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SÓLO PARA PARTICIPANTES

4 de junio de 2001

ORIGINAL: ESPAÑOL
CEPAL
Comisión Económica para América Latina y el Caribe
IIDH
Instituto Interamericano de Derechos Humanos

Reunión de Expertas sobre Racismo y Género

Santiago de Chile, 4 y 5 de junio de 2001

Migrantes y Racismo en América Latina:


dimensiones ocultas de realidades complejas.

Este documento constituye la versión final de una investigación encomendada por el


Instituto Interamericano de Derechos Humanos (IIDH) y el BID a Freddy Rivera. Las
opiniones expresadas en este documento, que no ha sido sometido a revisión editorial, son
de la exclusiva responsabilidad el autor y pueden no coincidir con las de la Organización.
INDICE

Introducción…………………………….……………………………………………..3
Migraciones y tensiones culturales: la difícil relación entre
complementaridad económica y ambiguedad nacionalista…………….……....…..5
Racismo y Nacionalismo……………….……………………………………………..7
Democracia, derechos humanos y multiculturalismo: en busca del
“deber ser”…………………………………………………………………………...10
Gestión democrática y el “problema” migratorio………………………………….11
Ciudadanía y derechos humanos: restricciones o continuum……….…………….13
Valores democráticos y tolerancia……………………………..……………….…...15
El trajín de las políticas públicas…………………………………………………...17
Los campos de intervención de las políticas sociales………………..…………….20
Trabajo, discriminación, abuso y maltrato laboral………………………………….20
Salud, seguridad jurídica e igualdad de genero………...…………………….……..21
Discriminación, racismo e integración cultural………………..…………………...21
Cruzadores de frontera, educación y multiculturalismo…………………..……...22
Políticas educativas y derechos humanos……………………………………………23
La inclusión y la pedagogía crítica……………………………………….…….…...26
Indemnización y reparaciones……………………………………………………..30
Escenarios de complejidad: Dificultades y limitaciones………………………....30
Institucionalización de las políticas de Derechos Humanos……………….….….30
Incremento de la pobreza y condiciones de vida……….…………………….….. 32
Nacionalismo y Soberanía………………….……………………………………. 33
Los medios de comunicación y la migración: indiferencias y algo más…………34
Propuestas posibles: una tarea conjunta………………………………………….48
Hacia una real gestión democrática……………………………………………….48
El papel de los tratados y organismos internacionales……………..……………50
Redefinición de la Justicia………………………………………………………….51
Apuntando hacia una verdadera integración regional…………………………..52
Bibliografía…………………………………………………………………………54

2
INTRODUCCION

El fenómeno de las migraciones y los desplazamientos poblacionales intraregionales no


constituye una situación extraña para las distintas disciplinas sociales que han estudiado sus
diferentes características. Lo que sí resulta distinto y aparezca como novedad es que este
tema se esté convirtiendo actualmente en un problema multidimensional asociado al
racismo, ya que en su dinámica e interacción están involucrados una serie de situaciones y
actores estatales, políticos, económicos y culturales que generan una diversidad de
consecuencias en distintos campos y que afectan tanto a los países receptores de migrantes
como a los originarios.

En estos tiempos de transnacionalización económica y globalización sociocultural, la


problemática del racismo y sus múltiples expresiones dependientes –xenofobia,
discriminación, intolerancia, prejuicio, exclusión, etc- aunque no sean similares en sus
contenidos, aparecen como temas medulares en las agendas de algunos gobiernos y en los
programas de investigación de diferentes instituciones. Este aspecto es curioso por cuanto
se había asumido que con el advenimiento de la modernidad y su sentido liberal y
“tolerante” de convivencia, el concepto de raza, visto desde una perspectiva eminentemente
biológica, por ser acientífico y lleno de prejuicios, había desaparecido o no era utilizado
luego de la condena a los distintos holocaustos promovidos por varios regímenes
totalitarios a lo largo de este siglo y de la acción legislativa de varios países y de
innumerables organismos internacionales para superar este tipo de odios humanos. Los
hechos acontecidos en la Europa “integrada” y contemporánea; la persistencia de grupos
abiertamente declarados racistas en los EEUU; la intolerancia expresada hacia los
migrantes de los países limítrofes en varios países latinoamericanos; y la continuidad de un
pensamiento derivado de estructuras coloniales, son elementos que dan al traste con la
intención de pensar en la desaparición del problema del racismo.

Los modelos económicos preponderantes que caracterizan al mundo actual, salpicados de


fuertes ideologías basadas en la competencia de los individuos, la flexibilización laboral, el
consumo galopante y una constante inserción tecnológica relativamente homogénea, no
constituyen procesos que conducen a que el maravilloso desarrollo instrumental
masssmediático redunde en mejorías manifiestas para la población. Al contrario, entre los
procesos sociales y culturales que caracterizan a esta época es importante señalar a las
conflictividades nacionales y étnicas, el recrudecimiento de las violencias y la exclusión y
la difusión de posturas “escencialistas” basadas en supuestos idearios identitarios únivocos
que valoran negativamente, separan y condicionan la convivencia común a los “otros”, los
“indeseables”, los extranjeros, los advenedizos, los migrantes. Es un tiempo donde han
reaparecido viejos modos de estigmatización contra determinadas identidades colectivas a
la par de la difusión de nuevas desacreditaciones culturales sustentadas en estereotipos de
distinta índole. De esa manera y relacionado con este asunto, uno de los aspectos más
interesantes es el alto grado de “eufemización” con el que se presentan en muchos discursos
los contenidos discriminadores 1 .

1
Se trata de una manifestación enmascarada que se hace presente en textos de distinta naturaleza, incluyendo
los mensajes massmediáticos. “Pero su aspecto más notable –que también obliga a buscar modalidades sutiles

3
En una época de cambios acelerados, los problemas de pertenencia a determinadas
identidades nacionales y a minorías étnicas, ubicadas en varios escenarios de la vida
cotidiana de muchos países, se relacionan cada vez más con otras cuestiones sociales;
básicamente con la existencia de vacíos políticos y culturales que surgen con la pérdida de
función del Estado uninacional en términos de integración social, la reestructuración de las
esferas laborales, las políticas migratorias, el debilitamiento de los movimientos sociales
tradicionales y el aparecimiento de grupos políticos radicales e intolerantes que basan su
discursividad en el ataque permanente a lo extraño y distinto, identificando en ese ejercicio
lo extraño y distinto como atributos de un “enemigo foráneo”. No parece extraño, entonces,
la proliferación de muchos grupos nacionalistas y de extrema derecha en varios países que
hacen uso del racismo como objeto de su movilización y convocatoria ideológica. En ese
contexto, la presencia de minorías étnicas, culturalmente distintas a las mayoritarias
“nacionales”, generan como mecanismo de defensa una lógica de “diáspora”, una especie
de autocentramiento identitario y comunitario como estrategia de protección para hacer
frente a las hostilidades desatadas por esos grupos radicales, muchas veces amparados en la
cuestionada gestión de una cultura institucional cómplice con esas acciones.

Se supone, además, que en los procesos de integración regional y de libre comercio,


vinculados aparentemente con la libre circulación de personas y la existencia de
competencias legales supranacionales –facetas extensamente publicitadas por los diferentes
gobiernos-, existen una serie de discursos, planes, programas e intenciones políticas que
expresan y construyen una imagen bondadosa y facilitadora de los temas relacionados con
los aspectos migratorios; todos ellos asociados con las exigencias de la globalización, la
plena inserción en el sistema mundial y la interdependencia. No obstante, los actos de
intolerancia, discriminación y racismo de los que somos víctimas o expectadores, nos
confirman que estamos atravesando por una etapa contradictoria y paradógica, plagada de
ideologías derivadas de un modelo excluyente, inequitativo y concentrador de la riqueza en
pocas manos. De esa forma, la difusión de las “bondades” integracionistas se presentan más
como un deseo público y privado de agregación de intereses y expansión de mercados, y
menos como la posibilidad de generar una convivencia intercultural basada en la tolerancia,
el respeto a los derechos humanos, la democracia y una cultura de paz.

Estas situaciones son las que más se están difundiendo en los sitios receptores de
inmigantes y en los contextos donde existen redefiniciones de pertenencia a una identidad
nacional que afecta incluso a viejos pobladores de un mismo espacio territorial nacional.
No es por tanto, ninguna paradoja que el racismo de finales del siglo veinte se presente
como un racismo peculiar, un racismo predominantemente diferencialista (Wieviorka
1997:102). Pero esa actitud racista de rechazo a la diferencia o miedo a la “otra” cultura no
es sintomática y universal, tiene ubicados a cierto tipo de seres humanos, casi siempre
migrantes de países pobres; situación que nos dice mucho sobre la persistencia de ciertos

para obtener información válida- es la forma en que muchas veces los discriminados registran y expresan la
descalificación, los prejuicios y rechazos que reciben. Se advierte un esfuerzo por evitar el registro y la
manifestación discursiva de que son objeto de discriminación, observándose diversos recursos elusivos y
desviatorios”. Margulis Mario. “Cultura y discriminación social en la época de globalización” en: Nueva
Sociedad N°152, Caracas, 1997, pag 152.

4
imaginarios sociales que contraponen una cultura progresista, modernizadora y
universalista contra una particularista y supuestamente primitiva.

Lo que está sucediendo en distintas áreas y regiones no es muy distinto a lo que acontece
en América Latina. Los procesos migratorios se han presentado de forma constante en los
distintos contextos e historias nacionales. La misma construcción de los diferentes estados
y la idea imaginaria de la consolidación de la nación ha atravesado por coyunturas y
situaciones de integración, forzosas unas, voluntarias otras, que ubicaban a las migraciones
como un asunto que debía ser tratado por las instituciones sociales y políticas en cada país.

Curiosamente, en estos momentos, cuando se difunde las bondades de la globalización y la


integración regional y subregional, aparecen una serie de acciones en los países receptores
de los migrantes que se caracterizan por ser estigmatizantes, discriminadoras y racistas, ya
que casi todos estos comportamientos se canalizan hacia los "nuevos advenedizos", sean
trabajadores migrantes, desplazados por la violencia política y en varios casos refugiados
económicos. En ese sentido, es necesario destacar que los procesos migratorios que
presentan actitudes racistas en los países receptores están acompañados de situaciones que
vulneran los derechos humanos de esas personas que han debido migrar por una serie de
condiciones adversas que atentan contra sus expectativas de desarrollo familiar y su calidad
de vida. En efecto, los migrantes regionales son en muchas ocasiones masas de
desocupados que han sido expulsados de su país de origen por las medidas y políticas de
ajuste adoptadas al seguir un modelo de desarrollo que se ha caracterizado por la exclusión,
el desempleo, la inequidad y la falta de certidumbre económica para esas poblaciones.

Actualmente, diversos países latinoamericanos, convertidos en depositarios de inmigrantes


o refugiados económicos, políticos y sociales, vienen aplicando políticas restrictivas al
ingreso de extranjeros dentro de sus territorios nacionales; convirtiéndose aquellos en
chivos expiatorios para justificar errores internos de la conducción política y económica.
En este nuevo contexto, ya no se trata de resaltar las virtudes civilizatorias de las iniciales
poblaciones migratorias, básicamente las de corte etnocéntrico blanco; ahora, el distinto es
un sujeto muy diferente que por ser portador de rasgos fenotípicos indios, negros o
representar un imaginario del "bárbaro" invasor, se convierte en el depositario de los
miedos y perversidades de los pobladores locales. Estamos inmersos en una suerte de
relectura de los mitos originarios nacionales que no tienen cabida para los nuevos
migrantes.

MIGRACIONES Y TENSIONES CULTURALES: LA DIFICIL RELACION


ENTRE COMPLEMENTARIDAD ECONOMICA Y AMBIGUEDAD
NACIONALISTA

El establecimiento de mercados regionales representa una posibilidad de los países


latinoamericanos para enfrentar las condiciones desvaforables en que deben asumir los
retos de la globalización, pues mediante esos procesos, se obtienen relativas ventajas
comparativas para las industrias a través de la generación de economías de escala que
promueven un aumento de las expectativas de inversión extranjera, mayores niveles de
incorporación tecnológica y un creciente flujo de personas, capital, información y servicios
entre países, instituciones y empresas (Cepal, 1994).

5
Desde esa perspectiva, no se puede negar que se ha generado una proliferación de acuerdos
firmados a lo largo de éstos últimos diez años por varios países 2 ; sin embargo, las
asimetrías existentes entre los países suscriptores de los tratados, pues unos son mas
desarrollados que otros, plantean desigualdades en el acceso equitativo a recursos e
información que trae consecuencias en los beneficios de la integración económico
comercial. Pero más importante aún, en el plano de la libre circulación y permanencia legal
de las personas extranjeras, es la dualidad con la que se maneja el tema de los migrantes
que son funcionales con la lógica capitalista de mercado.

En su afán de abaratar los costos de producción, las distintas empresas nacionales e


internacionales, amparadas en las políticas económicas imperantes, han logrado sacar
provecho de la mano de obra migrante disponible, a los cuales se los emplea incumpliendo
las elementales normas sobre salarios mínimos, de seguridad social, y lo que es peor,
violando sistemáticamente los derechos humano de esa población. En ese sentido, el
impacto social que conlleva esta difícil situación, no solo se expresa en las pésimas
condiciones de vida del trabajador y de su familia, sino en la inseguridad jurídica del
migrante que está sujeto al círculo vicioso existente entre su permanencia legal, las
presiones corporativas de las empresas y la actitud ambigua de los Estados que promueven,
por un lado, un discurso estigmatizante y discriminador vinculado con las restricciones
migratorias en defensa de su nación, asunto que en el fondo constituye un enmascaramiento
de los déficits de gobernabilidad y una adecuada conducción económica de su país; y por
otro, la difusión de las supuestas bondades de la flexibilización laboral que es necesaria
para los intereses de las empresas locales y extranjeras que han invertido en sus territorios.

El problema se vuelve complejo cuando los países receptores de migrantes, necesitados en


un primer momento de esos trabajadores, se ven inmersos en las crisis cíclicas del modelo
adoptado, especialmente en la capacidad de generar empleo a su población3 . En ese
contexto, la inestabilidad laboral y los elevados índices de desocupación por los que
atraviesan los países de la región, constituyen el pretexto más idóneo para reforzar el
rechazo a los extranjeros que son vistos como una amenaza constante a las reducidas
fuentes de trabajo existentes.

2
La década de los noventa constituyó una etapa floreciente para la firma de acuerdos de libre comercio y para
actualizar los tratados de integración que habían permanecido inmovilizados por varios años entre varios
países de la región. El TLC entre México y EEUU, la reactivación de la Comunidad Andina de Naciones, el
Mercosur, los convenios establecidos en el Caricom, el grupo de los Tres, etc, son algunos ejemplos de la
voluntad por generar mecanismos de coordinación de políticas económicas sectoriales amparadas en el deseo
de eliminar las barreras proteccionistas y los aranceles a los bienes y servicios producidos por los países
miembros, restringiendo a su vez, las producciones de bienes y servicios de los países que no suscriben los
acuerdos.
3
Son varios los países que han sufrido las consecuencias de la crisis financiera internacional. Los ejemplos
del "efecto tequila" y su impacto en la dinámica económica regional; la devaluación del real en Brasil que
trajo consecuencias negativas para el desempeño industrial Argentina; los efectos sociales de la dolarización
en Ecuador; la fuga de capitales del Perú; la caída de la inversión en Colombia, etc; son factores que inciden
en la producción y atentan contra la estabilidad democrática de los gobiernos al generar movilizaciones
populares y demandas ciudadanas que tienen entre sus principales objetivos, la defensa de las fuentes de
trabajo.

6
Son en esos precisos momentos cuando se intensifican las actitudes racistas, xenófogas,
discriminadoras e intolerantes vinculadas a un discurso nacionalista. Ubicados los chivos
expiatorios, por lo general migrantes o desplazados que presentan cualidades identitarias
diferentes, se ponen en ejecución una serie de imaginarios sociales que cuestionan la
pertinencia y la calidad de los procesos de integración, al mismo tiempo que construyen
escenarios cotidianos de conflictividad social y cultural que sobrepasan las capacidades del
Estado para hacer frente a esa problemática.

Racismo y Nacionalismo

Los cambios culturales a las que están sometidas actualmente las sociedades nacionales en
distintos países latinoamericanos constituyen una dinámica que lleva necesaria y
cotidianamente a un encuentro con el "otro". Las migraciones y el constante flujo de
procesos económicos y culturales inciden particularmente en las grandes ciudades;
promueven distintos niveles de interacción entre identidades particulares; inciden en la
diversificación social y multiplica la generación de identidades colectivas. Si hasta hace
unas décadas, el discurso sobre la alteridad representaba un recurso necesario para la
afirmación de la identidad nacional; ahora el extraño y el extranjero están presentes
cotidianamente en los distintos ámbitos de las sociedades locales y es asumido como una
amenaza para las "identidades excluyentes"4 que se identifican con los discursos
nacionalistas provenientes de los más variados sectores de la sociedad .

Las características ambiguas que están presentes en los nacionalismos, en tanto constituyen
una construcción imaginaria cargada de rechazo hacia los diferentes, a los que se
consideran inferiores por no poseer los atributos de la "nación"5 ; y al mismo tiempo, a
través del Estado, establecer una función integradora de la sociedad por medio de
procedimientos de inclusión-exclusión en los individuos, pueblos, regiones y culturas,
institucionaliza, de hecho, prácticas y mentalidades discriminadoras en el sentido común de
la población. En palabras de Hobsbawm,

“El racismo es, de alguna manera, el exceso constituyente o el suplemento interior


del nacionalismo: ese suplemento necesario para que los Estados - nación logren
proyectar en la vid cotidiana y en una perspectiva histórica una clausura que sería
imposible desde un punto de vista material o cultural y que sin embargo las
sociedades nacionales persiguen en una suerte de indefinida huida hacia delante,
particularmente en sus períodos de crisis” 6 .

4
El término identidad excluyente indica una "forma de agregación social en la cual el nosotros aparece como
una figura social fijada en el tiempo, en un sistema abstracto, indeterminado y mítico. El Otro, a la vez, no es
percibido nunca como un actor real: es naturalizado, objetivado o bien asociado con un principio meta social
(el mal, la decadencia, el diablo...). Defensoras del pasado o de las tradiciones, las identidades excluyentes se
asumen generalmente como víctimas de un proceso de cambio sociocultural que las amenaza, que pone en
peligro su integridad. Con ese argumento renuevan las prácticas de discriminación, promueven la segregación
y la autosegregación. Para su afirmación, trazan fronteras intransitables en torno al Nosotros y fijan a los
demás estereotipos". (Paris 1999: 60).
5
Sobre este aspecto la importante obra de Benedict Anderson, Comunidades Imaginadas, los orígenes del
nacionalismo, FCE, México, 1993.
6
Eric Hobswam, Naciones y nacionalismos desde 1780, Gallimard, París, 1990, (citado en: París: 1999: 65).

7
Tomando en cuenta este panorama, el que los Estados latinoamericanos hayan intentado,
con resultados diversos, transformarse en naciones a semejanza del modelo europeo, se
debe al hecho de que la nación viene a constituirse en uno de los valores más importantes
de la modernidad. El tipo de lealtad que el Estado moderno requiere para su
funcionamiento se logra mejor si los ciudadanos participan, no sólo de manera racional-
instrumental, sino también de la mitológico-ritual en los aspectos integradores de la nación
para lograr su preservación y realización.

Independientemente de que los debates relacionados sobre el desarrollo de la nación sean


sustentados por varias teorías 7 , unas económicas y estructuralistas que ven en el capitalismo
y en la expansión del mercado la fuente del aparecimiento del nacionalismo; otras,
constructivistas, románticas y escencialistas que interpretan el nacionalismo como un
fenómeno de formación identitaria pre estatal, la importancia radica en que actualmente el
problema del nacionalismo merece ser abordado desde distintas entradas teóricas
multidisciplinarias, debido a que la complejización cultural de las sociedades que están
sumergidas en esa problemática ameritan una relectura de sus significados identitarios
contemporáneos.

En efecto, hay que tomar en cuenta que los nacionalismos se representan de distinta forma
en cada estado y sociedad nacional y contienen sus propias peculiaridades. No se trata de
establecer grados de valor, entre, por ejemplo, el nacionalismo mexicano que se ha
sustentado en un discurso fundacional, mítico y milenario de matriz indígena, y por ello
aparecer como una construcción más liberal, tolerante y democrática; o por el contrario,
argumentar que los nacionalismos de los países del como sur han sido patrimoniales,
autoritarios y etnocidas con su población india.

