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AMPARO DIRECTO 42/2012

RELACIONADO CON LOS


AMPAROS DIRECTOS **********,
********** Y **********
QUEJOSO: INSTITUTO NACIONAL
DE REHABILITACIÓN

PONENTE: MINISTRO JOSÉ RAMÓN COSSÍO DÍAZ


SECRETARIO: RODRIGO MONTES DE OCA ARBOLEYA

SUMARIO

El presente caso deriva del juicio ordinario civil promovido por ********** en contra
del Instituto Nacional de Rehabilitación y de los doctores ********** y **********, ya
que —a su parecer— la cirugía que le fue practicada en dicho instituto, el trece de
junio de dos mil siete, le produjo una lesión en el nervio ciático que provocó un
cierto grado de incapacidad y que daba lugar a la actualización de responsabilidad
civil subjetiva por daño corporal y moral. En la primera instancia se determinó que
la actora no acreditó su acción y se absolvió a los demandados de las
prestaciones reclamadas, mientras que en la segunda instancia se estableció en
definitiva, previa resolución de diversos juicios de amparo directo, se revocó el
fallo de primera instancia y condenó a los demandados al pago de las cantidades
que, en ejecución de sentencia, resultaran de cuantificar el daño corporal y moral
causado a la actora del juicio natural. Contra esta sentencia, las partes
promovieron juicios de amparo directo, respecto de los cuales esta Primera Sala
determinó ejercer su facultad de atracción al considerar que los mismos revestían
especial interés y trascendencia para el orden jurídico nacional, en la medida de
que permitirían dar continuidad a la configuración de los elementos, alcances y
consecuencias que tiene el consentimiento informado en la atención médica.

TEMARIO

 TEMA 1. CUESTIONES QUE HAN QUEDADO FIRMES E INOPERANCIA


DE CONCEPTOS DE VIOLACIÓN. ¿Procede analizar en el presente
asunto si la vía civil es la idónea para reclamar las prestaciones del juicio de
origen y si la carta de consentimiento informado cumple con la totalidad de
los requisitos prescritos en la NOM-168-SSA1-1998, Del expediente
clínico? ¿Los argumentos de la parte quejosa dirigidos a combatir el
cumplimiento que la Sala responsable dio a la ejecutoria pronunciada en el
amparo directo ********** son susceptibles de análisis en el presente juicio
constitucional?

 TEMA 2. RESPONSABILIDAD CIVIL POR DAÑO MATERIAL. ¿Fue


correcta la determinación de la sentencia reclamada en torno a que el
acervo probatorio del juicio natural acreditó la procedencia de la acción de
responsabilidad civil por daño corporal? ¿La Sala responsable estuvo en lo
correcto al considerar que la lesión en el nervio ciático de la parte actora del
juicio natural es parcial permanente?

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 TEMA 3. RESPONSABILIDAD CIVIL POR DAÑO MORAL. ¿Cuál es el


marco normativo —vigente al momento de los hechos— y el alcance del
consentimiento informado en la atención médica? ¿Asiste la razón al
instituto quejoso al sostener que fue deficiente la valoración que hizo la
Sala responsable del resto del material probatorio para determinar la
existencia de daño moral?

México, Distrito Federal. La Primera Sala de la Suprema Corte de


Justicia de la Nación, en sesión correspondiente al cinco de agosto de
dos mil quince, emite la siguiente:

SENTENCIA

Mediante la que se resuelve el amparo directo 42/2012, promovido por


el Instituto Nacional de Rehabilitación en contra de la sentencia
dictada por la Segunda Sala Civil del Tribunal Superior de Justicia del
Distrito Federal, el tres de enero de dos mil doce, dentro del toca de
apelación **********, derivado del juicio ordinario civil **********.

I. ANTECEDENTES

1. Hechos del caso. ********** nació el treinta y uno de mayo de mil


novecientos ochenta y uno. A los dos años y ocho meses de edad,
sufrió una infección de garganta la cual derivó en una artritis séptica
de estreptococo pyogenes, misma que provocó que su fémur1 derecho
se necrosara (destrucción íntima del tejido óseo), por lo que los
médicos, que en aquella ocasión la atendieron, le recomendaron
utilizar un aumento en el zapato derecho.

2. El veintiocho de mayo de dos mil seis, la señorita ********** decidió


acudir al Instituto Nacional de Rehabilitación para recibir atención
médica. En dicho instituto fue registrada y se le designó el número de
expediente clínico **********.
1
Hueso del muslo, que se articula por uno de sus extremos con el coxis y por el otro con la tibia y
el peroné.

2
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3. La paciente acudió al instituto por presentar molestias al caminar 2. En


su historia clínica manifestó que se había sometido a dos cirugías
previas: una trocanteroplastía derecha en mayo de dos mil uno y un
alargamiento de fémur derecho en abril de dos mil tres. El primer
diagnóstico —dentro del instituto— fue que la paciente sufría de
secuelas de artritis séptica de cadera derecha, por lo que se le refirió
al Servicio de Reconstrucción Articular, donde le realizaron diferentes
estudios y sesiones de terapia física de rehabilitación para mejorar su
movilidad y fuerza muscular.

4. Posteriormente, el veintisiete de febrero de dos mil siete, el doctor


********** emitió una nota médica de evolución y actualización del
cuadro clínico, en la que asentó que la paciente había sido valorada
en conjunto con el doctor ********** y determinaron que la paciente no
había recuperado la movilidad y fuerza muscular de los miembros
lesionados. De tal modo, se le diagnosticó artritis séptica de cadera
bilateral y debido al desgaste que presentaban las cabezas de ambos
fémures, el doctor ********** programó una cirugía de reemplazo
articular a realizarse el trece de junio siguiente; asimismo, en la nota
se señaló que el cirujano sería el doctor **********. La nota de
referencia contiene3, entre otros, los siguientes elementos:

SECRETARIA DE SALUD Página1


INSTITUTO NACIONAL DE REHABILITACIÓN Nombre: **********
NOTA DE EVOLUCIÓN
SEXO: FEMENINO
Edo. Civil: **********
Edad: **********

2
Los antecedentes narrados se desprenden de la historia clínica, notas médicas y demás
documentos que obran en el expediente clínico número ********** aportado por el Instituto Nacional
de Rehabilitación en el juicio de origen.
3
Visible en las páginas 56 y 57 de la historia clínica referida.

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FECHA DE ELABORACIÓN: 27/02/2007

EVOLUCIÓN Y ACTUALIZACIÓN DEL CUADRO CLÍNICO


FEMANIA (sic) LA CUAL CURSA CON DX DE SECUELAS DE ARTRITIS SÉPTICA CADERA
DERECHA LA CUAL SE ENTREA (sic) RECETA PARA VÁSTAGO TAPER LOC COPA MALLORY
CUENATC ON (sic) FACTURA 7987

DIAGNÓSTICOS

SECUELAS DE ARTRITIS SÉPTICA DE CADERA DERECHA 1951 0

PLAN DE TRATAMIENTO E INDICACIONES MÉDICAS

SE PROGRAMA TXQX 13 JUN


PREINTERNAMIENTO JUN 6
CON LABS

DR. ********** Ced. Prof. **********

FECHA DE ELABORACIÓN: 27/02/2007


HORA DE ELABORACIÓN: 13:01

NOTA DE REVISIÓN.

La paciente fue evaluada en conjunto con el Dr. ********** y Dr. **********. se revisa el expediente
clínico y radiográfico consistente en radiografía anteroposterior de la pelvis, proyecciones AP y
lateral de ambos fémures (todos del 9 de Enero 2007) y tomografía computada de Julio 16.
Corroborando dx: Artrosis de ambas caderas secundarias, quistes y gran osteofito lateral. Fémur
derecho se observó perdida de la esfericidad de la cabeza, esclerosis subcondral, acortamiento
del cuello femoral con valgo…

PLAN DE TRATAMIENTO E INDICACIONES MÉDICAS

Se confirma el Dx de coxartrosis bilateral sec a artritis séptica con deformidades postquirurgicas


en cadera derecha.
Se iniciara tx de la cadera derecha con ATC no cementada, acetábulo no cementado modular
interior de polietileno y múltiples opciones de vástago femoral no cementado incluyendo vástago
de longitud acortada.
Programada para el día 13 de junio de 2007, cirujano Dr. **********.

DR. ********** Ced. Prof. **********

5. El cinco de junio de dos mil siete, la paciente asistió a una cita de


preinternamiento con el doctor **********, en ella se le informó que la
fecha de hospitalización sería el doce de junio siguiente. Asimismo,
consta en el expediente clínico una “carta de consentimiento bajo
información e ingreso hospitalario” de esa misma fecha, firmada por la
paciente, por su madre –como persona legalmente responsable– y por
una persona de admisión hospitalaria. El contenido de dicha carta es
el siguiente:

“SECRETARÍA DE SALUD

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Página: 1
INSTITUTO NACIONAL DE Nombre: **********
REHABILITACIÓN Número: **********
Sexo: FEMENINO Edo. Civil: **********
Edad: **********
AV. MÉXICO XOCHIMILCO No. 289 Ocupación: ESTUDIANTE
COL. ARENAL DE GUADALUPE, Escolaridad: LICENCIATURA
TLALPAN INCOMPLETA
Lugar de origen: DISTRITO FEDERAL
Especialidad: RECONSTRUCCIÓN
CARTA DE CONSENTIMIENTO BAJO ARTIC. Cama: 0
INFORMACIÓN Dirección: **********
INGRESO HOSPITALARIO Colonia: **********
CURP: **********

FECHA DE ELABORACIÓN 05/06/2007. INTERNAMIENTO: 12/06/2007


HORA DE ELABORACIÓN: 14:54

POR MEDIO DEL PRESENTE AUTORIZO AL PERSONAL MÉDICO Y PARAMÉDICO DEL


INSTITUTO NACIONAL DE REHABILITACIÓN (ORTOPEDIA) PARA QUE SE ME REALICEN
LOS TRATAMIENTOS MÉDICOS, QUIRÚRGICOS, Y DE REHABILITACIÓN, ASÍ COMO LA
PRESCRIPCIÓN Y ADMINISTRACIÓN DE MEDICAMENTOS, LOS PROCEDIMIENTOS
ANESTÉSICOS, ESTUDIOS DE LABORATORIO, GABINETE Y TRANSFUSIONES DE
SANGRE Y SUS DERIVADOS QUE SEAN NECESARIOS PARA EL TRATAMIENTO DE MI
PADECIMIENTO, EN EL ENTENDIDO DE QUE NO DESCONOZCO LOS RIESGOS A QUE
ESTOY SUJETO POR LOS PROCEDIMIENTOS QUIRÚRGICOS, ANESTÉSICOS E
HIPERSENSIBILIDAD A LOS MEDICAMENTOS.

MI MÉDICO, ME HA MANIFESTADO QUE SE ESPERA TENER BUENOS RESULTADOS,


PERO PUEDEN PRESENTARSE COMPLICACIONES INESPERADAS QUE NO SE PUEDEN
ANTICIPAR, NI GARANTIZAR LOS RESULTADOS DE LA CIRUGÍA O CURA. EXPLICÁNDOME
LAS COMPLICACIONES MÁS PROBABLES, Y YO HE ENTENDIDO ÉSTAS. ASÍ COMO LAS
MENOS PROBABLES LAS CUALES INCLUSO PUEDEN SER RARAS, PERO QUE PUEDEN
OCURRIR.

ME HACE VER QUE DURANTE LA OPERACIÓN, CONDICIONES IMPREDECIBLES PUEDEN


REQUERIR PROCEDIMIENTOS ADICIONALES O DIFERENTES A LAS MENCIONADAS
ANTERIORMENTE, TAMBIÉN HA CONTESTADO MIS PREGUNTAS SATISFACTORIAMENTE
POR LO QUE AUTORIZO Y SOLICITO SE LLEVEN A CABO.

ME EXPLICÓ QUE SE ME SOMETERÁ A UN PROCEDIMIENTO ANESTÉSICO PARA EVITAR


EL DOLOR, EXPLICÁNDOME BENEFICIOS, RIESGOS Y COMPLICACIONES; QUE SERÁ
ADMINISTRADA POR UN MÉDICO ESPECIALISTA EN ANESTESIOLOGÍA DE LA UNIDAD,
QUIEN ELIGIRÁ EL PROCEDIMIENTO MÁS ADECUADO PARA MI CASO.

AUTORIZO AL HOSPITAL LA CONSERVACIÓN DE TEJIDOS, PARTES U ÓRGANOS


RESULTADO DE LOS PROCEDIMIENTOS AUTORIZADOS ANTERIORMENTE; PARA
PROPÓSITOS CIENTÍFICOS, ENSEÑANZA U OTRA DISPOSICIÓN. ASÍ TAMBIÉN AUTORIZO
EL ESTUDIO POST MORTEM EN CASO DE QUE SEA NECESARIO.

TAMBIÉN CONSIENTO LA TOMA DE FOTOGRAFÍAS, PELÍCULA, TELEVISIÓN O AYUDAS


AUDIOVISUALES EN EL CURSO DE MI TRATAMIENTO, PARA PROPÓSITOS DE
CONOCIMIENTO UTILIZADO EN LA ENSEÑANZA, LECTURA Y/O PUBLICACIONES
ANÓNIMAS DE TIPO MÉDICO.

**********.- firma ilegible.- PACIENTE.

**********.- firma ilegible.- PERSONA LEGALMENTE RESPONSABLE.

**********.- firma ilegible.- ADMISIÓN HOSPITALARIA”

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6. El seis de junio de dos mil siete, la paciente acudió a la oficina de


trabajo social para recibir orientación sobre el trámite de internamiento,
en la hoja de evolución social consta que la paciente manifestó que
había acudido a una sesión de sensibilización4.

7. El doce de junio del mismo año, la paciente fue internada en el


Instituto Nacional de Rehabilitación para ser preparada para la cirugía
del día siguiente. En el expediente clínico consta un documento
denominado: “Solicitud, autorización y registro de intervención
quirúrgica” de la misma fecha, firmado por el médico cirujano doctor
**********, la paciente y la persona legalmente responsable de la
misma. Dicho documento es el siguiente:
Página: 1
Nombre: **********
“SECRETARÍA DE SALUD Número: **********
Sexo: FEMENINO Edo. Civil: **********
Edad: **********
INSTITUTO NACIONAL DE REHABILITACIÓN Ocupación: ESTUDIANTE
Escolaridad: LICENCIATURA INCOMPLETA
Lugar de origen: DISTRITO FEDERAL
AV. MÉXICO XOCHIMILCO No. 289 Especialidad: RECONSTRUCCIÓN ARTIC.
COL. ARENAL DE GUADALUPE, TLALPAN Cama: 0
Dirección: **********
Colonia: **********
SOLICITUD, AUTORIZACIÓN Y REGISTRO DE CURP: **********
INTERVENCIÓN QUIRÚRGICA

SERVICIO: RECONSTRUCCIÓN ARTICULAR CAMA NUM. 507


**********

HORA DESEADA Firma ilegible


FECHA DE SOLICITUD FECHA SOLICITADA
(INTERVENCIÓN) 2 NOMBRE DEL MÉDICO
12/062007 13/062007 CIRUJANO

SOLICITUD DE OPERACION
DIAGNÓSTICO PRE-OPERARIO: COXARTOSIS DERECHA
OPERACIÓN PROYECTADA: ARTROPLASTIA TOTAL DE CADERA DERECHA
AGRÉGUESE EL SEGUIENTE INSTRUMENTAL ESPECIALIZADO: cx atc derecha taperlock mallory head
Material, set general para cirugía de cadera, set para colocar protesis mallory head, vástago taperlock

ELECTIVA (x) URGENCIA ( )


ELECTIVA ( ) URGENCIA ( x )
AYUDANTES: 1º.-*S U P E R USUARI 2º. 3º.
SANGRE: TIPO RH GRUPO HEMOGLOBINA CANTIDAD SOLICITADA

(sin texto) firma ilegible

Vo.Bo. JEFE DE LA DIVISIÓN FIRMA DEL JEFE DE SERVICIO

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La constancia respectiva se encuentra referida con el número ocho de los documentos exhibidos
por el instituto en el juicio de origen.

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CONSENTIMIENTO INFORMADO PARA PROCEDIMIENTO QUIRURGICO Y ANESTESICO

AUTORIZO A LOS MEDICOS DEL HOSPITAL INSTITUTO NACIONAL DE REHABILITACIÓN PARA QUE
EFECTUEN LAS INTERVENCIONES QUIRÚRGICAS NECESARIAS PARA EL ALIVIO O CURACIÓN DE MI
PADECIMIENTO EN LA INTELIGENCIA DE QUE NO DESCONOZCO LOS RIESGOS A QUE QUEDO
SUJETO POR EL PROCEDIMIENTO QUIRÚRGICO Y ANESTESICO

firma ilegible firma ilegible

FIRMA DEL PACIENTE FIRMA DE LA PERSONA LEGALMENTE RESPONSABLE

(NO FIRME ESTA HOJA SI ESTA EN BLANCO)

PROGRAMACIÓN DEL QUIRÓFANO


DÍA _____________ HORA ___________
SALA__________
sin texto
_______________________________
FIRMA DEL ENCARGADO DE QUIRÓFANO

8. El trece de junio de dos mil siete, el médico cirujano ********** practicó


una artroplastia de cadera del lado derecho a **********. En los
siguientes días la paciente estuvo bajo observación. Cabe destacar
que en la nota de evolución elaborada el dieciséis de junio de dos mil
siete, se refiere que la paciente presentaba una lesión parcial del
nervio ciático. El veintidós de junio siguiente, fue dada de alta por
presentar mejoría en su recuperación, asimismo en la nota de egreso
se indicó que era necesario que continuara asistiendo al instituto para
sus terapias de rehabilitación. Consta en el expediente clínico que la
paciente acudió a varias consultas de valoración y a algunas sesiones
de rehabilitación donde se registraba su evolución. En diversas notas
de evolución se refiere la necesidad de someter a la paciente
nuevamente a cirugía para operar la cadera del lado izquierdo. La
última nota de evolución que obra en el expediente clínico es del
veintisiete de noviembre de dos mil siete, de ella se advierte que la
paciente, a pesar de la rehabilitación, no presentó mejoría.

9. Juicio ordinario civil. ********** promovió juicio ordinario civil el


veinticinco de agosto de dos mil ocho, en contra del Instituto Nacional
de Rehabilitación y de los doctores ********** y **********, ya que —a su

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parecer— la cirugía le produjo una lesión del nervio ciático que


provocó un cierto grado de incapacidad.

10. En la demanda fueron señaladas las siguientes prestaciones:

i) El pago de daño moral y de responsabilidad civil por daño


corporal conforme a las reglas establecidas en el Código Civil
Federal.

ii) El pago de los intereses legales que se generasen sobre las


prestaciones aludidas.

iii) La declaración judicial de que los demandados tenían la


obligación de pagar los gastos médicos, hospitalarios y viáticos
para la paciente y otra persona, para efectos de que sea
atendida en el país o en el extranjero a fin de que supla en la
medida de lo posible o mejore la incapacidad que le provocaron
al haberle insertado una prótesis de cadera del lado derecho que
le dañó el nervio ciático, además de la obligación de darle
servicio médico por el resto de su vida sobre todo de índole
psicológico, de rehabilitación y en la especialidad de ortopedia y
neurología en el hospital de su confianza.

iv) El pago de los gastos y costas originados por la tramitación del


juicio.

11. El Juez Octavo de lo Civil del Tribunal Superior de Justicia del Distrito
Federal admitió y registró la demanda bajo el número de expediente
**********, mediante el acuerdo del veintiséis de agosto de dos mil
ocho. De igual forma, el juzgador ordenó emplazar a los demandados.

12. Los codemandados contestaron la demanda de manera separada e


interpusieron diversas excepciones, entre las que destacó la de

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incompetencia por declinatoria. La Segunda Sala Civil del Tribunal


Superior de Justicia del Distrito Federal se ocupó de dicha excepción y
la declaró infundada, mediante la resolución emitida el veintisiete de
noviembre de dos mil ocho5; ello, en virtud de que la controversia no
versaba sobre actos administrativos, sino sobre el ejercicio de una
acción de carácter eminentemente civil.

13. En contra de dicha determinación, el representante legal del instituto


demandado promovió juicio de amparo indirecto, del cual conoció el
Juez Séptimo de Distrito en Materia Civil en el Distrito Federal. Dicho
medio de defensa fue registrado con el número ********** y, previos los
trámites de ley, el juzgador federal dictó sentencia el veintinueve de
enero de dos mil nueve, en la cual determinó conceder el amparo al
instituto para el efecto de que la autoridad responsable dictara una
nueva resolución en la que se considerara la competencia
administrativa en términos de la Ley Federal de Responsabilidad
Patrimonial del Estado.

14. La paciente, en su carácter de tercero perjudicada, interpuso recurso


de revisión en contra de la sentencia referida, mismo que fue resuelto
por el Octavo Tribunal Colegiado en Materia Civil del Primer Circuito
(expediente **********), mediante sentencia de veintidós de abril de dos
mil nueve, en el sentido de revocar la resolución recurrida y negar el
amparo al instituto al considerar que las acciones deducidas en el
juicio son competencia de los tribunales civiles locales 6. De este
modo, con la resolución del recurso de revisión se fijó la vía civil para
la resolución del asunto.

5
Páginas 196 a 207 del tomo I del toca **********.
6
Páginas 52 a 98 del toca ********** del índice del Octavo Tribunal Colegiado en Materia Civil del
Primer Circuito.

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15. En consecuencia, se reanudó el juicio civil principal y, previa


substanciación, el Juez Octavo de lo Civil del Tribunal Superior de
Justicia del Distrito Federal dictó sentencia el quince de febrero de dos
mil once en la que absolvió a los demandados. El fallo, esencialmente,
se basó en las siguientes consideraciones7:

A. Se declaró procedente la vía ordinaria civil ejercida por la actora.

B. Se determinó que la paciente no acreditó su acción de


responsabilidad civil.

C. Del dictamen pericial en materia médica rendido por el perito


tercero en discordia y de su ampliación, se desprendió que la
lesión del nervio ciático no se produjo como consecuencia de un
actuar negligente de la parte demandada.

D. La prueba confesional rendida por la actora demostró que


abandonó el tratamiento y medicamentos que le proporcionaban
los demandados para darle seguimiento a la lesión del nervio
ciático.

E. La actora firmó una carta de consentimiento bajo información


mediante la cual consintió que se llevara a cabo la cirugía.

16. Recurso de apelación. ********** interpuso recurso de apelación,


mismo que fue resuelto por la Segunda Sala Civil del Tribunal Superior
de Justicia del Distrito Federal, en el expediente **********, mediante
sentencia de dieciséis de junio de dos mil once. En dicho fallo, la Sala
determinó declarar fundado el recurso de apelación y revocar la
sentencia de primera instancia, conforme a las siguientes
consideraciones:

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Visible en las páginas 1 a 15 del tomo II del juicio civil ********** del índice del Juzgado Octavo de
lo Civil del Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal.

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A. La carta suscrita por la actora no reunía los requisitos legales al


ser un documento de adhesión o machote que no explica el acto
médico autorizado, los riesgos y beneficios esperados, los
cuidados pertinentes y las complicaciones que pudieran surgir de
dicho procedimiento.

B. Las documentales ofrecidas por los demandados (hojas de


evolución social redactadas por la trabajadora social y lista de
asistencia a la plática grupal), no eran suficientes para constatar
que se le haya explicado el procedimiento particular de
operación de prótesis de cadera a la paciente y, por ende, dichas
documentales no subsanaban el cumplimiento de los requisitos
legales.

C. La legislación no contemplaba que los hospitales debieran dar


pláticas explicativas e informativas de los procedimientos
quirúrgicos, sino que los datos y señalamientos correspondientes
deben contenerse en las cartas de consentimiento bajo
información.

D. No era correcto que el Juez haya absuelto a los codemandados


debido a que la paciente abandonó el tratamiento de
rehabilitación prescrito por los médicos tratantes puesto que,
independientemente de que esto haya sido así o que la
rehabilitación concluyó sin mejoría, era un hecho innegable que
el nervio ciático de la paciente se lesionó al momento de la
intervención quirúrgica.

E. De la confesional rendida el seis de enero de dos mil diez, se


advertía que el médico cirujano reconoció que no se trató de una
intervención quirúrgica de alto riesgo, pero que la misma sí era
compleja, ya que se podían presentar complicaciones, tales
como lesión del nervio ciático, con una incidencia que oscila en
el 3% y el 7.5%.

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F. No se comprobó de manera fehaciente que la actora hubiera


desistido de las sesiones o que dichas sesiones hubieran hecho
que la paciente se recuperara satisfactoriamente.

G. Ninguno de los dictámenes periciales rendidos determinó de


manera contundente que la lesión producida a la actora fuera
reversible, pues los peritos de los codemandados señalaron una
mera expectativa de mejoría con ejercicios de rehabilitación.

H. En caso de que la lesión no fuera reversible, el pago se tenía


que hacer en términos de la Ley Federal del Trabajo que dispone
el 40% por lesión de nervio ciático, por lo que al realizar la
liquidación correspondiente se debía tomar en cuenta que se
trata de una incapacidad parcial permanente por lesión de nervio
ciático.

I. Se actualizó la responsabilidad por daño corporal, por lo que


era procedente la reclamación de pago de daño moral.
Asimismo, se señaló que la responsabilidad de los
codemandados era grave, ya que no informaron a la paciente de
los riesgos inherentes al procedimiento quirúrgico, a pesar de
tener conocimiento de ellos. De tal modo, se determinó que la
indemnización correspondiente debería dejarse para ejecución
de sentencia de manera incidental.

17. Consecuentemente, la Sala Civil revocó la sentencia recurrida y


condenó a los codemandados al pago de las prestaciones
reclamadas (daño moral y corporal). Asimismo, condenó a la
institución demandada a continuar prestando los servicios
hospitalarios que requiera la paciente para su atención médica, tanto
en el aspecto físico, como psicológico, en aras de lograr una mejoría
en su calidad de vida.

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18. Amparos directos. La actora y los demandados promovieron diversos


juicios de amparo8, de los cuales conoció el Octavo Tribunal Colegiado
en Materia Civil del Primer Circuito. El órgano colegiado emitió las
sentencias correspondientes el veintidós de septiembre de dos mil
once. En ellas, sobreseyó el juicio promovido por ********** (**********) 9
y otorgó el amparo solicitado por el Instituto Nacional de
Rehabilitación (**********), el doctor ********** (**********) y el doctor
********** (**********)10.

19. En las sentencias que concedieron la protección constitucional se


expresaron, esencialmente, las siguientes consideraciones:

A. La Sala responsable perdió de vista que las prestaciones


reclamadas por la paciente en el juicio de primera instancia
—pago de daño moral y pago de daño corporal— se debían
acreditar con medios de prueba distintos y no únicamente con la
falta de cumplimiento de los requisitos legales de la carta de
consentimiento bajo información firmada por la paciente.

B. La prueba idónea para determinar si hubo negligencia por falta


de pericia o culpa por parte de los demandados, cuando se
reclama la responsabilidad civil por daño corporal (conocida
como subjetiva o por culpa), es la pericial en materia de medicina
en la especialidad de ortopedia. De ahí que la objeción a la carta
de consentimiento informado no podía derivar en la procedencia
de la acción de responsabilidad civil por daño corporal, al no
justificar el nexo causa-efecto entre la actividad desempeñada
por los médicos y el instituto, y el daño reclamado.

8
Los conceptos de violación del instituto y los médicos quejosos fueron similares, tal y como lo
indicó el Tribunal Colegiado en las ejecutorias respectivas.
9
El sobreseimiento obedeció a que el alcance de las sentencias en que se concedió la protección
constitucional al instituto y médicos quejosos daba lugar a considerar actualizada la causa de
improcedencia relativa a la cesación de efectos del acto reclamado.
10
Las ejecutorias de amparo se encuentran agregadas en las páginas 532 a 1143 del expediente
relativo al toca de apelación **********.

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C. La carta de consentimiento informado sólo puede vincularse con


la pretensión de daño moral, si se considera que la información
contenida en dicho documento resultaba insuficiente para que la
actora se hiciera sabedora de los riesgos que por su edad,
enfermedad, antecedentes personales y patológicos, podrían
suscitarse para así estar en libertad de tomar una decisión
informada.

D. La Sala responsable incurrió en una incongruencia al resolver la


litis planteada, pues al revocar el fallo de primera instancia y
asumir plena jurisdicción, analizó la carta de consentimiento bajo
información para concluir que en ella no se hacía referencia a la
posibilidad de que se materializara la lesión aludida y, por tanto,
resultaba insuficiente para eximir de responsabilidad a los
codemandados. Sin embargo, equivocadamente —la Sala— tuvo
por acreditados los elementos de las pretensiones de
responsabilidad civil por daño corporal y la de reparación del
daño moral, cuando la carta únicamente podía vincularse a esta
última.

E. Por otro lado, se señaló que la carta de consentimiento bajo


información no reunía todos los requisitos establecidos en la
NOM-168-SSA1-1998, Del expediente clínico, pues únicamente
se expresaron generalidades de actos tan abstractos, que
pueden resultar aplicables a procedimientos quirúrgicos diversos.
En ese sentido precisó que no se cumplió con los requisitos de
los puntos 10.1.1.1.5 y 10.1.1.1.6 de la norma oficial referida, ya
que no constaba de forma clara cuál fue el procedimiento
quirúrgico autorizado, así como los riesgos y beneficios
esperados del acto médico.

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F. Los magistrados reiteraron que el resultado que pudiera


derivarse de la objeción planteada a la carta de consentimiento
bajo información, no trasciende al resultado de la pretensión de
responsabilidad civil por daño corporal, sino que podría tenerlo
en la de daño moral. En ese sentido, agregaron que el daño
moral podría tener dos fuentes: una como consecuencia de la
pretensión de la acción de responsabilidad civil subjetiva, donde
se demandó el daño corporal, y la otra, como resultado de la
falta de consentimiento informado a la paciente actora.

G. Finalmente, se señaló que la Sala responsable incurrió en una


incongruencia, pues omitió analizar los elementos constitutivos
de cada una de las pretensiones hechas valer, las pruebas
ofrecidas por las partes —especialmente la pericial médica— y
las objeciones planteadas a éstas, así como la objeción hecha
por la actora a la carta de consentimiento informado.

20. Ahora bien, los efectos para los cuales se concedió la protección
constitucional al instituto y a los médicos de referencia fue para que la
Sala responsable:

i) Dejara insubsistente la sentencia dictada el dieciséis de junio de


dos mil once en el expediente de apelación **********.

ii) Dictara otra en la cual se pronuncie de nueva cuenta sobre la


procedencia de las pretensiones deducidas en el juicio, y
ubicara, en primer lugar, la reclamación del daño moral en la
hipótesis normativa que estimara justificada, conforme a las
consideraciones de la ejecutoria, y

iii) Analizara la procedencia de la acción de responsabilidad civil por


daño corporal de manera pormenorizada para determinar si
quedó o no acreditada la existencia del hecho ilícito, conforme a

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las pruebas ofrecidas por las partes, en específico de la pericial


en materia de medicina en la especialidad de ortopedia y de las
objeciones planteadas por las partes a esas opiniones técnicas.

21. Cumplimiento de la sentencia de amparo. La Segunda Sala Civil del


Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal dejó insubsistente su
sentencia de dieciséis de junio de dos mil once y dictó una nueva el
tres de enero de dos mil doce11.

22. En esta nueva sentencia, la Sala condenó a los doctores y a la


institución a lo siguiente: a) pagar a la actora la cantidad que resultara
de la cuantificación del importe de la indemnización por daño moral
que le corresponde por los daños sufridos derivados de su actuación
al no hacer del conocimiento los riesgos de la intervención quirúrgica
que le fue practicada a la actora, así como por la lesión al nervio
ciático de su pierna derecha producida en dicha intervención, que le
ocasionó una incapacidad parcial permanente; b) pagar a la actora el
importe del daño físico que le fue ocasionado derivado de la
responsabilidad civil subjetiva en que incurrieron; así como los
intereses legales generados al tipo legal, por la cantidad que se
cuantifique en ejecución de sentencia sobre los conceptos antes
señalados y hasta que hagan pago de los importes a que resultaron
condenados; y c) a que el instituto continuara prestando la atención
médica requerida por la actora en los términos precisados en esa
resolución.

II. TRÁMITE

23. Demanda de amparo. El Instituto Nacional de Rehabilitación


promovió, por conducto de su apoderado legal **********, juicio de
amparo mediante escrito presentado el veinticinco de enero de dos mil

11
Visible en las páginas 1194 a 1243 del toca de apelación **********.

16
AMPARO DIRECTO 42/2012

doce12, en contra de la sentencia dictada el tres de enero de dos mil


doce dentro del toca de apelación número **********, emitida por la
Segunda Sala del Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal.

24. La parte quejosa refirió que se violaron en su perjuicio los derechos


humanos reconocidos en los artículos 1°, 14, 16 y 17 de la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y refirió como
tercero perjudicada a la paciente y a los médicos ********** y **********.

25. El Presidente del Octavo Tribunal Colegiado en Materia Civil del


Primer Circuito admitió la demanda de amparo y la registró con el
número de expediente **********, mediante acuerdo dictado el
veintisiete de febrero de dos mil doce13.

26. Facultad de atracción. Esta Primera Sala determinó en la sesión


celebrada el veintitrés de mayo de dos mil doce ejercer su facultad de
atracción para conocer de los juicios de amparo **********, **********,
********** y **********, todos del índice del Octavo Tribunal Colegiado en
Materia Civil del Primer Circuito, al estimar que su resolución entraña
un tema de interés y trascendencia, en la medida de que permitirá dar
continuidad a la configuración de los elementos, alcances y
consecuencias que tiene el consentimiento informado en el ámbito de
la atención médica14.

