En el Anguttara Nikaya se dice que el joven
noble que proporcionó a la empresa de la limosna- hombres con ropa, alimentos, ropa de cama,
medicinas para los enfermos, lo cual es sobre el derecho y la ruta adecuada para los laicos a seguir; él
adquirió mérito y iría al cielo.^ la noción de que los regalos en especie tienen mérito de potencias de
trabajo repercute en toda la literatura;^ y el â€oe donación benéfica de limosna de un mucha o escasa
ifore no iba a ser despreciado,^ para â€oe sus generosos regalos a los giverâ€TMs self como ricos y
abundantes lluvias de mérito caen.†® nuevo &#157; â€oe por él, quien habría meritâ€TMs seguro
recompensa por él, que puede discernir, dones debe ser dada.†® &#157; esta noción, el resultado de
la aplicación de un maduro metafísico, siguió floreciendo en el Budismo. En la ilustración se pueden
citar el deleite del pueblo de Rajagaha y el país vecino en la ocasión cuando Gotama decretó que el
almsmen podría aceptar lay-batas, si preferían a ropas hechas de trapos tomada desde el montón duSl
(j)amsukula batas) porque pensaban, â€oe ahora nos otorgará obsequios (sobre la almsmen) y adquirir
mérito por las buenas obras.†muchos miles de batas fueron &#157; presentados en un día en
Rajagaha y envolvente en el país-. Pero si los laicos apoyaron esta econo- mically unprodudtive cuerpo
de gente que naturalmente expedted recibir algo de valor a cambio.
Por lo tanto, quienes proclamada por su modo de vida que pretendían ser ascetas deben ser observados
y protegidos y no permitirse caer de esa manera.
Para garantizar este extremo, los laicos no se limita a hacer †̃ Ang., II, pág. 65-69. ® Ang., III, pág.
33 y ss.; 35, 41.
® Sarny, Nik., i, 4, § 3. * Ib., i, 5, § 9.
' 3,§4. ® Sarny. Nik., i, 4, § 2.

^ MV., viii., I, 35-


316
' El orden y con los laicos. ; La parte L generosas donaciones al ete fin. Sus críticas, también, fue
constantemente diredted hacia su mejor aguaè;^ hacia el más parecido,^ reflexivo y agradecido y
menos greedy® del almsmen condudt y almswomen; y se quejaban si pensaban que el almspeople
tienden a convertirse en demasiado como personas que aún viven en el mundo (^ihikamabhoginiyo).^,
incluso si éstos no habían realizado estas representaciones el almspeople no necesariamente han
recaído en esa forma de vida que era legítimo para los laicos a seguir. Porque eran conscientes de que
los preceptos de la vida en la orden tenía sus fans et origo convidtion en la que la vida en el mundo no
era un vehículo adecuado para atravesar los mares de la existencia a la orilla del nirvana. De ahí la
buena almspeople, al menos, fueron determinados como los laicos para mantener la discrepancia entre
la vida de la Orden y la vida en el mundo tan amplia como sea posible. Además, pues ellos se dieron
cuenta de que su camino no es el camino de todo hombre, no reprenda a otros para no unirse a ellos, y
no los desprecian por permanecer en la esfera mundana.
Por el contrario, ellos mismos sabían que el medio a través del cual los laicos podrían aumentar su
propio bienestar, porque cumple dos importantes para fundtions,: ellos predicaban el Dhamma a ellos y
pro- mencionados en ellos la gran alegría de recibir regalos de limosnas de ellos. Se dice que existen
dos tipos de dones:® regalos materiales y el regalo del Dhamma; de estos, el tipo superior fue el
regalo del Dhamma. Los laicos, incapaces de dar esta, tuvo que retroceder para ganar méritos en
regalos materiales â€" dones de la limosna- ^ cf. supra, págs. 129 y ss., 137, 224, 228 ; y V., iii., p. 54 ;
V., iv, págs. 296-297, 317, 318,336.
€oe, como por ejemplo la de&amp;tution de Vassa. MV., I, 52 &gt; 2, passim ; CV.,x., 10, 1 ;x., I, 2 ;
V.,iv, págs. 243-254, 265, 266, 283, 312.
** V., iv., pip. 254-256, 258, 310, 346-347.
V., iv, págs. 288, 289, 297-299, 305, 337-340, 341-342.
® Ang.,i.,p. 193.

317 '
El orden budista de Almswomen alimentos, ropa, vivienda y medicina. Laicas fueron tan prominente
como legos en prestando atención para su propio bienestar aquí y en lo sucesivo por mantener la
religión va en estas formas.
Donaciones de alimentos no se limita meramente a la alms ponga en los cuencos de limosnas durante la
ronda de limosnas o durante las peregrinaciones de limosnas.^ también era una costumbre entre los
laicos para dar alimentos periódicamente, como â€oe legados per- petual.†^ hay registros de que
disfrutaban &#157; almswomen un suministro continuo de alimentos {nkcahhattikaf en la casa de la
familia que los apoyan. La cuenta del almswoman, quien salió de la casa durante la comida sin pedir
permiso, puede aducirse como prueba de que ella no se limitan a recibir la comida en su cuenco de
limosnas, sino que comió sus comidas regulares como una cena en la casa de una familia determinada.
Se menciona el asiento que se le dio a sentarse a como estaba comiendo su comida. La familia se quejó
de su disrespeaful conduft. De ahí que se haya hecho un delito por un almswoman pacittiya, una vez
que ella había entrado en la casa para la comida diaria, para levantarse y salir sin preaviso ni pedir
permiso.
Un comportamiento cortés fue requerida.
Otro intento de imponer los buenos modales seguida en Thullanandaâ€TMs mal comportamiento
después de que ella había tomado su comida {^acchdbhattar^^. Ella lolled y estirado en su asiento, para
que los laicos se sorprendieron y se quejaban: pero no me dijeron que ella se estaba comportando como
las mujeres del mundo. Estos eran quizás bajo ninguna obligación social a sí mismos: condudl en una
moda más corteses. Como de costumbre, las quejas se tradujo en la formulación de una norma pacittiya
; le prohibió a loll almswomen o dispersión en un asiento ^ Majjliima, II, 164, i84.,2og,/)conj.
^ Sarny. Nik., III, i, § g. Cf. diálogos, i., 144.
V., iv., p. 271 ; cjF.^ V., III, pág. 237.
'€ ̃V., IV, pág. 273, lit. toda la tarde, hasta la puesta del sol; y cf, más adelante en la pág. 340.
318
El orden y con los laicos. Parte I .

En la casa de un laico, después de la comida sin pedir permiso. No era un delito para un almswoman
para comportarse de esta manera si ella tenía un permanentemente ap- señaló el asiento, si estuviera
enfermo, superado por desgracia, fuera de su mente o un principiante d excepciones que apelar a
nosotros incluso a día por la fuerza de su razón- ableness y bondad.
La noción de la importancia del comportamiento civil se perpetuó en dos resoluciones cuya intención
principal era prevenir la almswomen de poner obstáculos en el camino de los laicos, si estos desean
hacer regalos.
El gobernante firft^ surgió cuando la familia quien apoyó Thullananda le dijeron que deseaban
presentar manto-material para el capítulo de Almswomen. Pero porque ella estaba muy ocupada, ella
puso un obstáculo en su camino. Quizá han pasado sin comentario, no había sido su casa incendiada.
Ellos se enojan y se quejaron. Fueron enfrentados por arruinar todo, para sus bienes habían
desaparecido y su mérito-ganando medidas se han ido; parecían tanta madera de deriva en los océanos
material y espiritual, ca^t como lo fueron desde sus anclajes. No es aconsejable que los laicos deberían
sentirse aislados de sus apetecía fuentes de ganar méritos. De ahí que se haya hecho un delito por un
almswoman pacittiya para poner un obstáculo en el camino de quien quiere hacer un regalo de
albornoz-material para el capítulo de Almswomen.
La segunda sentencia arose® en una ocasión cuando una determinada familia preguntó a uno de los
almswomen a cenar en su casa. Cuando había terminado su comida le preguntaron a salir e invitar a
otros a entrar. Pero como ella pensaba egoístamente, estarían dispuestos a hacerlo, advirtió ellos
diciendo que había perros feroces, un toro salvaje y cess-piscina. En consecuencia, de la familia€TMs
denuncias, se hizo
la ^^l cuatro son frequendy dada como excepciones.
^ V., iv., p. 283, ® V., IV, pág. 312.
319
Las órdenes budistas de pacittiya Almswomen un delito por un almswoman tener una familia un
rencor.^ por su avaricia y egoísmo había grudged les brinda la oportunidad de realizar un mérito-
consiguiendo trabajo. Si los sentimientos contenidos en el
Samyutta tuvo su contraparte en fadf, ella habría sido enfrentados por un castigo más duro.^ por allí se
dice que los â€oewho bar el camino para regalos a otros dado †cuentan como misers, y regresar a la
vida &#157; â€oe en el purgatorio, o como animales, en Yamaâ€TMs reino.†&#157; la fir^t de las
historias citadas arroja una gran luz sobre el estado calamitoso para que los laicos se imaginó que se
trajeron si fueran excluido de sus habituales medios de adquisición de mérito.
Su divagar, si ellos se enfrentan con obstáculos, a ^tand además de la desaprobación de la codicia y el
comportamiento egoísta de los almswomen.
Este último aspeft de la prevención de la limosna beftowal reaparece con fuerza en uno de los Jatakas.^
almswoman glotones se dice que han desaparecido para limosnas a una parte de la ciudad no visitados
por los demás almswomen, pero donde recibió dulce alimento. No había un pensamiento generoso para
los laicos o de los demás limosna- ; para las mujeres que deseen mantener esta buena fortuna a su auto-,
informó a otros que donde fui había una fiera feroz elefante, un caballo y un perro feroz, e imploró a no
ir allí. En el habitual espíritu moral de los Jatakas, ella recibió su desiertos en esta convirtiéndose en la
forma de una pierna rota, junto con burlas y condena de sus becarios.
En la cara de esos registros, es obviamente imposible intentar negar que hubo mala almswomen.
En el Anguttara^ son charadlerised como egoísta en uno o más de los siguientes cinco maneras: con
respecto a las viviendas {avasa\ familias (Kula), regalos (labha), aparición {vanna\ y el Dhamma.
^ encendido. para ser un familiar, grudgiler Saipy kulamaccharinti, ®. Nik., i, 5, § 9. ® Jataka,
115.
* Ang., III, pág. 139. Cf. diálogos, iii, 234.
320
El orden y con los laicos. Parte I Además de estos almswomen, cada uno de los cuales era un regular
cena en la casa de la familia que respaldan su, también hay registros de laicos que en alguna ocasión
especial invitó a un grupo de almswomen a cenar en su casa. Por ejemplo, el sobrino de Salho Migara,
Visakhaâ€TMs suegro había arreglado para construir un vihara de almswomen. Mientras el trabajo
estaba en curso, le preguntó un día el capítulo entero a una cena en su casa.^ Es posible que

tenía un motivo ulterior al hacerlo â€" para hacer una oportunidad de ver Sundarinanda solos â€", pero
cualquiera que sea el motivo, la fadt sigue siendo que todo el capítulo podría ahora y nuevamente
preguntó a cenar a un miembro de los laicos.
Hubo también una cierta cantidad de casual- enter tainment para quienes deseen participar en él, y que
tuvo la oportunidad de hacerlo. Upali, el ex- Jain, parece haber mantenido open house, ^ para su
conversión, declaró que sus puertas ya no estaban abiertas a los Niganthas masculinos y femeninos,
pero sólo a los hombres y mujeres que estaban con el Señor€TMs discípulos o como los discípulos
laicos. Puesto que no había ninguna casta-etiqueta para ser observados, no hay nada que impida a la
limosna- gente de tomar alimentos si se ofrecen en la casa de un no-Buddhift. Oportunidades de este
tipo le brindó la oportunidad de ganar una nueva conversión. Esto sucedió en el caso de la señora que
pregunta Udayin brahmán tres veces a una comida en su casa,® cada vez esperando que él le decía el
doftrine, que su alumno había informado a ella como adorable en el comienzo, encantadora en el
oriente y precioso al final. Con gran moderación esperó hasta la tercera ocasión; Ella entonces tomó sus
sandalias, sentado en un asiento bajo y desveló su cabeza, cumpliendo así con algunas regulaciones,
desconocidos para ella, para escuchar el Dhamma.
Ella era irtimediately convertido.
^ V., iv, p. 3II. ^ Majjhima, i., 380.
2 vio Nik., XXXV., III, 3, § 133.
321
x
las órdenes budistas de Almswomen a veces un gremio o corporación de los laicos hizo una colleftion
de dinero, o una ^rasgó de un determinado artículo, como riced depositan lo que tuvieron collefted en
una tienda determinada, de modo que el almswomen puede ir y obtener el equivalente para el dinero, o
parte o la totalidad del artículo almacenado.
Además de dar la comida almswomen en sus limosnas- boles, entretenido ellos perpetuamente o oca-
sionally, individualmente, varios juntos o todo el capítulo juntos, o dándoles Flores de alimentos y
ahora de nuevo, los laicos a veces también suministra regularmente con artículos especiales de dieta. Es
cierto que sólo los

suministros se reportaron que habían de ser coronado.


Pero en conexión con estos, casualmente se mencionan otros cuya continuación permitidos. Por
ejemplo, el capítulo de Almswomen en Savatthi había sido proporcionada con ajo (lasuna) por algunos
laicos- devotos, y que había sido capaz de ir a los campos a buscarla ellos mismos. Pero este fue
cortado como un artículo de la dieta, porque en una ocasión Thullananda era demasiado codiciosos, y
tomó mucho, aunque la almswomen habían pedido ser moderado, una fea^ en Savatthi haber
disminuido considerablemente los suministros.® La Codicia era visto como una cosa indigna de
almspeople inadecuados y no será tolerado en ellos. Por lo tanto- sucesivamente el comer ajo en todo
fue hecho un delito pacittiya.® en el otro lado, no se considera culpable de comer cebolla, potherbs,
myrobalam, bow-ajo, fruto de la sal-árbol y así sucesivamente, porque ^ V., iv, págs. 252, 253.
€oe, V, IV, pág. 258-259. Jataka Cray, en 136. Este Jstaka aparece en el Vinaya loc. cit. como bien
dijo por Gotama ; cf. CV., v. 5, i, donde, como consecuencia de la codicia de los almsmen, comer de
mangos se hizo una ofensa dukkata.
^. CV., V. 34, donde se hace una ofensa dukkata por almsmen comer ajo, en este caso no porque había
sido codiciosos, sino porque uno que estaba comiendo ajo sat aparte en un sermón sobre el Dhamma
para no molestar a los demás. Aparentemente se pensaba que no sería capaz de escuchar la predicación.
322
El orden y con los laicos, parte I la manera qf proxenetismo y comer estos artículos nunca habían dado
lugar a observaciones. Como fue el caso tan a menudo en el marco de la normas pacittiya, la cosa no
fue detenido porque estaba mal en sí, sino porque las condiciones de acompañamiento eran, por algún
motivo u otro, mal.
Otros se hicieron intentos para frenar la codicia de los almswomen. Los seis almswomenâ€TMs
excesos en orden- ing y comer suministros extras de ghee, miel, melaza, el pescado, la carne y la leche
cuajada,^, condujo a la ordenación y comer de cada uno de estos tipos de alimentos se convierta en un
asunto que se confesó;^ esto, pensaban, era suficiente para ser perdonado. Estas fueron las palabras que
se utilizan en la confesión : â€oe he hecho un pecado, una cosa inadecuados (asafpayd)^ una cosa a ser
confesado,

que confieso.†con el habitual tipo consagración &#157; característicos del vinaya, indulgencias
fueron permitidos almswomen que estaban enfermos, y sin censuras fueron colocados en su ordenación
y comer de lo contrario estos artículos prohibidos.
Aunque según el Budismo los instintos humanos normales no eran totalmente condenados, eran todavía
limitados. En común con otras formas del monaquismo parcialmente no pudo darse cuenta de que la
represión de los apetitos corporales se sublima en la avaricia.® buscando siempre para gratificar a sí
mismos, si la ruta no está abierta, entonces será tortuoso y equívocas. Una negación absoluta de la
costumbre y quiere natural del cuerpo sólo es posible para quienes han alcanzado un excepcional de la
espiritualidad de la mente o a un excepcional atrofia de los sentidos, ^ se les permitía comer carne, si
no sabían, consulte o suspedt que los animales habían sido asesinados a propósito para ellos. No se les
permitió tomar la vida por sí mismos. MV* vi., 31, 14.
^ V.,iv,pp. 346-348.
® Cf. â€TMFoshxookt, BritisA MonacMsm o usos y costumbres de los monjes y monjas de
Inglaterra, vol. II, pág. 8 : â€oe la gula, sus (monksâ€TM) gran crimen es el placer natural de quienes
están excluido de otros disfrutes, ya sea por causas físicas o morales.†&#157; 323
las órdenes budistas de Almswomen condiciones no genera simplemente introduciendo un pedido.
De hecho, una de las tragedias de todas las órdenes monásticas que se originó con la gente que, por
alguna razón u otra, había un verdadero deseo de dejar el mundo, y que fueron preparados en casi cada
punto de arrojar su lote con la antítesis del mundo€TMs maneras.
Luego se vuelven reclutados de las personas menos austero en el temperamento, y que no tenían el
especial- lar un estímulo y un estímulo para unirse que animaba a los pioneros. Por lo tanto los
miembros de encontrar más tarde que las demandas hechas por la renuncia están bien casi intolerable:
entonces resulta necesario aumentar re^triftions afting externos como guías, en ausencia de
espiritualidad, para llevar la buena vida.
La subjed: de la distribución de la limosna el barro no se cierra sin hacer alguna referencia al papel
desempeñado por las laicas. Aunque no hay referencias a las donaciones hechas por ellos
exclusivamente a

almswomen, varios ejemplos de su ambigua la generosidad en el dar limosna-alimentos al almsmen


aparecen en la literatura Pali. Les dieron alimentos a las limosnas- hombres que iban en sus rondas de
limosnas ; para varios almsmen; a todo el capítulo; ocasionalmente o con regularidad.
Siguiente en la imprudencia de uno de los hombres la limosna-, una regla de condud edablished era
para ellos para observar como iban en la ronda de limosnas. Esta regla muestra que estaban autorizados
a tomar su comida en la casa de un laico, si se les ofreciera. Desde el pronombre femenino se utiliza en
enunciar algunos de los detalles que deben observar a fin de ascer- tain si la gente parecía dispuesta a
dar comida o no, parece que se suele suponer que puede ser ofrecida por una mujer.^ Ella realizó este
fundion, su deber y su privilegio, porque la casa fue mirado pre-eminentemente como su esfera, y no
porque ella estaba en modo alguno la dueña de la casa.
€ ̃ CV., viii, 5, 2 324
El OrdeSr y los laicos. Parte I como utilería y ^tops emballenados de la religión, haciendo mucho para
mantenerlo, mujeres resplandezca ahora y nuevamente desde oscuros pasajes poco escondido en los
textos.
Por ejemplo, el brahmanee, la madre de Brahma- deva, fue inducida a transferir su perpetua oblaciones
y regalos y elección de las carnes, que, según ella, Buddhaghosa por decorar su casa, desde Brahma a
su hijo, â€oe un sabio por quien la inundación se sobrepasase.†^ Si â€oe mérito ella forjado, su futura
felicidad &#157;,†por ese mismo donación de limosna ella &#157; sería mantener a su hijo en el
camino que, como creían, sería una garantía para su futuro happi- ness.
Existía también la mujer quien se involucró en un terrible dilema. Tampoco tuvo que negarse a
alimentar el arroyo de almsmen que irrumpieron en su casa, o tenía que negarse a ir de inmediato a su
esposo a su antojo.
En el Dhammapada Comentario hay varias referencias a la mujer que dio alimento a los almsmen en
alguna ocasión especial. Por ejemplo, la madre de Tissa â€oe antes del parto y posteriormente. . .
Dio a festivales en la que proporcionó el quinientos

