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UNIVERSIDAD PRIVADA Dr.

RAFAEL BELLOSO CHACIN


DECANATO DE INVESTIGACIÓN Y POSTGRADO
CENTRO DE INVESTIGACIÓN EN CIENCIAS
JURÍDICAS, POLÍTICAS Y SOCIALES
POSTDOCTORADO ESTADO POLÍTICAS PÚBLICAS Y PAZ SOCIAL

Proyecto de Investigación

MODELO BILATERAL DE GOBERNANZA EN VENEZUELA Y COLOMBIA


PARA LA GESTIÓN PÚBLICA

INFORME FINAL

Investigadores:

Dra. Colina de Andrade, Doris Magaly

Dr. González, Luis Eduardo

Dr. Khulmann, Dairo Guillermo

Dr. Montilla, Paulino Antonio

MARACAIBO. ENERO DE 2018


2

ÍNDICE GENERAL

Pág
.
I Introducción…………………………………………………………... 3
II Justificación…………………………………………………………… 3
III La gobernanza............................................................................... 4
IV Gestión Pública………………………………………………………. 13
V Resultados…………………………………………………………… 19
VI Modelo de gobernanza propuesto para Venezuela y Colombia… 21
VII Conclusiones…………………………………………………………. 30
VIII Recomendaciones……………………………………………………. 31
IX Referencias Bibliográficas…………………………………………… 32
3

I. INTRODUCCIÓN

En los últimos años, las sociedades occidentales se han visto inmersas


en profundos cambios que están teniendo una repercusión en los poderes
públicos. En este sentido, la gobernanza como guía de la interacción entre
actores interdependientes supone una modificación de las relaciones entre el
Estado y la sociedad permitiendo hacer frente a los numerosos intereses,
recursos y visiones que los diferentes actores ostentan. En función de ello,
se busca concebir un modelo que involucre la interacción de lo público y lo
privado en esa gestión, de tal manera que se puedan evaluar los resultados
que se puedan alcanzar con la aplicabilidad del mismo, logrando una gestión
más transparente en estos pueblos hermanos.

II. JUSTIFICACIÓN DE LA INVESTIGACIÓN

El proyecto que se presenta ante este Centro de Investigación tiene su


justificación porque es un problema importante a solucionar en Venezuela y
Colombia debido a que la gestión pública ha adquirido nuevos matices y la
gobernanza juega un rol relevante en su eficacia, de ahí que la razón que
motivó al estudio es la de brindar un modelo de gobernanza que pueda
involucrar a los sectores público y privado en la ejecución de una gestión de
calidad, por esta razón la finalidad del estudio es lograr la integración de
ambos países en la solución de problemas comunes, en función de esto la
contribución aporta a la sociedad es el de una gestión transparente.

En este orden de ideas, los aportes teóricos vienen dados porque se


pretende que sus resultados sirvan para complementar la teoría que existe
sobre la gobernanza y la gestión del Estado, los metodológicos se hallan en
el uso de la tradición de Investigación-Acción dentro del paradigma socio-
crítico lo cual permitirá la transformación de la realidad presente en ambas
naciones, y finalmente los aportes prácticos que brindará la investigación
4

viene dado por la generación de ese modelo de gobernanza, por cuanto el


debate sobre la gobernanza en América Latina ha tenido características
diferentes que el europeo, por lo que resulta necesario aportar una revisión
crítica de la agenda propuesta con la transferencia de la noción de buen
gobierno, parte de los organismos multilaterales, con el fin de que sea más
efectiva la ayuda para el desarrollo.

III. LA GOBERNANZA

El análisis del término gobernanza puede servir de base para generar


un marco conceptual relativo a las transformaciones del Estado en la
actualidad. Se debe apuntar, empero, que dicho término está lejos tener un
significado único y aceptado por todos. Sin embargo, ello puede identificarse
en algunas de sus significaciones (las dominantes en el ámbito académico)
una serie de implicaciones que se refieren a procesos de cambio en el
Estado y su entorno, lo cual ha abierto debates teórico-conceptuales que
también afectan a nociones tradicionales del derecho público.

Dicho lo anterior, se parte de una distinción entre la dimensión interna


del concepto de gobernanza, y la dimensión internacional del referido
término, en el entendido de que en el presente trabajo se tomará en cuenta
la primera dimensión. Sin embargo, se debe tener presente que la revisión
de las dos dimensiones es lo que ha de permitir reconocer de manera
integral algunas de las transformaciones que experimenta el Estado en la era
de la llamada globalización.

En ese sentido, Gobernanza es un concepto que en su connotación


actual es producto del debate académico sobre las transformaciones del
Estado, así como del discurso analítico y prescriptivo de diversos organismos
y agencias internacionales. Al lado de otros conceptos como gobernabilidad y
5

nueva gestión pública, es manifestación de una serie de cambios que han


ocurrido tanto a nivel de concepción teórica como de realidad empírica
acerca de lo que el Estado es, y de lo que debiera ser.

Como observa Aguilar (2008), gobernabilidad, gobernanza (y, se puede


agregar la nueva gestión pública) son conceptos de alguna manera
enlazados, o articulados alrededor de la misma problemática (esto es la del
gobierno o dirección de la sociedad), si bien hacen referencia a distintas
interrogantes y realidades.

Incluso siguiendo a Sánchez González (2006), puede afirmarse que en


cierta forma, el debate sobre el concepto de gobernabilidad, con la
connotación general que se le dio en la ciencia política a partir de finales de
los años setenta, anunció el surgimiento del concepto de gobernanza, en su
significación actual. En las siguientes líneas se buscará identificar los
elementos comunes y las diferencias o peculiaridades de cada uno de estos
conceptos, así como la vinculación de ellos con la discusión sobre las
transformaciones del Estado en el mundo actual.

Como se recordará, en la década de los setenta del siglo pasado y


desde la perspectiva de la ciencia política, se abrió una discusión sobre los
problemas de control gubernativo en las democracias industrializadas, que
dio lugar al Informe a la Comisión Trilateral sobre gobernabilidad de las
democracias, escrito por Michel Crozier, Samuel Huntington y Joji Watanuki.