27. Admisión del juicio de amparo. El Presidente de esta Suprema


Corte de Justicia de la Nación determinó que este Alto Tribunal se
avocaba al conocimiento del asunto y ordenó su registro con el
número 42/2012, mediante acuerdo de veintiuno de junio de dos mil

12
Tal y como se advierte del sello fechado visible en la página 1 del cuaderno de amparo directo
**********.
13
Dicho acuerdo está visible en las páginas 157 a 159 del amparo directo **********.
14
La resolución de atracción se aprecia en las páginas 3 a 15 del cuaderno que se resuelve.

17
AMPARO DIRECTO 42/2012

doce15. Además, instruyó notificar a las partes y al Procurador General


de la República, así como turnar el asunto a la Ministra Olga María
Sánchez Cordero de García Villegas, integrante de esta Primera Sala,
para la formulación del proyecto correspondiente.

28. El Presidente de esta Primera Sala radicó el amparo directo de que se


trata y ordenó remitir el asunto a la Ministra Ponente para su
resolución, mediante el acuerdo dictado el tres de julio de dos mil
doce16. Sin embargo, en la sesión celebrada el diez de abril de dos mil
trece, esta Primera Sala acordó desechar el proyecto de resolución
respectivo, por lo cual se instruyó returnar el asunto a la Ponencia del
Ministro José Ramón Cossío Díaz, lo cual tuvo lugar mediante auto de
diecisiete de abril siguiente17.

29. Previa solicitud del Ministro Ponente18, el Presidente de la Primera


Sala, mediante acuerdo de veintisiete de noviembre de dos mil trece,
pidió a la Academia Nacional de Medicina su colaboración mediante la
designación de expertos que contaran con los conocimientos
científicos necesarios respecto a las mejores prácticas en materia de
consentimiento informado en atención médica.

30. El Ministro Ponente remitió un cuestionario a los expertos designados


por la Academia Nacional de Medicina, el veintitrés de abril de dos mil
catorce, mismo que estimó indispensable para estar en aptitud de
emitir un fallo de manera informada y evitar incurrir en especulaciones
en torno a ámbitos que van más allá del conocimiento del juzgador.

15
Ibíd., páginas 163 y 164.
16
Ibíd., página 173.
17
Tal y como se advierte del acuerdo visible en la página 248 del expediente que se resuelve.
18
En términos del artículo 79 del Código Federal de Procedimientos Civiles, de aplicación
supletoria en el juicio de amparo según lo prescribe el artículo 2º de la Ley de Amparo.

18
AMPARO DIRECTO 42/2012

31. Finalmente, el quince de junio de dos mil quince, la Academia Nacional


de Medicina a través de su Secretario General envió la respuesta a los
cuestionamientos planteados.

III. COMPETENCIA

32. Esta Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación es


competente para resolver el presente asunto, en atención a que se
ejerció la facultad de atracción, de conformidad con lo dispuesto por
los artículos 107, fracción V, último párrafo, de la Constitución Política
de los Estados Unidos Mexicanos; 182, fracción I de la Ley de Amparo
vigente hasta el dos de abril de dos mil trece, aplicable a este asunto
en términos del artículo Tercero Transitorio de la Ley de Amparo
vigente, y 21, fracción III, inciso b) de la Ley Orgánica del Poder
Judicial de la Federación, en concordancia con lo dispuesto en los
Puntos Primero, párrafo segundo, y Segundo, fracción IX, del Acuerdo
General 5/2013, emitido por el Pleno de este Alto Tribunal, publicado
en el Diario Oficial de la Federación, el veintiuno de mayo de dos mil
trece, por haber ejercido su facultad de atracción para conocer del
mismo dada su importancia y trascendencia para el orden jurídico.

IV. OPORTUNIDAD

33. La demanda de amparo fue presentada de manera oportuna en virtud


de que la sentencia reclamada dictada el tres de enero de dos mil
doce, fue notificada a la parte quejosa mediante boletín judicial el
miércoles cuatro del mes y año referido 19 y surtió efectos el jueves
cinco siguiente. De ahí que el plazo de quince días a que se refiere el
artículo 21 de la Ley de Amparo aplicable, transcurrió del viernes
seis al jueves veintiséis de enero; descontándose los días siete,
19
Según se advierte de la razón actuarial visible en la página 144 del expediente que se resuelve.

19
AMPARO DIRECTO 42/2012

ocho, catorce, quince, veintiuno y veintidós de enero, por ser sábados


y domingos, e inhábiles de conformidad con los artículos 23 de la Ley
de Amparo abrogada y 163 de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la
Federación.

34. Por tanto, si la demanda de amparo fue presentada el veinticinco de


enero de dos mil doce en la Oficialía de Partes de la autoridad
responsable20, es claro que su promoción fue oportuna.

V. LEGITIMACIÓN

35. El apoderado legal de la parte quejosa se encuentra legitimado para


promover el juicio de amparo directo, en términos del artículo 13 de la
Ley de Amparo aplicable, al haberle sido reconocido tal carácter por la
Sala responsable, mediante auto de nueve de marzo de dos mil
once21.

VI. PROCEDENCIA

36. El juicio de amparo directo que nos ocupa resulta procedente, en


virtud de que se hace valer en contra de una sentencia definitiva que
puso fin a un juicio, en términos del artículo 158 de la Ley de Amparo
vigente hasta el dos de abril de dos mil trece 22.
20
Ibídem, página 1.
21
Página 125 del toca de apelación ********** del índice de la Segunda Sala Civil del Tribunal
Superior de Justicia del Distrito Federal.
22
Artículo 158. El juicio de amparo directo es competencia del Tribunal Colegiado de Circuito que
corresponda, en los términos establecidos por las fracciones V y VI del artículo 107 constitucional,
y procede contra sentencias definitivas o laudos y resoluciones que pongan fin al juicio,
dictados por tribunales judiciales, administrativos o del trabajo, respecto de los cuales no
proceda ningún recurso ordinario por el que puedan ser modificados o revocados, ya sea
que la violación se cometa en ellos o que, cometida durante el procedimiento, afecte a las defensas
del quejoso, trascendiendo al resultado del fallo, y por violaciones de garantías cometidas en las
propias sentencias, laudos o resoluciones indicados.
Para los efectos de este artículo, sólo será procedente el juicio de amparo directo contra
sentencias definitivas o laudos y resoluciones que pongan fin al juicio, dictados por tribunales
civiles, administrativos o del trabajo, cuando sean contrarios a la letra de la ley aplicable al caso, a
su interpretación jurídica o a los principios generales de Derecho a falta de ley aplicable, cuando

20
AMPARO DIRECTO 42/2012

37. Existencia del acto reclamado. La existencia del acto reclamado


—sentencia dictada por la Segunda Sala Civil del Tribunal Superior de
Justicia del Distrito Federal el tres de enero de dos mil doce, dentro del
toca de apelación **********— quedó acreditada con el documento
original que consta en los autos del presente asunto 23. Adicionalmente,
la propia autoridad responsable manifestó la existencia de dicho acto
en su informe justificado, mismo que obra en las páginas 3 y 4 del
cuaderno de amparo directo **********.

VII. CONSIDERACIONES Y FUNDAMENTOS

38. Cuestiones necesarias para resolver el asunto. A continuación se


sintetizan las consideraciones de la autoridad responsable y los
conceptos de violación expresados por el instituto.

39. Sentencia de la Segunda Sala Civil del Tribunal Superior de


Justicia del Distrito Federal (acto reclamado). La Sala responsable
señaló que, en cumplimiento a la ejecutoria de amparo, las acciones
de responsabilidad civil y daño moral se analizarían conforme a los
artículos 1910, 1914 y 1916 del Código Civil para el Distrito Federal.

40. Los magistrados calificaron como inoperantes, por un lado, y


fundados, por otro, los agravios hechos valer por la paciente.

41. En ese sentido, la Sala responsable calificó como inoperantes los


argumentos contenidos en el apartado denominado “violaciones al
proceso o procedimiento” del recurso de apelación, ya que éstos
versaban sobre cuestiones que ya habían sido resueltas con

comprendan acciones, excepciones o cosas que no hayan sido objeto del juicio, o cuando no las
comprendan todas, por omisión o negación expresa.
Cuando dentro del juicio surjan cuestiones, que no sean de imposible reparación, sobre
constitucionalidad de leyes, tratados internacionales o reglamentos, sólo podrán hacerse valer en
el amparo directo que proceda en contra de la sentencia definitiva, laudo o resolución que ponga
fin al juicio.
23
Específicamente en las páginas 1194 a 1243 del toca de apelación **********.

21
AMPARO DIRECTO 42/2012

anterioridad en otros recursos de apelación interpuestos durante el


procedimiento de primera instancia.

42. Respecto a los argumentos hechos valer en el apartado denominado


“en cuanto al fondo del asunto”, los magistrados analizaron, con
plenitud de jurisdicción, la carta de consentimiento informado y la
respectiva objeción.

43. Así, señalaron que el medio de prueba idóneo para determinar si


existió o no negligencia médica, cuando se reclama la responsabilidad
civil por daño corporal, era la pericial en materia de medicina, por lo
que el resultado que derivara de la objeción a la carta de
consentimiento informado únicamente tendría consecuencias en el
alcance y valor probatorio que ésta tiene en juicio. De tal forma,
señalaron que, en todo caso, la acción que podía vincularse con la
objeción a la carta referida sería únicamente la de daño moral.

44. La Sala responsable, con plenitud de jurisdicción, procedió a valorar


la carta de consentimiento informado firmada por ********** y señaló
que ésta no tenía el alcance de eximir de responsabilidad a los
codemandados, ya que no contenía los requisitos exigidos por el
Reglamento de la Ley General de Salud en Materia de Prestación de
Servicios de Atención Médica y por la NOM 168-SSA1-1998, Del
expediente clínico. Lo anterior, en virtud de que la carta no
mencionaba el acto que se autorizaba (punto 10.1.1.1.5 de la NOM), ni
los riesgos y beneficios esperados del acto médico autorizado (punto
10.1.1.1.6 de la NOM). Además, señaló que su contenido únicamente
hacía una referencia abstracta, general e impersonal, que no permitía
advertir el real conocimiento de la paciente no sólo de la operación a la
que iba a ser sometida, sino tampoco de los posibles riesgos que
dicho procedimiento le pudiera ocasionar; atendiendo para ello a su
edad, enfermedad y antecedentes personales y patológicos, entre

22
AMPARO DIRECTO 42/2012

otros, para que la paciente se encontrara en libertad de tomar una


decisión informada.

45. La Sala responsable añadió que de las documentales: hoja de


evolución social de fecha quince de marzo de dos mil siete, copia
fotostática titulada “Cadera 28 de marzo”, hoja de evolución social de
fechas seis de junio de dos mil siete, no constaba que en la plática que
al parecer se le dio a la paciente el veintiocho de marzo de dos mil
siete, se le haya explicado el procedimiento particular de la operación
de prótesis de cadera al que sería sometida. Asimismo, señaló que en
la normativa aplicable no se establecía que los hospitales deban dar
ese tipo de pláticas explicativas e informativas, sino que es en la carta
de consentimiento bajo información, que deben contenerse los datos y
señalamientos correspondientes.

46. Por otra parte, la Sala consideró que independientemente del


tratamiento de rehabilitación al que haya sido sometida la actora, era
un hecho innegable —reconocido por la juez de primera instancia—
que la lesión del nervio ciático se produjo en la cirugía que le fue
practicada el trece de junio de dos mil siete, y que la paciente no
consintió correr ese riesgo al no habérsele informado del mismo. De tal
modo, la autoridad responsable señaló que al no haber sido informada
del riesgo que implicaba la intervención quirúrgica resultaba
procedente la acción de daño moral, la cual tendría dos fuentes. La
primera, como consecuencia de la acción de responsabilidad civil
subjetiva donde se demandó el daño corporal y, la segunda, como
resultado de la falta de consentimiento informado, supuesto que quedó
debidamente justificado.

47. Respecto a la acción de responsabilidad subjetiva, la Sala señaló


que quedó justificada, ya que los elementos de daño y culpa fueron
acreditados con las periciales en materia de medicina en la
especialidad de ortopedia, los cuales analiza en su fallo.

23
AMPARO DIRECTO 42/2012

48. Primero, la Sala responsable examinó el dictamen del perito de la


parte actora. Segundo, determinó que el rendido por el perito del
instituto carecía de valor probatorio pleno, toda vez que dicho experto
refirió que la lesión del nervio ciático era previa a la intervención
quirúrgica, lo que no se encuentra establecido en el expediente clínico.
Tercero, estudió dictámenes de los peritos de los codemandados
********** y **********. Por último, analizó el dictamen del perito tercero
en discordia y concluyó que de los dictámenes periciales se llegaba a
la convicción de que los médicos tratantes incurrieron en
responsabilidad civil subjetiva en términos del artículo 1910 del Código
Civil para el Distrito Federal.

49. Añadió que debido a la conclusión alcanzada no resultaba aplicable lo


preceptuado en el artículo 1914 de referido ordenamiento, en virtud de
que los cinco peritos son coincidentes en el estado de salud de la
paciente, hacia el trece de junio de dos mil siete, fecha en que fue
intervenida quirúrgicamente, pues todos se apoyan en el expediente
clínico respectivo.

50. Asimismo, los magistrados sostuvieron que debido a los antecedentes


patológicos de la actora, los codemandados conocían los riesgos de
su intervención, por lo que en todo caso debieron justificar que no
existía ninguna otra alternativa de tratamiento diferente a la
intervención quirúrgica o bien exponer cuidadosamente cómo se
produjo fortuitamente la lesión del nervio ciático.

51. De tal modo, la Sala estimó procedente la acción de responsabilidad


subjetiva, ya que con el material probatorio aportado durante el juicio
se justificó que en la intervención quirúrgica practicada el trece de
junio de dos mil siete, ********** sufrió una lesión en el nervio ciático
que empeoró su situación. En ese sentido, los magistrados señalaron
que fueron comprobados los elementos del hecho ilícito previstos en el

24
AMPARO DIRECTO 42/2012

artículo 1910 del Código Civil para el Distrito Federal y la obligación de


los codemandados de reparar ese daño como consecuencia de la
culpa de los mismos.

52. Los magistrados señalaron que dicha conclusión no podía ser


desvirtuada con las objeciones de los dictámenes periciales
producidas por las partes, en virtud de que las mismas eran
insuficientes para que la Sala responsable cambiara de opinión, pues
los peritos de los codemandados y el perito tercero en discordia se
pronunciaron en términos similares en cuanto a la participación de los
médicos enjuiciados en la intervención quirúrgica de la actora.
Igualmente, añadieron que aun cuando se dejara de considerar el
dictamen de la perito de la actora, doctora **********, por no ser
especialista en ortopedia, con la subespecialidad en cadera y rodilla,
de cualquier forma no variaría la conclusión obtenida.
53. Por otra parte, la Sala determinó que el daño ocasionado en la
intervención quirúrgica, se corroboraba con las secuelas que el mismo
ha producido en la actora, como se aprecia del contenido de las
pruebas documentales exhibidas (electrodiagnóstico, solicitud de
terapias, recibo único de ingreso y nota de evolución), de las que se
desprendía, que a pesar de haber acudido a las sesiones de
rehabilitación, no mostró mejoría la lesión del nervio ciático.

54. Asimismo, la Sala responsable señaló que en ninguno de los


dictámenes periciales rendidos se determinó de manera contundente
la recuperación del estado físico de la demandante al estado que tenía
antes de la intervención quirúrgica. Ello es así, en virtud de que los
peritos de los codemandados señalaron una mera expectativa de
mejoría con ejercicios de rehabilitación, en tanto que la perito de la
actora refiere que dicha lesión es irreversible.

55. Por todo lo anterior, la responsable declaró fundadas las dos acciones
intentadas por **********, esto es, la de reclamación por daño moral y la

25
AMPARO DIRECTO 42/2012

de pago por daño corporal, derivadas de la responsabilidad médica


profesional tanto de los médicos como del instituto codemandado, por
lo que en las condenas respectivas debería considerarse que
conforme al artículo 1916 del Código Civil para el Distrito Federal, los
derechos lesionados de la actora son su integridad física, al haber
perdido la movilidad de su pierna derecha lo que le ocasionó una
incapacidad parcial permanente, con la que se hirieron sus
sentimientos e imagen al necesitar la ayuda de quienes le rodean para
poder desplazarse de un lugar a otro en su vida cotidiana; asimismo
señaló que considerando que sus estudios profesionales son de
antropología, lo que conlleva una mayor frustración al estar impedida
para desarrollarse en campo, o bien necesitar el auxilio de otras
personas para ello, no obstante su juventud.
56. En ese sentido, la Sala señaló que la responsabilidad de los
codemandados es grave, toda vez que no informaron a la paciente
actora sobre el elevado grado de complejidad y los altos riesgos de la
intervención quirúrgica que le propusieron. Además, agregó que existió
impericia en el manejo de la paciente al momento de intervenirla, pues
a pesar de que en autos se refirió que la probabilidad de lesión de
nervio ciático resultaba inferior al diez por ciento, los médicos
codemandados no dieron motivos fundados de la causa inevitable que
motivó dicha lesión.

57. La Sala estableció que, al no contar con los elementos de juicio para
determinar la situación económica de los codemandados, la
indemnización correspondiente por daño moral debía dejarse para
ejecución de sentencia, en la que incidentalmente deberían valorarse
las pruebas que al efecto se aporten, así como las pruebas que la
actora ofreció para justificar la situación económica personal.

58. Finalmente, desestimó las excepciones y defensas hechas valer por


los codemandados y determinó que la conclusión alcanzada no se
veía desvirtuada por las mismas.

26
AMPARO DIRECTO 42/2012

59. Los puntos resolutivos de la sentencia que constituye el acto


reclamado fueron los siguientes:

PRIMERO.- En estricto acatamiento de las ejecutorias pronunciadas


por el Octavo Tribunal Colegiado en Materia Civil del Primer Circuito,
respecto de los juicios de amparo directo hechos valer por los
quejosos Instituto Nacional de Rehabilitación, ********** y **********, a
los que se asignaron los números D.C. **********, D.C. ********** y
**********, respectivamente, y habiéndose cumplimentado las citadas
ejecutorias al dejarse insubsistente la anterior sentencia de esta
Segunda Sala Civil del H. Tribunal Superior de Justicia del Distrito
Federal, de fecha dieciséis de junio de dos mil once, emitida en el
presente toca número **********, se procede a dictar otra cuyos puntos
resolutivos son los siguientes:

“PRIMERO. Es parcialmente fundado el recurso de apelación hecho


valer.

SEGUNDO. Se revoca la sentencia definitiva de fecha quince de


febrero de dos mil once, pronunciada por la C. Juez Octavo de lo Civil
de esta Ciudad, en el juicio Ordinario Civil promovido por ********** en
contra del INSTITUTO NACIONAL DE REHABILITACIÓN, ********** y
**********, para quedar en los términos precisados en esta resolución.

TERCERO. No se hace especial condena en costas en la presente


instancia.

CUARTO. Notifíquese.”

SEGUNDO.- Notifíquese. Remítase copia de la presente al H. Octavo


Tribunal Colegiado en Materia Civil del Primer Circuito para el efecto
de lo dispuesto por el artículo 106 de la Ley de Amparo. Con
testimonio de esta resolución devuélvanse los autos y documentos a
su juzgado de origen y en su oportunidad archívese el toca.

60. Mientras que los puntos decisorios de la sentencia de primera


instancia quedaron establecidos en los siguientes términos:

PRIMERO.- Ha procedido la vía ordinaria civil ejercitada por la actora,


********** quien acreditó su acción y los codemandados INSTITUTO
NACIONAL DE REHABILITACIÓN, ********** y ********** no justificaron
sus excepciones y defensas.

SEGUNDO.- Se condena a los codemandados a pagar a la actora la


cantidad que resulte de cuantificar en ejecución de sentencia el
importe de la indemnización por daño moral que le corresponde por
los daños sufridos derivados de su actuación al no hacer del
conocimiento de la actora los riesgos de la intervención quirúrgica que
le fue practicada el trece de junio de dos mil siete, así como por la
lesión al nervio ciático de su pierna derecha producida en dicha

27
AMPARO DIRECTO 42/2012

intervención, que le ocasionó una incapacidad parcial permanente, lo


que se determinará en términos de lo dispuesto por el artículo 1916
del Código Civil para el Distrito Federal, es decir, tomando en cuenta
los derechos lesionados, el grado de responsabilidad, la situación
económica de los responsables y de la víctima, así como las demás
circunstancias del caso.

TERCERO.- Se condena a los codemandados a pagar a la actora la


cantidad que resulte de cuantificar en ejecución de sentencia y a juicio
de peritos el importe del daño físico que le fue ocasionado a la actora
derivado de la responsabilidad civil subjetiva en que incurrieron;
asimismo se les condena a pagar los intereses legales generados al
tipo legal, por la cantidad que se cuantifique en ejecución de
sentencia sobre los conceptos antes señalados y hasta que hagan
pago de los importes a que resultaron condenados.

CUARTO.- Se condena a la institución demandada a continuar


prestando la atención médica requerida por la actora en los términos
precisados en esta resolución.

QUINTO.- No se hace especial condena en costas en la presente


instancia.

SEXTO.- Notifíquese.

61. Conceptos de violación. El instituto quejoso hace valer en su


demanda de amparo, sustancialmente, los siguientes argumentos:

62. En el primer concepto de violación, se afirma que la Sala


responsable dejó de observar los efectos por los cuales había sido
otorgado el amparo, pues de nueva cuenta dictó una sentencia
carente de congruencia y exhaustividad. Lo anterior, debido a que los
artículos 1910, 1914 y 1916 del Código Civil para el Distrito Federal
establecen la existencia de un hecho ilícito como premisa para la
procedencia de la acción por daño moral y de responsabilidad civil, lo
que de ninguna manera quedó debidamente acreditado con el acervo
probatorio y, por lo mismo, la Sala responsable no debió condenar a
los demandados al pago de las prestaciones reclamadas por la actora.

63. En ese sentido, el quejoso precisa que la acción de daño moral no


debió tenerse por acreditada, ya que la Sala responsable realizó una
valoración deficiente del material probatorio, pues se constriñó a
analizar la carta de consentimiento informado. Sin embargo, el instituto

28
AMPARO DIRECTO 42/2012

sostiene que se debió analizar la “Solicitud, autorización y registro de


intervención quirúrgica” para arribar a la conclusión de que no se tenía
acreditado ningún hecho ilícito para establecer la existencia del daño
moral.

64. Además, el instituto quejoso alega que es incongruente la


determinación de daño moral por la lesión al nervio ciático, ya que en
ninguno de los dictámenes médicos en ortopedia se concluyó que
hubiera habido negligencia por falta de pericia o culpa. De tal forma,
sostiene que la Sala responsable equivocadamente identifica “lesión”
con “incapacidad” por lo que no podía tenerse por acreditada la
responsabilidad subjetiva, ni el daño moral.

65. Por otra parte, el quejoso afirma que no se está ante el supuesto de
una responsabilidad objetiva, de modo que debía quedar plenamente
acreditada la existencia de una conducta ilícita de los servidores
públicos para determinar la responsabilidad subjetiva, lo cual no fue
realizado por la Sala.

66. En el segundo concepto de violación, el instituto alega que la Sala


responsable suplió la deficiencia de la queja indebidamente a la actora
del juicio natural, alterando la litis del juicio en su perjuicio. Lo anterior
—a decir del instituto— no podía ser justificado bajo el pretexto de que
se actuaba “de acuerdo a los lineamientos de la autoridad federal”,
puesto que lo procedente era que se contextualizara el contenido
íntegro de los efectos del amparo concedido.

67. El tercer concepto de violación, está focalizado en que la Sala


responsable se limitó a refutar el contenido de la sentencia de primera
instancia y realizó el estudio de la carta de consentimiento informado
de manera aislada desvinculándolo del resto del material probatorio,
pues con base en eso determinó que procedía la acción de daño moral
sin haber estudiado previamente si existía o no negligencia.

29
AMPARO DIRECTO 42/2012

68. En ese sentido, el quejoso sostiene que la Sala estaba obligada a


estudiar y valorar todo el material probatorio que ofreció, como: i) los
dictámenes periciales en ortopedia ofrecidos por los codemandados;
ii) la documental pública correspondiente a la lista de asistencia
correspondiente a la sesión del Programa de Inducción para Pacientes
Candidatos a Cirugía de Reemplazo Articular en Rodilla o Cadera a la
que acudió la paciente el veintiocho de marzo de dos mil siete; iii) la
confesión de la actora acerca de que acudió con su madre a dicha
plática; y iv) la presunción legal y humana de la que se desprende que
se trata de una paciente multioperada de la cadera.

69. Asimismo, se alega que la Sala responsable debió adminicular el


contenido de la “Solicitud, autorización y registro de intervención
quirúrgica”, firmada por la actora y su madre, con los demás elementos
probatorios que acreditaban que la actora no desconocía los riesgos a
que estaba sujeta y que estuvo consciente al asumirlos, manifestando
expresamente que le fueron informados.

70. Además, el quejoso sostiene que el formato impreso del


consentimiento informado solamente formalizaba que ya se le había
dado a conocer de manera personal a la actora de manera personal
toda la información relativa a la intervención quirúrgica, incluyendo la
posibilidad del tipo de lesión. Sin embargo, la Sala responsable restó
valor probatorio al documento estudiándolo de manera aislada.

71. El quejoso añade que la responsable realizó un estudio indebido de la


respuesta a la contestación de la demanda respecto a la objeción de la
actora acerca de la eficacia demostrativa de la carta de
consentimiento, ya que se trata de documentos públicos que fueron
expedidos por funcionarios en el desempeño de su cargo y certificados
por el Notario Público 14 del Distrito Federal, por lo que la actora debía
comprobar la falsedad de los mismos. De tal modo, el instituto quejoso
sostiene que la carta de consentimiento es apta para acreditar la

30
AMPARO DIRECTO 42/2012

formalidad de que se le explicaron a la paciente los riesgos y


resultados esperados de la operación, sobre todo si se concatena
dicha carta con las periciales médicas en especialidad de ortopedia.

72. En ese sentido, el instituto insiste en la valoración deficiente del


expediente clínico por parte de la Sala responsable, en concreto de la
“Solicitud, autorización y registro de intervención quirúrgica”, ya que
dicho documento es acorde con lo dispuesto en los incisos 10.1 y
10.1.1.3 de la NOM-168-SSA1-1998, Del expediente clínico. Además,
afirma que con este documento la actora y su madre dieron por
segunda ocasión su consentimiento informado y autorizaron a los
médicos para que realizaran las intervenciones quirúrgicas necesarias.

73. Por otra parte, el instituto alega que la Sala responsable realizó una
interpretación incorrecta del contenido de la NOM-168-SSA1-1998, Del
expediente clínico, ya que dicho instrumento no establece que deban
enumerarse pormenorizadamente todos y cada uno de los riesgos
esperados del acto médico autorizado, porque ello resultaría
imposible. En ese sentido, afirma que las disposiciones sólo refieren
de manera general el contenido mínimo pero no señalan las
exigencias que la Sala pretende imponer, pues sólo se hace constar
la formalización de que la paciente recibió dicha información.

74. En el desarrollo de esa misma argumentación, el quejoso señala que


no es aceptable que la Sala considere el documento como un
“machote”, pues se trata de un formato que puede ser elaborado por
distintos servidores públicos; lo mismo sucede —según el quejoso—
con la cita doctrinaria que invocó, pues en todo caso debió apoyarse
en doctrina emitida por expertos, como sería el documento emitido por
la Academia Mexicana de Cirugía titulado “El consentimiento
válidamente informado”, en el cual se sostiene que “el consentimiento
informado es un procedimiento gradual que debe ser explicado en

31
AMPARO DIRECTO 42/2012

forma amplia y básicamente verbal, aun cuando la ley exija su forma


escrita para determinados supuestos”.

75. Asimismo, el instituto sostiene que si la actora pretendía desconocer


que recibió toda la información de los beneficios esperados y los
riesgos que se podrían producir en la cirugía, le correspondía probar
sus afirmaciones.

76. Agrega que científicamente resulta imposible que en la carta de


consentimiento informado se hagan constar todas y cada una de las
complicaciones, riesgos y reacciones del organismo con motivo del
acto quirúrgico porque bastaría con que se omitiera anotar alguno de
ellos, para que se configurara la falta de información o negligencia
causante del daño.

77. El quejoso señala que otro aspecto importante a considerar es que la


Sala responsable solamente debía estudiar y analizar las periciales
rendidas por los especialistas en ortopedia, tal como le fue ordenado
en la sentencia de amparo del Octavo Tribunal Colegiado en Materia
Civil. Por lo que no debió tomarse en cuenta el peritaje rendido por la
médico general (perito ofrecido por la actora), además de que no se
demostró que al momento en que se practicó la cirugía los
demandados hubieran actuado negligentemente, ya que el error
profesional que depende de la incertidumbre o imperfección de la
ciencia no constituye falta de pericia o negligencia, sino que en el caso
se actualizó el riesgo que no se podía prever.

78. El instituto considera que si la Sala responsable hubiera analizado las


periciales en materia de ortopedia, como se le ordenó, habría llegado
a la conclusión de que no existió negligencia y que la lesión no impide
el movimiento de la pierna derecha de la actora, por lo que no debió
haber señalado que se produjo una “incapacidad parcial permanente”
sino una lesión parcial reversible.

32
AMPARO DIRECTO 42/2012

79. Asimismo, el quejoso afirma que quedó demostrado en juicio que no


existía nexo causal y directo entre la lesión del nervio ciático y la
pérdida de movilidad de la pierna derecha. Además, contrario a lo
establecido por la Sala responsable los expertos concluyeron que con
la intervención quirúrgica se mejoraron las condiciones de la paciente
antes de ser intervenida.

80. Señala que las pláticas de sensibilización a pacientes son una variante
del consentimiento informado, porque los puntos 10., 10.1. y 10.1.1.3.
de la NOM-168-SSA1-1998, Del expediente clínico, disponen que el
personal médico, técnico y auxiliar o administrativo pueden obtener
dichas “cartas” sin que para ello sea obligatorio el empleo de formatos
impresos. El motivo de estas pláticas es hacer más efectiva la
atención médica que presta el Instituto de Nacional de Rehabilitación y
sistematizar este procedimiento, pues diariamente atiende un gran
número de pacientes de los cuales la mayoría tienen que ser tratados
con procedimientos quirúrgicos, lo cual lo diferencia del resto de
instituciones de nuestro país.

81. En el cuarto concepto de violación, el instituto alega que la Sala


responsable de manera ilegal expuso en el acto reclamado que
consideró infundada la determinación adoptada por la Juez de primera
instancia en la sentencia de primer grado, quien tuvo por no acreditada
la acción intentada por **********, al conceder valor probatorio pleno a
la prueba pericial en materia médica y la ampliación de la misma
rendida por el perito tercero en discordia, así como las pruebas
documentales consistentes en diversas, notas, estudios, valoraciones
médicas, a las que se les había dado valor probatorio pleno
adminiculadas con el expediente clínico, con las cuales la juzgadora
de primer grado estimó que a la actora se le había otorgado atención
médica adecuada y que en ningún momento se observó un actuar
negligente.

33
AMPARO DIRECTO 42/2012

82. Asimismo, señaló que la Sala responsable realizó un estudio


defectuoso de la carta de consentimiento bajo información firmada por
la actora, así como una incorrecta aplicación de los artículo 80, 81, 82
y 83 del Reglamento de la Ley General de Salud en Materia de
Prestación de Servicios de Atención Médica y de los numerales 1., 2.,
4., 4.2., 10., 10.1. y 10.2. de la NOM 168-SSA-1998, Del expediente
clínico, para concluir que la carta no tenía el alcance de eximir de
responsabilidad a los codemandados.

83. En ese sentido, afirma que los agravios expuestos en el recurso de


apelación de la actora son infundados, inoperantes e insuficientes
porque no combatió la totalidad de las consideraciones del juez de
primera instancia y, por tanto, resultan suficientes para confirmar la
sentencia en el sentido de que era improcedente la acción de daño
moral. Además, el instituto alega que la Sala no reconoció que existen
aspectos firmes en virtud de que no fueron combatidos en la apelación
y que trascendieron al sentido de la decisión adoptada.

84. Por otra parte, señala que la actora se encontraba obligada a acreditar
el obrar negligente de los codemandados lo cual no sucedió pues si en
el juicio natural no se tuvo por demostrada la responsabilidad civil y,
por ende, la indemnización correspondiente, entonces el acto
reclamado debió tomar en consideración que tampoco se acreditaba el
daño moral. De tal modo, afirma que la Sala responsable subsanó en
favor de la apelante porque la actora no demandó la responsabilidad
subjetiva.

85. En el quinto concepto de violación, el instituto sostiene que la litis


consiste en esclarecer si resulta o no procedente la acción de
responsabilidad civil y daño moral con base en los artículos 1913,
1915 y 1916 del Código Civil para el Distrito Federal por la lesión
ocasionada a la actora en el nervio ciático causándole una
incapacidad total y permanente, por la falta de previsión del cirujano al

34
AMPARO DIRECTO 42/2012

colocar una prótesis no adecuada, así como la falta de información


ofrecida por parte de los médicos tratantes a la paciente respecto de
los riesgos de la operación.

86. Por otra parte, el instituto señala que demostró que el personal médico
se encontraba debidamente acreditado y certificado al momento en
que se realizó la cirugía, por lo que la lesión ocasionada era un riesgo
derivado de la complejidad del procedimiento, pues la prótesis
colocada era la correcta y no hubo omisión, negligencia ni mala
práctica médica.