almsmen dirigido por Sariputta con ricas gachas de miel, leche y rice†;® y la madre de Pandita
alimentó la elección &#157; almsmen con porciones de gallineta nórdica.^ Se dice que Mallika, esposa
del general Bandhula, â€oe.había invitado a los dos principales discípulos a su casa junto con
quinientos almsmen.†® con menos &#157; medios financieros a su disposición, pero no con menos
deseo de adquirir mérito, una â€oe cierta mujer, el guardián de un campo de arroz paddy de . . . Tomar
algunas de las áridas arroz . . . Pasó rápidamente a él (Kassapa el Grande), verter
el arroz en el recipiente Elderâ€TMs . . . Y salir a devolver, en la ALMS reflefting había dado al ^
Samy. Nik., Vi., i, § 3. ^ V., IV, pág. 79. Véase supra, pág. 38.
^ Dhp. Cmy. En el versículo 75. ^ Ibid., en el versículo 80.
Las órdenes budistas de Almswomen Elder.†^ estaba decidida a no perder una opor- tunidad &#157;
de ganar méritos para ella.
También existe un margen para adquirir mérito en los días de ceremonias especiales. Por ejemplo, da
cuenta de los preparativos realizados por el Anciano Tissaâ€TMs is^er^ de puré de harina de arroz
arroz hervido árido otras disposiciones para la túnica-fabricantes, y de su donación de un subsidio extra
en el día que su hermano€TMs robe fue terminado. Los casos de este tipo podrían multiplicarse.
Como consecuencia de las mujeres€TMs generosidad y fe, la alquilan almspeople aseguró que sus
necesidades materiales serían atendidos. Así, fueron habilitados para realizar sus actividades cotidianas
con mentes libres de ansiedades, y poner atención a llevar en sus meditaciones y ceremonias.
Gosalaâ€TMs® madre era una señora que diariamente se prescindió de las limosnas. Un día le dio a su
hijo, que estaba en su limosna-rondas, gachas de arroz preparado con miel y azúcar. €oe refrescada
por los alimentos adecuados ofeed él, presentado insight sin fatiga y con mente intenciones sobre el
flujo y reflujo de todas las cosas, ha alcanzado a la medita- ción superior de los caminos, ganando
arahanship, con ma^lery de la forma y el significado de la dodlrine.†se ex- pulsado &#157; su
reconocimiento de la â€oe causa inmediata †en &#157; su verso. €¢ otras, además Gosala, se
registran para haber sido consciente de su endeudamiento para los laicos; y han expresado su
sentimiento de gratitud para el sustento, y especialmente para el

alimento espiritual que siguieron. Uno de ellos se dice que â€oe una vez haber recibido alimentos
sanos, pero a los pocos días el ELD^er alcanzado arahanship.†^ Él &#157; expresó su conocimiento
de la forma en que las cuestiones se habían hecho fácil para él por la extracción de material se preocupa
en decir: â€oe la gran discípulo laico-femenina ha ^ /li/V., en el verso 1, 18. ^ en versículo 2/(.o.
® Theragatha Cmy. En xxiii.
* Dtp. Cmy. En el versículo 3S ;ir/. Dtp, CMY. en verso 404.
326
El orden y con los laicos. Parte I de hecho un apoyo para mí. Por su ayuda me han alcanzado la
liberación de ser.†La forma en que &#157; aprobados para usar la limosna recibida fue pronunciada a
lo siguiente : â€oe debidamente y con conocimiento de causa (el almsman) ejerce el uso de las
limosnas recibidas . . . Sólo para apoyar y sostener el cuerpo, para salvarla de herir y fomentar la vida
superior . . . Asegurar el progreso y la inocente mucho del bienestar.†^ Si gula eran un &#157; aftas,
alimentación inferior fueron un obstáculo. Aquí, como en todo, sólo siguiendo el Camino Medio que
pone fin a ¡Ay, un almsman ser capaz, como cu}aka, decir a sí mismo:
â€oe sana tu bastidor y colocar y vigoroso para hacer un buen progreso en el Buddhaâ€TMs rule.†*
&#157; TMâ la opinión de que el donante, así como el beneficiario fue un gainer encuentra expresión
en el Sfory ordenada de una mujer que pagó inquebrantable atenciones a los deseos del Anciano
Assagutta durante más de treinta años.® un día al final de los años treinta, la oradora invitó a ambas
Assagutta y Nagasena para tomar su comida de mediodía con ella al día siguiente. Después estaba
terminado y Nagesena pronunció el discurso de agradecimiento, â€oe surgió en su corazón conocer la
verdad, clara y de acero inoxidable, que percibe que lo- soever tiene el principio, que tiene la cualidad
inherente de fallecimiento.†Este es un tipo de recompensa a &#157; ser adquirida por estas mujeres
para la parte que lo promi- nently jugó en la sociedad de la jornada: por su munificencia la almsmen
fueron asistidos â€oe para escapar del devenir (bhavd)", y a los donantes por su parte encontró
recompensa en mental y espiritual.
Hubo casos donde el almsmen, aunque no

estén cobrando ningún beneficio evidente, fueron inftrudted para cumplir con la disposición del
pueblo€TMs deseos, si estos les pidieron hacer algo â€oe para buena luckâ€TMs bien.†^ Esta &#157;
Majjhima, i., baja. ^ Theragatha, clxvi.
€oe Milindapanha, i., 30, 31. * CV., v. 21, 4.
327
Las órdenes budistas del gobernante Almswomen^ fue formulado en ocasión de los laicos- mujer, que
había tenido un aborto espontáneo, preguntó el almsmen ^tep sobre un paño que se había establecido
con fines ceremoniales.
Posteriormente los registros cada vez más refleft materiali^lic temperamento de los tiempos, y no son
tan insiftent sobre el puramente bendiciones espirituales que benefician a los donantes. En uno de los
Jatakas, una pobre mujer vieja se graban para han alimentado Sariputta^ desde su minuto ^tore. En la
ac- conocimiento existente de esta piadosa obra recibió dones de un millar de piezas de dinero del Rey
Pasenadi de Anathapindika, el anciano y de Anathapindika el joven, y de Visakha; otras familias envían
a cien o doscientos o así como sus medios permitidos.
Así, en un solo día obtuvo tanto como cien mil piezas de dinero. El jefe de el mérito no es, sin
embargo, otorga a ella por haber dado su porción, sino Sariputta por haber sido su refugio, y por no
haber desdeñado a comer la comida que ella había preparado. Fue meritorio y ella se hizo rico, y no en
el crecimiento espiritual, sino también de los recursos financieros.
Toda esta ^tory sabores de los brahmanes influencia.
Sin alear la concepción de dar entre el Buddhi^ls diferían por la adición de un elemento adicional desde
el punto de vista brahmánicos extasiados en el Majjhima^. Según la antigua se des- prende tan
meritoria para dar a la oscura como el eminente, al ignorante en cuanto a la educación, pero el último,
aunque está de acuerdo en que es más meritoria para dar a los virtuosos y buenos de los malos y
derrochador, consideró que otras cosas iguales, mayores beneficios se obtendrían con regalos hechos a
un hombre educado que de regalos hechos a un hombre ignorante. Todo lo que contaba en la visión
budista, según el cual la bondad abrazado algo más de conocimiento, todo lo que hace una donación
pura ^ Jataka Cmy. en 254. €oe Majjhima, II, 154.
328
El orden aisTd los laicos. Parte 1 o impuro dependía de la virtud y la bondad o la malicia y la maldad
del donante o receptor o ambos/ y no en su cantidad de learnedness.
A veces, un laico-devoto publicó una invitación a toda la Sangha de almsmen tomar una comida o una
serie de comidas en su casa. Laicas fueron tan adelante como legos en ofrecer su hospitalidad.
Además Ambapali^ también estaba el gran sub-hadda,® y Nandamata/ que había ofrecido la limosna
para la comunidad de Almsmen en Savatthi, y que en otra ocasión invitó a la comunidad de Almsmen
con Sariputta y Moggallana a su cabeza para tomar una comida en su casa.® Suppavasa, la hija del
Rey Koliya, de gratitud para el alivio de los dolores de el parto y para el nacimiento de un hijo sano,
pregunta â€oe al beato y los hermanos para tomar sus comidas con ella durante siete días.†®, pero
probablemente no sólo la tierra- &#157; marcas en su vida impulsó a prescindir de las limosnas. Hay
otro registro que narra que Gotama visitó su casa/ y habló con ella de las bendiciones de una larga vida,
belleza, felicidad y fortaleza, que el donante de alimentos otorga al Destinatario: un abogado que ella
habría sido probablemente se traducen en aiSlion.
Una de las formas favoritas en que los laicos espera obtener mérito fue por el don de la batas o de
hábitos- material. La almsmen dijeron algo que es de vital interés
para la almswomen también. €oe hay, almsmen, estos ocho razones para obtener el don de batas de
baño . . . Cuando él le da tanto a las Sanghas ^ Ang., II, pp. 8o, 8r. ® Véase supra, pág. 90.
^ TheragStha Cmy. En xv. T-wo señoras del nombre de SubhaddS ocurren en el Jstakas. Uno de ellos
fue la Reina de Sudassana, el monarca Jstaka universal; 95. El otro era el hijo de la reina consorte en el
Reino Madda ; Jataka 514.
* Ang., III, pág. 336. ® Ang., IV, págs. 63-67.
® Udana, Mucilinda, § 8, trans. D. M. Strong, véase supra, pág. 302.
€TMâ TM Ang., II, pp. 62, 63.
329

La Orden de Almswomen budista . . . Cuando se lo da a un número determinado (esto es,


según los editores, de almsmen y almswomen, el Bhikkhu-Sangha y Bhikkhunl-Sangha).
Cuando él le da tanto a las Sanghas ^trift equidad prevalezca, por igual la mitad va a recibir, aunque no
es sólo uno de los muchos almsmen almswoman y presente, o sólo uno y muchos almswomen almsman
presentes, y cuando él le da a un número especificado ' es el número presente en el dar , congey, o
arroz, o duro, o alimentos o ropa de cama, albornoces, o la medicina.†^ &#157; Mantos podría estar
dado por los laicos a la Sangha, a varios almswomen o a uno. A la fir^t clase de estos destinatarios
pertenece el laico que había estado haciendo un vihara de almswomen;® en el festival de la vihara
estaba ansioso por dar batas, aunque era el momento justo, tanto a la sangha.
Nuevamente, algunos laicos quiso dar robe material al Consejo de Almswomen, pero Thullananda pre-
les ventilado.® en algunos casos los laicos collefted dinero que depositaron en una tienda con la
inten- ción (que se han grabado dos veces resultó haber sido sino una esperanza piadosa) que el
Consejo de la limosna- las mujeres deberían ir y comprar la bata-material allí.'* que representa la
segunda clase de destinatarios está registrado que algunos laicos devotos vio algunos almswomen
volviendo a Savatthi tras la lluvia-retiro en desgastados y prendas de vestir ásperas. Declararon que
tomarían estas lejos.® en su lugar les dieron algunos mantos de tela algodón. Pero aunque estaba mal
la temporada, mantos diftribute Thullananda distribuido.
Ella recibió un regaño para esto, y la regla era que ninguna almswoman, quien, pensando que el mal †̃
MV., viii, 32, I. __ 2 p_ 287.
® V., IV, pág. 283; cf. Majjhima, i, 353, donde el dueño de casa Dasama presentó dos longitudes de
tela para cada almsman para prendas de vestir, sino un conjunto de tres hábitos a Ananda.
* V., iv, págs. 250-252. s V., iv., p. 245.
330
El orden y con los laicos. Parte I

temporada fue la época correcta para distribuir capas, y para distribuirlos, iba a ser castigada. Es de
gran importancia que debe conocer y mantener las normas y, por lo tanto, llevar el orden y la
obediencia en su vida.
La clase de laSl estos receptores pueden ser se ilustra por la historia del rey Pasenadiâ€TMs dones de
su mantos después de que él había escuchado predicar a Savatthi Thullananda^. Ella fue reprendido por
su desvergüenza y codicia, en pedir la ropa que llevaba.
Cuando la temporada de lluvias, era sobre los fieles a menudo da tela de algodón para el uso de la
Sangha durante el año siguiente. La ceremonia Kathina tuvo que ser atravesado por la distribución
adecuada de las batas,^ todos tuvieron que ser terminado por el día de la ceremonia; una vez que se
había presentado la sincera almswoman debería tener pocos pensamientos de una elegancia natural.
A veces sucede que los laicos no pudieron dar batas. Naturalmente sin culpa se unieron a ellos, a menos
que ellos querían, por qué deberían ser responsables de la ropa de esa enorme población ?
La almswomen, tras un lapso de Thullanandaâ€TMs, dijeron que muSl no despertar esperanzas donde
existía una débil expeftation.® era una cosa más indecoroso para armar un alboroto recibiendo
túnicas. Si ropas que estaban listos para el desgaste no fueron dados a la limosna- la mujer, o si ninguno
o sólo una cantidad insuficiente de la Kathina tela estaba próxima, entonces todas las batas o la
cantidad necesaria tuvo que presumiblemente se hizo â€oe de batas tomada desde el du^t-heap, o fuera
de la odd bits recogido en el bazar.†^ El almsmen &#157; hizo lo suyo en este camino, y aunque no
existen reglas en el Vinaya para la prescripción almswomen ^ V., iv., p. 255, véase supra, pág. 255.
^ MV., vii., I, 3 y nota. ® V., iv., p. 286.
^ MV., vii., I, 6, cf. Dlip. Cmy. En el versículo 93, v^Anuruddha â€oe W'manguera batas fueron
gastados buscaba batas fresco sobre montones de desperdicios y en otros sitios similares.†&#157;
331
las órdenes budistas de manera de hacer Almswomen batas, probablemente fue el mismo que el de los
hombres.

Hay un curioso pasaje del vinaya que dice que no hay culpa se asocia a un almswoman quien da
mantos religiosos (civard) a sus padres, o si ella da temporalmente.^ Con estas excepciones se dijo que
era un delito pacittiya para dárselos a quien vivía en una casa o para Wanderers macho o hembra. Esta
sentencia fue establecido en consecuencia de algunos com- plaints hechas de Thullanandaâ€TMs
intentan dar encubre a acróbatas, bailarines, duelo dispellers (sokajjhayikaf y percusionistas. Aunque en
este caso, las denuncias no procedían de los laicos, sino desde la almswomen virtuoso, los laicos
pueden haber sido comenzando a sentir la presión de apoyar este tremendo y económicamente
unproduftive población. Recibir ningún retorno en especie para todas sus donaciones, fueron quizás
empezando a intentar hacerla underwood que les gustaría un poco mutuum commercium- por su
caridad.
Que naturalmente podría comenzar en casa. Sin embargo, si la limosna- personas pudieron arreglar
nada fuera de su vida consagrada a la pobreza, o fueron modelos de la auto-negación, o no estaban
totalmente oprimidos por desea.
Mo^l probablemente, debido a la generosidad de los laicos, la almspeople mu^f con frecuencia han
tenido un residuo por encima de su cantidad de regulación de las posesiones.
A pesar de ello, la distribución de las limosnas seguía praAically hablando, el monopolio de los laicos.
En el Vinaya hay sólo un registro que el don de una. Tienda de medicina fue hecha para cualquiera de
las Sanghas.
Fue en ese momento cuando Visakha solicitó permiso para proporcionar medicamentos para los
enfermos almsmen como uno de los ocho dones pide el Tathagata conferir a causa de su vida.® para
compensar esta deficiencia hay varios ^ V., iv., p. 285.
_ €oe TJie palabra ocurre nuevamente en J., vi., 280, definida por Cmy. â€oe duelo- dispellers.â€
&#157; ® MV., viii., 15,7.
332
El orden y los LaiW. Los registros de la parte I de la ayuda prestada a los enfermos almspeople.
Al parecer hubo diversas maneras en el que los fieles laicos- ievotees podría prestar servicio medicinal
a la limosna- cvomen. Se podría oír que ciertos almswomen estaban enfermos, y luego ir a sus celdas
para visitarlos ; podrían ir al vihara sobre la posibilidad de hallar un inválido; y éstos podrían
proporcionar medicamentos para

ellos. No hubo sentencia prohibiendo la entrada de gente secular en el viharas, o incluso en la limosna-
€mujeres TMs celdas. ^ es el doble que la registrada un cierto lego Thullananda vinieron a ver cuando
ella estaba enferma.^ podría haber sido el mismo laico en ambas ocasiones.
La primera vez que él le preguntó lo que él podría obtener de ella.
Dijo ghee, pero cuando regresó con ella desde la tienda, ella dijo que no quería, pero el aceite de ghee.
Volvió a la tienda y pidió tener el ghee cambiado a aceite. Se reunió sin éxito, para que el comerciante
dice que por la toma de ghee, ghee es ' adoptadas. El laico se sintió vejada con Thullananda para
cambiar su mente y, por consiguiente, se convirtió en una ofensa para un almswoman pacittiya para
cambiar su mente si que dieron problemas a otras personas. La segunda vez que el laico vino a ver a
ella cuando estaba enferma, preguntó después de ella y dice que depositar una moneda en una tienda y
que ella podría tener todo lo que ella quería para ella.
Así echar devotos visitaron a los enfermos y asistidos por la adquisición de medicamentos para ellos.
O, como en el caso de la piadosa mujer Suppiya, podrían ir a la vuelta de la vihara para ver si ellos
deberían ser de utilidad para cualquiera que estaba enfermo. Ella evidentemente hicieron un tour
regular de la arama en Isipatana, pasando de una celda a otra, y preguntando, â€oe enfermos ^ Véase
infra, p. 342 ss.; cf. Regla en Barking Peckham en 1279, wHch.
decretó que ningún hombre o mujer seglar fue entrar en la nunâ€TMs cámaras, a menos que una monja
eran tan malos que era necessarj de hablar con ella, en cuyo caso un confesor, dodlor, padre o hermano
podrían tener acceso a ella. Potencia inglesa medieval, conventos, Cambridge, 1923, pág. 407.
- V.,iv,pp. 248, 249.
333
Las órdenes budistas del Reverendo Almswomen Sirs ? Para quién y para qué voy a pro- curar sus
atenciones le valió el título de jefe entre aquellos que cuidan a los enfermos.^ su devo- ción, su
sacrificio de sí mismo, aunque su ojo fue probablemente en parte en su propia recompensa de méritos,
alcanzó su cenit cuando ella cortó un pedazo de carne de su propio muslo de manera que proporcione
un mal almsman con caldo en un momento en que no hay carnes.® no hay duda de que la habían
almswomen desearíamos-

turas después de medicina. En cuatro ocasiones distintas los laicos hizo colleftions para el capítulo de
Almswomen,^ y destinado estos dos veces para abrigos y dos veces para el arroz, y los depositaron en
una tienda determinada. Los laicos dio detalles de los acuerdos que habían hecho al almswomen, pero
el pensamiento de la medicina en su lugar. Se hizo una cuestión de admoni- ción si el almswomen pidió
para comprar cualquier cosa con el dinero, excepto aquellos bienes que los laicos les dijo que se había
destinado para su comodidad. Desde que fueron
^till on^erance sufí con los laicos, habría sido una cuestión de prudencia para caer en sus deseos, y
político volver^. Allí estaba siempre presente la pregunta de qué iban a hacer si los laicos fueron al
desierto.
Regalos de viviendas de los laicos a la almswomen, aunque no se menciona con frecuencia, fueron
hechas a partir de tiempo al tiempo. Sa}ho hizo el regalo de un vihara; por cierto promovió una ley-
traje, instigado por Thull- ananda;® y otro laico dio una vihara al Consejo de Almswomen.®
además de estos dos hombres, hubo dos mujeres que aumentó los recursos de la orden de esta manera:
Ambapall,'^ y Matikaâ€TMs madre que no sólo alimenta el almsmen con deliciosa comida, sino
también que se imparten para apoyarlos durante las lluvias.® â€oe pensando en ellas- ' MV., VI, 23,
1. ^ Ang., I, pág. 26. ® MV., VI, 23, 3.
V.,iy.,pp. 250-253. ® V.,iv, pág. 211. ® V., IV, pág. 287.
€TMâ TM Véase supra, p. po. ® DTP. Cmy. En el versículo 35.
334
El orden y con los laicos. Parte I selves, †̃ Con su ayuda seremos libres frorh ansiedad sobre la
puntuación de los alimentos y será capaz de convertirse en sscape effeft,â€TM †aceptaban, y ella
tenía un monasterio eredted &#157; â€oe para servir como su lugar de residencia.†&#157; Estas
fueron las grandes empresas, que no todo el mundo tenía los medios para llevar a cabo. Pero otras
formas de vivienda- lugares o accesorios pertenecientes a ellos, también podría darse con el beneficio.
Por consiguiente cualquiera que no fuera capaz de lanzar a gran escala, pero que deseen ofrecer algún
tipo de edificio, podría satisfacer a sí mismo presentando eredtions pequeñas. Es, por