Igualmente es necesario rememorar, como lo expresó Valdez (2006)


también que la idea central de dicho Informe era que los problemas de
(in)gobernabilidad en las democracias de países altamente industrializados
provenían de la sobrecarga del Estado de bienestar, ante demandas y
presiones de diversos grupos sociales; a su vez, esto se traducía en una
crisis fiscal permanente, así como en pérdida de capacidad para resolver
problemas económicos y sociales en el largo plazo.
6

Por lo anterior, y esta era la propuesta derivada del Informe mencionado


anteriormente, el Estado debía reducir su tamaño (adelgazamiento) y
devolver a la sociedad tareas y responsabilidades que hasta ese momento
se habían definido como correspondientes en exclusiva a los poderes
públicos. Como se ve más adelante, en una forma diversa, estas dos ideas
habrán de aparecer también en los conceptos de nueva gestión pública
(NGP) y gobernanza.

En este orden de ideas, en el examen crítico que hace del concepto de


gobernabilidad manejado por el Informe a la Comisión Trilateral, Aguilar
Villanueva (2009), observa con precisión uno de los límites internos de dicho
concepto, lo cual abrió, por así decirlo, el espacio para el surgimiento del
concepto de gobernanza. Dicho en pocas palabras, el referido límite se
encuentra en su premisa gubernamentalista, según la cual el agente central
único de la conducción social es el Estado, y, en particular, el gobierno
ejecutivo mediante sus políticas públicas y su provisión de servicios públicos.

De esta manera, para Aguilar (2009), la cuestión de la gobernabilidad


consiste en preguntarse sobre las capacidades de gobernar del gobierno,
considerando a la sociedad como algo que por definición ha de ser
gobernado y administrado, dado que se la considera atrasada, incompetente,
ignorante, dividida e incapaz de autorregulación, autodesarrollo y
autogobierno… La sociedad es entendida como el problema más que como
parte de la solución de los problemas.

En ese sentido, el supuesto del gobierno como agente central de la


gobernación de la sociedad, dotado de un gran espacio de autonomía y
soberanía respecto de la sociedad, y de ésta como una realidad
ingobernable por sí misma, no ha sido sólo singular de América Latina.
Como puede verse en el análisis de Aguilar, el concepto de gobernabilidad se
centra en la creación y la consolidación de la capacidad de gobernar del
7

gobierno. Así, un gobierno capaz es suficiente para la gobernación de la


sociedad, y la resolución de los problemas de gobernabilidad requiere,
consecuentemente, la identificación de las capacidades de los que el
gobierno carece (institucional, fiscal y administrativo).

Sin embargo, apunta Aguilar (2009), desde la perspectiva de la


gobernabilidad, la problemática y su resolución son circunscritos al ámbito
gubernamental. Es decir, no se necesita acudir a capacidades o recursos
extragubernamentales para gobernar a una sociedad. Ahora bien, el punto de
quiebre en la transición del concepto de gobernabilidad al de gobernanza se
produjo cuando se comenzó a constatar que gobiernos fiscal y
administrativamente fuertes de las sociedades altamente industrializadas se
mostraban débiles para resolver problemas. Fue así como se empezó a
escudriñar más allá del gobierno, en busca de capacidades no
gubernamentales.

Estas afirmaciones llevan a revisar la situación de Venezuela y


Colombia en torno a la gobernabilidad y gobernanza en la optimización de la
gestión pública, empero es necesario aclarar que la falta de transparencia en
el cumplimiento de las funciones públicas así como los actos de corrupción
que han ido aumentando en estos países latinoamericanos no ayudan al
logro del propósito central de esa gestión.

Por otro lado Mayorga & Córdova (2007), consideran que a diferencia
de la reflexión en torno al concepto de gobernabilidad, ampliamente
trabajado en Latinoamérica, no existe un esfuerzo similar acerca de la
gobernanza. La mayoría de los trabajos se basan en las definiciones
conceptuales utilizadas por el PNUD y del Banco Mundial porque están
referidas a problemas relativos a la implementación e impacto de políticas
públicas y, en esa medida, existe un énfasis en aspectos sectoriales
verbigracia salud, educación, pobreza.
8

La gobernanza implica, así pues, una forma nueva y diferente de


gobernar caracterizada por lo interacción entre uno pluralidad de actores, los
relaciones horizontales, la búsqueda del equilibrio entre poder público y
sociedad civil y la participación en el gobierno de la sociedad en general, y
no de un único actor. Sea éste político, económico, social o cultural. De aquí
que el interés por usar el concepto de gobernanza radique en su capacidad
de englobar todas las instituciones y relaciones implicadas en los procesos
de gobierno no solo de Venezuela sino también de Colombia, como ejemplo
de países latinoamericanos analizados en este proyecto de investigación.

III.1. Los principios de buena gobernanza

Desde un punto de vista normativo, el concepto de gobernanza debe


integrar principios que le permitan garantizar la mayor democraticidad posible
y la consecución de sus propios objetivos. Para que estos principios sean
efectivos y cumplan con sus funciones, probablemente se deberán diseñar
nuevos instrumentos que plasmen la nueva realidad a la que deben hacer
frente.

¿Cuáles son y cuáles deberían ser los principios de buena gobernanza


que han de permitirnos evaluar su contenido? Los principios de buena
gobernanza han de ser aquellos que impliquen un buen funcionamiento de la
gobernanza y que, por tanto, le permitan conseguir sus objetivos. Si la
gobernanza supone la toma de decisiones en contextos complejos y
cambiantes con una pluralidad de actores que representan intereses
diferentes, los principios de buena gobernanza han de poder garantizar que:

Estén todos los actores que han de estar cada uno de ellos asumiendo
el rol que le corresponde; los actores tengan las condiciones necesarias y
suficientes para poder tomar las decisiones que les correspondan, y
finalmente que se puedan tomar decisiones.
9

En este sentido, y siguiendo el contenido del Libro Blanco de la


Gobernanza Europea (2001), los principios que han de garantizar la
consecución de los objetivos que hemos comentado serían los de
transparencia, participación, rendición de cuentas (accountobllitv), eficacia y
coherencia. Ahora bien, no existe un acuerdo unánime sobre si éstos son
todos los principios de buena gobernanza que se deben reconocer.

Así, en algunos casos se ha hecho referencia a otros principios de


buena gobernanza como el de subsidiariedad (que hace referencia a la
elección del mejor nivel que ha de actuar), el de complementariedad
(también conocido como subsidiariedad horizontal, mediante el que se define
qué actores, públicos o privados, actuarán), el de proporcionalidad (que
implica que se utilice el mejor instrumento para conseguir los objetivos
propuestos), el de flexibilidad (que permite la adaptación a las circunstancias
concretas a que se ha de hacer frente en cada momento) y el de objetividad
(que impone un deber de ponderación de las circunstancias del caso,
impidiendo la toma de decisiones desconectadas del supuesto concreto).