87. Sobre el particular, añade que no se está ante un caso de una


incapacidad permanente sino que la lesión de la actora es de tipo
parcial, temporal y reversible, agravada por el hecho de que la
paciente se ha negado a continuar con el tratamiento.

88. Con base en lo anterior, el instituto considera que la litis va más allá
del hecho que la responsable se limitó a determinar de forma aislada
si el consentimiento bajo información eximía o no a los codemandados
de responsabilidad. Sin embargo, la actora no allegó las pruebas
necesarias para acreditar los extremos pretendidos, por lo que la Sala
dejó de observar los principios de exhaustividad y congruencia.

89. Agrega que la Sala soslayó lo indicado por el Tribunal Colegiado y no


consideró el contenido de los dictámenes en materia de ortopedia
ofrecidos por los codemandados y el rendido por el perito tercero en
discordia, lo cual demuestra la falta de congruencia en la sentencia
reclamada.

90. Además, el instituto señala que la Sala no valoró las afirmaciones del
doctor ********** respecto a que es necesario que la actora sea
sometida a otra cirugía de reconstrucción de la cadera contralateral.

91. Igualmente, sostiene que los dictámenes médicos debían ser


adminiculados con el expediente clínico **********, el “Manual de guías

35
AMPARO DIRECTO 42/2012

clínicas servicio de reconstrucción articular de cadera y rodilla”, y el


“Procedimiento para la selección del tratamiento adecuado” y la carta
de consentimiento.

92. En el sexto concepto de violación, el instituto afirma que la actora no


objetó en ningún momento la carta de consentimiento bajo
información, la cual fue firmada por ella misma y por su madre, la
señora **********, sin que se hayan ofrecido pruebas en contra de
dicho documento mediante las cuales se expresara su inconformidad.

93. En ese sentido, se afirma que la Sala equivocadamente señaló que la


carta de consentimiento no reunía los requisitos legales necesarios,
por lo que la desconoció bajo el argumento de que no consintió el
riesgo específico, pues resulta ilógico que en la carta se detalle
pormenorizadamente los beneficios y todas las eventualidades
esperadas porque dichas cartas terminarían por convertirse en
manuales. Además, afirma que no está demostrado que la paciente
desconociera los riesgos de la operación y no se debía perder de vista
que la carta de consentimiento forma parte de un todo, mas no es el
todo mismo.

94. Finalmente, señala que la paciente afirmó que conocía los beneficios
de la cirugía por lo que existe la presunción de que se le explicaron los
riesgos como consta en la carta de consentimiento que firmó.

95. En el séptimo concepto de violación, el instituto afirma que la Sala


responsable se equivocó al declarar fundada la acción por daño moral
con base en la consideración de que la actora no consintió correr el
riesgo transoperatorio, pues no valoró que se trata de un tratamiento
médico quirúrgico incompleto debido a que la actora decidió
abandonar el tratamiento unilateralmente lo cual fue debidamente
probado por los codemandados.

36
AMPARO DIRECTO 42/2012

96. En ese sentido, señala que el daño total y permanente es inexistente


pues si bien existió la lesión del nervio ciático, ésta se encuentra
comprendida en las posibles secuelas de la intervención quirúrgica a
la que fue sometida la actora y que era de carácter parcial, temporal y
reversible por lo que seguramente ya habría sido superada la
discapacidad si la actora no hubiera abandonado el tratamiento.

97. De tal forma, asevera que resulta inadmisible que la Sala justifique el
abandono del tratamiento por considerar que la actora perdió la
confianza en el tratamiento, en el hospital y en los médicos porque
supuestamente no notaba mejoría. Asimismo, alega que sin sustento
médico ni legal se determinó la existencia de un daño parcial definitivo
e irreversible a pesar de que el tratamiento no se encuentra concluido.

98. El instituto alega, en el octavo concepto de violación, que la Sala


responsable de manera inexacta condenó a los demandados debido a
una supuesta improvisación al practicarse el acto quirúrgico debido a
que la cirugía no fue realizada por el médico que la sugirió. Además,
sostiene que la Sala convalidó afirmaciones que la actora no acreditó y
que los codemandados demostraron que los médicos involucrados
eran médicos tratantes y ambos se encuentran debidamente
calificados y certificados para practicar la cirugía. Lo anterior, señala
que quedó demostrado con la Nota de revisión, la Nota de
hospitalización, la Nota firmada por **********, la “Solicitud, autorización
y registro de intervención quirúrgica”.

99. En el noveno concepto de violación, el quejoso afirma que la Sala


abordó el estudio de las pruebas periciales de manera incompleta
pues el dictamen médico ofrecido por la actora fue objetado por todos
los codemandados por diversas deficiencias técnicas las cuales
provocan que dicha opinión carezca de valor. Sin embargo, la
autoridad responsable le concedió valor probatorio lo cual significó que

37
AMPARO DIRECTO 42/2012

desacatara la ejecutoria del Octavo Tribunal Colegiado en Materia


Civil.

100. Además, el instituto quejoso expone que los dictámenes ofrecidos por
los codemandados y el rendido por el perito tercero en discordia eran
coincidentes en que se trataba de una lesión parcial. Asimismo, señala
que la Sala no valoró la ampliación efectuada por el perito tercero en
discordia.

101. Por otra parte, el instituto afirma que la actora no acreditó sus
imputaciones pues demostró con las pruebas idóneas que se estaba
ante un caso fortuito, por lo que no era imputable directamente a la
institución.

102. El instituto afirma en el décimo concepto de violación que la Sala


responsable asumió plena jurisdicción de manera confusa e
incompleta, pues no especificó en concreto la magnitud de las
limitaciones físicas de la actora ni por qué consideró que éstas habían
empeorado su situación. En tal sentido, sostiene que en el análisis de
la nota de evolución señaló equivocadamente que, pese haber
mostrado una mejoría, se le produjo una lesión en el nervio ciático, lo
cual —a decir del instituto— es contradictorio con el sentido original de
los dictámenes médicos.

103. Igualmente, asevera que la Sala presumió que existió impericia en el


manejo de la paciente de forma ilógica e incongruente sin considerar
el contenido de los dictámenes médicos y sin valorar la literatura
médica aportada, pues en realidad se trató de un caso fortuito cuya
naturaleza no se relaciona con la falta de previsión, negligencia o
impericia y mucho menos con la culpa grave como oficiosamente
suplió la autoridad responsable. Por tanto, afirma que la
responsabilidad civil no se presume sino que debe ser plenamente
probada.

38
AMPARO DIRECTO 42/2012

104. Por otro lado, asegura que se encuentra fuera de discusión que la
lesión del nervio ciático se produjo en el transcurso de la intervención
quirúrgica pero la Sala responsable desconoce diversos hechos
objetivos mediante los cuales se demostró que la paciente tenía
predisposición para sufrir dicha lesión, pues contaba con una
incapacidad motriz parcial preexistente y que el daño provocado no
era definitivo ni irreversible. Además, resalta el hecho de que el estado
de la lesión se presenta debido a que la paciente abandonó
injustificadamente el tratamiento integral prescrito por el instituto.

105. En el mismo orden de ideas, el quejoso señala que el estudio


realizado por la Sala responsable respecto la responsabilidad civil
objetiva y subjetiva fue ilegal ya que si bien existió el daño, no se
actualizó ninguna de las hipótesis previstas en los artículos 1910, 1913
y 1916 del Código Civil para el Distrito Federal para condenar por
daño moral, pues la lesión es de carácter transitorio y su permanencia
deriva de la negligencia inexcusable de la paciente por abandonar el
tratamiento. De tal modo, alega que de ninguna manera quedaron
justificados los elementos constitutivos de la acción de responsabilidad
civil objetiva, al no existir nexo causal, y por tanto resultaba ilegal la
condena por daño moral.

106. El instituto señala que la sentencia es contradictoria debido a que, por


un lado, justifica el hecho de que la actora haya abandonado el
tratamiento de rehabilitación por la supuesta falta de confianza de la
paciente y, por otro, condena a seguir prestándole el servicio médico a
la actora, pese a que no existió ningún agravio hecho valer en ese
sentido.

107. Por otra parte, se afirma que la autoridad responsable fundamentó su


sentencia en presunciones aisladas, pues señaló que la hoja de
consentimiento informado era un documento de adhesión sin
considerar que el artículo 83 del Reglamento de la Ley General de

39
AMPARO DIRECTO 42/2012

Salud en Materia de Prestación de Servicios de Atención Médica prevé


el uso de estos formatos. De tal forma, se aduce que la sentencia
carece de fundamentación y motivación, además de no haber seguido
las directrices de la ejecutoria emitida por el Octavo Tribunal Colegiado
en Materia Civil.

108. En otro orden de ideas, el instituto sostiene que los magistrados de la


Sala responsable incurrieron en un grave defecto en la valoración de
la prueba pericial, ya que no expusieron los motivos por los cuales
influyó más el dictamen ofrecido por la actora, aun cuando éste no fue
rendido por un especialista en ortopedia, pero sobre todo por el hecho
de no cumplir con lo ordenado por el Tribunal Colegiado en el sentido
de que sólo debía considerar los dictámenes médicos de los
especialistas en ortopedia. Por tanto, afirma que resulta ilegal la
condena por reparación del daño moral, pues no existió hecho ilícito
alguno y solicita que se valoren en su conjunto los dictámenes
médicos rendidos por los especialistas en ortopedia.

109. En el décimo primer concepto de violación, el instituto asegura que


la actora no acreditó los daños a su desempeño profesional, a sus
sentimientos y a su imagen derivados de la falta de información
atribuida a los médicos, pues como consta en el expediente ofreció
diversas pruebas que comprueban que ella se desempeñaba en
actividades administrativas por lo que la supuesta gravedad de no
haber sido informada acerca de los riesgos resulta legalmente
inexistente.

110. Por otra parte, en el décimo segundo concepto de violación se


alega que la autoridad responsable de manera superficial, incompleta
y parcial calificó como infundadas las excepciones y defensas hechas
valer al declarar como fundada la procedencia de la vía ordinaria civil
y, en particular, la condena a pagar la cantidad resultante de la
cuantificación que se realice en ejecución de sentencia por el daño

40
AMPARO DIRECTO 42/2012

físico causado, así como los intereses legales correspondientes,


puesto que el daño físico permanente —a su parecer— se demostró
que era inexistente durante el juicio.

111. Asimismo, el quejoso refiere que el acto reclamado no precisa a partir


de qué momento se generarían los intereses mencionados, por lo que
no resulta claro si sería desde el momento en que se realizó la
operación o desde que se presentó la demanda. Igualmente, señala
que la responsable no determinó las bases socioeconómicas sobre las
cuales se realizará dicha cuantificación.

112. Por otra parte, se afirma que la autoridad responsable subsanó


oficiosamente las deficiencias de la demanda y del recurso de
apelación, puesto que la actora nunca expresó agravios mediante los
cuales impugnara el hecho de que no se había sentenciado al pago de
los intereses legales.

113. Al margen de lo anterior, el Instituto hace referencia a diversas


conductas procesales “agresivas” por parte del mandatario judicial de
la actora hacia el personal que conoció del juicio, por lo que solicita
que se valoren correctamente los elementos de convicción.

114. En el décimo tercer concepto de violación, el quejoso apunta que la


Sala responsable violó los artículos 14 y 16 constitucionales, puesto
que analizó de manera aislada los alcances jurídicos de la carta de
consentimiento bajo información que firmó la paciente el cinco de junio
de dos mil siete, ya que no se resolvió la controversia de orden civil
sujeta a su consideración.

115. Por otra parte, en el décimo cuarto concepto de violación, el


Instituto alega que la Sala responsable determinó condenarlo al pago
de una indemnización por daño moral y por daño físico, así como a
continuar brindado atención médica a la demandante, con base en una

41
AMPARO DIRECTO 42/2012

inexacta consideración acerca de que los codemandados no


acreditaron sus excepciones y defensas.

116. En el décimo quinto concepto de violación, el quejoso afirma que la


Sala responsable debió analizar de manera pormenorizada la pericial
médica en ortopedia para corroborar que no existió negligencia,
impericia, imprudencia ni culpa. Sin embargo, afirma que la Sala hizo
una valoración defectuosa del material probatorio al atribuir la culpa
grave a los codemandados sin especificar concretamente las
precauciones que debieron tomar al momento de realizar la cirugía.

117. El instituto alega en el décimo sexto concepto de violación que la


Sala responsable no debió atribuir la culpa grave como causante del
daño corporal y del daño moral, ya que los dictámenes médicos sí
establecían las causas inevitables de la lesión del nervio ciático, por lo
que, al no comprobarse el hecho ilícito, no resultaba procedente la
condena realizada a los codemandados.

118. Finalmente, en el décimo séptimo concepto de violación, el quejoso


apunta que por tratarse de un caso de responsabilidad patrimonial del
Estado se debió iniciar la reclamación correspondiente ante el Tribunal
Federal de Justicia Fiscal y Administrativa, por lo que el Tribunal
Superior de Justicia del Distrito Federal no debió conocer del asunto.

119. Fijación de litis: Debido a la pluralidad y dispersión de temas que


plantea la institución quejosa en sus diversos conceptos de violación,
esta Primera Sala procede a agruparlos de la siguiente manera 24.

 Conceptos de violación 1°, 3°, 5°, 8°, 10° y 16°: incorrecta


acreditación de los elementos que componen la existencia de
responsabilidad subjetiva por daño corporal, específicamente el
relativo a la realización de un hecho ilícito; indebido análisis del

24
Algunos conceptos se repiten en diversos apartados debido a que en ellos se formulan
afirmaciones que pueden tener impacto en los diferentes temas que se plantean.

42
AMPARO DIRECTO 42/2012

material probatorio existente en el sumario, en especial de los


dictámenes médicos en materia de ortopedia.

 Conceptos de violación 3°, 5°, 7°, 9° y 10°: inexacta


calificación de que la lesión del nervio ciático de la actora le
generó una “incapacidad parcial permanente”; indebida
valoración de los dictámenes médicos en materia de ortopedia.

 Conceptos de violación 3°, 6° y 13: valoración incorrecta de la


carta de consentimiento informado de fecha cinco de junio de
dos mil siete suscrita por la paciente, su madre y una
dependiente del instituto del área de admisión hospitalaria.

 Conceptos de violación 1°, 3°, 6° y 13°: valoración insuficiente


del resto del material probatorio para acreditar el daño moral, en
específico de la lista de asistencia a la sesión del “Programa de
inducción para pacientes candidatos a cirugía de remplazo
articular en rodilla o cadera” del veintiocho de marzo de dos mil
siete; la confesión de la actora de que acudió con su madre a
dicha sesión y de las demás constancias del expediente clínico
en las cuales consta que la paciente asistió a la plática grupal de
sensibilización.

 Concepto de violación 1°: falta de valoración de la “Solicitud,


autorización y registro de intervención quirúrgica” firmada por la
paciente y el doctor ********** con la cual se acredita que se
cumplió con los requisitos del Reglamento de la Ley General de
Salud en Materia de Prestación de Servicios de Atención Médica
y de la Norma Oficial Mexicana 168-SSA-1998, Del expediente
clínico.

 Concepto de violación 11°: incorrecta apreciación de las


consecuencias que tiene la lesión en las funciones que la actora
desempeñaba laboralmente.

43
AMPARO DIRECTO 42/2012

 Concepto de violación 14°: incongruencia respecto a la


condena en contra del Instituto a la prestación de tratamiento de
rehabilitación.

 Conceptos de violación 2° y 4°: indebida suplencia de la


deficiencia de la queja en favor de la actora respecto a la
acreditación del daño moral.

 Concepto de violación 17°: planteamiento de que la vía civil era


incorrecta.

 Concepto de violación 1º: falta de congruencia y exhaustividad


pues no se observaron los efectos por los cuales se concedió el
amparo.

120. De esta forma, esta Primera Sala responderá a los planteamientos del
instituto quejoso dividiendo el estudio en los siguientes temas:

 TEMA 1. CUESTIONES QUE HAN QUEDADO FIRMES E


INOPERANCIA DE CONCEPTOS DE VIOLACIÓN. ¿Procede
analizar en el presente asunto si la vía civil es la idónea para
reclamar las prestaciones del juicio de origen y si la carta de
consentimiento informado cumple con la totalidad de los
requisitos prescritos en la NOM-168-SSA1-1998, Del expediente
clínico? ¿Los argumentos de la parte quejosa dirigidos a
combatir el cumplimiento que la Sala responsable dio a la
ejecutoria pronunciada en el amparo directo ********** son
susceptibles de análisis en el presente juicio constitucional?

 TEMA 2. RESPONSABILIDAD CIVIL POR DAÑO MATERIAL.


¿Fue correcta la determinación de la sentencia reclamada en
torno a que el acervo probatorio del juicio natural acreditó la
procedencia de la acción de responsabilidad civil por daño
corporal? ¿La Sala responsable estuvo en lo correcto al
considerar que la lesión en el nervio ciático de la parte actora del
juicio natural es parcial permanente?

 TEMA 3. RESPONSABILIDAD CIVIL POR DAÑO MORAL.


¿Cuál es el marco normativo —vigente al momento de los
hechos— y el alcance del consentimiento informado en la
atención médica? ¿Asiste la razón al instituto quejoso al

44
AMPARO DIRECTO 42/2012

sostener que fue deficiente la valoración que hizo la Sala


responsable del resto del material probatorio para determinar la
existencia de daño moral?

TEMA 1. CUESTIONES QUE HAN QUEDADO FIRMES E


INOPERANCIA DE CONCEPTOS DE VIOLACIÓN.

121. Primera cuestión: ¿Procede analizar en el presente asunto si la


vía civil es la idónea para reclamar las prestaciones del juicio de
origen y si la carta de consentimiento informado cumple con la
totalidad de los requisitos prescritos en la NOM-168-SSA1-1998,
Del expediente clínico?

122. La parte quejosa afirma, en el décimo séptimo concepto de


violación, que por tratarse de un caso de responsabilidad patrimonial
del Estado se debió iniciar la reclamación correspondiente en la vía
administrativa y no en la civil, por lo que la Sala responsable del
Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal no debió conocer del
asunto.

123. Dicho planteamiento es inoperante pues tal y como se ha relatado en


el apartado de antecedentes de esta sentencia, el Octavo Tribunal
Colegiado en Materia Civil del Primer Circuito, al resolver el amparo en
revisión **********, determinó que la vía civil es la procedente para
reclamar las prestaciones del juicio de origen. De ahí que, al
margen de la validez intrínseca de la decisión emitida por el órgano de
amparo, existe cosa juzgada en relación con ese tema y, por ende, en
el presente asunto no puede abordarse dicho tópico. 25

124. De igual forma, son inoperantes los conceptos de violación tercero,


sexto y décimo tercero en la parte que controvierten el
pronunciamiento de la Sala responsable en torno a que la carta de
consentimiento informado que suscribió la paciente (tercero interesada

25
Circunstancia que se aprecia en el acuerdo visible en las páginas 226 y 227 del tomo I del
expediente relativo al juicio de origen.

45
AMPARO DIRECTO 42/2012

en el presente asunto) no revestía los requisitos de la NOM-168-


SSA1-1998, Del expediente clínico.

125. Ello es así, porque dicha problemática ya fue analizada y desestimada


en el juicio de amparo directo ********** del índice del Octavo Tribunal
Colegiado en Materia Civil del Primer Circuito, promovido por el propio
instituto y reiterada en los diversos amparos directos ********** y
**********, promovidos, respectivamente, por ********** y **********,
también demandados junto con el instituto en el juicio de origen. 26

126. En efecto, debe recordarse que la sentencia reclamada fue emitida en


cumplimiento de las ejecutorias pronunciadas por el Octavo Tribunal
Colegiado en Materia Civil del Primer Circuito, en los juicios de amparo
directo antes citados, fallados el veintidós de septiembre de dos mil
once. De las consideraciones expuestas en dichas resoluciones,
mismas que ya fueron reseñadas en el primer apartado de esta
sentencia, se advierte que quedaron firmes los aspectos relativos a
que:

 Las prestaciones reclamadas por la paciente en el juicio de


primera instancia —pago de daño moral y pago de daño
corporal— se debían acreditar con medios de prueba distintos.

 La prueba idónea para determinar si hubo negligencia por falta


de pericia o culpa por parte de los demandados, cuando se
reclama la responsabilidad civil por daño corporal, es la pericial
en materia de medicina en la especialidad de ortopedia.

 La carta de consentimiento informado sólo puede vincularse con


la pretensión de daño moral.

 La carta de consentimiento bajo información de fecha cinco de


junio de dos mil siete suscrita por la paciente, su madre y una
26
Las ejecutorias de amparo se encuentran agregadas en las páginas 532 a 1143 del expediente
relativo al toca de apelación **********.

46
AMPARO DIRECTO 42/2012

dependiente del instituto del área de admisión hospitalaria no


reunía todos los requisitos establecidos en la NOM-168-SSA1-
1998, Del expediente clínico, específicamente los contenidos en
los puntos 10.1.1.1.5 y 10.1.1.1.6, al no constar de forma clara
cuál fue el procedimiento quirúrgico autorizado, los riesgos y
beneficios esperados del acto médico.

 La reclamación por daño moral podría tener dos fuentes: una


como consecuencia de la pretensión de la acción de
responsabilidad civil subjetiva, donde se demandó el daño
corporal, y la otra, como resultado de la falta de consentimiento
informado a la paciente actora.

127. Como se observa, el Tribunal Colegiado de referencia determinó, entre


otras cuestiones, que la carta de consentimiento bajo información
suscrita por ********** no reunía todos los requisitos establecidos en la
NOM-168-SSA1-1998, Del expediente clínico, específicamente los
contenidos en los puntos 10.1.1.1.5 y 10.1.1.1.6, al no constar de
forma clara cuál fue el procedimiento quirúrgico autorizado, los riesgos
y beneficios esperados del acto médico, pues en dicho documento se
expresaron generalidades de actos tan abstractos, que pueden
resultar aplicables a procedimientos quirúrgicos diversos.

128. De este modo, si la parte quejosa pretende controvertir la


consideración de la Sala responsable en el sentido de que la carta de
consentimiento informado no revestía los requisitos de la mencionada
norma oficial mexicana, es claro que ello no puede ser analizado en el
presente asunto al haber sido materia de un diverso juicio
constitucional y, por lo mismo, tratarse de cosa juzgada en ese
aspecto. De ahí la inoperancia de los conceptos de violación en la
parte que se analizan.

47
AMPARO DIRECTO 42/2012

129. Segunda cuestión: ¿Los argumentos de la parte quejosa dirigidos


a combatir el cumplimiento que la Sala responsable dio a la
ejecutoria pronunciada en el amparo directo ********** son
susceptibles de análisis en el presente juicio constitucional?

130. La parte quejosa afirma, en la primera parte del primer concepto de


violación, que la Sala responsable dejó de observar los efectos por
los cuales había sido otorgado el amparo, pues de nueva cuenta dictó
una sentencia carente de congruencia y exhaustividad.

131. Dicho concepto de violación es inoperante, en virtud de que el


cumplimiento de los efectos determinados en una ejecutoria de
amparo, es materia de un diverso medio de impugnación. Ello en
virtud de que la Ley de Amparo contempla recursos que tienen como
objeto el verificar el exacto cumplimiento, sin excesos ni defectos, de
las ejecutorias en las que se otorga la protección constitucional.
132. Por tanto, esta Primera Sala determina que los argumentos dirigidos a
combatir el cumplimiento que la Sala responsable dio a la ejecutoria
pronunciada en el amparo directo **********, no son susceptibles de ser
analizados en el presente juicio constitucional.

TEMA 2. RESPONSABILIDAD CIVIL POR DAÑO MATERIAL.

133. Primera cuestión: ¿Fue correcta la determinación de la sentencia


reclamada en torno que el acervo probatorio del juicio natural
acreditó la procedencia de la acción de responsabilidad civil por
daño corporal?

134. En los conceptos de violación primero, tercero, quinto, décimo y


decimosexto, se hace valer, entre otras cuestiones, que la autoridad
responsable transgredió los derechos de seguridad jurídica y
legalidad, en virtud de que no fueron acreditados los requisitos que
dan lugar a considerar la existencia de responsabilidad subjetiva por
daño corporal, específicamente, el relativo a la realización de un hecho
ilícito que produzca el daño. De igual forma, la parte quejosa atribuye

48
AMPARO DIRECTO 42/2012

a la responsable un indebido análisis del material probatorio existente


en el juicio de origen, en especial, de los dictámenes médicos en
materia de ortopedia.

135. Son infundados los conceptos de violación referidos, en la parte que


se analizan, por las siguientes consideraciones:

136. Tal como fue precisado, existe cosa juzgada en lo concerniente a que
la vía civil es la procedente para reclamar las prestaciones del juicio
natural, esto lleva a afirmar que la acción intentada no puede
analizarse a partir de la responsabilidad objetiva del Estado, a pesar
de que haya sido demandado el Instituto Nacional de Rehabilitación
por la actividad irregular de algunos de sus servidores o dependientes.
De ahí que, tal como lo advirtió la Sala responsable, las pretensiones
del juicio natural deben ser analizadas a partir de disposiciones
diferentes a las invocadas por la actora, lo que en modo alguno
implicaba que alguna de las partes haya quedado en estado de
indefensión, pues en todo momento del proceso dichas partes
actuaron conforme a las reglas de la vía civil. En ese tenor, el análisis
del presente caso se efectuara a partir de la responsabilidad civil
médico-sanitaria.

137. Al respecto, esta Primera Sala ha sustentado que la responsabilidad


civil es una fuente de obligaciones que conlleva la de indemnizar por
los daños y perjuicios causados por un incumplimiento a las
obligaciones asumidas (fuente contractual) o por virtud de un hecho
ilícito o riesgo creado (fuente extracontractual); de ahí que, de ser
posible, la reparación del daño debe consistir en el restablecimiento de
la situación anterior a él, y cuando ello sea imposible, en el pago de
daños y perjuicios.

138. Ahora bien, la responsabilidad civil extracontractual puede ser de


naturaleza: 1) objetiva, derivada del uso de objetos peligrosos que
crean un estado de riesgo para los demás, independientemente de

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AMPARO DIRECTO 42/2012

que la conducta del agente no haya sido culposa, y de que no haya


obrado ilícitamente, la cual se apoya en un elemento ajeno a la
conducta; o 2) subjetiva, aquella que deriva de la comisión de un
hecho ilícito que, para su configuración requiere de una conducta
antijurídica, culposa y dañosa27.
139. En el presente asunto, nos interesa la responsabilidad civil
extracontractual de carácter subjetiva. Al respecto, el artículo 1910
del Código Civil para el Distrito Federal, mismo que se encuentra
dentro del Capítulo V denominado “De las obligaciones que nacen de
los actos ilícitos”, establece lo siguiente:

Artículo 1,910. El que obrando ilícitamente o contra las buenas


costumbres cause daño a otro, está obligado a repararlo, a menos
que demuestre que el daño se produjo como consecuencia de culpa o
negligencia inexcusable de la víctima.

140. Del precepto transcrito se sigue que para actualizar la responsabilidad


civil por daño corporal se requiere de la comisión de un hecho ilícito,
mismo que se integra por tres elementos indispensables, a saber: una
conducta antijurídica, el daño y la culpa28.

27
En ese sentido véase la tesis aislada 1a. LII/2014 (10a.), de rubro y texto siguientes:
“RESPONSABILIDAD CIVIL. SU CONCEPTO Y CLASIFICACIÓN. La responsabilidad civil
conlleva la obligación de indemnizar por los daños y perjuicios causados por un incumplimiento a
las obligaciones asumidas (fuente contractual) o por virtud de un hecho ilícito o riesgo creado
(fuente extracontractual); de ahí que, de ser posible, la reparación del daño debe consistir en el
establecimiento de la situación anterior a él, y cuando ello sea imposible, en el pago de daños y
perjuicios. Ahora bien, la responsabilidad civil extracontractual puede ser de naturaleza: 1)
objetiva, derivada del uso de objetos peligrosos que crean un estado de riesgo para los demás,
independientemente de que la conducta del agente no haya sido culposa, y de que no haya
obrado ilícitamente, la cual se apoya en un elemento ajeno a la conducta; o 2) subjetiva, la cual
deriva de la comisión de un hecho ilícito que, para su configuración requiere de una conducta
antijurídica, culposa y dañosa. Amparo directo 16/2012. 11 de julio de 2012. Cinco votos de los
Ministros Jorge Mario Pardo Rebolledo, José Ramón Cossío Díaz, Guillermo I. Ortiz Mayagoitia,
Olga Sánchez Cordero de García Villegas y Arturo Zaldívar Lelo de Larrea; los Ministros José
Ramón Cossío Díaz, Olga Sánchez Cordero de García Villegas y Arturo Zaldívar Lelo de Larrea,
reservaron su derecho a formular voto concurrente. Ponente: Jorge Mario Pardo Rebolledo.
Secretaria: Rosa María Rojas Vértiz Contreras”. Consultable en la Décima Época del Semanario
Judicial de la Federación y su Gaceta, libro 3, febrero de 2014, tomo I, página 683, registro:
2005542.
28
Al respecto resulta ilustrativo el amparo directo 16/2012, resuelto por unanimidad de cinco votos
de esta Primera Sala, en sesión de once de julio de dos mil doce, bajo la Ponencia del Ministro
Jorge Mario Pardo Rebolledo.

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AMPARO DIRECTO 42/2012

141. Se entiende por una conducta antijurídica, aquella que es contraria a


Derecho, ya sea porque vulnere una disposición jurídica, o el deber
jurídico de respetar el derecho ajeno.

142. Asimismo, obra con culpa o falta quien causa un daño a otro sin
derecho.29 La culpa o falta se traduce en no conducirse como es
debido. Una conducta culposa, es aquélla proveniente de la
negligencia o falta de cuidado30.

143. A su vez, el daño es una pérdida o menoscabo. Dicho daño debe ser
cierto;31 es decir, que su existencia sea constatable desde un aspecto
cualitativo, aun cuando no pueda determinarse su cuantía con
exactitud y puede ser material o extrapatrimonial.

29
Borja Soriano, Manuel, “Teoría General de las Obligaciones”, Editorial Porrúa, Décima Segunda
Edición, 1991, p.347.
30
En ese sentido Chironi sostenía que “todo hecho que produce la violación de un deber…es un
hecho ilícito y el agente debe responder…cuando al elemento objetivo, que es el acto
injustamente cometido (non jure), va unido el subjetivo, eso es, el estado particular de su ánimo
con relación a una determinada injuria. El acto es, no solamente injusto, sino culposo. El concurso
del elemento subjetivo…da a la acción ilícita (lesión injuriosa, elemento objetivo del acto culposo)
el carácter de culposa (culpa en sentido lato: de intención o bien por negligencia). La ilicitud no
está sólo en el obrar, en el hacer, sino también en el no hacer (omisión); porque se viola el
derecho ajeno, tanto por quien debía hacer alguna cosa en virtud de él, como por quien, al efecto
de respetarlo, debía abstenerse de hacer algo”. Cfr. Chironi, “La culpa en el Derecho Civil
Moderno”, “Culpa Contractual”, Capítulo Primero. “De la culpa en general”, números 1 y 3, cit.
Borja Soriano, Manuel, “Teoría General de las Obligaciones”, Editorial Porrúa, Décima Segunda
Edición, 1991, pp. 347-348.
31
En ese sentido véase la tesis aislada 1a. CCXL/2014 (10a.), cuyo rubro y texto establecen:
“RESPONSABILIDAD SUBJETIVA. CARACTERÍSTICAS DEL DAÑO. Para que exista
responsabilidad, además de una conducta ilícita, es necesario que exista un daño. El daño debe
ser cierto; es decir, constatable su existencia desde un aspecto cualitativo, aun cuando no pueda
determinarse su cuantía con exactitud. Un daño puramente eventual o hipotético no es idóneo para
generar consecuencias resarcitorias. Amparo directo 30/2013. ********** y otra. 26 de febrero de
2014. Cinco votos de los Ministros Arturo Zaldívar Lelo de Larrea, José Ramón Cossío Díaz, quien
reservó su derecho para formular voto concurrente, Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena, Olga Sánchez
Cordero de García Villegas y Jorge Mario Pardo Rebolledo, quien reservó su derecho para formular
voto concurrente. Ponente: Arturo Zaldívar Lelo de Larrea. Secretaria: Ana María Ibarra Olguín.
Amparo directo 31/2013. **********. 26 de febrero de 2014. Mayoría de cuatro votos de los Ministros
Arturo Zaldívar Lelo de Larrea, José Ramón Cossío Díaz, Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena y Olga
Sánchez Cordero de García Villegas. Disidente: Jorge Mario Pardo Rebolledo, quien reservó su
derecho para formular voto particular. Ponente: Arturo Zaldívar Lelo de Larrea. Secretaria: Ana
María Ibarra Olguín”. Consultable en la Décima Época del Semanario Judicial de la Federación y
su Gaceta, libro 7, junio de 2014, tomo I, página 460, registro: 2006806.

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AMPARO DIRECTO 42/2012

144. Desde un punto de vista económico, el daño es la pérdida o


menoscabo que una persona sufre en su patrimonio, y el perjuicio es
la privación de la ganancia lícita a la que tenía derecho. 32

145. En conclusión, para que tenga lugar la responsabilidad civil subjetiva,


y por lo tanto, la obligación de reparar los daños y perjuicios
causados, por virtud de un hecho ilícito, necesita tratarse de una
conducta culpable, injusta o contraria a derecho, que cause un daño o
perjuicio a un tercero, siempre y cuando el daño no se haya producido
como consecuencia de la culpa o negligencia inexcusable de la
víctima.

146. De conformidad con lo anterior, la responsabilidad civil subjetiva se


excluye si el daño se causa por mero accidente, sin intención ni
imprudencia alguna, ejecutando un hecho ilícito con las debidas
precauciones, si se obra en cumplimiento de un deber legal o en el
ejercicio legítimo de un derecho, o si el daño se produjo por la culpa o
negligencia de la víctima33.