ejemplo, registró un cierto laico dio un cobertizo o un establo (uddosita) al Consejo de Almswomen^
probablemente uno en el cual puedan mantener su imple- mentos o leña. Una vez más, en el Vinaya,
está registrado que un cierto discípulo laico-dio al Consejo de un servantâ Almswomen€TMs lodge o
estable para vivir.^ todos los dones de las viviendas fueron hechas a las Sanghas en su totalidad. Nunca
se menciona de condi- ciones para su mantenimiento. Los laicos se almo^ necesariamente han sido
responsables, desde los recluses estaban vinculados a la pobreza, pero no está claro si la
responsabilidad recae sobre el donante original o con la comunidad en general.
Así, por la magnificencia de los laicos, eran sus motivaciones egoístas que eran o filantrópicos, la
almswomen fueron proporcionados con los cuatro requisitos:
alimentos, ropa, medicinas y viviendas.
Además, los laicos muSl, han sido sumamente útiles para la almspeople proporcionando ^con ellos de
vez en cuando con un lugar o reSling con una noche€TMs vivienda.® ^ V., iv., p. 223, uddosita es
una palabra de derivación incierta.
2 CV T s 3 Cf. Sarny. Nikâ€TM, i, 5, § 7.
€oe decir de lo folk por día y noche por los siglos hace el mérito crecer ? . . .
Lo que . . . (Para las personas sin hogar) vivienda dar.†&#157; 335
las órdenes budistas de Almswomen como es registrado, el almsman Upananda fue a la casa de un
amigo suyo entre los laicos, y pasaron la noche {nisajjam kappesi) en la casa de la esposa de ese
hombre.^ la palabra utilizada para â€oe pasaron la noche †implica &#157; nada más que dormía en la
casa, que no tenían ninguna relación impropia el uno con el otro.
Todavía el roce llegó al día siguiente, el marido le preguntó tres veces para ir, y tres veces la esposa en-
lo trataron a ^tay.^ donde buenos y fiables almsmen hizo uso de esa hospitalidad, hay pruebas que
demuestran que un nuevo convertir era a veces la recompensa â€" una recompensa tanto para

quienes brindaron a la hospitalidad, y una recompensa para aquellos que lo tomaron. La elaboración de
las normas es el resultado de un comportamiento que es en cierta forma desagradable.
Por lo tanto, sólo se registra. Las conversiones no registrados en los encuentros casuales, donde había
habido nada pero de modo tan conduft^f, circumspedl: y decoro como para pasar sin comentario, han
de deducirse.
Los registros contienen en su mayoría cuentos de grossness, corrupción o errores, como podrían ser^
contenerse por la elaboración de normas. Anuruddha, enfrentados por una mujer, que si ella podría,
tendría él engañó desde el santo, convirtió su.® fue una mujer que mantuvo una casa que fue
utilizado como albergue (avasathagara) por el almspeople. Él estuvo allí, y le dijo: â€oe Sigler
(bhagini), si no está en desacuerdo- capaz, le^ podría pasar la noche en su hoftel.†&#157; luego otros
vinieron y pidieron una noche€TMs refugio, y fueron tomadas en. En este punto, la mujer preguntó
Anuruddha abandonar el hostal y dormir en su casa con ella. Consintió. Es posible que él tenía una
premonición de lo que, como es registrado, realmente conten- penedès : que ella ofrecería ella misma a
su esposa y le ofrecemos su propiedad, sino que sería lo suficientemente segura y el insi^ent suficiente
discurso a su ^ V., iV, pág. 94. ® Hid. ^ V., iv., pág. 17 y ss.
** utilizó el plural, pero probablemente estaba solo.
336
El orden y con los laicos. Parte I sin vacilaciones, y en el extremo de convertir su. O es posible que se
levantó para la ocasión como se desarrolló en sí. Su entusiasta aclamación de su dis- curso mu^t han
complacido él por haber mostrado el camino a una mujer que en fir mu^^t parecer poco prometedoras
como una posible convertir. Pero su discurso sobre la conversión dejó poco o nada que desear:
â€oe maravilloso, sir {ahhikkantam bhante), maravillosa, sir, ju^t como uno podría establecer lo que se
ha visto alterado, o ppen qué está cubierto, o mostrar el camino a un hombre desorientado, o traer una
lámpara de aceite en la oscuridad, así que mirando con los ojos uno puede ver cosas, aun así el
Dhamma ha sido enunciada en muchos sentidos por el Venerable Anuruddha. Yo, señor Presidente,
tomar refugio en el Señor, en el Dhamma y en el Sangha de almsmen. Que vuestra reverencia me
consideran como un laico que ha ido en busca de refugio, desde hoy en adelante de por vida.†^
&#157; los registros de tales conversiones son inapreciables tesoros, prote^s contra recordar nada pero
lo que era

una vergüenza.
Incluso aunque ningún daño, sino sólo bueno, vinieron de este episodio, esa situación se considera
como plagado de peligros posibles, desde que la vida monástica muft inmediatamente ser asegurado.
Para cuando Anuruddha sólo habían sido indiscreto, otros podrían ir más allá. A fin de evitar cualquier
contingencia se hizo un delito por un almsman pacittiya para dormir una noche en casa de una
mujer€TMs.® en adelante deben ir en parejas o en las empresas.
La almswomen, también se beneficiaron de estas formas por la hospitalidad de los laicos. Fue tan lejos
como Candakali ..adfcually a vivir en un hogar laymanâ€TMs, hasta que el Piadoso
se quejó almswomen.® también se dice que en una ocasión muchas limosnas- las mujeres iban a una
aldea y lugares para dormir fueron organizadas para ellos; sino porque un hombre atacado uno ^ V., iv.,
pág. 19. Esta es una fórmula habitual utilizado en la conversión.
2 V, IV, pág. 19. ® V., IV, pág. 293.
337
y
la orden budista de Almswomen mujer que fue poner a dormir solos, se convirtió en una ofensa para un
almswoman sanghadisesa a morar en la noche por separado y aloned efectivamente, delitos de conti-
núan se mencionan tan a menudo en algunas partes del vinaya que se crea una impresión de una tierra
infectada por ladrones y hombres conllantly brutal en la mirada hacia fuera para la violación o el mole
unprotedted^ación de las mujeres.
Diversas catástrofes de este tipo condujo a la definitiva pro- hibition ser impuestas al viajar sola
almswomen ^ a menos armados, en diftridts considerados sospechosos o peligrosos, ya sea dentro del
reino o fuera de los límites. Esto se lee como si la comunidad de Almswomen poseían armas, y también
como si el almswomen sabía cómo usarlos. Si es así, es difícil ver la fuerza de la Bhikkhusâ€TM
Pacittiya,®, que declaró que no era almsman por nombramiento . viajar a lo largo de un camino con
un alto almswoman, o incluso ir tan lejos como la aldea, a menos que la carretera eran tan peligrosas
que los viajeros tenían que llevar armas. Además, en ningún lugar dice que el almswomen pradlised
métodos

de defensa.
Naturalmente, una cierta proporción de la reglamenta- ción es campo relativo a la â€almswomen TMs
condudt con respecto a los hombres fue formulado con la intención de impedirles llegar a dañar a las
manos de los hombres. La violación de Uppalavanna había sido una seria advertencia y Subha de
Jivakaâ€TMs Mango-Grove® también ha tenido una experiencia desagradable. Un libertino de
Rajagaha impidió su camino como ella iba a su siesta, y solicitó a los placeres sensuales. Ella le dijo
que ella había elegido voluntariamente la renuncia, y ella le enseñó el Dhamma, sin ningún propósito.
Entonces viendo â€oehis pasión por la belleza de sus ojos,†ella &#157; extrafted uno de ellos, por
tanto, él curado de su lu, ^^t V., iv, págs. 228-229. ® V., iv, págs. 295, 296.
® Vinaya, Pacittiya Dhamma^ 27 y 67 CFR.
Cf. supra, pág. 155 y ss.
° Tlierigatha, kxi. Y CMY.
338
II
El orden y con los laicos, parte I, pero a la vista de los Mailer, su ojo pasó a ser como era antes: un
legendario obviamente acreción insertados posteriormente.
Estos acontecimientos han contribuido a la formulación de otras diversas normas que prohíban la
almswomen ir solos. Se les prohíbe entrar en un solo pueblo y cruzar un ferry a solas con un hombre.^
si fuese almsman la regla fue ligeramente menor para ftringentj se dijo que un almsman mu^t no ir a
bordo de un barco por la cita con una limosna- mujer, excepto con el fin de cruzar al otro lado;® que
no muif ir corriente arriba o abajo juntos. Almswomen tenían prohibido habitar en la noche solo, por
separado,^ y al abandono del archivo solo.® Pacittiya delitos fueron incurridos si un almswoman
debería ^aut nomas y hablar con un hombre en la oscuridad de la noche, cuando había muy poca
luz,® o en un lugar escondido,'^ que según el antiguo com- mentary ocultación por una puerta, pared,
pantalla o fuera

de las puertas, o en la carretera o en un callejón sin salida, o en el cruce de caminos.® así permanecer
a solas con un hombre estaba permitida en ninguna circumftances, ni siquiera si se tratara de un
pariente. Si aquéllos cuyos conduft ha conducido a la elaboración de las normas habían sido parientes,
este gafi es casi siempre mencionado. Ninguna diferencia fue hecha por ellos, por cada hombre de un
padre a quien hubo relación debería considerarse de la misma manera por todos los almswomen. Este
cuerpo de normas minuto creció como almswomen triejd eludir cada uno de ellos como se hizo.
Prohibido ^tierras en la oscuridad con un hombre, pero todavía no se ha prohibido a ^tand en un lugar
secreto, uno lo hizo, y así sucesivamente, hasta que casi toda posibilidad fue condenada. Además de ^
V., iv, págs. 228, 237. ® V-jiv., pág. 228.
® Vinaya, el PAC. Dhamma, 28.
V., IV, pág. 229. Aquí también se dan estas tres reglas juntos, cf, supra, pág. 338.
® V., iv, págs. 229, 230. ® V., IV, pág. 268.
^ V., iv., p. 269. ® V., iv., p. 270.
339
El orden de estos Almswomen Budista, hubo otras dos normas importantes,^ la ruptura de las cuales
merecen la expulsión de la Orden.
Por lo tanto su libertad de aftion era cada vez más reducido. Aún así, algunos re^ridlions mantuvo el
atti- tude de los laicos en la mente, y eran tan enmarcada como no enteramente a privarlas de sus
fuentes de trabajo de mérito. Una vez que una dama brahmán amablemente invitado a una empre- sa de
almswomen que llegaron a su casa a última hora de la tarde, para llegar hasta su marido regresó,^ Les
Miserables por sí mismas sin pedir permiso.
Cuando llegó a casa de los brahmanes que aparentemente estaba tan disgustado con ellos, que les había
arrastrado fuera de la casa. Una regla pacittiya fue hecha que la almswomen mu^i: no se comportan de
esta manera; no es que sean mu^ no entrar en las casas de los laicos.
Eso habría sido privar a los laicos de uno de los supuestos canales de adquisición de mérito.
Con todas estas oportunidades de encuentro y comunicación abierta a ellos, pero puede haber poca
duda de que en el principio de asociación amplia entre los almswomen y laicos de ambos sexos forman
una

característica del ^rudlure social. Además de dar y recibir limosnas o la sabiduría existe una tercera
forma de asociación, la cual surgió en lugar naturalmente a causa de la existencia de los otros dos. Se
prestó asistencia con- de la urdimbre y la trama de la vida diaria. Desde el almspeopleâ€TMs punto de
vista este fue regularizada por lo que era permisible, lo que iba a ser vigilado againSb y lo que era
ilegal.
Cualquier reStriftions fue impuesta a medida que pasaba el tiempo, no fue posible, por la naturaleza del
caso, en- tirely para prevenir posibilidades de encuentros casuales. Tampoco habría estado en armonía
con ceptions Buddhift- que lo han hecho. La almswomen no estaban destinados a sentir o a adt como si
vivieran en una cárcel.
No fue una orden de cierre, de hecho, las mismas palabras â€oe ^ V., iv, págs. 213, 220, 221; véase
supra, pág. 267.
^ V., IV, pág. 274.
340
El orden y con los laicos. Parte I La vida sin hogar está abierto- puede ser tomada literalmente: &#157;
tenía que ser así si la orden y a través de ella el Dhamma fueron a persistir y propagarse. A menos que
la Congregación cuádruple estaban firmemente entretejidos y su unidad sostenida por la frecuente
acceso personal de los miembros el uno al otro, no pudo presentar una fuerte inflexible frente a las
fuerzas del Brahmanismo y de otros sedts divergentes. Estos fueron surgiendo todo listo para insinuar
en lugares débiles, y para absorber la inestable en la fe, dispuestos incluso a intentar difamar al maestro
y a llevarlo al desprecio público. El descubrimiento del Cincaâ€TMs artimaña para hacer Gotama
parece como si hubiera dtooped indebidas relaciones con ella^ sólo se reveló como el importador y
catâ€TMs-paw de sedt celoso de que ella era, y cadi sin sombra de sospecha sobre él. Pero tal dlory va
a mostrar algunos de los peligros que había que afrontar, y de ahí la importancia vital de mantener sus
seguidores juntos.
Por lo tanto, si almswomen vivió en reclusión, como modedl llegaban a creer que era tan deseable en
cuanto a cantidad almodl a una virtud,® un aislamiento en el sentido estricto de no wadling tiempo
con los laicos y de no involucrarse en las inevitables dificultades con ellos, han sido mudl significaba.
Para el retiro

ordenado no estaba destinado a prevenir las excursiones para limosnas, expediciones en varios recados,
viajar en todo, pero la temporada de lluvias, y la predicación de los laicos.
Estas son obligaciones que tenía que ser llevado a cabo. En el ejercicio de todas ellas el almswomen
serían a menudo en las situaciones que requieren un grado de auto-control que nunca podría haber sido
desarrollado por una vida vivida en total aislamiento. La idea dominante era que quienes habían
aprendido a moderar el cuerpo, la lengua y los sentidos estaban en una manera más justa hacia
arahanship que aquellos cuyas voluntades se había permitido a la atrofia de la necesidad de uso. Los
laicos también, desde otros i-easons, duda- ^ Dhp. Cmy. en verso 176. * V., iv, págs. 294, 326.
341
Las órdenes budistas op Almswomen menos intentado vivir una vida de auto-reitraint. La vida sería
más agradable, más feliz y más suave, si las espinas y cardos de irritabilidad, mal humor, enojo y los
celos fueron retirados. Para el almswomen este tipo de moderación, que también habían de cultivar, no
era sino una compensación preliminar del camino y liberación de la mente por el gran esfuerzo de
meditación. Incapacidad para cultivar un esfuerzo vigoroso, la tranquilidad y la serena ecuanimidad se
dice que implican el surgimiento de Cankers que deftroy y consumir,â€TM- sino que â€oe aquel en
quien la Cankers han desaparecido que serán solidariamente deshacerse por escrutinio, por la
moderación, por el uso, por parte de la resistencia, evitando, por extracción y por la cultura â€" Él es
quien se dice que todos los Cankers en moderación, él ha cortado craving, derramó sus bonos, y por
penetrarla falso orgullo ha hecho un fin de malos.†^ almswomenâ€TMs &#157; crediticia dijo que la
moderación en relación a los hombres no fue insistente destacó por encima de moderación en otras
direcciones. Aunque hay una notable ausencia de advertencias a almswomen estar en guardia en
relación a los hombres,® advertencias se insinúan en otras formas, a menudo el indiferenciado de las
prohibiciones. La limosna- las mujeres no estén sujetas a una fuente de tentación que acosa al
almsmen : en la limosna-ronda la comida dada era usualmente ofrecidos por mujeres.
Pero otras fuentes de comportamiento indecoroso permaneció.
El viharas almsmenâ€TMs estaban abiertas a los laicos y se registran a han sido visitados por laicas
igualmente el almswomenâ€TMs viharas estaban abiertas a los laicos y se registran a han sido visitados
por los laicos. Las visitas tuvieron lugar algunas veces si la almswomen estaban mal f y a veces los
obreros vinieron a hacer reparaciones en la compilación-- Majjhima ̃, i., ii. 2 UID., I, N, 12.

^ advertencias a almsmen para estar en guardia againft -la mujer ocurren en la Dhp., 284 ; Majjhima, i.,
462 ; Sarny. Nik., i, 6, § 8 ; i., 8, § 6 ; Theragatha, versos 737, 738.
V., III, pág. 127. Theragatha, cckiv. ; Sarny. Nik. viii., i, § I.
® V., iv, págs. 248-250.
342
El orden y con los laicos. Parte I ings^. No hay nada que les impida ver el almswomen. Esto es
demostrado por los registros de sus denuncias de que el almswomen se comportan como las mujeres
del mundo; ahora, porque ellos estaban haciendo colleftions de cuencos y nuevamente porque estaban
usando el champú y jabón perfumado y mas- saging sí o llegar a otros a hacerlo por ellos.®. A veces,
también, sus delitos eran de una naturaleza más grave. Ju^t como almsmen misconducted con ellos
mismos y con almswomen laicas, así ellos mismos con almsmen almswomen misconducted y con los
laicos. Como firCt es recíproco, no más hablar de ella puede ser realizado aquí.^ Un caso ilustrativo de
los laCt almswoman era la que había estado previamente en el Rey€TMs harem, y quien a menudo era
visitado por él.® hasta el piadoso almswomen había descubierto y había indignarse, sjie había
tomado medidas preventivas, para que ella sabía que almswomen que estaban embarazadas se
considera que se han alejado de la vida santa.® El almswomen mismos habían lo dijo, â€oe ayam
abrahmacarint bhikkhum gahbhintti''''^ Thull- ananda había se metió en problemas por ocultar los
conocimientos que Sundarinanda había dado a luz a un niño,® resultado de su invtation a Salho,
quien estaba enamorado de ella, para venir y visitar En su vihara.® Una mujer fue exculparon como
se halló que había concebido antes de que ella entró en la Orden.^® humana otra excepción a la regla
fue hecha en favor de
^ V., iv, págs. 288, 289, 342; cf. artículo atribuido a san Pacomio, donde se dice que si las monjas
necesitaba ayuda para la construcción podrían emplear los mismos hombres que trabajaban para los
monjes, pero estos trabajadores mu^l volver al monksâ€TM house a la hora de refedtion. Bateson, el
origen y la

historia temprana de monasterios dobles, pág. 139.


V., IV, pág. 243).
* Véase supra, pág. 276 y ss.
® V., III, pp. 205, 206.
® V., iv, págs. 216, 217.
Cf infra, p. 358 ss.
V.,iv, págs. 342-343- V., iv., p. 261.

