Los cuervos estan de luto
FFARSA EN TRES ACTOS
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‘Aine stuncone fueron mspiadas por cuentas
Lene len on et
Estrenada ene teatro Jorge Negrete, el 22 de abril de 1960
A Bil Carballido, maestro y amigo
REPARTO
Prrpap: Alicia Montoya
GELAsto: Fernando Fernandez
Cura: Armando Velazco
‘MARIANA? Carmen Montejo
Mario: Erie del Castillo
ENRIQUE: Héctor Gomez
DONA GUDE: Nidia Pavén
Touma: Lupelena Goyeneche
Remo: Luis Riebeling
Rosaconcna: ‘Ivonne
Dow Acacto: Rubén Calderén
Dowa Caro: Guillermina Camacho
Mepico: Julisn Fernandez,
orton: Tirso Camacho
Cuco: Julién Fernandez
Dosa Hortensta: Lupe Carriles
Don Orestes: Alfredo Marin
Roooactano! Juan Héctor Lopez
Poroso: Ricardo Vazquez
Sawino: Néstor Lopez
Gumano: José Siurob
DON Lact: NN)
Lugar: Orizaba, Ver, on la parte oriente de la ciudad, cerca del
campo, en los sitios ilamados “eallejones”.
Epoca: Actual
‘ecton: Se desarrolla de las 11 de la noche de un domingo, a las
siete de la manana del dia siguiente, en el mes de octubre.
23Direceién: Virgilio Mariel
Escenografia: José Cava,
Realizaci6n técnica y vestuario: Antonio Lépez Mancera
ESCENOGRAFIA
Za sala y una parte del corredor y el patio de una casa ristica, En
la pequeria porcion que corresponde al patio estan colocadas algue-
nas macetas y macetones, unas sobre el piso, otros sobre una es-
pecie de huacales que se utiligan como jardineras. Los macetones
estdn hechos con pedazos de loza, plaios rotos:y vidrios. En ellos,
‘como en fas macetas, hay plantas con flores. Colgada de ti alarn=
bre hay una jaula con un cenzontle. Hay otras jaulas al fondo,
En la sala, las paredes estén pintadas de azul, y a manera de
guardapolvo hay una franja al temple, de color café rotize, que
ocupa la tercera parte inferior. Estén descascaradas y por varias
partes se asoman [os ladrillos. En la pared del segundo término
derecha hay un retrato antiguo en color sepia con marco negro. ES
ide una pareja, El hombre, maduro, con bigotes “a lo Zapata’, Ella,
dulce y gorda, atin joven. El techo es de vigas y tejas. Algcunas vie
gas give ya se han'caido fueron sustituidas por largas varas de
madera colocadas transversalmente para sastener mejor las tejas.
Del centro del techo cuelga por medio de un alambre el foco. El
‘suelo es de ladrillos euadrados.
La entrada a la sala (en desnivel) esta en primer término dere-
cha, Es un arco de material con una puerta de madera, pinteda de
café, que comunica con el corredor y el patio. En primero y segut-
do término izquierda, puertas también piniadas de café quie comntt-
inican a Ios habitaciones. La puerta en primer término corresponde
al cuarto de don Lacho, La parte inferior estd carcomida y con
grandes grietas. En la parte superior y sobresaliendo de la pared
estd empotrado otro arco de material. La puerta del segundo iérmi-
no comesponde a Ia habitacién de Enrique.
Al fondo, centro: una ventana grande con rejas a ta calle, Entre
los barrotes se ve una considerable vegetaciGn. A lo larga de la ven-
tana los postigos de madera pintadas de café, ambos de una vieze,
estan y permanecen todo el tiempo abiertos.
Los muebles son de madera de ocote con tos asientos teidos de
palma. Un sof, una mesa, varias sillas.
En segundo término derecha una cémoda de madera blanca
barnizada. Eneima de ella un florero de cristal con flores de cem-
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pastichil y un quingué apagado y bastante ahurado, Sobre la me-
sa, un fopete hecho a mano, yeencima de él un botelidn de barro.
Lados: los del actor,
PRIMER ACTO
Antes de levantarse et teldn se escuchan algunas campanadas lja-
nas del reloj de ta parroquia.
Piedad y Gelasio estan de pie. Amibos vestidos de luto.
Prepap.—Estén sonando las once. A yer... qué ¢s eso?
Getasio.—(Mosirdndole una hoja.) Este es el certificado. No
tienes idea qué trabajo me costé sacarselo.
