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scriben: Enrique Anderson Imbert, Antonio Cornejo Polar, José Pedro ee ts Pernéindez Retamar, Margo Glantz, Domingo Miliani, José Miguel Oviedo, Satil Sosnowski. La critica literaria, hoy ENRIQUE ANDERSON IMBERT (Argentina) {Como podria definirse la “critica literaria”? —Hace veinticuatro siglos los griegos llamaban “‘kritikés” al ‘“‘juez de literatura” (del verbo “krino”, “‘juzgo”). Lo traigo a colacién porque hoy yo diria lo mismo. Creo que la misién especifica que debe cumplir la critica es la de juzgar el valor estético de una obra en todas las fases de su realizacién. El critico lee, examina, toma posicién frente al texto y enuncia un juicio, afirmativo 0 negativo. Hay muchas disciplinas que estudian la literatura —Filosofia, Historia, Psicologia, Sociologia, Lin- gilistica, Pedagogia, Erudicién, etc.— pero sdlo la Critica se especializa en formular juicios de valor, Aquellas disciplinas contestan, cada cual a su manera, a la pregunta: ;qué es esta obra? La Critica, ademas de contestar a esa pregunta, contesta también a esta otra: qué vale tal obra? Nos dice si una obra es literatura 0 no, y la califica. Yo definiria asi la critica literaria: es la comprensién sistematica de todo lo que entra en el proceso de la expresién escrita y el enjuiciamiento de un texto particular. Lo que el critico tiene que decirnos lo puede decir en muy pocas palabras: “esto vale, esto no vale’’. Si para decirlo escribe muchas paginas es porque esta explorando, exponiendo y explicando su método; y para ello se incorpora los frutos de todas las investigaciones posibles en todas las ramas de la literatura. Fijémonos, sin embargo, en que esas pocas palabras que el critico tiene que decirnos —“esto vale, esto no vale”— son irremplazables. —jCual es su funcién? —Creo que la funcién de la critica es responder a este cuestionario: écual fue la intencién del escritor?, glogré expresarla?, ;valia la pena escribir lo que escribié, si se tiene en cuenta el nivel artistico de su tiempo?, 4qué significado permanente tiene su obra en la historia de la literatura? Es un cuestionario que, escalén por escalén, permite subir hasta ese punto donde la vista es mas panoramica y, por lo tanto, el jui- cio es mas comprensivo. Imaginemos un caso cualquiera. Por una confi- La critica literaria, hoy 7 dencia nos enteramos de que la intencién de un novelista joven de nues- tros dias ha sido escribir una novela cientifica a la manera de la “‘science fiction” de H. G. Wells. Si. Esa fue su intencién. Pero éconsiguié reali- zarla? Supongamos que todavia queda la posibilidad de que su es- fuerzo haya sido superfluo, ;Valia la pena dar un salto para atras y regresar a situaciones, problemas y soluciones de hace mas de cincuenta afios? Supongamos que si valia la pena porque la nueva novela, a pesar de sus viejas formas, resulta ser de veras interesante. El critico todavia no se da por satisfecho. Ahora se pregunta: en qué consiste su valor? Esa novela es una ingeniosa parodia de Wells? ,Es un modo de replan- tear el tema en los términos de la Fisica de hoy, desconocida por Wells? iEs un ejercicio para reescribir a Wells con un estilo no wellsiano? iEs un experimento que asegura a la novela un lugar de excepcién en la historia literaria? Las respuestas que el critico dé a ese cuestionario deben partir de la vigilancia directa de la obra analizada, no de especu- laciones psicolégicas, histéricas 0 morales. —iHay relacién entre el ejercicio critico y la ideologia? —Depende de cémo se defina el concepto de ideologia. Para Karl Marx una ideologia defiende los intereses econdmicos de determinada clase disfrazdndolos con una retérica seudo-intelectual. Para Karl Mann- heim la ideologia es una ficcién con clausuras justificadoras del orden social o aperturas utépicas hacia un orden social nuevo. Para otro Karl —el argentino Carlos Cossio— la ideologia implica un compromiso, no con la verdad, sino con una posicién existencial. Como quiera que sea, el ejercicio de la critica tal como lo entiendo no tiene nada que ver con Ja ideologia. Los criticos literarios que me interesan no llevan mascaras ideolégicas: juzgan desde filosofias y concepciones del mundo a las que han Ilegado con personal esfuerzo después de mucho indagar y meditar. Los criticos mas estimables no estan sujetos a intereses de clase. Podran sentir afinidad con la clase en cuyo seno nacieron; podran llevar en sus almas las improntas de esa clase; y, si asi lo quieren, en la lucha poli- tica podran sacar la cara por su clase. Pero, mas que miembros de una clase social 0 econémica, los criticos literarios se enorgullecen de una herencia cultural comun. Y esta formacién educacional es lo bastante enérgica para atenuar en ellos las diferencias de cuna, riqueza y profesién. Ven a la sociedad como fluida y, con mas libertad que los “activistas”, constituyen un grupo que aumenta con el ingreso de todos Jos hombres de inteligencia cultivada, no importa de qué estrato social provengan, Un buen critico juzga una obra con su propia conciencia, no con una impersonal conciencia de clase. Y puesto que juzga una obra de arte, su criterio es estético. —iEs la critica de importancia secundaria frente a la ficcién o a la poesia? —Un poema, una novela son creaciones: el poeta, el novelista las agregan a la realidad. El critico no agrega nada al valor de esas creacio- nes: se limita a describirlas, a juzgarlas. En este sentido, su importan- 8 La critica literaria, hoy “ja es secundaria. Sin el critico, la obra seguiria existiendo; en cambio, sin la obra, el critico quedaria desocupado. Esto, en lo que se refiere a la