V. Ibíd., IV, pág. 212.


343
Las órdenes budistas de otro almswoman Almswomen en circunstancias similares : ella estaba
permitida, por un segundo almswoman companioned, a criar a su hijo varón en el orden hasta que él
alcanzó a los años de discreción,
a condición de que se pro- ducido a sí mismos hacia él como lo harían exaCly hacia otros hombres,
salvo en lo que respecta a dormir bajo el mismo techo.^ Estas son la clase de dificultades que habían de
cumplirse y tratadas. Era imposible que entre Gotamaâ€TMs seguidores, que eran numerosos, tanto en
los religiosos y laicos en los lados, no debería haber algunos que tomó una ventaja ilegal de su estrecha
y frecuente asociación. Por otro lado, existen ciertas fuerzas que counteraCed los peligros de no
clauCration para el almswomen: no rígida, ' congelados ascetismo se exige de ellos; laicas no viven en
aislamiento ; y la enseñanza fue una inspiración para llevar la buena vida por dispuestos a seguir las
cosas de la mente. Esto se aplica tanto a los laicos y a los almspeople y la intensidad con la que la gran
mayoría sintió su fuerza está demostrado por el predominio del bien sobre el mal en sus relaciones.
^ CV., x, 25, 1-2.
344

CAPÍTULO V {continuación) El orden y con los laicos. Parte II la vida de Visskha.


r aquí fue un destacado laica sup- po:i;'ter cuya vida depifted el tipo más noble de ] ilationship entre los
laicos y los almspeople.
Su era Visakha, uno de los sentar-benefadtors greateft ' f la orden. Su interés en ella y su religiosidad '
{presionado en una diversidad de dones, . Incluidos los : )ur requisitos y también a otros; en críticas
amistosas;
1 apoyo sostenido en la defensa de los budistas enseñan- ig y disciplina; y en la obtención de una serie
de pro- efts. Por lo tanto, sintetizó algunas de las cuftomary unidas entre los laicos y la sangha. De ahí ;
no estará fuera de lugar, quizás para darle ftory ere. Mucho de ello se encuentra en el Dhammapada
comentario, se hacen varias referencias a ella en le Vinaya y en el Udana, y un largo diálogo ntre ella y
Gotama está grabado en el Anguttara likaya.
Su abuelo era Mendaka, un gran comerciante ^ettht) de mucho mérito y inmensurables riquezas en la
ciudad f Bhaddiya en rey Bimbisaraâ€TMs territorio. Su ither, Dhanafijaya, también se clasificó como
una gran'' merchant, nd, él y su madre, Sumana, eran personas de- libre de mérito. Antes de Visakha era
de dieciséis años, rotama vino a su ciudad y Mendaka envió a su hija de rand' para oírlo predicar. La
tremenda madera de niñas asistentes, esclavos y carros que /ere mandó a su séquito son indicaciones de
la nxury en que ella se crió. Bien criados y vivos a mediados^ de todas estas personas, ella desarrolló
345
las órdenes budistas de Almswomen plena de las ^frong sentido de la etiqueta que rnu^f han sido innato
en ella. En esta ocasión ella sabía cómo acercarse a Gotama con reverencia: estaba contento con su
comportamiento, enseñado, y ella y sus compañeras alcanzado el fruto de la conversión.
Más tarde, cuando la familia, al rey Pasenadiâ€TMs solicitud, había entrado en su territorio, y ella fue
elegida en el matrimonio por Punnavaddhana, hijo de Migara, un gran comerciante de Savatthi, como
una mujer dotada con los cinco bellezas (belleza de cabello, de carne, de huesos, de piel,

de la juventud), envió un mensaje a su padre para enviar un carro para su regreso; por ella sabía que
oncfe hijas de familias influyentes han sido decorados con la corona de oro, ellos muft volver en carros,
y no en vehículos ordinarios, ni caminar bajo una sombrilla de hojas de palma, otra instancia de sus
conocimientos de etiqueta, y también de la confianza que deposita en ella su padre, era evidente cuando
su padre- ley-a-ser y Pasenadi venían a ^tay con ellos; su padre le preguntó qué casa él debe prepararse
para Migara y que para el Rey. €oe ahora inteligente fue el gran merchantâ€TMs, con una hija está
completamente maduro y profundo intelleft. . . . Y ella dio órdenes.†&#157; aunque ella era como
â€oe fuerte como cinco elefantes,†^ &#157; ella fue ampliamente decorosa en su comportamiento.
En Ae la ocasión cuando ella suitorâ€TMs brahmanes eran amigos vienen a descubrir si se cumplen las
condiciones de wifehood sólo para él, estaban atrapados en una lluvia- gusano. Pero ella se negó a
ejecutar en la vivienda, para que ella pensó que ninguna mujer parece ventaja cuando prisa como un
hombre. Deber filial reWrained también su ritmo. Ella plenamente consciente de que sus hijas no son
nada a sus padres, pero no para la venta de bienes, el matrimonio- capaz de artículos, y ella no pondría
en peligro esta posición por asumir el riesgo de una posible caída como ella corrió.
^ una expresión habitual denotando gran tength.
346
El orden y con los laicos. Parte H El matrimonio festividades ocuparon cuatro meses; probablemente
bastante mayor del que se había previsto, para el suministro de madera solicitadas para el ejército€TMs
cocinar se agotó. De hecho, esta prolongación imprevista ocurrió porque era imposible para los
orfebres para crear la intrincada â€oe- farure gran reductor"^ el don de Dhananjaya a su hija, en este
momento. Terminado el ornamento era digno de sumas fabulosas, y llegó desde la cabeza a los pies
cuando en.
Fue magnífico en la extrema, parte de ella se asemeja a un pavo real en vivo para que la gente exaftly
tuvo que venir bastante cerca para descubrir que en realidad estaba hecha de plata y joyas. Visakha,
altamente civilizada y femenino a su dedo-tips, no era extrañamente orgulloso de esta espléndida
ornamentación. Pero a medida que pasaba el tiempo, se convirtió en un problema para ella por razón de
su gran peso, y su suegro había uno más pequeño para ella.

La gran reductor-parare también se convirtió en una carga para su conciencia. Como ella desarrolló en
el ascetismo de pensamiento se convirtió en sensible acerca de usarla cuando iba a escuchar Gotama
predicar. Ella temía que en estas ocasiones sería impropio para ser adornada por una cosa tan coftly, y
teme que pueda desviar los pensamientos de quienes deberían unworldly lejos del Noble Óctuple
camino. Una vez que se graba en la ha quitado.^ durante las celebraciones de la boda, ella partió con
una enorme comitiva y una amplia dote para ^ Se dice (Warren, pág. 461) â€Oela dando de hábitos por
una mujer, logra su concreción en el gran reductor'^ Esta muft Parures de ser una interpolación
posterior, en el Vinaya, Pdtimokkha Nusaggiya Pdcittiya Dhamma, 6-9, el regalo de batas por
householdersâ€TM esposas no es coimefted con cualquier especialmente deteniendo fruto de mérito.
La idea se repite en los Jatakas :
â€oe principal entre los hombres, las mujeres y el jefe de ella, que da un manto superior en la caridad.
Ella que da cosas agradables está seguro de ganar un hogar divino y justo para entrar en.†(Jstaka, 243
.) â€oe &#157; V., IV, pág. 162.
347
Las órdenes budistas de Almswomen Savatthi. Allí, en^ead de mantener los dones que estaban
derramados sobre ella por los habitantes de la ciudad, tan reflexivo fue ella para otros que ella hizo una
distribución de ellos, cada uno acompañado por un mensaje affedtionate. Otro incidente, típicas de su
humanidad y amabilidad, fue su visita a su nodturnal mare quien fue foaling. Visakha insiste en ir
personalmente a la estable y de asistir en todos los medios necesarios para el animal. Este interés por
los demás y la voluntad real para derramar la felicidad después encontró un amplio canal de expansión
en su adtivities en nombre de la Orden.
Su esposo era un â€oeheretic,†Es decir, él &#157; fue desechado a favor de los ascetas desnudos, y
en su casa, echaba de menos la atmósfera budista al que ella se había acostumbrado en su propia casa.
Pero él no era adtively hostiles al Buda, y él se dio cuenta de que él no debe hacer nada a la ira de su
esposa€TMs

influyente familia. Por lo tanto, cuando llegó a Gotama dtay en Savatthi, y pide permiso para invitar a
él y a su fraternidad a la casa, Punnavaddhana, su marido, no rechazar su petición. Por consi- guiente
ella recibida al día siguiente, y envió palabra dos veces a su suegro para venir y escuchar Gotama
Predicar el Dharma. Migara consentido, los ascetas desnudos, cuya dodtrine también había creído,
hasta ahora no ha podido disuadir a él. Él fue convertido por lo que oyó, reconociendo a sí mismo de
esta manera: â€oeReverend Sir, todo este tiempo he estado sin saber que a usted uno debería bedtow
limosnas para recibir grandes recompensas.
Pero ahora he aprendido, gracias a mi hija en la ley, y me siento liberado de todo peligro de haber
nacido en un menor dlate de ser.†es un claro estado- &#157; ment, si es que alguna vez lo hubo, de
las razones para la concesión de las limosnas. Visakha se refiere a veces como Migaraâ€TMs, madre de
la fadt que convirtió a su padre en la ley. €oe desde ese día en adelante, tú eres mi madre, †&#157;
había gritado con gratitud. La oradora invitó a Gotama nuevamente a su casa para el día siguiente; en
esta visita
el orden y con los laicos. La parte II de su suegra fue convertida. Ella era así ya los medios de asegurar
dos conversos. Abrir las puertas, en lo sucesivo, se mantuvo en su casa por la religión de Buda. Cabe
suponer que otros miembros de su familia también lo adoptó como su religión, y que algunos, en lea^t,
de sus tantos healthyâ€TM- hijos y sobrinos, y de sus muchos nietos fueron educados en ella. Entre sus
hijos tenían dos hijos, uno de los cuales llamó Migara.
El otro se llamaba Migajala.^ la confesión de su aftna en alcanzar arahanship, saturado como lo es con
los esplendores que caen a un seguidor de el Noble Óctuple Camino, sugiere más allá de toda duda que
el amor hacia el Dhamma se inculca a él desde sus primeros años de vida.
La moderación de las opiniones expresadas por el fundador mu^t ^frongly han apelado a una mujer de
temperamento Visakhaâ€TMs. Desde Gotama inculcado sólo una modi- zos forma de ascetismo para el
almspeople, la vida sencilla, y nunca la mortificación, ella podría dejar que su imaginación thetic
sympa- elaborar programas para añadir a la comodidad de la almsmen y para eliminar
algunas de las privaciones materiales que, inftead de ser una ayuda, eran un obstáculo para el logro de
nirvana.
Según el Dhammapada comentario, después de la conversión de su suegro y a su madre

en la ley, casi el siguiente incidente en Visakhaâ€TMs carrera fue ser^lowal en ella de los ocho dones
por Gotama.
El Gafi es solamente en el Dhammapada ftated com- mentary y no se da cuenta. Pero hay una
descripción completa de este importante evento en el Vinaya.® y la compañía de Gotama almsmen
había estado tomando su comida en Visakhaâ€TMs mansión. Ella había experimentado un poco de
dificultad en dejarles saber que la hora de la comida fue venir. Había estado lloviendo, y el siervo a
quien ella enviados a anunciar la hora para ellos, ^ Cy, V. III., p. 187. ®, Theragatlia ccxvii.
® MV., viii, 15.
349
' las órdenes budistas op Almswomen viendo el almsmen^ uncloaked permanente en la lluvia, pensó
que estaban desnudos ascetas, y no Gotamaâ€TMs seguidores en todo el mundo. Ella volvió a Visakha,
sólo me dijeron que para volver. En esta ocasión todos los almsmen había entrado en sus celdas, y el
siervo pensó que el arama estaba vacía y que no hubo almsmen allí. Este incidente parece haber deter-
minada Visakha pedir que ella podría estar autorizada a dar túnicas para la temporada de lluvias, junto
con otras cosas, para cuando la comida era más que ella dijo a Gotama :
â€oe ocho son los dones. Señor, que os suplico de la Santísima ... Yo deseo. Señor, mi vida larga para
ser^ow túnicas para la temporada de lluvias a la sangha, y alimentos para la almsmen entrante, y
alimentos para los enfermos y alimentos para aquellos que esperan a los enfermos, y las medicinas para
los enfermos, y un suministro constante de congey, batas de baño y para la almswomen.†^ dio
pensado- &#157; razones por qué cada uno de estos dones debe ser con- mencionados, vibrante con
simpatía por las dificultades que deben cumplirse en la vida material de la Orden. En seguir siendo
queiftioned por Gotama en cuanto a las ventajas que tenía a la vista, no para el almspeople, pero para
ella, para pedir estos dones, dio una franca y esclarecedora respuesta. Dijo que si se enteró de que había
sido un almsman en Savatthi, ella podría razonablemente deducir que había participado de su
generosidad, y â€oe entonces gozo brotan en mí pidiendo que a la mente ; y la alegría van a surgir en
mí lo alegró ; y para regocijo de todos mi marco estará en paz; y siendo así en paz me experimentarán
una sensación gozosa de contenido; y en ese gozo mi corazón será re^; y eso será para mí un ejercicio
de mi sentido moral, un ejercicio de mis facultades morales, un ejercicio de la

^ Esta es la probable significado, y no â€oe naked,†como Warren trans- &#157; lates. Eudthu^ts
siempre estaban en contra de la desnudez, tanto por la Acelakas aiFefted y Ajivikas. El uttara civara o
uttardsanga (TOGA) se enfunda en dejando la vihara motivos como algo más decente.
* MV., viii., 15, 6-7.
La Orden y con los laicos. Parte II siete tipos de sabiduría.†^ Así el beneficiado &#157; donantes así
como los destinatarios de la filantropía altruista y se ve que han tenido una motivación egoísta. Gotama
le concedió los dones, diciendo : â€oe es bueno, está bien, Visakha.
Ha hecho usted bien en pedir los ocho dones del Tathagata con esas ventajas a la vista.†&#157;
aunque los redactores de los Jatakas vimos conveniente insertar la frase â€oeVisakha, el gran hermano
laico' Notwith- en pie su femineidad, recibió ocho dones al Dasabalaâ€TMs manos, pero no podía dejar
de admirar su ; â€oe grandes son sus virtudes.†pero la tradicional &#157; nociones relativas a
mujeres fueron apareciendo en el momento que los Jatakas fueron escritas.
Su generosidad parecían no conocer límites. Ella siguió a dar limosna y hacer otras obras de mérito.
Sin embargo la tarifa diaria simple del almsmen, podía haber un pequeño drenaje monetario para
alimentar constantemente la inmensa congregación que por ahora, según las cuentas, rodeado Gotama.
Por ejemplo, se dice: â€oeFor cada día, dos mil almsmen tomar sus comidas en la casa de
Anathapindika en Savatthi, y un número similar en la casa de los laicos mujeres eminentes- discípulo,
Visakha.†^ y nuevamente se dice: â€oe Cada día dos mil almsmen &#157; ir a la casa de Anatha-
pindika para alimentos, medicinas, etc. ; quinientos a la casa de la Culla Anathapindika, y un número
similar a las casas de Visakha y Sup- pavasa.†^ &#157; â€oe otras obras de mérito- son también
relató en el Vinaya &#157;. Fue a Savatthi que dio una toalla (para limpiar la cara) para Gotama®
â€oe que él a mí por un largo tiempo para una bendición y para bien.†® Después &#157; había
alegrado por su discurso religioso y ^ MV., viii, 15, 13. Esta es una fórmula ftock para expresar placer.
^ Jataka Cmy. en 489. ® Dhp. Cm7. En el versículo 18.
* En el versículo 47. ® MV., viii, 18.
* Una fórmula habitual.
351
Las órdenes budistas de Almswomen había dejado, â€oepassing él sobre su lado derecho,^ â€oehe dijo
al almsmen que él les permitió un paño para limpiar sus caras. En otra ocasión posterior registrada^ ella
trajo a pie de barro raspadores, tarros pequeños y escobas, pidiendo Gotama aceptarlas â€oe que
pueden ser para mí por mucho tiempo una bendición y una alegría.†&#157; El pie-rascadores fueron,
sin embargo, un artículo prohibido, y Gotama no permitiría a ellos. Se permite sólo â€oe arenisca,
grava y mar-espuma (huesos de sepia o jibia-fish), con los que se limpie los pies.†le permitió la
almsmen &#157; para utilizar los tarros pequeños y escobas y también los ventiladores y una flor que
elands Visakha ofrecido como well.® su íntimo conocimiento de los requisitos de la almsmen fue
posible porque no vivir en reclusión, alejadas de la humanidad, pero estaban en estrecha contadl con los
laicos y abierto a visitas de ellos.
Se informó que asistieron a los sermones de Visakha el monasterio, y también que, en compañía de su
amigo, Suppiya, â€oeshe vagó sobre la monaftery para ver qué podría hacerse para los diferentes
almsmen que iban llegando o saliendo, o que estaban enfermos.†&#157; esta accesibilidad a los
viharas en dos ocasiones sentó un almsman abierto a la reprensión de Visakha para indiscreto
comportamiento. Ella es el doble grabado han reprendido Udayi para sentarse sola y aparte en la casa
de un laico con una niña. Ella le señaló que, si bien tales condudl no era malo en sí mismo y no habían
sido prohibidas, podría resultar un obstáculo a la difusión del Dhamma, muddy- ing de tal manera que
el inconverso no se siente llamada a convertirse.^ como resultado de su repre- ^ una formalidad
expresiva de honor. Therigatha, verso 307 ; sus- gatha Cmy. En Ixiii. ; Cf. Sarny. Nik., i, i, § i ; ii., i
§ x ; iv., 3, § z ; Ibíd., Vi., I, § 10.
^ CV., V. 22, 1.
^ CV., V, 22, 2. Las monjas de Kandy a día se permitió el uso de hojas de palmera ventiladores.

* V., III, pp. 187, 191.


352
El orden y con los laicos. Parte II ciones a Gotama tales conduft llegó a ser visto como un delito
Aniyata (Indeterminado).
En el Udana es dos veces registrado que iban en un unseasonable Visakha hora a Gotama mismo.^
ambas visitas se dice que han ocurrido en el vihara construido por ella en el lado oriental de Savatthi y
pre- sentaron a la Orden. Gotama no reproche Visakha para visitarle en un momento poco frecuente,
menos ffill hizo negarse a verla, pero se limitó a pedir (en ambas ocasiones):
â€oe orar, cómo es, Visakha, que me visita por lo tanto en una hora unseasonable ?†dio como su
razón para visitarla firfl &#157; su fallo a favor de algunos extraft Rey Pasenadi; luego aparentemente
se dirigió directamente a Gotama, con la esperanza de encontrar consuelo en las palabras de sabiduría
que sabía muft caída de sus labios.
Pertinente como todas sus respuestas fueron, en esta ocasión se â€oe sopló sucesivamente esta solemne
discurso :
â€oe †̃ toda debilidad es el dolor, todo el poder es la felicidad ; cuando algunos lucha tiene que ser
encontradas, hombres tristes ; es difícil escapar de la esclavitud del mismo.â€TM †&#157; su razón
para su segunda visita registrada en el Udana era encontrar consuelo en la muerte de su pequeño nieto,
quien amó muchísimo. Gotama señaló a ella que la relación entre el número de sus seres queridos y el
número de los Dolores es una relación uno-uno. Por lo tanto, donde no hay un ser querido no puede
haber dolor, para â€oe en absoluto de la tristeza, la lamentación y dolor hay en este mundo.
Todo esto surge de aferrarse ; donde aferrarse no es, estos no son, por tanto, felices y sorrowless son
quienes se aferran con nada en el mundo.
No establecer su alFeftions sobre las cosas de la tierra.†&#157; pero habiendo amado y loff habría
sido im- posible para Visakha no lloran en esta ocasión.
La vida de esa filosofía necesita un largo entrenamiento.
El abogado no podía aprovechar entonces, pero los intentos podrían

Udana, MucUinda, § 9, Patalagami, 8, trans. D. M. fuertes.


