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Cristianismo y gobierno: Jesús es

Rey

Los cristianos tienden a ser muy obstinados respecto a las leyes que sus gobiernos crean (como
todos deberíamos serlo). En la actualidad, los cristianos se han puesto en la desafortunada
posición de no estar sujetos a Dios, lo que se ha vuelto un problema. Aún cuando existen
muchas leyes que pueden ser criticadas y señaladas como “malas leyes” o “leyes que deben
ser eliminadas” a menudo nos es difícil explicar lo más importante: “¿por qué?, ¿por qué
deberíamos deshacernos de esta ley? ¿Según el criterio de quién?”. Durante el siglo 19 se volvió
popular suponer que el control/gobierno de Cristo no se extendía al gobierno civil y al hacerlo,
sin darnos cuenta, no colocamos bajo el servicio de otro maestro.

Debido a que la vida está basada en un 100% en la ética, nuestra ética reflejara ya sea servicio
a Dios o a algún otra autoridad, no hay otra opción (Mateo 12:30). Al ponernos en esta posición,
perdemos la autoridad para opinar al respecto de la ley. ¿Por qué decidimos que la esfera civil
no cae bajo el dominio de Cristo? Les aseguro que esta creencia es solo asumida y no puede
ser respaldada por la escritura. ¿Por qué debería importarme? Debería importarle si no está
de acuerdo con lo que se ha convertido Estados Unidos, ya que el declive de cada nación es
resultado directo de alejarse de la autoridad de Dios. El camino que nuestro país ha tomado
no es extraño o sorprendente pues es básicamente natural (inevitable) que las naciones
adopten el carácter de su fuente ética. Si nos inclinamos hacia una autoridad sin Dios, la
consecuencia será un país inclinado a la falta de Dios. Si lo pensamos de esta forma, es
apropiado decir que “no tiene mucha ciencia”. El estado actual de Estados Unidos es un claro
ejemplo de que la ignorancia no trae felicidad. Si creció bajo la creencia de que Cristo no
tiene opinión sobre el gobierno civil, entonces es su responsabilidad verificar que no mantiene
sus creencias meramente por ignorancia por lo que le insto a seguir leyendo.

O es blanco o es negro

He aquí una verdad absoluta: en TODO lo que hacemos o estamos sirviendo a Dios o no, no hay
una tercera opción. No se puede “no servir a Cristo” y servirle al mismo tiempo. Por lo tanto,
si no estamos sirviéndole entonces ¿a quién estamos sirviendo? La respuesta es simple: a
cualquiera que no sea Cristo. Todo lo que hacemos tiene el propósito de alcanzar alguna meta
u objetivo, que puede ser en servicio de Cristo o en servicio de algo más (ver Mateo 12:30 y
Lucas 16:13). El ser humano no puede negar el hecho de que sus acciones sirven a algo o
alguien. No hay tal cosa como agentes libres.
Servicio = Ética

La ética es el referente que define la forma en que las personas deben actuar. El servicio está
intrínsecamente ligado a la ética pues el servicio se basa en acciones, las que necesariamente
se adhieren a un sistema ético. No existe el servicio éticamente neutro, lo que es confirmado
por Jesús en Mateo 12:30 “el que no es conmigo, contra mí es…”. En otras palabras, lo que
Jesús dice es “si me amas, tu servicio será conforme a mis normas éticas, de otra manera tu
servicio es contrario a mí”. Nuestras acciones son conforme a las normas éticas de Cristo o no
lo son. Todas las acciones están al servicio de una norma ética, y todas las normas éticas
encuentran su raíz en alguna fuente (sea esta nosotros mismos, Cristo o Satanás).