PrEDAD.—¢Cusdnto le pagaste?
GeLasto.--No quiso nada. Me dijo que hasta que de veras se
muriera papa, me dirfa cuanto.
Prepap—jh, cémo serds...! ¢No ves que asf querré cobrarte
ms? Con eso de que ni nosotros sabemos cuanto deje de heren-
cia, 2 Ja hora de cobrar, todos van a querer encajarse
‘Gruasio. Tal vez... Oye, he estado pensando y pensando en
las consecuencias que nos puede traer esto,
Prspab.—2¥ las ventajas, no cuentan? Piensa también en ellas
Al fin que a més tardar, tu padre se morira hoy. Ya ves que ni
puede respirar. Todo el tiempo con el ruido ese en la garganta. Y
Sise muere —como espero en Dios— esta noche, ya mafiana lu-
nes podremos ir al solar. {Todo esta descuidado por culpa de su
maldita agonia que no termina nunca!
GELAsiO.—Pero es que... No, Piedad, no me parece bien que
hagamos esto.
PieDaD.—Z¥ qué vamos a hacer entonces? ¢Dejar que el maiz
yee] injol se pierdan con a lluvia? ¢No proteger los naranjos, no
Guidar las vacas y las gallinas, no recoger la hortaliza? 2Eso es lo
{que quieres, que mientras mas tiempo pase, més se eche a perder
todo? -Que nuesizo trabajo de afios se malogre, porque tenemos
‘que estar aqui, atados a esa cama, esperando que él se muera?
{Seiala hacia el cttarto gue ocuipa el enfermo.) ¢Es eso lo que
quieres? :
‘GELASIO.—Tenemos que atenderlo... El nos necesita. Tenemos
que cuidarlo,
Piepap—z¥ qué hemos hecho? ;Qué he hecho yo? ;Dios mio!
Noches y noches, desde que cayé enfermo, quedindome aqui,
déndole su comida preparada por mf, cambiar la vopa de su
25cama, lavar sus cochinadas. Si hasta he tenido que cambiarlo
como si fuera un nifio! {No he cambiado todavia al hijo que
quisiera tener y ya me he ensuciado las manos con las po
querias del viejo! ¢No crees que ya esté bien? Nos esta perju
‘cando con esa agonia que no termina nunca, {Ya lleva des dias
ast: gargareando, como una tuberfa sin agua!
Gx1asto—Piedad, por favor... El no tiene la culpa...
Prebab.-—2¥ la tenemos nosotros? (Si casi nos ka dejado en ia
ruina con sti enfermedad! A ver, dame acé ese papel. (Le guita
bruscamente el certificado. Leyendo.) Hummm... hummjummn...
Esta bien... es mejor que haya puesto la fecha de maflane. Este
doctor hace bien las cosas.
Ge1asio —Yo le dije que pusiera esa fecha.
Prrpap.—jAh! Pues hiciste bien, Gelasio, muy bien. (Pausa.}
¢Qué otra cosa tenemos que hacer?
‘GELASIO.—Me tenfes que dar lo de la pastura,
PlEDAD.—No te hablaba del solar ni dc Jos animales, sino de lo
nuesiro, Ya tenemos el certificado de defuncién y el permiso del
sindico para velarlo, Zqué segufa?
GeLasio.—Avisarle a mi hermano Mateo, y ya lo hice. Llegard
dentro ce un rato, porque of silbar el tren por el rumbo de Esca-
mela, cuando venia yo por la Calle Real.
Prepa.—A lo mejor viene en el camién.
GBLASIO. No, acuérdate que a Mariana no le gusta porque se
maree, Y con toda seguridad que se taen al io, y Tes gusta
viajar eémodos.
Prepap.—(Despreciativa.) ;Viajar! ¢Le lamas ti viajar a venir
de Sumidero para acd? jNo se hacen ni diez minutos!
Getasto.—Bueno... Lo que yo decia es que vendran por tren, ¥
que no tardarén en estar aqui
Prepap.—Bueno... A ver... {Déjame arfeglar este tapete! ;Haz-
te para alld, no me estorbes! Carambal... Bueno, ahora cqué
otra cosa hay que hacer?
GeLasio—Acuérdate de separar los palitos tiernios del limén
que quieres que siembre all4.