353 z
la orden budista de Almswomen , en el futuro para guiar la direftion la voluntad â€" lejos del amor de
bienes y de personas, y la implícita, aunque no ^ados underltanding aquí, hacia el Dhamma. La vida en
el ,Eefa â€" o cualquier lugar â€" tiembla con la incertidumbre y la muerte súbita acecha escondido en
cada trimestre. La inminencia de la catástrofe fue traído a casa vívidamente Visakha por la pérdida de
su pequeño nieto. Darse cuenta de que un destino similar podría adelantar en cualquier momento de
cualquier otro de sus numerosos hijos o nietos, ella quiso tener muft para algunos el poder de
resistencia para luchar contra posibles catástrofes en el futuro.
Cómo pronto, si alguna vez, ella fue capaz de poner affedtion de ella y así ser inmune a la aflicción, no
aparece. Pero es evidente que ella no era capaz de seguir este curso auftere después sólo uno, por otro
dtory
inStrudlion está dada en el comentario, Dhammapada^ donde ella, â€oe incapaz de controlar su dolor,
fue triste y doloroso para el maestro.†Datta, hijo€TMs hija &#157; había muerto. En esta ocasión
Gotama es nuevamente representados como señalar a ella la devastación psíquica y moral que affedtion
trae su tren.
€oe desde affeffion muelles muelles aiFefHon duelo; de miedo.
Él que es libre de affeftion ni dolores ni temores.†&#157; esto puede ser muy cierto, pero es una dura
enseñanza, monacal en su cansancio de affedtion, y en el deseo de escapar de una coloración emocional
en la vida ; en negar- ing parte de la naturaleza humana, en atrofiarse esa parte.
Fue Gotamaâ€TMs forma de consuelo, podemos preguntarnos, o fue el monje editores€TM, dejando
sus opiniones en los refranes que le atribuyó Visakhaâ€TMs libre acceso tanto a las monadleries y a
Gotama sí pueden haber sido tanto por razón de su generosidad y la gratitud que inspira como en razón
de su mérito y la religiosidad. Evidentemente ella adquirió una cierta cantidad de autoridad en asuntos
^ php. Cmy. En el versículo 313, cf. Dhp., 215.
354

El orden y con los laicos. Parte II, relativa a la Orden, y sus críticas a veces deter- minada un cambio o
al menos una definición de las normas.
Por ejemplo, porque el almsmen no conferiría la ordenación en su grandsonâ pabbajja€TMâ€TM
durante la temporada de lluvias, ella se enojó y se molestó. En su opinión, parece, los deberes de la
Sangha debe llevarse a cabo en todas las temporadas. Algunas de las quejas y oyó su almsmen informó
Gotama. El resultado fue la formulación de una norma por la cual un acuerdo para evitar que la
ceremonia se lleve a cabo en la estación lluviosa implicaba una ofensa dukkata. Si la admisión de los
miembros de la Orden se im- posible durante los meses en que los laicos vio Moll de la almspeople, el
número de seguidores de la religión no aumentaría como GAFI, ya que de otra manera no podrían. De
esta relativamente pequeña causa de una mujer€TMs sentimiento, dolor de que un miembro de su
familia no fue admitido cuando quiso ser un importante ^tep fue tomada hacia ganar más fácil y más
rápida entrada en la orden, ampliando así más rápidamente y consolidando la religión más firmemente.
Su próxima gran benefadlion a la orden fue el regalo de el equivalente monetario por su gran- farure
reductor, el producto de lo que pasó en la construcción de siete gloried vihara con una terraza o balcón
{alindd), apoyados en pilares con capitales de elephantsâ€TM jefes.^ surgió de esta manera. Ella había
inad- vertently dejó su gran parures detrás en el monasterio, después de asistir a un sermón, y cuando
oyó que Ananda había realizado por ella, la conviflion vino a ella que no podía llevar a un artículo que
el maestro había tocado. Ella decidió vender y hacer ofrendas a la sangha adecuado en su lugar.
Pero no se encontró comprador, tanto porque era muy caro, y porque en toda la tierra, sólo tres mujeres
poseía uno. Uno de estos era Visakha su- yo; la segunda fue la esposa de Mallika Bandhula ^ MV., III,
13, 1-2. ^ Cy. CV., VI, 14.
355
La Orden de Almswomen budista de la Asamblea de las Mallas ; y el tercero fue otro Mallika, hija de
un gran comerciante de Benares.
Desde que descubrió que no podía librarse de él, ella pagó el precio de ella misma", y pidió a Gotama
cuál de los cuatro requisitos que deben dar a la Orden.
Él escogió â€oe una morada en el ea^t final por la

congregación de los almsmen.†Visakha estaba muy complacido mucho &#157;- esta petición, y
obtuvo la ayuda de Moggallana, famoso por sus artes mágicas, para construirlo. La obra tardó 13
meses. Durante el laft Gotama cuatro, mientras estaba allí, Visakha diario limosna dispensada a él y a la
fraternidad. Al final de este tiempo que pasó va^t sumas en proporcionar la almsmen y novicios con
^toba de ropas, y con la medicina, y cuando todo estaba terminado dio una fastuosa ceremonia de
apertura. Ciento setenta y dos millones de personas en todo, se dice, pasaron por ella en la religión de
Buda. Con la verdad el comentario Comentarios : â€oe ninguna otra mujer en el mundo era tan liberal
como ésta que vivían en la casa de un hereje.†La alegría en su corazón &#157; inspiró a un discurso
solemne, sopló sucesivamente en su voz dulce, por el don de un vihara fue la culminación de todas sus
esperanzas. Durante mucho tiempo ella había deseado dar una mansión, enseres domésticos,
provisiones, ropas y medicinas a la Orden, y ahora que todos sus deseos se habían cumplido, ha
obtenido el premio de fragante deleite. El Vihara fue muy agradeci- conexas y varios inftances de
Gotama que residen en su mansión son grabados.^ apuesto a juzgar por el número de regalos que
Visakha, podría ser que ella expefted adquiriría una cantidad correspondiente de mérito. Pero el
Buddhi^l vista metafísico no se basa en consideraciones económicas tales dones en abundancia, y no
está pensado para ser más eficaz que los regalos de acuerdo a los medios.
^ Majjiiima, III, 78, 104; Theragatha versos, 1164, 1192; Dia- logues, iii. , 80 ; Sarny. Nik., III, 2, § i ;
viii., § 7 ; Ang., I, págs. 127, 128.
356
El orden y con los laicos. Parte II, aun así, ella fue una continua dador, y uno a quien Gotama podría
confiar a dar libremente en cualquier parte de la diplomacia en el intere^s de la Orden, señaló. Ella
siempre estaba listo para hacer su licitación. Por ejemplo, cuando se escucha que el â€oe litigioso,
contencioso, pendenciero, disputatious Bhikkhus de Kosambi †fueron llegando a Savatthi &#157;,
principal almspeople y laicos- los discípulos se acercaron a Gotama para saber de él, cómo deben
comportarse.^ les dio todos unbiassed y el asesoramiento adecuado, affefting ningún partidismo.
En él^lrufted los doce Jefe Almsmen a â€oe lateral con quienes tienen derecho de acuerdo con el
Dhamma &#157;,â€
y â€oe a Mahapajapati escuchar el Dhamma en ambos lados, decidir cuál es el lado derecho de acuerdo
con el Dhamma, y tomar esas cuestiones del capítulo de Almswomen que tienen que ser mencionados
en el capítulo de Almsmen, a la parte que es derecho.†su en- &#157; ^ruftion a los dos propietarios,
hombre y mujer, y Anathapindika Visakha, era el mismo. Comenzó :
â€oe Beftow regalos en ambos lados,†entonces escuchar el Dhamma &#157; en ambos lados, y
decidir qué conjunto de almsmen es correcto de acuerdo con el Dhamma.
Ambos Mahapajapati Visakha y eran considerados como fiables dotado de poderes de discreción en
cuanto a los hombres, y poseer un conocimiento tan exhaustivo del Dhamma como los hombres. Que
su salud mental fhature estimada era de igual crecimiento es evidente desde el fa6l que no se sugirió a
cualquiera de las mujeres que deben consultar con el almsmen en cuanto a cuál de los litigantes fue la
derecha según el Dhamma.
Una religión que permite que esta cantidad de independencia de juicio a sus miembros femeninos, y no
distinguen entre la capacidad de los dos sexos, se ennoblece, para las mujeres levantarse y justificar la
confianza que se ha depositado en ellos. Los dos, Mahapajapati y Visakha, nunca vaciló en su fidelidad,
y Visakha, por su acondicionado^ant dones de limosnas, ropa y vivienda, †̃ MV..x.,5,3.
357
El orden de Almswomen budista y también por su criticismj fue un incansable ayuda en el proceso de
enlace de la almspeople juntos y a los laicos. Ella puede ser considerada como una verdadera madre y
fiel a la religión. La almsmen considerado como un amigo de confianza de la Orden. Se informó de que
algunos de ellos utilizan para tomar sus alimentos y comer en su casa o en Anathapindikaâ€TMs para
aunque habían recibido al rey€TMs palacio, nadie era amigo de ellos.
Ardiente, liberal y persistentemente reflexivo para la Orden como era, pero no tenía Visakha
pensamientos de unirse a ella misma como una almswoman ; ni aparentemente Gotama nunca exhorte a
adoptar esa medida. Él no era de una disposición monacal; no uno cuya recóndita conviStions le dijo
que la vida de renuncia era la mejor vida. Y, de acuerdo con su concepción de las leyes cosmical
Visakha, especialmente, por su generosidad y fe sería cierto de lograr el nirvana. Asimismo, Gotama el
pensamiento de los muchos, del

hombre mismo (j)urisa, fuggald) en cada uno de ellos, y se dio cuenta de que si ella dió su bienes
mundanos para convertirse en un ser almswoman, un medio para ayudar a muchos otros a entrar y
permanecer en el camino sería cortado.
^ si ella había entrado en la orden no podía haber dado más pruebas de su sincera devoción a él que ella
hizo como laica. Desde Gotama él residía en Savatthi y ella era generalmente accesible, ha consultado
con frecuencia ella, sabiendo que él podría depender de ella para dar juicios basados en una experiencia
madura del mundo y por cualquier unwarped prejuicios privados. Por ejemplo, ella dio una valiosa
ayuda a la hora de llamada a investigar el caso del almswoman que dio a luz a un niño mientras ella
estaba en la Orden.^ Devadatta decretó que ella debe ser expulsado, por miedo a cualquier reproche
debe ser caSl a la Cmj almswomen * Jataka. en 464.
Thoragatlia Cmy. En cki.; Dhp. Cmy. en verso 160; Tataka Cmy. oni2.
358
El orden y con los laicos. Parte II quien había insftrudted. La madre declaró que ella había concebido al
niño antes y no después de que ella había entrado en la Orden, y pidió ser llevado a Gotama. El caso
fue puesto sin reserva en Visakhaâ€TMs manos, y ella demostró la mujer€TMs inno- cence.
Una larga charla entre Gotama y Visakha es pre- sirve en el Anguttara Nikaya.^ es sumamente
interesante en el sentido de que lleva el sello de lo que podría haber sido una conversación real, y ha
sobrevivido, no como un diálogo de pregunta y respuesta estereotipada, sino como una charla a una
laica, parte de él como una homilía. Es ilustrada por metáforas hogareño, tomados de algunas de las
cosas que sería casi en el uso diario, como fullerâ€TMs
tierra piedra (sotti, WC), wc en polvo, una olla hirviendo, aceite, cenizas, el fuego, y otros de similar
naturaleza, ninguno de los cuales Visakha habría sido probable a omitir en la gestión exitosa de su gran
creación. Es probable que en conversar con ella, Gotama le pidió y obtuvo de ella los diferentes
procesos de limpieza; de cómo debe saber como se informó, Visakha dice que vienen de mantener la
ceremonia de Uposatha. Se sentó

como un discípulo podría, en un lado de Gotama. Habiendo aprendido de ella donde ella había sido, él
procedió a darle la dirección larga, que constituye la esencia de la conversación, en la purificación de la
mente.
Ella está obligado a permanecer en silencio, como sin duda absorta en lo que estaba diciendo.
Él comienza diciendo que los pastores no tenga un buen día, GAFI para mientras ellos están fallando
sus mentes están girando hacia a morrowâ€TMs tarifa. A continuación pasa a decir que los Jainas no
son mucho mejores, aunque pretendiendo por un poco de tiempo para estar manteniendo ^ Ang., I, 205
si. Diálogo Tliis tiene varios puntos en común con la conversación informa de que han tenido lugar
entre Gotama y Anathapindika, Sarny. Nik., xii, 5, § 41.
359
Las órdenes budistas op Almswomen el sábado, todos saben que sólo es hipocresía, y por lo tanto son
afting una mentira.
Pero el día de la santa Uposatha discípulo es diferente; consiffs de una purificación real, de una
auténtica purificación.
Esto sólo puede lograrse mediante la meditación sobre el Buda, el Dharma y la Sangha.^ meditación
sobre el Buda es equivalente a la purificación de la mente; en el Dhamma a la limpieza del cuerpo; en
la Sangha para la limpieza de la ropa, la sangha es comparable a la ropa del Dhamma.
Además de esto, una mente manchada puede ser purificado por la contemplación de los diferentes
grupos de devas, que Gotama menciones. La alegría surge en el meditador como él está pensando en
estas cosas, y de las cualidades que los devas charadlerise; porque él considera que él también tiene
estas mismas cualidades de devahood (fe, piedad, conocimiento, liberalidad y sabiduría).
Gotama es representado como entrar en una discusión de los Silas, el mantenimiento de la cual hombre
conffitutes€TMs buen esfuerzo, el esfuerzo del hombre (purisa).
Dice: â€oe para este día, voy a hacer como hacer arahans,†y &#157; él enumera los diez
observancias. El laff cinco están destinados especialmente a los almsmen, pero no como una norma
general para los laicos. Debe abffain Almsmen desde (literalmente, no tome placer en [pativirato, vera-
mam]) las ocasiones de comer en el momento incorrecto ; las ocasiones de diversiones mundanas,
como la música, el baile y el canto; las ocasiones de las parrillas a ellos

mismos con guirnaldas; las ocasiones de utilizar aromas y perfumes ; y de las ocasiones de tener altas
camas y asientos. "Los cinco firft silas,^ la fundamental injundlions del código moral, estaba destinado
a ser observados por la almspeople y los laicos.
Los frutos y resultados de mantener estos silas es celestial bliss {sukha)\, junto a esta bienaventuranza
terrena, incluso ^ Todos estos son lemas que entró en uso mucho después Gotamaâ€TMs.
^ Véase supra, pág. 63.
360
El orden y con los laicos. Parte II si fuese el gobernante de los reinos de Anga, Magadha, Kasi, Kosala,
Vajji, Malla, Ceti, Vanga, Kuru, Paficala, Maccha, Surasena, Assaka, Avanti, Gandhara, Kamboja, sería
insignificante. ¿Por qué?
Porque comparando la vida de los devas, grupo por grupo, con la vida de un hombre, Gotama muestra
que deva-felicidad lafts durante mucho más tiempo, ya que abarca un período de tiempo mucho mayor
que el mero mortal la felicidad.
Capítulo V (continuación) La Orden y con los laicos. Parte III la predicación a los laicos. €" la
conversión por los laicos.
T él efFeft que la vida que lleva en la Orden sobre los laicos se ha llevado a cabo en cierta medida en la
cuenta de Visakhaâ€TMs la vida. Los dos principales maneras en que los laicos almspeople
recompensada por sus lujosos regalos por recibir limosnas y regalos de ellos, y predicando a ellos. El
estudio de su vida también trae algunos otros puntos típicos de la befh relaciones que exi^condujo entre
la orden y el laicado. Estos incluían la laityâ€TMs no es infre- cuente crítica del orden; la mutua
accesibilidad de Gotama, el almspeople y los laicos; la ausencia de un llamamiento hecho a los
miembros del laicado para ser almspeople ; la igualdad de hombres y mujeres, en particular con
respecto a su juicio y su capacidad para dar limosna; el mantenimiento de los días de Uposatha por los
laicos; y el trabajo realizado por los laicos en

hacer más conversos. De estos, la^l dos cuestiones exigen un examen ulterior.
Era imposible para los laicos a vivir no influenciados por los buenos principios de creencia y por los
altos ideales de la vida y la conducta: expresada en la predicación y en la vida de los almspeople. Con
estos formaron una comunidad empresarial; y en la medida en que estaban dispuestos a adherirse a los
cinco principales preceptos de moralidad que compartió de su vida. Por acatar estas normas morales
jefe que Gotama hizo obligatoria a todos sus seguidores, laicos y religiosos, la vida externa de los
laicos fue traído á parcial de conformidad con el llevado a cabo por el almspeople. Evidentemente era
imposible
el orden y con los laicos. Parte III para que los laicos puedan adherirse ^triftly al tercer sila. - Das fue
un compromiso: eran expefted effedted observarlo sólo temporalmente, y a ciertos intervalos fijos â€",
es decir, dos veces al mes, en los días cuando el recluses observaban la ceremonia de Uposatha.
Este reglamento de sus vidas, como una débil copia de que incumbe a los recluses, fue suficiente para
recordarles la castidad como un ideal. También subrayó el FAD! Que la diferencia entre los dos
sedtions de la Comunidad era sólo una diferencia de grado y no en especie. La similitud subyacente de
sus aspira- ciones también fue confirmada por la calidad de la pi'eaching.
Desde la dodtrine era la misma para todos, y de aplicación universal, no hay diferencia entre los sexos
y ninguna diferencia entre aquellos que han seguido la casa- menos o el hogar'de Estado fue hecha en
su apelación.
€oe Me han enseñado de 111, de su origen, su cesación y el camino que conduce a su cesación.†^
&#157; Esta fue la clave para Gotamaâ€TMs actitud, tanto para los hombres como para las mujeres, si
estaban o no en la Orden. Por lo tanto no hay razón para que los laicos no deben asistir a los discursos.
Si pocos sermones sobrevivir, dirigida a ellos, como tal, no es porque Gotama no reconocer su
importan- cia, y no el valor de su adhesión; sino porque refranes a laicos no eran tan intereffing a
monjes como los mismos. Por esta razón, también, aunque podría parecer que la parte principal de la
doctrina de Gotama y sus seguidores fue a almsmen almswomen diredted y que ya eran miembros de la
Orden, y que la conducta de indlrudtion era, como ha sobrevivido, y no para los laicos almspeople, en
realidad, los laicos no fueron ignoradas. Con la excepción de los tres diálogos sobre los deberes de los
legos,^ y

^ Majjliima, i., 431.


^ homilías para los laicos son los SigSlovada Sutta, diálogos, III, xxxi.; y Dhammika Sutta
Maliamangala Sutta, Sutta Nipata, 11 . , Nos.. iv., XIV, S. B. E., x. De estos el Sigalovada Sutta es
considerado como 363
La Orden budista de Almswomen hablar de co-residencia (samvasa) whicli Gotama había con algunos
propietarios y sus esposas, quien sucedió a reunirse en el high road/ No hay alteración en el carácter de
los discursos cuando se hace mención especial de la presencia de los laicos. Vinieron en multitudes o
individualmente para escuchar el Dhamma que fue predicado por la comprensión de todos. No hay
casos de la negativa de Gotama o a sus discípulos a predicar a los laicos. Por el contrario, hay mención
deliberada y ahora de nuevo, por ejemplo, de las laicas que se acercó a Gotama como él era predicar-
ing,^ y de las grandes empresas de laicos que sur- le redondeadas,^ quizá setecientos fuerte de laicos-
adherentes y setecientos laicas adherentes.'* a la población de la India fue muy denso en esos
momentos.
En otra ocasión, se registra que el populacho iban en su ropa fina y ornamentos para el monasterio para
escuchar el Dhamma/ y otra vez un número de laicos y hermanos y hermanas que estaban guardando
un día de ayuno vino a escuchar el Dhamma y estaban sentados en la sala de verdad.® dondequiera
fue Gotama predica, y estaba deseoso de que sus discípulos religiosos deben predicar, Nb importa qué
subprocesos de creencia o incredulidad corrió a través de su audiencia.
Su actitud es expresados concisamente en una conversa- ciones con Ananda que está registrado para
haber tenido cuando tenía casi 80 años.^ â€oe he predicado la verdad sin hacer ninguna diSIindlion
entre exotérico y esotérico respedt dodtrine: En pre-eminentemente el Vinaya para legos, Elands solo
como una homilía dirigida específicamente a los laicos. En Majjhima, iii, 261, uno para el evangelio y
almsmen ."madre para los laicos están establecidos por Ssriputta.
* Ang., II, pág. 57.
Por ejemplo, Therigatha ®, XXIII, xxxi., xxxv., liii., Liv.
€ por ejemplo, Sarny. Nik., iv, 2, § 4. &#157; Sarny. Nik. viii., §11. Setecientos es una figura
retórica, como

cincuenta y quinientos, que significa â€oe multitudes y multitudes.†â€oe &#157; Warren, el budismo
en traducciones, pág. 472.
€oe Jataka Cmy. en 511. '' Mhp., capítulo II., § 32.
364
El orden y con los laicos. La parte III de verdades, Ananda, el Tathagata no tiene tal cosa como el
cerrado del maestro, quien mantiene algunas cosas atrás. Ahora el Tathagata, Ananda, piensa que no es
él quien debe llevar a la hermandad, o que el orden depende de él.†si no hubiera habido registros
&#157; de laicos que escuchó el Dhamma, una
afirmación como esta hace imposible que hubiera excluido de este derecho y privilegio.
Sólo pudo haber sido su gran compasión por su prójimo, combinada con su dinamismo de la naturaleza
que le permitió soportar la tensión del con- bdiantly viviendo entre estas va^t cantidades de personas,
para cada uno de cuyo bienestar moral y espiritual que él mu^l se han sentido a sí mismo en un sentido
responsable. Él no habría sido si el pensamiento humano nunca ocurrió a él, como se ha hecho, una vez
grabadas, â€oeWhat si yo fuera a vivir solo, lejos de la muchedumbre se dice que cuando esta idea
entró en su mente, el Beato vivía rodeado por una multitud de almsmen y almswomen, hembra y
macho de discípulos, de los reyes y sus ministros, así como por la herejía sefbs y sus alumnos; y ha
sufrido molestias y malestar.^ era demasiado humano y demasiado ffrong no entregara a el Dhamma a
tantas personas como pudo, o de negarse a recibir ayuda en muchas otras formas a una diversidad de
personas. Para muchos fue el asesor truffed sobre una variedad de temas, que van tiresome, difícil y
pro- encontró, éticos, religiosos, sociales y físicos. Porque la mayoría de las personas con las que entró
en contaft hizo demandas de él (como es mostrado por su unftereo- respuestas escritas, cada uno
concebido para satisfacer las necesidades del individuo queffioner®), fue resuelta en su elección de
^sentar entre los devotos de la Udana, Meghiya, § 5 ; </. Ang., iv., p. 436, where if is said that this
thought occurring to an almsman, who lived in the mid^l of ju^l such a crowd, moved him to seek a
solitary life.
® C. A. F. Rhys Davids, Old Creeds and New Needs, London, 1923, p. 65.