Todo sistema ético tiene un señor

En la cima de cada sistema ético se encuentra una fuente a la que sirve el actuar de ese
sistema. Un sistema ético cristiano sirve a Cristo. La meta declarada de Satanás es conducir a
los hombres a rebelarse contra la ética de Dios, un ejemplo claro de esto se rebela estando en
el jardín “¿Conque Dios os ha dicho: No comáis de todo árbol del huerto?”, o delante de Dios
hablando sobre Job: "Job no es tan fiel como crees que es” y en la tentación a Jesús: "Oye
Jesús, tú debes hacer todas estas cosas que Dios específicamente dijo que no hicieras". Cuando
nos involucramos en sistemas éticos que no vienen de Dios, nos estamos involucrando con
Satanás. No hay otra opción, no existe el “Dios, no voy a servirte pero tampoco serviré al
diablo, solo hare mis cosas por aquí en una esquina”; tampoco el “Dios, te serviré pero yo
decido como hacerlo”. Nuestro actuar sirve a uno de estos dos señores: Dios o Satanás. El
servicio puede resultar un concepto algo inquietante, pero los cristianos no debemos
preocuparnos ya que Dios nos ha enseñado de manera detallada lo que significa servirle.
Cuando parezca que vayamos a tropezar es cuando debemos aplicar lo que Él nos ha enseñado.

¿Qué ética?
No todas las éticas fueron creadas iguales. Los sistemas éticos se dividen en dos categorías:
Autoritarios o no autoritarios. La ética de Cristo es autoritaria y los sistemas éticos del hombre
sólo son autoritarios en la medida en que reflejan el sistema ético de Cristo. Esto quiere decir
que el hombre no puede crear sus propias normas éticas en contra de la norma de Dios. Por
ejemplo, supongamos que el hombre dice que el asesinato es legal (como ya lo hizo en el caso
del aborto), mientras que Dios dice “no matarás”. De estas éticas diametralmente opuestas,
solo la ética de Dios es autoritaria. Utilicé este ejemplo básico para ilustrar mi pensamiento,
aunque me gustaría agregar que la ética de Dios tiene autoridad superior en temas principales,
como el asesinato, mantiene esa autoridad para los temas menores. Como nuestro creador,
Dios mantiene la posición de supremo dador de ley en todos los asuntos de moralidad.
¿Cómo afecta a los cristianos?

Nadie tiene permitido adoptar cualquier ética que desee (aunque existen muchos hombres
que viven una vida de rebeldía), pero los cristianos en particular se enfrentan a situaciones de
lealtad ética que son exclusivas de su estado de redimidos. Cristo es tajante al respecto de
amarlo: amarlo significa seguir sus mandamientos. Esto es reiterado en 1 Juan 5:1-3: “Todo
aquel que cree que Jesús es el Cristo, es nacido de Dios; y todo aquel que ama al que engendró,
ama también al que ha sido engendrado por él. En esto conocemos que amamos a los hijos de
Dios, cuando amamos a Dios, y guardamos sus mandamientos. Pues este es el amor a Dios, que
guardemos sus mandamientos; y sus mandamientos no son gravosos”. Por eso los cristianos,
que se caracterizan por su amor a Dios, están indudablemente atados a apegarse a las normas
éticas de Dios.

La relación/vínculo entre gobierno y ética

El gobierno se preocupa del actuar de las personas, por lo tanto, se preocupa de la ética. De
hecho, el gobierno funciona como la herramienta que hace cumplir las normas éticas. Todo
gobierno posee solo dos opciones cuando se trata de elegir y hacer cumplir las normas éticas:
puede crear sus normas propias o puede escoger aplicar una proveniente de una fuente
externa. Cualquiera sea la opción que el gobierno tome, hará cumplir la norma escogida y esta
ética será en servicio de alguien. Entonces la pregunta es “¿qué norma ética debe aplicar el
gobierno?”. Por lo tanto, antes de que queramos resolver los problemas con nuestro gobierno,
debemos asegurarnos de que tenemos nuestra lealtad ética clara.

¿Tiene Dios opinión sobre el gobierno?

En la actualidad, muchos cristianos creen en la separación entre iglesia y estado, pero hay tres
observaciones que hacer al respecto:

1.- Cristo también cree en la separación de la iglesia y el estado, de hecho, Dios fue el primero
en establecer y practicar este pensamiento.

2.- El conocimiento popular de la frase “separación entre iglesia y estado” no refleja su origen.
3.- La creencia de que Cristo no tiene relación con el estado se originó e hizo popular solo
recientemente (dentro de los últimos 150 años aprox.)

