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PLANTEL TLAXCALA
SENSOPERCEPCION
INTRODUCCION
EMPIRISMO
En muchos casos, los problemas fundamentales que examinaron muchos de los primeros
físicos y fisiólogos tenían que ver con la naturaleza de la experiencia sensorial. Por
ejemplo, en cuanto a la visión, al físico Thomas Young (1773-1829), a quien se conoce
especialmente por elaborar la teoría ondulatoria de la luz, también se le conoce por su
trabajo básico en la percepción del color. El eminente físico James Clerk Maxwell (1831-
1879), el gran Sir Isaac newton (1642- 1727) y quizá el mayor precursor científico de la
percepción, el físico-fisiólogo Hermann von Helmholtz (1821-1894), también escribieron
ampliamente sobre la percepción del color. Ernest Mach (1838-1916) famoso por su
trabajo clásico sobre mecánica (es posible que usted reconozca su nombre como se aplica
al número Mach, una unidad de velocidad de un objeto expresado con relación a la
velocidad del sonido) también estudio la sensación e hizo numerosas contribuciones al
fenómeno del contraste visual.
ESTRUCTURALISMO
Cuando Wilhelm Wundt fundó la Psicología como ciencia experimental en 1879, esta
disciplina se estructuro con base en las ciencias predominantes del siglo XIX en un
enfoque llamado estructuralismo. Como las ciencias naturales se enfocaban en el
descubrimiento de la estructura de los elementos básicos de la materia, la Psicología, en
especial en manos de Edward Bradford Titchener (1867- 1927), se propuso el
problema de descubrir la estructura de la percepción. Así que su meta era revelar los
elementos más simples y básicos de la experiencia consciente, a saber, las sensaciones
elementales.
Según Titchener, la tarea de la Psicología era reducir la percepción a los elementos que
la constituyen: sus sensaciones elementales. Según el concepto estructuralista, cada una
de las partes de la realidad produce una sensación individual, elemental y el efecto total
de esas sensaciones crea la percepción de la realidad.
PSICOLOGÍA GESTALT
En parte como reacción al enfoque estructuralista surgió una segunda escuela. Este
enfoque, denominado Psicología Gestalt, comenzó alrededor de 1910 en Alemania y se
opuso al concepto estructuralista prevaleciente de que una percepción es una
combinación de sensaciones individuales que se pueda reducir a elementos individuales
simples.
ENFOQUE CONSTRUCTIVISTA
Propone que aquello que percibimos en un momento dado es una construcción mental
basadas en nuestras estrategias cognoscitivas, el conjunto de nuestras experiencias
pasadas, predisposiciones, expectativas, motivo, atención, entre otras.
Este enfoque propone que el observador construye o, incluso, infiere las percepciones
con base en una interpretación de la información que proporciona el ambiente. Un
concepto central de este punto de vista es que algunos procesos constructivos ocurren
dentro del observador, un proceso que media entre el mundo físico de los objetos y
eventos, y su percepción.
PERCEPCIÓN DIRECTA
Según este punto de vista, los estímulos en el ambiente contienen toda la información
necesaria y suficiente para la percepción directa del mundo físico; las etapas adicionales
de procesamiento o mediación son innecesarias.
ENFOQUE COMPUTACIONAL
ENFOQUE NEUROFISIOLÓGICO
NEUROCIENCIA COGNITIVA
Definición de percepción.
En la percepción se destacan, por decirlo así, las cualidades sensibles del objeto, para
volver a ser puestas inmediatamente en relación con él. La percepción es la forma de
conocimiento de la realidad.
Definición de sensación
La sensación y la percepción están íntimamente vinculadas entre sí. Ambas son reflejo de
la realidad objetiva, a través de los sentidos, cuya realidad existe independientemente de
la conciencia e influye en los órganos sensoriales; en ello consiste su afinidad. Pero la
percepción es el devenir consciente del objeto o del fenómeno sensible dado.
En la percepción se refleja, por regla general, el mundo del hombre, de las cosas, de los
fenómenos, que para nosotros tiene una determinada significación. Entre ellos
establecemos infinidad de relaciones, cuyo resultado es la floración de situaciones
racionales, cuyos testigos y colaboradores somos nosotros mismos. La sensación es el
reflejo de una sola cualidad sensorial, de una indiferenciada e inobjetiva impresión del
mundo que nos rodea.
De esta manera podemos establecer una diferencia mínima entre sensación y percepción:
la sensación es la detección de la energía hasta el momento anterior a la interpretación; la
percepción es la decodificación, interpretación y nueva codificación de la información que
posibilite una respuesta.
Se define el término estímulo como un agente, acto o influencia que produce una reacción
funcional en un receptor o tejido. Es decir, en estímulo es un cambio energético que
ocurre en el ambiente. Estos cambios energéticos pueden ser de diferentes modalidades:
físicos, químicos, electromagnéticos, etcétera.
Los seres vivos están sometidos a estimulación constante de una magnitud tal, que se ha
calculado en cerca de cien millones los impulsos que llegan al organismo en un segundo
(Nathan, 1969); sin embargo, el organismo no procesa sino una parte de ellos y sólo una
mínima porción es manejada a nivel consciente.
La especie humana puede detectar energías de tipo mecánico (tacto, presión, sonido,
aceleración), térmico (frio, calor), electromagnético (luz), y químico (olfato, gusto, pH,
glicemia). Además de la modalidad de los estímulos, estos deben tener determinada
magnitud, tanto en duración como en intensidad, para poder detectarlos.
Los elementos básicos que estructuran los sistemas sensoriales son las neuronas, que son
los principales procesadores y transmisores de la información que utiliza el cuerpo.
Algunas neuronas sirven como células receptoras de los órganos sensoriales,
reaccionando ante formas específicas de energía física proveniente del ambiente, como la
luz, presión o sustancias químicas.
Estas neuronas traducen o transforman la energía física que les afecta en impulsos
nerviosos que después se envían a otras neuronas como parte del sistema general de
comunicación del sistema nervioso. Las neuronas sensoriales transmiten información de
los receptores sensoriales al cerebro, las neuronas motoras conducen información del
cerebro a los músculos y las inter neuronas transmiten información entre neuronas.
1) el cuerpo celular o soma, que contiene el núcleo de la célula, el cual regula las
actividades químicas de las neuronas y recibe y acumula los mensajes que le son
alimentados
2) del cuerpo celular se desprenden las estructuras ramificadas denominadas
dendritas, que establecen contacto y reciben información neural de otras
neuronas
3) los axones, que son fibras largas y delgadas que llevan información del cuerpo de
la célula a otras neuronas. De manera típica, los axones llevan los mensajes que
salen de las neuronas, ya sea pasándolos a las neuronas cercanas o haciendo que
un músculo o glándula ejecute una acción. Algunos axones miden
aproximadamente 0.1 mm de largo; otros pueden extenderse hasta 1 metro o más
dentro del sistema nervioso del adulto humano. Habitualmente, los axones se
conectan con las dendritas de otras neuronas a las cuales transmiten los impulsos,
es decir, el axón es la parte del sistema de comunicación de la neurona que
transfiere al exterior la información, como impulsos neurales, mientras que las
dendritas transmiten la información al interior, hacia el cuerpo celular. Muchas
neuronas tienen axones 2 4 que están cubiertos de una capa o vaina grasa formada
por una sustancia denominada mielina. La mielina se forma de células protectoras
y nutrientes que cubren el axón; esta vaina de mielina ayuda a incrementar
significativamente la velocidad a la que viaja el impulso nervioso a través de una
neurona. El extremo de un axón tiene una forma ramificada, parecida a un árbol y
cada rama termina en una estructura denominada botón terminal; en el botón
terminal, el axón se conecta con la dendrita de otra neurona.
Así, cuando varias cargas eléctricas dentro de una neurona se acumulan y superan el
umbral neural, el estado eléctrico de la neurona cambia rápidamente –un cambio que
dura 1 milisegundo. A dicho cambio se le denomina potencial de acción. Los
potenciales de acción siguen un principio de todo o nada: cuando el cambio eléctrico
alcanza el umbral neural, ocurre un potencial de acción y se envía un impulso. Por otra
parte, si la carga eléctrica total se encuentra por debajo del nivel crítico del umbral
neural, no ocurre un potencial de acción.
La fuerza o intensidad del potencial de acción permanece constante, sin importar la
intensidad del estímulo, es decir, siempre descarga de la misma manera. Sin embargo,
los efectos de los estímulos, desde los muy intensos a los apenas perceptibles, se
deben a la cantidad de potenciales de acción en un intervalo de tiempo –tasa de
descarga-, es decir, entre más fuerte sea el estímulo mayor será la frecuencia de los
potenciales de acción (mayor será la tasa de descarga).
Los estímulos generados por el ambiente son captados por estructuras orgánicas
sensoriales denominados receptores, las cuales realizarán ciertos procesos que
permiten canalizar determinada información hacia zonas de análisis superior en el
sistema nervioso. Los receptores pueden ser de diferentes tipos:
Se puede considerar que la actividad realizada por los receptores de sensibilidad puede
dividirse en tres aspectos. Se trata de las funciones denominadas:
Filtro: Denominamos así el papel realizado por los receptores al desechar
numerosísimos estímulos y captar solamente determinado tipo de ellos. Cada
receptor tiene un umbral específico, que le permite recibir sólo formas de energía
de cierta modalidad, lo suficientemente intensas y duraderas. Se denomina
estímulo adecuado aquel para el cual tiene el receptor su menor umbral; mediante
esta función de filtro, el sistema nervioso rechaza gran cantidad de estímulos que
de otra forma sobrecargarían innecesariamente el sistema.
Transducción: El segundo papel que desempeña un receptor de sensibilidad es
la transformación de la energía del estímulo respectivo, en energía nerviosa. Como
se sabe el transductor es un aparato que transforma cierta clase de energía en
otra, se considera que los receptores son transductores biológicos.
Codificación: Los potenciales de acción así originados a nivel de los receptores y
las fibras aferentes constituyen la forma mediante la cual va a ser llevada hacia los
centros superiores, la información de importancia para el sistema nervioso, con el
fin de ser analizada.
El mensaje periférico tiene un significado que ha sido cifrado por el receptor al utilizar
determinado código. Integración de los sistemas sensoriales. A fin de que sean
informativas para el organismo, las señales eléctricas en la neurona deben enviarse al
cerebro. Los nervios, tractos y núcleos del sistema nervioso realizan esta tarea.
Un nervio es un haz de axones que forman una vía que lleva las señales neurales de una
parte del sistema nervioso a otra. Al igual que existen células sensoriales y motoras,
también existen nervios sensoriales y motores. Los nervios sensoriales, también llamados
nervios aferentes (traer), transmiten la información sensorial al cerebro y a la médula
espinal y proporcionan nuestra experiencia sensorial.
Los nervios motores o nervios eferentes (enviar) transmiten mensajes desde el cerebro y
la médula espinal a los efectores como los músculos y los tendones.
La información sensorial se transmite a través de los nervios al sistema nervioso central,
que está formado por la médula espinal y el cerebro. Dentro del sistema nervioso central,
las vías se conocen como haces. Además, existen muchas regiones del sistema nervioso
central donde convergen grandes grupos de neuronas y se reúnen para formar conexiones
sinápticas llamadas núcleos.
Las funciones de los núcleos son procesar, integrar, transformar e incluso ejecutar
análisis simples sobre la información sensorial. El tálamo del cerebro es uno de tales
núcleos principales; está formado por numerosos núcleos, cada uno de los cuales se
restringe a un solo sentido especifico. Las señales recogidas por los axones viajan a
regiones específicas de la corteza cerebral en el encéfalo, tal corteza en la capa delgada
exterior de los hemisferios cerebrales del cerebro.
