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SEMANA SANTA 2018


CICLO B

MISAL Y GUÍA
DOMINGO DE RAMOS
EQUIPO DE LITURGIA

PARROQUIA “NUESTRA SEÑORA DE LUJÁN DE CUYO”


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IMPORTANTE: Para la misa del domingo a la mañana, se invita a la asamblea a salir al atrio del templo,
donde iniciará la celebración.

introducción

ANTES DE COMENZAR LA CELEBRACIÓN PEDIMOS APAGAR LOS CELULARES

GUIA: Hermanos: Hoy comenzamos las celebraciones de la Semana


Santa, llamada la Gran Semana Cristiana. Recordamos la entrada de Jesús en
Jerusalén, entre cantos de júbilo, con palmas y ramos de olivo, como todos
tenemos aquí.

Ese era un día de alegría, lleno de esperanza para la muchedumbre. Pero


fue una multitud –según narra el Evangelio– que no sabía el camino doloroso
que Jesús recorrería. Era una multitud presente en el ruido del Domingo de
Ramos, pero ausente en los días de la Pasión y en el gozo de la Resurrección.

Nosotros hoy iniciamos un camino para acompañar a Jesús durante toda


esta semana, hasta la Pascua.

SALUDO INICIAL
El celebrante saluda y da la bienvenida

En el nombre del Padre


y del Hijo
y del Espíritu Santo.
Amén.

Sean bienvenidos a esta celebración, y que Cristo muerto y


resucitado por nuestra salvación y la del mundo entero
permanezca ahora y siempre con ustedes.

El pueblo responde:

Y con tu espíritu.
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Seguidamente, el sacerdote invita a los fieles a participar activa y conscientemente en la celebración de


este día:
Queridos hermanos:

Después de haber preparado nuestros corazones desde el


comienzo de la Cuaresma por medio de la penitencia, la
oración y las obras de caridad.

Hoy nos congregamos para iniciar con toda la Iglesia la


celebración del misterio pascual de nuestro Señor.
Este sagrado misterio se realiza por su muerte y
resurrección;

Para ello, Jesús ingresó en Jerusalén, la ciudad santa,


nosotros, llenos de fe y con gran fervor; recordando esta
entrada triunfal, sigamos al Señor para que, por la gracia
que brota de la cruz, lleguemos a tener parte en su
resurrección y en su vida.

BENDICIÓN DE RAMOS

GUIA: ¡Levantemos bien alto los ramos! Y con ellos levantemos el


corazón, para acompañar a Jesús con amor y fidelidad.

El sacerdote bendice los ramos con la siguiente oración.

Oremos:

Dios todopoderoso y eterno, santifica con tu bendición 


estos ramos para que, cuando seguimos con aclamaciones
a Cristo Rey, podamos llegar por Él a la Jerusalén celestial.
Que vive y reina por los siglos de los siglos.
R: Amen.

A continuación, el sacerdote bendice e inciensa los ramos, mientras se entona un canto adecuado.
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LA SIGUIENTE PARTE DEL GUIÓN ES SÓLO PARA LA MISA CON PROCESIÓN.

GUIA: Escuchemos el relato de la entrada de Jesús en Jerusalén.


También nosotros, llenos de alegría como los discípulos, cantamos cada
domingo: “Bendito el que viene en nombre del Señor”.

A continuación, el diácono o el sacerdote proclama el Evangelio:

Evangelio: Entrada de Jesús a Jerusalén

Lectura del santo Evangelio según san Marcos (Mc. 11, 1-10)

Se acercaban a Jerusalén, por Betfagé y Betania, junto al Monte de los


Olivos, y Jesús mandó a dos de sus discípulos, diciéndoles:
Id a la aldea de enfrente, y en cuanto entréis, encontraréis un borrico
atado, que nadie ha montado todavía. Desatadlo y traedlo. Y si alguien os
pregunta por qué lo hacéis, contestadle: El Señor lo necesita, y lo devolverá
pronto. Fueron y encontraron el borrico en la calle atado a una puerta; y lo
soltaron.
Algunos de los presentes les preguntaron: ¿Por qué tenéis que desatar el
borrico?
Ellos le contestaron como había dicho Jesús; y se lo permitieron.
Llevaron el borrico, le echaron encima los mantos, y Jesús se montó.
Muchos alfombraron el camino con sus mantos, otros con ramas cortadas en el
campo. Los que iban delante y detrás, gritaban:
Viva, bendito el que viene en nombre del Señor.
Bendito el reino que llega, el de nuestro padre David.
¡Viva el Altísimo!