Sin embargo, estos y otros principios que se han incluido entre los de
buena gobernanza no lo son, a nuestro entender. Por un lado, porque
algunos de ellos no son principios de buena gobernanza, sino principios de
buena administración a los que últimamente se han referido diferentes
instituciones. Los principios de buena administración se dirigen a los
funcionarios y personal de los organismos públicos y regulan sus relaciones
con los ciudadanos y, por tanto, tienen un ámbito más específico que los
principios de buena gobernanza, que se refieren a las relaciones entre
actores políticos. Por otro lado, porque otros hacen referencia al
funcionamiento de las instituciones y no tanto a sus relaciones con otros
actores.
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Consideramos que se debe tener en cuenta la necesaria aplicabilidad


de los principios de buena gobernanza no sólo a los poderes públicos, sino
también al resto de actores que intervengan en la gobernanza, aspecto que
todavía no ha sido objeto de una atención suficiente.

a) El principio de participación

La gobernanza puede ser definida como un sistema de administración


en red, en la que actores públicos y privados comparten la responsabilidad
de definir políticas y regular y proveer servicios. Por ello, afirma Hoebink.
(1998), una variedad de actores no gubernamentales, empresas,
organizaciones no gubernamentales, asociaciones profesionales, entidades
no lucrativas, se incorporan a la toma de decisiones públicas de maneras
muy diferentes. Desde la perspectiva del principio de participación, todos
aquellos actores que ostenten intereses, recursos o visiones deberán
poderse incorporar en las redes de acuerdo con las normas y pautas que en
cada momento se establezcan.

b) El principio de transparencia

Como observan Marsh y Rhodes (1992), existe la impresión general de


que las redes son estructuras no transparentes e impenetrables de
representación de intereses, lo que supone una amenaza a la eficacia y la
legitimación democrática del sector público. Ahora bien, a pesar del carácter
generalizado de esta impresión, en la actualidad existen diversos
mecanismos cuyo objetivo es, precisamente, hacer frente a dicha situación.

La transparencia tiene importantes consecuencias, puesto que, por un


lado, permite incrementar la legitimidad democrática de las propias
administraciones y, por otro, ayuda a que los ciudadanos se conviertan en
participantes activos, y no únicamente reactivos, en los asuntos públicos.
Finalmente, y como consecuencia de los puntos anteriores, la transparencia
11

se erige en un mecanismo a través del cual se manifiesta el principio de


rendición de cuentas (accountability) de los poderes públicos.

c) El principio de rendición de cuentas (accountability)

Tradicionalmente, los instrumentos más importantes para garantizar la


rendición de cuentas eran las elecciones y la participación de los ciudadanos
en ellas. Éstos son los que se conocen como mecanismos de rendición de
cuentas. La gobernanza de acuerdo con Peters (1998), implica una
redefinición de los mecanismos de rendición de cuentas. En los últimos años
han ido surgiendo nuevos mecanismos de rendición de cuentas que son más
flexibles y permiten superar los problemas planteados a lo largo del tiempo
por los mecanismos más tradicionales.

La rendición de cuentas horizontal englobaría los mecanismos públicos


creados por el Estado a fin de supervisar los propios abusos e ineficiencias
(los defensores del pueblo, las estructuras de poder descentralizadas, la
participación ciudadana, el control de la prensa, el establecimiento de
medidas de control administrativo internas o el acceso a la información y la
transparencia.

La interacción de una pluralidad de actores, la intervención de una


multitud de manos, dificulta la rendición de cuentas. No podemos olvidar que
cada actor será responsable y, por ello, deberá rendir cuentas ante públicos
diferentes a través de los concretos mecanismos que cada uno, en función
de su autonomía, determine. Pero, señala Peters (2000) al final, serán los
poderes públicos los que deberán rendir cuentas de las decisiones tomadas
y aplicadas por la Administración Pública.

d) El principio de eficacia
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La eficacia hace años que ocupa un papel relevante en la agenda


pública. La eficacia según Martín-Retortillo (1983), es la consecución del
resultado que corresponde a los objetivos preestablecidos por la
organización. El deber de actuar de forma eficaz, que se deriva del principio
de eficacia a que nos estamos refiriendo, tiene como consecuencia también
la necesidad de actuar de forma eficiente y económica, es decir, que del
principio de eficacia se derivan también los criterios de eficiencia y economía.

e) El principio de coherencia

Tal y como observa Peters (2003, p. 146) “tan importante como tener
objetivos articulados, es la necesidad de que esos objetivos sean
consistentes y estén coordinados” Éste es el objetivo del principio de
coherencia. Existen determinadas políticas que rebasan las fronteras de las
políticas sectoriales, por lo que repercuten en otros ámbitos sectoriales y, por
tanto, inciden en otros intereses, lo que obliga a tenerlas en cuenta.

Siguiendo a Hoebink (1998, p. 36), la coherencia de una política puede


definirse como la no concurrencia de efectos políticos que son contrarios a
los resultados intencionados o a los fines de una política. Una definición más
amplia comprendería que “los objetivos de una política en un ámbito
determinado no puedan ser socavados ni obstruidos por acciones o
actividades del gobierno en dicho ámbito o en los de otras ".

Existen diversos mecanismos a través de los cuales se puede hacer


efectivo el principio de coherencia. Tradicionalmente, de acuerdo con
Freeman (2000), la coherencia se había articulado a través del parlamento y
del gobierno. De ahí que se haya afirmado que la coherencia requiere un
liderazgo político y un firme compromiso por parte de las instituciones con
vistas a garantizar un enfoque coherente dentro de un sistema complejo.
Ahora bien, en la actualidad, además de este mecanismo, es importante
13

introducir otros que aseguren que a diferentes niveles se puede mantener la


coherencia entre las políticas públicas.

Consecuencialmente, en Venezuela y Colombia los gobiernos


respectivos deben hacer un análisis de su actuación en el uso de los
recursos de los Estados para la satisfacción de necesidades de los
ciudadanos a través de una gestión pública que permita el cumplimiento de
estos principios de la gobernanza, procurando unos resultados mejores para
ambos países.