Las regiones del cerebro específicas para cada sistema sensorial se conocen como áreas
primarias de proyección cortical. El área primaria de proyección cortical para cada
sistema sensorial reside dentro de un lóbulo de la corteza. El área primaria de proyección
o área de recepción para la audición se encuentra en el lóbulo temporal, localizado en los
lados de la corteza; el área primaria de proyección para el tacto se ubica en el lóbulo
parietal, en la parte superior de la corteza; el área primaria de proyección cortical para la
vista está en el lóbulo occipital, situado en la parte posterior de la corteza; y la región del
cerebro dedicado al olfato está en el bulbo olfatorio, localizado por debajo del lóbulo
temporal, con proyecciones en varias regiones cerebrales.
Transducción de la energía
UNIDAD 3
CAPACIDADES PERCEPTIVAS BÁSICAS
Se sabe que no solamente hay mecanismos para indicar la variable intensidad, sino que
también otros aspectos de la sensación son codificados; por ejemplo, modalidad,
localización, afecto y aspectos temporales como la duración. Intensidad.
Esta podría ser una de las razones para explicar la existencia de receptores con diferente
umbral, cada uno de los cuales funcionaría dentro de determinado rango de intensidad,
aumentándose así la capacidad de procesamiento de información del sistema.
LOCALIZACION
La mayoría de las vías sensoriales están organizadas topográficamente. Esto quiere decir
que cada punto de la periferia está representado en una posición predecible, en cada
nivel de la vía, pudiéndose así diferenciar de los puntos vecinos. Los centros analizadores
corticales poseen una representación espacial del organismo a la manera de un modelo
tridimensional, formado durante el proceso de desarrollo ontogénico.
Otros dos factores permiten una localización más precisa: primero, la superposición de
campos receptores de diferentes unidades corticales; segundo, el fenómeno de indivisión
lateral.
DURACION
AFECTO
Es claro que ningún organismo responde a todas las partes del rango posible de energías
físicas en lugar de ello, el estímulo potencial debe tener una intensidad mínima suficiente
para producir la activación neural requerida para percibirlo. El estímulo mínimo o
intensidad mínima perceptiva necesaria para la detección se conoce en general como
Umbral absoluto o limen absoluto.
Por tradición, estos valores del estímulo definen el límite inferior estimado de la
sensibilidad absoluta del organismo. Si el estímulo es demasiado débil y no produce una
respuesta confiable, se dice que su magnitud es sub umbral o sub liminal en tanto que si
supera el umbral se le conoce como supra umbral o supra liminal.
El estímulo mínimo detectable varía según el sistema sensorial investigado, según las
condiciones de prueba y las diferencias individuales entre observadores. El concepto de
umbral absoluto supone que existe una magnitud o punto preciso del estímulo en la
dimensión de intensidad o energía que, cuando se alcanza, se vuelve apenas perceptible y
el observador responde que “si” detecta el estímulo. De esto se deduce que un estímulo
que esté a una unidad menor en intensidad no será detectado.
Los psicólogos han adoptado un concepto estadístico. Por consenso se supone que el
valor del umbral absoluto corresponde a la intensidad o magnitud del estímulo que provoca
una respuesta de detección en la mitad de sus ensayos de prueba, es decir, una magnitud
particular que se detecta en 50 % de las ocasiones.
Percepción de intensidad.
Percepción de cualidad
El globo ocular, que se encuentra en una cavidad protectora del cráneo, es una
estructura globular de cerca de 20 mm de diámetro.
IRIS
Diafragma muscular que va a dejar a un orificio central que es la pupila. Regula la cantidad
de luz que ingresa en la retina. Ese diafragma está compuesto por:
CRISTALINO
Lente del ojo, es un disco biconvexo transparente que está sujeto por el ligamento
suspensorio del cristalino. Esa lente tiene la particularidad de que puede modificar su
curvatura para que el enfoque sea exactamente sobre la retina.
ACOMODACIÓN
Cuando los rayos de luz entran en el globo ocular, la córnea inicialmente los refracta o
desvía. El cristalino los refracta más aún mediante un proceso dinámico llamado
acomodación. La acomodación es el mecanismo que modifica la forma del cristalino a fin
de hacer que una imagen se enfoque con mayor agudeza en la retina. Cuanto más plano
es el cristalino, menos rayos de luz refracta; cuanto más se abulta o agranda más rayos de
luz refracta o hace convergir. En otras palabras, la acomodación permite que el cristalino
ajuste o enfoque los rayos de luz provenientes de los objetos ubicados a diferentes
distancias.
Ilustración 3. Ojo emétrope.
ERRORES DE REFRACCIÓN.
Presbicia.
La capacidad del ojo humano para acomodarse se deteriora con la edad, lo que genera
una forma de error de refracción llamado presbicia. Con el aumento de la edad, la
elasticidad del cristalino disminuye progresivamente hasta volverse esclerótico o
endurecerse, lo que dificulta que el músculo ciliar cambie la curvatura del cristalino para
acomodar o hacer que converjan los rayos de luz de los objetos cercanos. Uno de los
resultados de la presbicia es que la capacidad de refracción del cristalino disminuye y, el
punto cercano aumenta durante el proceso de envejecimiento. De modo que las personas
mayores sin corrección en los cristalinos muy a menudo deben mantener el material de
lectura anormalmente alejado del rostro para enfocar de manera adecuada; por fortuna,
esta condición se remedia fácilmente con sólo poner anteojos para leer. En esencia, estos
anteojos son lentes convexas que hacen converger los rayos de luz divergente de los
objetos cercanos en la retina.
Hipermetropía.
Cuando el músculo ciliar está relajado, un ojo emetrópico –u ópticamente normal- forma
la imagen de un objetivo distante. En la ilustración 3 se aprecia esta condición. Cuando
el objetivo se aproxima al ojo, los rayos de luz divergen. Por tanto, el cristalino debe
agrandarse o abultarse a fin de desviar o refractar los rayos de luz para que converjan en
la retina; de lo contrario, los rayos de la imagen serán llevados a un enfoque virtual detrás
de la retina, lo que generará una imagen retiniana borrosa. En este caso, la falta de una
adecuada convergencia se conoce como hipermetropía o presbiopía. La hipermetropía
ocurre cuando el cristalino es demasiado débil o el globo ocular es demasiado corto para
la capacidad de refracción del cristalino. Aunque el ojo hipermétrope enfoca
adecuadamente los rayos de luz paralelos de un objeto distante, no enfoca con precisión
los rayos de luz divergentes de los objetos cercanos. Para corregir la hipermetropía, se
debe poner anteojos con lentes convexas que hagan convergir los rayos de luz y aumente
la refracción del cristalino.
Miopía.
El ojo normal (emétrope) enfoca perfectamente sobre la retina. En el ojo miope en enfoque
sobre la retina se produce antes de llegar a ella, se debe de colocar una lente que alargue ese
enfoque directamente sobre la retina, lentes bicóncavas. Lo que ocurre con la hipermetropía
es lo contrario, no se ve bien de cerca ya que el enfoque se produce posterior a la retina,
habría que acortar el enfoque colocando lentes biconvexas.
RETINA.
La retina cubre cerca de 200° del interior del globo ocular, está compuesta por una compleja
cubierta de células nerviosas y fotorreceptores interconectados que absorben energía
luminosa y la transducen en actividad neural.
El punto ciego hay una entrada de vasos arteriales y una salida de vasos venosos, también
observamos en la zona de salida unas fibrillas. Aquí no hay ni conos ni bastones.
Fóvea, mancha amarilla o mácula: solamente existen conos (fotorreceptores para el color) es
una zona muy pequeña, con un diámetro de 1 mm, es la zona de máxima agudeza visual.
La estimulación de los conos y los bastones se transmiten a través de la retina merced a una
cadena de conexiones neurales con el nervio óptico que, a su vez, envían señales al área visual
del cerebro. Grupos de bastones y conos están conectados con las células intermedias
llamadas células bipolares las cuales a su vez, se conectan con las células ganglionares, cuyos
axones son las fibras nerviosas ópticas.
Además de las células bipolares y ganglionares intermedias, hay dos capas de conexiones
horizontales que enlazan a células bipolares y ganglionares adyacentes entre sí. Un grupo,
al que se clasifica apropiadamente como células horizontales, tiene una red neural que se
extiende por la capa retiniana, la cual se encuentra entre los fotorreceptores y las células
bipolares. Un segundo conjunto de conexiones laterales, las células amacrinas se encuentran
entre las células bipolares y las ganglionares. Una de las funciones de estas conexiones
laterales es permitir que logren modificar las señales de los fotorreceptores.
Considérese la relación de los campos visuales con la retina y con el lóbulo occipital del
cerebro. Como se aprecia en la ilustración 4, la luz del campo visual derecho estimula la mitad
izquierda de cada retina y la luz del campo visual izquierdo estimula la mitad derecha de cada
retina. También es evidente que cada ojo envía proyecciones a los lóbulos occipitales
derecho e izquierdo. Así, las fibras del nervio óptico de la mitad izquierda de cada retina se
proyectan hacia el lóbulo occipital izquierdo y las fibras ópticas de la mitad derecha de cada
retina lo hacen hacia el lóbulo occipital derecho. En términos funcionales, esto garantiza que
la información del mismo lado de cada ojo llegue al mismo hemisferio cerebral. Respecto a la
relación del campo visual con el cerebro, esto implica que el campo visual derecho está
representado en el lado izquierdo del cerebro y el campo visual izquierdo se proyecta en el
lado derecho del cerebro. Así, una mitad del campo visual total se proyecta en cada lóbulo
occipital.
FOTORRECEPTORES
i. Conos para el color azul: se estimula con una longitud de onda de alrededor
de 450 nm
El ojo recibe entre 400-700 nm de longitud de ondas. La luz blanca la estimulan los tres tipos
de conos.
Trastornos.
Agudeza visual
Considérese la importancia funcional de las conexiones neurales de los bastones y los conos
para las células intermedias. El hecho de que diversos bastones compartan una célula
ganglionar significa que hay convergencia o fondo común de información de los receptores
de una parte apreciable de la retina en una sola célula ganglionar. Esta convergencia de
estimulación aumenta la probabilidad de que la célula ganglionar común alcance el nivel de
energía necesario para dispararse. Tal relación neural de “muchos con pocos” entre
bastones y células intermedias incrementa la sensibilidad, la capacidad para percibir en
niveles bajos de iluminación. Además de hacer que converjan las señales en una célula
ganglionar común, los bastones presentan otra ventaja: individualmente un bastón necesita
menos luz que un cono para activarse. Así, aunque las señales individuales puedan ser
débiles, cuando converjan en una célula ganglionar común, el efecto acumulado puede ser lo
suficientemente fuerte como para activar dicha célula.
La agudeza visual en el sentido amplio, alude a la capacidad para resolver detalles finos y
distinguir las distintas partes del campo visual unas de otras.
Fijo Desplazamiento
Afirmando, que interpretamos los fenómenos como unidades organizadas, más que como
agregados de distintos datos sensoriales. Una Gestalt es por tanto, una configuración que
no se reduce a la superposición de elementos que la forman, sino que posee cualidades en
tanto que una totalidad, y la modificación de un solo elemento puede cambiar la gestalt en su
conjunto.
El sujeto para conocer se vale de estructuras, como totalidades complejas, las cuales
son propias y comunes en todos los niveles de funcionamiento cognitivo, por tanto no
tienen un origen (son innatas).
La conducta está organizada en totalidades o estructuras.
Las configuraciones tienen un origen físico.
No hay génesis ni estadios.