365
The Buddhist Order op Almswomen religion, and accordingly dismissed the idea of living apart.
It was not Gotama alone who preached to the laity.
The work done by the almswomen in this rcspedl has already been considered;â€TM- and mention has
also been made of some of Anandaâ€TMs^ and Anuruddhaâ€TMs'â€TM con- versations. Other
almsmen also played their part, and various records survive of the women converted by them.'â€TM
Maha-Kaccana, at the requefl of the female lay-adherent Kali, gave an inspiring exposition on the
meaning of a verse that she is recorded to have said was uttered by Gotama.® A record survives of a
long conversation held between the laywoman Nandamata and Sariputta.® It is said that she told him
that after a prolonged mental struggle she had won to an inner peace and bliss and had escaped from
the Five Fetters.
Before he rose to go he is said to have taught, aroused, incited and gladdened her with, talk on the
Dhamma.
In all these talks and conversations Gotama and his disciples are represented as giving the Dhamma,
and never as deliberately asking the laity to join the alms- people. The Way was presented, for those
who could to follow; but they were not pressed to try the higher paths. They would know whether they
were ripe enough to do so or not. Only if they were un- aware of their latent powers, only then is
Gotama said to have gone to them if he perceived that they “ pos- sessed the faculties requisite for
attaining the fruit of Conversion,†in order to help to ripen their budding  spirituality.â€TM^ He
himself never once said that arahan- ship could only be reached by those who entered upon the
homeless way. On the conti'ary, as is set out in 1 See above, p. 301 ff., p. 251 ff. 2 5gg gboyg^ p_ 295
ff.
® See above, p. 336.
†̃ Tlierigatha,xxvi.,xxxix.,xHi.,xlvi.; see above, pp. iSaff., 103, 321.
j Ang., V., p. 46. , “ Ang.,iv.,p.63.
Dhp. Cmj. on verse 200 ; TJierlgaltha Cm/, on Ixiii., see above,
The Order and the Laity. Part III
the Commentary on the Katha-Vatthu/ he is repre- sented as having spoken the verse of the Dhamma-
pada:® “ Though he be finely clad, if he fare rightly.
At peace and tamed, by right law nobly living.
Refrain from scathe and harm to every creature ; Noble is he, recluse is he and bhikkhu.† This is
quoted to support “ the belief of those who, like the Uttarapathakas, seeing that Yasa, the clans-
manâ€TMs son, and others attained arahanship while living amid the circumstances of secular life,
judge that a layman might be an arahan.† But although a layman might be an arahan, the inference
is that he cannot remain one. To be an arahan implies that he cannot continue in the praftices which, as
a layman, he would be carrying on. These include indulgences in sexual relations, the possession of a
home and children, the wearing of wreaths and attradtive clothes, the use of scents, and the keeping of
animals. Gotamaâ€TMs answer to the Wanderer Vaccha-gotta, which appears in the Majjhima,® is to
the effedl that no “ layman without shedding the trammels of house and home has at the bodyâ€TMs
dis- solution made an end of ill . . or “ got to heaven.† This perhaps was realised by some lay-
people. For sxample, Sujata,'* “ because her intelligence was fully ripe . . . attained arahanship â€
while ftill a lay-  woman ; but possibly fearing that she could not persist in that dfate while ftill in the
world she went home ind “ obtained her husbandâ€TMs and her parentsâ€TM consent, ind by
command of the Mafter was admitted to the Order qf Almswomen.†To make an end of 111 and  to
get to heaven one mudl shake off the fetters of the household life. It was a counsel of perfection put
ibrward by those who prided themselves on their own idherence to the Way; and it was avidly seized
and ^ Cmy. on Katlia-Vattliu, iv., i. " Dhp., 142.
Majjhima, i., 483. ^ Therigatha Cmy. on liii.
367
The Buddhist Order of Almswomen afted upon by those who felt ready to go forth and keep on the
Way.

In view of these records, and of the teaching given in the harem, ^ and of the dominantly and
consistently exoteric attitude of Gotama, it is difficult to account for the pacittiya ruling which made it
an offence for almsmen to preach the Dhamma to women. ^ It is likely that this pacittiya offence,
instituted owing to the complaints of the pious almsmen, is a later inter- polation of the editors, and had
no place in the initial spreading of the Dhamma. It shows both the debased position into which women
had again fallen, no less than the nervous apprehension of the monk-editors; for a contributory, if not
the sole cause of the prohibi- tion, was that Udayi recited the Dhamma to women in a low voice.^ The
editors feared the potential dangers to which they imagined such proximity might lead. At all events the
ruling could not ffand as it was, exclusive, and from the womenâ€TMs point of view, obffrudlioniff.
Though anxious to learn, but yet unable to hear the teaching, how could they begin to reach the very
topmoff height^ to which, time and again, the Fourfold Congregation was urged to aspire ?
The records go straight on to say that one of the laywomen begged Udayi to give them the Dhamma in
five or six words, and became angry and com- plained because he would not relent. The wrath of the
laity, even of the laywomen, had to be reckoned with, and their vexation had to be smoothed down
whenever it had been excited. Hence a compromise was arranged, and it was said that they were
allowed to be taught the Dhamma in not more than six words.
Nothing more fatuous or useless than this, poles apart from Gotamaâ€TMs own sense and wisdom,
could well be imagined.
^ See below, p. 372 ff. = V., iv., pp. 20, 21.
“ V., iv., p. 21 ; c/. Ang., iii., p. 259.
■* Mhp., ch. ii., § 35.
368
The Order and the Laity. Part III This ruling stands alone, for the other documentary svidence shows
that as the Dhamma was preached to :he laity of both sexes, it bore fruit. With the keen
ntereft in religious discussion, theory and pradlrice, »vhich has marked Indian peoples throughout
the ages, :he lay-votaries of the Buddhift religion expended
:hemselves in handing on their new-found beliefs to

:heir friends. It soon became clear that the power


3f gaining converts was not relegated to the Order done, but that the laity, by the diligence with
which :hey engaged upon this work, substantially increased
:he number of the adherents of the religion which they
supported. In order to give a proportionate view of :he influence of the Order on the laity, some
account
â– nuSt be given of the work of conversion which Stands :o the laityâ€TMs credit. It will then be seen
that this
nfluence did not only reaft in the manifold sphere of ntereSt taken by the laity in the Order, part of
which vas self-seeking in charafter; but that it also readied )n the outside world. In both fields of
adlivity the aity were animated by admiration of the Dhamma laught by Gotama.
An original element in Buddhism, as opposed to Brahmanism, was that its converts were drawn from
dl cadles.^ Membership of it was not the hereditary privilege of one caSle, and therefore the work of
^reaching had to be deliberately undertaken . Examples )f converts made by almswomen are not far to
seek.^ Laywomen also were of great assistance in furthering he spread of the Dhamma. For example, it
is said hat Culla Subhadda, Anathapindikaâ€TMs daughter, then narried and living at Ugga, by
extolling the glorious drtues of the Buddha, awakened in her mother-in-law L desire to see the Teacher.
When he discerned this le went to Ugga and converted firil Subhaddaâ€TMs ather-in-law, the great
merchant Ugga, and so many ^ See above, p. 167 ff.
° For some examples, see above, p. 201 ff.
369 AA
The Buddhist Order of Almswomen other people besides, that from that time on the city of Ugga was a
faithful, believing cityd The influence of queens who were converted to the faith, was in many cases so
powerful that it muft be treasured up in computing the share taken by women in shedding the light of
the doftrine and discipline.
Manifestly Buddhism would not have become the force that it
did, had it not been for the part which they so devotedly played.
King Udena was converted through his queen Samavati,^ who herself had been converted by Khuj-
juttara, one of her female slaves; and King Pasenadi

of Kosala was converted by Mallika, one of his queens.'^ She appears to have been converted at the end
of a conversation which she had with Gotama. She had approached him in the Jetavana Grove, and they
had talked of the reasons why women are rich or poor, well or badly off, and in the possession of great
power or the reverse.^ When the talk was over she asked to be allowed to take her refuge in him as a
lay-adherent from that day forth. Later, presumably, she greatly interested the King by her accounts of
Gotamaâ€TMs teaching on the sorrow and tribulation which their dear ones bring to men and women;
in order com- pletely to sweep away all his doubts, she sent a special message to Gotama for a
corroboration of this asser- tion.® Pasenadi then came to believe that in people there is no refuge:
instead a refuge muft be sought in the Buddha, the Dhamma and the Sangha. A king had great influence
in his territory. Thus if he became^ a Buddhifl;, the spread of the Dhamma would be facilitated and
accelerated; the religion of Gotama would take on the charadler of a ^late-religion, for mosfl of the
common people would imitate the Kingâ€TMs venture.
^ Dhp. Cmy. on verse 304. ^ Ibid, on verses 21-23.
® MajjWma, ii., 106-112. * Ang., ii., pp. 202-205.
^ Majjliima, ii., 106-112.
370
The Order and the Laity. Part III One of the mo^t notable features following in the wake of the new
religion was the disuse of sacrifices.
According to Keith/ the human sacrifice, although finding no diredt support in the Brahmanas, and
being possibly a very late conception, was yet permitted by them, not as suicide, but as substitution for
oneself.
According to some of the other dofhrines, it was sup- posed that the god needed sacrifices for his
suStenance.
A teaching without a god could not logically claim a sacrifice, and a complete avowal of ahimsa could
not support it. Gotama therefore condemned human and animal sacrifice.^ Pure and wise beings shun
the great sacrifices of men and horses, as they bring pain and no merit, no less than those where
multitudes of sheep, goats and cows perish. They seek rather those sacrifices and offerings to worthy
men, which, because they involve no pain are of far higher value. Homage paid to the wise man for one
moment is better than

sacrifice for a hundred years; as reverence paid to a righteous man is better than a whole yearâ€TMs
sacrifice in order to obtain merit.^ Queen Mallika set a noble example by decrying animal sacrifice.
She derided it to King Pasenadi on account of its stupidity and uselessness “ Where did you hear of
one manâ€TMs saving his life by the death of another Ju^t because a stupid Brahmin told you to, is that
any reason why you should overwhelm the populace with suffering V Thoroughly to convince him, she
took him to Gotama. His explanations of the omens of Pasenadiâ€TMs dreams differed from those
given by the Brahmins, but appealed to him because ^ Keith., 'Religion afid Philosophy of the V eda, p.
460.
^ E.g., Ang., ii., pp. 42-44 ; cf. Jataka, 542, where the king con- :emplated the sacrifice of his queens,
sons and daughters. Deterred
by the lamentations of his relatives, he set his heart on the sacrifice of liis elde^l son, but was thwarted
in this too.
“ Dhp., 106-108.
* Dhp. Cmy. on verse 60 ; and cf. Jataka Cmy. on 77, where lowever Mallikst does not play such a
leading part.
371
The Buddhist Order of Almswomen of their very reasonableness. Accordingly he released from their
bonds all the animals which he had col- leAed for the sacrifice. Men and women, realising that their
liberation was due to the intervention of Mallika, praised her virtues, saying : “ Long live our
gracious Queen Mallika, through whom their lives were spared.†^  This is not all that Mallika did
for the Order and the laity. Once when Gotama and five hundred alms- men returned from an alms-
pilgrimage to the Jetavana, Pasenadi and his citizens competed in presenting him with gifts. ^ Pasenadi
was cail down because the citizens bid fair to outdo him in lavishness, but Mallika thought of “gifts
beyond compare,†beyond their  subjeftsâ€TM means and imagination to present. She certainly was
a devoted adherent of the Dhamma and of the Order, however much in the tolerant way of the Ea^ she
may also have entertained Wanderers belonging to other sedfs.® Many of the benefaftions which the
Order received were due to her initiative and to that of her convert King.

It was later recorded that she had done an “ aft of devotion which bare fruit even in this life,†^ for
once  “ when a poor flower-girl †she “ gave the laft nightâ€TMs  gruel (she had reserved
for her own dinner) to the Blessed One. She became that very day the chief queen of the King of
Kosala.†®  In the Vinaya,® it is recorded that Pasenadi one day went into his park and found a
lay-disciple in attend- ance upon Gotama. Pasenadi is said to have asked the layman to go and recite
the Dhamma in the womenâ€TMs quarters. But the layman replied : “ Sire, what I know is only by
conveyance of Their Reverences (i.e., at second-hand from the almsmen). They will recite it ^ Dhp.
Cmy, on 6o. ^ IM. on verse 177.
Majjliima, ii., 22 ; Dialogues, vol. i., 178.
†̃ Milindapanha, iv., i, 37. « iv., 8, ac.
“ V.,iv.,pp. 157-168. ^
372
The Order and the Laity. Part III in Your Majestyâ€TMs harem.†“True,†said Pasenadi,  
and he asked Gotama if an almsman might be deputed to give the Dhamma in the womenâ€TMs
quarters. Gotama in^rudted Ananda to undertake this task. The ftory goes on to say that on one
occasion Mallika saw this disciple coming from afar, as she was renting on her couch and flirting with
King Pasenadi. She got up with a smile to welcome him and at the same time her yellow burnished
covering dropped off. Ananda fled and told the other almsmen. They chided him, and repeated to him
the ten court dangers arising from entering into the Kingâ€TMs palace the fir^ being a smile exchanged
between an almsman and the chief queen. It was then made a pacittiya offence for an almsman to go
before he was summoned into the Kingâ€TMs inner quarters if the King had not left, or if the Queen,
the royal treasure (ratand) as she is frequently ifyled, had not come forth.
The ^lory appears again in the Dhammapada Com- mentary,^ slightly differing in detail. Mallika is
here represented as sending a message through Pasenadi to Gotama requesting him to go to their
mansion regu-

larly with five hundred almsmen, and preach the Dhamma to her and Vasabhakhattiya, one of his other
consorts. Pasenadi had previously asked Chattapani, the learned lay-disciple, to teach them; but he had
said that it was improper for laymen to go into the womenâ€TMs quarters, and a “ censurable adt for
house- holders to go about performing the fundlions of the almsmen.†Gotama was unable to bind
himself to  go regularly to any one place, but he agreed to let Ananda go and “ recite the Dhamma
to those queens.† He reported that Mallika made an excellent pupil.
In the Jataka Commentary it is diated that the ladies asked particularly to be taught by Ananda.
What mudf be regarded as a continuation of the ^ These are repeated at Ang. v., p. 3 2 3 , but no dtory
is given.
® Dtp. Cmy. on verses 54-55 ; cf. Jataka Cmy. on 92.
373
The Buddhist Order of Almswomen ^lory appears in another part of the Vinaya/ and it is repeated in a
Jataka Commentary.^ In the Vinaya the Kingâ€TMs name is given as Udena. In the Jataka
Commentary it is not given. The events referred to are evidently supposed to have taken place later
than those described above, for here Ananda was fully recognised as the ladiesâ€TM preceptor. In the
Vinaya the scene is laid in the park, and the queens, hearing that he, their teacher, was at the foot of a
tree, asked the King if they might go to him for their instruction.
In the Jataka Commentary it is Stated that Ananda had been preaching to the ladies of the King of
Kosalaâ€TMs palace, as is described above,® that is in the mansion.
Both these later narratives develop into an account of the blame incurred by Ananda for receiving the
gift of five hundred robes from the queens. He exculpated himself by explaining to the King in a far-
sighted and highly satisfactory way how he could make use of them.
One example of Mallikaâ€TMs penetration of the teach- ing has been preserved in the Sarnyutta
NikSya;^ it is repeated in the Udana.® It is in the form of an illuminating conversation which is said
to have taken place between her and Pasenadi, the theme being the love of the self {attd). It is quite free
from the irra-

tional denial of the self that later became part of the monkish teaching. This has often buried or
diverted Gotamaâ€TMs real meaning,® and hence has done much to damage it by perpetuating false
views on his teaching.
Mallika and Pasenadi agreed that to each there is nothing dearer than his or her own soul {attd).
^ CV., xi., 1. 13, 14.
^ Jataka Cmy. on 157 ; f/. ibid, on 259.
Li., in Jataka 92. ^ Sarny. Nik., iii., i, § 8.
® Udsna, Sana Thera, v., § i.
® E.g., MV., i., 14, 3 ; “ Now what think you, young man ? which would be better for you ; that
you should go in search of a woman, or that you should go in search of yourselves ?† 374
The Order and the Laity. Part III Pasenadi repeated this talk to Gotama, who uttered the following
verse (udand ) :
“ The whole world wide we traverse without thought, And nothing find more dear to man than soul.
Since aye so dear the soul to others is, Let the soul-lover harm no other man.†^  A maftery of the
niceties of the rule to be observed
by the almsmen is revealed by the following ^tory.^ Royalty as much as other laity had a right, to
complain of the conduft of the almsmen and almswomen if it appeared to them to be unseemly. On this
occasion seventeen almsmen® were sporting in the river Acira- vati, and Pasenadi and Mallika saw
them from the terrace of their mansion. Pasenadi said : “ Those are holy men (arahanto) sporting in
the water.†She  replied; “ Surely this has not been made permissible by the Lord V' The royal
couple then devised a plan for letting Gotama know that some of his followers were behaving in such
an unbecoming way. Calling the almsmen up to them, they sent a kind of ball by them to Gotama. As
they presented it to him and he perceived that they were wet, he asked them where the King had seen
them; and evidently took the hint that the ball was intended to convey: that the alms-
men had been kicking up the water. He is recorded to have rebuked them for this frivolous behaviour.
Mallikaâ€TMs fervour would doubtless have compelled her to teach the Dhamma to her multitudinous
women attendants, and to the young women of noble and brahmin families who were in the royal court
and over whom she reigned as queen.^ Her adtivities on behalf ^ Cf. Sarny. Nik., i., 2, § 3 : “
Naught love we as we love the inner self {at to).† ^ V., iv.,p. 111-112.
® This, and V., iv., p. 41, are the only mention of this number of almsmen. It hence looks as if the
account were historic. There were also the seventeen boy-companions of Up2li, who all sought their
parentsâ€TM leave to enter the Order, V., iv., p. 128.
* Ang., ii., pp. 202-205.
375
The Buddhist Order of Almswomen of the religipn lay in learning and teaching the Dhamma; in
securing converts; in making criticisms for the more appropriate behaviour of the almsmen and
almswomen; and in supporting them in various waysj including presumably the giving of meritorious
gifts to the Sangha as she had promised/ Another queen who was influential in the spread of Buddhism
was Khema/ the chief consort of King Bimbisara of Magadha. Unlike Samavatl and Mal- likSj who
converted their husbands, she on the contrary was converted by hers.
She became very popular, and would therefore have had much sway in her home country of the
Maddas, being a native of Sagala,^ and also in her adopted country of Magadha. She joined the Order
of Alms- women, and became especially famous for her great insight.'^ Yet it was not only queens who
were able to make converts. ' The business of conversion was not merely a hobby of the royal harems,
but was zealously entered upon by women of all classes. While the great of the land -secured many
converts, the humbler worked away in their more circumscribed spheres, all contributing to the
astonishing cumulative result. As has been

already said Visakha was the means of converting her father-in-law and mother-in-law.® Through the
in- Ibid.f p. 203, an?ia-pdna-vattha-yana-mala-gandha-vilepana-seyy- Svasatha-padlpeyya, cf. Samy.
Nik., xxxi., § 13 ; iii., 3, § i. It is interesting to note that chariots {yd?m) and perfume (^gandha) are
in-' eluded in this liSl. Use of both these things came to be a pacittiya offence, the former at V., iv., pp.
338, 339, where yd»a is described in the Cmy. as a vehicle, portable bed, litter, chariot, wagon, sedan-
chair ; the latter at V., iv., p. 341 . C/. also Sarny. Nik., i., 5, § 2 ; “ And he it is who gives
happiness who giveth veliicles,†which according to the  Cmy. includes all means to move or to be
moved about : elephants, etc.; and such things as umbrellas, sandals, walking Clicks, palanquins . . .
mending of roads, making of stairways, causeways . . . ships.† ^ Therigatha, lii.; Apadana, ii., p.
543 ff., Theriapadana, No. 18.
® Psalms of the Sisters, note i, p. 48.
^ See above, pp. 167, 168. ® See above, pp. 348, 349.
376
The Order and the Laity. Part III fluence of Dhanafijani,^ a staunch believer in the Buddha and his
doflrine and the Confraternity, although a brahmin lady of highly aristocratic birth, a young brahmin,
Sangarava, was brought to liSten to Gotama. The visit ended, as was invariably the way with such
instruction, in his conversion.
Another Story tells of how she was the means of sending her husband to liSten to Gotama.^ She had
aggravated him paSt bearing by always “ speaking the praises of that shaveling friar,†and he in a
fury  declared that he would go off and give him a piece of his mind. Dhananjani acquiesced. Her
faith in the outcome of this visit was justified by the results, for her husband soon afterwards attained
arahanship.
The Story of the woman known as Punabbasuâ€TMs mother® shows that an alert-minded mother
could bring up her children to appreciate the Dhamma. “ With daughter on hip and boyâ€TMs hand
in hers †they listened  all together to Gotama as he was preaching on the subjeft of kinsfolk being
no refuge. Both mother and son found it “ sweet to liSten to the Norm.†As  the boy was
evidently older than Uttara, his siSter, he probably understood it earlier than she did. For she was too
young as yet; but her mother would see to

