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Dos polos en el universo

Como ya hemos visto y por lo que está planteado en el texto, se habla de dos tipos de lectores, el experto y el
inexperto. El escrito aborda una problemática muy común presente en la actualidad. La lectura es un factor
base para el aprendizaje y desarrollo de las personas, pero no todos comprendemos e interpretamos de la
misma manera, es por esto que Antonio Mendoza Fillola divide a los lectores en dos categorías,
principalmente diferenciándolos por la capacidad de utilizar los distintos tipos de habilidades receptoras.

En primer lugar, tenemos al lector competente que posee una habilidad receptora mayor que el ingenuo, con
esto nos referimos que es capaz de utilizar todas las herramientas que estén dentro de su alcance, profundizar,
hacer relaciones de los conceptos, asociar, comprender e interpretar los elementos textuales, además de
tener un rico dominio textual. Podemos decir que esta persona está dotada con conocimientos previos que le
ayudan a tener una mejor interpretación. Se dice que este es el lector ideal, ya que, cumple con la mayoría de
las características señaladas por el autor.

Por otro lado, tenemos al lector ingenuo y se puede reconocer, ya que carece de las habilidades y experiencias
lectoras, posee un vocablo y comprensión lectora más escasa y básico. Podríamos decir que este sujeto lee
simplemente por obligación y de manera superficial. Por estas razones se dice que este tipo de lector está por
debajo del competente.

El contenido del texto está bien desarrollado, permite poder juzgar e identificar a una persona si es un lector
competente o ingenuo. Ya que el escrito los clasifica de esa manera favoreciendo comprender rápidamente.

Ahora estas definiciones también las podemos llevar a otro plano. En este caso será a la vida cotidiana. Una
persona competente es quien sabe cómo se hace algo, sabe hacerlo y le gusta hacerlo. Pone en práctica
competencias específicas que muestren su aptitud para ese fin. Se prepara para dominar el desempeño de
una tarea y demostrar que es capaz de hacerlo, superando todos los factores que pueda tener en contra.

Esto se puede ver reflejado en el proceso de selección, específicamente en una entrevista de trabajo en la
cual buscan a la persona que sea más compatible y competente con el puesto de trabajo que se requiere.

La persona competente cuenta con experiencia producto de las vivencias, además por las diferentes lecturas
que le enseñan la forma correcta de presentarse física y verbalmente a una entrevista. De esa manera
transmite su conocimiento y puede hacer notar de mejor forma sus habilidades. Algunos ejemplos son:
correcta posición al sentarse, transmitir serenidad y comodidad, saber escuchar, hablar pausadamente con
argumentos coherentes, la comunicación corporal, entre ellos las de las manos, no debe ser con movimientos
exagerados, al conversar con el interlocutor mira de frente y a los ojos.

En cambio, la persona ingenua al no contar con experiencia suficiente ni conocimientos previos no es capaz
de hacer ver sus capacidades, esto es visible: no manejar un lenguaje adecuado, no mantener una buena
comunicación, mala posición corporal, no transmitir confianza al no mirar a los ojos mientras es entrevistado,
voz temblorosa o aguda, no manejar los tiempos o pausas adecuadas.

Integrantes: Alejandra Chavarría Iturra


Javiera Montealegre
Benjamín Ossandón
Matías Valdés
Cristian Ávalos

Habilidades Comunicativas. 27.03.2018

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