IV. LA GESTIÓN PÚBLICA

Los conceptos de gestión y gestión pública han sido muy utilizados a lo


largo de las últimas décadas, principalmente a raíz del cambio del rol del
Estado por el que fueron atravesando los países industrializados, y en donde
se comienza a hablar de gestión como diferenciación de la administración
pública tradicional. En particular el concepto de gestión se ha tomado en
algunas ocasiones como sinónimo de administración, pero en otros se lo
sobreentiende como un concepto superador.

Si se atiende al significado otorgado por el Diccionario de la Real


Academia Española (DRAE, 2014), gestión es la “2. Acción y efecto de
administrar”, con lo cual se entendería que la gestión estaría encuadrada
dentro de la administración, siendo ésta más amplia y abarcativa que la
primera. Otra definición es la de Bernazza, Comotto, y Longo (2015), quienes
caracterizan a la gestión como

La acción que implica planificar, organizar, motivar, dirigir y


controlar, desde un punto de vista general, y, en forma específica,
prever, ordenar, atender a los objetivos, la integración de los
esfuerzos y la efectividad de las aportaciones de los demás, con el
fin de lograr el desarrollo de las organizaciones (p. 121).
14

Se ve que la definición de gestión se aproxima mucho a la definición


clásica de administración. Esta es sólo una breve muestra de la discusión
que se plantea cuando se intentan abordar las definiciones de gestión y
administración tratando de delimitar (o no) las diferencias y similitudes que
tienen entre sí.

Efectivamente, la gestión es uno de los temas que más se ha estudiado


recientemente dada la peculiaridad de sus resultados en muchos países
cuya administración responde, en la mayoría de los casos, a los designios
del elemento político. Para poder revisar con mayor profundidad lo referente
a la gestión pública es conveniente analizar dónde se da su génesis y cuáles
han sido sus principales referentes.

En este caso es necesario vincularlo a la llamada administración


pública, definida como tal por Bonnin (1808) y entendiéndose ésta en su
definición clásica como el de “gobierno en acción” (Wilson (1887:77); y por
ende, para tratar el tema de la administración en el sector público, es
necesario a su vez resaltar el papel del Estado en cuanto a su
responsabilidad de garantizar una gestión eficiente a favor de la ciudadanía.

Dentro de este marco, la nueva gestión pública persigue la creación de


una administración eficiente y eficaz, es decir, una administración que
satisfaga las necesidades reales de los ciudadanos al menor coste posible,
favoreciendo para ello la introducción de mecanismos de competencia que
permitan la elección de los usuarios y a su vez promuevan el desarrollo de
servicios de mayor calidad. Todo ello rodeado de sistemas de control que
otorguen una plena transparencia de los procesos, planes y resultados, para
que por un lado, perfeccionen el sistema de elección y, por otro, favorezcan
la participación ciudadana.

De otro lado, la pérdida de credibilidad del sector público como gestor


del bienestar ciudadano viene acompañado de manifestaciones que exigen y
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obligan a que las instituciones públicas actúen aplicando principios de


economía, eficiencia y eficacia. Estas nuevas demandas, cada vez más
importantes como consecuencia de la magnitud del déficit público en
prácticamente la totalidad de países, tuvieron en un primer momento un
importante impacto en los procesos de construcción de políticas públicas,
pero en la actualidad no se circunscriben únicamente a la esfera política o
ministerial, sino que se han ampliado a todas las actuaciones de la
administración en sus diferentes órdenes territoriales.

Para Leeuw (1996, p. 92) la nueva gestión pública enfatiza en la


aplicación de los conceptos de economía, eficiencia y eficacia en la
organización gubernamental, así como en los instrumentos políticos y sus
programas, esforzándose por alcanzar la calidad total en la prestación de los
servicios, todo ello, dedicando menor atención a las prescripciones
procedimentales, las normas y las recomendaciones. No obstante, Bernazza
y otros (2015, p. 76) expresan que la gestión de lo público se desarrolla en
“escenarios de conflicto y resistencia, en los que se debe velar por los
principios democráticos al mismo tiempo que impulsar un proyecto de
gobierno transformador, capaz de lograr un desarrollo incluyente.”

Sin duda cuando se hace referencia a gestión pública, particularmente


hay que considerar que las herramientas y los modos organizativos se
encuentran en el marco de políticas públicas que ponen en relación el
aparato estatal con la sociedad. Esta relación, se entiende, pone en juego la
consideración del ciudadano como sujeto de derechos que va más allá de su
actuación como consumidor o cliente y que importa el reconocimiento de la
existencia de un interés colectivo no subsumible a los intereses individuales.
Por eso es importante para estos países hermanos como son Venezuela y
Colombia establecer un modelo de gobernanza que permita las estrategias
adecuadas a la aplicación de una gestión transparente que atienda a las
necesidades de sus ciudadanos.
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IV.1. La Nueva Gestión Pública

Posee una naturaleza participativa. Conlleva la lógica de la democracia


participativa cuyo fundamento es el ejercicio activo en la cosa pública, donde
los actores con capacidad de agregación de intereses y decisión no
necesariamente derivan de la política sino también de otros grupos y
sectores de la sociedad

La Política Pública (PP) y la Nueva Gestión Pública (NGP) aparecieron


en el medio latinoamericano en los años 80 y 90 como propuestas
disciplinarias y profesionales para superar la vulnerabilidad financiera o la
crisis fiscal en que habían caído los Estados sociales desarrolladores y/o
para restablecer la naturaleza pública que las políticas de los gobiernos
autoritarios habían tergiversado o pervertido y/o para mejorar los servicios
públicos que eran considerados insatisfactorios en calidad, cobertura y costo-
eficiencia.

A ese contexto crítico se debe que las dos propuestas de PP y NGP se


hayan difundido con presteza y hayan sido recibidas por gobierno, sociedad
y academia como instrumentos de conocimiento y gestión útiles para
reconstruir la gobernabilidad en aprietos y dar forma a un modo de dirigir los
asuntos públicos más eficaz y socialmente aceptado.

La buena recepción de las dos propuestas en los países


latinoamericanos tuvo razones que fueron correctas, aunque la recepción fue
también demasiado optimista con respecto a los alcances de la PP y NGP,
bastante corta de vista cuando no tomó en consideración otras dimensiones
fundamentales de la acción de gobernar (como los factores de diseño
institucional y las prácticas políticas) y hasta sesgada, cuando se consideró
que PP y NGP neutralizarían la politización (en el sentido de irracionalidad)
de las políticas y la administración, ya que revaloraban el componente
17

racional, técnico (tecnocrático con frecuencia) de la dirección gubernamental,


de acuerdo con el BID (2005).