her instruction; “ Thou too, my Uttara, liSten to me.† A believing lay-siSter when rightly
admonishing her son^ should tell him if he is going into the homeless life to emulate Sariputta and
Moggallana, and her daughtei'® to emulate Khema and Uppalavanna.
Mothers are sometimes found encouraging their sons ^ Majjhima, ii., 209, 210. DhananjSni was a
friend of SumedM when Ko^agamana was Buddha. Psalms oft he Sisters, verse 518; p. 177, note 2.
^ Samy. Nik., vii., i, § i.
^ Samy. Nik., x., § 7. This woman is called ^ yakkhini, meaning perhaps a sort of gypsy, a Dravidian
or Kolarian aboriginal (such, as are even now the Todas.) ^ Samy. Nik., xvii., 3, § 23 (3) ; Ang., i., p.
88.
® Samy. Nik., xvii., 3, § 24 (4) ; Ang., i., p. 88.
377
The Buddhist Order of Almswomen to enter the Order, and sometimes mourning because they did so
and trying to dissuade them.^ The dis- traftion of Sanuâ€TMs mother^ when she found that he had left
the Order is proof of the value in which she held it. So much confidence did the mother of Prince Bodhi
place in the Order that she dedicated her un- born baby, whether male or female, to it.® But cases of
the dedication of either an unborn child or of a young one are rare. Choice to join was usually left in the
power of the individual, with certain re^fridiions, as appears from the attitude of the mother of Tissa.'^
He told her that he wished to become an almsman under the Elder Sariputta. “ Very well, my dear
son,†she replied. “ Long ago I decided not to inter-  fere with the inclination of my son. Become
an alms- man, my son.†Accedence to childrenâ€TMs wishes or  the refusal of them was one of the
ways in which the laity might help or hinder the increase of the Order.
The presence of the almsmen and almswomen among the laity muft have diffused influences which, to
a large extent, were mutually beneficial. On the one hand, transmission of the ideals and tenets of the
religion would occur during the daily intercourse as surely as it would occur during the preaching on
the Dhamma.
On the other hand, the sympathy of the laity with this new religion, and with the almspeople who were

able to live out its teaching more fully than they, may be computed by their perpetual liberality in
giving the four requisites of an almsmanâ€TMs life; by their willingness to give shelter to the
almspeople when they were on tour; by their keeping of the Uposatha days ; and by the magnitude of
their work in gaining converts.
These ceaseless tributes from the laity are proof that, in their eyes, all veneration paid to the
almspeople was deserved. With all shades of religious belief to choose ' Jataka, 460. ^ Sam7, Nik., x.,
§ 5.
® Majjiiima, ii., 97. ^ Dtp. Cmy. on verse 75.
378
The Order and the Laity. Part III from, and with generations of religious speculation behind them, they
deemed that the teaching of Gotama was worthy to be followed, and that the almspeople were worthy
to follow it. Had the people not been appreciative, the development of the religion would not have
spread so rapidly from members of the Order to members of the laity, and from them to other
membei'S, as yet “ heretics.†This work of conversion,  the result of conversations and
discourses, was kept adtive and fresh by the faith indfilled by the Teacher into the almspeople, and by
the conviftion the laity themselves came to hold, that among the many-folk there was a real yearning to
know and to follow “ the Dhamma, sublime and excellent for men,†^ a longing  enshrined in the
cry: “Teach us the Dhamma !
There will be some who will understand.†^  ^ Sarny. Nik., vi., I, § I.
^ MajjEima, i., 169 ; Sarny. Nik., vi., i, § i.
379
INDEX
Abhaya, 89, 185 Abhaya, 183 Abhayaâ€TMs mother, 89, 183, 185

Abhidhamma, 290 and n.


Abhirupa-Nanda, 36, 178 ff., 208 Adravatl, 375 Acrobat, 332 ; female, 83 Addhakasi, 89, 143, 184
Admonition, oiBcial, 120, 159 if.
Adoption, 22 if.
Adultery, 48, 63, 63 ff., 250 Ahittisa, 24, 233 and 268, 371 Ajstasatthuâ€TMs mother, 24, 36, 49 Alms,
237, 315 ff., 327 Almsbowl, 152, 214, 221, 224, 343 Almsfood, 154, arp, 221, 373, 3 i 5 ff., 3 i 8 ff.
Almsmen, rules for, 132, 149, 208 219, 223, 228 ff., 234 235,239, 269 »„ 273, 276, 290, 299, 322
»., 337 ff., 3 SS>368, 373 ,• La codicia de, 132, 220, 274, 299 ; hablar againft el Dhamma, 159; se
quejan, 276, 290, 308 y ss., 368 ; predicar a almswomen, 278 ss.; deporte en el agua, 375 personas de
limosnas y laicos, 217, 232, 234, 236, 245, 253, 317 ff- .
Limosna-peregrinaciones, 318, 372, 218 Almsround ss., 224, 240, 269, 318, 324, 326 Almswomen,
admitido en la Orden, 9 ss.; 5 sermones, 1 1 4 ; de intercomunicación, con almsmen, ri8 ss.,
131, 222,
225, 267, 268 ss., 290 ss., 338 ; dependiente de almsmen, Gai, 159; igualdad de, con almsmen 1, 19 ss.,
133, 158 ss., 280 ss., 288 ss. ; no abusar almsmen, 120, 158 y ss.; adecuación para

enseñar almswomen, 123 , com- llano, 129, 132, 140, 158, 222, 232, 244 y ss., 272, 276, 308, 332, 337,
271 enfermos ;, 273, 290, 29^, 3 t 9 &gt; 323 &gt; 342 ff ! Enseñar- ing por 144, 162; en comparación
con laicas, 145 passim ; Aporte de, al Budismo, 154, 205; violación de, 155 ss., 231, 338; para no ir
solos, 156, 338; reclamo relación física con Go- tama, 171 ; casados, solteros, viudos, 173 ss.;
aislamiento de, 188, 249 y ss., 292, 341, y que los hombres, 220, 245, 338 ss., 342 ss. ,- ingobernable,
243 ss.; no introduzca almsmenâ€TMs arama, 272 ; misconduft de, 276, 343; asistir a discursos, 277
ss., 296 ; ejemplo de los muertos, 285 ; apoyada por laicos, 3 1 5, 3 17 y ss., 329 ss., 337 ; periódicos
partidarios, 318, 322; a ser corteses, 318 ss., 340 ; codiciosos y egoístas, 320, 322 y sig., ; Mantos
puede dar a los padres, 332 ; llevar armas, 338 ; Asociación de, con los laicos, 340 ss., 378 ;
Embarazadas, 343, 358, 261 y Altar".
Ambapali, 57 sf., 89 y sigs., 93, 185, .298, 329, 334
381
Índice
'Ambrosía W&amp;J o ruta de acceso. Vea _ Camino Ananda, ayuda a las mujeres a tener su orden
abierto, 103 ff . ; Y las normas de antigüedad, 121 ; arahanship ganancias, 207 n., 295 &gt; Opiniones
de, sobre arahanship, 282 ; al acercarse a la muerte de Gotama,

284 ; preguntas Gotama, 288 ; y las mujeres, 295 ss., 355, 373 y ss.; â€oea hombre sabio,†295 ;
&#157; intercede por Mahapajapati, 297 ; favorito de Tissa, 297 ; y malos almswoman, 298 ; ex- horts
mujeres, 298 ss. ; acusados, 300 ; dado batas, 330".
Anathapindika, 26, 33, 53, 84, 301, 328, 351, 357 y ss., 359 n.
Angulimala, 12 261 Anguttara-NikSya, 51, 66, 69, 104, 178, 277, 281 y ss., 288 animales
316,320,345,359, 2, 4, 320, 367 ; animal- sabiduría, 238, 287, 209, Anna 252, 288, 349, Anopama r9r,
2o, 206 Anuruddha, 296, 331"., 336 ss., 366, 180, 210 Apadana Arahan(s), 211, 265, 286, 291, 360,
367, 375 Arahanship, mujeres capaces de ganar, 46, 98, 103, 163, 172 ss., 282 ss., 341 ; como cuarto
camino, 47 (ver Patlis, cuatro) ; como la meta, 97, 265 y ss., 304 ; adquirida por almswomen, 114, 144,
160 y ss., 186, 202, 204, 206 y ss., 209, 247, 254, 261, 266, 306 ; adquirida por laicos- gente, 167, 170,
180, 366, 377 ff ; adquirida por almsman, 175", "207". 271 ; forma de, 207, 209 ; no necesariamente re-
nivel sostenido, 282, 367; la mujer no es capaz de ganar, 291 {Maj- jhimd)
Derivados' y dejar de ser 116, 194, 246 Asavas. Ver Cankers asceta, 103, 106 y ss., 177, 199, 215, 2 i
6,_ 276, 303, 315 y ss.; cabello enmarañado, 298 el ascetismo, la loi, 217, 234, 296, 327 Assagutta
audiencias en discursos, 277 ss.,

.
Aufferities, 239 ss.
, 57 Ayyaputta Bandhula Bahuputtika, 15, 37, 325, 355, 229 y ss. del baño ; ritos, vestidos, 193; 232,
350, 180, 191 de belleza, 298 ; los cinco bellezas, ropa de cama de 346, 132, 272, 316 de Benares, 53,
91 ss., 143 n.
Bhadda Bhadda Kapilanl KaceSna, 171, 54, 171, 174, 182, 215, 247, 255 y ss.
Bhadda Kundalakesa, 28, 170, 192, 212, 214, 134 Bhikkhunivibhanga Bhaddali, 27, 119, 238, 243,
268, 3 1 1 Bimbadevi Bimbisara, 33, 35, 49, 58, 89, 99, 168, 180, 185, 376, 91 Bindumati nacimiento.
Ver renacer Bliss. Ver felicidad {samkacMkd corpiño), 224 Bodhi, Príncipe, 21 378 Cuerpo, i84ss.,
191, 193, 298, 341, 360 Brahma, Brahma, 5, 64, 105, 293 Brahmacariya n., 70, 21 Brahmadeva
Brahmadatta, madre de Brahmán, 325(s), 17, 22, 42, 69, 73, 79, 88, 94, 97"., 1, 12 y ss., 167 ss., 189,
193, 274, 281"., 371
382
Índice

mujer Brahmán, 2i, 321, 325, 3 i°&gt; 37 5 &gt; 377 Brahminism, 30, IC, 113, 117, 328, 341, 369,
288 Hall de ladrillo, novia, 27, 151; los precios, Buda, 33, 91, 291, 58, 291 de la budeidad,
Buddhaghosa, ii, 270, 258 lugares de entierro de Gala, 218 {samatha calma), 166, 244, 202 Candakall
Canda, 1C3, 226, 241, 248, 262, 337, 302 Candi Cankers [asawa), 70, 98, 146, 156, 207, 282 Ss., 310,
327, 342, 174 Capa Ca^le, 167 si., 321, 369 ; sistema, 68, 1, de la ley de la Causalidad 17, 97, 136;
cadena de, 1 1 5, causa 313, 304, 100 y ss., el celibato no, 173, 215 y Â".
Celda 232, 260, 311, 333 Chalmers, Señor, 69 105 n.
Childers 242 Cliild matrimonio, 27 y sigs., 78, 151, 50, Chaffity 64 ss., 71, 118, 214, 262 W, 363
CiSca, 341 Citta Citta, 289, 203, 207, limpieza, 3 59 ss.

manto {civara), 141 ss., 223 ss., 248, 273 ss., 330 ss. ;- {tkaranapSmtrana envoltura), 223 ; cuna- ton-
tela, 330, 252 y 365 de la Compasión concentración {samadki), 281, 298 la confesión, 122, 124 y ss.,
133, 134 n. y ss., 240 ss., 323
conciencia, 69 y 271 del Consuelo, 303, 306 y ss.
Conversión, 47, 289, 346, 366 se convierte, realizados por almswomen, 171, 201 y ss., 254; Made by
laicas, 86, 178, 369 ss., 376 ss.; hecha por Gotama, 302, 348, 377 ; hechas por almsmen, 184 ss., 193,
321, 336 y ss. _; hecha por laicos, 362, 369 ; Hechas por Queens, 370 ss.
cortesana, de Kosambi, 89 ; de Rajagaha, 89 ; que mantuvieron los cinco Silas, 92 ; de burdeles, 93 ;
Ver Abhayaâ€TMs madre, Adijha- kssl, Ambapali, Bindumatl, Kali, Salavatl, Sama, Sirimtt, Sulasa,
VimalS cortesanas, 20, 70", 87 y ss., 168, 184 y ss., 236 ; guardar un hombre€TMs vida, 91 ; y
almswomen, 92, 23 1 y ss.; interrumpir almsmen j, 92 grupos de 93, 231 Craving {taphs), 97, 163, 187,
207, 209, 342 ; \raga) 97 Cu}Cuiapanthaka aka, 327, 128, 279, 122, 127 Cullavagga ss., 130, 287 el
baile, 86 ss., 234, 236, 360; las niñas, 86 ss.
DantikS, 208, 260, madera oscura, 218, 260, 307 hija, 3, 13, 19 ss., 346; elige marido, 3, 29 ss. ; en la
edad védica, 19, 21 ; el nacimiento de una, 3, 20 y ss., 23 ; solteras, 25 ss., 53 ; immured en casa, 3 1 ;
la mente, 64 ; introduce el pedido,

175 ss.; muerte de un 194, nuera, 15, 34, 301 muertos, 10 y".
Muerte, 200, 264 y ss., 307, 3, 10, 193 la deuda Debatidores,â€TM deudores, 146 y ss., 173 Deva(s), 5,
19, 39, 115 y ss., 282, 286, 289, 305, 360 y ss.
Index
Devadatta, 140 358 desarrollar (bhaveti), desarrollo ; crecer, crecimiento, 94, 187 fF., 205, 283, 288,
304 Dhamma (doctrina), passim DhammS, 56, 181, 208, 75, Dhammadinna 156, 169, 180 y ss., 204,
254, 17, 367 Dhammapada Dhammapada Cmy., 23, 38 y ss., 61,68,83,300,305,325,345, 34?, 373 45
Dhananjani Dhaniya, diálogos, 377, 86, 147, 286 controversias. Ver riñas inhabilitaciones, 24, 140,
142, 145 y ss. del
divorcio, 22, 37, 62 y ss.
Domeffic trabajo, 220, 222 donaciones, obsequios, 289, 31 5 y ss., 320 dote, 33, 55, 152, 186,347 de
drogas. Ver Cankers Durkheim, 82 Dutt, S., loi 125 viviendas, 3 1 5, 3 1 8, 3 20, 3 34 y ss., 356 ss. de
comer, en el momento equivocado, 138; reglas para, 219 ss.
ocho presidentes de reglas para la limosna- mujeres, 104, 118 y ss., 157, 160 óctuple camino. Ver forma
de elefante, 208 de la
emancipación. Consulte el comunicado- la emancipación de la mujer, 2, n y n.
Eunuco, exhortación 126 146, 120, 122 y ss., rad ss., 140, 240, 242, 293 y ss. de la
expulsión, 126, 157, 266 y ss.
Ojo Celeffial (Mayor visión), 169, 171, 296, siete factores (soita bojjhanga), 188, 283, 217, 283 Fe, 360
Padre, 12 ss., 271 ; elige daughterâ€TMs marido, 30ss. de
rito de fertilidad, 21".
Grilletes, cinco {prambhagiyam), 165, 288, 309, 366 el culto al Fuego, 42, 193 pies de rascadores, 352
Foreft-vida, para almswomen, 154 ss., 259 formas de dirección, 292 ss.
cuádruple Congregación, 134, 279 ss., 284 ss., 290 ss., 296, 341, 368, Anatole France, X94 n., 207 n.
La libertad. Consulte el comunicado Gandharva, 64 Ajo, 322 y n. ' Fajas, 227 ss.
Dios(s). Véase Deva buena vida, 71, 97, 256, 302, 324, 344 Gosalaâ€TMs madre, 326 Gotama,
palabras atribuidas toi pas- ; sim opiniones de, 20, 63 y sigs., 97, 104 y ss., no ss, 167, 289, 366 y ss.,
371 i aversión de superffition, 32, 146, 171 ; los epítetos de, 46, i05Â".,!lo8, 163,

1 96 ; la clarividencia de j en Rajagaha, 66, 99 ; esposa de 99, 102, 171"., 310, 311 y ; en Vesali, 103,
107, 309, 311, 105 de la ilustración ; Â"., 115, 253, 280, 313 ; y el tamaño de la composición de la
Orden, 113; 1 5 1 ; La mujer enseña, 115,181, 183, 201, 203 ss., 277 ss., 300 ; atSSvatthi, 143, 290,
305, 351, 353, 35,8; en Ajavi, 279; cerca de la muerte, 284 296 ; la muerte de 297 300 ; blue-eyed,
301 ; pasa a personas sin hogar, 307 ; acceso!- bilily, almswomen, 308 ss.; actitud de exotérico, 364 ss.,
368 ; la compasión de los 365
384
Index
abuela SumanSâ€TMs, 184, 201, 320 Agravios Gutta, 175, 189 y sig., 2, 06 la felicidad, Contentos
(sukka), 44, 49, 65, 1 14, 198, 209, 259, 298, 360, 60, 196 Harita Infierno {nirayd), 44, 48, 67, 97, 226,
289, 320 de aquí en adelante, 14, 177, 283, 126 Hermafrodita hinayana, 252 acá shore, 209 personas
sin hogar, personas sin hogar, passim Hogar (avasathacl global- vara), 223 hogares, vida passsim
marido, 52, 181, 216; niña€TMs selección de, 29 ss.; deseosos de

convertir la esposa, de 58 años, ors; entra en la Orden, 58 ss., 180 182, 186, 710 Iddhi ignorancia, 66,
136, 187, 208, 245 111, dolor {dukkha), 97, 107, 1^8, 250, 259, 304, 363, 367 ;, 97, 165 imágenes,
sensoriales, 208 y ss. de la
impermanencia, 83, 116, 196, 204, 208 ss., 258 ss., 264 ss., 305 ss.
, 178 Inceff n., 276 el infanticidio, 23 ss
enfermerías, 237 de la herencia. Vea propiedad IvsighX {dhammSMisamayd), 17; (vipassand"), 114,
181, 199, 202, 208, 258, 306 y ss.; {dhammacakkhu), 136, 327; {pannd), 168, 282, 376; {ab- hinnd),
200, 246, 326 y ss.
inffigate Inffigator, 66, 244, 257, 264 (incitar) Inffruftor, 141 y n, 142
Interdidlions, ocho, 154, 157, 157; cuatro Isidasi, 13, 44, 60, 63, 174, 176 y ss., 192, 205, 98, 333
Isipatana Jains y Jainismo, 5, 24, 32, 106 y ss. de la Loi, 108, 116, 153"., 171, 177, 193, 19s., 213, 214
216 n., 263, 286, 321". 348. 35 o 359&gt; Jataka, 9, 31, 36, 38 y ss., 48, 50 ss., 67 y sigs., 74, 77, 91,
150, 215, 279, 288, 302, 320, 328, 351,
Jatilagahiya cabello enmarañado ascética Jetavana, 298, 156, 370, 372, 177, 205 Jinadatta
, Maha Kaccana Kajangala almswoman, 366, 254 y ss.
Kali, cortesana, 93 ; laica, 366 Kali, guardián de la quema de tierra, 83 ; esclava, 83", 84 Karia, 38, 61
Ka^IHA, 30, 39 ss.
, 99 Kappina Kapilavatthu, Maha, 279 Karma, 97, 177, 188, 262, 21, Kassapa Kasiraja Maha, Pippali,
215, 281, 296, 325 y ss., 367 Katha-Yatthu Keith, A. B., de 81, 263, 371, 187 Khandhas ; (auto) 205
Khema, 36, 167 y ss., 180, 183, 191, 205, 208, 255, 376 y ss.
Khujjuttara, 85 ss., 370 Kisa-Gotami, 4, 37, 168, 196, 304 y ss.
Kumara Kassapa, madre de R78-discípulos laicos, mujeres, 201, 279 y ss., 283, 311, 377 laicos
almswomen invitar a cenar, 321
385
BB
Índice
almspeople seglares, criticar, 129 ss., 137, 159, 220, 224, 228, 231, 235, 244, 251, 253, 268 y ss., 287,
3i7ss., 343 Â" 375 i como partidarios regulares, 318 ss.; entretener almswomen, 321 ss.; Gremio de
322 ; dar ayuda médica a almswomen, 332 ss.; proporcionar descanso€TMs refugio, 335 ss.;

asistir a discursos, 363 ss., 377 ; homilías, 363 ss. y n.