Palabra del Señor.


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LA SIGUIENTE PARTE DEL GUIÓN ES SÓLO PARA LA MISA CON PROCESIÓN.

PROCESIÓN
Después del Evangelio, el sacerdote invita a comenzar la procesión con estas palabras:

Queridos hermanos:

Imitemos a la muchedumbre que aclamó a Jesús,


Y caminemos cantando y glorificando a Dios,
Unidos por el vínculo de la paz.

Durante la procesión acompañamos con el canto.

ENTRADA AL TEMPLO
Después de la procesión o de la entrada solemne, el sacerdote inciensa el altar y la cruz. Se inicia la Misa
con la oración colecta:

GUIA: La bendición de ramos y la procesión reemplazan hoy los ritos


iniciales de la misa, por eso el celebrante reza a continuación la oración
colecta.

Oración Colecta

Dios todopoderoso y eterno, tú mostraste a los hombres el


ejemplo de humildad de nuestro Salvador, que se encarnó
y murió en la cruz, concédenos recibir las enseñanzas de su
Pasión, para poder participar un día de su gloriosa
Resurrección.

El que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo,


y es Dios, por los siglos de los siglos.
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LITURGIA DE LA PALABRA

GUIA: Escuchemos con atención el mensaje de salvación.

 1º Lectura: Is. 50, 4-7


 Salmo: 21, 8-9. 17-18a. 19-20. 23-24
 2º Lectura: Flp. 2, 6-11

GUIA: Nos ponemos de pie para escuchar La Pasión de Nuestro Señor.

 Evangelio:
Pasión de Nuestro Señor Jesucristo según San Marcos (Mc. 14, 1-15, 47)

GUIA: Podemos tomar asiento.

 Homilía
Seguidamente de la lectura de la Pasión se hace la homilía. Después se dice el Credo.

 Credo
Oración de los Fieles

Celebrante:
Queridos hermanos:

Como pueblo de Dios, unidos por una misma fe, elevemos


al Señor nuestra oración confiada por todas las necesidades
del mundo y la Iglesia.
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GUIA: A cada intención respondemos: “Te lo pedimos Señor”

1. Por la Iglesia, perseguida e incomprendida: para que no tema imitar al


siervo humillado y pobre. Oremos

2. Por los que gobiernan las naciones: para que la figura de Cristo humilde
y servidor sea su ejemplo. Oremos

3. Por los jóvenes; para que animados por el impulso del Espíritu; caminen
no sólo haciendo memoria del pasado, sino también con valentía en el
presente y esperanza en el futuro. Oremos

4. Por los enfermos, los moribundos y todos los que sufren: para que
encuentren fortaleza y confianza en los sufrimientos de Cristo. Oremos

5. Por los que hoy se acercan a la Iglesia después de mucho tiempo: para
que experimenten la alegría de reencontrar a Jesús. Oremos

Celebrante:
Señor, que te humillaste haciéndote obediente hasta la
muerte, recibe nuestra súplica confiada.
Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos.

Presentación de las Ofrendas y Colecta

GUIA: Junto al pan y vino ofrezcamos al Señor nuestro júbilo, y el


propósito de acompañarlo durante esta Semana Santa. (2)

Ofrecemos también nuestro esfuerzo generoso de querer compartir


nuestros bienes con los más necesitados. Lo hacemos cantando. (1)

En el caso de que en la celebración se necesite introducir por separado la colecta y la ofrenda.