Pteban.—(Recorwvinidadole secamente.) Mira, Gelasio, ti sabes
Jo que estoy diciendo, asi que no me cambies de tema, Luego
hablaremos de los palitos de limén y de Jo que quieras. pero
ahora vamos a terminar este asunto, centendido?
GeLASiO.—Esta bien.
Pieoap.—Anda y vete a Ja casa de nuestras amistades, ¥ diles
que esta noche es el velorio. Que los esperamos por acd.
Getasio—Pero.
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Prepap.—(Enérgica,) ;Conque les digas: “tenemos a paps ten-
dido’, ellos vendrén!
Grtasto.—Esta bien, iré a avisarles. ¢Vas a preparar algo para
Jos que vengan?
Prepap.—Ya lo tengo preparade: les voy a dar un caldito y
unas presitas de pollo.
Gexasto.—Ponle “piquete” al caldo.
Ptepap.—Ya lo sé. No tienes que decirme cémo se reparte en
los velorios.
‘GeLAsio. Tt sabes que “las duielos con pan son menos”
PlepAD.—Este, con pan o sin él
GeLasio—No seas asi
Pigbap.—jAnda ya, termina de ite!
GeLasio.—Ya voy... ya voy... (Sale,)
Piedad empieza a disponer la sala para ei velorio, colocanda las
sillas alrededor de ta pared. Por la ventana se asoma el cura, que
va de paso,
‘Cura —Buenas noches, hija.
Prepap.—Buenas las tenga usted, padrecito.
Cura.—¢Qué tal sigue don Lacho?
PrenAo.—Casi muerto. Yo creo que mafiana es el entierro.
‘Cura.—jVaya por Dios, hija?
Prenap.—(Besdndole la mano por entre los barrotes,) Pase us-
ted, padrecito.
‘Cuna.—No puedo ahora, Reclaman mis servicios en otra casa
y este siervo de Dios apenas anda con el tiempo limitado. Pero
de todas formas, no dejes de avisarme, si algo llegara a ocurrir.
‘Aunque ya le traje los santos dleos a don Lacho, puedo ser util
hasta el iltimo momento,
En la ventana aparecen Mateo y Mariana, ella cargaindo un rifto
de meses. El, con maletas. Hablan simultéreamente.
Mare0.—Buenas noches, padrecito,
MariaNa.—Muy buenas, padrecito.
Pirpap.—Precisamente Gelasio me acaba de decir que no tar-
darfan en Hegar.
‘Mare0.—Buenas, Piedad.
Mantaxa—gQué tal, Piedad?
Cura.—Buenas se las dé Dios, hijos mfos. ¢Vienen Ilegando
ahora?
27Mansana—(Bufando.) ;UEF, y cansadisimos! Este nifio pesa
que es una barbaridad. jAbrenos la puerta, Piedad, que el salvaje
del “libre” no nos quiso traer aqui; dizque porque todavia no
cesté pavimentado, y nos hemos tenico que venir caminandc como
diez cuadras...! /¥ yo que no me acostumbro a estos tacores!
PIEAp.—Con su permiso, padre. (Sale por Mariana y Meteo.)
Cura.—Propio.
Prepap.—Entren de una vez. La puerta del zaguain esta abier-
ta, Afuera hace tanto frio que a lo mejor le hace mal al nifo...
MariaNa—(Entrando.) Si, es cierto, hace mucho Irfo. ¢Qué?
@la llovido mucho?
Marno.—jAcaba de entrar!
Desaparecen de ia ventana, para después entrar por la derecha.
Besan ia mano del cura al entrar.
Prepap.—Padrecito, no es que le quiera quitar su tiempo, pero
sino esta muy ocupado, quisiera que se tomara un caldito con
nosotros, ahora que ya estén aqui Mateo y Mariana.
Cura.—Este... (Duida.) ...Y0... (Tittbea,) ...No, hija, no puedo,
Como te decfa, tengo que ir antes a otra casa
Pigpap—Bueno, como usted mande, padre. Es el caldo que
tengo preparado para el velorio.
‘Mareo.—jVelorio!... gPero...?
Pirpap-—Ahora te explico. Bueno, padre, entonces si suede,
después nos acompatia. Yo se lo ofrecfa ahora, porque Ieego le
voy a poner “piquete”.
‘Cura.—{Desolado.) Pues si... pero no hija. Otra vez seré. Que-
den con Dios. (Sale caminando lentamente.)