Las unidades simples no son el punto de partida, sino el producto de la
descomposición de unidades complejas.
Realiza aportaciones al campo de lo perceptual – auditivo-visual - afirmando que la
percepción del mundo se basa en configuraciones complejas.
Ley del Cierre: Los elementos tienden a agruparse en figuras completas. Las áreas
cerradas son más estables y mientras que en «a» se ven líneas agrupadas en «b» se
ven rectángulos.
Ley de la Simplicidad: los estímulos ambiguos tienden a analizarse de la forma más simple. Los cuatro
puntos se ven como formando un cuadrado y no como cualquier otra figura que pase por esos puntos.
La figura «A» se ve como un hexágono y la «B» como un cubo tridimensional, aunque la «A» podía
verse como un cubo.
Ley de la Simetría: el espacio limitado por dos bordes simétricos tiende a percibirse como una figura
coherente. A pesar de que la líneas no están cerradas parecen delimitar un espacio, al ser simétricas.
Ley de la buena comunicación: los elementos tienden a agruparse de manera que se haga el mínimo
cambio o discontinuidad o la discontinuidad. En la figura tienden a verse dos líneas que se cruzan en
ver de dos «uves» que se tocan en el vértice.
Ley del Destino Común: si un grupo de elementos se mueve con velocidad uniforme sobre un campo
de elementos similares, los que se mueven tienden a percibirse como un grupo coherente. Puede
hacerse fácilmente la experiencia pintando un conjunto de puntos al azar sobre un papel transparente
y otros sobre un papel blanco, haciendo que la hoja transparente se mueva sobre la otra se observará
que lo puntos se mueven conjuntamente, se ven como una unidad.
Según los gestaltistas, los individuos organizan al mundo imponiendo formas; esta idea la extienden no sólo
a terreno de la percepción, sino también al del pensamiento, sosteniendo que pensar supone organizar los
elementos de un problema en una totalidad nueva. (Wertheimer, 1920-1945)
Para los gestaltistas las formas son campos de fuerza y existe un isomorfismo entre el mundo físico y las
formas mentales. Por eso la teoría gestaltista e innatista en el sentido de que las formas no se construyen sino
de que de algún modo se nace con ellas, encuentran su punto débil en este aspecto.
Terminología.
La percepción del color depende principalmente de la longitud de onda de la luz que estimula el sistema visual.
En los seres humanos, la luz que produce una experiencia de color entra en el rango sumamente restringido
del espectro electromagnético (entre 380 y 760 nm aproximadamente). Por tanto, cuando nos referimos a
una luz azul o roja, en realidad aludimos a la luz de longitudes de onda corta o larga, respectivamente, cuyos
efectos producen las sensaciones cromáticas del azul o el rojo en el sistema visual.
Las sensaciones cromáticas son efectos totalmente subjetivos producto de la luz de ciertas longitudes de
onda del espectro visible reflejados en el sistema nervioso. En otras palabras, los colores dependen de la
forma en que el sistema visual interprete las diferentes longitudes de onda de la luz que se refleja en los
objetos e incide en el ojo. Los rayos de luz, las pinturas, los filtros, etcétera; no tienen color. Utilizan
simplemente la energía radiante en forma selectiva, produciendo o transmitiendo ciertas longitudes de onda,
reflejando algunas y absorbiendo otras. De modo que el color es producto del sistema visual y no una
propiedad inherente del espectro visible.
En consecuencia, los objetos parecen tener color porque reflejan determinadas longitudes de onda de la luz
a nuestro sistema visual. Cuando la luz “blanca” del Sol o una fuente en lo alto ilumina una superficie u objeto,
pigmentos sensibles a la luz dentro de la superficie absorben algunas de las longitudes de onda y reflejan
otras. Por ejemplo, a los seres humanos les parecen amarillas las longitudes de onda de aproximadamente 580
nm; así sucede con un limón cuando lo ilumina una luz blanca, de hecho, la cáscara de un limón parece amarilla
porque absorbe la mayor parte de las longitudes de onda que inciden en él salvo una pequeña banda de
longitudes de onda de alrededor de unos 590nm, lo cual significa que el limón refleja predominantemente las
longitudes de onda de alrededor de 580 nm que parecen amarillas. De igual modo, las longitudes de onda de
unos 500 nm parecen verdes para la mayoría de los individuos; por ejemplo, la piel de una pimienta se ve verde
porque absorbe la mayor parte de las longitudes de onda y refleja las que se hallan en la región de los 500
nm. En comparación con ambos ejemplos, los zapatos negros parecen negros porque absorben casi toda la
luz que los ilumina y una hoja parece blanca porque refleja casi toda la luz que incide en ella en forma más o
menos uniforme.
Las sensaciones cromáticas se relacionan en formas constantes y mensurables con las características físicas
de la luz. Para describir esta relación, primero debe identificarse las dimensiones de los estímulos de la visión
de color. La característica física predominante del color de una luz es su longitud de onda; esto se observó
en uno de los primeros tratamientos completos de la visión de color, realizado por Isaac Newton. En el S.
XVII, Newton demostró que cuando un haz milimétrico de luz blanca atraviesa un prisma, se refracta o desvía,
y divide en varios rayos de luz de diferentes longitudes de onda, formando el espectro cromático. La cantidad
de refracción la determina la longitud de onda; así, las longitudes de onda corta refractan más y las longitudes
de onda larga refractan menos. El espectro cromático se percibe como un arco iris de colores, que se
extiende del violeta y el azul al amarillo y al rojo.
2. Intensidad Brillantez
Brillantez. La brillantez se relaciona con la intensidad de la luz. Cuanto más intensa es la luz, más brillante
parece; disminuir la intensidad produce una apariencia más oscura. Sin embargo, para una determinada
intensidad, algunos tintes, como el amarillo, aparecen más brillantes que los que son producidos por las
longitudes de onda más cortas, como el azul. Además, el tinte percibido de un estímulo cambiará ligeramente
dependiendo de la intensidad de éste. Si se incrementa la intensidad de las luces con longitud de onda
relativamente larga que aparecen como amarillo-verde y amarillo-rojo, estas luces no sólo aparecerán más
brillantes, sino que también adquirirán un matiz más amarillo; de igual manera, las luces de longitud de onda
corta que se perciben como azul-verde y violeta empiezan a aparecer más azules cuando se incrementa su
intensidad.
Saturación. La saturación es el atributo psicológico que alude a la cantidad relativa de tinte que hay en una
superficie u objeto. La saturación se relaciona con la dimensión física de la pureza espectral. Una luz de una
sola longitud de onda es una luz pura y parece muy saturada. No obstante, la adición de otras longitudes de
onda o de luz blanca o gris a a luz pura, reduce la pureza y se inhibe la apariencia de saturación.
En general, los colores puros generados por una sola longitud de onda son poco frecuentes y cuando se
dan es sólo en condiciones precisas de laboratorio. Muy a menudo la luz que llega al ojo está compuesta por
una mezcla de longitudes de onda. Es importante recordar que los colores que se perciben se basan en las
respuestas del sistema visual a las diferentes longitudes de onda en sí. Ahora, se analizarán las dos clases de
mezcla de color: aditiva y sustractiva.
Mezcla aditiva del color. Las mezclas aditivas de color se generan cuando las luces con varias longitudes de
onda se combinan en el sistema visual. Esto significa que se suman los efectos de las diferentes longitudes
de onda en el sistema visual. Así, cuando se observa una mezcla aditiva de un verde de 530 nm y un rojo de
650 nm, se experimentan sus efectos combinados. Los colores aditivos suponen la mezcla de luces, de modo
que las proyecciones parcialmente sobrepuestas de luces rojas, verdes y azules generan mezclas de color
aditivas. Por ejemplo, las luces roja y verde se combinan y forman amarillo. Las excitaciones de todas las luces
enviadas al sistema visual generan blanco.
Mezcla sustractiva del color. Los fenómenos mostrados en la ilustración 5 se aplican a la mezcla de luces de
colores, pero no a la de pigmentos, pinturas o tintes. Las mezclas de luces y las de los pigmentos son
físicamente muy diferentes. En el caso, que comprenden mezclas aditivas de color, las luces se combinan. Se
trata de un proceso aditivo en el sentido de que cuando la luz incide en el ojo, los efectos neurales de las
longitudes de onda individuales de la luz se combinan en el sistema nervioso
UNIDAD 5
El gusto
¿Qué es el sabor?
El sabor es la impresión que nos causa un alimento u otra sustancia, y está determinado principalmente por
sensaciones químicas detectadas por el gusto (lengua) así como por el olfato (olor). El 80% de lo que se
detecta como sabor es procedente de la sensación de olor. El nervio trigémino es el encargado de detectar
las sustancias irritantes que entran por la boca o garganta, puede determinar en ocasiones el sabor. El sabor
de los alimentos es una preocupación de los cocineros, así como un reto científico para la industria alimentaria.
Los saborizantes y los condimentos, sean naturales (especias) o artificiales, se emplean para resaltar o
modificar los sabores.
Características De las sensaciones químicas, el olor es el principal determinante del sabor de un alimento,
esta es la razón por la que un constipado o una alergia que producen congestión nasal son también los
causantes de una disminución de la sensación de sabor en los alimentos. El mecanismo de sabor es muy
sencillo, al ingerir un alimento en la boca se desmenuza mediante la acción de dientes y muelas y se desprenden
aromas que ascienden mediante la faringe a la nariz (causando la sensación de sabor-olorosa) y sustancias
químicas que afectan a los sensores específicos de la lengua. El verdadero sabor de los alimentos se detecta
en los sensores específicos existentes en diferentes partes de la lengua, estos sensores se denominan papilas
gustativas y un ser humano posee cerca de 10.000 de estas papilas. La parte determinada por el gusto está
limitada a dulce, amargo, ácido, salado, y otros sabores básicos, pero el olor de la comida es muy variado. El
primero, además, puede ser alterado cambiando tan sólo su olor. Un ejemplo de esto son los caramelos con
saborizantes artificiales, que para cambiar su sabor, se emplean distintas esencias y fragancias. Por eso,
aunque el término «saborizante» hace referencia al sabor, ese mismo término se usa para referirse a fragancias
y esencias para alterar el sabor de cierto alimento. Las papilas gustativas específicas se concentran en
ciertas áreas de la lengua, por ejemplo los sabores dulces se perciben con mayor intensidad en la punta de la
lengua, mientras que los sabores amargos se experimentan con mayor intensidad en las zonas laterales de la
lengua. Una característica del sabor es el denominado retrogusto que aparece cuando la sustancia química
ya no está presente en las papilas gustativas, pero que queda una sensación persistente de sabor. Este
retrogusto existe en alimentos sólidos y líquidos y se emplea en la cata de ciertas sustancias: vino, aceites,
etc.
La sensación del sabor provoca reacciones fisiológicas de defensa en el organismo, por ejemplo el
zumo de limón provoca una salivación excesiva en la boca debido a su excesiva acidez, se trata de un
mecanismo de «defensa» intentando diluir su efecto ácido. De igual forma se percibe los efectos
cáusticos del alcohol en el paladar cuando se ingiere una bebida alcohólica, ese efecto es reconocido
como un «sabor» a pesar de que sus efectos fisiológicos son de defensa del organismo son debido a
causa de sus efectos.
Otro efecto fisiológico que afecta al sabor es la temperatura a la que se consumen los alimentos, se
puede notar este efecto en el sabor que proporciona el pan caliente y el frío. Un ejemplo está en las
cervezas que al ser consumidas a temperatura ambiente son de un sabor más ácido que cuando se
toman frías, de igual forma el helado es más dulce cuando se consume a mayores temperaturas que
recién sacado del congelador.