En algún momento Dios se preocupó lo suficiente del gobierno como para entregar un sistema
de gobierno completo a Israel. Cuando Dios organizó la nación de Israel, una de las primeras
acciones que realizó fue crear por separado la institución de la iglesia y la del estado. Instruyó
a Aarón como cabeza de la iglesia israelita (el sistema sacerdotal), y a esta primera iglesia le
asignó todas las leyes ceremoniales que les enseñaron a adorar de la manera correcta,
separando así a Israel del resto de las naciones. Luego, Dios nombró a Moisés como jefe
gubernamental, y para el gobierno, asignó su sistema moral de leyes. En este sistema, la iglesia
no tenía autoridad sobre el gobierno (como la iglesia católica sostuvo en su momento), o el
gobierno alguna autoridad sobre la iglesia (la dirección que ha tomado EEUU), pero aun así
Dios reinaba sobre ambas instituciones.

Aun cuando hay una separación entre iglesia y estado, el estado no está exento de la autoridad
de Dios. Ambas instituciones son responsables delante de Dios ya que Él es el único que puede
proveernos un código ético con autoridad. Por lo tanto, si en algún momento Dios se preocupó
por el gobierno, probablemente lo sigue haciendo en la actualidad (Malaquías 3:6; Hebreos
13:8; Apocalipsis 1:8; Santiago 1:17).
¿Tiene Cristo opinión sobre el gobierno?

Si avanzamos al Nuevo Testamento, encontramos la Gran Comisión en Mateo 28:18-20. Ya que


los cristianos de la actualidad presuponen que a Jesús no le preocupa el gobierno, le otorgan
a este pasaje una limitación que no es respaldada por la Escritura. En este pasaje, Jesús dice
que TODA autoridad le es dada en el cielo y en la TIERRA. Los cristianos necesitan reconsiderar
la visión que le han dado a este texto y preguntarse “¿Qué pasaje de la escritura reduce el
alcance de la autoridad otorgada a Cristo en Mateo 28 como para excluir la autoridad sobre el
gobierno?” En otras palabras, ¿qué norma autoritaria les enseñó a los cristianos a restringir el
alcance de la realeza de Cristo de “TODA autoridad en la tierra” a “toda autoridad en la tierra,
EXCEPTO el gobierno y cualquier persona que no quiera ser cristiano?

Otra pregunta que debemos hacernos es: Si la autoridad de Cristo no se extiende a todos los
gobiernos, cristianos y no cristianos, entonces ¿qué es lo que se nos ordena que debemos
discipular a las naciones? Lo que rara vez se entiende del discipulado es que, tal como lo
mostró el ministerio de Jesús en la tierra, este no discrimina basado en la condición salvífica
de una persona. Cristo realizó el discipulado con la expectativa de que todas las personas se
adherirían a su norma ética. En otras palabras, el discipulado debe extenderse tanto a salvos
como a no salvos. ¿Qué es el discipulado? Es enseñarle las personas el cómo apegarse a la
norma ética de Cristo. Ya que Cristo tiene autoridad sobre toda la tierra, espera, por lo tanto,
que toda la tierra sea enseñada a su norma ética. Un rey necesita que todas las personas que
habitan en su reino aprendan y respeten sus leyes, pero un rey no espera que se les enseñe su
ley a las personas que no habitan en su reino. Toda la tierra es parte del reino de Cristo por
lo tanto, al igual que cualquier rey lo hace, espera que aquellos que forman parte de su reino
aprendan y respeten sus leyes. Por lo tanto, si Cristo no tiene autoridad sobre los gobiernos y
personas de la tierra (sean cristianos o no) entonces no esperaría que fueran discipulados, y
sin embargo lo hace, de hecho ordenó que fueran discipulados. Si tomamos las palabras de
Cristo cuando dijo “toda autoridad me es dada en el cielo y en la tierra” entonces debemos
concluir que Él espera que su norma ética sea enseñada y respetada en todo el mundo.

¿Tiene el Nuevo Testamento instrucciones específicas para el gobierno?

Como evidencia en el Nuevo Testamento de que Cristo de hecho se preocupa por los gobiernos,
examinemos Romanos 13:1-7. Una vez más, el cristianismo “popular” produce preconceptos
que llevan a las personas a interpretar este pasaje de forma limitada. Una interpretación
superficial del pasaje lleva a creer que sólo describe nuestro deber para con el gobierno, pero
si tomamos un descanso de esta mirada superficial del cristianismo popular, podemos darnos
cuenta de que este pasaje en realidad contiene instrucciones para los individuos y los
gobiernos. Romanos 13 describe específicamente estos cinco requerimientos para un gobierno:

1.- Los gobiernos están para servir a Dios (…porque es servidor de Dios;… pues es servidor de
Dios;… porque son servidores de Dios)

2.- Los gobiernos están para servirnos para bien (porque es servidor de Dios para tu bien)

3.-Los gobiernos no están para atemorizar a los que hacen el bien, si no a los que hacen el mal
(Porque los magistrados no están para infundir temor al que hace el bien, sino al malo).