Entonces leer (1) y (2) en el orden correspondiente. Para ello, obviar la palabra “también”.
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LA SIGUIENTE PARTE DEL GUIÓN ES SÓLO PARA LA MISA CON PROCESIÓN.

Después de entregadas las ofrendas, se inciensa: el altar, al celebrante y a la asamblea

Cuando el diácono se acerca con el turíbulo a incensar a la asamblea el guía dice:


GUIA: Nos ponemos de pie.
Al finalizar, dice:
GUIA: Podemos tomar asiento.

Celebrante:
Oremos, hermanos, para que este sacrificio, mío y de ustedes, sea
agradable a Dios, Padre todopoderoso.

El pueblo responde:

El Señor reciba de tus manos este sacrificio, para alabanza y gloria de su


nombre, para nuestro bien y el de toda su santa Iglesia.

Oración sobre las ofrendas


Por la Pasión de tu Hijo unigénito danos, Señor, tu perdón
y aunque no lo merecen nuestras obras,
haz que lo recibamos de tu misericordia
por este único sacrificio.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
R: Amén

Prefacio
V. El Señor esté con ustedes.
R. Y con tu espíritu.
V. Levantemos el corazón.
R. Lo tenemos levantado hacia el Señor.
V. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
R. Es justo y necesario.
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En verdad es justo y necesario,


Es nuestro deber y salvación
darte gracias siempre y en todo lugar,
Señor, Padre santo,
Dios todopoderoso y eterno,
Por Cristo, Señor nuestro

Él, que era inocente,


Quiso padecer por los pecadores
Y fue condenado injustamente
Para salvar a los culpables;
Al morir borró nuestros pecados,
Y al resucitar nos obtuvo la salvación
Por eso, con todos los ángeles
Te alabamos, diciendo con alegría:

Santo, Santo, Santo...

Plegaria Eucarística III


CP
Santo eres en verdad, Padre, y con razón te alaban todas
tus criaturas, ya que, por Jesucristo, tu Hijo, Señor nuestro,
con la fuerza del Espíritu Santo, das vida y santificas todo,
y congregas a tu pueblo sin cesar, para que ofrezca en tu
honor un sacrificio sin mancha desde donde sale el sol hasta
el ocaso.
Junta las manos y, manteniéndolas extendidas sobre las ofrendas, dice:

CC
Por eso, Padre, te suplicamos que santifiques por el mismo
Espíritu estos dones que hemos separado para ti,
Junta las manos y traza el signo de la cruz sobre el pan y el cáliz conjuntamente, diciendo:
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de manera que se convierta en el Cuerpo y la  Sangre de


Jesucristo, Hijo tuyo y Señor nuestro,
Junta las manos.

que nos mandó celebrar estos misterios.


En las fórmulas que siguen, las palabras del Señor han de pronunciarse con claridad, como lo requiere la naturaleza
de éstas.

Porque él mismo,
la noche en que iba a ser entregado,
Toma el pan y, sosteniéndolo un poco elevado sobre el altar, prosigue:

tomó pan, y dando gracias te bendijo,


lo partió, y lo dio a sus discípulos, diciendo:
Se inclina un poco.

Tomen y coman todos de Él,


Porque esto es mi cuerpo,
Que será entregado por ustedes.

Muestra el pan consagrado al pueblo, lo deposita luego sobre la patena y lo adora haciendo genuflexión. Después
prosigue:

Del mismo modo, acabada la cena,


Toma el cáliz y, sosteniéndolo un poco elevado sobre el altar, prosigue:

tomó el cáliz, dando gracias te bendijo,


y lo pasó a sus discípulos, diciendo:
Se inclina un poco.

Tomen y beban todos de él,


Porque éste es el cáliz de mi sangre,
Sangre de la alianza nueva y eterna,
Que será derramada por ustedes
Y por muchos
Para el perdón de los pecados.
Hagan esto en conmemoración mía.
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Muestra el cáliz al pueblo, lo deposita luego sobre el corporal y lo adora haciendo genuflexión. Luego dice:

Éste es el sacramento de nuestra fe.