Si bien existen verdades irrefutables en estos aspectos, lo importante es determinar cómo


esos sentimientos de pertenencia nacional construyen órdenes jerárquicos, excluyentes y
racistas respecto a los que consideran inferiores e incivilizados. De hecho, las posiciones
nacionalistas en general sustentan la idea de que si la identidad nacional es asumida como
algo escencial para la estabilidad política, y piensan también que dicha identidad implica
lealtad hacia las instituciones y prácticas consuetudinarias de lo que se entiende como
nación; entonces se considerará necesariamente como algo desestabilizador el influjo y
presencia de gente no comprometida con esas instituciones y prácticas socio culturales
nacionales.

En ese terreno, el problema se torna complejo cuando el discurso nacionalista es invocado


por grupos movilizados que generan acciones colectivas racistas a la vista y paciencia de
las autoridades estatales, muchas veces con su complicidad y amparados bajo un manto
protector de un falso nacionalismo que viola los DDHH de las personas consideradas
distintas, ubicadas a través de concepciones estigmatizantes que presentan distintas figuras
asociadas por lo general su condición de ilegales, indocumentados, pobres, indios, negros,
etc; incluso, el papel desempeñado por los medios de comunicación, asociados en varios
casos a los intereses corporativos del Estado y de empresas nacionales, ejercen un poder tan

7
Una interesante aproximación al debate mencionado se la encuentra en: Llobera Josep, El dios de la
modernidad: El desarrollo del nacionalismo en Europa occidental, Cap II y III.

8
importante sobre el tema de migración y extranjería que se convierte en parte de las
agendas de política pública de los gobiernos8 . De esa forma, los migrantes son relacionados
a determinadas problemáticas como la delincuencia, la inseguridad, la ilegalidad, la falta de
integración a la cultura “nacional”, a la reducción de fuentes de trabajo para la ciudadanía
local, etc; aspectos y comportamientos que en definitiva evidencian la existencia de un
racismo institucional (Casaravilla: 2000).

El problema de la relación entre nacionalismo y racismo se complica aún más, ya que al


circular la idea de defender la identidad cultural del país receptor, se proponen una serie de
medidas que por lo general consisten en evitar la mezcla y lograr la expulsión de los
inmigrantes, considerados inasimilables, para lo cual hay que reforzar la seguridad nacional
en las fronteras. Esta serie de situaciones, no solo contradicen los convenios firmados entre
países fronterizos en épocas de paz e integración, sino que constituyen posiciones
retrógradas para el concepto de interdependencia económica regional. Ahí se expresan,
precisamente, las tensiones y ambiguedades a las que nos referíamos.

Desde esa perspectiva, la vinculación entre racismo -visto en términos amplios -; la


xenofobia y el nacionalismo, vendría dada por las actitudes, movilizaciones y culturas
institucionales indicadas, pero también por la discriminación y la exclusión a las que den
lugar y fomentes determinadas ideologías nacionalistas. Concretamente, las diversas formas
de racismo, discriminación y de exclusión, asociadas a la búsqueda de la homogeneidad
nacional que promueven códigos de identidad excluyentes y cierran el paso a la ciudadanía
a determinados grupos, al exigir su expulsión o desaparición, evidencian el vínculo
existente entre la aspiración nacionalista a la preservación de un espacio nacional
culturalmente homogéneo y las dinámicas de exclusión interior a las que esa aspiración
puede abocar, especialmente en los períodos de crisis (Alvarez, 1997 :9).

En ese contexto, una de las principales críticas al nacionalismo de este tipo es que puede
conducir a racismos extremos, ya que supone una esencia, un núcleo constante y perenne de
identidad inmutable. Una de las consecuencias de la que se sirve el racismo dentro del
nacionalismo es precisamente el de recoger sentimientos míticos e ideológicos dentro de los
movimientos sociales para generar una serie de lógicas de combate a las diferencias que
presentan y expresan los distintos grupos e individuos considerados no nacionales (Rivera,
1999).

Curiosamente, el proceso de globalización, el impulso a los mecanismos de difusión


massmediáticos y la era de intercambio planetario en lo cultural no ha supuesto la
decadencia y desaparición de los sentimientos de pertenencia nacional. Al contrario, en los
tiempos modernos, los sentimientos comunales generados por la nación son altamente
considerados y buscados como sustento de las lealtades de grupo y representa uno de los
valores simbólicos más importantes en términos de convocatoria y acción social.
8
Varios países han tratado de modificar sus normativas para la permanencia de extranjeros, migrantes,
refugiados y desplazados. Una serie de intentos por establecer cambios legales restrictivos en las políticas de
inmigración, como en el caso argentino en 1999, denotan una serie de tensiones y racismos respecto a la
presencia de trabajadores foráneos. El gobierno chileno, aunque de forma no oficial, ha puesto trabas a la
presencia de inmigrantes peruanos, bolivianos y ecuatorianos en su territorio. México, por su parte, conserva
duros tratamientos legales para la migración centroamericana y sur americana.

9
DEMOCRACIA, DERECHOS HUMANOS Y MULTICULTURALISMO: En busca
del “deber ser”.

La relación y convivencia entre personas de distintos bagajes culturales es tan antigua como
la humanidad misma. En ese largo periplo histórico, la forma Estado ha sido la encargada
de procesar, independientemente de los resultados obtenidos, las complejidades, tensiones y
conflictos que genera la existencia de la diversidad identitaria al interno de las sociedades
nacionales. En el último medio siglo, constituye un indicador positivo el hecho de que a
través del Estado se haya extendido cuantitativamente la democracia y que ésta, a pesar de
las dificultades que presenta en muchos países y de sus limitaciones institucionales, se
presente como una forma legítima de gobierno.

Sin embargo, en estos momentos que muchos consideran que asistimos a una nueva ola de
democratización a nivel mundial (Huntington, 1997), varios de los contenidos
procedimentales y valores éticos de la misma democracia se ven cuestionados por la
emergencia de distintas tensiones y problemas no resueltos 9 . Uno de ellos tiene que ver con
la falta de compromiso y la aplicación de los diferentes convenios y acuerdos, tanto
internos como externos en materia de derechos humanos, pero también con la ausencia de
una voluntad política férrea para combatir los distintas formas enmascaradas con que se
presentan las mentalidades y acciones racistas e intolerantes.

Desde un punto de vista crítico, la vieja pero persistente idea de la democracia liberal,
basada en la homogenización del derecho para todos, un derecho que sea extendido sin
discriminación, viene a representar una suerte de abstracción o intención imaginaria
colectiva incumplida, si la pensamos desde el real divorcio existente entre la cantidad de
leyes que se han creado para lograr una convivencia democrática y las prácticas
generalizadas de su incumplimiento en distintos niveles de la sociedad y del Estado. Es por
ello que varios autores sostienen que para consolidar la democracia real y lograr el
establecimiento de un marco general de protección a los derechos humanos, es necesario
sobrepasar la preocupación de los ámbitos internos en que varios países asumen la forma
democrática, a un escenario de exigibilidad global, política e interdependiente, sustentada
en la noción de democracia cosmopolita 10 , asociada a su vez, en términos de amplios
derechos para las personas, a la idea del multiculturalismo.

9
Resulta sorprendente la presencia de múltiples situaciones adversas a lo que se supone representa la idea de
democracia. El retorno y persistencia de ciertas formas autoritarias de gobierno que se escudan en el concepto
de democracia formal; los elevados índices de pobreza y exclusión en los que están inmersos amplios sectores
de la población; la deslegitimación de instituciones como el sistema de partidos o el funcionamiento
inequitativo de los órganos de justicia; la permanencia de una corrupción sistémica; son entre otros, elementos
que contradicen la figura de la democracia como una manera de alcanzar la plenitud del cumplimiento de los
derechos humanos.
10
Archibugi, Daniele, sostiene que es muy difícil establecer quien otorga una certificación democrática a los
países, ya que unos se asumirán más democráticos que otros. Lo que sí se puede realizar es la potenciación
efectiva de la red de organismos intergubernamentales que, basados en la noción de injerencia humanitaria,
tengan las potestades jurídicas y políticas para exigir el cumplimento de procedimientos democráticos,
incluso, superando la barrera de la soberanía estatal. Archibugi, “La democracia cosmopolita” en: Revista
Leviatán N° , Madrid 1999. Para un mayor desarrollo de estas ideas revisar el trabajo de David Held, La
democracia y el orden global, Capítulo X.

10
En efecto, en un mundo que se encuentra atravesado por intercambios culturales intensos,
no existe democracia sin el reconocimiento de la diversidad identitaria de las personas y sus
derechos, sean estos individuales o colectivos, e incluso, si esas personas no forman parte
de la sociedad nacional y Estado que gobierna a la población mayoritaria. Si asumimos que
las democracias multiculturales adoptan el reconocimiento de la pluralidad de intereses,
opiniones y valores como su razón de existir; entonces no habría de que preocuparse porque
la democracia y la constelación de derechos estarían íntimamente relacionados.

Sin embargo, como buen propósito o “deber ser”, la idea de democracia multicultural, por
más acabada que ésta sea, y de hecho se encuentre funcionando en distintos países que han
logrado establecer una convivencia pacífica en base a la resolución de conflictos
identitarios y el respecto profundo de los DDHH; no han podido eliminar las distintas
formas de racismo, exclusión, discriminación e intolerancia que subsisten al interior de
estos “modelos” democráticos.

Para explicar esta situación contradictoria parecen existir dos tipos interpretaciones. La
primera de naturaleza institucional, se encuentra relacionada con la pérdida de las
capacidades de gestión democrática de los Estados nacionales para procesar la serie de
derechos que se han ido extendiendo de forma universal, amparados no sólo por los niveles
actuales de interdependencia, sino por los mismos compromisos adquiridos por parte de
esos Estados en la comunidad internacional. Este factor ha incidido en una sobrecarga de
responsabilidades que no se pueden asumir, ya que existe una reconocida crisis de los
estados nacionales en varios sentidos, y lo que es más grave, que esa exigibilidad de
derechos constituye una dinámica que dista mucho de haber concluído.

La segunda interpretación, de corte posestructuralista, afirma que la forma ideal de la


ideología del capitalismo global es la del multiculturalismo, y que éste último, no sólo que
es funcional a los designios de la lógica económica global, sino que el mismo concepto de
multiculturalismo aparece como una posición global vacía de contenido. Esta postura,
incluso, llega a plantear que el multiculturalismo es una expresión del imperialismo cultural
occidental (Zizek, 1998: 172). En ese sentido, el problema de la democracia y lo derechos
humanos pasan a un segundo orden, ya que estarían supeditados a las decisiones de quienes
construyen esta nueva fase cultural mundial.

Independientemente de estas posiciones, lo cierto es que nos encontramos ante una serie de
complejidades y situaciones que expresan el poco tratamiento y resolución del problema de
la relación que debe establecerse entre la democracia, vista como la mejor instancia de
exigibilidad de los DDHH, en este caso de los migrantes; la persistencia de valores
discriminadores e intolerantes y lo que esas personas esperan de los Estados nacionales
para lograr una vida con dignidad. Es por eso que todos estos temas quedan como una
asignatura pendiente que debe ser trabajada por todos los sectores que sientan un
compromiso digno, político y humano para que ese “deber ser” se haga realmente efectivo.

Gestión democrática y el “problema”migratorio

11
La cuestión de un adecuado tratamiento democrático de las migraciones se complica porque
cada país tiene disposiciones distintas en esa materia. Las diferencias tradicionales entre las
categorías de migrantes ya no son aplicables actualmente, y por ende, las políticas
migratorias de los países están cuestionadas. Con frecuencia, las políticas migratorias se
basan en la premisa de que es posible distinguir claramente entre distintos tipos de
migrantes como por ejemplo, personal calificado, trabajadores, familiares, exiliados,
refugiados, asilados, desplazados, indocumentados, migrantes transitorios o permanentes.

En ese terreno, si muchas de esas categorías son obsoletas y no responden a los nuevos
contextos internacionales, ¿qué hacen los estados democráticos por garantizar actualmente
un adecuado trato a las personas que están inmersas en condición de inmigrantes?; o lo que
es más importante, ¿qué mecanismos concretos se están desplegando para frenar las
acciones racistas, xenófogas y discriminadoras que vulneran los DDHH de los migrantes?.

La respuesta no hay que buscarla en la serie de normativas y convenios firmados sobre esta
materia por los Estados que tienen formas democráticas de gobierno, pues la mayoría de
ellos sacarán a relucir una impresionante documentación que por lo general nos remiten a
ese “deber ser” que muchos lo aceptan y pocos lo concretan en la práctica institucional.
Más importante aún es determinar cuáles han sido los procedimientos establecidos por los
países que teniendo altos índices de migrantes y existido problemas vinculados con
actitudes racistas, han podido reducir de manera participativa, consensuada y tolerante las
complejidades y conflictividades generadas por estas situaciones.

Un avance en este campo ha sido dejar atrás las clasificaciones selectivas de los
inmigrantes que en varios casos negaban los derechos humanos de los migrantes. Este paso
ha supuesto hacer extensivo la noción integral de derechos a esas personas, y elaborar
políticas públicas coherentes con sus rasgos identitarios para proveer las necesidades de
seguridad económica, subsistencia familiar, de salud, etc; de tal forma que se pueda hablar
de que las reglamentaciones nacionales e internacionales en materia de migraciones están
acorde con los compromisos asumidos. Un segundo avance está referido a cambios en la
cultura institucional que se ha traducido en un mejor trato a las personas que se encuentran
en condición de migrantes, no sólo en el aspecto reglamentario, sino en el diseño de
programas educativos extensivos, basados en valores democráticos como la tolerancia.

En todo caso, al hablar de gestión democrática, estamos apelando a la serie de medidas que
podrán tomarse para lograr una adecuada permanencia de los migrantes en países
receptores. En ese contexto, parecen existir tres escenarios donde se desenvolverá la
cuestión del migrante. El primero, de carácter restrictivo, implicará que las acciones
racistas y xenófogas continuarán por la falta de compromiso de los estados ante el problema
y porque no se hace nada para cambiar las presiones políticas y la cultura intolerante de los
racistas, lo cual implica que la vulnerabilidad de los DDHH de los migrantes continuará 11 ;
el segundo escenario, denominado híbrido, parte del supuesto de que la política del Estado
se limitará a evitar declaraciones de corte racista o xenófoga, pero sin modificar los marcos
normativos y la administración de los derechos humanos de los migrantes, es decir, no se

11
Una consecuencia de este escenario puede ser la tendencia a la ghetización de los migrantes como
mecanismo de defensa ante la pasividad de las instituciones oficiales.

12
trataría de un racismo abierto, sino de una forma de exclusión indirecta, económica y
jurídica, limitándose con ello seriamente los derechos de esas personas (Casaravila
2000:26); y finalmente, un tercer escenario abierto, en el cual se acepten las migraciones
como un asunto que debe ser abordado por las políticas públicas destinadas a la
convivencia pacífica y aceptación de las diferencias identitarias de los migrantes, para de
esa forma, pensar que la democracia si puede representar una manera humana de convivir
sin el miedo al otro, sin racismos y discriminación, independientemente de que esas
sociedades sean multiculturales o no.

Ciudadanía y derechos humanos: restricciones o continuum

La posición de los migrantes en la estructura normativa de los derechos ciudadanos es algo


confusa en la actualidad, ya que a pesar de ser miembros de hecho en las sociedades
receptoras y contribuir a su desarrollo económico y cultural, no se ha generado por parte de
los Estados nacionales un sistema pleno de integración que reconozca todas sus
dimensiones identitarias: culturales, políticas y económicas.

Contrario a lo que se pensaba, los migrantes que arribaron a distintos países en un primer
momento para ayudarlos en la nueva era de integración económica regional e inserción
globalizada, no han establecido una lógica de permanencia temporal en estos territorios; al
contrario, las expectativas de vida y las demandas culturales que plantean actualmente
ponen de manifiesto no sólo las intenciones de quedarse para rato, sino las dificultades de
varios países para procesar, de una parte, las exigibilidades universales en materia de
derechos humanos de esos migrantes; y por otra parte, las normativas restrictivas internas
de sus legislaciones respecto a los extranjeros. De esa manera, las nuevas realidades
migratorias, derivadas de la transnacionalización, regionalización económica e
interdependencia, han llevado a que el “problema” de integración de los migrantes haya
tomado un creciente matiz político y evidenciado al mismo tiempo las limitaciones
normativas que se asocian a la legitimación de sus derechos en varios ámbitos; pues la
ausencia de un reconocimiento cultural específico, la aproximación nominal de sus
derechos a los de la ciudadanía del país receptor y las barreras a la permanencia legal y a la
nacionalización, definen la particular situación de desprotección en que se encuentran los
migrantes en varios países de América Latina 12 .

12
Existen diversas situaciones en el tratamiento legal de los migrantes en los países latinoamericanos. A pesar
de que la región se ha caracterizado por ser una fuente de emigración hacia Europa y EEUU, también existen
procesos migratorios intra regionales, especialmente de los países andinos al cono sur y desde Centro
América a México. En varios de ellos se han endurecido los requisitos para la permanencia legal de los
extranjeros y migrantes, incluso los que hasta hace pocos años mantenían una política recíproca en términos
binacionales. Un ejemplo de este fenómeno es la obligatoriedad de poseer visa como condición de ingreso a
países que no la exigían. El caso de los países centroamericanos respecto a ciudadanos sudamericanos,
principalmente colombianos, ecuatorianos, peruanos y bolivianos, es una dato relevante en el cambio de
actitud. En países como Chile y Argentina, aunque no se declare abiertamente las restricciones de ingreso,
existe una actitud oculta que discrimina al extranjero por el tipo de país al que pertenece y que coincide, por
lo general, con los estados limítrofes andinos. En términos generales podría mencionarse que ninguno de los
países latinoamericanos, mantienen entre sí, la figura de la doble nacionalidad que es aceptada por otros
estados extra regionales.

13
Las políticas de integración dirigidas a los migrantes y los criterios que regulan la
adquisición de derechos y en varias situaciones la nacionalidad, expresan las distintas
estrategias desarrolladas en cada país para regular su permanencia e incorporación social.
En esa perspectiva, la noción de incorporación alude a los modelos institucionales mediante
los cuales se organiza la inserción en la sociedad y posibilita la participación en ella; no
obstante, algunos de los rasgos más conflictivos de las políticas de integración están
directamente vinculados con las dimensiones identitarias de esas poblaciones migrantes y
con el papel que éstas juegan en las respectivas sociedades nacionales desde las que se
interpreta la ciudadanía (Colom, 1998:247).

En efecto, al existir Estados que responden de distintas maneras a la dotación de derechos


de ciudadanía para los extranjeros y migrantes, bien podría evaluarse el tipo de gestión
pública que en materia de derechos humanos establecen esos estados. Básicamente, para
nuestro caso, las políticas y acciones incorporadas serían: a) los criterios de adquisición y
cualidades que se debe poseer para optar por la ciudadanía del país receptor; b) las actitudes
políticas generadas por la sociedad y el Estado ante la diversidad étnica y cultural de los
migrantes, refugiados y desplazados; c) las reacciones institucionales, tanto en las políticas
públicas como en su gestión democrática, frente a la presencia de migrantes en esos
territorios.

Estas características que forman parte del contexto migratorio están atravesando
actualmente por una fuerte tensión y debate. Por el lado de las corrientes liberales, existe la
idea de que no se puede poner frenos a la libertad de movilización y tránsito de las
personas, lo cual supone el reconocimiento de una igualdad de oportunidades y derechos a
escala interacional; por otro lado, las posiciones utilitaristas, verán en la migración un
problema que debe ser medido desde los costos y beneficios que su presencia implica para
el funcionamiento de las sociedades receptoras. En todo caso e independientemente de los
posicionamientos teóricos en filosofía del derecho, no se puede negar que la categoría
ciudadanía multicultural, -que es además una experiencia relativamente reciente-,
representa actualmente un reto para las políticas de integración de los Estados nacionales,
ya que les corresponde conciliar la promoción de los DDHH y la aceptación de la política
de la diferencia con sus sistemas normativos anclados en regímenes cívicos igualitarios. Es
por esa razón que la comprensión de los derechos humanos y la expresión de una de sus
formas, la ciudadanía integral13 , deber ser ubicada entre las restricciones impuestas por
diferentes países y la figura del “continuum” de derechos de las personas que es pretendido
y exigido por el sistema internacional.