4.- Los gobiernos deben existir para castigar a los que hacen el mal y alabar a los que hacen
el bien (Haz lo bueno, y tendrás alabanza de ella)
5. Como ministros de Dios, los gobiernos están para actuar como vengadores de Él para llevar
desatar la ira sobre aquellos que realizan el mal (Pero si haces lo malo, teme; porque no en
vano lleva la espada, pues es servidor de Dios, vengador para castigar al que hace lo malo).

La palabra griega utilizada en este pasaje para “ministro” es Diakonos la que, no por
coincidencia, es la misma utilizada a lo largo del Nuevo Testamento para describir a un diácono
de la iglesia, o a otro individuo que sea enviado para llevar a cabo/efectuar la voluntad de
Dios sobre el servicio de su pueblo. Por esto/eso, Romanos 13 no describe a cualquier entidad
gobernante, si no que describe entidades que se encuentran subordinadas a la autoridad de
Dios, lo que no debería ser una sorpresa ya que la autoridad sobre todo el mundo le fue
entregada a Cristo. Le insto encarecidamente a leer Romanos 13:1-7 y a encontrar por usted
mismo los cinco puntos mencionados anteriormente.

¿El criterio de Romanos 13 aplica para todos los gobiernos?

En otras palabras, ¿Romanos 13 describe a todos los gobiernos? ¡Definitivamente no! cuando el
apóstol Pablo nos dice/habla de que los gobiernos están para servirnos a bien, ¿el concepto
“bien” es según quién? De acuerdo con el gobierno Nazi de Alemania, “bien” significaba la
exterminación de los judíos. En el tiempo en que Pablo escribió Romanos el “bien” era definido
por el gobierno romano como la persecución de la incipiente Iglesia de Cristo. Al describir lo
qué es el bien y lo que es el mal, resulta evidente que Pablo se está refiriendo al bien y el mal
de acuerdo a las definiciones de Dios para estas palabras (de otra forma Romanos 13 sería la
aceptación de Dios de todos los gobiernos malvados, incluida la Alemania Nazi). Es claro
entonces que Romanos 13 ordena que el gobierno se adhiera a los estándares éticos de
moralidad que han sido establecidos por el Dios Trino. Dado que a Cristo fue otorgada la
autoridad sobre toda la tierra, tiene sentido que Él quiera que todas sus reglas terrenales
menores se atengan a Sus propios criterios éticos. Es por esta razón que prefiero referirme a
Romanos 13:1-7 como la carta/plan de Dios para el gobierno.

¿La carta de Romanos 13 funciona/sirve como requisito para todos los gobiernos?
Si, lo es. Todos los gobiernos son llamados a ser ministros de Dios. Romanos 13 no especifica
que solo los gobiernos Cristianos son llamados a ser Sus ministros. En lo que respecta al Rey
Jesús, sus disposiciones éticas aplican a todos los habitantes de la tierra. Existen dos tipos de
gobiernos en la tierra: Gobiernos legítimos que están en conformidad con Romanos 13 y
Gobiernos ilegítimos que están en rebelión contra las disposiciones del capítulo. Aunque se ha
vuelto popular suponer que los estándares de Cristo sólo aplican a los cristianos, lo desafío a
encontrar evidencia concreta en las escrituras para apoyar esa creencia.

La autoridad de Dios nunca se limitó solo a su pueblo

¿Está la soberanía celestial sobre los gobiernos de la tierra (incluidos los no cristianos) limitada
solamente al gobierno actual de Cristo? No. En el libro de Daniel está registrado cómo Dios,
incluso en el tiempo anterior a la venida de Cristo, mantuvo la expectativa de que las reglas
terrenales se sujetan a Él:

“La sentencia es por decreto de los vigilantes, y por dicho de los santos la resolución,
para que conozcan los vivientes que el Altísimo gobierna el reino de los hombres, y
que a quien él quiere lo da, y constituye sobre él al más bajo de los hombres” Daniel
4:17
Siete años más tarde, después de reconocer la autoridad de Dios y ser reinstaurado en por Él
en el trono, Nabucodonosor declara:

“…y fui restablecido en mi reino, y mayor grandeza me fue añadida.