El consumo de tabaco afecta a la capacidad de detectar sabores, debido en parte a los efectos que
hace la nicotina sobre las papilas gustativas.
Mezclar sabores primarios. Es decir, al mezclar dulce con amargo como cuando se mezclan el azúcar y
el café en este caso se trata de enmascarar el sabor amargo del café debido a la dulzura que
proporciona el azúcar. En este ejemplo, la lengua no es capaz de distinguir los sabores individuales
de las sustancias mezcladas, es decir: no puede distinguir sensorialmente una mezcla de estímulos
gustativos diferentes.
La edad, a partir de los 60 años de edad se van perdiendo las facultades del sabor y del olor y por
consecuencia se pierde la capacidad de detectar sabores, estos casos suelen notarse por el cambio
de dietas.
Las mujeres en estado de embarazo detectan cambios en las percepciones de los sabores, debido
quizás a su estado de cambio hormonal.
Existen ciertos ingredientes que modifican el sabor, mitigando o potenciando su efecto sobre el paladar. Un
ejemplo claro se puede encontrar en las especias que tienen como misión la de 'crear' o 'potenciar sabores'.
En algunos casos la capacidad asociativa de las especias crea un falso sabor en la boca: un ejemplo claro es
la canela que recuerda 'por asociación' a platos dulces, cuando se detecta en un plato se piensa que es
ligeramente dulce o que recuerda a dulce La modificación del sabor es posible sólo con la modificación del
contenido graso del alimento, en algunos estudios científicos se ha demostrado que la cantidad de contenido
graso en la leche afecta al sabor de la vainilla. A veces se dice que la carne está más sabrosa si ésta posee
cierta cantidad de grasa, o que el jamón es más rico si posee sus vetas de grasa. Esta afirmación popular
confirma que la grasa de los alimentos potencia el sabor de estos.
¿Qué se denomina gusto? El gusto consiste en registrar el sabor e identificar determinadas sustancias
solubles en la saliva por medio de algunas de sus cualidades químicas. Aunque constituye el más débil de los
sentidos, está unido al olfato, que completa su función. Esto, porque el olor de los alimentos que ingerimos
asciende por la bifurcación Aero digestiva hacia la mucosa olfativa, y así se da el extraño fenómeno, que
consiste en que probamos los alimentos primero por la nariz. Una demostración de esto es lo que nos pasa
cuando tenemos la nariz tapada a causa de un catarro: al comer encontramos todo insípido, sin sabor.
Los órganos del Gusto, que tienen por misión el percibir y enviar al cerebro el sabor de las cosas que
introducimos en la boca, se encuentran en los Bulbos o botones gustativos, localizados en la Lengua. Es
ésta un órgano musculoso fijo por la base al suelo de la boca y con la punta libre, de forma que puede realizar
toda clase de movimientos. La superficie de la lengua está cubierta por una mucosa que tiene una serie de
salientes denominados Papilas Linguales que son de diferentes formas, las bases de estás papilas tienen
numerosas terminaciones nerviosas. Cuando una sustancia penetra en la boca es disuelta por la saliva
produciendo una corriente nerviosa que nos produce la sensación del gusto, la cual es transmitida al cerebro
a través de los nervios correspondientes. La lengua tiene otras utilidades como es ayudar en la masticación
e ingestión de los alimentos, y sobre todo en la articulación de las palabras cuando hablamos (las consonantes
principalmente).
Boca, orificio presente en la mayoría de los animales, a través del cual se ingiere el alimento y se emiten
sonidos para comunicarse. La boca está formada por dos cavidades: la cavidad bucal, entre los labios y
mejillas y el frontal de los dientes, y la cavidad oral, entre la parte interior de los dientes y la faringe. Las
glándulas salivares parótidas vierten en la cavidad bucal y las demás glándulas salivares en la cavidad oral. El
paladar de la cavidad oral es de hueso, es duro en la parte frontal y fibroso y más blando en la parte posterior.
El cielo de la boca termina por detrás, a la altura de la faringe, en varios pliegues sueltos y membranosos.
Glándulas salivares glándulas que segregan saliva. La saliva es un líquido ligeramente alcalino que humedece
la boca, ablanda la comida y contribuye a realizar la digestión. Las glándulas submaxilares son las más
grandes, están localizadas debajo de la mandíbula inferior y desembocan en el interior de la cavidad bucal; las
glándulas sublinguales se encuentran debajo de la lengua, y las parótidas están colocadas frente a cada oído.
Las glándulas bucales también segregan saliva y están en las mejillas, cerca de la parte frontal de la boca. La
saliva de la glándula parótida contiene enzimas llamadas amilasas, una de las cuales, conocida como ptialina,
participa en la digestión de los hidratos de carbono.
Las glándulas salivares de los seres humanos, en especial la parótida, se ven afectadas por una enfermedad
infecciosa específica, las llamadas paperas. Lengua (anatomía), órgano musculoso de la boca, asiento
principal del gusto y parte importante en la fonación y en la masticación y deglución de los alimentos. La
lengua está cubierta por una membrana mucosa, y se extiende desde el hueso hioides en la parte posterior
de la boca hacia los labios. La cara superior, los lados y la parte anterior de la cara inferior son libres. El
resto está unido a la cavidad bucal. Los músculos extrínsecos fijan la lengua a distintos puntos externos y los
músculos intrínsecos, que discurren de forma vertical, transversal y longitudinal, permiten muchos y diversos
movimientos.
La cara superior presenta pequeñas excrecencias que proporcionan a la lengua una textura rugosa, son las
papilas gustativas y en ellas reside el sentido del gusto. El color de la lengua suele ser rosado, lo que indica
un buen estado de salud; cuando pierde color es síntoma de algún trastorno. Como principal órgano del
gusto, la lengua tiene papilas gustativas que contienen los receptores gustativos y se encuentran dispersas
por toda su superficie. Los distintos receptores aparecen concentrados en determinadas zonas de la lengua;
de esta manera, los sabores dulce y salado son detectados en la parte anterior de la lengua; el ácido o agrio
en los lados, y el amargo en la parte posterior dorsal. En la masticación, la lengua empuja los alimentos contra
los dientes; en la deglución, lleva los alimentos hacia la faringe y más tarde hacia el esófago, cuando la presión
que ejerce la lengua provoca el cierre de la tráquea. También contribuye, junto con los labios, los dientes y
el paladar duro, a la articulación de palabras y sonidos.
Fisiología del gusto.
Imaginemos qué sucede luego de morder una porción de pizza: cuando la ponemos en la boca, y luego de ser
masticada unas cuantas veces, las distintas sustancias que la forman se disuelven en la saliva y llegan,
atravesando los poros de los botones gustativos, a las células receptoras del gusto. Allí tocan las membranas
de dichas células, excitándolas. Como la pizza incluye muchos sabores distintos, sus moléculas excitan
diferentes células receptoras. Luego, estas células envían una señal a las neuronas sensoriales a las que
están asociadas, y que forman los nervios que llevan la información hacia el cerebro. Existen tres nervios
craneales que llegan a la lengua y llevan la información gustativa al cerebro: el facial, el glosofaríngeo y el vago.
El primero inerva los dos tercios anteriores de la lengua, mientras que los otros dos recogen información de
la parte posterior. Esa información pasa por centros intermedios como el bulbo raquídeo y el tálamo, donde
se integra con la que proviene de los otros sentidos (principalmente del tacto y del olfato) y que también
forma parte de la sensación compleja que llamamos gusto. Finalmente, la información integrada llega a la
corteza cerebral; en ese momento podemos decir que lo que estamos comiendo es una pizza. La información
también se dirige al sistema límbico, relacionado entre otras cosas con las emociones. Así es que, a veces, los
sabores pueden invocar recuerdos y sentimientos. Una vez que las señales se transmiten al cerebro, se
activan distintas vías de salida que son importantes para la función digestiva. Por ejemplo, al probar el primer
trozo de comida aumenta rápidamente la salivación. Es una de las señales de anuncio para que el aparato
digestivo se prepare para procesar la comida que está ingresando en el cuerpo.
La pérdida del sentido del gusto (ageusia) es un desorden quimiosensoria. La capacidad disminuida para
saborear sustancias dulces, agrias, amargas o saladas se denomina hipogeusia. En otros desórdenes de los
quimio sentidos, los olores, gustos o sabores pueden ser malinterpretados o distorsionados, provocando que
una persona detecte un olor o gusto desagradable procedente de algo que normalmente es agradable al
gusto o el olfato.
Las anormalidades del sentido del gusto y el olfato pueden acompañar o indicar la existencia de
enfermedades o condiciones tales como:
I. Obesidad
II. Diabetes
III. Hipertensión
IV. Mala nutrición
V. Enfermedades degenerativas del sistema nervioso tales como:
a. La enfermedad de Parkinson
b. La enfermedad de Alzheimer.
Enfermedad (por ejemplo, infección de las vías respiratorias altas, infección sinusal)
Lesión en la cabeza
Trastornos hormonales
Problemas odontológicos.
Exposición a ciertos químicos
Ciertos medicamentos
Exposición a radioterapia para el cáncer en la cabeza o cuello.
Todo posible estímulo gustativo debe ser una sustancia disuelta o soluble. Normalmente, para probarla, una
sustancia potencialmente sápida debe convertirse en una solución al entrar en contacto con la saliva, lo que
limita las sustancias químicas susceptibles de ser probadas a moléculas solubles en agua; así, las sustancias
oleaginosas son en general malos estímulos para el gusto.
Cualidades gustativas.
Especificar la principal cualidad gustativa puede ser problemático en el caso de algunas sustancias porque
cambian según la concentración. Hay demasiadas excepciones como para dar una explicación de todos los
sabores sobre la base exclusivamente de la composición química; de hecho, no hay reglas definitivas que
relacionen la experiencia gustativa con la composición química de las sustancias. Una experiencia gustativa
llega a producirse incluso inyectando una sustancia química directamente en el torrente sanguíneo. También
es posible producir sensaciones gustativas mediante estimulación eléctrica y se aplica a la lengua una
corriente directa constante, genera un sabor agrio. Finalmente, se logran inducir determinadas sensaciones
relacionadas con el gusto mediante estimulación térmica, de modo que simplemente calentar o enfriar
pequeñas regiones de la superficie de la lengua produce sensaciones gustativas.
La teoría clásica reconoce la existencia de sólo cuatro sabores: amargo, ácido, dulce, salado. Al contrario
de la creencia popular, cada uno de estos sabores no tiene asociado una zona específica de la lengua como
sensor específico. Toda la superficie de la lengua es sensible a todos ellos.
Amargo: existen diferentes compuestos químicos que proporcionan el sabor amargo. La lengua
humana es muy sofisticada en la detección de sustancias amargas. Se es capaz de distinguir
diferentes tipos de amargura, esto es quizás un instinto de supervivencia ya que la mayoría de los
venenos posee este sabor.
Ácido: se trata de receptores en la lengua capaces de detectar sustancias ácidas (es decir H+ en
solución)
Dulce: azúcar, en la punta de la lengua. El mecanismo exacto por el que se detecta lo dulce es objeto
de investigación en la actualidad
Salado: se trata de papilas gustativas sensibles a la recepción de iones procedentes de la sal común
(NaCl) Técnicamente hablando, los sensores de la lengua que detectan los sabores básicos del
salado y el amargo se llaman canales iónicos.
El sabor umami
Según las investigaciones realizadas por el fisiólogo japonés Kikunae Ikeda en el año 1908, el umami es un
quinto sabor, cárnico. Corresponde a un sabor detectado por la lengua y su principal responsable es el
glutamato monosódico presente en algunas algas y que es frecuente en los platos que se preparan en Asia.