Para que ésta última condición se cumpla, las leyes nacionales deben incorporar una serie
de cambios y potestades en sus normativas que permitan generar para los migrantes un
tratamiento que vaya más allá del concepto reducido de ciudadanía local. Si aceptamos que
los derechos humanos son políticamente neutrales en los países democráticos, entonces la
aplicación de estos derechos tienen que ser pensados de manera diferente a los derechos
13
Una de las posibles maneras de entender la ciudadanía total y global como parte integrante de la democracia
moderna consiste en superar, tanto la concepción de ciudadanía de la tradición liberal como la de la tradición
del republicanismo cívico. Ello no implica reemplazar una tradición por otra, ni desecharlas, sino más bien
inspirarse en ambas y en tratar de combinar sus instituciones y fortalezas conceptuales para arribar a una
nueva concepción de ciudadanía, adecuada a un proyecto de democracia radical y plural (Mouffe 1999:91).

14
constitucionales; a los derechos pertenecientes a ciertos tipos de instituciones políticas,
tanto individualistas como asociacionistas; o los derechos basados en determinadas
particularidades sociales, pues constituyen “una categoría especial de derechos de
aplicación universal, difícilmente controvertibles en su intención general. Son parte de un
razonable derecho de gentes y fijan límites a las instituciones domésticas exigidas por ese
derecho a todos los pueblos. En este sentido, establecen la última frontera del derecho
doméstico admisible en sociedades integrantes de buena fe de una justa sociedad de los
pueblos” (Rawls 1998:74).

Desde esa perspectiva, la admisión de migrantes sin la correspondiente posibilidad de


acceder a una ciudadanía en el corto plazo, plantea seriamente las limitaciones de la gestión
democrática en los países receptores y dice mucho sobre el incumplimiento e irrespeto a los
derechos humanos de esas personas que ven limitadas sus expectativas de vida y sus
condiciones sociales 14 .

Valores democráticos y cultura de la tolerancia

La tolerancia constituye un valor ético de la democracia y en las sociedades modernas


representa el mínimo consenso social necesario para que un régimen funcione de manera
adecuada; respetando los DDHH; descartando el uso de la violencia para la resolución de
conflictos que se presenten al interno de la sociedad o fuera de ella; procesando las
demandas y reivindicaciones culturales venidas de los sectores minoritarios que poseen
identidades distintas a la dominante nacional; y, canalizando las discrepancias políticas al
terreno del Estado de derecho. En una democracia, la tolerancia es aceptada sobre todo
como un deber ético, no sólo porque sea un instrumento útil o políticamente eficaz, sino
porque implica la difusión de otras virtudes como el disenso, la voluntad de diálogo, el
respeto a la diferencia cultural de las personas, y especialmente, basada en el principio de la
reciprocidad, establece las condiciones para que opere la justicia distributiva e incorpore el
intercambio entre desiguales de una serie de acciones en paridad. Aún más, en la
perspectiva que se analiza, la igualdad en que se fundamenta la tolerancia no implica el
simple reconocimiento del trato idéntico; significa considerar la presencia del “otro”,
justamente en cuanto diverso, como un dato irrenunciable de la misma sociedad y de la
democracia (Cisneros 1994:34).

Sin embargo, la noción de tolerancia aparece como una instancia general, otro “deber ser”
donde se mezcla lo estatal, lo social y lo privado de acuerdo a las tradiciones liberales o del
republicanismo cívico. Una nueva concepción implicaría desarrollar institucionalmente y
en los entornos de la cultura de los países receptos de migrantes, esas “virtudes cívicas” de
las que tanto se habla en ámbitos y espacios políticos; representaría un concepto pluralista

14
En términos generales, los proyectos modernizadores de varios países latinoamericanos mantienen una
selectividad en relación al problema migratorio, ya que organizan esta selección según la capacidad de dar
trabajo al menor costo y conquistar consumidores más que desarrollar la ciudadanía. La competencia y la
discriminación en el mercado prevalecen sobre la universalidad de derechos políticos y sociales. Por tanto,
aún cuando en estos días se habla mucho más de integración entre países latinoamericanos, se realizan
acuerdos más concretos que en cualquier época anterior, la apertura a los otros, la construcción de una
interculturalidad democrática, está más subordinada al mercado que en cualquier tiempo previo (García
Canclini, 1999: 82).

15
que se refiera a los comportamientos y valores que en una democracia son necesarios para
que no se vulneren los derechos humanos y las identidades diferenciadas que son débiles en
la esfera pública; implicaría que la tolerancia no aparezca como un mero cálculo racional
que esconda y confunda posturas indiferentes hacia el otro, al distinto, al advenedizo como
que fuese tolerancia; y, finalmente, vendría a constituirse en un método universal de
convivencia civil que se aplique en los distintos ámbitos de la vida social.

En ese contexto, si hablamos de la tolerancia como uno de los valores más importantes para
la gestión de las democracias y de los DDHH, también debemos referirnos a los antivalores,
entre los cuales se encuentran la intolerancia, la discriminación, el racismo y la xenofobia.
A pesar de no poder establecer una vinulación directa entre intolerancias en sus distintos
grados y regímenes autoritarios, pues en democracias consolidadas también existen
demostraciones de racismo a los migrantes y diferentes, si podemos referirnos a las
mentalidades y culturas de tipo autoritario y excluyente que en varios casos influyen en el
desempeño de las instituciones e interpretaciones normativas de los Estados.

En efecto, si consideramos que la política es la forma más idónea para garantizar a través
de las leyes el respeto y la promoción de la tolerancia; la aceptación del pluralismo humano
en todas sus dimensiones; el cumplimiento de los acuerdos establecidos por los países en
materia de DDHH; la construcción de programas de bienestar para la sociedad; entonces
nos encontraríamos ante una situación que cuestionaría la efectividad de esa manera de
entender y hacer política, ya que parece existir una contradicción entre ese “deber ser” de la
política y lo que muchos autores denominan cultura política, entendida como la serie de
valores, interpretaciones e imágenes que tienen las personas sobre varios aspectos de su
convivencia con las instituciones democráticas, con el Estado, con los partidos políticos y
otros organismos públicos y privados de su sociedad.

Sin querer penetrar en el largo debate sobre la pertinencia conceptual de la noción de


cultura política, sus usos y aplicaciones, en la actualidad existen consensos acerca de la
importancia de la dimensión cultural en los procesos políticos de los diferentes Estados y
naciones, especialmente en las multiculturales y pluriétnicas. Lo curioso del caso es que
todavía no se ha podido establecer, dentro de la democracia y de sus ámbitos de
intervención, expresada en los valores que institucionaliza y difunde en la población, las
precisiones conceptuales y normativas para el tratamiento de la tensión generada entre
política del reconocimiento igualitario, vinculada a la noción de ciudadanía igualitaria; y el
de política de la diferencia que se sustenta en la pertinencia de la categoría identidad 15 . De
ese modo, el impasse producido entre el deber ser, casi siempre normativo, y el hecho
cultural asociado a los antivalores que se desarrollan en ordenes democráticos como la
discriminación y el racismo, constituyen uno de los tópicos que preocupan no sólo a los
estados, sino a una diversidad de organismos internacionales que tratan de establecer
mecanismos y compromisos de solución frente a estos graves problemas.

15
Para una profundización del análisis de estos temas, ver: Charles Taylor, El multiculturalismo y la política
del reconocimiento, Fondo Económico de Cultura, México, D,F, 1993. También el trabajo de Will Kymlicka ,
Ciudadanía multicultural, Paidós, Barcelona, 1996.

16
Este parece ser uno de los más grandes embrollos a los que deben enfrentarse, en términos
prácticos y no simplemente declarativos, las instituciones y países que tienen como objetivo
la elaboración de políticas públicas relacionadas con el problema de las migraciones y las
acciones racistas, discriminadoras e intolerantes que se presentan en las sociedades. En ese
campo, todos los esfuerzos colectivos e individuales que se realicen a través de una
participación activa, redundará en la internalización y asunción de valores democráticos
basados en la tolerancia que impliquen: no tratar de prescribir taxativamente en términos
negativos y estigmatizantes a los migrantes, así como tampoco, pretender la asimilación de
manera forzada a la cultura dominante a quienes en una sociedad receptora se identifiquen
con una cultura distinta a ella, para de esa manera posibilitar que conserven sus identidades
culturales diversas. Con estas lógicas se asegurará una convivencia auténtica, con la menor
densidad de conflictividades sociales, ya que el tratamiento adecuado de las diferencias de
diversa índole en un marco de institucionalidad tolerante, podrá penetrar el tejido social y
expresará visiblemente la riqueza y los valores democráticos en contextos multiculturales.

EL TRAJIN DE LAS POLITICAS PUBLICAS

Una representativa cantidad de organismos internacionales como organizaciones no


gubernamentales vienen trabajando, desde hace varias décadas y en distintos ámbitos, en
una serie de programas y planes para lograr la implementación de políticas en materia de
respeto a los derechos humanos.

La inclusión y desarrollo de estos derechos en diferentes programas institucionales que


apoya buena parte de la comunidad internacional, mantuvo como objetivo final habilitar la
acción de los Estados sobre estos temas de derechos y establecer las pautas para lograr la
legitimación de las propuestas de las Naciones Unidas 16 a través de la generación de un
sistema de cooperación internacional con sus agencias especializadas, tanto en los espacios
de la sociedad civil como de los mismos Estados.

Debe considerarse especialmente que, más allá de la obligatoriedad de garantizar el libre y


pleno ejercicio de los derechos humanos que expresa el orden normativo interno para hacer
posible el cumplimiento de esta condición de los programas; dicha obligatoriedad

"comporta la necesidad de una conducta gubernamental que asegure la existencia,


en la realidad, de una eficaz garantía del libre y pleno goce y ejercicio de los
derechos humanos y el deber de implementar una política protectora de esos
derechos y prevención de su violación, la que debe traducirse en la adopción de
iniciativas, mediante el ejercicio de la potestad reglamentaria, orientada, entre otros
aspectos, a la formación profesional y regulación de procedimientos de control del
comportamiento de los funcionarios estatales, en particular de los encargados de
hacer cumplir la ley, la difusión del Contenido de las Convenciones ratificadas por
el Estado, la inserción de los temas de derechos humanos en los programas de
educación en los diferentes niveles del proceso formativo, la creación y el

16
Pinto, M: "El Derecho Internacional de los Derechos Humanos", en: Seguridad Nacional y Derechos
Humanos , Comisión Andina de Juristas, Lima, CAJ, 1999.

17
fortalecimiento de instituciones nacionales para la promoción y protección de los
derechos humanos" (Gonzalez 1999:72).

Dentro del marco referente a las poblaciones de migrantes, refugiados y desplazados, la


acción de los organismos se orienta a la implementación de sistemas de alerta y denuncia
frente a los recurrentes actos de racismo, xenofobia y discriminación, así como otras formas
conexas de intolerancia. Afirma además su accionar en la definición de políticas nacionales,
estrategias y acciones conjuntas que implementen las disposiciones de los DDHH en el
campo migratorio. Entre las iniciativas consolidadas por las Naciones Unidas en esta
materia, se destaca la adopción en 1990 de la Convención Internacional sobre la Protección
de los Derechos de todos los Trabajadores Migratorios y de sus Familiares. La Convención
abrió un nuevo capitulo en la historia de la labor emprendida para establecer los derechos
de los trabajadores migratorios y garantizar la protección y el respeto de esos derechos.
Constituye un tratado internacional de carácter global, inspirado en los acuerdos
jurídicamente vinculantes existentes; en estudios de las Naciones Unidas sobre DDHH; en
conclusiones y recomendaciones de reuniones de expertos y en los debates celebrados y las
resoluciones aprobadas en los órganos de las Naciones Unidas sobre la cuestión de los
trabajadores migratorios.

En la última década, este organismo también ha participado en muchas otras actividades


vinculadas a las migraciones17 . Actualmente se destaca la función del Consejo Económico
y Social (ECOSOC) en vistas de preparar la Conferencia Mundial contra el Racismo, la
Discriminación Racial, la Xenofobia y Otras Formas Conexas de Intolerancia en el año
2001.

Como ya se señaló, la cooperación internacional constituye un eje esencial para el


cumplimiento de los DDHH y libertades fundamentales, elemento clave en la lucha contra
el racismo, discriminación racial, xenofobia y otras formas conexas de intolerancia. En
líneas generales, los principales instrumentos adoptados 18 por el conjunto de organismos
internacionales sobre esta temática, son los siguientes:

• Convención de las Naciones Unidas para la Eliminación del Racismo y la


Discriminación Racial.
• Convención 111 de la OIT sobre Discriminación.
• Convención de 1951 y el Protocolo de 1967 relativo al Estatus de los Refugiados.
• Convención Internacional de 1990 sobre la Protección de los Derechos de Todos los
Trabajadores Migrantes y miembros de sus Familias.

17
A modo de ejemplo: Conferencia Mundial de Derechos Humanos celebrada en Viena en 1993; la
Conferencia Internacional sobre Población y Desarrollo, El Cairo 1994; la Cumbre Mundial sobre Desarrollo
Social, Copenhague 1995; y, la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer, Beijing 1995. En todas ellas se
abordó la cuestión de las migraciones internacionales.
18
Estas declaraciones surgen porque existen ciertos asuntos de carácter moral, político, preventivo, etc, que
no son asumidos por los Estados como obligaciones de carácter jurídico internacional por medio de tratados,
pero que requieren un compromiso político, "y es por eso que las declaraciones o resoluciones adoptadas por
las organizaciones internacionales, adquieren una amplia dimensión de principios con importancia para las
relaciones internacionales, los cuáles pueden llegar a dar lugar a la adopción de instrumentos jurídicamente
obligatorios" (Ramírez Bulla,. 1997: 355)

18
• Convenciones 97 y 143 de la OIT sobre la Protección de los Trabajadores
Migrantes, entre otras, como la Declaración de la OIT de los Principios
Fundamentales y Derechos en el Trabajo.

Por último, se destaca el abordaje de un conjunto de políticas que incorporan la perspectiva


de las víctimas como premisa central, especialmente en atención a mujeres y niños,
víctimas en muchas ocasiones de múltiples formas de discriminación19

Paralelamente al impulso de estas propuestas de carácter universal, en el plano regional o al


interior de los Estados, los organismos internacionales han brindado asistencia a la
implementación de políticas en el campo de las migraciones. La OIT, por ejemplo, ha
ejecutado varios análisis de políticas y directivas en respuesta a solicitudes de los
mandantes sobre la aplicación o el mejoramiento de las políticas migratorias nacionales,
bilaterales y/o regionales, y también de asistencia a las organizaciones de trabajadores y de
empleadores 20 .

Por otra parte, las agencias de Naciones Unidas en conjunto con otros organismos
internacionales como la Organización Internacional para las Migraciones -OIM-, reunidos
en Costa Rica en septiembre del 2.000, han realizado un Foro Simultáneo, titulado: "La
Sociedad Civil, hacia nuevas formas de Cooperación"21 . El objetivo general del encuentro
apuntaba hacia la consolidación de un espacio de discusión y concertación sobre políticas y
acciones de las organizaciones de la sociedad civil en el hemisferio en torno a las
cuestiones de la migración internacional, con vistas a construir una agenda común que
incluya una adecuada articulación de las organizaciones y de los proyectos estratégicos en
América Latina.

Dentro de las propuestas consideraron esencial promover un mayor entendimiento y


compromiso de las acciones desplegadas sobre la relación existente entre migración y
desarrollo en el hemisferio, enfocando particularmente la atención en los problemas de la
globalización, los derechos humanos y el tráfico de migrantes a través de la concreción de
un programa de trabajo y mecanismos de seguimiento que contribuyan a enfrentar los
desafíos que la migración internacional impone a las organizaciones de la sociedad civil en
el hemisferio. Para que este marco se sustente, plantearon la necesidad de propiciar un
debate entre las organizaciones de la sociedad civil para potenciar una nueva relación, no

19
Por ejemplo se destacan las propuestas presentadas en "Further actions and initiatives to implement the
Beijing Declaration and the Platform for Action", 2000, que enfatiza acciones sobre la mujer trabajadora
migrante.
20
Entre los ejemplos recientes las misiones a Costa Rica y Nicaragua a fines de 1995 para ayudar a los
gobiernos en los esfuerzos emprendidos para hacer frente a las corrientes migratorias clandestinas entre
ambos países. También se han recibido peticiones de este tipo de asistencia por parte de los países de las
regiones del Caribe.
21
La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), a través del Centro Latinoamericano y
Caribeño de Demografía (CELADE- División de Población), y la Organización Internacional para las
Migraciones (OIM), realizaron un Simposio sobre Migración Internacional en las Américas. Para el presente
trabajo se tomarán en cuenta los objetivos propuestos en marco del Foro Simultáneo "La Sociedad Civil:
Hacia Nuevas Formas de Cooperación Hemisférica en el Tema Migratorio", San José de Costa Rica,
septiembre del 2000.

19
sólo entre las organizaciones hemisféricas, sino con los Estados y las instancias
multilaterales, que posibilite abrir caminos y formas de colaboración en el diseño y la
instrumentación de las políticas sobre migraciones internacionales.

Debe reconocerse también el trabajo realizado por diferentes organizaciones no


gubernamentales del continente. Su campo de acción se encuentra vinculado directamente
en aquellas áreas donde la actuación de los organismos internacionales queda limitada,
sobre todo en casos de discriminación, violencia o explotación contra migrantes
fundamentalmente no legales. Se destaca su función de enlace entre estos grupos y el
Estado, en términos de información de derechos y como mecanismo de presión frente a los
países receptores para que apliquen y ratifiquen más activamente lo dispuesto por los
organismos internacionales en esta materia. Inclusive, cabe señalar, que las organizaciones
no gubernamentales están insertas en la promoción de las normas internacionales sobre
DDHH, ya que han sido partícipes en su elaboración y en la presión que realizan sobre los
Estados.

Los campos de intervención de las políticas sociales

a) Trabajo, discriminación, abuso y maltrato laboral.

Una de las causas de la discriminación laboral de los flujos migratorios, radica en el


desconocimiento previo a la partida de las condiciones legales y de vida hacia el país de
destino. Esto se traduce en la aplicación de actos inhumanos o degradantes, sobre todo con
el migrante ilegal por parte de agentes privados y estatales. Las Naciones Unidas, frente a
este problema, han incitado a los Estados nacionales a establecer "condiciones
satisfactorias, equitativas y dignas" para los migrantes trabajadores y sus familiares
mediante la formulación de políticas sobre migración; intercambio de información con
otros Estados partes; suministro de información a empleadores trabajadores y sus
organizaciones acerca de las políticas, leyes y reglamentos relativos a la migración; y
asistencia a los trabajadores migratorios y sus familiares.

Por su parte, la OIT reconoce la explotación en el ámbito del trabajo. Hay explotación
cuando, por ejemplo, dicho trato tiene graves consecuencias pecuniarias o de otra índole;
cuando los trabajadores migrantes son sometidos a condiciones de trabajo y de vida muy
duras e intolerables o deben enfrentar peligros para su seguridad personal y su vida; se les
impone a los trabajadores la transferencia de sus ingresos sin su consentimiento; los
candidatos a la emigración son engañados para que acepten un empleo con promesas falsas;
los trabajadores migrantes sufren un tratamiento indigno o las mujeres sufren abusos o son
obligadas a ejercer la prostitución, etc. En tal sentido, propone la igualdad de trato entre los
trabajadores nacionales y los trabajadores migrantes, que supone desarrollar y fortalecer
determinadas instituciones, procedimientos y reglamentos nacionales relativos a la
contratación, empleo y regreso de la mano de obra extranjera, así como el establecimiento
de mecanismos para fomentar la integración de los trabajadores migrantes a largo plazo y
para regular las actividades de las agencias de empleo privadas. Esto supone luchar contra
la discriminación extraoficial o "de facto", que resulta en una desigualdad en el trato a los

20
trabajadores migratorios mediante la aplicación de normas internacionales en el marco de la
legislación constitucional y nacional de los Estados de acogida 22 .

Se pone énfasis al grupo de trabajadores ilegales, sobre todo en las medidas de expulsión a
las que se puedan ver expuestos por parte de los Estados. Importa entonces destacar la
relación entre la soberanía nacional y la migración indocumentada, o a los problemas
derivados de la trata de migrantes respecto a su falta de poder, que se traduce en
condiciones impuestas por la estructura burocrática administrativa de un país. En este
cometido la función habilitadora de la protección de los derechos humanos juega un papel
fundamental.

b) Salud, seguridad jurídica e igualdad de genero

Los organismos además han jugado un papel fundamental en la implementación de una


política que garantice la igualdad de trato en cuestiones como el empleo y la ocupación,
educación, salud, seguridad social y los derechos jurídicos, sindicales y culturales de los
trabajadores migrantes respecto a los nacionales. La integración y el multiculturalismo se
constituyen desde esta perspectiva en uno de los objetivos básicos de las políticas sociales
para crear una sociedad en la que todos los residentes puedan participar en igualdad de
condiciones a fin de crear una sociedad heterogénea estable y sin conflictos.