147. Tratándose de la responsabilidad médica esta Sala ha indicado, con


motivo de la contradicción de tesis 93/2011 34, que tanto la doctrina
especializada como diversos tribunales de otras latitudes se han
inclinado, cada vez más, en determinar que la responsabilidad médico-
sanitaria es de carácter subjetivo, esto es, que es necesario probar el
elemento de culpa o el actuar negligente del profesionista para que
exista el deber de indemnización.

32
Tal y como lo informan los artículos 2108 y 2109 del Código Civil para el Distrito Federal, que a la
letra establecen:
“Artículo 2,108. Se entiende por daño la pérdida o menoscabo sufrido en el patrimonio por la falta
de cumplimiento de una obligación.
Artículo 2,109. Se reputa perjuicio la privación de cualquiera ganancia lícita, que debiera haberse
obtenido con el cumplimiento de la obligación”.
33
Ibídem. Borja Soriano, p. 349.
34
Resuelta por unanimidad de cinco votos en sesión de veintiséis de octubre de dos mil once, bajo
la Ponencia del Ministro Arturo Zaldívar Lelo de Larrea.

52
AMPARO DIRECTO 42/2012

148. Asimismo, se ha razonado que la obligación de los profesionistas


médicos es de medios no de resultados, argumentando que la
obligación del médico no es obtener, en todo caso, la recuperación del
enfermo (curarlo), sino hacer todo lo que esté a su alcance para la
consecución de dicho objetivo según las exigencias de la lex artis
adhoc35.
149. En efecto, el ejercicio de la ciencia médica trae aparejados ciertos
riesgos que no siempre pueden evitarse, por lo que para
responsabilizar al personal médico-sanitario por los daños
ocasionados en los procedimientos a su cargo, debe probarse un
actuar negligente. En tal sentido, su responsabilidad es de índole
subjetivo, cuyos elementos son: el hecho ilícito, integrado por la
conducta antijurídica, el daño, la culpa, y el nexo causal entre
dicho daño y culpa.

150. Se justifica, asimismo, la exigencia del elemento subjetivo (culpa), ya


que “en la práctica de la medicina confluyen demasiados elementos
aleatorios como para que en su ámbito pueda llegar a fundamentarse
una responsabilidad objetiva que, en último término, supondría una
carga tan grande para los médicos y el resto del personal sanitario que
les llevaría a ejercer un tipo de medicina defensiva que terminaría
perjudicando al paciente en último término” 36.

151. En el caso, la Sala responsable tuvo por acreditada la responsabilidad


civil subjetiva por el daño corporal cometido en detrimento de **********
por parte del instituto quejoso y sus codemandados en el juicio
natural, al estimar actualizados los tres requisitos a que nos hemos
venido refiriendo.

35
“Se compadece perfectamente esta exigencia culpabilística con el hecho de que una nutrida
doctrina jurisprudencial insiste en que, como regla general, la obligación del médico se considera
una actividad, no de resultado, de modo que cumple con la misma siempre que lleve a cabo una
actuación médica profesional que sea normal en el ámbito concreto de la especialidad de que, en
cada caso, se trate”. BELLO JANEIRO, Domingo. “Cuestiones Actuales de Responsabilidad Civil”.
Madrid, 2009. p. 229.
36
Ibíd. p. 235.

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AMPARO DIRECTO 42/2012

152. Al respecto, conviene reiterar que la emisión de la sentencia


reclamada derivó del cumplimiento de las ejecutorias dictadas en los
juicios de amparo directo **********, ********** y **********, en las cuales
el Octavo Tribunal Colegiado en Materia Civil del Primer Circuito
determinó que la prueba idónea para acreditar la responsabilidad
subjetiva por daño corporal es la pericial médica en la especialidad de
ortopedia.

153. En ese sentido, la Sala responsable indicó que los elementos de la


responsabilidad civil subjetiva por daño corporal quedaron acreditados
con las pruebas periciales en materia de medicina, en la especialidad
de ortopedia, emitidas por los peritos de las partes actora y
codemandados, así como el del tercero en discordia, en los siguientes
términos:

En la especie, este cuerpo colegiado estima que los elementos


relativos al daño y la culpa de los codemandados, quedaron
justificados en términos del artículo 402 del Código de Procedimientos
Civiles para el Distrito Federal, con las pruebas periciales en materia
de medicina, en la especialidad de ortopedia, que las partes
denominaron de la siguiente manera:

La actora: prueba pericial médica, a cargo de la médico **********.

El instituto codemandado: pericial en materia de ortopedia y


subespecialidad en cadera y rodilla, a cargo del médico **********.

Los médicos codemandados, ofrecieron la: pericial médica de


especialidad en ortopedia, designando el doctor ********** al médico
**********, en tanto que el doctor ********** al médico **********.

De autos se desprende que dicha probanza fue desahogada con los


dictámenes de los peritos de las partes antes mencionadas y del
perito tercero en discordia, médico **********, en los siguientes
términos.
Perito de la actora

La doctora ********** dictaminó que la actora, previo a la operación del


trece de junio de dos mil siete, se sometió al procedimiento de
elongación de fémur derecho y trocanteroplastia, para igualar la
longitud de la extremidad izquierda.

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AMPARO DIRECTO 42/2012

Que previamente la paciente tenía secuelas de artritis séptica, que


son lesiones articulares debidas a la presencia de gérmenes en la
articulación, destruyendo los componentes osteoarticualares (hueso,
ligamento, cartílago), pudiendo producir deformación y endurecimiento
de la articulación.
Que el diagnóstico dado a la paciente actora, de artritis séptica con
pérdida de la articulación en ambas caderas, con que se manejó a la
actora, fue correcto; que el mismo se basó en estudios radiográficos
previos y posteriores a la cirugía de trece de junio de dos mil siete, así
como en documentos contenidos en su expediente clínico, pero
refiere que el mismo no ha sido completado.
Reconoce la perito que el procedimiento quirúrgico de reemplazo
articular total para cada una de las caderas representaba algún tipo
de riesgo, entre los que señaló: alergias o hipersensibilidad a los
componentes de la anestesia, sangrados por estrés, embolias al
momento de raspar el hueso, daño al nervio ciático, tromboflebitis,
luxaciones de la prótesis, choque, muerte.
Que la paciente decidió ser intervenida porque deseaba mejorar y fue
lo que se le planteó, ya que no obstante que el procedimiento era el
indicado, el doctor ********** no alineó la prominencia del hombro de la
prótesis en relación al calcar.
Admite la perito que el tratamiento de una artrosis de cadera
secundaria a artritis piógena, con cirugías previas, es una cirugía de
alto grado de dificultad técnica.
Que las medidas exactas del implante a usar para el reemplazo
articular debe determinarse en base a las dimensiones del acetábulo,
trocánteres y canal medular del fémur; que la actora requería una
prótesis pequeña, de diámetro reducido, por las alteraciones
anatómicas existentes consistentes en deformidad multiplanar de
fémur, lo que impedía la colocación de una prótesis convencional.
Refiere que se trata de una cirugía compleja que lleva de una a tres
horas; que la prótesis elegida era la adecuada en base al tamaño de
los huesos de la paciente, pero no se podía alinear bien porque pudo
producir deformación del canal femoral.
Reconoce la perito que la plexopatía lumbosacra postganglionar
sensitivo motora de tipo de la axonotmesis severa del 90% sin datos
de reineración (sic), afectan la sensibilidad y movimiento sin datos de
recuperación casi totalmente, lesión que sí se encuentra dentro de los
riesgos y que hacia el doce de junio de dos mil siete, la paciente
indicaba integridad neurológica por sensibilidad y reflejos presentes,
con mayor riesgo de lesión del ciático.
Que el plazo de recuperación para notar mejoría en una paciente
sometida a reemplazo articular de cadera, en los casos de
complejidad y antecedentes de salud como el de la actora, es
variable, hay casos que en una semana la paciente se encuentra
caminando y otros casos, en meses, pero tratándose de la actora,
afirma que las secuelas que presenta son definitivas.
Señala que previo a la cirugía la paciente no había daño al nervio
ciático, pero según referencia del expediente médico, de fecha siete
de agosto de dos mil siete, se menciona “la lesión del nervio ciático
por tracción, por lo que en su concepto debieron tomarse medidas de
protección por la experiencia en casos difíciles que tiene el
profesionista.

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AMPARO DIRECTO 42/2012

Que en la radiografía postoperatoria se advierte que la copa se


encuentra bien colocada, al igual que los dos tornillos, pero la
prominencia del hombro de la prótesis no se alinea con el calcar y de
alinearse, perforaría el canal medular; así, la prótesis de cadera no se
encuentra desplazada, pero no bien alineada.
La perito estima que la prominencia del hombro de la prótesis en la
superficie lateral del fémur no es consecuencia del descenso
trocantérico realizado en un procedimiento quirúrgico previo.
Refiere la perito que de cincuenta y un mil casos de octubre de dos
mil cinco a diciembre de dos mil seis, realizados por Bozic, se
encontraron como complicaciones: 23% inestabilidad de la cadera o
luxación, 20% pérdida mecánica del aparato, 15% infección y con un
índice más bajo las lesiones del nervio ciático.
Señala la experta que ********** presenta secuelas de lesión del nervio
ciático, sensitivas y motoras de miembro pélvico derecho, que le
impiden la deambulación autónoma, presenta discrepancia de longitud
a expensas del miembro pélvico derecho y cuadro de depresión
exógena mayor.
Dicho estado es producto de las secuelas de la lesión del nervio
ciático, ocasionado durante su artroplastia total de cadera derecha,
durante las tracciones o movilizaciones efectuadas.
Refiere que se le causó un daño permanente y parcial en el
movimiento de su pierna derecha que le impide marcha autónoma,
con alteración de la sensibilidad, causándole alteración en la longitud
de la pierna derecha, quedando más larga que la izquierda, por lo que
lejos de mejorar su calidad de vida, empeoró un problema existente,
dejando secuelas permanentes, ya que el daño al nervio ciático es
irreversible, lo que le impide trabajar en labores de arqueología de
campo.
Considera la perito que quienes atendieron a la actora actuaron con
imprudencia al no tener los elementos o condiciones necesarios para
llevar a cabo la cirugía con éxito, con imprevisión, actuando
temerariamente.
Que el nervio ciático de la actora presenta elongamiento provocado
por la tracción durante la cirugía de reemplazo total de cadera
derecha.
Que la férula es recomendable con posterioridad a la operación, pero
la que le fue indicada le produjo ulceraciones y escaras.
Concluye la perito que la actora presenta secuelas de lesión del
nervio ciático que le impiden deambular en forma independiente,
parcial y permanentemente, a partir de la cirugía, misma que estaba
indicada para mejorar la calidad de vida por problemas ortopédicos;
que el veintiocho de marzo de dos mil seis, como consecuencia de
tratamientos médicos previos, el miembro pélvico derecho medía un
centímetro más que el izquierdo, ya que originalmente medía cuarenta
y ocho milímetros menos que el izquierdo.
Que en base a los documentos médicos, la actora sufrió lesión a nivel
de plexo lumbar y lesión del nervio ciático por tracción, durante la
sustitución de cadera derecha cuando previo a la cirugía mostraba
integridad neurológica.

Perito del Instituto Nacional de Rehabilitación

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AMPARO DIRECTO 42/2012

El médico ********** coincidió en los antecedentes de la actora, en


cuanto a que previamente a la operación del trece de junio de dos mil
siete, se sometió a una trocanteroplastía, con descenso del trocantero
mayor y a un alargamiento del fémur, ambas del miembro pélvico
derecho.
Menciona que el tratamiento quirúrgico de una artrosis de cadera
secundaria a artritis piógena, con cirugias previas, es considerada una
cirugía de alto grado de dificultad técnica, distinta a los
procedimientos habituales, pues se trata de una cirugía mayor con un
alto índice de morbilidad vasculonerviosa e infecciosa.
Que en el caso específico no se podía colocar una prótesis
convencional, por las alteraciones de la arquitectura normal de la
cadera, aunado al alargamiento óseo, requiriendo efectuar
adaptaciones en el hueso para su adecuada colocación o seleccionar
un implante que se adapte lo más posible.
Que cuando se coloca una prótesis femoral complicada con una falsa
vía o una fractura, se requiere un tratamiento complejo y el resultado
suele ser muy pobre, dejando grandes secuelas, ocasionando
discapacidades severas.
Señala que en el caso de la actora está indicado el uso de una
prótesis pequeña, en base a sus alteraciones anatómicas,
consistentes en deformidad multiplanar del fémur y oclusión del canal
femoral, advirtiendo del resultado radiográfico que la paciente mejora
las deformidades anatómicas preexistentes.
Estima el perito que el resultado de la colocación de la prótesis no se
puede mejorar con otro implante, porque la prominencia del hombro
de la prótesis en la superficie lateral del fémur es consecuencia de
procedimientos quirúrgicos previos, aunque afirma que la prótesis se
adapta bien a las condiciones específicas del hueso.
Indica que el alargamiento de la extremidad derecha es producto de
varios factores.
Precisa que el riesgo de lesionar estructuras vásculo nerviosas en
cadera previamente operada durante la colocación de una prótesis
articular se elevan el 7.5% o más, en específico, del nervio ciático, por
lo que la única forma de evitar contracturas secundarias, es colocar
una férula de propileno la cual se moldea al paciente.
Que la desviación en valgo de la rodilla es una secuela secundaria al
alargamiento de la extremidad al disminuir el off set por necrosis y
falta de desarrollo de la cadera.
Respecto del cuestionario de la actora, el perito indica que no puede
decir cuál es el estado actual de la paciente, pero, de forma
contradictoria dice que el responsable directo de su estado físico
actual es el estreptococo pyogenes adquirido en la infancia,
ocasionando destrucción articular y limitación funcional, lo que motivó
que se efectuara un descenso de los músculos abductores (glúteos),
mediante una cirugía de recolocación de los mismos a una posición
más distal y anterior (trocanteroplastía).
Que para corregir la discrepancia en la longitud de las extremidades,
se efectuó un alargamiento óseos (sic), que puede dar una desviación
de la rodilla hacia adentro y mayor compromiso articular de cadera y
rodilla.
Que los médicos especialistas, a pesar de tomar todas las
precauciones, siempre existe el riesgo de lesión vásculo nerviosa,
aumentando en la actora por sus antecedentes.

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AMPARO DIRECTO 42/2012

Señala que la cirugía de reemplazo articular tuvo una complicación


vásculo nerviosa, que de no tener un manejo conjunto con medicina
física, no se obtendrá de nuevo una mejoría máxima.
Considera que en la cirugía de reemplazo se lesionó el ciático durante
las maniobras de reducción; que la prótesis escogida se adapta a la
curvatura medial del fémur, pero que ninguna prótesis podría cubrir el
hueso superior y lateral de fémur con descenso del trocánter mayor.
Refiere que existen riesgos quirúrgicos: descontrol de la presión
arterial, reacciones alérgicas, rechazo a transfusiones, fracturas,
lesiones vásculo nerviosas del ciático al colocar el implante, etcétera.
Indica el perito que la actora ya presentaba incapacidad severa previa
a la cirugía, que la invalidaba de forma definitiva para su trabajo; que
la lesión del nervio ciático derecho por elongación se inició en el
procedimiento de alargamiento del fémur derecho, pudiendo
reincorporarse a su ámbito laboral sometiéndose a medicina física de
rehabilitación por espacio mínimo de veinticuatro meses.
Que no requiere de apoyo de otras personas, encontrándose
prácticamente con las mismas limitaciones que antes de la cirugía de
reemplazo de cadera.
Al cuestionario de los médicos codemandados el perito dictaminó que
la artritis séptica de cadera derecha es una inflamación articular
causada por gérmenes formadores de pus, siendo correcto el
diagnóstico de secuelas de artritis séptica con pérdida de articulación
en ambas caderas realizado a la paciente actora.
Que asimismo el procedimiento quirúrgico aplicado de reemplazo
articular total para cada una de las caderas, fue correcto, siendo una
cirugía mayor con riesgos anestésicos y quirúrgicos.
Que el tratamiento de una artrosis de cadera secundaria a artritis
piógena, con múltiples cirugías previas, es considerada de alto grado
de dificultad técnica, siendo el reemplazo articular una cirugía mayor
con riesgos propios y en este caso de mayor complejidad, por lo que
el tiempo probable de cirugía es entre dos horas y media y cinco
horas.
Que para la determinación de un implante de cadera se consideran
las características radiográficas, todo lo cual, en su opinión, fue
debidamente considerado, por lo que el resultado de la cirugía es el
óptimo para la paciente, pues el implante se adapta a sus
requerimientos y el resultado se puede considerar como muy bueno,
sin que haya motivos para pensar que algún otro implante se
adaptaría mejor, máxime que de ninguna manera se podía colocar
una prótesis convencional.
Advierte el perito que ambas caderas tienen desgaste, pero que el
desgaste de la cadera derecha tiene más daño por las cirugías
efectuadas en el fémur, por lo que se inició con el manejo de ésta,
como se aprecia en los estudios radiográficos previos a la cirugía y las
notas del expediente clínico.
Que la lesión referida como plexopatía lumbosacra postglangionar
sensitivo motora del tipo de la axonotmesis severa del noventa por
ciento sin datos de reinervación, consiste en la lesión de las raíces
nerviosas fuera de la columna vertebral sin pérdida de la continuidad
del nervio, que afecta ese porcentaje de la función sin datos de
recuperación de este.

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AMPARO DIRECTO 42/2012

Que esa lesión se encuentra dentro de los riesgos secundarios en las


cirugías primarias de cadera y principalmente por cirugía de
alargamiento de fémur, en donde también se alarga el nervio ciático.
Que el tiempo aproximado de recuperación y notar mejoría relativa en
la paciente sometida a reemplazo articular total de cadera, tarda de
ocho a diez meses, estando aún pendiente la cirugía de la cadera
izquierda y que con una buena rehabilitación tarda hasta dos años.
Refiere el perito que la lesión del nervio ciático derecho no se debe a
una mala praxis, que el riesgo lo tomó la paciente, sin que la lesión
nerviosa fuera intencional por ser de los riesgos a que se somete la
paciente, siendo del cinco por ciento en caso de la primera cirugía,
siete por ciento en casos más complejos y en este caso particular
puede ser mayor, al incrementarse por factores precedentes, como el
alargamiento del femoral, que también ocasiona la desviación en
valgo de la rodilla.
Que la prótesis no se encuentra salida, el efecto es que
aparentemente se encuentra descubierta, pero lo importante es su
adaptación medial y que se recupere el centro de rotación de la
cadera, y que el rango de curvatura de la prótesis se adapta al rango
de curvatura del fémur, esperándose un alargamiento de la
extremidad, lo que es deseable al tenerse un acoramiento previo.
Que la paciente se encontraba informada de los riesgos propios de la
intervención, que las secuelas actuales deben tratarse con un manejo
por medicina física y uso de ortesis.
Así el perito dictamina que el procedimiento quirúrgico realizado a la
actora fue el adecuado a su padecimiento, que se efectuó con éxito al
poner la institución codemandada a disposición de los médicos los
insumos requeridos, contando dicha institución con certificación
hospitalaria; que la prótesis seleccionada que se colocó, se considera
la adecuada; que la lesión del nervio ciático es una complicación
inherente a ese procedimiento, incrementándose el riesgo al ser una
cadera multioperada; por lo que no hay motivos para pensar que
exista negligencia, impericia o imprudencia.
Este tribunal de alzada no confiere valor probatorio pleno al dictamen
que precede, toda vez que el perito refiere que la lesión del nervio
ciático era previa a la intervención quirúrgica del trece de junio de dos
mil siete, lo que no se encuentra establecido en el expediente clínico,
como lo mencionó la perito de la actora, ni fue reconocido por los
codemandados físicos.

Perito del codemandado **********

El Doctor **********, mediante escrito presentado el ocho de diciembre


de dos mil nueve (foja 537, tomo I) rindió su dictamen médico, en la
especialidad de ortopedia, en los términos que a continuación se
precisan.
En relación al cuestionario del doctor **********, señaló que la artritis
séptica de cadera derecha es una enfermedad provocada por un
agente infeccioso, que las aloja en la articulación deteriorada de por
vida.
Que el diagnóstico de secuelas de artritis séptica con pérdida de la
articulación en ambas caderas, es correcto; que una paciente se
manifestará con marcha en forma anormal, limitación a los arcos

59
AMPARO DIRECTO 42/2012

normales del movimiento y dolor al intentarlos, siendo este deterioro


progresivo.
Que el tratamiento aplicado a la actora, consistente en procedimiento
quirúrgico de reemplazo articular total para cada una de las caderas,
fue el correcto, existiendo mayores riesgos debido a los antecedentes
de múltiples cirugías en las caderas, pues los tejidos se encuentran
fibrosos, encontrándose entre esos riesgos: infección, fractura al
implantar la prótesis, daño a vasos o nervios, asimetría de longitud de
la extremidad.
Menciona el galeno que se requiere experiencia para efectuar un
reemplazo articular primario y más aún si se trata de un caso tan
complicado como el de la actora.
Refiere que el implante femoral de vástago corto es el ideal debido a
la deformidad en el fémur por osteotomía previa, que impide la
implantación de una prótesis convencional; precisa que el tiempo que
se lleva una cirugía compleja, es de no menos tres a cuatro horas.
Que la plexopatía lumbosacra postglangionar sensitivo motora de tipo
de la axonotmesis severa del noventa por ciento, sin datos de
reinernación, es una lesión de un nervio periférico, por fuera de la
columna vertebral, siendo reversible a largo plazo; que dicha lesión se
presenta en el cinco por ciento de los casos de cirugía primaria,
cuando se trata de casos complejos o de recambio de una prótesis, el
porcentaje se eleva y cada paciente debe saber la posibilidad de
estas complicaciones.
Que debido a los antecedentes de la paciente se incrementó la
posibilidad de la lesión del nervio ciático, por la presencia de tejido
cicratrizal en el área de la cadera (fibrosis), dejando poca movilidad
del nervio, así como dificultad para identificarlo.
Que el tiempo aproximado del proceso de recuperación, para notar
mejoría relativa, en el caso de la actora, es casi en forma inmediata
por la ausencia del dolor y la movilidad de la cadera, pero los
músculos que no se han movido en mucho tiempo se tienen que
rehabilitar.
Que la lesión del nervio ciático de la actora es un riesgo inherente a la
cirugía y no se debe a una mala praxis, dada la complejidad del caso.
Indica que no se encuentran defectos técnicos de colocación de la
prótesis, tomando en cuenta las deformidades por las cirugías
previas; que a simple vista pareciera que se encuentra salida la
prótesis, sin embargo, si se ve la altura de los dos trocánteres, se
podrá dar cuenta que es correcta.
Que la lesión del nervio ciático es parcial y puede ser reversible,
debiendo considerarse la incapacidad severa previa a la cirugía del
trece de junio de dos mil siete; que los médicos actuaron en forma
ética y con el único interés de mejorar las condiciones de salud de la
paciente, siendo la lesión del nervio una complicación no deseada,
pero presente cuando se efectúan este tipo de procedimientos, más
aún con las condiciones previas de la paciente, que en casos
primarios puede ser del tres por ciento, pero en casos complejos se
eleva hasta el siete por ciento.
Que el incremento de la longitud de la extremidad inferior derecha de
la actora es producto de múltiples factores y no sólo del resultado de
la colocación de la prótesis derecha.
Que la férula de polipropileno tibio-podálica es una de las ortesis (sic)
indicadas para el tratamiento de lesión del nervio ciático.

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AMPARO DIRECTO 42/2012

Señala que cualquier procedimiento invasivo no se encuentra exento


de presentar complicaciones, más aún cuando se trata de cirugía
mayor, como es el remplazo total de cadera, esto sin tomar en cuenta
los antecedentes donde las múltiples cirugías previas, con
antecedente de infección, destrucción de la anatomía normal de la
cadera, desplazamiento del trocánter mayor que da la impresión de
haberse colocado alto, así como la deformidad de la diáfisis del fémur,
provocada por un alargamiento óseo en la infancia, agregando a la
dificultad técnica de esta cirugía la gran cantidad de tejido fibroso que
seguramente aumentó el grado de dificultad, hacen presente que es
un caso complejo con posibilidad de presentar una lesión del nervio
ciático.
Respecto del cuestionario de la actora, manifestó desconocer su
estado actual por no haberla evaluado. Sin embargo, se pronunció
que el mismo es resultado de múltiples factores, iniciando por el
padecimiento infeccioso que presentó en la infancia en ambas
caderas, que provocó su destrucción, así como el resultado de
múltiples intervenciones quirúrgicas en la cadera derecha y la artrosis
secundaria.
Que de acuerdo a su expediente clínico, sabe que inició su patología
de cadera en forma bilateral, por presentar artritis séptica en las
caderas en la infancia temprana (infección grave de las articulaciones
de las caderas, que destruye y deforma severamente su anatomía
ósea), habiendo sido sometida a numerosos procedimientos
quirúrgicos previos al del trece de junio de dos mil siete que se le
practicó en el Instituto Nacional de Rehabilitación.
Que desde su primera evaluación se le indicó que requería
reconstrucción articular de ambas caderas, inicialmente de la cadera
derecha, habiendo sido intervenida en múltiples ocasiones previas a
su manejo en el instituto, siendo dichas intervenciones las siguientes:
1. Múltiples lavados quirúrgicos, que consisten en abrir la
articulación, retirar hueso y tejido blando necrosado (muerto y
desvitalizado).
2. Descenso trocantérico, que es una cirugía mayor que consiste
en cortar el trocánter mayor del fémur recolocarlo en una posición
más inferior al de su posición anatómica.
3. Alargamiento femoral, que consiste en realizar un corte en el
hueso del fémur y con elemento de fijación externa, se provoca
separación progresiva del sitio del corte, logrando incrementar la
longitud del fémur.
Que en el caso de la actora, analizando los estudios radiográficos, se
incrementó la longitud total del hueso del fémur, lo que provocó
deformidades en su diáfisis en múltiples planos, así como obliteración
completa del canal femoral, por debajo del trocánter menor y
desviación de la rodilla.
Que se efectuaron otros procedimientos quirúrgicos para el retiro de
los implantes que se colocaron en estas cirugías, lo que deja una gran
cantidad de tejido fibroso o de cicatriz en la zona de cadera y muslo,
desde la piel hasta el hueso.
Que quienes han atendido a la actora, no tienen responsabilidad
alguna en las secuelas que presenta, pues los tratamientos que le
efectuaron han sido científicamente probados, siendo correctamente
indicados y realizados.

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AMPARO DIRECTO 42/2012

La atención médica proporcionada a la paciente es científicamente


correcta y adecuada en cuanto a la prótesis total de cadera derecha,
dada sus secuelas previas al trece de junio de dos mil siete siendo el
procedimiento técnicamente complejo, presentando una
complicación no deseada e impredecible pero en ningún caso
imputable a la técnica o indicación quirúrgica aplicada por el
cirujano.
Que quienes atendieron médicamente a la actora antes y después de
su operación del trece de junio de dos mil siete, no incurrieron en
negligencia, impericia o imprudencia; que fue tratada mediante un
procedimiento adecuado, realizado por un cirujano con amplia
experiencia en cirugía compleja de cadera, quien ha realizado más de
quinientos reemplazos de cadera, con una adecuada evaluación
preoperatoria, presentándose una complicación no deseada e
imprevisible y ampliamente descrita en la literatura médica.
Describe el perito el procedimiento habitual para poner una prótesis
de cadera, aclarando que en el caso de la actora el procedimiento no
se consideró convencional por las secuelas de la gran cantidad de
procedimientos quirúrgicos previos, por lo que no se puede comparar
con una intervención quirúrgica de rutina.
Que la prótesis femoral de cadera derecha injertada está adaptada
perfectamente a la anatomía endostica del fémur, observándose la
parte lateral del vástago prominente, lo que se explica por las
secuelas de los procedimientos quirúrgicos anteriores.
Las prótesis de fémur (vástago), en diámetro y longitud, no pueden
forzarse a ser introducidas en el fémur, porque se provocaría una
fractura inmediata; en el caso de la actora la prótesis se observa en
adecuada posición, sin fractura de hueso, siendo su tamaño
adecuado.
Que entre los riesgos de una prótesis total de cadera se encuentra la
lesión neurológica del nervio femoral o del ciático mayor,
incrementándose al haber cirugías previas, consistiendo el daño, que
puede variar, en comprensión, elongación, hasta ruptura parcial o
completa del nervio.
Que la actora presentó una lesión del tipo axonotmesis, que es una
lesión incompleta y parcialmente recuperable, aunque no por
esto es predecible su evolución.
Indica que la actora tiene una incapacidad parcial que la afecta
desde la infancia, y la complicación de lesión del nervio ciático no
provoca una incapacidad total, pues con férulas y tratamiento
ortopédico integral, que incluye la cirugía de reemplazo de la cadera
izquierda y su rehabilitación “puede mejorar”.
Pero suponiendo que se tratara de una lesión en el nervio ciático
derecho que no fuese reversible, la Ley Federal del Trabajo establece
en su artículo 514, que a la lesión total del nervio ciático le
corresponde una indemnización máxima del cuarenta por ciento, lo
que no trae como consecuencia la incapacidad total y permanente
para una vida laboral activa.
La discapacidad previa a la cirugía, no debe diferir de la
discapacidad actual, pues la discapacidad de la actora la tenía
desde antes de su intervención quirúrgica del trece de junio de dos mil
siete, por lo que aún con la lesión del nervio ciático derecho su
nivel funcional debe ser similar al de antes de la cirugía.

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AMPARO DIRECTO 42/2012

De acuerdo a los antecedentes de la paciente, se le causó una gran


incapacidad motriz, por lo que no pudo desarrollarse en un ambiente
profesional que le demandara gran actividad física, “por lo que
considero que por la complicación agregada de lesión del nervio
ciático” no deberá tener diferencias significativas para su desarrollo
profesional.
Al no haber evaluado a la actora, desconoce si requiere el apoyo o
ayuda de personas para realizar sus actividades cotidianas, sin
embargo, señala que hay pacientes con ese tipo de lesión o con más
lesiones, que no dependen de otras personas.
El nervio ciático de la actora presenta una lesión del tipo
axonotmesis, la cual puede ser provocada por: compresión
transoperatoria con instrumentos quirúrgicos, fibrosis peri neural
postoperatoria, elongación del nervio ciático, hipovascularidad durante
el despegamiento de cicatrices post quirúrgicas previas, sección
anatómica con bisturí o electro bisturí.
De acuerdo con el neurocirujano que la operó del nervio ciático, éste
no se encontró seccionado, sino únicamente alargado.
La férula fue recomendada por el servicio de rehabilitación
osteoarticular del instituto, formando parte del tratamiento integral
de la lesión del nervio ciático.
Las lesiones cutáneas que ocasionan las férulas, se deben a falta de
cuidado de los pacientes y familiares que los cuidan, mismo que
deben reportarlas al personal médico.
La razón de su dicho la apoya en su experiencia como médico
cirujano, con especialidad en ortopedia, reiterando que en este caso
existe un aumento en el grado de dificultad, es un caso complejo,
con posibilidad de presentar complicaciones, como una lesión
del nervio ciático.
En cuanto al cuestionario del instituto demandado, señaló que de
acuerdo al expediente clínico, la actora fue sometida a múltiples
procedimientos quirúrgicos en ambas caderas, previos a la cirugía del
trece de junio de dos mil siete.
El tratamiento de una artrosis de cadera secundaria a artritis piógena,
con múltiples cirugías previas, es una cirugía de alto grado de
dificultad, porque hay cicatrices previas y deformidades óseas que
complican el abordaje quirúrgico y la implantación de componentes
protésicos.
La deformidad multiplanar del fémur, secuela de una alargamiento, y
por el descenso trocantérico, no permiten la colocación de una
prótesis convencional en el caso de la actora, ya que la prótesis es un
elemento metálico uniforme, que de haber sido la convencional,
hubiera roto o salido por una “vía falsa” del fémur, por lo que se puso
una prótesis especial más corta.
Que las complicaciones frecuentes cuando se coloca una prótesis
femoral complicada son: la falla de la estabilidad de esa prótesis,
aflojamiento de la misma, hundimiento, lesión vascular y neurológica,
hemorragia.
Que no existen defectos técnicos de colocación de la prótesis, pues
se reconstruyó adecuadamente el centro de rotación de la cadera y el
componente femoral se encuentra en una adecuada situación con
respecto al calcar, que la cirugía previa provoca que el hombro de la
prótesis se vea prominente, pero la posición adecuada.

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AMPARO DIRECTO 42/2012

Que desde el inicio se informó a la actora que debían operar las dos
caderas ya que al reconstruir el lado derecho, es lógico que el lazo
izquierdo quede más corto, máxime que previamente le habían
alargado el hueso del fémur derecho.
Que la lesión del nervio ciático en prótesis de cadera fluctúa entre un
tres punto cinco por ciento a un siete punto cinco por ciento, siendo
mayor con el incremento de la complejidad del caso, máxime que en
este caso la cirugía era de alto riesgo por la presencia de tejido
cicatrizal y graves deformidades óseas.
Que la deformidad en valgo de la rodilla es una secuela frecuente en
las elongaciones femorales.
Así, el perito concluye que la cirugía practicada a la actora fue la
adecuada, que ese evento quirúrgico se realizó con éxito, cumpliendo
la institución demandada en proporcionar los insumos necesarios; que
la prótesis colocada fue adecuada, de acuerdo a las características
patológicas y condiciones específicas de la actora.
Que la lesión al nervio ciático fue una complicación no deseada e
imprevisible, que es inherente al procedimiento quirúrgico y se
incrementa el riesgo en una cadera con antecedentes de cirugías
previas; que por ello no hay fundamentos para afirmar que exista
negligencia, impericia o imprudencia del doctor **********.
Que la gran cantidad de tejido fibroso, derivada de las múltiples
cirugías previas, con antecedente de infección, destrucción de la
anatomía normal de la cadera, desplazamiento quirúrgico previo del
trocánter mayor y la deformidad de la diáfisis del fémur provocada por
un alargamiento óseo en la infancia, que altera la forma y el eje
mecánico de la pierna en el sitio de la operación, con limitación del
movimiento, son elementos que incrementaron el grado de dificultad
técnica en el evento quirúrgico.