relacién de dependencia del estudioso con respecto al objeto estudiado. Fuera de esa relacién, los términos del problema cambian. Ante todo, el hecho de que el critico cumpla una tarea secundaria no le quita méri- tos. En el proceso del conocimiento la intuicién es primaria y el concepto es secundario. Quiero decir: primero intuimos; después, con las institu- ciones, formamos conceptos. Y nadie se atreveria (yo, por lo menos, no) a decir que el conocimiento intuitivo del artista vale mas que el conoci- miento conceptual del cientifico. Volviendo a la critica literaria, no olvi- demos que hay malos poetas y novelistas y, al contrario, excelentes cri- ticos. Sdlo que un critico excelente no perdera el tiempo con un mal poema o una mala novela. —iExiste una critica literaria latinoamericana organica? ;Cuales serian sus caracteristicas y obras principales, en el caso positivo? —Si, existe. Mejor dicho, existen unos criticos excelentes, bien for- mados en filologia y literatura comparada, que saben analizar los textos con rigor. Estoy pensando en contribuciones tan importantes como la de Raimundo Lida sobre los cuentos de Rubén Dario. —ijConsidera usted que en América Latina la critica debe seguir modelos europeos y norteamericanos, como el formalismo, el estructu- ralismo, la semidtica, etc., o bien esa actitud seria de algtin modo colo- nialismo cultural? —i‘Colonialismo cultural”? Este término me suena a politica. He oido que algunos marxistas motejan a Rubén Dario de “colonial” porque leia a Verlaine, pero ellos leen a Marx, que tampoco era muy latino- americano. Todos los criticos latinoamericanos que conozco escriben, no en lenguas indigenas pre-colombinas, sino en castellano 0 portugués. Es- tas lenguas, originadas en antiguos imperios, jlos convierte acaso en coloniales? Nuestra América no es una colonia sometida politicamente a ningan imperio: es una provincia auténoma dentro de la cultura uni- versal. Europa también es una provincia; los Estados Unidos, otra... Hay provincias que trabajan bien en ciertas direcciones: seguir libre- mente los mejores modelos de los vecinos es lo que siempre se ha hecho, en todas partes, en todas las épocas. Roma fue un imperio que coloniz6 a Grecia, Sin embargo, la colonia conquistada helenizé al imperio que la habia conquistado. No soy regionalista, no soy nacionalista; no tengo FeeumlenteT contra los que saben mas que yo, hablen la lengua que ablen. —{Cuiles son, en su criterio, las tendencias u orientaciones actuales de la critica y cuales sus riesgos principales? —La critica literaria, en la actualidad, sigue todas las direcciones posibles. Hay una critica externa que prefiere estudiar la génesis de una obra © las reacciones del piiblico lector. Los criticos de esta tendencia explican los antecedentes de un fenémeno literario y lo hacen con los métodos histérico, sociolégico o psicolégico; y cuando representan el La critica literaria, hoy 9 punto de vista del publico, sus métodos suelen ser impresionistas, dog- maticos o revisionistas. Otra tendencia es la critica interna. Esta critica aisla el poema, la novela o el drama de sus circunstancias y analiza esos objetos auténomos en sus elementos constructivos. O sea, el tema, la forma y el estilo. Todas las tendencias, todos los métodos son buenos si el critico es bueno. Nada nos impide, por otra parte, que los integre- mos. E] riesgo mayor que veo es el del fanatismo: el fanatismo, por ejemplo, de los que niegan la intuicién personal de un escritor, sean fa- naticos del marxismo, el psicoandlisis o la semidtica. ANTONIO CORNEJO POLAR (Pera) Las lineas que siguen no son una respuesta especifica al cuestionario de Texto Critico. Estimulado por él, alentado por su amplitud, expongo algunas ideas sobre la critica literaria y en especial sobre la critica lite- raria latinoamericana, que es la que interesa y preocupa con mayor ur- gencia. Un punto de partida valido es reconocer que la critica vive en térmi- nos universales una crisis de legitimidad, de raiz finalmente social y epistemolégica, tanto porque su funcién ha dejado de ser un presupuesto obvio, cuanto (y tal vez sobre todo) porque se cuestiona la validez mis- ma del conocimiento que produce. Algunos de los caminos de salida que se han intentado, probablemente los mas visibles y “exitosos”, han ter- minado por ahondar el problema: aludo a las varias modalidades del inmanentismo y me refiero concretamente a su decisién, expresa 0 taci- ta, de ajustar el objeto de la critica a las posibilidades de sus métodos —lo que podria interpretarse como una muestra tardia de las ilusiones del tecnologismo. Hay que reconocer que la critica inmanente ha logrado un buen nivel de formalizacién y ha establecido un cierto espacio de objetividad que el impresionismo, el historicismo o la estilistica estaban lejos de alcan- zar; sin embargo, y para ver los dos lados de la moneda, hay que reco- nocer también que el costo de este avance ha sido excesivo y que ha supuesto una grave tergiversaci6n en el desarrollo de la critica. De hecho el imperio de los métodos del inmanentismo implica una arbitraria limi- tacién del hecho literario a sus dimensiones posibles de conocimiento bajo los términos y condiciones de esa metodologia, de suerte que quedan iluminados ciertos aspectos textuales, a veces los menos interesantes, y se eluden reiteradamente, una y otra vez, aquellos factores que determi- nan que la literatura sea materia de pasién y de estudio. Se olvida que la literatura es signo y que inevitablemente remite a categorias que la exceden: al hombre, la sociedad, la historia; se olvida,

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