Aunque es posible detectarlo en grandes cantidades en el queso parmesano.
Además de los cuatros sabores aquí presentados, existen también el "agrio" y el "astringente", que junto a
los cuatro citados anteriormente, forman los 6 sabores que reconoce el Ayurveda (medicina tradicional de la
India).
El sabor adiposo
En noviembre de 2005, científicos de la Universidad de Borgoña —en Dijon (Francia)— descubrieron unas
células receptoras en la lengua (nuevas papilas gustativas) que poseen un receptor encargado de transmitir
el sabor graso (de los lípidos). Se trata de la molécula transportadora de ácidos grasos CD36. Los
investigadores piensan que su potenciación o inhibición en el organismo puede inducir cambios importantes
en la conducta alimenticia. En realidad se detecta la proteína denominada CD36. Este descubrimiento da
explicación al gusto natural que poseemos por la ingesta de grasas.
Modifican el olor
Algunos de los saborizantes aportan sólo un aroma o fragancia mediante un fino perfume capaz de provocar
la sensación de sabor en ciertos alimentos. Los métodos de extracción pueden ser diversos, desde la
extracción del solvente, la destilación o empleando la fuerza como puede ser la operación de exprimir. Los
saborizantes artificiales son creados por compañías especializadas, encargadas de elaborar sustancias no
tóxicas capaces de proporcionar estos aromas. Un ejemplo de saborizante que aporta aroma es el de los
yogures con sabores, al probar este alimento el aroma sube por la faringe y evoca al consumidor la fruta del
yogurt (y que generalmente no está presente). Los ingenieros químicos encargados de estudiar estos
fenómenos en la industria de la alimentación se denominan: flavoristas o ingenieros del sabor. Los
compuestos químicos empleados para producir sabores artificiales son casi idénticos a los que se pueden
encontrar de forma natural, lo que no implica que su consumo sin límite sea sano y seguro para la salud. De
hecho, los saborizantes artificiales están muy regulados por las leyes sanitarias de las naciones.
Modificar el gusto
La sal común y el azúcar son los encargados de proporcionar dos de los cinco sabores básicos, existen por
regla general otras sustancias como los edulcorantes que son capaces de proporcionar sabor dulce a ciertos
alimentos. Existen algunos saborizantes que se encargan de reforzar el sabor como pueden ser los
glutamatos o también denominados saborizantes de tipo umami:
Ciertos ácidos orgánicos se emplean para proporcionar sabores ácidos, pero que al contrario que la sal y el
azúcar no son considerados saborizantes por la ley. Cada ácido proporciona acidez y altera el sabor
originario de un alimento:
Sensaciones de sabor
El sistema somato sensorial de la lengua es capaz de detectar otras sensaciones que en lenguaje popular se
denominan 'sabores', es por esta razón por la que se denomina: 'sabor picante', o 'sabor caliente', etc. estas
denominaciones se fundamentan en las sensaciones que se perciben por el paladar, o la misma lengua (fuera
del ámbito de las papilas gustativas).
Patologías del gusto
Las patologías relacionadas con la pérdida de sabor son: las ageusias (pérdida completa de la capacidad de
sentir sabor) y la anosmia (pérdida completa de la capacidad de oler). Existen también patologías en las que
la pérdida de la capacidad es completamente parcial: hiposmia y hipoagensia. Pueden estar causadas por
lesiones cerebrales, infecciones o exposición prolongada a ciertos elementos químicos. Otra patología del
gusto es la denominada parageusia que da como síntoma un sabor metálico al probar la comida, suele estar
causado por la ingesta de fármacos tales como la acetazolamida, metronidazole o etopósido. Es conocido
también el síndrome de boca ardiente, que causa disfunciones en la recepción de los sabores. Algunas
enfermedades de la lengua pueden afectar a la recepción de los sabores básicos como puede ser la glossitis,
el síndrome de Sjögren. Este sentido, además, es un poderoso auxiliar de la digestión, ya que sabemos que
las sensaciones agradables del gusto estimulan la secreción de la saliva y los jugos gástricos.
En los umbrales gustativos y en las escalas del sabor influye mucho la región de la lengua que es estimulada.
Aunque los cuatro sabores primarios pueden ser detectados en la mayor parte de la lengua, no todas las
regiones de ésta son igualmente sensibles a todos ellos. En la ilustración 10, se aprecian las diferencias de
sensibilidad de las regiones de la lengua. En términos del sabor dulce, el umbral es más bajo en la parte frontal;
lo acido lo percibe mejor en a los lados; en función del sabor salado la parte frontal y los lados son más
sensibles y la parte más al fondo es más sensible a lo amargo. Los umbrales gustativos de algunas soluciones
químicas también varían considerablemente de un degustador a otro. Dos de estas sustancias químicas son
la vainilla y una sustancia intensamente amarga llamada fenilticarbamida o feniltiourea (PTC). La
variabilidad de los valores del umbral de la feniltiourea es interesante porque la distribución del umbral es
bimodal, en otras palabras, la sensibilidad a ella se distribuye en dos grupos muy separados: es muy amarga
para un grupo pero apenas detectable o insípida para el grupo restante, y hay muy pocos individuos entre
ambos extremos. La capacidad para probar el feniltiourea (PTC) depende de la herencia de un solo par
de genes, así, los degustadores tienen uno o ambos genes dominantes y los no degustadores poseen un par
de genes recesivos. Los naturales de África y América del Sur son casi en su mayoría degustadores,
mientras que alrededor de una tercera parte de las poblaciones caucásicas y asiáticas son no degustadores
al PTC. Tal “ceguera gustativa” al PTC también puede extenderse a otros compuestos; como por ejemplo
pueden ser menos sensibles a lo amargo de la cafeína y a las elevadas cantidades de sacarina. Una última
variable es el proceso normal de envejecimiento que influye en los umbrales gustativos de la mayoría de los
individuos; por ejemplo, en promedio, los umbrales de detección gustativa de los aminoácidos, los
edulcorantes, las sales y el glutamato monosódico pueden ser entre 2 y cerca de 7 veces superior en los
ancianos que en los jóvenes.
Los estímulos químicos normales del olfato son las sustancias orgánicas y no las inorgánicas. En
circunstancias usuales, ninguno de los elementos que hay libremente en la naturaleza es oloroso. Los
odorantes naturales suelen ser mezclas de compuestos químicos y con frecuencia sumamente complejos: los
olores ambientales emitidos por la vida vegetativa, la materia orgánica en descomposición y las glándulas
productoras de olores de los animales. Los olores naturales se dan como señales que sirven para el
reconocimiento y ubicación de nutrientes, toxinas, depredadores y pareja sexual. La fisiología del proceso
olfatorio es elusiva, sobre todo porque los receptores son inaccesibles. Toda la región del tejido sensible al
olor, llamada epitelio olfatorio o mucosa olfatoria ocupa un área total de una pulgada cuadrada. Se ubica a
ambos lados de la cavidad nasal, misma que se halla dividida por el puente nasal, el cual separa las dos fosas
nasales en el área del epitelio olfativo. Los dos pasajes nasales probablemente mejoren la agudeza olfatoria
al proporcionar al aparato olfativo dos muestras separadas del mundo olfativo con cada aspiración. Además
ambas fosas nasales pueden ayudar a localizar la fuente de un olor, en buena medida como las orejas ayudan
en la localización auditiva.
UNIDAD 6
EL SENTIDO DEL TACTO
La piel se encuentra en un estado constante de renovación debido a la actividad celular de sus capas
profundas, varía de textura, flexibilidad, color, olor, temperatura y otros aspectos. Lleva consigo su propia
memoria de experiencia, define nuestra individualidad; no sólo tenemos huellas digitales que son únicas,
también tenemos una disposición de poros que es única. Es nuestra piel lo que se interpone entre nosotros
y el mundo, constituye aproximadamente el 12% de nuestro peso corporal.
La punta de los dedos y la lengua son mucho más sensibles que otros puntos del cuerpo. Las partes más
pilosas son generalmente las más sensibles a la presión, porque hay muchos receptores sensoriales en la base
de cada pelo, también es más delgada la piel donde hay cabello o vello. El sentido del tacto no está en la
capa externa de la piel, sino en la segunda, en la dermis. Los receptores sensoriales de la piel detectan los
cambios que se producen en el entorno; a través del tacto, la presión y la temperatura.
Esquema de la piel. está inervado por un tipo específico de fibra nerviosa. Los distintos mecanorreceptores
se distinguen por el tamaño de su campo receptivo, la persistencia de su respuesta y el margen de frecuencias
al que responden, Se necesita todo un ejército de receptores para crear esa delicadeza sinfónica que
llamamos caricia. Entre la epidermis y la dermis se encuentran los diminutos corpúsculos de Meissner,
parecen especializarse en las partes no pilosas del cuerpo (las plantas de los pies, las puntas de los dedos, el
clítoris, el pene, los pezones, las palmas y la lengua). Las zonas erógenas y otros puntos hipersensibles
responden muy rápidamente a la más ligera estimulación. El sentido del tacto o sentido táctil permite percibir
cualidades de los objetos y medios como la presión, temperatura, aspereza o suavidad, dureza, etc. Este
sentido se halla principalmente en la piel, en la que se encuentran diferentes clases de receptores que se
encargan de transformar los distintos tipos de estímulos del exterior en información susceptible de ser
interpretada por el cerebro. Los principales receptores son los corpúsculos del tacto y los corpúsculos o
discos de Merkel. Por ejemplo, los corpúsculos de Ruffini son los encargados de percibir la presión.
Corpúsculos de Krause
Son corpúsculos táctiles localizados en el nivel profundo de la hipodermis, parecidos a los de Pacini, pero
más pequeños y simplificados. Es un receptor de temperatura (frío) de los cuales hay unos 260.000
extendidos por todo el cuerpo. La sensibilidad es variable según la región de la piel que se considere.
Además tanto el frío como el calor intensos excitan también a los receptores del dolor. Los receptores del
calor son los corpúsculos de Ruffini y de Vater-Pacini.
Terminaciones Nerviosas
Son receptoras del dolor y son simples terminaciones nerviosas libres cuyas ramificaciones se extienden por
la capa profunda de la epidermis, (capa de Malphigi) habiendo lugares en la piel donde alcanzan
concentraciones de 200 unidades por centímetro cuadrado.
Músculo Horripilador
Cada uno de los pelos de nuestro cuerpo dispone de un músculo llamado horripilador que se inserta en él y
que, cuando se contrae, mueve al pelo enderezándolo, con lo cual se nos pone la "carne de gallina".
Corpúsculos de Pacini
Son corpúsculos táctiles localizados en el nivel profundo de la hipodermis. Tienen forma ovalada, de medio
milímetro de longitud aproximadamente y están formados por capas yuxtapuestas. Los de Vater-Pacini y
Ruffini son receptores de temperatura (calor) de los cuales hay unos 35.000 extendidos por todo el cuerpo.
La sensibilidad es variable según la región de la piel que se considere. Además, tanto el frío como el calor
intensos, excitan también a los receptores del dolor. Los receptores del frío son los corpúsculos de Krause.
Corpúsculo de Meissner
Son corpúsculos táctiles localizados en la parte papilar de la dermis. Se encuentran formados por la
terminación en espiral de un axón en el interior de una cápsula conjuntiva ovoidal. Miden entre 50 y 100
micras y son considerados sensibles a la presión y al tacto. Estos receptores están muy desarrollados a nivel
de la punta de la lengua y de los dedos. Otros corpúsculos táctiles son los discos de Merkel, formados por
células epiteliales que reposan sobre la terminación en cúpula de un axón.