En efecto PP y NGP, desde su aparición disciplinaria y profesional, la


primera en los años 1950, tiempo del auge estatal, y la segunda en los años
1980, el tiempo de Estados en situación precaria o crítica, tuvieron como
objetivo de conocimiento y/o como objetivo práctico aportar información,
conocimiento y técnicas para mejorar la calidad analítica de la decisión y/o
para mejorar la gestión de las decisiones. Por consiguiente, para Aguilar
(2007), desde su inicio hasta la fecha, las dos disciplinas/profesiones han
aspirado a prevenir o resolver el problema de la eficacia directiva de los
gobiernos, distanciándose deliberadamente del modo establecido de
gobernar, y cuestionando los dos polos del eje que estructura toda actividad
de gobierno: la decisión y la gestión.

La PP según Aguilar (2007), ha cuestionado la débil base cognoscitiva


de las decisiones de políticas del gobierno y la NGP el arreglo jerárquico-
burocrático de la administración pública. Desde su origen, la PP se ha
concentrado en el proceso decisorio del gobierno, ha cuestionado numerosas
decisiones de gobierno por considerar que no están estructuradas
cognoscitivamente (información imperfecta, análisis económico deficiente y
supuestos causales inciertos) y se ha presentado como una disciplina o
profesión que posee los métodos analíticos apropiados para mejorar la
calidad cognoscitiva de las decisiones de gobierno y asegurar así su
causalidad, la eficacia social y la eficiencia económica.

La NGP, por su lado, de acuerdo con el BID (2005), ha prestado


atención a la administración pública, ha cuestionado su estructura
burocrática de organización y operación -la centralización jerárquica y la
reglamentación precisa e inalterable- y se ha presentado como una disciplina
o práctica profesional que posee los métodos de reorganización y de trabajo,
18

apropiados para incrementar la eficiencia y mejorar la calidad de la gestión


gubernamental. Una característica que comparten los conceptos, métodos o
tecnologías de la PP y de la NGP es que han sido entendidos o practicados a
partir del enfoque de la gobernabilidad o de la gobernanza.

Muchos gobiernos de América Latina, donde se ubican Colombia y


Venezuela, han empleado sus métodos y tecnologías con el propósito de
restablecer su capacidad directiva debilitada y la gobernabilidad, o bien lo
han hecho con el propósito o el resultado de dar forma a un nuevo proceso
de gobierno más eficaz y acaso socialmente más aceptado, en tanto se
practica con la participación de la sociedad: a una nueva gobernanza

Dentro de este marco, una lectura global de la recepción, empleo y


efectos de la PP y la NGP en los países latinoamericanos a lo largo de las
últimas décadas dispone de las evidencias para expresar que el propósito
original de los gobiernos fue reconstruir y asegurar la gobernabilidad, No
obstante los resultados de las prácticas que se difundieron con la PP y la
NGP llevaron a desarrollar, normalizar y volver socialmente aceptable un
estilo de gobernar en modo de gobernanza, que se asienta gradualmente en
estos países hermanos.

De ahí que, las reformas del análisis de PP y de la NGP, en busca de


eficiencia económica, rebasaron su perímetro gubernamental-administrativo
y detonaron efectos institucionales y políticos, que tomaron forma en una
nueva relación directiva de los gobiernos con las organizaciones de la
sociedad. Asimismo, la democratización de los regímenes autoritarios y el
restablecimiento progresivo del Estado de derecho han generado desde la
ciudadanía y la sociedad civil nuevos modos de relacionarse con el gobierno
bajo exigencias de participación y control, así como de certidumbre e
igualdad jurídica.
19

Para Dagnino, Olvera y Panfichi (2006), distintivo de América Latina es


que la dimensión institucional y la gerencial se han enlazado en la ideación e
implementación de las múltiples reformas, aun si padecemos todavía
notorias deficiencias institucionales y gerenciales. En efecto, las reformas
administrativas fueron causa y efecto de las reformas político-institucionales,
así como éstas han sido también causa y efecto de las reformas de la
organización, gestión y operación de la administración pública.

En ese contexto, se ha aportado desde las ciencias políticas una


disciplina y práctica administrativa a la formación de un gobierno competente
y responsable, con mejor capacidad directiva, pero también recibido desde la
sociedad política, económica y civil muchos y nuevos insumos que han
cambiado el modo de entender y practicar la Gestión Pública. La resultante
es otro modo de gobernar, no exento de limitaciones y riesgos, pero que
previsiblemente será el modo directivo de las próximas décadas. El retorno a
la gobernanza por el gobierno, y por uno que supuestamente tiene bajo su
control cognoscitivo y práctico al mundo social, es una opción tal vez
imaginable pero no viable.

V. RESULTADOS

Los resultados de este trabajo se presentan atendiendo a los objetivos


trazados en el mismo, así con respecto a brindar un modelo bilateral de
gobernanza en América Latina, específicamente en Venezuela y Colombia,
se puede apreciar que la gobernanza implica, una forma nueva y diferente de
gobernar caracterizada por lo interacción entre una pluralidad de actores, los
relaciones horizontales, la búsqueda del equilibrio entre poder público y
sociedad civil y la participación en el gobierno de la sociedad en general, y
no de un único actor, bien sea éste de carácter político, económico, social o
cultural, en este caso Venezuela y Colombia deben trabajar fuertemente en
20

lograr un buen modelo de gobernanza que lleve al empleo de criterios válidos


para la ejecución de un agestión pública acorde a las necesidades de los
ciudadanos.

De igual forma en cuanto a generar ideas de gestión gubernamental a


través de propuestas de políticas públicas bilaterales que coadyuven a una
mejor gobernanza para el desarrollo de ambos pueblos, se considera
pertinente que estas naciones hermanas unan esfuerzos y logren
disertaciones y debates en mesas de trabajo que permitan un consenso de
ideas, involucrando más a los ciudadanos en la búsqueda de respuestas
cónsonas con la realidad que se está viviendo actualmente en la gestión
pública de ambos países con una visión más humanitaria y deslastrada de
los modelos arcaicos que aún se aprecian en la aplicación de los gobiernos
latinoamericanos.

Explicar los principios de la gobernanza en ambos países, partiendo de


la definición de cada uno de éstos, se pudo comprobar que la gobernanza en
ambos países no cumple con los principios básicos establecidos para la
satisfacción de las necesidades de la comunidad en cuanto transparencia,
participación, rendición de cuentas, eficacia y coherencia, porque
mayoritariamente hechos de corrupción se han empoderado en los gobiernos
latinoamericanos y no ha sido posible la aplicación de un modelo apropiado
de gobernanza que coadyuve a una nueva gestión pública.