Perito del codemandado **********

El **********, en relación con el dictamen del doctor **********,


dictaminó que la artritis séptica de cadera derecha es una forma de
artritis caracterizada por la infiltración purulenta, secundario a un
proceso infectivo de la articulación de la cadera, caracterizándose
esto último por la destrucción grave, dolor y gran limitación de la
movilidad, siendo urgente el drenaje y manejo quirúrgico.
Que fue correcto el diagnóstico de secuelas de artritis séptica con
pérdida de la articulación de ambas caderas, con que se manejó a la
actora, pues la artritis deja una grave secuela en la articulación, que
amerita un reemplazo articular protésico, siendo la “secuela” una
lesión o afección consecutiva a otra secuencia.
Precisa que en el caso de la artritis séptica, la “secuela” condiciona
destrucción de las superficies articulares de la cadera, del tejido óseo
subyacente y las partes blandas que están alrededor, y que una vez
eliminada o controlada la infección queda cicatriz, tejido fibroso de
reparación y deformidad de hueso, ocasionando pérdida de la
funcionalidad.
Menciona que en el historial clínico de la actora se menciona que tuvo
esta patología.
Refiere que el procedimiento quirúrgico de reemplazo articular total
para cada una de las caderas representaba bastantes riesgos para
la actora porque tuvo un proceso articular infeccioso caracterizados

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AMPARO DIRECTO 42/2012

por la gran destrucción que provoca y las grandes secuelas que deja
(tejido cicatrizal y mucha fibrosis de reparación), lo que condiciona
mucha limitación en la funcionalidad de la cadera, sin poder mover la
cadera, perdiendo su elasticidad y flexibilidad (como ocurre con la
cicatrización de un quemado), por lo que al manipular la articulación
para luxar la cadera, preparar el lecho óseo para los implantes y
volver a colocar en su lugar la articulación, siempre supondrá un
alto riesgo de lesión vásculo-nerviosa, teniendo también el riesgo
de reactivarse la infección, o bien infectarse la prótesis, fractura de
hueso al implantar la prótesis, alteraciones tromboembólicas,
aflojamiento de implantes, luxaciones, deshiscencia de suturas.
Que el tratamiento permitido ante el dolor y limitación funcional de las
caderas, es el reemplazar éstas que ya están desechas tanto por el
proceso infeccioso, como por sus secuelas, por otras artificiales.
Que en este tratamiento es necesario realizar una serie de tracciones
de todos los tejidos blandos periféricos (músculos, arterias, venas,
nervios y ligamentos) para poder colocar la cadera en su sitio, siendo
en este punto donde se requiere de toda la elasticidad de los tejidos y
en caso de haber fibrosis o cicatrices, se convierte en una maniobra
muy tosca y brusca.
Que el procedimiento quirúrgico se adaptó perfectamente a todos los
pasos que se estipulan en el protocolo de una artroplastia total de
cadera.
Señala que todos los estudios previos fueron acordes y suficientes
para determinar el tipo de manejo quirúrgico en la paciente.
Indica que una cirugía protésica de una artrosis simple o primaria es
considerada como una cirugía mayor, pero que se requiere de más
experiencia y conocimientos para una artrosis que ha sido manejada
previamente y presenta secuelas, porque el grado de dificultad es
mucho mayor y las probabilidades de ocurrencias de
alteraciones o secundarias o complicaciones es más alto.
Que el implante elegido de vástago corto y apoyo metafisiario fue el
correcto, porque no es larga la porción que va adentro del canal del
fémur y no llega a la zona defectuosa, anclándose en toda la parte
más proximal o metafisiaria del fémur, pues con un implante
convencional se tendría que haber realizado otro procedimiento
quirúrgico previo con una serie de cortes en el fémur para realinearlo,
incrementándose la probabilidad de fracaso del implante o su
aflojamiento prematuro.
Precisa que ambas caderas presentaban desgaste, pero actualmente
la operada (derecha) está más comprometida y con más secuelas que
la del lado contrario.
Que el tratamiento quirúrgico de reemplazo articular total de cadera,
representaba una cirugía compleja, incrementándose la complejidad
por las secuelas de una cambio quirúrgico de posición del trocánter
mayor en la niñez, para aumentar la función de los músculos glúteos,
lo que deforma más el fémur y la cicatrización de esta cirugía y de la
artritis séptica, disminuyen considerablemente la elasticidad de estos
músculos, vasos y nervios de esta zona, dificultando las maniobras de
luxación, la visión del campo operatorio que obliga a usar separadores
con más fuerza, hasta la colocación del implante y la reducción o
recolocación de la articulación en su lugar.

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AMPARO DIRECTO 42/2012

Que una cirugía protésica simple de cadera toma de noventa a ciento


veinte minutos, y una cirugía compleja como la de la actora duplica y
a veces triplica el tiempo operatorio.
Señala que la lesión referida como plexopatía lumbosacra
postglangionar sensitivo motora del tipo de la axonotmesis severa del
90%, sin datos de reinernación, es una lesión de cualquier nervio de
la región lumbar y sacra, que está más allá de la columna vertebral,
siendo una lesión parcial del nervio, sólo de las fibras nerviosas, sin
sección completa del nervio, pero en un noventa por ciento de las
fibras sin señales de recuperación.
Que este riesgo está en cualquier cirugía protésica de cadera, por lo
que “se debe informar y explicar al paciente antes de su cirugía y
firmar de enterado en el consentimiento informado” y que con
mayor razón este riesgo está presente en una cirugía compleja como
la de la actora.
Indica que la destrucción de las caderas de la actora no sólo fue por la
infección, debiendo agregarse la displasia congénita. Que esos
tratamientos incrementaron la posibilidad de lesión del nervio
ciático por el tejido cicatrizal y la fibrosis que queda después de cada
cirugía.
Que en el proceso de recuperación en una cirugía protésica simple sin
complicaciones, se comienza a presentar mejoría relativa desde el
mes, hasta los tres a cuatro meses en que se dejan muletas y
bastones. Pero en los casos complejos con compromiso neurológico,
el tiempo es muy prolongado porque los tejidos nerviosos son los de
más lenta recuperación y pueden tomar muchos meses.
A la pregunta de “¿Cuándo se puede precisar que una paciente quedó
con secuelas, después de haber sido sometida a un tratamiento
quirúrgico de reemplazo articular total de cadera o si hubo una
completa mejoría o recuperación?”, el perito contestó que dicha
pregunta es muy compleja de responder y puede dar lugar a
respuestas que sólo son de suposición.
Que la lesión del nervio ciático del lado derecho que presenta la
paciente, no se debe a una mala praxis porque está incluida dentro
de los riesgos de una cirugía de cadera y porque la técnica
quirúrgica está apegada a un procedimiento artroplástico.
Que en la radiografía postoperatorio no se encuentran defectos
técnicos de colocación en el implante, ni que éste se encuentre salido
o desplazado, y que la prominencia del hombro de la prótesis de la
superficie lateral del fémur es consecuencia del descenso
trocantérico.
Que el implante está perfectamente apoyado en el calcar femoral,
siendo adecuada la prótesis.
Que la paciente tiene varias patologías previas y cirugías anteriores
en las caderas que han alterado su funcionalidad condicionando su
incapacidad. Que sus lesiones no ocasionan incapacidad para la
marcha y se pueden mejorar utilizando férulas.
Menciona que todo cirujano ortopedista que realiza un procedimiento
quirúrgico de esta naturaleza y con pacientes en condiciones como la
actora, está consciente de los riesgos que existen, incluyendo las
lesiones vasculonerviosas, por lo que no podrían atreverse a
garantizar que las mismas no se presentarán.
Que el alargamiento óseo produce un hueso nuevo (regenerado), que
no es elástico, es compacto, sin presencia de canal medular, por lo

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AMPARO DIRECTO 42/2012

que el peligro de estallamiento de éste hueso al insertar el


vástago es alto.
Que en la cadera derecha ya se restituyó el centro de rotación normal
y con la prótesis se restituyó la anatomía proximal del fémur, por lo
que esta extremidad tiene una mayor discrepancia con respecto a la
izquierda, teniendo la primera una mayor longitud.
Que las lesiones del nervio ciático van del 0.4% al 3% y se
incrementan hasta el 5% en casos complicados.
Refiere que la desviación del valgo de la rodilla de la actora es
consecuencia de la deformidad multiplanar y del alargamiento óseo.
Que los médicos codemandados se condujeron con responsabilidad y
profesionalismo y en concordancia con el protocolo clínico de atención
usual para estos casos, al buscar un implante especial y adecuado,
en la actitud y manejo de la complicación, en el manejo de la misma
con fisioterapia y un aparato ortésico adecuado para mejorar la
funcionalidad, sin abandonar a la paciente.

Perito tercero en discordia

El Médico **********, en relación con el cuestionario de la actora,


manifestó desconocer el estado actual en que la misma se encuentra,
pues su dictamen lo emite con base en la revisión del expediente,
documentos y estudios que obran en el expediente.
Menciona que la actora sufrió a los dos años y ocho meses artritis
séptica de ambas caderas, con uso de aumento de dos centímetro al
zapato derecho desde mayo de mil novecientos ochenta y ocho, con
trocanteroplastía femoral derecha en mayo de dos mil uno y
alargamiento femoral derecho en mayo de dos mil tres, influyendo
todos estos factores notoriamente en su estado actual.
Que el alargamiento puede dar lugar a una alineación anormal de la
rodilla hacia la parte medial (valgo de rodilla) y alteraciones
significativas en los estudios neurofisiológicos sin que existan signos o
síntomas del mismo.
Que las múltiples cirugías condicionaron la presencia de cicatrices, de
abundante tejido fibroso y cambios severos en la anatomía izquierda
de la región de la cadera, presentando la cadera izquierda
alteraciones severas de destrucción de cartílago y hueso, como
secuela de la artritis piógena o séptica.
Considera que en la atención médica de la actora se siguió el
protocolo utilizado universalmente en ese tipo de cirugías, y que
quienes la practicaron no tienen responsabilidad en las secuelas que
presenta, al no haber actuado con negligencia (acto u omisión que se
desvía de los estándares aceptados en la comunidad médica y que
causa alguna lesión al paciente), impericia (falta de sabiduría práctica,
experiencia y habilidades en una ciencia o arte), o imprudencia (falta
de virtud de tener un buen juicio, prevenir, tener cordura y
precaución).
Estima que la prótesis de cadera derecha injertada a la actora es de
tamaño adecuado, ya que si se tratara de implantar una más grande,
se provocaría un estallamiento del hueso femoral.
Que los riesgos médicos en la artroplastia total de cadera son: a)
anestésicos: reacción alérgica medicamentosa, descompensación
cardiorrespiratoria, alergia a la transfusión sanguínea; b) inherentes a

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AMPARO DIRECTO 42/2012

la cirugía; sangrado, alargamiento del tiempo quirúrgico, trombosis


venosa profunda y embolia grasa, luxación protésica, fracturas,
asimetría en la longitud de las extremidades, lesión del nervio femoral
o del ciático (este último duplica o triplica su incidencia en cirugías de
alta complejidad), aflojamiento de los implantes, infecciones.
Que de acuerdo al estudio electromiográfico del trece de julio de dos
mil siete, existe una axonotmesis severa del 90% sin datos de
reinervación, por lo que sí existió una lesión parcial del nervio ciático,
pero incompleta, recuperable en un grado variable y en un tiempo
impredecible.
Dicha lesión, afirma, se manifiesta por incapacidad para levantar la
punta del pie y disminución de la sensibilidad del mismo, lo que
generalmente se corrige con férulas y rehabilitación, afirmando que en
julio de dos mil siete la actora tenía lesión que no la invalidaba
definitivamente y la incapacidad no era total ni permanente.
Que antes de la artroplastia total de cadera, la actora tenía serias
limitaciones físicas y aun con ellas pudo desarrollar su profesión, y
que sus condiciones físicas sí le permiten obtener un trabajo en las
labores comunes de la profesión que eligió, máxime que según el
expediente clínico, mejoró de dolor y movilidad, por lo que no requiere
de ayuda de más personas pudiendo utilizar una férula que es
indispensable para su tratamiento, además de que tiene pendiente el
tratamiento artroplástico de la cadera izquierda.
Cree, apoyándose en la literatura médica universal, que el primer
elongamiento del nervio ciático derecho, lo sufrió durante el
alargamiento del fémur; señalando en forma genérica otros motivos
que provocan la axonotmesis del nervio ciático.
Respecto del cuestionario del instituto codemandado dictaminó que la
primera intervención de la actora fue por artritis séptica de ambas
caderas en enero de mil novecientos ochenta y cuatro, la segunda,
trocanteroplastía en mayo de dos mil uno, y la tercera, alargamiento
femoral derecho en mayo de dos mil tres.
Que la cirugía de artoplastía total de cadera primaria es de alto grado
de dificultad, el cual se incrementa exponencialmente al tener
secuelas de un proceso infeccioso, de un descenso trocantérico y de
una elongación femoral, ya que todo lo anterior ocasiona fibrosis,
pérdida de la anatomía normal, contracturas musculares, cambios en
la trayectoria de nervios, tendones y vasos, dificultando la visión del
sitio operatorio, lo que aumenta el índice de lesiones musculares,
óseas, nerviosas y vasculares.
Debido a lo anterior, no se permitía la colocación de una prótesis
convencional al presentar una deformidad del fémur en su uniformidad
cilíndrica y en su alineación, por lo que la prótesis de vástago corto y
ángulo de curvatura que se adapta a la metáfisis proximal del fémur
es el ideal.
Que cuando se coloca una prótesis femoral complicada con una falsa
vía o una fractura, las complicaciones son más frecuentes: fracaso de
la estabilidad de la prótesis, aflojamiento de la misma, hundimiento del
componente femoral, luxación protésica, lesiones vasculares y
neurológicas y fracturas periprotésicas.
Que el descenso trocantérico ocasiona que la punta del mismo, que
sirve de referencia para la colocación de implantes, se encuentre
debajo de su sitio normal, alterando la imagen ósea y/o protésica,
modificando los puntos de referencia.

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AMPARO DIRECTO 42/2012

Que el implante fue adecuado, pues debido al descenso del trocanter


mayor, da la impresión de que el hombro de la prótesis queda
descubierto del hueso, pero su posición es adecuada con respecto al
calcar y por tanto la prótesis no está salida.
Considera que cuando existen alteraciones severas de la articulación
entre el fémur y el acetábulo, se eleva anormalmente el centro de
rotación articular y como en el caso de la actora la patología
destructiva se inició desde la infancia, al descender el centro de
rotación articular da como resultado el alargamiento de la extremidad.
Que debido a la destrucción de la cabeza femoral izquierda, dan la
impresión de que ésta sea más corta, lo que podrá igualarse con la
cirugía de dicha cadera, pues con el alargamiento del fémur realizado
en mayo de dos mil tres, se contribuyó a darle mayor longitud al fémur
derecho, existiendo otros factores, como: acortamiento del miembro
pélvico izquierdo por destrucción de la articulación de la cadera
izquierda, presencia de contracturas musculares en ésta, restitución
del centro de rotación de la cabeza femoral derecha, liberación de
contracturas tendinosas y musculares, y de tejidos periarticulares,
combinándose defectos de un lado y reconstrucción del contrario.
La lesión del nervio ciático en cirugías de prótesis de cadera habitual,
oscila del 0.8 al 3.5% y se eleva en la cirugía de prótesis complejas
del 3.5 al 8.5%. Que el riesgo de lesionar estructuras nerviosas nunca
es inexistente.
Que los antecedentes de la actora eran factores que incrementaron el
riesgo de lesión del nervio ciático, porque la cirugía estaba precedida
por deformidades infecciosas, necróticas, cicatrizales, siendo el riesgo
hasta del 8.5%.
Que la deformidad en valgo de la rodilla es una secuela frecuente y
secundaria al alargamiento femoral, pero que en la imagen
radiográfica post operatoria no se muestra dicha deformidad.
En cuanto al cuestionario de los médicos codemandados precisó que
la artritis séptica de cadera derecha consiste en la presencia de una
infección por bacterias alojadas en la articulación de la cadera
derecha, destruyendo cartílago y hueso.
Que el diagnóstico a la actora de secuelas de artritis séptica con
pérdida de la articulación en ambas caderas, fue el correcto,
consistiendo dicha secuela en: marcha anormal, limitación de los
movimientos de dichas caderas, dolor, acortamientos de extremidades
pélvicas, pérdida de la cabeza del fémur, desaparición del espacio
articular, deformidad del cuello, desaparición de la armonía de las
articulaciones, problemas degenerativos de columna lumbar,
alteraciones en la articulación de la rodilla.
Que el procedimiento quirúrgico de reemplazo articular total para cada
una de las caderas fue el correcto. Que se trata de una cirugía mayor,
existiendo riesgos anestésicos y quirúrgicos, aumentando el
riesgo de lesión arterial o nerviosa, pero que es el único tratamiento
que permite tratar el dolor, la deformidad y la incapacidad que
quedaron como secuelas de la artritis séptica.
Que el procedimiento quirúrgico llevado a cabo por el doctor **********
fue el adecuado, se adaptó a todos y cada uno de los pasos
estipulados en protocolo respectivo y fue adecuadamente realizado.
Que el tratamiento de una artrosis de cadera secundaria a artritis
piógena, con múltiples cirugías previas es una cirugía de alto grado de
dificultad.

69
AMPARO DIRECTO 42/2012

El perito desconoce la manera en cómo trascendió la lesión del nervio


ciático, pues afirma que no reconoció medicamente a la actora al
emitir su dictamen.

154. Con base en estas opiniones emitidas por los peritos de las partes y el
tercero en discordia, la Sala responsable determinó que fue acreditada
la acción por responsabilidad civil subjetiva de los demandados, ya
que los elementos de daño y culpa fueron demostrados con las
periciales en materia de medicina en la especialidad de ortopedia de
referencia, en esencia por lo siguiente:

155. En primer término, la Sala responsable analizó el dictamen del perito


de la parte actora. Después determinó que el dictamen rendido por el
perito del instituto carecía de valor probatorio pleno, toda vez que
dicho experto refirió que la lesión del nervio ciático era previa a la
intervención quirúrgica, lo que no se encuentra establecido en el
expediente clínico. Posteriormente, la Sala estudió los dictámenes de
los peritos de los codemandados ********** y **********. Por ultimó
analizó el dictamen del perito tercero en discordia y concluyó que de
dichas periciales se llegaba a la convicción de que los médicos
tratantes incurrieron en responsabilidad civil subjetiva en términos del
artículo 1910 del Código Civil para el Distrito Federal.

156. Añadió que debido a la determinación alcanzada no resulta aplicable


lo preceptuado en el artículo 1914 de referido ordenamiento, en virtud
de que los cinco peritos son coincidentes en el estado de salud de la
paciente hacia el trece de junio de dos mil siete, fecha en que fue
intervenida quirúrgicamente, pues todos se apoyan en el expediente
clínico respectivo.

157. Asimismo, los magistrados sostuvieron que debido a los antecedentes


patológicos de la actora, los codemandados conocían los riesgos de
su intervención, por lo que en todo caso debieron justificar que no
existía ninguna otra alternativa de tratamiento diferente a la

70
AMPARO DIRECTO 42/2012

intervención quirúrgica o bien exponer cuidadosamente cómo se


produjo fortuitamente la lesión del nervio ciático.

158. De tal modo, la Sala estimó procedente la acción de responsabilidad


subjetiva, ya que con el material probatorio aportado durante el juicio
se justificó que en la intervención quirúrgica practicada el trece de
junio de dos mil siete, ********** sufrió una lesión en el nervio ciático
que empeoró su situación. En ese sentido, los magistrados señalaron
que fueron comprobados los elementos del hecho ilícito previstos en el
artículo 1910 del Código Civil para el Distrito Federal y la obligación de
los codemandados de reparar ese daño como consecuencia de la
culpa de los mismos.

159. Los magistrados señalaron que dicha conclusión no podía ser


desvirtuada con las objeciones de los dictámenes periciales
producidas por las partes, en virtud de que las mismas eran
insuficientes para que la Sala responsable cambiara de opinión, pues
los peritos de los codemandados y el perito tercero en discordia se
pronunciaron en términos similares en cuanto a la participación de los
médicos enjuiciados en la intervención quirúrgica de la actora.
Igualmente, añadieron que aun cuando se dejara de considerar el
dictamen de la perito de la actora, doctora **********, por no ser
especialista en ortopedia, con la subespecialidad en cadera y rodilla,
de cualquier forma no variaría la conclusión obtenida.

160. Por otra parte, la Sala determinó que el daño ocasionado en la


intervención quirúrgica, se corroboraba con las secuelas que el mismo
ha producido en la actora, como se aprecia del contenido de las
pruebas documentales exhibidas (electrodiagnóstico, solicitud de
terapias, recibo único de ingreso y nota de evolución), de las que se
desprendía que, a pesar de haber acudido a las sesiones de
rehabilitación, no mostró mejoría la lesión del nervio ciático.

71
AMPARO DIRECTO 42/2012

161. Asimismo, la Sala responsable señaló que en ninguno de los


dictámenes periciales rendidos se determinó de manera contundente
la recuperación del estado físico de la demandante al estado que tenía
antes de la intervención quirúrgica. Ello es así, en virtud de que los
peritos de los codemandados señalaron una mera expectativa de
mejoría con ejercicios de rehabilitación, en tanto que la perito de la
actora refiere que dicha lesión es irreversible. De ahí que, a
consideración de la responsable, fuera procedente la acción de
responsabilidad civil subjetiva por daño corporal, intentada por
**********.

162. Como se observa, la Sala responsable llegó a la conclusión de que los


médicos demandados incurrieron en responsabilidad civil subjetiva, a
que se refiere el artículo 1910 del Código Civil para el Distrito Federal,
a partir del análisis de los dictámenes periciales antes mencionados,
mismos que a decir de la responsable, acreditaban el “hecho ilícito”
cometido en perjuicio de la parte actora del juicio natural.

163. A su vez, en el presente juicio de amparo la parte quejosa controvierte


dicha determinación, bajo la premisa esencial de que no quedó
debidamente acreditado el hecho ilícito, premisa que, a consideración
de esta Primera Sala, no es correcta.

164. En efecto, tal y como ya se mencionó, para que se actualice la


responsabilidad civil subjetiva se requiere de la comisión de un hecho
ilícito, mismo que se integra por tres elementos indispensables, a
saber: una conducta antijurídica, el daño y la culpa.

165. Al respecto, en la sentencia reclamada se tuvo acreditado el elemento


relativo al daño, con base en el historial clínico de ********** (tercero
interesada en el presente juicio constitucional) y los dictámenes
médicos previamente aludidos, de los cuales efectivamente se

72
AMPARO DIRECTO 42/2012

advierte que a la parte actora del juicio natural le fue practicada una
intervención quirúrgica el trece de junio de dos mil siete con motivo de
la cual sufrió una lesión en el nervio ciático, misma que empeoró,
provocando la lesión que en los dictámenes médicos se refiere
como plexopatía lumbosacra postglangionar sensitivo motora del
tipo de la axonotmesis severa del noventa por ciento sin datos de
reinervación, que es una lesión de las raíces nerviosas fuera de la
columna vertebral sin pérdida de la continuidad del nervio, que afecta
ese porcentaje de la función sin datos de recuperación del mismo.

166. En ese mismo orden de ideas, la Sala responsable tuvo por


acreditado el elemento relativo a la culpa de los médicos
codemandados, en virtud de que éstos últimos sabían que las
intervenciones quirúrgicas para injertar prótesis de cadera son
complejas, incrementándose los riesgos a un porcentaje mayor al
siete punto cinco por ciento en el caso de su paciente **********,
debido a que su cadera se encontraba multioperada, con un tejido
fibroso y cicatrizado que dificultaba la localización de nervios, como el
ciático. Circunstancias que se advertían claramente del expediente
clínico de la paciente.

167. Y no obstante el conocimiento que dichos médicos tenían en torno a


los riesgos y la estructura física interior de su paciente decidieron
operarla, sin tomar las debidas precauciones para evitar la lesión
del nervio ciático.

168. Asimismo, la Sala responsable enfatizó que ni los médicos


codemandados, ni los peritos respectivos, explicaron en forma
pormenorizada la causa inevitable de dicha lesión, por lo que no
existía una razón debidamente fundada que justificara la actualización
del riesgo descrito.

73
AMPARO DIRECTO 42/2012

169. Finalmente, de la lectura de la sentencia reclamada se advierte que la


responsable tuvo por acreditada la conducta antijurídica a partir del
hecho de que los médicos sabían de la situación física de su paciente,
conocían los riesgos de su intervención, mismos que se
potencializaban debido a que se trataba de una paciente
multioperada, por lo que en todo caso debieron justificar que no
existía alternativa alguna de conducirse de manera distinta en el
transoperatorio y que por ello tenían que producir la lesión del
nervio ciático para lograr la colocación del implante respectivo, o
bien exponer cuidadosamente cómo es que dicha lesión se
produjo de manera fortuita.

170. Con base en lo expuesto, es claro que no asiste la razón a la parte


quejosa cuando afirma que no quedó debidamente acreditado el
hecho ilícito, pues si en los juicios de amparo **********, ********** y
********** quedó definido que la prueba idónea para acreditar la
responsabilidad subjetiva por daño corporal la constituyen los
dictámenes médicos en la especialidad de ortopedia y con base en
ellos la responsable arribó a la convicción de que los médicos
demandados produjeron un daño a su paciente con motivo de la
operación practicada el trece de junio de dos mil siete, mediante una
conducta antijurídica y culpable, entonces la determinación de la
responsable en este sentido se encuentra apegada a derecho.

171. Lo anterior adquiere mayor relevancia al constatar que los


codemandados en el juicio natural incumplieron con su obligación de
medios, es decir, del material probatorio ofrecido en el juicio no queda
demostrado que éstos actuaron con la diligencia que exigía la lex artis
ad hoc para intervenir quirúrgicamente a una paciente con una
condición clínica muy particular, pues del expediente clínico se

74
AMPARO DIRECTO 42/2012

advertían antecedentes que mostraban condiciones clínicas diferentes


a las de un paciente promedio, como que ésta había sido operada con
anterioridad en diversas ocasiones. Asimismo, no queda demostrado
que los codemandados hayan tomado las medidas necesarias para
tratar la situación clínica concreta de la paciente en aras de evitar
actualizar el daño previamente relatado. Lo anterior resultaba
indispensable para desvirtuar el nexo causal entre el daño y la culpa
atribuida a los demandados.

172. En ese sentido, debe señalarse que aunque la obligación de los


profesionistas médicos sea de medios y no de resultados, ello no
conlleva a que éstos no tengan que demostrar que su actuación se
adecuó a las condiciones clínicas específicas del paciente que se
trate. Situación que en el presente caso no quedó acreditada
debidamente por los peritajes en materia médica ofrecidos por los
codemandados.

173. Al respecto, esta Primera Sala ha sustentado el criterio relativo a que


debido a la dificultad que representa para la víctima probar el actuar
irregular de los médicos, se posibilita un desplazamiento de la carga
de la prueba para que sean ellos los que demuestren que el
procedimiento médico se realizó de acuerdo a los cuidados
establecidos en la normatividad de la materia y al deber de diligencia
que le exige la profesión médica. Lo cual se justifica de acuerdo con
los principios de facilidad y proximidad probatoria, con base en los
cuales debe satisfacer la carga de la prueba la parte que dispone de
los medios de prueba o puede producirla o aportarla al proceso a un
menor coste para que pueda ser valorada por el juez. 37
37
Al respecto, véase, por analogía, la tesis aislada 1a. CXXXII/2012 (10a.) de rubro y texto
siguientes: “RESPONSABILIDAD PATRIMONIAL DEL ESTADO POR PRESTACIÓN DEFICIENTE
DEL SERVICIO DE SALUD PÚBLICO. LA CARGA DE LA PRUEBA DE DEBIDA DILIGENCIA
RECAE EN EL PERSONAL MÉDICO. A pesar de que se ha determinado que en el caso de la
responsabilidad patrimonial del Estado, es necesario probar el actuar irregular del Estado, es
posible señalar al tiempo, que en los casos en que esta responsabilidad emana de la prestación de

75
AMPARO DIRECTO 42/2012

174. Consecuentemente, toda vez que los profesionales médico-sanitarios


o las instituciones hospitalarias cuenta con una mejor proximidad y
facilidad probatoria en materia de atención médica, y ante la
actualización de una presunción judicial motivada por la concurrencia
de un daño que indiciariamente sólo pudo haber sido ocasionado por
una negligencia médica, corresponde a los profesionales médico-
sanitarios y/o a la institución hospitalaria que corresponda acreditar
que actuaron con la debida diligencia según la lex artis ad hoc. Si ello
no ocurre, entonces las consecuencias del déficit probatorio recaerán
en los demandados, precisamente por la acreditación de ese daño de
índole anormal y/o extraordinario y la inminente relación causal con
los actos denunciados por la parte actora.

175. Por otra parte, la quejosa afirma que en el juicio natural quedó
acreditado que no existía nexo causal y directo entre la lesión del
nervio ciático y la pérdida de movilidad de la pierna derecha de la
paciente; además de que los peritos coincidieron en que con la
intervención quirúrgica se mejoraron las condiciones preoperatorias
de la actora. Dichos argumentos también son infundados tal y como
enseguida se demostrará.

176. Esta Primera Sala ha sustentado, como ya se mencionó, que para


actualizar la responsabilidad subjetiva es necesario, además de la
existencia del hecho ilícito, acreditar la existencia del nexo causal, es
decir, que el daño experimentado sea consecuencia de la conducta
del agente, pues de lo contrario se le impondría responsabilidad a una
persona que nada tiene que ver con el daño ocasionado.

177. Asimismo, el problema causal se presenta de forma especialmente


aguda cuando se reconoce o establece que, como es normal en la
vida social, todos los hechos, inclusive los dañosos, provienen de la

76
AMPARO DIRECTO 42/2012

concurrencia de una pluralidad de circunstancias; de ahí que el nexo


causal entre la conducta imputable al demandado y el efecto adverso
que de ésta deriva para el demandante, debe estar puntualmente
acreditado, porque el origen de la responsabilidad gravita
precisamente en la atribución del hecho dañoso al demandado. Así,

77
AMPARO DIRECTO 42/2012

dicha responsabilidad supone la atribución de la autoría de un hecho

78
AMPARO DIRECTO 42/2012

que tenga la eficacia causal suficiente para generar el resultado. 38

178. Ahora bien, la Sala responsable a partir de los dictámenes periciales


en medicina ortopédica estableció que los cinco peritos eran
coincidentes en el estado de salud de la paciente **********, hacia el
trece de junio de dos mil siete, fecha en que fue intervenida
quirúrgicamente, máxime que todos ellos se apoyaron en el
expediente clínico respectivo.

179. De igual forma, la Sala responsable refirió que los peritos eran
coincidentes en que el diagnóstico de secuela de artritis séptica con
pérdida de la articulación en ambas caderas, con que se manejó a la
paciente, fue el correcto; y que el tratamiento consistente en el
procedimiento quirúrgico de reemplazo articular total para cada una de
las caderas implicaba varios riesgos, que los peritos hicieron derivar
básicamente de los antecedentes patológicos de la paciente, así como
de los riesgos propios de esa cirugía.

180. Así, en la sentencia reclamada se sustentó que los dictámenes


periciales daban cuenta que debido al historial clínico de la paciente,
los riesgos inherentes a la cirugía aumentaban, pues el proceso
articular infeccioso que sufrió en su infancia condicionaba la
elasticidad y flexibilidad de su cadera al momento de manipularla
durante la operación.

181. Lo anterior, continúa la responsable haciendo alusión a los


dictámenes periciales, supone un alto riesgo de lesión vásculo-
nerviosa (lesiones de vasos como arterias y venas y las fibras
nerviosas de cualquier nervio vecino), porque se pierde la elasticidad
natural y, además, trae consigo el riesgo de reactivar la infección por
la manipulación que se debe realizar en toda la articulación.

79
AMPARO DIRECTO 42/2012

182. A partir de dichas premisas, en la sentencia reclamada se estableció


que los médicos demandados, al conocer los riesgos de la cirugía y el
estado físico interno tan deteriorado de su paciente, debieron tomar
las previsiones necesarias para cualquier eventualidad que se
presentase en el momento mismo de la intervención, o bien,
abstenerse de practicarla, para evitar un daño mayor a la paciente
quien pretendía mejorar y no empeorar su condición física.

183. De lo hasta aquí expuesto se puede deducir que ante la Sala


responsable sí quedó acreditado el nexo causal, pues de los
dictámenes médicos (mismos que ya han quedado reseñados en esta
resolución) se advertía que el daño producido a la actora del juicio
natural, consistente en una lesión del nervio ciático, fue producto
de la intervención quirúrgica realizada el trece de junio de dos mil
siete en el Instituto Nacional de Rehabilitación, programada por

80
AMPARO DIRECTO 42/2012

el doctor ********** y practicada por el cirujano **********.39 Lo


anterior, sin que del expediente clínico de la paciente ni en los
peritajes ofrecidos por las partes se advierta que los médicos
cumplieran con su obligación de medios, consistente en ajustarse a
las condiciones específicas de la paciente —lex artis ad hoc— al
momento practicar la cirugía en aras de procurar que esta alcanzara
un mejor estado de salud.