La Epidermis
Es la capa más delgada y externa no vascular de la piel. Está constituida por cinco capas que de adentro
hacia afuera son: Capa basal, capa espinosa, capa granular, capa clara y capa córnea. Es impermeable al
agua y resistente al rozamiento. Su grosor varía entre 0,07 y 1,4 milímetros. Las células externas forman una
capa córnea que se renueva constantemente por la maduración progresiva de las células que proceden de la
capa germinativa inferior.
La Capa de Malphigi
Capa más profunda de la epidermis, constituida por células mucosas muy prolíferas sobre la que descansan
las capas superiores de la Epidermis. Las nuevas células que aquí se forman pasan a la epidermis
sustituyendo a las que van muriéndose y desprendiéndose de la piel en forma de escamitas, caspa, etc. Esta
capa a su vez descansa sobre la Dermis.
El Tejido Adiposo
Las células de tejido adiposo presentan gran cantidad de capilares sanguíneos a su alrededor. Se localiza
principalmente en la piel y especialmente alrededor de muslos, nalgas, mamas y abdomen. También se
encuentra rodeando algunos órganos como el corazón y los riñones. Actúa como reserva energética del
organismo, siendo un fabuloso aislante térmico que conserva la temperatura del cuerpo y protege numerosos
órganos actuando de colchón en choques y caídas.
El Pelo Consta de una parte terminal o Bulbo, porción engrosada que bordea la papila nerviosa, y que se
continúa con la Raíz finalizando en el Tallo que es la parte que sale. Todo él está cubierto de varias vainas
que reciben el nombre de folículo piloso. Cuando el pelo se mueve se debe al músculo horripilador que lo
enerva. Bordeando el pelo se encuentran las glándulas sebáceas que lo embadurnan de grasa haciéndolo
elástico y flexible.
La Dermis
Está constituida por tejido conjuntivo y podemos dividirla en tres substratos: dermis papilar donde se
efectúa la unión con la epidermis. Presenta numerosos entrantes (epidermis) y salientes (dermis), el tejido de
esta parte de la piel es laxo. Luego está la dermis propiamente dicha formada por tejido conectivo
relativamente denso y por último se encuentra la hipodermis o dermis profunda que posee un tejido conjuntivo
con numerosas células adiposas con función de reserva energética, aislante térmico y amortiguador de
golpes.
La Hipodermis
Es la capa más profunda de la dermis que posee un tejido conjuntivo con numerosas células adiposas las
cuales se infiltran entre las fibras y las células. Su función es de reserva energética, aislante térmico y
amortiguador de golpes. Esta parte está muy vascularizada presentando gran cantidad de pequeñas venas
y arterias que trasladan las sustancias alimenticias y el oxígeno a todas las células de la piel.
El tacto.
El sentido del tacto o mecano recepción es aquel que permite a los organismos percibir cualidades de los
objetos y medios como la presión, temperatura, aspereza o suavidad, dureza, etc. En el ser humano se
considera uno de los cinco sentidos básicos. El sentido del tacto se halla principalmente en la piel, órgano
en el que se encuentran diferentes clases de receptores nerviosos que se encargan de transformar los
distintos tipos de estímulos del exterior en información susceptible de ser interpretada por el cerebro.
Debemos tener en cuenta que, aunque principalmente el sentido del tacto se encuentra en la piel, también lo
encontramos en las terminaciones nerviosas internas del organismo pudiendo percibir los altos cambios de
temperatura o el dolor. Por lo que es el más importante de los cinco sentidos permitiéndonos percibir los
riesgos para nuestra salud tanto internos como externos. Cuando nos describimos como seres sensibles, lo
que queremos decir es que somos conscientes. El significado más literal y amplio es que tenemos percepción
sensorial.”
Para entender, tenemos que usar la cabeza, es decir, la mente. En general, se piensa en la mente como algo
localizado en la cabeza, pero los hallazgos en Psicología sugieren que la mente no reside necesariamente en
el cerebro sino que viaja por todo el cuerpo en caravanas de hormonas y enzimas, ocupada en dar sentido a
esas complejas maravillas que catalogamos como tacto, gusto, olfato, oído y visión. El tacto pertenece al
sistema sensorial cuya influencia es difícil de aislar o eliminar. Un ser humano puede vivir a pesar de ser ciego,
sordo y carecer de los sentidos del gusto y el olfato, pero le es imposible sobrevivir sin las funciones que
desempeña la piel.
El tacto afecta a todo el organismo, así como a la cultura en medio de la cual éste vive y a los individuos con
los que se pone en contacto. La piel tiene receptores que son los encargados de recibir los estímulos. No
se encuentran repartidos por igual en toda la superficie de la piel. En la espalda los nervios están muy
separados, por eso es difícil saber exactamente donde nos pica, por ejemplo. Para comprobarlo, toca la
espalda de alguien primero con un lápiz y después con dos. Si la distancia que separa uno de otro es menor
de dos centímetros, tal vez sigua pensando que solo es un lápiz.
El tacto es el sentido que nos mantiene en constante relación con el entorno, puesto que mientras la vista
depende de los ojos, el oído de los órganos auditivos, el olfato de la nariz y el gusto de la lengua, el tacto, en
cambio, se extiende por la piel cubriendo todo nuestro cuerpo. Mediante el sentido del tacto podemos
percibir algunas características físicas de los objetos o ambiente que nos rodea como: la consistencia, la
textura, la forma y contorno, el tamaño, el peso, la humedad y la presión que ejerce un objeto sobre tu piel.
Una herida pequeña en lugares como los pies o la lengua pueden parecer muy grandes. Da esta sensación
porque estas partes están muy llenas de censores del tacto. El cerebro recibe gran cantidad de mensajes de
dolor, pero todos provienen de una herida muy pequeña. La pérdida de sentido del tacto puede ocurrir como
resultado de una lesión en la médula espinal o el sistema nervioso central, debido a una degeneración de los
nervios periféricos o en el plexo braquial (red nerviosa que se origina en la médula espinal y se distribuye por
el brazo.
Entre los padecimientos cuyos efectos pueden producir la pérdida del sentido del tacto se encuentran los
estados graves de Diabetes o la Lepra. En estos casos, aunque la función motora se mantenga, la falta de
sensaciones interfiere con el control fino de algunos movimientos de la mano, como agarrar, pellizcar o apretar.
Calor y frío.
No existe un solo receptor especializado que sea el receptor térmico. Sin embargo, en general se acepta que
una forma de terminación nerviosa libre es la que media las sensaciones térmicas. Además, el calor y el frío se
detectan a través de diferentes grupos de receptores de temperatura ubicados a diversas profundidades
dentro de la piel. Los receptores para el frío se encuentran relativamente cerca de la superficie de la piel,
mientras que los de calor se localizan a niveles más profundos.
Esto tal vez explica la observación de que los objetos fríos se sienten ligeramente más pesados que los
calientes. Asimismo, las fibras nerviosas que inervan los receptores tanto de calor como de frío aumentan su
frecuencia de descarga cuando se les estimula de manera apropiada. Las fibras de calor emiten descargas
de manera más rápida ante las temperaturas cálidas (45°C o más) y reducen su tasa de descarga a medida
que se reduce la temperatura.
En contraste, las fibras de frío tienen descargas más rápidas ante la estimulación del frío y reducen las
descargas a medida que aumenta la temperatura. Las fibras de calor y frío respondes, ambas, a un rango
superpuesto de temperaturas; es posible que, ante temperaturas entre cerca de 30 y 45°C, las fibras de frio
o de calor emitan descargas. La sensibilidad a la temperatura se distribuye de manera irregular en puntos
térmicos sobre la superficie de la piel. La exploración de la superficie cutánea con un estímulo caliente o frío
revela que algunos puntos de la piel son especialmente sensibles a la estimulación de calor mientras que otros
puntos, más numerosos, son sensibles a la estimulación fría.
Sin embargo, la sensibilidad de un punto térmico específico puede variar de manera notable a lo largo del
tiempo. Es posible que parte de ésta variabilidad se deba a los cambios de temperatura dentro de la piel
misma. Todos o cualquiera de estos factores pueden explicar el hecho de que, en contraste con la
localización por puntos para el tacto o la presión, la localización del calor es deficiente. En general la
superficie corporal permanece en un equilibrio térmico relativamente estable con su ambiente. En las áreas
cubiertas del cuerpo y el rostro, la temperatura esta cercana a los 35°C en las manos y los brazos es
aproximadamente de 33°C y, por supuesto, debajo de la lengua es de 37°C. En sitios en los que el flujo
sanguíneo es más lento, como en el lóbulo de la oreja, la temperatura puede disminuir en forma significativa a
20°C.
El dolor.
El dolor se define como una experiencia sensorial y emocional desagradable, asociada con una lesión de los
tejidos real o potencial, o que se describe como ocasionada por dicha lesión. Esta definición se aplica más
específicamente al dolor físico, aunque existe también el dolor social; es decir, el sufrimiento emocional
provocado por un daño o por la amenaza de una ruptura o alejamiento de las personas queridas o del círculo
social. En ambos casos, es personalizado, subjetivo y cada individuo aprende a asociarlo con sus
experiencias propias. El dolor físico es asimismo una experiencia emocional, precisamente porque implica
una sensación desagradable. El dolor normalmente se divide en agudo y crónico, tanto por su duración como
por los mecanismos fisiopatológicos que los generan.
El dolor agudo es la consecuencia inmediata de un daño en tejidos o vísceras, o bien el aviso de algún
problema orgánico urgente, y se origina a partir de la activación del llamado sistema nociceptivo, formado por
neuronas especializadas en detectar la señal tras un estímulo nocivo que puede ser químico, mecánico, térmico
o de presión. El dolor agudo es auto limitado: generalmente desaparece con la lesión que lo originó, tras
cumplir su función de protección biológica. Sin embargo, en algunas ocasiones persisten a pesar de haberse
eliminado el estímulo, o aun cuando el daño parece haber sanado. También puede haber dolor en ausencia
de estímulos nocivos, daños o enfermedades detectables.
En otros casos, el dolor se debe a lesiones del sistema nervioso relacionado con las sensaciones. E incluso
puede existir dolor en una extremidad amputada, lo que se conoce como dolor del miembro fantasma.
Cuando el dolor dura más de tres meses pese a la atención médica o psicológica especializada, se conoce
como dolor crónico. El dolor persistente conlleva niveles elevados de alteraciones e incapacidad acumulada,
acompañada de estados emocionales negativos y una pobre calidad de vida; afecta el funcionamiento
emocional, cognoscitivo, social y laboral de las personas, además del funcionamiento físico. El dolor es
un fenómeno subjetivo consistente en una sensación desagradable que indica una lesión real o potencial del
cuerpo.
Entre los objetivos fundamentales de la medicina se cuenta no sólo el de preservar y restaurar la salud, sino
también el de aliviar el sufrimiento. Debido a que el dolor es entendido casi universalmente como un síntoma
de enfermedad, resulta ser muchas veces el síntoma que induce al paciente a consultar a su médico. Debido
a que cada enfermedad produce patrones característicos de daño en los tejidos, la calidad, curso y
localización del dolor proveen importantes claves diagnósticas, por lo que son usados para evaluar la
respuesta al tratamiento.
Los síndromes dolorosos son consecuencia de muchas enfermedades crónicas (cáncer, artritis, artrosis,
anemia de células falciformes, etc.) y de trastornos agudos (heridas, quemaduras, desgarros musculares,
fracturas, esguinces, apendicitis, cálculos renales o ataques al corazón, etc.). Sin embargo, ciertos trastornos
psicológicos (como la ansiedad o la depresión) también pueden causar dolor, el cual se conoce como dolor
psicógeno. Los factores psicológicos pueden influenciar el dolor que se siente por una herida, haciendo que
se perciba con mayor o menor intensidad. El médico debe considerar todos estos aspectos.