Prepap.—(A Mariana.) ;Déjame que te abrace! (Viendola.) ;Qué
bien estas, hasta has crecido desde que vives en Sumiderol
‘MARIANA.—No Soy yo, son mis tacones. (Orgillosa,) ¢Te gustan?
Predap.—No.
MaRiaNa.—A mf tampoco, no puedo caminar con ellos, pero
me hacen bonita figura, zverdad? Ni parece que ya soy madre
Prepap—Nunca tendrés el tipo... Pero, a ver el nifio... (AY,
mira qué mono! No se parece en nada a Mateo.
‘MarE0.—(Molesto,) |Quihubo!
Pirpap.—(Sin hacer caso.) Préstamelo,
Mariana —Si, témalo. (Se lo da.) Yo ya no puedo. (Uff (Se
deja caer en tina sills.)
MaTEo—(Extraiiado.) gC6mo es que hay velorio? {Es que
Papa... a...
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Prepap.—Siéntate, signtate..
Marz0.—jPor favor, Piedad! Nosotros tratamos de venir cuan-
to antes, en seguida que recibf el telegrama de Gelasio. ¥en él
no decia que papé hubiera muerto.
Prepap.—2¥ quién ha dicho que esta muerto?
Marzo.—¢Pues no has dicho que esta noche es el velorio?
Prepap—St, pero por eso; siéntate, les tengo que explicar.
Mientras voy a acostar a este angelito en el sofa. (Lo hace.)
Mar#o.—;Pero qué es lo que pasa aqui, Piedad?
Maztawa.—jAy, (8, qué rara te estés volviendo! ¢Oué misterio
te traes?
Preap.—jNingtin misterio! Lo que sucede es que el viejo... tt
padre, don Lacho, ya leva agonizando dos dias; y Gelasio y yo
llevamos dos meses cuiddndolo. En ese tiempo hemos tenido
que descuidar el solar... Y ya no se puede més, Maftana es lunes,
sea: dia en que se trabaja. Y entonces, como vimos tan acaba-
do a don Lacho, pues decidimos consultar al doctor, y nos dijo
‘que no tardarfa en morirse... esta misma noche. Asf es que, para
ganar un poco de tiempo... pues decidimos adelantar un'poco
todo, Al fin es solo cuestién de unas horas. Y como mafiana hay
que ir al trabajo —porque los animales no pueden seguir aban-
donados, eso si que no— pues, como les decia, adelantamos las
cosas que se venian. Las de ceremonia —ustedes saben—, el
cumplimiento y todo eso.
Martava.—gQuieres decir que vamos a velar a un vivo?
Prepap.—No, eso no, porque de aqui a que lleguen los vecinos...
Marzo.—gLos vecinos?
ag hEDAe Si, nuestros vecinos. Gelasio ha ido a avsates del
uelo.
Maatana.—jPero si don Lacho no esta muertot
Piepap.—Pero lo estar, no te preocupes. Lo estar.
Marzo. —gCémo puede Gelasio hacerle esto a mi padre?
Ptpan—Por favor, Mateo. ;Compréndenos! Si seguimos asf
nos arruinamos. Ta sabes lo que cuesta cada dia sin trabajar
MatEo.—Si, lo sé, pero eso no es motivo suficiente para ade-
lantarle las honras Hinebres a alguien que esté todavia vivo. ;¥
ese alguien es mi padre!
PIEDAD.—Mira, Mateo, no te exaltes. Estas cosas ya se tienen
que ver de otro modo. Gelasio y yo estuvimos dudando mucho
antes de decidirnos, pero pensamos —y tii verés que me dards [a
raz6n— si se muere magiana, no perdemos mas que medio dia,
y luego podremos irnos a trabajar. Pero si sigue como hasta
ahora, lo mds probable es que tengamos que perder también el
29lunes completo, velarlo el martes y enterrarlo ¢l miéreoles, 0
sea: Ires dias més de estarnos desfalcando. Asi ¢s que... pues
hubo que adelantar todo,
‘MAaTE0.— Pero Enrique Jos ayuda en el solar!
‘Manlana—E] podria seguir ally ustedes aqui.
Purpap—(Uy, Enrique...! {Si ustedes supicran!
Mateo. —Yo sé que lo tienen allf trabajando como negro
PiepAD.—jOrdenes de don Lachot El fue quien lo sacé de la
escuela y lo mando al solar. El dijo que se le exigiera mas
‘Marlawa.—Pobre Enrique...