Finalmente, con respecto a al objetivo direccionado a generar un


modelo bilateral de gobernanza para lograr una gestión pública cónsonas
con la realidad vivenciada en Venezuela y Colombia, el mismo se plantea a
continuación, porque se requiere de una nueva forma de gobierno en estos
países hermanados que logre abatir las debilidades presentes y sobre todo
en la lucha contra la pobreza, flagelo que cada día alcanza mayores índices
en Latinoamérica.
21

VI. MODELO DE GOBERNANZA PROPUESTO PARA VENEZUELA Y


COLOMBIA

Introducción

El Proyecto Gobernanza propuesto para Venezuela y Colombia como


países hermanos que sufren las consecuencias de las inadecuadas
estrategias para el logro de una gestión pública acorde al camino
fundamental para alcanzar el desarrollo integral de las sociedades, mediante
la articulación de diversos actores fundamentales, entre los cuales destaca el
Estado, la sociedad civil, las agencias públicas localizadas territorialmente y
el sector privado, en un contexto en el cual el gobierno intermedio está
enfocado en las oportunidades de los territorios, estimulando el crecimiento
económico con inclusión social.

De ahí que, llegar y mantener un estado ideal en la administración


pública requiere de mecanismos que se encaminen hacia una gestión
eficiente, que al mismo tiempo vincule los recursos, las reformas políticas, los
actores políticos y sociales, las capacidades técnicas, financieras y humanas
con los procesos de desarrollo que se precisan en cada territorio involucrado
en la investigación.

Este enfoque tiene un carácter eminentemente pluralista y aglutinador,


por lo cual se hace prioritario que su aplicación se sustente en un modelo
más abierto, con carácter democrático y que de manera eficiente alcance
esta denominada gobernanza, y con ello se produzcan las mejoras
sustanciales en las condiciones de vida de los ciudadanos, a travé de una
gestión pública transparente, eficaz y eficiente.

Estructura del modelo


22

El Modelo de Gobernanza (que cada gobierno concreto deberá ajustar


a su realidad) está compuesto en forma sistemática de siete criterios:
liderazgo; ciudadanía; personas; gestión estratégica y planificación regional;
gestión de recursos; información y conocimiento; y resultados.

Liderazgo

Este criterio examina cómo el equipo de gobierno contribuye a precisar,


comunicar y compartir las definiciones políticas y estratégicas, el enfoque
valórico y los objetivos del gobierno intermedio. Examina también cómo se
toman las decisiones y se conduce al gobierno a contar con un diseño que le
permita desempeñar un rol relevante en el plano del desarrollo territorial, y
cumplir con sus metas mediante una gestión adecuada, que potencie sus
fortalezas y permita resolver y mejorar debilidades.

Ciudadanía

El rol de la ciudadanía como elector, usuario y colaborador de acciones


y políticas territoriales es central. Este criterio examina de qué manera el
gobierno intermedio se relaciona con la ciudadanía y sus organizaciones
para conocer sus expectativas y necesidades, y la evaluación y percepción
que ésta tiene respecto del papel que le cabe al gobierno intermedio y su
desempeño en ese cometido. Este elemento pone atención en los procesos y
mecanismos de participación e información, conocimiento y consideración de
la opinión de la ciudadanía en la toma de decisiones.

Personas

Este criterio examina cómo el gobierno intermedio involucra, gestiona y


desarrolla a su personal. Es sabido que este es un punto sensible de los
gobiernos intermedios que han aumentado sus atribuciones y tienen
responsabilidades sobre mayores asignaciones presupuestarias, sin que ello
se haya traducido en la conformación y entrenamiento de equipos
23

profesionales y técnicos de primera línea. Por ello la importancia de indagar


de qué manera el gobierno evalúa las habilidades y capacidades requeridas
en su personal y cómo genera y apoya un ambiente de trabajo que conduzca
a un alto desempeño, así como al crecimiento de las personas y la
organización.

Gestión estratégica y planificación regional

- Este es, sin duda, un criterio crucial de la gestión y gobernanza del


gobierno intermedio de cara al desarrollo del territorio. Examina la manera en
que la organización establece sus objetivos estratégicos, sus planes de
acción y los proyectos o líneas de trabajo, incluyendo en este análisis no solo
la forma en que se definen las estrategias y planes, sino el proceso mediante
el cual se implementan y cómo se hace seguimiento a la implementación.

Incluye la revisión y análisis de factores que concentran en importante


medida el principal rol del gobierno intermedio como director/coordinador de
la agenda de desarrollo mediante instrumentos de planificación y gestión que
son de su exclusiva competencias: planificación y ordenamiento territorial. El
ámbito de interés en torno al criterio de gestión estratégica y planificación
regional examina cómo se realiza el proceso de planificación del desarrollo
regional y la formulación (y actualización) de políticas, planes y programas;
cómo se construyen los instrumentos indicativos de ordenamiento territorial;
y cómo se lleva a cabo la toma de decisiones sobre proyectos de inversión y
la gestión general del proceso de inversión.

En particular, cómo se promueve el rol del sector privado en el territorio


y cómo se realizan los programas de fomento del emprendimiento,
innovación y desarrollo económico territorial. Asimismo, indaga cómo se
realiza la articulación inter e intra-nivel de gobierno para la gestión de los
programas de desarrollo económico.
24

Gestión de recursos

Este criterio analiza cómo el gobierno intermedio gestiona sus recursos


internos. Contempla la manera en que se realiza la administración, soporte y
asesoría en tecnologías de información y comunicación, gestión de los
recursos financieros, gestión del proceso de compras de bienes y servicios, y
gestión de la relación con los proveedores de bienes y servicios.

Información y conocimiento

Este criterio examina cómo el gobierno intermedio mide su desempeño


organizacional y cómo se gestiona la información necesaria para apoyar las
operaciones diarias y la toma de decisiones. Considera la manera en que se
obtiene y recopila la información sobre los resultados que la institución
alcanza en todos los ámbitos de su actuar.