184. El aspecto antes referido inclusive se corrobora con la “NOTA DE


EVOLUCIÓN Y ACTUALIZACIÓN DEL CUADRO CLÍNICO”, visible en
la documentación ofrecida por el instituto, de fecha dieciséis de junio

81
AMPARO DIRECTO 42/2012

de dos mil siete, signado por el doctor ********** 40, que en lo que a esta
resolución interesa dice:

NOTA DE EVOLUCIÓN
FECHA DE ELABORACIÓN: 16/06/2007
HORA DE ELABORACIÓN: 10:43
EVOLUCIÓN Y ACTUALIZACIÓN DEL CUADRO CLINICO

PACIENTE FEMENINA DE ********** DE EDAD QUE CURSA CON EL


DIAGNOSTICO DE SECUELAS DE ARTRITIS SEPTICA DE CADERA
BILATERAL POR EL 13.06.07 DE ATC DERECHA MALLORY,
ACTUALMENTE SE ENCUENTRA CON DOLOR A NIVEL DE
HERIDA QUIRURGICA QUE DECE (sic) CON ANALGESICOS,
TOLERANDO VIA ORAL… CON HERIDA QUIRURGICA CUBIERTA
CON APOSITO LA CUAL SE ENCUENTRA LIMPIA Y SIN DATOS DE
INFECCIÓN, PRESENTA LESION PARCIAL DEL NERVIO CIATICO
M LLENADO CAPILAR DE 2 SEGUNDOS…

DR. **********. Ced. Prof: **********

185. Asimismo, no puede pasar desapercibido que en la sentencia


reclamada, la responsable hizo alusión a que el médico codemandado
********** reconoció, al absolver posiciones en la audiencia de seis de
enero de dos mil diez, que al estar maniobrando durante la cirugía de
trece de junio de dos mil siete para colocar la prótesis, lesionó a la
actora el nervio ciático. Al respecto la Sala responsable indicó lo
siguiente:

Siendo importante destacar, como lo refiere la apelante, que el


codemandado físico doctor **********, al absolver posiciones en
audiencia que tuvo lugar el seis de enero de dos mil diez, reconoció
que al estar maniobrando durante la cirugía para colocar la prótesis
de la actora le lesionó el nervio ciático de por vida, “aclarando que la
lesión del nervio ciático es una complicación bien conocida y
reportada en la literatura mundial en una incidencia del tres al siete
punto cinco por ciento que es más frecuente en casos de cirugías
múltiples, esto es en pacientes que se les práctica el reemplazo
auricular con antecedentes de cirugías previas y se relaciona
principalmente a la complejidad técnica del procedimiento. Existen
algunos tratamientos que pueden mejorar la condición de la lesión,
incluyendo rehabilitación y otros procedimientos quirúrgicos.”

De lo que se colige que el propio galeno que practicó la intervención


quirúrgica, aceptó ante la autoridad jurisdiccional que la lesión del

82
AMPARO DIRECTO 42/2012

nervio ciático es una complicación que se presenta del tres al siete


punto cinco por ciento, siendo más frecuente en cirugías múltiples,
esto es, en personas con antecedentes de cirugías previas.

186. Luego, es claro que contrario a lo que informa la parte quejosa, en


autos sí quedo debidamente acreditado el nexo causal entre el daño
cometido a la parte actora del juicio natural y el actuar de los
demandados en dicho proceso, pues la lesión en el nervio ciático de la
paciente se produjo como resultado de la intervención quirúrgica de
trece de junio de dos mil siete. El estado de la paciente empeoró
provocando la lesión que en los dictámenes médicos se refiere como
“plexopatía lumbosacra postglangionar sensitivo motora del tipo de la
axonotmesis severa del noventa por ciento sin datos de reinervación”.

187. De igual forma, tanto de la lectura del historial clínico de la tercero


interesada, como del dictamen pericial ofrecido por la parte actora y
valorado por la responsable, se advierte que ********** presenta
secuelas de lesión del nervio ciático, sensitivas y motoras de miembro
pélvico derecho, que le impiden la deambulación autónoma, presenta
discrepancia de longitud a expensas del miembro pélvico derecho y
cuadro de depresión exógena mayor.

188. Sin que pase inadvertido para esta Sala que en el dictamen pericial
ofrecido por el instituto se afirmó que la lesión del nervio ciático de la
parte actora ya existía con anterioridad a la intervención quirúrgica de
trece de junio de dos mil siete, sin embargo, dicho dictamen fue
desestimado por la responsable bajo la premisa esencial de que el
historial clínico de la paciente revelaba lo contrario, es decir que la
lesión del nervio ciático fue posterior a dicha operación y que así fue
reconocido por los peritos de los demandados físicos.

83
AMPARO DIRECTO 42/2012

189. Y es que en efecto, tal como se advierte de la historia clínica de la


tercero interesada en el presente juicio de amparo, la actora del juicio
natural no presentó la lesión en el nervio ciático a que nos hemos
venido refiriendo, sino hasta después de la intervención quirúrgica del
trece de junio de dos mil siete, tal como se sigue de la nota de
evaluación médica en la que se le programó la mencionada
intervención, emitida el veintisiete de febrero del mismo año por los
codemandados físicos del juicio natural y confirmado en la nota de
preinternamiento del cinco de junio del citado año, ambas transcritas
en el primer apartado de esta ejecutoria.

190. De igual forma, esta Primera Sala considera imprecisa la afirmación


de la parte quejosa en torno a que la responsable no reparó en que
debía desestimar el dictamen de la perito ofrecida por la actora del
juicio natural al no tener especialidad en ortopedia. Lo impreciso de
dicho planteamiento estriba en que la responsable si ponderó la
situación que informa la parte quejosa, sin embargo, precisó que aun
dejando de considerar el dictamen de la perito de la actora, de
cualquier forma no variaría la conclusión obtenida en torno a la

84
AMPARO DIRECTO 42/2012

actualización del hecho ilícito y el nexo causal. 41 De ahí que deban


desestimarse los argumentos de la quejosa que se analizan.

191. Por cuanto hace a la supuesta mejoría que la parte quejosa afirma en
relación con la actora del juicio natural, debe decirse que en el
contenido de las pruebas documentales exhibidas por esta última en
el juicio natural identificadas como “electrodiagnóstico del mes de julio
de dos mil siete”, “solicitud de terapias de veintidós de junio de dos mil
siete”, “recibo único de ingresos número ********** de veintidós de
junio de dos mil siete” y “la nota de evolución elaborada el cinco de
octubre de dos mil siete” se corrobora lo sustentado por la autoridad
responsable en el sentido de que, a pesar de haber acudido dicha
paciente a las sesiones de rehabilitación, no mostró mejoría la lesión
del nervio ciático derivada de la intervención del trece de junio de dos
mil siete.

192. En especial, no puede soslayarse la referencia que la Sala


responsable hizo en la sentencia reclamada respecto de la nota de
evolución de cinco de octubre de dos mil siete, del tenor literal
siguiente:

EVOLUCION Y ACTUALIZACIÓN DEL CUADRO CLINICO.

FEMENINO DE ********** DE EDAD QUIEN ES POSTOPERADA DEL


DÍA 13 DE JUNIO DE 2007 PRESENTANDO LESIÓN A NIVEL DE
PLEXO LUMBAR QUIEN ACUDE A ESTE SERVICIO PARA
VALORACIÓN Y PROPUESTA QUIRÚRGICA.

ACTUALMENTE CON AUSENCIA (sic) EN LA SENSIBILIDAD DE L2


HACIA DISTAL, SIN FUNCION MOTORA DESDE L2 HACIA DISTAL,
CON USO DE ORTESIS DE POLIPROPILENO SUROPODALICA EN
MIEMBRO TORACICO DERECHO, SIN COMPROMISO VASCULAR
DISTAL …

RESULTADO DE LOS ESTUDIOS DE AUXILIARES DE


DIAGNOSTICO Y TRATAMIENTO.

85
AMPARO DIRECTO 42/2012

CUENTA CON UNA ELECTROMIOGRAFIA QUE ARROJA DATOS


DE LESION DE PLEXO LUMBAR Y LUMBOSACRO TIPO
AXONOTMESIS MOTORA Y SENSITIVA PARCIAL LUMBAR C SIN
DATOS DE REINERVACION.

DIAGNOSTICOS.
LESION DE NERVIO CIATICO 09550.
PLAN DE TRATAMIENTO E INDICACIONES MEDICAS.
SE CITA EL DIA 16 DE OCTUBRE A SESIÓN

DR. **********.

193. Dicha nota de evolución fue adminiculada con el resto del material
probatorio para establecer que después de casi cuatro meses de la
intervención de trece de junio de dos mil siete, no hubo mejoría en la
condición de la paciente, y que aun suponiendo que la hubiera,
resultaba indudable que con la intervención quirúrgica a que fue
sometida la paciente, se le produjo un daño en el nervio ciático.
Respecto de las documentales identificadas como “electrodiagnóstico
del mes de julio de dos mil siete”, “solicitud de terapias de veintidós de
junio de dos mil siete”, “recibo único de ingresos número ********** de
veintidós de junio de dos mil siete” y “la nota de evolución elaborada el
cinco de octubre de dos mil siete”, la Sala responsable se pronunció
en los siguientes términos:

Documentos todos que efectivamente son demostrativos de que en el


diagnóstico que se le practicó a la actora en el mes de octubre de dos
mil siete, esto es, casi cuatro meses después de la operación, y
habiendo realizado las terapias correspondientes, arrojan que en
realidad no hubo mejoría, pues en esa fecha presentaba ausencia de
sensibilidad y de función motora, con datos de una lesión referida
como plexopatía lumbosacra postglanglionar sensitivo motora del tipo
de la axonotmesis severa del 90% sin datos de reinervación, lo que
significa, según el perito del codemandado doctor **********, una lesión
de un nervio periférico, por fuera de la columna vertebral, y la
axonotmesis corresponde al grado de lesión, que como esta alzada
aprecia fue del noventa por ciento, lo que en todo caso explica la
conducta de la enjuiciante de no continuar con la rehabilitación,
máxime que en autos no se comprobó de manera fehaciente que si no
hubiera desistido de esas sesiones, su recuperación habría sido
satisfactoria, ni tampoco se probó, como bien lo refiere la apelante, el
tiempo estimado de la persistencia de esa lesión.

86
AMPARO DIRECTO 42/2012

Es así que no obstante que se haya demostrado alguna mejoría en la


cadera de la actora, es indudable que con la intervención quirúrgica a
que fue sometida para ese efecto, se le produjo un daño en el nervio
ciático y por ende la acción de responsabilidad civil subjetiva fundada
en el artículo 1910 del Código Civil para el Distrito Federal intentada
por ********** es procedente.

194. Así, es claro que la responsable sí ponderó todos los aspectos


inherentes a los requisitos para actualizar la responsabilidad civil
subjetiva por daño material y, por lo mismo, resultan infundados los
conceptos de violación que se hacen valer en este sentido.

195. Por lo demás, esta Primera Sala considera igualmente infundados


los argumentos de la parte quejosa en que afirma que se estaba en
presencia de un caso fortuito y que se debió apreciar que los médicos
demandados no actuaron con impericia, negligencia, ni mucho menos
con culpa grave.

196. Lo anterior es así, porque como ya fue relatado los elementos para
actualizar la responsabilidad civil subjetiva son la conducta
antijurídica, el daño y la culpa, mismos que fueron acreditados ante la
responsable en los términos narrados a lo largo de esta resolución,
circunstancia que no sucedió así en torno al caso fortuito que propone
la quejosa.

197. Además, no puede soslayarse que la responsable jamás hizo


referencia a que los médicos actuaron con impericia y negligencia,
sino más bien a que conociendo los riesgos y la situación física de su
paciente no adoptaron todas aquellas medidas que impidieran la
actualización del riesgo conocido o simplemente se abstuvieron de
practicar la cirugía del trece de junio de dos mil siete, en aras de
evitarle a su paciente un perjuicio mayor, máxime que esta pretendía
mejorar su condición y no empeorarla lo cual conlleva al referido

87
AMPARO DIRECTO 42/2012

incumplimiento por parte de los médicos a su obligación de medios.


Además de que a lo largo de la secuela procesal no aportaron los
medios probatorios necesarios para acreditar que, en atención a
los antecedentes clínicos de la paciente, se haya actuado con
apego a la lex artis ad hoc, pues como ha quedado señalado en
este fallo, son ellos quienes debían probar que su actuar fue
apegado a la literatura médica universalmente aceptada y que
aplicaron las medidas pertinentes a la situación clínica concreta.

198. Lo anterior, en virtud de que si bien es cierto que los médicos


ofrecieron distintos medios de prueba referentes a los principios
médicos y científicos para la práctica de una artroplastia de cadera del
lado derecho en condiciones clínicas normales, estos no podían ser
considerados como los óptimos para atender a la paciente, pues
dada su condición clínica de haber sido operada en diversas
ocasiones, los médicos en cumplimiento a su obligación de medios —
conociendo los riesgos y la situación física de su paciente—debieron
demostrar haber actuado conforme a la lex artis ad hoc y que
adoptaron todas aquellas medidas que impidieran la actualización del
riesgo conocido.

199. En ese sentido, esta Primera Sala considera importante precisar que
lo anterior no implica que, en materia de responsabilidad médica, en
todo momento la carga probatoria corresponda al médico, sino lo que
se promueve es una distribución de la misma atendiendo a los
principios de proximidad y facilidad probatoria, esto es, que las partes
participen de manera activa en el proceso al aportar los elementos de
convicción que estimen necesarios para que el juzgador pueda llegar
a la verdad. En ese sentido, dada la complejidad del caso y la
especialidad del acto médico controvertido, en el caso concreto, la
dinámica probatoria tiende a inclinarse sobre los médicos

88
AMPARO DIRECTO 42/2012

codemandados, pues es a ellos a quienes les es exigible conocer los


riesgos derivados de la condición física de su paciente y adoptar las
medidas para evitar su actualización y, por tanto, aportar los
elementos necesarios para demostrar que su actuar fue diligente.

200. De este modo, al haber quedado debidamente acreditado ante la


responsable tanto el hecho ilícito como el nexo causal necesarios para
la procedencia de la responsabilidad civil subjetiva por daño corporal
es que resultan infundados los conceptos de violación que se
analizan.

201. Por tanto, la pregunta que nos ocupa debe responderse en sentido
afirmativo, esto es, sí fue correcta la determinación de la sentencia
reclamada en torno a que el acervo probatorio del juicio natural
acreditó la procedencia de la acción de responsabilidad civil por daño
corporal, a que se refiere el artículo 1910 del Código Civil para el
Distrito Federal.

202. Segunda cuestión: ¿La Sala responsable estuvo en lo correcto al


considerar que la lesión en el nervio ciático de la parte actora del
juicio natural es parcial permanente?

203. En los conceptos de violación tercero, quinto, séptimo, noveno y


décimo se hace valer, entre otras cuestiones, que la Sala responsable
indebidamente calificó la lesión del nervio ciático de la actora como
una “incapacidad parcial permanente”, soslayando que con
procedimientos de rehabilitación puede recuperar la movilidad de su
pierna derecha y mejorar su calidad de vida. Dichos planteamientos
son infundados tal y como enseguida se demostrará:

89
AMPARO DIRECTO 42/2012

204. En la sentencia reclamada se estableció que en ninguno de los


dictámenes periciales se determinó de manera contundente que la
lesión producida a la actora fuera reversible, pues los peritos de los
codemandados señalaron una mera expectativa de mejoría con
ejercicios de rehabilitación, por lo que al momento de formularse la
liquidación correspondiente, en ejecución de sentencia, deberá
considerarse que se trata de una incapacidad permanente por lesión
del nervio ciático.

205. Dicha conclusión está apegada a derecho en virtud de que de los


dictámenes periciales ofrecidos por los demandados del juicio natural,
efectivamente no se advierte una afirmación contundente y razonada
en el sentido de que la lesión en el nervio ciático de la actora sea
reversible, mientras que sí existe una categórica referencia a que esa
misma lesión es permanente en el diverso dictamen rendido por la
médico ********** (perito designada por la actora).

206. En efecto, respecto del tópico que nos ocupa, la perito de la parte
actora refirió que a esta última se le causó un daño permanente y
parcial en el movimiento de su pierna derecha que le impide marcha
autónoma, con alteración de la sensibilidad, causándole alteración en
la longitud de la pierna derecha, quedando más larga que la izquierda,
por lo que lejos de mejorar su calidad de vida, empeoró un problema
existente, dejando secuelas permanentes, ya que el daño al nervio
ciático es irreversible, lo que le impide trabajar en labores de
arqueología de campo.

207. A su vez, el perito del instituto demandado refirió que la actora ya


presentaba incapacidad severa previa a la cirugía, que la invalidaba
de forma definitiva para su trabajo y que la lesión del nervio ciático
derecho por elongación se inició en el procedimiento de alargamiento

90
AMPARO DIRECTO 42/2012

del fémur derecho, pudiendo reincorporarse a su ámbito laboral


sometiéndose a medicina física de rehabilitación por espacio mínimo

91
AMPARO DIRECTO 42/2012

de veinticuatro meses.42

208. Por su parte, el perito del médico codemandado ********** indicó que la
actora tiene una incapacidad parcial que la afecta desde la infancia,
y la complicación de lesión del nervio ciático no provoca una
incapacidad total, pues con férulas y tratamiento ortopédico integral,
que incluye la cirugía de reemplazo de la cadera izquierda y su
rehabilitación “puede mejorar”. Sin embargo, también agrega que
suponiendo que se tratara de una lesión en el nervio ciático derecho
que no fuese reversible, la Ley Federal del Trabajo establece en su
artículo 514, que a la lesión total del nervio ciático le corresponde una
indemnización máxima del cuarenta por ciento, lo que no trae como
consecuencia la incapacidad total y permanente para una vida laboral
activa.

209. Así las cosas, mientras que el perito del médico codemandado
********** indicó en su dictamen que en el proceso de recuperación en
una cirugía protésica simple sin complicaciones, se comienza a
presentar mejoría relativa desde el primer mes hasta el tercer o cuatro
en que se dejan muletas y bastones. Pero en los casos complejos con
compromiso neurológico, el tiempo es muy prolongado porque los
tejidos nerviosos son los de más lenta recuperación y pueden tomar
muchos meses.

210. Asimismo, el perito de referencia indicó ante la pregunta de “¿Cuándo


se puede precisar que una paciente quedó con secuelas, después de
haber sido sometida a un tratamiento quirúrgico de reemplazo articular
total de cadera o si hubo una completa mejoría o recuperación?”, que
dicha interrogante es muy compleja de responder y puede dar lugar a
respuestas que sólo son de suposición.

92
AMPARO DIRECTO 42/2012

211. Finalmente, el perito tercero en discordia señaló que de acuerdo al


estudio electromiográfico del trece de julio de dos mil siete, existe una
axonotmesis severa del noventa por ciento sin datos de reinervación,
por lo que sí existió una lesión parcial del nervio ciático, pero
incompleta, recuperable en un grado variable y en un tiempo
impredecible. Dicha lesión, afirma, se manifiesta por incapacidad para
levantar la punta del pie y disminución de la sensibilidad del mismo, lo
que generalmente se corrige con férulas y rehabilitación, afirmando
que en julio de dos mil siete la actora tenía una lesión que no la
invalidaba definitivamente y la incapacidad no era total ni permanente.

212. De lo hasta aquí expuesto se advierte que, contrario a lo sustentado


por la parte quejosa, la Sala responsable estuvo en lo correcto al
concluir que en el sumario no se acreditaba que la lesión del nervio
ciático de la parte actora fuera temporal, sino en todo caso
permanente, en virtud de que los dictámenes emitidos por los peritos
de los demandados, en relación con el del tercero en discordia, no
daban datos contundentes en torno a la reversibilidad de la lesión
apuntada.

213. Aspecto que incluso se ve confirmado por el hecho de que los peritos
hicieron alusiones sumamente generales en torno a la posibilidad de
revertir la lesión del nervio ciático mediante terapias, rehabilitación e
incluso una nueva intervención quirúrgica. Más aún, el perito de uno
de los demandados físicos refirió que suponiendo que la lesión fuera
permanente, la cuantificación respectiva debía tener como referente el
máximo del cuarenta por ciento previsto en la Ley Federal del Trabajo.

214. Aunado a lo anterior, debe recordarse que tal y como ya fue referido
en esta resolución, en la sentencia reclamada se hizo alusión a que el
codemandado físico ********** reconoció, al absolver posiciones en la

93
AMPARO DIRECTO 42/2012

audiencia de seis de enero de dos mil diez, que al estar maniobrando


durante la cirugía de trece de junio de dos mil siete para colocar la
prótesis lesionó el nervio ciático a la actora.

215. Aspectos todos que fueron ponderados por la responsable y que la


llevaron a la convicción de que la lesión del nervio ciático de la actora
es parcial y permanente, lo que debería tenerse en cuenta al ejecutar
la liquidación y ejecución de su sentencia.

216. Por lo demás, como ya quedó señalado en el presente fallo, esta


Primera Sala ha sustentado el criterio relativo a que debido a la
dificultad que representa para la víctima probar el actuar irregular
de los médicos, se posibilita un desplazamiento de la carga de la
prueba para que sean ellos los que demuestren que el
procedimiento médico se realizó de acuerdo a los cuidados
establecidos en la normatividad de la materia y al deber de
diligencia que le exige la profesión médica. Lo cual se justifica de
acuerdo con los principios de facilidad y proximidad probatoria, con
base en los cuales debe satisfacer la carga de la prueba la parte que
dispone de los medios respectivos o puede producirla o aportarla al
proceso a un menor coste para que pueda ser valorada por el juez.

217. En este sentido, si con base en el desplazamiento de la carga de la


prueba antes apuntada, el instituto y los médicos demandados en el
juicio natural no acreditaron cabalmente la reversibilidad de la lesión
del nervio ciático de la actora, entonces es claro que la responsable
estuvo en lo correcto al estimar que dicho daño era de carácter
permanente, máxime que la perito ofrecida por la actora así lo
sustentó.

94
AMPARO DIRECTO 42/2012

218. Por tanto, la pregunta que nos ocupa debe responderse en sentido
afirmativo, es decir, la Sala responsable estuvo en lo correcto al
considerar que la lesión en el nervio ciático de la parte actora del juicio
natural es parcial permanente, a la luz del acervo probatorio existente
en el expediente.

219. No obsta a lo anterior, el argumento de la parte quejosa relativo a que


la Sala responsable omitió analizar la ampliación del dictamen rendido
por el perito tercero en discordia, pues si bien dicha ampliación no fue
considerada por la responsable, lo cierto es que reviste la misma
generalidad en torno a la posibilidad de revertir la lesión del nervio
ciático de la actora, por lo cual encuadra perfectamente en los
razonamientos empleados en la sentencia reclamada para considerar
que no se acreditó que el daño causado a la paciente fuera
irreversible.

95
AMPARO DIRECTO 42/2012

220. En efecto, obra en autos la ampliación del dictamen mencionado,

96
AMPARO DIRECTO 42/2012

mismo que data del veinte de abril de dos mil diez 43, que en lo que a
esta resolución interesa dice:

El suscrito **********, en mi carácter de PERITO TERCERO EN


DISCORDIA EN MATERIA DE ORTOPEDIA… vengo a presentar
como ampliación al dictamen que en su oportunidad presenté el día
10 de marzo, el resultado de la revisión clínica de la actora **********:

Hago de su conocimiento Su Señoría, que ésta es una transcripción


fiel de los estudios arriba mencionados, que resalto con caracteres en
color rojo, ya que nos muestra que existe una mejoría en la respuesta
de los nervios afectados y que inervan a los músculos que se
mencionan y que por lo tanto CONFIRMO que se trata de una
LESION NO COMPLETA DEL NERVIO, PARCIAL, TEMPORAL Y
RECUPERABLE EN UN PLAZO NO DETERMINADO.

Por lo anterior, ante usted y con debido respeto, ratifico en todas y


cada una de sus partes, el dictamen presentado el 10 de marzo del
2010.

221. Como se observa, en la ampliación del dictamen aun cuando se


menciona que la lesión es recuperable, no indica de manera
contundente la razón de tal afirmación y por el contrario, deja un grado
de incertidumbre amplio al indicar que el plazo de la recuperación es
“NO DETERMINADO”, por lo cual, se insiste, a ningún fin practico
conduciría su eventual análisis por la responsable, en tanto que
encuadraría en la razón por la cual esta última consideró que los
demandados no acreditaron lo temporal de la lesión provocada a la
tercero interesada del presente juicio constitucional. De ahí lo
infundado de los conceptos de violación que se analizan.

222. Ahora bien, en los conceptos de violación undécimo y decimocuarto


se afirma que la Sala responsable fue incongruente al haber
condenado al instituto a continuar brindando atención médica a la
actora, pese a que existe una pérdida de confianza por parte de la
misma hacia la institución y que de manera equivocada se determinó
el alcance de la incapacidad de la paciente debido a que sus
funciones laborales, al momento de la lesión, no involucraban trabajo

97
AMPARO DIRECTO 42/2012

de campo. Dichos planteamientos son infundados en virtud de lo


siguiente.

223. Cierto es que la responsable condenó al instituto quejoso a continuar


prestando los servicios hospitalarios que requiere la actora del juicio
natural para su atención médica, tanto en el aspecto físico como
psicológico, en aras de lograr una mejoría en su calidad de vida, al
considerar que los demandados del juicio natural, incluyendo la parte
quejosa, incurrieron en responsabilidad civil subjetiva por daño
corporal.

224. Dicha condena, por sí misma, no puede dar lugar a estimar la


ilegalidad de la sentencia reclamada, pues aquélla fue decretada en
ejercicio del arbitrio judicial que, para la individualización de
sanciones, permite el derecho civil del orden común y además, porque
es congruente que si la institución responsable brinda servicios
públicos de rehabilitación y la misma fue determinada como civilmente
responsable del daño corporal que sufrió una de sus pacientes
(tercero interesada en el presente asunto), entonces esa misma
institución bien puede proporcionarle la atención médica necesaria
para su rehabilitación.

225. No obsta a lo anterior, el hecho de que la actora del juicio natural haya
manifestado que perdió la confianza en el instituto y que ello haya sido
ponderado por la Sala responsable, pues finalmente condenar a dicho
instituto a seguir prestando los servicios de atención médica es una
cuestión que en todo caso debe ser controvertida por la paciente,
pues es a ella a quien se le prestarán dichos servicios y es el instituto
quejoso el que tiene la obligación de responder por el daño corporal
causado a la actora del juicio natural, al haber sido acreditada la
responsabilidad civil subjetiva correspondiente.

98
AMPARO DIRECTO 42/2012

226. Por cuanto hace a que la responsable determinó de manera


equivocada el alcance de la incapacidad de la paciente debido a que
sus funciones laborales, al momento de la lesión, no involucraban
trabajo de campo, debe decirse que tampoco trae consigo la ilegalidad
de la sentencia reclamada, pues en la sentencia reclamada no se
analizó el alcance de la lesión en el nervio ciático de la actora, sino
únicamente el tipo de lesión que la misma revestía, a saber, parcial y
permanente, mientras que lo concerniente al alcance y cuantificación
que por concepto de dicho daño se debía cubrir fue reservado para la
fase de ejecución de sentencia en el respectivo incidente de
liquidación.

227. Esta Primera Sala no soslaya que la responsable hizo alusión en su


sentencia a que la paciente desempeñaba labores de antropología.
Sin embargo, ello lo hizo en referencia al dictamen pericial ofrecido
por la perito de la parte actora, esto es, sin que dicha consideración
formara parte propiamente del razonamiento empleado por la
responsable para determinar el tipo de lesión causado a la actora,
máxime que, como ya fue relatado en esta ejecutoria, la
determinación en ese aspecto se debió a que en autos quedó
acreditada la existencia de una lesión en el nervio ciático de **********
y los peritos de los demandados, así como el tercero en discordia, no
demostraron de manera contundente la reversibilidad de dicha lesión.
De ahí lo infundado de los conceptos de violación que se analizan.

TEMA 3. RESPONSABILIDAD CIVIL POR DAÑO MORAL.

99
AMPARO DIRECTO 42/2012

228. Esta Primera Sala advierte que tratándose de asuntos que versen
sobre el análisis de actos médicos en los que se controvierte el
consentimiento informado dado por el paciente para someterse al
tratamiento médico, la responsabilidad civil por daño moral puede
tener su origen en dos fuentes. Por un lado, aquella que es
consecuencia inmediata del daño material y la afectación que ese
daño produce en los sentimientos, vida privada y aspectos físicos de
la persona, y por otro (independiente de la afectación material) la que
se origina por la propia falta de consentimiento informado previo a
practicarse algún tratamiento o procedimiento médico a un paciente.
Esto último, en virtud de que como se demostrará en los párrafos
siguientes la falta de consentimiento informado atenta contra la
autonomía de la voluntad de los pacientes, pues éstos pudieran ser
sometidos a procedimientos respecto de los cuales no se les
informaron adecuadamente los beneficios y los riesgos, así como la
existencia de alternativas al mismo, lo cual debe tomarse como una
acción negligente por parte del profesional médico-sanitario.

229. De tal manera, en caso de que un paciente que no haya sufrido un


daño material y se encontrase ante la ausencia de consentimiento
informado o, aduzca que éste se haya otorgado de manera deficiente
y que ello le provoco algún daño de los previstos en el artículo 1916
del Código Civil para el Distrito Federal, a él le corresponde la carga
de demostrar, por ejemplo el impacto emocional que le provocó dicho
tratamiento o procedimiento médico sin haber tenido la información
pertinente para aceptarlo o rechazarlo. Para que se actualice la
responsabilidad por daño moral tendrá que acreditar: 1) una acción
negligente; 2) el nexo causal; y 3) el daño.

230. En el caso, fue a partir de la distinción anterior que el Tribunal


Colegiado resolvió que la carta de consentimiento informado de cinco

100
AMPARO DIRECTO 42/2012

de junio de dos mil siete; (la cual no reunía los requisitos mínimos
establecidos en la NOM 168-SSA1-1998, Del expediente clínico,
debía ser valorada por la autoridad responsable para resolver la
procedencia de la pretensión de daño moral. En esas circunstancias el
propio órgano colegiado resolvió que, con plenitud de jurisdicción, la
Sala responsable debía valorar el resto del material probatorio y
establecer en qué hipótesis normativa de daño moral se ubicaban los
codemandados.

231. Al respecto, esta Primera Sala considera importante desarrollar el


marco normativo aplicable para establecer los alcances del
consentimiento informado en la atención médica, así como exponer
cómo se desarrolla este principio en la práctica médica, tanto porque
esa fue una de las razones que justificaron la atracción del asunto,
como para establecer si la hipótesis normativa aplicada por la
autoridad responsable corresponde con las consecuencias que
generan una deficiente información. Para tal efecto, se consultó a dos
expertos de la Academia Nacional de Medicina de México.

101
AMPARO DIRECTO 42/2012

232. Primera cuestión: ¿Cuál es el marco normativo —vigente al


momento de los hechos— y el alcance del consentimiento

102
AMPARO DIRECTO 42/2012

informado en la atención médica?44

103
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233. Como es sabido el artículo 4° constitucional, en su párrafo cuarto 45,


establece que toda persona tiene derecho a la protección de la salud,
por lo que la ley definirá las bases y modalidades para el acceso a los
servicios de salud y establecerá la concurrencia de la Federación y las
entidades federativas en materia de salubridad general. Por su parte,

104
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la Ley General de Salud considera que, entre otras, las finalidades 46


del derecho a la protección de la salud son el bienestar físico y mental
de la persona, para contribuir al ejercicio pleno de sus capacidades,
así como la prolongación y el mejoramiento de la calidad de la vida
humana.

105
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234. En ese sentido, el artículo 3°, fracciones I, II, IX y XIX, de la propia

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Ley47, establecía como materias de salubridad general la organización,


control y vigilancia de la prestación de servicios y de establecimientos
de salud a los que se refiere el artículo 34, fracciones I, III y IV, de esta

107
AMPARO DIRECTO 42/2012

Ley48; la atención médica, preferentemente en beneficio de grupos


vulnerables; la organización, coordinación y vigilancia del ejercicio de
las actividades profesionales, técnicas y auxiliares para la salud; así
como la prevención de la invalidez y la rehabilitación de los inválidos.

235. Por su parte, de los artículos 9 y 48, del Reglamento de la Ley


General de Salud en Materia de Prestación de Servicios de Atención

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AMPARO DIRECTO 42/2012

Médica49 se desprende que la atención médica debía llevarse a cabo


de conformidad con los principios científicos y éticos que orientan la
práctica médica, que los usuarios tendrían derecho a obtener
prestaciones de salud oportunas y de calidad idónea además de
recibir atención profesional y éticamente responsable.

109
AMPARO DIRECTO 42/2012

236. Mientras que del artículo 8050 del mismo ordenamiento se desprende
la obligación de todo hospital a recabar una autorización escrita y
firmada por el paciente, en caso de que su estado lo permitiera, para
practicarle los procedimientos médico quirúrgicos necesarios de
acuerdo al padecimiento de que se trate, debiendo informarle
claramente el tipo de documento sin que se excluya la necesidad de
recabar después el documento correspondiente a cada procedimiento
que entrañe un alto riesgo para el paciente, como lo puede ser
cualquier intervención que amerite anestesia general. Dicha obligación
debía ajustarse a los requisitos establecidos en los diversos artículos

110
AMPARO DIRECTO 42/2012

82 y 8351, así como a las normas técnicas correspondientes.