Para las Naciones Unidas ha cobrado vital importancia detenerse en la situación de las
trabajadoras migratorias 23 , ya que muchas de ellas han sido víctimas de la violencia, abuso
y explotación, sobre la base de diferencias de género y de una reglamentación de la mano
de obra informal en los Estados que muchas veces origina una dependencia de las
trabajadoras migrantes con el empleador. Han manifestado un llamamiento a los Estados
para que reconociera la vulnerabilidad ante la violencia y otras formas de malos tratos de
esas mujeres y que tomaran medidas positivas para reglamentar la actuación de las agencias
de contratación privadas de trabajadoras migratorias. Además, que se establecieran
programas de asistencia jurídica, social y educacional para las mujeres migrantes y que se
cumplan las normativas laborales para este sector, pues generalmente escapan a la
protección de las disposiciones laborales y en particular del Código de Trabajo, sin
discriminación de nacionalidad, raza, religión o sexo.

Otro sector vulnerable lo constituyen los niños, en especial los niños desplazados. En tal
sentido, se recurre a la cooperación y solidaridad internacional para apoyar la aplicación de
todos los instrumentos internacionales en forma prioritaria.

c) Discriminación, racismo e integración cultural

22
Documento presentado a la Subcomisión de Prevención de Discriminaciones y Protección a las Minorías
por la OIT en 1995.
23
Pese a que muchos países han adoptado estrategias nacionales para la aplicación de la Declaración y
Plataforma de Acción de Beijing, inclusive recomendaciones de política generales y planes concretos de
acción, el mejoramiento de la condición de la mujer y el fomento de la igualdad entre los géneros han sido
lentos y desiguales. La violencia contra la mujer y la niña en todas sus formas es un problema persistente en
todos los países, obstaculiza la integración social y el aumento de la igualdad entre los géneros e impide que
la mujer disfrute plenamente de sus derechos humanos.

21
Dentro de las propuestas de intervención en materia de integración social de los migrantes,
las Naciones Unidas y sus agencias especializadas promulgan el derecho a la libertad de
pensamiento y expresión; de conciencia y de religión en todas sus formas, sin sometimiento
a coacción alguna, salvo las establecidas por la ley que son necesarias para proteger la
seguridad, el orden, la salud y la moral públicos o los derechos y las libertades
fundamentales de los demás.

Otras medidas apuntan a prevenir toda apología del odio nacional, racial o religioso que
constituya incitación a la discriminación, la hostilidad o la violencia por medio del
establecimiento de estereotipos, prejuicios, racismo, xenofobia, ignorancia y discriminación
institucionalizada y la indiferencia frente a significados despectivos tendientes a justificar
las distinciones entre los "nacionales" y los no nacionales o migrantes. A esos usos
corresponderían una serie de representaciones que deben ser desentrañadas por medio de
acciones concretas de promoción decidida de los DDHH y la democracia. También se pone
énfasis al respeto de la identidad cultural de los trabajadores migratorios y de sus
familiares. Para los hijos de los trabajadores migratorios, se establece el derecho a tener un
nombre, registro de su nacimiento y a tener una nacionalidad, así como el acceso a la
educación en condiciones de igualdad de trato con los nacionales del Estado de que se trate.

Cruzadores de fronteras, educación y multiculturalismo

En el panorama de las sociedades globalizadas se dibuja cada vez con más fuerza una
oposición entre incluidos y excluidos. Los cruzadores de frontera 24 , entiéndase migrantes,
desplazados, refugiados, se encuentran dentro de este segundo grupo ya que sus
condiciones de permanencia y derechos elementales son completamente desfavorables
respecto de la sociedad o grupo que los acoge. En este sentido, es importante indagar hasta
qué punto los estados latinoamericanos y los organismos internacionales están fomentando
políticas educativas basadas en los derechos humanos, la tolerancia y la equidad,
incorporando para el efecto la dimensión del muticulturalismo en los sistemas educativos.

Si partimos de la premisa que los centros de enseñanza son un reflejo de la sociedad, en


ellas se presenta, inexorablemente, las contradicciones y tensiones socio-económicas y
culturales de ésta contiene. Un sistema educativo, al ser parte de la institucionalidad
nacional, también es responsable de la generación de distintas imágenes y figuras
discursivas que se establecen sobre el “otro”; son una fuente de creación de narraciones que
se construyen sobre los migrantes, los extranjeros, los advenedizos, y por lo general están
siempre enmarcadas o estigmatizadas en términos de inferioridad y por ende de exclusión.

En este contexto, es necesario detenerse brevemente en la noción de narrativas culturales


que van construyendo las identidades. Como señala McLaren (1997) las narraciones forman
un contrato cultural entre los individuos, los grupos y nuestro universo social. Si las

24
Tomamos este término de los aportes hechos por Hicks y Giroux quienes hablan de “escrituras fronterizas”
y “pedagogía fronteriza” haciendo alusión a fronteras culturales y no físicas que las personas cruzan ya sea de
manera voluntaria, otros forzadamente, y los que literalmente son disparados en su intento de cruzarla
(cf.McLaren, 1997:111-175).

22
narraciones dan significado a nuestras vidas, necesitamos comprender qué son esas
narraciones y cómo han logrado ejercer tal influencia sobre nosotros y los estudiantes.
Plantea que todas las identidades culturales presuponen una determinada intencionalidad
narrativa y están formadas por historias particulares. Así, las identidades son en parte
resultado de la narratividad de la vida social.

Según este autor, utilizamos diferentes tipos de narraciones para explicar diferentes tipos
de historia, pero también sancionamos determinadas narrativas y descalificamos otras por
razones ideológicas o políticas. A grandes rasgos, nuestras identidades narrativas
determinan nuestra acción social como agentes de la historia y las limitaciones que
colocamos en las identidades de los otros. En otras palabras, las narraciones pueden
convertirse en posibilitadores políticos de la transformación social, o pueden utilizarse
como estrategias de contención que colocan “la diferencia en discursos epistemológicos
cerrados” (ibid: 113-114).

Las narrativas que los países receptores han construido en torno a los cruzadores de frontera
se caracterizan por ser estigmatizantes, discriminadoras y racistas, aplicándose políticas
restrictivas que violan ciertos principios fundamentales de los derechos humanos, como es
el acceso a la educación25 , y, adicionalmente, dichas narrativas fomentan en los estudiantes
valores xenofóbicos y de intolerancia para y hacia con los “otros”. Como señala Schmelkes:

La creciente conciencia a nivel mundial de la necesidad de una educación para


los derechos humanos, la paz y la comprensión internacional obedece entre otras
cosas al aumento de actitudes como la intolerancia, la xenofobia y el racismo 26 .
Mas recientemente se constata el surgimiento de un ataque renovado a la
universalidad de los derechos humanos que amenaza con destruir los logros de la
lucha de las últimas décadas para construir una sociedad internacional sobre la
base de valores comunes (1998:6).

Sin embargo, a partir de la década de los 90, América Latina y el Caribe (ALC) han sufrido
una profunda transformación educativa. Para entender dicha transformación, y saber cómo
se ha ido incorporando la noción de “educación para todos y todas”, es necesario pasar
brevemente revista de las políticas emprendidas a inicios de los 80.

25
La cuestión de la educación convertida en un derecho es una de las demandas sociales acogidas tanto en la
declaración Universal de los Derechos Humanos (art.26) como en el Pacto Internacional de Derechos
Económicos, Sociales y Culturales (art.13). El sentido de este derecho apunta, por una parte, a garantizar la
igualdad de oportunidades en el acceso, permanencia, equidad y eficacia a la educación en sus distintos
niveles, esto es, ampliar la cobertura del sistema educativo de cada país, y, por otra, a comprometer a los
Estados a orientar esa educación en función del respeto a la dignidad de cada cual y propiciar conductas y
acciones que fomenten la comprensión y la tolerancia mutua.
26
En América Latina se comienza a hablar de educación en derechos humanos a partir de la década de los
ochenta una vez que se hicieron públicos los hechos de violencia ocurridos en los gobiernos de facto sobre
todo en el sur del continente. En este sentido “educar en derechos humanos en la escuela se concibe así como
una tarea preventiva (una forma de asegurar el nunca más), pero también como una tarea reparadora. Este
contexto de violencia que caracterizó a América Latina es el que hace surgir la necesidad de programas
educativos para los derechos humanos. Esto se concibe como un primer paso para ir logrando sociedades
democráticas, justas y participativas” (cf. Schmelkes,1998:6-7).

23
a) Políticas educativas y Derechos Humanos: una difícil pero necesaria
construcción

El desarrollo educativo en América Latina a principios de los ochenta estuvo marcado por
políticas y estrategias que permitieron extender diversos programas. Así, el desafío
principal era su expansión a la mayoría de la población, dando prioridad a la atención de los
grupos de población más desfavorecidos y vulnerables: pobreza crítica, indígenas,
analfabetos de 15 o más años de edad, jóvenes y niños del medio rural, menores de 6 años
en situaciones excluyentes y niñez con discapacidad. A inicios de esta década se elabora y
se aprueba el “Proyecto Principal de Educación para América latina y el Caribe” (PPE)27 ,
el mismo que ha sido reforzado periódicamente para adaptarse a los nuevos desafíos,
problemas y transformaciones producidas en la región28 .

La década de los 90 se caracterizó por el desarrollo de políticas orientadas a la


transformación profunda del modelo educativo -en los aspectos pedagógico e institucional-
y en los diferentes niveles del sistema educativo. Las nuevas políticas se orientaron hacia
cambios cualitativos del sistema para lograr una mayor calidad con equidad 29 . Sin embargo,
la cobertura de la educación a la mayoría de la población, la diversificación tecnológica o la
igualdad en el acceso no garantiza que esos conocimientos estén orientados desde una ética
de derechos humanos. Como señala Salvat (1998): “estos aspectos no pueden garantizarnos
la recreación de una cultura democrática y una ciudadanía donde los valores de la
tolerancia, la discusión racional, el argumento, el respeto a la diferencia, el derecho a la
palabra sin discriminaciones, la solidaridad, sean, entre otros, los ejes maestros del proceso
de aprendizaje y socialización” (Salvat, 1998:26).

Es a partir de las reuniones de Kingston (1996) donde se adoptan los principios y


presupuestos del informe de la UNESCO sobre la educación para el siglo XXI, llevando a
cabo una reflexión sobre los desafíos que se deberán enfrentar en función de las exigencias
de “una educación para todos a lo largo de toda la vida” y la creación de una cultura de paz

27
Este documento fue elaborado a petición de los Ministros de la región reunidos en México en 1979 y
aprobado en 1981 en la 21 reunión de la Conferencia General de la UNESCO. No está por demás señalar que
la UNESCO ha contribuido de forma preponderante al desarrollo educativo de la región
28
Dichos cambios y necesidades fueron expuestos principalmente en las conferencias Regionales de
Ministros de Educación y Encargados de la Planificación Económica (MINEDLAC V, México 1979;
MINEDLAC VI, Bogotá 1987; MINEDLAC VII, Kingston 1996) y en las reuniones del Comité
Intergubernamental del Proyecto Principal en la esfera de la Educación de América Latina y el Caribe
(PROMEDLAC III, Bogotá 1987; PROMEDLAC IV, Guatemala 1989; PROMEDLAC V, Quito 1991;
PROMEDLAC VI, Santiago 1993; PROMEDLAC VII, Kingston 1996).
29
Este objetivo que se planteó en la reunión de Quito (1991), recogió los planteamientos esenciales de la
Conferencia Mundial de Educación para Todos (Jomtien 1990) y de la Cubre Mundial en Favor de la infancia
(Nueva York 1990). En la reunión de Jomtien, se planteó que: “una activa tarea debe llevarse a cabo para
modificar las desigualdades educacionales y suprimir las discriminaciones en el acceso a las oportunidades de
aprendizaje de los grupos desamparados: los pobres, los niños de la calle y los niños que trabajan; las
poblaciones remotas y rurales; los trabajadores nómadas e itinerantes; los pueblos indígenas, las minorías
étnicas, raciales y lingüísticas; los refugiados; los desplazados por la guerra y los pueblos invadidos”( literal
4. Art. III. Universalizar el acceso y promover la equidad).

24
basada en la práctica de la tolerancia, la aceptación de las diferencias y la búsqueda de una
solución pacífica a los conflictos 30 .

En esta reunión se establece que la paz, la democracia y el desarrollo han de ser el


fundamento de los nuevos procesos educativos que han de conseguir que los individuos
participen y sean actores de su propio desarrollo, reconozcan la identidad y la legitimidad
de los otros y actúen solidariamente. En Kingston surgen dos desafíos importantes:
introducir cambios educativos en la perspectiva de una educación para todos a lo largo de
toda la vida que conjuguen calidad con equidad, e incorporar un profundo sentido ético en
el proceso educativo basado en tres principios:

a) el ejercicio de la ciudadanía de todos los habitantes sin exclusión


b) el dominio pleno de los códigos de la modernidad, entendidos como lenguajes y
competencias básicas para participar en la vida pública y productiva
c) la creación de una profunda actitud ética y moral de respeto por sí mismo y por el otro

Adicionalmente se establecieron una serie de orientaciones para ser incorporadas en las


políticas nacionales, entre las cuales resaltamos la necesidad de introducir los valores
fundamentales del ser humano a la agenda de transformación educativa para el logro de la
democratización y la cultura de paz31 . También se ratifica la necesidad de promover la
educación a lo largo de toda la vida para un aprendizaje continuo, incorporando la
educación permanente y de adultos en el conjunto del sistema educativo, formulando
estrategias de alfabetización -especialmente para poblaciones indígenas y de mujeres- y
diseñando estrategias para mejorar la oferta educativa orientada a jóvenes con
requerimientos de educación formal y continua. Se reconoce la imperiosa necesidad de
incluir a los excluidos, dando oportunidad a los jóvenes que han quedado al margen
de las oportunidades que se brindan para culminar el proceso educativo y a los niños
y jóvenes de familias migrantes.

Es importante destacar que en esta reunión vuelven a aparecer temas que fueron prioridad
en la década pasada. Se recupera con mayor fuerza el significado ético de la educación para
asegurar una mayor equidad y una construcción de la identidad cultural. Se enfatiza la
necesidad de que las políticas educativas incluyan a los excluidos, no tanto a través de
medidas compensatorias como ocurría en el pasado, sino introduciendo modificaciones en
el sistema educativo común que permita ajustar la enseñanza a las diferencias individuales,
sociales y culturales. Vuelve a destacarse la importancia de fortalecer la función del Estado
para asegurar la igualdad de oportunidades.
30
Las recomendaciones de esta reunión estuvieron en consonancia con principios fundamentales derivados de
otras reuniones internacionales: Conferencia Mundial sobre “Necesidades Educativas Especiales: Acceso y
Calidad” (1994); Conferencia Mundial sobre la mujer (Beijing 1995); Cumbre Mundial Sobre Desarrollo
Social (1995). Recojo los principales puntos de la reunión de Kingston que constan en el documento
preparado por la Oficina Regional de Educación para América Latina. UNESCO, Santiago, con motivo de la
cumbre de las Américas. Santiago, Chile (abril 1998)
31
Es una cultura fundada en la tolerancia, la convivencia y la solidaridad cotidiana, es una cultura que respeta
los derechos de todos -este principio de pluralismo garantiza la libertad de opinión- y se orienta a prevenir los
conflictos en sus raíces, concediendo toda importancia debido a los nuevos peligros que, sin tener un carácter
bélico, se ciernen sobre la paz y la seguridad: por ejemplo, la exclusión, la pobreza extrema y el deterioro del
medio ambiente. (cf.UNESCO, 1999:21).

25
Sintetizando, en Kingston se amplía el foco de atención hacia las capacidades relacionadas
con el aprendizaje y las culturas; el acceso y dominio de tecnologías de información; el
equilibrio personal y la relación interpersonal, basadas en el respeto por uno mismo y la
legitimidad del otro y el desarrollo de un profundo sentido ético para afrontar un mundo
competitivo y en permanente cambio. Se plantea que una educación de calidad con equidad
implica también respetar y tener en cuenta las diferencias sociales, culturales e individuales.
Los niños y las niñas con necesidades especiales y los de diferentes etnias, lenguas y
culturas suelen tener una escolarización segregada que no favorece su adecuado desarrollo
y plena participación en la sociedad.

Desde esa perspectiva, si bien el tema de la diversidad y la integración ha estado presente


en las reuniones realizadas durante la última década, sigue siendo un asunto pendiente en la
región. En tal medida, es preciso avanzar hacia el desarrollo de escuelas inclusivas donde
todos los niños aprendan juntos, adaptando el currículo 32 y la práctica educativa a la
diversidad de necesidades de aprendizaje de los alumnos. Una educación inclusiva es un
paso esencial para la construcción de sociedades que respeten y valoren las diferencias.
Pero, ¿cómo lograr tal objetivo?

b) La inclusión y la pedagogía crítica multicultural como bandera de lucha

José Riviero (1998) retomando algunos postulados de “la educación encierra un tesoro”
(Delors, Unesco, 1995) puntualiza cuatro aprendizajes fundamentales o pilares del
conocimiento, indispensables para el funcionamiento de la demanda educativa del próximo
milenio: Aprender a conocer, Aprender a hacer, Aprender Ser y Aprender a Vivir Juntos.
Sobre los dos últimos más detalladamente plantea que:
APRENDER SER es un pilar que tiene relación directa con la necesidad de construir
democracias genuinas, con ciudadanos conscientes y solidarios, y;
APRENDER A VIVIR JUNTOS es la clave para la construcción de la paz y de un mundo
tolerante. Para eso es necesario la creación de nuevos sistemas educativos que desarrollen
un mejor conocimiento de los demás, de su historia, de sus tradiciones y costumbres, de sus
lenguas y de su espiritualidad. Aprender a convivir alentará la realización de proyectos
comunes y una gestión pacífica e inteligente de los conflictos entre personas y países.

Por su parte Rosa Blanco (1999) plantea que una mayor equidad es un factor fundamental
para conseguir un mayor desarrollo y una cultura de la paz basada en el respeto y
valoración de las diferencias y en la tolerancia. Difícilmente se puede aprender a respetar
las diferencias si no se convive con ellas, si las diferencias de cualquier tipo se obvian y se
excluyen. Un mayor nivel de equidad implica avanzar hacia la creación de escuelas que
eduquen en la diversidad y que entiendan ésta como una fuente de enriquecimiento y de
mejora de la calidad educativa.

32
Una de las recomendaciones de la reunión de Kingston plantea que “...el currículo nacional deberá
promover la formación de valores y actitudes no discriminatorias y anti-racistas, como también valorizar las
contribuciones pasadas y presentes que la diversidad étnica y cultural hace a la identidad nacional” (Art. IV.
La democracia y la cultura de Paz en la educación: incorporar los valores fundamentales del ser humano a la
agenda de la transformación educativa, literal. 20).

26
En efecto, el principio rector del Marco de Acción de la Conferencia Mundial sobre
necesidades especiales (Salamanca, 1994) planteó que todas las escuelas deben acoger a
todos lo niños independientemente de sus condiciones personales, culturales o sociales;
niños discapacitados o bien dotados, niños de la calle, de minorías étnicas, lingüísticas o
culturales, de zonas desfavorecidas o marginales, lo cual plantea un reto importante para los
sistemas escolares. La autora antes mencionada plantea que para conseguir una cultura de la
paz y la tolerancia sólo será posible, en gran medida, si se educa a los futuros ciudadanos
en la integración, el respeto y la valoración de las diferencias, si tiene la oportunidad de
conocer y convivir con personas que tienen dificultades, situaciones y modos de vida
distintos y se establezcan lazos de cooperación y solidaridad que beneficien y enriquezcan a
todos. La necesidad de proporcionar una educación para todos a lo largo de la vida ha de
tener como objetivo fundamental incluir a los excluidos y alcanzar a los inalcanzables, es
decir, la educación inclusiva.

Para Blanco (ibid), la inclusión implica que todos los niños de una determinada comunidad
aprendan juntos independientemente de sus condiciones personales, sociales o culturales.
Se trata de lograr una escuela en la que no exista “requisitos de entrada” ni mecanismos de
selección o discriminación de ningún tipo; una escuela que modifique substancialmente su
estructura, funcionamiento y propuesta pedagógica para dar respuesta a las necesidades
educativas de todos y cada uno de los niños y niñas, incluidos aquellos que presentan una
discapacidad.