Resultados

El criterio de resultados verifica los niveles de logro en aquellas


materias que dicen directa relación con la gestión de la organización del
gobierno intermedio. No mide, por ejemplo, cambios en el producto bruto
regional, dado que este es un resultado que solo en parte y dadas
determinadas circunstancias es atribuible a la gestión del gobierno. En
cambio, sí mide los principales indicadores que reflejan resultados globales
del gobierno intermedio en la satisfacción de la ciudadanía y satisfacción del
propio personal de la organización, en los resultados de desempeño
financiero y en la calidad de los proveedores y resultados de desempeño e
impacto en las áreas de acción estratégica. Entre estas áreas se encuentra
el desempeño operacional de los sistemas de trabajo, por ejemplo, gestión
de inversiones, programa de desarrollo social y cultural, programa de
desarrollo económico y fomento productivo.
25

ESTRUCTURA DEL MODELO DE GOBERNANZA BILATERAL PARA LA


GESTIÓN PÚBLICA

Dentro de este marco, se propone la estructura del Modelo de


Gobernanza con cuatro componentes principales interrelacionados entre sí:
1) Marco normativo, 2) Mecanismos de participación, 3) Ordenamiento
territorial, 4) Generación y gestión de información.

En cada componente se establece un contexto general para ambas


naciones y la visión a largo plazo, que en el presente documento se define
hasta el año 2030, con el objeto de promover la coherencia entre la acción
gubernamental y las necesidades de las comunidades tomando en cuenta la
transparencia en la rendición de cuentas.

Adicionalmente, en cada componente se presenta una agenda de


trabajo que prioriza acciones a corto plazo (3 a 5 años). El cual se desglosa
así: en el Marco Normativo se prioriza el trabajo sobre la comunicación y
fortalecimiento de capacidades para aplicar el marco general de leyes sobre
la gestión pública existentes. Así mismo es necesario articular el trabajo en el
Componente de Participación, donde se busca crear una estructura de
coordinación que permita potenciar el trabajo de varios actores en los países
involucrados.

En Ordenamiento Territorial se pretende complementar y fortalecer


los Planes de Desarrollo y Ordenamiento Territorial existentes para que
incluyan de forma efectiva criterios de transparencia, eficacia y eficiencia.
Finalmente, el Componente de Generación y Gestión de Información
busca visibilizar la necesidad de contar con un eje transversal de trabajo
sobre información a nivel departamental que permita potenciar el acceso y
uso de información existente y llene los vacíos de información requerida para
la planificación territorial.
26

La propuesta de Modelo de Gobernanza debe ser interpretada como


expresiones de interés colectivo que no reemplazan sino que complementan
los canales institucionales establecidos de gobernabilidad. De igual forma, el
Modelo enfatiza la necesidad de potenciar las distintas agendas
institucionales existentes en ambos países y articularlas a un acuerdo
bilateral que logre generar un proceso unitario, corresponsable e integral.

De esta manera, se busca que el Modelo constituya una hoja de ruta


estratégica consensuada por un amplio grupo de actores que vincule de
forma efectiva la planificación territorial como herramienta para el manejo de
la gestión pública, atendiendo a los principios de gobernanza desarrollados
en este trabajo de investigación.

Al acercar los procesos de toma de decisión a las poblaciones en


ambos países, se estima que la descentralización mejora las condiciones de
equidad, eficiencia y efectividad del manejo de recursos públicos. Algunas de
las dimensiones específicas de la descentralización son de acuerdo con
Ribot (2002):

Mejorar la evaluación e integración de costos para las poblaciones


locales de procesos de toma de decisión.
Incrementar la transparencia y los mecanismos de rendición de
cuentas de los procesos de gestión de recursos en el sector
público.
Insertar conocimientos y aspiraciones locales de forma más
directa a la planificación, diseño e implementación de políticas
públicas.
Mejorar y flexibilizar la coordinación entre agencias públicas y
otros actores de la sociedad civil relacionados con la gobernanza
de recursos naturales, tanto a escala locales como subnacional.
(p. 30)

En ese orden de ideas, los procesos de gobernanza buscan generar y


mantener reglas formales e informales que regulen el accionar público y el
contexto en el cual el Estado y otros actores económicos y de la sociedad
27

civil interactúan para tomar decisiones (Batterbury y Fernando 2006). Por


extensión, la gobernanza es el proceso mediante el cual la sociedad define
objetivos y prioridades relacionadas al manejo de recursos públicos y
establece mecanismos de cooperación a escalas locales, nacionales y
regionales. Un modelo de gobernanza incluye marcos legales y políticos,
estrategias, planes de acción y los arreglos institucionales requeridos para
hacer seguimiento de políticas y evaluar su efectividad (Scanlon y Burhenne-
Guilmin 2004).

COMPONENTES DEL MODELO DE GOBERNANZA

1. Marco Normativo

Como se menciona en la introducción, el trabajo en un Modelo de


Gobernanza requiere esfuerzos concertados de coordinación y articulación
de necesidades, intereses e iniciativas en un contexto normativo definido. La
propuesta de Modelo de Gobernanza Ambiental busca priorizar las
necesidades de traba

jo en el marco normativo para potenciar la cooperación y coordinación


alrededor del resto de temas definidos en el modelo. Se parte de dos
corolarios principales (Piñeiro 2004): 1). El trabajo alrededor de la
gobernanza debe incluir a todos los actores involucrados a distintos niveles,
no únicamente a aquellos cuyo trabajo se relaciona directamente con el
sector público y 2) El nivel de gobernanza en el cual se deben implementar
acciones relacionadas a la gestión pública debe definirse sobre criterios
adecuados.

En este sentido, el marco normativo de la gobernanza parte


precisamente de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela de
1999 y de la Constitución Política de Colombia de 1991, porque en ellas se
establece la forma de gobierno que corresponde a cada Estado
28

respectivamente, definiéndose a Venezuela en su artículo 2 de la siguiente


manera Venezuela se constituye en un Estado democrático y social de
Derecho y de Justicia, que propugna como valores superiores de su
ordenamiento jurídico y de su actuación, la vida, la libertad, la justicia, la
igualdad, la solidaridad, la democracia, la responsabilidad social y en
general, la preeminencia de los derechos humanos, la ética y el pluralismo
político.

Mientras que la Constitución Política de Colombia, en su artículo 1º


establece: Colombia es un Estado social de derecho, organizado en forma de
República unitaria, descentralizada, con autonomía de sus entidades
territoriales, democrática, participativa y pluralista, fundada en el respeto de
la dignidad humana, en el trabajo y la solidaridad de las personas que la
integran y en la prevalencia del interés general.