237. En ese sentido, es necesario acudir a la NOM-168-SSA1-1998, Del
expediente clínico, para consultar cuáles eran las definiciones y los
requisitos que debían colmar los documentos a los que hace
referencia el artículo 80 del reglamento, así como qué tipos de
procedimientos exigían la elaboración de los mismos.

238. En primer lugar, la norma referida establece que las “cartas de


consentimiento bajo información” son aquellos documentos escritos,
signados por el paciente o su representante legal, mediante los cuales
se acepta, bajo debida información de los riesgos y beneficios
esperados, un procedimiento médico o quirúrgico con fines
diagnósticos, terapéuticos o rehabilitatorios. En ese sentido, debemos
tomar en cuenta que las cartas de consentimiento bajo información
deben encontrarse integradas al expediente clínico de la paciente,
pues la propia NOM-168-SSA1-1998, Del expediente clínico. señala
que el expediente clínico es el conjunto de documentos escritos,
gráficos e imagenológicos o de cualquier otra índole, en los cuales el

111
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personal de salud lleva a cabo el registro, las anotaciones y las

112
AMPARO DIRECTO 42/2012

certificaciones de sus intervenciones.52

239. En segundo término, debe mencionarse que la NOM-168-SSA1-1998


Del expediente clínico, establece los requisitos mínimos que debían
contener las cartas de consentimiento bajo información, así como los
eventos mínimos que requieren la elaboración de un documento de
estas características. Entre los requisitos mínimos destacan el acto
autorizado y el señalamiento de los riesgos y beneficios esperados del
acto médico autorizado; mientras que entre los eventos que requieren
de una carta sobresalen, para efectos del caso concreto, los

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siguientes: el ingreso hospitalario, los procedimientos de cirugía mayor

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y los procedimientos que requieren anestesia general.53

240. En suma, hemos podido identificar el marco normativo vigente al


momento en que se realizó la cirugía y, por tanto, aplicable al caso
concreto, el cual queda delimitado por lo establecido en el artículo 4°
constitucional; los artículos 2, fracciones I y II, 3, fracciones I, II, IX,
XIX, ambos de la Ley General de Salud; los artículos 9, 48, 80, 82 y
83, del Reglamento de la Ley General de Salud en Materia de
Prestación de Servicios de Atención Médica; y los puntos 4.2, 4.4,
10.1.1, 10.1.1.1, 10.1.1.1.1 a 10.1.1.1.8, 10.1.1.2, 10.1.1.2.1 a
10.1.1.2.8, de la NOM-168-SSA1-1998, Del expediente clínico.
241. Aunado a lo anterior, esta Primera Sala advierte la existencia de
diversos instrumentos internacionales que si bien no son vinculantes
para el Estado mexicano, los criterios en ellos contenidos resultan
orientadores para el conocimiento de algunos principios universales
basados en valores comunes para abordar los problemas que
plantean los adelantos científicos y el desarrollo tecnológico en la
medicina.

242. El primero de estos instrumentos, es la Declaración de Lisboa de la


Asociación Médica Mundial (AMM) sobre los Derechos del Paciente,
adoptada por la 34ª Asamblea de la AMM, en Lisboa, Portugal, en
septiembre y octubre de mil novecientos ochenta y uno, la cual ha sido
recientemente reafirmada por la 200ª Sesión del Consejo de la AMM,
en abril de dos mil quince. Esta declaración, entre otras cuestiones
reconoce que la relación entre los médicos, sus pacientes y la
sociedad ha sufrido importantes cambios en los últimos años, por lo
que, aunque el médico siempre debe actuar de acuerdo a su
conciencia y en el mejor interés del paciente, éste debe hacer los
mismos esfuerzos a fin de garantizar la autonomía del paciente.

115
AMPARO DIRECTO 42/2012

243. En ese sentido, la declaración reconoce el derecho a la


autodeterminación como aquel que el paciente tiene para tomar
decisiones libremente en relación a su persona, respecto de las cuales
el médico deberá informarle las consecuencias de su decisión. Así, se
establece que el paciente adulto mentalmente competente tiene
derecho a dar o negar su consentimiento para cualquier examen,
diagnóstico o terapia y posee el derecho a la información necesaria
para tomar sus decisiones, así como que entienda claramente cuál es
el propósito de todo examen o tratamiento y las consecuencias de no
dar su consentimiento. En esa línea, la Declaración considera que el
derecho a la información consiste en que el paciente reciba aquélla
registrada sobre su persona en su historial médico y a estar totalmente

116
AMPARO DIRECTO 42/2012

informado sobre su salud, inclusive los aspectos médicos de su

117
AMPARO DIRECTO 42/2012

condición.54

244. En segundo término, la Declaración Universal sobre Bioética y


Derechos Humanos, aprobada en octubre de dos mil cinco, por la
Conferencia General de la Organización de las Naciones Unidas para
la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), tuvo como objetivo,
entre otras cuestiones, orientar la acción de los individuos y las
instituciones para promover el respeto a la dignidad humana, así como
la aplicación del conocimiento científico en la práctica médica en
beneficio de los pacientes para reducir al máximo los posibles efectos
nocivos. Así, establece en sus artículos 5 y 6, punto 1, que se debe
respetar la autonomía de la persona respecto a la facultad para tomar
decisiones asumiendo responsabilidad de éstas por lo que toda
intervención médica preventiva, diagnóstica y terapéutica sólo habrá

118
AMPARO DIRECTO 42/2012

de llevarse a cabo con el consentimiento informado de la persona el

119
AMPARO DIRECTO 42/2012

cual deberá estar basado en información adecuada.55


245. El tercer instrumento internacional es el Convenio para la Protección
de los Derechos Humanos y la Dignidad del Ser Humano con respecto
a las Aplicaciones de la Biología y la Medicina, conocido
coloquialmente como “Convenio de Oviedo”, el cual establece que
ninguna intervención en una persona puede llevarse a cabo sin su
consentimiento informado, entendiendo “intervención” en su más
amplio sentido, es decir, comprendiendo los actos médicos,
especialmente las intervenciones practicadas con fines preventivos,
diagnósticos, de tratamiento, rehabilitadores o de investigación. El

120
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Convenio es un instrumento vinculante para los Estados Parte, fue

121
AMPARO DIRECTO 42/2012

firmado por México, aunque aún no es ratificado.56

246. En ese sentido, el secretario general del Consejo de Europa al emitir el


Informe Explicativo de dicho Convenio, señala que la información
sobre los riesgos que acarrea su intervención o sus alternativas debe
comprender no sólo los riesgos inherentes al tipo de intervención de
que se trate, sino también los riesgos referentes individuales de cada

122
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paciente, derivados de la edad o de la concurrencia de otras

123
AMPARO DIRECTO 42/2012

patologías.57

247. Cabe reiterar que los principios recogidos en la Declaración de Lisboa


de la AMM sobre los Derechos del Paciente, en la Declaración
Universal sobre Bioética y Derechos Humanos, y en el Convenio para
la Protección de los Derechos Humanos y la Dignidad del Ser Humano
con respecto a las Aplicaciones de la Biología y la Medicina, no son
vinculantes para el Estado mexicano. Sin embargo, dado que se
encuentran sustentados en valores comunes para abordar problemas
caracterizados por su alta complejidad técnica respecto a los
adelantos científicos de la medicina resultan orientadores para la
aproximación a temas como el que ahora se resuelve. Dichos
principios y valores comunes —inclusive— ya han sido reconocidos
por distintas autoridades federales en materia sanitaria al momento de
emitir algunos instrumentos administrativos.

248. Por ejemplo, la Secretaría de Salud emitió un Código de Bioética para


el Personal de Salud, el cual establece que el paciente —o su
representante legal— debe ser informado por el médico tratante, con
sentido humano, sobre su enfermedad, las alternativas para su
tratamiento, las probables complicaciones y cómo evitarlas, por lo que
dicha información se expresará con lenguaje claro y veraz, de forma
que sea inteligible para el enfermo que le permita ser partícipe en el
manejo de su propia enfermedad. De tal modo, la Secretaría de Salud
reconoce que el consentimiento válidamente informado del paciente
constituye la más sólida expresión de su autonomía.

249. En esa misma línea, la Secretaría de Salud, en el Código de Conducta


para el Personal de Salud de la dependencia, destaca la importancia
del consentimiento informado como un estándar de trato profesional,
pues tratándose de intervenciones quirúrgicas establece que el médico

124
AMPARO DIRECTO 42/2012

deberá explicar al paciente con honradez y sinceridad, las


características del acto quirúrgico, sus riesgos, los posibles resultados
y si es el caso los costos del mismo.

250. Por su parte, la Comisión Nacional de Arbitraje Médico también ha


reconocido los principios internacionales previamente referidos en su
Carta de los Derechos Generales de los Pacientes, en la cual se
manifiesta que aquellos cuentan con los derechos a recibir
información, decidir libremente y otorgar o no su consentimiento
válidamente informado.

251. De esta forma, puede apreciarse que las autoridades sanitarias han
reconocido la importancia orientadora de los principios referidos, pues
aun cuando los instrumentos en que se encuentran recogidos no son
vinculantes para el Estado mexicano, la complejidad arrojada por el
constante desarrollo científico en la medicina exige allegarse de
fuentes especializadas en la materia que permitan un mejor
entendimiento de los desafíos que conlleva el derecho a la protección
de la salud.

252. Asimismo, esta Primera Sala al resolver la contradicción de tesis


93/2011, el veintiséis de octubre de dos mil once, por unanimidad de
cinco votos, se pronunció sobre la necesidad de que el paciente sea
informado acerca de las características del procedimiento médico al
que será sometido. Dicho criterio fue reflejado en la tesis aislada cuyo
rubro y contenido, son los siguientes:

CONSENTIMIENTO INFORMADO. DERECHO FUNDAMENTAL DE


LOS PACIENTES. El consentimiento informado es consecuencia
necesaria o explicitación de derechos a la vida, a la integridad física y
a la libertad de conciencia, el cual consiste en el derecho del paciente
de otorgar o no su consentimiento válidamente informado en la
realización de tratamientos o procedimientos médicos. En tal sentido,
para que se pueda intervenir al paciente, es necesario que se le den a

125
AMPARO DIRECTO 42/2012

conocer las características del procedimiento médico, así como los


riesgos que implica tal intervención. A través de éste el paciente
asume los riesgos y consecuencias inherentes o asociados a la
intervención autorizada; pero no excluye la responsabilidad médica

126
AMPARO DIRECTO 42/2012

cuando exista una actuación negligente de los médicos o instituciones

127
AMPARO DIRECTO 42/2012

de salud involucrados.58

253. Ahora bien, atendiendo a la importancia y trascendencia del tema por


las cuales fue atraído el presente asunto y con la finalidad de conocer
las mejores prácticas en materia de consentimiento informado, se
consideró indispensable consultar, a través de un cuestionario, a dos
expertos designados por la Academia Nacional de Medicina de
México, Asociación Civil. Lo anterior con la finalidad de poder emitir un
fallo de manera informada y evitar incurrir en especulaciones en torno
a ámbitos que van más allá del conocimiento ordinario del derecho
que el juzgador debe tener.

254. El doctor **********, miembro titular de la Academia Nacional de


Medicina, Asociación Civil, al responder al cuestionario que le fue
planteado, respondió textualmente lo siguiente: (subrayado propio)

1) De manera general, ¿qué es el consentimiento


informado?
R. Es el procedimiento en el que una persona autoriza la realización
de una intervención médica.

2) ¿Para qué tipo de intervenciones quirúrgicas y


procedimientos relacionados con éstas se requiere obtener el
consentimiento informado del paciente?
R. Para todas aquellas intervenciones que se salen de lo
habitual, en que se plantean varias alternativas, con un riesgo mayor
a lo frecuentemente conocido.

3) ¿Cuál es el procedimiento para obtener el consentimiento


informado?
R. En forma libre e inequívoca el paciente deberá recibir una
explicación adecuada y completa de la finalidad y naturaleza de la
intervención, de sus posibles riesgos y consecuencias. En casos de
excepción (menores de edad, estado crítico del sujeto o limitado en su
capacidad) puede firmar el consentimiento un representante
autorizado.

4) ¿Consta en una sola instancia o, por el contrario, es


continuado y gradual?
R. Deberá fijarse el período de estudio y de seguimiento. En
caso de extenderse, se requiere de nuevo consentimiento informado.

128
AMPARO DIRECTO 42/2012

5) ¿Qué información debe proporcionar el médico al


paciente?
R. Lo más extensa posible, en lenguaje de fácil comprensión, la
participación individual y voluntaria, los beneficios esperables de la
investigación, así como sus riesgos; en su caso, la existencia de
tratamiento alternativo y sus ventajas, el tiempo previsto del estudio,
su carácter confidencial, las obligaciones del investigador en los
rubros de servicios médicos, realización de estudios y su posible
gratuidad. El derecho del sujeto de retirarse del estudio en cualquier
momento.

6) ¿La forma escrita del consentimiento informado es


constitutiva de éste o simplemente demostrativa y formal?
R. Es necesaria la forma escrita.

7) ¿La información brindada al paciente puede ser genérica


o debe el médico detallar por escrito la información tomando en
cuenta las características particulares del paciente?
R. Debe ser genérica y en ocasiones además con información
particular.

8) ¿Los antecedentes médicos del paciente deben de quedar


expresados en la carta de consentimiento informado?
R. No son necesarios.

9) ¿Qué tipo de riesgos deben ser informados por el médico


al paciente? ¿Qué tan probables deben ser los riesgos para que
sea necesario hacerlos del conocimiento del paciente? (Los más
frecuentes, los poco frecuentes, los extraños, etc.)
R. Se informará de todos los riesgos, debe proporcionarse el tipo
de riesgo y su probabilidad.

10) ¿Tiene participación la institución médica en el proceso


de obtención del consentimiento informado en intervenciones
quirúrgicas y procedimientos relacionados con éstas? En caso
afirmativo ¿en qué consiste su participación?
R. La participación de la Institución es inherente a su estancia
hospitalaria. En la aceptación a ser atendido en dicho establecimiento,
se firma un consentimiento general.

11) ¿Cuál debe ser el papel del médico tratante y el del


médico cirujano con respecto a la obtención del consentimiento
informado? ¿Cuál de ellos lo debe recabar? ¿Lo deben hacer
personalmente?
R. La participación del médico tratante debe ser directa con el
paciente en la obtención del consentimiento de una acción médica o
quirúrgica. En la obtención final de la firma y/o detalles secundarios
puede participar un integrante del grupo médico del facultativo.

12) ¿Se admite como consentimiento informado aquél


obtenido tras haber asistido a una plática grupal general o es
necesario que a cada paciente se le brinde información
personalizada? (Por ejemplo, si debido a las características del

129
AMPARO DIRECTO 42/2012

paciente, el riesgo A que genéricamente tiene un 10% de


probabilidad de actualizarse, en el caso concreto es de un 30%.)
R. No es deseable, siempre debe ser personalizado.

13) ¿Debe recabarse el consentimiento del paciente


específicamente para lo relacionado con la anestesia? ¿Debe ser
el anestesiólogo, que personalmente intervendrá en el
procedimiento quirúrgico, el que recabe dicho consentimiento?
R. Es esencial el informar del procedimiento de anestesia a
utilizar, los riesgos y las diferentes situaciones ante uno o varios
procedimientos, e incluso advertir del posible cambio de la decisión
durante el procedimiento quirúrgico.

14) ¿Cuándo se considera que el paciente no está en


posibilidad de otorgar su consentimiento informado? y en su
caso ¿cómo debe obtenerse el consentimiento en estos
supuestos?
R. Cuando el paciente es menor de edad, aquellos que no están
en plena posesión de sus facultades mentales o sujetos en
comunidades en desventaja económica/educacional.
Deberá obtenerse a través del padre, la madre, el tutor o de otra
persona debidamente autorizada.

15) Cuando el paciente se niega a firmar el consentimiento


informado para un procedimiento que requiere ¿cómo debe
proceder el prestador de servicios médicos?
R. Debe respetarse la negativa del paciente, a menos de que no
haya otra alternativa médica aceptable. No debe incidir en su atención
hospitalaria.

16) ¿Qué procede cuando el paciente está imposibilitado para


firmar el consentimiento informado y no tiene familiares ni
representante legal?
R. Se tomará la decisión a través del Comité de Ética
institucional.

255. Por su parte, el doctor **********, miembro e integrante de la Mesa


Directiva de la Academia Nacional de Medicina señaló los siguiente:
(subrayado propio)

1. De manera general ¿qué es el consentimiento informado?


Es el acto mediante el cual el paciente autoriza o rechaza los
procedimientos médicos que se le han propuesto, de una manera
libre, consciente e informada. Debe diferenciarse de la carta de
consentimiento bajo información que es el documento escrito donde
consta la aceptación, atendiendo a la definición y requisitos
establecidos en la normatividad sanitaria.

2. ¿Para qué tipo de intervenciones quirúrgicas y procedimientos


relacionados con éstas se requiere obtener el consentimiento
informado del paciente?

130
AMPARO DIRECTO 42/2012

La carta de consentimiento bajo información debe obtenerse de


acuerdo a las disposiciones de la norma oficial mexicana del
expediente clínico aplicable:
- Ingreso hospitalario;
- Procedimientos de cirugía mayor;
- Procedimientos que requieren anestesia general o regional;
- Salpingoclasia y vasectomía;
- Trasplantes, donación de órganos y tejidos;
- Investigación clínica en seres humanos;
- De necropsia hospitalaria;
- Procedimientos diagnósticos y terapéuticos considerados por el
médico como de alto riesgo.
- Cualquier procedimiento que entrañe mutilación.
Además, se podrán obtener las cartas de consentimiento bajo
información adicionales que estime el personal de salud.

3. ¿Cuál es el procedimiento para obtener el consentimiento


informado?
El paciente debe ser informado del diagnóstico o problema
diagnóstico, el procedimiento propuesto, su carácter (terapéutico,
diagnóstico, rehabilitatorio, paliativo, curativo), las alternativas a dicho
procedimiento, los riesgos, complicaciones y beneficios esperados de
acuerdo a la condición específica del paciente, contestar las dudas
que pudieran presentarse, en su caso dar tiempo al paciente para
considerar su decisión o para pedir segunda opinión, de autorizarse
se deberá realizar la carta de consentimiento bajo información. Se
debe confirmar que el paciente comprendió la explicación del
procedimiento y sus posibles consecuencias para proceder a la firma
del mismo.

4. ¿Consta de una sola instancia o, por el contrario, y continuado


y gradual?
Depende del caso, el proceso puede agotarse en una sola sesión o en
varias, dependiendo de las dudas que pudiera presentar el paciente,
de la necesidad de tiempo para considerar su decisión o para que
pida una segunda opinión. En todo caso, deberán contestarse las
dudas del paciente en cualquier momento de la atención médica.
5. ¿Qué información debe proporcionar el médico al paciente?
La señalada en la respuesta 3, es el mínimo a que se está obligado.

6. ¿La forma escrita del consentimiento informado es constitutiva


de éste o simplemente demostrativa y formal?

La forma escrita del consentimiento informado, es decir, la carta de


consentimiento informado sólo es demostrativa y formal, ya que el
consentimiento en sí mismo es un proceso de información, la toma de
una decisión y por último la obtención por escrito de la autorización,
con los señalamientos mínimos exigidos en la normatividad vigente.

7. ¿La información brindada al paciente puede ser genérica o


debe el médico detallar por escrito la información tomando en
cuenta las características particulares del paciente?

131
AMPARO DIRECTO 42/2012

Debe ser específica para el paciente, en función de los riesgos y


beneficios esperados, desde el punto de vista médico para establecer
los riesgos y beneficios de un procedimiento deben considerarse las
condiciones clínicas del paciente y sus antecedentes. Por otro lado, la
Norma Oficial Mexicana NOM-004-SSA3-2012, sí es explícita al
respecto: Cartas de consentimiento informado, a los documentos
escritos, signados por el paciente o su representante legal o familiar
más cercano en vínculo, mediante los cuales se acepta un
procedimiento médico o quirúrgico con fines diagnósticos,
terapéuticos, rehabilitatorios, paliativos o de investigación, una vez
que se ha recibido información de los riesgos y beneficios esperados
para el paciente.

8. ¿Los antecedentes médicos del paciente deben quedar


expresados en la carta de consentimiento informado?

No. Los antecedentes médicos, permiten establecer los riesgos y


beneficios que pueden esperarse para el paciente, respecto a su
frecuencia y gravedad.

9. ¿Qué tipo de riesgos deben ser informados por el médico al


paciente? ¿Qué tan probables deben ser los riesgos para que sea
necesario hacerlos del conocimiento del paciente? (los más
frecuentes, los poco frecuentes, los extraños, etc.).

De acuerdo a lo señalado en la norma del expediente clínico sólo los


riesgos más frecuentes.

10. ¿Tiene participación la institución médica en el proceso de


obtención del consentimiento informado en intervenciones
quirúrgicas y procedimientos relacionados con éstas? En caso
afirmativo ¿en qué consiste sus participación?

No. La participación de la institución médica consistiría sólo en


establecer los formatos oficiales acordes a las disposiciones
normativas y, acorde a los manuales de procedimientos verificar que
al ingreso al hospital y quirófano el expediente contenga la carta de
consentimiento informado debidamente requisitada.
11. ¿Cuál debe ser el papel del médico tratante y el del médico
cirujano con respecto a la obtención del consentimiento
informado? ¿Cuál de ellos lo debe recabar? ¿Lo deben hacer
personalmente?

El médico tratante es el que debe proporcionar la información


completa al paciente y recabar la carta de consentimiento bajo
información antes de proceder a la programación de la cirugía en los
procedimientos electivos. Sí lo deben hacer personalmente. Si la
cirugía es realizada por un médico distinto, antes de realizar el
procedimiento deberá verificar que tenga la carta de consentimiento
bajo información, de no ser así deberá verificar si el paciente recibió la
información y autorizó, de ser este el caso, se procederá a la firma de
la carta correspondiente. De lo contrario tendrá que iniciar el proceso
completo.

132
AMPARO DIRECTO 42/2012

12. ¿Se admite como consentimiento informado aquél obtenido


tras haber asistido a una plática grupal general o es necesario
que a cada paciente se le brinde información personalizada? (por
ejemplo, si debido a las características del paciente, el riesgo A
que genéricamente tiene un 10% de probabilidad de actualizarse,
en el caso concreto es de un 30%?

No. El consentimiento es específico para el acto autorizado, en su


caso las pláticas sólo podrían tenerse como orientación general. No
debe considerarse como consentimiento informado.

13. ¿Debe recabarse el consentimiento del paciente


específicamente para lo relacionado con la anestesia?, ¿Debe ser
el anestesiólogo, que personalmente intervendrá en el
procedimiento quirúrgico el que recabe dicho consentimiento?

Sí. El consentimiento del paciente debe ser específico para la


aplicación de anestesia.

14. ¿Cuándo se considera que el paciente no está en posibilidad


de otorgar su consentimiento informado? Y en su caso ¿cómo
debe obtenerse el consentimiento en estos supuestos?

De acuerdo a las disposiciones de la normatividad sanitaria, cuando


se encuentre con una incapacidad transitoria o permanente para
expresar su voluntad, tal es el caso de pacientes con problemas
cognitivos crónicos o agudos, o alteración en el estado de conciencia,
además de los menores de edad, y en casos de urgencia, están
facultados para autorizar el familiar que lo acompañe, padres, tutores
o su representante legal; tratándose de una urgencia y a falta de
éstos, el personal médico deberá proceder sin necesidad de recabar
la autorización, dejando constancia de ello en el expediente clínico.

15. Cuando el paciente se niega a firmar el consentimiento


informado para un procedimiento que requiere ¿Cómo debe
proceder el prestador de servicios médicos?
En primera instancia deberá considerarse un procedimiento no
autorizado, por lo tanto estaría impedido para realizarlo. Se deberá
dar oportunidad de reconsiderarlo. Desde el punto de vista ético
conviene ampliar la información para que el paciente disponga de
mayores elementos para reconsiderarlo.

16. ¿Qué procede cuando el paciente está imposibilitado para


firmar el consentimiento informado y no tiene familiares, ni
representante legal?

Si se trata de una urgencia, como se mencionó, el personal médico


podrá proceder a realizar el acto médico, dejando constancia de ello
en el expediente clínico. Si no se trata de alguna urgencia, se
procederá a solicitar la representación legal (acorde a las
disposiciones de asistencia social.

En caso de necesitar profundizar más sobre algún tema en específico


sugiero consultar los siguientes textos:

133
AMPARO DIRECTO 42/2012

- Faden R, Beauchamp T, A history and theory of informed consent,


Editorial Oxford University Press, Inc, Nueva York, 1986.

- Grady Christine, Enduring and Emerging Challenges of Informed


Consent, The New England Journal of Medicine, Massachusetts
Medical Society, 2015, 372; 9: 855-862.

- IOM (Institute of Medicine), Informed Consent and health literacy:


Workshop summary, Editorial The National Academies Press,
Washington DC, 2007, (documento web) obtenido de:
http://www.nap.edu/catalog.php?record_id=19019.

- Martínez Palomo, Adolfo, Bioética: En busca de consensos sobre el


consentimiento, Editorial El Colegio Nacional, México, 2009.

- Rovira, Antonio, Autonomía personal y tratamiento médico: una


aproximación constitucional al consentimiento informado, Editorial
Arazandi, Pamplona, 2007.

256. De la lectura de las respuestas ofrecidas por los médicos especialistas


al cuestionario, esta Sala advierte la existencia de coincidencias
centrales acerca del contenido y la importancia del consentimiento
informado, mismas que ilustran al juzgador para formar su convicción
respecto al contenido de la litis.

257. En primer término, se puede concluir que para considerar que el


procedimiento mediante el cual se obtuvo el consentimiento informado
del paciente fue adecuado (pregunta 3) el paciente deberá haber
recibido, por una parte, una explicación adecuada y completa acerca
del diagnóstico y, por otro, de la finalidad y naturaleza de la
intervención, de sus posibles riesgos y consecuencias esperados de
acuerdo a su condición específica, así como los beneficios y
alternativas a dicho procedimiento.

258. La segunda conclusión, derivada de la respuesta ofrecida a la


pregunta 5, consiste en que la información que se proporcione al
paciente debe ser en lenguaje de fácil comprensión para que el mismo
comprenda la explicación del procedimiento y sus posibles

134
AMPARO DIRECTO 42/2012

consecuencias. En tercer término, los médicos difieren en cuanto a la


especificidad con las que se deben de informar los riesgos. Por una
parte, el doctor ********** señala que se debe de informar al paciente
todos los riesgos, especificando su tipo y probabilidad. En cambio el
doctor ********** señala que únicamente se deben de dar a conocer los
riesgos más frecuentes (pregunta 9).

259. Por su parte, ante el planteamiento de la pregunta 11 referente a cuál


es el papel del médico tratante y el del médico cirujano con respecto a
la obtención del consentimiento informado, lo doctores señalan que el
médico tratante debe ser quien obtenga directamente del paciente el
consentimiento para una acción médica o quirúrgica, por lo que en la
firma y/o detalles secundarios de su obtención puede participar un
integrante del grupo médico. Sin embargo, en caso de que la cirugía
sea realizada por un médico distinto al tratante, antes de realizar el
procedimiento deberá verificar que tenga la carta de consentimiento
bajo información y, de no ser así deberá verificar si el paciente recibió
la información y autorizó, de lo contrario, se debe obtener la firma de la
carta correspondiente.

260. Los médicos consideran que la asistencia a una plática grupal general
en la cual se ofrece información a los pacientes no es válida, desde el
punto de vista médico, para considerar que el paciente obtuvo la
información adecuada respecto al procedimiento al cual será
sometido, pues dicha información siempre debe ser personalizada y,
por tanto, dichas pláticas sólo podrán tenerse como una orientación
general (pregunta 12).

261. Por último, las respuestas ofrecidas a la pregunta 13 son coincidentes


en el sentido de que se debe otorgar un consentimiento informado
específico para la aplicación de anestesia por lo que resulta esencial

135
AMPARO DIRECTO 42/2012

que se informe del procedimiento de anestesia a utilizar, los riesgos y


las diferentes situaciones ante uno o varios procedimientos, e incluso
advertir del posible cambio de la decisión durante el procedimiento
quirúrgico.
262. Ahora bien, una vez establecido el marco normativo aplicable y las
mejores prácticas en materia de consentimiento informado esta Sala
está en condiciones para responder a la siguiente cuestión.

263. Segunda cuestión: ¿Asiste la razón al Instituto quejoso al


sostener que fue deficiente la valoración realizada por la Sala
responsable al resto del material probatorio para determinar la
existencia de daño moral?

264. El instituto en parte de sus conceptos de violación primero, tercero,


sexto y décimo tercero, sostuvo que fue deficiente la valoración que
efectuó la Sala responsable del resto del material probatorio –sin
incluir la carta de consentimiento informado de cinco de junio de dos
mil siete– para acreditar el daño moral, en específico de la lista de
asistencia a la sesión del “Programa de Inducción para pacientes
candidatos a cirugía de remplazo articular en rodilla o cadera” del
veintiocho de marzo de dos mil siete, la confesión de la actora de que
con su madre acudió a dicha sesión y de las demás constancias del
expediente clínico en las cuales consta que la paciente asistió a la
plática grupal de sensibilización, pues en dicha plática se le explicó a
la paciente y a su familiar en qué consistía el procedimiento de
operación de prótesis de cadera, las expectativas del resultado de la
cirugía, los cuidados, limitaciones y las complicaciones mayores y
menores.

136
AMPARO DIRECTO 42/2012

265. Esta Primera Sala considera que no asiste la razón al instituto quejoso
en tales afirmaciones, por lo que sus conceptos de violación resultan
infundados por las siguientes razones.

266. El daño o perjuicio extrapatrimonial es la pérdida o menoscabo que


sufre una persona en su integridad física o psíquica, en sus
sentimientos, afecciones, honor o reputación. Al daño o perjuicio
extrapatrimonial se le conoce como daño moral.

267. Por regla general, la doctrina divide al daño moral en dos: la “parte
social o moral”, que comprende el honor, la reputación, la
consideración que de sí misma tienen los demás, y la “parte afectiva”,
que tocan a la persona en sus sentimientos y sufrimientos.

268. Conviene traer a colación el contenido del artículo 1916, del Código
Civil para el Distrito Federal el cual regula el daño moral: (subrayado
propio)

Artículo 1916. Por daño moral se entiende la afectación que una


persona sufre en sus sentimientos, afectos, creencias, decoro, honor,
reputación, vida privada, configuración y aspecto físicos, o bien en la
consideración que de sí misma tienen los demás. Se presumirá que
hubo daño moral cuando se vulnere o menoscabe ilegítimamente la
libertad o la integridad física o psíquica de las personas.

Cuando un hecho u omisión ilícitos produzcan un daño moral, el


responsable del mismo tendrá la obligación de repararlo mediante una
indemnización en dinero, con independencia de que se haya causado
daño material, tanto en responsabilidad contractual como
extracontractual. Igual obligación de reparar el daño moral tendrá
quien incurra en responsabilidad objetiva conforme a los artículo
1913, así como el Estado y sus servidores públicos, conforme a los
artículos 1927 y 1928, todos ellos del presente Código.

La acción de reparación no es transmisible a terceros por acto entre


vivos y sólo pasa a los herederos de la víctima cuando ésta haya
intentado la acción en vida.
El monto de la indemnización lo determinará el juez tomando en
cuenta los derechos lesionados, el grado de responsabilidad, la
situación económica del responsable, y la de la víctima, así como las
demás circunstancias del caso.

137
AMPARO DIRECTO 42/2012

269. Como puede apreciarse de la anterior transcripción el Código


establece que se actualiza el daño moral cuando se vulnera o
menoscaba la libertad o integridad física de las personas de manera
ilegítima, por lo que el responsable del mismo tendrá la obligación de
repararlo mediante una indemnización en dinero, con independencia
de que se haya causado daño material.

270. La Sala responsable en cumplimiento a la sentencia de amparo


determinó que la carta de consentimiento informado de fecha cinco de
junio de dos mil siete suscrita por la paciente, su madre y una
dependiente del instituto del área de admisión hospitalaria no cumplía
con los puntos 10.1.1.1.5. y 10.1.1.1.6 de la NOM 168-SSA1-1998, en
cuanto a la mención del acto que se autoriza y el señalamiento de los
riesgos y beneficios esperados con el procedimiento quirúrgico
autorizado.

271. Además, en cumplimiento del referido fallo y con libertad de


jurisdicción valoró los demás medios de convicción (hoja de evolución
social de fecha quince de marzo de dos mil siete, copia fotostática
titulada “Cadera 28 de marzo”, hoja de evolución social de fecha seis
de junio de dos mil siete) con los cuales los codemandados
manifestaron que de éstas se advertía que sí se le informó a la
paciente en qué consistía el acto médico autorizado, así como sus
riesgos y beneficios inherentes.

272. La Sala estimó que, contrario a lo manifestado por los codemandados,


de los medios de convicción ofrecidos no se desprende que a la
paciente se le haya explicado el procedimiento particular de operación
de prótesis al que sería sometida, pues como los propios demandados
señalaron se trata de pláticas grupales, por lo que dichas probanzas,

138
AMPARO DIRECTO 42/2012

no acreditan que la paciente hubiera estado consciente del


procedimiento quirúrgico que se le practicaría, ni tampoco de los
riesgos que correría con dicha operación y menos aún que se le
hubiere explicado que podría lesionarse el nervio ciático provocándole
la incapacidad referida por los peritos. Asimismo, señaló que en la
normativa aplicable al caso no se establece que los hospitales deban
dar ese tipo de pláticas explicativas e informativas, sino que es en las
cartas de consentimiento bajo información, que deben contenerse los
datos y señalamientos correspondientes.

273. Ahora bien, esta Primera Sala considera que para actualizar la
responsabilidad civil por daño moral se requiere demostrar 1) una
acción negligente; 2) el nexo causal y 3) un daño.