La educación inclusiva implica una visión diferente de la educación común basada en la


heterogeneidad y no en la homogeneidad. La atención a la diversidad es una
responsabilidad de la educación común porque las diferencias son inherentes al ser humano
y están presentes en cualquier proceso de enseñanza-aprendizaje.

La condición más importante para el desarrollo de escuelas inclusivas es que la sociedad en


general y la comunidad educativa en particular tengan una actitud de aceptación, respeto y
valoración de las diferencias. La respuesta a la diversidad implica, además de lo señalado,
un currículo amplio, flexible que se pueda diversificar a las diferencias socioculturales e
individuales, y, también tiene que ser equilibrado en cuanto al tipo de capacidades y
contenidos que contempla. Así por ejemplo, para el caso de los niños y niñas de otras etnias
o culturas, niños migrantes, niños de la calle, etc, la tendencia es adecuar el currículo oficial
a sus características y necesidades, respetando los mismos objetivos generales, y haciendo
algunas modificaciones en los contenidos, estrategias y medios de enseñanza, para que el
aprendizaje sea más significativo y funcional para ellos.

Los ajustes más frecuentes en relación con los contenidos suelen ser la selección de los
contenidos más esenciales de cada área curricular, o dar prioridad a algunos de ellos, o la
introducción de algunos aprendizajes más ajustados a sus necesidades. Hay que tener en
cuenta que los niños migrantes, de la calle o niños trabajadores concurren poco tiempo a la
escuela y tienen unas condiciones de vida muy difíciles y peculiares, por lo que es
necesario seleccionar los contenidos más relevantes del currículo oficial, o dar prioridad a
determinados aprendizajes que son más funcionales para ellos y que contribuyen a mejorar
su calidad de vida y su inserción en la sociedad. La respuesta a la diversidad como todo

27
proceso de innovación afecta a la globalidad e implica cuestionar la práctica educativa
tradicional, introduciendo cambios substanciales en la misma 33 .

En este contexto, si bien todavía hay mucho que desarrollar, en los últimos tiempos han
surgido narrativas 34 que empiezan a cuestionar un modelo educativo que no incorpore
políticas que eliminen la discriminación racial, religiosa o cultural. En otras palabras, se
necesita tener en cuenta la situación de las minorías, los indígenas, negros, migrantes y
otros grupos vulnerables.

Como se ha dicho anteriormente, lo que se busca es una educación para todos, es decir
políticas educativas inclusivas, lo cual implica proceder a una revisión de los currículos,
textos, materias, juegos educativos, de la relación alumno-profesor y el rol de cada uno,
para eliminar todo elemento que fomente el racismo, la discriminación racial, la xenofobia
y toda forma conexa de intolerancia. Y sobre todo tener en cuenta la situación de los
migrantes enfatizando las contribuciones que ellos han hecho y pueden hacer para el
desarrollo humano y el desarrollo de cada país en particular35 .

Finalmente, para terminar este acápite es necesario retomar cierto postulado teórico que ha
estado implícito en estas líneas. Nos referimos a la necesidad de construir una pedagogía
crítica multicultural36 . Bajo esta perspectiva se entiende que las representaciones de la raza,
el sexo y el género son el resultado de amplias luchas sociales sobre signos y significados,
ya que de esta forma se enfatiza, no sólo el juego textual o la representación metafórica
como una forma de resistencia (como es el caso del multiculturalismo liberal de
izquierdas), sino que se hace hincapié en la tarea central de transformar las relaciones
institucionales, culturales y sociales en la que los significados son generados (cf. McLaren,
ibid:155).

En este sentido, al hablar de una educación inclusiva que incorpore el enfoque multicultural
estamos haciendo alusión a la necesidad de producir identidades fronterizas, las cuales se
crean sin empatía por los otros mediante una conexión apasionada a través de la diferencia.
Dicha conexión es fomentada por una imaginación narrativa que posibilita establecer
criterios entre nuestras propias historias y las historias de “otros”. La identidad fronteriza
requiere de una “dialéctica de la diferencia” que se refiere a la formación de las
subjetividades de resistencia, es decir, de las subjetividades que son capaces de resistir a las
tendencias absolutizantes de un mundo patriarcal, hegemónico, racista y clasista que se

33
En 1992 UNESCO creó la Red de Escuelas Asociadas, las mismas que han estado trabajando por el
entendimiento internacional, a través de la educación para la paz, los derechos humanos y la democracia,
impulsando el “aprender a vivir juntos”. Dicha red fue creada para “movilizar a todas las escuelas del mundo
en la realización de proyectos pilotos destinados a fortalecer el papel de la educación en la promoción de una
cultura de paz y tolerancia”. A la fecha existen más de 5000 Escuelas Asociadas repartidas en todos los países
y en todos los continentes (cf, Juáregui, 1999:88-95)
34
Narrativas impulsadas principalmente por los defensores de los derechos humanos. Nuevamente la
UNESCO aparece, entre otras entidades, como el organismo que lleva el embanderamiento de esta causa.
35
Para una lectura detenida de todas las peticiones y propuestas realizadas, ver: Borrador de Declaración de
Santiago (2000), y Migración, Refugiados y Xenofobia. Elementos para un programa de acción. Hacia la
Conferencia Mundial del 2001 contra el Racismo y la Xenofobia (noviembre 2000).
36
Las reflexiones que continuación se hacen se basan en el inquietante trabajo de McLaren (1997) Pedagogía
Crítica y cultura depredadora. Políticas de oposición en la era posmoderna.

28
fundamenta así mismo en la noción de una identidad fija y positiva y en roles específicos de
género basados en esta fijación positiva (ibid).

Yendo un poco más lejos, Hicks (1998) al hablar sobre “escrituras fronterizas” entendía
éstas como una estrategia anticentrante en la que las narraciones fronterizas son
descentradas, de manera que no hay una identidad entre el lector y el carácter individual,
sino una invitación a escuchar una voz de una persona que proviene de un montón de
códigos de los que emergen los caracteres y los acontecimientos. La autora basa su
concepto de escritura fronteriza en lo que denomina las culturas fronterizas heterogéneas de
América Latina y en sus relaciones con la literatura latinoamericana contemporánea. Así, lo
que sugiere McLaren es que:

“...los profesores y estudiantes aprendan a representarse a sí mismos


mediante una forma de escritura fronteriza en la que las narraciones que
constituyen para ellos mismos en relación con el otro están efectivamente
desterritorializadas políticamente, culturalmente y lingüísticamente, de
manera que los tropos de significado a través de los que la subjetividad es
construida no consiguen dominar al otro. Construir identidades fronterizas es
renunciar a adoptar una única perspectiva vinculada con la dominación
cultural” (1997:134).

La pedagogía crítica multicultural debe construir una praxis de identidad fronteriza en la


que los sistemas binarios de pensamiento, -por ejemplo, blanco vs. negro; blanco vs. indio;
nacional vs. migrante-, ya no puedan organizar la propia política. El reto es crear lo que
Trint T. Minh ha llamado “un multilugar cambiante de resistencia” donde no prosperen
simplemente las estrategias alternadas y homogeneizadas de rechazo, afirmación,
confrontación y oposición bien enraizadas en una tradición de la contestación.

Bajo esta mirada, el concepto de multiculturalismo ya no es simplemente una noción


que ni endosa la idea de una yuxtaposición de culturas, ni suscribe ese tipo de actitud del
“blando pote de mezclas” que nivela todas las diferencias; sino que es la aceptación
intercultural de riesgos, retornos inesperados y complejidades de relación entre la ruptura y
la conclusión. La idea es desarrollar una estrategia de identidad que se fundamente no sólo
en las “diferencias fijadas, sino en la transformación de lenguajes y espacios de operación
para evitar tanto la invisibilidad como la asimilación (cf.ibid:138).

Por último, si los profesores, ejerciendo sus funciones pedagógicas sirven para mediar entre
la sociedad anfitriona y las culturas étnicas de sus estudiantes, ¿hasta qué punto las
narraciones que los profesores usan para mediar entre las narraciones dominantes y las
contranarraciones, o las narraciones de la diferencia, están pobladas de discursos
nacionalistas, intolerantes y corporativos de la cultura dominante?

Esta cuestión subraya la importancia de invitar a los propios estudiantes a convertirse en


mediadores de sus propias narraciones y a asumir la autoridad narrativa de sus propias
vidas, adoptando una perspectiva metacultural a partir de la cual puedan llegar a ser críticos
con ambas culturas. Por supuesto, la narrativa implícita y la imaginación insurgente que les
invita a asumir el rol de mediadores metaculturales es lo que explica la historia de la

29
esperanza y la liberación. Dicha narrativa no debe generar conclusiones prematuras sobre el
significado de la emancipación o simplemente añadir la continua lucha por la libertad a una
gastada tradición radical. Se puede utilizar para alcanzar dicho objetivo, animando a los
estudiantes a ser implacablemente autocríticos al examinar sus propias asunciones y
reconocer cuando una práctica de la liberación sirve inconscientemente para recontener la
opresión. Se necesita crear estudiantes con una conciencia reflexiva intersubjetiva, lo que
Paulo Freire llamaba conscientización.

Indemnizaciones y reparaciones

De acuerdo a lo promulgado por el Borrador de la Declaración de Santiago, "toda victima


de violación en DDHH tiene derecho a obtener reparación sin ninguna distinción
perjudicial, restitución, indemnización, compensación y rehabilitación por motivos de raza,
color, género, orientación sexual, edad, idioma, religión, creencias religiosas, origen
nacional, étnico o social, situación económica, nacimiento, situación familiar o de otra
índole o de impedimento físico"37 .

A las Naciones Unidas les interesa particularmente las situaciones que han generado la
privación arbitraria de bienes, ya sean de propiedad personal exclusiva o en asociación con
otras personas. En ese caso, la persona interesada tendrá derecho a una indemnización justa
y apropiada. Esto se extiende a la detención o prisión ilegal. Cuando ello ocurra, la
autoridad judicial, administrativa o legislativa competente, o cualquier otra autoridad
idónea prevista en el sistema jurídico del Estado, debe decidir sobre la procedencia de la
demanda de toda persona que interponga tal recurso, y que se amplíen las posibilidades de
obtener reparación por vía judicial.

En el ámbito latinoamericano, las deficiencias de los Estados en esta materia se deben


principalmente a la inoperancia de la normativa jurídica llevada a la práctica, en la medida
que existe una ruptura entre los postulados, ese "deber ser" y las prácticas operantes. La
posibilidad de obtener un fallo favorable cuando se ven violados los derechos humanos y se
requiere reparación, se ve obstaculizada, no sólo por la existencia de operadores o
funcionarios de justicia con insuficientes niveles de preparación jurídica, sino también
porque el juzgamiento está condicionado a otros factores ilegítimos que operan en la
práctica como las influencias personales, económicas o políticas, la corrupción, etc,
aspectos que vulneran la ejecución de un fallo imparcial y justo 38 .

ESCENARIOS DE COMPLEJIDAD: DIFICULTADES Y LIMITACIONES

La institucionalización de las políticas de derechos humanos al interior de los Estados.

En el campo de aplicación de los pactos y convenciones realizados por los organismos


internacionales, aún cuando estos tengan un efecto inmediato en el derecho interno de los
Estados y aún cuando hayan sido ratificados, la aplicación de los mismos exige

37
Inciso 20
38
Para ampliar este tema se recomienda "El Derecho a la reparación en el procesamiento penal", INREDH,
CAPAM, Serie de Investigación N°3, Quito, 2.000

30
transformaciones o adecuaciones del derecho interno. De esta forma, los propios individuos
podrán invocar y apelar a ellos en casos de incumplimiento.

Generalmente, las Constituciones latinoamericanas han otorgado a los tratados y


convenciones de DDHH ratificados un valor superior a la ley común; por tanto, reconocen
en esos derechos valores orientadores para la acción del Estado 39 . La paradoja se presenta
cuando la aplicación en el ámbito interno dista mucho de los éxitos sostenidos en el ámbito
internacional. Abregú sostiene que "nos enfrentamos a una paradoja histórica que nos
muestra que si el desafío de la posguerra era la internacionalización de los derechos
humanos como herramienta para un eventual destierro de los genocidios, el desafío de este
fin de siglo es la nacionalización de los derechos universales, como la única forma de
hacerlos efectivos en el ámbito interno 40 "

Uno de los problemas a los que se enfrenta el cumplimiento de los tratados internacionales,
es que se encuentra dominado por decisiones y presiones políticas y por la dificultad de
institucionalización de estas normativas. Se presenta además una debilidad visible en
instituciones estatales como la policía y los órganos de justicia, y en la adecuación y
aplicación de sus legislaciones nacionales a los requerimientos del derecho internacional.
Son factores conducentes a que en el ámbito de los individuos, exista una distancia entre el
carácter propositivo de los órganos internacionales en términos del "deber ser" y la
violación en la práctica de sus derechos.

Si estos problemas ocurren pese a la incorporación de las normas en DDHH en los sistemas
jurídicos internacionales, de igual forma se presentan obstáculos institucionales para lograr
la amplia ratificación con los instrumentos internacionales que se ocupan de los derechos
de los migrantes 41 . Y los que sí lo habían hecho, tampoco observan ni sus principios ni sus
disposiciones 42 . Como bien observa Antonio Cassese "todo el mundo sabe que el Estado
moderno es un aparato mastodóntico, extremadamente burocratizado y formalizado, en el
que, por lo tanto, la relación gobierno-ciudadano se ha vuelto intrincada y pocas veces
transparente. De ello nace la dificultad, para los Estados soberanos, de atenerse

39
De acuerdo al informe presentado por el PNUD en 1999 la mayoría de los países latinoamericanos han
ratificado los siguientes Acuerdos Internacionales clave:
-Convenio sobre el estatuto de los Refugiados, 1951.
-Pacto Internacional sobre Derechos Económicos, Sociales y Culturales. 1966
-Pacto Internacional sobre Derechos Civiles y Políticos.1966
-Convención Internacional sobre todas las formas de Discriminación Racial. 1969
-Convención sobre la Eliminación de todas las formas de Discriminación contra la mujer.1979
-Convención sobre los Derechos Políticos de las Mujeres. 1979
-Convención sobre los Derechos del Niño. 1989.
40
Abregú, M.,: "La aplicación del Derecho internacional de los Derechos Humanos por los tribunales locales:
una introducción", en: La aplicación de los tratados internacionales sobre derechos humanos por tribunales
locales, PNUD, Buenos Aires, 1998. p. 5
41
Al 31 de agosto de 1998, la Convención Internacional sobre la protección de los derechos de todos los
trabajadores migratorios y de sus familiares había recibido la ratificación o la adhesión de Colombia y la
firma de Chile y México.
42
Aunque los Estados han ratificado la Convención sobre el Estatuto de los Refugiados de 1951, en esencia el
primer tratado de derechos humanos, debe integrarse un concepto integrativo en la materia, más allá de la
protección de los refugiados, puesto que abarca a cada ser humano nacional o no bajo la jurisdicción de un
Estado

31
correctamente, día a día, a los preceptos internacionales sobre los derechos humanos"
(1993: 20) 43 .

En este escenario es de esperar que las acciones racistas y xenófobas continuarán por la
falta de compromiso ante el problema. Dentro de las medidas que pueden adoptar los
Estados, podrían desatarse acciones como: la restricción de los derechos de los migrantes,
el endurecimiento de los controles en las fronteras, y por ende, el beneficio indirecto a las
organizaciones ilegales de tráfico humano. Se contribuye así al aumento de los factores de
ilegalidad de los migrantes, la reducción de sus derechos, y por tanto, mayor vulnerabilidad
frente al Estado, frente a las organizaciones ilegales y empleadores abusivos.

Incremento de la pobreza y condiciones de vida en los países receptores de migrantes.

De acuerdo al informe presentado por CEPAL44 , los flujos migratorios intra


latinoamericanos se dirigen desde los países y regiones más deprimidos hacia las de más
desarrollo relativo. Pero en términos generales, los procesos actuales de reforma que se
exigen a los países para insertarse en los mercados mundiales en el marco del proceso de
globalización, impulsan a los gobiernos y empresas privadas a aplicar medidas de
reducción de costos laborales y fiscales de los productos que compiten internacionalmente.

Los recortes en el déficit fiscal se traducen en una disminución del empleo en el sector
público, y además, puede acompañarse de procesos de privatización de las empresas
estatales, que también redundan en mayores niveles de desempleo. Por su parte, el sector
privado incorpora nuevos procesos de racionalización en su gestión que contradice los
supuestos niveles de crecimiento que deberían traer aparejados los procesos de reforma
mencionados. En este contexto, se puede afirmar que en América Latina, el crecimiento
económico no es inclusivo de la fuerza de trabajo, más bien expulsor, pues ataca
especialmente a los estratos de bajo ingreso. Acompañando este proceso, debe agregarse las
medidas de flexibilización laboral y las reformas en los regímenes de trabajo, previsión y
seguridad social.

La migración responde en muchas ocasiones a un gran flujo de desocupados que se ven


forzados a migrar de su país de origen por las medidas y políticas descritas que se enmarcan
dentro de un modelo de desarrollo caracterizado por la exclusión, el desempleo, la
inequidad y la falta de certidumbre económica para sus poblaciones. Otra circunstancia
agravante de este proceso, es que los migrantes son utilizados por parte de las distintas
empresas nacionales y transnacionales empleándolos en forma precaria, es decir, exentos de
los beneficios que ampara el sistema de seguridad social. Por ello, se puede sostener que en
la actualidad en América Latina el problema de la pobreza y del desempleo no es solamente
originario de los países expulsores sino que se presenta también en los países receptores.

Frente a esta situación, urge brindar soluciones a los flujos migratorios transfronterizos, a
través de una política de control de fronteras clara y comprensible para todos. El objetivo

43
Cassese, A.: "Los derechos humanos en el mundo contemporáneo", Ed. Ariel, Barcelona, 1993. P. 260.
44
Di Fillipo, A., Franco, R.,: "Aspectos sociales de la integración regional" (Cap. I), en Las Dimensiones
Sociales de la Integración Regional en América Latina, CEPAL, Ed. Naciones Unidas, Santiago, 1999.

32
central debe ser evitar la anarquía de la oferta en el mercado laboral, la cuál sólo beneficia a
empresarios abusivos que priorizan una racionalidad extractiva basada en bajos costos de la
fuerza de trabajo, y trae como consecuencia el debilitamiento de los lazos de solidaridad
entre trabajadores por el acceso a las fuentes de trabajo. Paralelamente este proceso viene
acompañado de actitudes de racismo y discriminación con esta población por parte de los
trabajadores nacionales que ven en los migrantes un sector que atenta contra sus
posibilidades de sobreviviencia.

La vinculación entre precariedad del mercado de trabajo y pobreza no tiene discusión


justificativa, como tampoco que ésta última se encuentre asociada a la discriminación que
sufren la mayoría de las víctimas del racismo, xenofobia y otras formas conexas de
intolerancia y que estas prácticas aumenten las condiciones de pobreza, marginalidad y
exclusión social de grupos y colectividades con el peligro de que se reproduzcan y amplíen
en forma sistemática.

Vinculado a este escenario se vuelve prioritario señalar que muchos Estados utilizan las
crisis económicas como argumento que limita la consideración de los componentes del
problema migratorio en términos de derechos para esta población. Los dilemas se presentan
más complejos por la estrecha relación existente entre las crisis desatadas por la ejecución
de los programas de ajuste estructural45 y los modelos económicos vigentes, tanto en los
países expulsores como en los países receptores.

Nacionalismo y Soberanía

Los recientes cambios operados en el ámbito mundial sustentados por la globalización y la


creciente emergencia de flujos migratorios internacionales, constituye para algunos autores
la emergencia de un "mundo interméstico 46 ". Este emerge a consecuencia de un proceso
social que desafía a las viejas fronteras tradicionales en términos de lo interno y lo externo.
La supremacía de comunidades transnacionales y nuevas sociedades migratorias, la
evolución del Derecho Internacional y de los DDHH y sus mecanismos de protección, son
factores que inducen a concluir que en este nuevo mundo asistimos a un debilitamiento
progresivo del concepto clásico de soberanía nacional al interior de los Estados.

