Você está na página 1de 5

1

EL GÉNERO COMO UN FACTOR DE DESIGUALDAD EN AMERICA LATINA.

KELVIN ANDRES NOVA CHACÓN

DOCENTE: INGRID URUEÑA


GRADO: 1101

COLEGIO MANUEL CEPEDA VARGAS


JORNADA MAÑANA
CIENCIAS POLITICAS Y ECONOMICAS
BOGOTA
2017
2

¿Es el género una condición que posibilita la desigualdad en la región de América latina
y el caribe?

Para comenzar es evidente como en américa latina y el caribe los índices de pobreza han
disminuido con el trascurrir del tiempo. Sin embargo aunque este hecho sea respaldado por
una serie de censos la verdad es que esta disminución de la pobreza no es sinónimo de
igualdad en un país ya que según estudios aún prevalecen diferencias marcadas y tangibles
en materia de desigualdad, en donde uno de los casos más evidente es el que concierne a él
como las estructuras sociales han marginado a sectores de la población en referencia a su
condición de genero fomentando la inequidad que se traduce en la sobreexplotación laboral
y la remuneración inequitativa que promueve la acumulación de riquezas en ciertos sectores
poblacionales mientras otros bajo ciertas condiciones se ven cada vez más empobrecidos y
con menos oportunidades de lograr acceder a mecanismos que les permitan progresar.

Así pues censos recientes demuestran según (PNUD, 2010) “Las desigualdades entre grupos,
personas de distinto sexo o de diferente origen racial o étnico también impactan de manera
Directa el desarrollo humano de la región” (pág. 27). Lo cual se traduce en el cómo aunque
algunos países se esfuercen por mejorar sus ingresos demostrando a niveles internacionales
que los integrantes de sus comunidades se encuentran en condiciones perfectas, en realidad
con las mediciones realizadas a través de mecanismos como el IDH se demuestra que
riqueza no es sinónimo de equidad ya que puede ser el caso de que toda esta riqueza se
encuentre concentrada en un sector parcializado de la población. Por lo que la perdida en
materia de desarrollo humano en el marco del genero se es evidente en tanto como las mujeres
se encuentran en la situación de verse excluidas y sus condiciones en materia de salud,
acceso a la educación y productividad se encuentran por debajo de las del hombre, generando
de esta forma que el IDH del país se vea afectado y a su vez que se demuestre a países
marcados por el patriarcado que la mentalidad machista si puede generar afectaciones
negativas para un país.

Ahora bien la desigualdad en américa latina y el caribe señala que aunque han existido
algunas épocas en las cuales la denigración por condición de género obtuvo una disminución,
3

lo cierto es que ya desde tiempos remotos la mentalidad machista se ha edificado como una
visión cotidiana que aun cuando es totalmente errónea posee voz y voto en la sociedad actual
por lo cual (PNUD, 2010) afirma “Según el índice de potenciación de género (IPG), que mide
el grado de participación de las mujeres en las decisiones políticas, su acceso a oportunidades
profesionales, su participación en decisiones económicas y el poder de decisión que tienen
sobre los recursos económicos, la desigualdad es aún mayor” (pág. 27). Es decir que aunque
han existido progresos a nivel de igualdad, las mujeres aún se encuentran en una condición
inferior a la que demuestra el hombre es decir que las mujeres se encuentran en un nivel que
en comparación a otros países muy inferior en cuanto a oportunidades.

Del mismo modo el gobierno debe estar en la capacidad de garantizar los derechos de todos
aquellos que forman parte del pueblo al cual representa sin que exista preferencia o distinción
alguna frente a lo que concierne a oportunidades para que la población pueda prosperar y del
mismo modo el país, aun así según la (Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo,
2008) afirma:

El Estado no garantiza el acceso equitativo a educación, salud y empleo de calidad,


así como a otros funcionamientos esenciales para el desarrollo humano, con base en
la igualdad de derechos de las personas. En cambio, el acceso a esos funcionamientos
depende más bien de los niveles de ingreso o riqueza de las personas, de su sexo, de
su zona de residencia o del grupo étnico al que pertenezcan. (pág. 30)

Es decir que existe una parcialización en torno a quienes según las entidades son aptos para
prestar los servicios requeridos, aunque esto no sea del todo real ya que para que una persona
pueda ser considerada conocedora debe manejar la temática a tratar, y cumplir con unas
características sociales que poseen tintes discriminatorios.

El mercado laboral está ligado principalmente al sector masculino disminuyendo la cantidad


de oportunidades para las mujeres, ya que estas son contratadas en labores informales y en
mano de obra barata, considerándolas menos preparadas y con poco liderazgo para asumir
proyectos y responsabilidades.
4

En Colombia aun no es evidente el trabajo de la secretaria de la mujer por la dignificación de


salarios igualitarios y cargos públicos, el mismo estado colombiano y latinoamericano se ha
encargado de relegar este papel a labores netamente administrativas como lo menciona
(Márquez & Prada, 2007) en la siguiente cita:

En lo que respecta a oportunidades para generar ingresos y acceder a seguridad


social, la desigualdad entre hombres y mujeres también es evidente. Por ejemplo, las
mujeres aún se desempeñan en empleos cuya remuneración es relativamente menor
a la que perciben los hombres, aun cuando ambos tengan niveles similares de
preparación. Asimismo, las rigideces del mercado laboral aumentan las
posibilidades de que las mujeres se ocupen en la economía informal y en sectores de
baja productividad, principalmente en el sector servicios (pág. 32)

Para finalizar los estados garantes de derecho deben liderar políticas públicas necesarias, que
busquen la reestructuración de los esquemas laborales y sociales utilizados en la contratación
y asignación de méritos por género. Por otro lado el sistema educativo debe instaurar un
modelo que le permita a la mujer liderar grupos y asumir roles en todos los sectores
productivos del país, desde la formación básica académica y universitaria. Debe existir un
sistema equitativo de remuneración económica entre los géneros sin vulnerar el derecho a la
igualdad y el reconocimiento público y privado.
5

Referencias

Márquez, & Prada. (2007). Trabajo malos poca productividad y exclusión. Washington D.C : Banco
Interamericano de desarrollo.

PNUD. (2010). Informe Regional Sobre Desarrollo Humano para America Latina y el caribe. Costa
Rica: Galera.

Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo. (2008). Informe Regional del caribe y América
Latina.

Você também pode gostar