Y el pueblo prosigue aclamando:

Anunciamos tu muerte, proclamamos tu resurrección.


¡Ven, Señor Jesús!
CC
Así, Padre, al celebrar ahora el memorial de la pasión
salvadora de tu Hijo, de su admirable resurrección y
ascensión al cielo, mientras esperamos su venida gloriosa,
te ofrecemos, en esta acción de gracias, el sacrificio vivo y
santo.

Dirige tu mirada sobre la ofrenda de tu Iglesia, y reconoce


en ella la Víctima por cuya inmolación quisiste devolvernos
tu amistad, para que, fortalecidos con el Cuerpo y la Sangre
de tu Hijo y llenos de su Espíritu Santo, formemos en Cristo
un solo cuerpo y un solo espíritu.

C1
Que él nos transforme en ofrenda permanente,
para que gocemos de tu heredad junto con tus elegidos:
Con María, la Virgen Madre de Dios, los apóstoles y los
mártires, y todos los santos, por cuya intercesión confiamos
obtener siempre tu ayuda.
C2
Te pedimos, Padre, que esta Víctima de reconciliación
traiga la paz y la salvación al mundo entero.
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Confirma en la fe y en la caridad a tu Iglesia, peregrina en


la tierra: a tu servidor, el Papa Francisco, a nuestro Obispo
Carlos María y su Obispo auxiliar Dante, al orden episcopal,
a los presbíteros y diáconos, y a todo el pueblo redimido por
ti.

Atiende los deseos y súplicas de esta familia que has


congregado en tu presencia.

En el domingo, día en que Cristo ha vencido a la muerte y


nos ha hecho partícipes de su vida inmortal.
Reúne en torno a ti, Padre misericordioso, a todos tus hijos
dispersos por el mundo.

 A nuestros hermanos difuntos y a cuantos murieron en tu


amistad recíbelos en tu reino, donde esperamos gozar
todos juntos de la plenitud eterna de tu gloria,
Junta las manos.

por Cristo, Señor nuestro, por quien concedes al mundo


todos los bienes.

CP o CC
Por Cristo, con él y en él,
a ti, Dios Padre omnipotente,
en la unidad del Espíritu Santo,
todo honor y toda gloria
por los siglos de los siglos.
R: Amén
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Rito de Comunión

Una vez que ha dejado el cáliz y la patena, el sacerdote, con las manos juntas, dice:

Fieles a la recomendación del Salvador y siguiendo su


divina enseñanza, nos atrevemos a decir:
Extiende las manos y, junto con el pueblo, continúa:

Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu


Nombre, venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad
en la tierra como en el cielo.

Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras


ofensas, como también nosotros perdonamos los que
nos ofenden; nos dejes caer en la tentación, líbranos
del mal.
El sacerdote, con las manos extendidas, prosigue él solo:

Líbranos de todos los males, Señor, y concédenos la paz en


nuestros días, para que, ayudados por tu misericordia,
vivamos siempre libres de pecado y protegidos de toda
perturbación, mientras esperamos la gloriosa venida de
nuestro Salvador Jesucristo.
Junta las manos. El pueblo concluye la oración, aclamando:

Tuyo es el reino,
tuyo el poder y la gloria, por siempre, Señor.

Después el sacerdote, con las manos extendidas, dice en voz alta:

Señor Jesucristo, que dijiste a tus apóstoles:


«La paz les dejo, mi paz les doy», no tengas en cuenta
nuestros pecados, sino la fe de tu Iglesia conforme a tu
palabra, concédele la paz y la unidad.
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Junta las manos.

Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos.


El pueblo responde:
Amén.

El sacerdote, extendiendo y juntando las manos, añade:

La paz del Señor esté siempre con ustedes.