Marzo.—Pero... no acabo de entender... ¢Estén seguros que
pap4 morird esta noche?
Prepao.—Lo dijo el doctor. ‘Trejo sus aparatos, hizo sus céleu-
los y aseguré que sucedia hoy.
Mato. —jLas doctores!
Mannana—iAy, sf, tii, desconfiales! Si vieras las que pasé
cuando nacié este niso.
‘Matko.—(Alterado.) jCéllate! jCéllense las dos! {No estamos
para habiar sandeces cuando mi padre se esté murien
‘MantaNa.—(Ojendida,) jAh! De modo que son sandecas, geh?
@Fue una sandez que yo casi: me muriera de la hemorragia que
tuve? Esto te parece una sandez, ceh?
Matzo.—(Tratando de contenerse.) {Por favor, Mariana, no
empeceros a “trasquiversar” las cosas! (Grilando,) (Estoy
hablando de mi padre!
Mariana —(Gritando.) ;No grites que despiertas al nifto!
Mateo. —{Mds alto.) {No me levantes la voz! (Pausa.) ;Puedo
pasar a ver a mi padre?
Prepa.—(Indiferente.) Si quieres...
Mariana —(Alarmada.) jEspérate, Mateo!
Marzo.—(Deteniéndose.) Qué, quieres venir td también?
Maruana—No... Es que yo decfa... Debes tener cuidado. A lo
mejor lo de tu padre es algo contagioso, y... piensa en el nifto.
MaTE0.—(Furioso,) jE] nifiol {Guardatelo en las naguas! jNo
Jo tocare!
Mariana exhala un gemido y luego algo como lanto.
Prepap.—Vamos, no te pongas asf... No quiso lastimarte, Fue
un arranque de genio, ¢verdad, Mateo?
‘Mateo.—(En el colino de la Bilis.) ¢Puedo pasar o noa ver ami
padre?
Prepap.—(Divertida,) Puedes.
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Enesos momentos entra Enrique con el cura
ENRIQUE—Por aqui, sefior cura,
Cuxa—SF, hijo. Ya conozco el camino, mas que el padre
nuesiro.
—iEnrique!
Quihubole, Mateo! (Se abrazan.) ¢Qué tal, Maria-
pa? ¢Cudndo legaron?
‘Mareo.—Hace un momento. ¢Qué tal ests?
ENRQUE.—Muy bien, mano, ya sabes que yo siempre
que ahora, esto de papa.
‘MaTEO.—Si... @Como lo ves?
Enriouz.—Ya no Mega a la mafana. Hace un rato ya ni le
pude entender lo que decfa.
Mareo.—¢Pidi6 algo?
Enwovz.-Me parecié entender que queria hablar con el
sehor cura de algo muy importante.
Puzbap.—gCémo vas a entenderle, si nada mas se le oye el g
gareo ése?
ENWQUE—;Te digo que lo entiendo! {Por eso fui por el sefor
cural No lo encontré en la iglesia, y 2horita que regresaba, lo vi.
Cura.—Si, acababa de hablar con tu cuiiada.
Purpap—Creo que siempre me dard el gusto de tomarse cl
caldito, gverdad, padre?
Cura.—(Animado.) St,
el piquete.
PieDAD.—Ahorita se lo traigo.
ENRigvE.—(Interviniondo répido.) No, primero va a ver a mi
padre, everdad, sefior cura?
CURA.—Pues... si... Si. Primero voy a ira ver a don Lacho.
Enrigve.—Liego nos vemos. Pase usted, sefior cura.
Sélo
como no. Y antes de que le eches
Eniran al cuarto de don Lacho.
Mateo. —Me gusta ver cémo se preocupa Enrique por mi papa.
Mantaxa.—De sus hijos, éste es el que mis io ha querido
siempre.
MarEo.—Bueno, cada uno a su manera, peto reconozco que
Enrique siempre ha sido mity apegado a papa.
PirDAp.—Lo hace para sacarle al viejo lo que pueda
Marbo.—¢Por qué no te cae bien Enrique?
ManiaNa.—jNo pierdes oportunidad para echarle algo en con-
tra! Pobre, ha de estar blen amolado aqui con tu lato y la
31indiferencia de Gelasio, que como es e] mayor de la familia, se
cree intocable! {Y luego ese comportamiento de don Lach
Tan duro con él de dos afos a In fecha, Realmente, pobre
muchacho.
Prepap.—jPobre muchacho! ;Pobre muchacho!