Pero, paralelamente a este proceso global, y, en cierta forma homogeneizante, emergen al


interior de los estados corrientes políticas sustentadas en ideologías de corte nacionalista, 47

45
La implementación de programas de ajuste en América Latina dan cuenta de la brecha existente entre el
ajuste económico y el ajuste social, en la medida que los elementos que tienen en cuenta la dimensión humana
continúan siendo insuficientes, "razón por al cual dichos programas tienen una repercusión negativa sobre al
realización de los derechos económicos, sociales y culturales, particularmente respecto de los grupos más
vulnerables de la sociedad" (Marchán, 1997: 36). En este problema tienen también mucho que ver las
directrices de los organismos financieros internacionales.
46
Orozco, M.,: "La Política inmigratoria de los Estados Unidos: implicaciones en las relaciones
internacionales y la soberanía", en Cuaderno de Ciencias Sociales, N°98, FLACSO, Costa Rica, 1997
47
El nacionalismo se sostiene partiendo de una delimitación social y política del otro, es un fenómeno que por
su propia naturaleza es excluyente y que encuentra su realización en el ejercicio de la soberanía. Con este
punto de partida, basado en la diferencia, se crean las condiciones para el conflicto de identidades. Cuando
tiene su expresión al interior de los Estados "conlleva en muchos casos una carga significativa de odio y de
violencia" (Ramírez Bulla, 1999: 313).

33
que incitan y promueven conductas de miedo y rechazo frente a los grupos migrantes. De
esta forma, lo local se contrapone a lo global sobre la base de un mal entendimiento del
concepto de soberanía en los Estados nación. Las prácticas políticas sostienen diversos
discursos en torno a la seguridad nacional48 , específicamente en la protección de fronteras
ante supuestos "invasores", las que conforman escudos para enfrentar las cuestiones de
DDHH en el campo migratorio.

Estas medidas dan cuenta muchas veces del juego político del Estado y otros actores
sociales, quienes convierten a los inmigrantes en chivos expiatorios frente a la opinión
pública, al ubicarlos como causantes de todos los males como lo hemos advertido en
páginas anteriores.

Los medios de comunicación y la migración: indiferencias y algo más.

Este capítulo nos permitirá acercarnos a un tema que sin lugar a dudas ejerce influencia
local, nacional y regional en el tratamiento, las interpretaciones y las proposiciones que
surgen, sobre el tema de la migración, la discriminación y el racismo, entre las diferentes
instancias involucradas directa o indirectamente con este fenómeno social. El interés es
conocer cuál es el papel que cumplen los medios de comunicación, de qué manera están
abordando el tema de la migración y cómo pueden o no ejercer una influencia a través de
sus análisis, silencios, compromisos, estigmatizaciones, propuestas e indiferencias, entre
muchas otras posibilidades de accionar que tienen al respecto.

Para lograr este acercamiento miraremos en primer lugar algunas fundamentaciones y


conceptos que nos mostrarán el papel de los medios de comunicación, en especial la prensa
escrita, en el ejercicio de la democracia; su compromiso ético con la sociedad; la
responsabilidad social que tiene que ser asumida y las posibles mediaciones presentes en
estos procesos. En segundo lugar, realizaremos un análisis sobre el tratamiento, que
algunos periódicos de diferentes países del Cono Sur (nombrar los países y los peródicos),
le dan a informaciones relacionadas con la migración; miraremos la objetividad, la
discriminación, los silencios, los actores y hasta las estigmatizaciones que están presentes
en sus discursos de la prensa que en muchas situaciones recogen lo que en otras secciones
se ha denominado "culturas institucionales". Este último elemento es muy importante, pues
en términos propositivos de generan algunas líneas de acción para lograr que en la relación
medios – migración, existan más alianzas que enemistades e indiferencias.

Medios 1: poder y democracia

Los medios masivos de comunicación tienen una especial relación con el desarrollo social,
económico, cultural y político en sus países de origen; en muchas ocasiones ejercen una
clara influencia en el devenir de los pueblos, en la toma de decisiones, en la manera en que
los otros asumen o no una temática, un fenómeno o un problema. El poder que pueden
ejercer y su influencia en las sociedades es un tema tratado desde diferentes perspectivas;
48
Para comprender esta posición por parte de los Estados, vale citar la aclaración planteada por Adrián
Bonilla, quien afirma que las prácticas políticas se pueden entender no sólo como el resultado de la
interacción de intereses racionales, sino también como la producción de sentido, posición, valores e
identidades en el plano simbólico (Bonilla, 1997: 42).

34
no obstante, en su calidad de performadores de opinión, a más del compromiso que
mantienen para la consolidación del ejercicio democrático, también existen temas que
condensan problemáticas coyunturales que en varias ocasiones no expresan de forma
adecuada el análisis real de fenómenos como el racismo, la discriminación, la intolerancia y
la exclusión.

En ese sentido, es pertinente preguntarse acerca de la calidad de la información entregada,


ya que no se trata únicamente de que las poblaciones puedan acceder a la información, sino
que esa información sea veraz, objetiva, no manipulada, en fin, sea de calidad tanto en la
forma como en los contenidos. Surgen entonces algunos interrogantes como por ejemplo
¿cómo abordan los medios escritos latinoamericanos la información sobre el fenómeno de
la migración?, ¿existe independencia, compromiso y responsabilidad al presentar la
temática?, ¿están realmente contribuyendo al fortalecimiento de nuestras democracias?, los
temas de agenda que se tratan, expresan realmente la diversidad de opiniones de los
distintos actores insertos en las distintas problemáticas?.

Para hacer posible esa consolidación democrática es necesario que los periodistas y los
medios de comunicación en general, no piensen únicamente en ejercer su derecho a la
libertad de expresión. Es también necesario que tengan presente los derechos de las otras
personas y los deberes que ellos tienen cuando asumen el compromiso de poner en práctica
la labor periodística. Esto significa que no se trata únicamente de informar, de dar a
conocer hechos o situaciones de interés general; sino también, de ejercer una labor de
formación que vaya más allá de lo inmediato y que brinde a los destinatarios la posibilidad
de interesarse, analizar, tomar posición frente a los sucesos planteados.

Ahora bien, si la prensa escrita y los medios de comunicación en general están decididos,
interesados, comprometidos o necesitados de participar en esa consolidación democrática,
de ofrecer a los ciudadanos más que una gran cantidad de información; es necesario que se
alejen de intereses políticos que afecten su desempeño, de posibles subjetividades que
interfieran negativamente en las posiciones o decisiones de los otros, del interés único por
el mercado o las retribuciones económicas; y piensen y actúen mejor en razón de su función
social y de la posibilidad que tienen de fortalecer la cultura, la participación ciudadana, el
desarrollo y la democracia de cada país.

Medios 2: ética y responsabilidad social

La ética y la responsabilidad social de los medios de comunicación son otros temas sobre
los cuales se han escrito muchas teorías, propuestas y planteamientos que son presentados
constantemente en las salas de redacción de los periódicos, los noticieros de televisión o las
emisoras radiales. Siempre que se trata el tema de los medios de comunicación, de sus
posibilidades, influencias, ventajas y desventajas, se habla de ética; es más, los periodistas,
los directores de medios y los ciudadanos hablan de la ética como una necesidad, como un
compromiso, pero además como un compromiso que ya es asumido por quienes hacen parte
del medio. Al analizar lo que sucede realmente, nos damos cuenta que el problema con la
ética no es que no se conozca, que no se hable al respecto; sino que no se sabe en muchas
ocasiones como se debe asumir en la práctica, se podría decir entonces que es un problema
del proceso que se da en el ejercicio periodístico.

35
Todo está claro en teoría y en abstracto. No lo está en la práctica. Pero es que lo
concerniente a la ética –esa ética de la que tanto hablamos- no es la adhesión a principios
abstractos, sino la puesta en práctica de los mismos. Si los medios se limitan a plantear ese
"deber ser" solo en teoría, dichas entidades son acusadas –con razón- de cinismo y de
perder credibilidad. Pues aunque es difícil aplicar la teoría, es relativamente fácil descubrir
que ciertas prácticas no son coherentes con lo que se predica49 (Camps: 1996)

Creemos que la ética no se aprende en los textos ni en los discursos, la ética se siente y se
vive en el ejercicio diario del periodismo; la ética es un compromiso que se asume primero
con uno mismo y luego con los demás; es una relación constante entre lo personal, lo moral
y lo profesional; entre los sentimientos y la razón del ser humano en toda su dimensión. La
conciencia moral se adquiere –dicen los psicólogos- cuando uno hace lo que debe hacer por
convicción, no porque se lo ordenan. Cuando el mal se rechaza porque se considera
repulsivo y detestable, no porque haya un precepto que lo prohíba (Camps: 1996)

Por otra parte, cuando se habla de medios de comunicación en su relación directa con el
papel que cumplen en la sociedad, es necesario tratar el tema de la responsabilidad social,
entendida como ese compromiso tácito e intrínseco del ejercicio periodístico. La
responsabilidad social se refiere a la capacidad de los medios no sólo de informar sino
también de formar a los ciudadanos; a la posibilidad de promover la participación, la
vinculación y la opinión de las diversas poblaciones, en especial de las minorías, de los
involucrados, de los afectados por determinadas situaciones; a la oportunidad de fortalecer
el tejido social y promover la convivencia, la tolerancia y la diferencia. Nos preguntamos
entonces ¿cumplen con su responsabilidad social los medios impresos en los países
receptores de migrantes cuando tratan el tema del racismo vinculado a la migración?, ¿están
promoviendo, a través del tratamiento de la información, la tolerancia y la convivencia
pacífica entre ciudadanos en diversas condiciones?, ¿contribuyen al fortalecimiento de ese
tejido social?.

Aún cuando la responsabilidad social debe ser algo intrínseco a los medios y no externo a
ellos, en nuestras sociedades se presenta el caso de medios de comunicación que no
cumplen con ese compromiso social, que se alejan de los ciudadanos y de su
responsabilidad para con ellos en el momento en que se dejan influenciar por otro tipo de
intereses ya sean sociales, políticos o económicos. Cuando lo que importa por encima de
todo es vender, demostrar eficacias administrativas y mercantiles, en ese camino se pierden
los cimientos de un oficio que quería informar mejor para formar ciudadanos mejor
capacitados para discernir sobre las políticas que deben aplicarse para intentar modificar el
estado de las cosas (Armada:1999)

Lo cierto es que los medios en cualquier lugar y condición están llamados a cumplir con su
compromiso y responsabilidad social al desempeñar la labor periodística; a propiciar el

49
Es frecuente al analizar el discurso "propio" de los medios encontrar una serie de contradicciones respecto a
un tema determinado. Por ejemplo, cuando existe un posicionamiento referido a la defensa de la democracia y
de sus valores, se oculta y no se visibiliza otros valores como la tolerancia y el respeto a los derechos de los
migrantes.

36
diálogo, a respetar los derechos de los otros, a comprometerse con la sociedad y a fortalecer
la democracia. Así como los medios hacen halago del derecho que poseen a la libertad de
expresión; de la misma manera deben comprometerse y responsabilizarse con sus propios
deberes y con los derechos de las demás personas, protegiéndolas sin importar su condición
o procedencia.

Medios 3: realidades y mediaciones

Los medios de comunicación pueden en el ejercicio de su labor, permitir que los individuos
conozcan los hechos, temáticas y situaciones propias del desarrollo mismo de las
sociedades; dan la posibilidad de un acercamiento a contextos sociales, políticos y
culturales que posiblemente son lejanos a los seres humanos ya que no todos tiene la misma
oportunidad de conocimiento de lo que sucede a su alrededor. Los medios de comunicación
pueden entonces cumplir con esta tarea, pueden acercar a determinadas poblaciones las
realidades que ellas desconocen.

Para que los periodistas en el ejercicio de su labor y los medios en general cumplan con ese
papel, es necesario que antes de dar a conocer o difundir cualquier tipo de información
sobre una realidad social, esa realidad sea conocida y comprendida por quienes se
encargarán de transmitirla. Comprender significa desarrollar una mirada de la realidad más
compleja pero también más sensible. No podemos pretender transformar al periodista en un
científico social por mucho que esa mirada más compleja que reclamamos requiera una
formación más profunda y sistemática de los informadores; se trata antes que nada de
utilizar periodísticamente los recursos necesarios para localizar estos hechos significativos,
comprenderlos y comunicarlos sin mutilarlos (Zeller: 1999).

Ese comprender y comunicar sin mutilar significa entre otras cosas, conocer, analizar y dar
a conocer a los otros esos hechos que hacen parte de la realidad cotidiana de determinado
lugar; sin embargo, esto no significa que los medios de comunicación pueden informar sin
responsabilidad sobre cualquier tema porque así lo consideran necesario, o que abusen
indiscriminadamente al presentar la información respaldándose en que lo que presentan
hace parte de la realidad que se vive.

Si observamos los noticieros de televisión y las noticias de los periódicos en cada país, nos
damos cuenta que muchas de las noticias presentadas hacen referencia a hechos negativos
que involucran a determinado grupo social. Temáticas como la violencia, la violación de
los derechos humanos, la migración, el racismo, ocupan grandes titulares y llegan a
destinatarios que en muchas ocasiones forman sus propias interpretaciones a partir de lo
que leen o escuchan. Lo sensacional, lo catastrófico sustituye a la información, a los
reportajes en profundidad, con antecedentes y consecuentes sobre conflictos estructurales.
La nueva información, al no reflejar en su complejidad los procesos de transformación de la
realidad, lo que hace es crear una gran masa de ciudadanos desinformados y, por tanto, sin
capacidad decisoria (Sáez: 1999).

Tenemos entonces en lo aquí planteado, algunas razones por las que es necesario dar mayor
importancia a los medios de comunicación, a los actores que allí participan o que por el
contrario son ignorados; hay que enfocar el interés en la comunicación en general; porque,

37
cargada tanto por los procesos de trasnacionalización como por la emergencia de sujetos
sociales e identidades culturales nuevas, la comunicación se está convirtiendo en un
espacio estratégico desde el cual pensar los bloqueos y las contradicciones que dinamizan
estas sociedades. De ahí que el eje del debate se desplace de los medios a las mediaciones,
esto es, a las articulaciones sociales, a las diferentes temporalidades y la pluralidad de
matrices culturales. (Martín Barbero:1998).

Con todo este panorama, es necesario hacer un llamado a pensar la función de los
periodistas y de los medios más allá de la información, más a allá de la intermediación; la
invitación es a pensar en los sujetos, en los procesos, en las mediaciones, aquellas que
hacen posible la comunicación como un espacio sin fronteras, sin limitaciones, con
individuos con derechos y posibilidades de pensar y vivir de manera diferente a los otros.

Un vistazo al cubrimiento periodístico: Qué dicen, qué callan !

De acuerdo a lo planteado, se realizó una análisis de artículos publicados por algunos


periódicos en Honduras, Nicaragua, Costa Rica, México, Argentina, Chile, Bolivia y
Venezuela, con el fin de conocer y analizar la manera en que estos diarios abordan el tema
de la migración y los migrantes. Cabe destacar que algunos de estos países son lugar de
origen y otros destino para los migrantes y esta característica marca una diferencia en la
manera en que es tratado el tema en los distintos países.

Nicaragua y Honduras: Fragilidad entre campos, ríos y desiertos

Nicaragua y Honduras son países con un alto porcentaje de emigrantes, hombres y mujeres
que salen en busca de nuevas oportunidades sin importarles los riesgos que sus travesías
implicarán. Algunos de sus destinos más comunes son Costa Rica, México y Estados
Unidos, países que, según muchos de ellos, les ofrecerán las condiciones necesarias para
una vida mejor. Como consecuencia de esa condición de país emigrante, se pudo observar
que la mayoría del material periodístico analizado se relaciona con lo que le sucede a los
“suyos” en sus lugares de destino, o en el camino que los lleva a esos lugares, a veces
inalcanzables.

De acuerdo al análisis realizado a aproximadamente 65 artículos de prensa publicados en


algunos periodos del año 2000, se podría decir que en primer lugar se encontraron escritos
ante todo informativos, los cuales dan razón de hechos o situaciones que involucran a los
ciudadanos, como se puede observar en los siguientes titulares de prensa:

• Costa Rica creará ley contra coyotes, La Prensa, jueves 21 de septiembre del
2000, Nicaragua.
• Capturan a nicas indocumentados , La Prensa, Lunes 11 de septiembre del
2000, Nicaragua.
• Deportaciones ticas son el pan de cada día, La Prensa, martes 26 de
septiembre del 2000, Nicaragua.
• Más de mil hondureños han sido deportados este año, La Prensa 1 de marzo
del 2000, Honduras

38
• Unos 3,000 emigrantes hondureños desaparecidos, La Prensa Martes 29 de
Agosto del 2000, Honduras
• Hallan a 108 hondureños ilegales en contenedor frigorífico en México,
Nacionales 3 mayo del 2000.

En muchos de los artículos encontrados con esta característica, no hay un análisis o una
investigación profunda que permita conocer otros hechos al respecto, posibles
circunstancias en las que se desarrollan las informaciones presentadas, las causas y las
consecuencias que se generarían a partir de ahí. Además, es común que en las
informaciones no se tenga en cuenta a los afectados, no se escuchen sus opiniones o puntos
de vista al respecto, ya que son utilizadas únicamente las fuentes oficiales. De esa manera
existe una invisibilización de los sujetos, de los derechos humanos de esas personas en
países receptores o transitorios; de las acciones generadas por las políticas públicas que
pueden ser xenófogas y amparadas en el discurso de la defensa de la nación y sus
"virtudes".

En segundo lugar, aunque en pocas ocasiones, se encontró un material periodístico de


investigación, cuya profundidad buscó ofrecer a los lectores una mayor información sobre
la migración, sus posibles causas y consecuencias, incluyendo los hechos, obstáculos y
tristezas que viven los migrantes. Generalmente en estos trabajos se cuenta con la opinión
de los afectados directamente, en este caso de las personas que toman la opción de emigrar
de sus países de origen. Un ejemplo de este tipo de trabajo es del diario La Prensa de
Honduras que publicó 10 reportajes con el fin de seguirle el camino a “los mojados” o
migrantes y conocer las realidades que viven cuando deciden iniciar el recorrido que los
lleva a otros rumbos. Algunos de los titulares de este trabajo son:

• En la ruta de los mojados, La Prensa, 24 de julio de 2000.


• Asaltantes y "polleros", las pesadillas de los "mojados", 25 de julio del 2000.
• El río o el desierto, las dos opciones para el paso del norte, 30 de julio del 2000.
• Al estilo del Ku Kux Klan rancheros de EUA se divierten cazando migrantes,
31 de julio del 2000.
• Volver a Honduras con sus problemas resueltos es utopía para migrantes, 1 de
agosto del 2000.

Por último, encontramos trabajos que también apoyándose en un análisis de los hechos, o
en declaraciones dadas por personas representantes de algunas instancias sociales o
institucionales, se planteaban las causas del fenómeno y las posibles acciones al respecto.
Es el caso de los siguientes artículos:

• “El gran desafío de hondureños es crear trabajo para todos”, La Prensa, 4 de


septiembre del 2000, Honduras
• Pobreza causa éxodo centroamericano, más de cinco millones de salvadoreños,
guatemaltecos y nicaragüenses viven en el exterior, La Prensa, sábado 14 de
octubre del 2000, Nicaragua.
• Los migrantes desafían minas y serpientes, La Prensa viernes 11 de agosto del
2000, Nicaragua.

39
Podemos concluir por ahora, que aún cuando en estos países sí existe un cubrimiento
informático sobre el tema de la migración, en el material analizado no se encontró mayor
profundidad al analizar la problemática tratada. Hay que pensar que los medios de
comunicación pueden cumplir una labor muy importante en lugares como estos, donde la
población no necesita únicamente ser informada sino también formada al respecto; la
necesidad de encontrar mejores oportunidades lleva a las personas a emigrar de sus países
creyendo que “al otro lado” encontrarán la solución deseada; sin embargo es poco lo que
realmente conocen sobre qué hay más allá, cuáles son los reales obstáculos y riesgos con
que se pueden encontrar; y esa debe ser una labor de los medios, mostrar las diferentes
situaciones posibles, concienciar, formar.

México: El paso para alcanzar el sueño o... la pesadilla

México ofrece unas características muy especiales en su relación con el fenómeno de la


migración. Diariamente llegan muchos hombres y mujeres provenientes de los países
centroamericanos y suramericanos; pero la gran mayoría de ellos lo hacen como la escala,
el puente o el paso obligado para seguir a un tercer país, que en muchos casos es Estados
Unidos. Este tránsito por el país mexicano se convierte para muchos migrantes en una
pesadilla, no sólo por las condiciones geográficas y topográficas del territorio que deben
sobrepasar, sino también porque al estar más cerca del “sueño” aumentan los engaños, los
abusos, las violaciones de derechos, las muestras de intolerancia, de resistencia.