Ahora yo Nabucodonosor alabo, engrandezco y glorifico al Rey del cielo, porque todas
sus obras son verdaderas, y sus caminos justos; y él puede humillar a los que andan
con soberbia”. Daniel 4:36b-37

En este pasaje observamos a un gobernante pagano, uno que no pertenecía de ninguna manera
a la “tribu de Israel", reconociendo que la ética de Dios es justa. Estas palabras, ya que fueron
declaradas por boca de un rey, fueron la aceptación de Nabucodonosor de la ley divina y una
declaración de que la justicia de Dios gobernaría su reino. Es sorprendente leer que este rey
pagano expresa más sabiduría que la mayoría de los cristianos de hoy.

¿Por qué querríamos algo distinto/más?

¿Deberíamos querer servir a otro sistema ético? Si pensamos en las palabras de Jesús,
probablemente no.
“Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de
corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas;
porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga”. Mateo 11:29-30

“Y se le dio el libro del profeta Isaías; y habiendo abierto el libro, halló el lugar
donde estaba escrito:
El Espíritu del Señor está sobre mí,
Por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres;
Me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón;
A pregonar libertad a los cautivos,
Y vista a los ciegos;
A poner en libertad a los oprimidos;
A predicar el año agradable del Señor.
Y enrollando el libro, lo dio al ministro, y se sentó; y los ojos de todos en la sinagoga
estaban fijos en él Y comenzó a decirles: Hoy se ha cumplido esta Escritura delante
de vosotros.” Lucas 4:17-21

Solo a través del servicio a Dios podemos esperar vivir en tranquilidad, seguridad y libertad.
¿Qué es lo que ofrecen los sistemas éticos alternativos? Lo opuesto a las promesas de Dios. A
menos que la intención oculta de Jesús en Mateo 11:30 fuera decir “mi yugo es fácil, y ligera
mi carga, pero el yugo de ese otro sujeto también es bastante ligero” entonces nuestro
pensamiento debería ser que Jesús nos está advirtiendo sobre el peligro y la dificultad de
servir a otro señor. Estados Unidos funciona como ejemplo vivo de la verdad en las
declaraciones de Jesús. A medida que nuestra nación cambia su lealtad de servicio a Dios por
el servicio a un nuevo sistema ético, vemos las consecuencias que esto trae: cerca de 50
millones de niños asesinados hasta la fecha. ESO es lo que se obtiene cuando tu gobierno
acepta un estándar ético que no deriva directamente de Cristo. El servicio bajo sistemas éticos
creados por el hombre es duro y muy costoso, para ser específicos al año 1,21 millones de
nuestros niños son costosos. Lo que debemos repetirnos cada mañana al levantamos, y cada
noche antes de acostarnos, es esto: Puedo disfrutar de la libertad bajo el sistema ético de
Dios, o puedo sufrir la tiranía bajo el sistema ético del hombre.
En conclusión

El señor se preocupa del gobierno civil. A causa de la Gran Comisión, los cristianos tienen una
ordenanza particular para instruir (discipular) a las naciones en la correcta aplicación de los
estándares éticos de nuestro Rey Jesús. Esta es nuestra respuesta cuando discutimos las leyes
que deben y no deben ser creadas por el gobierno: solo las leyes que sirven a Cristo. Y el
porqué de la respuesta es el siguiente: Porque las normas éticas de Cristo son las únicas normas
autorizadas que existen. Él es Rey sobre la tierra, y sus leyes son santas, justas y buenas
(Romanos 7:12). La adhesión a la norma ética de Cristo es un requisito para todos los hombres,
aunque aún quedan muchos rebeldes en el reino de nuestro Rey. A diferencia de la ley del
hombre, la norma ética de Cristo no es pesada. La Biblia es nuestra fuente de sabiduría frente
a las naciones (Deuteronomio 4:6) para que podamos determinar el qué y el porqué de la ley.

Escrito originalmente por Micah Hurd, cristiano, esposo, padre y marine de los EEUU.

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