274. Así, se considera que, en el presente caso, sí existió una conducta


negligente por parte del instituto quejoso y sus codemandados al no
haber observado el marco normativo que impone la obligación de
recabar el consentimiento informado de la paciente, pues tal como
—acertadamente— lo señaló la Sala responsable no era posible
considerar que la plática grupal a la cual asistió la paciente y su
familiar acreditara que se les comunicó de una forma comprensible en
qué iba a consistir la operación, así como los riesgos y beneficios
concretos ante la situación clínica de la actora.

275. Lo anterior, en virtud de que las pláticas grupales pueden ser un


complemento que fortalezca el proceso de comunicación entre el
paciente y el profesional de la salud, pero por ningún motivo pueden
sustituir una obligación legal como la que dispone la NOM-168-SSA1-
1998, al exigir que tratándose de una cirugía mayor que además
requirió anestesia general del paciente, el acto autorizado, los riesgos
y beneficios deben de constar por escrito en una carta de
consentimiento bajo información. Asimismo, por la diferencia de los

139
AMPARO DIRECTO 42/2012

tipos de riesgos que se pueden llegar a actualizar en un procedimiento


quirúrgico y en el procedimiento anestésico es conveniente que dichas
cartas sean proporcionadas de forma independiente por los médicos
que llevarán a cabo los procedimientos respectivos.
276. Tal como se advierte del marco normativo expuesto, de las respuestas
dadas por los expertos y de la literatura médica sugerida por uno de
ellos, el consentimiento informado es un proceso de comunicación en
el ámbito médico, dirigido a facilitar a los pacientes la toma de
decisiones y a hacerse responsable de éstas. Para que el paciente
pueda consentir algún acto médico o tratamiento es necesario que
reciba información comprensible, relevante, estructurada y adaptada a
su caso particular que lo posibilite para tomar una decisión sobre si
debe aceptar o no la intervención médica, es decir, el paciente es
previamente informado para poder elegir de manera libre entre las
diversas alternativas de tratamientos existentes, y consecuentemente,
autorizar o rechazar cómo ser tratado o curado. El consentimiento no
tiene sentido si no viene acompañado de información comprensible
para el paciente, es por esto, que hablamos de consentimiento

140
AMPARO DIRECTO 42/2012

informado, pues para que éste tenga validez es preciso que confluyan

141
AMPARO DIRECTO 42/2012

la información y la voluntariedad59.

277. La información necesita ser adaptada de acuerdo al paciente y no


solamente entregada de forma rutinaria. Por lo tanto, la claridad de la
información que es transmitida al paciente es un requisito de validez
para que se pueda materializar el consentimiento informado.

278. Así, el consentimiento debe ser expreso, es decir, no debe dejar lugar
a dudas en cuanto a la voluntad de la persona involucrada. Puede
manifestarse por escrito, verbalmente o incluso con un gesto de
acuerdo a las circunstancias y las culturas. Los requisitos en cuanto a
la forma en que se debe expresar el consentimiento (verbal o escrito)
son impuesto por las normas jurídicas. Generalmente la forma de
exponerse depende de qué tan invasivo sea el tratamiento y si supone

142
AMPARO DIRECTO 42/2012

riesgos o inconvenientes de notoria repercusión para la salud del

143
AMPARO DIRECTO 42/2012

paciente60.

279. En el caso en concreto, no se puede aceptar que la plática de


sensibilización a la cual asistieron la paciente y su familiar subsane las
obligaciones legales establecidas por la NOM 168-SSA1-1998, Del
expediente clínico, de expresar por escrito en una carta de
consentimiento informado, entre otros requisitos, el acto médico
autorizado, así como sus riesgos y beneficios, pues no se tiene
certeza de que la paciente haya recibido información comprensible,
relevante, estructurada y adaptada a su caso particular. Sobre todo,
cobra relevancia este último punto, pues resulta difícil que en una
plática grupal a la que asistieron alrededor de treinta personas –según
consta en la copia fotostática de la lista de asistencia proporcionada
como prueba documental en el juicio de origen– se proporcione
información personalizada donde se les haya explicado las
peculiaridades de su caso y las expectativas de resultado.
Consecuentemente, no se tiene certeza de que la paciente se haya
encontrado en libertad de tomar una decisión informada, por lo que no
se configura el consentimiento informado.

280. En ese sentido, esta Primera Sala advierte también la existencia del
nexo causal exigible para acreditar la responsabilidad por daño moral,
pues cabe al menos una duda razonable, respecto de que, dados los
antecedentes quirúrgicos de la paciente, si ella hubiera conocido de
manera clara los riesgos transoperatorios que implicaba el acto médico
(lesión del nervio ciático), no se habría sometido a la intervención que
tuvo como consecuencia la lesión del nervio ciático; por tanto se
vulneró ilegítimamente la integridad física de la paciente.
281. Aunado a lo anterior, esta Primera Sala debe señalar que, en el caso,
la responsabilidad civil por daño moral se actualiza por las dos fuentes
mencionada al inicio del presente apartado, puesto que, por un lado,

144
AMPARO DIRECTO 42/2012

se advierte que el daño produjo una afectación en los sentimientos,


vida privada y aspectos físicos de la persona como consecuencia del
daño material y, por otro, también se originó como por la propia falta
de un consentimiento debidamente informado previo a que se
sometiera a la práctica de la cirugía.

282. A mayor abundamiento, debe decirse que la falta de información


previa, en sí, puede ser constitutiva de responsabilidad civil por daño
moral, con independencia de que se compruebe el daño corporal,
pues practicar un tratamiento o procedimiento médico sin el
consentimiento informado expreso del paciente vulnera su autonomía
personal, su dignidad y su intimidad, así como su derecho a decidir

145
AMPARO DIRECTO 42/2012

libremente respecto a su integridad corporal 61. En caso de no informar


los riesgos y beneficios de la operación al paciente, los médicos
abandonan su obligación de medios y asumen los riesgos por sí solos,
en lugar de hacerlo del conocimiento del paciente, lo cual los deja en
una situación vulnerable.

283. Las cartas de consentimiento informado no se deben de ver como una


carga excesiva para los profesionales de la salud, sino que éstos
deben de comprender que en dicha institución se encuentra una
herramienta legal que les otorga seguridad jurídica evitando así
reclamaciones en su contra cuyo número se ha incrementado de
manera significativa en los últimos años.

284. Teniendo en cuenta todo lo anterior, esta Primera Sala sostiene que es
correcta la afirmación de la Sala responsable al señalar que la falta de
consentimiento informado a la paciente actora hace procedente su
acción de daño moral, independientemente de que, como se expone
en este fallo resultó procedente la acción de responsabilidad civil por
daño corporal.

285. Por lo anterior, como ya se adelantó esta Primera Sala determina que
son infundados los conceptos de violación antes referidos, en virtud
de que no resultó indebida la valoración realizada por la Sala
responsable al resto del material probatorio para considerar el daño
moral.

286. Tercera cuestión: ¿La Sala responsable omitió la valoración de la


prueba documental “Solicitud, autorización y registro de
intervención quirúrgica” firmada por la paciente y por el médico
cirujano?

146
AMPARO DIRECTO 42/2012

287. En parte de su primer concepto de violación la parte quejosa


manifiesta la falta de valoración de la “Solicitud, autorización y registro
de intervención quirúrgica” firmada por la paciente y por el doctor
********** con la cual pretende acreditar que se cumplieron con los
requisitos del Reglamento de la Ley General de Salud en Materia de
Prestación de Servicios de Atención Medica y de la Norma Oficial
Mexicana 168-SSA-1998, Del expediente clínico.

288. Para analizar el concepto referido conviene conocer el texto íntegro de


dicha documental: (énfasis propio)

147
Página: 1 Nombre: **********
Número: **********
“SECRETARÍA DE SALUD Sexo: FEMENINO Edo. Civil: **********
Edad: **********
Ocupación: ESTUDIANTE
INSTITUTO NACIONAL DE REHABILITACIÓN Escolaridad: LICENCIATURA INCOMPLETA
Lugar de origen: DISTRITO FEDERAL
Especialidad: RECONSTRUCCIÓN ARTIC.
AV. MÉXICO XOCHIMILCO No. 289 Cama: 0
COL. ARENAL DE GUADALUPE, TLALPAN Dirección: **********
Colonia: **********
CURP: **********
SOLICITUD, AUTORIZACIÓN Y REGISTRO DE
INTERVENCIÓN QUIRÚRGICA

un servicio de salud deficiente, la prueba de la debida diligencia recae en las instituciones médicas
del Estado, en atención al derecho de indemnización de la víctima. En efecto, debido a la dificultad
que representa para la víctima probar el actuar irregular de los centros de salud, se posibilita un
desplazamiento de la carga de la prueba para que sea la institución del Estado la que demuestre
que el procedimiento médico se realizó de acuerdo a los cuidados establecidos en la normatividad
de la materia y al deber de diligencia que le exige la profesión médica. Lo anterior se justifica de
acuerdo con los principios de facilidad y proximidad probatoria, con base en los cuales debe
satisfacer la carga de la prueba la parte que dispone de los medios de prueba o puede producirla o
aportarla al proceso a un menor coste para que pueda ser valorada por el juez. Amparo directo en
revisión 10/2012.
38
Véase la tesis aislada 1a. CCXLIII/2014 (10a.), de rubro y texto siguientes:
“RESPONSABILIDAD SUBJETIVA. PARA QUE SE ACTUALICE ES NECESARIO ACREDITAR
EL NEXO CAUSAL. Para que se actualice la responsabilidad subjetiva es necesario que el daño
experimentado sea consecuencia de la conducta del agente, de lo contrario, se le impondría
responsabilidad a una persona que nada tiene que ver con el daño ocasionado. Ahora bien, el
problema causal se presenta de forma especialmente aguda cuando se reconoce o establece que,
como es normal en la vida social, todos los hechos, inclusive los dañosos, son consecuencia de la
concurrencia de una extraordinaria pluralidad de circunstancias; de ahí que el nexo causal entre la
conducta imputable al demandado y el efecto adverso que de ésta deriva para el demandante,
debe estar debidamente acreditado, porque el origen de la responsabilidad gravita precisamente en
la atribución del hecho dañoso al demandado. Así, dicha responsabilidad supone la atribución de la
autoría de un hecho que tenga la eficacia causal suficiente para generar el resultado. Amparo
directo 30/2013.
39
Según reconocen los propios peritos ofrecidos por los codemandados del juicio natural y
constatable en el historial clínico que obra en los documentos exhibidos por el Instituto Nacional de
Rehabilitación en el juicio de primera instancia.
40
Ibíd., página 38.
41
Al respecto, la responsable expresamente indicó: “De tal manera que aun cuando se dejara de
considerar el dictamen de la perito de la actora, médico **********, por no ser especialista en
ortopedia, con la subespecialidad en cadera y rodilla, de cualquier forma no variaría la conclusión
obtenida, como se desprende del estudio que se realice a la valoración efectuada por esta Sala
respecto de los restantes dictámenes periciales”.
42
No debe soslayarse que a este dictamen le fue restado su valor probatorio en virtud de que en el
mismo se afirmaba que la lesión del nervio ciático había sido previa a la intervención quirúrgica del
trece de junio de dos mil siete. Sin embargo, conviene traerlo a cuento a efecto de verificar que
incluso el perito del ahora quejoso no dio datos certeros en torno a la reversibilidad del daño
causado a la paciente.
43
Según se advierte del sello fechador visible en la página 13 del Tomo II, del expediente de
apelación.
44
La vigencia del marco normativo corresponde al momento de los hechos, es decir, el trece de
junio de dos mil siete, día en que fue practicada la cirugía.
45
ARTÍCULO 4o.- El varón y la mujer son iguales ante la ley. Esta protegerá la organización y el
desarrollo de la familia.
[…]
Toda persona tiene derecho a la protección de la salud. La Ley definirá las bases y modalidades
para el acceso a los servicios de salud y establecerá la concurrencia de la Federación y las
entidades federativas en materia de salubridad general, conforme a lo que dispone la fracción XVI
del artículo 73 de esta Constitución.
46
ARTÍCULO 2o.- El derecho a la protección de la salud, tiene las siguientes finalidades:
SERVICIO: RECONSTRUCCIÓN ARTICULAR CAMA NUM. 507
**********

HORA DESEADA Firma ilegible


FECHA DE SOLICITUD FECHA SOLICITADA
(INTERVENCIÓN) 2 NOMBRE DEL MÉDICO
12/062007 13/062007 CIRUJANO

SOLICITUD DE OPERACION
DIAGNÓSTICO PRE-OPERARIO: COXARTOSIS DERECHA
OPERACIÓN PROYECTADA: ARTROPLASTIA TOTAL DE CADERA DERECHA
AGREGUESE EL SEGUIENTE INSTRUMENTAL ESPECIALIZADO: cx atc derecha taperlock mallory head
Material, set general para cirugía de cadera, set para colocar protesis mallory head, vástago taperlock

ELECTIVA (x) URGENCIA ( )


ELECTIVA ( ) URGENCIA ( x )

I.- El bienestar físico y mental del hombre, para contribuir al ejercicio pleno de sus capacidades;
II.- La prolongación y el mejoramiento de la calidad de la vida humana;
[…]
47
ARTÍCULO 3o.- En los términos de esta Ley, es materia de salubridad general:
I.- La organización, control y vigilancia de la prestación de servicios y de establecimientos de salud
a los que se refiere el artículo 34, fracciones I, III y IV, de esta Ley;
II.- La atención médica, preferentemente en beneficio de grupos vulnerables;
[…]
IX.- La organización, coordinación y vigilancia del ejercicio de las actividades profesionales,
técnicas y auxiliares para la salud;
[…]
XIX.- La prevención de la invalidez y la rehabilitación de los inválidos;
[…]
48
ARTÍCULO 34.- Para los efectos de esta Ley, los servicios de salud, atendiendo a los
prestadores de los mismos, se clasifican en:
I.- Servicios públicos a la población en general;
[…]
III.- Servicios sociales y privados, sea cual fuere la forma en que se contraten, y
IV.- Otros que se presten de conformidad con lo que establezca la autoridad sanitaria.
49
ARTÍCULO 9o.- La atención médica deberá llevarse a efecto de conformidad con los principios
científicos y éticos que orientan la práctica médica.
[…]
ARTÍCULO 48.- Los usuarios tendrán derecho a obtener prestaciones de salud oportunas y de
calidad idónea y a recibir atención profesional y éticamente responsable, así como trato respetuoso
y digno de los profesionales, técnicos y auxiliares.
50
ARTÍCULO 80.- En todo hospital y siempre que el estado del paciente lo permita, deberá
recabarse a su ingreso autorización escrita y firmada para practicarle, con fines de diagnóstico
terapéuticos, los procedimientos médico quirúrgicos necesarios de acuerdo al padecimiento de que
se trate, debiendo informarle claramente el tipo de documento que se le presenta para su firma.
Esta autorización inicial no excluye la necesidad de recabar después la correspondiente a cada
procedimiento que entrañe un alto riesgo para el paciente.
51
ARTICULO 82.- El documento en el que conste la autorización a que se refieren los Artículos 80
y 81 de este Reglamento, deberá contener:
I.- Nombre de la institución a la que pertenezca el hospital;
II.- Nombre, razón o denominación social del hospital;
III.- Título del documento;
IV.- Lugar y fecha;
V.- Nombre y firma de la persona que otorgue la autorización; y
VI.- Nombre y firma de los testigos.
El documento deberá ser impreso, redactado en forma clara, sin abreviaturas, enmendaduras o
tachaduras.
ARTÍCULO 83.- En caso de que deba realizarse alguna amputación, mutilación o extirpación
orgánica que produzca modificación física permanente en el paciente o en la condición fisiológica o
mental del mismo, el documento a que se refiere el artículo anterior deberá ser suscrito además,
por dos testigos idóneos designados por el interesado o por la persona que lo suscriba.
Estas autorizaciones se ajustarán a los modelos que señalen las Normas Técnicas.
52
4. Definiciones
AYUDANTES: 1º.-*S U P E R USUARI 2º. 3º.
SANGRE: TIPO RH GRUPO HEMOGLOBINA CANTIDAD SOLICITADA

(sin texto) firma ilegible

Vo.Bo. JEFE DE LA DIVISIÓN FIRMA DEL JEFE DE SERVICIO

CONSENTIMIENTO INFORMADO PARA PROCEDIMIENTO QUIRURGICO Y ANESTESICO


AUTORIZO A LOS MEDICOS DEL HOSPITAL INSTITUTO NACIONAL DE REHABILITACION PARA QUE
EFECTUEN LAS INTERVENCIONES QUIRURGICAS NECESARIAS PARA EL ALIVIO O CURACIÓN DE
MI PADECIMIENTO EN LA INTELIGENCIA DE QUE NO DESCONOZCO LOS RIESGOS A QUE QUEDO
SUJETO POR EL PROCEDIMIENTO QUIRÚRGICO Y ANESTESICO

firma ilegible firma ilegible

Para los efectos de este ordenamiento se entenderá por:


[…]
4.2. Cartas de consentimiento bajo información, a los documentos escritos, signados por el
paciente o su representante legal, mediante los cuales se acepte, bajo debida información de los
riesgos y beneficios esperados, un procedimiento médico o quirúrgico con fines de diagnóstico o,
con fines diagnósticos, terapéuticos o rehabilitatorios.
Estas cartas se sujetarán a los requisitos previstos en las disposiciones sanitarias, serán
revocables mientras no inicie el procedimiento para el que se hubieren otorgado y no obligarán al
médico a realizar u omitir un procedimiento cuando ello entrañe un riesgo injustificado hacia el
paciente.
[…]
4.4. Expediente clínico, al conjunto de documentos escritos, gráficos e imagenológicos o de
cualquier otra índole, en los cuales el personal de salud, deberá hacer los registros, anotaciones y
certificaciones correspondientes a su intervención, con arreglo a las disposiciones sanitarias.
53
10.1.1. Cartas de Consentimiento bajo información.
10.1.1.1. Deberán contener como mínimo:
10.1.1.1.1. Nombre de la institución a la que pertenezca el establecimiento, en su caso;
10.1.1.1.2. Nombre, razón o denominación social del establecimiento;
10.1.1.1.3. Título del documento;
10.1.1.1.4. Lugar y fecha en que se emite;
10.1.1.1.5. Acto autorizado;
10.1.1.1.6. Señalamiento de los riesgos y beneficios esperados del acto médico autorizado;
10.1.1.1.7. Autorización al personal de salud para la atención de contingencias y urgencias
derivadas del acto autorizado, atendiendo al principio de libertad prescriptiva; y
10.1.1.1.8. Nombre completo y firma de los testigos.
10.1.1.2. Los eventos mínimos que requieren de carta de consentimiento bajo información serán:
10.1.1.2.1. Ingreso hospitalario;
10.1.1.2.2. Procedimientos de cirugía mayor;
10.1.1.2.3. Procedimientos que requieren anestesia general;
10.1.1.2.4. Salpingoclasia y vasectomía;
10.1.1.2.5. Trasplantes;
10.1.1.2.6. Investigación clínica en seres humanos;
10.1.1.2.7. De necropsia hospitalaria;
10.1.1.2.8. Procedimientos diagnósticos y terapéuticos considerados por el médico como de alto
riesgo.
10.1.1.2.9. Cualquier procedimiento que entrañe mutilación.
10.1.1.3. El personal de salud podrá obtener cartas de consentimiento bajo información adicionales
a las previstas en el inciso anterior cuando lo estime pertinente, sin que para ello sea obligatorio el
empleo de formatos impresos.
10.1.1.4. En los casos de urgencia, se estará a lo previsto en el artículo 81 del Reglamento de la
Ley General de Salud en Materia de Prestación de Servicios de Atención Médica.
54
3. Derecho a la autodeterminación
a) El paciente tiene derecho a la autodeterminación y a tomar decisiones libremente en relación a
su persona. El médico informará al paciente las consecuencias de su decisión.
b) El paciente adulto mentalmente competente tiene derecho a dar o negar su consentimiento para
cualquier examen, diagnóstico o terapia. El paciente tiene derecho a la información necesaria para
tomar sus decisiones. El paciente debe entender claramente cuál es el propósito de todo examen o
tratamiento y cuáles son las consecuencias de no dar su consentimiento
[…]
FIRMA DEL PACIENTE FIRMA DE LA PERSONA LEGALMENTE
RESPONSABLE

(NO FIRME ESTA HOJA SI ESTA EN BLANCO)

PROGRAMACIÓN DEL QUIRÓFANO


DÍA _____________ HORA ___________
SALA__________
sin texto
_______________________________
FIRMA DEL ENCARGADO DE QUIRÓFANO
289. El instituto quejoso manifiesta que de dicha documental se aprecia que
sí se cumplió con lo establecido en la NOM 168-SSA1-1998, Del
expediente clínico, pues en la documental denominada “Solicitud,
autorización y registro de intervención quirúrgica” se estableció cuál
era el acto autorizado y la paciente manifestó expresamente que no
desconocía los riesgos a los que quedó sujeta por el procedimiento
quirúrgico y anestésico.

290. Esta Primera Sala estima que le asiste la razón al instituto quejoso
únicamente en lo relativo a que dicha documental no fue estudiada por
la Sala responsable; sin embargo, el análisis de dicha omisión no se
traduciría un beneficio para aquel, en atención a las siguientes
consideraciones:

7. Derecho a la información
a) El paciente tiene derecho a recibir información sobre su persona registrada en su historial
médico y a estar totalmente informado sobre su salud, inclusive los aspectos médicos de su
condición.
55
Artículo 5 – Autonomía y responsabilidad individual
Se habrá de respetar la autonomía de la persona en lo que se refiere a la facultad de adoptar
decisiones, asumiendo la responsabilidad de éstas y respetando la autonomía de los demás. Para
las personas que carecen de la capacidad de ejercer su autonomía, se habrán de tomar medidas
especiales para proteger sus derechos e intereses.
Artículo 6 – Consentimiento
1. Toda intervención médica preventiva, diagnóstica y terapéutica sólo habrá de llevarse a
cabo previo consentimiento libre e informado de la persona interesada, basado en la información
adecuada. Cuando proceda, el consentimiento debería ser expreso y la persona interesada podrá
revocarlo en todo momento y por cualquier motivo, sin que esto entrañe para ella desventaja o
perjuicio alguno.
[…]
56
Cap. II. Consentimiento Informado
Artículo 5.- Regla General
No podrá llevarse a cabo intervención alguna en una persona - en materia de salud- sin su
consentimiento informado y libre. Dicha persona deberá ser informada antes, y de manera
adecuada, sobre el objetivo y naturaleza de la intervención, así como de sus consecuencias y
riesgos. Podrá revocar el consentimiento en todo momento y con plena libertad.
57
Numeral 35 del Informe Explicativo del Convenio de Oviedo
58
Tesis aislada 1a. XLIII/2012 (10a.) emitida por la Primera Sala (Décima Época) publicada en el
Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Libro XI, agosto de 2012, tomo 1, pág. 478
59
Cfr. Martínez Palomo, Adolfo, Bioética: En busca de consensos sobre el consentimiento, Editorial
El Colegio Nacional, México, 2009, págs. 13 y 14.
60
Cfr. Grady Christine, Enduring and Emerging Challenges of Informed Consent, The New England
Journal of Medicine, Massachusetts Medical Society, 2015, 372; 9: 855-862
61
Cfr. Rovira, Antonio, Autonomía personal y tratamiento médico: una aproximación constitucional
al consentimiento informado, Editorial Arazandi, Pamplona, 2007, págs. 52 a 66.
291. La documental referida no reúne los requisitos mínimos establecidos
en la NOM 168-SSA1-1998, Del expediente clínico, pues a pesar de
que sí se señala cual es el acto autorizado, no se explica en un
lenguaje comprensible para la paciente en qué consiste dicho acto
quirúrgico ni mucho menos los riesgos inherentes al acto médico pues
éstos únicamente fueron señalados de forma general y abstracta.

292. Para evidenciar lo anterior, basta ver los dictámenes periciales


ofrecidos por las partes donde se señalan que los riesgos inherentes
al acto médico practicado a la paciente son los siguientes:

 Lesión de vasos y nervios, durante la disección de la región, la


compresión por los separadores o elongación durante las
maniobras de reducción requeridas para colocar el implante;
 Sangrado importante alrededor de las estructuras nerviosas
como el ciático;
 Infección de prótesis;
 Fractura de hueso al implantar la prótesis;
 Alteraciones tromboembólicas;
 Alojamiento de implantes;
 Luxaciones en la prótesis;
 Dehiscencia de suturas;
 Pérdida de la identificación y trayectoria de los elementos
normales como nervios, arterias, venas, tendones, debido a la
fibrosis;
 Disminución marcada de la movilidad;
 Adaptaciones del hueso para colocar un implante que se adapte
a los más posible a las características del hueso;
 Modificación de los puntos de referencia para la localización del
trocánter mayor;
 Fractura del acetábulo y del fémur en el momento de impactar
los implantes;
 Complicaciones cutáneas y necrosis;
 Infección del implante;
 Osificaciones de los tejidos que rodean a la prótesis;
 Rigidez articular;
 Maniobras bruscas y toscas al realizar las tracciones de los
tejidos blando periféricos (músculos, arterias, venas, nervios y
ligamentos) por haber fibrosis y cicatrices;
 Asimetría de las extremidades;
 Lesión neurológica (nervio femoral, ciático, obturador); y
 Arrancamiento muscular de los abductores (músculos glúteos).

293. De tal modo, del contraste entre la “Solicitud, autorización y registro de


intervención quirúrgica” y los riesgos enunciados en los dictámenes se
advierte que ninguno de éstos consta de forma expresa en la
documental omitida por la Sala responsable. Por tanto, no se puede
asumir el real conocimiento de la paciente ni de la operación a la que
iba a ser sometida, ni de los posibles riesgos que dicho procedimiento
le pudiera ocasionar, atendiendo para ello a su edad, enfermedad y
antecedentes personales y patológicos, entre otros, pues como ya fue
señalado únicamente consta que se hizo alusión de manera genérica y
abstracta.

294. Por otra parte, en diversos argumentos el instituto quejoso manifiesta


que resulta imposible que en las cartas de consentimiento informado
se hagan constar todas y cada una de las complicaciones, riesgos y
reacciones del organismo con motivo del acto quirúrgico, porque, a su
decir, bastaría con que se omitiera anotar alguno de ellos, para que se
configurara la falta de información o negligencia causante del daño.

295. Dichos argumentos son infundados, en virtud de que la intención de


la norma no es que se expongan de forma exhaustiva todos los
riesgos inherentes al acto médico, sino que el profesional de la salud
ofrezca la información suficiente para que ese paciente en concreto
pueda decidir. Por eso, las buenas prácticas en materia de
consentimiento informado señalan que lo conveniente es expresar: a)
las consecuencias seguras del procedimiento; b) los riesgos típicos,
entendiendo por éstos, los inherentes al procedimiento, tanto los muy
frecuentes aunque sean poco graves, como los menos frecuentes,
pero que son muy graves y c) los riesgos personalizados, es decir, los
derivados de las condiciones particulares de la persona 62.

296. Asimismo la literatura médica señala la importancia de que los


beneficios consten expresamente en las cartas de consentimiento
informado, pues es un dato de gran importancia para el paciente que
va a ponderar los beneficios frente a los riesgos a la hora de decidir
aceptar o rechazar el tratamiento o procedimiento médico. 63

297. Por tanto, esta Primera Sala determina que no le asiste la razón al
instituto quejoso pues la finalidad de la norma es que el paciente
cuente con la información particularizada de su estado de salud para
poder tomar una decisión libre acerca de aceptar o rechazar el
tratamiento.

298. Por otra parte, esta Primera Sala determina que son infundados los
conceptos de violación segundo y cuarto por los cuales el instituto
quejoso manifiesta que la Sala suplió indebidamente la deficiencia de
la queja a favor de la paciente respecto del daño moral.

299. Lo anterior en virtud de que la Sala responsable se ciñó a la litis


determinada por el Tribunal Colegiado en lo que concierne al daño
moral. Dicho tribunal federal estableció que la Sala responsable tenía
que pronunciarse nuevamente respecto a dicha prestación tomando

62
Cfr. Informed Consent and health literacy: Workshop summary, Editorial The National Academies
Press, Washington DC, 2007, págs. 53 a 72.
63
Op. Cit. Martínez Palomo, Adolfo, pág. 20.
en cuenta lo establecido en la ejecutoria, a saber, que la carta de
consentimiento informado firmada por la paciente, su familiar y una
dependiente del área de ingreso hospitalario no reunía los requisitos
mínimos establecido en la NOM 168-SSA1-1998, Del expediente
clínico. Asimismo en la sentencia de amparo se determinó que la Sala
responsable tenía que valorar el resto del material probatorio para
definir en qué hipótesis de daño moral se encontraban los
demandados. Una vez realizado lo anterior dio respuesta a los
planteamientos de los apelantes en torno a dicho daño.

300. Por tanto, no se puede afirmar que se le haya suplido la queja a la


paciente respecto del daño moral, pues lo actuado por la Sala
responsable se ciñó a lo establecido por el Tribunal Colegiado y lo
planteado por las partes en sus respectivos recursos de apelación.

301. Finalmente, este Alto Tribunal estima que las condiciones referidas en
el presente caso representan desafortunadamente una situación
generalizada en la prestación de servicios de atención médica en
México. Por ello, esta Primera Sala considera necesario exhortar a las
autoridades sanitarias para que, en el ámbito de sus respectivas
competencias, implementen las políticas públicas que estimen
pertinentes para que los médicos informen debidamente a sus
pacientes respecto de los beneficios y riesgos esperados antes de la
aplicación de cualquier procedimiento diagnóstico, terapéutico,
rehabilitatorio, paliativo o de investigación que lo amerite.

302. La exhortación anterior, se hace partiendo del entendido de que el


texto constitucional, en concreto el derecho humano a la protección de
la salud, no sólo sirve como mandato para las autoridades judiciales
sino que debe fungir como marco conceptual para la formulación de
las políticas públicas.64 Desde esta perspectiva un debido informe
médico debe proporcionar al paciente todos los elementos necesarios
para tomar decisiones libres respecto de su salud que le permitan
aprovechar los servicios de acuerdo con lo que considere que
contribuirá al mejoramiento de su estado físico y mental.

303. El respeto al derecho de autodeterminación del paciente le otorga el


poder de ponderar sus alternativas y elegir la que considere más
benéfica, pero también lo hace responsable de los riesgos que asume
al someterse a algún procedimiento médico. En estas condiciones, se
estima que el uso de las cartas de consentimiento informado debe
incentivarse en la prestación de servicios de salud, no sólo para
proteger a los usuarios, sino para brindar seguridad jurídica a los
médicos, tomando en cuenta que desempeñan una profesión en la
que resulta difícil pronosticar los resultados de su actuación.

304. Consecuentemente, se advierte la urgencia de conminar a las


autoridades sanitarias a efecto de que generen las disposiciones de
carácter administrativo necesarias para que el consentimiento
informado sea, efectivamente, la base de la relación entre los
prestadores de servicios del Sistema Nacional de Salud y sus
usuarios. Lo anterior, con el fin de que el consentimiento informado se
generalice como base de la relación médico-paciente y su expresión
por escrito funja como un elemento de la seguridad jurídica en dichas
relaciones y en la protección del derecho humano a la salud.

64
Cfr. Abrahamovich, Víctor, “El rol de la justicia en la articulación de políticas y derechos sociales”
en Abrahamovich, Víctor y Pautassi, Laura (compiladores), La revisión judicial e las políticas
sociales, Del Puerto, Buenos Aires, 2009, pp. 1-89.
VIII. DECISIÓN

305. Dado lo inoperantes e infundados de los argumentos propuestos por la


parte quejosa procede negar la protección constitucional. No obstante
lo anterior, se exhorta a las autoridades sanitarias en los términos
referidos en la parte final de la presente ejecutoria.

306. En consecuencia, esta Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia


de la Nación

RESUELVE:

ÚNICO. La Justicia de la Unión no ampara ni protege al Instituto


Nacional de Rehabilitación, en contra de la sentencia de tres de enero
de dos mil doce emitida por la Segunda Sala Civil del Tribunal Superior
de Justicia del Distrito Federal, dentro del toca de apelación **********.

Notifíquese; con testimonio de esta resolución, envíese los autos al


lugar de origen y, en su oportunidad, archívese el expediente como
asunto concluido.

Así lo resolvió la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la


Nación, por mayoría de tres votos de los señores Ministros: Arturo
Zaldívar Lelo de Larrea, quien se reservó el derecho de formular voto
concurrente y aclaratorio, José Ramón Cossío Díaz (Ponente) y
Presidente Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena, quien se reservó el derecho
de formular voto concurrente, en contra de los emitidos por los
ministros Jorge Mario Pardo Rebolledo y Olga Sánchez Cordero de
García Villegas, quienes se reservaron el derecho de formular voto
particular.
Firman el Ministro Presidente de la Primera Sala y el Ministro Ponente,
con el Secretario de Acuerdos que autoriza y da fe.
PRESIDENTE DE LA PRIMERA SALA

MINISTRO ALFREDO GUTIÉRREZ ORTIZ MENA

PONENTE

MINISTRO JOSÉ RAMÓN COSSÍO DÍAZ

SECRETARIO DE ACUERDOS DE LA PRIMERA SALA

LIC. JUAN JOSÉ RUIZ CARREÓN.

RMOA/DSM/VMRM

En términos de lo previsto en los artículos 3º, fracción II y 13, fracción IV de la Ley


Federal de Transparencia y Acceso a la Información Pública Gubernamental, en esta
versión pública se suprime la información considerada legalmente como reservada
o confidencial que encuadra en esos supuestos normativos.

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