El análisis que realizamos en aproximadamente 80 artículos publicados por los periódicos


La Jornada y Excelsior durante el año 2000; nos muestra que nuevamente aún cuando el
tema de la migración es tratado, el compromiso de los medios es en gran medida
informativo, con relación a la situación de los inmigrantes en el país, sus capturas y
deportaciones, el negocio económico que se mueva alrededor de ellos, entre otros aspectos.
Así se puede observar en estos titulares,

• Suman 190 ilegales detenidos en territorio tlaxcalteca, La Jornada de Oriente,


Miércoles 21 Junio Mayo 2000
• Mueren otros dos indocumentados que viajaban en el Chiapas-Mayab, La
Jornada, viernes 14 de abril de 2000
• Chiapas, Convertido en el Paso Preferido de Ilegales de CA: INM
Por esa Entidad Entraron 70% de los 120 mil Detenidos en 1999, Excelsior,
Miércoles 09 de Febrero del 2000
• Detenidos 43 mil Extranjeros Ilegales en México, de Enero a Mayo
También, 43 "Polleros"; Usan Todas las Rutas Posibles por Tierra y mar Para
Internarse al País en Busca de Cruzar Hacia EU: el INM, Excelsior, Martes 06
de Junio del 2000
• Opera una Banda de "Polleros" en Hidalgo, Alerta SER, Excelsior, Lunes 05 de
Junio del 2000.

Por otra parte, se puede mirar que hubo un alto porcentaje de información referida a la
situación de los migrantes mexicanos en los Estados Unidos, la violación de sus derechos,

40
las medidas abusivas del servicio de migración de ese país, las actitudes de racismo y
xenofobia al otra lado de la frontera, en fin, situaciones que se presentan constantemente en
contra de sus ciudadanos. Sin embargo, se notó muy poco despliegue a la situación
semejante que viven los centroamericanos y los suramericanos inmigrantes en México, los
abusos cometidos constantemente por las autoridades, los “polleros” y las demás personas
que hacen parte del negocio de tráfico de humanos. Se podría decir entonces que aunque no
es total, sí existe un silencio relacionado con la violación de los derechos que ha sido
demostrada, entre otras fuentes, por las declaraciones y testimonios de los mismos
migrantes que lo han vivido. Al respecto se encontró,

• Los cazan con perros, pistola en mano, y los entregan a la Border Patrol, La
Jornada, miércoles 6 de septiembre de 2000.
• EL gobierno de México no va a tolerar que estadounidenses cacen a mexicanos,
La Jornada Sábado 29 de Abril del 2000
• La Frontera Norte, un Viacrucis Para los Migrantes Mexicanos, Señala
Conapo Son Víctimas de Robo, Racismo y Xenofobia, Excelsior, Lunes 28 de
Febrero del 2000
• Alambradas Para los Pobres, Vecindad Intolerante, Excelsior Miércoles 17 de
Mayo del 2000
• Constantemente se violan los derechos de centroamericanos, señalan
investigadores, La Jornada, viernes 28 de julio de 2000

Para finalizar, consideramos importante que los medios de comunicación y en este caso los
impresos, traten de ir más allá de informar, se apropien de su compromiso social,
investiguen a profundidad, analicen, escuchen diferentes actores en fin, asuman una papel
más protagónico frente a fenómenos sociales que como es el caso de la migración,
intervienen fuertemente en el desarrollo de los seres humanos y en el devenir de los países.
En el análisis de estos artículos encontramos un trabajo que podría respaldar lo mencionado
ya que profundiza, contrasta y analiza hechos, causas y consecuencias del fenómeno:

• Más de 100 Millones de Pesos Anuales, Costo de la Repatriación de Miles de


Centroamericanos Ilegales. Mueren por Asfixia e Inanición en su Intento por
Cruzar la Frontera. Excelsior, Sábado 01 de Abril del 2000.

Costa Rica: La mirada oblícua de un país destino

Costa Rica se ha convertido durante los últimos años en el país de destino de miles de
nicaragüenses que salen de sus tierras afectados por la fuerza de los fenómenos naturales, la
altísima tasa de desempleo o la insatisfacción de necesidades básicas debido al alto índice
de pobreza. Costa Rica es entonces el lugar al que muchos nicaragüenses desean llegar, con
los documentos necesarios o sin ellos. Al mismo tiempo, este país, representa para los
migrantes "nicas", una suerte de tabla de salvación donde podrán insertarse y obtener una
serie de recursos como educación, salubridad y básicamente trabajo que difícilmente les
ofrecerían en Nicaragua. De su parte, Costa Rica ha procesado estos procesos migratorios
con políticas restrictivas, mucha de ellas amparadas en discursos nacionalistas que
enfatizan la "ilegalidad", la presencia indeseable de personas analfabetas, de difícil

41
integración y que afecta a la mano de obra rural local. Discursos duros que se contraponen
a las prácticas contradictorias pues esa mano de obra barata es la que confiere a este país
niveles de competitividad en sus exportaciones tradicionales.

Al analizar algunos artículos publicados en el diario La Nación durante el año 2000, se


encontró en el manejo informativo un reflejo de represión, autoridad, incomodidad,
necesidad de implementar medidas, existencia de consecuencias desfavorables; lo cual
creemos que tiene como una de sus causas primordiales, el hecho de que Costa Rica es un
país destino de migrantes y eso implica cambios en las estructuras y en relaciones sociales,
políticas y culturales de sus habitantes, quienes pueden sentirse afectados o favorecidos por
la situación que viven. Algunos titulares que muestran el tipo de información a la que nos
referimos son,

• Falta de policías y equipos facilita labor de traficantes. Fronteras porosas. Al


menos 150 pasos clandestinos existen en zona sur. Autoridades piden tipificar
tráfico de ilegales como delito, La Nación,. Domingo 5 de marzo, 2000.
• Oleada en zona norte, Cientos de nicas llegan por trabajo. Mayoría quiere
trabajar en el Valle Central, La Nación, Sábado 18 de noviembre, 2000
• Miembros de la Policía de Fronteras vigilan el río Medioqueso, en Los Chiles,
como parte del operativo "Arenal I". Acción policial en zona norte. Operativo
da sus frutos, La Nación, Miércoles 16 de agosto, 2000
• Durante control migratorio de este año devueltos 46.000 nicas, La Nación,
Viernes 22 de diciembre, 2000
• Acción policial en zona norte. Operativo da sus frutos, La Nación, Miércoles 16
de agosto, 2000

Se ha reiterado la necesidad de contar con medios de comunicación que no se queden en la


tarea de informar, sino que además formen un tipo de conciencia o cultura tolerante, que
tengan en cuenta los procesos multidimensionales en los que se genera el "problema" de la
migración y que "humanicen" a los sujetos involucrados; medios de comunicación que con
sus discursos aporten en beneficio de la sociedad a través de un enfoque periodístico
objetivo, responsable y comprometido; y no que promuevan mas inconformismo,
intolerancia o desprecio por personas, instituciones o situaciones. Para ello sería necesario
evitar afirmaciones que “señalen”, culpen o estigmaticen a los migrantes o al fenómeno de
la migración, que los muestren como los causantes de todos los problemas que afronta una
sociedad que no ha podido equilibrar sus políticas económicas orientadas sólo a una de las
facetas de los procesos de integración.

Frases totalmente carentes de objetividad y profundidad analítica como:

La inmigración masiva está impactando los servicios públicos, y genera recelo o


descontento abierto en sectores nacionales, los cuales atribuyen a este fenómeno un
incremento de la delincuencia, el desempleo y otros problemas sociales... La Nación,
viernes 14 de julio del 2000

42
pueden generar consecuencias no deseadas en el comportamiento de muchas personas que a
través de los periódicos y los medios en general, toman posición, actúan, o interpretan lo
que se muestra como realidad. No obstante, en los distintos sectores comprometidos con la
defensa de los DDHH de esa población quedan pendientes las preguntas ¿cuál es la
realidad? Qué acciones se están tomando para evitar estas prácticas discriminatorias,
principalmente en las instituciones nacionales y medios de comunicación?.

Venezuela: Las huellas de una violencia que no le pertenece

Venezuela es otro país que presenta una característica muy especial. De un período en que
se lo identificaba como un sitio de relativa bonanza económica y estabilidad, que receptó
migrantes de distintos países de América Latina; pasamos a una fase que a pesar de su
inestabilidad económica continúa el destino de personas provenientes de otros países, en
especial de Colombia. En la actualidad, Venezuela cuenta con una de las poblaciones más
altas de migrantes colombianos, quienes comenzaron a llegar a ese país hace muchos años
motivados por la bonanza petrolera y quienes hoy llegan por condiciones muy diferentes: la
violencia e inseguridad que azota al territorio colombiano. Son hombres y mujeres que
llevan consigo las huellas de una violencia que muy probablemente no les pertenece, pero
que los obliga a “pasar la línea” y llegar al país vecino con la esperanza de encontrar ahí,
por lo menos, una oportunidad de sobrevivencia. Estos hechos se ven reflejados en los
discursos que utilizan los medios de comunicación impresos, para quienes ser inmigrante
colombiano es sinónimo de ser desplazado por la violencia; ser uno más que huye para
poder vivir.

En los periódicos analizados, El Nacional y El Universal, se pudo observar el cubrimiento


informativo que estos hacen acerca de la presencia cada vez mayor de los colombianos en
territorio venezolano; la participación del gobierno en la toma de decisiones o medidas para
responder a estos hechos; las opiniones favorables o no de los ciudadanos; la intervención
de organismos internacionales; el ambiente que se vive en algunos sectores de la población
y del país debido a la presencia de estos emigrantes; entre otras posibles circunstancias que
se reflejan en los siguientes trabajos,

• Unos 400 desplazados colombianos llegan a la frontera Venezolana, Miércoles


31 de Enero, 2001
• Exodo entre colombianos alcanza niveles históricos , El Nacional, sábado 26 de
agosto de 2000.
• La cancillería pidió un pronunciamiento y por la AN habrá que esperar
Investigación sobre campaña xenófoba no ha recibido la importancia que
Merece, El Universal, jueves 21 de septiembre del 2000
• Unicef gestiona solución al problema de niños indocumentados, El Nacional,
lunes 11 de septiembre de 2000

Se puede decir también que el cubrimiento informativo que hacen estos medios impresos,
en algunas ocasiones está cargado de subjetividades, de estigmatizaciones, de matices
nacionalistas que pueden generar en los lectores una concepción única del migrante
colombiano como el desplazado, y por tanto, ilegal, violento, campesino y hasta guerrillero.

43
El problema se torna más complejo cuando estas apreciaciones pueden generar en la
sociedad sentimientos de rechazo, racismo, discriminación o intolerancia hacia ese otro
diferente. Es el caso que se refleja en artículos como,

• En la frontera por Zulia detenidos 57 ilegales y 3 presuntos guerrilleros, El


Nacional, sábado 29 de abril de 2000.
• La guerra de fin de siglo, El nacional, viernes 22 de diciembre de 2000
• Comisión de Ambiente preocupada por destrucción, Investigan invasiones a
Reserva de Ticoporo, El Universal, sábado 05 de junio 2000.

Los periódicos difunden información, cuentan historias y forman a los ciudadanos; pero
también motivan actitudes favorables o en contra de las personas o instituciones a las que
hacen referencia; los lectores de acuerdo a la forma en que se presenta una información
pueden sentirse invadidos, irrespetados o abusados por esos otros diferentes y eso generaría
los sentimientos y acciones arriba mencionadas, no deseables para una sociedad debido a
las consecuencias negativas que pueden traer consigo.

Todas las discursividades se producen en un contexto y campo político determinado. No es


de extrañarse entonces que las afirmaciones señaladas ocurran en el último período
gubernativo que ha desplegado una fuerte imagen nacionalista como sustento de su
legitimidad.

Argentina: Entre odios y amores, realidades y mentiras

Argentina es un país destino por excelencia. A ese país han llegado y lo siguen haciendo
paraguayos, peruanos y bolivianos, muchos de los cuales se quedan en las grandes ciudades
y otros optan por el campo; tanto unos y otros están en busca de un trabajo por más
expoliador que éste sea, un lugar para vivir y hasta una escuela para sus hijos. La historia
de los migrantes no es fácil en los países a los que llegan y Argentina no es la excepción,
menos aún si existen intereses políticos, culturales o económicos que, por un lado,
requieren de esa mano de obra barata, sin potencialidades de organización y demanda
social; pero que de otro lado, también constituye la figura a la cual trasladar hábilmente los
déficits de las políticas públicas que no han logrado establecer los mecanismo apropiados
para una adecuada redistribución en contextos neoliberales. En ese sentido, los migrantes
aparecen como el objeto a quien se desprestigia, intimida y rechaza con claros matices
racistas y xenófogos, una suerte de miedo sin razón al diferente, al otro, al advenedizo.

En Argentina se vivió una situación que involucró y afectó directamente a los inmigrantes,
en la cual estuvieron vinculados varias instancias sociales, incluyendo a la policía,
representantes del gobierno y a algunos medios de comunicación que de manera
irresponsable se prestaron a un juego de aquellos que buscaban desequilibrar, promover
acciones de rechazo e intimidar. A través del discurso de la prensa se le propuso a la
audiencia que se zambullera, sin dudar, en un género donde la malignidad del inmigrante
aparece como telón de fondo. Que aceptara los estereotipos sin desarmarlos, como
naturales; que creyera en la neutralidad y la inocencia de las palabras, que ignorara la
gigantesca ofensiva hacia la creación de una manera completamente nueva de mirar al

44
extranjero, o peor aún, que se dejara seducir por la misma. Serían estos los modos en que la
sociedad respetable acompañaría una cruzada contra un grupo de sujetos sin cuestionarse
sobre la respetabilidad última de tales propósitos. Así lo demuestran estos titulares de
algunos periódicos publicados en los primeros 15 días de enero de 1999,
(Casaravilla:2000)

• "Quieren limitar la inmigación por la ola de delitos". El gobierno busca así


mejorar su imagen entre los sectores medios preocupados por la inseguridad",
Clarín.
• "Caen 10 arrebatadores peruanos", Crónica
• "Capital: 60% de los delitos chicos los hacen extranjeros", Ámbito Financiero
• "Menem dijo que los inmigrantes ilegales deberán irse del país", Clarín
• "Es un siniestro juego político". La iglesia critica la campaña oficial contra
inmigrantes", Clarín
• "Inmigrantes peruanos ponen en jaque EL BARRIO DE ONCE. Más de la
mitad de los delitos los cometen ilegales", Diario Popular
• "Los inmigrantes se quejaron por persecuciones humillantes ”, Clarín.
• "Pudo haber excesos". Declaraciones del Ministro de Justicia", Clarín

Las consecuencias de acciones irresponsables como la aquí descritas, pueden generar


graves problemas sociales, culturales y políticos en los países donde son implementadas;
una ciudadanía desinformada e ignorante de las realidades existentes, puede no sólo creer,
sino también actuar para defender lo que le pertenece e irse contra aquellos que no solo le
invaden sino que además le perjudican. Los medios entonces, generan odios, difunden
mentiras; y para fortuna de la sociedad también dan a conocer verdades, realidades
objetivas no manipuladas, comprometidas y respetuosas de los actores involucrados. En el
análisis que realizamos a diferentes artículos publicados en los diarios El Clarín y La
Nación, se encontró material que respondía a una necesidad única de dar a conocer hechos
sin un mayor despliegue; pero también se halló material que respondía a trabajos de
investigación, responsable, objetivo, que presentaban la opinión de personas involucradas
directa o indirectamente con la problemática; este es el caso de,

• Migraciones, Tristezas del desarraigo, El Clarín, Domingo 22 de octubre de


2000
• Una comunidad de un millón y medio de inmigrantes, El Clarín, Jueves 29 de
junio de 2000.
• Corrupción policial: Contundente dictamen de la procuración general de la
nación, El drama de los inocentes engañados por policías, El Clarín, Viernes 29 de
septiembre de 2000.
• Viaje Presidencial: Narcotráfico e inmigración, ejes de la visita de De la Rúa a
Bolivia Martes 7 de noviembre de 2000
• HISTORIAS, Inmigrantes sin papeles Viernes 03 de marzo de 2000
• Ataques a inmigrantes: en escobar se reunieron 300 agricultores con
funcionarios del ministerio de seguridad, Jueves 29 de junio de 2000
• TRIBUNA ABIERTA, Inmigrantes: en buena ley Jueves 25 de Mayo de 2000

45
Se observan entonces dos situaciones claras en las que los medios de comunicación generan
acciones favorables o no para el desarrollo de los individuos y de la sociedad; hechos que
demuestran una vez más la capacidad y el poder que los medios tienen y pueden usar
arbitraria o responsablemente.

Chile: La vida entre sueños y discriminaciones, siempre que sean legales

Chile es otro de los países del Cono Sur que se ha convertido en los últimos años en un país
destino para quienes buscan oportunidades laborales y mejoría en sus condiciones de vida.
La población de inmigrantes más alta está representada por los peruanos, muchos de los
cuales se encuentran en estado de ilegalidad al no tener en orden los papeles necesarios
para la correspondiente visa. Sin embargo, cada día siguen llegando inmigrantes de
diferentes lugares, aún cuando las medidas de reforzamiento de las fronteras se han
incrementado, pero es que para muchos hombres y mujeres establecerse en Chile representa
el sueño hecho realidad, realidad que luego van a confrontar.

Al analizar artículos publicados en diarios chilenos como El Mercurio, La Tercera y La


Cuarta, se pudo observar la existencia de materiales periodísticos de variadas
características. En un alto porcentaje se encontraron artículos sobre diferentes aspectos
relacionados con los inmigrantes y su estadía en el país, las maneras en que afrontan la
vida, las tristezas y alegrías; los recuerdos y añoranzas de la tierra que un día dejaron; en
fin, informes y en algunos casos reportajes que presentan un panorama general de los
inmigrantes peruanos, ecuatorianos o bolivianos. Esto se puede observar en los siguientes
trabajos,

• Vecinos de Estación Central dicen que la mayoría son ilegales, Denuncian


grave hacinamiento de peruanos en Chile, La Tercera, 10 de Octubre de 2000
• Inmigrantes peruanos, La Tercera, 12 de Septiembre de 2000
• Ecuatorianos Se Toman Arica, La crisis económica de su país los impulsó a
buscar un mejor futuro, El Mercurio, Miércoles 24 de Enero de 2001
• Libro "Los derechos humanos de los migrantes" revela precaria situación de
extranjeros en el país, La Tercera, 23 de Julio de 2000

Por otra parte y como característica del análisis realizado, existen muchas noticias
publicadas sobre los inmigrantes, en especial los peruanos que hacen referencia a acciones
negativas con las que esta población es relacionada inmediatamente, como es el caso del
contagio de enfermedades debido a las condiciones de hacinamiento en las que
generalmente viven y la delincuencia, ya que consideran que los inmigrantes son ilegales y
además necesitan delinquir para poder sobrevivir en ese mundo adverso en el que se
encuentran. Algunos titulares nos muestran lo que se acaba de plantear:

• Descartan brote de tuberculosis entre extranjeros residentes, Jueves 9 de


Noviembre de 2000, 17:56
• Peruanos lideran ranking de narco detenidos en Chile, La Cuarta, 13 de febrero
del 2000
• Sorprenden seis pesqueros en aguas chilenas, La Tercera, 23 de julio del 2000

46
Ahora bien, los diarios, además de las estigmatizaciones de que son víctima los
inmigrantes, son responsables de callar o en muchos casos ignorar las cotidianas muestras
de racismo, intolerancia y discriminación de que son víctimas los ciudadanos de otros
países que viven en Chile, cuyo error ha consistido en buscar una nueva posibilidad para su
vida y la de su familia. Desde esa perspectiva, los discursos de los medios nacionales
tienden a criminalizar la pobreza, a estigmatizar la precariedad en la que se desenvuelve la
vida de estas personas y a exaltar las virtudes legales institucionales de su sistema social
frente a la irracionalidad ilegal de los migrantes.

Bolivia: Los nuestros también son humanos, pero …..por qué se van?

Bolivia es uno de los países expulsores de seres humanos. Un alto porcentaje de la


población migrante, tanto hombres como mujeres, han abandonado ese país andino con la
intención de encontrar mejores días principalmente en el agro y ciudades argentinas y en
Chile.