El dolor se inicia en los receptores especiales del dolor que se encuentran repartidos por todo el cuerpo.
Estos receptores transmiten la información en forma de impulsos eléctricos que envían a la médula espinal a
lo largo de las vías nerviosas y luego hacia el cerebro. En ocasiones la señal provoca una respuesta refleja al
alcanzar la médula espinal; cuando ello ocurre, la señal es inmediatamente reenviada por los nervios motores
hasta el punto original del dolor, provocando la contracción muscular. Esto puede observarse en el reflejo
que provoca una reacción inmediata de retroceso cuando se toca algo caliente. La señal de dolor también
llega al cerebro, donde se procesa e interpreta como dolor y entonces interviene la consciencia individual al
darse cuenta de ello.
Variabilidad de la sensación.
Los receptores de dolor y su recorrido nervioso difieren según las distintas partes del cuerpo. Es por eso
por lo que varía la sensación de dolor con el tipo y localización del daño. Por ejemplo, los receptores de la piel
son muy numerosos y son capaces de transmitir información muy precisa, como la localización del daño y si el
dolor era agudo o intenso (como una herida por arma blanca) o sordo y leve (presión, calor o frío). En cambio,
las señales de dolor procedentes del intestino son limitadas e imprecisas. El cerebro no puede identificar el
origen exacto del dolor intestinal ya que este dolor es difícil de localizar y es probable que se note en un área
extensa.
Es posible que el dolor percibido en algunas partes del cuerpo no represente con certeza dónde radica el
problema porque puede tratarse de un dolor referido, es decir, producido en otro sitio. El dolor referido
sucede cuando las señales nerviosas procedentes de varias partes del cuerpo recorren la misma vía nerviosa
que conduce a la médula espinal y al cerebro. Por ejemplo, el dolor producido por un ataque al corazón puede
sentirse en el cuello, mandíbulas, brazos o abdomen, y el dolor de un cálculo biliar puede sentirse en el hombro.
Tolerancia individual.
La tolerancia individual al dolor difiere considerablemente de una persona a otra. Unas experimentarán un
dolor intolerable con un pequeño corte o golpe, mientras que otras tolerarán un traumatismo mayor o una
herida por arma blanca casi sin quejarse. La capacidad para soportar el dolor varía según el estado de ánimo,
la personalidad y las circunstancias. Es posible que un atleta no se dé cuenta de una lesión grave producida
en momentos de excitación durante la competición, pero sí notará el dolor después de la justa. La percepción
de dolor puede incluso cambiar con la edad. Así, a medida que envejecen, las personas se quejan menos del
dolor quizás porque los cambios producidos en el organismo disminuyen la sensación de dolor con la edad.
Por otra parte, las personas de edad avanzada pueden simplemente ser más estoicas que los jóvenes.
El destino final del mensaje neural enviado por los receptores cutáneos es una región de ambos hemisferios
cerebrales denominada corteza somato sensorial. La estimulación apropiada de la piel hace posible la
transmisión de una extraordinaria cantidad de información cutánea, principalmente debido a que las fibras
nerviosas de cada parte de la piel están representadas de manera especial en la corteza somato sensorial. La
piel se proyecta y distribuye topográficamente sobre la corteza somato sensorial de modo que las áreas
vecinas de la piel son representadas en regiones vacías de la corteza somato sensorial.
Algunas áreas de la piel, como los dedos, los labios y lengua están provistas de manera más densa de fibras
nerviosas, lo cual hace que se exciten con mayor facilidad. También están representadas por áreas más
amplias de la corteza somato sensorial y, por ende, son más sensibles en los procesamientos de los detalles
finos que otras áreas de la piel, como el hombro y la pantorrilla. Tal relación se sugiere por la distorsión obvia
en el homúnculo sensorial.
El homúnculo es una representación topográfica de las áreas cerebrales dedicadas a diversas partes del
cuerpo. La construcción del homúnculo sensorial se deriva principalmente de las respuestas cutáneas
encontradas en pacientes bajo cirugía, cuya corteza somato sensorial fue expuesta y estimulada de manera
eléctrica después de abrir sus cráneos para remover un tumor. Entre más tejido cortical se dedique a un área
de la piel, más sensible es esa área de la piel para el procesamiento de las características del estímulo, como
los detalles de localización y textura.
La relación entre la piel y las vías neurales hacia la corteza somato sensorial está vinculada con dos sistemas
neurales importantes: las vías o sistemas del lemnisco y espinotalámicas). Cada uno transmite diferentes
clases de información. Las fibras nerviosas que componen la vía del lemnisco son grandes en diámetro y
presentan conducción rápida; transmiten información posicional precisa acerca de la estimulación del tacto y
movimiento. La alimentación de la información cutánea llevada por el sistema del lemnisco para el lado
izquierdo del cuerpo concluye en la corteza somato sensorial del hemisferio cerebral derecho y la alimentación
del lado derecho del cuerpo termina en la corteza somato sensorial del hemisferio izquierdo. En contraste,
las fibras de la vía espinotalámica tienen un diámetro pequeño, conducción lenta y transmiten la alimentación
de la estimulación cutánea que se relaciona con tacto, temperatura y dolor no localizados hacia ambos lados
del cerebro.
UNIDAD7
AUDICIÓN
El oído conforma los órganos de equilibrio y audición. También se le denomina órgano vestíbulo coclear
dentro del estudio de la medicina. Es un órgano que se encuentra muy desarrollado, principalmente en
mamíferos inferiores terrestres y acuáticos, tal es el caso de los félidos y los grandes cetáceos en donde,
gracias a su evolución fisioanatómica, se han hiper desarrollado mecanorreceptocitos especializados en
destacar el sentido de equilibrio y audición en perfecta armonía.
En el caso del ser humano esta evolución no está tan desarrollada. En conjunto el estudio histoanatómico
del oído se divide en tres partes, oído externo, oído medio y oído interno.
Oído externo Esquema de la anatomía del oído. Se compone en su origen por el pabellón auricular y el
conducto auditivo exterior y de la pelvis interior El pabellón auricular está en una base de cartílago elástico
recubierto por piel blanda, dicha piel posee abundantes glándulas sebáceas, denominadas como vellosidad
del trago, y en su parte medial posee en la arquitectura ósea. Fibras de músculo estriado que se comunican
con el conducto auditivo externo, dándole firmeza y apoyo; así como cierta capacidad de movimientos en el
ser humano. En el oído animal se puede apreciar dentro del estudio del órgano vestíbulo coclear de los
mamíferos terrestres a los músculos extrínsecos de la oreja. El conducto auditivo exterior se extiende desde
dicho pabellón hacia el tímpano. Dicho meato o conducto mide en un promedio de alrededor de 3.5 cm de
largo en el ser humano, y puede medir hasta 7 cm en otros mamíferos. Está compuesto de cartílago elástico,
tejido óseo y piel blanda.
También se presentan vellosidades del trago que son ciertamente más abundantes en sujetos masculinos.
Justo en la piel se localizan glándulas ceruminosas, que son una especie de glándulas sudoríparas apocrinas,
siendo las responsables de la producción de cerumen, que tiene por funciones proteger a la cavidad ótica de
agentes extraños, como el polvo, agentes parásitos, agentes virulentos y de ciertos agentes bacterianos; y
evitar la maceración de la piel blanda de dicho meato o conducto. El oído medio ayuda al equilibrio de esta.
Oído medio
Se aprecian dentro de su arquitectura anatómica: la cavidad timpánica, la membrana timpánica, los osteocillos
óticos (huesecillos del oído), senos y celdas mastoideas, así como la tuba faríngea o faringotimpánica (antes
denominada Trompa de Eustaquio). Dentro de la cavidad timpánica se abarca un seno irregular repleto de
aire, este elemento llega desde la nasofaringe por medio de la tuba faringotimpánica, y se encarga de dar
acople a la estructura intra timpánica, así como de servir de medio de transporte de frecuencias acústicas. La
cavidad timpánica está recubierta por mucosa y una lámina epitelial de tipo plano simple en su parte posterior,
pero en el anterior se aprecia un epitelio de tipo cilíndrico ciliado pseudo estratificado con células
caliciformes.
La membrana timpánica es de aspecto transparente y separa a la cavidad timpánica del meato auditivo
externo. Tiene una estructura ovalada con un diámetro promedio de alrededor de 1 cm. A la membrana
timpánica se le estudian dos porciones; la Pars Tensis o porción estriada y la Pars Laxus o porción laxa. Se
compone de tres capas:
Capa intermedia: compuesta por un tejido fibro conectivo conformado en semi totalidad a la
membrana timpánica, compuesta por colágeno además de fibras elásticas y fibroblastos.
Estrato córneo: es piel que recubre la superficie exterior de la membrana timpánica careciendo de
pelos y glándulas, compuesta por epidermis que se posa sobre una capa de tejido conectivo sub
epidérmica.
Mucosa: reviste a la superficie interior de la capa intermedia de tejido conectivo, con un epitelio de
características plano simple. Los osteocillos óticos son cuatro diminutos huesos denominados por su
arquitectura anatómica con el nombre del Martelus (martillo), el Anvilus (yunque), el Lenticulens
(lenticular), y el Estribalis (estribo).
El estribo es el hueso más pequeño del cuerpo humano. Éstos conforman una cadena que se extiende
desde la membrana timpánica hasta la ventana ovalada. Los osteocillos están compuestos por tejido óseo
compacto y cartílago hialino. La función de los osteocillos óticos y la membrana timpánica es la
transformación de ondas sonoras que viajan por medio del aire en la cavidad timpánica a ondas sónicas
que viajen por medio del líquido peri linfático del oído interno.
Cuando las ondas sonoras penetran el oído medio, el martillo golpea al yunque y este golpea al estribo
inmediatamente, haciendo comunicación entre estos 3 huesecillos; después de este proceso el sonido
pasa por la ventana oval y la ventana circular. La tuba faringotimpánica o trompa de Eustaquio mide en
el ser humano de edad adulta unos 4 cm de promedio. Se compone de una porción ósea y otra
cartilaginosa, posee una lámina epitelial compuesta por epitelio nasofaríngeo o epitelio cilíndrico ciliado
pseudo estratificado con abundantes células caliciformes. Sirve para igualar la presión a ambos lados del
tímpano.
Oído interno
También denominado labyrinthus, se divide a su vez en labyrinthus osseus (óseo) y labyrinthus captivus
(membranoso). En el labyrinthus osseus los conductillos semicirculares pertenecen al órgano propio del
equilibrio, mientras que la coclearis o caracola pertenece al órgano de la audición. El labyrinthus osseus
contiene un líquido linfático denominado peri linfa que está localizado en el espacio peri linfático. El
labyrinthus captivus se subdivide en labyrinthus vestibularis y labyrinthus coclearis. El labyrinthus
vestibularis incluye los estatoconías denominados utriculus y saculus localizados en los conductillos
semicirculares óseos. El labyrinthus coclearis está formado por el conductillo coclearis ubicado en la cóclea
ósea. El Órgano de Corti se ubica en el conductillo coclearis y es denominado el órgano receptor de la
audición y propiocepción.
Existen también los canales semicirculares, son tres tubitos arqueados en semicírculos, implantados en el
vestíbulo y situados en tres planos rectangulares, según las tres dimensiones del espacio. Los canales
semicirculares nos dan la noción del espacio y, por lo tanto, contribuyen al mantenimiento del equilibrio de la
cabeza y del cuerpo. Después encontramos el caracol o cóclea es un sistema de tubos enrollados, con tres
tubos diferentes, uno al lado del otro denominados rampa vestibular, rampa media y rampa timpánica. La
rampa vestibular y media están separadas entre sí por la membrana vestibular (M.V.), la rampa timpánica y la
rampa media están separadas por la membrana basilar (M.B.).