Laicas, a la predicación liilen 280 ss., 364 ss., 368; igualdad de, -con laicos, 280 ss.; dar limosna, 318,
324 y ss., 372, com- llano, 368 ; ver convierte el aprendizaje, 238 ss., 287 Licchavis, 57 Â"., 67, 90 la
vida de la Orden, 180 ss., 197 ss., 21 1 y ss., 240 ss.; duro, 150 ss., 198, 213 Life-span (^y#), 97, 192,
205,304 de Asia, la luz, 304-León, 258 poibire poco resistente, 56, 181, 203, 208 Lomo-tela {sanghSnt)
Lore, Triple, 227, 182, 203, 32, 327 suerte MSgandiya, 32 ; reina de Udena, 35 MahSpajapati, afeita su
cabeza, 72 fi.; conduce diputaciones, 98, 102 y ss., 106, 184, 295 ; entra en stream, 99 ; iniciado, 103, 1
18, 1 3 8 ; sobre normas de antigüedad, 1 2 1 ; malos, 130; va a Gotama, 233 &gt; 297 &gt; 309 ff-&gt;
3 S 7 ; famosos en orden, 168, 309; la causa de la mujer uniéndose a pedido, 181, 203; enfermera de
r82, 203 y ss., 207 ; como un predicador, 203 ss., 254; suplica a morir, 263 ss.; se queja, 230, 274 y ss.,
308 (Great-Wealth Maha-Suvanna), 21, 47 . SV Mahavira, loi ff.
Majjhima-Nikaya Mahayana, 252, 55, 69, 166, 283, 291, 309, 328, 367 Mallika, 20, 35, 60, 299, 370 y
ss.
, esposa de Mallika Bandhula, 37, 325. 355 , Manatta disciplina, 120, 137, 271, Manu, 10 ?i n.., 37, 39,
47, 63, 75 Â"•. 79. 88

' El trabajo manual, 233 ss.


Mara, 64, 164, 260, 284, 291, 307 el matrimonio, 3 W, 32 ss. ; edad normal de 1, 28, 50 ; en la edad
védica, masaje de 29, 235, 343 y ss.
medicina Matricide, 16, 154, 243, 315 y ss., 332 ff-, 351. Meditación 356, 144, 207 y ss., 213, 246, 258
y ss., 360 mérito, 218, 315 ss., 325 ss., 334, 335 Â"•. Mettika 351.356, 371, 203, 207, 266 y ss.
Migara Mettiya, Visakhaâ€TMs suegro, 346. 348, 298 Migasala Milindapanha, 5, Ry, 26 y sigs., 33, 86,
94, 291, 309, 196 Mittakali Mithila, 206, 210, 89 MoggaUana"., 99, 171, 184, 193. 496, 329, 356, 377,
275 Moliya-Phagguna dinero, 234, 322, 330 la monogamia, 35 ss., 41 ss.
madre me ss., 43, 271, 303; el culto del, ff, 4, 53, 160; el uso del nombre de 7 ; la mente, 64 ; pierde
hijo, 173, i94ss., 305 ss.; introduce el pedido, 182, 215; con- verted por hijo, 185; y el hijo€TMs
entrada en orden, 377 ss.; dedica el niño a pedido, 378 suegra, 10, 15, 45, 301, 349. 369 MiiUer, Max
17

386
Index
Música, 86, 208, 234, 360 músicos, hembra, 86 ss.
Mut®, 181, 189, 288 Nagasena Nadika, 58, 66, 327 desnudo de la Tebaida. Ver Jains Nakulamata
Nandaka, 77, 304, 123, 278, 283, 329, 366 Nandamata Nanduttara 1, 71, 193, 209 Nigrodha Nature
Park, 103 Nirvana, 65, 97, 104, 166, 116 y ss., 172 n., 175, 188, 191, 193, 197, 200, 246, 252, .257?
307. 3 i 7 &gt; 349
, 154 Nissayas Verdades Nobles, 65 Novato, hembra, 120, 126, 138 y ss., 144. 153.234.235. 247 ff-
Obffacle, 141, 319 y ss.
, y los laicos, 159, 174, 197, 217, 221, 222 ss., 232 ss., 245, 253, 257, 269, 314, 332 ss., 344 ss., 362
ss., 369, 378 Orden de Almsivomen, 49, 62 ; ingresaban a, 27, 75 y sigs., 85, 96, 160, 165, 167, 172 ss.,
175 ss., 179, 182, 185, 187 ss., 194 ss., 199 ss., 207 ss., 21 iff., 250 y ss.; edad de entrada, 27, 1 51 ;
fundó, 102 ff ; formas de salir, 261 ff la ordenación. Ver Upasampada ; Pabbajja ornamentos, 1 de 81,
228 y ss.
Pabbajja, 138, 146, 148, 149, 185, 249. 251. 355

PScittiya. Consulte Reglas para la limosna- mujeres Parajika delito, 126, 225 ; véase Reglas parasoles,
228 ss., 346
Padres, 5, 7 ss., 14 ss., 31 ss.; apoyo a los niños, 8 ss.; consentimiento de al niño para introducir orden,
52, 149, 174, 175 y ss.
parricidio, 18, 49 Pasenadi, 20, 35, 36, 60, 156, 184, 250, 25, 299, 328, 331, 346, 353 . 370 y ss.
, elopes Patacara, 3 r ; llora, 60 Â"., 173 ss., 195 ; los seguidores de 168, 162, n., 173 ss., 194, 202 y ss.;
reverenciada por mujeres, 169; como predicador, 201 ss., 254 rutas, 4, 46ss., 201, 282, 326; Stream-
Entry (firff), 99, 190, 201,302,306; Once-Returning (segunda), 99, 285 ; No-Return (tercera), 180, 201,
285, 288; Arahatta (cuarta), véase Ara- hanship Patimokkha, 124 ss., 131, 137, 159, 239". n.
Pavarana, 120, 133 y ss. de la
paz, 166, 199, 209, 246 de la Penitencia(3), 65, 125, 193, 234 casas-Pidlure Platón Pokkharasadi, 165,
46, 85, 39 ss.; Poliandria en edad védica, 40 la poligamia, 35 ss.
predicadores, como Theris, 169, 176, 201 y ss.; almswomen como, 240, 244, 251 y ss., 341 preceptos
(i/e), 42, 63 y sigs., 92, 138, 215 n., 276, 285, 302, 260, 362

bienes, mantenidos por mujeres solteras, 26 176 ; por mujeres casadas, 54 ss. ; por viudas, 75, 174; de
almswomen, 214, 221 y ss.; de laicos, 299 ss.
Proffitution. Ver cortesanas Punabbasuâ€TMs madre, 377, 278 Punna Punna, esclavo, 84 ss., 181
387
Índice predicación, 252 ss., 278 ss., 314, regalos, 329 ss., 347 35 ^&gt; 317, 369 374 _ el purgatorio.
Véase Infierno Rohini, sus rosarios, 175, 239 peleas, familia, 14 ss.; entre reglas para almswomen, 119
ff-, almswomen, 241 ss., 248 I39&gt; t 49 Â" ^ 5 ° ff-&gt; t 74 &gt; 219 ss., Reina(s), 35 y sigs., 60,
67 ss., 244 ss., 253 ss., 258, 262, 269, 85 y ss., 370 ss., 272 ss., 290 ss., 31 8 y ss., 322 ss., 330 ss., 338
ss. ; los Seis, 120, Rahula, madre de 54 &gt; 99 Â" ^ ^ 7, t 3 ® ^52, 249, 251 ; 31 1 pSrajika
Rajagaha, 267, 292, 66, 99, 218, 316, 338 ; Consejo de sacrificios, 300, 79, 258, 263, 371 y ss.
Ratthapala, 52 Â"., 55, 175 Sakyan^ clan, 36, 103, 138, 178, 177". 293 y Â"., 285, 311 el Renacimiento
(volviéndose, exigencia), Sakka, 10, 284, 291, 97, 1 14, 125 y n., 161, 169, 171, 174, Sakula,
Sakyaputtas 177,185,187,192,205,207, 146 209, 288 ss., 301, 310, 327, 88 y ss., Sslavati refugio 93,
136, 174 y ss., 261, 310, Salha, 219, 321, 334 . 343, 328, 370, 377 Saludo, 119, 120 y ss., 123 refugios,
el 3, 42, 46, 128, la salvación, 97, 104, 107, 201, 245, 262, 281, 285, 288, 113, 147, 258

337,360,370,377 Ssms, cortesana, 92 ss. ; sus.


Liberación, 96 ss., loi, en 114, 196, 206; el otro, 196, 207, 115, 125, 165, 167, 199 y ss., SarnSvati, 14,
22, 29, 35, 85, 196, 207, 209, 215, 240, 289, 307, 370, 376 310 Sarayutta-NikSya, 6, 164, 283,
vocación religiosa, 151, 153, 199 320, 374 ss. Sangamaji segundas nupcias, 60, 303, 191, 101,103,166
renuncia, Sanuâ€TMs madre, 378 199, 216, 221, 324 francos, 338 Sariputta, 7 n., 99, 198, 212, Rhys
Davids, C. A. F., de 69 años"., 162 296, 325, 328 y ss., 364 n., Rhys Davids, T. W., 60 Â"., 366, 377 y
ss.; tamices de 183, 146, 174, 236, 238, 134, 242 Ssvatthi 143, 155, 156, el Rig-Veda, 40, 81, 89 n. 218,
256, 277, 290, 299, 303, ritos, 34, 165, 171, 193, 258 305, 307, 311, 322, 329, batas de baño, 225ss.,
273 ss., 316, 326, 330, 331, 348, 350, 351, 353, el amarillo, 103, 127, 161, 357, 358 ; Mujer, 14, 61 ;
223, 262, 152, los tres de almswomen, 122 ss., 279, 214, 222 y ss.; hecha de trapos, 154, 322 ; dueño
de casa de 276, 233, 316, 331 y el cisma, 290 ss.
áspero, 168, 307; diftribution Sefts, 106, 240, 263, 341, 365, 245,274;throwingoff,262; el SELA
Alavikan, 28, 218, 260, 316 laicos; material, 319, 329; Auto (Â"Â"Â"), 64, 98, 116,198,261, bata-
ceremonia (Kathina), 240, 374 y Â"., 375 ; maftery, 331 â€TM I 64, 112, 125, 166, 182, 195, 388
Índice
198, 216, 246, 296, 342 ; de- de la lusion, 165, 191 n. Ver Khandhas sentidos, 112, 155, 163, 188,

190., 200, 209, 234 y ss., 247, 341 ; lu^l de sentido, deseos de detección de 165, 94, 147, 183, 191 y
ss., 200, 265, 145, serpiente Champú 200, 235, 343, P. B. Shelley, 194 n.
Tiendas de zapatos, 229, 234, 236, 322, 330 . 333 ff-
Sigaldvadasutta Sigalamata, 172, 7 ss., 43, 51, 65, 363, n.
Siha, 175, 188, 206, 215 Sikvati Silavi Silencio, 87, 135, 142, 241, 315 símiles, citado, ii, 13, 51, 88".,
166, 207, 259, 260, 346 a que me he referido, 107 ss., 281 n.
Canto, 87 ss., 234, 360 Sirima, 48, 88, 91, 93 Siffer(s) \bhagint), 128, 249, 292 y ss., 336 tengo en
mente, 64 292 seis Almsmen, 129, 142 n.
Seis Almswomen, 122, 129, 142"., 158, 232, 253, 323 esclavos, 6, 31, 84, 146, 148 y ss., 236, 299, 305,
345; mujeres, 6, 33, 84 ss., 181, 293 n.
Picadura de serpiente, 287 y 305 de la Soledad, 259 ss.
, 164 Soma tan^a, 76, 171, 174, 182, 238, 287 hechizos y n.
{Uddosita estable), 335 Stream-participante. Ver rutas, cuatro Subha, el goldsmithâ€TMs hija, 26, 190,
206 de Jivakaâ Subha€TMs Mango-Grove,
191 ss., 338 Subhadda, 329 ; Culla, 369 Suddhddana
Sugata, 99, 149, 46, 108 suicidios, 79, 263 y ss., 307 ; 177; amenaza de intento por Siha, 188, 266 ;
cometidos por Vak- kali, Godhika, Channa, 265 Sujata, 44, 96, 167, 170, 175, 208, 288, 301, 367, 169
Sukka, 204, 218, 254, 91 ss.
Sumana Sulasa, hija de Anathapin- dika, 26 ; tamiz de PasSnadi, 184, 201, 302 Sumangalaâ ;
princesa€TMs Sumedha madre, 189, 13, 28, 172, n., 177 ss., 192 200 Sundari, 54 ss., 171, 175 y ss.,
205 Sundari-Nanda, 183, 191, 292, 343, 286, 288 Superman Suppavasa, 302, 329, 351, 333, 352
Suppiya Suspensión, 245, 248 Ss, 27A, 238 Suttantas Tajjaniyakamma ff, 290, 127, 272 de Tame,
domesticado, domesticación, 64, 112, 195,
198, 208, 301, 306 T assapapiyyasika - kamma Tathagata, 127, 242, 46, 105, 232, 255, 257, 281, 296,
332, 351, 365 robos, 64, 66, 225 y ss., 241, 299, 52, Theragatha 209, 265 Therigatha, 52, 75, 89, 144,
146, 162 y ss., 204, 209, 211, 305; caftes de autores, 167, 169 y ss.
Theris (ancianos), 141, 144 y ss., 210, 21, 247 ; los versículos 1, 160, 162, 185 ss., 197 ss.
Ladrón, 66, 250, 251 y n.

Thomas E. }., 308, 311".


Thomas, F. W., 104 n.
Thullananda y ordenación, 139, "F53&gt; hiftoricd personaje, 142", 256 ; pide manto, 225 ; iU, 234,
389
Índice
333 ; reftores Candakali, 248 ; admite una adúltera, 250; predica a Pasgnadi, 255,331; celoso de
Bhadda Kapilani, 256 ; como un sitio, 292 ; se comporta mal después de la comida, 318; pone
obstáculo en laityâ€TMs, 319, 330; codiciosos sobre el ajo, 322 ; más de batas, 331; mantos ditebutes
fuera de temporada, 330; a la gente equivocada, 332; instigue la ley-traje, 334; oculta conocimientos,
343 Tissa, 52 125 198 ; madre de, 325, 378, 326 del sitio ; TissS, grasa, 262, 297, 136 de la Verdad,
190, 198, 245, 246, 265. 30s, 313. 327 E. B. Tylor, Ubbirl, 80, 13, 35, 194, 302, 345 Udana . 353Â"374
Udayi, 132, 159, 274, 321, 352, 368 Udena, 35, 370, 374 ug^a, 53, 369, 291 Updi Monarca Universal,
52, 53, 158, 321, 375".
Upanishads, del 16 al 22 de 25 4oÂ"., loi Upasampada, 16, 52, 120, 138 £, 213, 240, 247, 249 y ss.;

recibido por un mensajero, 143 ; edad en que confiere, 1 50 ss. ; no concedidos, 153; forma excepcional
de conferir, 213 ss.
Uposatha, 120, 123, 132 ss., 359 ss., 362 ss., 378 Uppalavanp, 37, 144, 155, 168 y ss., 179, 274, 338,
377, 202 Uttama ; el otro, 171 UttarS, lay-discípulo, 48, 91, 298 ; almswoman Uvala, 202, 242, 271
Vaddhaâ Vaddha€TMs madre, 271
Vakkali Vajira, 62, 96, 265, 280 y Vangisa ft.
Vasitthi, 90, 176, 196, 205 Vassa, loi n., 119 ss., 122 ss., 133, 240, 253, 268 y ss., 277, 3 i 4 &gt; 341
Vaughan, H., 194 pies.
Vedas y edad védica, etc., 19, 24 y 25. 35 &gt; 40, 43 &gt; 54 67 ft., 78, 80 ss., 88 Loi, 192, 287 y Â".
Palabras védicas, 16 w., 25 ft., 34", 35 Â"•&gt; 37 Â"•&gt; 72 pies; 97 287 pies.
Vehículo 253 andw., 376Â".
Vesali, 89 ss., 103, 107 y sig., 309, 311, 58 Vessava Vessantara^ia, 286 Videha princesa. Ver Ajata-
satthuâ€TMs madre Videhika Vijaya, 84, 183, 205, 247 Vimala, 88 FF, 184 Vinaya-Pitaka, passim
Vinaya (disciplina), 144 ss., 249,

254, 290, 182 vira vira, 21 8 Visakha, 180 181 ft., 254 Visakha, une a los 16, 28, 346 ; dote de, 33 ;
riquezas de, 55 ; reprende Udayi, X'59, 352 ; pide limosna beflow, 232, 332, 349 y ss.; ella doffs
parures, 299, 347, 300 del amigo ; ; youngeSl siffer, convertido, 302; padre- en la ley de, 321 ; da
limosnas, 328, 351 ss., 355 ss.; vida de, 345 ss.; esposo de, 348 ; convierte los suegros, 348 ss.; visitas
Gotama, 353 ss., 359 ss.; provoca una regla para hacerse, 355 ; ofrece su Parures de Venta, 3 5 5'ff. ;
Construye un vihara, 356; aconsejado por Gotama, 357; no tiene
390
Índice
j oining pensamientos de orden, 358; demuestra almswomanâ€TMs inocencia, 358 ss.
votos, ausencia de vida monástica, 214, 262, 246, Wanderers 281 282, 332, 367, 372; mujeres, 100, 332
Ward-runa, 286 y n.
Camino, 104, 107, III, 1 1 3, 169, 188, 200, 206, 252, 258, 304, 307, 358, 366 y ss.; ocho veces, 104,
113, 115, 136, 202, 213, 233".,_246, 257, 347, 349, 306, 210, Ambrosía; Oriente, 240, 246, 256 y ss.,
313, 327

, 232 y ss. tejido


llorando, 217, 241, E. Weffermarck, viuda de 40, 80, 3, 72 ss.; quema, 72, 77, 79 ss., 216; nuevas
nupcias 75 Â" 77 la Orden, 76, 173, 174, la posición de esposa, 3, 14 y ss., 41 ss., 47&gt; -55
obedientes al esposo, 38 y ss., 45 y sigs., 57, 71, 186, 213; C0-, 37 FF, 306; puede dar limosna, 42, 48,
54 ss; tipos de 43, 44, $1, 57, 148, 301 y ss.; igualdad de, con su marido, de 47, 52, 56, 58 y sigs., 175 ;
cualidades de, 48 ; de- votion, marido, 49 ; necesita marido€TMs consentimiento para introducir orden,
49, 149, 160, 174, 178 ss., 180 ss., 250;
poder, guardar secretos, 5 1 ; cinco potencias de 5, 1, 70 ; las riñas con mi marido, 56 ; desprecia
marido, 56 ss.; despreciado marido b7, 57, 189; Ex 59, 182, 274, 276, 293 y ss., 303 ; la muerte de un
60 ; se entristece al esposo€TMs muerte, 60, 173, 195 y ss.; introduce el pedido cuando el marido hace
62, 75, 174, 176, 276 ; convertidos por hus- banda, 182 ; como novato, 249, 3, 94-97 y Â"., 107, 1 1 3,
163, 169, 185, 198, 209, 212 a 244, 246, 257, 261, 313, 341 Winternitz, M., 4", 40", 81 y n., 95 n.
Las mujeres, pre-Buddhiff r ss., 25, 160; â€oe. . . Y los hombres,†5 ss.; &#157; infortunios de cinco
especiales, 28, 48 ; autosuficiente, 83 ; en Bud-

dhism desde sus inicios, 98 ; el aislamiento de 170 344 ; â€oe- ONU custodiado,†i82,
i83,i86,2&#157; iiff., 240 ; en Gotamaâ€TMs muerte, 300 ; sufrimientos de, 306 ; ver Ara- hanship
Woodward, F. L., 46 n.
Escrito 238 ; material, 197, 238, 218 YakkhinI Yakkha, 377 n.
Yama, 320 Yasa, 86 367 ; la madre y ex esposa del, 98 YasodharS, 102, 310 y ss.
años de discreción, 7, 28, 207
iit(jj
biblioteca arqueológica Central, . Nueva Delhi. ,
Llamada No, 3 9 S ///^
Autor â€" /' ^

m
título £i 6 .i.
BoirowÂ"i No. { Dateorinue | Fecha de Retura †̃*Un libro que es ehtlt 4s bt^b^^Â"- GBNO^ DE
INfDiA, , 3 ^ ^ Departamento de Archaedogy ;;- NJ:W DELHI. ^

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