Al igual que con Honduras y Nicaragua, una de las principales características encontradas
al realizar el análisis de la información publicada por el diario Bolivia Hoy durante el año
2000, es el interés, la necesidad y constancia de hablar de “los suyos” y de las condiciones
en que viven en los países a los que emigran. Y es que las condiciones en las que se
desenvuelven los bolivianos -despreciativamente llamados "bolitas"- no son las más
favorables, ya que ellos al llegar a países como Argentina o Chile tienen que sufrir, además
de los problemas económicos y laborales relacionados con la integración, las acciones
racistas y xenófogas derivadas de un pensamiento excluyente que los ven como diferentes y
peor aún, como inferiores.

Por estas razones, al analizar los artículos de prensa seleccionamos trabajos como,

• Detenidos en Argentina 3 jóvenes sospechosos de agredir a inmigrantes


bolivianos en Buenos Aires. Bolivia Hoy, octubre 9 del 2000
• Bolivia y Argentina firman convenio migratorio para mitigar abusos a los
bolivianos en Argentina, Bolivia Hoy, noviembre 6 del 2000
• Argentina dará mayor seguridad a inmigrantes de Bolivia, Bolivia Hoy, Agosto
12 del 2000
• Legislación boliviana pide extradición de explotadores de niños en Argentina,
octubre 5 del 2000
• Defensoría pide ratificar convenio migratorio nacional, Bolivia Hoy, 9 de
febrero del 2000

Si los medios de comunicación callan frente a hechos que atentan contra el desarrollo de su
población y contra la violación de los derechos humanos, no están cumpliendo su papel
responsable y su compromiso con la sociedad. Si hablan desde un "nosotros" nacional,
podrán hacerse sentir presentes y co-partícipes de las construcciones y los logros conjuntos
dentro y fuera de su país; pero cuando ese sentimiento de rechazo demanda y exige castigo
a los responsables que vulneran los derechos de sus conciudadanos, entonces la opinión

47
pública exigirá que se revisen los tratados internacionales que protegen los derechos de esas
personas. En todo caso, existe en los medios una postura un tanto difusa porque si bien se
denuncia las penalidades de los compatriotas, dicho discurso no está acompañado del
análisis sobre las causas económicas y políticas por las cuales esas personas han optado por
irse del país.

Medios de comunicación: más allá de las buenas intenciones

De acuerdo a lo observado en las secciones anteriores, es claro que entre los discursos
generados en los medios impresos analizados y la migración hay una relación que va más
allá de un cubrimiento noticioso o de un interés de dar a conocer o difundir la información.
Las facetas de la vida de esas personas, de hombres y mujeres, incorporan a manera de spot
informático los sueños y realidades, alegría y tristeza, identidad y discriminación,
aceptación y racismo, deseo y frustración, estigmas, recuerdos, añoranzas. Es una relación
entre la vida y la muerte, entre el ser y sus necesidades.

Se da una relación en la que los medios de comunicación ocupan un lugar privilegiado en el


contexto social, porque ellos, a través de sus discursos, crean y recrean determinadas
imágenes sobre situaciones, sentimientos y vivencias que los seres humanos asumen e
interiorizan para luego exteriorizar. También en esas imágenes se expresa una opinión
pública que ve al otro como un enemigo potencial, un usurpador, un violento, un inferior
que esta atentando contra los valores nacionales, contra las tradiciones y buenas costumbres
que solo poseen los poblaciones de los países receptores.

A través de los contenidos publicados se pudo observar la forma en que la prensa crea
discursos sobre el proceso: la migración; y sobre los sujetos: los migrantes. Esta
contextualización da la posibilidad al lector , no sólo de acercarse al tema, sino también de
tomar una posición favorable o desfavorable por aquellos seres humanos que “llegan,
invaden, o vulneran” -la característica depende del tratamiento que el medio le da-, un sitio
de destino. Significa entonces que la prensa tiene la posibilidad de hacer ver a los
migrantes como aliados o como enemigos. Y ese es precisamente uno de los espacios que
deben ser tomados en cuenta para el diseño de políticas públicas que combatan el racismo,
la intolerancia, la discriminación y la xenofobia. No se trata sólo de promover pautas en el
"deber ser", en las normativas estatales y de organismos internacionales, sino en ese "ser";
ahí donde los espacios del racismo cobran vida y generan acciones que vulneran los DDHH
de las personas.

Si es que no se actúa en esos espacios que implica un determinado manejo del poder, lo
cual a su vez incorpora la idea de potenciar mecanismos participativos que a través de la
exigibilidad ciudadana demande una información veraz y objetiva; la prensa escrita seguirá
tratando la temática tantas veces como el fenómeno siga expandiéndose al norte y al sur de
nuestras fronteras; la prensa continuará estigmatizando y creando falsas imágenes sobre los
migrantes; mientras este tipo de prensa se deje llevar por intereses corporativos vinculados
con los discursos y prácticas contradictorias de los sectores empresariales; mientras haga
parte o cómplice de una cultura racista y xenófoba que únicamente trae consigo exclusión,
restrictividad y violencia; no se podrá hablar de la construcción de valores democráticos
sustentados en la tolerancia y en el multiculturalismo como política oficial, por más

48
tratados y convenios que los distintos actores estatales e internacionales pongan en la mesa
de los deseos.

Como se mencionaba al inicio, los medios de comunicación y en este caso la prensa


deberían responsabilizarse más por su función social, por pensar en las mediaciones, en los
procesos, en los sujetos y llevar a cabo acciones concretas que le apunten al desarrollo, la
participación y la democracia.

¿PROPUESTAS POSIBLES? : UNA TAREA CONJUNTA

Hacia una real gestión democrática de los gobiernos

En este posible escenario, se aceptarían las migraciones como un asunto que debe ser
abordado por las políticas públicas destinadas a la convivencia pacífica y aceptación de las
diferencias identitarias de los migrantes. Es una forma de pensar que la democracia si
puede representar una manera humana de convivir sin el miedo al otro, sin racismos y
discriminación, independientemente de que esas sociedades sean multiculturales o no.

Para que ello sea posible, el migrante debe ser tratado como nacional al interior de los
Estados. Resulta además indispensable, la adopción, implementación y cumplimiento de los
estándares internacionales que aseguren la no discriminación y la protección de los
derechos básicos y dignidad de todas las personas presentes en el territorio nacional.

Las perspectivas de acción dentro de este escenario deben apuntar a una evaluación social
participativa de los migrantes 50 , a fin de cotejar los convenios realizados en el ámbito de las
políticas públicas al interior de los Estados nacionales y en un futuro próximo, al interior de
los bloques regionales. De esta forma, será posible impulsar un sistema de monitoreo u
observación de las violaciones a los DDHH a los grupos migratorios, incluidos los
refugiados y desplazados, sobre todo en términos de racismo, xenofobia u otras formas de
intolerancia. Este sistema de información puede resultar altamente eficaz al permitir la
existencia de una alerta temprana de posibles conflictos sociales al interior de los países,
sobre todo si se acompaña de mecanismos de acción eficaces.

La consolidación de una democracia participativa, implica entonces, el involucramiento y


participación ciudadana con sus diferentes identidades culturales, permitiendo la generación
de espacios de rendición de cuentas y exigibilidad de derechos. No cabe duda que este
proceso conduce a una mejora en la gestión democrática para todos los países, en la medida
que no sólo se amplían los derechos sino que profundizan los valores de la diferencia, la
tolerancia y la convivencia pacífica.

50
Para lograr un sistema de equidad en el marco de un sistema integrador, que contraste con medidas
restrictivas en el campo migratorio, y que por ende conduzca a una efectiva defensa de los Derechos
Humanos, una profundización de la democracia y a una integración regional más completa, es menester
implementar un proceso de "evaluación social participativa de los migrantes, según la cual leyes y convenios
pudieran cotejarse no sólo con relación a su adecuación formal al lenguaje de la diplomacia y la política, sino
en función de sus efectos prácticos, experimentados por los sujetos afectados". (Casaravilla, 2000: 29)

49
Como complemento, el Estado y sus instituciones deben impulsar una fuerte campaña en el
campo de la educación formal e informal, utilizando todos los medios de comunicación
masivos, incluyendo Internet para la ciudadanía en su conjunto, que tenga como bandera el
respeto y tolerancia frente a la diferencia, puesto que toda forma de discriminación e
intolerencia "de facto" se acompaña de fuertes componentes sicológicos y sociales.

Adicionalmente se pueden promover otras acciones necesarias:

- Descartar el uso de la violencia para la resolución de conflictos. Se incluye la


eliminación del trato discriminatorio por parte de autoridades públicas (policía,
otros funcionarios de la ley, personal migratorio, empleados de aeropuertos y
aerolíneas) y la utilización de medidas físicas abusivas durante las deportaciones.
- Procesar las demandas y reivindicaciones culturales venidas de los sectores
minoritarios que poseen identidades distintas a la dominante nacional.
- Elaboración de un diagnostico sobre las dimensiones y las implicaciones de la
participación de la mujer en la migración en los países de la región e impulsar
programas de prevención y protección para la mujer y el niño migrante que
garanticen su seguridad, y el reconocimiento y respeto de sus derechos humanos.
- Generación de fuentes de información confiables, así como el desarrollo de
metodologías imaginativas que ayuden a superar -en algún grado- las dificultades
que impone la naturaleza predominante de los movimientos de indocumentados, por
lo tanto, ausentes en los registros oficiales 51 . También deben considerarse
estadísticas en forma desagregada -edad, sexo, etc-, a fin de evaluar la complejidad
del fenómeno migratorio.
- Evitar que existan contradicciones entre el "deber ser" de la política y la cultura
política, en especial sobre la noción de ciudadanía igualitaria.
- Realizar esfuerzos para la consolidación de una participación activa que involucre
la asunción de valores democráticos basados en la tolerancia que evite la utilización
de estigmas en la sociedad y en los medios de comunicación.

Estos son los nuevos desafíos para la emergencia, consolidación y reconocimiento de las
nuevas sociedades multirraciales, multiétnicas y multiculturales, sustentadas en el marco de
una relación que vincule al Estado, el desarrollo y la democracia, ya que sin desarrollo y
sin democracia, no podía decirse que una sociedad de este tipo sea capaz de consolidarse.

El papel de los tratados y organismos internacionales

El número de adhesiones y ratificaciones de la Convención Internacional sobre la


protección de los derechos de todos los trabajadores migratorios y de sus familiares no ha
sido suficiente para que la Convención entre en vigor. Los progresos en la aplicación de los
instrumentos internacionales sobre la protección de la población migrante han sido
limitados y los problemas relativos a la violación de los DDHH de la población migrante
han persistido. En muchas partes del mundo, sigue constituyendo un objeto de
discriminación y los ilegales, además, no han recibido una protección social adecuada.

51
Castillo, M.: "Tendencias recientes y políticas hacia las migraciones centroamericanas: una mirada desde el
norte". Informe presentado en el Taller Centroamérica 2020, San Salvador, 1999.

50
Se reconoce entonces que la Cooperación internacional es una condición indispensable para
combatir eficazmente el racismo, la discriminación racial, la xenofobia, y las formas
conexas de intolerancia. Debe agregarse la implementación de una estrategia mundial que
cuente con el concurso de los Estados, organizaciones internacionales, instituciones
financieras internacionales, organismos regionales, organizaciones no gubernamentales y
otros actores de la sociedad civil de todos los países del mundo, pero particularmente la de
las víctimas del racismo, discriminación racial, xenofobia y formas conexas de intolerancia.

La cooperación de los Estados con los órganos de vigilancia creados en virtud de los
tratados a través de un diálogo constructivo y transparente resulta indispensable, así como
también la compatibilidad de sus legislaciones internas con el marco internacional, evitando
contradicciones. Pero además deben reforzar su posición frente a los Estados sobre el
significado del derecho al libre tránsito y permanencia de las personas con identidades
diferenciadas en los países receptores. De esa forma se construye el combate abierto contra
el racismo y sus formas conexas

Redefinición de la Justicia

En el ámbito judicial, el ejercicio efectivo del derecho a la igualdad de trato está


acompañado de un igual acceso a los tribunales y oficinas del ombudsman52 en las mismas
condiciones para los migrantes y nacionales. Debe considerarse la participación de las
organizaciones de la sociedad civil a fin de elaborar una política nacional de DDHH que
contemple la perspectiva de los migrantes. Pero para que ello sea posible, es decir, un pleno
ejercicio de esos derechos, la función fundamental del ombudsman es insistir e invocar la
incorporación de las normas internacionales a la legislación nacional, sin necesidad de
invocar a una regulación expresa al respecto.

La aplicación de estas medidas resultan necesarias para el reconocimiento por parte de los
Estados, de que la impunidad respecto a actos de violencia y delitos motivados por
actitudes racistas 53 , xenófobas o discriminatorias, contribuyen a debilitar el imperio de la
Ley, socava los derechos de las víctimas de esos delitos y alienta la reiteración de los
mismos. Tanto la justicia civil como la penal deben estimular su funcionamiento en el caso
de estafas, alquileres abusivos, trabajo esclavo, extorsiones policiales, préstamos usureros
para los extranjeros, al igual que las prácticas discriminatorias.

Respecto a la inmigración ilegal, debe reconocerse el origen de la misma en la red de


organizaciones de tráfico de migrantes que operan y se sustentan sobre la base de falsas
promesas, y en las empresas privadas que se benefician de su situación, explotando al

52
En aquellos países de América Latina dónde han incluido la figura del Ombudsman en su institucionalidad
estatal, ésta entidad tiene que ser independiente, no subordinada a los poderes constituidos y tener especial
énfasis en su papel de catalizador de los procesos de pacificación y robustecimiento de la democracia
(INREDH, 1997:41)
53
En algunos países, el factor racial constituye un elemento para la aplicación inequitativa de la justicia.
Existen muchas situaciones comprobadas de una "cultura institucional" no reconocida que juzga según la
apariencia identitaria.

51
trabajador, sobre todo por su condición de vulnerabilidad. Estos delitos deben estar
contemplados en el código penal para implementar un justo castigo a los infractores.
Además, deben promover medidas, a nivel nacional e internacional, para impedir la trata y
el transporte ilícito en particular mujeres y niños, con fines de prostitución, explotación
económica y cualquier otra forma de trabajo ilegal como la servidumbre doméstica y el
trabajo forzoso. Particularmente se alienta a los Estados a que introduzcan sanciones
penales, civiles, laborales y administrativas, o refuercen las ya vigentes, con el fin de
castigar a los responsables de los daños causados a mujeres y niñas migrantes, víctimas de
cualquier tipo de violencia en los diferentes ámbitos dónde se desenvuelva.

Apuntando hacia una verdadera integración regional

Las políticas de los Estados y de los mecanismos de integración regional deben estar
coordinadas. Uno de estas acciones podría dirigirse hacia la generación de espacios de
participación y decisión a los organismos de la sociedad civil que trabajen con la población
migrante. De esa manera se amplia la cooperación en la elaboración, revisión y monitoreo
de las políticas migratorias nacionales y regionales.

Desde la perspectiva de las políticas migratorias pueden presentarse dos alternativas


extremas en vistas de la integración regional. La primera consistiría en una completa
libertad migratoria. Este es el caso de la Unión Europea, pero aplicada solamente a los
ciudadanos de los países miembros, sin hacerla extensiva a los extranjeros. La segunda es la
completa prohibición de inmigrantes, lo que constituye una improbable actitud autárquica,
solo aplicable en el marco de las relaciones autoritarias en el plano internacional54 .

En el contexto latinoamericano podríamos referirnos a la emergencia de bloques


subregionales cuyas reglas del juego, al menos propositivas, implicarían la adopción de un
regionalismo multidimensional que vaya más allá del regionalismo abierto en materia
económica al incorporar dimensiones políticas, sociales y culturales 55 . Pero esto no se logra
con el mero reconocimiento de la libertad migratoria. Resulta necesario asegurar y
reconocer un conjunto de derechos sociolaborales y garantías socioeconómicas vinculadas
con la salud, la educación y el bienestar social.

La existencia de una fuerte carencia de formulaciones en términos de los impactos de la


constitución de grupos regionales en la aplicación del principio de igualdad de
oportunidades y trato equitativo en términos de movilidad del trabajo, defensa de los
DDHH, profundización democrática, conduce a planear un futuro escenario donde las
integraciones regionales sean más completas en este ámbito.

54
Para la ampliación de este tema se recomienda Di Fillipo, A.: "Globalización, integración regional y
migraciones", ponencia presentada en el Simposio sobre migración internacional en las américas, Costa Rica,
2000.
55
Ibid

52
Aún cuando el Mercado Común del Sur (MERCOSUR) 56 ha adoptado un acuerdo en 1995
destinado a regular las migraciones dentro de la región, y la Comunidad Andina de
Naciones (CAN) en 1996 implementó la Tarjeta Andina de Migración (TAM) a fin de
facilitar los trámites migratorios dentro de la subregión, éstos son acuerdos formales para
los nacionales en el marco de las integraciones regionales, ya que persisten las diferencias
intra-regionales que muchas veces involucran a los trabajadores de frontera, que impiden la
movilidad bajo los parámetros de estas nuevas formas de territorialidad. Los países por lo
general establecen un mejor tratamiento a los trabajadores de países del mismo acuerdo
regional que a trabajadores de países fuera del mismo.

Debe reconocerse que han existido diálogos en los países latinoamericanos fuera de los
acuerdos regionales, en referencia al tema migratorio. Uno de ellos fue el Encuentro
sudamericano sobre Migraciones, Integración y Desarrollo, realizado en Lima en 1999, y el
otro fue, en seguimiento a este acuerdo, la Conferencia Sudamericana sobre Migraciones,
realizada en Buenos Aires en el 2.000. Cabe destacar que en esta última se acordó "abordar
la problemática migratoria de la región a través de diálogo multilateral abierto que
promuevan la reflexión y la coordinación de políticas y acciones entre países que
comparten esa problemática, mediante el ejercicio pleno de la cooperación regional para
fortalecer los actuales procesos de integración y desarrollo que se dan en la región".

Por otra parte, retomando el principio de protección de los DDHH, reafirman que "los
programas de difusión de los derechos de los migrantes a través de los gobiernos y la
sociedad civil, la concertación entre países receptores y emisores de migrantes, la
promoción de la migración ordenada y planificada como solución a la migración irregular y
la lucha contra el tráfico de seres humanos, emergen como políticas responsables".

Uno de los desafíos que se presentan en la órbita latinoamericana, en marcado contraste con
los acuerdos de la Comunidad Europea, es que las asimetrías existentes entre los países y
regiones subnacionales integrantes de un mismo acuerdo son más pronunciadas, y no se
prevén por ahora recursos "comunitarios" para reducirlas. Y por otra parte, la propensión
migratoria de mano de obra no calificada puede resultar intensa debido a factores
"expulsores" de naturaleza económica e inclusive política. Son todas cuestiones que dan un
tinte relativo a la libertad migratoria propuesta, pues cuanto mayores sean las asimetrías en
materia de ingresos, salud y educación, mayor será el flujo potencial desde las regiones
desfavorecidas hacia las más desarrolladas (Di Fillipo, 2000).

Esta cuestión desentraña difíciles problemáticas en este ámbito que urgen ser retomadas.
Independientemente de las libertades de trabajo regionales propuestas, y del número de

56
De acuerdo al Programa de Acción del MERCOSUR hasta el Año 2000 (MERCOSUR/CMC/DEC. Nº
9/95), se estipula en el inc.3.9 que "El avance del proceso de integración hacia la conformación de un
Mercado Común requerirá un tratamiento creciente del tema de las migraciones en sus diferentes aspectos,
entre los cuales pueden ser mencionados el de los controles en frontera y el examen de la posibilidad de
coordinación de las políticas migratorias de los Estados Partes". El tratamiento en esta materia funciona en el
ámbito del SGT 10 "Asuntos Laborales, Empleo y Seguridad Social", donde si bien se preveía un tratamiento
creciente del tema de las migraciones fronterizas, poco se ha avanzado. Hasta 1999 el Sub Grupo de trabajo,
se encontraba en la etapa de estudio del diagnóstico de las migraciones fronterizas.

53
migrantes que se desplacen al interior del bloque regional, deben existir un recíproco
reconocimiento de los derechos sociales. Esto sólo puede lograrse si los Estados de la
región establecen programas antidiscriminación que promuevan la igualdad de
oportunidades a favor de los ciudadanos de los países, de las minorías étnicas, poblaciones
indígenas, y otros grupos migrantes. Son procesos que requieren la colaboración de
instituciones nacionales e internacionales en el marco de la lucha contra la discriminación,
en un proceso de diálogo, intercambio de experiencias y cooperación.

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