En la superficie de la membrana basilar se halla una estructura, el órgano de Corti, que contiene una serie
de células mecánicamente sensibles, las células ciliadas. La rampa vestibular y la rampa timpánica se
encuentran llenas de peri linfa, ésta es rica en Na y pobre en proteínas. La rampa media contiene endolinfa
la cual es rica en proteínas y contiene sobre todo K. La rampa vestibular se relaciona con la ventana oval
mediante el vestíbulo y la rampa timpánica limita con la ventana redonda. Ambos conductos comunican
abiertamente en el vértice del caracol o helicotrema.
Las células ciliadas sostenidas por las células de Deiters están dispuestas angularmente y con sus extremos
alcanzan la membrana tectoria de tipo gelatinoso y que está extendida sobre las células ciliadas. La membrana
vestibular es tan delgada, que no dificulta el paso de las vibraciones sonoras desde la rampa vestibular a la
rampa media.
Por lo tanto, en cuanto a transmisión del sonido, la rampa vestibular y media se consideran como una única
cámara. La importancia de la membrana vestibular depende de que conserve la endolinfa en la rampa media
necesaria para el normal funcionamiento de las células ciliadas.
Órgano de Corti
Es el órgano fundamental de la propiocepción del proceso auditivo en general. Es también nombrado
órgano de la spira u órgano espiral dado que se encuentra en todo el recorrido del conducto coclear,
localizado en el oído interno. Está conformado por un epitelio engrosado de características demasiado
complejas, imposibles de definir incluso bajo microscopía electrónica, pero se puede sintetizar su estudio en
dos fuentes celulares:
I. Células ciliadas cocleares: tienen la función de transformar señales acústicas físicas a señales
acústicas mecánicas cortilinfáticas, y de estas a señales electroquímicas dirigidas al área receptora
auditiva de la corteza cerebral (41 y 42 de Brodman). Mecanorreceptocitos sensoriales, con una
hilera de células ciliadas internas y cuatro hileras de células ciliadas externas.
II. Células Ciliadas Internas: existen en un número aproximado de 4000, alineadas en una única hilera
sobre la cara interna de las células columnares internas. Se asemejan en su micro estructura a la de
una pera, dentro de su cito sol se aprecian bordes sinápticos de naturaleza aferente.
III. Células Ciliadas Externas: se localizan en la periferia de las células columnares externas formando 4
hileras regulares con un número aproximado de 13.000 células. Sus terminales nerviosas son de
características aferentes y eferentes.
IV. Células de sostén: sostentaculocitos diferenciados que descansan sobre una membrana basal,
existen 6 tipos denominados por su micro estructura:
a. Células limitantes internas: confeccionan al espacio de Nuel o túnel medio.
b. Células falángicas internas: proporcionan un sostén pilárico.
c. Células columnares internas: confeccionan al túnel de Corti o túnel interno. ix. Células
columnares externas: confeccionan al túnel de Corti o túnel interno.
d. Células falángicas externas: proporcionan un sostén pilárico.
e. Células limitantes externas: confeccionan al espacio de Nuel o túnel medio. El líquido linfático
localizado en medio del túnel de Corti y del espacio de Nuel se denomina cortilinfa (endolinfa),
de funciones acústico-receptoras.
Umbrales de frecuencia.
Por lo general se toman los valores 20 Hz y 20.000 Hz (20 kHz) como los umbrales de frecuencia de la
audición. Es decir, nuestro sistema auditivo no percibe señales con frecuencias menores a los 20 Hz o
mayores a los 20 kHz. En otra literatura pueden encontrarse los valores 16 Hz y 16 kHz.
El umbral superior de frecuencias es dependiente de la edad. Con el paso del tiempo se deterioran las
células capilares del órgano de Corti, lo que tiene como consecuencia que cada vez percibamos menos las
frecuencias agudas. La exposición prolongada a sonidos dañinos puede contribuir a acelerar esta pérdida
de percepción de las frecuencias más agudas. Pero sólo acelerarla.
Umbrales diferenciales. Los umbrales diferenciales de la audición señalan las mínimas variaciones de uno de
los parámetros del estímulo físico, necesarias para que se produzca un cambio en la sensación. Debemos
distinguir entre umbrales de mínima variación perceptible (MVP) y umbrales de mínima diferencia perceptible
(MDP). Los primeros (MVP) se miden variando uno de los parámetros de un sonido (por ejemplo, mediante
modulación de amplitud o de frecuencia), mientras que los segundos (MDP) se miden presentando dos
señales diferentes al sujeto. Los sonidos que oímos se generan a partir de una forma de energía mecánica.
En realidad, son patrones de perturbación de presión sucesivos que ocurren en un medio; el cual puede ser
sólido, líquido o gaseoso. Comúnmente los sonidos audibles se transmiten por el aire y son sucesiones una a
una de compresiones y descompresiones de aire. Un ejemplo familiar es el cuerpo vibratorio generador de
sonido: el altavoz de un estéreo. El cono del altavoz activo presiona el aire lo que genera una compresión de
las moléculas aéreas, y luego se retracta, generando un vacío parcial o rarefacción de dichas moléculas; el
cono del altavoz se mueve hacia adelante y hacia atrás cientos e incluso miles de veces por segundo,
generando un patrón de cambios de presión que viajan hacia el exterior desde el cono del altavoz. El patrón
de presión del aire que cambia se denomina onda sonora.
Frecuencia. Las ondas sonoras se describen convencionalmente por la cantidad de ciclos de cambio de
presión; es decir, compresión a rarefacción y de nuevo a compresión realizados en un segundo, es decir, la
rapidez con que ocurre el ciclo de cambios de presión. El indicador se conoce como frecuencia, donde la
única frecuencia – cantidad de cambios de presión o ciclos por segundo- se denota con el término hertz (Hz),
denominado así en honor del físico alemán del S. XIX Heinrich Hertz. En general, se reconoce que el rango
auditivo en el ser humano adulto es de 20 a 20 000 Hz aproximadamente; los sonidos con frecuencias
inferiores a los 20 Hz y superiores a los 20 000Hz son inaudibles.
Amplitud. Las ondas sonoras también varías en cuanto a amplitud, la cantidad de cambio de presión, es decir
el grado de desplazamiento de las moléculas a partir de una posición de descanso. Cuando la presión del
aire es baja, la amplitud de la onda sonora es baja y el resultado es un sonido débil; cuando la presión del aire
es elevada, la amplitud de onda es alta y el resultado es un sonido intenso.
Modulación. La frecuencia alude a una propiedad física de la onda sonora. En contraste, la sensación
auditiva –al atributo psicológico de la frecuencia- de denomina modulación, la cual se refiere a qué tan alto o
bajo experimenta el escucha un sonido, lo cual puede ir de sonidos graves bajos a sonidos agudos sumamente
elevados.
Teorías de la audición
La cadena de transmisión de vibraciones que da como resultado la experiencia de oír los sonidos normalmente
procede del tímpano al oído medio. Sin embargo, el movimiento del conducto coclear central el que, en
diversos grados, activa las células pilosas y fibras nerviosas asociadas al órgano de Corti. Dos principales
teorías explican la forma en que las estructuras sensoriales del oído codifican las frecuencias sonoras,
permitiéndonos percibir la modulación. Aunque hay muchas variaciones, por convención se les reconoce
como teoría de la localización y teoría de equiparación de frecuencia.
Teoría de la localización.
Se parte del hecho de que las células pilosas del órgano de Corti están organizadas en forma estrictamente
tono tópica. Esto significa que hay una representación espacial ordenada de frecuencias de estimulación en
la membrana basilar. En consecuencia, diferentes frecuencias de vibración en el líquido coclear desplazan
distintas regiones de la membrana basilar; estas diferentes regiones de deflexión, a su vez, estimulan las
células pilosas adyacentes y sus fibras nerviosas auditivas correspondientes. En concreto, los tonos de alta
frecuencia influyen más en las células pilosas próximas a la base de la membrana basilar, y las células pilosas
cercanas al ápice o helicotrema son más sensibles a los tonos de baja frecuencia. La teoría de la localización
describe un código de frecuencia espacial. Sostiene que frecuencias diferentes excitan regiones distintas
de la membrana basilar y producen diferentes sensaciones de modulación.
Es la capacidad para localizar sonidos en el espacio, permite la localización y evitación de objetos y sucesos
que emiten sonidos, además de que guía la dirección de la atención visual. El sistema auditivo es
extraordinariamente preciso en la localización espacial de sonidos. Para lograr esto de manera precisa, debe
percibirse tanto la dirección como la distancia de los objetos y sucesos que emiten sonidos; esta información
se proporciona a través de señales monoaurales (un oído) y binaurales (dos oídos).
Señales monoaurales.
El sonido que se detecta únicamente por un oído -señales monoaurales- puede ser útil para evaluar la
distancia relativa de un objeto. Al juzgar la distancia de una fuente de sonido, una señal importante es la
intensidad o sonoridad de la onda sonora que llega al oído: entre más fuerte sea el sonido, más cercano
parece estar el objeto. Si se escuchan dos sonidos, el más fuerte generalmente se percibe como más cercano.
Además, si se percibe que la sonoridad de un sonido único cambia de manera gradual, también cambia la
percepción de su localización; para un observador estacionario, se percibe que un sonido se acerca si se hace
más intenso y se aleja si se vuelve más tenue. Aunque el cambio físico en la intensidad de un sonido complejo
a medida que se acerca o aleja sirve como información para juzgar la distancia de un objeto en movimiento que
emite un sonido, no es simplemente una cuestión de distancia entre el objeto y el observador. Las personas
tienden a sobre estimar el cambio en el sonido emitido por un objeto que se aproxima en relación con el mismo
cambio producido cuando el objeto se aleja; en otras palabras, un sonido complejo de un objeto que se acerca
tiene un mayor efecto sobre el oyente (es decir, aumenta en sonoridad) que cuando el mismo objeto emisor
del sonido se aleja (y disminuye en sonoridad). Existe una asimetría que depende de la dirección en los
efectos percibidos de un sonido que se eleva (acerca) y disminuye (aleja), a pesar del hecho de que la
magnitud del cambio físico en intensidad es idéntica en ambos casos (aunque diferente en sentido de
dirección). El sonido no sólo parece cambiar más a medida que se aproxima que cuando se aleja del oyente,
sino que la asimetría en la percepción aumenta a medida que incrementa la intensidad del sonido.
Señales binaurales.
Aunque la información de la distancia relativa está disponible de manera monoaural, la capacidad para
percibir la dirección de un sonido, en especial uno muy breve o transitorio, se ve afectada gravemente cuando
se utiliza sólo un oído. Para un oyente monoaural estacionario, el sonido podría proceder de cualquier
cantidad de lugares; sin embargo, si es repetitivo y de larga duración, el oyente monoaural puede localizarlo
utilizando movimientos de la cabeza. Al mover la cabeza en dirección y en sentido contrario a una fuente
estacionaria de sonido, el oyente recibe un patrón de cambios de sonoridad que le ayuda a especificar la
localización del sonido. En términos específicos, a medida que un oído funcional individual se mueve hacia la
fuente de sonido, este parece más fuerte, y a medida que se aleja se percibe más tenue. No obstante, la
localización más efectiva y confiable depende de la estimulación de ambos oídos, con señales binaurales, en
cuyo caso el sistema auditivo utiliza las diferencias físicas en estimulación que surgen debido a la separación
espacial de los oídos. En esencia, compara los sonidos de una sola fuente que llegan a los dos oídos.