El Pueblo responde:

Y con tu espíritu.
Luego, si se juzga oportuno, el diácono, o el sacerdote, añade:

Con el sincero deseo de ser una comunidad unida en la


fe y en el amor, nos damos fraternalmente la Paz.
Después toma el pan consagrado, lo parte sobre la patena, y deja caer una parte del mismo en el cáliz, diciendo en
secreto:

El Cuerpo y la Sangre de nuestro Señor Jesucristo, unidos


en este cáliz, sean para nosotros alimento de vida eterna.
Mientras tanto se canta o se dice:

Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,


ten piedad de nosotros.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,
ten piedad de nosotros.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,
danos la paz.
A continuación, el sacerdote, con las manos juntas, dice en secreto:

Señor Jesucristo, Hijo de Dios vivo, que, por voluntad del


Padre, cooperando el Espíritu Santo, diste con tu muerte la
vida al mundo, líbrame, por la recepción de tu Cuerpo y de
tu Sangre, de todas mis culpas y de todo mal. Concédeme
cumplir siempre tus mandamientos y jamás permitas que
me separe de ti.
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El sacerdote hace genuflexión, toma el pan consagrado y, sosteniéndolo un poco elevado sobre la patena, lo
muestra al pueblo, diciendo:

Éste es el Cordero de Dios,


que quita el pecado del mundo.
Dichosos los invitados a la cena del Señor.

Y juntamente con el pueblo, añade:

Señor, no soy digno de que entres en mi casa, pero una


palabra tuya bastará para sanarme.
El sacerdote dice en secreto:

El Cuerpo de Cristo me guarde para la vida eterna.


Y comulga reverentemente el Cuerpo de Cristo.
Después toma el cáliz y dice en secreto:

La Sangre de Cristo me guarde para la vida eterna.


Y bebe reverentemente la Sangre de Cristo.

Comunión

GUIA: Hermanos: Vayamos a recibir a Cristo con el propósito de ser


fieles a su enseñanza. Hoy lo aclamamos esperanzados en que nos libere de
nuestros males y lo acompañamos en el camino de la cruz. Así dispuestos
nos acercamos a comulgar.

Al término de la distribución de la comunión y luego de guardar el copón en el sagrario, se realiza la


siguiente oración:
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Comunión Espiritual

GUIA: Para aquellas personas que no hayan podido recibir a Jesús


sacramentalmente, pueden hacerlo espiritualmente con la siguiente oración:

Creo Señor mío que éstas realmente presente en el


Santísimo Sacramento del altar.

Te amo sobre todas las cosas y deseo ardientemente


recibirte dentro de mi alma; pero, no pudiendo hacerlo
ahora materialmente, ven a hacerlo espiritualmente a mi
corazón.
Y habiéndote recibido, me abrazo y me uno todo a Ti; Oh
Señor, no permitas que me separe de Ti. Amén.

Ritos finales
Si es oportuno, se pueden guardar unos minutos de silencio. Luego, de pie en el altar, el sacerdote dice:
Oremos.
Después el sacerdote, con las manos extendidas, dice la oración después de la comunión.

Oración después de la comunión


Alimentados con tus sagrados dones, te pedimos, Padre,
que, así como por la muerte de tu Hijo nos haces esperar lo
que creemos, por su Resurrección lleguemos a la gloria que
anhelamos.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

Celebrante:
El Señor esté con ustedes.
El pueblo responde:
Y con tu espíritu.
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Bendición Solemne de la Pasión:


Dios Padre misericordioso,
Que nos dejos el testimonio de su amor
En la Pasión de su Hijo Unigénito,
Les conceda el don admirable de su bendición,
Por el servicio de Dios y de los hombres.
R. Amén.

Ya que creen que, por la muerte temporal de su Hijo,


Fueron liberados de la muerte eterna
Les dé la recompensa de la vida futura.
R. Amén.

Y siguiendo sus ejemplos de humildad


Merezcan participar de su resurrección.

R. Amén.

Y bendice a todo el pueblo:

Y la bendición de Dios todopoderoso,


Del Padre, del Hijo  y del Espíritu Santo,
Descienda sobre ustedes y permanezca para siempre.
R. Amén

GUIA: Hemos aclamado al Señor con nuestros ramos. Los llevamos a


casa para que nos recuerden constantemente nuestra fe en el Señor
sufriente y resucitado.

Nos despedimos cantando.

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