De ahí que el punto de partida normativo para el establecimiento del


modelo de gobernanza para la gestión pública sea precisamente las cartas
magnas de cada estado, así como los Tratados Internacionales y las leyes
especiales sobre la función pública de cada uno de los territorios
involucrados en este estudio.

2. Componente de participación

La gestión pública requiere la participación de múltiples actores, cuyas


necesidades, opiniones, experiencias, expectativas y formas de conocimiento
se construyen sobre diferentes visiones para entender los problemas y sus
posibles soluciones (Brugnach et al. 2008, Dewulf et al. 2004). Por ende, la
inclusión de una diversidad de actores implica el intercambio de
conocimientos y obliga a generar mecanismos que promuevan el diálogo.

En ese sentido, el Modelo de Gobernanza se convierte en un espacio


que canaliza esas demandas e intenta una mirada en el contexto multiactoral
29

del territorio colombo-venezolano, que supere lo particular y establezca


pautas de interés general alineadas al marco normativo vigente. Hasta la
actualidad, los mecanismos de participación en ambos países han permitido
establecer canales de comunicación permanentes para la definición de
prioridades, la planificación, implementación y rendición de cuentas, la
transparencia de la información, y el cumplimiento de los planes de trabajo,
pero es necesaria más contraloría social.

3. Ordenamiento territorial

El Ordenamiento Territorial es una política pública adoptada por la cual


los Estados buscan brindar un soporte robusto y complementario a los
esfuerzos de planificación e intervención para el desarrollo territorial. Esta
visión privilegia el rol del territorio como el contexto que estructura las
opciones de desarrollo más efectivas mediante sus capacidades,
potencialidades y limitantes.

Dentro de este marco, el trabajo en el tema de Ordenamiento Territorial


en el contexto del Modelo de Gobernanza busca identificar y priorizar
directrices que permitan la integración efectiva de éstos y otros criterios en la
Planificación Territorial y sus procesos asociados de zonificación económica,
haciendo más control social y procurando transparencia, efectividad y
eficacia en la gestión pública llevada a cabo en ambas naciones.

4. Generación y gestión de la información

La generación y gestión de información son elementos básicos para


apoyar la toma de decisiones de uso y manejo del territorio y los recursos
económicos de los Estados. Sin embargo, la generación de información
relevante y de calidad requiere del esfuerzo concertado de todos los actores
30

involucrados en el contexto de gobernanza para que ésta se encuentre


accesible y actualizada.

De forma complementaria, el acceso a información de manera


transparente permite a los actores interesados involucrarse o adquirir nuevos
roles en el manejo de los recursos. Por ejemplo, acceder a nueva
información disponible puede derivar en un mayor empoderamiento de la
población para promover la acción colectiva a favor o en contra de políticas,
medidas, y acciones que puedan afectarles (Cohen 2000, Stephan 2002)
incidiendo así positivamente, en los procesos de diseño e implementación de
política pública o de gestión pública.

VII.CONCLUSIONES

Debemos comenzar señalando que la utilidad del concepto de


gobernanza como instrumento para conceptualizar los problemas y las
oportunidades y contextos en la frontera entre lo social y lo político, en la
terminología actual: la frontera entre el Estado, el mercado y la sociedad civil.
Estos aspectos no pueden ser tratados por cada uno de estos campos de
forma aislada. Su carácter y naturaleza son tales que traspasan los límites
tradicionales que les separan. Esto significa que gobernarlos requiere
imágenes, instrumentos y potencial de acción de los tres para tratar de
solventarlos (si es que pueden llegar a ser solventados) o, al menos, no
dejarles perder el control teniendo en cuenta sus propias complejidades,
diversidades y dinamismos.

En las últimas décadas, las administraciones públicas de la mayoría de


los países desarrollados se han visto inmersas en procesos de regeneración
con el objetivo de conseguir una administración más eficiente y ágil que
pueda adaptarse a las necesidades de los ciudadanos, sin que ello se
traduzca en un incremento de la presión fiscal, sino que incluso se tienda a la
31

contención o reducción del gasto público. En consecuencia, las actuaciones


desarrolladas son de diversa índole, pero básicamente se podrían distinguir
tres grandes tipos, las que implican la apertura al mercado de ámbitos
habitualmente sometidos a los procesos de gestión pública, y aquellas que
suponen la adopción de las técnicas usadas por las empresas privadas en el
ámbito público.

En este orden, se espera que el modelo de gobernanza diseñado para


Venezuela y Colombia, logre la estabilidad de la gestión pública en un
accionar caracterizado por los principios de coherencia, transparencia,
eficacia entre otros, por tanto es recomendable el uso de la contraloría social
por parte de los ciudadanos a objeto que la rendición de cuentas sobre los
recursos públicos determinan la ejecución de políticas públicas acordes a las
necesidades de ambas comunidades.

En este sentido, la intención es lograr instaurar una nueva gestión


pública que coadyuve al logro de los objetivos y procuren el bienestar común
de sus ciudadanos, paliando en cierta medida los actos de corrupción que
impiden el logro de las metas gubernamentales siguiendo los fines
constitucionales.

VIII. RECOMENDACIONES.

Tomado en consideración los objetivos del proyecto de investigación, se


proponen las siguientes recomendaciones a objeto de optimizar la
gobernanza en los países latinoamericanos, sobre todo en Colombia y
Venezuela, objeto de este estudio.

Sería prudente que ambos gobiernos tomen en consideración las ideas


generadas en este estudio sobre la gestión gubernamental a través de
propuestas de políticas públicas bilaterales que coadyuven a una mejor
gobernanza para el desarrollo de ambos pueblo, esto podría llevarse a cabo
32

en mesas de trabajo y discusión cada tres (03) meses para evaluar la


efectividad de las mismas

También se sugiera a ambos gobiernos aplicar los principios de la


gobernanza en ambos países, puesto que de esta manera se estaría
fortaleciendo las tomas de decisiones tendientes a la transparencia y la
rendición de cuentas, buscando minimizar sino erradicar los actos de
corrupción presentes en los equipos de trabajo de lso gobiernos analizados

Finalmente, es recomendable poner en práctica el modelo bilateral de


gobernanza en América Latina, específicamente en Venezuela y Colombia
propuesto en esta investigación, haciéndole el seguimiento necesario para ir
corrigiendo las fallas que pudiesen presentarse, para lo cual se sugiere
equipos de trabajo que se reúnan cada seis meses en ambos países para así
de manera conjunta visualizar las debilidades y fortalecer el modelo.

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